El Sr. Triunfo y Doña Derrota se encuentran un fracasado y un optimista mientras caminan por un laberinto. Más tarde encuentran a un caminante perdido que se enfrenta a una decisión: seguir el camino de Doña Derrota hacia una mansión cómoda donde no tendrá que hacer nada, o seguir el camino del Sr. Triunfo hacia una humilde morada donde tendrá que trabajar duro constantemente para alcanzar el éxito. El autor sugiere que el caminante elija el camino del Sr. Triunfo y trabaje duro
El Sr. Triunfo y Doña Derrota se encuentran un fracasado y un optimista mientras caminan por un laberinto. Más tarde encuentran a un caminante perdido que se enfrenta a una decisión: seguir el camino de Doña Derrota hacia una mansión cómoda donde no tendrá que hacer nada, o seguir el camino del Sr. Triunfo hacia una humilde morada donde tendrá que trabajar duro constantemente para alcanzar el éxito. El autor sugiere que el caminante elija el camino del Sr. Triunfo y trabaje duro
El Sr. Triunfo y Doña Derrota se encuentran un fracasado y un optimista mientras caminan por un laberinto. Más tarde encuentran a un caminante perdido que se enfrenta a una decisión: seguir el camino de Doña Derrota hacia una mansión cómoda donde no tendrá que hacer nada, o seguir el camino del Sr. Triunfo hacia una humilde morada donde tendrá que trabajar duro constantemente para alcanzar el éxito. El autor sugiere que el caminante elija el camino del Sr. Triunfo y trabaje duro
El Sr. Triunfo y Doña Derrota iban caminando por un laberinto un día, se
encontraron un fracasado y Doña Derrota lo agarró primero, siguieron caminado, se encontraron un optimista, y el Sr. Triunfo se apresuró a tomarlo, al pasar de las horas había un caminante perdido en el laberinto, se encontró con dos direcciones una tenía un gran letrero que decía: “Bienvenidos a mi gran mansión; donde no tendrás que hacer nada, atendida por su propia dueña: Doña Derrota”, en cambio en la otra dirección el letrero rezaba: “Bienvenidos a esta humilde morada. Aquí recibirás lo que seas capaz de entregar, tendrás que trabajar duro y constantemente para alcanzarme; Firma: El Sr. Triunfo”
Cuando has fracasado y te consideras un fracasado la Derrota se apodera
de ti, de tal modo que seguirás fracasando, porque le compraste la idea a la derrota, “no tendrás que hacer nada”; a diferencia de ésta, el Triunfo te ofrece trabajo duro, constante y te invita a su humilde morada, qué palabrota tan comprometedora: “HUMILDE”, muchos predican la humildad pero la práctica es patética, nada haces criticando a otro, diciéndole frases como: “tienes que ser humilde vale” cuando la humildad ni siquiera pasa como el viento por tu vida.
La vida sea un laberinto o no, siempre te ofrece más de un camino, la
decisión está en ti, supongamos que eres el caminante perdido del laberinto, ¿Qué decisión tomarías? Seguro que respondes el camino del Triunfo, pero aquí nacen otras interrogantes ¿Cuándo estas en el camino del triunfo, trabajas duro y constantemente para lograr tus objetivo?, ¿Te quejas de las situaciones que se te presentan y resuelves?, ¿Ves soluciones en vez de problemas? Y las demás interrogantes, que son muchas, las dejo a tu imaginación.
Evita caer en la tentación de la cómoda mansión que te ofrece la Derrota
donde “no tendrás que hacer nada” trabaja duro, con constancia y alcanzaras el Triunfo.