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Reseñas

Apuntes sobre violencia de género


Raquel OsbORne
Barcelona, Eds. Bellaterra (2009)

La violencia de género está presente en la manera constante a la hemeroteca, ejemplifican-


actualidad en los medios de comunicación, en la do con casos actuales y episodios concretos las
agenda política y en muchas otras instancias múltiples dimensiones de la violencia de géne-
sociales. Sin embargo –y esta es una amarga ro. El lamentable caso de acoso sexual por parte
queja de la mayoría de las personas que de una del alcalde de Ponferrada (que fue popularmen-
forma u otra trabajan en este tema– esa presen- te conocido como “caso Nevenka”, y no de
cia no implica en demasiadas ocasiones ni com- manera casual), la brutal muerte de Ana Oran-
promiso, ni sensibilización, ni comprensión de tes, las palabras de un alto mandatario interna-
la violencia de género en todas sus dimensiones. cional como Vladimir Putin frivolizando y natu-
Son muchos los mitos, estereotipos y lugares ralizando las agresiones sexuales… Se trata de
comunes que rodean la violencia de género y la episodios que produjeron puntualmente un gran
introducen en el imaginario social de una mane- impacto mediático y que ejemplifican las rami-
ra confusa y sin duda contraproducente. Este ficaciones, complejidad y, en última instancia,
hecho no es ajeno, tal y como se muestra en las tolerancia social que rodean la violencia contra
páginas del libro que se reseña, al androcentris- las mujeres.
mo y a la misoginia que el patriarcado genera En las primeras páginas de la obra, la autora
para producirse y reproducirse a lo largo de los advierte de que se trata de lo que en el mundo
años. anglosajón se conoce como research in pro-
La lectura de Apuntes sobre violencia de gress, es decir, un trabajo de investigación que
género aclara conceptos, explica los fundamen- ha conocido varias etapas de desarrollo a lo
tos, aborda las dificultades y potenciales debili- largo del tiempo: se nota. El hecho de haber sido
dades de la legislación y pone sobre la mesa una elaborado en varias fases que suman casi dos
visión muy completa y poliédrica de la violen- décadas, claramente cohesionadas, aporta a este
cia contra las mujeres. Y lo hace sin la auto- trabajo una solidez que se hace patente a medi-
complacencia que en ocasiones caracteriza tra- da en que se avanza en su lectura. Nada es des-
bajos similares, poniendo el dedo sobre las lavazado, inconexo, todo adquiere sentido y a la
llagas que lo precisan. Otra de las particularida- vez otorga sentido a un análisis de la violencia
des del abordaje que Raquel Osborne hace del de género que forzosamente ha de tocar todos
tema es que no se trata de una disertación teóri- los palos, en la misma medida en que la violen-
ca o alejada de la realidad empírica. Bien al con- cia impregna de forma explícita o implícita
trario, se tratan temas problemáticos relaciona- todos los rincones de esta sociedad patriarcal.
dos con la metodología utilizada en el estudio de Además de alcanzar esta coherencia interna, la
la violencia y resulta si cabe más cercano y autora busca conclusiones y las plantea de
comprensible en la medida en que acude de manera sencilla en resúmenes que finalizan

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cada uno de los capítulos. Son muchas las insti- tema de dominación y de una división del traba-
tuciones que han desarrollado un protocolo de jo cuyos fundamentos la promueven y hacen
detección y actuación sobre la violencia de que sea tolerada socialmente–“, del mismo
género. Pues bien, Apuntes sobre violencia de modo que “la existencia de la violencia femeni-
género es el equivalente teórico y técnico a un na, grave en sí misma, no debe servir de pretex-
protocolo en la literatura existente sobre la to para rebajar un ápice la gravedad de la vio-
materia: una guía, un marco de interpretación, lencia de hombres hacia mujeres”.
un glosario y un compendio de buenas (y malas) Estas afirmaciones son una buena muestra de
prácticas. cómo Apuntes sobre violencia de género contri-
También al inicio del libro se explican cuáles buye con argumentos sólidos pero sencillos a
son las vigas maestras que sostienen este trabajo desmontar los estereotipos y dudas, razonables
y que son cruciales a la hora de aprehender el o no, que la rodean. Sólidos en la medida en que
fenómeno de la violencia de género en toda su apela a lo que la filósofa feminista Amelia Val-
magnitud. En primer lugar, que la violencia con- cárcel ha denominado “el derecho al mal”, es
tra las mujeres tiene un carácter estructural. En decir, el rechazo a la exigencia a las mujeres de
segundo lugar, se constata el hecho de que fun- la excelencia para lograr su aceptación social;
ciona como un mecanismo de control que, aun- sencillos porque propone ejemplos visibles y
que aplicado sobre una sola mujer cada vez, reales como el estudio de María José Varela que
impacta sobre todas las mujeres. Asimismo, que pone de manifiesto la severidad judicial con las
ha de analizarse como un continuo y que no debe mujeres que matan a su pareja en comparación
olvidarse que existe todavía una gran tolerancia con las sentencias que se producen en sentido
social hacia estas conductas. Afirma Osborne, inverso. Conceptos intuitivos como el de la
por último, que “la violencia directa, necesaria “sobredosis de amor” (en referencia al “poder
para la dominación patriarcal, no es suficiente del amor” formulado por Jónasdóttir) que se
por sí misma” para el mantenimiento de dicha demanda a las mujeres como parte de su proce-
dominación patriarcal en las sociedades occiden- so de socialización nos ayudan a comprender lo
tales contemporáneas. Con estas premisas, se que en páginas anteriores se ha explicado de
analizan en el libro los malos tratos, el acoso forma más técnica.
sexual, la violencia sexual y la violencia contra En del capítulo dedicado específicamente a
las mujeres en las guerras. Todo ello partiendo la violencia sexual, de nuevo encontramos una
de una desigual distribución de poder y un guía que nos remite a un modelo androcéntrico
modelo social determinado de masculinidad tra- de sexualidad o a los mitos que rodean las vio-
dicional hegemónica que perjudica a las mujeres laciones y al propio agresor. Recupera, con gran
pero, sin duda, también a los varones. acierto, el minucioso resumen hecho por el
El tema de la violencia de género resulta pro- Grupo de Mujeres de Boston en el ya clásico
blemático desde su propia conceptualización. El Nuestros cuerpos, nuestras vidas, que dio cuen-
término en sí ha sido objeto de enconados deba- ta de los mitos que rodean la violación, los
tes, no exentos en muchas ocasiones de auténti- malos tratos o el acoso ya en el año 1984.
ca misoginia, y la autora realiza un trabajo de Mitos que rodean a los malos tratos y que
clarificación y delimitación de conceptos que dificultan que penetre en el imaginario social la
resulta de gran utilidad y sumamente didáctico. idea de que son un problema estructural (viga
Plantea las luces y sombras del concepto de vio- maestra del texto, tal y como indicamos al prin-
lencia de género, poniendo de manifiesto desde cipio), que trasciende fronteras, nacionalidades,
un principio que el término jurídico y el socio- clases sociales y edades. Mitos que rodean la
lógico no significan lo mismo ni tienen la figura del maltratador –confundiendo factores
misma amplitud. Teniendo en cuenta que el ejer- determinantes con factores coadyuvantes- ,
cicio de la violencia no es un monopolio mascu- mitos que envuelven a las víctimas llegando a
lino, Osborne plantea con claridad meridiana culpabilizarlas generando un doble maltrato, y
que, sin embargo, “la violencia perpetrada por mitos que rodean el propio ciclo de la violencia.
las mujeres no puede ser catalogada como vio- Osborne contesta de nuevo, de forma clara y
lencia de género – esto es, como parte de un sis- precisa, a preguntas como si hay en la actuali-

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dad un mayor índice de violencia de género o pañadas de una clara toma de conciencia por
por qué ésta se produce a pesar de las leyes y en parte de la sociedad ni de las propias institucio-
países que son un modelo en cuanto a políticas nes. Por último, dedica el capítulo final a las
de igualdad, preguntas éstas que surgen de mujeres, la guerra y la violencia de género, y en
forma recurrente en foros y debates en torno al él va más allá del análisis de la violencia sexis-
tema de la violencia contra las mujeres. Acome- ta como arma de guerra, exponiendo el tema de
te asimismo una tarea metodológica que no la inserción de las mujeres en el mundo de lo
había sido desarrollada con anterioridad, o al bélico y poniendo sobre la mesa el debate del
menos no en la medida en que era precisa, dada supuesto pacifismo de las mujeres: volvemos de
la relevancia del tema: analizar, de manera críti- nuevo al espinoso asunto del “derecho al mal”.
ca y constructiva, algunas de las encuestas clave En los últimos años han proliferado los estu-
que se han realizado hasta el momento sobre dios que, desde las más diversas disciplinas,
violencia de género, y examinar también si abordan el tema de la violencia de género. Pre-
todos los casos contabilizados como violencia vención, detección, causas, impacto psicológico,
de género por parte de organizaciones feminis- análisis del propio ciclo de la violencia… Sin
tas pueden en rigor serlo, poniendo, una vez embargo, toda esta literatura no se ha traducido
más, el dedo en la llaga. en un mayor conocimiento y comprensión de la
Y de nuevo lo hace con el tema de la Ley magnitud e implicaciones de la violencia contra
Integral, efectuando las preguntas pertinentes: las mujeres por parte de la sociedad. Son muchas
¿Es inevitable la violencia, a la luz de los resul- las dudas, mitos y estereotipos no resueltos que
tados?, ¿es pertinente la obligatoriedad de la dificultan en última instancia la implantación de
denuncia para realizar una atención integral a políticas públicas encaminadas a su erradica-
las víctimas?, ¿cuál es –y cuál debería ser– el ción. Si no sabemos nombrarlo, si no compren-
papel del sistema judicial?, ¿se está trabajando demos sus causas, si no analizamos crítica y
en la medida necesaria en la rehabilitación de constructivamente su abordaje integral ¿cómo
los agresores?, ¿es ésta posible?, ¿hemos puesto actuar sobre el problema de forma eficaz?
los recursos suficientes a disposición de esta La lectura de Apuntes sobre violencia de
ley? De nuevo también, claridad y concisión: género nos permite nombrarla –y, como lo ha
“Ninguna ley acaba con los delitos, y ésta con- afirmado Celia Amorós de manera magistral,
tra la violencia de género, tampoco”. conceptualizar es politizar–, comprender sus
El capítulo dedicado al acoso sexual “como causas, valorar sus distintas manifestaciones, y
indicador patriarcal” tiene en su propio título analizar de manera crítica pero constructiva y
una declaración de principios. En él se analiza la consciente los mecanismos que se han puesto en
compleja relación entre trabajo, sexualidad y funcionamiento para acabar con ella. Y esta es
género, los problemas metodológicos que se la única vía para generar políticas públicas que
plantean en su estudio, y de nuevo los pernicio- incidan sobre el verdadero origen del problema
sos mitos que rodean el acoso: al considerar que y para concienciar a todos los sectores sociales
se trata “meramente” de una cuestión de poder y implicados de que las cuatro vigas maestras ya
autoridad se oscurecen e invisibilizan las raíces mencionadas (problema estructural, mecanismo
sexistas que lo generan y que conducen a que el de poder, continuum y tolerancia social) que
acoso se produzca no sólo por la vía jerárquica rodean la violencia contra las mujeres son las
sino por la menos contemplada vía horizontal de claves analíticas para empezar a caminar hacia
los compañeros de trabajo. Paralelamente hace su total desaparición.
un recorrido por la normativa y algunas buenas
prácticas que, lamentablemente, no van acom- Cristina Justo Suárez

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