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Chaddia Mores R
Psicóloga Organizacional
INGECADE LTDA
Bogotá 578, Parque las
Américas- Hualpén-Thno
T:(56-41)2477010 / 9-3451960
Chaddia.mores@ingecade.cl
CLAVES PARA DESARROLLAR UNA AUTOESTIMA ALTA EN LOS ESTUDIOS
Para evitar esta circunstancia es necesario evaluar nuestras habilidades y los logros
objetivamente, sin negarlos ni exagerarlos.
O directamente se fracasará porque las metas son muy difíciles de lograr con la
capacidad y el tiempo de que se dispone actualmente.
Pero si las metas establecidas son demasiado bajas, las tareas se convierten en una
rutina carente de estímulos, y los estudiantes nunca alcanzan a desplegar todas sus
capacidades.
Una investigación reveló que los estudiantes de alto desempeño escolar recurrían a
los premios por los éxitos en una proporción mucho mayor que sus compañeros de
bajo nivel de desempeño. Esa estrategia se ejemplifica con enunciados como ‘Si me
va bien en el examen, me voy a invitar al cine o me voy a comprar algo que me gusta
mucho’.
Si algo te salió mal... piensa qué puedes aprender de eso para la próxima
oportunidad... Y con la decisión de modificar la situación, incluso puedes darte una
pequeña gratificación por lo positivo que fue aprender algo nuevo.
Luego, los mismos alumnos recibieron otra prueba, igualmente fácil, pero antes de
ésta se los criticó y hostilizó, y se les dijo que era demasiado difícil para ellos, y que la
harían pobremente. El resultado fue que la hicieron muy pobremente y obtuvieron
notas muy bajas.
También es “el combustible más potente para obtener altos rendimientos personales’.
RESUMEN:
LA MOTIVACIÓN EN EL ESTUDIO
Y EL APRENDIZAJE
Motivación y motivo son términos estrechamente ligados. Estas palabras derivan del
verbo latino movere, que significa “moverse”, “poner en movimiento”, “estar listo para
la acción”.
Cuando la meta final es estimada como muy valiosa, y los obstáculos son
superables, o cuando posees férrea voluntad, estarás fuertemente motivado. Si las
clases de una materia te desagradan, serás no obstante capaz de atender y
esforzarte, porque la meta última (recibirte y trabajar de lo que te gusta, con
posibilidades de progreso) da sentido a tu situación presente.
Habrás de crear motivos que no existen. Ello es posible si te vales de tus necesidades
e intereses, que te servirán de “anzuelo” para despertar en forma colateral o derivada
el interés por la tarea a realizar.
Hay autores que consideran que una motivación es intrínseca cuando el individuo
hace o aprende algo estimulado, incitado o atraído por la misma actividad. Por
ejemplo, aprender a resolver teoremas por el placer o la satisfacción que produce la
actividad en sí, indicaría una motivación intrínseca.
En cambio, cuando el alumno realiza dicha actividad para obtener premios, notas,
para aprobar un examen, la motivación es extrínseca.
Para estimular el aprendizaje, despertar el interés, etc., habrá que manejar
adecuados incentivos, que podrán ser vistos como objetivos o metas que satisfagan
una necesidad real, en cuyo caso la motivación es intrínseca, pues la actividad
servirá en sí misma de incentivo para “lanzarse a ella”; o bien incentivos extrínsecos
en forma de premios. Nos podemos elogiar, darnos palabras de aliento, etc., para
realizar la actividad propuesta, no porque nos proporcione un placer sino, por ejemplo,
para no perder la estimación del profesor, de los demás o de uno mismo.
Para que un incentivo sea realmente eficaz, tiene que relacionarse, de una u
otra forma, con tus motivos reales. Ningún incentivo será eficaz si no se relaciona, de
algún modo, con tus motivos personales.
LA MOTIVACIÓN POSITIVA
La motivación positiva está orientada hacia una meta libremente elegida, pero la
motivación negativa surge del miedo, la coerción, las presiones psicológicas o
físicas, etc.
Porque no hay nada más fuerte y poderoso, para el individuo, que sentir que
tiene una misión por cumplir.
1) El DESEO.
3) El DEBER. No existe meta a la que uno pueda aspirar a llegar, sin hacer
absolutamente nada. El secreto de la motivación estriba en que uno debe poner
algo de sí mismo para lograr lo que desea.
El stress se asocia siempre con los cambios que nos afectan. Cuando percibimos
los cambios como amenazas, nuestro nivel de stress sube (distrés). Los factores
más importantes a tener en cuenta son:
PRACTICA LA RELAJACIÓN
DUERME BIEN
Tómate más tiempo que el necesario. Asigna más tiempo del pensado para
estudiar. Programa, en tus horarios cotidianos, un período de inactividad en
el que no se haga nada productivo.
PIDE UN MASAJE.
CAMINA.
EL CUERPO
1) La relajación
2) La autosugestión
RELAJACIÓN
Cuanto más practiques ésta técnica, más beneficios psico-físicos te brindará. Pero
hace falta perseverancia.
Te recomendamos una práctica breve (no lleva más de cinco minutos) pero constante.
Para empezar la relajación elige un sitio cómodo, con luz tenue y sin demasiados
ruidos.
Debes sentarte en una silla muy cómoda con respaldo, o en sillón, preferentemente
con un apoyabrazos. La columna vertebral debe quedar bien recta, y los pies
apoyados completamente en el suelo.
Los pasos básicos de la relajación son:
BRAZOS:
Brazo derecho:
Tensar los músculos del brazo... relajar.
Brazo izquierdo:
Tensar... relajar.
HOMBROS:
Tensa primero los hombros, subiéndolos hacia las orejas todo lo que puedas.... relaja.
Tensa los hombros apretándolos fuerte hacia atrás (sobre el sillón o la cama)... relaja.
PECHO:
Tensar el pecho conteniendo el aire.....relajar expulsando el aire.
CUELLO:
Tensar el cuello, apretando fuerte la cabeza contra el sillón o la cama (5-7 seg.)…
relajar (15-20 seg). Concéntrate en la sensación de relajación que se produce cuando
relajamos los músculos.
ESTÓMAGO:
Tensar los músculos del estómago apretando fuertemente el estómago hacia dentro...
relajar.
PIERNAS:
Derecha:
Tensar crispando los pies hacia arriba....relajar.
Izquierda:
Tensar.... relajar.
LA CARA:
Frente:
Tensar la frente subiendo las cejas hacia arriba....relajar.
Ojos:
Tensa los ojos cerrándolos y apretándolos fuertemente.... relaja.
Nariz:
Tensa la nariz subiéndola un poco hacia arriba.... relaja.
Boca:
Tensar la boca apretando los labios uno contra otro… relajar.
Concéntrate en la relajación dejando los músculos sueltos y sin tensión.
Quien más quien menos, todos hemos cometido algunos errores en la vida de
estudiantes: colosales maratones de estudio en los últimos días previos al examen,
gran parte de las horas nocturnas invertidas en el estudio, en lugar de un sueño
reparador, una reducción espontánea del alimento o, al contrario, un aumento
involuntario de éste, hartarse de aspirinas y excitantes, a veces acompañados de litros
de café, ya se sabe, son errores que se pagan con nerviosismo, ansiedad y escasa
lucidez mental, pero todos caemos en ellos alguna vez. Las excusas inmediatas que
no dudamos en sacar a relucir son: “No tengo memoria”, “No logro fijar nada en la
mente”.
Hemos visto personas ojear una lección entre un partido de tenis y un helado
con amigos y luego mostrar una memoria de elefante en clase o en el examen. Pruebe
preguntarle a ese genio cuál es su secreto. La mayoría de las veces le responderá que
se trata de racionalizar el tiempo. No se requieren largas sesiones de estudio para
memorizar mejor sino que, al contrario, resulta útil concentrarse durante breves
períodos de tiempo y poderse conceder de este modo desconexiones que
proporcionarán un descanso al cerebro.
Una buena memoria en el estudio es, en parte cuestión de método y organización.
Si no posees una buena capacidad de organización y el estudio te crea ansiedad y
problemas, prueba, para empezar, con estas sencillas pero útiles sugerencias:
Si el estudio exige esfuerzo, hacer algo, todos los días en momentos en que
quizá no tenemos ganas, ¿cómo se explica el que muchos estudiantes estudien por
voluntad propia, incluso cuando no hay que preparar un examen? Solamente hay una
respuesta: porque tienen motivos. Lo más importante para hacer algo que cuesta
(estudiar, obedecer, ayudar a los demás, sacrificarse por alguien o por algo...) es un
buen motivo para realizarlo.
¿Te has preguntado cuáles son tus motivos actuales para estudiar?
6. Educarme mejor.
Tras reflexionar sobre tus motivos para el estudio, ¿podrías decir cuáles te parecen
más válidos y cuales menos de entre los siete citados?
El orden de los mejores quizá varíe mucho, y todos puedan ser válidos.
Pero está claro, por la evidencia estadística, que los peores motivos (en este orden)
son: el 1, el 2 y el 3.
¿Es posible, entonces, desarrollar en uno mismo más y mejores motivos para el
estudio?
Con estos procedimientos se busca que el trabajo de estudiar tenga sentido para
quien lo realiza, y en consecuencia, sea atrayente.
MOTIVACION Y CAPACIDAD
Los primeros éxitos en la escuela toman toda su importancia: un niño que ha tenido la
satisfacción de haber triunfado, anticipará otra vez el triunfo. Un niño que conoce el
fracaso va, por el contrario, a desarrollar una motivación de fuga con respecto a la
tarea.
Cada uno de nosotros será motivado para el estudio cuando sepa cuáles son los
objetivos de la tarea y cuando tenga real interés en lograrlos. El profesor es el
encargado de clarificar dichos objetivos y de despertar e incentivar el interés por ellos.
Por eso, adopta como regla general no comenzar nunca a hacer una cosa que no
confíes seriamente en que puedes realizarla.
Frente al encontrar aburridas todas las asignaturas, lo que lleva a estudiar con
desgana. Te ayudará mucho buscar los puntos de interés de cada materia, directo o
indirecto, para que el trabajo te resulte más ameno.
Cada materia tiene una utilidad que debe ser conocida claramente, lo cual permite
asimilarla, y casi siempre, disfrutarla.
GEOGRAFÍA: Para conocer el mundo y sus bellezas; dónde y cómo viven otros seres
humanos; cuando viajes, podrás aprovechar mejor lo que veas y experimentes;
acrecentar conocimientos de Economía y de Política.
MATEMÁTICAS: Descubrir leyes lógicas por otro camino que el de las palabras;
ejercitar el cerebro, descubrir la base de las ciencias y las profundas interrelaciones
con otras disciplinas, conocer y seleccionar adecuadamente representaciones gráficas
y algebraicas, figuras geométricas, magnitudes y unidades de medida.
FÍSICA: Comprender las leyes que rigen los movimientos de los cuerpos y de todo el
Universo, rastrear el origen del Cosmos, la diversas formas de la energía, reconocer
los principales componentes microscópicos de los materiales, explorar diferentes
fenómenos eléctricos y magnéticos analizando cómo puede transformarse, por
ejemplo, la energía eléctrica, etc.,
Muchas personas aprenden más cuando escuchan una música suave y tranquila. Lo
mejor es la música barroca, pero si no es de tu gusto puedes elegir otra que te sea
agradable. Por supuesto, la condición esencial es que no tenga un volumen o
características rítmicas que te impidan la concentración en el trabajo intelectual.
Debemos usar todos los recursos educacionales disponibles, incluyendo las últimas
herramientas de Internet, para estimular a nuestro cerebro (respetando nuestro perfil)
a adquirir el hábito de progresar en los conocimientos y el estudio, durante toda
nuestra vida de adultos, evitando desde el principio la posibilidad del abandono de la
escuela, la marginación social, etc.
LA SERENIDAD
La serenidad es una actitud conveniente para todas las actividades de la vida, pero
llega a ser esencial cuando se tiene que utilizar la mente con todas sus capacidades,
como ocurre en el estudio. Un estado de ánimo tranquilo, relajado, libre de
preocupaciones, es el ideal para estudiar con provecho. Sin embargo, todos sabemos,
por propia experiencia, lo difícil que resulta mantenerse en ese estado cuando nos
abruma la tensión producida por un exceso de obligaciones o de inquietudes.
Resulta bastante normal que en esos casos los nervios se desaten, ocasionando
efectos muy penosos: la mente deja de funcionar con eficacia y el rendimiento del
trabajo intelectual puede llegar a caer rápidamente a cero.
Para evitar esto, hay que estar sobre aviso de estos peligros, tratar de mantener
siempre el dominio de uno mismo y la calma en cualquier circunstancia.
LA PREOCUPACIÓN
Cuando uno se pone a estudiar con determinación y energía, los temores se mitigan
extraordinariamente, y sólo suelen recobrar su crudeza al cesar la actividad.
Cada uno de nosotros será motivado para el estudio cuando sepa cuáles son los
objetivos de la tarea y cuando tenga real interés en lograrlos. El profesor es el
encargado de clarificar dichos objetivos y de despertar e incentivar el interés por ellos.
Por eso, adopta como regla general no comenzar nunca a hacer una cosa que no
confíes seriamente en que puedes realizarla.
Cuando se produce un fracaso y no se llega a completar una tarea, se produce una
insatisfacción y un cierto sentimiento de culpabilidad que lleva a perder tiempo y
energía.
Frente al encontrar aburridas todas las asignaturas, lo que lleva a estudiar con
desgana: te ayudará mucho buscar los puntos de interés de cada materia, directo o
indirecto, para que el trabajo te resulte más ameno.
No lo entiendo
El inglés es difícil
No me gusta el inglés
¿Quieres decir que no te gusta saber hablar inglés o que no te gusta estudiar
inglés?
No me gusta la gramática
El re-estímulo es el proceso por medio del cual la acción iniciada por un sujeto
proporciona ulterior fuente de estímulo. Así, las consecuencias influyen en sus
actos sucesivos.
Por ejemplo, si te propones una meta como terminar en una semana la lectura o el
estudio de la mitad de una materia y llegas a tu cometido, el re-estímulo significa que
este logro te dará nuevas energías, entusiasmo y confianza para continuar para
terminar con esa materia, y este proceso continúa afirmándose a sí mismo y
expandiéndose a las demás materias de estudio.
· DESEO DE SEGURIDAD.
· DESEO DE RECONOCIMIENTO.
DESEO DE SEGURIDAD
Ejemplos:
· un ofrecimiento de pasantía,
Que te llamen por tener uno de los mejores promedios para cubrir un cargo
interesante, etc.
· Sentirte apreciado,
· poder seducir,
· tener romances,
· Nuevas materias,
· Prácticas interesantes,
· Deseos absolutamente personales: “Qué bueno, cuando llegue a ser médico como
mi tío...”, “Si me organizo para estudiar lo haré tranquilo, aprobaré y tendré tiempo
para divertirme...”
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Y ORIENTACIÓN VOCACIONAL
Según los expertos, los factores ligados a este hecho, están relacionados
directamente con el proceso que debió preceder el inicio de la universidad, y que por
múltiples razones, no se llevó a cabo con la sistematicidad necesaria, ni la experticia y
el tiempo esperados para obtener éxito al reducir la deserción e insatisfacción personal
que redunda en la profesional: La Orientación Vocacional.
La Orientación Vocacional, aunque no es un concepto unívoco, puede ser
entendida como el proceso de ayuda en la elección de una profesión, la preparación
para ella, el acceso al ejercicio de la misma y la evolución y progreso posterior.
Sin embargo, debemos acercarnos más a nuestra realidad ¿en verdad a los
adolescentes les interesa verse inmersos en un programa vocacional? Investigaciones
recientes en el área concluyen que a pesar del proceso de Orientación Vocacional, la
elección vocacional definitiva depende, básicamente, de los siguientes elementos:
El filósofo Pascal escribió en cierta ocasión, hace más de 300 años, que "nada es
más poderoso que una idea cuyo tiempo ha llegado". Pues bien, la Inteligencia
Emocional es una idea cuyo tiempo ha llegado. La publicación del libro de Daniel
Goleman “Inteligencia Emocional”, se ha convertido en un gran éxito editorial, en un
fenómeno de masas. Y sin embargo, la obra de Goleman no dice nada nuevo:
básicamente, que la inteligencia medida tradicionalmente (a través del cociente
intelectual) no se correlaciona con el éxito profesional. Algo ya comentado por el
periodista Walter Lipman en los años 20 y por David McClelland en su famoso artículo
de 1973, “Testing for Competence Rather than Inteligence”.
El modelo que nos presenta Goleman fue propuesto por primera vez en 1990 por
Peter Salovey, de la Universidad de Yale, y John Mayer, de la Universidad de New
Hamsphire, en un libro que no alcanzó tanto éxito como el de Goleman. Salovey y
Mayer consideran que hay cinco dominios de la inteligencia emocional: autoconfianza,
autocontrol, persistencia, empatía y dominio de las relaciones. En “Competence at
Work”, Lyle Spencer, siguiendo la línea de McClelland, formaba cinco competencias
muy similares en su diccionario: autocontrol, autoconfianza, orientación al logro,
comprensión interpersonal e impacto e influencia. Y, lo que es más interesante
todavía, las tres que suponen gestión de uno mismo (Gardner lo llamaría inteligencia
interpersonal), esto es, autoconfianza, autocontrol y perseverancia, están ligadas a la
motivación por el logro; las dos restantes, empatía y capacidad de ilusionar a otros
(inteligencia interpersonal, en la terminología de Gardner), son competencias ligadas a
los motivos de afiliación y poder social, respectivamente.
¿Acaso no son estas competencias básicas para una efectiva elección vocacional?
En este sentido, los cinco componentes del coeficiente emocional coinciden con
ello, tres son capacidades relativas a la persona (autoconocimiento, autocontrol y
automotivación) o lo que llamamos Inteligencia Intrapersonal; y los otros dos, relativos
a las otras personas (conocer las emociones de los demás y asertividad), que
denominamos Inteligencia Interpersonal.
De acuerdo con el planteamiento anterior, los dos primeros pasos dentro del
proceso de toma de decisiones, involucran necesariamente la primera instancia del
proceso de Orientación Vocacional, o como hemos convenido en llamarlo, la
identificación de mis potencialidades y debilidades usando la Inteligencia Emocional
como base esencial para el autoconocimiento. El estimular los cinco elementos del
cociente intelectual emocional, son la clave para trabajar y entrenar a los alumnos en
esta instancia. Recurrir a las pruebas psicológicas estandarizadas, puede ser un
recurso para ayudar al alumno a evaluar sus aptitudes y sopesar sus intereses; todo
ello será efectivo, si no olvidamos recurrir a la reflexión, a la transferencia de esa
información a la situación real del alumno, poniendo en perspectiva estos resultados
con la información que ya tiene sobre quién es como persona y qué quiere, en relación
con sí mismo y con quienes lo rodean. Las pruebas psicológicas no son malas en sí
mismas, son inadecuadas en la medida que no hacemos uso apropiado de los
resultados que arrojan.
Este cuarto paso me lleva en forma gradual al quinto, seleccionar las mejores
alternativas, para luego, en consecuencia, poner manos a la obra: prepararme para las
pruebas de admisión, revisar y actualizar documentos, realizar las respectivas pre-
inscripciones, etc. Es decir, afrontar la realidad y ejecutar las acciones que me
permitan alcanzar el éxito en lo que me propuse. Éxito que sin duda será el resultado
efectivo del largo camino recorrido.
Entre los objetivos que como Orientador debo plantearme para desarrollar
destrezas emocionales que permitan optimizar la inteligencia emocional de los
alumnos (nótese que hablo de alumnos, para no circunscribir el proceso a la
adolescencia, pues es ideal iniciarlo mucho antes), encontramos:
Mejorar el Autocontrol
en una forma apropiada a la edad; la sensación de control interno. Soy dueño de mi
vida.
• Trabaje la empatía, abrirse a los demás. Observe y escuche. Fíjese en sus gestos,
en su mirada, en su forma de hablar. Aprenda a sentir lo que ellos sienten.
• Ofrezca oportunidades para que analicen sus tensiones e instintos. Sin reprimirse,
ponga orden y canalícelos.
• Busque oportunidades para reír. La risa y el buen humor nos hacen más felices. Y,
además, parece que alargan la vida.
La pregunta que rompe paradigmas ¿qué podrían hacer en su escuela, que si
lo hiciera hoy, cambiaría dramáticamente el proceso de Orientación Vocacional hacia
un proceso asertivo y favorecedor de aprendizajes? Esta es una pregunta, que cada
cual debe responder, en función de su vivencia y de su práctica en su institución, nos
mueve a la frontera de nuestro propio paradigma del ser orientador, qué es lo que
actualmente no hago, que si lo hiciera, mejoraría tremendamente mi labor; el contestar
a esta pregunta, hacerlo de forma honesta, y escribir el compromiso que como
orientadores tenemos hacia el cambio que la respuesta suponga, es un ejercicio de
inteligencia emocional y racional; el hacerlo, un reto, y el caminar en el compromiso,
una realidad posible en beneficio de todos.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA