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2014

Inteligencia Emocional en los


Estudios

Chaddia Mores R
Psicóloga Organizacional

INGECADE LTDA
Bogotá 578, Parque las
Américas- Hualpén-Thno
T:(56-41)2477010 / 9-3451960
Chaddia.mores@ingecade.cl
CLAVES PARA DESARROLLAR UNA AUTOESTIMA ALTA EN LOS ESTUDIOS

1) ESTABLECER OBJETIVOS Y PLAZOS RAZONABLES

En cuanto a nuestro desempeño, cualquiera sea éste, comencemos gradualmente de


menor a mayor dificultad, para evitar la frustración, experimentando, desde un
principio, el éxito en pequeña escala.

No olvides que LA BAJA AUTOESTIMA SE ENCUENTRA LIGADA CON EL


PLANTEO, A UNO MISMO, DE EXIGENCIAS IMPOSIBLES DE CUMPLIR.

Las expectativas elevadas no realistas significan grandes decepciones. Y la decepción


golpea la autoestima. Cierra las llaves del impulso.

Para evitar esta circunstancia es necesario evaluar nuestras habilidades y los logros
objetivamente, sin negarlos ni exagerarlos.

Depende de ti determinar la cantidad de tiempo y esfuerzo que destinarás a cada tarea


y el nivel de calidad que tratarás de alcanzar.

Si te fijas objetivos demasiado altos, se producirán postergaciones por temor al


fracaso.

O directamente se fracasará porque las metas son muy difíciles de lograr con la
capacidad y el tiempo de que se dispone actualmente.

Pero si las metas establecidas son demasiado bajas, las tareas se convierten en una
rutina carente de estímulos, y los estudiantes nunca alcanzan a desplegar todas sus
capacidades.

2) PREMIARTE LOS LOGROS

Si has hecho algo bien..... Prémiate.

Una investigación reveló que los estudiantes de alto desempeño escolar recurrían a
los premios por los éxitos en una proporción mucho mayor que sus compañeros de
bajo nivel de desempeño. Esa estrategia se ejemplifica con enunciados como ‘Si me
va bien en el examen, me voy a invitar al cine o me voy a comprar algo que me gusta
mucho’.

Muchas veces el dejar de estudiar ya es un premio en sí mismo: una consecuencia


reforzadora. Así que sólo debes suspender cuando hayas completado alguna meta. Si
tiendes a distraerte, como ejemplo, con un texto de historia, ya leído varias veces sin
entenderlo, y tu atención divaga, puedes decirte: (Automonitoreo) “Me voy a
concentrar ahora para captar estas dos páginas y luego tomaré un descanso”. El
descanso será el premio por focalizarte en esas dos páginas, y no abandonar sin
haber cumplido nada.

Es fundamental lograr algún “cierre” de un tema, antes de la gratificación que te


darás. El mismo “cierre” es una satisfacción en sí. Algo terminado.
3) SI HAY FRACASOS, TOMARLOS COMO ABSOLUTAMENTE TEMPORALES

Si algo te salió mal... piensa qué puedes aprender de eso para la próxima
oportunidad... Y con la decisión de modificar la situación, incluso puedes darte una
pequeña gratificación por lo positivo que fue aprender algo nuevo.

Cuando se sufre un traspié en el estudio, hay dos pasos fundamentales para


conservar una autoestima alta, factor imprescindible para mejorar:

Primer paso: Entender que no somos el traspié. Esto se llama ‘distanciamiento


estratégico’: saber que somos más que nuestros problemas.

Por lo tanto, no escapes simplemente echándote la culpa.

Segundo paso: Encarar el fracaso como temporal, circunstancial. Piensa de esta


manera: "Lo he hecho lo mejor que he podido teniendo en cuenta como soy yo y mis
circunstancias. La próxima vez, lo haré mejor".

4) RECONOCER QUE LA AUTOESTIMA ALTA PRODUCE INDEFECTIBLEMENTE


BUENOS RESULTADOS

En una prueba científicamente supervisada, se elogió a los estudiantes por su


inteligencia y capacidad y, al comienzo de una prueba, se les aseguró que ésta sería
fácil para ellos.

Al elogio, respondieron trabajando mucho mejor que el término medio y obteniendo


notas muy altas.

Luego, los mismos alumnos recibieron otra prueba, igualmente fácil, pero antes de
ésta se los criticó y hostilizó, y se les dijo que era demasiado difícil para ellos, y que la
harían pobremente. El resultado fue que la hicieron muy pobremente y obtuvieron
notas muy bajas.

La moraleja es que la autoestima alta PRODUCE SEGURIDAD EN UNO MISMO,


POR LO TANTO, ES EL BUEN HABITO EMOCIONAL.

También es “el combustible más potente para obtener altos rendimientos personales’.

RESUMEN:

LOS TRES ASPECTOS DE LA AUTOESTIMA:

1. Hacer una correcta evaluación de nuestras capacidades.

2. Hacernos responsables de nuestro propio aprendizaje.

3. Pensar positivamente sobre el desarrollo de nuestras habilidades de estudio.


CLAVES DE LA AUTOESTIMA ALTA EN LOS ESTUDIOS:

1) Establecer objetivos y plazos razonables.

2) Premiarte los logros.

3) Si hay fracasos, tomarlos como absolutamente temporales.

4) Reconocer que la autoestima alta produce indefectiblemente buenos resultados.

LA MOTIVACIÓN EN EL ESTUDIO
Y EL APRENDIZAJE

El gran filósofo norteamericano Ralph W. Emerson escribió: ‘Ninguna gran empresa


se llevó a cabo sin entusiasmo’.

Y no es posible tener entusiasmo si se carece de un motivo.

Motivación y motivo son términos estrechamente ligados. Estas palabras derivan del
verbo latino movere, que significa “moverse”, “poner en movimiento”, “estar listo para
la acción”.

Cuando la meta final es estimada como muy valiosa, y los obstáculos son
superables, o cuando posees férrea voluntad, estarás fuertemente motivado. Si las
clases de una materia te desagradan, serás no obstante capaz de atender y
esforzarte, porque la meta última (recibirte y trabajar de lo que te gusta, con
posibilidades de progreso) da sentido a tu situación presente.

Si NO tienes motivos para aprender:

 Te preguntarás para qué necesitas estudiar.


 No verás el sentido de lo que haces.
 No tendrás aparentemente ningún interés, necesidad o impulso que te mueva a
estudiar.

Es indispensable un manejo adecuado de los incentivos.

Habrás de crear motivos que no existen. Ello es posible si te vales de tus necesidades
e intereses, que te servirán de “anzuelo” para despertar en forma colateral o derivada
el interés por la tarea a realizar.

LAS FORMAS DE MOTIVACIÓN

Hay autores que consideran que una motivación es intrínseca cuando el individuo
hace o aprende algo estimulado, incitado o atraído por la misma actividad. Por
ejemplo, aprender a resolver teoremas por el placer o la satisfacción que produce la
actividad en sí, indicaría una motivación intrínseca.

En cambio, cuando el alumno realiza dicha actividad para obtener premios, notas,
para aprobar un examen, la motivación es extrínseca.
Para estimular el aprendizaje, despertar el interés, etc., habrá que manejar
adecuados incentivos, que podrán ser vistos como objetivos o metas que satisfagan
una necesidad real, en cuyo caso la motivación es intrínseca, pues la actividad
servirá en sí misma de incentivo para “lanzarse a ella”; o bien incentivos extrínsecos
en forma de premios. Nos podemos elogiar, darnos palabras de aliento, etc., para
realizar la actividad propuesta, no porque nos proporcione un placer sino, por ejemplo,
para no perder la estimación del profesor, de los demás o de uno mismo.

Para que un incentivo sea realmente eficaz, tiene que relacionarse, de una u
otra forma, con tus motivos reales. Ningún incentivo será eficaz si no se relaciona, de
algún modo, con tus motivos personales.

LA MOTIVACIÓN POSITIVA

La motivación positiva está orientada hacia una meta libremente elegida, pero la
motivación negativa surge del miedo, la coerción, las presiones psicológicas o
físicas, etc.

La segunda, además de que puede resultar perniciosa, jamás puede compararse a la


primera. El temor puede producir cambios extraordinarios en períodos cortos, pero la
aspiración perdura como fuente continua de aprendizaje y crecimiento.

Porque no hay nada más fuerte y poderoso, para el individuo, que sentir que
tiene una misión por cumplir.

LOS TRES ELEMENTOS DE LA MOTIVACIÓN

Toda motivación parece constar de tres factores básicos:

1) El DESEO.

2) El PODER. Si alguien desea lo imposible, lo que sabe positivamente que es


inalcanzable para él, no tendrá una verdadera motivación, intensa y sostenida.

3) El DEBER. No existe meta a la que uno pueda aspirar a llegar, sin hacer
absolutamente nada. El secreto de la motivación estriba en que uno debe poner
algo de sí mismo para lograr lo que desea.

Estos tres elementos deben aunarse para alcanzar y sostener la verdadera


motivación.
EL ESTRÉS DEL ESTUDIANTE

¿Qué pasa cuando sientes ansiedad, angustia, nerviosismo, molestias en el


estómago, en el pecho, en la garganta?

En esos momentos estás bajo tu respuesta de STRESS. Movilizando tu


organismo ante la exigencia interna o externa. Se producen una serie de cambios
fisiológicos, de pensamientos y emociones.

FACTORES QUE PROMUEVEN EL STRESS

El stress se asocia siempre con los cambios que nos afectan. Cuando percibimos
los cambios como amenazas, nuestro nivel de stress sube (distrés). Los factores
más importantes a tener en cuenta son:

1) ACUMULAR EL CANSANCIO. Por la sobrecarga horaria, y/o una vida muy


exigida, que no respeta los ritmos noche-día, actividad-reposo.

2) DESCONTROLARSE EN LAS EMOCIONES.

3) SER PESIMISTA. Si no crees que tienes la capacidad de cambiar tu vida para


mejorar, estarás más predispuesto a ejercer el papel de víctima. Si en cambio eres
una persona optimista que piensa que puede hacer cambios en su vida, no sólo
aceptarás las circunstancias difíciles, sino que podrás identificar los problemas e
idear planes para resolver los que le crean stress en tu vida.

4) REALIZAR ACTIVIDADES A DISGUSTO.

5) SUFRIR UNA PÉRDIDA IMPORTANTE.

RESPUESTAS CREATIVAS AL STRESS

 EVITA LA ACUMULACIÓN DE STRESS

Cuando entras en él, trata de percatarte de inmediato y salir, recuperando la


iniciativa, la energía, y tomando acciones concretas para aliviarlo, evitando
su acumulación.

 REALIZA CON REGULARIDAD EJERCICIOS FÍSICOS

El ejercicio físico reduce el stress, alivia la tensión. Reduce la ansiedad, la


depresión y la hostilidad que surgen con los niveles altos de stress.
Al sufrir stress, el organismo produce una hormona potencialmente tóxica,
la noradrenalina. El ejercicio ayuda a quemarla. También con el ejercicio se
generan endorfinas, que inhiben el dolor, elevan el estado emocional y
facilitan la relajación psicofísica.
 SÉ OPTIMISTA

Estudios psicológicos confirman que las personas optimistas sufren menos


señales físicas que las pesimistas. La predisposición hacia el optimismo o el
pesimismo determinará la cantidad de reacción de stress innecesaria que
experimentarás a lo largo de tu vida. Si constantemente te encuentras en un
estado de alerta por la anticipación de desastres que nunca llegan, tu
cuerpo pasa por reacciones de stress de igual manera que si en realidad
ocurrieran esos desastres.

Por lo tanto: NO TE APRESURES CON LOS JUICIOS Y LAS


INTERPRETACIONES. Pregúntate si estás reaccionando a un hecho real o
bien a un temor por algo que pudiera suceder. Posterga toda reacción hasta
tener la certeza sobre lo que ocurre. Al presentarse un problema, busca
soluciones en lugar de quedarte atrapado en conclusiones.

Para ser más optimista, AYÚDATE APRENDIENDO DE OTROS. Escucha


grabaciones sobre motivación y lee materiales acerca del mismo tema. Se
puede aprender a ser optimista. Se puede aprender a desarrollar una
actitud más positiva hacia la vida. Si no eres típicamente optimista, estudia
lo que enseña la gente que practica el ver la vida desde una perspectiva
positiva.

 PRACTICA LA RELAJACIÓN

El stress pone en acción una serie de respuestas bioquímicas. La


relajación física pone en movimiento una serie de respuestas bioquímicas
prácticamente opuestas a las que causan el stress. También procura
ESCUCHAR MÚSICA ESPECIALMENTE COMPUESTA PARA LA
RELAJACIÓN, O CON SONIDOS DE LA NATURALEZA.

 DUERME BIEN

Al dormir, el cerebro almacena substancias bioquímicas que ayudan a tratar


con el stress. Todos conocemos los efectos de la falta de sueño
combinados con una situación estresante. EVITA ACTIVIDADES FISICAS
INTELECTUALES FUERTES ANTES DE IR A DORMIR.

 EVITA LA PRESIÓN DEL RELOJ

Tómate más tiempo que el necesario. Asigna más tiempo del pensado para
estudiar. Programa, en tus horarios cotidianos, un período de inactividad en
el que no se haga nada productivo.

Como todos experimentamos ansiedad por el tiempo improductivo


(demoras, atascamientos, esperas, etc.), ENCUÉNTRATE PREPARADO
PARA APROVECHAR ESE TIEMPO EN APRENDER ALGO. Lleva un libro
a un lugar donde puede haber demoras. Usa, por ejemplo, el tiempo de
viaje para aprender o repasar.

Por otro lado, y respecto al tiempo, recuerda que TENER HORARIOS Y


RUTINAS CREAN UNA SENSACION DE ORDEN PROPICIA PARA
EVITAR EL STRESS.
.
 NO TOMES COMPROMISOS PORQUE SÍ.

 NO SUBESTIMES LA IMPORTANCIA DE COMUNICAR TUS


SENTIMIENTOS CON PALABRAS.

 COMPARTE TUS PROBLEMAS. UN PROBLEMA QUE SE COMPARTE ES


UN PROBLEMA QUE SE SOLUCIONA.

 PIDE UN MASAJE.

 BUSCA SITUACIONES PARA REIR.

 REDUCE LA SOBRECARGA DE ACTIVIDAD EN TU CASA.

 AYÚDATE CON UN COMPLEJO VITAMÍNICO.

 MANTÉN CONTACTO CON LA NATURALEZA.

 SI TIENES GANAS, NO TE REPRIMAS Y LLORA.

 COLOCA LOS PROBLEMAS EN SU JUSTA PERSPECTIVA.

 BUSCA EL LADO POSITIVO A UNA MATERIA QUE TE DESAGRADA.

 CAMINA.

EL CUERPO

El cuerpo también puede distraer cuando las necesidades biológicas no están


satisfechas.

Las variables para tener en cuenta, respecto al cuerpo, son éstas:

 Una buena salud general.


 Una alimentación adecuada. Tratar de evitar los tóxicos como tabaco,
drogas, alcohol, café, mate en exceso. Hacer un desayuno nutritivo. La
digestión tarda un par de horas, pero la absorción intestinal mucho más. Si
el desayuno consta solamente de café con leche, pan blanco, manteca y
dulces, casi no ingerimos proteínas. La glucemia (tenor de azúcar en
sangre) dependerá de la cena anterior. Se recomienda tomar cereales,
leche descremada, queso, jugo de naranja, etc. (evitando las grasas que
aumentan el colesterol).
 Horarios de sueño apropiados: No es aconsejable el estudio nocturno,
con el pretexto de que hay más tranquilidad. Se trastoca tu vida y la de toda
la familia. Según el individuo, deberá dormir entre 6 y 9 horas. ¿Sabías que
la hora de siesta vale por dos nocturnas? Aunque duermas media hora de
siesta, tu fatiga bajará a cero y comenzarás como nuevo/a.
 Falta de “caricias” positivas: La soledad es un poderoso distractor,
también. Conviene que intercales acercamientos afectuosos,
preferentemente como refuerzos luego de cumplir tus horarios o metas de
estudio.
¿CÓMO LOGRAR BUENAS
CONDICIONES PSICO-FÍSICAS?

Las buenas condiciones psico-físicas se alcanzan a través de dos herramientas


fundamentales, que son recomendadas por todos los especialistas en métodos de
estudio, y su efecto positivo ha sido verificado en diversas pruebas científicas, a través
de la estadística.

Esas dos herramientas son:

1) La relajación
2) La autosugestión

Daremos los principios de la relajación y la autosugestión para que los


practiques y te beneficies con ellos.

RELAJACIÓN

El uso de la relajación muscular, junto con la respiración controlada, limita la


ansiedad, mantiene el cuerpo saludable y contribuye a la lucidez mental (porque
puede ayudar a crear pausas donde, además del cuerpo, se relaja la mente,
convirtiendo esos minutos de práctica en verdaderos ‘descansos cerebrales’).

RELAJACIÓN MUSCULAR PROGRESIVA

La relajación no solamente es un instrumento comprobadamente eficaz para crear


mejores condiciones psico-físicas para el estudio y para el buen desempeño en los
exámenes, sino que propende a una mejor salud y además es la condición necesaria
para una autosugestión eficaz.

Cuanto más practiques ésta técnica, más beneficios psico-físicos te brindará. Pero
hace falta perseverancia.

Te recomendamos una práctica breve (no lleva más de cinco minutos) pero constante.

Puedes realizarla dos o tres veces por día.

La relajación es altamente recomendable, gratuita, y lo que es más


importante: ¡no tiene contraindicaciones!

CÓMO PRACTICAR UNA RELAJACIÓN MUSCULAR PROGRESIVA

Para empezar la relajación elige un sitio cómodo, con luz tenue y sin demasiados
ruidos.

Debes sentarte en una silla muy cómoda con respaldo, o en sillón, preferentemente
con un apoyabrazos. La columna vertebral debe quedar bien recta, y los pies
apoyados completamente en el suelo.
Los pasos básicos de la relajación son:

 Tensar los músculos de una parte del cuerpo durante 5 a 7 segundos.


 Relajar de 15 a 20 segundos.

Es necesario que te concentres primero en la tensión como algo desagradable, y


después en la relajación, que se produce como algo agradable.

Sobre el orden a seguir en el ejercicio, conviene destacar que obedece a la siguiente


razón: los músculos largos -brazos y piernas - son bastante más fáciles de relajar
que los músculos cortos - los de la cara, por este motivo a esta relajación se la llama
“progresiva”.

EL EJERCICIO SE REALIZA EN LA SIGUIENTE SECUENCIA:

BRAZOS:
Brazo derecho:
Tensar los músculos del brazo... relajar.

Brazo izquierdo:
Tensar... relajar.

HOMBROS:
Tensa primero los hombros, subiéndolos hacia las orejas todo lo que puedas.... relaja.

Tensa los hombros apretándolos fuerte hacia atrás (sobre el sillón o la cama)... relaja.

PECHO:
Tensar el pecho conteniendo el aire.....relajar expulsando el aire.

Centrarse después en la relajación, respirando normalmente y dejando los músculos


del pecho sueltos, relajados, sin tensión.

CUELLO:
Tensar el cuello, apretando fuerte la cabeza contra el sillón o la cama (5-7 seg.)…
relajar (15-20 seg). Concéntrate en la sensación de relajación que se produce cuando
relajamos los músculos.

ESTÓMAGO:
Tensar los músculos del estómago apretando fuertemente el estómago hacia dentro...
relajar.

MÚSCULOS DE DEBAJO DE LA CINTURA:


Tensar los músculos de debajo de la cintura apretando las nalgas contra el sillón 5-7
segundos... relajar y centrarse en la relajación que se produce en estos músculos,
dejarlos sueltos, sin tensión.

PIERNAS:
Derecha:
Tensar crispando los pies hacia arriba....relajar.

Izquierda:
Tensar.... relajar.
LA CARA:
Frente:
Tensar la frente subiendo las cejas hacia arriba....relajar.

Concentrarte en la relajación de esta zona corporal.

Ojos:
Tensa los ojos cerrándolos y apretándolos fuertemente.... relaja.

Nariz:
Tensa la nariz subiéndola un poco hacia arriba.... relaja.

Boca:
Tensar la boca apretando los labios uno contra otro… relajar.
Concéntrate en la relajación dejando los músculos sueltos y sin tensión.

Un factor clave en la relajación es el proceso respiratorio. Es preciso concentrarse


en la respiración sin alterar su ritmo o profundidad. Intercalar cada tanto, entre las
otras, la fórmula ‘ESTOY RESPIRANDO EN FORMA TOTALMENTE TRANQUILA’.

Cualquier modificación voluntaria puede tener efectos perturbadores e implicar


contracciones musculares.

Al terminar el ejercicio, PARA SALIR DEL ESTADO DE PROFUNDA


RELAJACIÓN: efectuar movimientos sucesivos; hacer varias flexiones y
extensiones enérgicas con los brazos, inspirar fuertemente, abrir los ojos, y
desperezarse.

APRENDIZAJE SIN ESTRÉS

Quien más quien menos, todos hemos cometido algunos errores en la vida de
estudiantes: colosales maratones de estudio en los últimos días previos al examen,
gran parte de las horas nocturnas invertidas en el estudio, en lugar de un sueño
reparador, una reducción espontánea del alimento o, al contrario, un aumento
involuntario de éste, hartarse de aspirinas y excitantes, a veces acompañados de litros
de café, ya se sabe, son errores que se pagan con nerviosismo, ansiedad y escasa
lucidez mental, pero todos caemos en ellos alguna vez. Las excusas inmediatas que
no dudamos en sacar a relucir son: “No tengo memoria”, “No logro fijar nada en la
mente”.

El problema puede complicarse cada vez más, si no tratan de hallarse sus


verdaderas causas e incluso puede inducir a renunciar a los estudios. Y no sólo eso, si
no que hasta muchos años después de la experiencia de la escuela, el estudio puede
seguir siendo un trauma para nosotros y crearnos dificultades cuando, por uno u otro
motivo, nos vemos obligados a volver a los libros, ya sea para unas oposiciones o
simplemente para obtener el carnet de conducir.

Hemos visto personas ojear una lección entre un partido de tenis y un helado
con amigos y luego mostrar una memoria de elefante en clase o en el examen. Pruebe
preguntarle a ese genio cuál es su secreto. La mayoría de las veces le responderá que
se trata de racionalizar el tiempo. No se requieren largas sesiones de estudio para
memorizar mejor sino que, al contrario, resulta útil concentrarse durante breves
períodos de tiempo y poderse conceder de este modo desconexiones que
proporcionarán un descanso al cerebro.
Una buena memoria en el estudio es, en parte cuestión de método y organización.
Si no posees una buena capacidad de organización y el estudio te crea ansiedad y
problemas, prueba, para empezar, con estas sencillas pero útiles sugerencias:

1. Si estudias para un examen, calcula aproximadamente cuántas páginas debes


estudiar al día hasta la fecha fatídica y trata de respetar los programas de
estudio;
2. Aprende a estudiar en turnos de 30 minutos cada vez, con intervalos de hasta
5 y 10 minutos;
3. No empieces por el tema más difícil; afronta en primer lugar las partes más
accesibles, pues la satisfacción de saberse la lección recarga las pilas de la
memoria.

Si aplicas con empeño estas sugerencias, ya habrá puesto su memoria en


disposición de trabajar en paz.

¿QUÉ MOTIVOS TENGO PARA ESTUDIAR?

Si el estudio exige esfuerzo, hacer algo, todos los días en momentos en que
quizá no tenemos ganas, ¿cómo se explica el que muchos estudiantes estudien por
voluntad propia, incluso cuando no hay que preparar un examen? Solamente hay una
respuesta: porque tienen motivos. Lo más importante para hacer algo que cuesta
(estudiar, obedecer, ayudar a los demás, sacrificarse por alguien o por algo...) es un
buen motivo para realizarlo.

¿Te has preguntado cuáles son tus motivos actuales para estudiar?

Mira a ver si es alguno de los siguientes:

1. No poder hacer ninguna otra cosa.

2. Conseguir un premio o evitar un castigo.

3. Complacer a mis padres y profesores.

4. Quiero prepararme para una profesión que me gusta.

5. Encontrar respuesta a muchas cosas que despiertan mi


curiosidad.

6. Educarme mejor.

7. Ser más útil a los demás.

Tras reflexionar sobre tus motivos para el estudio, ¿podrías decir cuáles te parecen
más válidos y cuales menos de entre los siete citados?

El orden de los mejores quizá varíe mucho, y todos puedan ser válidos.

Pero está claro, por la evidencia estadística, que los peores motivos (en este orden)
son: el 1, el 2 y el 3.
¿Es posible, entonces, desarrollar en uno mismo más y mejores motivos para el
estudio?

Afortunadamente, sí es posible. Puedes conseguir, si te lo propones de verdad, que


una asignatura que te resultaba una “lata” llegue a ser interesante. A continuación te
sugerimos algunos procedimientos:

1. Proponte pequeñas metas cada día y comprueba si las has


conseguido; ·Relaciona el contenido de la asignatura con algo que te
guste.
2. Comenta de vez en cuando algún aspecto de la asignatura con
compañeros muy interesados en ella, o con el profesor.
3. Realiza algunas tareas en equipo.
4. Hazte preguntas a ti mismo en relación con el contenido de un tema
antes de estudiarlo, y trata de responderlas a medida que lo vayas
conociendo.
5. Estudia de una forma activa: reflexiona, subraya lo importante, consulta
en el diccionario o enciclopedia lo que no entiendas o exija ser
ampliado, etc.

Con estos procedimientos se busca que el trabajo de estudiar tenga sentido para
quien lo realiza, y en consecuencia, sea atrayente.

MOTIVACION Y CAPACIDAD

Si nuestra capacidad es motivada (estimulada) para conseguir un determinado


objetivo, se produce la realización.

Sin embargo, si a pesar de poseer capacidad, no recibimos ninguna motivación,


bien de nosotros mismos, bien de una meta claramente establecida o de otras
personas, lo más probable es que no se consiga nada.

Los primeros éxitos en la escuela toman toda su importancia: un niño que ha tenido la
satisfacción de haber triunfado, anticipará otra vez el triunfo. Un niño que conoce el
fracaso va, por el contrario, a desarrollar una motivación de fuga con respecto a la
tarea.

CÓMO ALCANZAR LA MOTIVACIÓN POSITIVA

Cada uno de nosotros será motivado para el estudio cuando sepa cuáles son los
objetivos de la tarea y cuando tenga real interés en lograrlos. El profesor es el
encargado de clarificar dichos objetivos y de despertar e incentivar el interés por ellos.

Frente al desánimo experimentado ante cualquier tropiezo. Es preciso combatirlo


por todos los medios ya que, si uno se deja vencer por él, puede caerse en un
conformismo fatal.

Por eso, adopta como regla general no comenzar nunca a hacer una cosa que no
confíes seriamente en que puedes realizarla.

Cuando se produce un fracaso y no se llega a completar una tarea, se produce una


insatisfacción y un cierto sentimiento de culpabilidad que lleva a perder tiempo y
energía.
Frente al ser muy desordenado y perder mucho tiempo en actos inútiles. El
triunfo sobre estos defectos ha de ser tu objetivo prioritario. Para esto hay reglas muy
sencillas que generan nuevos hábitos. Por ejemplo: Nunca te pongas a estudiar si la
mesa se encuentra llena de objetos, antes ordena, es preferible que no haya nada
más que lo que necesites específicamente. Adquiere la costumbre de archivar bien el
material de cada asignatura. Presta atención al lugar dónde colocas los elementos
necesarios para estudiar y guárdalos siempre en el mismo sitio. No te levantes de la
silla hasta no haber cumplido un plazo de trabajo, por ejemplo una hora, recién ahí
puedes ir a tomar agua o comer un bocado, luego ponte otra meta de tiempo y
cúmplela a rajatablas. Proponte ver televisión luego de terminar la sesión de estudio,
nunca en su transcurso. Las llamadas telefónicas no urgentes pueden esperar, etc.

Frente al tener dificultades de concentración, de memoria o de comprensión. Es


necesario convencerse de que estas dificultades se pueden remediar con la práctica
de hábitos, métodos y ejercicios apropiados como los que estás aprendiendo en esta
obra.

Frente a la distracción continua en clase, no atendiendo a las explicaciones del


profesor, ni tomando notas o apuntes. Habrá que modificar tal actitud (por ejemplo,
ensayando la toma de apuntes con Mapas Mentales) ya que, si se aprovecha bien el
tiempo en clase, se estudiará con mayor rendimiento en casa, y se invertirán menos
horas alcanzando mejor resultado final.

Frente al encontrar aburridas todas las asignaturas, lo que lleva a estudiar con
desgana. Te ayudará mucho buscar los puntos de interés de cada materia, directo o
indirecto, para que el trabajo te resulte más ameno.

LA UTILIDAD DE CADA MATERIA

Cada materia tiene una utilidad que debe ser conocida claramente, lo cual permite
asimilarla, y casi siempre, disfrutarla.

Para qué nos puede servir estudiar....

GEOGRAFÍA: Para conocer el mundo y sus bellezas; dónde y cómo viven otros seres
humanos; cuando viajes, podrás aprovechar mejor lo que veas y experimentes;
acrecentar conocimientos de Economía y de Política.

DIBUJO, MÚSICA: Despertar, desarrollar o potenciar tus talentos creativos; apreciar


la belleza, refinar el sentido estético.

HISTORIA: Conocer tus propios orígenes; la evolución de la civilización, las


tendencias repetitivas del hombre, el papel de los líderes en los grandes cambios, la
transformación del mundo por la mano y el cerebro del hombre; los ejemplos históricos
que se convierten en paradigmas (modelos de comportamientos).

LENGUA Y LITERATURA: Aumentar tu vocabulario, mejorar tu nivel cultural, propiciar


la capacidad de comunicarte por escrito y verbalmente. Conocer otras formas de
pensar distintas a las tuyas, o, como dijo cierta vez Ernesto Sábato, ‘disfrutar de la
posibilidad de vivir varias vidas en una sola vida’, aprender a pensar y expresarte
lógicamente, utilizando las leyes de la Gramática, ejercitar tu poder imaginativo, etc.
FILOSOFIA: Conocer la extraordinaria capacidad de la mente humana para indagar
acerca del hombre, del universo, de la existencia de Dios, de la muerte, etc. Las
distintas personalidades históricas y actuales que poseen el don de investigar en las
profundidades (sin dar nada por establecido).

MATEMÁTICAS: Descubrir leyes lógicas por otro camino que el de las palabras;
ejercitar el cerebro, descubrir la base de las ciencias y las profundas interrelaciones
con otras disciplinas, conocer y seleccionar adecuadamente representaciones gráficas
y algebraicas, figuras geométricas, magnitudes y unidades de medida.

BIOLOGÍA: Descubrir la enorme complejidad de la vida, saber cómo funciona esa


máquina milagrosa que es tu cuerpo, entender cómo se reproducen, crecen y cuidan
las plantas y los animales.

FÍSICA: Comprender las leyes que rigen los movimientos de los cuerpos y de todo el
Universo, rastrear el origen del Cosmos, la diversas formas de la energía, reconocer
los principales componentes microscópicos de los materiales, explorar diferentes
fenómenos eléctricos y magnéticos analizando cómo puede transformarse, por
ejemplo, la energía eléctrica, etc.,

PSICOLOGÍA: Comprender tu propia conducta y la de los demás, analizar


pensamientos, emociones, tendencias, etc.

QUÍMICA: Conocer los distintos estados de la materia y sus combinaciones, relacionar


las transformaciones químicas con la producción de materiales.

ASOCIA DEFINITIVAMENTE AL ESTUDIO Y AL APRENDIZAJE CON


EXPERIENCIAS Y SITUACIONES FELICES Y AGRADABLES

Asocia situaciones felices y agradables al acto de estudiar. Algunas personas se


gratifican con música, otros con el hábito de comer al mismo tiempo que se lee o se
estudia.

Muchas personas aprenden más cuando escuchan una música suave y tranquila. Lo
mejor es la música barroca, pero si no es de tu gusto puedes elegir otra que te sea
agradable. Por supuesto, la condición esencial es que no tenga un volumen o
características rítmicas que te impidan la concentración en el trabajo intelectual.

Debemos usar todos los recursos educacionales disponibles, incluyendo las últimas
herramientas de Internet, para estimular a nuestro cerebro (respetando nuestro perfil)
a adquirir el hábito de progresar en los conocimientos y el estudio, durante toda
nuestra vida de adultos, evitando desde el principio la posibilidad del abandono de la
escuela, la marginación social, etc.

LA SERENIDAD

La serenidad es una actitud conveniente para todas las actividades de la vida, pero
llega a ser esencial cuando se tiene que utilizar la mente con todas sus capacidades,
como ocurre en el estudio. Un estado de ánimo tranquilo, relajado, libre de
preocupaciones, es el ideal para estudiar con provecho. Sin embargo, todos sabemos,
por propia experiencia, lo difícil que resulta mantenerse en ese estado cuando nos
abruma la tensión producida por un exceso de obligaciones o de inquietudes.
Resulta bastante normal que en esos casos los nervios se desaten, ocasionando
efectos muy penosos: la mente deja de funcionar con eficacia y el rendimiento del
trabajo intelectual puede llegar a caer rápidamente a cero.

Para evitar esto, hay que estar sobre aviso de estos peligros, tratar de mantener
siempre el dominio de uno mismo y la calma en cualquier circunstancia.

No hay que olvidar el efecto enormemente perturbador del nerviosismo, en los


exámenes. La mejor preparación, lograda con gran esfuerzo a lo largo del curso, se
puede malograr si no eres capaz de mantenerte tranquilo mientras te examinan.

LA PREOCUPACIÓN

Otro factor indeseable es la preocupación excesiva. Dejando aparte posibles causas


ajenas a los estudios como, por ejemplo, un problema familiar, laboral o afectivo, los
motivos más frecuentes de preocupación en los estudiantes son los malos resultados
obtenidos o que temen obtener.

Si la preocupación se mantiene dentro de los límites o normales, puede resultar


beneficiosa pues constituye un estímulo para tratar de eliminar sus causas. Cuando la
preocupación llega a ser desmesurada, la mente se inunda de sentimientos de
angustia, ansiedad o temor, con efectos muy perniciosos, los cuales ocasionan mayor
desgaste psíquico del que sería necesario para salir del atasco.

El mejor remedio para las preocupaciones del estudio es garantizarnos a nosotros


mismos un buen estudio (condiciones ambientales correctas, eficaces técnicas de
estudio y entrenamiento psico-físico).

Cuando uno se pone a estudiar con determinación y energía, los temores se mitigan
extraordinariamente, y sólo suelen recobrar su crudeza al cesar la actividad.

Por eso, hay que seguir el consejo popular que dice:

“Cuando surja una dificultad, en lugar de preocuparte, ocúpate”.

El mantenimiento de la calma y el dominio de uno mismo han de ser objetivos


prioritarios de los estudiantes.

CÓMO ALCANZAR LA MOTIVACIÓN POSITIVA

Cada uno de nosotros será motivado para el estudio cuando sepa cuáles son los
objetivos de la tarea y cuando tenga real interés en lograrlos. El profesor es el
encargado de clarificar dichos objetivos y de despertar e incentivar el interés por ellos.

Frente al desánimo experimentado ante cualquier tropiezo: es preciso combatirlo


por todos los medios ya que, si uno se deja vencer por él, puede caerse en un
conformismo fatal.

Por eso, adopta como regla general no comenzar nunca a hacer una cosa que no
confíes seriamente en que puedes realizarla.
Cuando se produce un fracaso y no se llega a completar una tarea, se produce una
insatisfacción y un cierto sentimiento de culpabilidad que lleva a perder tiempo y
energía.

Frente al ser muy desordenado y perder mucho tiempo en actos inútiles: el


triunfo sobre estos defectos ha de ser tu objetivo prioritario. Para esto hay reglas muy
sencillas que generan nuevos hábitos. Por ejemplo: Nunca te pongas a estudiar si la
mesa se encuentra llena de objetos, antes ordena, es preferible que no haya nada
más que lo que necesites específicamente. Adquiere la costumbre de archivar bien el
material de cada asignatura. Presta atención al lugar dónde colocas los elementos
necesarios para estudiar y guárdalos siempre en el mismo sitio. No te levantes de la
silla hasta no haber cumplido un plazo de trabajo, por ejemplo una hora, recién ahí
puedes ir a tomar agua o comer un bocado, luego ponte otra meta de tiempo y
cúmplela a rajatablas. Proponte ver televisión luego de terminar la sesión de estudio,
nunca en su transcurso. Las llamadas telefónicas no urgentes pueden esperar, etc.

Frente al tener dificultades de concentración, de memoria o de comprensión: es


necesario convencerse de que estas dificultades se pueden remediar con la práctica
de hábitos, métodos y ejercicios apropiados como los que estás aprendiendo en esta
obra.

Frente a la distracción continua en clase, no atendiendo a las explicaciones del


profesor, ni tomando notas o apuntes: habrá que modificar tal actitud (por ejemplo,
ensayando la toma de apuntes con Mapas Mentales) ya que, si se aprovecha bien el
tiempo en clase, se estudiará con mayor rendimiento en casa, y se invertirán menos
horas alcanzando mejor resultado final.

Frente al encontrar aburridas todas las asignaturas, lo que lleva a estudiar con
desgana: te ayudará mucho buscar los puntos de interés de cada materia, directo o
indirecto, para que el trabajo te resulte más ameno.

EL INTERÉS: LA MÁS PODEROSA MOTIVACIÓN


El interés es el resultado de una atención motivada, una síntesis de impulso, atracción
y deseo, que mueve al individuo a utilizar los medios eficaces para la consecución de
sus objetivos.

El interés puede compararse, en lo fisiológico, al hambre y a la sed; es decir, la


persona realmente interesada por un tema no descansa hasta conocerlo en
profundidad y dominarlo.

FACTORES QUE CONTRIBUYEN A DESPERTAR EL INTERÉS Y LA CURIOSIDAD


INTELECTUAL:

 Un ambiente familiar rico en incentivos y experiencias de tipo cultural.


 El ámbito de la ciudad ofrece más estímulos culturales que un ambiente rural
(bibliotecas, espectáculos, etc.).
 En el ambiente escolar y académico, el profesor es una pieza clave para
despertar el interés del alumno. Su simpatía personal hará posible que la
atracción afectiva de sus alumnos se desplace de la persona al objeto
enseñado. La madurez personal del profesor pesa mucho en el proceso del
aprendizaje, ya que se educa más por lo que se es que por lo que se hace o
dice. Una exposición amena y cálida hace posible la participación confiada y el
diálogo sobre el tema.
CUESTIONAR TUS PROPIAS OBJECIONES,
ALGUNOS EJEMPLOS

No soy capaz de hacer eso

¿Qué te haría falta para poder hacerlo?

No lo entiendo

¿Qué es exactamente lo que no entiendes?

El inglés es difícil

¿Para quién es difícil?

Nunca tengo buenas notas

¿Nunca? ¿En ninguna materia?

No me gusta el inglés

¿Quieres decir que no te gusta saber hablar inglés o que no te gusta estudiar

inglés?

Se me da mal esta asignatura

Porque todavía no has desarrollado buenas estrategias de aprendizaje

No me gusta la gramática

¿Quieres decir que sólo haces cosas que te gusten?

Cometo muchos errores (por lo tanto se me da mal esta asignatura)

Estupendo, cuando uno comete errores es porque está aprendiendo

ESPERA MUCHO DE TI MISMO/A

En un estudio realizado sobre los profesores de escuelas secundarias de Estados


Unidos, se reveló que, cuando demostraban esperar mucho de sus alumnos, ellos
elevaban, por este solo hecho, en 25 puntos sus pruebas de C.I. (Coeficiente
Intelectual).
EL RE-ESTÍMULO

El re-estímulo es el proceso por medio del cual la acción iniciada por un sujeto
proporciona ulterior fuente de estímulo. Así, las consecuencias influyen en sus
actos sucesivos.

Por ejemplo, si te propones una meta como terminar en una semana la lectura o el
estudio de la mitad de una materia y llegas a tu cometido, el re-estímulo significa que
este logro te dará nuevas energías, entusiasmo y confianza para continuar para
terminar con esa materia, y este proceso continúa afirmándose a sí mismo y
expandiéndose a las demás materias de estudio.

El re-estímulo no sólo hace posible el aprendizaje de una habilidad; es también


esencial para la misma ejecución. La realización de algo, con habilidad, es un
proceso continuo de comportamiento, en el que cada etapa está influida por la
anterior, por la siguiente, y por el objetivo final que se persigue.

CLASIFICACIÓN DE LOS MOTIVOS HUMANOS

Edward Thomas, en 1923, redujo los motivos humanos a cuatro deseos:

· DESEO DE SEGURIDAD.

· DESEO DE RECONOCIMIENTO.

· DESEO DE RESPUESTA DE LOS COMPAÑEROS.

· DESEO DE NUEVAS EXPERIENCIAS.

DESEO DE SEGURIDAD
Ejemplos:

Seguridad física: Recibirte te dará muchas más chances de prosperar


económicamente.

Seguridad intelectual: Saberte con condiciones, conocimientos o capacidades para


enfrentar mejor la vida.

Seguridad psicológica: Aumentar la autoestima, etc.


DESEO DE RECONOCIMIENTO
Ejemplos:

Por parte del colegio o universidad:

· Que te otorguen una beca por buen rendimiento,

· pertenecer al cuadro de honor,

· un ofrecimiento de pasantía,

· un ofrecimiento de trabajo de parte de un profesor.

Por parte de los padres:

· El sentirte reconocido por tus cualidades o habilidades,

· un posible premio por tu buen rendimiento.

Por parte de posibles fuerzas laborales:

Que te llamen por tener uno de los mejores promedios para cubrir un cargo
interesante, etc.

DESEO DE RESPUESTA DE LOS COMPAÑEROS


Ejemplos:

· Sentirte apreciado,

· poder seducir,

· tener romances,

· poder ayudar a tus compañeros y lograr más amistades,

· poder trabajar en grupo y sentirse ayudado por los demás, etc.

DESEO DE NUEVAS EXPERIENCIAS


Ejemplos:

· Nuevos compañeros de clase,

· Nuevas materias,

· Prácticas interesantes,

· Lugares que se pueden conocer a partir de los estudios, etc.

La cantidad de motivaciones que pueden derivar de estos 4 deseos básicos son


incontables.
OTROS MOTIVOS DE APRENDIZAJE

· Necesidades biológicas y psicológicas.

· Motivos condicionados por la sociedad.

· Deseos absolutamente personales: “Qué bueno, cuando llegue a ser médico como
mi tío...”, “Si me organizo para estudiar lo haré tranquilo, aprobaré y tendré tiempo
para divertirme...”

EL INTERÉS: LA MÁS PODEROSA MOTIVACIÓN

El interés es el resultado de una atención motivada, una síntesis de impulso,


atracción y deseo, que mueve al individuo a utilizar los medios eficaces para la
consecución de sus objetivos.

El interés puede compararse, en lo fisiológico, al hambre y a la sed; es decir, la


persona realmente interesada por un tema no descansa hasta conocerlo en
profundidad y dominarlo.

Factores que contribuyen a despertar el interés y la curiosidad intelectual:

· Un ambiente familiar rico en incentivos y experiencias de tipo cultural.

· El ámbito de la ciudad ofrece más estímulos culturales que un ambiente rural


(bibliotecas, espectáculos, etc.).

· En el ambiente escolar y académico, el profesor es una pieza clave para despertar


el interés del alumno. Su simpatía personal hará posible que la atracción afectiva de
sus alumnos se desplace de la persona al objeto enseñado. La madurez personal del
profesor pesa mucho en el proceso del aprendizaje, ya que se educa más por lo que
se es que por lo que se hace o dice. Una exposición amena y cálida hace posible la
participación confiada y el diálogo sobre el tema.

INTELIGENCIA EMOCIONAL
Y ORIENTACIÓN VOCACIONAL

Sin ánimo de ser negativista, iniciemos con la presentación de un problema que


además de actual, nos es propio y, por tanto, cada vez más inquietante: Más del 40%
de los jóvenes que cursan los primeros semestres en las universidades, exponen que
“escogieron mal la carrera”; de ellos el 15% aproximadamente desertan al final del
primer año.

Según los expertos, los factores ligados a este hecho, están relacionados
directamente con el proceso que debió preceder el inicio de la universidad, y que por
múltiples razones, no se llevó a cabo con la sistematicidad necesaria, ni la experticia y
el tiempo esperados para obtener éxito al reducir la deserción e insatisfacción personal
que redunda en la profesional: La Orientación Vocacional.
La Orientación Vocacional, aunque no es un concepto unívoco, puede ser
entendida como el proceso de ayuda en la elección de una profesión, la preparación
para ella, el acceso al ejercicio de la misma y la evolución y progreso posterior.

La Orientación Vocacional pretende ayudar a que la persona elabore un concepto


adecuado de sí mismo y de su papel en el trabajo. No es un proceso puntual, sino
continuo en el tiempo, que persigue como objetivo el desarrollo de la persona.

Bajo esta perspectiva, la Orientación Vocacional es un proceso complejo y


continuo, que tiene como objetivo despertar intereses vocacionales a través del
conocimiento de sí mismo, ajustar dichos intereses a la competencia laboral del sujeto
y evaluarlas en relación a las necesidades del mercado de trabajo, es decir, ubicarse
luego en el contexto social-laboral.

Si esta exposición conceptual no es suficiente para ver la relación directa entre la


Orientación Vocacional y la Inteligencia Emocional, es porque hemos perdido el
camino original, esperando que poco pero de calidad, fuese suficiente para que
nuestros adolescentes alcanzasen la meta: ser profesionales satisfechos y exitosos.

Sin embargo, debemos acercarnos más a nuestra realidad ¿en verdad a los
adolescentes les interesa verse inmersos en un programa vocacional? Investigaciones
recientes en el área concluyen que a pesar del proceso de Orientación Vocacional, la
elección vocacional definitiva depende, básicamente, de los siguientes elementos:

• Que la carrera sea socialmente aceptable;


• que sea económicamente rentable;
• que, además, sea fácil y rápido el ingreso al campo laboral, sin tener en cuenta la
vocación; y,
• que si se relaciona con las materias más fáciles o las que más le gustaron en
bachillerato, mejor.

Entonces, algo está sucediendo que se escapa de nuestras buenas intenciones


¿Estamos dejando al margen la formación personal como parte esencial de la
orientación vocacional? O ¿estamos actuando como si se tratase de dos procesos
diferentes y paralelos?

El trabajo individual para el autoconocimiento, es la fuente inagotable de recursos


para la superación, personal, familiar, académica y, por supuesto profesional. El
adolescente tiene que conocer sus intereses, sus aptitudes, las expectativas que tiene
frente al futuro, sus temores, sus angustias; este conocimiento permite definir con
mayor claridad quién soy y quién quiero ser. Sin este primer trabajo individual, la
segunda instancia del proceso cae en saco roto: las oportunidades que le presenta la
educación superior y el conocimiento de la realidad laboral y el medio en el que está
inmerso. Generalmente, esta segunda instancia es a la que mayor peso se le da
durante el proceso puntual de Orientación Vocacional, sin tomar en consideración que
su éxito depende del autoconocimiento y madurez emocional del adolescente en
cuestión.
No obstante, los números indican que son pocos los profesionales de la
orientación, que tienen la posibilidad real de abarcar la totalidad del proceso, en
especial cuando es tratado como algo puntual durante el Ciclo Diversificado. De allí la
necesidad de recurrir a otras tendencias, tecnologías, estrategias, metodologías,
propuestas, que nos permitan acercarnos más al deber ser de la Orientación
Vocacional, incorporando en nuestro quehacer la “Inteligencia Emocional” como arte y
parte del proceso para la elección de una carrera.

El filósofo Pascal escribió en cierta ocasión, hace más de 300 años, que "nada es
más poderoso que una idea cuyo tiempo ha llegado". Pues bien, la Inteligencia
Emocional es una idea cuyo tiempo ha llegado. La publicación del libro de Daniel
Goleman “Inteligencia Emocional”, se ha convertido en un gran éxito editorial, en un
fenómeno de masas. Y sin embargo, la obra de Goleman no dice nada nuevo:
básicamente, que la inteligencia medida tradicionalmente (a través del cociente
intelectual) no se correlaciona con el éxito profesional. Algo ya comentado por el
periodista Walter Lipman en los años 20 y por David McClelland en su famoso artículo
de 1973, “Testing for Competence Rather than Inteligence”.

El modelo que nos presenta Goleman fue propuesto por primera vez en 1990 por
Peter Salovey, de la Universidad de Yale, y John Mayer, de la Universidad de New
Hamsphire, en un libro que no alcanzó tanto éxito como el de Goleman. Salovey y
Mayer consideran que hay cinco dominios de la inteligencia emocional: autoconfianza,
autocontrol, persistencia, empatía y dominio de las relaciones. En “Competence at
Work”, Lyle Spencer, siguiendo la línea de McClelland, formaba cinco competencias
muy similares en su diccionario: autocontrol, autoconfianza, orientación al logro,
comprensión interpersonal e impacto e influencia. Y, lo que es más interesante
todavía, las tres que suponen gestión de uno mismo (Gardner lo llamaría inteligencia
interpersonal), esto es, autoconfianza, autocontrol y perseverancia, están ligadas a la
motivación por el logro; las dos restantes, empatía y capacidad de ilusionar a otros
(inteligencia interpersonal, en la terminología de Gardner), son competencias ligadas a
los motivos de afiliación y poder social, respectivamente.

¿Acaso no son estas competencias básicas para una efectiva elección vocacional?

¿Qué hacemos los orientadores para promoverlas?

La Inteligencia Emocional es una forma de interactuar con un mundo que tiene


muy en cuenta los sentimientos y engloba habilidades como el control de los impulsos,
la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la
agilidad mental, etc. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la
compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una efectiva y creativa
adaptación social. Este concepto es cada vez más valorado en el mundo entero, con
una marcada influencia en el área laboral.

Esta capacidad de vivir y manejar las emociones se aprende desde la infancia.


Por ello, la familia es la escuela en la que el niño aprende, para bien o para mal, a
desarrollar su Inteligencia Emocional. No obstante, los padres no siempre son
conscientes de la trascendencia que reviste atender, integrar y conducir las emociones
infantiles. Los hijos de familias en que se han cultivado bien las emociones, son más
sociables y mejores estudiantes, aunque su "otra" inteligencia, la lógica, no sea
brillante. Si bien es cierto que la familia y la escuela son fundamentales en el
desarrollo de la Inteligencia Emocional, nunca es tarde para efectuar correcciones y
adquirir nuevas habilidades en este terreno. Nos jugamos mucho en ello y, por muy
adolescentes, jóvenes o adultos que seamos, siempre podemos desarrollar un dominio
más eficaz de las emociones. El éxito en la toma de decisiones depende mucho de la
madurez y estabilidad emocional de quien decide.

Con la evolución de esta disciplina se han identificado varios tipos de Inteligencia


Emocional. La Inteligencia Intrapersonal, considerada como la capacidad que tiene el
individuo de poder entender e identificar sus emociones, además de saber cómo se
mueve subjetivamente en torno a ellas. Una vez que la persona conoce su dimensión
emocional, comienza a tener mejor y mayor control sobre su vida, lo que redunda en
mayor estabilidad y poder de decisión.

La otra dimensión de funcionamiento emocional es a nivel Interpersonal. Se refiere


a la capacidad que tiene el individuo de entender las emociones de las otras personas
y actuar de manera cónsona a ellas. El individuo se convierte en un potenciador de
recursos intelectuales, ya que al poder controlar su funcionamiento emocional, logra
importantes valores agregados para su desempeño a nivel de toma de decisiones y
resolución de problemas, entre otras cosas.

En este sentido, los cinco componentes del coeficiente emocional coinciden con
ello, tres son capacidades relativas a la persona (autoconocimiento, autocontrol y
automotivación) o lo que llamamos Inteligencia Intrapersonal; y los otros dos, relativos
a las otras personas (conocer las emociones de los demás y asertividad), que
denominamos Inteligencia Interpersonal.

La autoconciencia, consiste en conocer las propias emociones. El autocontrol, es


la capacidad de cambiar o frenar emociones para evitar que las situaciones de la vida
sean un problema; y la automotivación, que es la capacidad individual de estimularse
ante situaciones adversas.

Los dos componentes restantes del coeficiente emocional que se refieren a la


capacidad de conocer a las otras personas (inteligencia interpersonal), se relacionan
con las destrezas para intuir la condición emocional de los demás, las cuales
proporcionan capacidades y habilidades muy útiles a la hora de interactuar con los
demás; y por último, se encuentra la asertividad, que es la capacidad de ser oportuno
ante las situaciones, bien sea con acciones o palabras.

Finalmente, la última clave del proceso entra en juego: La toma de decisiones. A lo


largo de este planteamiento he identificado los elementos esenciales del proceso de
Orientación Vocacional: el autoconocimiento, que de ahora en adelante llamaremos
Inteligencia Emocional; la información vocacional-profesional, la que como segunda
instancia es la que mayor peso tiene en la Orientación Vocacional practicada
regularmente en bachillerato; y, no menos importante, la resultante fundamental de las
dos anteriores la toma de decisiones acertada y satisfactoria.

Las decisiones, entendidas como elección de un curso de acción determinado son


importantes porque de ellas depende el éxito de una empresa, de una carrera
profesional, el destino de una persona, de un país, etc.
Existe al menos una teoría clásica optimizante en la toma de decisiones, en la que no
ahondaremos seguros de que el orientador maneja tal información y buscar ponerla en
práctica durante el proceso de Orientación Vocacional, pero sobre la cual
enumeraremos los pasos naturales con los cuales estableceremos una relación entre
los tres elementos esenciales de la Orientación Vocacional ya mencionados. Estos
pasos según Tarter (1998), son: 1) Identificar el problema, es decir, determinar las
discrepancias entre la situación actual y los resultados deseados. 2) Diagnosticar el
problema o reunir y analizar la información que explique la naturaleza del problema. 3)
Definir las alternativas, esto es, desarrollar todas las soluciones que son potenciales
soluciones. 4) Examinar las consecuencias, ¿Qué pasaría si...?, anticipar los
probables efectos de cada alternativa. 5) Tomar la decisión. Evaluar y elegir la mejor
alternativa, aquella que maximice el logro de las metas y los objetivos. Y, 6) Hacerlo,
es decir, ejecutar o poner en práctica la decisión.

De acuerdo con el planteamiento anterior, los dos primeros pasos dentro del
proceso de toma de decisiones, involucran necesariamente la primera instancia del
proceso de Orientación Vocacional, o como hemos convenido en llamarlo, la
identificación de mis potencialidades y debilidades usando la Inteligencia Emocional
como base esencial para el autoconocimiento. El estimular los cinco elementos del
cociente intelectual emocional, son la clave para trabajar y entrenar a los alumnos en
esta instancia. Recurrir a las pruebas psicológicas estandarizadas, puede ser un
recurso para ayudar al alumno a evaluar sus aptitudes y sopesar sus intereses; todo
ello será efectivo, si no olvidamos recurrir a la reflexión, a la transferencia de esa
información a la situación real del alumno, poniendo en perspectiva estos resultados
con la información que ya tiene sobre quién es como persona y qué quiere, en relación
con sí mismo y con quienes lo rodean. Las pruebas psicológicas no son malas en sí
mismas, son inadecuadas en la medida que no hacemos uso apropiado de los
resultados que arrojan.

El tercer paso, o definición de alternativas, se corresponde con el segundo


elemento o segunda instancia del proceso vocacional: la búsqueda de alternativas u
oportunidades de estudio a nivel superior. Esta instancia, como sabemos, debe incluir
todo el caudal de información vocacional-profesional-laboral disponible, y comenzar a
descartar aquellas opciones que por su naturaleza no compaginen con los resultados
de la primera instancia.

El cuarto paso natural para la toma de decisiones, examinar las consecuencias,


nos pone nuevamente frente al problema del autoconocimiento, por lo tanto la
Inteligencia Emocional vuelve aquí a tener un papel preponderante. La confianza en
mí y mis potencialidades, el autocontrol para no tomar decisiones guiadas por el
impulso y la primera impresión; así como la capacidad de persistir a pesar de no
encontrar respuestas rápidas y apropiadas, son las competencias que tendré que
poner a prueba durante esta fase del proceso.

Este cuarto paso me lleva en forma gradual al quinto, seleccionar las mejores
alternativas, para luego, en consecuencia, poner manos a la obra: prepararme para las
pruebas de admisión, revisar y actualizar documentos, realizar las respectivas pre-
inscripciones, etc. Es decir, afrontar la realidad y ejecutar las acciones que me
permitan alcanzar el éxito en lo que me propuse. Éxito que sin duda será el resultado
efectivo del largo camino recorrido.

Entre los objetivos que como Orientador debo plantearme para desarrollar
destrezas emocionales que permitan optimizar la inteligencia emocional de los
alumnos (nótese que hablo de alumnos, para no circunscribir el proceso a la
adolescencia, pues es ideal iniciarlo mucho antes), encontramos:

Incrementar la Confianza en sí mismo. La sensación de controlar y dominar el


propio cuerpo, la propia conducta y el propio mundo. La sensación de que tiene
muchas posibilidades de éxito en lo que emprenda y que los adultos pueden ayudarle
en esa tarea.
Incentivar la Curiosidad. Instigar a seguir en la búsqueda aunque se tenga mucha
información (personal o profesional). La sensación de que el hecho de descubrir algo
es positivo y placentero.

Promover la Intencionalidad. Las cosas no ocurren porque lo deseamos, ocurren


porque hacemos algo para alcanzarlas. El deseo y la capacidad de lograr algo y de
actuar en consecuencia. Esta habilidad está ligada a la sensación y a la capacidad de
sentirse competente, de ser eficaz, eficiente y efectivo.

Mejorar el Autocontrol
en una forma apropiada a la edad; la sensación de control interno. Soy dueño de mi
vida.

Estimular la reflexión a través de la Relación. La capacidad de relacionarse con los


demás, una capacidad que se basa en el hecho de comprender y de ser comprendido,
será un elemento útil para confrontar aprendizajes personales.

Desarrollar la capacidad de comunicar. El deseo y la capacidad de intercambiar


verbalmente ideas, sentimientos y conceptos con los demás. Esta capacidad exige la
confianza en los demás y el placer de relacionarse con ellos. Ser empático y preciso
son sus ejes centrales.

Promover la Cooperación. La capacidad de armonizar las propias


las de los demás en las actividades grupales. Hacer del hecho vocacional un problema
común, que depende del trabajo en equipo aunque la decisión final sea individual.
Compartir información, ideas, ofrecer feedback al comportamiento de otro, puede
colocarnos en una situación de comprensión de la realidad más favorable, pues
incluye más puntos de vista.

Finalmente, en vista que la Inteligencia Emocional puede cultivarse y que está


plenamente identificada con la Orientación Vocacional, no olvide tomar en cuenta los
siguientes factores en su trabajo cotidiano con los orientados, tanto en forma individual
como un grupos:

• Trabaje la empatía, abrirse a los demás. Observe y escuche. Fíjese en sus gestos,
en su mirada, en su forma de hablar. Aprenda a sentir lo que ellos sienten.

• Cultive el autocontrol, sin suprimir las emociones. Estimule la observación y análisis,


hasta qué punto esos sentimientos son eficaces para algo. O si hacen daño.

• Ofrezca oportunidades para que analicen sus tensiones e instintos. Sin reprimirse,
ponga orden y canalícelos.

• Rebobine. Después de una discusión o de un día triste, pregúnteles por qué. Si su


reacción fue proporcionada, si merecía la pena haberse comportado así.

• Busque oportunidades para reír. La risa y el buen humor nos hacen más felices. Y,
además, parece que alargan la vida.
La pregunta que rompe paradigmas ¿qué podrían hacer en su escuela, que si
lo hiciera hoy, cambiaría dramáticamente el proceso de Orientación Vocacional hacia
un proceso asertivo y favorecedor de aprendizajes? Esta es una pregunta, que cada
cual debe responder, en función de su vivencia y de su práctica en su institución, nos
mueve a la frontera de nuestro propio paradigma del ser orientador, qué es lo que
actualmente no hago, que si lo hiciera, mejoraría tremendamente mi labor; el contestar
a esta pregunta, hacerlo de forma honesta, y escribir el compromiso que como
orientadores tenemos hacia el cambio que la respuesta suponga, es un ejercicio de
inteligencia emocional y racional; el hacerlo, un reto, y el caminar en el compromiso,
una realidad posible en beneficio de todos.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

1. Covey S. R. (1995). Los siete hábitos de las personas altamente efectivas.


México: Paidós.

2. Goleman, D. (1996). La Inteligencia Emocional. Buenos Aires: Javier Vergara.

3. Lane, H. y Beauchamp, M. (1985). Comprensión del Desarrollo Humano.


México: Pax.

4. Meier de Ramírez, A. (2004). Reflexiones para una decisión vocacional. I


Encuentro de Orientadores “Papel del orientador en las políticas de admisión a
las instituciones de educación superior”, Universidad Central de Venezuela,
Caracas 17-02-04.

5. Reig Pintado, D. (1994). Reto al cambio. México: Mc Graw Hill.


Rodríguez E., M. y Márquez A., M. (1988). Manejo de problemas y toma de
decisiones, México; Manual Moderno.

6. Shapiro, L. E. (1997). La Inteligencia Emocional de los Niños. Buenos Aires:


Javier Vergara.

7. Steiner, C. (1997). La Educación Emocional. Buenos Aires: Javier Vergara.

8. Tharter, J. C. (1998). Toward a contingency of decision making, in Journal of


Educational Administration, Vol. 36, Issue 3.

9. Uzcátegui, L. J. (1998). Emociones Inteligentes: El Manual de la Inteligencia


Emocional. Caracas: LithoPolar.

Fin de la Sección 'INTELIGENCIA EMOCIONAL


EN LOS ESTUDIOS'

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