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Historia de la Danza :
La Historia de la danza estudia la evolución de la danza a través del
tiempo. Desde la prehistoria el ser humano ha tenido la necesidad de
comunicarse corporalmente, con movimientos que expresaban
sentimientos y estados de ánimo. Estos primeros movimientos rítmicos
sirvieron igualmente para ritualizar acontecimientos importantes
(nacimientos, defunciones, bodas). En principio, la danza tenía un
componente ritual, celebrada en ceremonias de fecundidad, caza o
guerra, o de diversa índole religiosa, donde la propia respiración y los
latidos del corazón sirvieron para otorgar una primera cadencia a la
danza.
Métodos :
En la actualidad todas son fuentes de inspiración mutuas pero merece la
pena saber el origen de cada una de ellas. Existen diferentes métodos,
un legado básico de cuatro.
Ballet de acción :
El ballet de acción o ballet-pantomima es un espectáculo coreográfico
narrativo, cuyo argumento se desarrolla con ayuda de la danza y de la
pantomima. Empezó a representarse en el siglo XVIII al socaire de la
ópera-ballet y de la comedia-ballet que el trío Lully— Molière —y Pierre
Beauchamp habían puesto en escena por toda Europa durante el reinado
de Luis XIV.
El impulso que dió a la cultura teatral fue esencial ya que el soporte que recibió sirvió
para consolidarlo como un “arte mayor”, pero más cercano al ocio, a lo profano y
como forma de evasión, y con tres modelos: arcaico, la forma dramática, y la de los
espectáculos. donde curiosamente las actuaciones de personajes femeninos eran
representadas por hombres ya que no estaba autorizado a las mujeres participar. El
aspecto crítico, irónico y laico supuso una amenaza para las autoridades eclesiásticas
que prohibieron su representación.
Con la caída del imperio y el control del “estado” sobre el ocio, el teatro sobrevive en
la corte y en ámbito privado de la nobleza, mientras que la iglesia sacraliza las obras
para acercarse al pueblo y sobre todo para hacer liturgia y dogmatizar . Este control
hizo desaparecer la figura profesional del actor, si bien se permitía que bufones y
saltimbanquis realizaran comedia y entretenimiento, con una mezcla de acrobacias,
danza, canto, o recitando obras clásicas. Los personajes de la comedia del arte eran
las máscaras donde aparecían los “viejos”, los enamorados (jóvenes sin máscara), y
los siervos (personajes como Arlequín, Pulcinella, Colombina, Smeraldina, etc.).
Todos ellos hablaban en dialecto, mientras que los “enamorados hablaban en el
Toscano.
Con la llegada de la unificación italiana el norte de Italia se define por un modelo que
escenifica la moral y el optimismo de la clase burguesa (Giacosa, Rovetta, Praga), en
contraposición con las obras de Verga e Capuana, cuyo realismo es más áspero,
COMMEDIA DELL´ARTE EN ITALIA
Mientras la elite se entretenía con el teatro y el espectáculo de estilo
clasicista, el público en general recibía la commedia dell'arte, un teatro
popular y vibrante basado en la improvisación.
A partir de varias formas populares del siglo XVI, compañías de
intérpretes cómicos crearon una serie de personajes tipo como Arlequín
o Pantaleón que eran exageraciones y estilizaciones de cómicos
sirvientes, locos, amantes, abogados, doctores, entre otros.
Estos personajes fueron creados muy en la línea de los personajes de
las películas de los Hermanos Marx en nuestro siglo, inmersos en
tramas y decorados predecibles.
Cada actor tenía discursos predeterminados y partes de la acción
conocidas como lazzi. Los decorados proporcionaban guías e indicaban
entradas, salidas y el foco de discursos específicos.
Los intérpretes incluían sus lazzi en estas circunstancias según les
pareciera apropiado e improvisaban la representación.
Los actores de commedia se esparcieron por Europa, las compañías
actuaban no sólo en las calles sino también ante los nobles.
La commedia tuvo su apogeo entre 1550 y 1650, y ejerció su influencia
desde el teatro de títeres turco hasta la obras de Shakespeare y
Molière.
Barroco y neoclasicismo
El transcurso de los siglos XVII y XVIII dio lugar a un gran
enriquecimiento de la escenografía. La recuperación por parte
del dramaclásico francés de la regla de las tres unidades —acción,
tiempo y lugar— hizo innecesaria la simultaneidad de decorados, con lo
que se empleó sólo uno en cada acto, y pronto se generalizó la
costumbre de cambiarlos en los entreactos. Posteriormente, la creciente
popularidad de la ópera, que requería varios montajes, favoreció el
desarrollo de máquinas perfeccionadas que dieran mayor apariencia de
veracidad a efectos tales como: la desaparición de actores y la
simulación de vuelos —las llamadas "glorias", por ejemplo hacían
posible el descenso de las alturas del escenario de una nube que
portaba a los cantantes. El teatro de la Scala de Milán, finalizado
en 1778, constituye un ejemplo de las grandes dimensiones que eran
precisas para albergar tanto al público como a la tramoya y al aparata
escénico.