Está en la página 1de 5

LA REALIDAD HUMANA MÁS ALLÁ DE LA OFERTA Y LA DEMANDA Nuestra breve

reflexión sobre el mercado parte de algo tan obvio y cotidiano como constatar que en
nuestra sociedad estamos habituados a proveer nuestras necesidades a través de los
intercambios de mercado. Parémonos en la palabra hábito. No les puedo negar el gusto
que tengo por empezar siempre con la etimología de las palabras porque es un valioso
hilo conductor de la investigación y el razonamiento. Hábito procede de héxis, la manera
de habérselas con las cosas. Esta definición nos pone de manifiesto la forma en que
nosotros nos manejamos con las cosas. Estamos acostumbrados a proveer nuestras
necesidades mediante relaciones mercantiles: trabajamos por un salario que nos permite
comprar aquello que deseamos. Lo único que estoy poniendo de manifiesto es que el
hombre hace cosas. Esta capacidad fabril es la que genera todo el abanico de posibilidades
que tenemos a nuestra disposición. Es innegable que el desarrollo de la capacidad
productiva de los últimos siglos ha generado un incremento de las posibilidades de acción
nunca visto en la historia de la humanidad. Seguramente una persona del siglo pasado se
quedaría sorprendido de la televisión, los viajes transoceánicos en avión, la informática,
etc. Es tal la situación de cambio que no es raro oír a una persona de cierta edad decir que
el mundo ya no es lo que era. Ciertamente el mundo que se nos ofrece ahora es mucho
más amplio y complejo que el de hace un siglo. ¿Es suficiente esta visión para
comprender la importancia de los mercados? No, no lo es por una razón bien sencilla: esta
producción es el resultado de acciones humanas. Si tenemos en cuenta esta obviedad, que
se suele pasar por alto, tenemos que reconocer que los actos productivos son
realizaciones humanas. He aquí la razón para tratar el mercado en relación con la ética. El
quehacer ético no se preocupa directamente del hacer, de la producción; la ética se
preocupa del ser persona. Su meta es llegar a ser, el hacerse a sí mismo. Pero sólo es
posible hacerse a sí mismo a través del hacer cosas. El hacer o producir y el perfeccionarse
y construirse un êthos, una personalidad son aspectos de la realidad humana.
Precisamente las profesiones y la realidad económica cotidiana tienen un sentido ético;
cumpliéndolas a la perfección, nos perfeccionamos. No es, como se suele decir, que el
egoísmo particular que motiva a los intercambios de mercado lleva al bien general de la
riqueza nacional. La realidad es bien distinta: la vocación personal pasa necesariamente

La Creación de Valor en las


Empresas
Es parte del día a día y más ahora en nuestros días, que las diferentes áreas de las
empresas, principalmente en las áreas directivas estén dedicadas en generar valor para la
misma, es por ello la gran importancia de que este tema tenga una relación constante con
el mundo empresarial. Sin embargo se tiene un antecedente, debemos de iniciar con
verificar los propios objetivos de la empresa, es decir, preguntarnos ¿Qué es lo que
persigue la empresa?

Podemos englobar los dos primeros apartados a los cuales nos hace mención una palabra
interesante y que muchas veces la hemos escuchado desde el salón de clases hasta en el
mundo de los negocios, “maximización”, es decir, saber aprovechar el patrimonio
invertido en la empresa que a su vez nos generé utilidades mismas a repartir dentro de los
accionistas, de ahí parte la importancia de creación de valor, que como primer paso es
maximizar todo aquello que integra la empresa y brinde buenos resultados a los
accionistas. Pero, ¿Qué es la creación de valor?, de una manera muy consensual este
término se remota desde el momento en que fue fundada la empresa y existió la
aportación de recursos financieros para la misma, ya sea de manera interna (accionistas) o
de manera externa (instituciones financieras) y los cuales fueron utilizados para su
creación. En ese momento la empresa persigue de manera constante que el capital
invertido reditúe en creces, es decir, se inicia la persecución de la empresa para que
genere valor.

Ahora bien, ¿Qué tipo de estrategias podemos llevar a cabo para que se vea reflejada la
creación de valor?, podemos mencionar entre otras:
1. Proveer mayor resultado, es decir, desafiar las suposiciones en el tiempo, ser más
productivos.

2. Tomar como propios los problemas del cliente, esto nos quiere decir cumplir en tiempo
y capacidad, las necesidades que tiene el cliente dentro del mercado.

3. Conocer y entender el negocio, se refiere al dominio por áreas de responsabilidad,


desde asignar las funciones correspondientes de los colaboradores, hasta identificar a la
competencia y los factores externos que la aquejan.

4. Involucrar a los proveedores en las necesidades que tiene la empresa para satisfacción
del cliente, este punto es vital ya que estamos hablando de una parte de la cadena de
valor, y por ende este eslabón se distingue por el cumplimiento y calidad de insumos,
mismos que se verán reflejados en la satisfacción de las necesidades del cliente.

Podemos concluir que el Valor Agregado es una herramienta que permite evaluar la
creación de valor del negocio tomando en consideración los siguientes puntos:

Y como resultado nos lleva a la generación de valor, esto nos llevará definitivamente a
encaminar el rumbo de la empresa y adicionalmente reforzar su compromiso con la
sociedad.

¿??????????????????????????????????????????????????????????????????????????????

Hoy en día vivimos rodeados de productos y servicios que buscan satisfacer las
necesidades más explicitas. La verdad, es que la competencia es dura, y nuestro
factor de diferenciación es cada vez más difícil mantenerlo. Cuando buscamos un
producto por internet, fácilmente podemos encontrar varias empresas que venden
exactamente lo mismo, un sin número de opciones.

Una idea original, es solo el comienzo de un proceso de renovación contínuo ya


que en una o dos semanas la idea puede ser copiada, igualada o incluso mejorada
por alguna otra empresa. Cada vez más con la apertura de información y
tecnología los productos y servicios se parecen más entre sí.
Pero, entonces la pregunta es: ¿Qué es lo que me diferencia del mercado?
¿Cómo puedo desmarcarme de mi competencia?

La creación de valor es un proceso constante, que necesita la continua reflexión


de lo que queremos ofrecer y de nuestro trabajo. Para un producto o servicio ya no
es suficiente el añadirle extras, extras y más extras. Eso ya no funciona, porque
por cada extra que añadimos, en poco tiempo la competencia hará si no lo mismo
algo mejor. Es por esto que la diferenciación tiene que venir de otros campos. Así
que, ¿qué hacemos? Pues les propongo:

La creación de valor enfocándose en los más importante del mercado: Las


personas.

Cuando dejamos de ubicarnos en la carrera contra la competencia y empezamos


a pensar en las personas que adquieren o pueden adquirir nuestros productos,
comienza la apertura de posibilidades. El buscar dar un beneficio a aquellas
personas que sean nuestros clientes, algo que les haga sentir mejor, que les
facilite la vida, que les despierte emociones… esa es la clave.

Las soluciones pueden encontrarse dentro del ámbito del diseño, las garantías
que ofrecemos, el servicio al cliente y el de postventa, nuestra imagen, la
financiación; pero sobre todo lo que le hagamos sentir, aquella experiencia que les
haga valorar lo que hacemos por ellos y enamorarse de nosotros.

El primer paso consiste en preguntarse: ¿Cuáles son los valores que rigen mi
empresa? ¿Con que valores las personas pueden identificarse? De ahí,
definiéndolos, comienza la estrategia. Con estos valores utilizándolos como
estandarte de cada una de nuestras acciones podemos diseñar servicios que las
personas pueden sentirse identificadas. Así, lograremos no solo nuevos clientes,
si no lealtad en los que ya tenemos.

Para que todo esto se lleve a cabo con éxito tenemos que tener presente, que
todo cambio funciona de adentro hacia afuera, es decir, no sirve solo resumirlo en
una buena frase o ponerla en un letrero luminoso. Los valores de la empresa, son
los valores que nuestros clientes perciben, no tiene sentido si maneja como parte
de su propuesta de valor “Un servicio eficiente” y en su tienda haya una cola
gigantesca; O el “Proporcionamos una comunicación directa con nuestros
clientes”, abre un foro online y no esta dispuesto a dialogar; así de fácil. No diga lo
que no va a hacer porque le va a salir al revés.

La creación de valor, para que sea real tiene que ser creada de forma honesta,
como todo en esta vida, no?

Estoy segura que encontrará muchas ideas que pueda aplicar en su empresa.
Piense que no tiene que ser algo costoso o sumamente complejo, muchas veces
un solo cambio de actitud en el servicio a cliente, un detalle en la entrega del
producto, etc., puede hacer la diferencia. No tenga miedo de dar “sin recibir nada a
cambio”, créame que el darle importancia y trabajar para las personas y no para
luchar con la competencia, es algo que le dará tranquilidad, bienestar y sobre todo
le traerá buenos resultados.

También podría gustarte