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Sarcómera.

 Concepto.

Un sarcómero es la unidad funcional fundamental del músculo estriado, es decir, del músculo
esquelético y cardíaco. El músculo esquelético es el tipo de músculo que se utiliza en movimiento
voluntario y el músculo cardíaco es el músculo que forma parte del corazón.

Decir que el sarcómero es la unidad funcional significa que todos los componentes necesarios para la
contracción (de la fibra muscular) están contenidos en cada sarcómero. De hecho, el músculo estriado
está compuesto por millones de pequeños sarcómeros que se acortan, individualmente, con cada
contracción muscular.

Los sarcómeros son capaces de iniciar grandes movimientos al contraerse al unísono. Su estructura
única permite que estas pequeñas unidades coordinen las contracciones de los músculos.

La locomoción requiere un cambio en la longitud del músculo a medida que este se flexiona, lo que
requiere una estructura molecular que permita el acortamiento del músculo.

 Proteínas contráctiles, tipos.

Contiene:

 Proteínas contráctiles: actina y miosina.


La actina es el principal componente de los filamentos delgados en las células musculares.
Esta proteína se puede presentar en dos formas diferentes, de acuerdo con la ionización del
medio: en fuerza iónica baja se presenta en forma de G-actina, de carácter globular; mientras,
en medios de mayor fuerza iónica se tiene la F-actina, de carácter fibroso. Con la elevación de
la fuerza iónica, la G-actina se polimeriza, formando la F-actina.
Ya la miosina compone los filamentos gruesos y es clasificada como una enzima mecano-
química o proteína motora, eso porque es capaz de convertir la energía química en energía
mecánica, muy práctica para efectuar el mecanismo de la contracción muscular.

 Las proteínas reguladoras son las encargadas de la activación y parada de la contracción. Entre
ellas encontramos la tropomiosina, encargada de bloquear los filamentos gruesos de las bandas
H cuando no hay contracción muscular, para evitar su interacción con otras proteínas celulares y
la troponina que ayuda al mantenimiento de los filamentos de tropomiosina y a su colocación
sobre la miosina.

 Las proteínas estructurales son aquellas que permiten el correcto ensamblaje de esta enorme
estructura subcelular. La más importante de ellas es la titina (es la tercera proteína más
abundante del músculo estriado). Esta enorme proteína se sitúa desde los discos Z hasta la
banda M, estabilizando el filamento grueso y su elasticidad permite la recuperación de las fibras
en relajación. La nebulina a su vez ancla los filamentos finos a los filamentos Z, regulando su
extensión, puesto que no es elástica. La alfa-actina se encuentra en los discos Z uniendo titina y
actina. La miomesina se encarga de mantener la línea M. para acabar la distrofina ancla los
filamentos de los extremos del sarcómero al sarcolema, lo que permitirá la contracción celular.

Estructura y Partes:
Miofibrillas
Las fibras musculares se componen de cientos a miles de orgánulos contráctiles llamados
miofibrillas; estas miofibrillas se disponen paralelamente para formar el tejido muscular. Sin embargo,
las miofibrillas en sí mismas son esencialmente polímeros, es decir, unidades repetitivas de
sarcómeros.

Las miofibrillas son estructuras fibrosas y largas, y están hechas de dos tipos de filamentos proteicos
que se apilan uno encima del otro.

Miosina y actina.
La miosina es una fibra gruesa con una cabeza globular, y la actina es un filamento más delgado que
interactúa con la miosina durante el proceso de contracción muscular.

Una miofibrilla dada contiene aproximadamente 10 000 sarcómeros, cada uno de los cuales tiene
aproximadamente 3 micrómetros de longitud. Si bien cada sarcómero es pequeño, varios sarcómeros
agregados abarcan la longitud de la fibra muscular.

Miofilamentos
Cada sarcómero consiste en haces gruesos y delgados de las proteínas mencionadas anteriormente,
que en conjunto se denominan miofilamentos.

Al ampliar una porción de los miofilamentos, se pueden identificar las moléculas que los componen.
Los filamentos gruesos están hechos de miosina, mientras que los filamentos finos están hechos de
actina.

La actina y la miosina son las proteínas contráctiles que causan acortamiento muscular cuando
interactúan entre sí. Además, los filamentos delgados contienen otras proteínas con función
reguladora llamadas troponina y tropomiosina, que regulan la interacción entre las proteínas
contráctiles.

 Organización.

 Banda A
Zona de filamentos gruesos, compuestos por
proteínas de miosina.

 Zona H
Zona central de la banda A, sin proteínas de actina
superpuestas cuando el músculo está relajado.

 Banda I
Zona de filamentos delgados, compuestos por
proteínas de actina (sin miosina).

 Discos Z
Son los límites entre sarcómeros adyacentes, formados por proteínas de unión a actina
perpendiculares al sarcómero.

 Línea M
Zona central formada por proteínas accesorias. Se ubican en el centro del filamento grueso de
miosina, perpendicular al sarcómero.
 Función.

La función principal del sarcómero es permitir que una célula muscular se contraiga. Para ello, el
sarcómero debe acortarse en respuesta a un impulso nervioso.

Los filamentos gruesos y finos no se acortan, sino que se deslizan uno alrededor del otro, lo que
provoca que el sarcómero se acorte mientras que los filamentos conservan la misma longitud. Este
proceso se conoce como el modelo de los filamentos deslizantes de la contracción muscular.

El deslizamiento del filamento genera tensión muscular, que es sin duda la principal contribución del
sarcómero. Esta acción le da a los músculos su fuerza física.

Unión neuromuscular.

La unión neuromuscular o placa neuromuscular es la sinapsis entre una neurona motora y un músculo.
Gracias a los impulsos transmitidos, el músculo puede contraerse o relajarse. En concreto, es la
conexión entre el botón terminal de una neurona y la membrana de una fibra muscular.

Los botones terminales de las neuronas se conectan con las placas terminales motoras. Estas últimas
se refieren a la membrana que recibe los impulsos nerviosos de una unión neuromuscular.

 Motoneurona.

La unión neuromuscular se compone de los siguientes elementos:

 Una neurona motora (motoneurona).

Proviene de la médula espinal, a través de la cual va a llegar la información y las señales


bioeléctricas procedentes del sistema nervioso.

Esta neurona se denomina presináptica porque emite impulsos nerviosos o potenciales de acción.
Específicamente, los impulsos nerviosos viajan por el axón de esta neurona hasta el botón
terminal que se sitúa muy cerca del músculo. Dicha terminación posee una forma ovalada de unas
32 micras de anchura.

En el botón terminal se encuentran las mitocondrias y otros elementos que permiten la creación y
almacenamiento de acetilcolina. La acetilcolina es el principal neurotransmisor de la estimulación
muscular.

 Hendidura sináptica o espacio sináptico


El botón terminal de la neurona y la membrana muscular no están en contacto directamente,
existe un pequeño espacio entre ellas, a través del cual las sustancias secretadas por la
motoneurona van a viajar hasta el musculo con el fin de estimularlo.

 La unión motora
Está compuesta por una o más células musculares, cuya membrana o sarcolema posee
receptores que se ven afectados por distintas sustacias y que van a reaccionar a la señal neuronal
contrayéndose. Estas células diana constituyen una fibra muscular.

 Neurotransmisor.
En esta unión el principal neurotransmisor implicado, el que hace que se activen los receptores de la
placa muscular de tal forma que los músculos se contraigan, es la acetilcolina.

 Receptor.

Sus receptores principales son los muscarínicos y los nicotínicos, siendo estos últimos los más
frecuentes en la unión neuromuscular.

Mecanismo de transmisión neuromuscular.

 Mecanismo de contracción-relajación.
 Acoplamiento excitación-contracción.

El mecanismo de acoplamiento excitación-contracción fue definido en el músculo esquelético como la


secuencia de eventos que ocurre desde la generación del potencial de acción en la fibra muscular
hasta que se inicia la generación de tensión.

Cuando llega el potencial de acción por el axón de la neurona motora, a los terminales nerviosos que
inervan las distintas fibras musculares, se libera desde cada uno de ellos el neurotransmisor
acetilcolina que actúa sobre la placa muscular que enfrenta a cada terminal. Ello provoca la aparición
de un PEPS en la placa. Este potencial sináptico estimula eléctricamente la membrana vecina a la
placa, la cual responde generando un potencial de acción que viaja por el sarcolema de la fibra
muscular.

Desde este sarcolema nacen, de trecho en trecho, delgados túbulos que se dirigen al interior del
músculo. Son los túbulos transversos que alcanzan hasta el retículo plasmático de la célula
muscular. Este es un sistema membranoso de tubos y ensanchamientos (sacos) que rodean a los
sarcómeros de las miofibrillas. Una función muy específica del retículo en el músculo esquelético es la
de captar y almacenar Ca2+.

Cuando el potencial de acción que viene por el túbulo transverso (túbulo T) alcanza el retículo
sarcoplasmático de la respectiva fibra muscular, provoca la estimulación del retículo el cual responde
liberando Ca2+ que es la señal que inicia la contracción. Cuando la concentración del ión sube desde
0.01 mmol (concentración existente en condiciones de reposo) a valores entre 1 a 10 mmolar se inicia
el proceso de la contracción.

Este conjunto de cambios que inicia el potencial de acción y que termina con la contracción, se
llama acoplamiento excitación-contracción. Una parte del proceso que se inicia con la elevación del
Ca2+ es el acoplamiento electromecánico.

 Importancia del calcio.

Aunque siempre se relaciona el calcio con el desarrollo y mantenimiento de los huesos, su papel
dentro de la salud muscular es también fundamental. Así, las concentraciones de calcio dentro de las
células musculares facilitan movimientos como la contracción y la relajación de los músculos,
conociéndose este proceso bioquímico como el ciclo del calcio. Una menor concentración de calcio en
sangre influirá en nuestro rendimiento muscular ocasionándonos calambres y espasmos, y
debilidad y lentitud muscular de presentarse una hipercalcemia o gran cantidad de calcio en sangre.

El llamado ciclo del calcio tiene lugar en las células musculares y concretamente a los hilos de las
fibras denominadas miofilamentos que separan las células musculares del resto de células. Al
contraerse el músculo los miofilamentos se acortan, siendo una red que rodea a éstos la que controla
la concentración de calcio que precisa cada movimiento. Así, la contracción muscular es la señal
que pone en marcha la llegada de calcio y la inundación de los miofilamentos, hecho que conlleva
un acortamiento de los mismos y la contracción del músculo, mientras que cuando el calcio se retrae y
retorna al interior de la red o RS que envuelve cada miofilamento. En este momento el músculo se
relaja.

 Importancia de mecanismos transportadores.

Tipos de contracción muscular.

Las contracciones pueden ser clasificadas en isotónicas e isométricas. Se dice que son isotónicas
("misma tensión") cuando la tensión del músculo permanece casi constante mientras este se contrae.
Estas contracciones se usan para los movimientos corporales y para mover objetos, y pueden ser de
dos tipos: concéntricas y excéntricas. Cuando es concéntrica el músculo se acorta y tira de otra
estructura para producir movimiento y reducir el ángulo en una articulación, como cuando se toma un
libro del escritorio; mientras que en las excéntricas aumenta la longitud del músculo, como cuando se
coloca el libro sobre la mesa. Durante las contracciones isométricas ("misma longitud") se genera
energía considerable sin el acortamiento de músculo, como cuando sostenemos inmóvil un libro con el
brazo extendido.

La contracción muscular implica acortamiento de los elementos contráctiles, pero como los músculos
tienen elementos elásticos y viscosos en serie con el mecanismo contráctil, es posible que la
contracción ocurra sin un descenso apreciable en la longitud del músculo completo. Esta contracción
se llama isométrica (“misma tensión”). La contracción contra una carga constante con disminución de
la longitud muscular es isotónica (“misma tensión”).

Las características de la contracción isotónica dependen de la carga contra la que se contrae el


músculo, así como de la inercia de la carga. Sin embargo, el sistema isométrico registra los cambios
de la fuerza de la propia contracción muscular con independencia de la inercia de la carga. Por tanto,
el sistema isométrico se utiliza la mayoría de las veces cuando se comparan las características
funcionales de diferentes tipos de músculos.

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 La actina y la miosina, son las responsables directas de la contracción de los músculos.
 Los filamentos de tropomiosina se encargan de que la miosina no interaccione con otras proteínas
celulares cuando no hay contracción muscular.
 La troposina se encarga del mantenimiento de los filamentos de tropomiosina y de su organización
alrededor de la miosina.
 La titina y la nebulina son proteínas estructurales que ayudan en el ensamblaje de todas estas
estructuras que componen las fibras musculares.
Tensión muscular.

La tensión muscular (miogelosis) se manifiesta porque el tono muscular es demasiado elevado. Se


trata de una reacción del cuerpo cuando se le somete a actividades que sobrecargan el músculo y lo
cansan.

Causas de la tensión muscular:

 El estrés y la ansiedad.
 Los movimientos incorrectos y posturas incorrectas.
 La falta de movimiento. Estar sentado durante demasiado tiempo y, además, en una mala postura,
hace que se sobrecarguen los músculos, lo que provoca dolor principalmente en el cuello y la
espalda.
 La tonificación insuficiente de los músculos también provoca que estos se agoten con más
facilidad. Por ello es importante ejercitar los músculos y mantenernos en forma.

Estas son solo algunas de las posibles causas que pueden afectar a nuestros músculos y provocar
tensión muscular. Pero hay un sinfín de malas costumbres que favorecen la aparición de la tensión
muscular. Por tanto, se debe tener cuidado para evitar las mialgias (dolores musculares).

Formas de Combatirla:

Las sales minerales ayudarán a aliviar el dolor muscular. Pueden realizarse baños con sales de
Epsom y copos de magnesio, uno de los minerales esenciales para la relajación de los músculos.
Para aliviar la tensión también es recomendable el frío. En consecuencia, aplicar una compresa fría
o hielo en el lugar dolorido conseguirá aliviarlo.

Por otra parte, el estilo de vida juega un papel decisivo para combatir la tensión muscular. Hay que
llevar una correcta alimentación y una dieta rica en proteínas. De la misma forma, que hay que limitar
el consumo de café y alcohol. El sedentarismo tampoco es un hábito de vida recomendable, debiendo
ejercitarse y moverse diariamente para que el flujo de sangre sea constante.

Aplicar cremas o aceites en forma de masaje también puede resultar muy útil para aliviar el dolor
muscular. No, en cambio, para disipar la tensión muscular en el futuro.

Suplementos que pueden ayudar a evitar la tensión muscular.

Dado que la falta de hierro y vitaminas también participa en el desarrollo de la tensión muscular, es
recomendable que se tomen suplementos vitamínicos que ayudan a prevenir este problema.

En este sentido, existen suplementos específicos para combatir la tensión muscular, como Recuperat-
ion‌, una bebida hidratante no energética rica en sales minerales necesarias para que el cuerpo se
recupere (Magnesio, Calcio, Sodio y Potasio). Esta bebida está pensada para aportar, además de las
sales minerales, líquidos e iones esenciales para el correcto funcionamiento de los músculos.
La tensión muscular, como hemos visto en este artículo, es un problema común que prácticamente
toda la población padece. Aun así, a través de algunos trucos y de una serie de costumbres,
puede llegar a combatirse y eliminarse.

Tono muscular, hipertonía, hipotonía.


El tono muscular es la energía potencial de un músculo.

Incluso cuando están relajados los músculos presentan una ligera contracción que limita su elasticidad
y ofrece cierta resistencia al movimiento pasivo.

Cuando un músculo está contraído aumenta su tono, la contracción fija la articulación y entonces
costará más moverla. Cuando está relajada sucede justo lo contrario. Para que un movimiento resulte
armonioso a la vez que se contraen los músculos que lo ejecutan –agonistas– deben relajarse los que
se oponen al movimiento –antagonistas–.

El tono muscular está íntimamente relacionado con la motilidad voluntaria y la postura y se mantiene
mediante el arco reflejo miotático, modulado por los impulsos nerviosos que de forma continua recibe
la corteza cerebral desde los sensores del músculo y que le informan sobre el grado de contracción
muscular.

A su vez la corteza cerebral transmite a los nervios los impulsos que ordenan a los músculos que se
contraigan para mantener una postura o realizar un movimiento.

De la integridad de las estructuras nerviosas y musculares depende un tono balanceado que permita
posturas y movimientos precisos y armoniosos.

Cuando el tono está disminuido hablamos de hipotonía, la elasticidad de músculo es excesiva y su


consistencia es blanda, las articulaciones no se encuentran bien fijadas, aún con el músculo contraído,
por lo que al moverlas apreciamos flacidez y un movimiento muy amplio.

Por el contrario la hipertonía es un exceso de tono muscular que produce articulaciones fijadas a
menudo en posturas anómalas, al intentar moverlas notamos una resistencia.

En ambos casos la causa puede encontrarse en el propio músculo o en cualquiera de las estructuras
nerviosas que controlan el tono.

Fatiga muscular.

Es lasensación de pérdida de la capacidad física que te impide continuar y anuncia que, si no


cambiamos algún hábito, lo más probable es que sufras una lesión más grave en un futuro cercano.

Los síntomas de la fatiga muscular son fácilmente reconocibles. Todo comienza con una repentina
sensación de pesadez muscular y agotamiento extremo, a la que sigue un aumento del ritmo cardíaco
y respiratorio. Estas señales van acompañadas de una falta grave de coordinación y, en último
término, de ansiedad y sentimiento de incomodidad.

Causas:

Esta molesta sensación de fatiga se puede deber a diversos factores: niveles de calcio insuficientes,
una acumulación de ácido láctico, deficiencia de glucógeno o simplemente falta de hidratación.

Hay ciertas prácticas que fomentan esta situación de cansancio extremo. Por ejemplo, la falta de
descanso y periodo de recuperación, una alimentación incorrecta, monotonía y estancamiento en los
entrenamientos o consumo de tabaco o bebidas alcohólicas suelen ser las principales causas.

Medidas para prevenirlo:


 Intensidad progresiva.
Como hemos repetido en otras ocasiones, para moldear tu cuerpo es más importante la técnica
que la carga. Debes levantar siempre un peso acorde con tus capacidades e, igualmente
importante, es que no subas bruscamente la intensidad de un entrenamiento para otro. Las
cargas de trabajo se tienen que aumentar de manera progresiva: ¡Paciencia, que es la madre
de la ciencia!

 Entrenamientos intensos pero cortos.


Para conseguir resultados los entrenamientos tienen que ser intensos, pero no cometas el error
de alargarlos en exceso. Recuerda que las hormonas que contribuyen a aumentar la masa
muscular sólo serán liberadas durante los primeros 60 minutos del entrenamiento; después el
cuerpo empieza a generar altos niveles de cortisol, lo que eleva la cantidad de glucosa en
sangre impidiéndonos progresar físicamente.

 Varía de entrenamiento.
Otra clave a la hora de evitar la fatiga muscular es variar a lo largo de la semana el tipo de
entrenamiento. La monotonía y el estancamiento son perjudiciales tanto para el cuerpo como
para la mente. Lo ideal es que, a lo largo de la semana, alternes entrenamientos de fuerza con
sesiones de cardio y actividades físicas de menos intensidad, como el Yoga o el Pilates.

 Cuidado con el sobreentrenamiento.


La regla de oro para que nuestros músculos no desfallezcan es incluir en la rutina jornadas de
descanso, para que el cuerpo se pueda recuperar correctamente. Cuando nuestro cuerpo no
descansa el tiempo necesario, el ácido láctico que generamos durante la práctica de ejercicio
no puede ser reutilizado o retirado, esto provoca que inhiba algunas enzimas anaeróbicas, lo
que causa sensación de fatiga e impide continuar con el entrenamiento.

 Atención a las horas de sueño.


La falta de descanso está directamente relacionado con la fatiga muscular, pues los músculos,
y su nivel de ácido láctico, se recuperan durante las horas de sueño. No es recomendable
dormir menos de 6 horas, asimismo, tampoco es aconsejable dormir más de 8, pues el sueño
perdido no se recupera.

 Estirar y calentar, no lo olvides.


Calentar antes de cada entrenamiento y estirar correctamente la musculatura ejercitada al
acabar es esencial para evitar que nuestras fuerzas desfallezcan. En el calentamiento se
prepara al organismo para el esfuerzo que se va a realizar y, mediante los estiramientos, se
favorece la capacidad de los músculos de recuperar la posición inicial del ejercicio. Ambas
prácticas no solo retrasan la aparición de la fatiga, sino que también evitan otras lesiones como
contracciones o roturas.

 Dúchate al acabar de hacer ejercicio.


Una manera eficaz de evitar la aparición de la fatiga es darse una ducha, alternando agua fría y
tibia, justo después de practicar deporte. Esta práctica ayudará a que los músculos se relajen y
acelerará su recuperación.

 Hidrátate.
La hidratación es fundamental para combatir el cansancio. Lo ideal es beber agua, o bebidas
isotónicas, antes, durante y después del ejercicio en pequeñas dosis, es decir, a sorbos.
No es conveniente esperar a tener sed, pues esta sensación es un síntoma de deshidratación:
el cuerpo no dispondrá de líquido que le ayude a regular la temperatura corporal y se verá
obligado a destinar una cantidad extra de energía para tal fin, lo que se traduce en un esfuerzo
excesivo que se convertirá en fatiga muscular.

 Una alimentación adecuada y coherente.


La alimentación también suele estar detrás de esta peculiar sensación de agotamiento. De esta
manera, no basta con llevar una dieta equilibrada, donde los azúcares y harinas refinados no
tengan cabida, sino que también debe estar adaptada al gasto calórico: no se puede combinar
una dieta hipocalórica, baja en hidratos de carbono, con duros entrenamientos de cardio o
fuerza, pues la fatiga aparecerá tarde o temprano.

Asimismo, existen determinados alimentos que ayudan a retrasar la sensación de cansancio.


En primer lugar, el té verde y la limonada casera, debido a su poder antioxidante, se pueden
convertir en tu mejor aliado. Las verduras de hoja verde también son útiles en tanto que su
composición es rica en hierro y zinc contribuye a oxigenar nuestro organismo. La cebolla y
sobre todo el ajo, dadas sus propiedades antiinflamatorias, son otros alimentos que no pueden
faltar en tu dieta. Por último, las semillas y los frutos secos son una nutritiva fuente de energía,
perfecta para consumir antes o después del entrenamiento.

 Masajes y hielo.
Cuando la sensación de fatiga ya ha aparecido y el objetivo no es prevenir sino combatir el
agotamiento, los masajes y el hielo son la mejor opción. Es aconsejable que masajees tus
músculos antes y después de los entrenamientos cuando los notes muy cargados y, si la
situación no mejora, se recomienda acudir a un fisioterapeuta. De la misma manera, si tras una
sesión padeces inflamación, la aplicación de hielo favorecerá la recuperación y reparación de
los músculos afectados.

Si sigues estos conejos ya no tendrás que preocuparte por la fatiga muscular y podrás rendir al
máximo nivel. Eso sí, aparte de los cuidados físicos que te proponemos, una motivación
positiva es fundamental para prevenir el cansancio: no subestimes el poder de la mente y
confía en tus capacidades.

Tétano, escalera.

El tétanos es una enfermedad grave causada por una toxina bacteriana que afecta el sistema nervioso
y produce contracciones musculares dolorosas, especialmente en la mandíbula y los músculos del
cuello. El tétanos puede interferir con la capacidad para respirar y puede poner en riesgo la vida. El
tétanos es comúnmente conocido como "trismo".

Gracias a la vacuna antitetánica, los casos de tétanos son poco frecuentes en los Estados Unidos y
otras partes del mundo desarrollado. Pero la enfermedad sigue siendo una amenaza para aquellos que
no tienen todas las vacunas. Es más frecuente en los países en vías de desarrollo.

No hay una cura para el tétanos. El tratamiento se centra en controlar las complicaciones hasta que los
efectos de la toxina del tétanos se vayan.

Síntomas:
Los signos y síntomas del tétanos aparecen en cualquier momento, desde unos pocos días hasta
varias semanas después de que las bacterias del tétanos ingresen al cuerpo a través de una herida. El
período promedio de incubación es de siete a diez días.

Algunos signos y síntomas frecuentes del tétanos son:

 Espasmos y rigidez de los músculos de la mandíbula (trismo).


 Rigidez de los músculos del cuello.
 Dificultad al tragar.
 Rigidez de los músculos abdominales.
 Dolorosos espasmos en el cuerpo que duran varios minutos, generalmente provocados por
acontecimientos menores, como corrientes de aire, ruidos fuertes, contacto físico o la luz.

Otros posibles signos y síntomas comprenden:

 Fiebre.
 Sudoración.
 Presión arterial elevada.
 Frecuencia cardíaca acelerada.

Causas:

El tétanos es causado por una toxina producida por esporas de bacterias, Clostridium tetani, que se
encuentra en la tierra, el polvo y las heces de animales. Cuando las esporas entran en una herida
profunda, se convierten en bacterias que pueden producir una poderosa toxina, la tetanospasmina. La
toxina afecta los nervios que controlan los músculos (neuronas motoras). La toxina puede causar
espasmos y rigidez muscular, los principales signos y síntomas del tétanos.

Casi todos los casos de tétanos ocurren en personas que nunca han sido vacunadas o en adultos que
no están al día con las vacunas de refuerzo cada 10 años. No se puede contraer el tétanos de una
persona que lo tiene.

Factores de riesgo.

Lo siguiente aumenta tu probabilidad de contraer tétanos:

 No vacunarte o mantenerte al día con las vacunas de refuerzo contra el tétanos.


 Una lesión que permita que las esporas del tétanos ingresen en la herida.
 Un cuerpo extraño, como una uña o astilla.

Los casos de tétanos se desarrollan de lo siguiente:

 Heridas punzantes, incluso de astillas, perforaciones en el cuerpo, tatuajes e inyección de drogas.


 Heridas de arma.
 Fracturas abiertas.
 Quemaduras.
 Heridas quirúrgicas.
 Consumo de drogas inyectables.
 Picaduras de animales o insectos.
 Úlceras en pies infectados.
 Infecciones dentales.
 Muñones umbilicales infectados en recién nacidos de madres vacunadas inadecuadamente.

Complicaciones.

Una vez que la toxina del tétanos se une a las terminaciones nerviosas es imposible eliminarla. Para
una recuperación total de una infección de tétanos es necesario el desarrollo de nuevas terminaciones
nerviosas, lo que puede tardar varios meses.

Entre las complicaciones de la infección de tétanos se incluyen:

 Fracturas. La gravedad de los espasmos puede provocar fracturas en la columna vertebral y otros
huesos.
 Obstrucción de una arteria pulmonar (embolia pulmonar). Un coágulo que se trasladó desde otra
parte del cuerpo puede bloquear la arteria principal del pulmón o alguna de sus ramificaciones.
 Muerte. Los espasmos musculares graves inducidos por el tétanos (tetánicos) pueden interferir en
la respiración o detenerla. La insuficiencia respiratoria es la causa más frecuente de muerte. La
falta de oxígeno también puede provocar un paro cardíaco y la muerte. La neumonía es otra causa
de muerte.

Prevención.

Puedes prevenir el tétanos fácilmente aplicándote una vacuna.

Serie de vacunas principales.

En general, la vacuna contra el tétanos se da a niños como parte de la vacuna antidiftérica,


antitetánica y contra la tos ferina acelular (DTaP). Esta vacuna proporciona protección contra tres
enfermedades: infección respiratoria y de la garganta (difteria), tos ferina (pertussis) y tétanos.

La vacuna DTaP es una serie de cinco inyecciones que, por lo general, se administran en el brazo o el
muslo, a niños de las siguientes edades:

 2 meses
 4 meses
 6 meses
 15 a 18 meses
 4 a 6 años

El refuerzo de la vacuna contra el tétanos suele administrarse en combinación con el refuerzo de la


vacuna contra la difteria (Td). En 2005, se aprobó una vacuna contra el tétanos, la difteria y la tos
ferina (Tdap) en adolescentes y adultos menores de 65 años para garantizar una protección continua
contra la tos ferina.

Se recomienda que los adolescentes reciban una dosis de Tdap, preferiblemente entre las edades de
11 y 12 años, y un refuerzo de Td cada 10 años a partir de entonces. Si nunca has recibido una dosis
de Tdap, sustitúyela por tu próxima dosis de refuerzo de Td y luego continúa con los refuerzos de Td.
Si viajas al exterior, en especial a un país en vías desarrollo donde el tétanos podría ser frecuente,
asegúrate de tener las vacunas al día.

Para mantenerte al día con todas las vacunas, pídele al médico que revise tu estado de vacunación
con regularidad.

Si no te vacunaste contra el tétanos en la infancia, consúltale al médico para recibir la vacuna Tdap.

Denervación muscular.

Pérdida de la inervación nerviosa en una determinada estructura. Se utiliza el término habitualmente


para referirse al músculo que ha perdido la inervación nerviosa debido a una lesión nerviosa que ha
provocado la degeneración axonal.

Rigidez cadavérica.

Estado de contracción permanente de los músculos, que les confiere una gran dureza e inflexibilidad,
quedando fijas las articulaciones, lo que imposibilita su movilidad pasiva. Esta contractura aparece
también en los músculos de fibra lisa, como el diafragma y el corazón.

Su instauración es descendente, comenzando por los músculos masticatorios hasta llegar a las
extremidades inferiores. Aparece a las tres a seis horas después de la muerte, suele ser completa a
las ocho o diez horas y su intensidad máxima ocurre a las veinticuatro horas.

Se debe al agotamiento de las reservas de ácido adenosintrifosfato (ATP), que pasa a ácido
adenosindifosfato, no estableciéndose la reacción inversa de regeneración del ATP. La rigidez
desaparece al instaurarse la putrefacción.

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