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Universidad CEU Cardenal Herrera

Facultad de Derecho, Empresa y Ciencias Políticas.


Centro de Elche

Grado en Derecho

“La protección de las inversiones en el exterior: los APPRIs”

Salvador Felipe Sánchez

En Elche, a 30 de enero de 2017


2
“La protección de las inversiones en el exterior: los APPRIs”

TRABAJO DE FIN DE GRADO

GRADO EN DERECHO

Trabajo de revisión

Salvador Felipe Sánchez


Tutora: Dra. Adela Aura Larios de Medrano
Elche, 30 de enero de 2017

3
4
Resumen

El presente trabajo aborda la protección al inversor extranjero que


conceden los Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de
Inversiones en el marco del Derecho Internacional.
Ante el incremento de los flujos de inversión, estos instrumentos han
desarrollado una serie de derechos y garantías que se han erigido como
la protección básica de la inversión extranjera en el exterior.
Se analizará el mecanismo de resolución de controversias que estos
Acuerdos proveen así como la reciente transferencia de la competencia
sobre Inversión Extranjera Directa de los Estados Miembros en favor de la
Unión Europea, que pasa a formar parte de la Política Comercial Común.

Palabras clave: Acuerdos para la Promoción y la Protección Recíproca


de las Inversiones, Inversión Extrajera Directa, Arbitraje internacional de
inversiones, CIADI, Tratado de Lisboa.

Abstract

This paper deals with the protection of the foreign investor granted by the
Bilateral Investment Treaties within the framework of International Law.
Given the increase in investment flows, these instruments have developed
a series of rights and guarantees that have been established as the basic
protection of Foreign Direct Investment.
We will analyze the investment-state dispute settlements that these
Agreements provide as well as the recent transfer of competences on
Foreign Direct Investment from Member States to the European Union,
which becomes part of the Common Commercial Policy.

Keywords: Bilateral Investment Treaties, Foreign Direct Investment,


International Investment Arbitration, ICSID, Lisbon Treaty.

5
6
ÍNDICE
ABREVIATURAS…………………………………………………………………………………8
Introducción…...…………………………………………………………………………………9
CAPÍTULO I. LA APERTURA AL EXTERIOR DE LAS INVERSIONES…………………11
1.1. Introducción………………………………………………………………………11
1.2. Antecedentes……………………………………………………………………..12
1.3. Los procesos de integración……………………………………...…………..13
CAPÍTULO II. Los APPRI……………………………………………………………………...15
2.
2.1. Introducción………………………………………………………………………15
2.2. Concepto………………………………………………….……………………….15
2.3. Finalidad……………………………………………………………….................16
2.4. La obligación de promoción de las inversiones
extranjeras………………………………………………………………………...18
2.5. La obligación de protección de las inversiones
extranjeras…………………………………………………..…………………….19
2.6. Ámbito de aplicación…………………………………………………..............20
2.6.1. Ámbito personal……………………………………………..………………..20
2.6.2. Ámbito material……………………………………………………………….22
2.6.3. Ámbito temporal.......................................................................................23
2.6.4. Ámbito territorial……………………………………………………...............24
2.7. Tratamiento de las inversiones…………………………………….…………25
2.7.1. El trato justo y equitativo..........................................................................25
2.7.2. El trato de nación más favorecida…………………………………………..26
2.7.3. El trato nacional……………………………………………………………….28
2.7.4. Recapitulación………………………………………………………..............29
2.8. Expropiación……………………………………………………………………...30
2.8.1. Expropiación directa e indirecta…………………………………………….31
2.8.2. Expropiación conforme a Derecho………………………………………….32
2.8.3. Posición de la jurisprudencia internacional……………………….............34
2.8.4. Indemnización…………………………………………………………………38
2.8.5. Nacionalización……………………………………………………………….39
2.8.6. Recapitulación………………………………………………………..............40
2.9. Compensación por pérdidas…………………………………………………..41
2.10. Transferencia de capitales……………………………………………………..42
2.11. Solución de controversias entre inversores y Estados…………………..43
2.11.1. El arbitraje internacional de inversiones………………………………………..44
2.11.2. El Centro de Internacional de Arreglo de Diferencias relativas
a Inversiones (CIADI) …………………………………………………………….46
2.12. Práctica española………………………………………………………………..51
CAPÍTULO III. ARMONIZACIÓN COMUNITARIA DE LA IED…………………………….53
3.
3.1.Introducción………………………………………………………………………53
3.2.El Tratado de Lisboa…………………………………………………………….54
3.3.El Reglamento (UE) Nº 1219/2012 del Parlamento Europeo
y del Consejo, de 12 de diciembre de 2012 ………...................................55
3.4. El Reglamento (UE) Nº 912/2014 del Parlamento Europeo
y del Consejo de 23 de julio de 2014 ………………...................................57
3.5. Recapitulación y perspectivas de futuro……………………………………59
CAPÍTULO IV. VÍAS COMPLEMENTARIAS PARA LA PROTECCIÓN DE
INVERSIONES…………………………………………………………………………………..65
CONCLUSIONES……………………………………………………………………………….67
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………….71
LISTADO DE ACUERDOS…………………………………………………………………….77
LISTADO DE SITIOS WEB…………………………………………………………………….81
ANEXO……………………………………………………………………………………………83

7
ABREVIATURAS

APPRI……………………………...Acuerdo para la Promoción y


Protección Recíproca de Inversiones
IED………………………………....Inversión Extranjera Directa
UE……………….…………………Unión Europea
TFUE…………...………………….Tratado de Funcionamiento de la Unión
Europea
CIADI………………………………Centro Internacional de Arreglo de
Diferencias Relativas a Inversiones
EM………………..…….............…Estado Miembro de la Unión Europea
DUE………………………………..Derecho de la Unión Europea
CNUDMI……………….................Comisión de las Naciones Unidas para el
Derecho Mercantil Internacional
PCC……………………….............Política Comercial Común de la Unión
Europea

8
Introducción

En las últimas décadas el aumento del comercio internacional ha


venido acompañado de un considerable incremento de los flujos de
inversión extranjera. Ello ha traído, como primera consecuencia, el tener
que adaptar la regulación existente a estas nuevas circunstancias.
Además, dada la relevancia de las inversiones para el estímulo de la
competitividad global, ha surgido la necesidad de establecer un marco
efectivo de protección de las mismas en el exterior, lo que se ha
materializado en la adopción de normas de ámbito supraestatal, que han
sido denominadas APPRIs (Acuerdos de Promoción y Protección
Recíproca de Inversiones). De este modo, el Derecho Internacional ha
experimentado un considerable desarrollo, llegando a constituirse el
Derecho internacional de inversiones como un sector autónomo en el
ámbito internacional. Sector de gran relevancia e interés, que conforma
una sugerente línea de investigación.

Tomando la realidad arriba descrita como punto de partida, el


presente trabajo tiene como objeto de estudio revisar la protección y
seguridad que proporcionan los APPRI a los inversores con el fin de
constatar, si éstos se constituyen como un marco adecuado de regulación
de las inversiones internacionales.

Para la consecución de este objetivo, y en aplicación de un método


jurídico analítico, en este trabajo se comenzará revisando las fuentes
primarias del Derecho Internacional: los Tratados Internacionales.
Analizaremos la evolución convencional de la protección a la Inversión
Extranjera Directa en el ámbito internacional, en general, y desde el
prisma de la práctica española, en particular. Recurriremos al derecho
comparado, observando las actuaciones de los Estados en este aspecto,
y se observará la diversa red de APPRI suscritos por España en el
entorno internacional, identificando las diferencias en cuanto a su

9
redacción, así como en cuanto a su contenido. Asimismo, se empleará la
doctrina científica y jurisprudencia arbitral para elaborar un estudio
completo.

Dado que este no es solo un trabajo de Derecho Internacional, sino


también de Derecho de la Unión Europea, trataremos la reciente
modificación de la normativa europea en virtud del Tratado de Lisboa, que
resulta en el traspaso de la competencia sobre Inversión Extranjera
Directa a la Unión Europea incorporándola a la Política Comercial
Comunitaria.

En cuanto al plan de exposición, este trabajo consta de tres partes.


La primera de ellas está dedicada al creciente aumento del flujo de
inversiones y génesis de los APPRI. En la segunda, y principal,
realizaremos un análisis exhaustivo de su contenido. Mostraremos las
disposiciones habitualmente incorporadas que son las que conceden las
garantías características de estos Acuerdos, así como el sistema de
solución de controversias que proporcionan.

En la parte final del trabajo, centrada en la Política Comercial


Comunitaria, analizaremos el marco jurídico resultante tras los
Reglamentos 1219/2012 y 912/2014, que establecen la nueva regulación
para los APPRI y gestionan la responsabilidad financiera respecto a
controversias, respectivamente.

Finalmente, el trabajo se cierra con las correspondientes


conclusiones extraídas de la investigación, seguidas de la bibliografía
citada, índices de los Acuerdos empleados y un anexo que se ha
considerado conveniente incluir y que contiene información relevante para
la comprensión de algunos puntos.

10
CAPÍTULO I. LA APERTURA AL EXTERIOR DE LAS
INVERSIONES

1.1. Introducción

A lo largo de las últimas décadas, la economía global ha


experimentado un proceso de liberalización que, mediante el intercambio
de capitales entre Estados, ha permitido la expansión transfronteriza de
las inversiones y por ende, el aumento de la competitividad global.

Esta situación ha llevado a los Estados a regular la inversión


extranjera internacional a través de la creciente red de Acuerdos de
Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, con el objetivo de
dotar de una mayor seguridad a los inversores.

Este instrumento se ha consagrado como el método principal para


dar marco a las inversiones extranjeras en el ámbito internacional por la
efectiva protección que conceden a los inversores, y por ello, los Estados
han adoptado esta práctica de manera uniforme, llegando a conformar
más de 3.000 APPRIs en la actualidad.

En este sentido, las relaciones económicas entre Estados y sujetos


privados no están exentas de disputas, y en el caso de los APPRIs, la
mayor parte de controversias vienen directamente relacionadas con la
expropiación.

Siendo más concretos, dichos Acuerdos se establecieron


inicialmente entre Estados desarrollados y Estados en vías de desarrollo,
por lo que pueden observarse desde dos planos. En primer lugar, el del
inversor, que pretende amparar su inversión por medio de las
disposiciones contenidas; y en segundo lugar, el del Estado receptor de la
inversión, que intenta promover las inversiones en su territorio, mostrando

11
un entorno de seguridad jurídica y política estable para atraer las
inversiones a la par que trata de no perder su soberanía.

En este punto, la tendencia internacional ha evolucionado y se


prevén nuevos medios de regular la inversión que, en cierta manera,
simplifiquen esta compleja red de Tratados y confieran una protección
mayor si cabe a los inversores, para así continuar estimulando la
economía mundial, abriendo nuevas puertas a la inversión e impulsando
las relaciones comerciales entre Estados.

1.2. Antecedentes

Históricamente, el antecedente más próximo en cuanto a contenido


a los APPRI data del siglo XIX y fueron los llamados “Tratados de
Amistad, Comercio y Navegación”, cuyo principal propósito fue el de
proteger el desarrollo del comercio con total libertad entre los países
firmantes, establecer medidas para salvaguardar la paz y regular la
navegación.

Con el progreso de las relaciones comerciales internacionales, a


estos Tratados se les añadieron reglas similares a las que hoy día
podemos encontrar en la práctica internacional que establecían el trato a
los inversores de los países firmantes, así como el reconocimiento
internacional de seguros contra riesgos no comerciales1.

Siendo más concretos respecto a la génesis de los APPRI, el


primero de estos Acuerdos fue constituido en el año 1959 entre la
República Federal de Alemania y la República Islámica de Pakistán. Así,
otros países europeos continuaron la tendencia convirtiéndose en la

1
MORENO BLESA, L., “El arbitraje del CIADI y su contribución al desarrollo a la luz de
las inversiones directas en mercados emergentes”, Revista Iberoamericana de Estudios
de Desarrollo, vol. IV-1, 2015, pp. 74-97, pp. 77-78.

12
década de 1970 en un hecho habitual entre los países exportadores de
capital.

Acertadamente, como consecuencia del uso que se estaba


ejerciendo de dichos instrumentos, en 1967 el Consejo de Ministros de la
OCDE recomendó un convenio modelo que influenció a los países
miembros de esta organización, que siguieron las directrices previstas
para la redacción de los Acuerdos.

La red de aplicación de los Tratados para la regulación de las


inversiones en el extranjero se extendió, inicialmente con países de Asia y
África, y posteriormente, en la década de 1980, a Europa Central y del
Este así como al Sudeste Asiático. Latinoamérica, algo más reacia a
unirse a esta práctica, se incorporó en la década de 1990. Importante hito
fue el “Convenio de Washington” por el que se creó el Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) en
1965 que marcó un punto de inflexión en la política económica, se
consideró a partir de este momento la necesidad de suscribir dichos
Tratados para reforzar la seguridad jurídica de las inversiones en el
exterior2.

1.3. Los procesos de integración

Existe una clara intención de sintetizar la extensa red de Tratados


de inversión, pero ante la heterogeneidad de posturas y la falta de
actuación conjunta, hasta el momento ha sido imposible introducir un
sistema internacional multilateral para la regulación de las inversiones.

2
GRANATO, L., NAHUEL ODDONE, C., “Derecho internacional, ¿protección del inversor
extranjero y acuerdos bilaterales, quo vadis?”, Revista Universidad EAFIT, nº 148, 2007,
pp. 25-41, pp. 31-32.

13
Esta corriente integradora tuvo su mayor expresión en el MAI
(Multilateral Agreement on Investment)3 que comenzó con las
negociaciones en el ámbito de la OCDE (Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos) en mayo de 1995 con el
objetivo de proveer un marco multilateral para la inversión internacional
con altos estándares de protección y con procedimiento de resolución de
controversias efectivo, abierto a Estados no miembros. Pero finalmente
vio concluidas sus negociaciones en Abril de 1998 y hasta la fecha no han
sido retomadas.

Ante el fracaso del MAI, se desechó la vía multilateral y se optó por


continuar la regulación de las inversiones con los APPRI tal y como se
venía haciendo hasta el momento, si bien se iniciaron diversos procesos
de integración regional que han sido más fructíferos, pero ya en otros
asuntos.

Nos referimos en este sentido al Tratado de Libre Comercio de


América del Norte (TLCAN), por el que se creó una zona de libre
comercio; las negociaciones del TTP (Trans-Pacific Partnership) en el que
se incluyen medidas sobre barreras comerciales, propiedad intelectual y
arreglo de diferencias inversor-Estado, entre otras; el MERCOSUR
(Mercado Común del Sur), como zona de integración económica y social;
o el ASEAN (Association of South East Asian Nations), unión política,
económica y socio-cultural.

Sin duda el caso más exitoso es el de la Unión Europea, que en su


afán integrador ha aumentado recientemente sus competencias
incluyendo las inversiones directas, algo que se tratará más adelante.

3
Draft Consolidated del The Multilateral Agreement on Investment, OECD, de 22 de Abril
de 1998.

14
CAPÍTULO II. LOS APPRI

2. Los APs

2.1. Introducción

En esta sección se procederá a examinar la figura de los APPRI.


En un momento inicial se definirán una serie de conceptos sin los cuales
no se pueden entender dichos Tratados y posteriormente, mediante los
preceptos que suelen recoger la gran mayoría de estos Acuerdos, se
estudiarán sus disposiciones más significativas.

2.2. Concepto

Los APPRI son acuerdos bilaterales celebrados por escrito entre


Estados en el marco del Derecho Internacional, que contienen un
conjunto de normas que tienen como propósito ser respetadas por los
Estados firmantes y que conceden beneficios directos a los inversores de
ambos países, creando obligaciones para los Estados y otorgando
derechos a los inversores4.

Asimismo, establecen garantías sobre el sistema para la resolución


de controversias al que podrán acudir tanto inversionistas como las Partes
Contratantes, así como un marco regulatorio sobre los casos de
expropiación.

Estos instrumentos de naturaleza recíproca que tienen valor de ley,


por cuanto se consideran Tratados Internacionales, también se
encuentran en el ámbito internacional bajo la denominación TBI (Tratado
Bilateral de Inversión).

4
GRANATO, L., NAHUEL ODDONE, C., “La protección internacional del inversor
extranjero a través de los acuerdos bilaterales de inversión”, Revista Tendencias, vol.
VIII-2, 2007, pp. 43-66, p. 50.

15
Además, como veremos más adelante, quedará dispuesto en el
articulado de estos Acuerdos la manera de consagrar la protección y
promoción que de su propia denominación se desprende sobre las
inversiones de manera recíproca, mediante el trato y garantías que se les
aplicarán.

Es conveniente precisar que la doctrina diferencia dos


generaciones de APPRI en la práctica española, marcando como punto
de inflexión la publicación de la resolución arbitral del CIADI en el año
2000 referente al caso Maffezini5, que será nombrado eventualmente en
este trabajo. Se entienden como APPRI de primera generación aquellos
anteriores a tal fecha, y como APPRI de segunda generación aquellos con
entrada en vigor tras dicho laudo6.

2.3. Finalidad

En cuanto a su finalidad, los APPRI se constituyen con el objetivo


principal de proporcionar unas condiciones estables y favorables a la
inversión extranjera, así como de reducir la incertidumbre política y
jurídica, generando seguridad no solo en la constitución de las
inversiones, sino también en la posterior protección de las mismas7.

Los Estados a través de los APPRI persiguen fomentar y atraer la


inversión a su territorio, facilitando la entrada de capital y el desarrollo de
su industria por medio del reconocimiento de garantías claves para la
salvaguardia de la posición de las empresas extranjeras que busquen
oportunidades de negocio.

5
Emilio Agustín Maffezini c. Reino de España (Caso CIADI Nº ARB/97/7, Laudo de 9 de
noviembre de 2000).
6
PASCUAL VIVES, F.J., “El arbitraje de inversiones en los recientes APPRI españoles”,
Revista Electrónica de Estudios Internacionales, nº 18, 2009, pp. 1-30, pp. 2-3.
7
CLAROS ALEGRÍA, P., CARBALLO LEYDA, A., “España: privilegiado “HUB” de
inversión entre América y Oriente”, Economía y negocios de Casa Árabe, nº 33, 2012,
pp. 1-5, p. 1.

16
A este respecto, los principales efectos jurídicos que logran
introducir los APPRI se presentan a continuación8.

En primer lugar, confieren el trato y protección al inversor


especificados en los mismos que el Estado receptor se ha obligado a
garantizar, de forma que en caso de incumplimiento y violación de los
términos del Tratado, éste será responsable ante el Derecho
Internacional.

En segundo lugar, conceden al inversor foráneo el derecho de


acudir a un tribunal arbitral internacional para resolver cualquier
controversia surgida durante el periodo de vigencia del Acuerdo. De esta
manera, se cede libertad al inversor para decidir cuando acudir a
instancias supranacionales.

Finalmente, amparan los contratos finalizados dado que el Estado


receptor de la inversión tiene capacidad para resolver de manera
unilateral el contrato de acuerdo a su derecho interno. Así, igualmente
podrá el afectado apelar al foro arbitral.

Se considera, por tanto, que los Acuerdos de Inversión constituyen


un marco regulatorio básico para la inversión extranjera.

En la parte inicial de la redacción de los APPRI se describen los


enunciados por los que quedarán establecidos los mandatos de
promoción y protección de las inversiones, que cabe tratar holgadamente
ya que se articulan como columna vertebral de los Acuerdos.

8
GRANATO, L., NAHUEL ODDONE, C., “La protección internacional… “ op. cit., pp. 52-
53.

17
2.4. La obligación de promoción de las inversiones extranjeras

La mayoría de los APPRI recogen un precepto de promoción de las


inversiones extranjeras que persigue fomentar las inversiones de
inversores de la otra Parte Contratante en la medida de lo posible, así
como facilitar la concesión de permisos y contratos necesarios para el
establecimiento de dichas inversiones, de acuerdo a la normativa estatal.

Es un mandato que se contempla en la práctica como una


obligación genérica, que sujeta a los Estados a aplicar una serie de
conductas dirigidas a facilitar la promoción de las inversiones de la otra
Parte firmante. Sin embargo dichas conductas no se suelen precisar
adecuadamente, dejando a elección de cada firmante las medidas
concretas que ejecutará.

La práctica española, que no se sitúa a la cabeza en cuanto a


desarrollo de los Acuerdos de inversión y no es de las que mayor
concreción apunta sobre este mandato, ha sufrido una cierta evolución
pasando de una situación en la que simplemente se hacía referencia a la
“promoción” y “creación de condiciones favorables para la inversión”9, a
acompañarlo más adelante con la expresión “informar a la otra parte
contratante de oportunidades de inversión”10 enriqueciendo así el
Acuerdo. Aunque es necesario señalar que este deber solo se puede
invocar a petición del otro Estado parte, por ello no puede considerarse
realmente como una obligación a todos los efectos. Finalmente en los
APPRI más recientes se ha llegado a agregar el “intercambio de

9
Vid. Preámbulo del Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones
entre el Reino de España y la República de Filipinas, hecho en Madrid el 19 de octubre
de 1993 (BOE núm. 275 de 17 de noviembre de 1994).
10
Artículo II.2 del Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre
el Reino de España y la República de Costa Rica, hecho en San José de Costa Rica el 8
de julio de 1997 (BOE núm. 170 de 17 de julio de 1999).

18
información que facilite el conocimiento de las condiciones y
oportunidades de inversión”11.

Haciendo uso del derecho comparado, se pueden observar


prácticas como las de los modelos norteamericano y canadiense que bajo
el título “Transparencia” en las disposiciones de sus Tratados agregan
para el Estado receptor de la inversión una serie de obligaciones. Dichas
obligaciones, que sin duda suponen un avance en cuanto a la regulación
de los APPRI, establecen redes entre las Partes para el intercambio de
información y actualización de normativa referente a inversiones así como
la difusión pública de cambios en la legislación nacional que tuvieran
relación con las inversiones realizadas y que, de hecho, pudieran
afectarlas12.

2.5. La obligación de protección de las inversiones extranjeras

Uno de los motivos principales por los que se pretende la


celebración de un Acuerdo de inversión, es la efectiva protección sobre
las propiedades que inversores de los Estados Parte puedan constituir en
territorio de una de éstas. Indudablemente, uno de los factores que en
mayor medida atrae la inversión son las condiciones adecuadas de
protección.

La obligación de protección de las inversiones extranjeras persigue


no obstaculizar, mediante medidas discriminatorias, la gestión, el
mantenimiento, el uso, disfrute y enajenación de las inversiones. Este
mandato no actúa por si solo, si no que se apoya en las disposiciones
sobre prohibición de expropiaciones, compensación del inversor, libre

11
Artículo II.2 del Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre
el Reino de España y los Estados Unidos Mexicanos, hecho en México el 10 de octubre
de 2006 (BOE núm. 81 de 3 de abril de 2008).
12
PASCUAL VIVES, F.J., “Las obligaciones de promoción y protección de las
inversiones extranjeras en la segunda generación de APPRI españoles”, Revista
Española de Derecho Internacional, vol. LXI-2, 2009, pp. 440, p. 416.

19
transferencia de capitales, tal como en las cláusulas de trato justo y
equitativo, trato nacional y trato de nación más favorecida, que serán
analizadas más adelante.

2.6. Ámbito de aplicación

Habitualmente en el primer Artículo de cada Tratado de inversión


se establecen las definiciones sobre los términos que van a ser referidos
a lo largo del contrato y que deben ser precisados para dar sentido al
mismo. Esto es, la definición de conceptos que delimitarán el trato
posterior.

Estos convenios establecen de forma efectiva los términos en los


que va a tratarse la inversión, las partes, tanto Estados como
inversionistas de los Estados Parte; así como los distintos ámbitos en los
que se encuadrará la inversión, el tiempo concreto por el cual quedará
sujeta la inversión a las garantías especificadas y el espacio territorial en
el que se podrán desarrollar, ya que algunos Estados son más rigurosos
limitando a que áreas no se extenderá la protección. La base del APPRI
se sienta en este punto.

2.6.1. Ámbito personal

Aunque son Tratados que se negocian y firman entre Estados, los


principales beneficiados de ellos son las empresas e inversores de los
Estados Parte.

Para determinar el ámbito personal que corresponde a los APPRI


es importante la descripción del término “inversor”, que señala a un
nacional o sociedad de las Partes Contratantes para más adelante
especificar con mayor detenimiento sobre cada uno.

20
Entendemos entonces la distinción entre persona física y persona
jurídica. Por persona física se entienden los individuos que posean la
nacionalidad de una de las Partes Contratantes, mientras que sobre
persona jurídica se aclara posteriormente a través del término “sociedad”
utilizando también el criterio de nacionalidad.

Se conoce que para considerar una sociedad como perteneciente a


un Estado, en función del ordenamiento de cada Nación, se ha de atender
a su lugar de constitución, su domicilio social o sede, nacionalidad de los
accionistas, entre otras pautas. Para ello, hay distintos criterios de
redacción de acuerdo al firmante: algunos lo establecen expresamente
como la sede o domicilio en el territorio de una Parte Contratante, otros
únicamente hacen referencia a la sede, en cambio otros guardan silencio
sobre a este aspecto.

Al final, aunque se atienda a la nacionalidad de la persona física o


jurídica, lo que va a proteger es la inversión de estos.

Se procede posteriormente a describir determinadas tipologías de


sociedades aceptadas, aunque en este punto también se perciben
disparidad de criterios en la redacción. En algunos, se determina con
precisión la nomenclatura que ha de tener una sociedad para
considerarse como tal a efectos del APPRI13. Sin embargo en otros
acuerdos se opta por no concretar y dejar el concepto abierto14.

13
Acuerdo entre el Reino de España y la República Islámica de Mauritania sobre la
Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, hecho en Madrid el 24 de julio de
2008 (BOE núm. 74 de 26 de marzo de 2016). Este Acuerdo establece en su Artículo
1.b): “…persona jurídica o cualquier otra entidad … tales como sociedades anónimas,
colectivas, sociedades anónimas de responsabilidad limitada (Sarl) o asociaciones
empresariales”.
14
Acuerdo entre el Reino de España y la República de Lituania para la Promoción y
Protección Recíproca de Inversiones, hecho en Vilnus el 6 de julio de 1994 (BOE núm.
22 de 25 de enero de 1996). Este Acuerdo, en cambio, en su Artículo 1.b) dice así:
“…toda entidad, asociación, empresa…”.

21
Al margen, algo que siempre es común y así se expresa en todos
los Tratados, es que la sociedad debe estar constituida y organizada
conforme a la legislación de la Parte receptora de capital.

Por último, en cuanto a los casos donde el inversor goce de doble


nacionalidad, algunos Acuerdos como el suscrito con Colombia insertan
un precepto donde se dispone que para aquellos inversionistas que
ostenten la nacionalidad de ambas Partes, el APPRI solo se aplicará
sobre las inversiones que se encuentren en el territorio del Estado donde
el inversor no está ejerciendo de forma efectiva su nacionalidad15.

2.6.2. Ámbito material

Para determinar el ámbito material que se aplica en estos Acuerdos


es fundamental fijar la definición del término “inversión” que a priori se
entiende como “todo tipo de activos”, si bien posteriormente se concreta a
los admitidos por la legislación nacional de la Parte receptora del capital.
Además se suele incluir un listado no excluyente de las acepciones
aceptadas. De este modo, el APPRI entre el Reino de España y la
República de Sudáfrica:

“…a) Participaciones, acciones y obligaciones de una sociedad o


cualquier otra forma de participación o interés en una sociedad;
b) el derecho a aportaciones monetarias o a cualquier otra prestación que
tenga un valor económico, incluidos los préstamos;
c) bienes muebles e inmuebles, así como otros derechos reales, tales
como hipotecas, gravámenes y prendas;
d) derechos de propiedad intelectual, procesos técnicos, conocimientos
técnicos (know-how) y fondo de comercio;

15
PASCUAL VIVES, F.J., “El acuerdo sobre la promoción y la protección recíproca de
las inversiones celebrado por España y Colombia: la consolidación de una nueva
generación de acuerdos en la política convencional española de promoción y protección
recíproca de las inversiones” Revista Española de Derecho Internacional, vol. LIX-2,
2007, pp. 834-838, pp. 834-835.

22
e) derechos o permisos para realizar actividades económicas y
comerciales otorgados por ley o en virtud de un contrato, incluidas las
concesiones para la prospección, cultivo, extracción o explotación de
recursos naturales…”16

A continuación se precisa sobre las inversiones de inversores del


país foráneo a través de una sociedad constituida en territorio nacional
que esté participada o sea propiedad de dicho inversor. Este precepto se
refiere a las inversiones a través de sociedades locales. Cabe señalar que
esto viene a regularse así por la realidad del mercado, bien sea por
conveniencia de los inversores para establecerse en el Estado receptor, o
debido al proteccionismo que existe en ciertos Estados los cuales en su
legislación solo permiten la entrada de capital extranjero a través de
empresas nacionales en las que la participación del foráneo sea
minoritaria, por lo que la única vía de acceso a dicho mercado es
mediante la constitución de empresas locales donde el inversor
mayoritario sea nacional.

2.6.3. Ámbito temporal

El ámbito temporal hace referencia al momento a partir del cual los


inversores podrán beneficiarse de las disposiciones contenidas en los
Tratados y quedarán amparados por su protección. Para entender el
ámbito temporal se ha de atender al Artículo comúnmente denominado
“Entrada en vigor, duración y expiración”

En primer lugar, los Tratados entrarán en vigor una vez se hayan


notificado las Partes recíprocamente de que se ha procedido con éxito a
la ratificación constitucional correspondiente.

16
Vid. Artículo 1.2 del Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones
entre el Reino de España y la República de Sudáfrica, hecho en Pretoria el 30 de
septiembre de 1998 (BOE núm. 26 de 31 de enero de 2000).

23
Sobre la duración, lo habitual es que comiencen con un periodo
inicial de diez años y tras la expiración de éste, se renovará por tácita
reconducción por periodos consecutivos de 2 años. Dicho método es el
que procedía habitualmente, si bien en los Tratados más recientes la
prolongación pasa a ser indefinida.

Por último, la terminación tendrá lugar cuando se interponga una


denuncia por escrito por alguna de las Partes Contratantes. En caso
contrario, como se ha señalado, la duración será indefinida.

Cabe destacar la cláusula de remanencia que se prevé en


numerosos Tratados, en virtud de la cual las disposiciones previstas en
los Acuerdos se seguirán aplicando durante un periodo de 10 años desde
la terminación para los casos de inversión realizados con anterioridad a la
denuncia, para de esta manera asegurar que la inversión se vea
amortizada.

Otro aspecto que se ha de señalar es que los APPRI se aplican a


las inversiones efectuadas después de la entrada en vigor del Acuerdo
pero también se extienden a las realizadas anteriormente, aunque este
hecho no se ha de confundir con retroactividad del Acuerdo, ya que el
convenio no se podrá aplicar a las disputas manifestadas antes de su
efectiva entrada en vigor17.

2.6.4. Ámbito territorial

El ámbito territorial, por su parte, delimita aquellos territorios donde


se aplica el Acuerdo, que suele ser el espacio donde las Partes
Contratantes tienen jurisdicción y derechos soberanos. No obstante, las
Partes mediante la redacción del contrato se reservan el derecho de
excluir determinadas zonas de ser susceptibles de protección.

17
GRANATO, L., NAHUEL ODDONE, C., “Derecho internacional…” op. cit., pp. 34.

24
2.7. Tratamiento de las inversiones.

Con el objetivo de establecer unos estándares de protección a las


inversiones, en este tipo de Acuerdos se establecen, de forma general,
una serie de cláusulas que consolidan la posición de los inversores frente
a posibles oscilaciones en los ordenamientos jurídicos o decisiones
políticas de los Estados receptores de la inversión que pueden dañar
súbitamente los intereses de los primeros.

Así, tras la contemplación de diversos APPRI, suscribimos que las


descritas a continuación son las disposiciones que en mayor medida el
Estado receptor se compromete a aplicar y que con mayor frecuencia se
incluyen en los APPRIs.

2.7.1. El trato justo y equitativo

El tratamiento justo y equitativo es un concepto indeterminado de


difícil interpretación exigible al Estado receptor y que se viene aplicando
habitualmente en los Acuerdos de Inversión suscritos por España.

Dicha cláusula se ha de entender como la disposición por la cual el


Estado receptor de la inversión se compromete con el Estado
inversionista a otorgar a las inversiones directas un estándar mínimo de
protección.

Es una técnica utilizada con frecuencia en la regulación


convencional en cuanto al Derecho internacional de inversiones que
emplea un concepto jurídico indeterminado para definir su contenido,
haciendo referencia a una realidad de límites imprecisos que a su vez ha
sido concebida para dar cabida a supuestos concretos. Una obligación

25
por si misma que limita, amplifica y sirve de fundamento a demás
obligaciones contractuales a modo de principio general18.

En este sentido, aparece reflejado en el APPRI entre el Reino de


España y la República de Costa Rica: “Las inversiones realizadas por
inversores de una Parte Contratante en el territorio de la otra Parte
Contratante deberán recibir en todo momento un tratamiento justo y
equitativo y disfrutarán de plena protección y seguridad. Ninguna de las
Partes Contratantes deberá, en ningún caso, otorgar a tales inversiones
un tratamiento menos favorable que el requerido por el Derecho
Internacional”19.

Así, esta obligación atribuye derechos a los inversores y a los


Estados Parte en virtud del principio pacta sunt servanda ya que incluye la
buena fe en el cumplimiento20.

Se puede afirmar, por tanto, que esta cláusula trata de garantizar la


obligación básica de no ejercer un comportamiento que vulnere el objeto y
finalidad del Acuerdo.

2.7.2. El trato de nación más favorecida

Uno de los principios que con mayor asiduidad se han venido


incluyendo en la extensa red de Acuerdos de Inversión es el trato de
nación más favorecida. Esta cláusula extiende su protección a todos los

18
PASTOR PALOMAR, A., “Protección de inversiones con conceptos indeterminados: el
trato justo y equitativo en los APPRIs celebrados por España”, Revista Española de
Derecho Internacional, vol. LVIII-1, 2006, pp. 271-287, p. 272.
19
Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el Reino de
España y la República de Costa Rica, hecho en San José de Costa Rica el 8 de julio de
1997 (BOE núm. 130, 17 de julio de 1999). En dicho Acuerdo el trato justo y equitativo se
incluye en el Artículo que trata sobre la protección de las inversiones, aunque en otros
APPRIs suele mostrarse bajo el precepto que menciona el tratamiento recibido. Véase El
APPRI suscrito entre el Reino de España y la República de Chile.
20
Artículo 26 de Instrumento de adhesión de 2 de mayo de 1972, del Convenio de Viena
sobre el Derecho de los Tratados, adoptado en Viena el 23 de mayo de 1969 (BOE núm.
142, de 13 de junio de 1980).

26
Estados que incluyen la disposición en la redacción de sus Acuerdos y
otorga un tratamiento a las inversiones no menos favorable que el que se
concede a inversores en otros APPRIs que hayan sido suscritos por los
Estados Parte. En este caso, cumple una doble dinámica: en primer lugar,
protege las inversiones de los Estados firmantes con independencia de su
origen, y por otro lado, constituye un elemento armonizador del Derecho
de inversiones en el contexto internacional21.

De la redacción del Artículo IV.2. del Acuerdo suscrito entre el


Reino de España y la República de Ecuador se extrae: “Este tratamiento
no será menos favorable que el otorgado por cada Parte Contratante a las
inversiones realizadas en su territorio por inversionistas de un tercer país
que goce del tratamiento de Nación más Favorecida”. Sin embargo, en el
párrafo 3 puntúa: “Este tratamiento no se extenderá, sin embargo, a los
privilegios que una Parte Contratante conceda a los inversionistas de un
tercer Estado, en virtud de su participación en:
- Una zona de libre comercio.
- Una unión aduanera.
- Un mercado común.
- Una Organización de asistencia económica mutua o en virtud de
un Acuerdo firmado antes de la fecha de la firma del presente Convenio
que prevea disposiciones análogas a aquellas que son otorgadas por esa
Parte Contratante a los participantes de dicha organización”22. Limitando
así la protección de dicha cláusula.

21
FERNÁNDEZ MASIÁ, E., “Atribución de competencia a través de la cláusula de la
Nación más Favorecida: lecciones extraídas de la reciente práctica arbitral internacional
en materia de inversiones extranjeras”, Revista Electrónica de Estudios Internacionales,
nº 13, 2007, pp. 1-20, p. 3.
22
Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el Reino de
España y la República del Ecuador, hecho en Quito el 26 de junio de 1996 (BOE núm. 86
de 10 de abril de 1998).

27
2.7.3. El trato nacional

El trato nacional o principio de no discriminación frente al nacional


obliga al Estado receptor a conceder a los inversores de la otra parte
contratante un trato no menos favorable que el que se da a los nacionales
del propio Estado, estableciendo idénticas ventajas y privilegios que se
confieren a los inversores nacionales. Tales ventajas se pueden encontrar
en diversos ordenamientos de países latinoamericanos con normas que
favorecen en la contratación pública bienes y servicios nacionales. Dichas
normas denominadas “de compre nacional”, que figuran en Estados como
Argentina o México, pueden considerarse contrarias a la protección que
otorga esta cláusula al anteponer la contratación nacional frente a
inversores extranjeros que gozan de la protección de un APPRI23.

A este respecto, el APPRI entre el Reino de España y la República


Argentina señala en su Artículo IV sobre el tratamiento: “…cada Parte
aplicará, con arreglo a su legislación nacional, a las inversiones de los
inversores de la otra Parte, un tratamiento no menos favorable que el
otorgado a sus propios inversores”24.

Excepto en el APPRI con China25, el resto de Acuerdos celebrados


por España suscriben la cláusula en cuestión a las inversiones así como a
los inversores extranjeros, si bien es cierto que este trato se aplica
únicamente con posterioridad a la constitución de la inversión en el
Estado receptor. Esta situación resulta verdaderamente útil para el Estado
receptor de la inversión ya que le permite planificar su desarrollo
económico y proteger estratégicamente determinados sectores
23
ILLESCAS, J., “Los tratados de protección de inversiones y su utilidad para los
inversores españoles en Latinoamérica”, Actualidad Jurídica (Uría & Menéndez), nº 5,
2003, pp. 83-94, pp. 88-89.
24
Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el Reino de
España y la República de Argentina y protocolo anejo, hecho en Buenos Aires el 3 de
octubre de 1991 (BOE núm. 277 de 18 de noviembre de 1992).
25
Acuerdo entre el Reino de España y la República Popular de China para la promoción
y protección recíproca de inversiones, hecho en Madrid el 14 de noviembre de 2005
(BOE núm. 164 de 8 de julio de 2008).

28
industriales de interés para así otorgar una cierta preferencia a los
inversores nacionales para el desarrollo de su actividad económica frente
a los inversores extranjeros, que solo podrían acogerse a dicha cláusula
una vez que la inversión hubiera sido admitida por el Estado receptor26.

Además, es conveniente señalar en este punto que aunque en los


APPRI queda establecido que el trato nacional garantiza la posición del
inversor frente al Estado, no se matiza expresamente sobre la posibilidad
de que una determinada región, en el ejercicio de su autonomía
normativa, otorgue un mejor tratamiento a un inversor nacional residente
en su territorio que a un inversor extranjero. Por tanto, el inversor
extranjero no podrá reclamar la violación del trato nacional siempre que
esta medida sea compatible con el principio de no discriminación
contenido en la Constitución Española27.

2.7.4. Recapitulación

Para finalizar, es conveniente valorar el hecho de que aunque el


trato justo y equitativo establece la regla general fundamentando y
limitando el alcance de las obligaciones mientras que el trato de nación
más favorecida y el trato nacional interpretan el alcance de la primera,
todas ellas se consideran autónomas por si mismas. Si bien es cierto que
siendo lo más deseable la elaboración de un Acuerdo que contenga las
tres para conseguir una protección efectiva, concreta y elevada para los
inversores, su concurrencia expresa no es indispensable.

En este aspecto, cabe señalar que ante un supuesto de conflicto en


el cual un Acuerdo no hubiera establecido previamente el trato justo y
equitativo28, el tribunal competente para resolver la cuestión podría

26
PASCUAL VIVES, F.J., “Las obligaciones…”, op. cit., pp. 422-423.
27
Id,Id, p. 425.
28
“Agreement between the Islamic Republic of Pakistan and the Socialist Republic of
Romania on the mutual protection and guarantee of investment of capital signed in
Islamabad on 21st of January 1978” y “Agreement between the government of the Syrian

29
recurrir al derecho consuetudinario vigente entre las partes. Es más, ante
tal inconveniente, no sería necesario recurrir a la aplicación del derecho
consuetudinario para la solución de la controversia cuando el mismo
Estado que hubiera suscrito un APPRI sin especificar la cláusula del trato
justo y equitativo pero habiendo incluido la de nación más favorecida, a su
vez hubiera incluido está última cláusula en otro Acuerdo, ya que la
cláusula de nación más favorecida extendería sus efectos en ese
sentido29.

2.8. Expropiación

La expropiación forzosa puede ser definida como: “la privación


singular de la propiedad privada o de derechos o intereses patrimoniales
legítimos acordada imperativamente por los poderes públicos, por causa
justificada de utilidad pública o interés social”30. Su marco se dispone en
el Artículo 33.3 de la Constitución Española estableciendo que: “nadie
podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de
utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente
indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes” y en la
aún vigente, aunque preconstitucional, Ley de 16 de diciembre de 1954,
de Expropiación Forzosa31, para sus efectos en el territorio español. Esta
definición no dista en gran medida de la utilizada por la doctrina
internacional.

Arab Republic and the govenment of the Islamic Republic of Pakistan on mutual
promotion and protection of investments signed in Damascus on April 25th, 1996”. En
estos Tratados Bilaterales la cláusula del trato justo y equitativo no figura.
29
PASTOR PALOMAR, A., “Protección de inversiones…”, op. cit., pp. 277-278.
30
GARCÍA DE ENTERRÍA, E., “Las expropiaciones legislativas desde la perspectiva
constitucional. En particular, el caso de la ley de costas”, Revista de administración
pública, nº 141, 1996, pp. 131-154, p 135.
31
Ley de 16 de diciembre de 1954, de Expropiación Forzosa (BOE núm. 351 de 17 de
diciembre de 1954).

30
2.8.1. Expropiación directa e indirecta

En cuanto a tal concepto, es necesario realizar la distinción entre la


expropiación directa y la expropiación indirecta; aunque será esta última
en la que centraremos nuestro estudio, ya que es el fenómeno origen de
conflictos que de forma más habitual tienen lugar entre inversores y
partes contratantes de estos Acuerdos de inversión.

La expropiación directa32 es aquella por la cual un Estado a través


de sus autoridades públicas dicta una serie de medidas, ya sea mediante
un acto individual o una ley, contra propiedades de un inversor extranjero
por razones de interés público. La consecuencia de dichas medidas es la
súbita privación al inversor extranjero del uso, goce y disposición del bien
expropiado del mismo modo que sus beneficios. No es en este caso
donde se discute el derecho de los Estados de ejercer su potestad
soberana para llevar a cabo la expropiación de bienes que se encuentran
dentro de su territorio.

La segunda de ellas, la expropiación indirecta o “creeping


expropiation” tiene lugar cuando la propiedad del inversionista no se ve
alterada por las decisiones del Estado receptor de la inversión, pero se
producen consecuencias negativas en su patrimonio. En este caso no es
esencial la apropiación física de los bienes propiedad del inversor pero
éste ve reducido el control de su inversión principalmente en términos
económicos de beneficio y retorno de la inversión, además de ver
afectado su derecho a disposición de la misma33.

32
De aquí en adelante: ESIS VILLARROEL, I.S., Expropiación de inversiones foráneas:
potenciales litigios y arbitraje de inversión, ESPLUGUES MOTA, C.A., (direc.), Tesis
Doctoral, Valencia, 2012, pp. 160-163.
33
Por ello creemos que resulta más difícil probar y confirmar los efectos de esta
categoría de expropiación.

31
2.8.2. Expropiación conforme a Derecho

Queda claro, por tanto, que un Estado puede ejercer su autoridad


gubernamental para expropiar posesiones de un inversor extranjero en su
territorio. Pero para que la expropiación se lleve a cabo conforme a
Derecho y sea admisible de acuerdo al APPRI suscrito sin dar lugar a
controversias frente al Derecho Internacional o a un posible laudo de un
tribunal arbitral internacional donde el damnificado pueda acudir, la
expropiación ha de tener lugar bajo una serie de condiciones que se
describen a continuación34.

• Utilidad pública o interés general

La primera de las condiciones por las que una expropiación se


puede estimar admisible respecto al Acuerdo de inversiones suscrito es, a
su vez, la considerada primordial para llevar a cabo el proceso de
desposesión y proceder al resto de condiciones.

La privación de la propiedad ha de regirse por causas de utilidad


pública o interés general, esto es, la satisfacción de necesidades de un
conjunto de personas, ya sea por motivos de protección del medio
ambiente o preservación del patrimonio histórico, entre otros. La
justificación de las medidas se encuentra en la causa expropiandi que se
ha de buscar en la ley, decreto o acto gubernamental que autoriza la
expropiación. Se hace evidente que la determinación de la decisión
tomada únicamente corresponde al Estado receptor de la inversión, que
tendrá la autoridad para concluir sobre las bases de tal actuación, y
motivar por qué se satisface el interés nacional.

34
De aquí en adelante: ESIS VILLARROEL, I.S., Expropiación de inversiones
foráneas…, op. cit., pp. 176-214.

32
Así, se fundamentan dos objetivos que son necesarios respecto a
esta figura: poner medida a la capacidad expropiatoria del Estado y
garantizar que al bien expropiado le corresponderá una utilización acorde
a su fin principal.

• Sobre una base no discriminatoria

Otro aspecto importante que debe ser tomado en consideración es


el principio de no discriminación que se define como aquella obligación
del Estado de no dañar las inversiones extranjeras en territorio nacional
en cuanto a su gestión, mantenimiento, uso, goce o liquidación mediante
decisiones abusivas realizadas con la pretensión de producirle un
perjuicio no provocado de igual manera hacia sujetos nacionales. Esta
medida tiene una relación estrecha con la cláusula de trato nacional
mencionada anteriormente.

Por tanto, el tratamiento discriminatorio supone una actuación no


vinculada con el objeto del inversionista y el propósito de causar un
menoscabo mediante un trato inapropiado.

• Garantía del debido proceso

El tercero de los requisitos al que nos referiremos se establece


como un concepto jurídico indeterminado sobre el que pocos APPRIs
concretan, dirigido hacia las normas procesales de cada Estado.
Particularmente, es la garantía que se concede a todo inversor de
presentar sus alegatos y obtener una decisión judicial respecto a su caso,
conforme a las normas del Derecho, ante una autoridad competente al
tiempo que se desarrolla un juicio con arreglo a la Ley.

En este caso, es el Estado receptor de la inversión el que ha de


proporcionar al inversionista el acceso a su sistema judicial cuando

33
considere que se está actuando injustamente contra él, así como, si se
diera el caso, a los medios de impugnación y recursos disponibles.

• Pago de compensación

El último de los requisitos sobre los que ha de tener lugar la


expropiación es el pago de una compensación. Dicho concepto es aquel
por el que se condena al Estado receptor al pago de una cantidad de
dinero al inversor por la privación de las propiedades de este último,
debiendo ser pronta, adecuada, efectiva y en moneda convertible. Es
decir, una compensación adecuada a la magnitud de la inversión
realizada.

La compensación es un aspecto amplio y sustancial, por lo que la


aproximación completa a esta figura así como al cálculo de su cuantía
tendrá lugar más adelante.

2.8.3. Posición de la jurisprudencia internacional

La expropiación, en cuanto que se considera un acto iure imperii,


es la consecuencia más temida por un inversor, y de hecho, el resultado
derivado de controversias sobre el que más páginas ha dedicado la
jurisprudencia de los tribunales arbitrales internacionales.

Ahora bien, sobre expropiaciones indirectas relativas a inversiones


extranjeras, la posición de la jurisprudencia internacional dicta dos teorías
distanciadas en gran medida que, a su vez, sirven como principal fuente
de Derecho Internacional para basar el contenido de las resoluciones.

La primera de ellas es la que se posiciona pro-estatal o “doctrina


del poder de policía del Estado”, por la que se proporciona mayor
autonomía a las leyes dictadas por el Estado receptor de la inversión y

34
atribuye mayor flexibilidad para legislar respecto a inversiones en su
territorio tomando en consideración el propósito y el contexto de la
medida. En la posición opuesta, se posiciona la teoría pro-inversionista,
también denominada “doctrina de los efectos”, que confiere mayor
importancia a los efectos causados por la regulación gubernamental del
Estado receptor sobre la inversión. Esta corriente sostiene que el factor
crucial para determinar una expropiación indirecta es únicamente el efecto
de la medida gubernamental en la propiedad del inversor, el propósito de
la medida tomada es irrelevante en esta determinación. Es decir, la
intención del gobierno es menos importante que los efectos que las
medidas contraídas hayan causado en las propiedades del inversor. Y
consecuentemente, la forma de las medidas de control del Estado sobre
la inversión son menos importantes que el impacto que hayan causado35.

Actualmente en ámbito del Derecho Internacional, la doctrina


considera que la corriente predominante es la “doctrina de los efectos”, la
cual concede mayor seguridad a los inversionistas a la hora de plantearse
inversiones en determinados Estados a la vez que ven incrementadas sus
probabilidades de éxito ante un procedimiento abierto sobre una posible
expropiación. Si bien en el presente todavía persisten tribunales
internacionales que mantienen una posición favorable de los Estados36,
dispensándoles un gran margen de actuación en detrimento de los
inversores extranjeros.

Continuando en dicha línea, y debido a la importancia y notoriedad


del CIADI en el arbitraje internacional de inversiones, es conveniente
señalar los criterios fijados por éste en sus laudos arbitrales para

35
BRUNETTI, M., “Indirect expropiation in International Law: Introduction”, International
Law FORUM du droit international, vol. V-3, 2003, pp. 150-154, pp. 150-151.
36
AMADO, J.D., AMIEL, B., “La expropiación indirecta y la protección de las inversiones
extranjeras”, THEMIS: Revista de Derecho, nº 50, 2005, pp. 59-68, pp. 63-64.

35
determinar la responsabilidad del Estado frente a una expropiación
indirecta, que se señalan a continuación37:

• La gravedad de las consecuencias: se señala que ha de existir una


pérdida significativa del valor o del control de la inversión, esto es,
un daño de tal alcance, que pueda equipararse a los efectos de
una expropiación directa.

• La extensión de los efectos de las medidas estatales: se apunta


sobre los efectos, que han de ser permanentes, o al menos
duraderos, prorrogándose un tiempo considerable.

• El carácter de las medidas estatales adoptadas: resultará


responsable el Estado si las medidas establecidas son abusivas,
discriminatorias, arbitrarias o confiscatorias.

• La eficacia de las medidas: de nuevo, las medidas impuestas han


de resultar en un menoscabo importante para la empresa o
inversión. Pero en este punto de lo que se trata es de analizar si
las medidas utilizadas lograron el objetivo propuesto, o si podrían
haberse adoptado otras que redujeran el impacto en las
propiedades del inversor.

Aun esto, la doctrina recomienda que, no existiendo regla general


lo suficientemente fiable para identificar una expropiación indirecta, se
debe continuar con el método de análisis del caso individualizado38.

37
PRIETO, M.J., “Expropiación indirecta por medidas cautelares en procedimiento
tributario”, Revista Chilena de Derecho, vol. XXXIX-3, 2012, pp. 809-817, pp. 813-815.
Es preciso señalar que dicho artículo versa su análisis sobre el caso expropiatorio del
Gobierno de Perú sobre la “inversión” (de ahí la importancia de establecer los criterios
sobre el concepto de inversión, analizado en la primera parte de este trabajo) de un
empresario chino en una empresa peruana, TSG Perú S.A.C. Vid. “Tza Yap Shum c.
República de Perú” (Caso CIADI Nº ARB/07/6, Laudo de 7 de julio de 2011).

36
Por último y respecto a la expropiación indirecta, una de las
consideraciones que cabe destacar sobre el CIADI y su actividad, es
aquella realizada sobre los actos de la administración del Estado que
según el órgano arbitral constituyen expropiación indirecta y aquellos que
no la constituyen. La doctrina los sintetiza del siguiente modo39:

Los actos que se consideran expropiatorios son: la anulación de


licencias y el rechazo a la concesión de permisos que imposibiliten la
continuación del negocio, la apropiación de un derecho de propiedad
donde se toma posesión de una propiedad privada a través de un acto de
Estado y una serie de actos individualizados como impuestos
confiscatorios, la negativa al acceso a materias primas o a
infraestructuras imprescindibles o la reducción significativa de los
beneficios del inversor extranjero mediante actuaciones injustificadas.

En cambio, aquellos que no constituyen acto expropiatorio y donde


por tanto no corresponde indemnización son: las declaraciones de
representantes del gobierno pese a que su contenido tenga relación con
éste, las acciones llevadas a cabo por la población como ocupaciones de
terrenos públicos o privados que puedan menoscabar el normal desarrollo
de la actividad del inversor en tanto que no son reclamables al Estado, la
mala gestión de negocios o la carencia de capacidad para superar
situaciones de mercado y los incumplimientos de contrato, ya que se ha
de discernir entre el incumplimiento de un contrato y el incumplimiento de
un Tratado internacional.

38
BARKLEM, C., PRIETO-RÍOS, E.A., “The Concept of “Indirect Expropiation”, its
appearance in the international system and its effects in the regulatory activity of
governments”, Civilizar Ciencias Sociales y Humanas, nº 21, 2011, pp. 77-97, pp. 78-79.
39
PÁEZ, M., “La expropiación indirecta frente al CIADI: consideraciones para la
autorregulación de los actos administrativos de los Estados”, Revista de Estudios
Internacionales, nº 153, 2006, pp. 5-36, pp. 25-27.

37
2.8.4. Indemnización

Si bien se considera lícito por el Derecho Internacional, como se ha


señalado anteriormente, que el Estado tiene derecho a ejercer su
autoridad expropiatoria sobre inversores de otros Estados en su territorio
por razones de utilidad pública, también tienen éstos derecho a recibir una
indemnización.

El Derecho de inversiones ha soportado injerencias de


determinadas corrientes de pensamiento que han ido quedando atrás con
el paso del tiempo por distintos motivos40. En este caso, y respecto a las
disposiciones sobre indemnizaciones más comúnmente aplicadas en los
Acuerdos de inversión se ha consolidado la llamada “Doctrina Hull”41.
Dicha doctrina a través de la homónima “cláusula Hull” sostiene que la
indemnización ha de ser “pronta, adecuada y efectiva”. Y de hecho, es
esta fórmula la que se viene utilizando en la extensa red de Acuerdos
suscritos por España.

Para establecer la cuantía así como el procedimiento a seguir para


abonar dicha compensación, se ha de atender a los preceptos
previamente fijados en el APPRI. A modo de ejemplo, se puede extraer de
la redacción del Artículo V.2. del Acuerdo suscrito entre el Reino de
España y la República de Eslovenia: “Dicha indemnización corresponderá
al valor justo de mercado de la inversión expropiada inmediatamente
antes de que la expropiación o la inminencia de la misma llegara a ser de
dominio público, tomándose como referencia la primera de estas fechas.
La indemnización se pagará sin demora, será efectivamente realizable y
40
Así por ejemplo, la llamada “Doctrina Calvo” desautorizada en la actualidad, en
materia de Derecho de inversiones llegó a tener aplicación en algunos tratados
bilaterales internacionales previos a los APPRIs. Sobre esta apreciación Vid.
TAMBURINI, F., “Historia y destino de la “Doctrina Calvo”: ¿Actualidad u obsolescencia
del pensamiento de Carlos Calvo?”, Revista de estudios histórico-jurídicos, nº 24, 2007,
pp. 81-101, p. 83.
41
Esta Doctrina toma su nombre de Cordell Hull, el Secretario de Estado de los Estados
Unidos debido a su disputa con el Gobierno de México por las consecuencias surgidas
tras la nacionalización de la industria petrolera.

38
libremente transferible”. Además dispone en el punto 3: “Dicho valor de
mercado se calculará en una moneda libremente convertible al tipo de
cambio de mercado de dicha moneda vigente en la fecha de tasación. La
indemnización incluirá intereses al tipo comercial establecido…”42.

La valoración se establece en el instante anterior a conocerse la


privación de la posesión debido a que tras la expropiación se pueden
presumir daños sobre los intereses de la empresa expropiada, y que de
hecho suelen suceder, como la pérdida de valor de la cotización en bolsa
del expropiado, lo que puede afectar no solo al valor de la inversión
controvertida, sino al conjunto de sus inversiones.

De nuevo nos encontramos en este punto ante un concepto


indeterminado que expresa sin certeza el momento de realizar el pago
“sin demora”, del mismo modo que se procederá “sin demora” al
procedimiento por el que la autoridad judicial competente revisará el caso
para garantizar que la tasación y el pago de la indemnización se ajusten a
los principios establecidos. En todo caso, y ante la disconformidad de las
partes, deberá decidir en última instancia el órgano judicial
correspondiente.

2.8.5. Nacionalización

Llegados a este punto, cabe hacer un breve comentario sobre la


figura de la nacionalización.

En este trabajo no vamos a adentrarnos en la distinción entre los


términos de expropiación y nacionalización, ya que es un aspecto amplio
cuyo análisis llevaría varias páginas y no es el objeto sobre el que se

42
Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el Reino de
España y la República de Eslovenia, hecho en Madrid el 15 de julio de 1998 (BOE núm.
113 de 11 de mayo de 2000).

39
centra nuestro estudio. Por ello, únicamente subrayaremos lo que interesa
en nuestro caso.

En los APPRI se suele hacer referencia a dichos términos


agrupándolos en uno solo, incluyendo el término nacionalización en el
concepto de expropiación. De tal manera, se extiende la expropiación
sobre la nacionalización así como sobre las medidas de efecto
equivalente. Es en caso de controversia cuando ya se procede a su
distinción.

Esta situación se desprende, por ejemplo, de la redacción del


Artículo 5 del Acuerdo bilateral entre el Reino de España y el Reino de
Marruecos: “La nacionalización, la expropiación o cualesquiera otras
medidas de efecto equivalente (en adelante denominadas
“expropiación”)…”43.

2.8.6. Recapitulación

La expropiación es una figura a la que recurren los Estados en no


pocas ocasiones para proteger determinadas propiedades de su territorio
de ser explotadas indiscriminadamente. Como se ha señalado, la
expropiación indirecta se erige como el fenómeno que más disputas ha
suscitado en el contexto de las inversiones internacionales.

Por suerte, es una figura sobre la que existe abundante regulación


y jurisprudencia suficiente para intuir qué puede suceder en nuevos casos
que planteen conflictos entre inversores y Estados, y ello puede conducir
a resolver la disputa en la fase de negociación previa a la sumisión a
arbitraje internacional. La jurisprudencia del CIADI resulta de gran utilidad
para orientar en este sentido.

43
Acuerdo sobre promoción y protección recíproca de inversiones entre el Reino de
España y el Reino de Marruecos hecho en Madrid el 11 de diciembre de 1997 (BOE
núm. 86 de 11 de abril de 2005).

40
2.9. Compensación por pérdidas

Mención aparte corresponde al supuesto de compensación por


pérdidas que ha sido regulado cautelosamente mediante cláusulas
suscritas en los Tratados de inversión estableciendo que, en supuestos
donde el inversionista sufra pérdidas como consecuencia de guerras o
conflictos armados, estado de emergencia nacional, revolución,
insurrección, disturbios civiles o demás coyunturas semejantes, se
concederá, a título de indemnización o compensación, un trato no menos
favorable que el que se conceda a otros inversores nacionales o de
terceros Estados44.

Sin embargo, del articulado de ciertos de estos Acuerdos se extrae,


a su vez, la posibilidad de que no se aplique la restitución en casos en los
que las autoridades perjudiquen la inversión en las situaciones descritas
anteriormente, cuando dicho perjuicio se produzca como consecuencia de
la necesidad de la situación, siempre que no exista negligencia por parte
del Estado45.

44
Vid. Artículo 6 del Acuerdo entre el Reino de España y la República de Cuba sobre la
Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, firmado en La Habana el 27 de mayo
de 1994 (BOE núm. 276 de 18 de noviembre de 1995).
45
Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre España y
Ucrania, hecho en Kiev el 26 de febrero de 1998. (BOE núm. 108 de 5 de mayo de
2000). Dicho Tratado establece en su artículo 6: “1. A los inversores de una Parte
Contratante cuyas inversiones o rentas en el territorio de la otra Parte Contratante sufran
pérdidas debidas a la guerra u otro conflicto armado, estado de emergencia nacional,
revolución, insurrección, disturbios civiles u otras circunstancias similares, la otra Parte
Contratante les concederá, a título de restitución, indemnización, compensación u otro
arreglo, un tratamiento no menos favorable que el que dicha Parte Contratante conceda
a sus propios inversores o a inversores de cualquier tercer Estado, aplicándose el
tratamiento que resulte más favorable para el inversor afectado. Los pagos que se
deriven de ello serán libremente transferibles”. Además en el siguiente punto: “No
obstante lo dispuesto en el apartado 1 del presente artículo, a los inversores de una
Parte Contratante que, en cualquiera de las situaciones mencionadas en dicho apartado,
sufran pérdidas en el territorio de la otra Parte Contratante como consecuencia de:
a) La requisa de su inversión o de una parte de la misma por las fuerzas o autoridades
de dicha Parte Contratante, o
b) La destrucción de su inversión o de una parte de la misma por las fuerzas o
autoridades de dicha Parte Contratante, sin que lo exigiera la necesidad de la
situación, dicha Parte Contratante les concederá una restitución o indemnización,
que en cualquier caso será rápida, adecuada y efectiva”.

41
En otras palabras, los inversionistas que en situaciones
excepcionales como conflictos armados, entre otras, sufran pérdidas en
sus inversiones a causa de actos destructivos de las autoridades, no
existiendo una necesidad de la situación latente, sí tendrán derecho a una
indemnización.

En esta línea, se justifica que bajo estado de necesidad al Estado


no debería corresponderle hacerse cargo de la indemnización,
exonerándolo de responsabilidad por causas de fuerza mayor cuando no
concurra negligencia. De esta forma, es la fuerza mayor la que, según la
costumbre internacional, debe eximir al Estado cuando las acciones
ejecutadas hubieran sido la única forma de actuar para proteger sus
intereses en una situación de gran inseguridad46.

2.10. Transferencia de capitales

Con este habitual precepto se establece un mecanismo entre las


Partes Contratantes por el cual se garantiza a los inversores de dichas
Partes el movimiento sin restricciones de capital relacionado con sus
inversiones. Asimismo, dispone una serie de conceptos a tal efecto
mediante un listado no excluyente que comprende el capital inicial, las
rentas, los fondos necesarios para el reembolso de préstamos, las
indemnizaciones y compensaciones, en su caso; el producto de la
enajenación o liquidación de una inversión y los pagos resultantes de la
solución de controversias. Estas transferencias se autorizarán “sin
demora”, aunque en ocasiones se establece un plazo no superior a 3
meses47 al tipo de cambio oficial vigente el día de la transferencia sin que

46
MICHINEL ÁLVAREZ, M.A., “Una nueva mirada sobre los TBI”, en MICHINEL
ÁLVAREZ, M.A. y VELÁZQUEZ PÉREZ, R.A. (Coords.), Desarrollo económico,
protección ambiental y bienestar social: el derecho de la sostenibilidad desde la
perspectiva hispano-cubana, Dykinson, Madrid, 2011, pp. 151-174, p. 170.
47
Vid. Artículo 7 del Acuerdo entre el Reino de España y la República Argelina
Democrática y Popular para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, hecho
en Madrid el 23 de diciembre de 1994 (BOE núm. 59 de 8 de marzo de 1996).

42
el Estado receptor pueda interponer trabas para acceder al mercado
cambiario y en una divisa libremente convertible.

Esta obligación que resta soberanía a los Estados en favor de


confianza para los inversores, es especialmente útil en naciones con
industrias aún en desarrollo susceptibles de devaluaciones de las divisas
locales en razón de situaciones de crisis económicas como ha sucedido
en casos como el de Argentina y Venezuela donde han tratado de
establecer prohibiciones a la salida de capital48.

Por último, tratando esta cuestión, algunos Acuerdos convienen


límites a la transferencia de rentas en supuestos determinados, como en
el APPRI con Colombia49, donde en circunstancias de dificultades
excepcionales de desequilibrio de la balanza de pagos podrán imponer su
legislación nacional en contra de la transferencia de capitales por un
periodo limitado de tiempo.

2.11. Solución de controversias entre inversores y Estados

La relación jurídica entre inversores y Estados que se deriva de la


firma de Acuerdos internacionales hace de la resolución de controversias
un tema complejo. La disparidad del nivel de actuación de estos implica,
por una parte que el inversor no se sienta protegido ante los tribunales
nacionales del Estado de acogida de la inversión, y por la otra parte, que
el Estado receptor no apruebe la jurisdicción de los tribunales del Estado
de origen50.

48
ILLESCAS, J., “Los tratados de protección… “, op. cit., pp. 90-91.
49
Vid. Artículo VII.6 del Acuerdo entre el Reino de España y la República de Colombia
para la promoción y protección recíproca de inversiones, hecho en Bogotá el 31 de
marzo de 2005 (BOE núm. 219 de 12 de septiembre de 2007).
50
GARCÍA RODRÍGUEZ, I., La protección de las inversiones exteriores: los acuerdos de
promoción y protección recíproca de inversiones celebrados por España, Tirant lo
Blanch, Valencia, 2005, p. 249.

43
2.11.1. El arbitraje internacional de inversiones

La incorporación en los APPRI de un método arbitral internacional


como vía de solución de conflictos respecto a inversiones se considera
uno de los grandes progresos en el Derecho internacional de inversiones.
Es una de las garantías que más confianza proporciona a los
inversionistas y vista la crecida del número de disputas arbitrales sobre
inversiones51, es también una de las razones fundamentales de que se
hayan consolidado estos Acuerdos en la práctica normativa internacional.

Gracias a la sumisión de las controversias al arbitraje internacional,


la protección del inversor ya no va a depender de la voluntad del Estado
del que es nacional de ejercer la protección diplomática52, que es
discrecional. Es decir, la protección diplomática la acciona el Estado bajo
su propia consideración, lo que puede provocar dos situaciones: un
tratamiento diferente hacia inversores del mismo Estado, y una evidente
propensión a derivar en conflictos políticos entre Estados, que podría
desencadenar consecuencias negativas sobre las relaciones comerciales.
Así, se despolitiza la resolución de controversias.

Respecto al consentimiento para acogerse al arbitraje, ha de


quedar claro que por parte del Estado se presume ya que se encuentra
inserta en el APPRI; en cambio la del inversor sí se requiere, y está en la
propia solicitud del arbitraje, hallándose así la cláusula compromisoria
constituida53.

51
Sobre el aumento del número de asuntos de arbitraje de inversiones, consultar la
Figura 1 en el Anexo.
52
DIEZ-HOCHLEITNER, J., “La eficacia de los tratados de protección de inversiones
extranjeras”, trabajo presentado en el Seminario “La Seguridad Jurídica y las Inversiones
Extranjeras en América Latina. El caso argentino” organizado por el Real Instituto Elcano
de Estudios Internacionales y Estratégicos, vol. 9, 2003, pp. 1-9, p.4.
53
SÁNCHEZ GARCÍA, A., “La función de los APPRIs en el arbitraje de inversiones”, en
GONZALO QUIROGA, M., GORJÓN GOMEZ, F.J., SÁNCHEZ GARCÍA, A., (Coords.),
Métodos alternos de solución de conflictos: herramientas de paz y modernización de
justicia, Dykinson, Madrid, 2011, pp.267-284, p. 278.

44
En este sentido, dando por hecho que el arbitraje se ha establecido
ya como la vía preferente en la resolución de conflictos en el ámbito de
las inversiones54, existen varias opciones a las que puede acudir el
inversor afectado, que son las siguientes55:

A) El arbitraje ad hoc, conforme a las Reglas de Arbitraje de la


Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil
Internacional (CNUDMI o UNCITRAL, por sus siglas en inglés).

B) El arbitraje institucional, siendo dos las alternativas en este caso: la


Cámara de Comercio Internacional de París (CCI) o el Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones
(CIADI o ICSID, por sus siglas en inglés).

Existe también la posibilidad de contemplar otras sedes arbitrales


en casos concretos56, como La Cámara de Comercio de Estocolmo57, el
Centro Regional de Arbitraje Comercial Internacional de El Cairo58, así
como a un tribunal establecido conforme a las reglas de arbitraje de la
Organización para la Armonización del Derecho Mercantil en África59.

Sobre esto cabe señalar que es el CIADI la solución arbitral más


concurrida, y de hecho, la recurrida de forma habitual en el caso español.
Por ello, será sobre esta institución sobre la que continuaremos el estudio.

54
Si bien queda especificado en los Acuerdos que al inversor se le ofrece una tercera
posibilidad consistente en acudir a un tribunal competente de la Parte Contratante en
cuyo territorio se constituyó la inversión, descartamos esta opción ya que al ser a
elección del inversor la determinación del tribunal, no suele ser contemplada.
55
MORENO BLESA, L., “El arbitraje del CIADI… ”, op. cit., pp. 80.
56
GARCÍA RODRÍGUEZ, I., La protección de las… op. cit., p. 281.
57
Vid. Artículo 10 del Convenio entre el Reino de España y la República de Hungría para
la promoción y protección recíproca de inversiones, firmado en Budapest el 9 de
noviembre de 1989 (BOE núm. 217 de 9 de septiembre de 1992).
58
Vid. Artículo 11 del Acuerdo para la protección y fomento recíprocos de inversiones
entre el Reino de España y la República Árabe de Egipto, firmado en Madrid el 3 de
noviembre de 1992 (BOE núm. 155 de 30 de junio de 1994).
59
Vid. Artículo 11 del Acuerdo entre el Reino de España y la República de Guinea
Ecuatorial para la promoción y la protección recíproca de inversiones, hecho en Malabo
el 22 de noviembre de 2003 (BOE núm. 10 de 12 de enero de 2004).

45
2.11.2. El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a
Inversiones (CIADI)

El CIADI es una institución perteneciente al Grupo del Banco


Mundial cuya sede se encuentra en Washington. Se creó en virtud del
Convenio de Washington de 1965 con el objetivo de facilitar la sumisión
de las diferencias relativas a inversiones entre Estados Contratantes y
nacionales de otros Estados contratantes60. La finalidad de su creación
fue el fomento de la inversión de países desarrollados en países en vías
de desarrollo y la elusión de riesgos de tales inversiones61. Actualmente,
cuenta con 153 Estados Contratantes y 8 firmantes62. España se adhirió
al Convenio el 17 de septiembre de 1994.

Respecto a su ámbito de aplicación material y personal, hay que


acudir en ambos casos al Artículo 25.1 del Convenio de Washington
sobre la jurisdicción del Centro para esclarecer que situaciones quedarán
sujetas: “…las diferencias de naturaleza jurídica que surjan directamente
de una inversión”, así como sobre que actores se resolverán las
controversias: “…entre un Estado Contratante (o cualquier subdivisión
política u organismo público de un Estado Contratante acreditados ante el
Centro por dicho Estado) y el nacional de otro Estado Contratante y que
las partes hayan consentido por escrito someter al Centro”63.

Sin embargo, es posible que se conceda el acceso a este sistema


arbitral a Estados que no forman parte del Convenio de Washington a

60
Vid. Artículo 1.2 del Convenio sobre Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones
entre Estados y Nacionales de otros Estados, hecho en Washington el 18 de marzo de
1965 (BOE núm. 219 de 13 de septiembre de 1994).
61
CHAMORRO CORONADO, L.M., “Protección de inversiones extranjeras: aproximación
a los aspectos más relevantes del Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca entre
España y México”, Estudios Sociales: Revista de investigación científica, vol. 14, 2006,
pp. 107-136, p. 119.
62
La lista de Estados tanto firmantes como contratantes del Convenio de Washington
puede consultarse en la Tabla 1 en el Anexo.
63
En el punto 2 del mismo Artículo el Convenio pasa a definir la locución “nacional de
otro Estado Contratante” como toda personal natural o jurídica que tenga la nacionalidad
de un Estado Contratante distinto del Estado parte en la diferencia.

46
través del Mecanismo Complementario del CIADI por diferencias surgidas
de una inversión en razón de que uno de los dos Estados implicados, ya
sea el de la parte inversora o el receptor, no sea Contratante64.

Respecto a la jurisprudencia del CIADI, solo haremos un


comentario relativo al caso Maffezini65, hasta ahora el único asunto de
arbitraje internacional planteado contra España y una de las resoluciones
del CIADI que más discusión ha suscitado entre la doctrina.

En este litigio, el inversor argentino consiguió que el Tribunal


considerara los efectos de la cláusula de Nación Más Favorecida
establecida en el APPRI Argentina – España sobre el Acuerdo de esta
última con Chile. En el APPRI hispano-argentino habían acordado agotar
la jurisdicción nacional66 previa la concesión de la vía arbitral
internacional67, si bien el suscrito con Chile no imponía dicha obligación.
Sobre este problema de jurisdicción, el inversor argentino se benefició del
procedimiento de resolución de controversias que España había
establecido con Chile en virtud de la decisión del CIADI que se
fundamentó en la holgada redacción de la cláusula en cuestión68.

Como consecuencia de dicho laudo, en el marco convencional


internacional se han preocupado por la redacción precisa de esta cláusula
y tanto España como el resto de Estados han decidido fortalecer su

64
Vid. Artículo 2 del Reglamento del Mecanismo Complementario para la administración
de procedimientos por el Secretariado del CIADI.
65
Emilio Agustín Maffezini c. Reino de España” (Caso CIADI Nº ARB/97/7, Laudo de 9
de noviembre de 2000).
66
El Artículo 10.2. del APPRI suscrito entre España y Argentina sobre solución de
controversias establece: “será sometida a petición de una de ellas a los tribunales
competentes de la Parte en cuyo territorio se realizó la inversión”.
67
En el apartado 3.a) del mismo precepto: “a petición de una de las partes en la
controversia, cuando no exista una decisión firme sobre el fondo después de
transcurridos dieciocho meses contados a partir de la iniciación del proceso previsto por
el apartado 2 de este artículo”.
68
PASCUAL VIVES, F.J., “El arbitraje de inversiones… “, op. cit., p. 24.

47
política respecto a la redacción de los APPRI para evitar futuras
reclamaciones en este sentido69.

En otro orden de asuntos, a continuación revisaremos la


complicada situación de algunos países de América Latina respecto al
CIADI a la que hay que hacer una breve referencia.

A la luz del proceso de cooperación política de ámbito regional


denominado Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
(ALBA) se ha venido desencadenando la retirada progresiva de Bolivia,
Ecuador y Venezuela del Convenio de Washington que regula el CIADI,
señalando que dicho sistema constituye una importante amenaza para el
principio de igualdad soberana de los Estados70.

Realmente esto no supone serios inconvenientes para las


inversiones españolas practicadas con anterioridad a su retirada del
CIADI, ya que las controversias que se produzcan seguirán estando
sujetas a arbitraje internacional en virtud de los APPRI firmados, pero la
condición para acudir al foro arbitral podría cambiar.

De hecho, los APPRIs con Ecuador y Venezuela siguen en vigor, y


ante un eventual conflicto se estableció con previsión en dichos Acuerdos
que se podrá acudir al mecanismo complementario del CIADI71 o a un
tribunal ad hoc72.

69
PASCUAL VIVES, F.J., “El arbitraje de inversiones… “, op. cit., p. 28.
70
PASCUAL VIVES, F.J., “El inversor español ante la nueva situación jurídica de Bolivia
y Ecuador en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones
(CIADI)”, Revista Española de Derecho Internacional, vol. LX-2, 2008, pp. 307-312, p.
307.
71
Vid. Artículo 11.2 del Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones
entre el Reino de España y la República de Venezuela, firmado en Caracas el 2 de
noviembre de 1995 (BOE núm. 245 de 13 de octubre de 1997).
72
Vid Artículo 11.2 del Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones
entre el Reino de España y la República del Ecuador, hecho en Quito el 26 de junio de
1996 (BOE núm. 86 de 10 de abril de 1998).

48
En el caso de Bolivia, el APPRI se encuentra en periodo de
remanencia, hasta el 9 de julio de 2022 para todas las controversias que
puedan surgir con las inversiones establecidas hasta la denuncia del
APPRI y como se ha expresado anteriormente en este trabajo, la
terminación de un tratado no afecta a los derechos y obligaciones creados
antes de la misma.

Finalmente, habrá que ver como evolucionan las tendencias en


Sudamérica respecto al cuestionamiento del CIADI y los APPRI73. Y si
Nicaragua, país con el que España mantiene relaciones comerciales,
sigue esta dirección ya que también es miembro del ALBA, aunque por el
momento sigue siendo firmante del Convenio de Washington.

Por otra parte, y dejando ya de aludir a lo anterior, sobre resolución


de controversias hay que destacar una serie de críticas desde la doctrina
al sistema arbitral en general, y al CIADI en concreto, que señalaremos a
continuación74:

• La duración de los procedimientos arbitrales en ocasiones es


excesiva, suponiendo de media más de dos años hasta la decisión
arbitral, ya que estos no tienen fecha límite para la presentación del
laudo definitivo.

• Los gastos y honorarios derivados de los arbitrajes de inversiones


son excesivamente altos, llegando a alcanzar millones de dólares.

73
Vid. BAS VILIZZIO, M., “Solución de controversias en los Tratados Bilaterales de
Inversión: Mapa de situación en América del Sur”, Revista de la Secretaría del Tribunal
Permanente de Revisión, nº 5, 2015, pp. 233-253.
74
GARCÍA-BOLIVAR, O., “La crisis del derecho internacional de inversiones extranjeras:
propuestas de reforma”, Revista de la Secretaría del Tribunal Permanente de Revisión,
nº 5, 2015, pp. 137-163, pp. 152-155.

49
• Pese a que normalmente en los casos arbitrales una de las partes
es nacional de un país no desarrollado, la mayoría de los árbitros
del CIADI vienen de Europa y Estados Unidos, siendo un
porcentaje bajo los que provienen de países en desarrollo.

• No cabe la apelación contra los laudos de los tribunales arbitrales


de inversión.

• Falta de homogeneidad en los criterios decisorios, ya que en


ocasiones se aplican criterios diferentes para hechos semejantes.

De la misma manera, se proponen desde la doctrina una serie de


reformas para mejorar el sistema75:

• La creación de un mecanismo de asesoramiento y asistencia tanto


para la defensa de las partes como para la prevención de
conflictos.

• Una designación de los árbitros con mayores conocimientos de la


idiosincrasia del país donde se suscite la disputa, ya que en
determinados asuntos estos no conocen siquiera el sistema legal
del Estado en cuestión.

• Como se ha señalado, la creación de tribunales de apelación, uno


de los mecanismos más demandados.

Para concluir este apartado sobre el CIADI, en este punto de la


exposición se ha de destacar la figura de los métodos de solución de
controversias alternativos (ADR), entiéndase la mediación y conciliación

75
GARCÍA-BOLIVAR, O., “La crisis del derecho internacional… “ op. cit., pp. 156-157.

50
aplicada a las inversiones internacionales, que en razón de su
introducción por los Estados en los APPRI podrían implicar una mejora
del sistema hasta ahora principal.

Para la validez de los ADR se requeriría la inclusión de estos


instrumentos de forma expresa en la redacción de los Tratados. Para su
éxito, se precisaría de la cooperación y participación activa de las partes
implicadas en ambos métodos. A cambio, dichos instrumentos dotarían al
proceso de una mayor flexibilidad, permitirían mantener la relación entre
las partes, que de otra manera se rompe, y por último beneficiaría
notablemente a ambas partes en los aspectos de tiempo y costes al
iniciarse en una etapa temprana76.

2.12. Práctica española

A lo largo de este trabajo se ha revisado la práctica española al hilo


de la exposición. Por ello, en este apartado se va a proceder tan solo al
análisis de la política comercial española en el exterior, en concreto en el
ámbito de la IED y los Acuerdos de Inversión suscritos hasta la fecha.

España tiene actualmente 73 APPRIs en vigor y 3 en periodo de


remanencia77. La práctica española se ha ido formando conforme a sus
intereses de inversión y a los intereses de las empresas nacionales en el
exterior, si bien, en algunas ocasiones es ineficaz, ya que en casos como
los de Siria, Pakistán, Tajikistán, Macedonia, Bielorrusia o Armenia
aunque existe APPRI, la inversión es realmente baja o nula.

En el caso de los antiguos miembros de la Unión soviética,


asumieron las obligaciones de los Tratados y Acuerdos concluidos por la

76
FERNÁNDEZ MASIÁ, E., “La incorporación de los “ADR” al sistema de resolución de
controversias sobre inversiones extranjeras”, Revista de la Secretaría del Tribunal
Permanente de Revisión, nº 5, 2015, pp. 19-43, pp. 26-36.
77
La lista de APPRIs suscritos por España puede consultarse en la Tabla 2 en el Anexo.

51
URSS, llevando a la elaboración de nuevos APPRI que fueron firmados
antes de su entrada en la UE. Aunque también se ha de indicar que la
inversión en dichos Estados es reducida.

A la vista de la IED en el exterior, se ha elaborado una gráfica con


los datos de inversión en el extranjero con países sin APPRI suscrito78.

Aunque el grueso inversor se concentra en varios países


desarrollados con los que no existe APPRI, esto se explica por el menor
riesgo para el inversor en razón de sus legislaciones nacionales, por
tratarse estos de Estados que gozan de un consolidado régimen
democrático; y por otra parte, porque históricamente estos instrumentos
se han utilizado con la finalidad de suscribirlos con países en vías de
desarrollo.

Por otro lado, a la luz de los datos aportados, consideramos que un


país con el que convendría suscribir un APPRI por la altísima inversión
española sería Brasil, sin embargo, dada su política exterior caracterizada
por no establecer APPRIs, creemos que esto no sucederá.

Recomendamos además la suscripción de Acuerdos con los


Emiratos Árabes Unidos y con Tailandia, debido al gran flujo de inversión
española en estos Estados.

78 Esta gráfica puede revisarse bajo la denominación “Figura 2” en el Anexo.

52
CAPÍTULO III. ARMONIZACIÓN COMUNITARIA DE LA IED
3. Ar

3.1. Introducción

En el siguiente apartado, se van a analizar las recientes


actuaciones normativas de la Unión Europea en materia de Política
Comercial Común desde el punto de vista que interesa para el cometido
de este trabajo, que es el de la IED.

En concreto, se va a tratar el Reglamento 1219/2012 que establece


el nuevo marco en el que se van a situar los APPRI, a la luz de la
transferencia de competencias que llevó a cabo el Tratado de Lisboa en
2009 y que amplió la PCC incluyendo las inversiones extranjeras directas.

Posteriormente se introducirán algunos comentarios sobre el


Reglamento 912/2014, que da respuesta a cuestiones procedimentales y
de responsabilidad respecto a la nueva dirección de la política
comunitaria.

El Tratado de Lisboa se promovió en una clara intención de dar un


paso adelante en la armonización de las políticas de la Unión Europea.
Sin embargo, quedó una situación un tanto inestable, en la que existían
ciertas dudas sobre la situación en la que quedaba amparada la extensa
red de APPRIs suscritos por los Estados Miembros así como
interrogantes sobre el futuro de esta figura, que tanto ha favorecido la
seguridad para inversores en el mercado y que se ha considerado
imprescindible en la realidad de inversión en el extranjero.

Esta situación condujo a la UE a regular un marco normativo


mediante los Reglamentos 1219/2012 y 912/2014 para aclarar las dudas
suscitadas.

53
Aquí se van a abordar por tanto las disposiciones más significativas
respecto a estos Reglamentos, que ayuden a entender como queda la
situación de los APPRI tras la transferencia de competencia.

3.2. El Tratado de Lisboa

Antes de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, la competencia


en cuanto a IED se compartía entre la UE y los Estados Miembros. No
obstante, al no ejercer la UE dicha competencia, en detrimento de ésta, le
correspondía a los Estados Miembros, que ejercieron esta labor
estableciendo Acuerdos conforme a sus intereses de inversión en el
ámbito internacional.

Con el argumento de dotar de un mayor atractivo a las inversiones


al estandarizar el sistema de protección de inversiones en toda la UE se
aprobó el Tratado de Lisboa el 1 de diciembre de 2009, que modifica el
Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y el Tratado constitutivo
de la Unión Europea. Este hecho cambió en gran medida la situación
hasta entonces. Los EM accedieron a su ratificación con el propósito de
potenciar la presencia de las empresas europeas en el exterior al estar
cubiertas bajo las capacidad negociadora de la UE en bloque, y dotar de
una interesante homogeneidad a la política de inversiones79.

La PCC se incluye en las competencias exclusivas de la Unión por


medio del Artículo 3.1 del Tratado de Funcionamiento de la Unión
Europea: “1. La Unión dispondrá de competencia exclusiva en los ámbitos
siguientes: … e) la política comercial común”. Junto con el Artículo 206
dentro del Título II referente a la PCC, que extiende ahora el ámbito a las
inversiones extranjeras directas: “Mediante el establecimiento de una
unión aduanera de conformidad con los artículos 28 a 32, la Unión

79
LÓPEZ BARRERO, E., “La nueva política de inversiones de la UE: quién responde y
por qué”, en MONTERROSO CASADO, E., (Coord.), Responsabilidad Empresarial,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2015, pp. 362-392, p. 363.

54
contribuirá, en el interés común, al desarrollo armonioso del comercio
mundial, a la supresión progresiva de las restricciones a los intercambios
internacionales y a las inversiones extranjeras directas, así como a la
reducción de las barreras arancelarias y de otro tipo”. Si bien es preciso la
distinción de las inversiones en cartera, que al considerarse indirectas, ya
que el inversor no tiene intención de tomar el control sobre la empresa, se
excluyen de dicha competencia y seguirán perteneciendo a los Estados
Miembros.

3.3. El Reglamento (UE) Nº 1219/2012 del Parlamento Europeo y


del Consejo, de 12 de diciembre de 2012

Sin embargo, se constató la existencia de ciertos inconvenientes de


regulación a nivel interno, que la UE se apresuró a solventar en el
Reglamento 1219/2012 para no generar inseguridad jurídica respecto a
las posiciones inversoras de terceros Estados.

El Reglamento (UE) 1219/2012 del Parlamento Europeo y del


Consejo, de 12 de diciembre de 2012, por el que se establecen
disposiciones transitorias sobre los acuerdos bilaterales de inversión entre
Estados miembros y terceros países, conocido como “grandfathering”, da
cobertura normativa a los APPRI firmados hasta el momento y señala
como van a poder los EM firmar nuevos Acuerdos. La regulación de la
compatibilidad de los APPRI se constituye mediante tres regímenes
aplicados en virtud de la fecha de negociación o entrada en vigor de
dichos Acuerdos:

a) Acuerdos firmados antes del 1 de diciembre 2009

Bajo el capítulo II llamado “Mantenimiento en vigor de los Acuerdos


Bilaterales de Inversión existentes” ampara los Acuerdos constituidos
previamente al Tratado de Lisboa, que mediante un proceso de

55
evaluación por la Comisión podrán conservar su validez hasta que se
sustituyan por nuevos Acuerdos que negocie la Unión con los terceros
Estados que concurran.

b) Acuerdos firmados entre el 1 de diciembre de 2009 y el 9 de enero


de 2013

Aquellos Acuerdos firmados entre las fechas de entrada en vigor


del Tratado de Lisboa y el Reglamento 1219/2012 se someterán a la
evaluación de la Comisión para confirmar si los requisitos contemplados
por la Unión se cumplen. Así, en función de si se cumplen dichas
exigencias o no, se autorizará o se denegará el mantenimiento o entrada
en vigor de dichos Acuerdos. En caso de que no se concediera la
autorización, la Comisión informará al Estado Miembro en cuestión de las
razones por las cuales esta decisión está motivada.

c) Autorización para modificar o celebrar Acuerdos Bilaterales de


Inversión

Por último, el capítulo III concede a los Estados la capacidad de


seguir celebrando APPRIs, siempre que se cumplan en ellos las
condiciones de autorización y notificación del proceso a la Comisión que
se sostienen en los Artículos 8 a 11. Tras esto, además de la facultad que
se reserva la Comisión de participar en las negociaciones, no podrán
firmar Acuerdos que sean incongruentes con los principios y objetivos de
la acción exterior de la Unión, o que constituyan obstáculos para la
eventual negociación de Acuerdos con terceros que la Unión tenga
previsto entablar.

En el caso España, algunos Acuerdos resultaron afectados por el


Tratado de Lisboa y esto, directamente, aclaró su situación. En concreto,
habrán de seguir el procedimiento de evaluación por la Comisión los

56
APPRIs con Haití, firmado por el Senado haitiano en junio de 2014 pero
que se encuentra pendiente de ratificación por el Congreso; y el firmado
con Mozambique el 18 de octubre de 2010, pendiente también de
ratificación constitucional por parte de España y ya ratificado por
Mozambique.

Por otra parte, los APPRI firmados con Vietnam80 y Senegal81, al


firmarse en 2006 y 2007, respectivamente, aunque la entrada en vigor de
ambos fue en 2011, se aprobaron respecto al marco anterior.

3.4. El Reglamento (UE) Nº 912/2014 del Parlamento Europeo y


del Consejo de 23 de julio de 2014

Por su parte, el Reglamento (UE) Nº 912/2014 del Parlamento


Europeo y del Consejo de 23 de julio de 2014, por el que se establece un
marco para gestionar la responsabilidad financiera relacionada con los
tribunales de resolución de litigios entre inversores y Estados establecidos
por acuerdos internacionales en los que la Unión Europea sea parte
aclara las cuestiones sobre el reparto de responsabilidades entre la UE y
los EM en los casos de litigios referentes a inversiones extranjeras
directas, tanto financiera, sobre quién compensará o indemnizará en
supuestos de daños hacia inversores extranjeros; como procedimental, a
quién habrán de dirigirse los inversores extranjeros en caso de conflicto.
Además configura cómo han de proceder al desarrollo de los litigios la
Comisión y los Estados Miembros.

80
Acuerdo entre el Reino de España y la República Socialista de Vietnam para la
promoción y protección recíproca de inversiones, hecho en Hanoi el 20 de febrero de
2006 (BOE núm. 303 de 17 de diciembre de 2011).
81
Acuerdo entre el Reino de España y la República de Senegal para la promoción y
protección recíproca de inversiones, hecho en Dakar el 22 de noviembre de 2007 (BOE
núm. 67 de 19 de marzo de 2015).

57
Para esclarecer la cuestión de la responsabilidad financiera se ha
de atender al Artículo 3 del Reglamento:

“1. La responsabilidad financiera derivada de un litigio con arreglo a


un acuerdo se repartirá de conformidad con los criterios siguientes:
a) la Unión asumirá la responsabilidad financiera derivada del trato
dispensado por las instituciones, los órganos, oficinas u organismos de la
Unión;
b) el Estado miembro afectado asumirá la responsabilidad financiera
derivada del trato dispensado por dicho Estado miembro;
c) como excepción a la letra b), la Unión asumirá la responsabilidad
financiera derivada del trato dispensado por un Estado miembro cuando
este trato sea requerido por el Derecho de la Unión.”

Por tanto, el criterio para decidir a quién corresponde la carga de la


responsabilidad se fija en el origen de la medida lesiva. Es decir, si la
lesión proviene de una medida ejercida por un EM en el ejercicio de su
autoridad, será este responsable del pago de la compensación. En
cambio, si la medida lesiva tiene su razón de ser en alguna disposición
dictada por la UE y acatada por el EM, será a la primera a la que le
corresponda la responsabilidad económica.

Respecto al desarrollo de los litigios, se comprende en el capítulo


III la regulación tanto en los casos relacionados con un trato dispensado
por la UE como los relacionados con un trato dispensado por un EM.
Ambos se someterán, como está dispuesto hasta ahora en los APPRI, al
arbitraje internacional, pero en este caso, no se determina un tribunal
concreto en el articulado del Reglamento.

Como condición destacable incluida en el Reglamento, un EM que


deba acudir a un procedimiento arbitral en el ejercicio de su
responsabilidad por una medida lesiva ejercida contra un inversor
extranjero, tras mantener las consultas con la Comisión detalladas en el

58
Artículo 6, podrá optar por ceder su posición a la UE, que actuará en ese
caso como parte demandada.

En el caso de que el Estado sí ejerza su posición de defensa,


habrá de cuidar la comunicación y coordinación de información con la
Comisión con el objetivo de “garantizar que la defensa sea lo más eficaz
posible”82.

3.5. Recapitulación y perspectivas de futuro

En efecto, el Reglamento 1219/2012 permite la compatibilidad de


los APPRI de los EM con el Derecho de la Unión, que si bien ha asumido
la competencia sobre IED y sobre la capacidad de firmar Acuerdos para
proteger las inversiones, deja cierto margen de maniobra a los EM para
seguir firmando nuevos Acuerdos con los Estados que consideren
conveniente respecto a sus propios intereses comerciales. Eso sí, bajo la
supervisión de la Comisión, que podrá trazar las líneas sobre las que
quiere guiar la política comercial comunitaria.

Así, la dirección que ha adoptado la Unión para resolver este


asunto es continuista, manteniendo el status quo anterior.

Ahora bien, respecto al Reglamento 912/2014 se contempla un


conflicto de articulación jurisdiccional, como es la inserción de un
mecanismo de resolución de controversias sobre inversiones en el
Derecho de la Unión. La UE concede en exclusiva la interpretación del
Derecho de la Unión al Tribunal de Justicia de la Unión Europea en virtud
del TFUE y precisamente por esta circunstancia se mantiene reticente a
su exposición ante tribunales que dicten resoluciones jurídicamente

82
Vid. Artículo 10.2 del Reglamento Nº 912/2014 del Parlamento Europeo y del Consejo,
de 23 de julio de 2014, por el que se establece un marco para gestionar la
responsabilidad financiera relacionada con los tribunales de resolución de litigios entre
inversores y Estados establecidos por acuerdos internacionales en los que la Unión
Europea sea parte (DO L 257 de 28 de agosto de 2014).

59
vinculantes distintos a los que existen en su propio sistema
jurisdiccional83.

De hecho, de la redacción de dicho Reglamento, que no nombra en


ningún punto un tribunal de arbitraje determinado, no parece que la UE
tenga previsto acogerse al CIADI para la resolución de controversias que
resulten de sus nuevos Tratados.

A esto se le ha de añadir una circunstancia de ámbito externo. La


adhesión de un organismo supranacional a un mecanismo de solución de
controversias no es cuestión baladí.

El Convenio de Washington que rige el CIADI, admite la


incorporación de Estados y participación de nacionales de Estados
Contratantes en el procedimiento arbitral84. En todo caso, la adhesión de
los Estados se supedita a la membresía del Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento (integrado en el Banco Mundial85). Si bien no
especifica sobre organizaciones supranacionales, como es el caso de la
UE, por lo que no se contempla la adhesión de ésta. Menos compleja
sería la adhesión al Reglamento de Mecanismo Complementario del
CIADI, el cual concede la posibilidad de someterse a arbitraje a las partes
donde al menos uno de los dos litigantes no sea miembro firmante del
Convenio86.

83
LÓPEZ BARRERO, E., “La nueva política de inversiones… “ loc. cit.,, p. 375.
84
Vid. Artículo 67 del Convenio sobre Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones entre
Estados y Nacionales de otros Estados, hecho en Washington el 18 de marzo de 1965
(BOE núm. 219 de 13 de septiembre de 1994).
85
Forman parte del Grupo del Banco Mundial el Banco Internacional de Reconstrucción
y Fomento, la Asociación Internacional de Fomento, la Corporación Financiera
Internacional, el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones y el CIADI.
86
MOURA VICENTE, D., “El arbitraje de inversiones y las nuevas competencias de la
Unión Europea conforme al art. 207 TFUE”, Revista de arbitraje comercial y de
inversiones, vol. V-3, 2012, pp. 759-766, pp. 761-762.

60
Otra hipótesis que se podría contemplar sería que los futuros
Acuerdos suscritos por la Unión se sometieran al arbitraje de la
CNUDMI87.

El cualquier caso, la UE ha abogado por las ventajas de la creación


de un Tribunal Internacional de Inversiones (o ICS, Investment Court
System, por sus siglas en inglés), acercándose a la figura de un
procedimiento judicial donde se pueda establecer un sistema con dos
instancias, acudiendo en primera instancia a un tribunal permanente y
mediante recurso a un órgano de apelación. Este procedimiento tendría
mayor legitimidad y garantizaría la previsibilidad y transparencia del
sistema88.

Parece que esta posición de la UE ha tomado fuerza y progresa en


este camino. La Comisión trabaja para mejorar el actual sistema de
resolución de controversias, como se puede apreciar en el Acuerdo de
Asociación Estratégica entre la Unión Europea y sus Estados miembros,
por una parte, y Canadá, por otra. Este Acuerdo, que acoge la protección
de inversiones y la solución de controversias relativas a éstas en su texto
final, y que se prevé se apruebe en febrero de 2017 por el Parlamento
Europeo, incluye también todas las medidas sobre el nuevo enfoque de la
UE a las inversiones extranjeras89.

Habrá que observar como evoluciona esta situación, y antes de


que se tenga que dar el caso, ver como la UE la resuelve a través de sus

87
FERNÁNDEZ ROZAS, J.C., “Conjeturas en torno a la nueva política global europea en
materia de inversión internacional tras el Reglamento núm. 912/2014”, La Ley Unión
Europea, nº 18, 2014, pp. 5-27, p.14.
88
FERNÁNDEZ ROZAS, J.C., “La confusa actuación de la Comisión Europea en la
regulación de la protección de inversiones transnacionales”, La Ley Unión Europea, nº
28, 2015, pp. 1-23, p. 6.
89
Vid. Decisión (UE) 2016/2118 del Consejo, de 28 de octubre de 2016, relativa a la
firma, en nombre de la Unión, y a la aplicación provisional del Acuerdo de Asociación
Estratégica entre la Unión Europea y sus Estados miembros, por una parte, y Canadá,
por otra (DO L 329 de 3 de diciembre de 2016).

61
actos normativos y la firma de Acuerdos. La práctica y las actuaciones de
la UE determinarán la tendencia de sus políticas.

Es preciso hacer en este punto un comentario respecto a los


APPRI entre Estados miembros de la Unión y su situación actual ya que
tiene estrecha relación con lo expresado anteriormente.

Es cierto que España al igual que el resto de Estados Miembros de


la UE, son considerados exportadores de capital y en el ejercicio de sus
actividades comerciales constituyeron diversos APPRIs con Estados de
Europa del Este previa su incorporación a la UE. En concreto, España
tiene suscritos 11 Acuerdos de inversión con Bulgaria, Eslovenia,
Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, República Checa,
Polonia, Rumanía y Croacia

Respecto a este asunto, dos actores han cuestionado la


compatibilidad de estos APPRI entre EM con el Derecho de la Unión. En
primer lugar, la Comisión ha manifestado que no existiendo una
incompatibilidad total con el TFUE, sí existe cierto solapamiento con el
DUE y con el sistema jurisdiccional. En este sentido sus deseos en
terminarlos son claros dados los riesgos que encarnan para el proceso
integrador europeo, haciendo especial hincapié sobre su disconformidad
con el sistema de arreglo de controversias establecido en los APPRI, el
cual considera una amenaza para el sistema jurisdiccional de la Unión. En
segundo lugar, el TJUE también ha considerado la incompatibilidad con el
DUE, señalando que en caso de solapamiento normativo deberían
dejarse de aplicar dado que conceden un trato más favorable que el que
otorga el DUE90.

90
PASCUAL VIVES, F.J., “Los acuerdos sobre promoción y protección recíproca de las
inversiones extranjeras y el Derecho de la Unión Europea”, Revista Española de
Derecho Europeo, nº 40, 2011, pp. 441-489, pp. 456-459.

62
Por tanto, y concluyendo a la vista de las modificaciones
introducidas, la UE dispone ahora de dos vías de actuación respecto a la
IED: la inclusión de un capítulo referente a la protección de las
inversiones en los Acuerdos de Libre Comercio, o la negociación de
acuerdos semejantes a los APPRIs de forma individual91.

A la luz de dichas posibilidades, las intenciones de la UE para la


política comercial en el futuro pueden intuirse de sus comunicados y de
las negociaciones actuales con EEUU, Japón, India, Singapur o las ya
concluidas con Canadá. De estas negociaciones se desprende que la UE
parece apostar por un criterio diferente de negociación, dependiendo de
las características del socio comercial, así como la preferencia sobre la
celebración de Acuerdos con grupos de Estados o uniones regionales. Lo
que sí puede intuirse es que se posicionará a favor de la inclusión de
disposiciones como la no discriminación, el trato justo y equitativo, la
plena seguridad y protección, la regulación de las expropiaciones y la libre
transferencia de capitales, tal como por favorecer el desarrollo sostenible.
Es decir, respetará las características de los Acuerdos anteriores suscritos
por los EM y proporcionará más protección92.

91
ÓSCAR MORENO, L., PÉREZ IBÁÑEZ, C., “La nueva política de la Unión Europea de
protección de inversiones”, Revista de arbitraje comercial y de inversiones, vol. VII-1,
2014, pp. 35-60, p. 53.
92
LÓPEZ BARRERO, E., “La nueva política de inversiones…” loc. cit., pp. 366-368.

63
64
CAPÍTULO IV. VÍAS COMPLEMENTARIAS PARA LA
PROTECCIÓN DE INVERSIONES

Con el objetivo de ampliar la protección sobre las inversiones,


otorgar mayor seguridad a inversores y lograr un clima comercial estable,
se hacen algunas sugerencias sobre vías complementarias que se
podrían considerar como medios de presión para evitar tratos
discriminatorios contra las inversiones extranjeras.

Las medidas que se podrían contemplar, de manera adicional a los


APPRI son las siguientes93:

• La retirada del Sistema de Preferencias Generalizadas

En virtud del vigente Reglamento (UE) Nº 978/2012 del Parlamento


Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2012, por el que se aplica un
sistema de preferencias arancelarias generalizadas, podría incorporarse
una cláusula por la que se establezca la retirada temporal de preferencias
al Estado que dañe las inversiones de inversores de EM de la UE.

• La interrupción de la financiación del Banco Mundial

La paralización o denegación de préstamos a Estados que apliquen


medidas discriminatorias contra inversores en su territorio sería
indudablemente la medida más efectiva, aunque también la más
dificultosa en cuanto a su aplicación debido a la difícil coordinación entre
Estados en este ámbito.

93
En adelante: ÓSCAR MORENO, L., PÉREZ IBÁÑEZ, C., “La nueva política… “ op. cit.,
pp. 55-58.

65
• La revisión del clima de inversión

La utilización de la red de embajadas en el exterior de los EM de la


Unión para elaborar un informe que recoja información específica sobre el
clima de inversión en cada Estado, marco legal de inversión, descripción
de barreras, y demás datos de utilidad. Adicionalmente a estas
referencias, se podría añadir un listado de Estados, conforme a criterios
de gravedad, donde se haya procedido lesivamente contra empresas o
inversores extranjeros.

66
CONCLUSIONES

PRIMERA.- La adopción de los APPRIs como instrumento principal


para la promoción y protección de las Inversiones Extranjeras Directas en
el ámbito del Derecho Internacional ha creado un marco regulatorio a
favor del desarrollo económico que ha sido respaldado por los Estados, y
a nuestro juicio, ha significado no solo la protección y atracción de
inversiones, sino también la creación de vínculos que impulsan las
relaciones comerciales en ambas direcciones.

El presente trabajo ha tratado de construir una visión integral de


estos Tratados con la intención de examinar la protección ofrecida a los
inversionistas y hemos podido comprobar, por tanto, como esta posición
queda protegida de forma efectiva. La diversidad de cláusulas de
protección que estos Acuerdos introducen, como las del trato justo y
equitativo y de nación más favorecida, esta última con carácter suficiente
para extenderse a demás Acuerdos suscritos por el Estado en cuestión,
han sido alegadas con resultado favorable para inversores en su defensa
en diversos laudos arbitrales. El mecanismo para la resolución de
controversias que concede al inversor la posibilidad de dirigirse
directamente contra el Estado receptor de la inversión constata este
hecho y por ello podemos afirmar que cumplen su cometido.

En este sentido, si bien apreciamos una evolución significativa de


las disposiciones contenidas en los APPRI, en ocasiones la redacción de
algunos de sus artículos resulta excesivamente genérica y entendemos
que es necesaria una mayor concreción para evitar una interpretación
amplia por parte de los tribunales arbitrales.

SEGUNDA.- El sistema de resolución de controversias inversor-


Estado amparado por el arbitraje internacional de inversiones que
introducen los APPRI, constituye una de las garantías que mayor

67
protección concede al inversor. En virtud del Artículo 54 del Convenio de
Washington que regula el CIADI, tribunal arbitral más concurrido, los
Estados se comprometen a reconocer los laudos definitivos, lo que
establece las garantías de su cumplimiento. Sin embargo, como se ha
mencionado, este sistema ha sido objeto de diversas críticas al estimarse
falto de un procedimiento de recursos y ser considerado lento, costoso y
deficiente en cuanto a la designación de árbitros. En este sentido, la
propia Unión Europea se ha posicionado al respecto abogando por la
creación de un Tribunal Internacional de Inversiones, que aunque alejado
del arbitraje, subsane las imperfecciones del sistema actual. Creemos que
la creación de una segunda instancia, a la que se pueda acudir en
apelación, constituiría un progreso en el Derecho internacional de
inversiones, ya que la posibilidad de recurso no hace más que otorgar
mayor independencia y transparencia al sistema.

TERCERA.- Tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, los


Estados Miembros de la Unión Europea dejaron de gozar de la
competencia sobre Inversión Extranjera Directa para transferirla a la
Unión en el marco de la Política Comercial Común. Esta situación generó
incertidumbre respecto al marco en el que quedaban ahora los APPRI en
el Derecho de la Unión Europea, la cual fue resuelta con el Reglamento
1219/2012. La Unión concertó tres regímenes por los cuales dio cobertura
normativa y autorizó a los Estados Miembros a celebrar nuevos Acuerdos.

A la vista de esta nueva coyuntura, consideramos exitosa la


solución aportada que si bien era urgente, ha despejado la tensión
respecto al marco normativo. De esta red de Acuerdos que ha mantenido
vigente la Unión entendemos que, al menos por un tiempo, los antiguos
APPRI van a tener que coexistir con los nuevos Tratados que desarrolle la
Unión. De hecho, la única forma de que los viejos tratados desaparezcan
es que sean sobrescritos o que finalicen en virtud de una denuncia.
Respecto a la primera de las posibilidades, creemos que la Unión se va a

68
demorar en la tarea de establecer Acuerdos debido fundamentalmente a
la cantidad de socios comerciales de los Estados Miembros. Por lo tanto,
la convivencia de los nuevos Tratados con los APPRIs existentes se
prevé duradera.

En cuanto al Reglamento 912/2014, la Unión, desde nuestro punto


de vista, establece un marco favorable para los Estados Miembros, en el
que no solo los protegerá prestando asistencia en los casos de
controversia sobre inversiones, sino que prevé actuar en lugar de aquellos
que le cedan su posición de demandados. En este punto, queda por saber
como se hará cargo la Unión de las indemnizaciones en los asuntos en
los que se la señale responsable financiera, y si hará frente a dichas
compensaciones con fondos europeos. Cuestión que puede generar
conflictos internos entre los Estados Miembros.

Finalmente, entendemos que el considerable poder negociador del


que goza la Unión para suscribir futuros Acuerdos va a favorecer los
intereses de los Estados Miembros.

CUARTA.- La tarea que desarrolla la Comisión es merecedora de


reconocimiento. En su ardua labor integradora ha establecido una
verdaderamente excepcional red normativa europea. Una actuación
pronta y segura ha sentado los primeros indicios de multilateralidad
respecto a inversiones en el incipiente CETA con Canadá.

Nos queda claro, por tanto, la intención de la Unión de seguir


ampliando competencias y estableciendo Acuerdos con diferentes
criterios según el socio comercial. Si bien los diversos intereses
intracomunitarios, la heterogeneidad de las políticas inversoras de los
Estados Miembros, y la carencia de unidad de criterios, constituyen un
entorno realmente complicado que dificulta la tarea integradora.

69
Esta falta de coherencia que puede derivar en menor credibilidad,
deja una realidad en la que creemos que la UE ha de continuar actuando
si quiere lograr el éxito de las posturas multilaterales sobre inversiones al
amparo de los Tratados multilaterales comerciales.

QUINTA.- Por último, en cuanto a la práctica convencional


española, se ha constatado que si bien no es la más avanzada, constituye
efectivamente múltiples garantías para los inversores nacionales. En
nuestra opinión, debería incorporar a sus APPRI alguna de las
disposiciones que incluyen en sus Acuerdos otros Estados como EEUU o
Canadá, Estados que sí gozan de una práctica más adelantada. En este
aspecto, deberían integrar preceptos por los cuales se deba poner en
conocimiento de los inversores las modificaciones de la normativa interna
que pudieran afectar a inversiones extranjeras, así como el mandato de
transparencia, que desde nuestro punto de vista, es algo que seguro
terminará incluyéndose en la redacción de nuevos APPRI por España.

Respecto a la pérdida de competencia sobre Inversiones


Extranjeras Directas a favor de la Unión Europea, creemos que la
posición de España se verá favorecida dado que en cuanto a redacción
de los APPRI, la Unión tratará de formar el Tratado óptimo a la luz de la
costumbre de los Estados Miembros, y en este aspecto, algunos sí
incluyen cláusulas a priori más proteccionistas.

Sumado a esto, creemos que España ha de modelar una buena


estrategia para negociar ante la Unión sus prioridades inversionistas y así
tratar de injerir en decisiones sobre futuros Acuerdos para proteger sus
intereses.

70
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octubre de 1993 (BOE núm. 275 de 17 de noviembre de 1994).

Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el


Reino de España y la República de Costa Rica, hecho en San José de
Costa Rica el 8 de julio de 1997 (BOE núm. 170 de 17 de julio de 1999).

Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el


Reino de España y los Estados Unidos Mexicanos, hecho en México el 10
de octubre de 2006 (BOE núm. 81 de 3 de abril de 2008).

Acuerdo entre el Reino de España y la República Islámica de Mauritania


sobre la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, hecho en
Madrid el 24 de julio de 2008 (BOE núm. 74 de 26 de marzo de 2016).

Acuerdo entre el Reino de España y la República de Lituania para la


Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, hecho en Vilnus el 6
de julio de 1994 (BOE núm. 22 de 25 de enero de 1996).

Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el


Reino de España y la República de Sudáfrica, hecho en Pretoria el 30 de
septiembre de 1998 (BOE núm. 26 de 31 de enero de 2000).

Acuerdo entre el Reino de España y la República de Chile para la


protección y fomento recíprocos de inversiones, hecho en Madrid el 28 de
febrero de 1994 (BOE núm. 67 de 19 de marzo de 1994).

77
Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el
Reino de España y la República del Ecuador, hecho en Quito el 26 de
junio de 1996 (BOE núm. 86 de 10 de abril de 1998).

Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el


Reino de España y la República de Argentina y protocolo anejo, hecho en
Buenos Aires el 3 de octubre de 1991 (BOE núm. 277 de 18 de noviembre
de 1992).

Acuerdo entre el Reino de España y la República Popular de China para


la promoción y protección recíproca de inversiones, hecho en Madrid el 14
de noviembre de 2005 (BOE núm. 164 de 8 de julio de 2008).

Agreement between the Islamic Republic of Pakistan and the Socialist


Republic of Romania on the mutual protection and guarantee of
investment of capital signed in Islamabad on 21st of January 1978.

Agreement between the government of the Syrian Arab Republic and the
govenment of the Islamic Republic of Pakistan on mutual promotion and
protection of investments signed in Damascus on April 25th, 1996.

Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el


Reino de España y la República de Eslovenia, hecho en Madrid el 15 de
julio de 1998 (BOE núm. 113 de 11 de mayo de 2000).

Acuerdo sobre promoción y protección recíproca de inversiones entre el


Reino de España y el Reino de Marruecos hecho en Madrid el 11 de
diciembre de 1997 (BOE núm. 86 de 11 de abril de 2005).

Acuerdo entre el Reino de España y la República de Cuba sobre la


Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, firmado en La Habana
el 27 de mayo de 1994 (BOE núm. 276 de 18 de noviembre de 1995).

78
Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre
España y Ucrania, hecho en Kiev el 26 de febrero de 1998. (BOE núm.
108 de 5 de mayo de 2000).

Acuerdo entre el Reino de España y la República Argelina Democrática y


Popular para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, hecho
en Madrid el 23 de diciembre de 1994 (BOE núm. 59 de 8 de marzo de
1996).

Acuerdo entre el Reino de España y la República de Colombia para la


promoción y protección recíproca de inversiones, hecho en Bogotá el 31
de marzo de 2005 (BOE núm. 219 de 12 de septiembre de 2007).

Convenio entre el Reino de España y la República de Hungría para la


promoción y protección recíproca de inversiones, firmado en Budapest el
9 de noviembre de 1989 (BOE núm. 217 de 9 de septiembre de 1992).

Acuerdo para la protección y fomento recíprocos de inversiones entre el


Reino de España y la República Árabe de Egipto, firmado en Madrid el 3
de noviembre de 1992 (BOE núm. 155 de 30 de junio de 1994).

Acuerdo entre el Reino de España y la República de Guinea Ecuatorial


para la promoción y la protección recíproca de inversiones, hecho en
Malabo el 22 de noviembre de 2003 (BOE núm. 10 de 12 de enero de
2004).

Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el


Reino de España y la República de Venezuela, firmado en Caracas el 2
de noviembre de 1995 (BOE núm. 245 de 13 de octubre de 1997).

79
Acuerdo para la promoción y protección recíproca de inversiones entre el
Reino de España y la República del Ecuador, hecho en Quito el 26 de
junio de 1996 (BOE núm. 86 de 10 de abril de 1998).

Acuerdo entre el Reino de España y la República Socialista de Vietnam


para la promoción y protección recíproca de inversiones, hecho en Hanoi
el 20 de febrero de 2006 (BOE núm. 303 de 17 de diciembre de 2011).

Acuerdo entre el Reino de España y la República de Senegal para la


promoción y protección recíproca de inversiones, hecho en Dakar el 22 de
noviembre de 2007 (BOE núm. 67 de 19 de marzo de 2015).

80
LISTADO DE SITIOS WEB

Boletín Oficial del Estado: http://boe.es/diario_boe/

Base de datos Dialnet: https://dialnet.unirioja.es

Base de datos EUR-LEX: http://eur-lex.europa.eu/

Base de datos de Laudos del CIADI: http://www.italaw.com

Base de datos de la Secretaria de Estado de Comercio:


http://datainvex.comercio.es

Base de datos Vlex: http://international.vlex.com

Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversores:


https://icsid.worldbank.org/

Comisión Europea: http://ec.europa.eu/

Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo:


http://unctad.org/

Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional:


http://www.uncitral.org/

Instituto Español de Comercio Exterior: http://www.icex.es/

Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación:


http://www.exteriores.gob.es/

81
Ministerio de Economía, Industria y Competitividad:
http://www.mineco.gob.es

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos:


http://www.oecd.org

Parlamento Europeo: http://www.europarl.europa.eu/

Secretaría de Estado de Comercio: http://www.comercio.es/

82
ANEXO

El Anexo está compuesto por dos figuras: Figura 1: “Casos


conocidos de arbitraje de diferencias inversor-Estado, 1987-2015”
extraída del informe anual “Recent Trends in IIAs and ISDS” de 2015, de
la web de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo, último informe elaborado por este organismo en esta materia
hasta la fecha; y la Figura 2: “IED española en Estados con los que no se
ha suscrito APPRI”, de elaboración propia a partir de datos de la
Secretaría de Estado de Comercio.

Además, se incluyen dos tablas: la Tabla 1: “Estados Firmantes y


Contratantes del Convenio de Washington de 1965” de elaboración propia
a partir de datos del CIADI; y la Tabla 2: “APPRI suscritos por el Reino de
España y en periodo de remanencia”, de elaboración propia a partir de
información de la Secretaría de Estado de Comercio.

Las tablas y figuras se recogen por orden de aparición en el texto.

83
Figura 1: “Casos conocidos de arbitraje de diferencias inversor-
Estado, 1987-2015”

Figura extraída del informe “Recent Trends in IIAs and ISDS” [IIA Issue Note, No. 1,
2015]”, http://unctad.org. [30/01/2017].
ICSID, International Centre for Settlement of Investment Disputes (en castellano CIADI):
Asuntos arbitrales sometidos al CIADI.
Non-ICSID: Asuntos arbitrales no sometidos al CIADI

84
Tabla 1: “Estados Firmantes y Contratantes del Convenio de
Washington de 1965”

PAÍS CONTRATANTE FIRMA RATIFICACIÓN ENTRADA EN


VIGOR
Afghanistan Sep 30, 1966 Jun 25, 1968 Jul 25, 1968
Albania Oct 15, 1991 Oct 15, 1991 Nov 14, 1991
Algeria Apr 17, 1995 Feb 21, 1996 Mar 22, 1996
Argentina May 21, 1991 Oct 19, 1994 Nov 18, 1994
Armenia Sep 16, 1992 Sep 16, 1992 Oct 16, 1992
Australia Mar 24, 1975 May 02, 1991 Jun 01, 1991
Austria May 17, 1966 May 25, 1971 Jun 24, 1971
Azerbaijan Sep 18, 1992 Sep 18, 1992 Oct 18, 1992
Bahamas, The Oct 19, 1995 Oct 19, 1995 Nov 18, 1995
Bahrain Sep 22, 1995 Feb 14, 1996 Mar 15, 1996
Bangladesh Nov 20, 1979 Mar 27, 1980 Apr 26, 1980
Barbados May 13, 1981 Nov 01, 1983 Dec 01, 1983
Belarus Jul 10, 1992 Jul 10, 1992 Aug 09, 1992
Belgium Dec 15, 1965 Aug 27, 1970 Sep 26, 1970
Benin Sep 10, 1965 Sep 06, 1966 Oct 14, 1966
Bosnia and Herzegovina Apr 25, 1997 May 14, 1997 Jun 13, 1997
Botswana Jan 15, 1970 Jan 15, 1970 Feb 14, 1970
Brunei Darussalam Sep 16, 2002 Sep 16, 2002 Oct 16, 2002
Bulgaria Mar 21, 2000 Apr 13, 2001 May 13, 2001
Burkina Faso Sep 16, 1965 Aug 29, 1966 Oct 14, 1966
Burundi Feb 17, 1967 Nov 05, 1969 Dec 05, 1969
Cabo Verde Dec 20, 2010 Dec 27, 2010 Jan 26, 2011
Cambodia Nov 05, 1993 Dec 20, 2004 Jan 19, 2005
Cameroon Sep 23, 1965 Jan 03, 1967 Feb 02, 1967
Canada Dec 15, 2006 Nov 01, 2013 Dec 01, 2013
Central African Republic Aug 26, 1965 Feb 23, 1966 Oct 14, 1966
Chad May 12, 1966 Aug 29, 1966 Oct 14, 1966
Chile Jan 25, 1991 Sep 24, 1991 Oct 24, 1991
China Feb 09, 1990 Jan 07, 1993 Feb 06, 1993
Colombia May 18, 1993 Jul 15, 1997 Aug 14, 1997
Comoros Sep 26, 1978 Nov 07, 1978 Dec 07, 1978
Congo, Democratic Republic of Oct 29, 1968 Apr 29, 1970 May 29, 1970
Congo, Republic of Dec 27, 1965 Jun 23, 1966 Oct 14, 1966
Costa Rica Sep 29, 1981 Apr 27, 1993 May 27, 1993
Croatia Jun 16, 1997 Sep 22, 1998 Oct 22, 1998

85
Cyprus Mar 09, 1966 Nov 25, 1966 Dec 25, 1966
Czech Republic Mar 23, 1993 Mar 23, 1993 Apr 22, 1993
Côte d'Ivoire Jun 30, 1965 Feb 16, 1966 Oct 14, 1966
Denmark Oct 11, 1965 Apr 24, 1968 May 24, 1968
Egypt, Arab Republic of Feb 11, 1972 May 03, 1972 Jun 02, 1972
El Salvador Jun 09, 1982 Mar 06, 1984 Apr 05, 1984
Estonia Jun 23, 1992 Jun 23, 1992 Jul 23, 1992
Fiji Jul 01, 1977 Aug 11, 1977 Sep 10, 1977
Finland Jul 14, 1967 Jan 09, 1969 Feb 08, 1969
France Dec 22, 1965 Aug 21, 1967 Sep 20, 1967
Gabon Sep 21, 1965 Apr 04, 1966 Oct 14, 1966
Gambia, The Oct 01, 1974 Dec 27, 1974 Jan 26, 1975
Georgia Aug 07, 1992 Aug 07, 1992 Sep 06, 1992
Germany Jan 27, 1966 Apr 18, 1969 May 18, 1969
Ghana Nov 26, 1965 Jul 13, 1966 Oct 14, 1966
Greece Mar 16, 1966 Apr 21, 1969 May 21, 1969
Grenada May 24, 1991 May 24, 1991 Jun 23, 1991
Guatemala Nov 09, 1995 Jan 21, 2003 Feb 20, 2003
Guinea Aug 27, 1968 Nov 04, 1968 Dec 04, 1968
Guyana Jul 03, 1969 Jul 11, 1969 Aug 10, 1969
Haiti Jan 30, 1985 Oct 27, 2009 Nov 26, 2009
Honduras May 28, 1986 Feb 14, 1989 Mar 16, 1989
Hungary Oct 01, 1986 Feb 04, 1987 Mar 06, 1987
Iceland Jul 25, 1966 Jul 25, 1966 Oct 14, 1966
Indonesia Feb 16, 1968 Sep 28, 1968 Oct 28, 1968
Iraq Nov 17, 2015 Nov 17, 2015 Dec 17, 2015
Ireland Aug 30, 1966 Apr 07, 1981 May 07, 1981
Israel Jun 16, 1980 Jun 22, 1983 Jul 22, 1983
Italy Nov 18, 1965 Mar 29, 1971 Apr 28, 1971
Jamaica Jun 23, 1965 Sep 09, 1966 Oct 14, 1966
Japan Sep 23, 1965 Aug 17, 1967 Sep 16, 1967
Jordan Jul 14, 1972 Oct 30, 1972 Nov 29, 1972
Kazakhstan Jul 23, 1992 Sep 21, 2000 Oct 21, 2000
Kenya May 24, 1966 Jan 03, 1967 Feb 02, 1967
Korea, Republic of Apr 18, 1966 Feb 21, 1967 Mar 23, 1967
Kosovo, Republic of Jun 29, 2009 Jun 29, 2009 Jul 29, 2009
Kuwait Feb 09, 1978 Feb 02, 1979 Mar 04, 1979
Latvia Aug 08, 1997 Aug 08, 1997 Sep 07, 1997
Lebanon Mar 26, 2003 Mar 26, 2003 Apr 25, 2003
Lesotho Sep 19, 1968 Jul 08, 1969 Aug 07, 1969
Liberia Sep 03, 1965 Jun 16, 1970 Jul 16, 1970

86
Lithuania Jul 06, 1992 Jul 06, 1992 Aug 05, 1992
Luxembourg Sep 28, 1965 Jul 30, 1970 Aug 29, 1970
Macedonia, Former Yugoslav Sep 16, 1998 Oct 27, 1998 Nov 26, 1998
Republic of
Madagascar Jun 01, 1966 Sep 06, 1966 Oct 14, 1966
Malawi Jun 09, 1966 Aug 23, 1966 Oct 14, 1966
Malaysia Oct 22, 1965 Aug 08, 1966 Oct 14, 1966
Mali Apr 09, 1976 Jan 03, 1978 Feb 02, 1978
Malta Apr 24, 2002 Nov 03, 2003 Dec 03, 2003
Mauritania Jul 30, 1965 Jan 11, 1966 Oct 14, 1966
Mauritius Jun 02, 1969 Jun 02, 1969 Jul 02, 1969
Micronesia, Federated States of Jun 24, 1993 Jun 24, 1993 Jul 24, 1993
Moldova Aug 12, 1992 May 05, 2011 Jun 04, 2011
Mongolia Jun 14, 1991 Jun 14, 1991 Jul 14, 1991
Montenegro Jul 19, 2012 Apr 10, 2013 May 10, 2013
Morocco Oct 11, 1965 May 11, 1967 Jun 10, 1967
Mozambique Apr 04, 1995 Jun 07, 1995 Jul 07, 1995
Nauru Apr 12, 2016 Apr 12, 2016 May 12, 2016
Nepal Sep 28, 1965 Jan 07, 1969 Feb 06, 1969
Netherlands May 25, 1966 Sep 14, 1966 Oct 14, 1966
New Zealand Sep 02, 1970 Apr 02, 1980 May 02, 1980
Nicaragua Feb 04, 1994 Mar 20, 1995 Apr 19, 1995
Niger Aug 23, 1965 Nov 14, 1966 Dec 14, 1966
Nigeria Jul 13, 1965 Aug 23, 1965 Oct 14, 1966
Norway Jun 24, 1966 Aug 16, 1967 Sep 15, 1967
Oman May 05, 1995 Jul 24, 1995 Aug 23, 1995
Pakistan Jul 06, 1965 Sep 15, 1966 Oct 15, 1966
Panama Nov 22, 1995 Apr 08, 1996 May 08, 1996
Papua New Guinea Oct 20, 1978 Oct 20, 1978 Nov 19, 1978
Paraguay Jul 27, 1981 Jan 07, 1983 Feb 06, 1983
Peru Sep 04, 1991 Aug 09, 1993 Sep 08, 1993
Philippines Sep 26, 1978 Nov 17, 1978 Dec 17, 1978
Portugal Aug 04, 1983 Jul 02, 1984 Aug 01, 1984
Qatar Sep 30, 2010 Dec 21, 2010 Jan 20, 2011
Romania Sep 06, 1974 Sep 12, 1975 Oct 12, 1975
Rwanda Apr 21, 1978 Oct 15, 1979 Nov 14, 1979
Samoa Feb 03, 1978 Apr 25, 1978 May 25, 1978
San Marino Apr 11, 2014 Apr 18, 2015 May 18, 2015
Sao Tome and Principe Oct 01, 1999 May 20, 2013 Jun 19, 2013
Saudi Arabia Sep 28, 1979 May 08, 1980 Jun 07, 1980
Senegal Sep 26, 1966 Apr 21, 1967 May 21, 1967

87
Serbia May 09, 2007 May 09, 2007 Jun 08, 2007
Seychelles Feb 16, 1978 Mar 20, 1978 Apr 19, 1978
Sierra Leone Sep 27, 1965 Aug 02, 1966 Oct 14, 1966
Singapore Feb 02, 1968 Oct 14, 1968 Nov 13, 1968
Slovak Republic Sep 27, 1993 May 27, 1994 Jun 26, 1994
Slovenia Mar 07, 1994 Mar 07, 1994 Apr 06, 1994
Solomon Islands Nov 12, 1979 Sep 08, 1981 Oct 08, 1981
Somalia Sep 27, 1965 Feb 29, 1968 Mar 30, 1968
South Sudan Apr 18, 2012 Apr 18, 2012 May 18, 2012
Spain Mar 21, 1994 Aug 18, 1994 Sep 17, 1994
Sri Lanka Aug 30, 1967 Oct 12, 1967 Nov 11, 1967
St. Kitts and Nevis Oct 14, 1994 Aug 04, 1995 Sep 03, 1995
St. Lucia Jun 04, 1984 Jun 04, 1984 Jul 04, 1984
St. Vincent and the Grenadines Aug 07, 2001 Dec 16, 2002 Jan 15, 2003
Sudan Mar 15, 1967 Apr 09, 1973 May 09, 1973
Swaziland Nov 03, 1970 Jun 14, 1971 Jul 14, 1971
Sweden Sep 25, 1965 Dec 29, 1966 Jan 28, 1967
Switzerland Sep 22, 1967 May 15, 1968 Jun 14, 1968
Syrian Arab Republic May 25, 2005 Jan 25, 2006 Feb 24, 2006
Tanzania Jan 10, 1992 May 18, 1992 Jun 17, 1992
Timor-Leste Jul 23, 2002 Jul 23, 2002 Aug 22, 2002
Togo Jan 24, 1966 Aug 11, 1967 Sep 10, 1967
Tonga May 01, 1989 Mar 21, 1990 Apr 20, 1990
Trinidad and Tobago Oct 05, 1966 Jan 03, 1967 Feb 02, 1967
Tunisia May 05, 1965 Jun 22, 1966 Oct 14, 1966
Turkey Jun 24, 1987 Mar 03, 1989 Apr 02, 1989
Turkmenistan Sep 26, 1992 Sep 26, 1992 Oct 26, 1992
Uganda Jun 07, 1966 Jun 07, 1966 Oct 14, 1966
Ukraine Apr 03, 1998 Jun 07, 2000 Jul 07, 2000
United Arab Emirates Dec 23, 1981 Dec 23, 1981 Jan 22, 1982
United Kingdom of Great Britain and May 26, 1965 Dec 19, 1966 Jan 18, 1967
Northern Ireland
United States of America Aug 27, 1965 Jun 10, 1966 Oct 14, 1966
Uruguay May 28, 1992 Aug 09, 2000 Sep 08, 2000
Uzbekistan Mar 17, 1994 Jul 26, 1995 Aug 25, 1995
Yemen, Republic of Oct 28, 1997 Oct 21, 2004 Nov 20, 2004
Zambia Jun 17, 1970 Jun 17, 1970 Jul 17, 1970
Zimbabwe Mar 25, 1991 May 20, 1994 Jun 19, 1994

88
PAÍS FIRMANTE FIRMA
Belize Dec 19, 1986
Dominican Republic Mar 20, 2000
Ethiopia Sep 21, 1965
Guinea-Bissau Sep 04, 1991
Kyrgyz Republic Jun 09, 1995
Namibia Oct 26, 1998
Russian Federation Jun 16, 1992
Thailand Dec 06, 1985

Elaboración propia a partir de la información de https://icsid.worldbank.org/ [Actualizado


a 30/01/2017].
Las tablas hacen referencia a los Estados contratantes y a los Estados que únicamente
han firmado el Convenio, respectivamente.

89
Tabla 2: “APPRI suscritos por el Reino de España y en periodo de
remanencia”

PAÍS FIRMA ENTRADA EN BOE


VIGOR
ALBANIA 05/06/2003 14/01/2004 13/02/2004
ARABIA SAUDÍ 09/04/2006 14/12/2016 28/11/2016
ARGELIA 03/12/1994 17/01/1996 08/03/1996
ARGENTINA 03/10/1991 28/09/1992 18/11/1992
ARMENIA 26/10/1990 28/11/1991 17/12/1991
AZERBAIJÁN 26/10/1990 28/11/1991 17/12/1991
BAHREIN 22/05/2008 17/12/2014 03/04/2015
BIELORRUSIA 26/10/1990 28/11/1991 17/12/1991
BOSNIA-HERZEGOVINA 25/04/2002 21/05/2003 03/07/2003
BULGARIA 05/09/1995 22/04/1998 16/06/1998
COLOMBIA 31/03/2005 22/09/2007 12/09/2007
COREA DEL SUR 17/01/1994 19/07/1994 13/12/1994
COSTA RICA 08/07/1997 09/06/1999 17/07/1999
CROACIA 21/07/1997 17/09/1998 29/10/1998
CUBA 27/05/1994 09/06/1995 18/11/1995
CHEQUIA 12/12/1990 28/11/1991 07/02/1992
CHILE 02/10/1991 28/03/1994 19/03/1994
CHINA 14/11/2005 01/07/2008 08/07/2008
ECUADOR 26/06/1996 18/06/1997 10/04/1998
EGIPTO 03/11/1992 26/04/1994 30/06/1994
EL SALVADOR 12/02/1995 20/02/1996 10/05/1996
ESLOVAQUIA 12/12/1990 28/11/1991 07/02/1992
ESLOVENIA 15/07/1998 03/04/2000 11/05/2000
ESTONIA 11/11/1997 01/07/1998 15/07/1998
FILIPINAS 19/10/1993 21/09/1994 17/11/1994
GABÓN 02/03/1995 12/12/2001 25/01/2002
GEORGIA 26/10/1990 28/11/1991 17/12/1991
GUATEMALA 09/12/2002 21/05/2004 17/06/2004
GUINEA ECUATORIAL 22/11/2003 11/08/2009 17/02/2015
HONDURAS 18/03/1994 23/05/1996 20/07/1996
HUNGRÍA 09/11/1989 01/08/1992 09/09/1992
INDIA 30/09/1997 15/12/1998 03/02/1999

90
IRÁN 29/10/2002 13/07/2004 10/08/2004
JAMAICA 13/03/2002 25/11/2002 13/01/2003
JORDANIA 20/10/1999 13/12/2000 10/01/2001
KAZAJSTÁN 23/03/1994 22/06/1995 30/04/1996
KIRGUIZISTÁN 26/10/1990 28/11/1991 17/12/1991
KUWAIT 08/09/2005 08/03/2008 01/04/2008
LETONIA 26/10/1995 14/03/1997 05/06/1997
LÍBANO 22/02/1996 29/04/1997 22/05/1997
LIBIA 17/12/2007 01/08/2009 01/10/2009
LITUANIA 06/07/1994 22/12/1995 25/01/1996
MACEDONIA 20/06/2005 30/01/2007 19/02/2007
MALASIA 04/04/1995 16/02/1996 08/03/1996
MARRUECOS 11/12/1997 13/04/2005 11/04/2005
MAURITANIA 24/07/2008 07/03/2016 26/03/2016
MÉXICO 10/10/2006 03/04/2008 03/04/2008
MOLDAVIA 11/05/2006 17/01/2007 12/02/2007
MONTENEGRO 25/06/2002 31/03/2004 04/08/2010
NAMIBIA 21/02/2003 28/06/2004 18/08/2004
NICARAGUA 16/03/1994 28/03/1995 25/04/1995
NIGERIA 09/07/2002 19/01/2006 11/02/2006
PAKISTÁN 15/09/1994 26/04/1996 12/06/1996
PANAMÁ 10/11/1997 31/07/1998 23/10/1998
PARAGUAY 11/10/1993 22/11/1996 09/01/1997
PERÚ 17/11/1994 16/02/1996 08/03/1996
POLONIA 30/07/1992 01/05/1993 04/06/1993
REPÚBLICA DOMINICANA 16/03/1995 07/10/1996 22/11/1996
RUMANÍA 25/01/1995 07/12/1995 23/11/1995
RUSIA 26/10/1990 28/11/1991 17/12/1991
SENEGAL 22/11/2007 04/02/2011 19/03/2015
SERBIA 25/06/2002 31/03/2004 04/06/2004
SIRIA 20/10/2003 14/12/2004 18/02/2005
TAJIKISTÁN 26/10/1990 28/11/1991 17/12/1991
TRINIDAD Y TOBAGO 03/07/1999 17/09/2004 19/10/2004
TÚNEZ 28/05/1991 20/06/1994 20/07/1994
TURKMENISTÁN 26/10/1990 28/11/1991 17/12/1991
TURQUÍA 15/02/1995 03/03/1998 24/03/1998
UCRANIA 26/02/1998 13/03/2000 05/05/2000

91
URUGUAY 07/04/1992 06/05/1994 27/05/1994
UZBEKISTÁN 28/01/2003 03/12/2003 31/03/2004
VENEZUELA 02/11/1995 10/09/1997 13/10/1997
VIETNAM 20/02/2006 29/07/2011 17/12/2011

PAÍS FINALIZACIÓN REMANENCIA BOE


BOLIVIA 09/07/2012 Hasta 09/07/2022 15/10/2002
SUDÁFRICA 22/12/2013 Hasta 22/12/2023 31/01/2000
INDONESIA 18/12/2016 Hasta 18/12/2026 05/02/1997

Elaboración propia a partir de la información obtenida de


http://www.comercio.es/acuerdos [Actualizado a 24/01/2017]. Las tablas hacen
referencia a los Estados con APPRI en vigor y los Estados con APPRI en periodo de
remanencia, respectivamente.

92
Figura 2: IED española en Estados con los
que no se ha suscrito APPRI
10.000.000,00
Flujos de inversion bruta en miles de eurosen. periodo 1993-2016

9.000.000,00

8.000.000,00

7.000.000,00

6.000.000,00

5.000.000,00

4.000.000,00

3.000.000,00

2.000.000,00

1.000.000,00

0,00
BERMUDAS

CHIPRE
CURAZAO
EMIRATOS ARABES UNIDOS

LIETCHTENSTEIN

MAURICIO

OMAN

REPUBLICA DE CABO VERDE

TAIWAN
IRAQ

TOGO
ANGOLA

MACAO

REINO UNIDO
AUSTRIA
BELGICA

GRECIA
GUINEA

SIERRA LEONA
ALEMANIA

CAMERUN

GHANA

ISLANDIA

NORUEGA
KENIA
ITALIA

PORTUGAL
FINLANDIA

SRI LANKA
ARUBA

SUIZA

Elaboración propia a partir de los datos obtenidos de http://


datainvex.comercio.es [30/01/2017]
Se ha considerado conveniente obviar la escala superior para
centrarla sobre los flujos interesantes
Se han obviado los Estados o regiones donde la inversión es

93

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