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VISIONES DE LA CATÁSTROFE

Documentos del Noise Industrial en Perú (1990-1995)

Hacia mediados de la década de los 80s estalló en Lima un movimiento de hardcore punk que
recibió el nombre de Movida de Rock Subterráneo. Para fines de dicha década la movida había
diversificado sus opciones musicales hacia el post punk, la fusión, el techno y el noise. El escenario
político y social en el que se había desarrollado dicha movida estaba determinado por una
profunda crisis económica y un entorno violentista producto del enfrentamiento entre grupos
terroristas y militares que habían sumido al país en un clima de inseguridad y caos. El nihilismo
que expresaban las letras y el sonido áspero y visceral de muchas agrupaciones del rock
subterráneo era significativo de un sentimiento generacional. La ética del “Hazlo tú mismo” del
punk encontró eco entre dichos jóvenes que empezaron a gestar su propio circuito musical. En
poco tiempo empezaron a publicarse maquetas y fanzines, y a organizar conciertos
autogestionados. Como tenía que ser, el punk los había liberado de toda regla y pericia
instrumental: lo importante era la expresión por encima de la destreza. Y eso llevó a que de la
noche a la mañana muchos cogieran una guitarra y armarán una banda. Es aquí que se encuentra
el germen para lo que será el pequeño movimiento de noise industrial en el Perú.

Quienes serían luego los encargados de activar un circuito de noise en Lima habían sido todos
adeptos a la movida subterránea de hardcore punk como también a la escena paralela, tan o más
grande, de metal en sus vertientes extremas. La aparición internacional del disco Scum (1987), de
los ingleses Napalm Death, había sentado las bases para el surgimiento del grindcore, un género
que consistía en la aceleración rítmica del hardcore y el trash metal hasta niveles inimaginables.
¿Se podía tocar más rápido y fuerte que esto? El grindcore prendió como reguero de pólvora en el
underground alrededor del mundo y dio vida a géneros como el grindnoise o el noise core. Grupos
como los australianos Seven Minutes Of Nausea ya estaban fusionando la velocidad con el puro
ruido y sería otro gran referente para el noise en Lima. Y es que la bulla se hizo notar también al
interior del Rock Subterráneo, para luego establecer su propio territorio, como lo prueba la
aparición de fanzines especializados como Ruido Mundial o Bulla Extrema. Grupos como Atrofia
Cerebral, Audición Irritable, Pulverized Necro Brain, Spasm, MDA, Obstrucción Intestinal,
inauguran esa movida grind noise, que aunque pequeña supo generar lazos importantes con el
circuito internacional y participar activamente de la red de intercambio mundial de casetes.

Y es justamente aquí que empiezan a darse a conocer bandas y proyectos, estéticamente


vinculados a los grupos de grindcore y noisecore, pero sónicamente alejados de cualquier
estructura rock, aun subyacente en dichas bandas. Ya la suma de velocidad más baja fidelidad, de
un disco como Matanza Extrema, de Atrofia Cerebral, significaba un hallazgo respecto a los niveles
de radicalidad a los que se podía llegar a pesar de la desventaja técnica. La portada del casete
estaba ilustrada con una imagen de la matanza de los penales, acontecimiento que marca un
terrible capítulo de la guerra interna en el Perú, en la que tras el amotinamiento de presos
acusados de terrorismo, perdieron la vida más de 300 reclusos de manos de fuerzas militares.

Y es que estos duros acontecimientos, como los coches bomba, los toques de queda, y atentados y
sus consecuentes respuestas militares, llenaban las páginas de los diarios y se convertían en el
cruento imaginario gráfico para una generación.

Odio de Audición Irritable, hacía del desgaste del sonido un elemento fundamental para la
generación de una masa de ruido, donde ya no era posible reconocer tan claramente los
instrumentos utilizados. La radicalidad del grind por ir tan lejos como se pueda estimulaba a un
grupo de adolescentes a explorar otro tipo de sonoridades menos convencionales, más cercanas a
esa utópica destrucción musical, que era el lema del género, representado por el símbolo de una
corchea tachada y que sin falta se encontraba en todo demo o publicación vinculada a dicho
movimiento. Rupture Chaotic de Phlegm, se alejaba también del binomio guitarra batería y
reemplazaba la base rítmica por una secuencia electrónica a la vez que estiraba la intro,
característica de las canciones de estos grupos, en un largo pasaje de collage de sonidos.

La aparición de artistas como Atresia, Distorsión Desequilibrada, Esperpento, Demencia Senil,


Glaucoma, Sangama o Pestaudio, dan el salto hacia el ruido puro. Y es que los artistas de noise
industrial (como se hacían llamar), son aquí el resultado de la radicalidad a la que había llegado
tanto la escena grind como la escena metal. Y no parece gratuito que su surgimiento coincida con
el fin de la movida del rock subterráneo, pues de alguna manera los artistas de noise industrial son
la manifestación de un rechazo a todo valor musical, y el símbolo de una atomización a la que la
propia movida subterránea había llegado. Curiosamente ninguno de estos artistas tocó en vivo,
fueron proyectos esencialmente concebidos para la grabación, para la escucha en solitario.

Ataque sensorial auditivo fue el título del primer demo de Distorsión Desequilibrada, proyecto de
Álvaro Portales publicado en abril de 1991. Al interior del casete podía leerse el subtítulo: “A
manos de un siniestro comando policial”. Y es que sin duda el uso del ruido a niveles extremos
podía conectarlos con toda una tradición del noise japonés. De hecho en los fanzines locales de
entonces se podía leer sobre artistas como KK Null, The Gerogerigegege o Merzbow, quienes a su
vez mantuvieron vinculación con el sonido del grindcore y el metal, y con la generación de artistas
de industrial conocidos como power electronics. Pero no era sólo la adhesión a una nueva ola de
noise industrial internacional la que movía a los ruidistas locales, para la movida local el ruido era
una forma de manifestar su descontento, y a diferencia del hardcore punk precedente, era en lo
abstracto, en lo irracional, en el puro ruido, donde hallaban sus logros expresivos, la encarnación
en un estallido sónico, una representación del estado de alerta del día a día.

Toda herramienta para generar sonido podía ser utilizaba, sopesando con ello la carencia de
equipo profesional o instrumentos electrónicos que les resultaban inaccesibles. Alvaro Portales
escribía entonces en un manifiesto sobre la posibilidad de “explotar los objetos para una carácter
auditivo”. De ahí que en las grabaciones podamos encontrar procesos de señales de radio y
televisión, voces guturales, feedbacks, generación de ruido con todo artefacto doméstico posible,
collages de vinilos y cassetes, golpes a metales. No había límites en su búsqueda de radicalidad.
P.A.M (Proyecto Anti Musica), firmado por Miguel Tipacti (Atrofia Cerebral, Esperpento), fue uno
de esos tantos experimentos que de tan radicales terminaban por rozar la excentricidad (y por qué
no la genialidad): consistía de un casete con tres minutos de silencio, para demostrar la total
destrucción musical. Glaucoma, del guitarrista Edgar Umeres (integrante del grupo de metal
Hadez), se basaba en feedback de guitarra y efectos para crear masas de ruido en un encuentro
insano entre el Metal Machine Music de Lou Reed y el sonido grind. Demencia Senil, de Christian
Bernedo, era el hallazgo del ruido en donde sea posible: gritos, golpes, juguetes fuera de control,
saturación en la grabación, etc.

Es con Sangama que los ambientes atmosféricos intuidos por Glaucoma, Distorsión
Desequilibrada, Pestaudio y Esperpento dominan por completo. Sangama inaugura el sonido del
ambient industrial en el Perú. La visceralidad y violencia sónica cede a la introspección y al estado
de trance. Sangama se dio a conocer en una compilación llamada Infamia, aparecida en 1997,
donde también participaron artistas como Maximum Terrorem, Pychulator e Insumisión. Los dos
primeros incluyeron tracks también en la compilación Estudios Embriológicos de Deformaciones,
aparecido ese mismo año. Por entonces se dan a conocer proyectos como Jardín Vértigo, Inversor
Demente, Sadomasters, Jardín. El post industrial y el aislacionismo habían llegado a Lima, a la vez
que una escena de música electrónica experimental empezaba a asomar con fuerza. Pero esa ya es
otra historia.

El periodo del noise industrial en el Perú abarca de 1990 a 1995 y se gestó como parte de un
movimiento mayor de grindcore. Constituye la llegada de un género musical, donde visceralidad,
amateurismo, y el total alejamiento de la melodía, llevó a estos artistas a explorar sonoridades
extremas, abriéndose totalmente a la experimentación. Más de veinte años después aparecen
dichos proyectos compilados en cd dando cuenta no sólo de un original sonido sino sirviendo
también como testimonio de una época crítica. (Luis Alvarado)

VISIONS OF CATASTROPHE
Documentation on Industrial Noise in Peru (1990-1995)

 
In the mid ’80s a hardcore punk movement burst in Lima under the
Movida de Rock Subterráneo moniker, meaning Underground Rock
Movement. By the end of said decade the movement had
diversified its musical options toward post punk, fusion, techno
and noise. The political and social ecosystem in which that
movement had developed was determined by a deep economical
crises and a violent environment which had sunk the country into
an insecure and chaotic condition as terrorist groups and the
military clashed. Nihilism expressed in lyrics and the harsh and
gutsy sound of many underground rock groups highly represented
a generational feeling. The DO IT YOURSELF punk label was
echoed by these youngsters who began to brood their own musical
circuit. In a short time many demos and fanzines were published
and self produced concerts were organized. As it had to be, punk
had freed them from every rule and musical skill: what mattered
was expressing oneself beyond skills. In no time many took a
guitar and formed a band. Here we find the germ for what the
small industrial noise movement in Peru shall be.    
 
Those who would later be in charge of activating a noise circuit in
Lima had previously been followers of the hardcore punk
underground movement as well as the, as big or even bigger,
parallel metal scene in its extreme versions. The international
appearance of the album Scum (1987) by the English band
Napalm Death had set ground for the surfacing of grindcore, a
genre that consisted of rhythmic speeding up of hardcore and
trash metal to unimaginable levels. Could you play faster and
louder than that? Grindcore set the ground ablaze in the
underground all over the world and it gave birth to grindnoise and
noise core. Groups such as the Australians Seven Minutes Of
Nausea were already blending speed with pure noise and they
would become another referent to noise in Lima. It so just happens
that the roar made itself heard loud and clear within the
Underground Rock to then establish its own territory as proven by
niche fanzines such as Ruido Mundial or Bulla Extrema. Groups
such as Atrofia Cerebral, Audicion Irritable, Pulverized Necro
Brain, Spasm, MDA, Obstruccion Intestinal, started this grind noise
movement which, even though small, would have important ties
with the international circuit, participating actively in the
exchange of cassettes in the world networks.
 
It is precisely here that bands and projects become known,
aesthetically connected with grindcore and noisecore groups, but
soundwise far detached from any rock structure still reminiscent
in these latter bands. Already speed added to low fi of a record
such as Matanza Extrema by Atrofia Cerebral was a finding
related to the levels of radicalism you could reach even in spite of
technical disadvantages. The cover of the cassette case showed a
killing in prison, an event that marked a terrible chapter in the
internal war in Peru in which after a mutiny by prisoners accused
of terrorism, more than 300 inmates lost their lives to the hands of
the military.
 
And it is these tough events such as car bombs, curfews and
assaults with the aftermath of military response that filled pages
in newspapers and turned into the bloody graphic imagery of a
generation.
 
Odio by Audicion Irritable turned the wear and tear of sound into a
fundamental element to generate a mass of noise where it was not
possible to distinguish clearly the instruments played. The
radicalism of grind by going as far as possible stimulated a group
of teenagers to explore other kinds of other less conventional
sonorities, closer to that utopia of music destruction which was
the motto of the genre, represented by the symbol of a crossed out
quaver note which needless to say was present on each demo or
release connected with this movement. Rupture Chaotic by
Phlegm parted from the guitar drum combination replacing it with
electronic sequences at the same time intros were elongated in
endless sound collage passages, a characteristic trait of these
groups.
 
Artists such as Atresia, Distorsión Desequilibrada, Esperpento,
Demencia Senil, Glaucoma, Sangama or Pestaudio come forward,
leaping into pure noise. These artists of industrial noise (so they
made themselves be called) were the result of the radicalism to
which the grind and metal scenes had arrived. It is not gratuitous
that the surge coincides with the end of the underground rock
movement as in some way the artists of industrial noise were the
representation of the non acceptance of any musical value and the
symbol of the atomization to which the underground movement
had itself arrived. Curiously enough none of these artists played
live, these were projects basically conceived to be recorded, to be
heard in solitude.
 
Ataque sensorial auditivo was the title of the first demo by
Distorsión Desequilibrada, a project by Álvaro Portales which was
released on April 1991. In the inner sleeve of the cassette box one
could read: “In the hands of a sinester police squad”. Undoubtedly
the use of noise to extreme levels could connect them with an
entire Japanese noise tradition. Needless to say in locals fanzines
of those times one could read about artists such as KK Null, The
Gerogerigegege or Merzbow, who in their turn had links to the
sound of grindcore and metal and the generation of industrial
artists known as power electronics. But it wasn’t only a bond to
the new wave of international industrial noise that moved local
noise artists, for the local movement noise was a form of showing
their dissatisfaction, and differently from preceding hardcore punk,
it was the abstract, irrationality, and pure noise where they found
their expressive achievements, the incarnation of a sound blast, a
depiction of the day to day state of alert.
 
Every tool that generated sound could be used, pondering the lack
of professional equipment or electronic instruments which were
inaccessible. Alvaro Portales wrote back then in a manifest on the
possibility of “exploiting objects for a hearing purpose”. Thus in
the recordings we find radio and television signal processing,
throaty voices, feedbacks, generation of sound with any
imaginable domestic artifact, vinyl and cassette tape collages,
banging on metals. There were no limits to their search for
radicalism. P.A.M. (Anti Music Project for its initials in Spanish)
signed by Miguel Tipacti (Atrofia Cerebral, Esperpento) was one of
many experiments which were so radical they wound up as
eccentricities (and why not a geniality): it consisted of a cassette
tape with three minutes of silence, to demonstrate the total
destruction of music.  Guitarist Edgar Umeres (member of the
metal band Hadez) based his Glaucoma on guitar feedback and
effects to create masses of noise in an insane encounter
between Metal Machine Music by Lou Reed and grind sound.
Demencia Senil by Christian Bernedo was the find of noise in any
possible source: shouts, bangs, out of control toys, overloaded
recordings, etc.
 
It is with Sangama that the atmospheric environments intuited by
Glaucoma, Distorsión Desequilibrada, Pestaudio and Esperpento
take total control. The ambient industrial sound begins with
Sangama in Peru. A visceral position and sound violence give way
to introspection and a state of trance. Sangama made itself known
with a compilation called Infamia which was released in 1997
and in which artists such as Maximum Terrorem, Pychulator and
Insumisión also participated. The first two also included tracks in
Estudios Embriológicos de Deformaciones, a compilation released
that same year. Jardín Vértigo, Inversor Demente, Sadomasters,
Jardín also make themselves known at this time. Post industrial
and isolationism had arrived in Lima at the same time and
experimental electronic music scene had strongly made itself
present. But that is another story.
 
Industrial noise in Peru goes from 1990 to 1995 and it was part of
a major grindcore movement. It was the arrival of a musical genre
where visceral positions, amateurism, and complete disregard of
melody took these artists to explore extreme sonorities by
opening themselves completely to experimentation. More than
twenty years later we see a compilation of those projects in a CD
which gives count not only of an original sound but also serving as
a testimony of a critical moment. (Luis Alvarado).

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