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Camino a Agharta

ByTaiko2018 ©

2018 Copyright©

Tormenta ediciones
Camino a Agharta
(Desde cualquier rincón del planeta)

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Introducción
En la siguiente lectura podrán apreciar el arte del viajar hacia un mundo desconocido para la
gran mayoría de los lectores, aquellos cuya imaginación vasta es suficiente para recomponer
las letras que componen palabras que conforman significados que habilitan metáforas y
responden preguntas que llevan a conocer un mundo extraño donde las fantasías son reales y
los grandes viajeros logran conocer como si fuera la palma de la mano, allí mismo, donde
comienza el viaje y nos adentramos a un mundo real en el que todos y todo es posible gracias
a la creatividad y la muestra de realidad está creada por un único autor, una única editorial.
El personaje está creado a partir de la nada misma, carece de personalidad y el factor
psicológico es nulo, tal como si aquel que viaja por nosotros hacia este mundo desconocido
estuviese dominado completamente por fuerzas extranjeras que le dominan los pasos y lo
guían hasta llegar a su destino.
¿Qué es Agharta? Bien. Todos sabemos y conocemos aquella idea sobre el paraíso o la tierra
subterránea donde habitan seres de todos los planetas y todas las eras. Desde nuestra
existencia nos hemos planteado las preguntas más enigmáticas encontrando la solución en
divagues y metáforas las cuales nos consienten haciéndonos creer que en realidad o en la
realidad, todo es posible, sin embargo hay algunos personajes míticos que han logrado
conformar su escuela en base a estas supersticiones, leyendas o suposiciones acerca de un
lugar mítico que se encuentra del otro lado del mundo, donde solo unos pocos han sabido
llegar y de los cuales poco se sabe, sin embargo no hay propósito para creer que este bello
escenario cubierto de misterio y de significados ocultos pueda ser cierto. Es decir, todo está en
la imaginación del lector. Si se lo cree o no. Es, sin embargo importante creer en que si alguna
vez tuvieras la oportunidad de llegar a este mítico lugar donde suceden cosas extraordinarias y
puedes toparte con megalosaurios, incluso serpientes aladas o extraterrestres, debes sacar
una foto y enviármela por correo. Te estaría agradecido. Sin embargo, dada la imposibilidad de
este hecho doy a conocer el secreto con el cual he dado con esta famosa ciudad en la cual
inspiré mi imaginación para escribir este libro.
Al escribir el “sendero poético” cubrí mi imaginación con ideas y conocimientos de
diversas índoles ingresando a un mundo en el que podía creer la existencia de lugares
infinitos y culturas diversas, así encontré información acerca de un mundo en el cual
se accedía entrando por diferentes túneles que se hallaban distribuidos por todo el
planeta. Quizás por pura curiosidad me interesé tanto como para intentar descubrir
aquel paraíso del cual leí que según algunas experiencias relataban, varias personas
han podido dar en encuentro con estos lugares, es tanto así que me vi cada vez más
emocionado e intrigado por lo que me obligué a mi mismo a encontrar en mi
imaginación tal lugar. Fue así que le di lugar a Agharta. A medida que avancé en la
escritura me fui dando cuenta que iba ingresando a este hermoso paraíso donde
encontraría toda suerte de aventuras.

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Todo empezó cuando me senté a escuchar Jazz en la Biblioteca Café un lunes a las
23hs de marzo. Lo recuerdo perfectamente porque fue el día del cumpleaños de mi
madre. Allí escuché junto a mi novia Manon dos horas de versiones eléctricas, a piano
y vientos de temas compuestos por Coltrane, Bird, alguno de Tom Jobim y Sting. Pero
todo comenzó cuando vi este personaje llamado Diógenes cuyo traje blanco me
alucinó, estaba completamente liso y él, junto a su esposa y su hijo Juanito me
llamaron la atención. Me di cuenta que no eran de aquí por su forma de hablar entre si
y su continuo movimiento de manos, sin embargo, una vez finalizado el concierto
hablamos y logré comprender que eran parte de un circo de variedades que venía a
Buenos Aires y que se presentarían aquel Viernes. Lo extraño fue que me invitaron y
que una vez allí, sentado en primera fila, pude ver como sus expresiones singulares
me calmaron y me divirtieron tan serenamente que resolví agradecerles invitándolos a
mi casa a cenar esa misma noche a lo cual accedieron felizmente. Diógenes era muy
contradictorio y su voz me satisfacía oír, la mujer de él hablaba poco pero regañaba a
Juanito constantemente. Todo marchaba perfecto hasta que en un momento Diógenes
y yo, que estábamos escuchando música nos atrajo un disco en común. Uno de Miles

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Davis llamado Agharta el cual parecía haberme sumergido en una satisfacción
increíble. Por cierto, dijo Diógenes, sabes vos que es posible llegar a Agharta, de
hecho, yo he ido y he vuelto. Te traigo buenas noticias, me han escogido para decirte
que irías! Luego de esto, al parecer, el vino me hizo efecto y caí dormido en un largo
sueño en el que relaté lo que me sucedió de esta manera:

En un oscuro sueño, vi una luz al final de un pasillo en el que me encontraba


caminando y al pasar por una abertura sucedió lo siguiente: me crucé con un monje
tibetano que me habló en su idioma pero yo le entendí, pues lo que me dijo fue lo
siguiente: “Hola!, estoy interesado en trabajar con vosotros puesto que necesitamos
que entregue nuestro mensaje por nosotros”, me di cuenta entonces que había llegado
al camino a Agharta y seguí avanzando tras él respondiéndole que si, que claro, que
haría lo que me pedía y que me llevase a su casa.
Pero tras esto desapareció y seguí caminando solo. No tenía idea de lo que había
sucedido pero al cabo de unos minutos me topé con el monje nuevamente y me repitió
lo mismo. Yo no sabía lo que había sucedido, pero me di cuenta que había traspasado
el tiempo, la barrera del pasado, y lo seguí haciendo cinco veces más hasta que todo
se comportó normalmente.
Antes de dar el primer paso hacia Agharta debía pasar por Llhasa, hogar de los
monjes tibetanos y principal y sagrado recinto del Dalai Lama cuyo mensaje fue
enviado allí desde su residencia en Dharamsala, India, ya hubo una revuelta en 1959
que lo llevó vivir fuera del Potala por su seguridad ante un Ataque Chino.

Entonces proseguí por el primer escalón. Subí escalón por escalón hasta completar
los once. Luego bajé trece. Después de una larga caminata donde olvidé lo que estaba
pensando, por último llegué a un pequeño pasadizo por el cual cabía la mitad de mi
ser. Logré hacerme pequeño para entrar y avancé cuanto pudo ser hasta que no vi
más hacia adelante. Debía elegir dos caminos, pero los dos me conducían a Agharta,
así que tomé el segundo, pues el primero me parecía demasiado directo cuando el
segundo tenía obstáculos y otros peligros. Avancé hasta ver una imagen que me fue
revelada como por arte de magia, en su interior contenía colores cálidos, azul, rojo,
verde y morado, y en el centro había una ciudad con un lago. Sabía que era Agharta.
De pronto la imagen entró en mí, se internó por los poros de mi piel e hizo que el color
de derramara en mí. No logré quitarme la imagen luego de sacudirme así que seguí
avanzando, y pronto descubrí que no hallaría Agharta a menos que pudiese
concentrarme bien en lo que estaba haciendo. Supuse que era una advertencia y
luego caí en un pozo, el pozo era pequeño, tan pequeño que no me lastimé, pero perdí
tiempo, tanto tiempo que empecé a sentir que me asfixiaba, me asfixiaba, me
asfixiaba. Perdí el conocimiento, entré en shock. Y un pequeño ser humano que me
miraba continuamente se acercó a mí, me dijo que era ciego, y que me salvaría la vida
si dejaba de luchar, pues en Agharta no hay aire. Y el viento no azota los mares. El
pequeño hombrecillo era robusto con ojos achinados. Se notaba que tenía edad. Pero
su niñez e inocencia estaban intactas. Además tenía voz gruesa y era calvo y se lo
notaba contento de verme. Posiblemente me llevaría a conocer el camino a Agharta.
Me dijo que dejara de luchar y que me llevaría por el camino correcto. Entonces lo

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hice. Pronto estará en Agharta. Me dijo. Lo escuché con fino oído. Sus palabras
hicieron eco en mí y me quedé absorto. Había dejado de luchar conmigo mismo. Aquel
monje me había dado una verdad. Cuando terminó el pasadizo había una puerta que
conducía a una gran sala donde me esperaba un grupo de personas vestidas igual
que el hombrecillo, y los bhikkhus aquellos estaban rezando y mantenían un sonido
unísono, todos sentados, limpios, arrodillados, por lo tanto me senté junto y me quedé
quieto contemplándolos hasta oír la voz de in brahmán que me despertó de un largo
letargo. Supe por su voz que era un lama. Me arrodillé ante él y le seguí me llevó a
comer algo, luego hablamos y me dijo que le llevaría a Agharta.

Preparé mis cosas para dirigirme al desierto de Gobi, donde allí habría gente
esperándome y me reuniría con ellos para trascenderá Agharta. Los primero días
fueron difíciles. Pero luego me di cuenta que mi ética y moral iban a darme la
tranquilidad necesaria para visitar aquel reino dentro de la superficie terrestre. Claro
que los largos senderos bajo el sol y durante la noche, el frío, hacían de esta
experiencia un viaje imaginario realmente único en el que tuve que soportar
condiciones así de extremas. Los días pasaban en el extenso desierto. Pasamos
dunas y precipicios enormes. Vimos fósiles de dinosaurios y de pronto, un valle
extremadamente fértil se ungía en el horizonte. Muchas sorpresas para mi visión.
Algunas eran reptiles con alas, otros mamuts y hongos y árboles gigantes, de al
menos seiscientos metros. Internándonos cada vez más en ese ámbito, la naturaleza
nos proveyó de comida necesaria y dormimos bajo las estrellas en hermosas cuevas
iluminadas por el cielo. También comprendí la gravedad del asunto que me había
llevado aquí, pues recuerdo cuando estaba en casa una vez, y mi hermano apareció
de la nada y sacó un cuchillo, intentó apuñalarme pero pude detenerlo. Esa vez
comprendí lo lejos que estaba yo de ese ideal que me llevaría a comprender el por que
de nuestra existencia. De vez en cuando cumplo con mis obligaciones y rezo, rezo por
la alegría y el amor en la tierra, por el exterminio del odio y la abundancia del alma, de
la vida y de la realización. Cumplo mis deberes como artista y como escritor y alimento
mis plantas y mis animales. Huyo desesperadamente de la negatividad y del error

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humano y así encuentro las partes más pesadas de mí, en las cuales ancestros y
personas de altas sociedades intelectuales me llevan a conocer lugares exóticos e
inimaginables. Absolutamente naturales y perdidos en el tiempo que aún el día de hoy
permanecen intactos a la creación del universo. Comprendo que para visualizar la
alegría y la realidad hay que organizar la vida tal y como la conocemos y despertar en
sí toda la gloria que llevamos dentro porque simplemente así podremos ver y vivir en
aquellas ciudades milenarias que nuestro planeta oculta para los que no los pueden
ver. Somos nosotros quienes por derecho divino podemos incluir en nuestros días y
nuestros destinos los lugares más maravillosos de la tierra para así convivir con ellos y
crear nuestro propio mundo, donde podamos vivir en paz y así, elegir la salvación
como destino de toda la humanidad. Siendo esto así, solo hay algunos que llegarán a
Agharta. Solo algunos podrán tener el valor necesario para comprender la alegría y la
visión que hace falta para completar sus estudios y llegar a aquel universo celestial
donde todavía existe la armonía.

Un monje lleva otro en su mula, éste fue atacado por una terrible fiebre. Es muy
seguro que morirá. Haremos el entierro esta mañana. Son las dos de la madrugada y
aún no hemos comido ni dormido en tres días. El camino a Shambala es largo y difícil.

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Hemos tenido algunas dificultades pero estamos bien. Los hermanos están vencidos.
Muy cansados y necesitan reposar. Estaremos un día reposando para que ellos
puedan recobrar sus fuerzas. Además el grupo quiere tener un poco de libertad para
sí, ir a explorar los alrededores y encontrar personas nuevas quizás. Solo si ellos se
dejan ver. Podría ser una expedición en esta gran selva de especies nuevas y
exóticas. Algunas tienen colores extraordinarios. Hay plantas del tamaño de edificios
de colores rojos, naranjas y violetas. También hay animales como el jabalí, pero
mucho más grandes. Y perezosos gigantes. Hemos visto un grupo de esquimales que
llevaban una gran cantidad de mamuts a quien sabe donde. Y es que hay que tener un
espíritu tremendo para controlar estos animales. También hemos visto formas en el
cielo. Formas que se elevaban y despertaron curiosidad en nosotros. Hallamos una
increíble caverna. Cuna de sacrificios y tumba. Miles de millones de huesos de todo
tipo se hallaban por doquier. Animales inmensos y culebras del tamaño de horizontes,
una flor iluminaba el centro del parsimonioso recinto, donde caía una gota de luz que
la hacía extremadamente bella y ardía en perfume dorado, esencia de miles de años la
compañía y la rodeaba un ejercito sal que podía ver al través de las paredes la llegada
de nuestro cuerpo de paz hablamos de tranquilidad y armonía y el cuerpo se me llenó
de arrugas, comprendí que había existido millones de años aquí y supe que mi vida
era la vida del universo, todo esto sucedió al compas de una música celestial que el
ritual nos trajo por el sacrificio, los seres vivos que mantenían nuestra forma se
pudieron concentrar en queridas cartas escritas por niños hace millones de años, eran
un planeta llamado Orco en el que Vivian en grandes ciudades las personas más
enormes y hermosas que jamás existieron. Pero todo eso terminaría, las cartas eras
un mero del enorme país en el que yacíamos varados. Podríamos acceder en Agharta
pero saldríamos solo si nos abrían el portan aquel por el que debíamos salir, entonces
buscamos Shambala donde nos sumergimos en su cultura y sus costas y amanecimos
llenos de delicias y paraísos.

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Abrí el canal de mi chakra de corazón y pude ver así el continuar de las horas,
entonces me sumí en una especia de ensoñación en la que pude ver con claridad
Shambala, donde pasaría el resto de mis días, noches y demás, fue entonces cuando
me enamoré de mi vida. Enamoré de ti, de mí de todos de los seres más elevados y
los mejores maestros. Luego depuré mi alma y me convertí en brahmán, supe en mi
interior que ese cambiar estaría en mí por siempre hasta que pude hallar una solución
científica al respecto para poder librarme de ese contenido espiritual tan grande t

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volver a la tierra. A las ciudades y pueblos o la naturaleza que existe aquí, y fundar mi
nueva ciudad, mi nuevo país del que se hablaría en todas las escuelas y familias del
mundo. Allí hallaría la tranquilidad de reinar por mi cuenta durante el tiempo, además
de obtener la capacidad de pensar por mi mismo y poder hallar el amor.los horizontes
no se veían. Los vecinos eran insípidos y la comida espeluznantemente bella y
sabrosa. La cultivaban en jardines socráticos. Me contaron que algunos tanques
soviéticos habían estado buscando el camino a Agharta, también los Nazis y algunos
exploradores y científicos. Solo los puros de corazón y los puros de mentalidad
pueden y podrán jamás entrar en Agharta, todavía no hay ni habrá jamás alguien que
pueda entrar allí. El camino está bloqueado. Absolutamente cerrado para los que no
conocen la pureza y la armonía. Algunas personas son invitadas a vivir aquí de por
vida. Casarse y tener familia. También están los estudiantes que son traídos a
aprender algunas técnicas y los llevan de vuelta a sus hogares para que den la lección
a sus padres conocidos y amigos para que la humanidad en sus comunas no se
extinga. Algunas veces el conocimiento de verdad es extendido por todos los rincones
de la faz de la tierra pero durante breves instantes en los cuales no existe el tiempo o
no existe la enfermedad o el sufrimiento. Y todo el mundo vive en paz sin darse cuenta
por pequeños momentos. Es tanto el poder que hay en Shambala que si quisieran
podrían devastar la tierra, de hecho, no existen las catástrofes naturales. Son actos
artificiales que hacen salir de las personas historias y sentimientos para la ciudad de
Shambala. Porque a Shambala se la abastece con sentimientos y experiencia de vida.
Es lo único que la mantiene viva. Por eso todo el tiempo suceden cosas
extraordinarias allí. Constantemente hay peligros o aventuras que se pueden vivir aquí
y las personas que perecen aquí son las que más años tienen viviendo en la faz de la
tierra. Podría decirse que Shambala es una ciudad oculta. Y se oculta a aquellos que
no tienen la suficiente conciencia o pureza en el corazón para vivirla y darle vida.

Los doce meses que pasé aquí tuve la oportunidad de conocer los estados más
intuitivos de la consciencia y las ciudades bajo el agua y sobre montañas, también
conocí los ojos de las personas y la música más extraordinariamente bella. Los

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ángeles si existen. Y pude cruzar relación con personas de alto grado de
intelectualidad. A demás de avanzar en mis escritos y productos. Conocí materiales
nuevos y logré encontrar una hermosa estancia donde pasé el resto de mi vida.
También supe como encontrar el camino a casa y hacia las playas y los senderos
prohibidos. Hay en Shambala cosas de extraordinaria pereza. Arte afrodisíaco y
festines al aire libre. Los soles del cielo se ocultan dos veces al día, mientras uno
continúa quieto pero se apaga de vez en cuando. Es preciso destacar que el tiempo es
único para cada persona. Una vez conocí alguien que se encontró conmigo un día. Me
dijo unas palabras. Me transmitió algo y se fue, y luego. Cuando regresó. Había
pasado el tiempo y se había convertido en anciano. Sus arrugas le cubrían toda la
cara. Además podría decirse que volvió a nacer cuando lo vi nuevamente. A la
mañana siguiente. Según el, no me recordaba y era igual! Llevaba la misma ropa! Y
extremadamente seguro de mi mismo le dije su nombre y nos quedamos charlando, y
fuimos a comer algo. Él tenía la misma edad que cuando lo conocí. Unas horas antes.
Tras hablar y separarnos comprendí que aquí. El tiempo es relativo en serio. Nada que
ver con la teoría de Einstein.

Hay muchas cosas que no entiendo de Agharta, por ejemplo, no tiene rey ni dios, es
todo el mundo que vive a su forma y manera, y nadie tiene problemas con nadie, ni
nadie existe gracias al otro ni con la necesidad del otro. Todo el mundo se viste como

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quiere y habla de lo que quiere con quien quiere. La gente o las personas crecen a su
paciere. Y se alimentan de donde quieren. Pueden pasar años sin comer también. Los
días son atardeceres hermosos. Llenos de cantos de pájaros. Las playas son azules y
turquesas con arena dorada y hay naves espaciales y alimentos. Algunos lugareños
viven en pequeñas cabañas y en riscos. Las edificaciones en esos lugares se han
vuelto muy evolucionadas y describen la firma de vida de estas personas en estos
barrios alejados de Shambala. Con formas extrañas y hermosos colores. Es extraño
que en Shambala no haya movimiento más que el de los animales y los hombres.
Pues no es necesario respirar allí. Y tras un año de esta ahí te acostumbras. De
hecho, puedes concentrarte mejor en todas tus ideas y hacer lo mejor de ti mismo. La
gravedad es otro asunto en Agharta. Puedes elevarte en el cielo con un salto o caer
levemente desde una altura considerable que podría hacerte trizas en la tierra. Lo
importante es saber que lo que llamamos tierra, en Agharta es otra cosa, que
simplemente las cosas no tienen solución porque no hay problemas. Aquí se llega
simplemente por ser buena persona y te vas cuando no podrías ser mejor, solo para
dar tu conocimiento a alguien en el exterior y poder llevarla algún día contigo a este
lugar. Has de aprender mucho para llegar aquí, solo tienes que hacer lo que haces, y
hacerlo bien y con mucha disciplina y esfuerzo. No hay nadie que haya podido salir de
aquí sin aprender nada, todo el mundo, al entrar aquí puede llevarse algo a cambio,
porque, además de ser hermosa y llena de vida, Agharta está cerca de todos, es solo
que no la vemos. Podría decirse que quienes no la ven, no quieren verla, y así las
personas que se olvidan de si mismas, no escuchan su interior y se pierden en el
camino a Agharta. Quisiera decir que entre tantas personas en el mundo. Solo unos
pocos llegan a vivir lo suficiente para entrar aquí, en este hermoso país. La lucha por
la supervivencia aquí no existe. O vives, o vives. Y no puedes tener miedo a nada.
Porque el miedo no te hará avanzar. Simplemente tienes que seguir hacia adelante
porque todos los obstáculos están en la cabeza, nadie puede hacerte daño porque si
estás leyendo esto, seguramente llegues a Agharta algún día. El camino a Agharta es
fácil, todo el mundo puede llegar aquí.

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Los ancianos aportan gran cantidad de cultura universal a Agharta, son quienes
transmiten el conocimiento universal que trasciende todas las barreras. Puedes
entender que aquí un año puede pasar de la noche a la mañana. Pero la tierra tiene un
horario definido y su tiempo está calculado. Este conocimiento me lo transmitieron los
ancianos. Quienes en su tiempo libre trabajan en escrituras o construir centros de
estudio donde uno puede ir a explorar todo aquello que dejó de existir en la tierra a
causa de guerras, incendios, catástrofes naturales o cataclismos. Hemos aprendido
que aquí se aprende a construir ciudades y realizar nuevas tecnologías con las cuales
se puede conocer otras cosas del universo. Algunos mantienen la teoría que se podría
llegar a la luna a través de un sendero específico, también a Júpiter o cualquier otro
planeta. Las estrellas con lugares lejos de la conciencia humana donde ningún hombre
podría aterrizar porque no cuentan con superficie, pero si en otros planetas. El
problema de otros planetas es que no tienen aún, civilizaciones necesarias para el
despertar humano. Pero al cabo de uno año, podrá visitarse cualquier planeta de la vía
láctea y vivir allí durante el tiempo que haga necesario, y también construir allí o
trabajar y tener familia. Se harán descubrimientos impresionantes los próximos años y
tendremos la posibilidad de viajar a través de la galaxia para conocer otros mundos.
Por ahora no hay muchas civilizaciones que puedan albergar a la vida humana. En
algunos casos el tiempo transforma la vida de las personas pero en otros la vida de las
personas transforma el tiempo y es ahí cuando surgen cosas inesperadas y, por
ejemplo, el otro día vi al Dios Indra pasear en su animal por el cielo. Fue un
espectáculo maravilloso. Jamás había visto desplegar tanto fulgor en un instante.

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Agharta está llena de ciudades. Diría que tiene centros cosmopolitas, los más
inmensos y grandiosos del mundo, tiene ciudades llenas de distintos tipos de seres,
además de extraños lugares, comunicados a otros centros concurridos de la galaxia,
es posible entrar en ellos y llegar a ciudades ocultas de Marte o Urano. Y transcurrir el
tiempo allí. Donde está la mayoría de cosas por descubrir y explorar. Se cree que en
Saturno existe una luna llamada Titán donde un obelisco es la puerta de salida y de
entrada desde Agharta hasta la capital de Titán. Los niños juegan con naves de guerra
espaciales manejadas por control remoto en las que se disparan unos contra otros,
separados en dos equipos, y cuando una nave logra dispararle a otra. La nave que
recibió el disparo se paraliza completamente.
También puedes ir hacia otros lugares. En Lemuria, por ejemplo, puedes viajar hacia
Neptuno y encontrarte con el palacio de las Nereidas, donde puedes pasar la noche o
reunirte con sirenas en alguna laguna. O puedes ir a Tritón, donde las cosas cambian
un poco. También hay puertas a las ciudades doradas de los océanos. También hay
portales a la Atlántida o Asgard. Se podría decir que hay platos exquisitos. Y no podría
contentarme con relatar solamente una travesía por los ríos internos, sino que también
debo exponer el posible viaje a través de los ríos galácticos que llevan a través de
otros universos. Allí todo es posible, desde revivir alguien, aunque siempre hay alguien
nuevo por conocer, y posiblemente puedas encontrarte con aquella persona que

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quisieras revivir nuevamente, porque es un tremendo lío revivir a alguien, y tienes que
pedirles favores a dioses y podrías perder el tiempo y la vida haciendo eso. Por lo que
te recomiendo, una vez allí. Seguir tu camino y no tratar de destruir lo que ya pasó.
Por lo que tienes siempre una nueva opción, y dios siempre te abrirá una puerta
nueva. Aunque no lo creas. Así que si eres prudente, no te meterás con el tiempo.
Porque las reglas del tiempo, difícilmente pueden ser contrariadas. O si crees que
puedes romperlas, te meterás en líos. Y esos líos te llevarán a más líos y no quieres
meterte en líos. Pero dejando de lado eso. También puedes conocer muchos tipos de
artes y muchos tipos de filosofías de vida, incluso puedes comprometerte con algunos
proyectos intergalácticos y ayudar a la vida de otros planetas, etc. Hay mucho que
hacer en Agharta. La vida no es tan solo simple, sino que también hay mucho por
descubrir en el Universo. Todo el mundo debería saber esto.

Hay algunos hombres que han llegado a Agharta desde la Tierra. Estos hombres se
han jactado de poder intentarlo. Lo lograron por dos razones. Una es que los hemos
dejado entrar. La segunda es que han puesto su vida en riesgo para llegar aquí.
Muchos de ellos han vuelto a entrar a la tierra, otros han permanecido aquí desde su
llegada y no tienen planeado volver. Digamos que las leyes de Agharta son muy
diferentes que las de la tierra, pues aquí no hay una civilización como en la tierra. No
existe el internet o las computadoras. Aunque podrían traerse, no hacen falta.

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Tampoco hay edificios, simplemente hay estructuras que podrían o no llamarse
viviendas. Y tampoco existe el dinero, no es una forma de comerciar aquella, sino que
existen las aventuras y los tesoros, pues en Agharta siempre hay algo que aprender y
un lugar donde ir a conocer. Luego, también pueden conseguir máquinas y naves para
viajar o cumplir misiones para diferentes razas. Algunos hombres tienen la capacidad
de elevar cosas con la mente. Otros tienen conexión con animales voladores. Existe
infinidad de mundos a los que se puede acceder. Son incontables las posibilidades
que hay aquí. Y es tremenda la longitud que hay en el plano de Agharta, simplemente
con llegar aquí, sabrás de lo que hablo.

En la tierra siempre hubo muchos árboles, de hecho. Hace mucho tiempo había
árboles inmensos, tan grandes que podían verse a miles de kilómetros de distancia, de
hecho. Allí vivíamos. Alrededor de los árboles, árboles que tenían el hogar de nuestros
amos. De nuestros señores. De los Dioses que nos guiaban cada mañana. Que nos
decían que hacer. Que nos ayudaban con nuestras decisiones, con nuestros
problemas. La sombra de estos árboles nos daba cobijo, y podía darnos el fruto
necesario para vivir, el único pago que debíamos hacerle a estos dioses era el trabajo
por ellos, para ellos. Luego, llegó el fin de los tiempos y nuestros dioses perdieron el
poder. Como todo: Se terminó. Algunos escaparos hacia Agharta, otros, fueron
muertos. Algunos, escaparon con sus civilizaciones, como la Maya. Pero en cada
punto importante de este mundo había un árbol gigante, de dimensiones colosales que
contenía toda la información necesaria para crear la cultura. Nosotros aprendíamos de
ellos. Luego, estos árboles fueron cortados. Y el día de hoy ya no existen más. Pues
fue hace millones de años que una tierra muy lejana fue en su casa de los ahora
llamados Annunaki.

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