Participación Comunitaria, Necesidad Exusa o Estrategia PDF

También podría gustarte

Está en la página 1de 12

ARTIGO / ARTICLE

Participación Comunitaria: Necesidad, Excusa o Estrategia?


O de qué Hablamos Cuando Hablamos de Participación
Comunitaria
Community Participation: Need, Excuse, or Strategy? What are We
Talking About When We Refer to Community Participation?
Mario Bronfman1
Marcela Gleizer1

BRONFMAN, M. & GLEIZER, M. Community Participation: Need, Excuse, or Strategy? What


are We Talking About When We Refer to Community Participation? Cad. Saúde Públ., Rio de
Janeiro, 10 (1): 111-122, Jan/Mar, 1994.
This paper evaluates the strategy of including community participation in health care and health
promotion programs, taking into account three dimensions: the pertinence of the practice, the
characteristics of its implementation, and the results generated by it.
After doing a critical review of the bibliography on the issue, we came to the conclusion that
many heterogeneous programs are grouped under the term “community participation”. This
requires a specification of what king of community participation is being talked about. As a
consequence, the study proposes a classification of the different practices grouped under this
heading. The following criteria were used in the classification: 1) theoretical and ideological
conceptions underlying the practice of community participation; 2) aspects to be implemented
and subjects to be influenced by intervention; and 3) forms that community participation takes in
practice. The study also analyzes the articulation between these three aspects.
Finally, the role of social research and qualitative methodology in the implementation of
community participation for health care programs is considered. The study also considers
challenges that overall proposals must face in order for strategies to develop successfully,
beyond their differences in conception and implementation.
Key words: Consumer Participation; Health Promotion

INTRODUCCIÓN 1) distintas concepciones sobre el sentido de la


incorporación de la comunidad en el diseño
La inclusión de la participación comunitaria y desarrollo de programas de salud, y
en los programas de salud no es una práctica 2) distintas formas y niveles en los que la
novedosa. Implica la incorporación de la pobla- participación comunitaria se lleva a cabo.
ción o de sectores de ella, en grados y formas
variables, a alguna actividad específica relacio- Ambos aspectos, como luego trataremos de
nada con la salud. Sin embargo, al igual que demostrar, están íntimamente relacionados.
otros conceptos, el de “participación comunita-
ria” no denota siempre al mismo objeto. Revi-
sando la literatura sobre el tema, encontramos EL SENTIDO DE LA
que bajo el mismo nombre se incluyen: PARTICIPACIÓN COMUNITARIA

Las posiciones acerca e la inclusión de la


1
Secretaría de Salud (Estados Unidos Mexicanos). FCO. participación comunitaria en los programas de
de P. Miranda # 177 Piso 4. Unidad Plateros, 01 480, salud son diversas e, inclusive, contradictorias.
Mexico, DF.

Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994 111
Bronfman, M. & Gleizer, M.

Simplificando, podemos distinguir dos posici- de salud tiene su objetivo último no sólo en la
ones extremas – la que apoya la inclusión de solución del problema de salud específico, sino
la participación en los programas y la que la en el desarrollo de la comunidad como un todo,
rechaza – y dos criterios o dimensiones prin- con énfasis en la autosuficiencia y asumiendo
cipales para justificar esas posiciones: el que las respuesta a las necesidades tal como las
enfatiza las consecuencias políticas y sociales y articula la misma comunidad (Winch et al.,
el quepone el eje en las consecuencias para la 1991). En este modelo, la participación comuni-
salud de la participación comunitaria. El peso taria se plantea como un fin en sí mismo y es
que cada criterio recibe en la argumentación y siempre deseable, independientemente de su
la forma en que ambos se articulan en la misma impacto en la salud, siempre y cuando se
permiten organizar al interior de las categorías eleven los niveles de organización y conciencia
de aceptacion y rechazo diversas concepciones de la comunidad.
sobre la participación comunitaria identificadas El segundo enfoque enfatiza en su argumen-
en la literatura. tación las consecuencias de la participación en
Dentro de la posición favorable a la inclusión la salud de la población. Desde esta perspectiva
de la participación comunitaria encontramos tres la participación es concebida como un medio
concepciones básicas: 1) la que privilegia en su técnico, una modalidad que permite el mejor
argumentación los aspectos políticos y sociales funcionamiento y aceptación de los programas
de la participación, concibiéndola como una de salud. Su inclusión, en este caso, respondería
actividad necesaria por sus efectos democratiza- a diversas necesidades pragmáticas.
dores sobre la sociedad; 2) la que privilegia en Siguiendo este enfoque, encontramos una
su argumentación las consecuencias para la amplia variedad de situaciones en donde la
salud de problación, concibiendo a la participa- participación comunitaria resultaría a consejable.
ción como una estrategia que brinda mayores El argumento más utilizado señala que ante el
posibilidades de éxito a los programas; y 3) la fracaso de los programas diseñados e imple-
que bajo una argumentación de apoyo a la mentados sin tomar en cuenta a la comunidad,
participación por sus efectos en el nivel de la la participación comunitaria es una opción que
salud esconde una intención de manipulación en garantiza mayor efectividad ya que el éxito de
el nivel de lo social y lo político. los programas depende de que la comunidad los
El primer enfoque concibe a la participación sienta como algo propio, responsabilizándose
comunitaria como una forma de resolución de por el problema y participando en su solución.
los problemas de salud que, al ser autogestiva, También se indica como alternativa cuando las
brinda a la comunidad autosuficiencia e in- acciones exclusivamente biológicas no resuel-
dependencia, aumentando su nivel de autonom- ven un problema — p.e. inexistencia de pre-
ía. Resolver de esta manera los problemas de vención por immunización para una enfermedad
salud tiene un “efecto de demonstración” y determinada — o cuando los recursos econó-
significa un aprendizaje para la resolución de micos no son suficientes para implementar otro
otros problemas que aquejan a la comunidad. tipo de medidas (Winch et al. 1991). En este
De Roux et al. (1990) señalan que “la partici- último caso la participación comunitaria es
pación social así definida, tiene implicaciones concebida como una herranienta para reducir
políticas que rebasan el marco de la atención a costos, permitiendo ampliar la cobertura de los
la salud, por cuanto significa el ejercicio de servicios gracias al financiamiento, directo o
poder y como tal, (el) fortalecimiento de la indirecto, de los mismos beneficiarios.
sociedad civil y de la democracia de base (...), La postura de Winch et al. (1991) es un buen
(lo que) constituye una finalidad en sí misma si ejemplo de la concepción de la participación
se la considera como una condición inherente a como un medio técnico para la implementación
la democracia real (...) (y) equivale al proceso de los programas. Al hablar del control de
de reapropiación por la problación, del conjunto enfermedades transmitidas por vectores con-
de instrumentos que regulan la vida social y los sideran que el enfoque más útil es aquél en
servicios que presta”. Según esta posición, el donde la participación debe ser negociada entre
involucramiento de la comunidad en actividades el gobierno, el sector privado y los residentes

112 Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994
Participación Comunitaria

de la comunidad, dando más peso a los ob- o incrementar la dependencia de la asistencia


jetivos definidos por el ministerio de salud. De externa, resultando, en última instancia, contra-
esta manera plantean sus diferencias con el producente para la calidad de vida de la pobla-
enfoque que denominan “de desarrollo comuni- ción (Gwatkin et al., 1979).
tario” en el que se privilegia el punto de vista El discurso que ignora las consecuencias
de la población y que parece equivalente a la políticas y sociales de la participación comuni-
postura que plantea a la participación como un taria tiene además el peligro de esconder a la
fin en sí mismo. tercera de las posiciones señaladas, en donde la
Otro ejemplo lo constituye la posición de la participación esté siendo incorporada en el
OMS expresada en la declaración de Alma Ata programa como excusa para manipular política-
(1978). Según ésta, la participación comunitaria mente a la población.
se basa en dos axiomas: Cuando los programas tienen objetivos que
van más allá de la resolución de los problemas
1)que el único camino para superar las limita- de salud de la población como, por ejemplo,
ciones y la inequidad en la distribución de legitimar a quien lo promueve e implemente
los recursos para asegurar la meta de Salud (Testa, 1990) — desde el Estado hasta grupos
para Todos es el involucramiento de las religiosos —, la participación comunitaria es
comunidades locales en la prevención y el concebida e implementada como un instrumento
tratamiento, y político. Para quienes comparten esta perspec-
2)que sin el involucramiento y responsabilidad tiva, inclusive las mejoras en la salud constituir-
de la comunidad, los programas fracasarán. ían un medio antes que un fin en sí mismo, y la
participación comunitaria se incluiría como
Así concebida, la participación comunitaria estrategia política, antes ue como herramienta
deviene en una estrategia para maximizar la de utilidad técnica. A diferencia del primer
accesibilidad y disponibilidad de los servicios enfoque — donde también las consecuencias
(Manderson et al., 1991). políticas son privilegiadas frente a las de la
Esta concepción de la participación comunita- salud — en este caso los efectos que se per-
ria como herramienta se piensa a sí misma siguen pueden, incluso, ser ajenos a los intere-
como social y políticamente “neutra”. La par- ses de la población. Obviamente, quienes inclu-
ticipación es sólo un medio para llegar a un fin: yen a la participación comunitaria con estos
el mejoramiento de la calidad de salud de la objetivos, rara vez lo explicitan en su discurso
población a la que se dirige el programa. Al dar y tienden a justificar a la participación por su
todo el peso a la dimensión sanitaria, no toma utilidad técnica para los programas.
en cuenta los efectos del programa sobre las El segundo gran grupo de enfoques es el de
dimensiones políticas y sociales relevantes para aquellos que rechazan a la participación comu-
la comunidad. Pero la participación nunca es nitaria. Aquí también encontramos argumentos
absolutamente neutra, ni puede ser abstraída del distintos, de acuerdo al criterio que se privilegia
contexto en el que tiene lugar; siempre tiene para definir esta posición.
algún efecto sobre la estructura social de la En primer lugar, en esta línea se encuentran
comunidad, su organización y su capacidad de quienes interpretan a la participación comunita-
acción. Aún cuando el objetivo último del ria como una excusa para manipular política y
programa se dirija exclusivamente a incidir socialmente a la comunidad. Su concepción
sobre problemas de salud específicos y los coincide con ele último enfoque que acabamos
beneficios que se obtengan sean claros y evi- de describir — la participación como medio
dentes, al concebir a la participación como una político — pero difiere diametralmente en las
estrategia sin consecuencias sociales, se corre el conclusiones a las que arriba: en lugar de
peligro de que el programa tenga efectos negati- justificarla por su utilidad, cuestionan la inclu-
vos sobre otros aspectos de la vida comunitaria. sión de esta estrategia en los programas por los
Puede conducir a consecuencias no esperadas ni efectos negativos que tiene sobre la comunidad.
deseadas por los diseñadore del programa; Ugalde, por ejemplo, analiza el sentido que los
puede estimular la apatía y la desmovilización programas de participación comunitaria han

Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994 113
Bronfman, M. & Gleizer, M.

tenido en América Latina, y concluye que la la que apoya a la participación por su efec-
misma produjo una explotación adicional de los tividad para lograr los objetivos de los progra-
pobres por extracción de trabajo no remunera- mas, considerando que las dificultades son
do. Además, contribuyó, por medio de la mani- mayores que los beneficios y que, en última
pulación, al empobrecimiento de su cultura, instancia, obstaculizan la extensión de la salud
erigiéndose en mecanismo de control y coop- a la población.
tación de líderes (Ugalde, 1985). Así definida, La distancia que asumen las posiciones resul-
la participación comunitaria sería sólo un instru- tantes de cada uno de los dos criterios básicos
mento para legitimar al poder, ejercer control que utilizamos para clasificar a las distintas
político y beneficiar intereses ajenos a los de la posturas permiten que un mismo fenómeno sea
población. En su versión más radical, esta interpretado de manera distinta. En el nivel de
concepción critica indiscriminadamente cual- las consecuencias políticas de la participación,
quier inclusión de la participación comunitaria por ejemplo, la construcción de una clínica
en los programas de salud, dándole a la diver- llevada a cabo por organizaciones democráticas
sidad de planteamientos con que se ha llevado de los miembros de una comunidad puede ser
a la práctica, un mismo significado. interpretada como: a) una conquista para rom-
En segundo lugar encontramos la concepción per con viejas prácticas como el paternalismo
que rechaza la inclusión de la participación (Castellanos, 1979); o, b) como una explotación
comunitaria por considerar que las consecuen- del trabajo de la comunidad para eludir obliga-
cias para la salud de los programas que utilizan ciones que debe cumplir el Estado (Ugalde,
esta estrategia son negativas, ofreciendo ser- 1985).
vicios de segunda clase y/o de baja calidad, con Lo paradójico de esta situación es que ambas
personal probemente entrenado y, en general, interpretaciones se originan en la misma cor-
con menores recursos materiales y humanos que riente política: desde la izquierda se argumenta
los servicios que se ofrecen a los sectores a favor y en contra de la participación en
privilegiados. función de los mismos objetivos de mejorar las
Si bien en cada una de estas dos posturas, la condiciones de vida de los grupos menos favo-
argumentación para rechazar a la participación recidos. Evidentemente, la construcción de la
se sostiene en uno sólo de los dos criterios, por clínica puede ser tanto una conquista como una
lo general ambos planteamientos se presentam explotación de la comunidad, dependiendo de la
entrelazados: la postura que sostiene Ugalde, forma en que la participación se implementa en
por ejemplo, rechaza a la participación por la práctica. No es cierto que cualquier forma de
considerarla negativa tanto en el nivel político participación trae implícitas ventajas para la
y social como en el nivel de las consecuencias organización política y social de la comunidad,
para la salud. ni tampoco que genera necessariamente con-
Es interesante notar que, en realidad, esta secuencias negativas para la misma. De hecho,
posición es esclava de una lógica inductiva: a ambas concepciones aceptam, en algún grado,
partir de la crítica a programas determinados se que las consecuencias políticas y sociales de la
concluye que inevitablemente todos los progra- participación comunitaria pueden ser — aunque
mas con participación comunitaria tienen efec- sea excepcionalmente — distintas a como las
tos negativos sobre la comunidad. La crítica a imaginan y que no existe necesariamente una
programas concretos deviene, así, en una posi- relación biunivoca entre la participación y sus
ción maniquea, en donde se rechaza a la par- efectos.
ticipación en sí misma y no a formas concretas La postura favorable a la participación critica
de proponerla, planearla e implementarla. a programas específicos donde ésta tiene un
Una tercera posición es la que rechaza a la significado distinto al propuesto. Esta posición
participación argumentando que como los implica distinguir dos niveles: qué es y qué
programas de salud con enfoque participativo debe ser la participación comunitaria. Por su
tienen que ser “locales” y diferentes de una parte, la postura contraria a la participación
región a otra, aumentan sus costos y disminuye también acepta que ésta puede ser positiva en
su factibilidad. Esta postura sería el reverso de determinadas situaciones. Por ejemplo, aún

114 Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994
Participación Comunitaria

cuando sostenga que la participación comunita- claros beneficios de salud y, para la segunda,
ria en sociedades estratificadas es sinónimo de que debe resultar una experiencia enriquecedora
explotación, Ugalde rescata las experiencias de en términos del aprendizaje para resolver de
participación de Cuba y Nicaragua. forma autogestiva otras necesidades de la
Algo similar sucede cuando comparamos las comunidad.
posiciones extremas en la dimensión de las Un último aspecto a considerar en términos
consecuencias para la salud: hay ejemplos que de la conceptualización de la participación
sustentan la posición que ve a la participación comunitaria nos parece de crucial importancia:
como una forma de extender la salud a toda la en la decisión de incluir o no dentro de un
población, y también los hay para sustentar la programa de salud a la participación comunita-
que la concibe como una forma de brindar ria no participa la propia comunidad. Hay pocas
servicios de bajo nivel a los grupos desfavoreci- excepciones a esta regla y una de ellas es la
dos socialmente. Inclusive, podemos encontrar experiencia relatada por McKnight (1978) en
situaciones que expresen ambos extremos Chicago, donde es la comunidad quien solicita
simultáneamente. Este es el caso cuando los el programa. En este caso, una orgainzación
servicios que ofrece el programa son de baja comunitaria de un barrio de población negra de
calidad en relación a otros servicios existentes bajos recursos, decidió tomar el control sobre
o a las posibilidades que ofrece la tecnología los dos hospitales de la zona que les negaban el
disponible, pero aún así representa una ventaja servicio. Después de varios años de ejercer este
para la población frente a la situación sobre la control, decidieron evaluar los resultados de su
que se interviene. acción encontrando que no había habido cam-
La relación entre la participación comunitaria, bios signficativos como consecuencia de la
sus consecuencias sociales y políticas y sus misma. A partir de estos resultados, la or-
efecto sobre la salud dependen de las formas ganización solicitó a un centro de investigación
que la participación adquiera en la práctica. Es un estudio que permitiera explicar lo que había
necesario, por tanto, tener claro, cuando se sucedido y que los orientara sobre cuáles pod-
propone incluir a la participación en programas ían ser medidas efectivas para mejorar la salud
de salud, cuáles son los efectos que se espera de los miembros de la comunidad. El estudio
tenga la participación y cómo se va a impleme- señaló como principales causas de hospitaliza-
ntar para que, efectivamente, tenga los efectos ción a una serie de problemas — accidentes
esperados y exista correspondencia entre la automovilísticos, ataques interpersonales, otros
concepción y la práctica de la participación. accidentes, malestares respiratorios, alcoholis-
Desde nuestra perspectiva, es importante mo, drogadicción y mordeduras de perros —
considerar que la participación comunitaria que, en realidad, eran en su mayoría problemas
tienen tanto efectos sobre los programas en sociales antes que enfermedades y que, por ello,
términos de sus resultados en el área de la excedían al buen funcionamiento de los hospita-
salud de la comunidad como sobre la vida les. En consecuencia, la organización comunita-
social y política de la misma, y ambos aspectos ria llevó a cabo un cierto número de acciones
deben ser considerados al evaluar su inclusión para combatir las causas de la hospitalización.
en los programas. En ninguno de los dos nive- Entre éstas, destacan la captura de perros cal-
les la participación es neutra, y en ambos puede lejeros, cambios en la vialidad para evitar
tener efectos positivos o negativos. Por ello accidentes y la construcción de invernaderos en
creemos que la participación comunitaria debe los techos para el cultivo de hortalizas que
incluirse en los programas cuando cumpla mejoraran su nutrición. Varios fueron los resul-
simultáneamente con dos objetivos explícitos: tados de estas actividades. En primer lugar, la
debe ser efectiva desde el punto de vista de la gente comprendió que sus acciones cotidianas,
salud y positiva desde el punto de vista de la antes que el funcionamiento hospitalario, deter-
vida social de la comunidad. Esto implica, para minan su salud. Por otro lado fortalecieron a su
la primera dimensión, que la participación organización, involucrando a más miembros en
comunitaria debe formar parte de los programas sus actividades y, por último, la construcción de
cuando la población reciba como resultado los invernaderos se reveló útil no sólo para

Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994 115
Bronfman, M. & Gleizer, M.

solucionar el problema de salud, sino también distintas dimensiones, entre las cuales destacan
otros problemas económicos y sociales, al las siguientes:
involucrarse en su cuidado a los ancianos del
asilo de la comunidad. a)el aspecto, etapa o momento del programa
Sin embargo, con mucha mayor frecuencia, en el cual la comunidad participa;
especialmente en Latinoaméric, la decisión b)los mecanismos a través de los cuales se
sobre la participación comunitaria se decide propone la participación;
“desde fuera”, y la participación que se solicita c)el horizonte temporal de la participación; y
está frecuentemente sujeta a un programa d)el tipo de acciones que realiza la comunidad.
predefinido (Manderson et al., 1991).
De Roux et al. (1990) señalan al respecto que En la primera dimensión encontramos distin-
si la participación social en su sentido más tas combinaciones de una variedad de estrate-
amplio es un proceso complejo inherente a la gias posibles. Así, la participación puede darse
dinámica de toda sociedad, la idea de que la (Manderson et al., 1991).
participación es un proceso susceptible de
estimularse desde afuera, y que la mayor o • sólo en la discusión;
menor movilización de la comunidad puede ser • en la toma de decisiones en varios niveles
manipulada por agentes externos, es un concep- (desde la definición de los mecanismos para
to relativamente moderno. el involucramiento de la comunidad, hasta el
Para compensar, de alguna manera, la situa- manejo de recursos);
ción paradójica que se presenta cuando la • en el entrenamiento;
participación comunitaria no es propuesta por la • en la ejecución de las tareas;
comunidad, varios autores sostienen la necesi- • sólo en la utilización de los servicios.
dad de transferir conocimientos de salud hacia
la población. De esta manera su capacidad de
decisión sobre la participación en los programas En términos de los mecanismos una primera
tendría un real sustento técnico (Manderson et distinción puede encontrarse entre los progra-
al., 1991). Esto no significa convertir a toda la mas que proponen a la participación de indivi-
población en médicos, ni que cada decisión duos aislados y los que buscan que los miem-
respecto a la salud deba ser tomada en una bros de las comunidades realicen acciones
asamblea (Castellanos, 1979). Los conocimien- grupales a través de organizaciones. El primer
tos a transferir deben ser operativos, permitien- modelo da origen a la clásica figura del “pro-
do a la comunidad definir sus prioridades al motor de salud” con dos opciones: que los
tiempo que se reconoce la validez de su punto “promotores” sean elegidos por la comunidad o
de vista y de su percepción e interpretación de por los responsables del proyecto. El segundo
los fenómenos de salud como ingrediente básico modelo propone el no menos popular “comité
para la elaboración de una visión coletiva y se de salud” que puede crear nuevas instancias por
articula el saber popular con elementos del y para el programa de salud, o puede apoyarse
pensamiento científico y técnico (De Roux et en instituciones existentes en la comunidad.
al., 1990). En relación al horizonte temporal, encontra-
mos diferencias entre los programas que propo-
nen una participación permanente y aquellos
FORMAS DE LA donde la participación se circunscribe a per-
PARTICIPACIÓN COMUNITARIA íodos de tiempo limitados.
Por último, en términos del tipo de acciones
La segunda dificultad para definir a la par- que realiza la comunidad, la variedad es enorme
ticipación comunitaria es que, además de la y depende de los objetivos del programa: hacer
variedad de conceptualizaciones coexistentes, letrinas, vacunar a los niños, distribuir medica-
las formas que adopta en la práctica son múl- mentos, etc.
tiples y diversas. Estas pueden ser clasifica- Tres criterios aparecen como los más impor-
das según características correspondientes a tantes para optar por alguma de las alternativas

116 Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994
Participación Comunitaria

— o sus posibles combinaciones — señaladas zadas por personal con entrenamiento médico
para cada dimensión: (Wijers & Kaleli, 1984).
La relación entre concepción de participación
a) el tipo de concepción sobre participación comunitaria y propuesta concreta de la misma,
comunitaria; dista mucho, sin embargo, de ser biunivoca y su
b) los objetivos específicos del programa, y correspondencia no siempre resulta tan clara.
c) las características sociales, culturales, políti- Encontramos casos en los que la participación es
cas y económicas de la comunidad donde éste indicada exclusivamente como una herramienta
se lleve a cabo. para asegurar los resultados de los programas y
en los que es muy amplia, y otros en donde el
Si bien los tres criterios actúan simultánea- discurso de la participación no corresponde con
mente, tienen distinto peso para definir la toma la forma que ésta adquiera en la práctica. Un
de decisiones sobre cada dimensión. Algunos ejemplo del primer caso es el programa de
ejemplos de programas concretos nos permitirán control de malaria llevado a cabo en Pondicher-
ilustrar su relación con la clasificación propues- ry, India, donde se ayudó primero a solucionar
ta. problemas considerados como apremiantes por la
En primer lugar, la concepción de participa- población — agua potable y accesso a la atención
ción comunitaria que compartan los diseñadores médica — para obtener la aceptación y par-
del programa parece tener un fuerte lugar en la ticipación de la comunidad en el programa
decisión sobre el aspecto en que se solicita la (Rajagopalan & Panicker, 1984). Un ejemplo del
participación de la comunidad: la postura que segundo caso lo constituye una experiencia
plantea a la participación como una necesidad en realizada con los mineros de Real del Monte y
sí misma por sus efectos democratizadores sobre Pachuca en México, donde detrás de un discurso
la sociedad, tiende a proponer el involucramiento sobreideologizado sobre el trabajo conjunto, los
de la población en el mayor número de aspectos, obreros se limitaron a recibir atención médica y
mientras que quienes la conciben de una manera aceptar algunas sugerencias de incluir en sus
más pragmática, tienden a proponerla de forma demandas cuestiones relacionadas con la salud
más limitada. (Gutiérrez, 1981).
Un ejemplo del primer caso lo constituye el La concepción sobre la participación comuni-
programa para la erradicación de diarrea infantil taria también influye sobre la elección del meca-
llevado a cabo en La Pampa, Argentina. En este nismo para lograrla. Por ejemplo, Gonzalez de la
programa, con el objeto de “aproximarse al Torre (1984), a partir de su experiencia en la
conocimiento y experiencias con que los sectores implementación de programas de salud en
populares enfrentan y resuelven los problemas Chiapas, México, sostiene que el comité de
cotidianos de la salud y la enfermedad, la per- salud es una instancia preferible al promotor de
cepción de la diarrea y las formas de autoayuda salud, ya que evita la acumulación de conocimi-
y de solidaridad” y de buscar “el fortalecimiento entos en una sola persona — con los consecuen-
de las acciones existentes para el desarrollo del tes abusos potenciales que ésto puede significar
cuidado de la propia vida y dela comunidad”, se — y permite la participación activa y crítica de
involucró a la población en el diagnóstico del la problación en los programas.
problema, la elaboración de propuestas para la La postura que privilegia las consecuencias
transformación de situaciones concretas y en la políticas y sociales de la participación, tiende a
realización de las acciones (Di Liscia & Novaco- apoyar, como consecuencia lógica de su con-
vsky, 1988). cepción, la promoción de la participación a
La segunda situación puede ejemplificarse con través de organizaciones ya existentes en la
un programa de administración masiva de medi- comunidad. En el caso en que se creen comités
camentos realizado en Kenia para controlar la de salud o se opte por promotores de salud, esta
filariasis. En este caso, la distribución de los postura se inclina porque su elección sea reali-
fármacos se realizó a través de personal local no zada democráticamente por la población.
médico, como una estrategia para conseguir Sin embargo, tampoco en este caso la relación
mayor aceptación del programa y reducir los entre concepción de la participación y mecanis-
costos resultantes de que las tareas fueran reali- mo propuesto es mecánica y es posible llegar a

Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994 117
Bronfman, M. & Gleizer, M.

conclusiones similares a las expuestas desde crear organizaciones por iniciativa del programa
una perspectiva más pragmática, que busque el puede resultar la única alternativa.
mejor modelo para asegurar el éxito del progra- En términos de definir la temporalidad de la
ma. participación y el tipo de tareas que se solicita
En una evaluación sobre distintas experiencias a la comunidad, uno de los criterios con mayor
de participación comunitaria en América reali- peso es el tipo de programa de salud del que se
zado por la OPS, el trabajo de Colombia con- trate.
cluye, por ejemplo, que es preferible el uso de Con respecto a la primer característica, pode-
organizaciones comunitarias existentes como mos identificar programas de largo plazo, que
mecanismos para la participación comunitaria, requieren instancias de participación más per-
ya que imponer la formación de un sistema de manentes — como el de Salud Comunitaria
comités de salud comunitarios y municipales implementado en Panamá, donde la par-
jerárquicos puede restringir la participación a ticipación se realiza a través de “Comités de
pequeños grupos y crear problemas para in- Salud” establecidos en cada comunidad (La
tegrar a la comunidad en proporciones más Forgia, 1985) — y aquéllos que tienen objeti-
amplias. Este mismo trabajo señala que el vos más concretos, y son proyectos a más corto
hecho de que la mayoría de los promotores de plazo, como los de control de enfermedades
salud sean pagados y supervisados por el sis- tropicales, donde la participación se circuns-
tema de salud, aún habiendo sido seleccionados cribe a un período de tiempo limitado.
de y por la comunidad, tienden a separarlos de Las tarea y acciones emprendidas por la
la comunidad y a identificarlos totalmente con comunidad también varían acuerdo al tipo de
el sistema formal: se convierten en el personal problema de salud que se pretende solucionar.
de salud de más bajo nivel antes que en un Por ejemplo, Gordon (1988) argumenta que en
vínculo con la comunidad. El texto concluye el caso del dengue, los recipientes de agua
que para que el promotor de salud sea un lazo artificiales proveen un lugar ideal para la repro-
efectivo con la comunidad, éste debe ser res- ducción del vector, por lo que la participación
ponsable, en primer lugar, ante la comunidad. debe ser orientada a los esfuerzos individuales
Aún cuando el sistema de salud provea la de las amas de casa para eliminar estos sitios
supervisión técnica, la comunidad debe ser requiriéndose estrategias educativas para modi-
capaz de evaluar el desempeño del promotor y ficar conductas individuales antes que alentar
reemplazar a un promotor inefectivo (PAHO, actividades comunales. En contraste, este autor
1984). señala que los proyectos para control de la
El segundo de los criterios mencionados — malaria requieren programas de participación
las características del programa de salud en colectiva, porque los sitios de procreación del
cuestión — también ocupa un lugar importante vector son espacios comunes y públicos, como
en la difinición del mecanismo de participación lagunas y charcos, en donde las actividades
más apropiado. En varios países de América deben ser llevadas a cabo por instancias or-
Latina, por ejemplo, se han puesto en prática ganizadas de miembros de la comunidad.
programas de capacitación para parteras empíri- Por último, las características sociales, cul-
cas (PAHO, 1984). Evidentemente, en este caso turales, económicas y políticas de la comunidad
la participación se restringe a individuos que también definen las posibilidades y formas de
cumplen con funciones determinadas en la la participación. Por ejemplo, en Cuba, la
comunidad. La creación de un comité no ten- situación postrevolucionaria implicó una mayor
dría mucho sentido. participación de la comunidad en el sistema de
Por último, las características de la comuni- salud en general (PAHO, 1984). La participa-
dad donde se desrrolle el programa hacen a ción también puede ser moldeada por los even-
determinados mecanismos más factibles que a tos cotidianos de la comunidad, por ejemplo,
otros. Por ejemplo, la comunidad puede no puede tener menor envergadura en los períodos
contar con organizaciones activas, por lo que de mayor actividad agrícola. Pero sobre todo,

118 Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994
Participación Comunitaria

las características de la comunidad afectan los En la metodología de las ciencias sociales ha


resultados que tenga en la práctica el modelo de habido una larga discusión sobre las ventajas y
participación comunitaria propuesto por un desventajas de las estrategia cualitativas y
programa de salud determinado. cuantitativas y sobre las ventajas de unas u
Así como la relación entre la concepción sobre otras en relación a los objetivos de la inves-
la participación comunitaria y la propuesta tigación.
concreta de la misma no es biunivoca, tampoco Sin embargo, hay un aparente consenso sobre
hay una correlación clara entre distintos mode- la utilidad de las técnicas cualitativas en las
los y sus resultados. La historia de éxitos en investigaciones orientadas a lograr la adaptación
conseguir metas a través de la acción comunita- de los programas de salud a las características
ria, la existencia de estructuras sociales a través particulares de cada comunidad (Winch &
de las cuales la participación puede ocurrir, el Hudelson, 1991; PAHO, 1984) ya que éstas
nivel de educación, la concentración espacial y permiten aprehender los procesos y las comple-
el transporte, la presencia de líderes, son al- jas relaciones que constituyen el cuerpo social.
gunas de las características comunitarias que Los trabajos de Scrimshaw & Hurtado (1987) y
parecen favorecer la práctica de la par- Chamber (1985) son buenos ejemplos de cómo
ticipación. Por el contrario, la falta de homoge- puede utilizarse estas herramientas.
neidad social, profundas divisiones económicas Las técnicas cualitativas permiten obtener la
y políticas y la creencia de que la salud es sólo información necesaria para el diseño del con-
terreno de expertos o que la responsabilidad tenido y de la forma de los programas. En
recae exclusivamente en el Estado, son algunas cuanto al contenido, al reconstruir la percep-
de las características que parecen obstaculizar ción y representación social de la enfermedad,
las posibilidades de la participación comunita- los conocimientos, las prácticas y experiencias
ria. y las rescatar el lenguaje propio de la comuni-
dad, permiten estabelecer um diálogo auténtico
sobre el problema. En cuanto a la forma, al
EL PAPEL DE LA INVESTIGACIÓN brindar datos sobre los tipos de organización,
las costumbres y la dinámica de la comunidad,
Una premisa ampliamente aceptada es la permiten proponer un tipo de participación
necesidad de adaptar los programas a las carac- comunitaria coherente con el contexto. Simul-
terísticas sociales, culturales, económicas y táneamente, la información sobre la vida social
políticas de cada comunidad como condición de la comunidad permite plantear una forma de
para su desarrollo exitoso. Esto implica tener un participación comunitaria que, más allá de los
amplio conocimiento sobre la comunidad para objetivos del programa, resulte una experiencia
poder tomar las decisiones adecuadas y per- auténticamente enriquecedora para todos los
tinentes. De otra manera, inclusive las con- miembros de la comunidad.
sideraciones metodológicas pueden parecer Las ciencias sociales al incorporarse a los
contradictorias: ¿es conveniente respetar la programas de salud con participación comunita-
organización de la comunidad, fortaleciendo y ria no deben limitarse sólo a aportar los datos
consolidando sus propias instancias para la necesarios para la mejor instrumentación de la
participación (Castellanos, 1979), o — como se misma como estrategia de acción (De Almeida
sugiere en otros casos — no reforzar estructuras & Silva, sin fecha); deben brindar también una
de explotación existentes brindando ayuda a interpretación sobre la forma en que el progra-
través de quienes controlan las organizaciones, ma afecta la productividad y la estructura social
legitimando y beneficiando sólo a los más de la comunidad. Además de las contribuciones
poderosos (Gwatkin et al., 1979; PAHO, 1984)? que puedan realizar par una efectiva adecua-
Adaptar y modificar los programas a la ción de los programas a las condiciones locales,
realidad comunitaria, tomando en cuenta, ade- deben vincular los problemas de salud con el
mas, el contexto regional, nacional e internacio- contexto global de la comunidad, y evaluar el
nal donde ésta se sitúa requiere partir de una impacto que sobre ésta puede tener un tipo de
investigación previa al diseño del programa. participación determinada.

Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994 119
Bronfman, M. & Gleizer, M.

COMENTARIOS FINALES mente cuando van a ser utilizados por personal


formado en disciplinas distintas a las ciencias
La revisión de la literatura sobre participación sociales.
comunitaria nos permite concluir que bajo el A pesar de la variedad de experiencias exis-
mismo nombre se agrupan fenómenos muy tentes, continúan sin respuesta algunas pregun-
heterogéneos. Para comprender su diversidad tas básicas sobre la forma operativa de imple-
necesitamos, en primer lugar, distinguir la mentar la participación comunitaria en los
existencia de distintos niveles: la concepción sistemas nacionales de salud: ¿Cómo solucionar
global sobre la utilidad y pertinencia de la las contradiciones existentes entre la orien-
participación comunitaria, el modelo de par- tación y estructura de la mayoría de los sis-
ticipación propuesto y la forma en que este temas de salud gubernamentales, y las con-
modelo es lleva a cabo en la práctica. En cada diciones necesarias para la participación comu-
uno de estos niveles encontramos, como hemos nitaria?; ¿cómo conciliar las prioridades comu-
descrito, diferentes posiciones y propuestas. nitarias con las de los profesionales de la salud
Esto dificulta la posibilidad de realizar una cuando éstas no coinciden?; ¿cómo trasladar
evaluación global sobre el uso de este recurso experiencias piloto exitosas a programas regio-
en los programas de salud, obligando, antes de nales o nacionales (Gwatkin et al., 1979;
realizar cualquier tipo de consideración, a PAHO, 1984)?
caracterizar de qué tipo de participación se Por sobre todas las otras, la pregunta esencial
trata. que hay que responder es acerca del carácter
Aún así, conviene hacer algunos comentarios necesario dela participación comunitaria en el
sobre ciertos problemas generales que se pre- mejoramiento de la calidad de la salud de los
sentan independientemente de la posición habitantes. A pesar de ser señalada como ele-
adoptada para cada uno de los niveles señala- mento clave para el éxito de los programas de
dos. Estos se refieren al paso de un nivel a otro salud, la mejora del nivel de salud de la pobla-
y a la articulación entre niveles. Como se ción como consecuencia de la participación
analizó en el trabajo, concepciones distintas comunitaria continúa siendo un resultado am-
sobre la participación pueden proponer modelos biguo y dudoso (Ugalde, 1985; De Roux et al.,
de participación semejantes y, por el contrario, 1990). De hecho, puede no ser necesaria o
concepciones semejantes pueden resultar en indicada en todos los casos. Esta situación
modelos muy distintos. Aún cuando, como refleja uno de los problemas que aparece en la
hemos visto, existe una importante relación mayor parte de los trabajos revisados la falta
entre ambos aspectos, la naturaleza de la rela- de criterios claros para evaluar los resultados de
ción es frecuentemente poco clara o directa- los programas de salud, y si éstos pueden
mente confusa. Sólo si las propuestas hacen interpretarse como efecto de la participación
explícita su concepción sobre participación comunitaria (Gwatkin et al., 1979). Altman
comunitaria y el proceso por el cuál optaron por sugiere que la pregunta básica sobre la efec-
un determinado modelo de participación puede tividad del programa, debe dividirse en pregun-
evaluarse la coherencia con lo que realizan en tas más significativas y concretas. Este autor
la práctica. propone que la evaluación debería hacerse sobre
Por otro lado, cuando se trata de adaptar tres aspectos diferentes: el proceso del progra-
modelos generales a programas y situaciones ma, los efectos fisiológicos, psicológicos y
concretas, las dificuldades emergen con más sociales y la relevancia social del mismo en
fuerza. Aún cuando existe cada día mayor términos de costo-efectividad y utilización y
reconocimiento del papel que la investigación generalización de los resultados (Altman, 1986).
sobre las características sociales, culturales, Podemos agregar, a estos aspectos, la necesidad
políticas y económicas de la comunidad puede de evaluar el éxito de la participación comuni-
ofrecer para la implementación de los progra- taria en sí misma, más allá de su impacto sobre
mas, es todavia necesario el desarrollo de la salud, examinando sus efectos en la vida
estrategias que faciliten la utilización de los social de la comunidad, analizando sus con-
datos generados por estos estudios, especial- secuencias para promover la autonomia y la

120 Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994
Participación Comunitaria

democratización. El desarrollo de técnicas de Realizando una revisión crítica de la


evaluación adecuadas es uno de los retos impor- bibliografia sobre el tema, se llega a la
tantes a los que deben responder los programas. conclusión de que bajo el término
El segundo reto, si finalmente se concluye “participación comunitaria” se agrupan
que la participación comunitaria debe formar propuestas muy heterogéneas. Esto obliga,
parte de los programas, es buscar cómo imple- antes de cualquier consideración, a especificar
mentar una participación que realmente respon- de qué tipo de participación comunitaria se
da a la propuesta con la cual se la incluye en trata. Se propone una clasificación de las
los programas, es decir su coherencia. Las diferentes prácticas que se agrupan bajo este
experiencias de participación exitosas señalan nombre, según los siguientes criterios: 1) Las
que cuando la participación comunitaria se concepciones teóricas e ideológicas que la
propone respetando la estructura organizativa de sustentan, 2) los aspectos en que se propone
la comunidad y brindando posibilidades de implementar y las áreas sobre las que
crecimiento a sus miembros, pueden alcanzarse pretende influir y 3) las modalidades que
altos grados de participación e involucramiento. adopta en la práctica. Se analizan la
La salud no es un fenómeno aislado de la articulación existente entre estos tres aspectos.
realidad comunitaria. Cuando la propuesta de Por último, se considera el papel de la
participación integra los objetivos en salud con investigación social y de la metodología
beneficios en otras áreas de la vida de la comu- cualitativa en la implementación de la
nidad, ambos aspectos se enriquecen mutua- participación comunitaria en programa de
mente, ampliando las posibilidades de éxito de atención a la salud y se examinan los retos
los programas. que debe enfrentar la propuesta general —
Sin embargo, a pesar de que éstas son in- más allá de sus diferencias de concepción e
dicaciones generales que orientan la dirección implementación — para que la estrategia se
que deben tomar futuros trabajos, quedan aún desarrolle exitosamente.
sin responder las preguntas de carácter operativo. Palavras-Chave: Participación Comunitaria;
Es necesario trabajar con mayor intensidad Programas de Promoción a la Salud
en los aspectos relacionados con la implemen-
tacion de los programas, recuperar experiencias
y buscar estandarizar, hasta donde sea posible, REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
una metodología que garantice la mayor cor-
respondencia entre la intenciones y los resul- ALTMAN, D., 1986. A famework for evaluating
tados. community-based health disease prevention pro-
grams. Social Science and Medicine, 22: 479-
487.
RESUMEM CASTELLANOS, P., 1979. Reflexiones sobre la
Medicina Comunitaria y la Participación de la
Comunidad. Caracas: Escuela de Medicina “José
BRONFMAN, M. & GLEIZER, M. M. Vargas”, Universidad Central de Venezuela.
Participación Comunitaria: Necesidad, (Mimeo.)
Excusa o Estrategia? O de qué Hablamos CHAMBERS, R., 1985. Shortcut methods of gather-
Cuando Hablamos de Participación ing social information for rural developmen pro-
Comunitaria. Cad. Saúde Públ., Rio de jects. In: Putting People First (M. Cernea, ed.),
Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994. pp. 399-415, New York: Oxford University
Press.
El presente trabajo evalúa la estrategia de CONIL, E., s/d. A Noção de Saúde Comunitária:
incluir a la participación comunitaria en los Elementos de comparação internacional. Cam-
programas de atención y promoción a la pinas. (Mimeo.)
salud, considerando tres dimensiones: la DI LISCIA, M & NOVACOVSKY, I., 1988. Par-
pertinencia de la prática, las características ticipación comunitaria para la erradicación de la
de su impementación y los resultados que diarrea infantil. Cuadernos Médicos Sociales,
genera. 1988: 61-68.

Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994 121
Bronfman, M. & Gleizer, M.

DE ROUX, G.; PEDERSEN, D.; PONS, P. & PAHO (Pan American Health Organization), 1984.
PRACILIO, H., 1990. Participación social y Community Participation in Health and Develop-
sistemas locales de salud. In: Los Sistemas ment in the Americas. An Analysis of Selected
Locales de Salud (OPS, org.), pp. 28-49, Wash- Case Studies. Washington D.C.: PAHO. (Scien-
ington: OPS. tific Publication Nº 473).
DE ALMEIDA, N. & SILVA, J., s/d. Sociocultural RAJAGOPALAN, P. & PANICKER, K., 1984.
Problems of Health Programs or Resistance to Feasibility of community participation for vector
the Extension of Health? North Carolina: Depart- control in villages. Indian Journal of Medical
ment of Epidemiology, School of Public Health, Research, 80: 117-124.
University of North Carolina. (Mimeo.) SCRIMSHAW, S. & HURTADO, E., 1987. Rapid
GONZALEZ DE LA TORRE, E. 1984. ¿Promotor Assesment Procedures for Nutrition and Primary
de salud o comité de salud? II Conferencia Inter- Health Care: Antropological Approaches to
americana de Educación Para la Salud, México: Improving Programme Effectiveness. Los Ange-
Unión Internacional de Educación para la Salud, les: UCLA Latin American Center/Tokyo:
Secretaría de Salubridad y Asistencia (México) United Nations University.
y OPS. TESTA, M., 1990. Pensar en Salud. Washington
GORDON, A. J., 1988. Mixed strategies in health D.C.: OPS/OMS.
education and community participation: An UGALDE, A., 1985. Ideological dimensions of
evaluation of dengue control in the Dominican community participation in Latin American
Republic. Health and Education Research, 3: health programs. Social Science and Medicine,
399-419. 2: 41-53.
GUTIERREZ, I., 1981. Trabajo de Salud de los WHITE, A., s/d. Medicine for a Second Class: a
Mineros, con los Mineros. Conference Interna- Review of Ideas on Community Participation
tional Group for the Study of the Political Econ- and Village Health Workers. London. (Mimeo.)
omy of Healt, San Miguel, Regla, México: WIJERS, D. & KALELI, N., 1984. Bancroftian
Universidad Autónoma de Hidalgo. (Mimeo.) filariasis in Kenya. V. Mass treatment given by
GWATKIN, D.; WILCOX, J. & WRAY, J., 1979. members of the local community. Annals of
Can Interventions Make a Difference? The Tropical Medicine and Parasitology, 78: 383.
Policy Implications of Field Experiment Expe- WINCH, P; KENDALL, C. & GUBLER, D., 1991.
rience. Report to the Word Bank, Washington Community Participation in the Control of
D.C.: World Bank. (Mimeo.) vector-Borne Diseases: A Review of Selected
LA FORGIA, G., 1985. Fifteen years of community Activities in Latin America. Trabalho apresen-
organization for health in panama: An assesment tado no Simpósio “Community Participation and
of current progress and problems. Social Science Control Efforts in Developing Countries”, An-
and Medicine, 21: 55-65. nual Meeting of the American Mosquito Control
MANDERSON, L.; VALENCIA, L. & THOMAS, Association, Louisiana, 16-21 de marzo.
B., 1991. Bringing the people. In: Community WINCH, P. & HUDELSON, P., 1991. Formative
Participation and the Control of Tropical Dise- Research in Community-Based Vector Control
ases. Resource Papers for Social and Economic Programs. Trabalho apresentado no Simpósio
Research in Tropical Diseases Nº 1, UNDP/ “Community Participation and Control Efforts in
WORLD BANK/WHO/TDR, Geneve: World Developing Countries”, Annual Meeting of the
Health Organization. American Mosquito Control Association, Louisi-
McKNIGHT, J., 1978. Community Health in a ana, 16-21 de marzo.
Chicago Slum. (Mimeo.)

122 Cad. Saúde Públ., Rio de Janeiro, 10 (1): 111-122, jan/mar, 1994

También podría gustarte