Nombre: Juan Esteban Dominguez Olier Fecha: 21/02/20

Libro: La ciencia descubre a Dios Páginas: de 7 Hasta 44 total 37

Resumen (entre 150 y 200 palabras)
En la vida de Isaac Newton, famoso científico y teólogo, es uno de los ejemplos más
grandes que se pueden hallar registrados en la historia cuando hablamos de la relación entre
ciencia y religión. Sus obras y estudios científicos reflejan perfectamente que veía a Dios
detrás de todo principio y ley que descubría. Además de su amor por la ciencia, el amor por
sus estudios de la biblia, en especial de Daniel y Apocalipsis, muestran que no observaba
separación alguna entre ciencia y religión. Junto con Newton, otro grupo de científicos
contemporáneos tales como: Johanes Kepler, Galileo Galilei, Blaise Pascal, Robert Boyle,
Carlos Linneo; encontraban un Dios que era honrado con cada descubrimiento echo de su
parte en la naturaleza. Hoy día, hay un gran abismo en la forma de pensar por parte de la
comunidad científica contemporánea con la de los días de Newton. Ellos difieren en sus
puntos de vista con respecto a la biblia, esto se refleja en sus publicaciones carentes de Dios
alguno. Sim embargo, se ha levantado un reciente interés por parte de esta misma
comunidad en hablar e incluir la posibilidad de un Diseño inteligente detrás de la naturaleza
estudiada, esto se refleja en los diferentes congresos realizados para hablar del tema.

Lecciones (puntuales de 4 a 6)
 La ciencia tomo impulsos de la mano de la mano con la idea de Dios.
 Nunca ha dejado de existir científicos que creen en el Dios de la creación
 La ciencia al estudiar la naturaleza de algún modo entrevé diseño inteligente.
 La historia ha demostrado que puede existir armonía entre Dios y la ciencia.

Reacción personal (50 a 70 palabras)

La naturaleza habla de un diseño inteligente, así lo percibieron y creyeron las grandes
celebridades como Sir Isaac Newton y otras eminencias científicas de su época. Aunque la
comunidad científica llegue a la conclusión de una dicotomía entre ciencia y religión, la
historia ya demostró lo contrario.