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El Presente del Enunciado.

El documental elegido para este trabajo es Montoneros, una historia (1995) y su comparativa
con el cine documental del 70, está referido al Presente del Enunciado.

El presente del enunciado, como se mencionó en clase, tendrá incidencia en el relato. Ya con
una década de democracia, con posibilidad de acceso a material de archivo, y por supuesto con
la voz testimonial de los protagonistas del período al que hacemos referencia, es de esperar que
existan cambios que estén relacionados más que nada con la estética podríamos decir el
“Como”. En Montoneros están presentes todos estos cambios partiendo ya desde el color en la
imagen, en el primer minuto un camino con un cielo azul, y verde en sus costado, y el testimonio
de una mujer ablando de su hija nos remite a un tiempo mejor, desde donde se mira el pasado.
Esto también lo hemos visto en otros documentales de este periodo. Sin embargo Montoneros,
tiene la particularidad de incluir un cambio no tan evidente y que trasciende lo estético que
podría ser el “Que”. Y es el cambio de perspectiva en algo tan coyuntural como el de la ideología
misma. Es relevante la mirada controversial, porque no se trata de un sector opositor como en
el caso de PARAPOLICIAL NEGRO donde el testimonio de Ana María Gil Calvo, esposa de juan
Almirón está, casi en forma irónica minimizando y negando el discurso del documental. Aquí.
Los testimonios son de los propios protagonistas de la revolución; protagonistas en el más
amplio sentido, es decir, ex montoneros de altos rangos, exiliados, ex detenidos.

La importancia del Presente del Enunciado es un aspecto fundamental a considerar en el cine


documental. Ya que aquí el discurso está directamente enfrentado o al menos cuestiona los
fundamentos tan enfatizados en el cine documental de los 70 sobre todo La hora de los Hornos,
y específicamente en el llamado a tomar las armas y usar la violencia en respuesta a la violencia.
“Un pueblo sin odio no puede triunfar” dice una placa en los primeros minutos.

La mirada de Ignacio Velez diciendo “…Después todo se distorsionó” o Jorge Rulli “…Nuestra
violencia gestó muchos monstruos” y obviamente el testimonio de Ana Testa y la mayoría de
los testimonio muestran otra cara de lo que ahora parece ser una idealización.

Por lo tanto este cambio que arroja el Presente del Enunciado de Montoneros nos remite a otro
aspecto importante el de “el modelo de espectador” si bien sabemos que un periodo de tres
décadas con muchos cambios socio políticos es decir Peronismo, Revolución, Dictadura llegada
de Democracia, es casi obvio pensar que el espectador por naturaleza no será el mismo. Sin
embargo aunque el espectador cambie es de esperar que el discurso doctrinal siga siendo el
mismo, como se esperaría de cualquier doctrina que pretende perpetuarse en el tiempo, o que
se considera base de algún movimiento. Pero en Montoneros la doctrina es puesta en
consideración, tal vez desde una mirada más individualista pero sea del modo que sea, está
dirigida a otro tipo de espectador, acaso a las nuevas generaciones, poniéndose ellos mismos
como ejemplos de que, tal vez ese llamado a la revolución armada y violenta no sea el camino
correcto.

Creo que si toda historia tiene dos caras montoneros es la cara que faltaba para que las nuevas
generaciones tengan una visión completa del pasado en cuestión.

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