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I.

Introducción

Nuestra preocupación por el tema de la construcción del significado ha quedado definida a


partir de la intención de una propuesta pedagógica que permita una mirada crítica sobre la
cultura, el saber constituido y las prácticas estabilizadas. El análisis se orienta en este caso
a las cuestiones epistemológicas vinculadas a la problemática curricular, o para ser más
precisos, a las cuestiones que se suscitan en este ámbito como consecuencia del cambio
de dirección producido en el pensamiento contemporáneo respecto a la concepción del
conocimiento. En este giro, la idea de conocimiento deja de vincularse a la de
representación mental, para ser comprendida como construcción de significados en
procesos históricos e intersubjetivos: el conocimiento no se produce en la interioridad de
una conciencia individual, sino que se articula con el lenguaje y la acción. Consideramos
que esta cuestión tiene una especial relevancia para los estudios curriculares, y más aún,
para el proceso mismo de la educación(1 ). Probablemente, lo que en primer término
puede advertirse es su incidencia en la adopción de un determinado enfoque, o en la
determinación de criterios y procedimientos de selección, jerarquización y legitimación de
contenidos. Pero estos criterios y procedimientos fácilmente visualizables constituyen en
realidad un emergente de niveles más profundos de constitución de sentidos, vinculados a
prácticas sociales en las que se ocultan relaciones de fuerzas y tensiones diversas. En el
presente artículo se analiza, en primer lugar el alcance de la idea de “construcción de
significados”, sosteniendo que no se refiere sólo a un proceso psicológico, sino que es un
factor esencial en la construcción del mundo de la cultura (II). Se intenta mostrar que si
concebimos el mundo social como una realidad cuyo sentido está en permanente
construcción y resignificación, podemos asumir una mirada crítica ante lo instituido, a la
vez que comprometernos en su posible transformación (II.1) El campo específico en que se
realizará la reflexión es el del currículo, considerando las relaciones entre conocimiento,
lenguaje y acción, a la luz de aquellos nuevos enfoques de la filosofía contemporánea, que
han sido caraterizados como “giro lingüístico” (II.2, II.3). En un segundo momento, se
explicitan los principales ejes de problematización implicados en esta nueva perspectiva
epistemológica-lingüística (III): el lenguaje en su función LA CONSTRUCCION DEL
SIGNIFICADO EN LA PROBLEMATICA (161-195) 164 Ciencia, Docencia y Tecnología Nº 31,
Año XVI, noviembre de 2005 constructiva y comunicativa, la diversidad de códigos
lingüísticos y la cuestión de la validez de los mismos, el rol que desempeña el lenguaje en
la constitución de subjetividades y el modo en que estas cuestiones impactan en el
discurso pedagógico (III.1, III.2, III.3, III.4). Por último se plantean los posibles
desplazamientos en el campo del currículo (IV) a partir de las orientaciones que ser derivan
del enfoque analizado y se delinean propuestas alternativas (IV, IV.2) Las reflexiones
finales se dirigen a considerar la educación en el lugar de tensión entre la construcción de
significados y la apropiación del saber instituido (IV.3, IV.4) y a poner de relieve el papel
que el lenguaje juega en esta relación (V).
Problemáticas en la construcción
Los defectos de construcción usualmente incluyen cualquier deficiencia en el funcionamiento
de diseño, planeamiento, supervisión, inspección, construcción, o la observación de cualquier
construcción de una nueva vivienda o edificio, donde existe problema para construir en una
manera razonable y la estructura no funciona de la manera que razonablemente debía o que el
comprador pensaba iba a funcionar. Algunos de los defectos más costosos incluyen:

Integridad estructural - concreto, división, albañilería, carpintería, y cimientos inestables

. Tierras de gran extensión

. Mecánicos

. Eléctricos

. Agua (resultado de moho tóxico)

. Protección térmica y protección de humedad

. Puertas, ventanas y vidrio

. Acabados

Generalmente, las cortes categorizan, los defectos de construcción en una de las siguientes
cuatro categorías: deficiencias o defectos de diseño, deficiencias del material, deficiencias de
construcción, y deficiencias de la superficie o de los cimientos.

Deficiencias de Diseño

Los arquitectos o ingenieros profesionales, diseñan y planean edificios y viviendas no siempre


se apegan a las especificaciones necesarias lo que resulta en defectos o deficiencias.
Típicamente los defectos de diseño o deficiencias de diseño se relacionan con violaciones a las
especificaciones en los códigos o regulaciones. Los techos, azoteas o tejados son un ejemplo
claro de un defecto de diseño y generalmente resultan en la penetración de agua, drenaje
poco eficiente e inadecuado soporte estructural.

Deficiencia de Materiales

El uso de materiales para el interior de un edificio puede causar problemas significativos si


existen deficiencia en los mismos. Por ejemplo, ventanas que no funcionan correctamente,
aun y cuando la instalación de las mismas es la adecuada. Las goteras en las ventanas puede
ser el resultado de muchas razones incluyendo que el enmarcado no es el correcto, ventanas
inapropiadamente colocadas, el papel para decorar paredes que no se haya aplicado
correctamente, enmarcado de la ventana que haya sufrido daños cuando se encontraba
guardado, hojas de metal defectuosas, etc. Los problemas comunes de los fabricantes pueden
incluir, papel para construcción, materiales de impermeabilización, techo de asfalto, y otros
productos de la pared usados en áreas mojadas y/o húmedas, tales como cuartos de baño y
lavaderos.

Deficiencias de Construcción

La calidad deficiente de un trabajador puede resultar en una lista larga de defectos. Un


ejemplo típico es la infiltración de agua a través de la estructura del edificio que puede crear y
resultar en moho y el crecimiento del mismo. Otros problemas incluyen grietas en las paredes
y en los techos, problemas en la madera, problemas eléctricos y mecánicos, goteras en las
tuberías, problemas de plomería y hasta infestación de animales.

Deficiencias en Los Cimientos

Las condiciones de expansión de tierra, son condiciones típicas de los estados de California y
Colorado, así como de otras partes del país. Muchas casas son construidas en cuestas o
montañas u otras áreas donde es difícil proveer un cimiento estable. Cuando no existe un
cimiento estable los resultados son deficiencias en los pisos del edificio y otros problemas. Si la
tierra no se prepara adecuadamente para el instala miento del drenaje y estables cimientos,
más tarde el edificio presentará problemas tales como inundaciones, que la estructura se
mueva o cambie, y problemas más serios como los corrimientos de tierra

 2.-Confinamiento (Estribos o aros) deficiente en columnas: Esto ocurre generalmente cerca de


la union con la viga por lo que se pierde el recubrimiento empujado por el acero longitudinal
que se arquea o pandea hacia afuera.

Falta de Confinamiento adecuado

3.-Mala conexion entre elementos estructurales. Como ejemplo tenemos los vuelcos que han
ocurrido por mala conexion entre cabezales de pilotes y pilotes, tambien entre losas sin vigas y
columnas.
Deficiencia anclaje del acero

4.-Configuracion inadecuada ya sea en planta o elevación. Inadecuada nos referimos, para el


analisis tradicional.

Configuracion Irregular

5.-Golpeteo entre edificios debido a que no se tomo en cuenta los posibles desplazamientos
de cada cual durante el sismo para alejarlos en la construccion.

Cercania no calculada entre edificios

6.-Aparicion de efectos torsionantes en los entrepisos debido a que se idealizo como


diafragma rigido (que solo se mueve en traslacion) pero que se manifesto con efectos
torsionales. Esto ocurre muy a menudo y es que a la mayoria de los estructuralistas no se les
enseno que es un diafragma rigido y cuando se convierte en flexible. La mayoria cree que es
por el espesor de la losa o por la forma, aunque influye. Por esa razon es importante saber
evaluar la forma de los entrepisos y sus "apoyos" sobre muros y columnas a fin de tomar las
provisiones necesarias. En caso contrario se debera de tomar en cuenta los efectos
rotacionales el analisis y diseno.

Traslacion X e Y y giro alrededor de Z en diafragma rigido

Diafragma flexible

Existen otros efectos como el del caso de viaductos construidos con una sola columna, etc.
pero solo queriamos advertir de estas causas de fallas que ya han sido identificadas hace varias
decadas y sin embargo aun no son tomadas en cuenta por la gran mayoria de los
estructuralistas.

Procedimiento de Inspección Rápida de Edificios Dañados La Inspección rápida se evalúa en


base al siguiente proceso:

Inspección basada en la Hoja de Inspección


Evaluación del riesgo de colapso de un edificio por réplica (Daño de Columnas, Inclinación de
Edificios) Evaluación del Riesgo de Caída y vuelco de Partes del Edificio (miembros no
estructurales) (Tejas, Vidrios de Ventanas, Paredes Exteriores)

Evaluación final

Colocación de las placas a los edificios evaluados

• Se debe cuantificar rápidamente el nivel de daño de las edificaciones de acuerdo acuerdo al


daño observado observado y categorizar categorizar el daño en distintos distintos potenciales
potenciales de peligros ante réplicas. • Las clasificaciones y su definición son: • INSEGURO: Hay
d ña ño notable ante ré l p icas. Se necesita re forzamiento d e emergencia para evitar colapso
súbito, y el ingreso y uso temporal no están permitidos. • ING SO RE LIMITAD O: Hay d ña ñ o
de elementos estructurales y no estructurales. Uso temporal no permitido a menos que haya
refuerzo temporal, reparaciones de elementos que amenacen la vida y/o sean obstáculos
obstáculos en áreas donde pueda haber peligro peligro. Se permite permite ingreso ingreso
con propósitos de emergencia.

La Inspección de Seguridad de Emergencia se clasifica en 3 categorías, “peligro peligro ”


(inseguro) (inseguro), “atención atención ” (ingreso (ingreso limitado) limitado) y
“inspeccionado inspeccionado ” • La categorización antes mencionada se hace principalmente
por inspección visual del inmueble, en donde se analiza el riesgo de hundimiento hundimiento,
grado de inclinación inclinación, caída y derrumbe derrumbe de edificios edificios para evitar
desastres secundarios. • Después de la inspección de seguridad de emergencia, se analiza la
clasificación clasificación del grado de daños en “derrumbe derrumbe total” “ , colapso colapso
mayor ”, “colapso mediano”, “colapso moderado” y “colapso leve” por expertos en estructuras
de edificios

La construcción del significado en la problemá- tica curricular

* María Elena Candioti de De Zan**, María Amelia Migueles, Mónica Quinteros, Mariela
Herrera, Ana Aymá Partiendo de la hipótesis de que la cuestión epistemológica referida a la
construcción social del significado tiene una especial relevancia para los estudios curriculares,
ya sea en relación al enfoque adoptado o a los criterios y procedimientos de selección,
jerarquización y legitimación de contenidos, se realizó una investigación orientada al análisis
de las cuestiones epistemológico-lingüísticas vinculadas a la problemática curricular. Se
procuró explicitar los procesos de producción y legitimación del sentido y precisar el rol del
lenguaje en sus funciones constitutivas y comunicativas. En especial se intentó precisar el
impacto que implica en el orden educativo el llamado “giro lingüístico” y el abandono de la
consideración del lenguaje como mero instrumento de transmisión de contenidos
conceptuales cerrados, para adoptar un enfoque constructivo del mismo, admitiendo que los
contenidos significativos se elaboran en procesos comunicativos históricamente contextuados
que implican actos de resignificación. Palabras clave: conocimiento – lenguaje – educación –
significado – validez

Resumen.
En el presente trabajo se relacionan y comentan los orígenes y las formas de manifestación de
los daños que con mayor frecuencia se presentan en los elementos de hormigón armado de los
edificios construidos en España en los últimos cincuenta años. Su objetivo es facilitar una
comprensión de las diversas situaciones patológicas que no obvie una visión global del edificio
y del contexto exterior en donde se halla. El análisis de dichas situaciones permite extraer
algunas conclusiones que atañen a aspectos tan diversos como las especificaciones del proyecto
del edificio, la conveniencia de concretar el concepto de “vida útil” o la necesidad de mejorar
sus condiciones de ejecución y puesta en obra para conseguir determinados fines

Palabras clave:
Edificación, Estructuras, Hormigón armado, Hormigón arquitectónico, Patología, Durabilidad,
Corrosión, Estanqueidad, Vida útil

1 INTRODUCCIÓN
A lo largo de los últimos cincuenta años, en el ámbito específico de la
edificación, las estructuras a base de hormigón armado han sido, con
muchísima diferencia en relación con otras soluciones estructurales, las
que han
tenido mayor aplicación. De hecho, en España, su uso se transformó en
habitual a partir de los últimos años 50, cuando la edificación en altura de
las
nuevas áreas residenciales urbanas, hizo del hormigón armado y de las
tipologías estructurales que con él se asocian, el más idóneo para resolver
la
masiva demanda del momento1. Desde aquellos años hasta nuestros días,
su
campo de aplicación se ha extendido significativamente, al usarse no sólo
como
integrante principal, muchas veces único, de los sistemas estructurales de
la mayor parte de las tipologías edificatorias más frecuentes, sino también
para
conformar los cerramientos exteriores en los sistemas prefabricados a base
de
grandes paneles prefabricados o implementándose como componente
prefabricado en edificios con sistemas estructurales convencionales. Se
constata
con ello la versatilidad de dicho material para adaptarse a los diversos
requerimientos funcionales que exige la edificación y su cualidad
competitiva a
nivel económico frente a otros materiales de aplicación alternativa.
Es evidente que al describir y analizar la problemática que puede asociarse
al
uso del hormigón armado en la edificación habitual hay que tener presente
lo
expuesto anteriormente, puesto que la diversidad de la casuística de
comportamiento detectada deriva precisamente de la gran cantidad de
aplicaciones diferentes a las que se ha debido adaptar y dar respuesta.
Al referirse de una forma específica a la problemática más frecuente de los
edificios con elementos de hormigón armado hay que hacer una primera
observación referente a la escasez de datos estadísticos, en el ámbito
español,
para conocer de una forma concisa el nivel de siniestralidad de dichos
edificios
y elementos en relación, tanto con el parque edificado total como con
aquellos
edificios y elementos resueltos con otros materiales. En general, los datos
publicados no llegan a concretar niveles de información referentes a los
tipos
de sistemas constructivos o materiales concretos afectados. A falta, por
tanto,
de esta información, los comentarios que siguen obedecen esencialmente a
un
conocimiento global de la problemática que de forma más habitual puede
asociarse a los edificios aquí tratados, pretendiendo con su enumeración y
sucinto análisis un objetivo de retroalimentación que induzca a una
superación
de las causas generadoras de los problemas detectados.
Dichos problemas, a los que nos referiremos separadamente en los
párrafos
siguientes, hacen alusión a la deformabilidad de las vigas y forjados planos
en
estructuras porticadas, a la durabilidad del material, al diseño y cálculo de
los
elementos, al uso de los hormigones especiales y – de forma especial – de
los
cementos aluminosos, a la estanqueidad e higrotermia de los muros y
cerramientos a base de hormigón armado y, finalmente, a la calidad de los
paramentos de hormigón arquitectónico.
2 RELACIÓN Y COMENTARIOS A LOS PROBLEMAS MÁS
HABITUALES

2.1 Las deformaciones diferidas de las vigas y losas planas de


hormigón armado
No constituye ninguna novedad referirse a esta problemática como la que
de
forma más frecuente y contumaz ha afectado a los edificios residenciales
construídos con sistemas estructurales a base de pilares y vigas o forjados
planos aligerados bidireccionales, también llamados forjados reticulares.
La
aplicación de dicho sistema estructural combinada con el de las habituales
tabiquerías y cerramientos exteriores de ladrillo cerámico se ha
constatado, y
sigue constatándose en la actualidad de muy difícil compatibilidad (fig.
1,2,3,4),
a pesar de las crecientes exigencias de las sucesivas normativas dirigidas a
limitar las flechas de los forjados, introduciendo formulaciones para su
cálculo
más rigurosas, recomendaciones de relaciones luz/canto cada vez más
bajas, y
valores admisibles máximos de las flechas también más bajos 2,3. De hecho,
hasta el momento, y a la espera – con cierto escepticismo - de lo que
depare la
nueva regulación de cantos mínimos de la reciente EHE-98 4, el recurso del
aumento de rigidez de las losas se ha constatado insuficiente para asegurar
la
eliminación de la fisuración en las tabiquerías, si se toma como referente el
mantener los cantos resultantes o recomendables dentro de los límites
razonables de economicidad del elemento. Esta constatación, avanzada por
diversas publicaciones técnicas a principios de los años ochenta 5 ha sido
ratificada por la propia casuística a lo largo de los años posteriores, la cual
también ha mostrado que los períodos de fluencia pueden ser mucho más
dilatados que los cinco años previstos por las formulaciones al uso, en
especial
cuando el atraque de los tabiques a los forjados incide de una forma clara
sobre
la historia de cargas de los forjados y sobre los periodos manifestación de
su
flecha activa, al posibilitar la transmisión de cargas entre las plantas e
impedir su
libre desplazamiento6.
La situación expuesta y las causas que la genera, justifica la necesidad de
un
cambio de hábitos en la elección y aplicación de las técnicas al uso para la
formación de las particiones interiores y los cerramientos exteriores.
Cambio
que debe procurar, en todo caso, la incorporación de productos más
deformables y elásticos.
De todas formas, cabe también hacer mención de otra problemática
asociable a
la deformabilidad de los elementos planos a flexión de hormigón armado,
concretamente a las jácenas planas que soportan viguetas o semiviguetas
armadas o pretensadas de este mismo material. Son numerosos los casos
de
roturas de viguetas inducidas ya sea por la insuficiente ductilidad de su
conexión con la jácena, que le impide absorber las tensiones derivadas del
movimiento de
flexión de ésta, o bien las que le son transmitidas por las tabiquerías a
medida
que el movimiento de fluencia de las jácenas planas se va manifestando
(fig.
5,6). Evidentemente, en estos casos, la incidencia sobre la seguridad del
forjado,
especialmente en los casos de viguetas pretensadas, puede ser importante.
Vemos pues que las deformaciones de los elementos flexionados, ya sea por
originar estados de cargas no previstos en los propios elementos o sobre
las
tabiquerías y cerramientos verticales en general, o bien por su influencia
directa
sobre otros elementos resistentes componentes del forjado, no sólo inciden,
en
la práctica, sobre estados límite de servicio sino también, en ocasiones,
sobre
estados límites últimos de elementos, con o sin función resistente, del
propio
edificio.
2.2 La casuística de la durabilidad del material
Cincuenta años de uso intensivo y confiado del hormigón armado ha sido
plazo
sobradamente suficiente para constatar sus puntos débiles relativos a la
durabilidad de los elementos realizados con dicho material (fig. 7,8,9). No
siendo el único, el fenómeno que con mayor frecuencia se asocia a la
limitación
de durabilidad es la corrosión de las armaduras de acero del hormigón, de
forma que la exposición del material a aquellos agentes ambientales que de
una
forma directa o indirecta inciden sobre dicho fenómeno y las propias
características del hormigón para proteger al acero de los agentes en
cuestión
han pasado a ser uno de los ámbitos de la más reciente investigación.
De todas formas, en relación a esta problemática, hay que hacer la
observación
que, cuanto menos en España, ha afectado de una forma mucho más
generalizada a la construcción civil que a la edificación, por la sencilla
razón del
relativo escaso parque de edificios con elementos estructurales al exterior
de
hormigón visto en comparación con la casi totalidad de la obra civil
realizada a
lo largo del último medio siglo, casi toda ella en hormigón armado expuesto
a la
intemperie. Aunque también hay que remarcar que el mayor uso de los
sistemas
de prefabricación a base de grandes paneles de hormigón en otros países
de
Europa, y muy especialmente de la ex Europa del Este, extiende la
problemática de la oxidación de las armaduras y de la durabilidad del
material
en general a unos niveles realmente importantes de su parque residencial.
Los
ejemplos de la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright y de tantos otros
edificios paradigmáticos de la arquitectura moderna, objeto de importantes
obras de reparación para subsanar los efectos de dicha casuística ponen de
relieve, a otra escala, su indudable importancia.
Resulta de interés observar en relación a los diversos procesos y factores
que
inciden sobre la oxidación de las armaduras y la corrosión del hormigón, la
creciente importancia que se les ha ido asignando en las sucesivas
Instrucciones españolas y de muchos otros países a medida que se iba
constatando en la
práctica de su uso su carácter de factor clave en tanto que limitadores de
lo que
se ha venido en llamar la “vida útil” del material. Así vemos como a partir
de
las pocas prescripciones - aunque significativas por su prematura
consideración
- recogidas en la primera Instrucción del hormigón armado aparecida el
año
1939, referentes a los recubrimientos mínimos en elementos a la
intemperie,
contenido mínimo de cemento, duración del tiempo de curado y máxima
absorción de agua, la Instrucción española del año 1988 incorporaba
nuevos
conceptos y matizaba los anteriores, incluyendo aspectos tales como la
limitación de la anchura de las fisuras en función de las condiciones
ambientales y la regulación de la relación agua/cemento, llegándose a la
actual
EHE-98, en donde se destina un capítulo entero al tema, incorporando
otros
muchos aspectos y cuestiones, tales como la cita a las formas y detalles
estructurales referentes a la evacuación del agua, las juntas, los apoyos,
drenajes,
etc., la prescripción de hormigones de resistencia característica mínima de
20
N/mm2, la incorporación obligada de los separadores, una mayor
especificación de las condiciones ambientales de exposición para la
determinación de los recubrimientos, los contenidos de agua y cemento, la
resistencia frente a las heladas, el agua del mar, la erosión, la reactividad
álcaliárido,
etc.
De todas formas, a pesar de los avances en el campo de la normativa,
muchos
otros aspectos relacionados con unos hábitos inadaptados al concepto de
durabilidad, no han evolucionado suficientemente ni se han tratado de
corregir
con especificaciones de Proyecto eficaces. Si bien la lista de dichos
aspectos
podría ser muy larga, se pueden incluir a modo de ejemplo las
características de
los cementos utilizados, el empleo de áridos inadecuados, la elección de
dosificaciones ateniéndose sólo a la resistencia mecánica del material, o las
propias condiciones de su puesta en obra, con compactaciones
insuficientes y
curados inexistentes.
Sin embargo, en estos momentos, con la experiencia acumulada, se puede
ya
predecir que no es suficiente una buena normativa y la mejora progresiva
de
unos determinados hábitos para hacer del hormigón armado un material
imperecedero. Hay que partir, pues, de la base de que la durabilidad del
material
depende de unas condiciones intrínsecas del propio material, de unos
factores
ambientales y, en su caso, de unos operaciones de mantenimiento que es
preciso definir. El establecimiento previo de la “vida útil” del material o del
edificio en que se aplique se hace por tanto necesario para concretar en
cada
caso las características del propio material, el diseño de los elementos con
él
fabricado, sus condiciones de ejecución y la necesidad periódica de
operaciones
de inspección o mantenimiento para garantizar su seguridad o aspecto
durante
el tiempo especificado. Ésta será la tarea más inmediata en torno al tema
de la
durabilidad del hormigón armado.

2.3 Las deficiencias derivadas del diseño y cálculo estructural


No cabe duda que las deficiencias debidas al diseño y al cálculo estructural
han
sido muchísimo menos frecuentes que las debidas a las enunciadas
anteriormente referentes a la deformabilidad de los forjados y a la
corrosión de
los aceros, en especial si se excluye lo que pueda haber de error en el
cálculo de
las deformaciones de los techos planos y toda la casuística relacionada de
alguna forma con los terrenos de cimentación, al no depender, en general,
esta
última, del material con que se resuelve la estructura del edificio sino del
acierto
en la consideración de las características geotécnicas y geológicas del
terreno.
Nos queda así, con estas exclusiones, un cierto número de situaciones,
achacables ya sea a algunos hábitos adquiridos en la consideración de las
acciones o al propio contenido de las normas; situaciones que han
comportado
un significativo número de actuaciones de refuerzo aconsejadas por una
explicable prudencia de la decisión técnica. Sin pretensión de
exahustividad, se
pueden incluir en esta relación la omisión de la acción del viento en el
cálculo
de las acciones, lo cual ha comportado que un cierto número, nada
desdeñable,
de edificios de más de nueve o diez plantas construidos en los años sesenta
y
principios de los setenta del pasado siglo hayan sido objeto de refuerzo de
sus
condiciones de arriostramiento vertical (fig. 10,11,12,13). Se puede incluir
también los refuerzos de ábacos en forjados planos, como consecuencia del
aumento del nivel de exigencia frente al punzonamiento en los sucesivos
textos
normativos. Y se pueden añadir, por último, los refuerzos a cortante en
forjados planos (en especial en el arranque de los nervios, junto al
macizado del
ábaco), los refuerzos de ménsulas cortas y los refuerzos de pilares, si bien
las
actuaciones en estos últimos deben su origen en muchas ocasiones a la
baja
resistencia estimada del hormigón o a deficiencias en la disposición de los
cercos.
2.4 La casuística específica del cemento aluminoso
La última década del pasado siglo estuvo marcada en España por el fuerte
impacto social causado por la información hecha pública referente a la
factible
carencia de seguridad de los elementos prefabricados con presencia de
cemento
aluminoso en su composición, a raíz del funesto colapso de un forjado en
un
edificio de un populoso barrio de Barcelona y otros acaecidos en otras
ciudades
españolas. La presencia de dicho material en las viguetas de los forjados de
un
importante número de edificios de viviendas construidos a lo largo de los
años
cincuenta y sesenta del pasado siglo, coincide con un periodo de fuerte
actividad en todo el sector de la edificación como consecuencia del elevado
ritmo de las migraciones internas hacia las grandes ciudades y con el boom
turístico del País7. La situación creada en torno a dicha cuestión no sólo
sirvió
para evidenciar las precarias condiciones del sector durante aquellos años
en lo
referente al control de calidad de los productos industriales, al descubrirse
importantes y reiterados
déficits en la fabricación de las viguetas (excesivas relaciones
agua/cemento,
bajos contenidos de cemento, etc.), sino que, además, generó en los medios
de
difusión y en la opinión pública un importante debate sobre el estado
general
de la edificación y sobre sus condiciones de mantenimiento que ha
derivado a
medio plazo en la asunción del problema por las instancias públicas, las
cuales
han tomado iniciativas legislativas de rango diverso que van desde las más
generales referentes a la necesidad de incluir el Plan de Mantenimiento en
todo
nuevo edificio destinado a viviendas, a las de ámbito autonómico y
municipal,
estableciendo programas para la inspección sistemática obligada de sus
parques
edificados o subvencionando el dictamen técnico que define su estado y las
obras de rehabilitación en él previstas.
Dentro de la vertiente estrictamente técnica, no hay duda de que esta
problemática ha impulsado un campo de investigación que ha trascendido
por
una parte en la búsqueda de nuevos métodos de inspección y ensayo del
material conducentes a minimizar los daños en las viguetas y a reducir los
costos de su análisis en laboratorio y, por otra parte, en un mejor
conocimiento
sobre los procesos de transformación cristalina de los hormigones
construidos
con dicho material y de los agentes que pueden incidir sobre su factible
alterabilidad. Ha trascendido también en la búsqueda de nuevos sistemas
de
refuerzo de forjados capaces de adaptarse a procesos industrializados de
producción a media y gran escala con el fin de cubrir una demanda muy
versátil
y cuantitativamente importante (fig. 14). Sin embargo, también es cierto
que
han quedado pendientes iniciativas de investigación de alcance europeo
que
hubieran permitido profundizar más en las causas y los procesos de
alteración
de dicho material.
2.5 Las condensaciones superficiales de los elementos con
función de cerramiento exterior
La presencia de condensaciones superficiales y su clásica secuela de
formación
de moho en los paramentos interiores de elementos de hormigón armado
ha
sido otra de las problemáticas frecuentes asociadas al material, cuando
dichos
elementos cumplen funciones de cerramiento exterior en las fachadas de
los
edificios de viviendas o en la proximidad de elementos estructurales
transversales a las fachadas que conectan con el interior de las mismas 1.
Especialmente grave se manifiesta el problema en los paneles
prefabricados
siempre que no se prevé la interposición total de un material específico de
aislamiento térmico entre el paramento interior y el exterior del
cerramiento,
cortando así todos los puentes térmicos posibles (fig. 15,16).
Evidentemente, la
menor capacidad de aislamiento térmico del hormigón en comparación con
el
material cerámico - del orden de la mitad en relación al ladrillo macizo y de
la
cuarta parte en relación al ladrillo hueco para grosores equivalentes -
unido a su
mayor capacidad de adsorción de la humedad ambiente y a la carencia de
enyesado interior que suele acompañar su uso, explican perfectamente este
fenómeno, bien conocido actualmente, que
tuvo su momento de mayor difusión coincidiendo con el auge de la
construcción industrializada de viviendas de los años sesenta y setenta del
pasado siglo, pero que, en menor grado, se sigue presentando cuando los
detalles constructivos de los encuentros de las fachadas se hallan mal
resueltos
o cuando la disposición del aislamiento térmico no es el correcto.
2.6 Los problemas de estanqueidad de los muros de
contención de tierras
Son muy frecuentes las humedades perceptibles en las plantas sótanos
destinadas habitualmente a aparcamiento de vehículos, provinentes de
filtraciones de agua a través de los muros de contención perimetrales de
hormigón armado (fig. 17). Diversas son las causas que las pueden
generar: la
segregación del hormigón durante su vertido, la presencia de fisuras de
retracción en el propio muro o la abertura de la junta muro-forjado por
retracción de este último o, la más frecuente junto con la anterior, por la
falta
de estanqueidad de las juntas entre bataches. La provisión de un tabicón
de
doblaje por el interior – recurso habitual - que encierra y esconde el
canalón de
recogida del agua infiltrada, no soluciona siempre el problema, puesto que
el
agua transcurre a través de los contactos entre los forjados y el muro (fig.
18);
contactos, por otra parte, de imposible evasión cuando aquellos cumplen
una
función arriostrante. Las bandas de material drenante aplicadas en estos
últimos
años en dichos contactos, mitigan el problema sin llegar a eliminarlo
totalmente. Los daños causados por el agua infiltrada son de dos tipos: los
que
afectan al uso del inmueble por acumulación de agua en las plantas sótanos
coincidiendo con las lluvias y los que afectan a las armaduras del
hormigón,
inmersas en la humedad del material que las rodea.
2.7 Las deficiencias de aspecto del hormigón arquitectónico
Han sido y continúan siendo demasiado evidentes las dificultades por
conseguir
un buen acabado de los paramentos de los edificios en que se ha confiado
su
imagen exterior al hormigón, buscando en la desnudez de su propio color y
textura la calidad formal de la obra. Es fácil constatar que junto a unos
cuantos
ejemplos de relevante factura y ejecución, como el recién acabado Palacio
de
Congresos de Catalunya, merecedor del último Premio Nacional de
Arquitectura, podemos observar otros muchos ejemplos recientes de buena
arquitectura desmerecidos por las abundantes deficiencias en sus
paramentos
de hormigón (fig. 19,20). La presencia de disgregaciones, diferencias de
color,
coqueras, fisuras, nidos de grava, juntas defectuosas, etc., etc., se asocia al
uso
del hormigón visto como una situación prácticamente inevitable que es
preciso asumir, desalentando a muchos arquitectos en adoptarlo como
opción
proyectual, a sabiendas de la alta probabilidad de que en obra acabe
perdiendo
las cualidades previstas detrás de una pintura o recubrimiento uniformador
que
logre disimular la retahíla de defectos habituales.
Cabe hacer mención en este punto, a otra de las situaciones frecuentes que
alteran el aspecto del hormigón arquitectónico: los efectos de la polución
urbana. El ennegrecimiento progresivo del material con el tiempo reduce
inexorablemente su calidad visual, mostrando con ello que, también en esta
vertiente, el hormigón no es un material eterno, y que requiere operaciones
de
limpieza, restauración y mantenimiento para seguir cumpliendo con su
función
a lo largo del tiempo. Sólo así, emblemáticos edificios como las Torres
Blancas
de Madrid y tantos otros ejemplos de la aplicación del hormigón armado
podrán seguir distinguiendo y embelleciendo la imagen urbana de nuestras
ciudades.
3 CONCLUSIONES
De la anterior relación de la problemática más común en la aplicación del
hormigón armado en la construcción de edificios en España, se pueden
sintetizar las siguientes consideraciones, en base a su utilidad de cara al
futuro
para mejorar la práctica del empleo de dicho material.
 Para resolver los problemas derivados de las deformaciones diferidas de
los
forjados planos de hormigón armado se precisa no sólo del aumento de la
rigidez de dichos elementos, si no de una visión más global de las causas
que los generan que abarque la modificación de las técnicas empleadas
habitualmente en la construcción de los cerramientos verticales, y la
adopción de nuevas técnicas y nuevos materiales más compatibles con las
características de deformabilidad de los mencionados forjados.
 El conocimiento actual de los factores que inciden sobre la durabilidad
del
hormigón armado permite plantearse nuevas metas en el establecimiento
de relaciones entre las características del material, sus condiciones de
exposición, sus necesidades de mantenimiento y la determinación de su
“vida útil” en las condiciones de servicio exigidas.
 El uso del hormigón armado arquitectónico como cerramiento exterior
precisa de la consideración de unos requerimientos específicos relativos a
sus características térmicas y de estanqueidad, las cuales condicionan el
diseño de los elementos. De entre dichos requerimientos, la eliminación de
los puentes térmicos y el control de la fisuración pueden considerarse los
más importantes.
 El uso del hormigón armado para la contención de tierras en edificios con
sótanos destinados a usos comerciales o de aparcamiento, sin posibilidad
de disposición de drenaje por su extradós, se constata de difícil garantía
frente a las filtraciones de agua a pesar del número creciente de productos
disponibles para su encauzamiento por el interior. El cuidado en la
dosificación y vertido del hormigón, la resolución de las juntas y de todos
los factores que inciden sobre la calidad de ejecución del elemento, siguen
siendo, por tanto, aspectos críticos para minimizar los riegos de
filtraciones.
 El aumento de la calidad visual de las realizaciones con hormigón
arquitectónico requiere de un esfuerzo colectivo que debe iniciarse con la
definición previa de las prescripciones técnicas del material y de su puesta
en obra en la fase del proyecto del edificio y debe perdurar en la fase de
ejecución de la obra con el seguimiento estricto de las prescripciones
establecidas, la disponibilidad de medios auxiliares y de personal
cualificado por parte del constructor y, finalmente, de la presencia de un
control de obra efectivo y exigente.
ANEXOS

Figura1. La combinación de
los forjados planos
con delgadas tabiquerías
cerámicas constituye
aún una práctica habitual

Figura 2. Inicio por la planta


superior de las
operaciones de corte de los
cerramientos
exteriores en un edificio de
nueve plantas
afectado por acumulación de
cargas a través de
forjados excesivamente
flexibles
Figura 3. Formación de junta
elástica
horizontal al nivel de cada
planta en las
fachadas del edificio anterior

Figura 4. Desatraque de las


tabiquerías en el
mismo edificio

Figura 5. Roturadas de
viguetas pretensadas en
El tramo comprendido entre
la jácena plana

Figura 6. La oxidación de las


armaduras de los
cantos de los forjados es una
de las causas más
frecuentes de roturas y
desprendimientos de las
piezas cerámicas que los
recubren

Figura 7. Paneles sandwich de


hormigón armado
sin puentes térmicos
posicionados en obras

Figura 8. Humedad en el
paramento interior de un
muro de contención de un
parking subterráneo

Figura 9. Aspecto de los


elementos exteriores de
hormigón arquitectónico en un
edificio de
terminación reciente
Figura 10. Detalle de paramento
de hormigón
Arquitectónico. Presencia de
juntas abiertas,
manchas, diferencias de color y
burbujas

Figura 11. Refuerzo de las


plantas inferiores con
Perfiles en cruz arrastrantes
para aumentar la
Resistencia del edificio a las
acciones del viento

Figura 12. Detalle del refuerzo

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