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Freudismo

Alemán: Freudianismus.
Francés: Freudisme.
Inglés: Freudianism.
fuente(90)
En la historia de la psiquiatría dinámica, se llama freudismo a la
escuela de pensamiento fundada
por Sigmund Freud. El freudismo incluye el conjunto de las corrientes que
se basan en él, sean
cuales fueren sus divergencias. La historia del freudismo y su
identificación teórica, sociológica
y política, se confunde entonces con la historia de las interpretaciones
sucesivas de la doctrina
original estructurada por Freud.
Sus herederos, a quienes se llama "freudianos", la han modificado a lo
largo de por lo menos
cuatro generaciones de pensadores, comentadores, intérpretes, terapeutas
o jefes de escuelas,
agrupados o no en diversas instituciones, entre las cuales la más antigua
y de lejos la más
poderosa es la International Psychoanalytical Association (IPA). Desde su
creación en 1910, ella
se asignó la tarea de redefinir las tareas de la enseñanza teórica y de
la formación llamada
didáctica de los terapeutas denominados psicoanalistas, con independencia
de su otra
formación (médica, psiquiátrica, profana).
El freudismo es la alianza de un sistema de pensamiento y un método
terapéutico. El sistema
freudiano se basa en: 1) una concepción del inconsciente que excluye toda
idea de
subconciencia y supraconciencia; 2) una teoría de la sexualidad extendida
a todas las formas
sublimadas de la actividad humana, y por lo tanto irreductible a la
actividad sexual y sus
transgresiones; 3) finalmente, a una aprehensión de la relación
terapéutica en términos de
transferencia. Aunque haya nacido de la medicina y la psiquiatría (y a
menudo sea practicado
por médicos o psiquiatras), el método terapéutico freudiano es el
psicoanálisis, y únicamente el
psicoanálisis. Se caracteriza por tratar mediante la palabra, y
únicamente mediante la palabra,
las enfermedades del alma (psicosis, melancolía), de los nervios
(neurosis) y la sexualidad
(perversión), excluyendo deliberadamente cualquier otra forma de
intervención -como el análisis
clínico y los cuidados corporales adaptados a cada parte del organismo,
los masajes, la cirugía,
la hipnosis, la hidroterapia, la farmacología, la sugestión, el encierro,
las terapias conductistas y
cognitivas, la presión moral mediante la persuasión o la autopersuasión,
la confesión, el trance o
el exorcismo, la coacción física y moral (con o sin abuso sexual) basada
en el reclutamiento, la
alienación, el delirio (sectas), la homeopatía, la bioenergía (medicinas
paralelas y parapsicología)
y, finalmente, los métodos ligados al ocultismo (astrología, videncia,
espiritismo, telepatía).
Con respecto a las otras medicinas del alma y del psiquismo que se basan
también en la cura
mediante la palabra, y que se agrupan en diversas escuelas de
psicoterapia, el psicoanálisis es
la única exclusivamente fundada en el sistema de pensamiento freudiano, y
la única que aplica
una técnica de la cura y de la transmisión de la clínica erigida sobre la
transferencia y sobre la
obligación del terapeuta de recurrir él mismo al psicoanálisis (llamado
didáctico, y después de
control o supervisión), así como sobre una concepción del psiquismo en la
que entran en juego
las definiciones freudianas del inconsciente y la sexualidad.
En este sentido, el freudismo está dividido en seis grandes componentes
principales que se
originaron entre 1930 y 1960: el annafreudismo, el kleinismo, la Ego
Psychology, los
Independientes, la Self psychology y el lacanismo. Las cinco primeras
están en gran medida
admitidas y diseminadas en la IPA, mientras que la sexta creó, a partir
de 1964, su propio modelo
institucional (la École freudienne de Paris). En 198 1, ésta se atomizó
en una multitud de
corrientes, entre las cuales sólo una ha fundado una nueva internacional:
la Association
mondiale de psychanalyse (AMP).
Otros métodos psicoterapéuticos, escuelas o corrientes, dicen basarse más
o menos en el
freudismo, sin adoptar su sistema de pensamiento, ni su técnica, ni su
principio didáctico. En
algunos casos han surgido de una escisión, de una disidencia o de una
colaboración con el
freudismo, conservando o no las huellas de esa pertenencia (psicología
individual, psicología
analítica, neofreudismo, terapia guestáltica, neopsicoanálisis, análisis
existencial,
etnopsicoanálisis, psicología de las profundidades, etcétera), y otras
veces son independientes
del freudismo y se desarrollaron en sus márgenes, según una dialéctica de
la interioridad y la
exterioridad (psicodrama, psicología clínica, medicina psicosomática,
psicoterapia institucional,
terapia familiar).
Como sistema de pensamiento, el freudismo ha influido sobre las artes y
sobre los ámbitos del
saber preexistentes a él (psicología, psiquiatría, filosofía, historia,
religión, literatura, pintura);
también sobre todos los que se constituyeron al mismo tiempo que él,
planteándose interrogantes
comparables (antropología, sexología, criminología, lingüística).
Habiendo atravesado el siglo XIX,
el freudismo se cruzó por otra parte con la historia de dos grandes
corrientes de pensamiento
que se desarrollaron mundialmente y dieron forma a movimientos: el
marxismo y el feminismo.
También atravesó la historia del cinematógrafo, nacido al mismo tiempo
que él.
En tanto que escuela de pensamiento que realiza la alianza de un saber
clínico con una teoría y
un movimiento institucional, el freudismo ha producido una historiografía
oficial basada en la
idealización de sus orígenes (idolatría del maestro fundador), y un
dogmatismo. Por las mismas
razones, debido a la diversidad de sus escuelas y sus corrientes, suscitó
en su propio seno las
condiciones para una crítica de ese dogmatismo.

Lacanismo
Alemán: Lacanianismus.
Francés: Lacanisme.
Inglés: Lacanianism.
fuente(38)
En la historia del movimiento psicoanalítico, se llama lacanismo a la
corriente representada por los
diversos partidarios de Jacques Lacan, de todas las tendencias. La
refundición lacaniana tomó
cuerpo en Francia entre 1953 y 1963, desembocando más tarde, con la
creación en 1964 de la
École freudienne de Paris (EFP), en un vasto movimiento institucional, y
después en una nueva
forma de internacionalización, en ruptura definitiva con la International
Psychoanalytical
Association (IPA). Después de la muerte de Lacan en 1981, el lacanismo se
atomizó en una
multitud de tendencias, grupos, corrientes y escuelas que forman una
potente nebulosa
diversamente implantada en muchos países.
Como el annafreudismo, el kleinismo y otras corrientes externas o
internas a la IPA, el lacanismo
pertenece a la constelación freudiana, en la medida en que se reconoce en
la doctrina fundada
por Sigmund Freud y se distingue claramente de las otras escuelas de
psicoterapia por su
adhesión al psicoanálisis (es decir, a la cura por la palabra como único
lugar del tratamiento
psíquico) y a los grandes conceptos freudianos funda~ mentales: el
inconsciente, la sexualidad,
la transferencia, la represión, la pulsión.
No obstante, a diferencia del annafreudismo, de la Ego Psychology y de la
Self Psychology, no
es una simple corriente sino una verdadera escuela. En efecto, se ha
constituido como un
sistema de pensamiento a partir de un maestro que modificó totalmente la
doctrina y la clínica
freudianas, no sólo creando conceptos nuevos, sino también una técnica
original de la cura, de
la que se desprendió un tipo de formación didáctica diferente de la del
freudismo clásico. En este
sentido, es comparable al kleinismo, diez años anterior a él; de hecho,
está sobre todo
emparentado con el propio freudismo, del que se reivindica heredero en
línea directa, más allá de
los otros comentarios, lecturas o interpretaciones de la doctrina
vienesa.
De modo que el lacanismo se encuentra en una posición excepcional. Lacan,
en efecto, ha sido
el único de los grandes intérpretes de la doctrina freudiana que no
realizó su lectura para
"superar" o conservar esa doctrina, sino con el objetivo confesado de
"retornar literalmente a los
textos de Freud". Puesto que surgió de ese retorno, el lacanismo es una
especie de revolución al
revés, no un progreso respecto de un texto original, sino un "relevo
ortodoxo" de ese mismo
texto.
De modo que el lacanismo va a contracorriente de las otras tendencias del
freudismo, y sobre
todo de todas sus variantes norteamericanas, calificadas peyorativamente
de "psicoanálisis
norteamericano". Con esta expresión, Jacques Lacan, y después de él sus
discípulos y
herederos, designan al neofreudismo, el annafreudismo y la Ego
Psychology. Todas estas
corrientes remiten según él a una concepción "extraviada" del
psicoanálisis, es decir, a una
doctrina centrada en el yo y olvidadiza del ello, a una visión adaptativa
o culturalista del individuo
y la sociedad.
El lacanismo tiene en común con el kleinismo el hecho de haber extendido
la clínica de las
neurosis a una clínica de la psicosis, y de haber llevado más lejos que
el freudismo clásico el
interrogante sobre la relación arcaica con la madre. En este sentido, ha
inscrito la locura en el
núcleo mismo de la subjetividad humana. Pero, contrariamente al
kleinismo, continuó, sin abolirlo,
el examen del lugar del padre, al punto de ver en el debilitamiento
simbólico de este último el
origen mismo de la psicosis. De allí su interés por la paranoia, más que
por la esquizofrenia. Por
otra parte, ha procedido a una refundición completa de la metapsicología
freudiana, creando una
teoría del sujeto (distinto del yo, del ego, del self, etcétera), es
decir, introduciendo una filosofía
del sujeto y del ser en el corazón mismo del freudismo. Además, para
pensar el inconsciente no
se ha basado en un modelo biológico (darwiniano) sino en un modelo
lingüístico.
Al pretenderse más freudiano que las diferentes corrientes del freudismo
de la década de 1950,
al aspirar incluso a desecharlas en nombre de un retorno a la pureza
original, el lacanismo ocupa
un lugar único en la historia del psicoanálisis de la segunda mitad del
siglo XX. No sólo se lo
puede separar en teoría de la obra original de la cual quiere ser el
comentario, sino que está
condenado a convertirse en la esencia misma de ese freudismo cuya bandera
vuelve a alzar,
asimilándolo a una revolución permanente o a una peste subversiva. De
allí la siguiente paradoja:
el lacanismo sólo existe porque se constituye históricamente como un
freudismo y, mas aun,
como la esencia del "verdadero" freudismo. En consecuencia, sólo puede
fundarse
sobreañadiendo el nombre mismo de Freud a su trayectoria y a sus
instituciones.
Por ello, después de haber sido expulsada de la IPA, alto nivel de la
legitimidad freudiana, la
corriente lacaniana, a partir de 1964, se vio obligada a crear un nuevo
modelo de asociación,
más legítima que la antigua legitimidad: llamó entonces escuela a lo que
se denominaba sociedad
o asociación, para significar el carácter platónico de su refundición, y
se apropió del adjetivo
freudiano para demostrar que seguía al verdadero maestro, y no a sus
herederos.
En el plano político, el lacanismo se ha implantado masivamente
exportando el modelo institucional
francés, en dos países de Latinoamérica, en la Argentina y Brasil, donde
sin embargo ha
estallado en un centenar de grupos y tendencias, y convive con un
kleinismo también muy
poderoso en el interior de la Federación Psicoanalítica de América Latina
(FEPAL), rama
latinoamericana de la IPA. Ha logrado una penetración importante en la
parte de lengua francesa
de Canadá. En Europa tuvo un desarrollo variable en los diferentes
países. Es en Francia donde
está mejor implantado. En la década de 1990, hay unos cincuenta grupos y
escuelas distribuidos
en el conjunto del territorio.
El legitimismo lacaniano es encarnado en Francia por Jacques-Alain
Miller, ejecutor testamentario
y yerno de Jacques Lacan. Él dirige por otra parte la internacional
lacaniana, la Association
mondiale de psychanalyse (AMP).
Fuera de Francia, España y algunos países de América latina, el lacanismo
se ha expandido
poco, sobre todo en los países de lengua inglesa (Estados Unidos, Gran
Bretaña, Australia).
Pero en algunos casos se ha desarrollado en la universidad, en los
departamentos de filosofía y
literatura, donde la obra de Lacan es enseñada y comentada con
independencia de cualquier
formación psicoanalítica. Éste es el caso en muchas universidades
norteamericanas.
Cuando comenzó a implantarse como método clínico, hacia 1970, el
lacanismo tomó en todo el
mundo el camino de la psicología clínica; frente a un freudismo
considerablemente medicalizado,
se convirtió de tal modo en instrumento de una expansión del análisis
profano en el terreno de
las diversas escuelas de psicoterapia, y a veces incluso en el interior
de la IPA.
Es interesante observar que a partir de 1990 comenzaron a surgir
corrientes separatistas que
tienden a hacer del lacanismo un movimiento externo al freudismo, pero
sin renegar de este
último. Lo atestigua por ejemplo el primer diccionario en inglés sobre el
tema, que apareció en
1996. Su título y su contenido sugieren que existiría un "psicoanálisis
lacaniano" (lo que Lacan
nunca quiso).
Igual que el kleinismo, el lacanismo ha generado un fenómeno de idolatría
del maestro fundador,
una hagiografía, un dogmatismo específico, y algunas "sumas" que
catalogan sus conceptos y
su historia.

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