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El arte de amar de Erich Fromm

¿Amar es un arte?

La lectura que da pie a este texto no es un instructivo sobre el amor, ni pretende


serlo. El autor nos ilustra que el amor no es un sentimiento que podamos
denominar sencillo.
El mayor problema de la gente hoy en día es el de amar pero no ser amado. Se
olvida por completo el amar y se busca el ser amado. De ahí destila la
preocupación por ser atractivo. Hay diferentes cualidades que se deben poseer
para ser atractivo acorde al modelo de la actualidad en la que vivimos. La gente
normalmente caza el éxito, el poder y el dinero. Este criterio curiosamente es
solamente aplicado en los hombres mientras que para las mujeres se requiere ser
atractiva de cuerpo y cara, tener un aspecto personal despampanante, lucirse con
su ropa, etc.
Por supuesto existen otras maneras de ser considerado atractivo, así como tener
modales agradables, ser interesante, inofensivo, etc.
Hoy en día el equivalente a ser amado es ser un individuo dotado de una mezcla
de popularidad y sex-appeal. La primera viene con la segunda y aunque yo
personalmente no he encontrado el secreto del sex-appeal, puedo constatar que
es un elemento muy importante que incluso transforma a personas no atractivas
en deseables.
La idea de un intercambio mutuamente favorable es, a pesar de ser lamentable,
cierto. Se trata a las personas como premios a conseguir y se da una interacción
de comercio y bienes en donde hay demanda en el mercado de ciertas
características. Estas características por supuesto van cambiando a través de los
años y la demanda de hace 50 años no es la misma que la de ahora. Sin embargo
siempre se tiende a tener un canon de belleza aceptada por la sociedad de la
época, el cual se convierte en la demanda de la época.
Un error primordial es creer no hay nada que aprender sobre el amor. El amor
siempre inicia como una chispa, intenso, maravilloso y milagroso; sin embargo
este tipo de amor suele terminar demasiado pronto. Debido a que no es una

Fromm, E. (1997). El Arte de Amar (p. 30). Buenos Aires: Paidos Studio.
opción el intentar vivir sin amor, se puede aprender de sus errores, examinar las
causas del fracaso y estudiar su significado.
El amor es una arte y se debe aprender desde el punto de vista teórico y práctico.
Considero importante tomar en cuenta el sentido teórico, ya que a mi parecer
muchas personas sólo se lanzan a la deriva sin tener bien en cuenta lo que implica
amar y ser amado, ni lo que implica el amor como conjunto.
A menudo se piensa que el amor es un sentimiento espontáneo y sencillo, sin
embargo requiere de esfuerzo, conocimiento y dedicación.
Sobre la teoría del amor
En este apartado el autor comienza haciendo referencia a los instintos animales
que posee el hombre. Se tiene la necesidad de acabar con la soledad. Sin duda la
soledad es uno de los peores sentimientos que se puede experimentar y los
humanos han tratado siempre de llenar el vacío.
Los encuentros sexuales han sido desde siempre una forma de llenar el vacío, sin
embargo el sexo sin amor sólo nos ofrece un escape momentáneo de la soledad.
Sin embargo en la cultura actual se da un caso de unión basada en la
conformidad, el hambre pasó a vivir en grandes grupos por lo cual pasó a ser
parte del gran rebaño que es nuestra sociedad. Pero sin duda esto no soluciona
ningún problema.
Fromm concluye que solo el amor puede lograr una fusión completa con otra
persona. Cualquier vínculo relacionado con la unidad momentánea de la
conformidad no es valida.
El amor del cual hablar Fromm es un amor maduro el cual clasifica donde "se da la
paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo
dos" (Fromm,pp.30). Me parece que el autor se refiere a la perfecta sintonía entre
dos personas sin dejar de lado su individualidad. Lo que en lo personal me parece
la base de cualquier relación estable.
Una idea con la que estoy totalmente de acuerdo es que el amor no debe de
pensarse en el sentido mercantilista donde dar implica recibir. Al final, Fromm
menciona que “el amor es un poder que produce amor”, así que al final dar implica
recibir, ya que cuando el sentimiento es sincero nunca se deja de dar por lo tanto

Fromm, E. (1997). El Arte de Amar (p. 30). Buenos Aires: Paidos Studio.
nunca se deja de recibir. No obstante el amor también requiere cuidado, respeto,
responsabilidad y conocimiento.
Es un error pensar que amamos a una sola persona, pues como dice Fromm "si
amo realmente a una persona, amo a todas las personas, amo al mundo, amo la
vida". Dicho esto se puede hacer una separación entre diferentes objetos
amorosos entre los cuales se encuentran el amor fraternal, el amor materno, el
amor erótico, el amor a uno mismo y el amor a Dios.
El amor en la sociedad contemporánea
La sociedad contemporánea se ha convertido en una sociedad mercantilista, con
personas que encajan perfectamente en el engranaje de la cotidianidad. Personas
que son consumidores compulsivos y poco críticos. Un ambiente que dificulta la
relación de amor maduro, por lo que es un constante conflicto.
El amor en la práctica
La idea principal que fue mi favorita fue que la experiencia del amor es siempre
algo único y personal. Me parece que cada quien experimenta el amor desde
diferente manera y desde diferentes puntos de vista. No obstante, aunque el amor
no tenga una receta en concreta que sea funcional para todos si se basa en
enfoques y premisas que pueden ser útiles al ser tomadas en cuenta.
La objetividad y la razón representan la mitad de lo que es necesario para dominar
el arte del amor. La otra mitad se basa en la fe, la fe en la otra persona en forma
de confianza. Pero más importante la fe en uno mismo pues "sólo la persona que
tiene fe en sí misma puede ser fiel a los demás" (Fromm, pp.119), amar significa
entregarse a la otra persona sin garantías y no hay mayor acto de fe que ese.
Finalmente el amor es sin duda la única respuesta satisfactoria a la existencia
humana, aunque sea no exacto, irreal, efímero, fugaz, definitivo, impredecible,
poderoso, divertido, triste, irreverente, maravilloso. El amor es, es y ya.

Fromm, E. (1997). El Arte de Amar (p. 30). Buenos Aires: Paidos Studio.

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