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El Silicio en los Seres Humanos y su importancia en la dieta.

Este estudio editado a modo de ensayo es una recopilaciòn de diversas


fuentes, la bibliografìa usada se encuentra detallada en el mismo.
Pablo Diaz (Copyleft) investigador y desarrollador de tecnologìas
aplicadas al cultivo y elaboraciòn de alimentos sanos para una dieta
saludable.
Compartir conocimiento nos hace libres, la tecnologìa que no se
comparte esclaviza.

El análisis de las cantidades de silicio presente en el cuerpo humano ha sido objeto de


numerosos estudios y se ha ido precisando conforme a las técnicas de medición así lo han
permitido.

Comúnmente se encuentran algunos miligramos de silicio por cada 100 gramos de tejido
humano. El silicio se encuentra notablemente en el tejido conjuntivo, en la aorta y en los
vasos sanguíneos, en los cartílagos, en el timo y las adrenales, en el hígado, el bazo, el
páncreas, la piel, las uñas, el cabello, etc…

Sin embargo lo más importante no es la presencia cuantitativa del silicio sino la manera
como se presenta el silicio en nuestros tejidos, y el rol potencialmente básico que juega en
nuestro organismo. Investigaciones recientes realizadas en los EEUU, han llevado a
formular la tesis de que en condiciones especiales el silicio podría comportarse de forma
similar al carbono. Como todos sabemos la química del carbono está la base de la vida y
este constituye un compuesto básico para los seres humanos. La tecnología química
moderna ha logrado crear compuestos poliméricos del silicio casi idénticas a las proteínas
lo cual permite establecer, al menos teóricamente, que a partir del silicio pueden
originarse formas vivas, (aunque no en las condiciones climatológicas que primaban en la
tierra cuando le dio el origen de la vida) (Kervran 1986). La importancia peculiar del silicio
radica pues en que se trata de un mineral con una estructura especial y enlaces similares a
los de carbono, por lo cual, la química del silicio constituiría un basamento tan importante
para la vida como la química del carbono.

No sin razón Jean Calcagni (1984) señala que uno no puede dejar de pensar, teniendo a la
vista de presencia universal del silicio, su analogía con el carbono y el modelo de la
diatomeas, en formular la tesis de una importancia decisiva del silicio para los procesos
metabólicos y para la vida celular en los animales superiores. De hecho, esta idea había
sido señalada tempranamente por diversos autores, entre ellos Louis Pasteur. Tomemos
como ejemplo a la autora A. Mary, quien basada en consideraciones biológicas, escribía ya
desde 1910:
” El silicio (…) nos parece destinado en el futuro, a jugar un rol terapéutico muy extenso,
no debemos dejar de utilizarlo, ya sea en pociones sea en inyecciones hipodérmicas (lo
disponible en aquel entonces). Bajo esta última forma, puede activar notablemente la
fagocitosis, contribuir a la mineralización del suero sanguíneo y de los órganos
debilitados, y regenerar las células al excitar la ósmosis. Y añade que podría utilizarse
ventajosamente en la calcificación de lesiones antiguas y en el tratamiento de
supuraciones rebeldes. Su acción, sea preventiva, sea curativa – concluye la autora- se
deduce naturalmente de sus propiedades físico- químicas, de su constancia y de su rol
osmótico en la célula organizada” (citado por J. BOUDARD, 1919).

La experiencia posterior ha demostrado el carácter polivalente de la silicoterapia.


Especialmente los trabajos de Duffaut sobre más de 50.000 pacientes han puesto en
evidencia lo atinado de estas previsiones. En efecto, según veremos, el silicio orgánico se
muestra altamente eficiente en un gran número de patologías. Y aunque hace falta
investigación por establecer su modo de acción existen ya diversos avances al respecto.

En este sentido hablaba Rudolf Steiner, creador de la antroposofía, insistiendo en que el


silicio constituye de alguna manera la bisagra entre la dimensión física y la dimensión
etérica o energética de los órganos. Es más, según Steiner existe una analogía entre el
cuerpo físico y el cuerpo energético, de suerte que en cada célula existe una estructura
vibratoria microcristalina en conexión con el material genético (citado por Kieffer, 2000).
Como todos sabemos el silicio en sus formas más puras como el cristal de cuarzo es un
gran conductor de energía como lo demuestra su uso en los micro componentes
electrónicos. Al parecer, en nuestro organismo este elemento mantiene esa función.

EL APORTE DE SILICIO

La mayoría de los nutriólogos considera que la dieta satisface la necesidad de este


material, sin embargo autores como el Dr. Atkins, citan opiniones en contrario como la de
Forrest H. Nielsen, director del Centro de Investigación de Nutrición humana en los
Estados Unidos (Atkins, 1999). En efecto, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la
dieta moderna genera una carencia generalizada de silicio. Veamos porqué:

Los alimentos ricos en silicio son:

La avena, el mijo, la cebada, el arroz (todos ellos


integrales), las patatas, la remolacha, la alfalfa, la soja, vegetales verdes, etc…, siendo las
fuentes más ricas de la alimentación humana los cereales integrales. En promedio la
alimentación aporta unos 30 mg al día de silicio.

La dieta moderna basada en alimentos refinados, con un bajo consumo de vegetales, con
suelos empobrecidos y animales de crianza industrial, genera una inexorable disminución
del contenido de silicio en los tejidos humanos. (Carlisle, 1974).
El estudioso norteamericano W.A. Price ha demostrado que la alimentación de los pueblos
primitivos contiene cuatro veces más minerales que la dieta industrializada moderna
(citado por Heinz Scholz, 1987).
Y a esto debemos añadir, según lo refiere Calcagni (1984), que la mayor parte del silicio
aportado por los vegetales lo es bajo la forma de cristales de opalina (inorgánico) y que, en
una oveja por ejemplo, de los 40 mg aportados al día, por el forraje solo el 0,016%
permanece en sus tejidos.
Otra fuente tradicional del silicio era el agua, pero el uso de sales de aluminio en los
procesos de potabilización en las grandes ciudades elimina las ya de suyo pequeñas
cantidades de silicio presentes al agua.
Por último, hay que recordar que, al contrario de lo que ocurre con otros minerales,
conforme envejecemos desciende el contenido de silicio en nuestros tejidos (Kieffer 2000).
A esto se aúna al hecho de que los humanos no podemos transformar en silicio orgánico el
silicio mineral que mayoritariamente aportan los vegetales

Todo lo anterior permite afirmar que la complementación con silicio es hoy en día una
necesidad generalizada, como lo demuestra la eficacia de su aplicación terapéutica en
muchas de las enfermedades típicas de la civilización moderna.

VARIACIONES DEL CONTENIDO DE SILICIO EN LOS TEJIDOS CORPORALES

Amén del problema actual representado por un aporte de silicio en nuestra alimentación,
los niveles de este elemento en el organismo pueden variar por diversas causas:

Según el sexo:

Gohk y School (citados por Desmonty 1988), observaron un 35 % menos de silicio en el


tejido muscular de la mujer que en el del hombre (¿ una posible explicación del diferencial
del potencial de fuerza muscular entre los sexos?) * Charnot y Perez (ibid) observaron lo
inverso en las ratas: las hembras adultas tienen tasas más elevadas que los machos.

Según la edad:

Monclaux (citado por Desmonty 1988) ha señalado un descenso general de los niveles de
silicio en el cuerpo en el curso del envejecimiento. Así, por ejemplo, la tasa de silicio en los
tejidos tegumentarios disminuye un 30 %, en la pared aórtica estudiada detenidamente
por LOEPER (citada por Fourtillan 1971) se encuentra una tasa de silicio 4 veces más
elevada en los niños que en las personas de edad. James Duke (1998) señala que con la
edad y el descenso de los estrógenos disminuye la absorción del silicio lo cual a su vez
determina la tendencia a la descalcificación potencialmente típica de la menopausia.
Con la edad disminuye la absorción intestinal del silicio (Desmonty 1988). Charnot y Perez
(citados por Desmonty 1988) constataron que en las ratas se produce una reducción del
contenido de silicio en el tejido ungueal, intestinal y gingival en el curso del
envejecimiento siendo peor en las hembras. La tasa de silicio de la aorta, el timo y la piel
en los humanos, decae con la edad (Murray 1996).

En ciertas patologías

En la tuberculosis se produce una pérdida acelerada del silicio contenido en el organismo


(lo cual condujo diversas experiencias terapéuticas con silicio en estos casos desde los
albores del siglo XX.

En el cáncer, Remmets (citado por Desmonty 1988) ha constatado un descenso


significativo de la tasa de silicio en el tejido conjuntivo (ver más adelante).

En la ateroesclerosis

En la aorta y las arterías afectadas por placas (ateroesclerosis) encontramos de 14 a 20


veces menos de silicio que en las arterías normales.

Este déficit afecta sobre todo las capas llamadas intima y media (Desmonty 1988).

Recordemos que el silicio le confiere su flexibilidad a las arterias.

En patologías óseas

En primer lugar debemos resaltar que al comienzo de los procesos de desmineralización es


la tasa de silicio lo que decae brutalmente: hasta un 50 % mientras que la del calcio y el
azufre sólo caen en un 5 a 8% (Desmonty 1988). En diversas patologías óseas se constata
una pérdida progresiva del silicio por parte del hueso: osteomalacia, tuberculosis ósea,
osteosarcoma, (no confundir con los padecimientos muy numerosos, en los cuales la
carencia de aporte, mala absorción o deficiente metabolismo del silicio terminan
afectando a los tejidos osteoarticulares).

LA ABSORCIÓN DEL SILICIO

Al parecer se absorbe básicamente por el duodeno. Sin embargo hay que hacer notar que
en la forma orgánica el silicio es fácilmente absorbido a través de la piel, como lo
demuestran los trabajos desarrollados durante años por Duffaut con moléculas de uso
cutáneo. Con la edad disminuye la absorción intestinal del silicio.

FOURTILLAN, Jean Bernard; Estude Chimique et pharmacodynamique de quelques derivés


organosilicies hidrosolubles, tesis para obtener el título de Dr. En Farmacia, presentada el
1º de octubre de 1971 en la universidad de Burdeos en Francia.

La eliminación del silicio:


Normalmente ocurre por vía renal y heces fecales, pero también perdemos silicio a través
de otros tejidos; al cortar el cabello, las uñas, en las mucosidades, etc…

La regulación del metabolismo del silicio:

Charnot y Perez (citados por Desmonty, 1988) estudiaron la regulación endocrina del
metabolismo del silicio, de su absorción intestinal y su fijación en determinados tejidos
(uñas, dientes, encías) en ratas de ambos sexos.

Los experimentos consistieron en estudiar animales a los cuales se les habían extraído los
ovarios, o las tiroides o las adrenales. Estos investigadores dejaron claro que el
metabolismo del silicio está influido hormonalmente:

En los machos los esteroides de la suprarrenal juegan un papel importante


En las hembras los esteroides de las gónadas y las hormonas de las suprarrenales
En las hembras disminuye severamente (50 %) la tasa de silicio en el plasma al extraer los
ovarios
En ambos sexos el envejecimiento (al parecer debido al deterioro glandular) disminuye la
tasa de silicio. Lo cual a su vez agrava los procesos de envejecimiento y la degeneración
glandular pues el silicio (según veremos) es importante para la salud glandular.
Se ha confirmado que la tasa de silicio en los tejidos disminuye en las mujeres con la
esterilización o durante la menopausa (Charnot, A. 1971)

EL SILICIO ES UN MINERAL ESENCIAL

Sólo recientemente (1972) se ha reconocido al silicio como esencial (Murray, 1996). El


silicio forma parte de los oligoelementos, es decir los elementos minerales que a pesar de
presentarse en pequeñas cantidades en el cuerpo son, sin embargo, indispensables para la
salud y la vida. Hasta ahora se han identificado 13 oligoelementos esenciales (Scholz,
1987): silicio, vanadio, molibdeno, magnesio, hierro, cobalto, níquel, cobre, zinc, selenio,
estaño, yodo y flúor.

Un oligoelemento (o un mineral) es considerado esencial si:

su carencia produce una alteración funcional en el organismo


si su presencia es importante para el desarrollo
si los síntomas patológicos generados en los diversos tejidos se asocian con una
disminución de dicho elemento en esos tejidos.
Si se observa un retorno al normal funcionamiento orgánico y una normalización del
desarrollo después de aportar (en cantidad y calidad adecuados) el elemento faltante
(Tolonen 1995; Calcagni 1984)

LA CARENCIA DE SILICIO

Como ya vimos la carencia generada por un bajo aporte de silicio suele ser mucho más
común de lo que se cree dadas las alteraciones típicas de la dieta industrializada moderna.
Los efectos de una carencia de silicio:

Retraso del crecimiento


Huesos frágiles
Piel deshidratada
Acné
Tendencia a abscesos y fístulas
Furunculosis
Amigdalitis
Deficiencia intelectual
Conjuntivitis
Caries dentales
Fragilidad y/o caída del cabello
Uñas frágiles y opacas
Tendinitis
Fibrosis
Flacidez articular
Patologías coronarias
En la tuberculosis y el cáncer se ha confirmado la falta de silicio
Alteraciones osteoarticulares y del tejido de sostén
Bajada de las defensas
Problemas bronco pulmonares

Y la lista podría crecer enormemente, pero resultará más instructivo para los lectores
retornar este tema conforme expongamos las funciones y los alcances terapéuticos del
silicio por órganos y por sistemas.

LAS FORMAS MOLECULARES DEL SILICIO Y SUS EFECTOS EN EL CUERPO HUMANO

Dentro de la historia y el uso del silicio debemos distinguir varias formas:

El silicio en forma mineral, inorgánico, cuyos efectos debemos subdividir en dos: en dosis
elevadas es tóxico, en dosis infinitesimales es terapéutico
El silicio vegetal, (la cola de caballo ha sido la fuente más común).
El silicio de fuentes animales, (la membrana interna del cascarón del huevo es rica en
silicio orgánico pero se requieren enormes cantidades de huevo para poder fabricarlo)
Las moléculas sintéticas de silicio:

Diferentes investigadores a lo largo de los años han desarrollado distintas presentaciones


del silicio con más o menos éxito (silanos, ácido salicílico, extractos de plantas o de algas o
de huevo, etc…)

La molécula Norbert Duffaut:


Esta molécula orgánica de silicio, desarrollada y perfeccionada por más de 50 años,
constituye sin lugar a dudas la forma actualmente más eficaz y poderosa del silicio y
resulta totalmente inocua, lo cual no se puede afirmar de todas las demás formas pues en
algunos casos contienen silicio inorgánico lo cual las hace menos activas e inclusive
lesivas, sobre todo para los riñones.

Como lo señala Daniel Kieffer (2000), fundador del Colegio Europeo de Naturopatía
Tradicional Holística, “ninguna otra forma de silicio, hasta donde sabemos, resulta tan
eficaz y polivalente”

LA COLA DE CABALLO (Equisetum Arvense)

Esta planta es uno de los vegetales más ricos en silicio, (5 a 77 %) presente bajo la forma
de ácido monosilícico (PDR,2000) que resulta parcialmente soluble (una décima parte,
según Kieffer 2000)

La cola de caballo ha sido aprobada por la Comisión E* (organismo científico del gobierno
alemán que ha generado la legislación sobre el uso de plantas medicinales en ese país
basándose en una revisión exhaustiva de los estudios científicos, actualmente disponibles)
para tratar infecciones urinarias, piedras en los riñones y de la vejiga, heridas y
quemaduras. Pero se le han atribuido tradicionalmente numerosas aplicaciones: diurética,
hipotensora, anticolesterol, calcificante, antiinflamatoria, astringente, antiséptica,
antiulcerosa, etc…

Hay que señalar, que sus indicaciones dependen no sólo de su riqueza en silicio sino
también de su elevado contenido de flavonoides.

Debemos añadir aquí un comentario interesante de Daniel Kieffer (2000) sobre el uso de la
cola de caballo como fuente de silicio: ” la cola de caballo presenta un tejido en forma de
filamentos cuyas dimensiones alcanzan 950 micras por 30 micras, es decir, una superficie
de 28500 micras cuadradas y de plaquetas transparentes de 300 micras por 100 micras, lo
cual da una superficie de 30000 micras cuadradas. (se trata del tamaño de una célula!!)
uno concibe mal como una partícula semejante puede ser asimilada por una célula del
mismo tamaño (salvo si una relativa solubilización interviene en el curso de un
metabolismo intermediario, lo cual parece ser el caso y la única forma de explicar los
resultados obtenidos en fitoterapia).”

Este mismo problema presentan los brotes de bambú – también ricos en silicio- pero en un
grado más alto pues se componen de grandes cristales de baja solubilidad, que pueden
generar piedras renales (kieffer 2000).

LOS EFECTOS TOXICOS DEL SILICIO MINERAL

Se sabe que respirar polvo de silicio genera fibrosis pulmonar.

Pero los datos más minuciosos respecto de los efectos nocivos de las formas tóxicas del
silicio provienen de la experimentación patogénica adelantada por los homeópatas.

ANTECEDENTES DEL USO TERAPÉUTICO DEL SILICIO


El silicio forma parte de los más antiguos remedios y se encuentra mencionado ya en los
papiros egipcios. Santa Hildeganda (siglo XII) usaba el cristal de roca con diversos fines.
Después de Paracelso (siglo XVI) cayó en el olvido y fue recuperado por Hanneman (siglo
XIX) quien desarrolló uno de los medicamentos más utilizados por los homeópatas:
Silicea, Schussler, también incluyo el silicio en su famoso sistema terapéutico. A
comienzos del siglo XIX diversos estudios tanto en humanos como en animales.

Sin embargo, aunque ya se preveía la potencialidad terapéutica de este elemento, a lo


largo de los siglos los terapeutas, los herboristas y los científicos siempre se toparon,
como ya dije, con un obstáculo difícil de vencer: la obtención de una molécula de SILICIO
ORGÁNICO, única forma en la cual puede realmente alcanzar toda su eficacia y ser
totalmente inocua la aplicación del silicio. Este problema fue resuelto, por el químico
Norbert Duffaut. En lo que sigue abordaré la presentación de diferentes experiencias
terapéuticas con diferentes tipos de moléculas del silicio, pues en todos los casos se trata
de usos válidos para el silicio orgánico.

Mencionemos en el caso del silicio mineral, a la famosa Santa Hildegarda de Bingen (siglo
XII), herbolaria y terapeuta de la edad media, quien aconsejaba también los elixires de
piedras. El cristal de roca (hoy sabemos que su acción se debe al silicio) era indicado para:
” la claridad del espíritu, el equilibrio del cerebro, la diabetes, la obesidad, la purificación
de la sangre y de los males humores, los tumores y goitres, las uñas y el cabello, la esfera
cardíaca y digestiva” (Kieffer, 2000).

LA SILICIA EN EL SISTEMA SCHUSSLER

Nombre y sinónimos: Silicea Terra, Acidum Silícicum, Silicio, Silex, cuarzo.

Por su parte Schussler contemporáneo de Haneman utilizó, también en dosis


infinitesimales, el silicio mineral para la terapéutica humana.

Schussler desarrolló un método terapéutico cercano a la homeopatía por usar dosis


infinitesimales de 12 sales, pero que se alejaba de aquella por basarse no en el principio de
los semejantes sino en el aporte de cada uno según afinidades con diversos tejidos y
funciones del cuerpo. El silicio mineral tendría las siguientes características en la
terapéutica humana según Schussler.

Localización: Se encuentra en tejido conjuntivo, epidermis, cabello, uñas, cartílagos,


sangre, bilis y orina.
Acción general: Remedio del tejido conjuntivo y de sus alteraciones. Adecuado para
constituciones mal nutridas y que sufren de mala asimilación. Útil para todo padecimiento
con formación de pus cuando se genera en la piel o en inflamaciones del tejido conectivo.
Actividad fisiológica: actúa como nutriente mineral, como elemento plástico (formador de
tejidos), apoya el crecimiento y al funcionamiento de los órganos. La silicea, dice
Schussler, envuelve los huesos, las articulaciones, las glándulas, la piel y las superficies
mucosas. Tiene una función antitóxica celular, contribuye a la síntesis del colágeno, y
regula el metabolismo del calcio.
Manifestación de su deficiencia: uñas frágiles, falta de brillo capilar, cansancio, vértigo,
dolores de cabeza hipersensibilidad al frío.
Indicaciones terapéuticas: supuraciones, granos, orzuelos, abscesos, ulceraciones,
raquitismo, anemias, agotamiento, arenillas renales.

LA SILICEA EN HOMEOPATIA

En la disciplina de la homeopatía la acción de los medicamentos es determinada


observando los efectos negativos de una dosis tóxica (en este caso de silicio), para luego
administrar dosis infinitesimales de esa misma sustancia con el fin de que el cuerpo
reconozca su desequilibrio y lo combata.

Sin embargo como lo señala Desmonty (1988) en el caso de la Silicea esta experimentación
patogénica pronto dio paso a una compilación de síntomas clínicos, es decir los síntomas
que en el proceso terapéutico demostraba mejorar la silicea. No es este el lugar para
presentar detenidamente las amplias indicaciones de la silicea. Podemos sin embargo
presentar un resumen de las mismas:

Alteración de la mineralización tisular: los problemas del metabolismo del silicio o la


carencia del mismo generan desmineralización tisular, y afectan el depósito de otros
minerales esenciales como el calcio y el potasio que son básicos para huesos y nervios.
Alteración de la integridad del tejido conjuntivo: carencia de silicio o la alteración de su
metabolismo genera fragilidad del tejido conjuntivo y tendencia a padecimientos
supurantes.
Alteración de los mecanismos generales de defensa (acción primordial del sistema retículo
endotelial en los procesos defensa: La carencia de silicio o su metabolismo empobrecido
debilita las defensas.
Se considera un medicamento de acción profunda.

Se caracteriza:

Localmente: por alcanzar a los tejidos ricos en elementos conjuntivos con presencia de
supuraciones repetitivas y/o fenómenos de esclerosis (endurecimiento).
A nivel general: por actuar sobre el desarrollo estructural , desarrollo del peso y de la
estatura, ayudando a combatir la hipotrofia y la debilitación constitucional tanto física
como psíquica.

Las indicaciones clínicas de la silicea según la homeopatía:

Problemas de osificación: Raquitismo, retardo en cerrar la fontanela, torax estrecho,


cifosis dorsal y lordosis lumbar en niños.
Supuraciones localizadas: La silicea es considerada en homeopatía como el medicamento
rey para las supuraciones.
Pueden presentarse en la piel, las mucosas, los ganglios, el aparato genitourinario, los
bronquios y los pulmones, los huesos, los ojos, los oídos, la nariz, la garganta, pus fétido.
Tendencia a fisuras
Las supuraciones se pueden asociar con fatiga y frilosidad

Fatiga intelectual: La silicea se aplica muy bien a los individuos desgastados por un
trabajo intelectual intenso y prolongado, que pueden presentar fatiga física, problemas de
memoria, sudoraciones y frilosidad. También resulta indicada para fatiga infantil.
Para el caso de cuadros supurantes la Dra. Desmonty, de quien hemos tomado estos datos,
señala las siguientes indicaciones del uso de la silicea:

Ojos; Inflamación ocular, conjuntivitis crónica, perforación y abscesos de la cornea,


orzuelos, abscesos
Oídos; Otitis de repetición, otorreas crónicas fétidas, catarro de la trompa de Eustaquio.
Nariz y garganta; Rinofaringitis de repetición, rinitis crónica, sinusitis crónica, amigdalitis
de repetición.
Bronquios y pulmones; Bronquitis crónica, asma crónica (con expectoración pulmonar),
abscesos de los pulmones, tuberculosis.
Aparato genitourinario; Infecciones urinarias crónicas, prostatitis supurante, infecciones
genitales crónicas de la mujer, abscesos de los senos, problemas cutáneos crónicos del
perineo (abscesos y fistulas)
La piel; Abscesos, úlceras varicosas, ganglios inflamados, fístulas supurantes, impétigo
infectado, piodermitis, ántrax.

Eliminación de cuerpos extraños:

La silicea ayuda a eliminar cuerpos extraños retenidos en los tejidos al promover la


supuración

Por supuesto que todas estas indicaciones así como aquellas expuestas más atrás sobre las
sales Schhussler, se refieren al uso del silicio en su forma inorgánica a dosis
infinitesimales, y en el caso de la homeopatía la dosificación y el grado de dinamización
de la silicea modifica sus efectos. Sin embargo, se puede afirmar que todas estas
indicaciones caen dentro del campo de las aplicaciones del silicio orgánico, cuya
dosificación es sumamente baja.

Esta equivalencia adquiere mayor solidez si consideramos el hecho de que en la


homeopatía se ha observado sistemáticamente que ” las dosis infinitesimales de minerales
constitutivos del organismo tiene el poder de reparar el metabolismo alterado de dichos
minerales” (H. Duprat, citado por la Dra. Desmonty). Dicho de otro modo: las indicaciones
clásicas del medicamento silicea, extraídas de la experiencia clínica acumulada por
décadas en la homeopatía, estarían señalando los efectos benéficos que se obtienen al
optimizar el metabolismo del silicio en el cuerpo humano. De este modo, podemos afirmar
que las observaciones acumuladas por la homeopatía, Schussler y otros sobre el
medicamento Silicea nos hablan del papel terapéutico del silicio en nuestro organismo.

GEOFAGIA (comer tierra)


La doctora Desmonty finaliza su minuciosa revisión de las indicaciones sobre la Silicea
con una breve observación sobre la geofagia. Este problema consiste en el gusto por
ingerir tierra y puede desembocar en el curso de los años en diversos problemas:

Anemia (por sustancias quelantes del hierro presentes en la tierra como silicio inorgánico)
Retardo del crecimiento
Retardo del desarrollo sexual
Crecimiento del hígado y del bazo (De los tres últimos síntomas no se conoce explicación)

Al corregirse la anemia y detenerse la geofagia los síntomas desaparecen y el crecimiento


se normaliza. Existen diversas explicaciones sobre esta patología. La Dra. Desmonty apoya
la opinión de quienes señalan que los daños podrían derivar del consumo crónico de silicio
inorgánico presente en la tierra, y que el uso de la silicea a dosis infinitesimales podría
resolver el problema.

LAS FUNCIONES VITALES DEL SILICIO Y SUS ALCANCES TERAPÉUTICOS (POR


ORGANOS Y POR SISTEMAS)

En los pasajes siguientes presentaré información generada a partir de experiencias


realizadas en el mundo científico con diferentes moléculas de silicio.

ROL CONSTITUTIVO DEL SILICIO EN EL TEJIDO CONJUNTIVO

La exposición de las funciones vitales y terapéuticas del silicio orgánico debe comenzar
por la explicación de su papel al igualar del tejido conjuntivo, pues de ahí derivan gran
parte de sus alcances terapéuticos.

El silicio aparece como parte importante de las estructuras que componen el tejido
conjuntivo como son el colágeno, la elastina, los proteoglicanos y glucoproteínas
estructurantes. En 1968 Loeper observó la abundancia del silicio en los proteoglicanos: era
del orden de 400 a 550 mg por cada 1000 gr de tejido seco (Loeper J. Y Leumpert a. “Estude
du silicium en biologie et au cours de l´atherome”, Presse Med. 1966, 74-85, 868).

Antes de pasar a exponer estas funciones vale la pena recordar brevemente las
características básicas del tejido conjuntivo, lo cuál nos dará ya una idea de la importancia
y los alcances terapéuticos del aporte del silicio orgánico.

EL TEJIDO CONECTIVO

Recordemos que los tejidos del organismo componen a todos los órganos. La ciencia
moderna clasifica en 4 grupos los tejidos corporales:

– Epitelial

– Conectivo
– Muscular

– Nervioso

El tejido conectivo cumple numerosas funciones de vital importancia:

De sostén para otros tejidos


De movimiento
De nutrición para otros tejidos
De englobamiento o empaquetado de materiales en los espacios existentes entre
los órganos
De defensa del organismo a través de la fagocitosis (ANATOMIA Y FISIOLOGIA
HUMANA DE Jacob Francote Lossow, ED. INTERAMERICANA, MEXICO, 1982. Fagocitosis:
del griego fagos, devorar, constituye una de las funciones defensivas básicas,
desplegada por los glóbulos blancos capaces de devorar agentes extraños a la
economía corporal). Y la producción de anticuerpos (Anticuerpos: son proteínas
especializadas producidas por el tejido linfoide que tiene la capacidad de
ligarse a los elementos extraños al organismo (bacterias, virus, etc…) y
comenzar la reacción defensiva en contra de dichos elementos).
El tejido conectivo se compone de un lado, de abundantes sustancias extracelulares y del
otro, de células, los fibrositos, encargados de producir dichas sustancias, de asegurar su
mantenimiento y su degradación. El componente extracelular del tejido conjuntivo o
conectivo, se denomina matriz y varia en tipo y en cantidad. Dicha variación, entre otras
cosas, genera las diferentes clases del tejido conectivo que encontramos en el cuerpo. La
matriz del tejido conectivo se compone a su vez de fibras repartidas al interior de una
sustancia fundamental amorfa.

LAS FIBRAS

Las fibras (compuestas de glucoproteínas) se clasifican según el tipo de macromoléculas


que las componen, lo cual determina a su vez sus propiedades:

Fibras de colágeno: el colágeno es una proteína fibrosa, presente en todos los vertebrados
y que en los mamíferos constituye el 25 % de su peso.

Las fibras colágenos – la más amplia presencia en el cuerpo- son muy elásticas y dan a los
tejidos su resistencia a la tensión, como en los tendones, por ejemplo. Estas fibras se
conforman de haces de fibrillas, compuestas por cúmulo de moléculas de colágeno. El
colágeno está compuesto por aminoácidos y son los enlaces entre los mismos lo que da su
estabilidad a sus fibras.

Al absorber la molécula básica de colágeno en el microscopio electrónico se logra ver un


largo filamento llamado tropo colágeno, se conforma de 3 cadenas de aminoácidos
enrollados entre sí en forma de hélice. Cada cadena a su vez está enrollada para formar
una cuerda, y existen enlaces que forman estas cuerdas. Los filamentos de tropo colágeno
miden 28 nanómetros de largo y 5mm de grueso.

De acuerdo con Desmonty (1988) ES EL SILICIO EL QUE PROPORCIONA LOS ENLACES


COVALENTES QUE LE DAN ESTRUCTURA AL COLAGENO, (señalamos de paso que la
deficiencia de vitamina C también genera trastornos del colágeno).
Fibras elásticas: como su nombre lo dice pueden estirarse hasta alcanzar varias veces su
tamaño y regresar rápidamente a su dimensión inicial. Este tipo de fibras dan electricidad
y extensibilidad a los tejidos. Esto resulta vital en los tejidos que deben extenderse y
contraerse para cumplir sus funciones tal y como las grandes arterias.

Las fibras elásticas están constituidas principalmente de una proteína llamada elastina. La
elastina a diferencia del colágeno y la sustancia fundamental es insoluble.

TAMBIÉN LA ELASTINA ES RICA EN SILICIO EL CUAL INTERVIENE DÁNDOLE SU


ARQUITECTURA A LAS FIBRAS DE ELASTINA Y DETERMINA EL TAMAÑO DE LAS
MOLÉCULAS DE ELASTINA (DESMONTY 1988).

Las paredes de las arterias, la piel y los ligamentos son muy ricas en elastina. Las fibras
reticulares: estas fibras también se componen de fibrillas de colágeno que conforman las
fibras de colágeno. Pero en las fibras reticulares dichas fibras de colágeno conforman una
red laxa y delicada y no haces gruesos. Las fibras reticulares son abundantes en los tejidos
conectivos laxos especialmente en el tejido reticular (ver más adelante).

LA SUSTANCIA FUNDAMENTAL

Es aparentemente amorfa y constituye un medio complejo, compuesto de agua, minerales,


mucopolisacáridos y glicoproteínas.

En un medio vicioso, debido a su estado coloidal. El silicio por su capacidad para


restablecer el equilibrio bioeléctrico del medio es capaz de intervenir regulando la
viscosidad de la sustancia fundamental, lo cual es, a su vez, básico para su buen
funcionamiento.

El tejido conectivo puede dividirse para su estudio, en tejido conectivo laxo y tejido
conectivo denso.

EL TEJIDO CONECTIVO LAXO (TCL)

El TCL llena espacios entre los órganos y también penetra en ellos, las fibras que lo
componen no están estrechamente entrelazadas. La histología lo clasifica lo clasifica en
tres tipos: areolar, adiposo y reticular.

Tejido aerolar: es el tejido conectivo más ampliamente distribuido, está conformado a


manera de una estructura flexible atravesada por filamentos múltiples y delicados, es algo
elástico y resiste desgarros. Composición del tejido areolar: el tejido areolar contiene
fibroblastos, macrófagos, leucocitos, células cebadas y células mesenquimatosas.

Los fibroblastos son las células capaces de producir fibrillas, actúan de manera importante
en los procesos de cicatrización.
RECORDEMOS QUE LOS FIBROPLASTOS DEPENDEN DEL SILICIO PARA SU NORMAL
FUNCIONAMIENTO.

Los macrófagos son células capaces de devorar elementos extraños y llevan a cabo esa
labor de defensa por fuera del sistema vascular. A menudo estas células están fijas unidas
a las fibras. EL SILICIO MEJORA LA FAGOCITOSIS. Las células cebadas, se localizan junto
a los vasos sanguíneos y fabrican heparina (un anticoagulante) e histamina (sustancia
proinflamatoria promotora de las reacciones alérgicas). El silicio, es muy útil para tratar
las alergias.

Las células mesenquimatosas, son células embrionarias que tiene la capacidad de


convertirse en diversos tipos de células del tejido conectivo laxo.

Funciones del tejido aerolar

El tejido areolar es la sustancia básica de sostén, se distribuye alrededor de los órganos,


músculos, vasos sanguíneos y nervios, forma también la delicada membrana que rodea al
cerebro y la medula espinal y compone la aponeurosis superficial, una vaina de tejido
conectivo que se encuentra en la capa profunda de la piel.

Tejido adiposo: es tejido areolar especializado que contiene células que poseen grasa (los
adipositos)

Tejido reticular: conformado de fibras reticulares que se diseminan por todo el cuerpo. Sin
embargo el tejido reticular se refiere específicamente a los lugares del organismo donde
dichas fibras coinciden con las células reticulares primitivas mismas que son capaces de
generar macrófagos, que abundan en el tejido reticular. Dicho tejido está implicado
fundamentalmente en la defensa contra las infecciones y en la distribución de los
productos provenientes de la muerte celular. Este tejido conforma la estructura del hígado,
el tejido linfoide y parte de los pulmones.

EL TEJIDO CONECTIVO DENSO (TCD)

El TCD se compone de fibras de elastina y de colágeno fuertemente adheridas y se clasifica


en varios tipos según su estructura:

Disposición regular de las fibras; tendones, aponeurosis y ligamentos


Disposición irregular de las fibras; cápsulas, vainas musculares, dermis (principal capa de
la piel).
Predominio de fibras elásticas; paredes de la tráquea y de los bronquios

Por su importancia para la conformación de las fibras de colágeno y elastina y para la


integridad del tejido conectivo. EL SILICIO ACTÚA SOBRE TODAS LAS ESTRUCTURAS. El
silicio está indicado para tratar el asma, padecimientos cutáneos, y problemas de
tendones, huesos y cartílagos.
TEJIDO CONECTIVO ESPECIALIZADO (TCE)

Dentro del TCE tenemos a los cartílagos y a los huesos, la dentina, la sangre, la medula
ósea, y el tejido linfoide.

El Cartílago

En este tejido se observa una densa estructura de fibras de colágeno y elastina que le
confieren su elsticidad y resistencia. Existen diversas clases de cartílagos los hay más
rígidos y otros más flexibles. Mencionamos el cartílago hialino que constituye el precursor
de nuestro esqueleto pues a través del proceso de MINERALIZACION se transforma poco a
poco en hueso en muchas partes del cuerpo, PROCESO EN EL CUAL EL SILICIO JUEGA UN
PAPEL ESTRATÉGICO SEGÚN VEREMOS. Otro dato a resaltar, es que los, cartílagos no
poseen vasos sanguíneos y su nutrición depende de la presencia y el metabolismo del agua
en el mismo. También su función lubricante depende su riqueza en agua. COMO
VEREMOS EL SILICIO ES DETERMINANTE NO SÓLO PARA ASEGURAR LA PRESENCIA
DEL AGUA EN LOS CARTÍLAGOS SINO TAMBIÉN SU METABOLISMO.

LOS HUESOS

El hueso se conforma de una red de fibras en la cual se depositan sales de calcio. Cuenta
con una red vascular y constantemente se renueva. El silicio, según veremos, es
determinante para su bienestar-

LA DENTINA

La dentina está relacionada con el hueso, pero es más dura y más densa. La dentina rodea
la pulpa, y sobre ella se deposita el esmalte dental (el tejido más duro del cuerpo); la
dentina se compone de un sustrato orgánico sólido relleno con sales de calcio. Diversas
experiencias han mostrado que EL SILICIO MEJORA LOS DIENTES.

SANGRE Y MÉDULA OSEA

Tanto la sangre como la médula ósea, encargada de producir las células de la sangre, son
parte, especializada, del tejido conectivo. EL SILICIO ESTÁ PRESENTE EN PEQUEÑAS
CANTIDADES EN LA SANGRE.

TEJIDO LINFOIDE

Este tejido se encuentra en los ganglios linfáticos, el timo (uno de los órganos más ricos en
silicio) el bazo y las amigdalas. Su estructura se conforma de fibras reticulares entorno a
los cuales se encuentran los linfocitos (pequeños glóbulos blancos que actúan en las
reacciones inmunológicas. Existen dos tipos de linfocitos, los B y los T, que actúan
coordinadamente y de manera muy especializada para identificar y definir proteínas
extrañas al organismo y células cancerosas.
NUMEROSOS TRABAJOS HAN MOSTRADO QUE EL SILICIO MEJORA LA PRODUCCIÓN
DE LINFOCITOS Y LAS REACCIONES INMUNOLÓGICAS.

PAPEL DEL SILICIO EN EL TEJIDO CONJUNTIVO

El silicio por sus características determina la integridad del tejido conjuntivo actuando en
varios niveles:

ROL DE SOSTÉN
ROL TRÓFICO (formación del tejido)
ROL DEFENSIVO
ROL ENERGÉTICO

ROL DE SOSTÉN

El silicio actúa como cimentador de los tejidos, por su ubicuidad (está en todos los tejidos)
resistencia y los enlaces estructurantes que es capaz de crear. Además asegura la
mineralización de los tejidos:

A nivel del colágeno (la proteína más importante del cuerpo y que es usada para formar
todas las estructuras de sostén), el SILICIO conforma su estructura cuaternaría:
desprovisto de cisteína, es el silicio el que proporciona enlaces covalentes que dan
estructura al colágeno.

A nivel de la elastina (otra proteína estructurante básica) el silicio interviene dándole su


arquitectura a las fibras elásticas y determinando el tamaño de las moléculas de elastina.

Por su capacidad para formar enlaces covalentes y para mineralizar los tejidos el silicio
interviene dándole estructura y solidez al tejido conjuntivo (Desmonty 1988).

El silicio determina la formación, la estructuración y mineralización de huesos, tendones,


ligamentos y cartílagos.

ROL TROFICO

El silicio interviene en la formación y síntesis de componentes básicos del tejido


conjuntivo, lo cual se explica por su acción sobre los glucosaminoglicanos (o
mucopolisacáridos ácidos) contenidos en la sustancia fundamental: son ricos en silicio y
están implicados junto con otros elementos en la formación del tejido conjuntivo y los
cartílagos articulares.

Además el silicio participa en los procesos en los cuales están involucrados lo


mucopolisacáridos:

Crecimiento y mantenimiento del tejido conjuntivo


Regulación de la mineralización, del equilibrio iónico del metabolismo, y del agua en
dichos tejidos
POR SU ACCIÓN SOBRE EL COLAGENO

El silicio favorece la síntesis del colágeno (proteína básica para la piel, tendones,
ligamentos, huesos y todos los tejidos del organismo).

POR SU ACCIÓN SOBRE LA ELASTINA

Se ha demostrado que un descenso de la tasa de silicio en los tejidos se acompaña por un


descenso de su tasa de elastina (esclerosis).

El silicio determina pues la elasticidad de los tejidos, por lo cual, juega un papel
estratégico en la salud arterial. El mecanismo de acción es múltiple:

El silicio inhibe la producción de enzimas que destruyen la elastina


El silicio estimula la producción de sustancias que eliminan las enzimas destructoras de la
elastina
El silicio promueve la síntesis de la elastina por parte de los fibrocitos

ROL ENERGÉTICO

Se ha observado una acumulación natural de silicio a nivel de las mitocondrias de las


células hepáticas por lo cual el silicio estaría determinando la función hepática en la
metabolización de los carbohidratos. Además se ha sugerido (Williams, citado por
Desmonty) que el silicio interviene en la formación de enlaces ricos en energía en todos
los tejidos. En la literatura sobre la terapéutica con silicio es común la referencia a su
papel antiasténico (quita el cansancio).

ROL EN LA DEFENSA Y EN LA INMUNIDAD

En la defensa: La omnipresencia del silicio en el tejido conjuntivo le confiere un rol


defensivo. Se ha observado que el silicio contribuye como agente eliminador de los
desechos orgánicos: ayuda ha excretar ácido úrico, y urea, y actúa como barrera contra los
procesos degenerativos de los tejidos por ejemplo, de la piel (verrugas) de las arterias
(formación de placas), etc…

En la inmunidad: Algunos autores (Pernis y Paranetto, citados por Desmonty) mostraron


un incremento de la producción de anticuerpos en los conejos que recibían silicio. El
incremento fue de 13 veces. Este efecto dependía de un estímulo de la respuestas por parte
del sistema retículo endotelial del bazo y de los ganglios linfáticos, en los animales
tratados con silicio los ganglios eran más grandes. Por su parte Elsinger y Schiano (citados
por Desmonty) demostraron que el silicio provoca un aumento significativo de la tasa de
linfocitos circulantes, y de inmunoglobulinas (tipo G), Mancebo y col (ibid) demostraron lo
mismo en ratones para los anticuerpos IgE e Ig G1.

EL SILICIO, EL CRECIMIENTO Y EL TEJIDO OSTEOARTICULAR


Experimentos sofisticados, realizados sobre los efectos de la carencia de silicio en ratas y
pollos jóvenes llamaron la atención acerca de las consecuencias de dicha carencia sobre el
desarrollo del tejido conjuntivo y el desarrollo óseo. A partir de ahí se amplió el estudio de
la función del silicio en el tejido conjuntivo, aunque no sólo abarca funciones de
crecimiento y de sostén sino también de defensa, según veremos más adelante. Veamos
algunos estudios (citados por Calcagni 1984):

Una reducción significativa del crecimiento de las ratas resultaba de un régimen deficiente
en silicio. La estructura del cráneo y la pigmentación de los incisivos se veía afectada. La
adición de 50 mg de silicio por cada 100 gr de alimento corregía los problemas (SCHWARZ,
1970)
En otro experimento se eligieron pollos (dado su desarrollo esquelético acelerado). Se les
sometió a un régimen pobre en silicio, y se les dividió en dos grupos uno de los cuales
recibía un suplemento de silicio equivalente a 100 ppm de su dieta (bajo la forma de meta
silicato de sodio). Se observaron notables diferencias entre ambos grupos. En los pollos
exentos del complemento del silicio se produjeron:
Los metatarsianos relativamente flexibles
Huesos más cortos en las patas
Los huesos de la tibia y del fémur frágiles
El pico era flexible y faltaban los carunculos
La cresta poco desarrollada
En su comportamiento eran esquivos
Tenían un cortex ligero
Tenían en promedio un peso 30 % menor que los pollos que recibían el suplemento de
silicio
Un estudio más detallado de los huesos y de las crestas de estos pollos en comparación
con los mismos tejidos de aquellos animales que sí recibieron silicio arrojó resultados aún
más interesantes:

Se observaron grandes diferencias en la composición del hueso, siendo la más significativa


una reducción del contenido de agua en las tibias y los fémures de los pollitos con dieta
pobre en silicio. La deficiencia de agua podía llegar hasta un 35 %. Tomando en cuenta que
el principal componente ligado al agua en los cartílagos es un muco polisacárido se llevó a
cabo, adicionalmente, un estudio de la composición de los cartílagos de estos animales, se
obtuvieron cartílagos de las tibias de los pollitos, se observó en los animales que sí
recibieron un aporte de silicio, no sólo una mayor cantidad de cartílago sino también una
mayor proporción de hexosamina (un muco polisacárido)(Carlisle). En el estudio de las
crestas se confirmaron estos resultados, las crestas de aquellos animales que sí habían
recibido silicio contenían cantidades más importantes de tejido conjuntivo y de
hexosamina.

EFECTOS DEL SILICIO SOBRE LA CRESTA DE POLLOS

Por otra parte se observaron anomalías en la formación del cráneo de los pollos con dieta
pobre en silicio, se producían cambios en la arquitectura craneana y éste se mostraba más
frágil y más pequeño.
Los exámenes con rayos X, y los estudios histológicos demostraron una disminución de la
calcificación, menor cantidad de colágeno y una trabécula empobrecida (Carlisle). En
experimentos realizados en la Universidad Estatal de Letonia en el Centro de Bioquímica
Experimental, se ha observado que tras la administración de silicio a ratas y a pollos en
edad de crecimiento, este se ha aumentado entre un 25 y un 50 %. Los descubrimientos
acumulados en las últimas décadas del siglo XX han demostrado que el silicio resulta
determinante para el desarrollo ponderal y que se comporta como catalizador de la
fijación por parte del organismo de algunos oligoelementos como el azufre, el fósforo y el
calcio, determinantes para el desarrollo óseo. Hoy esta claro que el silicio está implicado
profundamente en la formación del hueso, en el completo desarrollo del tejido conjuntivo
y del tejido articular, impidiendo su degeneración y contribuyendo a conservarlos en los
adultos y en los viejos.

EL SILICIO Y LA OSTEOGENESIS

Veamos con más detenimiento la cuestión del silicio y la osteogénesis.

Los estudios clásicos han sido los de SCHWARZ y CARLISLE. (Ver bibliografía)

El silicio se presenta en tasas relativamente elevadas en sitios de calcificación


Al inicio de la descalcificación el silicio cae brutalmente (hasta 50 %) en contraste con
minerales como el calcio o el azufre que solo caen de un 5 a un 8 % (Desmonty, 1988)
Estudios con electro miografía por rayos X y punciones sobre huesos de ratas muestran la
ausencia casi completa de silicio en el hueso maduro y su presencia asociada, a bajas
concentraciones de calcio en las zonas de osteogénesis (Desmonty, 1988)
Esta misma autora señala que experimentos con ratas sometidas desde su nacimiento a un
régimen pobre en calcio demostraran la acción favorable del silicio sobre la
mineralización del hueso, en las ratas suplementadas con silicio residuo de la combustión
del hueso (cenizas minerales), mostraba un peso significativamente mayor que el de las
ratas no suplementadas.

La tasa de silicio se muestra elevada al momento del proceso inicial de calcificación y


después cae de manera marcadfa al momento en que se incrementa la tasa de calcio y
sufre su transformación en hidroxiapatita (un mineral parecido al mármol y sumamente
resistente)(ibid). La acción calcificadora y mineralizante del silicio ocurría en estos
experimentos, durante las primeras dos semanas de vida al cabo de 5 semanas ya no
existía diferencias entre los dos grupos de ratas (ibid). Tolonen (1995) refiriéndose a la
salud humana señala que cuanto más bajo es el aporte de calcio más importancia adquiere
la ingestión del silicio. Algunas investigaciones han observado que las personas que no
consumen suficiente silicio pueden ver disminuida su densidad ósea (Nielsen, 1991).
También se ha observado el efecto del silicio sobre los dientes:

En un estudio con conejos se puso en evidencia la mejoría del estado dental, los dientes
adquirían una superficie más lisa, y más regular y brillante que en los animales testigos, y
además presentaban mayor resistencia a la fibra (Faure, citado por Desmonty 1988).
También existe evidencia de que el silicio se concentra en los osteoblastos (las células
formadoras de hueso). Así mismo se ha demostrado el papel del silicio en la síntesis de los
mucopolisacáridos, que conforman la matriz proteica en la cual se deposita las sales de
calcio.

Hay que recordar aquí que el hueso está básicamente conformado por una matriz proteica
y por el depósito en ella de sales de calcio. La matriz fibrosa le permite al hueso ser
flexible y tolerar la tensión, mientras que sales de calcio depositadas (65 % de su peso) le
dan firmeza y lo capacitan para resistir la presión. En el proceso de formación del hueso se
considera que se producen primero los componentes de la matriz (proteínas-
polisacáridos, y fibras de colágeno) que conforman, gracias a modificaciones químicas, una
estructura ordenada en la cuál se depositaran en segundo lugar las sales de calcio. (Jacob
Francote Losow, 1982). De acuerdo con los datos ofrecidos hasta aquí podemos afirmar
que la importancia del silicio para la osteogénesis deriva de que interviene tanto en el
proceso de la producción de la sustancia matriz cuanto en depósito de sales en los huesos.
Per además existen datos que permiten señalar que la presencia del silicio también
contribuye a dar forma al tejido de la matriz.

En efecto, el estudio de la composición de tejidos como los cartílagos, el cordón umbilical,


etc… ha demostrado (Calcagni, 1984) que el silicio se presenta ligado al interior de
estructuras de biopolímeros polisacáridos (como el ácido hialurónico, la condroitina,
etc…) a través de enlaces no reactivos sumamente estables. Estas observaciones, señala
Calcagni, conducen a pensar que el silicio actúa como el elemento que permite los enlaces
transversales entre proteínas y polisacáridos, o entre los de estos últimos, de lo cual deriva
la importancia del mismo para conformar la estructuración ordenada de las proteínas que
constituyen la matriz del hueso. Y lo mismo vale para la totalidad del tejido conjuntivo de
nuestro cuerpo.

Después de ofrecer datos técnicos precisos sobre las concentraciones de silicio enlazado
en diversas muestras de tejido conjuntivo animal /Calcagni, 1988) concluye señalando lo
siguiente:

“Los conocimientos actuales permiten pensar que el silicio tiene un ROL ESTRUCTURAL
en el tejido conjuntivo, que está implicado en la SÍNTESIS DE LOS MUCOPOLISACÁRIDOS
y que interviene en la MINERALIZACIÓN DE LA MATRIZ ÓSEA”

La función del silicio sobre el tejido conjuntivo tiene alcances más amplios, dada la
predominancia de dichos tejidos en nuestro cuerpo.

EXPOSICIÓN DE LOS SORPRENDENTES TRABAJOS DE LOUIS KEVRAN SOBRE EL


SILICIO Y EL CALCIO

Louis Kervran es un biólogo francés, famoso por su teoría sobre las transmutaciones
biológicas de baja energía. Este autor sistematizó y desarrollo todo un conjunto de
experiencias, hechos e información que implicarían una revolución para la concepción de
la química. En efecto, mientras que dicha ciencia habla de elementos básicos inmutables,
Kervran trata de demostrar que en los organismos vivos ocurre, con bajos niveles de
energía, la transmutación de unos elementos en otros, fenómeno que de acuerdo con los
conocimientos actualmente imperantes sólo es posible para elementos radioactivos o en
sistemas de alta energía (bomba atómica; génesis de la energía solar, etc…). En lo que
respecta al calcio Louis Kervran nos recuerda los grandes enigmas que rodean el estudio
de este mineral, y propone una solución basada en la transmutación del silicio en calcio:

¿De dónde surgen las grandes masas de calcio que aparecen en la era secundaria en
nuestro planeta?
Según Kervran la única explicación posible es que se forman a partir del silicio mineral por
la acción de los microorganismos. En efecto, afirma que algunos microorganismos son
capaces de transformar el silicio en calcio, tal es el caso de los actimonomicetos del género
estreptomicetos
¿ Cómo se explica que algunas plantas como las margaritas, el trigo sarraceno, el roble y
los geranios produzcan calcio aunque crezcan sobre terrenos que no contengan dicho
mineral?

Precisamente, según él, por la transmutación del silicio en calcio


Esta misma transmutación permite explicar un enigma clásico de la biología que ha sido
observado desde hace mucho tiempo:
En 1799 el químico francés Vauquelin, se interesó por la cantidad de calcio defecado
diariamente por las gallinas. Llevó acabo un sencillo experimento con resultados
sorprendentes:
Alimentó gallinas sólo con avena, y calculó la cantidad de calcio aportado por dicho
alimento. Al medir la cantidad de calcio excretada en los huevos y las heces fecales
encontró que las gallinas excretaban 5 veces más calcio del que habían ingerido. Concluyó
que el calcio excedente había sido creado pero no supo como.
Posteriormente Prout llevó a cabo estudios sistemáticos sobre la variación de las
cantidades de calcio durante la incubación y eclosión de huevos de gallina. Demostró algo
asombroso: al salir del cascarón el pollito contiene 4 veces más de calcio del que hay
disponible en el interior del huevo.
Se objetó que el calcio provendría del cascarón del huevo, pero esto no solo no se pudo
probar sino que resulto descartado por una razón muy sencilla: la cantidad de calcio
contenido en el interior del huevo permanece constante hasta el 10º día de incubación. A
partir de ese momento la membrana se desprende del cascarón y se incrementa el espacio
de aire, por lo cual no puede haber transferencia de calcio desde el cascarón hacia el
interior del huevo.
Sin embargo, el incremento del calcio es innegable pues pasa de 0,04 gr el 10º día 0 0,18 gr
en el 20º día. ¿De dónde surge? Este enigma que ha intrigado por más de 150 años a la
ciencia se podría explicar, siempre según Kervran, porque paralelamente la membrana del
huevo incrementa progresivamente su contenido en silicio:
Según Charnot, llega a contener 154,79 mg por cada 100 gr en sus capas internas y 464,80
mg en sus capas externas.

Es pues el silicio nuevamente la solución del misterio, pues el silicio se transmuta en


calcio (Kervran 1986, p.64).
En un experimento con ratas se dividió en 3 grupos un lote de animales:

Uno recibió una dieta normal


Otro una dieta rica en calcio
Otro un complemento de cola de caballo (rica en silicio)

Se produjeron facturas óseas artificialmente. A los 10 días se observó que en el grupo con
silicio ya habían consolidado las fracturas; por el contrario, aún a los 17 días en el grupo
con calcio no habían desaparecido las fracturas (citado por Kervran).

Numerosos experimentos con germinación de semillas han demostrado una elevación de


las cantidades de calcio que se acompañan con un descenso de las cantidades de magnesio
(Kervran, p. 78)
Por otra parte existen datos que señalan la mala absorción del calcio:

Las dietas sugeridas para las gallinas ponedoras de granjas industriales incluya en
carbonato de calcio (para fortalecer el cascarón de los huevos). Sin embargo el Dr. Horwitz
del Instituto de Investigación Agrícola Volcani, de Israel demostró en 1965 que si bien
dicho mineral sería parcialmente usado para formar el cascarón, también se fijaría, en los
tejidos, notablemente en el apéndice; y siendo dicho órgano importante para la
producción de anticuerpos dicha calcificación haría que los animales fuesen más
susceptibles a enfermedades. Además el exceso de carbonato de calcio generaba
alteraciones hormonales. (ibid p. 65).

· Sabemos que el hueso se compone en 2/3 de sales minerales y 1/3 de una matriz
intersticial dice Kervran y que la composición promedio de sales es la siguiente:

– Fosfato tricálcico 85 %

– Fosfato de Magnesio 2 %

– Carbonato de calcio 9 %

– Fluoruro de calcio 4 %

Por eso mismo se ha creído que aportar calcio es la clave para tener huesos saludables y/o
para combatir la descalcificación pero, insiste Kervran, aportar calcio no resuelve el
problema.

· Como sabemos el aporte de calcio no corrige la osteoporosis y puede generar depósitos


de calcio en otros órganos. Además, el exceso de calcio puede generar depresión, astenia e
hiperemotividad, según el Dr. Montassut (citado por Kervran) el exceso de calcio genera
una alteración de la proporción potasio/calcio, y exceso de potasio en el plasma,
generando hiperexitabilidad, lo cual se corrige ingiriendo magnesio (ibid).
· En casos avanzados de desmineralización ósea y de reumatismo articular crónico el Dr.
Charnot obtuvo resultados remarcables añadiendo cantidades muy pequeñas de flúor a
dosis de silicio orgánico y de potasio. El silicio y el potasio generan calcio y el flúor
refuerza el fosfato (Kervran).

· Bajo la dirección del Dr. Charnot se llevaron a cabo numerosas experiencias con humanos
(varios cientos de casos) y estudios con animales que demostraron sin lugar a duda que el
aporte de silicio (combinado con magnesio, potasio o flúor) da excelentes resultados para
combatir osteoporosis, descalcificación y reumatismo crónico (Kervran 1986, p. 77). Estas
experiencias fueron reconfirmadas por el Dr. Monceaux en Francia /Kervran 1986, p. 47).

· El Dr. Belga, Pilsnier, especialista en nutrición, comenta en su libro Salve su salud


algunos aspectos paradójicos del aporte de calcio:

“Niños con dentición retardada que recibían una cantidad normal de calcio a través de su
dieta (de acuerdo con los criterios nutricionales clásicos) a través de frutas, vegetales,
queso, leche y carne, superaron en pocas semanas dicho retardo al ser retirados de su dieta
la leche y el queso (tradicionalmente considerados buena fuente de calcio)”.

La misma dieta pobre en calcio llevó a la rápida formación del calcio óseo en un caso
grave: una persona mayor de 60 años con fracturas del cuello del fémur, que había sido
sometida a dos cirugías, y otros tratamientos clásicos sin éxito (Kervran).

Debo señalar aquí, en concordancia con estas tesis, la observación reciente de la paradoja
de la osteoporosis y el calcio: sabido es que las poblaciones con una ingesta elevada de
calcio como los norteamericanos (600 a 900 mg / día) o los esquimales (2500 mg/ día)
presentan las más altas tasas de osteoporosis, mientras que poblaciones con una ingesta
de calcio moderada, como los bantúes (200 o 300 mg/ día) prácticamente no sufren dicha
enfermedad (Somersall 2001).

Las dietas ricas en lácteos resultan contraproducentes porque aportan poco magnesio y
exceso de proteínas acidificantes que obligan al organismo a desalojar minerales de los
huesos para combatir la acidez.

Kervran cita los trabajos del profesor Delbet y del profesor Stolkowski: el primero comenta
que “ no sabemos la forma en la cual el fosfato de calcio llega a los huesos”, de hecho,
nunca se ha demostrado que el calcio proveniente de la dieta entre a los huesos. El
segundo señala que “ es usual esconder nuestra ignorancia, sobre el origen bioquímico del
calcio dándole el nombre de proteína fosfocarbonada a la secreción de los osteoblastos
(células formadoras del hueso)” pero estas palabras sólo son una tautología que nada
explica.

En 1962 en Montreal, señala Kervran, H: Seyle, escribe una obra sustancial sobre lo que el
llama calcifilaxis (fenómeno de calcificación local de los tejidos) y comenta que “ la
naturaleza del mecanismo local de calcificación es uno de los más importantes problemas
no resueltos de la bioquímica”.
Los nuevos conocimientos, concluye Kervran demuestra que la calcificación, el desarrollo
óseo y la recalcificación se logra mucho mejor con silicio orgánico y pequeñas cantidades
de magnesio y de potasio que con calcio. Este último sería, en verdad, un derivado de esos
3 elementos básicos.

De acuerdo con Kervran esta correlación entre silicio y calcio resulta de importancia
también en sentido inverso, es decir que ante una deficiencia de silicio se pueden generar
depósitos de calcio en los tejidos. Tal es el caso de la ateroesclerosis, enfermedad en la
cual el déficit de silicio en el tejido arterial precede al depósito de calcio en el mismo. Un
aporte de silicio puede corregir el problema.

Los trabajos de Kervran demuestran pues que el silicio es la clave para reforzar los huesos,
acompañado por el magnesio y el potasio.

Los estudios realizados han demostrado que el silicio aumenta la respuesta inmune, tanto
especifica (producción de células específicas de la inmunidad) cuanto la humoral
(producción de anticuerpos).

EL SILICIO Y LA SALUD CARDIOVASCULAR

Este es uno de los campos más interesantes de aplicación del silicio. Podríamos decir que
el silicio es el gran olvidado de la salud cardiovascular, en esta área de salud el silicio actúa
a tres niveles:

– Protege la pared arterial

– Disminuye los niveles de colesterol

– Acción hipotensora

PROTECCIÓN DE LA PARED ARTERIAL

· En las arterias de los niños encontramos 4 veces más silicio que en las de las personas
mayores

· En una arteria afectada por placas de colesterol con depósitos de calcio hay de 10 a 20
veces menos silicio que en una arteria sana

· En las placas de colesterol no hay nada de silicio

Los estudios clásicos al respecto son los de Loeper (citado por Pometan 1978).

Loeper demostró que el silicio se concentra de manera especial en las paredes de los vasos
sanguíneos y sobre todo en la aorta, y les confiere la elasticidad. Además comprobó que el
contenido de silicio decae con el proceso de formación del ateroma (la placa de colesterol
que obstruye la pared arterial) Loeper observó que la tasa de silicio es más bajo cuanto
peor era la lesión ateromatosa. Y que el silicio tiene un papel protector sobre la pared
arterial.

Diversos estudios con conejos (Loeper) demostraron que la formación de las placas de
ateroma pasa de 80 % (animales no tratados) a solo 25 % en los animales tratados. Esta
acción se debe al papel protector del silicio sobre la pared arterial.

ROL CURATIVO

Otro autor (Gendre, citado por Pometan 1978) observó, mediante estudios de microscopía
electrónica sobre las paredes arteriales de conejos, que la administración de moléculas de
órgano silicios genera una desaparición de las placas de ateroma. En los animales tratados
se generaba una regresión de la lesión producida sobre los tejidos elásticos gracias al
estímulo de desarrollo de nuevas fibras elásticas, y también se observa una regresión de
los depósitos ateromatosos en las paredes arteriales.

En los animales tratados se observaba un aumento del diámetro de las fibras elásticas y un
aspecto más denso del colágeno (citado por Desmonty 1988).

En Finlandia un estudio estableció una correlación directa entre la cantidad de silicio del
agua potable y la frecuencia de los infartos: la menor ingesta de silicio se correspondía con
mayor tasa de enfermedad coronaria. Desde 1910 Fisher y Goleget (citados por Desmonty
1988) ya habían sugerido el rol protector del silicio en la ateromatosis y la esclerosis
arterial. Por su parte Kervran señaló que la falta de silicio es necesaria para que se
produzcan los depósitos de calcio en las arterias.

Bricaus (citado por Desmonty) corroboró la acción protectora de silicio sobre la pared
arterial de conejos. El mecanismo es enzimático: el silicio conserva el potencial
enzimático de las paredes aórticas lo cual permite una defensa contra la formación de
depósitos lipídicos. Se ha sugerido también que el silicio actúa dando mayor
impermeabilidad a la pared arterial.

Fourtillan (1971) presenta, por su parte, un detenido estudio de los efectos del silicio en
conejos sometidos a dietas ricas en colesterol. Estudia con detalle las alteraciones que
genera el silicio en el metabolismo de los lípidos, en las paredes arteriales y en los
mecanismos enzimáticos y concluye que el silicio orgánico se muestra susceptible de
frenar e inclusive puede impedir los procesos degenerativos que sufre el animal sometido
a un régimen rico en colesterol. Este rol protector se manifiesta por un aumento en ls
mecanismos de autodefensa y por facilitar los mecanismos de destoxificación (eliminación
de desechos orgánicos). Este autor subraya que el efecto preventivo es notoriamente más
eficaz que el efecto curativo del silicio.

ROL ANTICOLESTEROL

Pomentan (1978) refiere un estudio con animales en el cual se logró que:


– La tasa de colesterol en sangre bajara

– La tasa de colesterol en hígado bajara

ROL ANTIHIPERTENSIVO

Numerosos estudios (Pometan 1978) han demostrado el efecto antihipertensivo del silicio
orgánico.

RESUMEN

El Silicio actúa de forma polivalente en el mantenimiento de la salud cardiovascular.

1- Mantiene saludable las arterías:

– El silicio da elasticidad a las arterias. Como decía Da Vinci: ” la edad de un hombre


depende de la edad de sus arterias”. Hoy podemos afirmar que la edad de las arterias
depende de la cantidad de silicio.

– La pérdida de silicio precede al depósito de lípidos y al depósito de calcio, que


conforman las placas.

– El silicio protege las arterias de forma múltiple:

– Da integridad al tejido elástico y a los mucopolisacáridos

– Confiere impermeabilidad a dichos tejidos frente a los lípidos y el calcio

– Mantiene la integridad enzimática que protege al tejido arterial de los depósitos de


lípidos

2- El silicio disminuye los niveles altos de colesterol

3- El silicio combate la hipertensión

El Silicio es pues un protector vascular que conserva la estructura y el metabolismo de las


paredes arteriales. También se lo ha usado para tratar perturbaciones generadas por
alteraciones de los vasos sanguíneos del oído interno como zumbidos de oídos (Desmonty
1988). Antes de pasar a comentar los trabajos de Duffaut en este ámbito señalemos una
correlación interesante entre silicio y salud cardiovascular.

FIBRA, SILICIO Y SALUD CARDIOVASCULAR

Calcagni (1984) señala que es bien conocida la asociación entre la fibra y aterosclerosis.
La ingesta de fibra ha caído en 3000 % en los últimos 10 años, refiere este autor. Pero lo
que no se ha dicho es que la fibra proveniente de los cereales integrales era una de las
principales fuentes de silicio. Calcagni estudia el contenido de silicio de diversos tipos de
fibras y propone que a mayor contenido sde silicio mayor es su efecto anticolesterol. La
acción del silicio sería múltiple:

El silicio de la fibra puede ser la base de enlaces de los ácidos biliares con la fibra que
entonces atraparía más bilis y la expulsaría vía heces fecales
El silicio absorbido de la fibra protegería al sistema cardiovascular de los efectos lesivos de
los lípidos
El silicio actuaría a nivel hepático optimizando el metabolismo de los lípidos. (Calcagni
1984)
LOS TRABAJOS DE DUFFAUT

En 1957 Duffaut sintetizó una primera molécula de silicio orgánico estabilizada con ácido
cítrico. Rápidamente la probaría en el tratamiento del cáncer y las enfermedades
cardiovasculares con excelentes resultados. En los años 60 en colaboración con el
cardiólogo Roland Rager, Duffaut obtiene éxitos notables con el silicio orgánico en la
cardiología. Rager trató con éxito cientos de casos de angina de pecho, infartos de
miocardio, y arteritis de los miembros inferiores. El Dr. Rager publica un primer trabajo
sobre 50 pacientes tratados con silicio orgánico aplicado con ionocinesis (corrientes
eléctricas muy bajas y altamente estabilizadas). En un libro de 400 páginas titulados El
infarto no mata Rager publica los resultados favorables obtenidos con cientos de pacientes
y otorga numerosas entrevistas de radio y televisión y vuelve a ser objeto de alegues por
parte del gremio médico de Burdeos. En 1967 recibe un espaldarazo a nivel nacional,
Roland Rager recibe el Premio Nacional de Medicina J. Levy Briker, otorgado por la
Academia de Medicina Francesa, por su uso del silicio orgánico en la terapéutica humana.
De inmediato fue atacado por la cardilogía ortodoxa que levanta una solicitud para
prohibir el uso de esa terapia. Rager documenta sus éxitos y presenta un dossier ante las
autoridades médicas regionales (Burdeos), y después de un largo proceso gana el caso.

Paralelamente Duffaut había utilizado los órganos silicios (sin la ionocinesis) para tratar
diversas patologías cardiovasculares:

Mediante compresas sobre el plexo cardíaco aplicadas durante 8 horas todas las noches
por 15 a 30 días, obtuvo buenos resultados en casos de angina de pecho y de infartos.
En 1961 propone al Hospital de Burdeos el uso de los órganos silicios en su planta de
cardiología. Por prudencia el Director del Hospital le propone utilizarlo primero en
pesiarterites escapulo humeral. Se aplicó durante un mes combinado con ionocinesis y los
resultados fueron extraordinarios.

En 1964 un laboratorio interesado en comercializar la molécula de Duffaut llevó a cabo un


estudio sobre el ateroma en conejos, apoyándose en estudios de microscopía electrónica.
Se trató de un estudio cuidadoso que se prolongó durante 2 años, llevado a cabo en un
Instituto de Microscopía Electrónica que dependía de la Facultad de Ciencias de la
Universidad de Burdeos. El estudio se centró particularmente en el examen microscópico
de cortes histológicos de la aorta de los conejos. Más de 1000 fotografías fueron tomadas
comparando los conejos tratados y no tratados. Este trabajo magistral demostró el papel
curativo y preventivo de los órganos silicios sobre el ateroma experimental en conejos y
complemento los trabajos realizados por el Dr. Rager y Dr. Norbert Duffaut con pacientes
humanos.

COLESTEROL

Mediante compresas sobre el hígado Duffaut logró resultados espectaculares contra el


colesterol, en una centena de casos los niveles bajaban de 3,5 a 2 gr/ lit en 30 días.

HIPERTENSIÓN

Duffaut logra resultados igualmente impresionantes utilizando su molécula de silicio


orgánico junto con magnesio en compresas sobre las muñecas y la cara interna de los
codos.

BIBLIOGRAFÍA

DEVEY E.S. 1970, Scientific American 223 nº 3, 148- 158, sept.

DESMONTY, Marie- LAURE, SILICIUM ET SILICOA, Tesis para obtener el diploma de


Estado como doctora en Medicina, Universidad de Burdeos, Francia, 16 de Junio de 1988.

Dr. Atkins, Robert C. Los vitanutrientes, ed. Grijalbo, 1999.

CARLISLE, Edith M (1977). “Silicon as an essential element, Newer Candidates For


Essencial Trace Elements, Federation Proceeding, vol 33, nº 6, junio 1977”

PDR FOR HERBAL MEDICINES, ED MEDICAL ECONOMICS COMPANY, USA, 2000.

TOLONEN, Mati, (1995) Vitaminas y minerales en la salud y la nutrición, ed. ACRIBIA,


1995

SCHWARTZ (1970). “Trace Element metabolism in animals”, Ed C.F. Mill, Livingston,


Edinbivig.

El Silicio Orgánico se diferencia del mineral por la presencia de uno o varios átomos de
carbono. Bajo esta forma es uno de los componentes principales de los organismos vivos.
Sin embargo, los seres humanos somos incapaces de transformar el silicio mineral en
silicio orgánico, de suerte que con el envejecimiento nuestras reservas de este último
compuesto van disminuyendo. El químico Norbert Duffaut, sintetizó por primera vez una
molécula de silicio orgánico en 1957. Durante años trató numerosos pacientes de las más
diversas patologías. Un boton de muestra: en colaboración con el Dr. G.R Rager, Duffaut se
dedicó al tratamiento de los padecimientos cardiovasculares. Además, apoyaron su trabajo
con estudios sobre los efectos del silicio orgánico en el TRATAMIENTO DE CONEJOS A
LOS CUALES SE LES HABÍA INDUCIDO EXPERIMENTALMENTE UNA OBSTRUCCIÓN
ARTERIAL. Los resultados fueron tan exitosos que en 1967 LA ACADEMIA FRANCESA DE
MEDICINA distinguió al DR. Rager con el premio J. LEVY BRICKER en reconocimiento a
sus trabajos con los órgano- silicios en la terapéutica humana.

Los trabajos de Duffaut se extendieron en numerosos dominios: problemas hepáticos


(hepatitis y cirrosis), hipertensión, asma, bronquitis crónica, colesterol, problemas
intestinales, etc… También demostró que beneficiaba a los enfermos de cáncer y ayudaba
a tolerar mejor la quimio y la radioterapia

Para incluir silicio en forma orgànica soluble en la dieta adjuntamos esta receta
perteneciente al investigador español Alberto Borràs Gabarrò.

PROCESO CASERO DE OBTENCIÓN DE SILICIO ORGÁNICO ASIMILABLE POR


FERMENTACIÓN LÁCTEA (PATENTE E8800231).

Los pasos para la obtención del silicio son los siguientes (se trata de una exclusiva):

A partir de 100 gramos de salvado de avena micronizado, o sea en partículas muy finas, se
deslíen en 500 ml de leche ( entera, o desnatada ) y la mezcla se lleva a ebullición,
agitándola suavemente para que no se agarre.

Se deja hervir un par de minutos y se deja enfriar. Queda como una papilla clara.

Cuando está a unos 45º C, se le vierte el contenido de un yogur natural bien reciente, (125
grs) y se homogeniza, para que el yogur se distribuya regularmente.

La mezcla se distribuye en una yogurtera, y se deja fermentar unas de 5 a 6 horas. Si no se


dispone de yogurtera, su puede poner en tarros al baño maría con agua a una temperatura
entre 40 y 45º C. La temperatura óptima para el crecimiento de las bacterias del yogur,
lactobacilos y estreptococos, es de 42-43º C.

Al cabo de este tiempo se pone en la nevera, y al día siguiente ya se puede tomar.

La ebullición previa es necesaria para eliminar los microorganismos de la avena, que


aunque inocuos, pueden interferir en la fermentación del yogur y solubilizar e hidratar
algunos elementos. Las enzimas segregadas por esas bacterias durante la fermentación,
pueden ayudar a solubilizar, hidrolizando a algunas partículas más finas de los
aglomerados de compuestos insolubles de silicio, liberando ácido silícico asimilable ligado
en forma monómera a la lactosa, que impide su polimerización como forma insoluble. El
producto resultante es una pasta viscosa de sabor no precisamente exquisito, pero
bastante aceptable, y que se puede mejorar edulcorando.
Ahora citamos el blog de Arthur Salas https://artursala.wordpress.com/2012/11/12/silicio-
el-gran-elemento-silenciado-un-articulo-de-alberto-borras-gabarro/
Borrás Gabarró hace una pincelada final a la curiosa supuesta conexión con la conciencia
que tienen los elementos tetravalentes como el silicio y el carbono estudiada en la obra
de Rudolf Steiner, un tema que sin duda, se escapa por su importancia a esta entrada.
Decir si, que siempre me ha parecido curiosa la coincidencia entre la proporción
de tetravalentes carbono (20%) y silicio (0,03%) en la materia viva orgánica versus en la
materia inorgánica (silicio 28%, carbono 0,05%). Lo dejo como una “casualidad” más de la
vida, ante futuras pruebas que en un futuro espero, certifiquen que una vez más la
casualidad no es tal.

En lo sucesivo y en cursiva, son notas mías. Dejemos que hablen los genios.

El silicio es después del oxígeno, el elemento más abundante de la corteza terrestre, en la


que se encuentra en casi el 28 %, cifra que casualmente coincide con su peso atómico. En
forma muy pura es el corazón de trillones de componentes electrónicos, de ahí salió el
nombre Silicon Valley, y sus sales y compuestos, desde el vidrio, a las siliconas tienen
innumerables aplicaciones. Poco se ha divulgado sobre su papel fisiológico. Parece que no
interesa destacarlo.

LOÏC LE RIBAULT Y EL SILICIO ORGÁNICO.

Loïc le Ribault.
En Octubre de 1995, el periodista Jean Michel Graille, en el popular semanario Sud-Ouest
Dimanche, publicó un artículo de 5 páginas sobre las investigaciones del Dr. Loïc Le
Ribault, con un compuesto de silicio asimilable. Antes, escéptico y creyendo que se trataba
de un fraude, se había asesorado durante 4 meses, consultando historiales y con
entrevistas a pacientes y médicos que habían recetado este producto, acabando convencido
que tenía una acción curativa real en artrosis y similares cuadros patológicos dolorosos, en
donde es fácil y relativamente rápido de comprobar. Tres años antes, Graille había
publicado un libro: Dossier Priore; une nouvelle affaire Pasteur? sobre un revolucionario
tratamiento del cáncer con un aparato que irradiaba ondas específicas (pronto voy a hablar
sobre Georges Lakhovsky y más adelante quizás sobre Antoine Prioré de quien dejo este
interesante enlace. Quizás por que de la supuesta máquina que curaba del cáncer de Prioré,
no sabemos más que rumores y que funcionaba con enormes y rarísimas válvulas de
vacío). En su inicio había sido patrocinado por Francia, pero después de informes de
oncólogos de EEUU, fue declarado inoperante, lo que dio lugar una viva polémica en los
medios de información.

El libro de Graille, sobre Antoine Prioré.

En los años 1970 a 1980, Le Ribault era un prestigioso químico y geólogo forense, que se
había especializado en arena, y con solo unos granos, era capaz de dictaminar su
procedencia de cualquier parte del mundo mediante una nueva técnica de microscopía
electrónica que él mismo había inventado. Trabajaba para la policía francesa y de otros
países y hasta el F.B.I lo tenía como asesor. Era un personaje popular, y mimado por la
prensa, pues su experiencia forense había aclarado algunos casos dificiles, y también daba
charlas de divulgación en la Televisión. Descubrió que los granos de ciertas arenas
silíceas, debido a la actividad de ciertas bacterias, estaban rodeados de una capa
de silicio soluble, y casualmente, manipulando estas arenas con las manos, comprobó la
curación de una persistente psoriasis que padecía. Después de diversos ensayos y con una
información más amplia, publicó una serie de trabajos sobre las propiedades curativas de
este silicio soluble de la arena, a través de la Academia de Ciencias, que fueron muy bien
aceptados por la comunidad científica.
Norbert Duffaut (1923-93) suicidado en extrañas circunstancias.

El proceso de extracción de este compuesto de silicio soluble a partir de arenas, debía ser
muy laborioso, por lo que en 1982, convencido del potencial de este elemento, entró en
contacto con el catedrático de química orgánica de la Universidad de Burdeos Norbert
Duffaut, que en 1957, había sintetizado una nueva molécula de silicio orgánico,
el monometilsilanotriol CH3 Si (OH)3. A pesar de este nombre se trata de un compuesto
muy simple, metano ligado a ácido silícico, que Duffaut había comprobado que era
asimilable y sin toxicidad en animales. Duffaut, mucho antes que de Le Ribault, a través de
médicos que lo recetaban y que proporcionaba gratuitamente, había tratado a muchos
pacientes. Un importante cirujano cardiovascular, el Dr Rager recibió el premio Levy
Bricker, de la Academia Francesa de Medicina, por su publicación sobre la rápida
recuperación postoperatoria de pacientes, con este silicio. Duffaut había ofrecido repetida
y desinteresadamente sus derechos al Gobierno Francés, y nunca recibió respuesta. Le
Ribault y Duffaut colaboraron estrechamente y en 1985 registraron una patente
internacional de moléculas derivadas del primitivo monometilsilanotriol, que ofrecieron
reiteradamente al Gobierno, como coadyuvante al tratamiento de enfermedades
relacionadas con el SIDA, sin recibir respuesta. En Noviembre de 1993, Duffaut apareció
muerto en su cama, envenenado con cianuro. La policía dictaminó suicidio, pero un
experimentado químico como Duffaut, con otros muchos venenos a su disposición, no
escogería el cianuro que es extremadamente doloroso. Entretanto Le Ribault había tratado,
sin ser incordiado excesivamente, a centenares de enfermos con el preparado de silicio que
llamó de quinta generación, G-5, que se distribuía como complemento alimentario.

Ribault esgrimiendo una molécula de G5.

El conflicto estalló cuando se publicó el artículo de Graille, en el que además de informar


acerca de las excepcionales propiedades curativas del silicio, se quejaba de la ceguera de
los organismos sanitarios franceses que se empeñaban en ignorarlo. Miles de llamadas
colapsaron los teléfonos de Le Ribault, que tuvo que procurarse un local con más
operadores, amigos y médicos que lo habían recetado, para atender a las llamadas, y Sud-
Ouest Dimanche, hubo que habilitar ocho operadores para ello. Otros periódicos iniciaron
una campaña en contra y Le Ribault acabó acusado y demandado por organismos médicos
y farmacéuticos. Al principio Le Ribault, ingenuamente se alegró, ya que así, al menos se
iniciarían unos ensayos oficiales que comprobarían la veracidad de sus propiedades
curativas, pero nada se hizo. Tanto él, como sus colaboradores, recibieron amenazas y
finalmente fue detenido. Su más importante defensor, Jean Michel Graille murió
repentinamente a los 50 años de edad, mientras descansaba en su jardín en Abril de 1996.

Loïc le Ribault.

Le Ribault empezó una odisea digna de un thriller, detenciones, libertades provisionales,


huidas facilitadas por policías amigos, estancias en Antigua, en la isla de Jersey, y
finalmente en Suiza, de donde fue extraditado a Francia. (Es insólito que Suiza acceda a
una extradición por este tipo de delito, pero este país es sede de importantes
multinacionales farmacéuticas). Juzgado en Francia, finalmente quedó libre de cargos de
atentar contra la salud pública, y quedó libre, pero sin autorización para vender el G 5.
Deprimido y solo, murió en Junio del 2007, de un cáncer del que se negó a tratar. (De
hecho es más grave todavía, ya que la historia habla de que se le obligó a exiliar-se a
Irlanda, en una larga historia que por la que tampoco ahora conviene profundizar)

El monometilsilanotriol G5 comercializado y prohibido en abril de 2011.

Es obvio que las multinacionales farmacéuticas que habían invertido millones en la


síntesis, ensayos y comercialización de antiinflamatatios no esteroideos muy eficaces
(aunque con molestos efectos secundarios gástrico) no les hiciera ninguna gracia la
divulgación de Graille, sobre la eficacia y competencia de un preparado de silicio barato y
fácil de obtener, y movieran todas sus influencias para desacreditarlo y anularlo. Los
medios conspiranoicos han cargado tintas para mostrar a Le Ribault como un perseguido
mártir de la ciencia. Aunque es cierto que el silicio de quinta generación G-5,, tiene las
propiedades terapéuticas que se destacan y no es tóxico, su comercialización se basaba en
una falsedad. El monometilsilanotriol y sus derivados, son moléculas que no se hallan en la
Naturaleza, y no pueden ser consideradas como complementos alimentarios. Se trata de
una molécula sintética con un enlace directo silicio–carbono, cuando en la Naturaleza
el silicio se combina siempre con otros elementos a través del oxígeno. Ello no impide que
sea eficaz y carente de toxicidad. Los más adelante citados trabajos de Loeper sobre sus
efectos protectores ante la ateroesclerosis utilizaron esta molécula. Pero se divulgó con
una idea tendenciosa, se definió como silicio orgánico y por lo tanto “natural”, aunque lo
único que tiene de orgánico es que su molécula sintética forma parte de la Química
Orgánica, la del carbono, igual que la aspirina y miles de fármacos. Aún con su eficacia e
inocuidad, no es natural ni puede ser considerado como alimento. Estos errores y
falsedades de Le Ribault, a pesar del mérito de haber divulgado al gran público el esencial
papel del silicio y de haber beneficiado a miles de pacientes, fueron aprovechados para
crucificarlo. Los primeros cargos civiles se convirtieron en penales. Quizás confió en que su
excepcional trayectoria como forense, lo haría impune.

El artículo Nutrition News de Edith Carlisle.

Entre 1972 y 1978, la investigadora de EEUU, Edith Carlisle publicó una serie de trabajos
en pollos con dietas carentes de calcio, demostrando que el silicio era un elemento esencial
para animales superiores. Utilizaba pollos por su rapidez de desarrollo y osificación, que en
las dietas casi carentes de este elemento (solo contenían 1 ppm.) mostraban severas
malformaciones (todo esto quedará más claro cuando se hable al final de las
transmutaciones biológicas). Desde entonces su importancia en nutrición y fisiología
humana se ha estudiado más seriamente, y todas las investigaciones sugieren que es
esencial para el ser humano. Su función básica reside en tejido conjuntivo en donde juega
un importante papel tanto metabólico como estructural y en el crecimiento y desarrollo del
hueso y cartílago. En el hueso, el silicio se localiza en las áreas de neoformación, donde
promueve el crecimiento y acelera la mineralización. Un papel insospechado es como
preventivo de la arteroesclerosis (la forma más común de arterioesclerosis). Se relaciona la
escasez de silicio, contenido principalmente en la fibra vegetal y en el agua de bebida, con
el incremento de enfermedades cardiovasculares, ya que la pared arterial en sujetos sanos,
contiene una proporción excepcionalmente alta de este elemento.

La bioquímica María Linder.


Sin embargo mucho antes que Carlisle, una serie de investigadores franceses, aparte de
Duffaut y Le Ribault, y dentro del ámbito universitario, como Monceaux, Charnot, Loeper,
Schwartz, ya habían publicado varios trabajos sobre la esencialidad de este elemento, pero
al parecer tenía que ser EEUU, el que diera el espaldarazo. Más tarde en la
obra “Nutritional Biochemistry and Metabolism with clinical applications”, de María
Linder, 1985, traducido al español como “Nutrición, aspectos bioquímicos, metabólicos y
clínicos”, y utilizada como libro fundamental en especialidades universitarias, ya se destaca
la esencialidad de este elemento.

Llama la atención, que ante la abrumadora profusión de trabajos


sobre colesteroles, lipoproteínas, triglicéridos, ácidos grasos y otros lípidos, etc.,
relacionados con el mismo problema, y que indudablemente tienen una importancia de
primer orden, no se profundice, como un factor más a tener en cuenta, en la acción
protectora del silicio, una posibilidad mucho más económica. Es posible que la abundancia
y ubicuidad de este elemento, que compone el 28 % de la corteza terrestre hagan pensar
que los animales y el hombre no tengan problemas para conseguirlo, y por ello no se tiene
en cuenta en las recomendaciones nutritivas.

Tejido conjuntivo

El cuerpo humano, puede contener hasta 8 gramos de silicio, o sea más que el hierro.
Determinaciones analíticas en distintos órganos y tejidos, muestran altos contenidos en la
piel y sus faneras: pelo y uñas, y también en aorta, tráquea, tendones, en general tejido
conjuntivo, elementos que requieren resistencia mecánica, así como en la epífisis de la
cabeza de fémur, por razones obvias. Pero también se halla en alta concentración en
órganos y glándulas que no requieren esa resistencia: timo, suprarrenales, páncreas, bazo,
en donde juega un papel distinto, relacionado con los sistemas inmune y endocrino.

En el tejido conjuntivo, su papel es de primera magnitud, ya que al formar parte este tejido
afecta a todo el organismo. A nivel estructural, forma parte de las complejas proteínas
interlazan con el colágeno y contribuyen a la integridad estructural del tejido. A nivel
funcional, el silicio desempeña un importante papel en la síntesis de colágeno, la matriz
proteica encontrada en tejido conectivo y cartílago, promueve la síntesis
de prolina e hidroxiprolina, principales aminoácidos implicados en la síntesis de colágeno.
La ateroesclerosis

En su acción de refuerzo del tejido conjuntivo, juega un papel primordial en el


mantenimiento de las paredes arteriales. Su escasez aumenta la permeabilidad de la pared
arterial, favoreciendo la infiltración de lípidos y de sales de calcio, siendo una causa
importante de la ateroesclerosis. Ello apoya los estudios epidemiológicos de Schwartz en
Finlandia en donde poblaciones con dietas semejantes, pero con contenido de silicio bajo
en el agua de bebida, tenían el doble de enfermedades cardiovasculares, que las
poblaciones cuya agua de bebida tenía el doble de silicio, y la hipótesis de este mismo
autor, que la acción preventiva de la fibra dietética sobre las enfermedades
cardiovasculares, se deberá principalmente al alto contenido de silicio de esta fibra.

Los antiguos trabajos de Loeper en 1979, en la Universidad Pierre y Marie Curie de París,
confirmaron experimentalmente en conejos con dietas aterogénicas, la relación inversa
entre ateromas y el contenido de silicio de la pared vascular. Los resultados fueron claros,
el 88% de los conejos con dieta aterogénica que no recibieron silicio,
desarrollaron ateromas, mientras que lo hicieron sólo el 30% de los conejos suplementados
en silicio mediante un derivado del monometilsilanotriol.

Ateroma por acumulación de lípidos en las arterias.

Este autor, en autopsias, constató el nivel inesperadamente alto de silicio encontrado en la


pared arterial, la túnica íntima, en la aorta sana, así como su evidente disminución en
arterias con ateromas. En otro aspecto metabólico, el silicio puede ayudar a los ácidos
biliares a favorecer la eliminación de los productos finales del catabolismo del colesterol.
Ello explicaría en parte la acción hipocolesterinémica del silicio, que se ha comprobado
también en estudios realizados con ratas, donde se ha visto una clara reducción, hasta un
29 %, en las concentraciones de LDL, el colesterol malo. Es probable que haya más de un
mecanismo implicado en los efectos beneficiosos del silicio frente a la ateroesclerosis. Sin
embargo es una acción que apenas se ha investigado. Para esto ya estaban las “estatinas”,
unos fármacos que ahora ya se consideran genéricos, pero que en su tiempo fueron una
costosa “solución” para el problema del colesterol.

Tiras de colágeno.

Otro importante papel también relacionado con el tejido conjuntivo y colágeno, es en los
huesos, en los que el silicio interviene en su formación. El hueso es el único material
flexible formado por cristales de apatita (mineral de calcio y fósforo) embebido en
una matriz proteica que contiene colágeno y glicosaminoglicanos. El silicio parece jugar un
papel muy importante en las primeras etapas de desarrollo del hueso mientras se
construye la matriz proteica. También parece que aumenta la velocidad de mineralización
del hueso y mejora la deposición de calcio en el mismo, lo que tiene como
consecuencia que el hueso crezca más deprisa y más fuerte. Está demostrada la función del
silicio en la calcificación (sin relación con la vitamina D).

Una función del silicio y de la cual se ha estudiado poco hasta hace pocos años es su
relación con el sistema inmunitario. Resulta significativo que el timo y el bazo, órganos que
no requieren resistencia mecánica y tan relacionados con el sistema inmune, contengan los
porcentajes más altos de silicio en el cuerpo humano. Se sugiere que el silicio juega un
papel importante en la función inmune afectando a la proliferación linfocítica, parece que
regula la función inmune a través de la arginina. La interacción entre el silicio y
la arginina afecta a la función inmune y una deficiencia en silicio debilita la proliferación
de linfocitos del bazo en respuesta a un posible agente infeccioso. Además, su acción
bloqueante de algunos radicales libres, favorecería la actividad del sistema inmune.
La necesidad de silicio del feto, es muy elevada.

Otro aspecto desdeñado, es en el embarazo. El contenido de silicio del feto, es el más alto
del hombre en su desarrollo. Obviamente, es la madre quien lo proporciona, de los
alimentos que toma o de sus propias reservas. Se ha estudiado mucho la demanda
de calcio y fósforo por el feto (300 mgs. y 130 mgs. en las últimas semanas) y se
recomiendan dietas ricas en estos elementos con la suficiente vitamina D, pero no se dice
nada sobre el silicio, pues si este elemento no está en cantidad suficiente, el calcio no se
puede fijar. El feto no debe tener problemas de silicio, ya que lo toma de la madre y si no
está en cantidad suficiente su la dieta, estraga sus reservas, y es ella la que sufre las
consecuencias, con posibles secuelas para el futuro. Es posible que la costumbre de comer
tierra, “Lotofagia“, como pastelillos de tierras especiales, con harina y azúcar o miel, por
las embarazadas de algunos pueblos que calificamos primitivos, se deba a la necesidad de
silicio, obrando por instinto (véase una vez más el efecto Kervran), o por una tradición
centenaria que avala el resultado. Esta costumbre ha sido muy combatida, por la posible
ingesta de parásitos.

Las dietas habituales de los niños, poco amantes de verduras, al tratarse básicamente de
alimentos refinados, son pobres en silicio. Una dieta adecuada de silicio en esta época
resulta especialmente importante para el correcto desarrollo de huesos, tejido conjuntivo,
dientes, etc. Aparte de esta función plástica parece que también ejerce una acción positiva
en la hipófisis, a través de las glándulas suprarrenales.
Hueso sano y afectado por osteoporosis. La transmutación del silicio en calcio y su posterior asimilación,
jugarían un papel clave. En la vejez, hay una disminución de silicio en la piel.

Con la vejez, los niveles de silicio disminuyen en el cuerpo. Este hecho puede contribuir a
muchos factores de envejecimiento, incluyendo pérdida de masa ósea y enfermedades
cardiovasculares. La disminución del contenido de silicio en algunos tejidos como la piel,
con la edad, es un hecho. En la aorta también ha sido comprobado en animales y en el
hombre, lo que facilitaría el desarrollo de la ateroesclerosis. La diabetes senil, podría tener
como una causa la disminución del contenido de silicio en el páncreas, afectando a la
segregación de insulina. Es probable que una deficiencia en silicio (aparte de problemas
hormonales) puede ser causa de osteoporosis, el importante papel del silicio en la fijación
del calcio, hace pensar en ello. En estudios epidemiológicos, se ha visto que algunas etnias
africanas, con una ingesta mínima de calcio (con dietas que incluyen entre 200 y 450 mgs.
de calcio diarios), pero ricas en elementos fibrosos y granos como el mijo, muy ricos en
silicio, no conocen la osteoporosis. En 1993, se realizaron unos estudios en el Centro
Hospitalario de Toulon, en Francia en mujeres postmenopáusicas con osteoporosis en los
que se vio como la suplementación en silicio incrementaba de forma significativa la
densidad del fémur. En el Instituto de investigación biomédica Inserm (Francia), se
estudió el efecto que tenía la suplementación de silicio en ratas ovariectomizadas para
evitar la resorción ósea. Se pudo comprobar que no sólo disminuye la pérdida de masa
ósea sino que además se aumenta la formación de la misma hasta un 30% comparado con
el testigo.
El Silicio podría bloquear el aluminio, y retener el avance del alzheimer.

Estudios recientes demuestran que el silicio proporciona un efecto protector frente a


elevados niveles de aluminio en agua de bebida asociada con desórdenes cognitivos en
la senescencia, como el Alzheimer. Su alto contenido, junto al del aluminio en las placas
gliales de los cerebros de los afectados, hace suponer una acción bloqueante del aluminio.
El alto coste social de esa enfermedad ha reavivado el interés por el silicio como
preventivo, aunque el aluminio solo sea un factor más.

En relación con el cáncer, es obvio que el silicio no puede hacer milagros, pero algunos
autores le asignan un papel protector, o incluso retardante frente a la invasión neoplásica,
reforzando el tejido conjuntivo intercelular, impidiendo o dificultando la extensión de la
formación neoplásica, y facilitando su extirpación. Como preventivo, estabilizando el
ADN, en el que se encuentran unos pocos átomos de silicio, sustituyendo al fósforo, y
evitando mutaciones malignas. Como ya hemos citado, por su acción inmunoestimulante.
En enfermos tratados con radio o quimioterapia, podría tener una acción protectora a sus
efectos secundarios, caída de cabello, y alteraciones cutáneas, inmunodepresión etc..
Incluso como analgésico frente al dolor. Como hecho llamativo, conocemos un caso
terminal de una mujer con cáncer de huesos que debía ser tratada con opiáceos. Con un
aporte de silicio, se pudieron suprimir. Falleció sin necesidad de estos opiáceos. Es
razonable que respecto al SIDA, puede representar un elemento protector en los enfermos
tratados con retrovirales. (mi opinión sobre tal enfermedad, será expuesta en breve).

Melanoma de piel.
En alarmante incremento de melanomas extremadamente malignos en las últimas
décadas, es un hecho preocupante. Se culpa a la disminución de la capa de ozono, con el
abuso de la exposición solar para morenarse, etc, lo cual indudablemente, son factores de
primer orden, y hasta ahora no han empezado a divulgarse consejos y precauciones. Sin
olvidar estas medidas, es posible que un cutis con un nivel correcto de silicio evite o
dificulte mutaciones malignas, o las aborte antes de que se extiendan. No se ha
contemplado la deficiencia generalizada de silicio en nuestro entorno, como otro factor a
tener en cuenta en el incremento de melanomas. Todo ello es una mera suposición, pero no
carente de lógica. Un estudio analítico del contenido en silicio de la piel entre personas con
y sin melanomas nos podría aportar una información útil.

Las necesidades diarias de silicio no se han estimado por ningún organismo oficial, como
la OMS, como están claramente recomendadas para los otros minerales, calcio, fósforo,
magnesio, azufre, zinc….. Como es tan abundante en la corteza terrestre, se considera que
en la alimentación normal hay más que suficiente. Es una verdad a medias, ya que la
mayor parte del que se encuentra en los alimentos, se halla en una forma insoluble,
inasimilable. Según algunos autores, solo se asimilaría el 3 % del silicio que tomamos en la
dieta. Según algunas publicaciones, no oficiales, las necesidades diarias, RDA,
(Recomended Dietary Allovance) de silicio asimilable parece que están entre los 20 y 40
miligramos. Es probable que en los países desarrollados, por las siguientes razones,
muchas personas estén ingiriendo niveles insuficientes para una salud correcta.

La agricultura intensiva y los monocultivos, eliminan los oligoelementos como el silicio.

1º) El hombre está condicionado genéticamente desde miles de años, a dietas que tienen
como mínimo diez veces más de silicio que las actuales.

2ª) El cultivo intensivo de vegetales, granos, legumbres con abonos sintéticos, plaguicidas
y herbicidas, etc., ha reducido considerablemente la flora microbiana del humus que se
encarga de solubilizar el silicio de los silicatos del suelo, para las plantas. Este es un hecho
preocupante y reconocido por todos los agrónomos. Las plantas de los cultivos actuales
tienen menos silicio. Por ello sus cutículas son más débiles y vulnerables a las plagas. Los
tratamientos con plaguicidas para acabar con ellas, perjudican más a la flora del
humus. Una espiral nefasta.

3°) El silicio se encuentra principalmente en las partes fibrosas, que hoy en día, por el
refino de las harinas, se consumen en pequeña cantidad. Además, la poca fibra que se toma
tiene menos silicio que la del pasado.
4°) Los actuales hábitos alimentarios, propician un medio intestinal pobre en gérmenes
favorables, como son ciertas bacterias lácticas, que activan la despolimerización y
solubilización del silicio.

5º) Los tratamientos de las aguas urbanas con sales de aluminio, eliminan el silicio
originario que pueden contener.

Los esguinces podrían cicatrizar mucho más rápidamente con una dieta rica en silicio.

Estas circunstancias hacen que frecuentemente se tome menos silicio del necesario, lo cual
puede provocar carencias marginales que llevan a un debilitamiento de los tejidos que lo
requieren: tejido conjuntivo, en tendones y huesos, piel, pelos y uñas, arterias y glándulas.
Ello es difícil de diagnosticar, ya estos síntomas se solapan con otros factores, hormonales,
falta de ejercicio físico, infecciosos, incluso psicológicos a los que se les hace responsables
de estos trastornos. Una suplementación de silicio ha evidenciado rápidamente mejoras
dramáticas de dolores relacionados con el tejido conjuntivo periarticular, como
las artrosis debidas a la degeneración de este tejido, lo que hace suponer que estas
personas tenían una carencia marginal de este elemento. Aunque su acción es más lenta
que los fármacos antiinflamatorios, puede tardar más de 15 días o más a partir de su
ingesta, es un efecto muy fácilmente evidenciable, y además corrector. Ello explica el
aluvión de llamadas que recibió Le Ribault al publicarse el artículo de Graille.

Otra acción llamativa y comprobada del silicio, es la rápida recuperación de lesiones


deportivas, tendinitis, esguinces, rotura de fibras musculares, cartílagos, etc. Aceleración
de la consolidación de fracturas. En los jugadores de tenis, el llamado “codo de tenista” es
una lesión aparentemente tonta, que impide jugar y en muchos casos requiere cirugía, y
que se puede evitar e incluso corregir con una dieta abundante en silicio. En los futbolistas,
pérdidas de muchos partidos por lesiones nimias. Cuando afectan a primeras figuras,
lamentos de la afición.

COMO CORREGIR NUESTRO NIVEL DE SILICIO.

La salud de las uñas nos pueden indicar el nivel de silicio.


Es muy difícil conocer si es correcto través de un analisis de sangre. Ante todo, los actuales
instrumentos analíticos no están preparados para ello, y el nivel de silicemia es bastante
constante, por lo que no es indicativo. Normalmente por el consiguiente mecanismo
homeostático, ésta se mantiene relativamente constante, unas 0,5 ppm. en plasma. Sin
embargo algunos indicios pueden orientar. La carencia se puede detectar en las uñas y
faneras, muy ricas en este elemento. Uñas quebradizas, blandas o frágiles, pueden
indicar una deficiencia grave en silicio aunque no siempre es así. El análisis de
éstas es otra posibilidad. Las cenizas de las uñas normales dan del 19-20% de
silicio. El examen de las uñas con luz ultravioleta que las hace fluorescentes, puede ser un
método sencillo, pero requiera práctica. Muchas artritis y artrosis pueden indicar una
deficiencia corregible.

Síntesis ácido silícico.

Ante todo lo más correcto es ingerir el suficiente silicio con la alimentación, pero el alto
contenido de silicio de algunos alimentos no garantiza su asimilación. El silicio forma
compuestos muy estables que pueden ser enormemente complejos y lo que hace que en
condiciones normales sean prácticamente insolubles y por tanto no absorbibles. La única
forma soluble es el ácido silícico (Si(OH)4), siendo estable cuando se encuentra en
concentraciones muy bajas, como en las aguas de bebida (aquí en la famosa agua de Vichy
Catalán). Por ello, la importancia biológica del silicio está completamente ligada a
su hidrosolubilidad (es decir su solubilidad en agua). El silicio se halla fundamentalmente
en las partes externas de los vegetales, cubiertas de cereales, piel de frutas y en las hojas.
Las legumbres, lo contienen en algo menor proporción que los citados anteriormente. Sin
embargo, el silicio procedente de vegetales parece ser bastante poco disponible, en los
vegetales secos, como los cereales, se halla como diminutas partículas de ópalo (un mineral
silicato), llamadas fitolitos. La mayor parte, se excreta con las heces. Para algunos autores,
se estima que solo se absorbe alrededor del 3 % del silicio ingerido en dietas de origen
cereal ricas de en fibras, aunque es probable que en sujetos con una flora intestinal
eutrófica que degrade los fitolitos más susceptibles, puede ser bastante más. Sin embargo
el de las verduras tiernas está en forma de complejos solubles que en el estomago
liberan ácido silícico y su disponibilidad supera el 50 %.
El British Journal of Nutrition alertó sobre la carencia de silicio en la dieta británica.

La poca importancia que se ha dado al silicio, sumada a su engorroso método analítico, no


ha estimulado su determinación en los alimentos, por lo que hay pocos datos analíticos
fiables sobre su contenido, muy variable dependiendo del origen y de las condiciones de
cultivo. En 2005 el British Journal of Nutrition, publicó una tabla con los datos de 207
alimentos consumidos en Gran Bretaña, en cuya confección intervinieron varios centros
con muchas muestras de diversos orígenes de las que se indica el promedio. Destacamos de
ella los alimentos con un contenido más significativo, en mgs. por 100 gramos de producto.
Los autores advierten que encontraron contenidos de silicio bastante variables según la
procedencia de las muestras, y las cifras indicadas son promedios.

Salvado de avena.

El salvado de avena, 23,36 mgs. en 100 gramos. Porridge de avena seco, 11,39
mgs. Salvado de trigo 10,98 mgs., aunque cita otros datos publicados que dieron 67 y 26
mgs., Lentejas hervidas, es la legumbre más rica, 4,42 mgs. Judías tiernas, 8,73, aunque
cita otros datos 10 y 43,9 mgs. Dátiles, 16,61 mgs. Banana, 4,77 mgs. Anana pelado, 3,93
mgs. Espinacas 5,12 mgs. Otro aporte importante es la cerveza, que entre sus distintas
variedades contiene de 2,07 a 2,84 mgs, por 100 gramos. En el proceso de germinación de
la cebada, una parte importante del silicio de su cubierta, se solubiliza y es
asimilable. Conociendo el promedio de cerveza bebido por los ingleses, ésta les aporta 6
mgs. diarios. No hay ninguna razón para suponer que la cerveza sin alcohol tenga menos.
Con respecto al vino, el rosado es el más rico 2,31 mgs. El tinto y el blanco, menos de la
mitad.

El mastuerzo (tacos de reina) rico en silicio.

Llama la atención el salvado de avena, que aunque con 23,36 mgs. va en cabeza, en otras
publicaciones más antiguas, se citan cifras diez o veinte veces más altas. Algunas plantas,
no incluidas en esta relación, como el mastuerzo, en catalán morritort, en euskara beatze, y
en inglés cress, contienen un altisimo nivel, pero su sabor picante dificulta su ingesta en la
cantidad necesaria. Lo mismo ocurre con la alfalfa, también muy rica. Entre las verduras,
lo más práctico serían las espinacas, su congelación no debe influir en su detrimento, y las
judías tiernas, con las que se han hecho experiencias de asimilación, comprobando que su
silicio se absorbe muy rápidamente. Los alimentos de origen animal, apenas aportan nada.
Pero para muchas personas, aun con estos alimentos, es difícil llegar a la RDA
recomendada de 30 mgs.

Suplemento de silicio.

Ante esta dificultad, por parte de sujetos de los grupos más vulnerables, principalmente
ancianos, de disponer de silicio necesario a través de una dieta equilibrada, ésta debería
completarse con una suplementación dietética de silicio en forma fácilmente asimilable, o
sea como ácido monosilícico soluble o ligado a nutrientes,
como carbohidratos o lípidos que impidan su polimerización, la única forma absorbible y
que como tal se halla en la sangre. La administración de silicatos inorgánicos
y metasilicatos y trisilicato de magnesio no han dado resultados regulares ya que con
la acidez gástrica precipitan como ácido silícico insoluble (de aquí su empleo como
antiácidos).

Cola de caballo.

La planta llamada Cola de Caballo, Equísetum Arvense, descendiente de los enormes


bosques del Jurásico, contiene hasta el 3 % de silicio, que si la planta se recolecta joven y
verde, está en su mayor parte en forma soluble asimilable, pero si es vieja se halla como,
partículas abrasivas, por lo que se usaba como esmeril. Suponiendo un promedio de un 2
%, 2.000 mgs por 100 gramos y con una asimilación del 50 %, tres gramos nos aportarían
30 mgs. Contiene alcaloides: equisetina y palustrina y una saponina, equisetonina, a pesar
de lo cual se considera tradicionalmente segura e inocua. Sus infusiones nos pueden
facilitar el complemento de silicio necesario, y en el comercio se encuentran concentrados
de esta planta con hasta 6 o 7 % de silicio, un gramo nos proporciona 60 o 70 mgs.
En España, un laboratorio patentó (Patente española 8800231) un preparado con un 5 %
de silicio asimilable obtenido mediante un proceso fermentativo con bacterias similares a
las del yogur, capaces de disolver y solubilizar las partículas de un sustrato de silicio
mineral. Se basaba en la observación de acción corrosiva de los vertidos de lactosuero con
esas bacterias, sobre el pavimento de cerámica, gres o sea silicatos, de las queserías. Se
denegó su registro sanitario como complemento alimentario con el pretexto absurdo; “el
silicio no consta como complemento en la lista minerales de la UE”. Sin embargo este
producto, dio resultados espectaculares en caballos de carreras, animales atletas sometidos
a grandes esfuerzos, y con frecuentes lesiones, lo cual es extraño, ya que la dieta de los
caballos, grano y forraje, es de por sí rica en silicio y en teoría no debían presentar
carencias, pero las tendrían.

En España, aparte de la mencionada cola de caballo, y sus extractos, también se dispone


de ácido silícico estabilizado, que se pueden encontrar en las tiendas de dietética. El G 5 de
Le Ribault, se puede encontrar por Internet (ya no en su forma
original monometilsilantriol por prohibición de la Unión Europea), a pesar de que
los silanos (silicio ligado sintéticamente a carbono) no están en la lista de complementos
autorizados. Para el que lo quiera de una forma más natural, podemos proporcionar una
receta, aprovechando el alto contenido de silicio del salvado de avena, en un principio en
forma poco disponible. Con este proceso podemos mejorar su disponibilidad. Está
inspirada en la mencionada patente E 8800231.
(Esta receta es la misma que compartimos mas arriba)

PROCESO CASERO DE OBTENCIÓN DE SILICIO ORGÁNICO ASIMILABLE POR


FERMENTACIÓN LÁCTEA (PATENTE E8800231).
Los pasos para la obtención del silicio son los siguientes (se trata de una exclusiva):

1.A partir de 100 gramos de salvado de avena micronizado, o sea en partículas muy
finas, se deslíen en 500 ml de leche ( entera, o desnatada ) y la mezcla se lleva a
ebullición, agitándola suavemente para que no se agarre.
2.Se deja hervir un par de minutos y se deja enfriar. Queda como una papilla clara.
3.Cuando está a unos 45º C, se le vierte el contenido de un yogur natural bien
reciente, (125 grs) y se homogeniza, para que el yogur se distribuya regularmente.
4.La mezcla se distribuye en una yogurtera, y se deja fermentar unas de 5 a 6 horas.
Si no se dispone de yogurtera, su puede poner en tarros al baño maría con agua a
una temperatura entre 40 y 45º C. La temperatura óptima para el crecimiento de las
bacterias del yogur, lactobacilos y estreptococos, es de 42-43º C.
5.Al cabo de este tiempo se pone en la nevera, y al día siguiente ya se puede tomar.

La ebullición previa es necesaria para eliminar los microorganismos de la avena, que


aunque inocuos, pueden interferir en la fermentación del yogur y solubilizar e hidratar
algunos elementos. Las enzimas segregadas por esas bacterias durante la fermentación,
pueden ayudar a solubilizar, hidrolizando a algunas partículas más finas de los
aglomerados de compuestos insolubles de silicio, liberando ácido silícico asimilable ligado
en forma monómera a la lactosa, que impide su polimerización como forma insoluble. El
producto resultante es una pasta viscosa de sabor no precisamente exquisito, pero bastante
aceptable, y que se puede mejorar edulcorando.

La fermentación con la actividad bacteriana es lo importante, por ello una simple mezcla
del salvado con yogur, no aporta ventaja alguna.
UNA PRIMERA CONCLUSIÓN.
Aunque una minoría de los científicos informados, admiten este papel fundamental del
silicio, para la mayoría de profesionales de la salud, sigue siendo desconocido. Aparte del
interés de la gran industria farmacéutica de que no se divulgue la bondad de
un producto barato, fácil de producir y de imitar, difícilmente patentable, que
competiría con fármacos caros en los que se han hecho inversiones
millonarias, a los gobiernos no les interesan los programas de excesiva prolongación de
la vida, para no tener que pagar pensiones hasta los 90 o más años, sin considerar, incluso
con un aséptico cálculo económico, que pueden ser más baratos nonagenarios sanos, que
octogenarios enfermos. El gran mérito de Le Ribault, no tomando en cuenta sus errores y
falsedades, es que consiguió en Francia, llamar la atención sobre la importancia dietética
del silicio, y sus desventuras, el affaire Le Ribault, con amplia difusión en los medios de
comunicación, impactaron un Francia, pero parece que no en otros países. Desde entonces
han transcurrido 15 años, y el Silicio sigue en interesada ignorancia y expreso silencio.

RUDOLF STEINER, LAS TRANSMUTACIONES Y LAS “PSEUDOCIENCIAS”.


Pero hay otras razones más metafísicas, aunque discutibles, que destacan otras facetas del
silicio.

Rudolf Steiner.

Un aspecto sutil, además del nutricional, sería su actividad a un nivel dimensional


superior. Según Rudolf Steiner, el creador de la Antroposofía, de la medicina y
farmacología antroposófica y de la agricultura biodnámica, el silicio es el nexo de unión
entre la dimensión física y la dimensión etérica, o cuerpo energético (ver mi entrada sobre
el éter). Según Steiner, en cada célula existe una estructura vibratoria microcristalina, que
articula este nexo. Lo dijo Steiner a principios del XX, y en su segunda mitad, con medios
muy sofisticados, se han detectado gránulos de silicio en las mitocondrias, las centrales
energéticas de las células, y en el centriolo, como un microcristal de cuarzo que regula sus
movimientos.

Nota mía importante; lo cierto es que detrás de la sociedad Goetheanum, sede central de la
sociedad antroposófica que defiende el legado de Steiner en Dornach Suiza, viven en
impresionantes mansiones la más alta alcurnia suiza, y personas de mi más directo
entorno me han confirmado que se tratan EXCLUSIVAMENTE en el hospital de Medicina
Antroposófica del Goetheanum. Al mismo tiempo, hace poco me hacía eco de esta noticia,
en la que los hijos de los altos ejecutivos de la Silicon Valley (es casualidad) llevaban a sus
hijos a la escuela Waldorf, método pedagógico implementado por Rudolf Steiner, en
donde… no se utilizan ordenadores!!. Este blog no va a descubrir que vivimos en una
sociedad dual, de ricos y pobres, pero este hecho pone de manifiesto una evidente
contradicción; ¿ Como puede ser que tratándose la medicina antroposófica según la ciencia
oficial de superchería y pseudociencia, la practiquen las castas más elitistas?

Sociedad Antroposófica Goetheanum.

La medicina y farmacología antroposóficas pueden parecer pseudociencias, pero mueven


importantes laboratorios y centros clínicos. La agricultura biodinámica está muy extendida
en EEUU y Australia. Uno de los preparados biodinámicos (en los que se basa este tipo de
agricultura) más usados en agricultura biodinámica, es el llamado 501. Para confeccionarlo
se llena un cuerno de vaca de una pasta de cuarzo (óxido de silicio), pulverizado y agua y
se deja enterrado durante un verano. En otoño se diluye en un barril con agua agitando
durante una hora en ambos sentidos. Luego se pulverizan los campos con esa agua. Así se
atraen ciertas fuerzas cósmicas o etéricas que aumentan la fertilidad y mantienen los
cultivos libres de plagas. A primera vista, lo del cuerno enterrado parece una ridícula
práctica mágica medieval, pero cuando se utiliza en grandes explotaciones, que usan casi
un centenar de cuernos, con un proceso más mecanizado, y otras lo imitan, se ve que
funciona.

De nuevo nota importante mía; insisto, a pesar de lo surrealista de la explicación, el autor y


yo afirmamos que SI funciona de manera espectacular por que lo hemos visto y
comprobado con nuestros propios ojos. En este sentido, no deja de ser curioso y
denunciable el funcionamiento de la ciencia, capaz de negar algo que se ve que funciona,
por el mero hecho de que la explicación teórica (lo cual no deja de ser pura palabrería) no
se ajusta al método científico, es decir, no es más importante que algo funcione, sino que la
explicación en palabras este de acuerdo a unos parámetros, lo cual es algo tan absurdo
como anticientífico.
Preparado biodinámico 501 hecho de boñiga de toro y silicio.

Steiner confiere una enorme importancia al equilibrio entre el calcáreo y el silíceo, en la


tierra, en las plantas y en los animales y humanos. El calcáreo está relacionado con los
planetas inferiores y la Luna. Es un elemento materialista, ávido, y atrae las fuerzas
terrenas mientras el silicio es desprendido, aristocrático y espiritual que atrae a las fuerzas
cósmicas, y lo relaciona con los planetas exteriores. Ambos deben estar en equilibrio. En
un cuerpo en el que preponderan las energías del calcio, domina el materialismo, y se
requiere el silicio para que atraiga a las energías cósmicas que facilitan la espiritualidad.
Quizás por esto, muchos de los habitantes del mundo desarrollado, faltos de silicio, tienden
a materialistas, y quizás un correcto aporte de este elemento, favorecería una humanidad
más espiritual y solidaria. Naturalmente, es polémico y discutible, pero es difícil de
demostrar lo contrario.

Nota mía. Aquí diré que la antroposofía no esta de acuerdo en la división tradicional del
conocimiento en especialidades como promulga la cultura occidental mayoritaria y
positivista. Es lo que comúnmente se llama, visión holística, y que el autor de la nota
aconseja como la mejor para acercarse a la verdad. Sin embargo, si los resultados por
ejemplo de algo propio de la obra científica de Steiner como pueda ser las cristalizaciones
sensibles en sales como el cloruro de cobre funcionan y la conciencia del operador
efectivamente tiene un efecto cosa que SI OCURRE, y todo esto se encubre, se niega, se
ignora o se vilipendia, como decía antes, entonces solo se puede usar una palabra para
explicar tal hecho; la ocultación. Por tanto, otra cosa son los prejuicios de la ciencia
positivista de que aquello que no debe existir no existe, por más que se haya demostrado
por activa y por pasiva en miles de experimentos, lo cual, no deja de estar verificado por el
principio fundamental en el que se basa la mecánica cuántica conocido como efecto
observador).

(Gabarró entra ahora a hacer un resumen sobre las transmutaciones biológicas, su historia,
y los trabajos de Louis Kervran que pueden leerse de manera más extensa en mis 3
entradas sobre alquímia científica (I), (II), (III). )

Cuadro de las transmutaciones biológicas con el ciclo Silicio –> Calcio.

Otro aspecto “tabú” del silicio, es su posibilidad de transmutarse en calcio, y contribuir en


corrección de sus deficiencias en casos en los que la administración de preparados de
calcio es inoperante. El fenómeno de transmutaciones en organismos vivos, a pesar de
numerosas e incluso antiguas evidencias experimentales de variaciones cuantitativas de
elementos en sistemas cerrados, está todavía catalogado como pseudociencia, por lo que
apartándonos un poco del tema silicio, creemos útil un resumen. (Recomiendo a todo el
mundo que lea comparativa que hace este blog entre la visión oficial científica sobre el
orígen de los elementos de la tabla periódica basada en la etoría de Chandrasekhar, versus
la antroposófica que considera la transmutación un acto natural de la naturaleza, y juzgue
por si mismo).

Nicolas Vauquelin.

Los aumentos y disminuciones de elementos como el calcio, magnesio, potasio, silicio en


“sistemas cerrados” en contra de la Ley de Lavoisier, ya fueron constatadas por otro gran
químico un contemporáneo y compatriota, Nicolas Louis Vauquelin, que en 1799, publicó
un trabajo sobre gallinas ponedoras alimentadas exclusivamente con avena, un cereal muy
pobre en “cal” (entonces se consideraba como elemento calcio, su óxido, CaO, la cal), que
entre huevos y excrementos excretaban como cuatro veces más “cal” que la ingerida. En
1822 el inglés Prout investigó el aumento del calcio en un huevo en incubación, sin posible
intercambio con el exterior. Los investigadores posteriores se centraron en las variaciones
elementos en sistemas aislados como semillas en germinación. Algunos poco
conocidos como Chaubard, en 1831, Vogel en 1844, comprobada por Berzelius, que lo cita
en su segunda edición de su Tratado de Química Mineral, de 1849, y que no formuló
ninguna crítica; Lawes y Gilbert entre 1856 y 1873. Entre 1875 a 1883, una celebridad de
indiscutible seriedad, Von Herzeele hizo muchísimas comprobaciones en la germinación
de diversas semillas. Pero la ley de Lavoisier era intocable (y lo sigue siendo en reacciones
químicas, pero no en los sistemas vivos) y las críticas se centraron en errores analíticos.
Hasta 1932 en que se descubrió el neutrón, era difícil hallar posibles explicaciones teóricas.

Corentin Louis Kervran.


No fue hasta la segunda mitad del XX, en que el francés Louis Kervran, ante una serie de
casos de intoxicaciones mortales con monóxido de carbono, en ausencia de combustiones
que pudieran generarlo, pero en presencia soldadura con arco eléctrico o con hierro al
rojo, sospechó que el nitrógeno del aire se transmutaba en oxido de carbono, N2 > CO, N
14 + N14 > C12 + O 16. Así, apoyándose en los antiguos pero minuciosos trabajos de Von
Herzeele inició una serie de experiencias, principalmente de germinación de semillas en
sistemas cerrados, y con los medios analíticos ya muy precisos de la época, que
demostraban indiscutiblemente importantes variaciones en el contenido de
elementos como sodio, potasio, calcio, magnesio, silicio, hierro, manganeso…..en sistemas
cerrados que imposibilitaban intercambios con el exterior. Kervran publicó una serie de
trabajos que corroboraron la realidad de variaciones de elementos en sistemas vivos y el
ministro Jacques Soustelle, en 1959, le encargó una costosa investigación sobre los
balances hídricos y minerales en trabajadores de perforaciones petrolíferas en el Sáhara,
(Hassi-Messaud) durante un período de 6 meses, en los que se demostró que el sodio
disminuía y aumentaba el potasio y el magnesio. Una reacción endotérmica que consumía
un promedio de 2000 K.cals diarias y que en Julio y Agosto llegaba a casi 4000, lo que
mantenía el equilibrio térmico de cuerpo, con una insuficiente sudoración para evacuar el
exceso de calorías, teniendo en cuenta una absorción de 4000 Kcals diarias del calor
ambiental, además de las calculadas por la dieta.

Balance térmico y concentración del sodio y potasio según resultados obtenidos en el Sahara por Kervran.

El comportamiento inexplicable del magnesio, que indicaba una producción endógena de


este elemento de hasta 200 mgs diarios, demandaba una verificación, que se hizo en Gara
Djebilet, un inhóspito lugar al sur de Tinduf, en colaboración Armada Francesa. Durante
ocho meses, un equipo voluntarios, fue sometido a duros ejercicios gimnásticos de gasto
energético establecido, casi sin ropa, a temperaturas extremas y con dietas y excretas
controladas en el laboratorio de la Armada en Toulon. En el período de temperaturas
extremas, con máximas de 60ºC, el promedio diario de balance negativo magnesio fue de
652 mgs, y durante todo el período de 240 días 256 mgs, o sea un total 61,44 gramos, una
cantidad inexplicable de acuerdo a los balances cuidadosamente controlados, y que de ser
así, en solo un mes hubiera agotado todas las reservas, llevando a la muerte a los sujetos.
Ello hace entender la importancia de la sal y su comercio en los pueblos del Sáhara (y
origen de la palabra “salario”), indispensable para mantener una temperatura corporal
correcta con una reducida sudoración, o sea menor necesidad de agua.

Se trataría de transmutaciones: sodio Na 23 + un protón H1 > magnesio Mg 24 y otra


sodio Na 23 + oxígeno O16 > potasio K 39, en la que el hidrógeno y el oxígeno proceden del
agua. Las conclusiones de estos trabajos, efectuados por organismos oficiales, admiten una
anómala generación de magnesio y potasio en personas sometidas a estas condiciones,
pero por temor a una crítica académica, se resisten a aceptar que el fenómeno se debe a
una transmutación del sodio en magnesio y potasio.

En estos casos se trata de investigaciones con objetivos sanitarios que han requerido
importante financiación, pero en cualquier modesto laboratorio se pueden hacer ensayos
muy económicos para comprobar la desaparición de elementos y aumento de otros. La
germinación de semillas de avena, muy rica en silicio, además del potasio en un medio sin
calcio muestra un aumento de hasta 5 veces en el contenido total de Ca, y con unos medios
analíticos muy simples. Se trataría de las transmutaciones silicio Si 28 + carbono C12 >
calcio Ca 40 y potasio K 39 + hidrógeno H1 > calcio Ca 40. Se han hecho cientos de
comprobaciones por docenas de investigadores con resultados que sugieren
transmutaciones, pero oficialmente no se acepta. Otro sencillo experimento es introducir
peces de agua dulce en agua con cloruro sódico: su potasio aumenta espectacularmente en
pocas horas. En Japón el Dr. Hisatoki Komaki, hizo cientos de experiencias con bacterias,
en transmutaciones sodio-potasio.

Olivier Costa de Beauregard.

Una de las pegas principales que impiden justificar el fenómeno como una
transmutación, es que las sumas o diferencias en los pesos atómicos no coinciden
exactamente. Los pesos atómicos de los elementos no son números enteros. El del
hidrógeno es exactamente 1,00797. Suponiendo la transmutación citada y redondeando los
pesos atómicos a tres decimales, tenemos K 39,102 + H 1,008 > Ca 40,080 + ¿0,030?.
Sobra 0.030 que al no aparecer como materia, debería disiparse como energía, pero es una
cantidad fabulosa. La formación transmutativa de los 4 gramos de calcio de la cáscara de
un huevo de una gallina alimentada con avena, representa un excedente de 3 mgs de
materia. Parece muy poco, pero según la equivalencia einsteiniana, equivale a 3 x 10
elevado a 18, ergios, unos 65 millones de K.calorías, una verdadera bomba. Un importante
físico oficialista del CNRS Olivier Costa de Beauregard, muy interesado en las teorías de
Kervran, ha buscado mecanismos para explicarlo. Los escurridizos neutrinos, podrían ser
uno. Posteriormente, la concesión del Nobel a los físicos Glashow, Weinberg y Salman, que
con su teoría Electromagnética Débil, permite las “corrientes neutras”, da una base para
explicar el aparente anómalo balance energético de estas transmutaciones. Otra objeción
es como los protones traspasan la “ barrera de Coulomb”.

Otra nota importante. En mi opinión, Gabarró aquí peca de oficialista, ya que se trataría
simplemente de una situación de no equilibrio termodinámico típica de la vida por otra
parte, que permitiría la manifestación de la implosiva energía de punto cero, éter o energía
escalar, la responsable de la transmutación, lo cual es imposible para la ciencia oficial
porque parte de la falacia de la inexistencia del éter, lo cual nos lleva a un universo
completamente vacío de energía (ver mi anterior artículo). Mentiras supinas como esta
hacen que el pez se muerda la cola, y partir de aquí, la física recurre a complejísimos
modelos matemáticos que la única cosa que hacen es añadir más y más confusión. Como
quedó claro en mi anterior blog, la vida sigue poniendo en jaque contínua el segundo
principio, que como ya se ha dicho, solo aplica a un sistema cerrado y en equilibrio
termodinámico perfecto, un sistema por otra parte, inexistente en la naturaleza. En
palabras de Ylia Prigogine, a quien dediqué esta entrada, la vida pone continuamente en
jaque esta segunda ley, apareciendo con ella fenómenos espontáneos de reorganización,
siendo los biones descubiertos por Reich el mejor ejemplo;

“El segundo principio de la termodinámica permite prever la evolución del sistema hacia
un estado estacionario. No obstante, a partir de cierta distancia del equilibrio, de cierta
intensidad de los procesos disipativos, el segundo principio ya no sirve para garantizar
la estabilidad de este estado estacionario. Al contrario, podemos definir para ciertos
sistemas un «umbral», una distancia crítica respecto al equilibrio, a partir de la cual el
sistema se hace inestable. Lo que entonces surge es un proceso de auto-organización.”

Se han concedido patentes que utilizan transmutaciones para el enriquecimiento de


minerales ferruginosos en manganeso, por medio de la actividad de determinadas
bacterias del género Pseudomonas, utilizando la reacción hierro Fe 56 – protón H 1
> manganeso Mn 55. En la germinación de semillas ocurre lo contrario, el manganeso se
transmuta en hierro. También se están ensayando bacterias para desactivar los residuos
radiactivos de las centrales nucleares por transmutación a isótopos estables, pero a pesar
de ello, todavía no son aceptadas por la ciencia académica.

La calcificación dietética por el silicio asimilable procedente de las plantas del


género Equisetum, Cola de Caballo es una práctica muy antigua y sorprendentemente
eficaz, teniendo en cuenta que esta planta no contiene apenas calcio, y hoy en día casi
abandonada y sustituida por fármacos como el gluconato, incluso por vía parenteral. La vía
dietética, leche y sus derivados, también representa un excelente aporte de calcio, pero en
algunos casos poco disponible. La transmutación Silicio a Calcio, al liberarlo en una forma
atómica, lo hace mucho más reactivo y asimilable.

El gran mérito de Louis Kervran, es haber divulgado a un público mucho más extenso que
los círculos científicos, las transmutaciones de elementos en otros, tanto en sistemas
biológicos, como en minerales a altas presiones, en lo que llamó “transmutaciones de baja
energía” pero muchos autores, en su memoria llaman “ Efecto Kervran” .

Gabarró no aporta nombres de los estudios sobre el controvertido tema de las


transmutaciones. Mi investigación particular ha dado con muchos de ellos, a favor y en
contra. La cosa curiosa aquí es que a favor son en general llevados a cabo por organismos
científicos militares, que por un lado no estan sujetos a la presión de las farmaceuticas, y
por otro y hablando claro, les importa nada la implicación que puedan tener la realidad de
las transmutaciones nucleares a baja energía, aunque esto signifique tener que reescribir
todos los libros de bioquímica, mientras que en contra, se presentan organismos
oficialistas. Si de honestidad se habla, entre científicos y militares, me quedo en esta caso
concreto con los segundos. Cito como ejemplo a favor, este experimento (o este otro link el
mismo) llevado a cabo por el ejército americano y por un tal Solomon Goldstein en 1978, y
en contra, este otro llevado a cabo por Luigi Garlaschelli del departamento de química
orgánica de la Universidad de Padova, y adelanto que sobre este tema, hablaré en un
cuarto post sobre alquímia científica, más un quinto sobre la realidad de la fusión fría. Por
otra parte cerrando los dos temas (transmutaciones y Steiner), Gabarró no menciona los
trabajos del discípulo de Steiner Rudolf Hauschka, que con más y modernos aparatos de
medida, demostró además que el sentido de las transmutaciones K –> Ca y Ca –> K
seguían las fases de la luna, ascendente materialización y viceversa. Es imperativo
nombrarlo aquí.

En definitiva, un excelso artículo, resumen perfecto y manifestación una vez más de que
existe una ciencia censurada, prohibida, perseguida y ridiculizada, con poder para cambiar
muchos aspectos de nuestra vida cotidiana.

El desconocimiento de las enormes propiedades del silicio, es buena prueba de ello.

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