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Herramientas contra el

dolor
Un master ofrece formación especializada a las
personas que atienden a mujeres maltratadas

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ISABEL CAMACHO
28 JUL 2004
Bilbao
Una mujer asustada y perdida ante la agresividad de su pareja acude a
la policía municipal de un pueblo cualquiera a las tres de la madrugada.
¿Qué posibilidades de resolver su situación tiene el agente que le
atiende? Otra mujer, en este caso inmigrante, llama a la puerta de un
piso de acogida, donde un grupo de mujeres ha puesto en marcha un
servicio de ayuda de emergencia. ¿Sabe la persona que atiende qué
decirle?, ¿remitirle a la instancia adecuada? ¿no frustrarse si la víctima,
a pesar de todo, vuelve con el maltratador? En definitiva, ¿tienen la
formación suficiente las personas que tratan con mujeres maltratadas?

Hay una gran carencia. "Existen profesionales en el ámbito sanitario,


jurídico, psicológico y judicial pero existe una falta de profesionales
específicos, con una formación pluridisciplinar que, bajo cualquier
circunstancia, sepan cómo actuar cuando una mujer les llega
reclamando ayuda", sostiene María Silvestre, profesora de Sociología de
la Universidad de Deusto y directora del único master en España de
estas características, junto con otro que se imparte en la Universidad
Autónoma de Barcelona, dirigido a formar expertos en intervención en
violencia contra las mujeres.
Un agente de la policía municipal de Basauri es el
único hombre en el curso

Manuel Castañera, policía municipal en Basauri, y el único hombre que


sigue el curso, muestra su preocupación. "Soy patrullero y estoy
acostumbrado a acudir a una llamada que parece una disputa familiar y
acaba siendo un hombre maltratando a su mujer. Es terrible. Y qué decir
cuando una mujer llega a la comisaría a las tres de la madrugada
pidiendo ayuda. ¿Qué hago? ¿Le mando con el agresor de vuelta a su
casa para que mañana aparezca muerta? Siempre recomiendo que
denuncie y si es posible que vaya a los Servicios Sociales, pero claro,
estos no están abiertos por la noche. Es una impotencia y la sensación
de que no puedes hacer nada", lamenta Castañera.

Este policía local participa en el master para tener más respuestas a


tantas interrogantes. "Después de un año puedes orientar, conoces qué
protocolo debes seguir, dónde pueden dar a la víctima la mejor atención,
facilitarle las cosas. Que, sobre todo, no se haga sufrir a la mujer
mandándola de un lugar a otro", reclama. Castañera es partidario de
crear un cuerpo especializado dentro de la Policía Municipal, así como de
mejorar la coordinación con la Ertzaintza.

Entre los objetivos generales de la formación está capacitar para la


identificación y diagnóstico de este tipo de violencia y favorecer el
desarrollo de habilidades para el tratamiento de sus efectos. Otros fines
más específicos se centran en dar a conocer la normativa, reflexionar
acerca de las nuevas vías jurídicas para cubrir las carencias actuales en
las que se perpetúan las situaciones de discriminación y promover la
especialización de investigadores en este campo. "Hay una gran laguna
que el master trata de llenar. Las personas que atienden a mujeres
maltratadas deben conocer el protocolo que hay que seguir desde el
primer momento y las consecuencias que va a tener. Tiene que tener las
herramientas para asistir psicológicamente y tiene que tener
información jurídica y poseer cierta sensibilidad. También deben saber
cosas tan fundamentales como que, aunque la mujer se decidida a dar
un primer paso, ello no implica que no vaya a volver con el maltratador.
Y, los profesionales tienen que aprender a no sentirse frustrados por ello
y a no caer en la tentación de obligarles a presentar una denuncia si no
quieren. Parece sencillo, pero pocos son los que saben qué tienen que
decir o hacer. Y todo esto sí lo obtienen", aseguran María Silvestre y la
coordinadora de master Mónica Ibáñez.

Yolanda Prieto es historiadora, colombiana, de Medellín, "donde las


mujeres callan y soportan" y los malos tratos no existen en los medios
de comunicación. En su país, trabaja con mujeres desplazadas por causa
de la guerra y ha viajado a Bilbao con una beca para segur el master y
después poder aplicar lo aprendido en su país. "Una de las cosas
principales que he aprendido es saber que hay que escuchar; y también
a conocer a qué instituciones hay que acudir y cómo seguir el protocolo.
Me gustaría poder trasladar el modelo a Colombia. Lo pienso intentar",
asevera

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