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Durante los siglos XVIII y XIX, las ciencias biológicas, como la botánica y la zoología
se convirtieron en disciplinas científicas cada vez más profesionales. Lavoisier y otros
científicos físicos comenzaron a unir los mundos animados e inanimados a través de la
física y química. Los exploradores-naturalistas, como Alexander von Humboldt
investigaron la interacción entre organismos y su entorno, y los modos en que esta
relación depende de la situación geográfica, iniciando así la biogeografía, la ecología y
la etología. Los naturalistas comenzaron a rechazar el esencialismo y a considerar la
importancia de la extinción y la mutabilidad de las especies. La teoría celular
proporcionó una nueva perspectiva sobre los fundamentos de la vida. Estas
investigaciones, así como los resultados obtenidos en los campos de la embriología y la
paleontología, fueron sintetizados en la teoría de la evolución por selección natural de
Charles Darwin. El final del siglo XIX vio la caída de la teoría de la generación
espontánea y el nacimiento de la teoría microbiana de la enfermedad, aunque el
mecanismo de la herencia genética fuera todavía un misterio.
Contenido
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1 Etimología del término «biología»
2 Conocimiento antiguo y medieval
o 2.1 Primeras culturas
o 2.2 Antigua Grecia
o 2.3 Conocimiento medieval e islámico
3 El Renacimiento y los primeros desarrollos modernos
o 3.1 Siglos XVII y XVIII
4 Siglo XIX: nacimiento de disciplinas biológicas
o 4.1 Historia natural y filosofía natural
4.1.1 Geología y paleontología
4.1.2 Evolución y biogeografía
o 4.2 Fisiología
4.2.1 Teoría celular, embriología y teoría microbiana
4.2.2 Ascenso de la química orgánica y la fisiología experimental
5 Las ciencias biológicas en el siglo XX
o 5.1 Ecología y ciencias ambientales
o 5.2 Genética clásica, síntesis moderna y teoría evolutiva
o 5.3 Bioquímica, microbiología y biología molecular
5.3.1 Orígenes de la biología molecular
5.3.2 Expansión de la biología molecular
o 5.4 Biotecnología, ingeniería genética y genómica
5.4.1 ADN recombinante
5.4.2 Sistemática y genética molecular
6 Ciencias biológicas del siglo XXI
7 Véase también
8 Referencias
o 8.1 Bibliografía
9 Bibliografía complementaria
10 Enlaces externos
Los primeros humanos deben haber tenido y transmitido el conocimiento sobre plantas
y animales para aumentar sus posibilidades de supervivencia y probablemente tendrían
también conocimientos sobre anatomía humana y animal y sobre algunos aspectos del
comportamiento animal (como modelos de migración). Sin embargo, el primer paso
decisivo en el conocimiento biológico vino con la revolución neolítica hace
aproximadamente 10 000 años. Los humanos primero cultivaron plantas para la
agricultura y posteriormente animales como ganado para acompañar a las sociedades
sedentarias resultantes.[5]
Algunos eruditos del período helenístico bajo la Dinastía Ptolemaica (en especial
Herófilo de Calcedonia y Erasístrato) corrigieron el trabajo fisiológico de Aristóteles,
realizando incluso disecciones y vivisecciones.[16] Galeno de Pérgamo se convirtió en la
autoridad más importante en medicina y anatomía. Aunque algunos atomistas antiguos
como Lucrecio desafiaran el punto de vista teleológico aristotélico de que todos los
aspectos de la vida son el resultado de un diseño u objetivo, la teleología y la teología
natural permanecerían en el centro del pensamiento biológico hasta los siglos XVIII y
XIX. Ernst Mayr manifestó que «Nada realmente importante pasó en la biología
después de Lucrecio y Galeno hasta el Renacimiento».[17] Las ideas de las tradiciones
griegas sobre la historia natural y la medicina sobrevivieron, y por lo general no fueron
cuestionadas en la Europa medieval.[18]
A principios del siglo XIII el biólogo andalusí Abu Al-Abbas Al-Nabati fue uno de los
primeros en utilizar el método científico en la botánica, introduciendo técnicas
empíricas y experimentales en las pruebas, descripción e identificación de elementos de
farmacopea, y separación de informes no verificados de aquellos apoyados por pruebas
y observaciones.[34] Su alumno Ibn al-Baitar (1190?-1248) escribió una enciclopedia
farmacéutica que describía 1400 plantas, alimentos y medicinas, 300 de las cuales eran
descubrimientos realizados por él mismo; una traducción al latín de su trabajo fue
utilizada por biólogos y farmacéuticos europeos durante los siglos XVIII y XIX.[35]
El médico árabe Ibn Nafis (1213-1288) fue otro de los primeros partidarios de la
disección experimental y la autopsia,[36] [37] quien en 1242 descubrió la circulación
pulmonar y la circulación coronaria,[38] [39] [40] que forman la base del sistema
circulatorio;[41] también describió el concepto de metabolismo,[42] pulso,[43] huesos,
músculos, intestinos, órganos sensoriales, bilis, esófago y estómago.[36]
Durante la Alta Edad Media algunos eruditos europeos, como Hildegarda de Bingen,
Alberto Magno y Federico II, ampliaron el catálogo de la historia natural. El nacimiento
de las universidades europeas, aunque importante para el desarrollo de la física y la
filosofía, tuvo poco impacto en el estudio de la biología.[44]
Artistas como Alberto Durero y Leonardo da Vinci, que a menudo trabajaron con
naturalistas, también estuvieron interesados en el cuerpo de animales y humanos,
estudiando la fisiología en detalle y contribuyendo así al progreso del conocimiento
anatómico.[47] La alquimia, especialmente en la obra de Paracelso, también contribuyó al
conocimiento de los seres vivos;[48] los alquimistas sometieron la materia orgánica al
análisis químico y experimentaron profusamente tanto con la farmacología biológica
como mineral.[49] Estos estudios formaban parte de una transición más importante en la
visión del mundo (el nacimiento de la filosofía mecánica) que continuó hasta el
siglo XVII, cuando la metáfora tradicional de la «naturaleza como organismo» fue
remplazada por la «naturaleza como máquina».[50]
La teoría celular obligó a los biólogos a volver a imaginar a los organismos individuales
como conjuntos interdependientes de células individuales. Los científicos del emergente
campo de la citología, armados con microscopios cada vez más potentes y con los
nuevos métodos de tinción, pronto descubrieron que incluso las células individuales
eran mucho más complejas que las cámaras llenas de fluido homogéneo descritas
anteriormente por los microscopistas. Robert Brown había descrito el núcleo celular en
1831, y a finales del siglo XIX los citólogos ya habían identificado muchos de los
componentes fundamentales de las células: cromosomas, centrosomas, mitocondrias,
cloroplastos y otras estructuras se hacen visibles a través de la tinción. Entre 1874 y
1884 Walther Flemming describió las distintas fases de la mitosis, demostrando que no
eran artefactos de la tinción, sino que ocurrían en las células vivas, y además que los
cromosomas se duplicaban en número justo antes de la división celular y de la
producción de una célula hija. Gran parte de la investigación sobre la reproducción
celular se reunió en la teoría de August Weismann de la herencia: identificó el núcleo
como el material hereditario, propuso la distinción entre células somáticas y células
germinales (argumentando que el número de cromosomas se debe reducir a la mitad
para las células germinales, un precursor del concepto de la meiosis), y adoptó la teoría
de Hugo de Vries sobre la pangénesis. El weismannismo fue muy influyente,
especialmente en el nuevo campo de la embriología experimental.[70]