Está en la página 1de 4

LA EVIDENCIA DE SER CRISTIANO

34Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he


amado, que también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que sois
mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

La iglesia de Jesucristo, se le llama así porque nuestro fundamento está en la


vida, muerte y resurrección de Jesús, nuestra actividad corresponde a cada una de
las palabras que Jesús enseño tanto en la relación que deberíamos tener con Dios,
con los cristianos y con los no cristianos. El ser humano se plantea expectativas y
metas acerca de su vida cristiana pero eso no significa que esté haciendo la
voluntad de Dios por muy nobles que parezcan sus propósitos. Si nuestra vida
cristiana se conduce en base a las enseñanzas de Jesús estaremos logrando la
propósito por el cual somos la Iglesia de Jesucristo, por el contrario si la vida
cristiana se conduce en base a los pensamientos humanos o como digo nuestro
mismo Señor “mandamientos de hombres” estaremos errando en la gran
Expectativa que Dios tiene de nosotros.

En este pasaje Jesús estaba dándoles a Sus discípulos Su mandamiento de


despedida. Le quedaba poco tiempo; si aún necesitaban oír Su voz, tenía que ser
entonces. Él iba a hacer un viaje en el que ninguno podía acompañarle; iba a
ponerse en camino, y tenía que ir Él solo. [Tenía que entregar su vida como sacrificio
perfecto para el perdón de nuestros pecados] Y, antes de marcharse, les dio el
mandamiento de que se amaran entre sí como Él los había amado. ¿Qué quiere
decir eso para nosotros, en nuestras relaciones con nuestros semejantes? ─ Que
Las palabras de Jesús en este pasaje comunican con claridad lo que representa
para Dios que nuestras relaciones con él y con nuestro prójimo: El mandamiento
más importante a obedecer, la prioridad más importante a atender, La expectativa
más grande a cumplir, El resultado más valioso a atesorar y El logro más alto a
alcanzar
¿Cómo amó Jesús a Sus discípulos?

1. LOS AMÓ SIN EL MENOR EGOÍSMO.


Hasta en el amor humano más noble hay algo de egoísmo. A menudo
pensamos —puede que inconscientemente— en lo que vamos a sacar.
Pensamos en la felicidad que disfrutaremos, o en la soledad en que
quedaremos si el amor falla o se nos niega. A menudo estamos pensando:
¿Qué me devolverá este amor? Por detrás de todo, es nuestra felicidad lo
que estamos buscando. Pero Jesús no pensaba nunca en Sí mismo. Su
único deseo era darse a Sí mismo y todo lo que tenía por los que amaba.

2. JESÚS AMABA A SUS DISCÍPULOS SACRIFICIALMENTE.


No había límite a lo que su amor pudiera llegar o dar. Ninguna demanda era
excesiva. Si el amor quería decir la Cruz, Jesús la aceptaba. A veces
cometemos el error de pensar que el amor está para darnos la felicidad. A fin
de cuentas, así es; pero también puede traer dolor, y demandar sacrificios.
Que como vemos Jesús estuvo dispuesto hasta sacrificar su propia vida,
claro el es perfecto y tal vez no nos esté pidiendo que muramos por algún
hermano pero sí que estemos dispuestos a sacrificar nuestro yo por el
bienestar de nuestro hermanos.
El cristiano como característica de su nuevo nacimiento demuestra que ya
no es el la única persona que importa, El nuevo nacimiento nos lleva a pensar
que existen más personas a nuestro alrededor que nos necesitan y esto nos
evitar comportarnos como azadones, solo para dentro jaja osea solo para mi.

3. JESÚS AMABA A SUS DISCÍPULOS COMPRENSIVAMENTE.


Conocía íntima y totalmente a Sus discípulos. No conocemos a una persona
a menos que hayamos convivido con ella. Si se trata de un encuentro casual,
la vemos en su mejor momento. Es después de vivir con ella cuando
conocemos sus rarezas y debilidades. Jesús había convivido con Sus
discípulos día tras día durante muchos meses y sabía todo lo que había que
saber de ellos —y, sin embargo, los amaba. A veces decimos que el amor es
ciego. No hay tal, porque el amor que es ciego pronto se queda en nada,
como no sea en desilusión y desencanto. El amor verdadero tiene los ojos
bien abiertos. Ama, no lo que se imagina, sino lo que es. El corazón de Jesús
es lo bastante grande como para amarnos tal como somos.
Dice el:

Salmo 103:13-14 ─ Como el padre se compadece de los hijos, Se


compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.

En este pasaje vemos como Dios es paciente porque sabe que somos
débiles, aquel o aquella cristiana que no comprenda que somos débiles y que
tenemos imperfecciones vivirá una vida amargada a pesar de haber recibido
a Jesús en su corazón. Las personas tienen defectos y nosotros debemos
tener paciencia y comprensión con cada uno ellos, Así nos ha tratado Dios y
hace espera que tratemos a los demas. Recordemos que todos somos polvo
ósea débiles. Debemos amarnos comprensivamente.

4. JESÚS AMABA A SUS DISCÍPULOS PERDONÁNDOLOS.


Judas le negaría. Todos Le abandonarían cuando más los necesitaba.
Nunca, en toda Su vida, Le comprendieron realmente. Eran ciegos e
insensibles, lentos para aprender y faltos de comprensión. Al final, todos se
portaron como unos cobardes. Pero Jesús nunca les tuvo rencor; no tenían
fallo que Él no pudiera perdonar. El amor que no ha aprendido a perdonar no
puede hacer más que marchitarse y morir. Somos pobres criaturas; y a
menudo defraudamos a las personas que amamos. Por esa misma razón
todo amor duradero ha de edificarse sobre el cimiento del perdón; porque,
sin perdón, está destinado fatalmente a morir toda relación. Sin el perdón de
Dios no podríamos tener una relación con Él lo mismo pasa con nuestro
semejantes.
CONCLUSION
Lo más importante que podemos hacer en la vida es cumplir la expectativa de Dios
y no la de las personas. Jesús digo que la evidencia que somos cristianos está en
que nos amamos como Él nos amó, y no importa cómo nos vestimos, o como
hablamos, o como nos jactamos de ser creyentes. La verdadera evidencia de que
usted y yo somos cristianos es si amamos a nuestro prójimo sin egoísmo, Si no
amamos a nuestros semejantes con un amor sin egoísmo, sacrificial, comprensivo
y perdonador.

También podría gustarte