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Licenciado: TSU:
Marzo, 2020
La espina bífida: Es una malformación congénita en la que existe un cierre
incompleto del tubo neural al final del primer mes de vida embrionaria y
posteriormente, el cierre incompleto de las últimas vértebras.
Este hecho se debe a que la vejiga neurógena afectada puede ser de dos tipos:
la que retiene líquidos y puede afectar a otros órganos (riñones, uréteres.) y no
es capaz de expulsar toda la orina por sí misma, por lo que necesitaría un
sondaje intermitente y, por el contrario, la vejiga que expulsa todos los líquidos
sin poder tener control sobre ella.
Muchas personas con espina bífida oculta no saben que la tienen, o sus
síntomas no aparecen hasta edades avanzadas. Estos síntomas pueden ser de
tres tipos:
Meningocele y lipomeningocele
Son las formas menos frecuentes. Una o más vértebras presentan una abertura
de la que asoma un quiste lleno de líquido cefalorraquídeo que contiene parte de
las meninges pero no los nervios espinales. Sus secuelas son menos graves,
tanto en las funciones motoras como urinarias. El tratamiento más efectivo para
cualquier tipo de espina bífida es el movimiento.
Mielomeningocele
Es una masa quística formada por la médula espinal, las meninges o las raíces
medulares acompañadas de una fusión incompleta de los arcos vertebrales
(debido a un trastorno congénito o "defecto de nacimiento"), que se pueden
localizar en cualquier sitio a lo largo de la columna vertebral, en el que la columna
y el canal medular no se cierran antes del nacimiento, lo cual hace que la médula
espinal y las membranas que la recubren protruyan por la espalda del niño.
Sus síntomas son parálisis total o parcial de las piernas, con la correspondiente
falta de sensibilidad parcial o total y puede haber pérdida del control de
la vejiga o los intestinos. La médula espinal que está expuesta es susceptible a
infecciones como puede ser la meningitis.
Consecuencias:
Pubertad precoz.
Criptorquidia (testículos mal descendidos).
Obesidad por escasa movilidad.
Alergia a materiales de látex, por la exposición a este material en las
frecuentes hospitalizaciones y/o intervenciones quirúrgicas.
Pruebas y exámenes
Amniocentesis
Tratamiento
Después de que el bebé nace, con frecuencia se recomienda una cirugía para
reparar el defecto en los primeros días de vida. Antes de la cirugía, se debe tener
mucho cuidado con el manejo del bebé para reducir el daño a la médula espinal
expuesta. Esto puede incluir:
Cuidados y posiciones especiales
Dispositivos de protección
Los niños que también tienen hidrocefalia pueden necesitar que les coloquen
una derivación ventriculoperitoneal. Esto les ayudará a drenar el líquido
cefalorraquídeo adicional de los ventrículos (en el cerebro) hasta la cavidad
peritoneal (en el abdomen).
Se pueden usar antibióticos para tratar o prevenir infecciones como meningitis o
infecciones urinarias.
La mayoría de los niños con esta afección necesitarán tratamiento de por vida
para los problemas que resultan del daño a la médula espinal y los nervios
raquídeos.
Esto incluye:
Las enfermeras domiciliarias, los servicios sociales, los grupos de apoyo y las
agencias locales pueden brindar apoyo emocional y asistencia con el cuidado de
un niño con mielomeningocele que tenga limitaciones o problemas
considerables.
Bibliografía
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001558.htm
https://kidshealth.org/es/parents/myelomeningocele-esp.html
Jeffrey W. Campbell, MD
Fecha de revisión: abril de 2019