La mayoría de ocasiones en las que nos enfrentamos a problemas
interpersonales, la falta de éxito en la resolución es tan solo una
cuestión de “definición”. Cuando nos enfrentamos a una situación difícil, nuestras emociones negativas se disparan y a veces nublan todo aquello que sí es importante, conduciéndonos a la total paralización frente a la dificultad. De repente nos sentimos atrapados, ahogados, no encontramos soluciones pero… ¿frente a qué estamos? Enfrentar un conflicto puede no ser una tarea sencilla, pero podemos salir reforzados de ello.
Sin duda, a lo largo de la vida, nos encontraremos con situaciones que
supongan un reto para nosotros. En esos momentos, nuestra habilidad para solucionar conflictos nos ayudará a salir airosos del contratiempo o nos impulsará a buscar ayuda.
¿Sabes lo que es un conflicto?
Se trata de dos puntos de vista (mínimo) diferentes frente a una misma situación. No es más que eso. Por lo tanto… ¿Cuántos conflictos atravesamos a lo largo de un día? Los conflictos nos rodean, viven con nosotros, son parte del ser humano y además son una potente fuente de aprendizaje… si están bien enfocados. Como diría Freud: “Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos”.