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Las profecías sobre el atentado a las Torres Gemelas que se

anticiparon 33 años
En 1968, los que se oponían a la construcción de las torres, ilustraban notas en los
diarios con los edificios y un avión camino a estrellarse
La imagen todavía estremece. El avión está a punto de estrellarse contra una de las Torres
Gemelas del World Trade Center de Nueva York. Pero lo que más estremece es que la imagen no
pertenece a un fotograma de los atentados del 11 de septiembre de 2001, sino que fue publicada
como un aviso publicitario sobre los peligros que encarnaba la construcción de las torres 33 años
antes del 9/11, en 1968, cuando las Torres Gemelas eran sólo un proyecto.

Once años después, en 1979, otro aviso de la línea aérea estatal de Pakistán recreó la escena con
una imagen todavía más temible: un gigantesco avión recortado en el perfil de las dos torres, que
ya funcionaban a pleno como centro del comercio mundial.

El hombre que lo inició todo fue Lawrence Wien, un abogado, millonario, filántropo y amante de
su ciudad natal, Nueva York. Además, también era dueño del Empire State Building, que iba a
quedar destronado por la altura descomunal de las Torres.

La campaña contra las Torres Gemelas, cuando comenzaban a construirse en 1968 (Clarín / Clarín)
Para su campaña contra el World Trade Center, Wien usó como argumento un accidente de
aviación de 1945, cuando un bombardero estadounidense, cegado por la niebla, chocó contra el
Empire State y provocó la muerte de su tripulación y de once personas en el edificio. Es ese día
cuando nació el aviso que anticipó el futuro.

El sábado 28 de julio de 1945, dos meses después de terminada la Segunda Guerra en Europa y
cuando aún continuaba en el Pacífico, un bombardero B-25 Mitchell al mando del coronel
William Franklin Smith Jr. se perdió en la densa niebla neoyorquina del verano. La misión de
Smith esa mañana era de rutina: debía transportar a un grupo de camaradas de regreso a casa. Pero
su confianza lo perdió.

Según las crónicas de la época, Smith ignoró un aviso de los controladores aéreos del aeropuerto
de La Guardia, se dirigía a Newark, sobre la baja visibilidad que había en Manhattan. “No se
puede ver la parte superior del Empire State”, le dijeron los controladores. A las 9:40, entre la
niebla, a unos 400 kilómetros por hora, el avión apenas logró esquivar un rascacielos en la
esquina de la Quinta Avenida y la calle 42, antes de girar un poco a la izquierda y chocar luego de
frente contra la cara norte del edificio símbolo de la ciudad, a la altura del piso 79.
La revista “Time” diría que el bombardero “atravesó el grueso acero y la piedra del edificio como
si fueran de papel maché. Luego, estallaron los tanques de gasolina y las llamas se filtraron hacia
el edificio. Smith y los dos tripulantes del bombardero murieron en el acto y también otras once
personas, casi todas mujeres empleadas por la National Catholic Welfare Conference, que tenía
oficinas en el piso 79.

El accidente no puso en peligro la estructura del Empire State y provocó daños de un millón de
dólares. Lawrence Wien era un neoyorquino que había nacido en 1905, hijo de una rica familia
judía, se graduó como abogado con todos los honores en la Columbia Law School. Hizo una
fortuna en bienes a raíz de la crisis económica de 1929 y en 1961, con su socio, Harry Helmsey,
compró el Empire State.

Las Torres Gemelas no nacieron con buena estrella. Desde el proyecto inicial el World Trade
Center enfrentó trabas legales y culturales. En septiembre de 1962, cuando se designó
al arquitecto Minoru Yamasaki como alma mater del proyecto, varias organizaciones comerciales,
entre ellas los comerciantes del Bajo Manhattan, recurrieron hasta la Corte Suprema para paralizar
la construcción de las Torres que, decían, arruinaría a la pequeña y mediana empresa de la ciudad.

En febrero de 1964, un artículo del New York Times reveló que un grupo de comerciantes y
activistas “anti-Torres Gemelas” había denunciado que existía un enorme peligro para la
seguridad de las futuras torres en caso de una explosión o accidente aéreo. A esa denuncia
respondió entonces Richard Roth, de la empresa neoyorquina Emery Roth & Sons, que eran
arquitectos asociados a Yamasaki en la construcción de las Torres.

Roth afirmó que la empresa de ingeniería estructural del proyecto había hecho decenas de
estudios que demostraban que el daño que un avión que viajara a más de 960 kilómetros por hora
podría provocar al estrellarse contra una de las futuras Torres, sería mínimo, localizado y que las
personas que estuviesen en otros sitios de ambas Torres estarían a salvo.

Los aviones de 1960, y aún los de 1970, cuando se realizaron nuevos estudios sobre el daño que
un accidente aéreo podía provocar en las Torres Gemelas, no eran los mismos aviones de 2001:
no viajaban a la misma velocidad que sus antecesores, sino a una muy superior; no tenían la
misma envergadura: eran más largos, más anchos y más pesados y cargaban mucho más
combustible que sus antecesoras.

La publicidad de la linea aérea pakistaní, en 1979. (Clarín / Clarín)


Sin imaginar la enorme distancia técnica, ni temporal, entre los años 60 y el 2001, Ada Louise
Huxtable, la legendaria crítica de arquitectura del New York Times, escribió el 29 de mayo de
1966 un memorable artículo premonitorio, “¿Quién le teme a los malos grandes edificios?” en el
que anticipaba: “El World Trade Center puede ser el inicio de una nueva era de los rascacielos,
o las tumbas más grandes del mundo ”.

Las Torres Gemelas empezaron a construirse en 1966. Dos años después, Lawrence Wien
financió un aviso a página casi completa en el New York Times. Titulado “Las montañas vienen a
Manhattan”. Denunciaba los peligros que implicaban para el tráfico aéreo dos torres tan enormes
como las que se construían ya a toda velocidad.

Wien, junto a su comité, un grupo cívico que integraban en esencia operadores de bienes raíces,
estaba convencido de que el World Trade Center iba a terminar por saturar el mercado
inmobiliario. El comité siempre pensó en un accidente aéreo, jamás en un atentado terrorista.

Pero hubo otra profecía. En marzo de 1979 la línea aérea pakistaní PIA (Pakistán International
Airline) publicó en diarios y revistas de Estados Unidos un aviso de sus vuelos a Nueva York, 17
horas de viaje, en el que se veía la sombra de un enorme avión de pasajeros recortada sobre las
Torres Gemelas.

El 19 de octubre de 1970 el World Trade Center se convirtió en el edificio más alto del mundo:
superó al Empire State por un metro veintidós centímetros. El 8 de abril de 1972 un incendio
llenó de humo la Torre Sur: los hidrantes cercanos no funcionaron. El World Trade Center se
inauguró el 4 de abril de 1973.

Varios incendios, que impulsaron la instalación de rociadores en todos los pisos de las torres, unas
cuantas amenazas de bomba, una de ellas, en 1977, encarnada por un grupo independentista de
Puerto Rico obligó a la evacuación de las torres, y el famoso atentado de Al Qaeda del 26 de
febrero de 1993 en el estacionamiento de la Torre Uno, obligaron a extremar las medidas de
seguridad.

Cerca de las diez de la noche del 27 de febrero de 1981, un Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas
estuvo a punto de chocar contra la gigantesca antena de la Torre Norte una catástrofe que evitaron
el controlador aéreo Walter Zimmerman y la pericia del piloto, que alcanzó a desviarse cuando
estaba a solo noventa segundos del desastre.

Lawrence Wien murió en diciembre de 1998. Tenía 83 años. Dejó más de un millón de dólares a
organizaciones de caridad. No vio cumplida su involuntaria profecía, que anticipó en 33 los
atentados del 9/11 en Nueva York, y que todavía mete miedo.

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