Está en la página 1de 3

AMARSE A UNO MISMO CON OSHO

Si no te amas a ti mismo nunca podrás amar a alguien más. Si no eres amable


contigo no puedes ser amable con alguien más. Tus supuestos santos que son
tan duros con ellos mismos solo están fingiendo que son amables con otros. No
es posible. Es psicológicamente imposible. Si no puedes ser amable contigo,
como puedes ser amable con otro?

Cualquiera que sea la manera en que estás contigo, estás con los otros.
Permite que ello sea una sentencia básica. Si te odias a ti mismo odiarás a
otros; y te han enseñado a odiarte. Nunca alguien te ha dicho, ámate a ti
mismo. La misma idea parece absurda: amarse uno mismo? La misma idea no
tiene sentido; amarse uno mismo? Siempre pensamos que para amar uno
necesita a alguien más. Pero si no lo aprendes contigo no podrás practicarlo
con otros.

Te han dicho, condicionado constantemente, que tú no tienes ningún valor. Por


todas direcciones te han demostrado, te han dicho, que eres indigno, que no
eres lo que deberías ser, que no eres aceptado así como eres. Hay muchos
deberías que cuelgan sobre tu cabeza, y esos deberías son casi imposibles de
satisfacer. Y cuando no puedes satisfacerlos, cuando te quedas corto, te
sientes condenado. Un odio profundo surge hacia ti.

Como puedes amar a otros? Tan lleno de odio, adonde vas a encontrar amor?
Entonces solo finges, solo demuestras que estás enamorado. En lo profundo tú
no estás enamorado de nadie; no puedes estarlo. Esas pretensiones son buenas
durante algunos días, luego el color desaparece, entonces la realidad se
impone.

Cada enamoramiento está en las rocas. Tarde o temprano, cada


enamoramiento se vuelve muy venenoso. ¿Y cómo se vuelve tan venenoso?
Ambos fingen que están amando, ambos continúan diciendo que aman. El padre
dice que ama al niño; el niño dice que ama al padre. La madre dice que ama a su
hija, y la hija sigue diciendo la misma cosa. Los hermanos dicen que se aman. El
mundo entero habla de amor, canta sobre el amor… y puedes encontrar algún
otro lugar tan carente de amor? No existe ni una pizca de amor; y hay
montañas de palabrerías, Himalayas de poesía sobre el amor.

Parece que todas estas poesías son solo compensaciones. Porque no podemos
amar, tenemos de alguna manera que creer por medio de la poesía, el canto,
que amamos. Lo que hace falta en la vida lo ponemos en poesía. Lo que
seguimos perdiéndonos en la vida, lo ponemos en la película, en la novela. El
amor está absolutamente ausente, porque el primer paso no se ha dado aún.

El primer paso es: Acéptate como eres; suelta todos los deberías. No lleves
ningún debería en tu corazón! Tú no debes ser alguien diferente; no se espera
que hagas algo que no te pertenece. Solo has de ser tú mismo. Relájate y solo
se tú mismo. Se respetuoso con tu individualidad, y ten el valor de plasmar tu
propia firma. No sigas copiando las firmas de otros.

No se espera que te conviertas en un Jesús o en un Buda o un Ramakrishna; se


espera simplemente que te conviertas en ti mismo. Fue bueno que Ramakrishna
nunca intentara convertirse en alguien más, así que se convirtió en
Ramakrishna. Fue bueno que Jesús nunca intentara convertirse en Abraham o
en Moisés, así que se convirtió en Jesús. Es bueno que Buda nunca intentara
convertirse en un Patanjali o Krishna; es por eso que llegó a ser un Buda.

Cuando no estás intentando convertirte en alguien más, entonces simplemente


te relajas; entonces surge una gracia. Entonces te llenas de grandeza,
esplendor, armonía… porque entonces no hay conflicto! ningún lugar a donde ir,
nada por que luchar; nada que forzar, que imponer sobre ti violentamente. Te
vuelves inocente.

En esa inocencia sentirás compasión y amor por ti. Te sentirás tan feliz
contigo mismo que incluso si Dios viene y golpea a tu puerta y dice: Te gustaría
convertirte en alguien diferente?, tú dirás: Te has vuelto loco? Soy perfecto!
Gracias, pero nunca intentes algo similar; soy perfecto como soy”.

Cuando puedes decir a Dios: Soy perfecto como soy, soy feliz como soy, a esto
le llamamos en Oriente shraddha, confianza; entonces te has aceptado a ti
mismo y al aceptarte a ti mismo has aceptado a tu creador. Negándote a ti
mismo niegas a tu creador.

Si vas a ver una pintura de Picasso y dices: “Esto está mal y eso está mal, y
este color debería haber sido de esta manera”, estás negando a Picasso.
Cuando dices: Yo debería ser así, estás intentando perfeccionar a Dios. Estás
diciendo: Metiste la pata; yo debería haber sido así, y tú me has hecho así?.
Estas intentando perfeccionar a Dios. No es posible. Tu lucha es inútil; estás
condenado al fracaso.
Y cuanto más fallas, más odias. Cuanto más fallas, te sientes mas condenado.
Cuanto más fallas, te sientes más impotente. Y de este odio, impotencia, como
puede surgir la compasión? La compasión surge cuando estás perfectamente
asentado en tu ser. Tú dices: Sí, así es como soy. No tienes ideales que
satisfacer. Y de inmediato la satisfacción empieza a suceder!

Las rosas florecen tan maravillosamente porque no están intentando


convertirse en lotos. Y los lotos florecen tan maravillosamente porque no han
oído historias de otras flores. Todo en la naturaleza marcha tan
maravillosamente en armonía, porque nadie está intentando competir con
alguien más, nadie está intentando convertirse en algún otro. Todo es como
debe ser.

Solo ve el punto! Solo se tú mismo y recuerda que no puedes ser nada más,
cualquier cosa que hagas. Todo esfuerzo es vano. Solo tienes que ser tú
mismo.

Existen solamente dos caminos. Uno es: rechazando, tú puedes seguir siendo
el mismo; condenando, tú puedes seguir siendo el mismo; o: aceptando,
entregándote, gozando, deleitándote, tú puedes ser el mismo. Tu actitud
puede ser diferente, pero tú vas a seguir siendo como eres, la persona
que eres. Una vez que aceptas, surge la compasión. Y entonces comienzas
a aceptar a otros!

Lo has observado: es muy difícil vivir con un santo, muy difícil. Puedes vivir
con un pecador; no puedes vivir con un santo porque un santo te condenará
continuamente: por sus gestos, por sus ojos, la manera en que te mirará, la
manera en que te hablará. Un santo nunca habla contigo; te habla a ti. El nunca
te mira solamente; él tiene siempre algunos ideales en sus ojos, nublando el
panorama. Nunca te ve. Él tiene algo a lo lejos y sigue comparándote con ello…
y, por supuesto, siempre te quedas corto. Su misma mirada te hace un
pecador. Es muy difícil vivir con un santo… porque él no se acepta a sí mismo,
como puede aceptarte? Él tiene muchas cosas consigo. Notas discordantes de
las cuales siente que tiene que ir más allá. Por supuesto, él ve las mismas cosas
magnificadas en ti.

Pero para mí solo es un santo quien se ha aceptado a sí mismo, y en su


aceptación ha aceptado al mundo entero. Para mí, ese estado de la mente es lo
que se llama santidad: el estado de la aceptación total. Y eso es curativo,
terapéutico. El solo estar con alguien que te acepta totalmente es terapéutico.
Te sanará. Osho

También podría gustarte