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Hallan restos de drogas alucinógenas en una

bolsa enterrada hace mil años en los Andes


En una cueva de los andes, un equipo de investigadores ha descubierto una bolsa de
cuero de mil años de antigüedad, que estaba llena de objetos que se pueden
relacionar con el consumo de estupefacientes en la región. El hallazgo se hizo en la
Cueva del Chileno, en lo que hoy es la provincia de Sur López, en Bolivia.
El interior del objeto hallado contenía dos tabletas talladas en madera para inhalar
sustancias, un tubo para aspirar, dos espátulas de hueso de llama, una cinta textil para la
cabeza, trozos de plantas secas y una bolsita fabricada con tres hocicos de zorro.

Los arqueólogos Juan Albarracín-Jordán, de la Universidad Mayor de San Andrés en


Bolivia, y José Capriles, de la Universidad Estatal de Pennsylvania, estuvieron a cargo de
la investigación del material encontrado y la posterior publicación de los resultados en la
revista PNAS.
El paquete se remonta a la civilización preinca Tiwanaku, que dominó el sur andino desde
aproximadamente los años 550 hasta 950 de nuestra era.
Extensas redes de comercio
El análisis del contenido reveló que entre las sustancias encontradas en el yacimiento
había restos de harmina y DTA, que se utilizan para elaborar ayahuasca, la primera se
obtiene de la enredadera ‘Banesteriopsis caapi’; la otra, del arbusto Psychotria viridis.
Además, el análisis también detectó restos de cocaína (alcaloide de la hoja de coca) y
benzoilecgonina, lo que sugiere que la bolsa habría contenido hojas de coca y semillas
del árbol ‘Anadenanthera colubrina’.
Profundo conocimiento de la botánica
Además, los investigadores hablan también sobre la importancia de las sustancias
alucinógenas en los pueblos andinos. Así, según Melanie Miller, quien fue la encargada
de averiguar qué era en realidad el material vegetal en el interior de la bolsa, “esta es la
primera evidencia de que los antiguos sudamericanos combinaban diferentes plantas
medicinales para producir una sustancia poderosa como la ayahuasca”.
El artículo presentado muestra el gran conocimiento botánico y fitofarmacológico que
poseían los pueblos originarios de Sudamérica hace mil años.
Célebre egiptólogo afirma haber encontrado la
tumba de Cleopatra
La tumba de Cleopatra, uno de los misterios más grandes del Antiguo Egipto, parece
haber sido localizada. Al menos, así lo ha asegurado Zahi Hawass, quien es considerado el
egiptólogo más importante del mundo, en una conferencia pronunciado esta semana en la
Universidad de Palermo (Sicilia).

"Sé dónde está la tumba perdida de Cleopatra", ha dicho. Y la información que ha ido
recabando le conducen a un lugar preciso: a un ambiente subterráneo, a unos metros de
profundidad, excavado en el terreno a la sombra de las imponentes ruinas del templo
Taposiris Magna, un lugar funerario a casi 30 kilómetros de Alejandría en Egipto.
De ser cierto los datos, se trataría del mayor hallazgo arqueológico del siglo, incluso “más
importante que la tumba de Tutankamón”, según Hawass. Y es que Cleopatra, la última
reina de Egipto, no solo es trascendental en el desenlace de la historia del mundo antiguo,
también ha sido celebrada por el arte y el cine.

Pero hay más. El arqueólogo cree que al lado de la reina estaría enterrado Marco
Antonio, su gran amante, que habría compartido con ella el declinar de la dinastía
Ptolemaica, cuando cayó bajo el control de la Roma imperial de Octavio. "Espero encontrar
sus tumbas pronto. Creo que fueron sepultados juntos". "Estamos muy cerca de descubrir la
localización precisa de la tumba, estamos en la buena dirección. Sabemos exactamente
dónde tenemos que excavar".

Hawass, además, asegura que el sepulcro se localiza en unas galerías subterráneas, de muy
difícil acceso, que estarían inundadas por culpa del lago que hay en las cercanías del
derruido templo. En declaraciones recogidas por ABC, ha dicho que "se trata de un lugar
funerario monumental digno de
realeza, muy importante; no es un
lugar funerario cualquiera. Y aquí han
aparecido muchos elementos que se
refieren a Cleopatra. En definitiva, no
puede ser un sitio dedicado a
personajes ordinarios, sino solamente
a los más altos dignatarios".

El siguiente paso es liberar de agua la


zona para poder llevar a cabo las
excavaciones, un trabajo que ya se
viene organizando.
Naia, el esqueleto humano más antiguo de
América, fue madre y maltratada
Investigadores han determinado que el esqueleto humano de entre 12.000 y
13.000 años hallado hace tres años en una cueva del estado mexicano de Quintana Roo
(este) es el más antiguo en América, informaron este jueves el Instituto Nacional de
Antropología de México (INAH) y la revista Science.
El descubrimiento confirma además que los amerindios son los descendientes de los
primeros habitantes del continente, según los científicos.
La osamenta, que pertenece a una joven de entre 15 y 16 años del Pleistoceno Tardío, a quien
bautizaron como "Naia",cuyo nombre recuerda a las náyades (ninfas) de la mitología griega
que cuidaban de los estanques en la antigüedad, "ha sido estudiada desde hace casi tres años
por especialistas nacionales y extranjeros y ha sido fechada científicamente con una
antigüedad de 13.000 y 12.000 años en laboratorios de Estados Unidos y Canadá", dijo en
conferencia de prensa María Teresa Franco, directora general del INAH.
Las huellas de fracturas en los huesos de los brazos indican que posiblemente "fue
maltratada cuando era más joven", comentó James Chatters, presidente de Applied
Paleoscience, firma estadounidense de consultores especializados en paleontología y
arqueología.
El "extraordinario hallazgo" es el eslabón que faltaba para confirmar el vínculo que
existe entre los primeros pobladores de América y los grupos indígenas
contemporáneos en este continente, añadió la directora, un tema debatido desde hace
mucho tiempo por antropólogos y arqueólogos.

El descubrimiento de Naria tuvo lugar en el sitio arqueológico Hoyo Negro, ubicado en una
cueva que se inundó después de la última glaciación finalizada hace unos 10.000 años, y los
científicos piensan que los restos pertenecen a la joven de origen asiático (Beringio) que
formó parte de las migraciones que llegaron a América desde Siberia.

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