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Autor: Wilson Manobanda

Nivel: Noveno

Tema: LA INFLACION

En la actualidad, coexistimos en un mundo de grandes cambios el cual nos va acercando cada vez
más a un futuro impredecible. En este contexto, uno de los factores cruciales para la supervivencia
de las naciones es sin duda la economía y justamente es aquí donde se da las mayores anomalías de
la historia humana.

Es así que la inflación se define como un proceso de elevación continua de los precios en los
productos, también puede llamarse como la descompensación entre la oferta y la demanda
afectando a distintos sectores económicos de sociedades, cambio en los precios por una demanda
global, cambio circulatorio de la moneda sobre toda la economía todo esto es por la deficiencia de
la producción en lo que se refiere al circulante.

La inflación se refiere al aumento generalizado y continuo generalmente en el nivel de precios de


bienes y servicios de la economía. La inflación usualmente se calcula como la variación porcentual
del Índice de Precios al Consumidor [IPC], que brinda el valor de los precios promedio de los
principales artículos de consumo. Las metodologías inflacionarias pueden venir causadas por la
excesiva generación de dinero por parte de las autoridades monetarias de cada país. En cada país
este aspecto es muy importante puesto que en el peor de los casos el dinero crece mucho más
rápido que los bienes y servicios generados por la economía causando un alza en todos los precios.
Dicha creación excesiva de dinero suele estar motivada a su vez, por la necesidad de cada país de
financiar sus déficits públicos.

La expectativa de los agentes económicos sobre cómo pueden evolucionar los precios en el futuro.
El presente aspecto es muy importante puesto que si, por ejemplo, los agentes económicos esperan
a que los precios puedan aumentar en un corto a medio plazo, intentarán incorporar de manera
rápida este hecho a los salarios y demás pagos fijados por contrato. Esto causará sin duda algunas
importantes tensiones económicas, que de llevarse a cabo ocasionará un incremento de los precios
mucho mayor que el previsto.

La confiabilidad que tenga la política económica del gobierno local es uno de los factores
importantes que puede generar inflación. Si los agentes económicos no tienen confianza en la
política económica del gobierno, esto conllevaría a la reducción de los precios, sus actuaciones irán
orientadas a aumentar los salarios y precios. Esta actitud solo llevará al fracaso de las políticas
restrictivas del gobierno.

Los acuerdos salariales de larga duración podrán ser un arma de doble filo, puesto que la
negociación continuada de acuerdos salariales en un escenario de inestabilidad puede ser
extremadamente perjudicial, lo verdad es que los acuerdos de larga duración (tres años o más),
pueden impedir que el control sobre la inflación sea mucho más efectivo.
Las contrariedades que el lado de la oferta también son causas frecuentes de presiones relacionadas
a la inflación. La evolución (cambio) de los precios del petróleo y de las materias primas son factores
que afectan de forma significativa a los precios de las economías de un país.

Los valores de la inflación provienen básicamente de la falta de adaptación de la economía a una


situación inflacionista. Por ejemplo, uno de los valores más importantes de la inflación es el
incremento de los impuestos, el cual es uno de los factores que afecta directamente a la inflación
de un país.

Mientras exista inflación y los contribuyentes vean aumentados sus salarios, a medida en que el
gobierno no adapte la tabla impositiva a este crecimiento de los precios, la cuota impositiva será
mayor. Para este caso en concreto los agentes económicos deberán pagar un mayor número de
impuestos, no por un mayor nivel de renta, sino simplemente por el incremento de los precios.

Otro efecto de la inflación es el que ocasiona en la redistribución de la renta. La Inflación perjudica


tradicionalmente al acreedor (prestamista), beneficiando al deudor (prestatario). De esta manera,
en una situación donde la inflación es la principal protagonista, las personas que tienen que hacer
frente a un préstamo deberán reembolsar, en términos reales, una cantidad menor que la original.
En una situación familiar, los ahorradores verán como los saldos reales de sus depósitos bancarios
van perdiendo valor a medida que los precios sufren un incremento. Solo en aquellos casos en los
que los tipos de interés se ajusten a la inflación del país se podrán evitar pérdidas, tanto para los
acreedores como para los deudores. De esta manera, se pone en manifiesto que lo importante es
el mantenimiento de los tipos de interés reales, no tanto de los nominales.

Un costo relacionado con los anteriormente mencionados es la incertidumbre que genera la


inflación. Esta hace que los agentes económicos, frente al riesgo de que sus inversiones disminuyan
su valor, aumenten los tipos de interés, lo que afectaría contrariamente a la inversión y, por ende,
al crecimiento económico del país.

Por último, si la tasa de crecimiento de los precios de un país es superior a la de los países con los
que compite directamente en los mercados internacionales, este país verá reducida su
competitividad. Claramente cuanto más altos sean los precios locales, más difícil será que los
productos nacionales puedan ser comercializados en diferentes países, lo que obliga a los gobiernos
de cada país; implementar una tasa de crecimiento de precios similar o en ocasiones incluso menor
a la de los países de su alrededor. Manteniéndose todos los factores iguales, un incremento de los
precios mayor al de los competidores directos supondrá una reducción de la competitividad.

La teoría económica indica que la inflación, especialmente la imprevista, produce incertidumbre


sobre los precios futuros, lo que afecta a las decisiones sobre el gasto, el ahorro y la inversión,
generando una distribución deficiente de recursos y, por ende, haciendo difícil el crecimiento
económico del país.

A pesar de todo la inflación suele ser vista por encima del hombro; a los consumidores no les gusta
tener que pagar más por un producto de un rato a otro, a pesar de que sus ganancias se incrementan
en la misma cuantía.

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