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udela: “En el Perú podría repetirse lo de Chile” [Entrevista]

El descontento por la falta de atención a las necesidades de la mayoría es caldo de cultivo para
que se produzcan grandes protestas que serían aprovechadas por grupos radicales, dice.

Jueves 27 de Febrero del 2020

7:02 am

Por: Isabel Zamora.

Uno de los certamenes musicales más importantes de la región, el Festival de Viña del Mar, en
Chile, se vio empañado por las protestas sociales que se realizan desde octubre de 2019. Pese
a las medidas tomadas por la organización y las autoridades, desde su inauguración el domingo
pasado, el popular certamen ha servido de reflejo y amplificador de la crisis que vive el país del
sur, en los días previos a un mes de marzo que se anticipa “caliente”. Las fotos de carteles de
protestas y los videos del público coreando consignas contra las autoridades han circulado
ampliamente en redes sociales.

Esta es una consecuencia de las diferentes protestas públicas que se iniciaron por el reclamo
de los estudiantes chilenos ante el rechazo al alza de tarifas del Metro de Santiago. La empresa
operadora del metro suspendió por lo menos cuatro de sus líneas principales, luego que los
manifestantes paralizaron el servicio y comenzaron a realizar destrozos dentro de las
instalaciones. Situación que ha puesto en jaque al gobierno de Sebastián Piñera y ha hecho
que tenga que anunciar un “gran acuerdo nacional en defensa de la democracia”.
Esta crisis social y política que actualmente vive el país del sur podría replicarse en el Perú,
pues el descontento social crece y el Gobierno poco o nada hace para mejorar esta situación.
Al respecto, el exministro de Relaciones Exteriores, Francisco Tudela van Breugel-Douglas,
alertó sobre esta posibilidad.

-¿Podríamos vivir una situación de protestas, similar a la que se vive en Chile, actualmente?
Creo que sí, porque lo que ha sucedido en Chile tiene una dimensión continental, no solo es un
tema local. Es evidente que hay una organización, que ha recibido apoyo material y fondos que
han venido del extranjero, para fomentar esta acción absolutamente anárquica pero que ha
hecho capitular al presidente (Sebastián Piñera). Si esto ha tenido éxito en Chile, lo más
probable es que se intente replicar en otros lugares de América Latina, como nuestro país.

-Una integrante del colectivo Secundaria Combativa arrojó un balde con agua al alcalde de
Lima, Jorge Muñoz. ¿Podría ser el inicio de un protesta más grande con el transcurso del
tiempo?
Ese es el típico efecto mimético pero es una organización, no es una persona sola.
Evidentemente cuando hay un método subversivo revolucionario eficaz, de inmediato se
empieza a imitar. Lo que ha sucedido en Chile es más grave de lo que la gente percibe; porque
este ataque anarquista en contra de la infraestructura de las ciudades, edificios públicos, la
Policía, etc., equivale a un golpe de Estado.

-Entonces, ¿hemos sido testigos de un golpe de Estado en Chile?


Digo esto, porque en América Latina, las constituciones solo se cambian después de las
revoluciones o golpes de Estado, que tiene como objetivo cambiar el régimen político.
Es evidente que quienes han llevado esta asonada, que sigue su curso en Chile, han logrado su
propósito y ahora van a tener un plebiscito para cambiar la Constitución. Esto no puede
minimizarse, porque es un golpe de Estado civil hecho a través de personas organizadas,
clandestinamente. Hemos visto que emerretistas condenados en el Perú pero indultados por el
exministro, Diego García Sayán, como es el caso del terrorista (Jaime Castillo) Petruzzi, están
en un rol activo y coordinando con los que lideran estas protestas.
Pero esta asonada es liderada por movimientos netamente anarquistas. Ante el fracaso del
marxismo leninismo, el anarquismo ha resurgido con muchísima fuerza en el siglo XXI, no solo
en América Latina sino en Europa también.

-¿Y qué pasaría en el Perú?


Podría suceder algo así, pero lo que es diferente en el Perú es que se tendría que movilizar a
una gran masa de personas que vive en la informalidad y no tiene interés de estar en el radar
del Estado. Esas personas no van a salir a protestar. Sin embargo, los remanentes de los
movimientos terroristas y especialmente la enorme delincuencia, sí aprovecharían una acción
subversiva de ese tipo, para desencadenar el caos, que podría llevar a un cambio político.

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