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Las energías renovables son la fuente alternativa que poco a poco ha ido ganando terreno

frente a las fuentes eléctricas tradicionales como el caso de Colombia que el en el


momento actual está distribuida de la siguiente manera 68.33% sector hidroeléctrico,
sector térmico 30.7%, a gas 13.33%, a carbón 9.55%, Diésel 7.82%y no convencionales
0.98%. Entre estas últimas podemos destacar la energía eólica y la energía solar como
las que de una u otra forma apuntan a ir reemplazando, sobre todo, a las energías a base
de combustibles fósiles y más contaminantes y no renovables.

Aunque el agua puede ser un recurso renovable, es bien sabido también que su
disponibilidad es impredecible, sobre todo ahora que el cambio climático está afectando
las precipitaciones de lluvia sobre el planeta entero. Fenómenos como el niño ya han
puesto a prueba la fiabilidad de la generación hídrica aunado a un crecimiento en la
demanda paulatino de aproximadamente 2% anual, para el año 2030, se estima que la
demanda superará o llegará a niveles iguales que la oferta en materia eléctrica en el país.

A todas luces se hace necesario diversificar la canasta energética y aparecen entonces


en el horizonte cercano la implementación a corto y el mediano plazo de las energías
eólica y solar, las cuales tienen bajo impacto sobre los recursos naturales, son accesibles
en muchas regiones del territorio, producen bajos niveles de emisiones contaminantes y
son económicamente viables, entre otras características.

Cuatro actividades conforman la cadena la denominada cadena de energía eléctrica, a


saber: generación, transmisión, distribución y comercialización, que integradas
conforman el Sistema Interconectado Nacional (SIN), permitiendo llevar la energía
eléctrica del lugar de generación al consumidor final, las áreas que no tienen acceso al
SIN, se denominan Zonas No Interconectadas (ZNI), en estas zonas habita cerca del
3.04% de la población del país, según datos de la Unidad de Planeación Minero
Energética (UPME) para el 2015.

Para dar solución a esta problemática que puede ser mayor si se tiene en cuenta el
crecimiento poblacional, para el 2030, se espera que haya un aumento en el aporte a la
producción energética del país a través de generación de energía eólica, la cual
participaría con aproximadamente el 12 % del total, con el fin de migrar hacia una matriz
energética cada vez más limpia, diversificada, competitiva y resiliente a la variabilidad
climática del país que a su vez permita la interconexión de esas zonas ZNI. Obviamente
se requiere una política que impulse este tipo de proyectos para los próximos años siendo
necesario continuar expandiendo la infraestructura energética del país, tanto la de
generación como la de transporte.

Para tal fin la UPME convocó en 2019 a una subasta de expansión de asignación de
Obligaciones de Energía Firme (OEF), que busca garantizar el abastecimiento de energía
en el mediano plazo e incentivar la construcción de nuevos proyectos eólicos y solares
que puedan aportar confiabilidad al sistema a partir de 2022. Cinco proyectos que
generarían unos 1.500MW de fuentes renovables no convencionales (FRNC), y lograr
que ese 12% de la matriz energética esté conformada por estas fuentes en 2030, lo cual
es factible alcanzar si se tiene en cuenta que algunos proyectos que actualmente están
registrados ante la UPME andan por las fases 2 y 3, evidenciando un amplio potencial de
energía solar y eólica en el país, principalmente en los departamentos de La Guajira y
Cesar.
Con una inversión de aproximadamente U$ 1.800 millones empresas nacionales como
Celsia e Isagen, multinacionales entre las que se cuentan Enel Green Power, Jemeiwaa
Kai, Diverxia Infraestructure, Acciona y muchas otras que promueven el uso de energías
renovables en el mundo, están dispuestas a participar en la nueva etapa por la que
transita la generación eléctrica del país y del mundo entero.

El hecho de que Hidroituango no haya entrado aun en generación, debido a los problemas
que se presentaron, da un impulso más para que las FRNC se posesionen como una
excelente y confiable alternativa a un corto y mediano plazo. Nuevas generaciones de
generadores o turbinas eólicas ofrecen grandes posibilidades, paneles solares de mayor
capacidad y las condiciones favorables por geolocalización del territorio nacional, son
también otros alicientes que apuntan al éxito irreversible y al impacto que sobre la
economía tienen el uso de las FRNC, hay que fortalecer las leyes, permitir mejores
condiciones de inversión tanto local como foránea y seguramente Colombia, al igual que
ya lo han hecho países como China, Estados Unidos, Alemania, India, España, Reino
Unido, Francia, Brasil, Canadá e Italia a nivel mundial, Brasil, México, Chile y Uruguay en
Latinoamérica, entrara en una era que es tendencia mundial y que aunado al problema
del cambio climático, se hace necesario abordar, somos privilegiados y hay que
aprovechar estos recursos en benéfico de un mañana limpio, confiable y seguro para
todos.

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