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Yo sé que la tristeza es un país transitorio

POEMAS

1.
A veces me hablan de ti, pequeña mía
y yo no sé qué decir...
Por eso ahora quiero decirte algo.
¡Olvídame! es necesario
desde el nosotros bifurcado.
Pero olvídame sin quitar mi nombre
de las cosas
Olvídame sin olvido
porque morirías en parte
si llegaras a ignorarme
Olvídame que te encontrarás sin buscarte,
esperándote en la hora en que tu soledad
te dejó sola.
Y podrás estar sola casi igual que antes,
pero será más solitario
porque recordarás.
Yo no haré lo mismo,
Ya no puedo encontrarme,
sólo recogeré tu nombre tu rostro y las
mejores veces
Y me iré a jugar contigo al sueño
Y tal vez te guarde tal vez en el rencor.
Pero, escúchame bien:
no es necesario trocarme por mentiras
Seguirás siendo paloma y necesaria,
y azul y mañana y dorada y descalza,
pero ya no serás ritual y diaria y nueva
como el alba,
y el hábito aprendido de tu mano y de tu nombre
será sólo manera de otro
nombre y otra mano para mi costado.
Ésta es mi manera de olvidarte.
Pero esto, no debes olvidarlo:
En mi olvido serás reemplazada,
serán mejores que tú y más nuevas
y costumbres, pero si hubieras querido
Podrías haber sido
todos los nombres y las manos de
mi costado, y mejor que tú misma,
tú sin olvido y sin pasado, pasado.

2.
Amada mía
la tarde está amarilla y desteñida
pálida y raída
como los ojos previos a la muerte — casi abandona-
dos.
Anoche, la noche me estrangulaba,
y tú no estabas
porque otras veces duermo con una víspera
en la mañana
pero anoche lloré.
Todo se prolonga lento,
sólo es diferente la hora de los otros
y el silencio verdadero más el mío, por las
noches.
He dejado el alma en un cepo indescifrable,
y suelo caminar solo algunas noches,
con la sombra acorralada por las luces
más agobiada y más harapo
con los pasos roncos de baldosas, pesados
y rastreros,
Todo te recuerda,
o acaso sea esta manera de las cosas
mientras yo escarbo tu recuerdo urgente
como el alcohol ritual.
A veces tu recuerdo y el silencio crecen
como un eco sucesivo
esta tarde el sol y las palomas buenas
ya me llega al cuello.
Tienes algo de tarde postergada
en esta hora vacía de la tarde falsa.
Sí te amaba amada mía
y sólo queda
el fervor del sueño apretado como el ojo
credo
y la piedad del niño de las manos juntas
inocente o idiota como el quizá del rezo
de las tardes tristes y solas de recuerdo.
El sabor cotidiano y solo de los trenes
se adelgaza como un estrecho pasillo
perspectivo
Yo arrastro tu recuerdo
de palabra acobardada alguna tarde última
que quedó en el puño de la boca clausurada
como el miedo de descubrir la vanidad de
un ruego
Los gorriones son iguales aquí en la soledad
y en tus mañanas
El rito de las tardes es un hábito del sol y no
una espera
Yo sé que la tristeza es un país transitorio
entre dos rostros y dos nombres
Pero ¡qué importa un nombre posterior a esta
tristeza de no tener tu rostro
sino para las tardes de gorriones iguales
y de recuerdo cada vez más olvido!
¡Qué importa un nombre que no sé decir
y que es sólo un hueco con tu voz hecha
silencio a mi costado!
Qué importa la libertad del olvido
conseguido si esta tarde tus veces
más intensas que otras veces de la
tristeza solitaria
me aprieta desde el último atrás
como la soledad de un
único atroz sobreviviente.

3.
Pienso en ti y te acerco a tus
instantes.
Te ignoro y sé sólo cómo fuiste
ignoro cómo eres pero sé cómo te sé
y sé cómo quisiera que fueras
y cómo voy queriendo que seas como eres.
Creo en ti, porque guardo un rastro que
sangraste
sobre mí
porque tuve la noche
y ya no es mía
porque te has acumulado en mis abrazos
antes despoblados
porque he vaciado el vacío de tu abrazo
más hondo que tus brazos
porque ya no te espero
porque ya no vendrás
y no estoy triste
y no estoy solo
y no solamente no estoy solo
sino que me escuchas
y tienes lo que quiero que tú quieres
y quiero lo que sé que tengo

4.
Escribía palabras sencillas de tus cosas fáciles
hoy, tal vez porque ya no tengo cosas
escribo palabras oscuras.

5.
Somos palabras y así nos acepto
pero ahora mezclémonos las manos
subterráneas del silencio

6.
Con el canto de mis manos te iba haciendo estelas
en el silencio de tu piel como la tarde

7.
Porque es mucho más lo que te vas
que lo que yo te quedo
(¿cómo podría serte nunca mejor con el
pensamiento?)
y sin embargo te quedo mucho más
porque es mucho más lo que me quedo
que lo que tú me puedes llevar
porque hay algo que nos vivimos
más allá del espacio
pero el tiempo nos acorrala en la realidad
la distancia nos destierra de las ocasiones
pero nos queda
mucho más aún de lo que estamos
como en el silencio laten las palabras
y crecen el infinito
que no nos cabe en la garganta.

8.
Para irme todos los barriletes de tu piel vivida de silencio
Para callarme todos los regresos que vengo por tus manos
tus manos de raíz
como la lluvia a las raíces
Para caerme por tus ojos como el verano se agrega a la
tierra en la fruta derrotada
Para habitar tus acechos
enderezando los pasillos de tu sombra
con la mañana a los dos lados o una lámpara
clavada en el silencio
Para arrancarte el buzo de los ojos
y echar al viento todos los pájaros que hasta ahora
Soledad.

9.
Hoy que las venas se te caen por la boca
que serás una garza con la sangre de la
luna
mi corazón se vuelve de campana
y aunque mi tristeza se te
acerca donde
el sol te toca
levanto ya lograda, mi por fin mañana
y deshojo mis flores en tu risa una por una

10.
Y qué estamos dispuestos a decir
sino nuestros propios parapetos.
hacer un caracol de grito
y escondernos
topos en nuestra propia garganta indescifrable.
Y las cosas siguen en pie. fantasmas impalpables.
como asir las ideas con palabras.
Y las cosas siguen en pie —mientras haya
alguien que las piense—
(el pensamiento es una manera de existir que
no se repite)
Pero decimos diariamente como haciendo camino
hacia nosotros que nunca termina.
11.
Algún día conoceré tus pies.
ya no me extraviaré en tus abismos. conoceré tus
vertientes tus túneles tu soledad, tus pájaros muertos
las viejas ciudades los cementerios sin historias con
algún nombre tal vez de extraña lengua.
Algún día seré yo el pastor de tus ríos
de tu silencio.
remaré todos
tus vientos
me habré lavado
tantos rostros de las manos
tanto habrán masticado mis dedos el musgo de tu
pelo.
tantas veces te habré viajado y guardado el barco errante
en tus guaridas
y el ancla y la savia y el Este en tu luna invadida
y despertada en la marea.
Sí algún día conoceré tus pies sabré dormir mis cosas a la
sombra de todas las cosas.
y el silencio convocado en mi actitud de absoluto.
Sí es cierto, me faltará tu historia
pero ningún cerrojo tuyo me guardará un
nunca, habré vivido todos tus testimonios
y habré vuelto a tus pies como a la raíz
para arrancarme el viento de la boca
que me madura en la garganta frutal.

12.
Cuando el tortuoso pasadizo de la sangre
empecina el peregrino silbido del silencio
y como un remero sin fatiga
tu pájaro soltado a travesía
vuelve por la soledad de tantos días
como un barco ahorcado mar adentro
te parecerás un poco en eso a mí
que antes, tal vez de tu abandono
te escribo mi dolor y te lo dejo.

13.
enjuagabas tus ojos en silencio
enjuagabas tus manos
con hebras hilachas harapos
del viento

14.
Y será ésa, otra manera de mentirnos,
como al decir adiós.
No puedes parecerte a las palabras que me dicen.
¿acaso alguna vez, fui como una palabra que escuchaste?
Escucha pequeña, aunque ya no me oigas
, deja romper las olas del silencio que te
ahorca por las noches. Llora.
Luego llámame, no te oiré.
Luego toma esta pregunta como una antorcha,
y baja al sótano de tu alma a descifrarte.
¿qué día es el olvido?
yo no lo sé, ese día y por haberte ya olvidado,
no recordaré llamarte para contártelo
Si enfrentas el olvido, con sólo recuerdo
¿para qué olvidarse?
Si sólo hemos pedido ayuda de los otros
y nunca nos gritamos a nosotros mismos

15.
Pude tal vez echar un ancla en tu tormenta,
resistir al mundo y la mentira ajena,
pero cerré los ojos y confié en los tuyos
y me dejaste ciego, frente a la mentira y frente
al mundo.
Ya no importa llorar ni perdonarnos
ni hacer preguntas y responder silencios
Ya todo está. ¿Para qué secar la leña
inútilmente si las piedras mismas de hacer chispas
dimitieron.
Puedes restaurar, quizá, mi memoria,
seré un recuerdo más yo o menos yo, eso no importa
Pero el nosotros que yace donde el camino se bifurca
no volverá ya a nombrar nuestras manos juntas
Hemos perdido para los nombres por venir,
ese fervor de apretar los ojos, como rezando.
Por eso seremos los dos, siempre mejores,
aunque digamos dejarnos para buscar lo verdadero
Es por eso el rencor, no tendremos olvido.
todas nuestras palabras de olvido serán para nosotros.

16.
Nos tanteábamos como ciegos recelosos
Los tibios países de trapo y de durazno
y las manos avisaban nuestros
territorios
como tildando el lugar donde éramos

17.
A veces, porque todo a veces
en tu soledad de túnel
irrumpe un sol que equivocó su altura en una
lámpara.

18.
...Y tus ojos como dos gorriones huecos.
tu pelo
largo pájaro de sombras y silencio
Todo lo recuerdo
y tu pecho roto
donde quise quedar o queda todo
La noche era nosotros
por eso
todo lo recuerdo
y desde ti estoy solo

19.
De la tarde sola,
del cielo lívido sobre las últimas casas
de la mansedumbre
con que es hermosa para otros esta tarde
me viene esta tristeza
de ver temblar al viento entre las hojas
Tanto se depone
acortando mañana
aunque siempre queda todavía
Vendrá la noche entonces
y se agremiará en los últimos rincones
y vendrá el espejismo
a vivir desde las manos
Nada demora lo innumerable
y la tristeza sólo cambia de calles
por eso el cielo lívido y los otros y las casas
y la tarde de los otros mansa
y mi tarde

20.
Mi silencio hace un ruido infernal

21.
Quiero tener tanto que
no tenga lugar para
tener el no
tener
de lo que no
tuve
22.
y el beso viceversa que es nosotros o tú desde los dos

23.
¿Qué dejarte amiga mía ahora que parto
para ser más extenso que el olvido?
cruzarte la cintura tal vez por un camino
donde el beso ha errado tanto
¿cómo quedarme desde más allá contigo
cómo buscarte ahora que ya has sido y que me
alejo
si yo mismo soy en todo lo que dejo
Ahora que emprendo la orfandad del hijo?
...Tanto anduvimos por los días cortos...
Aunque en cada rostro del camino te descubra
Más allá de nosotros el mundo tiene todavía
por allí andaré alargando la tristeza
acortando por delante la tristeza que nos
queda
Hasta que vuelva a gritar que te he olvidado
y sea mentira.

24.
Te recojo de todas las cosas que me son esta tarde
has crecido de pronto donde el olvido no pudo nombrarte
Y aunque queda mañana por delante
Yo te guardo y no puedo guardarte
Esta tarde es tuya ¿cuántas tardes serán tuyas
Nos vamos por tu sombra donde mañana es
nunca
por eso quiero ahora que me escuchas
dejarte mi raíz que ya
no tendrá lluvia
Desde otro mañana que ya no será y no tendrá
espera
Un niño dice adiós para cambiar el
rostro a medias
Y porque siempre será en ti la primavera
yo te bendigo desde la tristeza.

25.
a la deriva del silencio
como la lluvia destapa las gargantas
de la tierra
me recorro las palabras
hoy
sobre tu tierra viva
se me cae una palabra muerta
pero el perdón es una flor
más alta que los ojos

26.
si tu pecho es una proa
cuando el mundo arrecia
venceremos juntos
no te detengas entonces
cuando griten
que siempre vendrá un dedo a señalarnos
y te dirán aquél es como el ave
que no tiene rumbo
y te dirán que no tengo raíces
y te acosarán
como el mar
obstina a lo que empuja sobre
las rocas el naufragio
todo lo dirán de nosotros
pero yo que creo en ti te guardaré
de verdad

27.
Me desperté y equivocado u olvidado
supe tocar el piano.
Temo despertar cada vez en una realidad
espantosa.

28.
háblame doblado el día
que toda mi tierra te reclama
vendrás a cantarme
con tu estrella hueca
con la íntima guitarra de la entraña
y a untarme en las manos un
sabor de lejanía

29.
Tengo en la ternura la ferocidad de la lluvia
voy a navegarte
soy tu capitán
y me tengo en las manos
para untarte mi sombra caliente
mar mío
capitán en tu estrella de sangre
apenas te he visto mirarme
y ya te digo mujer porque hasta conmigo.

30.
EL PESCADOR
A la orilla del silencio
con la mirada innumerable
la red tendida como el musgo crecido
de las manos
te piensan así poeta

31.
El corazón hizo una gárgara de sangre
como un molino roto que encalló
el viento,
Y el velamen del pájaro de barco
perdió la cuenta del empuje
y calló a la orilla de la sangre
detenido o quedado como un
andén.

32.
Te desteñías poco a poco como si te desafinaras
pálida
La noche me estranguló

33.
Levanto mi mano como un palomar de sombras
el silencio me vive;
¿qué me quitará la muerte?

34.
Quisiera que supieras que algún día
cuando la mañana se parece a tu mañana
retozas dorada y descalza
en el patio de mi alma
que se llena de mañana.
Hace mucho que llueve,
las olas borran los castillos de las playas
y acomodan la arena de los pasos
y se llevan el testimonio de las plantas
caminadas.
La sombra se esconde del sol detrás del
árbol
obediente y acorralada,
todavía al mirarte te parecerías a las
garzas,
y más que todo paloma mía blanca
te parecerías a mi alma.
Todo lo tuyo era fácil
menos recordarte sin tristeza y sin palabras.
Podrías llegar aún una mañana
Y yo no te preguntaría nada,
y tomaría tu mano nuevamente diaria
e iríamos a bebernos los dos juntos,
la dorada mañana de las plazas

35.
Todo te dice adiós en esta tarde de trenes partidos
y resignación de andén
las manos como casas inútiles con los
, vidrios rotos, de tanta historia ignota,
están cerradas como el frío obligatorio y
más intenso de los acurrucados pordioseros
en las puertas. Y la noche es fría para
algunos, desde afuera,
y la noche es fría desde adentro para

en esta tarde roja de trenes contra la
lejanía e inmensos territorios de
silencio y miedo
en los muelles a la espalda de los
que partieron.
Todo te dice adiós y te ama esta
tarde
esta última tarde del dogma
de las golondrinas
en que agrego la tristeza y las partidas
a las cosas — como las ventanas del inválido
suman al ocaso
las gotas quedadas de la lluvia ya callada —

36.
Las olas del viento rompen en mí
como una vez tus manos,
como pájaros moribundos
desesperados.
Las olas de tus manos ya no
rompen en mí
como pájaros
y yo
simplemente abandonado.
Iba a decir de ti que revoloteas
como un remanso sobre mis horas
Y dije: a veces tus manos caen a mis
olas como palomas heridas.
y su sangre se enreda con mis peces.
Iba a decir de tus manos, que tienen las
mejores páginas y dije:
en el fondo de tus ojos las alas de los
primeros se derriten.
Iba a decir de tus ojos: que son líquidos
como un susurro de tus manos,
y callé para no enturbiar la voz
del perfume que sale de los sótanos.
Y dije de tus ojos: hay en ellos un pez
adivinado como el árbol bajo el suelo
que se parece a nosotros.

37.
Una melancolía de vereda
trepa al alma como los gatos de una hiedra
al muro
No sé cómo es de verdad la tarde,
pero debo decirte en esta carta
que la tarde es de mensaje y última esperanza
Debo decirte que esta tarde tiene un sol ficticio
y está llena de palomas mensajeras
derretidas en la lejanía al cruzar el
acceso de mis ojos a la nada de las
tácitas cosas más allá de mis imágenes.
Quiero escribirte que la tristeza es desteñida
y amarilla como esta tarde pálida
y que tengo olor a puerto y eco de últimos
pitazos de partidas a la tarde
y el sólo humo de los barcos que se enreda con las
nubes del horizonte,
metido en el hueco donde hallaba
el agreste jardín de los pájaros en el
verano
ahora que todas son desoladas regiones
de silencio espeso.
Voy raspando los ojos contra las baldosas,
y tal vez alguna mano sobre una
pared cualquiera de una mano,
donde la dejé olvidada en algún paso viejo,
mientras seguro revisando la buhardilla
de mi alma
te recordaba.
Tengo las manos a lo mejor más roncas
como las agrias o tal vez amargas nueces
por afuera
tengo los ojos más lavados y más pálidos
y la voz más sucia de tanto suburbio
de silencio
Tal vez en estas tardes el alma es mucho
más de sótano
con un acceso al sol medio vencido, en
una banderola,
tal vez para decir tu nombre, la voz llena
de pelusas,
ya no tenga la diaria costumbre de tu rostro
Por eso no sé cómo es de verdad la tarde
y te escribo en esta carta que la tarde
es triste.
Te quiero aún, aunque no sé de verdad si te
recuerdo sin equivocarme.
Es decir, algunas tardes opacas y afónicas como
ésta,
busco el último rostro en mis recuerdos
y le digo la última palabra rota
que ya olvido cuándo la dejé en la boca.
Tal vez atrás de todo tenga un beso viejo
eso tiene el hábito nocturno de la almohada.
Ya te he dicho, entonces, que te quiero todavía
¿acaso podría alguna vez decir: ya eres olvido?
Es verdad mi última palabra fue de amor
contra tu cara.
Sólo tendrás mi olvido, cuando en esas melancólicas es-
peras de la tarde
no mengüe tu silencio alguna carta.

38.
Las palabras nos van endureciendo
el tiempo que fuimos.
Y todo palabras
pero es tan fácil
antes del estático testigo
el infinito tal vez.
Así quedaremos
fijos en el tiempo que crecerá de nosotros
pero la eternidad nos guardaremos entre los
instantes
esperándonos los cerrojos descarnados.

39.
¿Por qué, si tenemos para olvidarnos, dos
tristezas?
Dime, ¿por qué dejamos crecer alrededor
el mundo y proponemos olvidarnos?
¿Cuántas palabras, dime, intentan
a veces acallar tu silencio ¿lo consiguen?
¿Cuántas veces tiemblas ante una carta
esperada largo tiempo?
Dime, entonces, ¿qué buscamos separándonos?
¿Qué razón me vuelve necesariamente
recordado?
Aunque tú no puedas interponer el
olvido entre el adiós y tú
¿Por qué decimos que la felicidad vale
más que todo?
y nos obligamos a llorar por algo secundario
que intenta aislarnos?
Decimos que el mundo inarreglablemente
tornó el nosotros y amputó al lejano.
¿Por qué volvemos a todo un enemigo?
Cuando podemos tomarnos de la mano
y caminar entre los otros amigos del
mundo y de todo.
Porque en verdad no sabemos de imposibles.

40.
Un día el mar
como un animal indómito de olor a pasto y
de canto de hormigas
dormirá como el zumbido de las flores
a tu piel
será mi piel de barro
Hembra mía
para la tuya luminosa
de trigo y de pan
Entonces serás abierta como los caracoles
sonarás como un árbol de mi tierra
el canto del relámpago de savia
Colmena mía
a ti todos los labriegos de la sangre
para la invasión del grito que se repartirá
en tu carne
como el olor de las frutas en el viento.

41.
Ésta es una carta.
De mis selvas arranco los mejores dolores
vegetales para tejer este barco.
voy a buscarte
Voy a tocar el amor con la savia del
silencio.
En algunas palabras duele aún el golpe
del hacha

42.
Es cierto que despertar un beso es encontrarnos.
crecemos del nunca en el asombro
de exceder el pensamiento.

JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT

Fuente: http://www.jorgelemoine.com/poesias/poesia_98.html#

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