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2012 © ReCiTeIA.
ISSN 2027-6850
Cali – Valle – Colombia
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Moléculas que originan los sabores y aromas en la leche, los quesos y los
vinos
Jaime Humberto Mendoza Chacón
Universidad del Valle – Colombia
CONTENIDO
LISTA DE TABLAS
LISTA DE FIGURAS
LISTA DE ECUACIONES
Actividad aromática.............................................................................................................. 43
Moléculas que originan los sabores y aromas en la leche, los quesos y los
vinos
RESUMEN
El presente trabajo tiene como propósito presentar una revisión de lo que se conoce como
moléculas que originan los sabores y aromas en productos alimenticios como la leche, los
quesos y el vino. Para ello se pretende mostrar cuáles son las moléculas que dan origen al
sabor, los aromas y la relación que existe entre los diferentes compuestos responsables de
las sensaciones de dulce, salado, ácido, amargo. También se mencionarán los receptores del
sabor en alimentos como la leche, los quesos y se hará énfasis en los aromas en los vinos
que son los que le proporcionan la calidad, el costo del producto y por lo tanto su
competitividad en el mercado. Por último se pretende dar a conocer algunas técnicas de
análisis y separación enzimática, electrónicas, cromatográficas y moleculares más
utilizadas.
ABSTRACT
The present work has as a purpose to present a review of what is known as molecules that
cause the flavors and aromas in food products such as milk, cheese and wine. This is to
show what are the molecules that give rise to the flavor and aroma and the relationship
between the different compounds responsible for the sensations of sweet, salty, sour, bitter.
This work will talk about taste receptors in foods like milk, cheeses and it will to emphasize
the flavors in wines that provide quality, product cost and therefore their competitiveness in
the market. Finally it tries to present some techniques for analysis and enzymatic
separation, electronics and chromatographic and molecular used.
1 INTRODUCCIÓN
Aunque este efecto de los sentidos es muy complejo, el presente trabajo pretende mostrar
las sustancias que dan respuestas gustativas y/u olfatorias en productos como la leche, el
queso y los vinos, productos de gran importancia en la industria alimentaria no solo por las
grandes cantidades de dinero que se mueven a su alrededor sino porque desde hace mucho
tiempo han estado ligados a la vida del hombre y lo seguirán estando por mucho tiempo.
En este documento se hará una revisión bibliográfica de lo que se conoce respecto a las
moléculas y las rutas metabólicas que participan en el efecto del sabor y aroma de
alimentos como la leche, los quesos y el vino.
2 ANÁLISIS DE SABORES
Para identificar este tipo de sustancias se necesita el aislamiento inicial de la gran masa de
los constituyentes del alimento combinado con una concentración adecuada, sin causar
cambios en la calidad del aroma o el sabor [Gil et al., 2006]. La adsorción de este tipo de
compuestos en polímeros porosos, seguida por su desorción térmica o elusión con
disolventes, constituye un medio para minimizar la destrucción de los compuestos sensibles
durante su aislamiento. Sin embargo, los compuestos de alto punto de ebullición y algunos
presentes en concentraciones muy bajas, todavía exigen técnicas de destilación para
asegurar la recuperación adecuada previa a su posterior identificación, además también hay
que separar sus componentes individuales. Por ello se recomienda la utilización de
La determinación de los parámetros químicos del sabor para proporcionar una información
definitiva acerca de la intensidad y cualidad de los alimentos, es una meta idealizada de las
investigaciones del sabor, sin embargo la evaluación analítica sigue siendo limitada [Belitz
y Grosch, 1997].
El aroma del vino se describe como la interacción del sabor y olor que imparten a cada
individuo una experiencia sensorial agradable o no. Las sustancias aromáticas son
compuestos volátiles que se perciben a través de los receptores del olor. El aroma tiene una
base físico-química, pero lo que realmente cuenta a la hora de consumir un producto es el
efecto que produce en el consumidor.
Los aromas primarios proceden en parte de la uva e incluso las partes sólidas del racimo
pueden contribuir en este aspecto y en ocasiones están presentes en las hojas en estados
fisiológicos tales que las uvas no los contienen. Dentro del grano, la mayor parte de los
aromas se hallan en el hollejo y células contiguas al mismo, existiendo en menor medida en
la pulpa (a excepción de ciertas variedades tales como algunos moscateles).
La evolución del aroma del vino acabado puede ser distinta según las circunstancias
ambientales impuestas por la técnica. Una línea por ejemplo es el carácter oxidativo en la
fase de crianza o añejamiento, y que corresponde a los vinos llamados "rancios", para esto
se mantienen en un envase de madera, controlando el contacto con al aire y la temperatura
ambiental. Componentes característicos correspondientes a este tipo de crianza son el etanal
y el ácido acético a mayores concentraciones de las habituales, procedentes de la oxidación
del etanol [Ortega-Heras et al., 2002].
Otra vía técnica es el añejamiento clásico, característico de los vinos de mesa de calidad.
En este caso, después de un tiempo en el que se producen oxidaciones por contacto limitado
con el aire, conservando el vino en envase de madera, sigue la fase real de formación del
“bouquet”, caracterizada por ambiente esencialmente reductor, disponiendo el vino en
botella bien tapada, en posición horizontal, cierre hermético y temperatura de bodega fresca
y constante.
Para alcanzar el mejor estado del aroma hace falta tiempo, años, diferente de unos tipos de
vinos a otros. Todo vino ofrece su curva de calidad en función del tiempo, con aumento
continuado hasta cierto punto en el que presenta un máximo, a partir del cual disminuye su
riqueza.
Se sabe poco sobre el “bouquet” de los vinos, si se exceptúan las sustancias aromáticas
típicas de cada variedad, entonces es clara la dificultad que existe a la hora de comprender
totalmente el aroma de un vino desde el punto de vista analítico. Son necesarias todavía,
por ello, muchas horas de investigación para alcanzar una comprensión total del aroma del
vino.
De los compuestos volátiles sólo una pequeña proporción tiene importancia desde el punto
de vista del aroma. Únicamente se consideran sustancias aromáticas aquellas cuya
concentración en el alimento es superior a su umbral olfativo o gustativo.
Se puede hablar que las moléculas responsables de estos efectos son poco volátiles e
hidrosolubles, están presentes en los alimentos en concentraciones superiores a la de los
aromas, por ello es necesario estudiar la química de las sustancias que los causan.
Las sustancias dulces se han estudiado a fondo con el propósito de hallar alternativas al
azúcar como edulcorantes pobres en calorías como la sacarina y el ciclamato. La sensación
de amargo desde el punto de vista estructural está muy relacionada con lo dulce. Es así
como los estudios del amargor en los hidrolizados de proteínas y en el curado de los
quesos es objeto de investigación.
Anteriormente se asociaba el sabor dulce a los grupos hidroxilo (-OH), sin embargo
moléculas como la sacarina que también son dulces y no poseen grupos hidroxilo revaluó
este concepto.
Shallenberger y Acree propusieron la teoría AH/B de la unidad sápida común para todos los
compuestos de sabor dulce (Fig 1). La unidad sápida se consideró inicialmente como una
combinación de un protón –H de enlace ligado covalentemente y un orbital electronegativo
situado a una distancia de unos 3 °A del protón. De este modo los átomos electronegativos
vecinos de una molécula son esenciales para el dulzor. Los átomos de oxígeno, nitrógeno y
cloro cumplen con estas reglas en las moléculas dulces, pudiendo servir los átomos de
oxígeno del grupo hidroxilo para la función AH, o para la B de la molécula como se
muestra en la sacarina, la glucosa y el cloroformo
NH
B
S
O O
AH
OH
HO H
OH
H
H H
H c
o O
(B) H
H
O (AH) 5,25 A
3A
H H
3,14 A (alfa)
H B alfa
A
Las estructuras de los azúcares dulces-amargos poseen características que al parecer les
permiten interaccionar con receptores de lo dulce y lo amargo, produciendo sensaciones
combinadas de sabor.
Quinina
Feniltiocarbamida Cafeína
Los sabores amargos pueden ser eliminados por hidrólisis enzimática como en el caso de la
presencia de naringeno en los cítricos y midiendo la hidrofobicidad que causan los
aminoácidos de ciertas proteínas.
El sabor salado clásico se representa por el cloruro de sodio (NaCl) y el cloruro de litio
(LiCl), ahora bien las sales tienen sabores complejos consistente en mezclas de dulce,
amargo, ácido, salino y más recientemente se le asignan sabores como químico o jabonoso,
sin embargo parece ser que los cationes provocan sabores salinos y los aniones los
modifican; el sodio y el litio producen únicamente sabores salinos en tanto que el potasio y
otros cationes alcalinotérreos manifiestan sabores salinos y amargos. Se asume la
interacción con los sitios receptores AH/B.
Estos compuestos siempre han sido utilizados por el hombre, no obstante todavía es un
misterio el mecanismo que lo logra. A continuación en la figura 4 se muestra el glutamato
molécula responsable de dar sabor a los alimentos.
4.6 ASTRINGENCIA
5 PRODUCTOS LÁCTEOS
Cuando se habla de sabores y aromas en productos lácteos son muy importantes las
fermentaciones y la acción de los microorganismos, específicamente los productos de las
fermentaciones ocasionados por bacterias heterofermentativas como Leuconostoc
citrovarum; la combinación de ácido acético, diacetilo y acetaldehído proporcionan aromas
de gran potencia; Lactococus lactis, Streptococus termófilos producen en cultivos de leche
solo ácido láctico [de Vos y Hugenholtz, 2004], acetaldehído y etanol. El acetaldehído da
impacto al sabor del yogur, un producto preparado por un proceso homofermentativo. El
diacetilo es el saborizante universal en los productos lácteos y la aromatización de la
mantequilla. La acetoína, aunque esencialmente inodora, se puede oxidar a diacetilo. En
general este tipo de bacterias producen también etanol y utilizan el piruvato como aceptor
final del hidrógeno del metabolismo.
Durante la maduración del queso las reacciones bioquímicas que llevan a la formación de
aromas y sabores provienen de tres principales constituyentes de la leche como son la
lactosa, los lípidos y las proteínas como lo muestra la figura 7 [Marilley y Casey, 2004].
Los lípidos del queso se oxidan o se hidrolizan, sin embargo la oxidación es limitada a
causa del bajo potencial redox de los quesos. Los triglicéridos se liberan a altas
concentraciones de ácidos grasos de cadenas cortas y medias; los de cadena corta son de
considerable impacto en el sabor, pero una excesiva lipólisis es contraproducente en el
sabor de los quesos pues les da un sabor rancio. Los ácidos grasos son sustratos de
La formación del ácido butírico de los quesos se debe a la hidrólisis de las lipasas. Ahora
bien también existen otras moléculas que proporcionan malos sabores y aromas cuya fuente
puede ser ambiental, de microorganismos, oxidación de compuestos o por acción
enzimática [Wilkes et al., 2000].
Toda esta serie de moléculas son las que originan una serie de sensaciones aromáticas y de
sabores en los quesos, agradables o no al gusto. Moléculas como el 3- metil butanal, 2 metil
butanal y 2 metil poropanal dan un sabor a malta; el 3 metil butanal se ha descrito en los
quesos como el gorgonzola que da sabores a frutas y dulces en los quesos que no han sido
sometidos a procesos de maduración muy largos; alcoholes como el 3- metil butanol, 2-
metil butanol, 3-metil propanol producen aromas a frutas [Williams et al., 2001]. Los
ácidos grasos derivados de los aminoácidos de cadena ramificada (isovalérico, 2- metil
butírico, isobutírico) producen sabores dulces, rancios, podrido, fecales y a frutas. En
quesos como el cheddar, su aroma y sabor se atribuyen a la presencia de moléculas como:
3- metil butanal y 2- metil butanal: Aminoácidos como la metionina son los responsables
del sabor a ajo, repollo cocido y a papa. Sin embargo se da por hecho que el estudio de los
aromas y sabores en los quesos todavía tiene que desarrollarse pues probablemente estos
sabores son el conjunto de una serie de compuestos químicos que se encuentran mezclados;
a continuación se relacionan algunos compuestos encontrados en los quesos en la tabla 1.
Los ésteres de ácidos de cadena corta son compuestos de gran impacto en el aroma de
productos lácteos; son los responsables de los sabores a frutas que puede o no ser de
impacto para el consumidor [Liu et al., 2004]. La biosíntesis de ésteres activos en sistema
lácteos, se inicia a través de dos sistema enzimáticos: La esterificación que es la formación
de ésteres a partir de alcoholes y ácidos carboxílicos y la alcohólisis o producción de
ésteres a partir de alcoholes, acylglicerol, Acil – CoA derivado del metabolismo de ácidos
grasos, aminoácidos y carbohidratos; este último es el principal mecanismo utilizado por
bacterias y levaduras.
Un rango muy amplio constituyen los compuestos del flavor (sabor y aroma) de los
productos lácteos, mientras los compuestos no volátiles son los encargados de dar el sabor.
A los compuestos volátiles se les atribuye el aroma y el sabor. Los ésteres son
constituyentes volátiles de productos como el queso, sin embargo una alta concentración da
origen a los sabores a frutas [Holland et al., 2005].
El mecanismo fundamental involucra dos pasos; en ellos los carbohidratos son hidrolizados
por las lipasas para liberar ácidos grasos y glicerol, seguido de la esterificación de ácidos
grasos con alcohol para producir ésteres catalizados por esterasas. Las lipasas se definen
como enzimas que catalizan la hidrólisis de ésteres carboxílicos unidos a glicéridos
insolubles en agua en una emulsión para liberar ácidos grasos y glicerol. Las esterasas son
enzimas que hidrolizan ésteres carboxílicos enlazados a ésteres alifáticos en soluciones
acuosas. Estas dos enzimas catalizan generalmente la hidrólisis de glicéridos y ésteres. La
tabla 4 muestra mecanismos de biosíntesis de ésteres [Liu et al., 2004].
6 BEBIDAS ALCOHÓLICAS
6.1 VINOS
Según esto, los aromas del vino pueden clasificarse en tres grupos dependiendo de
su acción en el buffer de aromas:
Se podría incluir todavía una cuarta categoría de compuestos, que son los que rompen el
buffer actuando en familias, es decir, conjuntamente varios de ellos. Compuestos impacto
importantes son, entre otros, el Linalol, responsable del olor de las uvas y vinos Muscat,
Oxido de rosa cis, responsable del aroma del vino gewürtzraminer, el Furfuriltiol,
responsable de las notas a café de los vinos tintos, la beta-Damascenona y Beta-Ionona
responsables respectivamente, del olor a fruta seca y a violetas de los vinos tintos, la
Isobutil metoxi piracina responsable del olor a pimiento verde de los vinos Cabernet, el
Furaneol y el Homofuraneol, responsables del olor a frambuesa y fresa dulce de los vinos
rosados de garnacha, el Sotolón, con un olor a salsa curry y recuerdos licorosos
característico de los vinos de Jerez y el Acetato de Isoamilo, de olor a plátano responsable
de esta nota en muchos vinos blancos.
Una clasificación general de los compuestos del vino teniendo en cuenta la participación en
sus características olfativas y gustativas puede ser la siguiente:
Estos compuestos transmiten al vino suavidad y sabor dulce, el cual no es exclusivo de los
azúcares, pues otras sustancias químicamente distintas de los azúcares poseen sabor dulce.
El glicerol es el componente más abundante en el vino después del etanol (de 5 a 10 g L-1),
es un producto resultante de la fermentación del mosto y contribuye a endulzar el vino por
tener sabor azucarado.
La acidez del vino se atribuye a diversos ácidos orgánicos. En la tabla 5 se indican los
principales constituyentes de la acidez.
La mayor parte de los ácidos del vino se encuentran en estado libre y representan la acidez
total. Otra parte se encuentran en forma de sales, y se determinan por la alcalinidad de las
cenizas.
El gusto salado lo comunican al vino las sales de los ácidos minerales y de algunos ácidos
orgánicos (tabla 6). Contiene alrededor de 2 a 4 g L-1 de estas sustancias.
Estos son los compuestos fenólicos, conocidos antiguamente como “materias tánicas”.
Proporcionan a los vinos su color y gran parte de su sabor. La diferencia entre vinos
blancos y tintos se debe a los compuestos fenólicos y explican su evolución. Además,
tienen la propiedad de coagular las proteínas y de intervenir en la clarificación de los vinos
por encolado, algunos de ellos también intervienen en las propiedades alimenticias del vino
tinto, sobre todo en su riqueza vitamínica y poder bactericida.
Sustancias volátiles y aromáticas: hasta principios del siglo XX el olor del vino se
atribuía a una sola sustancia, el “ácido enántico”, poco a poco, con el avance de la
ciencia analítica, se fue corrigiendo el error y ya hacia 1952 se conocían unos cincuenta
componentes del olor del vino. Posteriormente y gracias a la utilización de las técnicas
cromatográficas, fundamentalmente la de fase gaseosa, se han podido separar más de
1000 componentes del vino, aunque todavía no se ha podido establecer una tarjeta de
identidad de cada tipo de vino. Las sustancias volátiles del vino, muchas de las cuales
son responsables del aroma, pertenecen a distintos grupos químicos (ácidos, alcoholes,
aldehídos, ésteres) [Corrëa Lelles Nogueira et al., 2005].
Vitaminas: el vino contiene todas las vitaminas necesarias para la vida y en él actúan
como factores de crecimiento indispensables para levaduras y bacterias.
Cuando se produce el vino pueden aparecer aromas no deseados; estos son los
denominados defectos o alteraciones organolépticas y son debidos a:
Hay aromas defectuosos que enmascaran el resto de aromas del vino como son el
pronunciado aroma a sulfhídrico, acetaldehído o ácido acético. Los compuestos que
generan estos defectos forman, sin embargo, parte de la composición normal del vino, de
ahí la importancia del concepto de equilibrio, ya que pasan a ser defectuosos cuando su
concentración supera un cierto nivel. Lo mismo ocurre con ciertos compuestos que dan una
determinada nota, se encuentran presentes en muchos vinos, sin embargo sólo en algunos
de ellos tienen una concentración suficiente como para ser percibidos [Cedrón Fernández,
2004; Ortega-Heras et al., 2002].
De los compuestos volátiles sólo una pequeña proporción tiene importancia desde el punto
de vista del aroma. Únicamente se consideran sustancias aromáticas aquellas cuya
concentración en el alimento es superior a su umbral olfativo o gustativo. Se pueden
distinguir entre aromas activos e inactivos, según el valor de actividad aromática de un
compuesto en una matriz determinada. Los compuestos aromáticos activos, son aquéllos
cuyo parámetro es superior a 1. En este sentido, se aportan algunos datos concernientes al
aroma del vino:
Sustancias con valores de aroma comprendidos entre 1 y 20 son: etanol, lactatos de los
alcoholes de fusel, acetato de etilo, ésteres etílicos de los ácidos grasos de 6, 8 y 10
átomos de carbono y alcoholes isoamílicos.
Sustancias con valores de aroma entre 0.1 y 2 son: 3-hidroxipropionato de etilo,
isobutanol, feniletanol, hexanol, nanolactona, 1,1-dietoxietano, 4-etilfenol,4-
etilguaiacol, y 2,3-butanodiona.
Sustancias con valores de aroma comprendido entre 0.001 y 1 son: ácidos isobutírico,
hexanóico, octanóico y decanóico, 3-hidroxibutanona, benzaldehído, sulfuro de
dimetilo, metionol y eugenol.
Sustancias características del olor de vinos diversos, y con valores de aroma
comprendidos entre 1 y 10: cinamato de etilo, linalol, geraniol y nerol (Moscatel),
damascenona (Riesling y Chardonnay), 4-vinilguaiacol (Traminer), 1,1-dietoxietano
(Jerez), 2-metoxi-3-isopropilpirazina y 2-metoxi-3-pirazina (Sauvignon), lactonas de
roble (vinos envejecidos en barriles nuevos), vitispirano (vinos blancos envejecidos) y
TDN o 1,1,6-trimetil-1,2,-dihidronaftaleno (Riesling envejecidos).
En la tabla 7 se resume algunos compuestos que dan aroma a los vinos [Cedrón Fernández,
2004]
(1) Umbral olfatorio, (2) aportación global, i = insignificante, p.s = Poco signifivativa, s. = Significativa, m.s.= Muy significativa, tr =
Trazas.
7 HERRAMIENTAS ANALÍTICAS
Esta es una medida de la capacidad de producir sabores por medio de las rutas metabólicas,
aunque este método es limitado por el tiempo que se necesita y la consecución del extracto
de células libres a utilizar, permite crear claras diferencias entre las cepas bacterianas que
se utilizan por los compuestos producidos. Las enzimas que participan en los procesos y las
reacciones que catalizan se pueden observar en la tabla 9.
Esta técnica se utiliza para monitorear simultáneamente ácidos orgánicos, diacetil e iones
acetato .La cromatografía líquida de alta presión se adapta también para el estudio de los
productos de la glicólisis, los procesos fermentativos y los primeros intermediarios en la
degradación de aminoácidos. Productos como -ketoisocaproato, 3-metil- 2-oxovalerato, 3-
metil-2-oxobutirato, 4-metilthio- 2-oxobutirato, h-fenil piruvato, p-hydroxyfenil piruvato se
pueden detectar después de una separación cromatográfica de intercambio iónico o de fase
reversa.
La producción de estos cetoácidos está relacionada con la actividad de las
aminotransferasas y por lo tanto con moléculas que proporcionan sabores como los
aldehídos, alcoholes y ácidos carboxílicos.
Se aplica para la detección de componentes que dan sabor como los ácidos orgánicos y los
azúcares; es una herramienta que se utiliza para estudiar procesos como la glicólisis,
fermentaciones y catabolismo de aminoácidos; específicamente se utiliza para estudiar la
producción de: indol piruvato, indol acetato, indol-3-aldehido and 4-hydroxilbenzaldehido
by lactococcus y para identificar la bifidobacteria en la producción de ácidos orgánicos.
Se han utilizado varios métodos para extraer, concentrar e inyectar compuestos volátiles en
cromatografía de gases como vapor, presión al vacío y destilación molecular, sin embargo
estos procesos requieren de tiempo y si la destilación no se hace a bajes presiones las
moléculas pueden sufrir daño; la destilación se utiliza para compuestos poco volátiles como
fenoles, ácidos grasos, cetonas, aldehídos de cadena larga y ésteres [Fernández de Palencia
et al., 2006; Ortega et al., 2001].
Se utiliza para detectar el conjunto de compuestos volátiles para la percepción del aroma y
no para compuestos individuales [Marilley et al., 2004; Stephan et al., 2000]. La principal
ventaja de esta técnica es la velocidad de detección.
8 DESARROLLOS FUTUROS
Científicos del Australian Wine Research Institute (AWRI) están trabajando con
combinaciones de levaduras durante la fermentación a fin de lograr determinados efectos
aromáticos en los vinos. Los descubrimientos actuales son asombrosos. El doctor Sakkie
Pretorius, managing director de Autralian Wine Research Institute (AWRI) fue invitado a
disertar en el seminario sobre Levaduras Seleccionadas, organizado por la empresa
Lallemand en Burdeos (Francia) a mediados de junio pasado, al que asistió prensa
especializada de todo el mundo.
9 CONCLUSIONES
Los alcoholes, los ésteres y los ácidos juegan papel importante en las propiedades
sensoriales y por ende en la calidad del vino.
Cuando se habla de aromas y sabores no solamente se refiere a los que dan sabores y
aromas agradables sino también a los de aromas y sabores desagradables cuya fuente
puede ser ambiental, debido a microorganismos, compuestos oxidados o producción
enzimática.
servirá de herramienta para mejorar las técnicas hoy en día lo que facilitará la expresión
de las técnicas actualmente utilizadas.
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