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2002
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INDICE
CAPITULO I - INTRODUCCIÓN....................................................................Pág. 3
CAPITULO II - DESARROLLO......................................................................Pág. 6
A.-Antecedentes de la Colonia....................................................................Pág. 6
B.-De los primeros intentos institucionales a la Escuela Militar .............Pág. 9
C.-De la Escuela de Tiro del Ejército al Instituto Militar de las Armas y
Especialidades del Ejército.....................................................................Pág. 15
D.-Del Curso de Informaciones de Estado Mayor al Instituto Militar de
Estudios Superiores.................................................................................Pág. 21
E.-Comando de la Enseñanza Militar............................................................Pág. 28
F.-Convenios celebrados por el Ejército Nacional......................................Pág. 29
G.-Convenios celebrados por los Institutos de Enseñanza Militar............Pág. 30
H.-Doctrina y Política de Ejército..................................................................Pág. 33
CAPITULO l
INTRODUCCIÓN
CAPITULO II
DESARROLLO
A.-ANTECEDENTES DE LA COLONIA
La plaza militar de Montevideo, que surge como bastión destacado para la defensa
de las posiciones españolas del Río de la Plata, tuvo como primer asiento un fuerte. Al
amparo de sus cañones el Capitán Ingeniero Don Domingo Petrarca delineó el casco
urbano, cumpliendo las órdenes emanadas por el Gobernador de Buenos Aires,
Mariscal de Campo Don Bruno Mauricio de Zabala, el que a la vez las recibiera
reiteradamente de su soberano, el cual llegó casi a la admonición para estimular el celo
de su representante en estas tierras.
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Es así que desde 1726 son soldados los primeros pobladores, aunque, tres años
después se levanta el acta fundamental de la nueva población hispana.
Luego, a través de casi una centuria de vida colonial, es primordial la preocupación
castrense que domina casi todos los actos de la naciente ciudad, sobre la cual pesa la
previsión de que recaería en ella el impulso del invasor, como así fue.
No obstante la modestia urbanística del poblado, era Montevideo asiento de una
importante guarnición militar y del principal apostadero naval en la región del Plata con
su puerto natural y de profundas aguas. Lógico resultaba pues que, para atraer
vecindad, se otorgara el halago de declaración de hijos hidalgos y de noble linaje a los
primeros pobladores. Lógico era también que la instrucción de las tropas mereciera el
cuidado de sus jefes y por lo tanto que ya se pensara desde los alejados tiempos de
la fundación en crear escuelas y academias para los Oficiales, aunque, a no ser que
procedieran de las tropas peninsulares que cubrían la plaza fortificada, los criollos
tenían un limitado avance en los escalafones.
Fueron así los primeros pasos dados en la Banda Oriental para elevar el
perfeccionamiento de la instrucción militar, impuestos por las necesidades de
posesión y sobre vivencia, en épocas en que el estado de guerra era casi normal ante
un vecino audaz que ambicionaba, con incursiones constantes y el establecimiento de
puestos militares, llevar sus límites imperiales hasta las márgenes del Plata.
Como las tropas regulares no bastaban para dominar aquel pertinaz empeño de
expansión territorial, los jefes españoles tenían que recurrir a una preparación marcial
(siquiera elemental) para formar la oficialidad criolla y para mantener las aptitudes de
los de carrera por la evolución constante del armamento y los procedimientos tácticos.
Es así, que el ilustrado profesor don Ariosto Fernández en su obra “La Escuela
Militar Oriental. 1858 - 1863” nos informa lo siguiente:
“En la gobernación de Montevideo el aprendizaje militar se desenvolvió -
generalmente bajo contralor de Jefes y Oficiales egresados de las academias
españolas, tanto dentro del marco de las actividades propias de la vida de
cuartel, como en el constante trajín bélico sostenido tierra adentro y en las zonas
fronterizas, contra indios, contrabandistas y portugueses.”
“En ese medio y escenario bravío plasmó su personalidad, con relieves
inconfundibles, el Fundador de nuestra nacionalidad, y pocos, muy pocos por
cierto, fueron los orientales que tuvieron entonces, la suerte de poder
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reclutaban los Oficiales para los Cuerpos de Tropas, tanto en la Madre Patria, como en
sus Colonias de América. Hasta la creación del Colegio General Militar, en 1842, el
reclutamiento de los Oficiales para el Ejército Español, se hacía en los mismos
Cuerpos. En el Siglo XVIII apareció en la Península “el Cadete”, alumno que servía en
los Cuerpos y aprendía en ellos las obligaciones militares bajo la dirección de un
Capitán llamado “Maestro de Cadetes”.
Ese procedimiento tradicional fue, asimismo, el medio de reclutamiento de
oficiales que adoptó Estados Unidos de América en su histórica Academia Militar,
fundada en Washington en el año 1778, destinando un número de cadetes de los
regimientos de cada arma para realizar sus cursos.
Se puede decir, con razón, que lo mismo ocurrió con respecto a los Oficiales de
los Cuerpos fijos pertenecientes al Virreinato de las Provincias del Río de la Plata. Era
el sistema imperante en la época y que subsistió después.
En el período histórico que comprende desde la Revolución Oriental de 1811 a
1829, solamente consta abundancia de detalles en los documentos de la época
acerca de como la Oficialidad, veterana de las gestas de la independencia, se instruía
en las breves horas restadas al descanso de los campamentos.
La situación de dependencia cultural se prolongó hasta mediados del siglo XIX
y en donde podemos señalar frustrados intentos dirigidos a establecer en el país
institutos de enseñanza militar.
El 14 de setiembre de 1829, el Ingeniero Don Henrique Mynssen abría en
Montevideo su “Academia Militar”. De este instituto nos queda como recuerdo de su
fugaz existencia el discurso inaugural que su fundador y director pronunció en el acto
de la apertura de la escuela y en el que expuso los planes y propósitos que se
disponía llevar a cabo en nuestro medio.
El mismo año 1829, el señor Miguel de Forteza proponía al gobierno la creación
de una Escuela Náutica, la que no obstante los trámites oficiales dispuestos, no pasó
de su estado embrionario.
Para ese momento, el Estado Oriental no había entrado en su organización
constitucional, era regido por un Gobernador y Capitán General y apenas se
esbozaban los órganos de un país independiente que salía de un largo período de
ocupación por tropas extranjeras.
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actual Escuela Militar de las Armas y Especialidades, así como también la Escuela
Superior de Guerra, actual Instituto Militar de Estudios Superiores.
El 25 de agosto de 1910, precisamente a los 25 años de su creación, se inaugura
una nueva sede, sede actual del Comando General del Ejército, lo que había
constituido una necesidad impostergable, pues, a pesar de las ampliaciones realizadas
en el predio que ocupaba en ese momento, resultaba inadecuado para la finalidad
docente.
En el año 1915 se crean cuatro becas especiales para alumnos extranjeros que
fueron llenadas por estudiantes enviados por el gobierno de Paraguay.
En el año 1934 se reforma el Plan de Estudios, agregándose un año de “Estudios
Preparatorios”, lo, que permitió que el plan anterior ganara en profundidad sin modificar
su extensión.
En el año 1966 se pone en práctica un nuevo Plan de Estudios, estructurado por
una comisión especial de la Inspección General del Ejército, que tuvo a su cargo la
tarea de coordinar la enseñanza de los Institutos de Formación de Oficiales y Pasaje de
Grado para los Oficiales Combatientes. El mismo establece niveles y finalidades
precisas y adecua materias dictadas a las necesidades presentes.
En 12 de marzo de 1969 la Escuela se traslada para ocupar su actual sede en la
localidad de Toledo del departamento de Canelones, la cual es inaugurada oficialmente
el 25 de agosto de 1969.
En el año 1988 se aprueba el Plan de Estudios vigente, cuya aplicación tiende a
mejorar en distintos facetas la calidad del egresado.
El 5 de febrero de 1993, por Resolución del Ministerio de Educación y Cultura,
se reconoce a la Escuela Militar como Centro de Enseñanza Superior de Tercer Nivel.
El 27 de abril de 1993, por Resolución del Ministerio de Defensa Nacional Nº
71.762, se aprueba el Convenio de reválidas de estudios suscrito con la Universidad
de la República.
El 14 de julio de 1998, por Decreto del Poder Ejecutivo 180/998, se crea el
Título de Bachiller Militar en las orientaciones académicas de Derecho, Ciencias
Políticas, Ciencias de la Comunicación, Arquitectura e Ingeniería, con la cualidad de
ser un título académico complementario al principal de Alférez del Ejército Nacional,
autorizándose a la Escuela Militar a otorgarlo a sus egresados.
julio, ocupa por primera vez un edificio propio en la Avenida 8 de octubre, el cual
estaba destinado hasta entonces a la Escuela de Enfermería de Sanidad Militar.
En la nueva sede la Escuela comienza a crecer rápidamente, tanto en la extensión de
sus cursos, como en la mayor amplitud del conocimiento adquirido por los alumnos, a
pesar de que con el tiempo, las facilidades del local se van limitando.
El 5 de setiembre de 1935, por Resolución del Poder Ejecutivo, se aprueba el
Reglamento de la Escuela Superior de Guerra en donde se establece que tendrá por
finalidad “el reclutamiento y formación inicial de los Comandos y Estados Mayores”.
En esta nueva orientación la Escuela Superior de Guerra mantiene y perfecciona el
Curso que se desarrollaba hasta entonces en la Escuela de Estado Mayor, ahora
denominándolo “Curso de Especialización o de Estado Mayor”, y sigue graduándose
en él una promoción cada dos años. La organización de dos cursos separados
denominados “Curso de Perfeccionamiento para Mayores” y “Curso de Información
para Tenientes Coroneles y Coroneles” completa el Plan de Estudios que lleva al
Instituto a alcanzar un alto nivel en el sistema de educación militar.
En los ocho años que funcionó la Escuela Superior de Guerra, se graduaron ocho
promociones del Curso de Estado Mayor, las siete primeras del Curso de
Perfeccionamiento para Mayores” y las ocho primeras del Curso de Información para
Tenientes Coroneles y Coroneles”
La Ley Orgánica Militar Nº 10.050 de fecha 18 de setiembre del año 1941, sustituye
la anterior denominación de la Escuela Superior de Guerra por la de “Instituto Militar de
Estudios Superiores”. Pero, no es hasta el 25 de febrero de 1943 que se aprueba el
nuevo reglamento del Instituto en que se mantiene el “Curso de Especialización o de
Estado Mayor” y el otro curso pasa a ser el curso de pasaje de grado de los Tenientes
Coroneles con el nombre de “Curso de Información para Tenientes Coroneles”.
El 2 de julio de 1948, por Decreto Nº 11.881 del Poder Ejecutivo, se aprueba un
nuevo reglamento del instituto en el cual se organiza en base a dos escuelas, “Escuela
de Comando” y “Escuela de Estado Mayor” y el “Curso de Coroneles de las Armas
Combatientes y Servicios Auxiliares”. En la Escuela de Comando se dictan los cursos
de pasaje de grado de los Mayores y los Tenientes Coroneles de las Armas
Combatientes y de los Servicios Auxiliares y en la Escuela de Estado Mayor.
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CAPITULO III
CONCLUSIONES
NOTAS
BIBLIOGRAFIA
COMANDO GENERAL DEL EJERCITO. Política del Ejército. Imp. del Ejército.1998
COMANDO GENERAL DEL EJERCITO. Doctrina de Empleo del Ejército Nacional. Imp.
del
Ejército.1998
COMANDO GENERAL DEL EJERCITO. Manual de Organización y Funcionamiento del
Comando de la Enseñanza.1987
CAMPOS ALFREDO. Reseña histórica de la Escuela Militar.1930
IMPRENTA DEL EJERCITO. Reseña histórica de la Escuela Militar es su cincuentenario.
(trascripción ampliada) .1935
FERNANDEZ ARIOSTO. La Escuela Militar Oriental.1858-1863 y sus antecedentes
históricos. 1945
CAMPOS ALFREDO. Homenaje de la Fuerzas Armadas a la Escuela Militar en el 75º
Aniversario de su fundación.1885-25 de agosto-1960
Suplemento Nº 33. Biblioteca General Artigas.1960
IMPRENTA DEL EJERCITO. Folleto conmemorativo de la inauguración de la nueva
Sede.1969
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