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Ciudadanía y Desarrollo

Sustentable
Profesora: Perla Xóchitl Vélez
Portillo
Alumno: Alfredo Díaz Torres
Número de cuenta: 315024210
Tercer Cuatrimestre
Entregable Final
Fecha de entrega 22 de abril del
2018
Introducción
El siguiente trabajo se enfocará específicamente, en algunos temas vistos en la
asignatura de ciudadanía y desarrollo sustentable veremos algunos conceptos
como: La ciudadanía los que escribieron acerca de ello, así también que fue lo que
se plasma, en este sentido, el desarrollo de este concepto se abordara partiendo
desde sus diferentes concepciones, articulando a ello las diferentes perspectivas
históricas, educativas, y políticas, que permita la idea de manera precisa y así
concebir la ciudadanía, exhibe y configura al sujeto en medio de una sociedad de
derecho y obligaciones, así también ver cada época,siglos,concepciones sobre la
ciudadanía ,como ha venido dando una transformación o también ver si ha tenido
un cambio.

Al llegar a su fin el sistema de partido hegemónico en el país, el Congreso de la


Unión pasó de ser un órgano que legitimaba las decisiones del presidente de la
República, a una instancia pluralista de discusión y deliberación que hoy en día tiene
más influencia en los procesos de decisión.

La relevancia progresiva del Congreso mexicano en la discusión y aprobación de


leyes ha sido el origen de que, tanto en los diversos sectores económicos y sociales,
como en el Poder Ejecutivo, se hayan establecido instancias de diálogo y
acercamiento con el Congreso y se acrecienten las actividades del cabildeo.

La democracia no sólo es una forma de gobierno o de organización del poder


político. El régimen democrático es, fundamentalmente, un sistema representativo
de gobierno ciudadano regido por el principio de mayoría. En la democracia, la
soberanía reside en los ciudadanos, quienes eligen a otros ciudadanos para que en
su representación asuman cargos públicos y tomen las decisiones más pertinentes
para lograr el desarrollo económico y social del país. La democracia contemporánea
es un régimen representativo en el que la competencia y el pluralismo son
elementos esenciales.

Vivir en una democracia implica que tanto ciudadanos como autoridades ejerzan
con responsabilidad sus derechos, sus libertades y sus obligaciones con apego a la
legalidad y al respeto a los individuos, independientemente de su género, posición
económica o etnia. En la democracia, valores como el diálogo, la tolerancia, la no
discriminación y el respeto a las minorías están en el centro de la calidad del sistema
político. Por ello, una democracia requiere ciudadanos activos, bien informados,
comprometidos y partícipes de la vida política del país, de forma tal que exijan
resultados a sus representantes gubernamentales. Asimismo, la democracia
demanda gobernantes responsables e interesados en el desarrollo integral del país
y sus habitantes, actores políticos dispuestos al acuerdo mediante el diálogo,
funcionarios públicos sujetos a controles de transparencia.
Antecedentes

La crisis de la ciudadanía moderna El retorno al ideal republicano de la Antigüedad


promovido por el Renacimiento preparó el camino para el advenimiento de la
ciudadanía moderna en el siglo XVIII, durante las Revoluciones Americana (1776)
y francesa (1789). La construcción de la ciudadanía moderna tuvo que enfrentar
tres problemas que la diferenciarán de la ciudadanía antigua, en la que los derechos
eran reservados a los ciudadanos, y no todos los hombres eran ciudadanos. El
primero fue la edificación del Estado, la separación de las instituciones políticas y
de la sociedad civil en el interior de territorios más vastos, con una población mucho
más numerosa que la de las repúblicas antiguas. Recuérdese que en la Atenas de
los siglos V y IV antes de Cristo el número de ciudadanos oscilaba entre 60.000 y
30.000. Como podemos darnos cuenta de estas separaciones, que existía era el
caso de que solamente los ciudadanos, solo eran los hijos de ambos padres
atenienses, lo cual por eso solo ellos podían estar, obtener, participar en la vida
política, se excluían las mujeres y personas menores de edad. El segundo problema
fue el régimen de gobierno. El ideal republicano retomado por el Renacimiento es
inseparable de la isonomía y de la igualdad. Este ideal sólo se realiza en gobiernos
democráticos o en gobiernos mixtos donde existe un cierto arreglo entre la
aristocracia y la democracia, como ocurrió en las ciudades griegas y romanas. Sin
embargo, el ideal republicano de la Modernidad fue retomado en medio de
sociedades que en su mayoría poseían gobiernos monárquicos y aristocráticos. En
esta problemática que existía a través de los años, la ciudadanía tenía una
concepción bastante equilibrada donde se tomaba en cuenta la igualdad entre los
ciudadanos darles las mismas oportunidades a todos, porqué en ese entonces
existía el problema que solo para los familiares eran válidos.

Ciudadanía En este sentido, para hablar de ciudadanía, es necesario referirnos


algunos antecedentes para ubicarnos en la reflexión y análisis de este, para
entenderlo, primero sería necesario hacer un poco de antropología desde las
muchas disciplinas que existen y que esta de alguna u otra forma le constituyen al
ser humano. Como decía Aristóteles (470-399 antes de J.C.) El hombre es un ser
social, un individuo que necesariamente debe vivir, de una o de otra manera, en un
ámbito comunitario. Por tanto, el eje de la comunidad (democrática) no puede
quedar definido por un determinado individuo o grupo, sino por el conjunto de
relaciones y vínculos que se conforman aun nivel lo más libre e igualitario posible.
Desde el s. III a.C. hasta el s. III d.C. Para el escepticismo y el epicureísmo la
ciudadanía era una noción que había desaparecido de gobierno de las pequeñas
ciudades autosuficientes y autogobernadas, ahora, según tales escuelas de
pensamiento, la comunidad o colectivo humano al que podía pertenecerse eran
unas agrupaciones apolíticas de condiscípulos y amigos que tratarían de vivir al
margen del mundo. Pero este distanciamiento de la ciudadanía no se produjo en el
estoicismo, como vamos a ver, el cual, en contacto con el cristianismo romano,
fomentará la participación política y la noción de cosmopolitismo o ciudadanía
universal. La ciudadanía realizaba sus agrupaciones fuera de lo política donde se
ponían de acuerdo en comunión con todos los ciudadanos, llegaban a un acuerdo
con base a las ellos no se metían, mucho menos proponían cada uno sabia con
quienes realizaba esas cuestiones, para ello la ciudadanía entra en ciertas
complicaciones, ciertamente por estas problemáticas que daban o acuerdos
minoritarios que se acaban entre los individuos.

Ciudadanía en México
De 1994 a la fecha México ha aprendido a reconocer que la población indígena, la
cual comprende cerca del 10% del total nacional, carece de toda clase de derechos,
incluidos aquellos que se refieren al respeto a su identidad étnica, a la defensa de
su cultura y el reconocimiento legal de sus propias formas de gobierno y de sus
costumbres. La inexistencia del concepto de derechos indígenas en la Constitución
mexicana y en general en el imaginario colectivo nacional demuestra hasta qué
punto los indígenas carecen por completo de derechos ciudadanos en nuestro país.
Como es sabido, la insurrección de los indígenas chiapanecos en enero de 1994
dio lugar a una serie de negociaciones entre éstos y el gobierno federal que se
tradujeron en los llamados Acuerdos de San Andrés, los cuales incluían diversas
formas de reconocimiento a los pueblos indígenas y a su legalidad específica. La
oposición del presidente Zedillo a estos acuerdos demoró la legalización de
este reconocimiento y por tanto la crisis política creada por la falta de inclusión de
los grupos étnicos en el acuerdo nacional. Ésta es también una tarea pendiente en
el camino de construir ciudadanía para los sectores populares de la nación.
Todo lo anterior nos indica que la construcción de la ciudadanía en México es un
proceso que vive apenas una fase inicial de su desarrollo. La derrota electoral del
régimen autoritario ha dado inicio a una fase de acercamiento entre el país legal y
el país real, es decir, a una etapa en la que la implantación del Estado de derecho
debe significar la aplicación real de los derechos consagrados en una forma
generalizada y no segmentada. El relativo respeto a los derechos políticos de los
ciudadanos no debe confundirse con la llegada a la mayoría de edad en términos
de ciudadanía en México. Por lo contrario, apenas es el primer paso de un largo
camino que no tiene garantizado el éxito y cuyo devenir depende mayormente de
las contingencias de la política.

La tradición histórica mexicana ha anulado de manera sistemática la existencia


plena de la ciudadanía. El gran reto del presente es combinar en un solo movimiento
político el respeto a los derechos civiles, políticos y sociales plasmados en las leyes
con la ampliación de estos a través de los llamados derechos de tercera generación,
es decir, los de género, los indígenas y los de las minorías y las personas de la
tercera edad. Al mismo tiempo deben crearse las instituciones y las leyes que
permitan la exigibilidad de estos derechos y su generalización a toda la población.
Sólo en estas circunstancias podrá hablarse en México de una ciudadanía universal
para todos. Mientras tanto seguiremos teniendo una ciudadanía parcial, incompleta
o segmentada.

Democracia

El camino que estos han recorrido no es visto de igual manera por las diferentes
doctrinas del pensamiento político
La Democracia Como Forma de Gobierno

Formas de gobierno democrático: Gobierno presidencialista. Este régimen posee


las características del gobierno presidencial, pero acentuando el rol del Ejecutivo.
Este tipo de gobierno presidencialista que se da en países de América Latina,
llamado también de cesarismo representativo, se caracteriza por un Ejecutivo
fuerte con amplias atribuciones, mayores que los otros dos poderes del Estado.
Los presidentes latinoamericanos disponen a menudo de atribuciones

Tipos de democracias

El término ciudadanía significa pertenencia a una ciudad, el ser ciudadano


significaba participar en la vida política. Evolución de la ciudadanía en la historia:

Se origino este concepto en la democracia ateniense (solo varones libres).

En el imperio romano se profundizo la noción de ciudadano (poseía derechos


públicos privado).

En la revolución francesa se publicaron los derechos del hombre y del ciudadano,


se proclamaba libertad de igualdad (se reconocía la categoría del ciudadano sin
distinción de clase social).
En la democracia actuales son considerados ciudadanos todos los hombres y
mujeres
Fundamentación Filosófica

La ciudadanía se ha entendido de tres maneras:


Ciudadanía entendida como un deber: Según Aristóteles, la ciudadanía se basaba
en el deber y comportaba ante todo obligaciones jurídicas.

Ciudadanía entendida como un derecho: El ciudadano tiene derecho a participar


en vida política y a defender sus intereses particulares.

Ciudadanía más allá de derechos y deberes: Según Will Kymlicka en la época


contemporánea la ciudadanía debe ser un ideal normativo.

Derechos y deberes del ciudadano

Nicolas Sarkozi apeló a los derechos y deberes para enderezar la sociedad


francesa, concreto que deberes se refiere a obligaciones del ciudadano en la vida
pública.

El profesor Pedro Cerezo Galán decía que en la democracia representativa votar


no es un deber reconocido y es fácil escudarse en el desencanto para ignorar las
elecciones.
Derechos humanos

Son todos los derechos que posee el ser humano por el simple hecho de
pertenecer a la especie. Son consecuencias de la dignidad que posee toda
persona y que no puede ser desposeída ni privada
Los derechos objetivos se refieren al conjunto de normas que regulan las
relaciones sociales y los subjetivos expresan la autorización que poseemos las
personas a exigir y realizar ciertas cosas. Los derechos humanos se caracterizan
por:

Son inherentes a la naturaleza humana. No pueden ser otorgados ni cancelados,


existen inclusos cuando no son reconocidos.

Son universales. Son válidos para toda persona en cualquier tiempo y lugar.

Son ideales debe orientar e inspirar el código legal de todo estado democrático.

La ética es un tipo de saber que orienta la acción (un tipo de saber práctico) la ética
es un tipo de saber de los que pretende orientarla acción humana en un sentido
racional; es decir, pretende que obremos racionalmente. Es esencialmente un saber
para actuar de un modo racional. Pero no sólo en un momento puntual, como para
fabricar un objeto o conseguir un efecto determinado, como ocurre con otro tipo de
saber el saber técnico sino para actuar racionalmente en el conjunto de la vida,
consiguiendo de ella lo más posible, para lo cual es preciso saber ordenar las metas
de nuestra vida inteligentemente. Modos del saber ético (modos de orientar
racionalmente la acción). Estos modos serán fundamentalmente dos: aprender a
tomar decisiones prudentes y aprender a tomar decisiones moralmente justas.

La forja del carácter tomar decisiones prudentes Obrar racionalmente significa, en


principio, saber deliberar bien antes de tomar una decisión con objeto de realizar la
elección más adecuada y actuar según lo que hayamos elegido.

La ética, en un primer sentido, tiene por tarea mostrarnos cómo deliberar bien con
objeto de hacer buenas elecciones. Pero, como hemos dicho, no se trata sólo de
elegir bien en un caso concreto, sino a lo largo de nuestra vida. Por eso la ética
invita desde sus orígenes en Grecia a forjarse un buen carácter, para hacer buenas
elecciones, como indica el significado etimológico del término ética. En efecto, la
palabra ética viene del término griego ethos, que significa fundamentalmente
carácter o modo de ser. El carácter que un hombre tiene es decisivo para su vida
porque, aunque los factores externos le condicionen en un sentido u otro, el carácter
desde el que los asume es el centro último de decisión. Por eso decía Heráclito de
Éfeso que el carácter es para el hombre su destino: según el carácter que un hombre
tenga, enfrentará la vida con ánimo o con desánimo, con ilusión y esperanza o con
pesimismo y amargura. Fines, valores, hábitos Una configuración inteligente del
carácter requiere percatarse en primer lugar de cuál es la meta a la que queremos
tender con nuestras acciones, cuál es el finque deseamos perseguir en el conjunto
de nuestra vida. Desde él podemos ir fijando entonces los modos de actuar que nos
permitirán alcanzarlo, las metas intermedias y los valores que es preciso encarnar
para llegar tanto a los objetivos intermedios como al fin último. Si descubrimos todo
esto, lo inteligente es orientarse en la acción por esos valores e incorporar a nuestra
conducta esos modos de actuar, de forma que no nos veamos obligados a hacer un
esfuerzo cada vez que queramos obrar en este sentido, sino que “nos salga” sin
apenas esfuerzo y forme ya parte de nuestro carácter los sanos hábitos que se van
generando con el actuar racional, ético. Tener conciencia de los fines que se
persiguen y habituarse a elegir y obrar en relación con ellos es la clave de una ética
de las personas y de una ética de las organizaciones, muy especialmente, de las
empresas.

El carácter de las personas y el de las organizaciones. Al hablar del carácter


solemos pensar en el de las personas, sin percatarnos de que también ciertos
colectivos, como las organizaciones esas instituciones, adquieren unos hábitos,
acaban incorporando un carácter, que puede ser percibido tanto por sus miembros
como por aquellos que desde fuera tienen contacto con la organización.

¿Qué tipo de hábitos, qué tipo de carácter es deseable que adquieran las empresas,
como organizaciones que son?

El fin de las organizaciones no confundir con el de las personas, el cual es ser felices
es sin duda un fin social, porque toda organización se crea para proporcionar a la
sociedad unos bienes, en virtud de los cuales queda legitimada su existencia ante
la sociedad, y éste es un punto central en la elaboración de un código ético. A la
altura de nuestro tiempo una empresa está obligada a respetar los derechos de sus
miembros y los de los consumidores y proveedores, y no puede atropellarlos
aduciendo que su meta es lograr un beneficio económico, expresado en la cuenta
de resultados. Cualquier organización y en este caso, la empresa ha de obtener una
legitimidad social, y para conseguirlo ha de lograr a la vez producir los bienes que
de ella se esperan. y, por supuesto, obtener un beneficio económico por la
comercialización de éstos y respetar los derechos reconocidos por la sociedad en
la que vive y los valores que esa sociedad comparte. Por eso, a la hora de discernir
los rasgos de una organización y sus actividades, es imprescindible tener en cuenta
además de sus fines específicos, los medios para lograrlos, sus hábitos, valores y
carácter, los dos siguientes componentes:

cuáles son los valores de la moral cívica de la sociedad en que se inscribe:


qué derechos reconoce esa sociedad a las personas. Es decir, cuál es la conciencia
moral alcanzada por la sociedad.

Desde su irrupción en el panorama económico, la responsabilidad social se ha


conceptualizado de muy distintas formas. Algunas relacionadas con la filantropía, el
mecenazgo, la estrategia o el marketing empresarial. Este estudio pretende mostrar
que la empresa necesita gestionar debidamente aquellos bienes comunicativos que,
como la confianza, la reputación o la reciprocidad, están implicados en el correcto
desarrollo de su actividad y, por consiguiente, en la maximización del beneficio
económico. Pero para ello, es preciso implementar una responsabilidad social a la
altura de las expectativas en juego; es decir, que tenga en cuenta la dimensión ética
que le subyace.

A raíz de ello, fueron apareciendo interesantes propuestas de concreción vinculadas


con esta idea. Entre ellas la negociación colectiva, los comités participativos, la
cogestión, la autogestión, la capitalización asalariada, el cooperativismo, las
cooperativas de trabajadores asalariados o los kibutz, enfoques cuya principal
pretensión era promover y fomentar la participación activa de los agentes en la
gestión de la organización económica para mejorar, por un lado, las condiciones
laborales de los empleados y, por otro lado, generar aquellos bienes que la empresa
necesita para operar correctamente y maximizar el beneficio. Sin embargo, estos
temas sociales introducidos levemente durante los años veinte, no adquieren
relevancia hasta mediados del siglo XX. Es a partir de ese momento, empujado
fuertemente por la aparición de algunos de los más grandes escándalos financieros
de la historia y por la constatación del notable aumento del poder de las
organizaciones y empresas económicas, cuando se empiezan a vislumbrar los
primeros movimientos y la primera literatura sobre responsabilidad social.

La ética empresarial, entendida ésta como reflexión ético crítica de la actividad


empresarial y cuya tarea principal es dar razón de los presupuestos morales que
conforman y sustentan la legitimidad de la empresa, su razón de ser ante la
sociedad, su pretensión de validez o justicia comenzó a forjarse durante la década
de los setenta del siglo XX y se consolidó definitivamente a mediados de los
ochentas. Sus inicios también se encuentran estrechamente vinculados a los
Estados Unidos de América, donde a lo largo de esta época se comenzó a observar
un aumento considerable de aquellas actividades relacionadas con la business
ethics a través de congresos, grupos de trabajo o seminarios, de publicación de
libros o revistas especializadas, y de intentos por introducir materias relacionadas
en los planes de estudios universitarios.

Tras este incipiente interés por la business ethics durante los años setenta del siglo
pasado, subyace un conjunto de razones que, según Conill, pueden aunarse
alrededor de tres causas principalmente:

A) La primera apunta hacia la falta de confianza de la sociedad en sus instituciones


y grandes empresas. La alarma generada tras la apertura de diferentes procesos
judiciales vinculados con la corrupción empresarial como, por ejemplo, el caso
Watergate fue extendiendo entre los ciudadanos norteamericanos el recelo y la
sospecha sobre sus empresas. Apremiaba encontrar mecanismos que permitieran
alejar la aureola de corrupción que se cernía sobre toda actividad relacionada con
la empresa, y la ética se constituyó como una fuente de reflexión apropiada para
ello al identificar la falta de valores como una de las causas.

B) La segunda parece estar sustentada sobre la existencia de una crisis moral. El


exacerbado individualismo de esa época, unido al creciente multiculturalismo
derivado de la globalización, generó un aumento considerable del número de puntos
de vista morales presentes, abriendo una importante brecha en la sociedad del
momento ante la aparente dificultad para poder hallar vínculos de cohesión social
entre los implicados. Como afirma Cortina, precisamente una de las razones del
nacimiento de la ética aplicada es el descubrimiento de que la ética individual es
insuficiente, porque la buena voluntad personal puede, sin embargo, tener malas
consecuencias para la colectividad. Esta situación acabó influyendo sobre el mundo
económico, e hizo que algunas empresas comenzaran a preocuparse por el
contexto axiológico y normativo necesario para poder satisfacer sus diferentes
objetivos.

C) Finalmente, la tercera de las causas hace referencia a cambios en el sistema


jurídico. El incremento de las exigencias legales sobre la responsabilidad financiera
de la empresa pudo ser también un detonante para la introducción de la ética en las
preocupaciones de las empresas. La experiencia confirmaba que el comportamiento
moral facilitaba el cumplimiento de lo establecido jurídicamente.

Sin embargo, a pesar de la relevancia de estas tres causas, el hecho que más
parece haber influido en la aparición y consolidación de la ética empresarial guarda
una estrecha relación con el protagonismo actual de la sociedad civil y con la merma
del poder de actuación de los Estados sobre los procesos económicos. De hecho,
durante las últimas décadas se ha podido constatar un notable incremento de la
relevancia de aquellos mecanismos de coordinación de la acción propios de la
sociedad civil relacionados con la ética y un descenso proporcional y significativo
del poder de los Estados y sus mecanismos tradicionales de control y coordinación
relacionados con el derecho.

Ahora bien, sean tres o cuatro las causas, lo fundamental es que la ética empresarial
se ha consolidado como un saber práctico y aplicado que intenta orientar
críticamente los comportamientos en los diferentes niveles de teorización
económica. Esto es, reconstruir los presupuestos normativos que subyacen a la
legitimidad de la actividad económica para, desde ahí, justificar o no las acciones,
comportamientos y decisiones de las instituciones, organizaciones, empresas o
agentes económicos implicados. Por ello, es importante mostrar cuál es el marco
de referencia desde el cual se despliega la ética empresarial; es decir, qué
corrientes filosóficas constituyen el fundamento de su reflexión teórico-práctica.

Un Tratado Internacional es un acuerdo entre dos o más Estados, o entre una


nación y una organización internacional, en virtud del cual los signatarios se
comprometen a cumplir con determinadas obligaciones. Ya conociendo qué es un
Tratado Internacional, ahora definiremos brevemente qué es Desarrollo Sostenible.
Se llama desarrollo sostenible a aquel desarrollo que es capaz de satisfacer las
necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras
generaciones. Ahora bien, sabiendo estos dos conceptos podríamos decir que los
Tratados Internacionales para el Desarrollo Sostenible son acuerdos entre dos o
más países donde pactan en cumplir diferentes puntos, aprovechando los recursos
naturales para la satisfacción de las necesidades, promoviendo a la vez el desarrollo
económico y manteniendo esos recursos en el tiempo, es decir sin perjudicar a
futuras generaciones. La problemática ambiental ha venido configurando diferentes
tipos de compromisos a nivel global, que empiezan a ser identificados y a
generalizarse a partir de las décadas de los años 60 hasta los 90 donde la situación
ha ocasionado una concientización universal sobre la problemática ambiental,
expresada tanto a nivel local como planetario y en varias dimensiones de la realidad
social. Como expresión de este proceso se consolida varios tratados internacionales
como la del problema ambiental y el desarrollo sostenible. En las últimas décadas,
los conflictos ambientales han adquirido gran dimensión y son motivos de discusión
permanente por y desde múltiples sectores académicos, sociales, gremiales,
políticos y autoridades de todo tipo.

El desarrollo sostenible significa una mejor calidad de vida ahora, así como para las
generaciones venideras. Una definición ampliamente utilizada de "desarrollo
sostenible" es: "desarrollo que satisface las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades". Esto significa no usar recursos más rápido de los que el planeta
puede reponer, o re-existencias de estas, así como su conexión con las metas
económicas, sociales y ambientales.

TRATADOS INTERNACIONALES PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE

Ya en 1987 la organización internacional para la estandarización había lanzado ISO


9000, que fue la primera serie de normas mundiales para la gestión de calidad. En
ese sentido, las normas reseñadas son por definición una serie de normas genéricas
de control, aseguramiento y gestión de la calidad total para productos. Al crear las
normas de la serie referida se tenía el objetivo de simplificar el intercambio
internacional de productos y servicios, dentro de esquemas comunes. Como
respuesta a esta iniciativa, hoy las normas han sido adoptadas por muchas
naciones, proporcionando la armonización de los esquemas de calidad total a nivel
internacional.

CONVENIO MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO

Suscrita en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y ratificada por el Congreso de


Colombia mediante la Ley 164 de 1994. Las Partes

Deberán proteger el sistema climático en beneficio de las generaciones presentes


y futuras, sobre la base de la equidad y de conformidad con sus responsabilidades
comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades. En consecuencia, las
Partes que son países desarrollados deberían tomar la iniciativa en lo que respecta
a combatir el cambio climático y sus efectos
adversos.

Se formula claramente el principio rector en materia ambiental de la responsabilidad


común de todos los países, pero diferenciada de acuerdo con el nivel de desarrollo
de cada uno. Jurídicamente obligatorios, sus 26 artículos definen y regulan la
estabilización y la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera,
promoviendo el desarrollo sostenible. Este convenio pretende dar respuesta a la
preocupación mundial frente a los posibles efectos adversos del cambio climático
global sobre los ecosistemas y la vida Humana, los cuales se traducen en cambios
en el medioambiente físico, biótico o abiótico, con las consecuentes modificaciones
en la capacidad de recuperación y de productividad de los Ecosistemas Naturales y
en la Salud Humana.

TRATADOS INTERNACIONALES PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE

PROTOCOLO DE KIOTO

Celebrado el 11 de diciembre de 1997 y ratificado por Colombia mediante la Ley


629 de 2000. Las Partes ratificaron la Convención Marco de Nueva York de
1992sobre el cambio climático y se fijaron la meta de reducir en un 5.2% las
emisiones de gases de efecto invernadero globales sobre los niveles de 1990, para
el período 2008-2012.

CONVENIO SOBRE DIVERSIDAD BIOLÓGICA

Jurídicamente obligatorio, contiene 42 artículos que buscan definir y regular la


conservación de la biodiversidad, el desarrollo sostenible de los recursos genéticos
y el acceso a la biodiversidad.

AGENDA 21

De acuerdo con la cumbre mundial de Río de Janeiro, celebrada en el Brasil, se


definió la Agenda 21, en donde se establecieron jerárquicamente cuatro áreas de
acción en la Gestión Integral de Residuos Sólidos, tales como:
1. Minimizar la generación de residuos.
2. Maximizar la reutilización de los residuos.
3. Promocionar el tratamiento técnico de estos.
4. Disposición ambientalmente adecuada de los residuos. Sin carácter obligatorio,
constituye el plan de acción, que deberán efectuar los países teniendo en cuenta la
conservación del Medio Ambiente, de conformidad con los textos negociados. Tiene
origen en uno de los objetivos perseguidos por la cumbre, el relativo al diseño de
estrategias para detener y reducir el deterioro ambiental y promover el desarrollo
sostenible. Esta agenda comprende más de 40programas.

PROTOCOLO DE MONTREAL

A través de este convenio se toman medidas preventivas para proteger la salud


humana y el medio ambiente contra los efectos nocivos de emisiones mundiales
que modifiquen o puedan modificar la capa de ozono, suscrito el 16 de septiembre
de 1987, con sus respectivas Enmiendas (Londres, 1990; Copenhague, 1992 y
Viena, 1995), ratificado por el Congreso de Colombia mediante la Ley 29 de 1992.
CUMBRE MUNDIAL DE JOHANNESBURGO SOBRE DESARROLLO
SOSTENIBLE

Llevada a cabo en Sudáfrica en agosto de 2002, la cual ayudó a incrementar la


atención dada al rol crítico de la sociedad civil en un mundo globalizado. La cumbre
estimuló el anuncio de más de 200 sociedades e iniciativas relacionadas no solo a
los gobiernos, pero también a los grupos de ciudadanos y compañías para
implementar compromisos reales a nivel local e internacional.

La responsabilidad social es un área de estudio de suma importancia, no solamente


porque es una tendencia empresarial del siglo XXI para la ejecución de economías
sustentables que garanticen sostenibilidad a largo plazo, sino también porque al ser
tan extenso su contenido cada vez aparecen nuevos procesos, mecanismos e
ideologías diferentes que se pueden aplicar en esta disciplina.

La responsabilidad social en términos generales no tiene una fecha de inicio exacta,


sin embargo, existen varios indicios que llevan a los estudiosos de este campo a
deducir que, en el siglo XIX aparecen los primeros documentos que constatan las
primeras prácticas de las empresas en pro de sus trabajadores. Posteriormente
nace la Organización de las Naciones Unidas y poco tiempo después se crean los
derechos humanos, ambos sirven como el fundamento que aumenta la conciencia
social en las personas.

Con el afán de cada vez crear mayor conciencia social y medioambiental se


desarrollan un sin número de conferencias a nivel mundial, se fundan instituciones
en pro de los derechos del medio ambiente, el cuidado de la tierra y todos los
recursos naturales y animales, luego se crean organizaciones que siguen vigentes
hasta la actualidad para dar soporte a todo lo que hoy en día se conoce como
Responsabilidad Social Empresarial. Entre los acontecimientos más importantes
que se han dado están: en 1971 la Conferencia de Estocolmo, en 1987 el Informe
Brundtland, en 1997 el Protocolo de Kyoto, la fundación de grupos civiles como
WWF, Amnistía Internacional, Greenpeace, a nivel empresarial iniciativas como
AA1000, SA8000, el Pacto Mundial y organizaciones como la Global
ReportingInitiative o el Instituto Ethos
Conclusión

A partir del concepto de ciudadanía viendo su gran trayectoria su modificación de


una otra concepción desde distintas épocas, como de diferentes autores , la
ciudadanía es el conjunto de derechos que tienen las personas como sujetos y los
deberes que de ellos se derivan, ha ido transformándose y evolucionando
paralelamente al desarrollo de la sociedad ,así también estar inmerso de la sociedad
siendo un ciudadano es terriblemente complejo; requiere, además de habilidades,
conocimientos, actitudes y hábitos colectivos, no obstante, esto no significa que ser
ciudadano pues en la medida que se geste la participación, la emancipación la
igualdad, la dignidad, la exigencia de derechos .

Mi punto de vista es que no resulta acertado condenar sin más a América Latina ni
reprocharle que no hubiera alcanzado en unos cuantos años o decenios, lo que
Europa no logró sino después de siglos, y que, en parte, a la región latina del
continente todo se le dificultó y obstaculizó por las intervenciones militares,
económicas y políticas de Estados Unidos de América y de las propias potencias
europeas.

El gran problema consiste en que estos avances, cuando menos en varios países
de la región, no son irreversibles, por la persistencia de muchos y complicados
problemas ya descritos en forma sucinta.
No es correcto que, en la valoración de los sistemas democráticos y de gobierno,
se empleen parámetros diferentes, si la referencia es a países desarrollados, ricos
y poderosos, a si los aludidos son Estados en vías de desarrollo, pobres y con débil
presencia internacional.

Precisamente, el problema de la crisis actual es por encima de todo la deficiente


gestión de un bien comunicativo como la confianza en todos los niveles económicos
micro, meso y macro, lo cual ha generado un aumento generalizado de la
incertidumbre y un descenso muy importante de la cooperación interinstitucional,
interorganizacional e interpersonal que ha agudizado el deterioro de la situación.
Por ello, toda organización o empresa económica que desee mirar al futuro necesita
gestionar y potenciar debidamente éste y otros bienes comunicativos implicados en
el buen funcionamiento de su actividad; recursos de los cuales subyace una base
racional vinculada con el ámbito de lo técnico y de lo estratégico, pero también de
lo ético. En este sentido, cabe destacar al menos cuatro cuestiones importantes de
este estudio:

El importante papel que desempeñan los bienes comunicativos dentro de la


economía, los cuales

A) Se gestionan a través de relaciones dialógicas

B) Se forjan mediante acuerdos con los distintos implicados y/o afectados por las
acciones y decisiones de la empresa u organización económica
C) Se constituyen como condición de posibilidad de la satisfacción de aquellos
intereses particulares, colectivos y generalizables en juego.

La función social que puede jugar la ética en todo contexto de interacción humana,
incluso el económico. Buena prueba de ello es, precisamente, los bienes
comunicativos. Recursos necesarios para el correcto funcionamiento de la empresa
u organización económica que, como la confianza, la reputación o la reciprocidad,
mantienen una estructura comunicativa que exige la satisfacción de aquellas
expectativas e intereses universalizables en juego para poder generarlos y
potenciarlos debidamente.

Y finalmente, en cuarto lugar, la necesidad que tienen las empresas u


organizaciones económicas de adoptar una perspectiva comunicativa en su gestión.
Un punto de vista que invita a dejar de lado el individualismo desencarnado y
deshumanizado de una cooperación interpersonal, interorganizacional e
interinstitucional no coercitiva y no exclusivamente auto interesada que permite
alcanzar objetivos comunes que maximizan el beneficio de forma más sostenible y
responsable, generando al mismo tiempo tanto valor económico como social y
humano.
Bibliografía
Carpizo, J. (5 de julio de 2015). Revistas judiricas Unam . Obtenido de
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