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1.

EL ROL DEL INGENIERO CIVIL EN LA SOCIEDAD

Un ingeniero civil es un profesional que siempre será útil en una sociedad


cualesquiera, en cualquier momento histórico y en cualquier tiempo presente o
futuro, puesto que se encarga de planificar y llevar a cabo obras cuya finalidad es
la de mejorar la calidad de vida de las personas, a través de la modificación de un
espacio al cual se puede aprovechar todos sus recursos, por lo que la ingeniería
civil demanda mucha importancia a nivel social.

Además, para finalizar toda construcción o contrato emprendido por un ingeniero


civil se requiere de entrega, responsabilidad, orden, y critica de todo aquello que se
ha planificado realizar. En conclusión, el ingeniero civil planea construcciones,
construye sueños y fantasías en toda su integridad laboral y social.

Por lo que se puede decir, que la ingeniería civil tiene como objetivo el satisfacer las
necesidades de sociedad indeterminada, por lo que es de gran importancia para el
desarrollo de la misma en términos de cambios o avances en la que se ve inmersa
a lo largo del paso del tiempo.

A su vez es una de las profesiones con mayor campo de acción e importancia en el


progreso de las culturas, se encarga de la planeación, proyección, construcción y
operación de múltiples obras civiles que van desde la construcción de viviendas,
hospitales, escuelas, edificios de oficinas, como infraestructuras para sistemas de
transporte, así como obras hidráulicas, cuyo objetivo siempre es el cubrir todos los
aspectos necesarios para el desenvolvimiento efectivo de la población y que sea de
beneficio para mejorar sus condiciones de vida teniendo en cuenta a su vez el
manejo racional del ambiente.

Por lo que, no solo las sociedades se actualizan y cambian su forma de cultura y de


vida, sino también el aprendizaje en la ingeniería civil, en el sentido específico de
ser pro activos con el cuidado del medio ambiente y reducir el impacto negativo
sobre este, por lo que ahora se cuenta con novedosos módulos de aprendizaje de
educación ambiental, donde no solo se toma en cuenta el daño o los factores
nocivos de grandes construcciones en determinados espacios donde abunde la
naturaleza, sino también el aprovechamiento de productos reciclables, percibiendo
sus características como materia prima o reemplazo de otros materiales más
pesados en términos de impacto negativo.

De esta manera se potencializa el sentido ecológico, se mejoran los canales de


producción de material, se reducen considerablemente los grandes costos y se
generan modelos de construcción en donde es capaz de convivir la urbanización
con el medio ambiente de forma funcional para los individuos.

Este es un punto resaltante debido a que, sin querer o con toda la intención las
obras construidas generan efectos en la sociedad, donde antes solo era un terreno
vacío y ahora se encuentra una gran edificación o un parque o una autopista, es
algo que las personas se ven obligadas a aceptar y adaptarse porque ahora forma
parte de la localidad. Por lo que, las construcciones de infraestructuras generan
diferentes repercusiones en la misma, ya que modifica el espacio donde existen
distintas actividades económicas, sociales y culturales o crea una apertura para el
inicio de las mismas.

Provoca cambios en la dinámica de la población y colectivos en general. Esto es


debido a que, la ingeniería civil va de la mano con el progreso y desarrollo de los
pueblos, por lo que necesita siempre estudiar y evaluar los progresos civiles de
construcción en otras partes del mundo y su funcionalidad en las sociedades, con
el fin de aplicarlas en la localidad que lo requiera, por lo que, el proceso de
construcción en si mismo es un proceso dinámico que está en constante crecimiento
y cambio.

Pero, hay que admitir que la mayor cuestión de la ingeniería civil, que puede ser
vista como una problemática si no se administra de forma adecuada es el elevado
porcentaje del consumo energético y de la utilización de recursos naturales, como
se menciona previamente, al ser una cuestión de desarrollo intrusiva, sino se
efectúa bien, en su estudio, planeación y ejecución se pueden causar efectos
negativos en el ambiente, no solo por el territorio sino por los materiales usados
para la construcción en si.

Por lo que, la labor de los ingenieros de obras civiles e infraestructuras es compleja


y ardua, puesto que tienen que hacer malabares con los elementos que necesitan
mientras se llegan a acuerdos con las entidades, que a su vez tienen que
representar una funcionalidad social y ambiental.

1.1. Orígenes de la Ingeniería Civil en el mundo

La ingeniería data de tiempos muy antiguos, pues aun sin nombrarla, se le podía
reconocer a través de la construcción de chozas y palafitos que el hombre primitivo
edificaba para protegerse de las inclemencias del clima y de los ataques de los
animales salvajes, logrando así desarrollar la capacidad de crear e inventar de
forma intuitiva (Fernández, 2001). Posteriormente, antiguas civilizaciones, como
Grecia, por ejemplo, logran su mayor esplendor de la mano de grandes obras, como,
por ejemplo: El Partenón, templos, ciudades, etc. (Cejas y Ulloque, 2009), las que,
si bien no eran ingeniería pura, sino más bien arquitectura, expresaban a través de
su ingenio (base de la ingeniería), conocimientos ingenieriles de carácter empírico.
Pero es en Roma donde tales conocimientos se perfeccionan, plasmándolos no solo
a través de grandes obras de edificación, sino también por medio de una extensa
red de calzadas que conectaban los pueblos a lo largo de toda Europa, siendo todas
ellas obras de ingeniería (Fernández, 2001).

Los romanos fueron capaces, además, de construir infraestructura destinada a


cubrir necesidades sanitarias y de conectividad de los pueblos. Las técnicas
utilizadas en la edificación por los romanos eran muy depuradas, empleando ya en
aquellos tiempos, el hormigón y el ladrillo; construyendo grandes bóvedas, como la
del Panteón de Roma de 44 m de luz, realizada en el siglo II a.C. e impresionantes
acueductos (Fernández, 2001).

Siglos más tarde, es en Europa donde se consolida la ingeniería como tal, bajo la
tradición francesa y la creación del Corps des Ingénieurs du Génie Militaire (Cuerpo
de Ingenieros del Ejército) en 1675, durante el reinado de Luis XIV (Lyons, 1999).
Luego, a partir del siglo XVI, se extiende este conocimiento a España, durante el
reinado de Carlos I y de su hijo y sucesor Felipe II. Sin embargo, no fue sino hasta
el reinado de Felipe V, cuando formalmente surge el título de ingeniero, creando por
Real Cédula del 21 de abril de 1711, el Cuerpo de Ingenieros de los Ejércitos,
Plazas, Puertos y Fronteras de San Miguel, naciendo así los ingenieros militares
(DYNA, 2005).

Durante el reinado de Carlos III (1716-1788), se iniciaron las medidas reformistas


de origen burgués que dieron lugar a la Ingeniería Civil en España (Greve, 1938).
Aquí se dejaron de lado las ideas sobre ingeniería, y se tomaron como base los
estudios científicos, que comenzaron a respaldar a los ingenieros y estudiosos que
se incorporaban a esta rama de la ciencia. Importantes aportes para estos logros
fueron los trabajos militares, que además de encargarse del orden de las personas,
se involucraron en los trabajos de infraestructura, construcción de caminos y
abastecimiento de agua (Fernández, 2001).

Ahora bien, la Ingeniería Civil no tomó identidad y nombre propio sino hasta el siglo
XVIII, momento en el cual John Smeaton, el año 1771 en Inglaterra, se
autodenomina ingeniero civil, para diferenciarse de los ingenieros militares, pues a
pesar de haber comenzado sus labores ingenieriles en la milicia, se aleja luego para
dedicarse a la construcción no militar (Petroski, 2002). Se describe a Smeaton más
bien como un ingeniero por intuición y experiencia práctica, que, por conocimientos
matemáticos, lo que no le restaba mérito al momento de ser reconocido como el
primer ingeniero civil. Creó también una sociedad, donde él y sus integrantes
pasaban el tiempo conversando sobre hidráulica, matemática, filosofía y mecánica,
de manera natural y socialmente (Petroski, 2002). Dicha sociedad se desintegra al
morir Smeaton, refundándose posteriormente como la Sociedad Smeatoniana,
honrando su nombre en el año 1817.

Por otra parte, es importante destacar que la Escuela de Ingeniería más antigua del
mundo se creó en Europa, llegando a tener categoría universitaria. Esta fue la École
Nationale des Ponts et Chaussées (Escuela Nacional de Puentes y Calzadas)
fundada en Francia en 1747 (Mitcham, 2009). Un siglo después, se crea la primera
Escuela Politécnica de América, en Nueva York el año 1849 (DYNA, 2005). Esto a
pesar de que, ya existían nociones de la ingeniería alrededor del año 1700 (Lyons,
1999), a través de dos tradiciones europeas: la francesa y la británica. En el caso
de Estados Unidos, el año 1830 se otorga el grado académico en Ingeniería, al
grupo de técnicos que dirigieron los trabajos del canal del lago Erie, cuyas aguas
bañan Detroit al norte y Cleveland al sur, en la frontera natural de Estados Unidos y
Canadá (DYNA, 2005).

A medida que el ingeniero comienza a ocupar un lugar en Europa y en Estados


Unidos, también llega a ocupar uno en América Latina. Países como Cuba, México,
Colombia, y por supuesto Chile, fueron los elegidos para que estos profesionales
comenzaran a trabajar en nuevas obras ingenieriles.

A modo de ejemplo, se puede mencionar el caso de Colombia. Desde que la


profesión de ingeniero civil se estableció de manera reconocida en ese país, a raíz
de la apertura de los primeros programas profesionales a finales del siglo XIX, los
ingenieros civiles encontraron en el sector público una fuente de actividad natural,
ya que constitucionalmente el bienestar ciudadano impone la ejecución de obras
para alcanzar dicho bienestar. Acueductos, alcantarillados, vías e infraestructura de
transporte, generación eléctrica, obras urbanas y edificaciones, son manejadas por
el sector público y ejecutadas con los dineros de los contribuyentes. Esto significa
que los ingenieros civiles manejan diferentes recursos públicos, lo cual ocurre en
menor proporción en otras especialidades de la ingeniería (Sarría, 1998). Es así
entonces como en Colombia y en el resto de Latinoamérica, el papel principal de la
ingeniería fue atender las necesidades básicas de una población creciente y
posibilitarle el disfrute de una serie de servicios, creando las condiciones de
infraestructura que permitieron el desarrollo de las actividades productivas y el
crecimiento económico. En particular, resolviendo problemas físicos relacionados
con la satisfacción de las demandas de agua, vivienda, comunicaciones, energía,
etc., a partir de los recursos naturales renovables y no renovables disponibles,
mitigando de paso el impacto producido por los ataques de la naturaleza, tales
como: terremotos, inundaciones, entre otros (Mariño, 2007).

En términos del rol del ingeniero civil, y también dentro del contexto latinoamericano,
aunque esta vez en Centroamérica, existe un informe desarrollado en Costa Rica
que establece que "El Ingeniero Civil, además de proyectista, diseñador, constructor
y operador, tendrá un rol aún más importante como integrante de un grupo
multidisciplinario que deberá llevar a cabo estudios y toma de decisiones sobre
impacto ambiental, protección de la salud pública y de la ecología" (Sáenz, 2002).
1.2. Interacción de la Ingeniería Civil con la sociedad

Con el fin de robustecer la definición de la Ingeniería Civil en términos de su rol, es


apropiado analizar la participación de esta profesión en la sociedad. En estos
términos se puede decir que la Ingeniería Civil ha jugado un papel trascendental en
el bienestar de la sociedad, papel que ha ido evolucionando progresivamente a
través del tiempo. Algunos autores indican que la construcción, como parte
integrante de la Ingeniería Civil, es la que más impacto social ha tenido, incluso
desde mucho antes de ser conocida como tal; por ejemplo, a través del ejercicio de
la Ingeniería Militar que otrora tanta grande obra civil ejecutó (Fernández, 2001).

Como parte de la interacción que la Ingeniería Civil ha tenido con la sociedad, se


considera también la ética y la responsabilidad social. Diversos autores se han
dedicado precisamente a este punto, ya que la ética individualista no es suficiente
para aportar a la sociedad, dado que también se necesita conocer de políticas
públicas. Es así como durante el periodo contemporáneo, si bien ha sido importante
conocer la historia política, también lo ha sido conocer la historia de las políticas de
ingeniería, debido a su influencia social (Sarría, 1998).

Las condiciones sociales, políticas y económicas del nuevo siglo muestran que el
perfil del ingeniero actual es muy distinto al del ingeniero de hace varias décadas.
En este sentido, en términos académicos, numerosos estudios han demostrado que
las metodologías de enseñanza, en las que se promueve que el estudiante sea el
constructor de su propio aprendizaje (aprendizaje activo), son más eficientes en la
formación de las actitudes y habilidades que el ingeniero requerirá en su vida
profesional. Por ejemplo, Caro & Reyes (2003) desarrollaron una experiencia en
algunos cursos de Ingeniería Civil en la Universidad de los Andes, Bogotá,
Colombia, en los cuales se habían implementado actividades que promueven el
aprendizaje activo. Los resultados confirman la eficiencia de estos métodos y
sugieren la necesidad de reflexionar sobre una restructuración curricular integral de
los programas de Ingeniería Civil, de manera tal que contribuyan a la formación de
ingenieros conectados con las realidades sociales de su entorno.

También como ejemplo de la interacción social que caracteriza a la Ingeniería Civil,


el alcalde la ciudad de Mississauga, Canadá, señaló en una Conferencia de la
Sociedad Canadiense de Ingeniería Civil (CSCE), que "siempre es popular para un
político asignar fondos para un centro comunitario, una piscina, o un programa
social. Sin embargo, un político no consigue votos para la asignación de fondos para
mejorar un sistema de alcantarillado o una planta de manejo de residuos sólidos.
Por lo tanto, el financiamiento para la infraestructura se está reduciendo, a pesar de
ser el componente más vital de la economía, mientras que el medio ambiente parece
ser la principal preocupación solo cuando ocurren los desastres" (Liggett y Ettema,
2001).
1.3. La educación en la Ingeniería Civil

Continuando con la exploración previa a la definición del rol del ingeniero civil, la
educación es otra arista fundamental de este estudio. Importantes asociaciones
norteamericanas y europeas han centrado parte de su quehacer a la enseñanza de
la Ingeniería Civil. Un ejemplo de esto es la American Society of Civil Engineering
(ASCE), a través de su revista "Professio-nal Issues in Engineering Education and
Practice".

En este sentido, Latinoamérica no ha sido la excepción. En Colombia por ejemplo,


se han centrado en el diseño y la construcción del currículo y sus componentes para
sus programas de estudios, los que proponen incluir no solo los aspectos referentes
a los conocimientos propios de la ingeniería y las habilidades, que determinan la
forma de actuar del estudiante frente a las obras civiles, sino también los aspectos
motivacionales (los por qué y para qué), junto con la formación valórica que moldean
el carácter del individuo, y que a su vez definen la actitud del estudiante frente al
conocimiento, para asegurar un verdadero desarrollo de las competencias
profesionales y personales que caracterizan al ingeniero civil colombiano
(Hernández, 2005).

También, a modo de ejemplo latinoamericano y del Caribe, en Cuba se realizó un


estudio que buscaba medir la motivación de los estudiantes para ingresar a la
carrera de Ingeniería Civil. La experiencia educativa en ese país, indica que gran
parte de los estudiantes no inician la carrera motivados profesionalmente, sino
porque es una opción más a seleccionar. Esto, unido a la insuficiente orientación
vocacional por ellos recibida, constituye las principales causas del fracaso de los
estudiantes en los primeros años de la carrera (Guerra, 2001) y que se replica en el
resto de Latinoamérica. De aquí entonces, que ni siquiera los estudiantes de
Ingeniería Civil tengan plena conciencia de lo que están estudiando, lo que también
dificulta la definición del rol del ingeniero civil contemporáneo en términos de su
formación académica.

También en términos de formación académica, Aparicio (2007) relata lo sucedido


desde el siglo XVIII hasta el siglo XX, en relación a la educación en Ingeniería Civil.
Los recién graduados en Ingeniería Civil, no poseen necesariamente todas las
habilidades y conocimientos que el mercado de trabajo exige, por lo que esta
profesión ha ido perdiendo prestigio y reconocimiento. Parte de este problema se
puede atribuir a la, a veces poco controlada, irrupción de la tecnología en el aula, la
que ha impactado negativamente en algunas actividades de vital importancia para
la formación del ingeniero civil, tales como: el trabajo en equipo, relaciones
interpersonales, actividades en terreno, entre otras. Pudiera pensarse entonces,
que si la formación en este campo incorporara, más allá de los aspectos
estrictamente técnicos y tecnológicos, una mayor comprensión del entorno social,
de los aspectos culturales y del sentido de la solidaridad, se tendría un profesional
con una preparación más integral (Valencia, 2000).
Otro de los aspectos que también dificulta la definición de un único perfil para el
ingeniero civil contemporáneo, es la duración de la carrera. En el contexto
internacional, países como Estados Unidos por ejemplo, llevan años analizando y
discutiendo acerca de la duración de la carrera de Ingeniería Civil, ya que para
algunos su limitada duración (4 años), ha ido generando una pérdida de
competitividad en términos formativos, comparada con otras carreras que sí han
evolucionado, como medicina, odontología o derecho, que han aumentado sus años
de formación a 5, 6 ó más años (Lyons, 1999). En los mismos términos, hace más
de tres décadas que algunos autores vienen detectando a nivel mundial, un estado
de crisis dentro de la Ingeniería Civil, la que pasa por un estancamiento en su
pasado ilustre, el que no se ha actualizado apropiadamente (Murray y Muspratt,
1986).

Finalmente, como complemento a los aspectos antes mencionados, la formación


universitaria tiene el compromiso de cambiar y adecuarse a las nuevas realidades
del mundo. A este respecto, Caro y Reyes (2003) establecen que la formación en
ingeniería debe propender a formar profesionales que: 1) comprendan la
responsabilidad social de sus actos; 2) se comporten bajo altos preceptos éticos; 3)
sean comprometidos, autónomos y confiables; 4) tengan las habilidades necesarias
para usar, transformar y crear tecnología; 5) puedan trabajar exitosamente en
equipos; 5) tengan la capacidad de actualizarse y aprender en el largo plazo; 6)
sepan comunicarse eficientemente; y 6) tengan habilidades de negociación y de
toma de decisiones, entre otras.

2. FORMACIÓN DEL INGENIERO CIVIL


2.1. DESCRIPCIÓN DEL PANORAMA

En los años 90 el crecimiento de la demanda laboral con formación universitaria en


Colombia fue dinámico, encontrándose que el sistema educativo superior a pesar
de sus avances no dio la respuesta positiva a este caso. Frecuentemente son
muchos los estudiantes que no logran entrar a continuar sus estudios a un nivel
superior, sorprendentemente ocurre que en instituciones no muy conocidas sobran
cupos para el primer semestre especialmente para las ingenierías, otro caso es el
de las carreras técnicas y tecnológicas cuya demanda es inferior al de las carreras
universitarias. Son estos uno de los muchos motivos que inciden en el alto índice
de las ofertas de los profesionales y un alza en la demanda laboral suficiente para
brindarles a aquellas personas un trabajo y estabilidad para que desarrollen los
conocimientos adquiridos. El resultado es el exceso de personas especializadas en
carreras específicas como el caso de la ingeniería sobrepasando los índices
establecidos. Otro caso es el de las carreras técnicas y tecnológicas cuya demanda
es inferior al de las carreras profesionales. Es un punto preocupante el exceso de
profesionales con los que cuenta el país en los últimos años y muy poca la oferta
laboral. Según el estudio realizado por (CIDE) Corporación para el desarrollo de la
investigación y docencia económica y facultad de ingeniería de la universidad de los
andes (CIFI).

2.2. INCIDENCIA DE LA UNIVERSIDAD EN LA OFERTA LABORAL


Las universidades públicas habían tenido una gran demanda en años anteriores
presentados una reducción a partir de la década de los años 70, la preferencia por
parte de los alumnos por las instituciones públicas se redujo: 54,5% en 1970, 40.9%
en 1980, 39,7% en 1990, 33,2% en 1995 y 31,6% en 1996.5 En los años 90 la
población estudiantil universitaria creció en 1.750.000 personas, de este volumen
las entidades públicas captaron solo el 15% de ese aumento, lo que no ocurrió con
las instituciones privadas que aumentaron su oferta en un 85% equivalente a
148.000 persona.

Observamos con lo anterior que las universidades privadas crecieron en forma


acelerada su expansión, pero también lo hicieron de manera desordenada
multiplicando el número de universidades lo cual llevo a ofrecer programas con baja
calidad, los cupos ofrecidos los promocionaron en el horario nocturno los cuales
tuvieron una gran acogida, contando con que un 45% de los estudiantes de las
universidades privadas están matriculados en la jornada nocturna. En relación con
la carrera de ingeniería civil y sus afines en la década de los 80 y 90 el crecimiento
de los estudiantes de ingeniería aumento en 71%, cifra preocupante si se tiene en
cuenta los indicadores económicos y demográficos del país y frente a los estándares
internacionales. Para establecer comparaciones internacionales se debe tener una
constante escalada, la cual se halla dividiendo el número de estudiantes graduados
recientes sobre el PIB (Producto Interno Bruto), obteniendo así un indicador para
efectuar comparaciones internacionales. Podemos establecer lo siguiente: En los
países desarrollados el indicador es 1 lo que significa que se tienen un nuero de
ingenieros activos y una situación estable cuya demanda en el campo es moderada.
El indicador entre el 2 y el 8 se maneja en los países subdesarrollados, el número
de ingenieros graduados en estos países es menor que en los países desarrollados
y superior con respecto al PIB. Si hablamos de Colombia nuestro indicador es 12
con relación a los países desarrollados, lo que significa que se tienen más
ingenieros que ofertas. En el siguiente esquema no damos cuenta de la incidencia
de la universidad privada en nuestro país en el periodo de 2006 al 2011. Figura 1.
Comparación de graduados por universidad.
Fuente: Datos del Ministerio de Educación, 2012.

2.3. EVALUACIÓN DEL PROGRAMA DE INGENIERÍA CIVIL

No podemos desconocer la inquietud que se presenta sobre el tema de cómo se


está formando a los ingenieros de esta época, para esto se analizan diversos temas
como son los contenidos, carga académica, aprendizaje, etc. Haciendo un análisis
podemos detallar alguno de los aspectos: • Contenidos en los currículos: las
asignaturas y los contenidos ofrecidos en el plan de estudio deben ser analizados
con estudio crítico, dándoles la importancia que deben tener dentro del currículo, al
abrir un nuevo programa y crear un nuevo currículo la institución debe justificar por
qué y para qué es necesario, con esto podemos llegar a que los títulos actuales
cubran más perfiles, que sean flexibles permitiendo varias posibilidades de
formación en una sola carrera. • Carga académica: para asignar la carga académica
se debe pensar en el nivel del curso al cual se le está fijando dicha carga, su nivel
de esfuerzo y complejidad. Se debe pensar en el tiempo de estudio que el estudio
tiene para dedicarle a cada asignatura. • Claridad en los objetivos: los objetivos
establecidos en cada una de las áreas del currículo deben ser claros y concisos,
estos deben llevar un qué y para que se aprende, llevándonos a aterrizar la
formación a un contexto real. Los conocimientos deben ser integrados en todas las
áreas sin encapsular el conocimiento. • Aprendizaje contextualizado: el plan de
estudio debe mostrar la importancia y el interés por los diversos temas de estudio,
lograr que el estudiante se interese al escoger una carrera por los factores que lo
componen y no pensar únicamente por la posición social, por la proyección social,
por la categoría que esta le puede dar. • Actividades que le permitan desarrollar
habilidades y valores éticos: Este punto es básico para lo que se pretende lograr en
la formación de un ingeniero, podemos tocar varios aspectos que la universidad y
el programa debe brindar para el desarrollo del profesional. El ingeniero además de
los conocimientos relacionados con su profesión debe adquirir otros adicionales en
otras disciplinas como las ciencias básicas, economía, humanidades, ciencias
sociales, derecho etc. Además las habilidades adquiridas en ingeniería como el
análisis de problemas, síntesis, diseño, debe tener capacidad de comunicación, de
allí la importancia de la expresión oral y escrita, el trabajo en grupo, el manejo del
tiempo, la toma de decisiones y el aprende a aprender entre otras. 18 El ingeniero
debe desarrollar actitudes como la responsabilidad, liderazgo, conciencia social y
ambiental, espíritu emprendedor. La conformación de los valores éticos es
fundamental en la formación del ingeniero, el respeto por los demás y conciencia
hacia el beneficio de la sociedad. Son de gran importancia en la formación integral
del ingeniero el desarrollo de las cualidades como la creatividad, el pensamiento
crítico, la iniciativa competitividad y la adaptación a cualquier situación. Lo anterior
lleva a pensar que hoy en día la formación de un ingeniero debe tener muchos
factores para poder cumplir con la sociedad brindándole verdaderos profesionales
competitivos a nivel nacional e internacional, que estén a la par con otros países,
líderes y creadores de empresa.

2.4. UNIVERSIDAD – EMPRESA

No se puede desconocer que las instituciones educativas tienen que tener una
relación muy cercana con el sector productivo, pues es allí donde los egresados van
adquirir experiencia y cumplir sus expectativas como los profesionales ya formados.
Es indudable que la relación mutua que deben tener las universidades con las
empresas pues esta relación es positiva para los dos, el sector productivo le permite
a los centros de estudio ubicar a sus egresados en el campo laboral, permitiéndoles
una apropiación del conocimiento más ajustada al ambiente real de trabajo y la
empresa obtiene beneficios adquiriendo con estos jóvenes nuevas tecnologías,
innovación, solución de problemas puntuales, convenios universidad industria y
convenios internacionales. El contacto con la empresa orienta al estudiante sobre
su futuro profesional, así mismo también puede orientar la institución en su labor
formadora. Muchas empresas desconocen el proceso y funciones que se deben
llevar a cabo durante las pasantías que realizan los alumnos, hay inseguridad sobre
el beneficio que se pueda tener, temor en exponer capital para la innovación, poco
personal capacitado para la investigación porque no se tiene la cultura de invertir en
investigación científica, sin tener en cuenta que esto nos lleva a n verdadero
desarrollo y posiciona a nuestros centros de estudio en un buen ranking a nivel
mundial y el país también adquiere mayor fuerza para sus inversiones tanto de
exportación como de importación. En este aspecto no nos podemos limitar a que la
interacción universidad – empresa sea únicamente con nuestros egresados de
pregrado, el campo está abierto para los que terminen maestrías y doctorados,
profesionales capacitados en la investigación o en la creación de nuevas firmas con
ideas novedosas.

2.5. INGENIEROS CIVILES EN LA EMPRESA

Las empresas colombianas hacen grandes esfuerzos para estar al dia con la
tecnología de punta, estas son capacitadas para adquirir maquinas, insumos,
productos y materiales entre otros, es responsabilidad de las universidades preparar
bien a sus estudiantes, dándoles bases en una nueva formación en gestión
tecnológica, para que sepan enfrentarse al mundo labor a la par de las nuevas
tecnologías, entregando a la sociedad con alto nivel de formación. La poca
investigación científica y su capacidad a nivel nacional en las instituciones es
relativamente marginal, lo que nos lleva a no contar con una rápida transformación
tecnológica de la producción, esto hace reflexionar sobre los grandes retos que
debemos tener en las políticas nacionales como el fortalecimiento en la innovación
y desarrollo tecnológico. Los empresarios se han convertido en unos grandes
críticos de la formación y las habilidades con las cuales los ingenieros están
saliendo para enfrentarse al campo laboral, están cuestionando el modelo
enseñanza – aprendizaje proponiendo que se deben inculcar habilidades como la
innovación, investigación, responsabilidad, sentido ético, habilidad en la toma de
decisiones y capacidad para gestionar proyectos etc.

2.6. INFORMACIÓN DE CALIDAD PARA INSTITUCIONES, PROGRAMAS


Y MERCADO LABORAL

No es desconocido para muchos y muchas familias el desconcierto cuando se va a


tomar la decisión de estudiar una carrera profesional, las ofertas ofrecidas por las
instituciones de educación superior están sesgadas según las preferencias de la
demanda social, las instituciones pueden caer en el error de ofertar carreras de fácil
montaje y mayor rentabilidad. Una vez ofrecido e iniciado el programa por lo general
han pasado cinco años, si el mercado se satura de un tipo de ingeniero es difícil
hacer la reorientación a otras disciplinas ya que hay diez semestres para cumplir,
esto nos presenta unos excesos de ofertas y déficits de demanda que solo con el
transcurrir del tiempo se mejora. Para orientar y promover las carreras a ofrecer, las
instituciones deben tener claro un sistema de información transparente sobre sus
programas y su calidad, sin dejar de presentar las tendencias cambiantes del
mercado laboral y así orientar de una mejor manera los aspirantes y lo que pueda
ofrecer dicha institución. Los futuros estudiantes escogen sus carreras basadas en
el mercado laboral, pero este mercado laboral debe estar apoyado en algún medio
de comunicación o de información que le permita dar datos sobre la calidad
comparativa de las 20 diferentes universidades de identificar los programas que no
son rentables para el sector externo, los programas pocos llamativos para los
estudiantes, los programas saturados, la ubicación de los egresados, con todo lo
anterior se puede crear o reorientar programas y prever la disminución o aumento
de la demanda en las carreras, permite a los entes estatales o privados descubrir
crisis, llevar una concordancia con las políticas nacionales etc. Las diferentes
asociaciones profesionales deben promover los estudios de posgrados como
maestrías y doctorados siendo estas especializaciones básicas para una ingeniera
avanzada y para el avance de la investigación.

3. OFERTA Y DEMANDA DE INGENIEROS


3.1. ANÁLISIS DE LA OFERTA
El propósito que se busca mediante el análisis de la oferta es definir y medir las
cantidades y condiciones de los profesionales que se ponen a disposición del
mercado laboral. La oferta es igual que la demanda, está en función de una serie
de factores, como es la cantidad de profesionales, así como sus capacidades dentro
del mercado de servicio. La investigación de campo que se utilizara deberá tomar
en cuenta los mismos junto con el entorno económico en que se desarrolle el
proyecto. En la oferta existe la competencia que para fines de este estudio está
representada por las universidades privadas y públicas del país, la siguiente lista
muestra las universidades con afluencia y aprobadas por el Ministerio de Educación
Nacional que ofrecen la carrera de Ingeniería Civil a nivel Bogotá:

Tabla 3. Instituciones que ofrecen el programa de ingeniería civil a nivel Bogotá.

3.2. ANÁLISIS DE LA DEMANDA

La demanda se define como la cantidad de servicios de los profesionales que los


consumidores (empleadores) están dispuestos a contratar, ingenieros civiles con
antecedentes que están preparados para adaptarse a los rigores de la profesión. El
análisis que se deberá efectuar en la demanda determinará cada uno de los
requisitos exigidos por los empleadores en el sector laboral en la industria civil. Se
establecen las condiciones mínimas con que debe operarse esta unidad, las
pruebas previas que deben realizarse y los parámetros y características mínimas
con las que deben diseñarse estas unidades.

4. INGENIEROS CIVILES

El ingeniero civil se desenvuelve activamente en la planificación y en el estudio y


preparación de proyectos; organiza, controla y dirige los trabajos necesarios en la
construcción, funcionamiento y conservación de obras de ingeniería, tales como
carreteras, vías férreas, puentes, estructuras para edificios, y en proyectos
habitacionales para las grandes mayorías de la población. Para poder tener un
panorama claro de la oferta de los profesionales civiles egresados en el país es
necesario incluirlos en el estudio, debido a que estos son los que se desenvuelven
en el mercado laboral objetivo, y por lo tanto son los que pueden determinar la
realidad en el tema. Los Ingenieros civiles egresados deben cumplir con los
requerimientos que los empleadores demandan; para poder ser competitivos dentro
del mercado laboral ante los ingenieros civiles egresados de otras universidades del
país como universidades extranjeras. Los requerimientos más demandados
generalmente por los empleadores son: experiencia, capacidad de solucionar
problemas relacionados con el campo, creatividad, proactividad, planificar proyectos
y administrar los mismos. Para efecto de este estudio se realizara el análisis a los
profesionales egresados de la región en el periodo 2007 a 2012, en que se podrán
determinar las funciones que los ingenieros consideran como necesarias para el
efectivo desarrollo y aceptación en el sector laboral. La figura 10 muestra la serie
histórica, obtenida de información base del Sistema Nacional de Información para
la Educación Superior de Ingeniería Civil en el país del 2006 al 2011. En términos
generales, el número de graduados fluctuó entre 3000 y 2000 por el periodo
analizado mostrando un decrecimiento de casi 1000 alumnos en cinco años.

Figura 10. Graduados 2007 a 2012.

Fuente: Datos SNIES.

En la figura 11 se muestra la evolución de la matricula total de alumnos de ingeniería


civil en el país en el periodo 2006 al 2013. Puede verse que en este periodo la
matricula aumento significativamente, ya que paso de 38031 a 82514 alumnos.
Además, el crecimiento ha sido sostenido en todo el lapso.
4.1. PERFIL DE LOS INGENIEROS CIVILES EGRESADOS

El ingeniero civil es el profesional que posee una información multidisciplinaria,


conformada por conocimientos generales de matemáticas, física y química, además
de los correspondientes a computación, evaluación de proyectos, que en conjunto
lo capacitan para participar de las etapas de planeación, diseño, organización,
construcción, operación y conservación de obras civiles y de infraestructura. 35

5. MERCADO LABORAL

El ingeniero civil cuenta con varias opciones de trabajo: desempeñarse en una


institución pública o privada, en el ejercicio libre de la profesión, o dedicarse a la
docencia y la investigación. Las áreas de desarrollo del ingeniero civil son:
construcción, estructuras, geotecnia, ingeniería sanitaria y ambiental, ingeniería
hidráulica, ingeniería de sistemas, planeación y transporte. Estas van desde
realizaciones de puentes, carreteras, edificios, hospitales, redes de transporte
colectivo, centros comerciales y educativos, hasta el estudio de suelos y del agua,
cimentaciones en el mar, tratamientos de agua residuales etc. Las empresas que
emplean a los ingenieros civiles demandan cada vez profesionales
multidisciplinarios, capaces de resolver problemas de actualidad y proactivos por lo
que también se debe realizar el análisis de estas empresas que representan la
demanda de los profesionales antes mencionados.

6. PERFIL DE LOS EMPLEADORES

A un buen empleador lo caracterizan ciertas actitudes tales como poseer una buena
política de recursos humanos, valores, responsabilidad y motivación, que
contribuyen al bienestar laboral. Existen diversos tipos de empleadores, buenos y
malos, positivos y negativos. Un empleador debe conocer y saber qué es lo que
desea de cada uno de sus empleados, y lo que debe brindarle a los mismos como
intercambio de sus servicios. El empleador tiene el derecho básico de dirigir la
empresa. Las decisiones del empleador deben obedecer a la racionalidad de sus
funciones económicas y sociales. El empleador debe respetar los derechos de los
trabajadores garantizándoles un trabajo digno, con seguridad e higiene industrial.
Los derechos nacionales de los trabajadores están respaldados por el código
sustantivo del trabajo en Colombia.

Para realizar el análisis de la demanda en la siguiente grafica se detalla la ocupación


del ingeniero civil en el periodo 2007 al 2012, se detalla que el 44.95% de los
egresados laboran en el sector de la construcción el 11.78% en la industria
manufacturera, el 9.28% en el comercio, el .63% en actividades inmobiliarias y
alquiler el 3.78% en suministro de servicios, el 1.66% en servicios sociales a
comunidades desplazadas o fundaciones encargadas, el 7.68% en la explotación
de minas y por último el 20.16% en otras actividades relacionadas. Figura 21.
Ocupación del ingeniero civil 2007-2012: por actividad.

7. CAUSAS PRIMARIAS DEL DETERIORO AMBIENTAL EN COLOMBIA


POR LA INGENIERÍA

Las causas primarias del deterioro ambiental reciente del país tienen que ver
fundamentalmente con el aceleradísimo aumento de la población y de la actividad
productiva, en un contexto de bajísimo control estatal y civil, de carencia de políticas
de poblamiento y ordenamiento territorial, de escasas normas ambientales y de falta
de equidad social. Durante el último siglo, la población colombiana se multiplicó por
cerca de 10 y el PIB per cápita aumentó del orden de 8 veces. El incremento de
población en las condiciones anotadas, incluyendo la existencia de grandes
sectores marginados para quienes la apertura de tierras baldías fue una de las
pocas estrategias disponibles de supervivencia, explica lo ocurrido en relación con
la ocupación de nuevas áreas y la destrucción de su cobertura natural.
Afortunadamente, buena parte de la población incremental se asentó alrededor de
los principales núcleos urbanos (en el período, la población urbana pasó de
representar un 30% a cerca del 75% de la población total) y el aumento del producto
interno se realizó principalmente sobre la base de actividades más intensivas; de lo
contrario, el deterioro ambiental hubiera sido mucho mayor. Los mismos factores
pueden explicar el incremento en la presión sobre los recursos naturales, la cual, en
vastas zonas del territorio nacional, hoy sobrepasa la capacidad de carga de los
ecosistemas. Éste es el 67 #26 revista de ingeniería dossier caso del recurso
pesquero del río Magdalena, donde la dramática reducción de productividad
anotada puede explicarse por un aumento exagerado en la presión pesquera, la
desecación y ocupación de ciénagas y zonas inundables que formaban parte del
ecosistema acuático, y el deterioro de la calidad del agua como resultado de los
vertimientos de contaminantes generados por el aumento de población y de
actividades productivas en la cuenca.
8. PAPELGENERAL DE LA INGENIERÍA EN EL ÚLTIMO SIGLO

¿Cuál fue entonces el papel de la ingeniería en las circunstancias de un acelerado


crecimiento poblacional y económico? El papel principal de la ingeniería fue atender
las necesidades básicas de la población creciente y posibilitarle el disfrute de una
serie de servicios y de comodidades acordes con los avances y paradigmas de la
modernidad, y crear las condiciones de infraestructura que permitieron el desarrollo
de las actividades productivas y el crecimiento económico. Resolver los problemas
físicos relacionados con la satisfacción de las demandas de agua, drenaje, vivienda,
comunicaciones, energía, a partir de los recursos naturales renovables y no
renovables del país, lo cual implicó, a menudo, conquistar e invadir territorios que
se sustrajeron a los ecosistemas y defender las áreas sustraídas contra los ataques
naturales, como en el caso de las defensas contra inundaciones. Tradicionalmente,
la concepción, diseño y construcción de obras de infraestructura en el país, fueron
confiados a firmas de ingeniería de origen extranjero o local, las cuales no utilizaron
los servicios de profesionales de las ciencias ambientales y sociales, o sólo lo
hicieron muy puntualmente. Se sostenía que los tres pilares básicos de un proyecto
de ingeniería eran la topografía, la geología y la hidrología; las demás condiciones
ambientales, incluyendo las condiciones sociales, no eran elementos básicos que
debían tenerse en cuenta para el diseño de los proyectos. Es alrededor de 1970
que esta situación empieza a cambiar, inicialmente con las débiles exigencias que
en ese entonces hizo el Banco Mundial y, posteriormente, por el avance en la
conciencia y la normatividad ambiental del país, marcado principalmente por el
Código de Recursos Naturales Renovables y del M 68 técnica y económicamente
viable, o la menos peor. Aunque en la mayor parte de las vías, los impactos
ambientales generados durante la construcción fueron de mucho menor importancia
que los generados por la dinámica socio-económica que desató su puesta en
servicio, es indudable que, en el pasado, tanto el diseño como la construcción de
las carreteras fueron ambientalmente muy, o totalmente, descuidados. La
orientación que primó en éstas, al igual que en la mayor parte de los proyectos de
ingeniería, fue la de reducir los costos directos de inversión y, después, los costos
de operación y mantenimiento; pero sin tener para nada en cuenta los impactos
ambientales generados ni los costos económicos asociados a dichos impactos, los
cuales, en general, no fueron asumidos por los ejecutores de los proyectos sino
directamente por las personas y comunidades afectadas. Usualmente, las
condiciones ambientales se tuvieron en cuenta sólo cuando representaban una
amenaza para el proyecto y comprometían directamente su realización y
funcionamiento. Es así como, normalmente, sólo se consideraron los factores físicos
que se requería afrontar, relacionados con la topografía, la geología y la hidrología.
Los puentes se hicieron suficientemente altos y largos para que pudieran pasar las
crecientes, sin afectar el tránsito y sin tumbarlos; al dimensionarlos, no se tuvo en
cuenta que, si eran insuficientes, se podía afectar el funcionamiento y la dinámica
natural de las corrientes atravesadas. Un caso patético es el de la carretera Santa
Marta-Ciénaga-Barranquilla, construida hace cerca de 40 años, donde, por la
interrupción del drenaje transversal, se afectaron los intercambios naturales de agua
entre la Ciénaga Grande de Santa Marta y el Mar Caribe, y se impactó gravemente
el ecosistema de manglar existente entre estos dos cuerpos de agua, causando su
muerte sobre grandes extensiones (Figura 1). Éste fue uno de los casos que, por
su resonancia, influyó en los avances posteriores que tuvo el tratamiento ambiental
de los proyectos de ingeniería. Sin embargo y a pesar de la desastrosa experiencia,
unos 20 años más tarde se construyó la carretera Barranquilla-Salamina, sobre un
terraplén que eliminó los flujos de agua dulce del río Magdalena hacia la ciénaga; lo
cual afectó seriamente a las poblaciones de peces, ostras y camarones, y al poco
manglar aún sobreviviente. No obstante, la práctica reciente ha venido incorporando
avances substanciales en el tratamiento ambiental de los proyectos viales: entre los
más imporFigura 1. Muerte del manglar a lo largo de la carretera Santa Marta -
Cienaga - Barranquilla. 69 #26 revista de ingeniería dossier tantes están la
optimización de los trazados, realizada a través del denominado “diagnóstico
ambiental de alternativas”, y los manejos durante construcción, entre los que se
destaca, por el esfuerzo implicado y el beneficio ambiental, la adecuada disposición
de materiales sobrantes que en el pasado se botaron directamente al lado de la
explanación, con enormes impactos físicos, bióticos y sociales.

9. HIDROELECTRICIDAD

Otra de las actividades principales de la ingeniería colombiana, especialmente de


los últimos 50 años, ha estado relacionada con el diseño y construcción de centrales
hidroeléctricas, para las cuales el país, por su relieve y pluviosidad, cuenta con un
potencial excepcionalmente alto. La capacidad hidroeléctrica actualmente instalada
equivale al 67% de la capacidad de generación eléctrica del país, y con ella se
genera en promedio un 80% de la energía eléctrica consumida. Como su
funcionamiento depende directamente de la conservación de los recursos hídricos,
este tipo de proyectos, al igual que los relacionados con sistemas de abastecimiento
de agua, tradicionalmente se ha preocupado por realizar inversiones y manejos
ambientales para proteger las cuencas aportantes. Además, para viabilizar su
ejecución frente a los municipios y comunidades de las zonas de obras, también se
ha acompañado de inversiones orientadas a manejar los impactos negativos,
ambientales y sociales, generados en dichas zonas. Difieren así de los primeros
proyectos viales que, por traer el beneficio de la comunicación, fueron mucho menos
exigidos, respecto al manejo de este tipo de impactos. La preocupación de las
hidroeléctricas respecto a los impactos causados aguas abajo de los
aprovechamientos, ha sido tradicionalmente escasa, al igual que en el caso de los
sistemas de abastecimiento de agua. El diseño y construcción de la mayor parte de
las centrales hidroeléctricas actuales se realizó después de 1970, simultáneamente
con el avance registrado en la conciencia y la normatividad ambiental. Lo anterior,
sumado a la presión internacional y gracias a la buena organización y capacidad de
gestión del sector eléctrico, explica que el tratamiento ambiental de las
hidroeléctricas estudiadas y construidas en este período, también verificó avances
importantes. Más del 95% de la capacidad hidroeléctrica instalada en Colombia está
constituida por centrales con embalses de cabecera, sobre cuya conveniencia
general se ha asistido, en los últimos 20 años, a una gran polémica mundial: en
efecto, si la construcción de represas es a menudo esencial para el
aprovechamiento energético de los ríos, así como para atender las demandas de
agua en zonas donde la oferta natural de época seca es insuficiente, también es
cierto que en numerosos casos su construcción no ha generado los beneficios y la
rentabilidad esperados y, por el contrario, ha causado el desplazamiento y
empobrecimiento de numerosas personas, el daño de importantes ecosistemas, la
afectación de la vida y productividad acuática y una inequitativa distribución de sus
costos y beneficios. Desafortunadamente la polémica sobre los embalses, al igual
que las discusiones sobre la realidad del calentamiento global del planeta, ha sido
manipulada por intereses no declarados que se beneficiarían si no se desarrolla el
potencial hidroeléctrico o si se mantienen dudas sobre el fenómeno del
calentamiento global. Un problema de la discusión sobre los embalses es la
tendencia a generalizar cuando, desde todo punto de vista, son muy variadas las
circunstancias y las formas en las que se puede realizar este tipo de proyectos.
También hay que tener presente que es muy desigual el grado de utilización de los
recursos hídricos al que se ha llegado en las distintas regiones del mundo: si en los
Estados Unidos, por ejemplo, se han construido cerca de 68 represas por cada cien
mil kilómetros cuadrados de territorio y cerca de 24 por cada millón de habitantes,
en Colombia se tienen menos de 5 represas por cada cien mil kilómetros cuadrados
y menos de 2 por cada millón de habitantes. En estas circunstancias, no es raro que
en los Estados Unidos se estén desmantelando algunas de las represas exis- 70
tentes, mientras en países rezagados y con numerosos problemas básicos por
resolver se esté promoviendo la construcción de nuevos embalses. Recientemente,
se ha desvanecido la oposición a tomar en serio el fenómeno del calentamiento
global y también ha cedido un poco la polémica sobre la conveniencia de nuevos
embalses. Quedan, sin embargo, importantes reflexiones sobre las experiencias
pasadas que permiten mejorar el manejo ambiental futuro de los embalses. La
Comisión Mundial de Represas (WCD) que, con el auspicio del Banco Mundial y la
Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN), tuvo a su cargo el análisis crítico de este
tipo de proyectos, en su informe del año 2000 conceptúa que es necesario que hacia
adelante las decisiones sobre ejecución de nuevas represas, al igual que las
relacionadas con otros proyectos de desarrollo, se tomen dentro de un contexto de
pleno conocimiento y comprensión de los beneficios e impactos, con base en
principios básicos de equidad, eficiencia, participación, sostenibilidad y
responsabilidad, y buscando acuerdos claros respecto a los objetivos, las metas y
las medidas de manejo requeridas.

10. MINERÍA

La calidad de la ingeniería y de la gestión ambiental desarrolladas en la actividad


minera es mucho menos homogénea que en el caso de los proyectos del sector
eléctrico, debido a la heterogeneidad de las empresas mineras en cuanto a su
tamaño, organización, tradición y cultura ambiental. Existe una gran cantidad de
explotaciones mineras de subsistencia y de explotaciones de mediana minería que
operan sin mínimas prácticas ambientales y escasamente utilizan servicios de
ingeniería. En la gran minería es claro que, en la medida que la normatividad y el
control ambiental han venido tomando fuerza en el país, se ha tendido hacia una
mejora y homogenización de la calidad en el manejo ambiental de la actividad. Un
factor que puede ser muy importante hacia el futuro es la participación en la minería
colombiana de grandes empresas muy evolucionadas en su conciencia y gestión
ambiental, gracias a su trajín a lo largo y ancho del mundo y a que su operación
está vigilada de cerca, en sus países de origen, por organizaciones ambientalistas
fuertes y sociedades muy sensibles al tema.

11. SUMINISTRO DE AGUA Y DISPOSICIÓN DE AGUAS RESIDUALES


11.1 EL CASO DE LA SABANA DE BOGOTÁ SUMINISTRO DE AGUA

Un interesante ejemplo de los logros y limitaciones de la ingeniería, relacionados


con el desarrollo de las grandes urbes del país, es el caso de la Sabana de Bogotá
donde, en un altiplano que representa el 0,4% del territorio nacional, acabó
asentándose cerca del 20% de la población colombiana. Uno de los retos principales
que se enfrentaron fue el relacionado con el suministro de agua. Las estrategias
básicas adoptadas fueron la construcción de embalses, para regular el escaso
recurso hídrico propio de la cuenca alta del río Bogotá, y la captación, regulación y
trasvase por gravedad de la escorrentía del alto río Guatiquía, que nace en el
Macizo de Chingaza en la vertiente del Orinoco (Figura 2). Los embalses
construidos en el sistema, constituyen elementos esenciales para atender las
demandas de agua en la planicie, lo cual mantiene caudales aceptables a lo largo
del río Bogotá. Estos embalses, con un espejo de agua equivalente a menos del 2%
del área de las cuencas aprovechadas, permiten aumentar más de 10 veces la
oferta hídrica natural de época seca: de cerca de 2 m3/s a cerca de 25 m3/s. Los
caudales utilizados en la Sabana de Bogotá son recogidos en el punto de desagüe
del altiplano para su aprovechamiento hidroeléctrico en un sistema que utiliza 1900
metros de caída, hasta el bajo río Bogotá, proveyendo un 30% de la energía
eléctrica consumida en el altiplano. El aprovechamiento de Chingaza se destaca
tanto por las grandes dificultades técnicas que su construcción 71 #26 revista de
ingeniería dossier implicó afrontar, como por su concepción que permitió un alto
rendimiento hídrico gracias a la inclusión de un embalse de captación, el de Chuza,
y un embalse de respaldo cerca de Bogotá, el de San Rafael. La concepción del
proyecto también redujo el impacto ambiental directo de las obras, gracias a la
adopción de conducciones en túnel. Lo anterior, sumado al manejo ambiental de la
cuenca, ha permitido recuperar para la conservación importantes extensiones de
páramo y bosque alto andino que estaban en proceso de rápida degradación. Existe
una discusión sobre el criterio de utilización de los recursos naturales renovables en
aprovechamientos como el de Chingaza. En efecto, tradicionalmente las decisiones
se tomaron sobre la base de la economía interna del proyecto, despreciando
muchos de los impactos ambientales causados, especialmente los denominados
indirectos, generados sobre los ecosistemas y sus poblaciones usuarias. En estas
condiciones, los proyectos tendieron a maximizar el aprovechamiento, es decir, a
arrasar con los recursos naturales que la infraestructura del proyecto tornaba
accesibles, sin tener para nada en cuenta que, al sobrepasarse ciertos umbrales de
utilización, se estaba poniendo en peligro la productividad e inclusive el
funcionamiento mismo de los ecosistemas aprovechados. La consideración de la
realidad ecosistémica en las decisiones sobre proyectos de desarrollo es compleja
porque implica el entendimiento básico de los ecosistemas y decisiones globales
respecto al ordenamiento y uso del territorio y de sus recursos naturales. Evitando
afrontar esta complejidad, hoy en día se tiende a tomar decisiones directamente al
nivel puntual de cada proyecto y a sobre-simplificar la definición de los umbrales
ecológicos, haciendo generalizaciones que pueden ser contraproducentes tanto
desde el punto de vista ambiental como de la economía propia de los proyectos. Es
fundamental avanzar en el planeamiento general y ordenamiento del uso del
territorio y sus recursos, para asegurar que los modelos y alternativas de desarrollo
que se adopten sean ambientalmente eficientes y sostenibles. Además, es
conveniente particularizar las decisiones sobre los umbrales ecológicos que deban
respetar los proyectos y, en lo posible, no realizar estos análisis para proyectos
individuales sino para el conjunto de proyectos que satisface una misma demanda
o un mismo objetivo socio-económico. Este tipo de análisis permitiría verificar, por
ejemplo, si desde el punto de vista ambiental es mejor construir un solo proyecto
Chingaza como el actual, que utilice un alto porcentaje del caudal de la fuente
interceptada, o alternativamente construir dos proyectos semejantes, con toda la
infraestructura asociada, pero que sólo extraigan la mitad del caudal natural de las
fuentes. Hay quienes piensan que al haber solucionado el suministro de agua en la
Sabana de Bogotá se fomentó un aumento poblacional ambientalmente indeseable
en la región. Pero acaso, ¿hubiera sido razonable tratar de frenar el crecimiento
poblacional de Bogotá y los municipios aledaños, racionando los servicios y
propiciando el deterioro ambiental local? Tanto más que actualmente, desde el
punto de vista de la ingeniería, parece posible solucionar los problemas ambientales
básicos remanentes en Bogotá y la Sabana, y Figura 2. Sistema Hídrico del Alto Río
Bogotá. 72 realizar un manejo aceptable de los impactos generados al interior de la
cuenca y por fuera de ella.

11.2 DISPOSICIÓN DE AGUAS RESIDUALES

Si puede hablarse de un manejo exitoso de los problemas de abastecimiento de


agua en la Sabana de Bogotá, se ha fallado gravemente en la solución de los
problemas ambientales generados por el vertimiento directo de aguas residuales al
río Bogotá. Aunque se dan explicaciones relacionadas con limitaciones de
capacidad económica, no existen excusas válidas para haber dejado incrementar el
problema sanitario y ambiental al nivel al que llegó, lo cual implicó un enorme
deterioro y grandes perjuicios y costos a las personas y ecosistemas situados a lo
largo de los cauces naturales, en la Sabana y hacia aguas abajo. Es paradójico que,
siendo los recursos económicos escasos, la primera gran inversión que acomete la
ciudad de Bogotá directamente orientada a solucionar el problema sea la planta de
tratamiento de aguas residuales del Salitre, cuya operación ha tenido tan bajos
beneficios ambientales; ya que, por la baja calidad del efluente, no es posible su
uso directo y tampoco se mejoró el uso potencial del río aguas abajo del punto de
vertimiento. Hoy en día se proyecta invertir una suma adicional importante para
ampliar y optimizar la planta del Salitre, con miras a tratar todas las aguas residuales
que llegan a este sitio a un nivel que permita su uso agropecuario y alcanzar
objetivos aceptables de calidad en el tramo subsiguiente del río. La nueva inversión
se inscribirá dentro de un plan integrado para solucionar, en el mediano plazo, el
saneamiento básico del río, con la inclusión de obras para interceptar, conducir y
tratar las aguas residuales correspondientes a los demás sectores de la ciudad.
11.3 RETOS FUTUROS DE LA PROFESIÓN

Después de este breve repaso de la gestión ambiental en algunas obras de


ingeniería, conviene preguntarse ¿cuáles son los más importantes retos
profesionales para el ejercicio ambientalmente responsable de la ingeniería en el
futuro? En mi concepto, el principal reto es ético: asumir plenamente una ética
profesional que incorpore valores ambientales, anteponiendo a los intereses
particulares y sectoriales los intereses de la sociedad en general, incluyendo las
generaciones actuales y futuras. En la sociedad actual hay confusión en el sistema
de valores: se exalta tanto la capacidad de los individuos de velar y propender por
sus propios intereses que, a menudo, se considera legítimo que estos intereses se
tengan en cuenta e influyan en los conceptos profesionales. Hay errores en el
planeamiento y las decisiones que se cometen de buena fe; pero también, con
frecuencia, se quebranta la ética profesional y se utiliza el discurso técnico
especializado para favorecer los intereses propios, sustentando recomendaciones
y decisiones que son contrarias al interés público y al de las entidades contratantes.
Asumir una ética ambiental implica velar por que las obras que proyectemos y
construyamos no comprometan la sostenibilidad del medio ambiente y su
biodiversidad, que estén integralmente optimizadas y que cuenten con análisis
responsables respecto a los impactos directos e indirectos que puedan generar y a
los manejos ambientales requeridos. El cumplimiento de este deber ético implica
que los proyectos y sus estudios estén validados no solamente desde el punto de
vista científico sino también desde el punto de vista de la sociedad, para lo cual es
necesario posibilitar la participación abierta y amplia de todas las personas y grupos
sociales interesados. En el caso colombiano, este deber general es especialmente
complejo e interesante, debido a la fascinante diversidad ambiental, biótica, étnica
y cultural del territorio, y a la fragilidad de los ecosistemas que la sustentan. La
necesidad de analizar y optimizar los proyectos en este contexto y desde una óptica
integral, plantean el reto de trabajar en equipos multidisciplinarios en los cuales cada
profesional, desde el campo de su espe- 73 #26 revista de ingeniería dossier
calidad, se responsabilice de su aporte particular y también de la calidad integral del
proyecto. Pero esto sólo se logra si tanto los ingenieros como los demás
profesionales han sido formados para valorar la calidad integral de un proyecto y
entender la importancia de los elementos que se busca proteger y de los aportes de
las distintas disciplinas. Ésta es una responsabilidad y un reto que deben asumir,
individualmente, los profesionales y las diferentes instancias de educación y
formación.

12. FUENTES
http://lavegainforma.com/los-efectos-y-funciones-de-la-ingenieria-civil-en-la-
sociedad/
http://www.scielo.org.co/pdf/ring/n26/n26a9.pdf
https://repository.ucatolica.edu.co/bitstream/10983/2219/1/Impacto%20del%20prof
esional%20de%20ingenier%C3%ADa%20civil%20en%20la%20regi%C3%B3n.pdf

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