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Introducción

La principal motivación que llevó a realizar este trabajo de investigación es conocer uno de los
aspectos culturales que definieron la vida cotidiana en la sociedad romana de diferentes épocas,
hablamos de la sexualidad, utilizando la definición de la OMS (2016) que la define como un
aspecto del ser humano que ‘’ Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo,
el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual’’. Esto por la creencia popular que ve
a la antigüedad como el paraíso de la libertad sexual, sin embargo, entendiendo que
culturalmente somos distintos, quisimos averiguar sus costumbres, relaciones de poder, lo que se
permitía y lo que no. Para esta causa separamos esta investigación bibliográfica en cinco grandes
esferas: Matrimonio, el rol de la mujer, aborto, homosexualidad y prostitución.

Cabe decir que la sociedad del impero romano Paul Veyne (2005, p.39) la define como
grecorromana: ‘’La medicina, la filosofía, las matemáticas y la retórica son griegas; los
monumentos, los juegos circenses y el derecho son romanos (…) en la zona oriental del imperio de
hablaba griego, y en la occidental latín’’. Por esta razón, también nos pareció imprescindible
conocer algunos patrones culturales en la forma de relacionarse de estas civilizaciones,
encontrando no pocas similitudes en los temas a tratar a continuación.

MATRIMONIO: En una sociedad en la que la célula familiar era fuerte, y ser ciudadano era
sinónimo de distinción, el matrimonio era necesario para su perennidad (que dura para siempre),
de esta manera los ciudadanos tenían el deber de casarse para procrear hijos legítimos que
mantendrían el perduramiento de la ciudad y de la familia. Si bien en el siglo l a.c casarse era el
deber de un buen ciudadano, ya después del siglo l después de cristo, el matrimonio se interiorizó
en la moral, en cual el hombre debía considerarse un buen marido y respetar a su mujer
(grimal,p.129.

El matrimonio era decidido por el paterfamilias, en el caso de la aristocracia para que el padre
hiciera una elección eran consideradas las alianzas políticas entre las familias.(Grimal, p.109) Ante
la ley, solo ciudadanos romanos tenían derecho de contraer matrimonio, teoricamente los jóvenes
eran aptos para el casamiento desde los 14, y las jóvenes a los 12.(grimal, p.110) Este acto no se
celebraba ante el equivalente a un sacerdote, y el único acto escrito era el contrato matrimonial
de la dote, el cual llevaba consigo ciertos derechos: los niños nacidos de la boda eran legítimos y
llevaban el nombre de su padre. (veyne, p.128)

Las novias eran adornadas con un vestido de túnica, (tunica recta), y su cabello se peinaba según
una moda antigua que consistía en dividir el cabello con una punta de lanza (hasta caelibaris) en 6
mechones que se rodeaban de cintas para reunirlos en un moño), sobre este se colocaba un velo
naranja (flammeum) y sandalias del mismo color. (grimal,p 111) Al otro día, desde el amanecer
comenzaba la ceremonia con la consulta de los auspicios a los Dioses, para ver si los augurios eran
favorables, después se procedía a la firma del contrato, el cual estipulaba la dote aportada por la
joven, siendo firmado por diez testigos. Luego de esto una pronuba (mujer de edad que hubiese
tenido un único marido) unía las las manos de los novios (dextrarum junctio) Esto se realizaba en la
casa de la novia donde el padre ofrecía una gran comida para que finalmente, al anochecer la
esposa fuera llevada a la casa de su esposo. Antes de entrar a la casa la novia intentaba
refugiarse en los brazos de su madre, de los cuales era arrancada y arrastrada a la fuerza, luego se
daba lugar a la procesión: se encendían las antorchas, estaban presentes los amigos de la familia, y
tres niños acompañantes que llevaban a la novia; a lo largo del camino tocaban músicos, se
lanzaban gritos de buen augurio y el esposo tiraba a los niños acompañantes monedas y nueces –
como símbolo de fecundidad-. ( grimal, p.112) El paso de doncella a mujer se solía resaltar ante el
umbral de la casa del marido, cuando llegaba la puerta de la casa de la cual ahora sería dueña, ‘’la
novia rociaba las jambas de la puerta con aceite y sebo, y las rodeaba con lana, y solo entonces,
cruzaba el umbral en brazos'' (p.40 J) la pronuba conducía a la novia al lecho nupcial, lugar en el
que se consumaba el matrimonio.

En Grecia se seguía un patrón similar para la ceremonia matrimonial, en ambos el ritual era una
especie de rito de iniciación mediante el que la novia pasaba de estado de su vida a otra. Plutarco
nos relata de una ceremonia espartana: ‘‘Las mujeres eran llevadas al matrimonio por la fuerza
cuando ya eran jóvenes. Una vez entregada, una mujer la tomaba a su cargo, le cortaba el pelo, le
ponía un manto y unas sandalias, la tomaba en un jergón en el suelo, sola y en la oscuridad.
Entonces el novio después de haber cenado en su mesa, le hacía perder la virginidad y la llevaba
en sus brazos al lecho nupcial’’ (p.40 Jenkins). De esta manera podemos ver que los ‘’secuestros
rituales’’ se daban en ambas civilizaciones.

El adulterio como tal en Roma, hacia una gran distinción de género y clase social. El hombre, podía
ser adultero públicamente para todos, sin ninguna sanción, pero, muy por el contrario, una mujer
no podía ser adultera, pero eso sí, si la mujer era de clase baja, a nadie le importaba, la mujer
tenía que ser distinguidamente de la clase más alta para que importase su adulterio. El derecho a
revocar el contrato matrimonial, era del marido, este tenía que reclamar delante de testigos las
llaves de la casa y decir o hacer decir a la esposa: tuas res habeto (toma tus cosas) La costumbre
tendía a que esto solo se realizaba con el parecer del consejo de familia, tribunal domestico que si
decidía que la mujer era culpable, debía ser devuelta a su padre, mientras que su dote era
retenida. A partir de la segunda mitad del siglo ll a.c y hasta el final de la república este acto había
llegado a ser extremadamente frecuente (p.113,grimal)

A pesar de todo el costo de ser o practicar el adulterio, no significo que las mujeres de elite no lo
hayan practicado, fue todo lo contrario, se practicó mucho, tan así, que se tuvo que legislar aun
más para obligar mantener una compostura.

Augusto Cesar dicto algunos castigos para la mujer que se le haya visto adulterando, algunos de
ellos eran, despojarla de todos sus vienes materiales, para eso, su marido debía solicitar el
divorcio, el perdón de la vida dependía directamente del marido, si este la perdonaba, la mujer
adúltera no podía volver a casarse, si el marido no la perdonaba, la mujer era sometida a un
castigo físico como azotes, o directamente a la pena de muerte, muchas veces también la pena de
muerte o el castigo físico, también era para el amante. Todos estos castigos eran con el único fin
de mantener y proteger a la familia romana de la tentación.
PAPEL DE LA MUJER: En la mayor parte de la antigua Grecia y en el imperio romano las mujeres no
gozaban de una libertad comparable a la actual del mundo occidental, en virtud de su sexo
estaban excluidas de las actividades cívicas importantes, ya sea militar, política o legal. (Jenkins
p.15) Y es totalmente apreciable, que en el imperio romano la sociedad era patriarcal: las familias
eran patriliniales, y el pater familias era la última instancia de autoridad, además de representante
legal de sus hijos y de su mujer; y solo en el siglo ll a.c se promulgo un procedimiento para que las
mujeres pudieran administrar sus bienes de manera autónoma. (grimal. p109).

En el plano matrimonial, los autores griegos ‘’hablan de la mujer como un ser salvaje que debe ser
dominado’’ (jenkinsp.40) razón por la que es casada a la fuerza, al igual que en el imperio romano;
casarse tampoco la hace gozar más autonomía o propiedad de su casa o igualdad con el esposo, ya
que en los divorcios la esposa se marchaba de la casa y los hijos permanecían con el padre (p.128
veyne), los esposos trataban sus asuntos entre amigos, incluso en las decisiones graves, se reunía
un <consejo de amigos> en lugar de discutirlo con la esposa (veyne p.132). En las relaciones
sexuales, estaba prohibido que la mujer se desnudara del todo, y los actos considerados altamente
ilegítimos e inmorales eran la práctica de sexo oral a una mujer (cunnilingus) y la homofilia
femenina (viene. p156) Por lo tanto la mujer, tenía bastante menos libertad sexual en
comparación a la masculina; así las esclavas, concubinas y prostitutas eran usadas por el poder y
para el placer masculino, mientras que la esposa era usada para tener hijos.

Tener concubinas, era muy común en los señores de elite, y de toda la autoridad romana. El
matrimonio, simplemente tenía finalidad de unir lazos entre familias poderosas y procrear hijos,
nada más que eso, los placeres sexuales no estaban directamente ligados al matrimonio, mucho
menos a la esposa, por lo tanto, el marido podía recurrir tanto a concubinas como prostitutas para
encontrar su satisfacción sexual, eso sí, sin involucrarse legalmente con ellas como esposos. Que
un hombre tuviese muchas concubinas era socialmente muy aceptado, ya que no significaba
ninguna amenaza para el matrimonio ni para la familia. Las concubinas más allá de la diferencia
legal y de nombre, no había mucha diferencia entre la relación del marido-esposa.

Hubo ocasiones donde, los señores, después de la muerte de sus esposas, tomaban como mujer,
no legal solo conviviente, a la concubina, tal como Tito Flavio Vespasiano, emperador de Roma

“Después de la muerte de su esposa, recibió otra vez en su casa a su antigua amante Cenis,
liberta de Antonia, a la que servía de secretaria; y hasta cuando fue emperador conservo a su
lado en cierto modo, el carácter de esposa legitima” (Suetonio , Vidas de los doce cesares, 1948,
pp 341 III)

Como se puede observar, la relación de un señor y una concubina podía ser tan grande, que,
prácticamente habiéndose divorciado, o quedando viudo, podían tomarla como una
“acompañante” algo así como una esposa ilegitima. Tal ejemplo, lo tomaron también otros
emperadores, como Antonio Pio y Marco Aurelio Antonio.

En el marco legal, Augusto Cesar, le dio un reconocimiento legal al concubinato, promulgando la


Leges Juliae, que en resumen intentaba regularizar todas las relaciones fuera del matrimonio para
la gente de elite, algunas de estas “regularizaciones” fueron sencillas, como notificar a las
autoridades si un hombre deseaba convivir con una mujer sin concebir matrimonio, o que estaba
rotundamente prohibido para un senador convivir con una prostituta o que se haya dedicado
alguna vez a este trabajo.

ABORTO: hasta principios del siglo lll d.c el aborto no es criminalizado, puesto que en la época
pagana no existía esa moral cristiana de ‘’no fornicarás al igual que no matarás’’. Además los
recién nacidos no eran considerados ciudadanos, por lo tanto, mucho menos un embrión; esto
explica que en cierta época por razones de superpoblación se ordenara el abandono de todos los
recién nacidos un mismo año. Hay cierta aceptación en la creencia de que los abortos eran mucho
menores que en la actualidad, puesto que la mujer se podía someter a un peligro mortal, siendo
preferible el infanticidio (para los hijos de esclavos) y el abandono de niños (para los hombres
libres, que tenían el derecho de abandonarlos pero no matarlos) hablando en aspectos de
legalidad. (144. veyne) Este ‘’poco respeto a los recién nacidos’’ en comparación a la actualidad, es
demostrable en las señales de protestas políticas: ‘’A la muerte de un príncipe muy amado,
algunas personas abandonaron a sus bebés recién nacidos para protestar contra la injusticia de los
dioses (…) A la muerte de Agripina un ciudadano abandonó s su hijo con una nota satírica colgando
del cuello para avergonzar a Nerón’’ (Veyne,p.146)

Lo que si se realizaba con frecuencia era el método de la contracepción, que aplicarse agua fría
inmediatamente ‘’ De ahí el por qué una mujer que hacía el amor se llamaba una << mujer
lavada>> y a la que lo hacía mucho se le llamaba una <<mujer húmeda>> ‘’ (veyne, p.146) En
conclusión habían menos abortos que abandonos, y el método que utilizaban para no quedar
embarazadas era el de la contracepción.

Homosexualidad, pederastia y orgias.

En la actualidad, cuando nos referimos a la homosexualidad, se nos viene inmediatamente a la


cabeza algo completamente moderno y nuevo, hablándolo en el sentido general, algo que estuvo
oculto por muchos siglos, tapado por la dominante religión cristiana y sus enseñanzas, que por
mucho que alguien no profese esta religión, sin quererlo, fue criado y educado bajo estos
paradigmas. Para la roma antigua, era muy distinto en como hoy vemos la homosexualidad. Cabe
destacar que, cuando hablamos de homosexualidad no solo se refiere a una relación emocional
entre ambas personas del mismo sexo, sino al acto sexual en sí, que no siempre estuvo ligado a la
parte emocional, y por supuesto, también entre hombres libres y esclavos.

La homosexualidad en Roma, no fue tomada de la misma forma siempre. Podemos ver que, en la
época de la república, la homosexualidad estuvo muy “pauteada”, o sea, se aceptaba, pero con
ciertas condiciones. Entre los hombres libres, se practicaba con bastante naturalidad la
homosexualidad, pero estaba rotundamente prohibido que un hombre libre disfrutara ser
penetrado por otro hombre, mucho menos por un esclavo, ya que, mas allá de la practica sexual,
ser penetrado significaba ser “afeminado e inferior” el hombre libre solo podía practicarlo siendo
activo en la relación y no de otra forma.

Lex Sctantinia fue una antigua ley romana, que fue promulgada durante el periodo de la republica
a eso de 149 A.C. Dicha ley buscaba regular la pedofilia, adulterio y la practica sexual pasiva entre
hombres libres llegando incluso estos recibir el castigo de la muerte en caso de que las
autoridades se enterasen de dichos actos. Mas tarde dicha ley seria reemplazada por Lex Lulia. Los
únicos que se eximían de dicha imposición de la ley eran los extranjeros y/o bárbaros y por, sobre
todo, los esclavos, que como ya sabemos, eran solo considerados como una cosa que debía estar
siempre disponible para su dueño ante cualquier necesidad.

En la Roma imperial, la homosexualidad, se seguía aceptando de la forma que, en la república, el


hombre solo podía disfrutar de sus esclavos sin tener el rol de pasivo. Lo que, si se fue aceptando
en la Roma imperial, fue la relación entre adultos y niños.

Pero el pueblo en sí, no eran los únicos protagonistas ni practicantes de esta situación, sino que,
dentro de las autoridades también ocurrió mucho, el caso más conocido fue el de Julio Cesar y los
rumores de su relación con Nicomedes

“XLIX. Su intimo trato con Nicomedes mancha su reputación, cubriéndole el indeleble y eterno
oprobio y exponiéndole multitud de sátiras” (Suetonio , Vidas de los doce cesares, 1948, pp 30
XLVIII)

Fue uno de los casos más polémicos de la Roma antigua, ya que, se le acusaba a Julio Cesar, que,
durante un viaje de estado, tuvo relaciones homosexuales con el rey Nicomedes IV de Bitinia.
Dichas acusaciones eran graves, pero no por tratarse directamente sobre la homosexualidad en sí,
sino porque Julio Cesar se le acusaba de haber sido el pasivo de dicha relación. Tal y como se
puede entender, la homosexualidad nunca estuvo directamente cuestionada, pero si el rol pasivo,
pero solo por un motivo de inferioridad.
Sin lugar a dudas, no podía quedar olvidado quizás uno de las actividades que siempre se han
practicado, y que hoy sin dudas, que se oculta mucho, las orgias. La Roma antigua no se exime de
estos actos. Como podemos ya evidenciar, en la Roma antigua, la actividad sexual era mucho mas
libre que hoy, era social y moralmente mucho mas aceptada, lo que hacia que en las mentes de las
personas pudiesen experimentar más. Tal fue el caso que Tito Vivio nos presenta en su libro
alguno de estos sexuales a gran escala en su libro “Historia romana”

Tito Livio nos relata, que un griego, de aspecto muy extraño llego a la Estruria. Se hacia pasar por
un gran sabio y adivino, pero este carecía de todo tipo de conocimientos, no sabia prácticamente
nada de lo que nos han enriquecido la gran civilización griega. Fingió ser un sacerdote y adivino.
Comenzó a engañar a la gente en su totalidad, con grandes superticiones. El mencionaba que si se
le unian a su religión, podían liberarse de tales supersticiones, pero que tales reuniones religiosas
debian ser en la oscuridad de la noche. En el principio, solo era un grupo moderado de creyentes y
practicantes de su “religión” muy pronto se le unieron más y más hombres y mujeres a las juntas
religiosas.

“La embriaguez, la oscuridad de la noche, la mezcla de sexos y de edades, desterraron en


seguida el pudor, abandonándose sin freno a todo género de excesos, porque cada uno
encontraba a su alcance los deleites que más le agradaban” (Tito Livio, Historia Romana, 1955,
pp 616)

Más allá de las relaciones y orgias sexuales que se llevaron a cabo, entre niños, adultos y viejos,
todo comenzó a tener una catástrofe, puesto que era tanto el desenfreno de la embriaguez y sexo,
que ya no era simplemente “sexo” sino que masivas violaciones a la fuerza con el(a) más débil,
llegando al extremo de asesinatos, escondieron los cadáveres y jamás se logro encontrar. Este
fuerte acontecimiento, no solo se quedo en Etruria, sino que paso de ciudad en ciudad, hasta en la
mismísima Roma, nadie hizo nada al respecto hasta que llego a oidos del cónsul Postumio para
hacer pagar a los culpables.

Pero no fue la única orgia masiva que ocurrió en la antigua Roma, sino que como esta ocurrieron
muchas más.

Tal caso fue, el de Pascua Annia, de Campania. Había un santuario religioso, donde solamente se
aceptaban mujeres. Había solo 3 días en el año donde a realizar rituales religiosos que se le hacia a
la luz del sol. No fue hasta la llegada de Pascua Annia, de Campania durante su sacerdocio, que
todo empezó a cambiar. Comenzó a invitar a hombres a dicho santuario y a los rituales que se
hacían 3 veces al año, sustituyó hacer los rituales de día, por la noche, y ya no seria solo 3 veces al
año, sino 5 veces por mes.

“Desde la admisión de los hombres y la mezcla de los sexos, desde que se adoptó la noche, tan
favorable para el desorden, no había exceso ni infamia que no se hubiese realizado,
entregándose más los hombres al desorden entre sí que con las mujeres. Si alguno repugnaba de
aquellos actos monstruosos excesos o se mostraba poco dispuesto a cometerlos, era inmolado
como víctima” (Tito Livio, Historia Romana, 1955, pp 619-620)

Pascua impuso que la mejor señal de religiosidad era participar de estas orgias sexuales y que no
se debía negar a ningún tipo de crimen que se realizara en dicha noche. Todos estos actos llegaron
a oídos del pueblo y a más gente, lo que como consecuencia provoco que más gente de nobles y
distinguidas familias se integrara, manteniendo un rango de edad de no mas de 20 años, ya que
Pascua consideraba que era la edad donde era más fácil hacer caer a los jovencitos a los placeres
sexuales. Tal como se puede apreciar, le resulto muy fácil seducir a participar de dichas orgias a
más gente, puesto que para ellos era todo normal, esto se debe a que el deseo sexual de toda la
gente era algo normal, el deseo animal quedaba demostrado en toda la sociedad romana, muchas
de ellas eran socialmente aceptadas, mientras que otras, escondidas, pero igualmente practicadas.

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