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EN EL PAIS VASCO
Hubo casas de Martínez en Mijancas, Peñacerrada
y Villamaderme (Álava); en Placencia (Guipúzcoa), y
otra en la anteiglesia de Murelaga (Vizcaya).
EN NAVARRA
Varias fueron las casas de Martínez en el viejo
reino de Navarra. Estas son las de: Andosilla, Carear,
Dicastillo, Marcilla, Mendigorría, Peralta, Valtierra
y Villafranca.
En Vizcaya tambien existieron casas Martínez. Una
en la Puebla de Aulestia y otra en la anteiglesia de
Murélaga, del partido judicial de Marquina.
De Vizcaya era natural Francisco Martínez Vivanco,
que fue de los primeros pobladores de la ciudad de
Antioquia, en la hoy República de Colombia. Estuvo
casado con doña María de Urnieta (hija de Miguel de
Urnieta, famoso Capitán y también de los primeros pobladores
de Antioquia, Teniente de Gobernador de dicha ciudad
de 1608 a 1621, y Tesorero Real, y de doña Ana Taborda).
No dejó sucesión.
En Guipúzcoa radicó otra familia Martínez en la
villa de Placencia, del partido judicial de Vergara,
y de ella fue Francisco Martínez, que en 1541 pasó
a Chile.
En Navarra hubo otras casas de este patronímico.
Una de ellas radicó en la villa de Mendigorría, otra
en la de Peralta, y otra en la de Marcilla, las tres
del partido judicial de Tafalla. Otra hubo en la villa
de Valtierra, del partido de Tudela, y otra en la de
Andosilla, del partido judicial de Estella, apellidada
Martínez de Andosilla, de la que hablaremos en estudio
aparte. Pero una línea suya, apellidada solamente Martínez,
pasó a la villa de Cárcar, en el mismo partido judicial.
Por último, otra casa de Martínez, navarra, radicó
en la villa de Dicastillo, del mismo partido de Estella.
La casa de Mendigorria tuvo línea en Zaragoza y
a ésta perteneció José Martínez Pujo, natural de Zaragoza
y Caballero de la Orden de Santiago, en 1687.
De la casa de Peralta descendió Juan Jacinto Martínez
Aguirre, natural de Artajona (Navarra), que fue Alcalde
Ordinario de la ciudad de Méjico y Caballero de Calatrava,
en 1754.
Los de la casa de Cárcar se apellidaron primero
Romero Martínez; más tarde suprimieron el primer apellido,
llamándose sólo Martínez, como aparece en una ejecutoria
ganada en juicio contradictorio ante la Real Audiencia
de Pamplona, el 1º de Abril de 1517, por Gil, Martín,
Jorge, Rodrigo, Diego y Hernando Martínez, hermanos,
todos naturales de la villa de Cárcar, en cuya iglesia
parroquial tenían capilla con sus armas, como descendientes
del palacio de Andosilla, también en Navarra. De la
citada casa descendieron: Cristóbal Martínez Monreal,
que fue Arcediano de Usum en la Catedral de Pamplona,
donde falleció en 1849. Estuvo insaculado en la bolsa
de Alcaldes y Regidores de la villa de Cárcar. Y su
hermano Vicente Martínez Monreal, natural de Pamplona,
fue Caballero de la Orden de Carlos III, en la que
ingresó el 11 de Diciembre de 1873.
EN CANTABRIA
En esta Comunidad hubo casas en: Arenas de Iguña,
Cabezón de la Sal, Caranceja, Cos, Entrambasmestas,
Guriezo, Penagos, Resconorio, San Pedro del Romeral,
Santayana, Término y valle de Liendo.
En el lugar de Cos, del partido judicial de Cabezón
de la Sal, moró una familia muy antigua del linaje
Martínez, con línea en América.
EN CASTILLA Y LEON
Hubo numerosas casas en: Riocabado (Avila); Aguas
Cándidas, Agüera de Montija, El Almiñé, Aranda de Duero,
Barcenillas de Cerezos, Bortedo, Burgos, Cigüenza,
Cornejo de Sotoscueva, Cubillos de Losa, Frías, Herbosa,
Huéspeda, Lastras de las Heras de la Junta de Traslaloma,
Mansilla de Burgos, Marcillo, Moradillo de Sedaño,
Nuestra Señora de la Vega, Ojeda de Caderechas, Opio,
Para, Quintana de los Prados, Quintanaéiez, Quintanaopio,
Quintanilla, Quisicedo, Redecilla del Camino, Salas
de Bureba, Tamayo, Temiño, Termiñón, Torme y Villabáscones
(Burgos); Columbrianos, Espinareda, Espinosa de la
Ribera, Fabero, Lago, Losilla, Otero de las Dueñas,
Ponferrada, Robles, San Andrés de Montejos, San Miguel
de las Dueñas, San Pedro de Castañero, Santo Tomás
de las Ollas, Sésamo, Valdesamario y Villacedré (León);
Amusco, Carrión de los Condes y Lebanza (Falencia);
Malpartida, Peñaranda de Bracamonte y Rágama (Salamanca);
Fresneda (Segovia); Montenegro de Cameros, Villar del
Campo y Vinuesa (Soria); Peñafiel, Portillo y Torrelobatón
(Valladolid), y en Faramontanos, San Miguel de Esla
y Villaraldo (Zamora).
De una casa soriana Martínez establecida en Villar
del Campo, del partido judicial de Agreda, procedió
don Agustín de Martínez que pasó al Nuevo Mundo con
los primeros conquistadores españoles.
El Condado de Troncoso fue creado el 2 de septiembre
de 1.762 recayendo en la persona de don Pedro Martínez
Feijó y en 1.872, don Manuel Martínez y Pérez persona
de don Pedro Martínez Feijó y en 1.872, don Manuel
Martínez y Pérez Hernández fue creado Marqués de Romeral.
Entre los conquistadores que pasaron al Nuevo Mundo
llevando como apellido Martínez, hay que destacar a
Domingo Martínez de Irala, nacido en la villa de Vergara
en 1.509. Siendo el año 1.535 tomó parte en la expedición
de don Pedro de
Mendoza, al Río de la Plata, participando en lo que
fue la primera fundación de Buenos Aires. Posteriormente
mandó uno de los tres navíos que componían la flota
de Juan de Rolas remontando los ríos Paraná y Paraguay
y en el puerto de Candelaria quedó Martínez de Irala
como lugarteniente con parte de la tropa, mientras
Ayolas continuaba su viaje de exploración. En 1.540,
al morir Ayolas, Martínez de Irala decidió regresar
a Asunción dado que allí los indios eran más pacíficos
y las tierras más ricas. Como a comienzos de 1.542
llegara el nuevo Adelantado, Alvar Nuñez Cabeza de
Vaca, se organizó otra expedición hacia el
Chaco al mando de Martínez de Irala, que fundó el Puerto
de los Reyes. Disgustado por lo que entendía merma
de su autoridad. Martínez de Irala fraguó una conspiración
que apresó a Cabeza de Vaca y lo envió a España. Organizó
una nueva expedición en busca del anhelado Río de la
Plata, compuesta de unos 300 españoles. Y entretanto,
en Asunción, los partidarios de Cabeza de Vaca habían
destituido y decapitado a Francisco de Mendoza, lugarteniente
de Martínez de Irala. Regresó éste consiguiendo imponer
de nuevo su autoridad, aunque su gobierno fue muy duro
con los indios y con los españoles, no cabe duda de
que sentó las bases para el futuro del Paraguay. Toda
su vida estuvo obsesionado con las leyendas de los
legendarios tesoros y fue uno de los que dieron crédito
a la célebre fábula, porque de eso se trataba, de El
Dorado. Esta leyenda, como se sabe, se refería a un
fabuloso rey que cubría su cuerpo con polvo de oro,
tanto era el metal aurífero que abundaba en sus tierras.
Absurda historia en la que también creyó el vasco Lope
de Aguirre, con las funestas consecuencias que su locura
le acarreó no sólo a él sino a cuantos hombres le acompañaron
en su alocada expedición en busca de tal rey.
En esta región radicaron en Aviles, Berguño, Berodia,
Busqueimado, Grado, Grandas de Salime, Miudes, Las
Morieras, Onís, Oviedo, Plantón, Fuelles, San Millano
(Concejo de Allande), Somio y Suarias.
EN ARAGÓN
En Jaca (Huesca) y en Ariza (Zaragoza) hubo desde
muy antiguo familias apellidadas Martínez.
EN LA RIOJA
Ajamil, Almarza de Cameros, Anguciana, Anguiano,
Amedo, Briones, Cabezón de los Cameros, Canales de
la Sierra, Castilseco, El Villar, Jalón de Cameros,
Luezas, Mansilla, Matute, Montalbo de Cameros, Ortigosa
de Cameros, Pinillos, Rabanera, Ribafrecha, San Román
de Cameros, San Vicente de la Sonsierra, Sojuela, Tormantos,
Torre de Cameros y Viniegra de Arriba.
EN CASTILLA LA MANCHA Y MADRID
Hubo diversas casas en: Chillón (Ciudad Real); Barajas
de Meló, San Clemente y Sisante (Cuenca); Guadalajara;
Madrid; Huerta de Valdecarábanos y Ocaña (Toledo).
EN MURCIA Y VALENCIA
Fueron heredados en Lorca y Murcia, así como en
Orihuela y Eida (Alicante).
EN ANDALUCÍA
Entre las casas andaluzas de Martínez citaremos
las radicadas en Serón y Vélez-Rubio (Almería); Jerez
de la Frontera y Puerto de Santa María (Cádiz) y en
Dólar (Granada).
EN PORTUGAL
En un lugar denominado Pajariños, de la provincia
de Braga, moró otra familia del apellido Martínez,
cuyos individuos pasaron a España.
EN AMÉRICA
Varias familias Martínez, originarias de España,
radicaron en el estado de California (Estados Unidos),
Argentina, Bolivia y Cuba.
Entre los Martínez, cabe señalar a otro caballero
de este apellido, don Carlos Martínez de Irujo, que
obtuvo el título nobiliario de Marqués de Casa Irujo
y fue un destacado político y hombre de Estado.
Sería asimismo injusto dejar en el olvido al general
don Arsenio Martínez Campos, prestigioso militar español,
cuya acción se desarrolló casi por entero en la isla
de Cuba, pero cuyo acto más célebre se refiere al
pronunciamiento
militar que encabezó en Sagunto el 29 de diciembre
de 1.874, proclamando a Alfonso XII como rey de España,
restaurando así la monarquía borbónica en la persona
del joven príncipe hijo de la reina doña Isabel II.
De acuerdo con numerosos historiadores, este acto nunca
contó con la aprobación de Cánovas del Castillo que
hubiera preferido que dicha restauración se hiciera
por métodos civiles y no militares. El general Martínez
Campos reanudó su lucha esta vez contra los carlistas,
pasando después a Cuba. Hay que destacar que siempre
se caracterizó por sus esfuerzos en humanizar las guerras
en las que participó.
En lo que se refiere a las ramas del apellido Martínez
que pasaron a América, este se extendió muy rápidamente
por todo el continente. Entre los descendientes de
los españoles del apellido Martínez, pueden citarse
a numerosos políticos y militares: José María Martínez,
hondureño que alcanzó la presidencia de aquel país;
Tomás Martínez, nicaraguense, que asimismo después
de ser jefe del Gobierno, llegó a la presidencia de
la República de Nicaragua; Juan Martínez de Rozas,
político chileno, que luchó en las guerras por la independencia
de aquella nación; Enrique Martínez Digido, militar
y político uruguayo, ministro de la guerra de su país,
pero que se vio envuelto en numerosas conspiraciones
lo que le obligó a emigrar a Argentina donde murió;
Carlos Martínez Moreno, célebre novelista uruguayo.
Y en lo que se refiere a España, la lista de aquellos
del apellido Martínez que se han distinguido en la
política, la literatura y las bellas artes, sería larguísima.
Basta con recordar al dramaturgo Martínez Sierra, al
escultor Juan Martínez Montañés, al poeta Antonio Martínez
de Meneses, al escritor Juan Martínez Villergas, etc.
etc
Nobleza
Armas de MARTINEZ
Los de Galicia usan: Escudo partido: 1°, en campo
de plata, tres flores de lis de gules, puestas en palo,
y 2°, en campo de sable, dos fajas de plata. (Escudo
23.)
Otros de Galicia: En campo de sinople, una cruz
potenzada de gules.
Los de Lugo: En campo de azur, tres anzuelos de
plata, puestos en faja.
Los radicados en Ginzo de Limia (Orense) y extendidos
a Orense y Lugo: En campo de azur, siete cuñas de oro,
puestas cuatro y tres, en dos fajas.
Los Martínez, de Vozqueimado (Orense), tienen: Escudo
cuartelado: 1° y 4°, en campo de plata, un león rampante
de gules; 2°, en campo de azur, un castillo de oro,
y 3°, en campo de oro, dos espadas contrapuestas de
sable.
Los de Asturias, según Juan Baños de Velasco: En
campo de azur, un castillo de oro, y delante de la
puerta un lobo pasante, de su color natural, lampasado
de gules. (Escudo 24.)
Pedro Moróte confirma éstas armas como propias de
los Martínez asturianos, y añade que así las usaron
los Martínez, de Murcia, por descender de aquéllos.
También están confirmadas esas mismas armas como
pertenecientes a los Martínez, de Asturias, en una
ejecutoria impresa, expedida el 21 de Diciembre de
1707, por el Cronista y Rey de Armas don Alfonso de
Guerra y Villegas, a favor de don Antonio Lanza Trelles.
Otros, también asturianos y enlazados con los de
Buergo usan: Escudo cortado: 1°, en campo de azur,
un castillo de plata, y 2°, en campo de oro, un cuervo
pasante de sable. Bordura general de plata, con ocho
estrellas de azur.
Los de los Concejos de Allande y Cangas de Narcea,
radicados en Santa Comba (Asturias), traen: En campo
de azur, un castillo de oro. Bordura de plata, con
ocho panelas de gules.
Los de Vega de Pope y Vega de Perpera, del Concejo
de Cangas de Narcea (Asturias), usan: Un pino sobre
una terrasa, a cuyo tronco está atado un león con cadena,
y tres flores de lis, una sobre el árbol y otra a cada
flanco; en jefe, una luna figurada a la diestra, y
un sol también figurando a la siniestra.
Otros de Asturias traen: En campo de sinople, una
rueda de oro.
La casa de la anteiglesia de Murelaga, en Vizcaya:
En campo de azur, una M gótica de oro.
En la Montaña de Santander usaron algunos: En campo
de azur, un castillo de oro, aclarado de gules. (Escudo
25.)
Otros, en la misma montaña santanderina, en la Junta
de Parayas: En campo de azur, un castillo de plata,
aclarado de gules, y un lobo de sable como queriendo
entrar por la puerta. Todo sobre ondas de agua de azur
y plata.
Los Martínez de la también villa montañesa de Término:
En campo de plata, una cruz de gules como la de Calatrava,
surmontada de una estrella grande del mismo color.
Otros, en la Merindad de Trasmiera: En campo de
azur, un castillo de plata, y al pie un cuervo de sable.
Vilar describe este mismo escudo añadiéndole los
siguientes detalles: En campo de gules, una torre de
plata, sobre ondas de agua de azur y plata, y en ellas
un cuervo de sable, en actitud de emprender el vuelo
hacia el castillo. Bordura de azur, con ocho estrellas
de oro.
La casa burgalesa de Aguas Cándidas: En campo de
azur, un castillo de plata, y un lebrel manchado de
plata y sable, queriendo entrar por la puerta. Al lado
izquierdo del castillo, un árbol de sinople.
Los Martínez, de León: En campo de gules, un león
rampante de oro. Bordura de azur, con ocho flores de
lis de oro. (Escudo 26.)
Otros de León usan: En campo de plata, tres leones
de púrpura, bien ordenados.
Estas mismas armas usan los originarios de San Miguel
de Esla (León), radicados en Santa Colomba de las Carabias
(Zamora) y Madrid.
Otros de León: En campo de sinople, una cruz floreteada
de oro.
Los originarios de Espinosa de la Ribera (León)
y radicados en León, Zamora y Madrid usan: Escudo partido:
1°, en campo de gules, siete bezantes de oro, puestos
dos, dos, dos y uno, y 2°, en campo de oro, un león
de púrpura, rampante, linguado y uñado de gules y coronado
de oro.
Los radicados en Palacios de la Valduema (León):
En campo de oro, un aspa de gules, resaltada de una
espada de plata.
Los de la villa de Valtierra, originarios de Marcilla
(Navarra), traen: Escudo jaquelado de plata y sable.
Bordura con tres flores de lis, puestas dos en jefe
y una en punta.
Las casas de las villas navarras de Carear y Marcilla,
y los de Ariza (Zaragoza) y algunos de Aragón, usan:
En campo de gules, una cruz llana de oro, que llena
todo el escudo, cargada de cinco lobos de sable, lampasados
de gules. (Escudo 27.)
Otros, también de Navarra: En campo de azur, un
losanje de oro, cargado de un castillo de gules y acompañado
de cuatro estrellas de oro, una en cada ángulo.
Los Martínez de la ciudad de Jaca: En campo de gules,
un castillo de plata. Bordura cosida, de azur, con
ocho estrellas de oro. (Escudo 28.)
Otros, también en Aragón: En campo de azur, un castillo
de oro, acompañado de ocho panelas de gules (sic).
Otros de Aragón: En campo de plata, dos calderas
de sable, puestas en palo.
Ciprés dice que los Martínez de Jaca usaron también:
En campo de plata, un león rampante de gules, lampasado
de oro y uñado de sable. Bordura de gules, con ocho
sotueres de oro.
Los originarios de Briones (La Rioja) y radicados
en Madrid y Sevilla: En campo de oro, una casa en su
color, surmontada de una espada de gules.
Los originarios de Tormantos y radicados en Logroño
(La Rioja) y Zaragoza traen: En campo de plata, dos
tigres al natural, empinados y afrontados. Jefe de
gules, con un aspa de plata.
Los de Castilla, según Julio de Atienza, traen:
En campo de azur, un castillo de plata, aclarado de
gules, puesto sobre ondas de agua de azur y plata,
y un ciervo al natural, en actitud de entrar por la
puerta del castillo.
Los de Segovia y otros de Castilla, según Julio
de Atienza, traen: En campo de azur, un castillo de
plata, y a su pie, un ciervo de sable.
Los de Salamanca: En campo de plata, una torre de
sinople, saliendo de su puerta una banda de oro, perfilada
de azur.
Los de Guadalajara: Escudo partido: 1°, en campo
de plata, una alabarda de sable, y 2°, en campo de
oro, un árbol de sinople, y bordura para este cuartel,
en oro, con ocho aspas de gules.
Los originarios de Terminen (Burgos): En campo de
sinople, un castillo de plata, almenado, mazonado de
sable y aclarado de gules.
Los originarios de Lastras de las Heras, de la Junta
de Traslaloma (Burgos), radicados en Tabliega (Burgos),
Cuba y Bethesda (Maryland-Estados Unidos): En campo
de plata, una barra de sinople, engolada en cabezas
de dragantes de oro, acompañada en lo alto de tres
cruces de gules, bien ordenadas, y en lo bajo de una
caldera de sable, con un lobo del mismo color, alzado
sobre ella.
Los originarios de Burgos, pasados a Bolivia: En
campo de plata, cinco armiños de sable, puestos en
aspa.
Los radicados en Espinosa de los Monteros (Burgos):
En campo de gules, dos lanzas de oro, puestas en los
flancos. Escusón de plata, con una corona real de oro.
Los radicados en Montevite (Álava): En campo de
plata, un cristo de gules, goteando sangre.
Los de Cuenca: En campo de gules, una torre de plata,
almenada, mazonada y donjonada, sumada de un brazo
armado de una espada.
Los originarios de Barajas de Meló (Cuenca): Escudo
partido: 1°, en campo de gules, una cruz hueca y flordelisada
de oro, y 2°, en campo de oro, una torre de piedra
sobre ondas de agua de azur y plata, acompañada de
cinco ñores de lis de azur, dos a cada lado de la torre
y una encima.
Los radicados en Almería: En campo de oro, un brazo
de azur, saliendo del flanco siniestro, con una maza
en la mano y otro brazo de gules, saliendo por el diestro
con una espada.
Los originarios de Lillo traen: En campo de sinople,
una torre desmochada de oro y tumbado a su puerta y
con una lanza clavada en el pecho un guerrero de plata.
Los originarios de San Julián de Cela: En campo
de plata, una corcesca de azur.
Francisco Piferrer da, como propio de los Martínez,
sin decir cuales, estas otras: Escudo tajado por una
banda de sinople engolada en cabezas de dragones de
oro; lo alto, de plata, con tres cruces llanas de gules,
en triángulo, y lo bajo, también de plata, con una
caldera de sable, y empinante a ella, un lobo del mismo
color.
El mismo autor añade que unos Martínez que entroncaron
con los Doncel, usaron: De oro, con un árbol de sinople,
frutado de plata. Bordura de azur, con ocho estrellas
de plata.
Otros, según Juan Baños de Velasco: Escudo cuartelado:
1° y 4°, en campo de plata, tres panelas de azur, puestas
en triángulo, y 2° y 3°, en campo de oro, dos barras
(deben ser bandas) de azur.
Los descendientes de José Martínez Tanaquero traen:
En campo de gules, una barra de oro, cargada de trece
cañones de sable.
Los Martínez, de Portugal, traen: En campo de plata,
cinco escudetes de azur cargados cada uno de ellos
de cinco bezantes de plata.
Los de Argentina: En plata, un sauce de sinople,
y dos lobos pasantes a su pie.
Los de Cuba: En campo de oro, tres sierpes de sinople,
puestas en banda.
Los de Filipinas: Escudo fajado de oro y gules.
Bordura de oro, con ocho aspas de gules.
Otros: En campo de oro, un león rampante de gules,
y brochante sobre él, un; banda de plata, cargada de
tres estrellas de oro. Bordura de azur.
Otros: En campo de plata, dos onzas de oro, puestas
en palo.
Otros: En campo de azur, un castillo de oro, y brochante
sobre él, una banda de gules.
Los Martínez Feijoo usaron su blasón propio consistente
en un escudo partido, cuya 1.ª partición es un ajedrezado;
la 2.ª partición las Armas de los Feijoo.
Los Martínez Salazar traían: Escudo partido; 1.ª
partición, de plata, con un árbol de sinople y dos
lobos, de sable, pasantes al pie del tronco, cebados
de corderos blancos; y 2.ª partición, de gules, con
trece estrellas de oro, puestas 3, 3, 3, 3 y l en punta.