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OBRA TEATRAL Los Ojos de Mi Madre
OBRA TEATRAL Los Ojos de Mi Madre
Gonzalo: (sorprendido) Wow, pues… ambos estamos en ese mismo nivel. Nos
vemos, cuídate.
Lucy: Te veo mañana, cuídate.
ESCENA 2: La casa de Lucy
Molly está enojada esperando a su única hija y está desesperada con el celular en la
mano. Sigue llamando a Lucy.
Molly: (desesperada) Dios, a dónde se habrá metido Lucy. Siempre se queda por
ahí hablando a la salida del colegio. Siempre se viene junto con su amiga, no es de
mucho demorar caminando sola ahora que su amiga Milagros está de viaje debe
regresar más rápido… y lo peor es que no me contesta el móvil.
Molly: (sobre la mesa y con una vela encendida para poder ver)Si tuviéramos
más dinero, tuviéramos luz todo el día pero la cortan a partir de la noche. No tienes
idea de cuánto debo y a las justas me alcanza para poder pagar tus estudios en un
buen colegio. Ahora vamos contemos (hace señas con las manos) Uno se dice une,
dos se dice deux, tres se dice trois (repiten las dos juntas del 1 al 10)
Lucy: (voz de sueño) Ya tengo sueño, y mañana tengo que levantarme temprano.
No quiero tener un demerito en la libreta.
Molly: Anda a descansar yo te pongo al día todos los cuadernos. ¿Cuántos cuadernos
estás atrasada o te faltan tarea?
Lucy: Todos, incluido el cuaderno y la tarea de teatro.
Molly: Bueno, no te preocupes. Pero antes déjame ver tus calificaciones en la
libreta.
(Mira la libreta de notas)
Hay hija… estas calificaciones merecen una golpiza y un buen castigo…
Lucy: (voz de sueño) ¿Verdad que si mamá? ...Vamos que yo sé dónde vive la
profesora.
Molly: (se ríe un poco) El sueño te está haciendo hablar tonterías. Vamos te ayudo
para que te acuestes, yo me quedo copiando tus quehaceres.
Pasan las horas, y Molly sigue haciendo las actividades escolares de su única hija.
Lucy se despierta y al ver a su madre escribiendo por ella, le da un abrazo y un beso.
Lucy se vuelve acostar y se duerme al instante. Molly se acuesta a su lado
(optativo) Continua escribiendo y antes de quedarse dormida sobre la mesa apaga la
vela.
Se despiertan al escuchar un sonido. Y se dan cuenta que es hora de que Lucy vaya
al colegio.
Lucy: (regresando) Me olvidaba mi agenda. Ah, por cierto… gracias mami por mis
tareas.
Molly: (se despide de nuevo) No te preocupes, y copia todo. No quiero dormir solo
30 minutos en toda la noche de nuevo como ayer. Regresa temprano a casa, ya sabes.
Lucy se encuentra con la profesora de ballet para ensayar. Gianella comienza hablar
con Lucy y ensayan.
Gianella: ¿Ya pediste permiso para ensayar? Nos quedaremos a ensayar todos los
días después de clase una hora, ¿está bien?
Lucy: Todo está bien, no se preocupe. Quiero que salga bien la presentación. Es la
primera vez que mi madre confirmara con sus propios ojos mi habilidad artística.
Miss, en este colegio, en comparación al anterior podemos expresarnos con el arte y
desarrollar ciertas habilidades.
Gianella: Eso no te hará subir puntos, tienes que esforzarte.
COMIENZAN A ENSAYAR MÁS DE UNA HORA.
Lucy: (voz agitada) Miss, estoy cansada. Uf, espere… ¿Qué hora es? Creo que me
hice tarde.
Gianella: Son las 3 de la tarde, y eso que no hemos avanzado mucho. Vamos
acabemos de una vez. No tenemos mucho tiempo.
Lucy: Pero, pero… mi mamá debe estar esperándome y creo que se enojaría mucho
más si no llego temprano, y si me dice que ya no puedo ensayar, debo irme… (Se
despide rápidamente)
Lucy: ¿Mamá? ¿Mamá? Quizá haya salido al mediodía, o antes de que salga de la
escuela. Pero, si le digo que vine temprano. Creo que eso le diré, ¿o mejor no? Bueno,
mejor comienzo a desarrollar mis tareas y que me encuentre estudiando…
Pasaron algunas horas, Molly llega al fin a la casa. Y encuentra a Lucy dormida en
la mesa.
Molly: Encima que habrá llegado tarde. Se queda dormida, veamos… Ajá, ni
siquiera termina su tarea. Claro, como piensa que tiene a su empleada intelectual
que la desarrolla todas las materias.
Molly: Mira qué hora son… Son las 8 de la noche. ¿Por qué llegaste tarde a la casa?
Lucy: (con voz de sueño) No, mami he llegado justo a tiempo, y me he servido mi
comida. Hasta he lavado las vasijas.
Molly: No me mientas, Andrea Luciana Alván Guevara. Las vecinas me dicen que
llegaste tarde y sabes mejor que nadie que cuando las vecinas hablan…
Lucy: Saben más que los vigilantes de la cuadra. Si ya lo sé. Está bien, mami, he
llegado tarde por… por… porque he quedado haciendo una tarea. Ah, y también he
dado un examen sustitutorio. Eso es.
Molly: Por castigo, hoy no te ayudare en nada. Así que ya sabes…
Lucy: Estoy muy cansada, me he puesto hacer un poco de ejercicios después de
comer. Muero de sueño, mami, apiádate de este cuerpito agotado.
Molly: (voz complaciente) Está bien, pero que sea la última vez que tratas de
mentirme.
Llega al colegio y se encuentra con sus compañeros entre ellos Gonzalo en la clase
de teatro.
Milagros: (voz de mando) Bueno alumnos, hoy les enseñare la relación que tiene
el teatro con el cine. Analizaremos unas películas para conocer un poco más los
diversos géneros.
Sebastián: Genial, yo creo que hacer cine es más fácil ya que en el teatro la
actuación es en vivo, en cambio en el cine pueden cortar escenas y volver a repetirlas
hasta que salga bien.
Milagros: Muy bien, Sebastián. Y, ¿qué me dices tú Lucy?
Lucy: Ohm, yo pienso que en el teatro no puedes dar la espalda a la audiencia, en
cambio en el cine si se puede dar ese lujo al actuar.
Milagros: Claro, así es. Recuero que cuando estaba en el colegio participe en una
obra muda en homenaje a Charles Chaplin, me decían la Chaplina. Y la otra vez vi
al director de la obra caminar con su bastón por el centro, el tiempo no pasa en vano.
Gonzalo: Wow, pero Miss… Puede demostrarnos sus dotes artísticos ya hemos
hecho mucha teoría y queremos verla en acción. ¿Puede ser?...
Cada alumno sale al frente, explica la película que escogió y desde luego la
escenificación. Milagros da su punto de vista y corrige algunos detalles que observa.
Milagros: Muy bien, hasta acá nos vamos a quedar. No se olviden de hacer sus
análisis respectivos. Nos vemos la otra semana.
Lucy: Miss Milagritos, le cuento que voy a participar en una obra de ballet para el
día de la Madre que ya se viene.
Milagros: Oh, qué genial. Vas aprender mucho con la profesora Gianella. Mucha
Suerte y ponle ganas. Tu mamá debe estar muy orgullosa.
Lucy: Ah, ya me imagino. Escuchar una canción en inglés y cantarla con las
palabras que ni existen, no te preocupes que a veces me suele pasar. Es normal, te
lo aseguro.
Gonzalo: (con voz de valentía) Oye, Oye, Lucy. Este… Yo, este, no sé. Quizás
podamos ir al cine algún día de estos. ¿Qué dices? Se puede, digo no?
Lucy: Pregúntale a mi mamá si me deja, tú sabes cómo es ella. Mi mami y sus gritos
tan dulces.
Gonzalo: No, no, pregúntale tú, es tu mamá. Aparte no le caigo.
Lucy: Si le digo, yo no me dará permiso, lo sé muy bien.
Me hago tarde, tengo que ir a ensañar mi ballet para la ceremonia.
Mientras tanto Lucy llega tarde a casa por seguir ensayando su obra de ballet.
Molly: Ya lo sé todo, por eso vienes tarde, ¿no? Tu profesora de teatro llamo hace
rato a la casa y me felicito por tu participación en la obra de ballet. ¿Es verdad?
Lucy: Mami lo siento, quería que sea una sorpresa.
Molly: He cancelado tu participación, por cierto, te cambiaras de taller nada ballet,
ni de actuaciones. Tiene que dedicar tiempo a las otras materias más importantes
Lucy: (con voz llorosa) No, no puedes hacerme esto. No puedes quitarme esa
felicidad, es lo que más me gusta. Déjame ser feliz a mi manera. ¿Así dices que
quieres hacerme feliz todos los días?... ¿O, ya te olvidaste de esas palabras?
(Bofetea a su hija Lucy)
Molly: (gritando) No vuelvas a decir esas palabras y estás castigada. Anda a tu
cuarto, te iré a llevar y recoger al colegio. Nada de amigos, y nada de tonterías
artísticas. Serás una contadora, administradora o ingeniera de profesión. He dicho
y no se hable más del asunto…
Lucy: Ok, si eso te hace feliz. Seré lo que quieras que sea. Adiós, día de la madre.
Lucy se va a cuarto a descansar y se queda dormida con los ojos llenos de lágrimas.
Molly: (con voz triste) Era mejor que le haya dicho esto ahora. Bueno, todo esto…
ahora tiene sentido. Sus bajas calificaciones, sus cuadernos atrasados son por
dedicarse mucho tiempo al arte y a su ensayo, me pregunto quién le habrá metido
esas ideas…
Lucy: Mami, no me hagas una mala pasada. ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
Molly: (recuperándose y abre los ojos) Sí, estoy bien. (Se ha quedado
completamente ciega pero trata de ocultarlo)Qué hora es, he perdido mi reloj.
Lucy: Son las 8, ya es tarde. Voy a perder la escuela, porque creo que andas un poco
mal.
Molly: Anda al colegio, de una vez y déjame acá. Voy a ir al hospital más tarde.
Anda a estudiar y puedes quedarte a ensayar tu obra de ballet. Te doy permiso. Pero
anda rápido, antes que cambie de opinión.
(Ojos ciegos y perdidos en el vacío)
Lucy: Gracias mami, te quiero. Y feliz día de la mejor madre. Sé que no debo esperar
el día exacto específico, pero te lo digo de una vez. (Lucy se alista rápidamente
mientras corea una canción y se despide alegremente de su madre que yace ciega
sentada en la mesa)
Molly: Si no me encuentras cuando vengas a la casa, estaré en el hospital regional.
Cerca de acá, no te olvides.
Lucy: (gritando en el camino) Listo mami, ahí te veo. Voy a ensayar con más
ganas para que me puedas ver estupenda.
Molly: (con lágrimas) La última vez que la pude ver, estaba llorando por mi culpa.
Ahora que es feliz, no puedo ver esa sonrisa que me llena el alma cada día.
Tenía razón Oscar Wilde al afirmar que ‘A veces podemos pasarnos años sin vivir en
absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante’
Molly coge el teléfono y comienza a llamar al único número que se sabía de memoria.
El número del chico que siempre preguntaba por Lucy. Ese chico era Gonzalo.
Sam llega a la casa de Molly y toca la puerta. Molly se para y no pude caminar muy
bien, cae en el intento. Abre la puerta.
Molly: Pase, por favor. Disculpe por interrumpir, solo que no me sabía otro número
fijo más que el suyo por las llamadas de Gonzalo en las noche a mi hija. ¿Si sabe no?
Sam: Ah, claro. Desde luego.
Molly: Sufro en carne propia una enfermedad hereditaria y ahora ando ciega. No sé
si por el momento, pero me puede acompañar al hospital para que me hagan unos
análisis.
Sam: No hay problema, con mucho gusto. Mi hijo estima demasiado a Lucy. Creo
que harían bonita pareja.
Molly: Cómo daría todo por verla sonreír una vez más.
Sam: Vamos, no perdamos tiempo que mañana es la actuación. Me contaron que
ella estará en una obra de ballet.
Molly: Así es, debe estar practicando mucho en estos momentos.
Antonio: Lo que dices Amelia es muy cierto. ¿Qué te ha traído hasta acá? Creo que
no eres ciega como nosotros.
Amelia: Vengo por un pedido, no estoy enferma, ni nada. Solo estoy haciendo un
favor a alguien que me ha pedido hablar.
Antonio: Espera, pero no puedes estar acá a menos de que seas una doctora o
enfermera. Esto es un hospital para personas con nuestras deficiencias. (Comienza
a gritar) Enfermera, hay una intrusa en la sala. Enfermera…
Molly: Antonio no hagas esto, deja que termine de hablar.
Amelia: Solo vengo a confesar algo. Es sobre Lucy, solo déjenme terminar de hablar.