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Rubén Darío
Puede una gota de lodo
sobre un diamante caer;
puede también de este modo
su fulgor oscurecer;
pero aunque el diamante todo
se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno
no perderá ni un instante,
y ha de ser siempre diamante
por más que lo manche el cieno.
Rubén Darío
1- Titulo y autor
2- Tema y argumento
3- Métrica, rima y estrofa
4- Lenguaje y recursos
5- Contexto del poema
6- Biografía del autor y características
1- Titulo y autor
Con una persona por ejemplo: Las calumnias pueden opacar y oscurecer su
reputación o su honor en algún momento; pero no por ello estas pierden su
valor, su integridad o su esencia de ser, ya que la verdad siempre se acaba
imponiendo.
En este poema, el lodo, el cieno y el fango representarían las cosas malas, las
calumnias, los insultos y ataques a una persona, representa todo "lo malo" por
así decirlo. Y el diamante seria la persona en este caso.
Rima: Consonante
Tipo de Estrofa:
4- Lenguaje y recursos
El lenguaje es sencillo en general, con algún que otro cultismo (fulgor, cieno)
propio de Darío; es referencial y de fácil comprensión y entendimiento.
Este poema fue escrito en la década de los 80-90 (S. XIX), décadas en las que
Darío realizaba sus itinerarios por América Latina. En los cuales se hizo
conocer y se ganó una reputación y un renombre, conociendo a grandes
personalidades (algún presidente, escritores, poetas...) y aprendiendo.
Rafael Zaldívar
Viajó por casi toda Hispano-América y estuvo varias veces en España, donde
entablo gran amistad con os grandes del momento (Machado, Unamuno, J.R.
Jiménez) y posteriormente residió en París, conectando en fecha muy
temprana con las nuevas corrientes poéticas y con la literatura francesa.
Sentía gran admiración por Edgar Allan Poe, Villiers de I'Isle Adam, Léon Bloy,
Pau Verlaine, Lautréamont, Eugénio de Castro y José Martí. Darío también fue
un gran admirador de G.A. Bécquer. Los temas españoles están muy presentes
en su producción ya desde "Prosas profanas" (1896) y muy especialmente,
desde su segundo viaje a España, en 1899. Consciente de la decadencia de lo
español tanto en política como en el arte (preocupación que compartió con la
llamada Generación del 98 española), se inspira con frecuencia en personajes
y elementos del pasado. Así ocurre, por ejemplo, en "Letanía de nuestro
señor Don Quijote", poema incluido en "Cantos de vida y
esperanza" (1905), en el que se exalta el idealismo de Don Quijote.