Está en la página 1de 4

¿Qué es meditar?

Diferentes visiones

QUÉ ES Y QUÉ NO ES MEDITACIÓN

Cuando una persona, en la vida cotidiana, habla de meditación, normalmente está hablando de un
pensamiento reflexivo. “Tengo que meditar sobre esta idea o sobre este problema” normalmente quiere
decir que me voy a poner a pensarlo con sumo cuidado, o con mucha intención. Sin embargo, la meditación
en el sentido espiritual y trascendente está muy lejos de este concepto, en el que lo que hacemos es seguir
funcionando con nuestra mente racional. Más bien, la meditación busca trascender ese pensamiento racional
e ir más allá.

Cuando la gente piensa en lo que es la meditación y va un paso más allá, muchas veces surge también el
concepto erróneo de que meditar es dejar la mente en blanco. Este significado tampoco tiene que ver con el
sentido trascendente de la meditación. Muchas veces uno tiene la mente en blanco y no por ello está
equilibrado, o accediendo a planos más profundos, sino que está como apagado, con menos vida. A veces,
hay personas que empiezan a meditar y tienen este concepto de mente en blanco, y al comprobar que no
pueden dejar su mente en blanco, desisten. Meditar tiene más que ver con observar lo que sucede dentro
de nosotros, independientemente de lo que sea, y con aprender a concentrar la mente.

Otras personas piensan que, si meditan, van a conseguir estar siempre en paz y todo en sus vidas les va a ir
bien. Aunque a través de la meditación podemos conseguir más momentos de paz y equilibrio en nuestras
vidas, esto no significa que siempre nos vayan a salir las cosas como esperamos o deseamos, aunque sí es
posible que si meditamos seamos mucho más capaces de afrontar cualquier reto que nos plantee la vida, y
de hacerlo con más serenidad y equilibrio.

La meditación, desde el punto de vista más espiritual y trascendente está asociado a varias acepciones, que
están relacionadas, pero que abarcan distintos aspectos. Así, podemos entender la meditación como una
meta o finalidad, como un camino, como un proceso, como una técnica, como una práctica de investigación,
o como una forma de vida.

MEDITACIÓN COMO META, COMO ESTADO.

“La meditación es el estado interno de unión con el centro de uno mismo”


“La meditación es el estado de atención plena y transparente de uno mismo”
“La meditación es un estado de profunda atención y aceptación de todo lo que acontece en uno mismo”
“La meditación es la vivencia plena y consciente del presente”

Esta acepción sería la que tiene ver con el concepto supremo de meditación. Todos los procesos, técnicas,
caminos o actitudes están destinados en última instancia a alcanzar el estado de meditación, que es el estado
de unión con nuestro centro, con nuestra más pura esencia. Alcanzar esta meta o finalidad es el objetivo

1 Luis Luna y Lola González


último de todos aquellos que practican yoga, y de muchos otros que practican distintos caminos espirituales.
En algunas tradiciones se habla de iluminación, o samadhi para referirse a este estado, o nirvana.

MEDITACIÓN COMO CAMINO

“Meditación es enfocar la mente y la energía hacia una meta trascendente”


“Meditación es enfocar la mente hacia aquello que necesitas materializar en ti”
“La meditación es la sucesión ininterrumpida de pensamientos divinos o elevados sin interferencia de ningún
otro tipo de pensamiento”
“Meditar es buscar un equilibrio en la mente que te reporte un sentimiento positivo”,

Aunque no sabemos la distancia a la que nos encontramos de alcanzar esta meta, el tener la meta presente
siempre nos ayuda a avanzar, y en el camino vamos alcanzando pequeños hitos que también son importantes
para nuestra evolución.
Acceder al camino, o al sendero, de la meditación, supone adquirir el hábito de desarrollar algún tipo de
práctica que te vaya aproximando a esa meta. Entonces, cuando uno asume que quiere transitar por ese
camino, con la intención de alcanzar ese objetivo, entra en el sendero de la meditación, y esta decisión
empieza a transformar su vida.

MEDITACIÓN COMO TÉCNICA

“La meditación es un conjunto de técnicas psicofísicas que practicadas con la actitud adecuada, conducen al
estado de conexión profunda con uno mismo”

Una vez decidimos iniciar el sendero, nos apoyamos en una serie de técnicas que facilitan el encuentro con
nuestro centro. El espacio de tiempo en el que aplicamos esas técnicas, y permanecemos en silencio es a lo
que habitualmente le llamamos “nuestra meditación”. A veces, el ruido interior es tan grande que nos resulta
muy difícil concentrarnos, y parece que no hacemos nada, que estamos perdiendo el tiempo. Sin embargo,
si estamos ocupando un espacio de nuestro tiempo para aplicar esta técnica y estar en silencio, este ejercicio
de voluntad y creación de hábito ya es importante en sí mismo, y tiene un claro sentido si queremos alcanzar
nuestro objetivo cuando llegue el momento.

MEDITACIÓN COMO PROCESO

“La meditación es un proceso de autoconocimiento y transformación que se produce al añadir a tu vida


momentos de plena consciencia”

El hecho de aplicar unas técnicas en nuestro espacio de meditación empieza a generar cambios en nuestro
mundo interior, que reconocemos, bien durante ese mismo espacio, o bien durante el resto del día. Esta
transformación que se va dando es el proceso de la meditación. Durante ese proceso vamos a experimentar
nuevas formas de percibirnos, de percibir la realidad, así como muchas resistencias a esa transformación. Es
importante tener en cuenta que estamos viviendo ese proceso de transformación cuando adquirimos el

2 Luis Luna y Lola González


hábito de meditar, porque esto nos ayuda a ser más comprensivos y pacientes con nosotros mismos y con
aquello que nos está sucediendo. Se trata de un despertar que en muchos momentos vivimos de forma grata
y tranquila, y en otros nos sorprende.
En el proceso de la meditación vamos a hacernos conscientes de muchas cosas que antes estaban ocultas en
nuestro inconsciente, la mayor parte de las veces por represión o por autoengaño. Si queremos llegar a
acceder a nuestro centro, tenemos que ir despejando todo aquello que nos oculta la mirada hacia ese centro,
tenemos que ir haciéndonos conscientes de todo lo que hay, con honestidad y con voluntad.

LA MEDITACIÓN COMO FORMA DE VIDA

Si estamos transitando por el sendero de la meditación, viviendo un proceso de meditación, aplicando unas
técnicas de meditación, experimentando la meditación, es importante que en un momento u otro
empecemos a vivir nuestra vida de una forma meditativa, es decir, aplicando los mismos principios de la
meditación en nuestra vida. Así podemos convertirnos en observadores de nuestra realidad, sin implicarnos
o identificarnos tanto con lo que nos está sucediendo, podemos volver al presente cada vez que observemos
que nuestra mente vuelve a transitar por el pasado o por el futuro, utilizar técnicas de respiración en
determinados momentos, podemos tener una actitud de gratitud ante todo lo que nos sucede, y podemos ir
aplicando también todo aquello que vayamos descubriendo en nuestro proceso de la meditación. Por
ejemplo: si yo descubro meditando que no soy nada generos@, además de darme cuenta, puedo empezar a
cambiar esa actitud en mi vida cotidiana de una forma consciente, e intentar ser generos@ cuando está
surgiendo otra actitud en mi y lo estoy viendo. Todo aquello que descubrimos dentro de nosotros, si no lo
aplicamos luego en nuestra vida, crea una incoherencia que no nos permite avanzar. Por eso, la meditación
como forma de vida se convierte más tarde o más temprano en una demanda que el meditador ha de
satisfacer por coherencia interna.
En última instancia tener la actitud de observar y amar siempre representa una meditación activa. Observar
de manera imparcial. Amar todo lo que observamos.

MEDITACIÓN COMO PRÁCTICA EXPERIMENTAL

Muchas personas con mente muy racional se niegan a entrar en el ámbito de la meditación porque no les
parece algo “real” o racional. Sin embargo, la meditación en sí misma es un campo de experimentación para
cualquier persona con una mente inquieta, investigadora, donde uno sencillamente se aproxima al
conocimiento de la naturaleza humana y de su propia naturaleza a través de la observación imparcial, como
hace cualquier buen científico. Tenemos una premisa, una hipótesis de trabajo: “si aplicamos unas técnicas
durante el suficiente tiempo, conseguiremos concentrar nuestra mente y a través de dicha concentración
podemos llegar al conocimiento profundo de nosotros mismos”. Tenemos unas técnicas (muy diversas), para
experimentar y así poder descartar la hipótesis o convertirla en ley. El único problema que plantea este tipo
de experimento es que el objeto de estudio es el mismo sujeto que experimenta y, desde la época en la que
Descartes emitió sus postulados, se ha querido obviar siempre esa parte subjetiva en la experimentación.
Nos encontramos, pues, a las puertas de un nuevo paradigma en ciencia que es, por otra parte, tan antiguo
como la vida misma, que durante muchos años solo ha sido accesible a los más sabios, pero que ahora, cada
vez más, está a disposición de todo aquel que quiera adentrarse, con una vocación científica, en el

3 Luis Luna y Lola González


conocimiento de su consciencia. Nos convertimos en el científico, en el laboratorio y en el objeto de
experimentación a la vez. Y todo resultado que obtengamos, vendrá también a través de nosotros mismos.

PROCESO DE LA MEDITACIÓN:

Todo proceso de meditacion pasa por diferentes fases o etapas, dando más o menos importancia a cada una
de ellas según el método o escuela. Es interesante tenerlo en cuenta como mapa del camino:

Decisión - Parar – Postura – Expandir respiración - Tomar consciencia – Atención –


Buscar el equilibrio – Pranayama - Enfocar la mente – Activar la energía – Meditación
con forma – Conexión - Meditación sin forma – Experiencia - Meditación
Trascendente – Volver a la vida

Y de forma más resumida:

CONSCIENCIA - EQUILIBRIO - CREACION - CONEXION - EXPERIENCIA

4 Luis Luna y Lola González

También podría gustarte