Está en la página 1de 578

INGENIERÍA

DE CONTROL
DE LA CONTAMINACIÓN
DEL AIRE

NOEL DE NEVERS
FACTORES DE C O N V E R S I Ó N *

Longitud:
1 ft = 0.3048 m = 12 in = milla/5280 = milla náutica/6076
= km/3281
1m = 3.281 ft = 39.37 in = 100 cm = 1000 mm = I0 6 micras
= km/1000 = I0 6 μm = I 0 9 n m = I0 10 Å

Masa:
1 Ibm = 0.45359 kg = tonelada corta/2000 = tonelada larga/2240
= 16 oz (av.) = 14.58 oz (troy) = tonelada métrica/2204.63
= 7000 granos = slug/32.2
1 kg = 2.2046 Ibm = 1000 g = (tonelada métrica o Mg)/1000
Fuerza:
1 Ibf = 4.4482 N = 32.2 Ibm • ft/s 2 = 32.2 poundal = 0.4536 kgf
1N = 0.2248 Ibf = kg • m/s2 = 105 dinas = kgf/9.81
Volumen:
1 ft3 = 0.02831 m3 = 28.31 litros = 7.48 galones EU
= 6.23 galones imperiales = acre-ft/43 560
1 galón EU = 231 in3 = barril (petróleo)/42 = 4 cuartos EU = 8 pintas EU
= 3.785 litros = 0.003785 m3
1 m3 = 35.29 f t 3 = 1000 litros
Energía:
1 Btu = 1055 J = 1.055 k W • s = 2.93 x I 0 4 k W h = 252 cal
= 777.97 ft - Ibf = 3.93 x I0-4 hp • h
1J = 1 N • m = 1 W • s = 1 volt • coulomb = 9.48 x I 0 4 Btu
= 0.239 cal = 107 erg = 6.24 x 1018 electrón-volts

*La mayor parte de estos valores están redondeados. Existen varias definiciones para algunas de estas cantidades; por ejemplo, la Btu y la
caloría; estas definiciones difieren entre sí hasta en 0.2%. Para tener valores más exactos, véase la ASTM Metric Practice Guide, publicación
E 380-72 de la ASTM, Philadelphia. 1972.
Potencia:
I h = 550 ft • Ibf/s = 33 000 ft • Ibf/min = 2545 Btu/h = 0.746 kW
IW = J/s = N • m/s = volt • ampere = 1.34 x I03 hp = 0.239 cal/s
= 9.49 x l0-4 Btu/s
Presión:
I atm = 101.3 kPa = 1.013 bar = 14.696 lbf/in2 = 33.89 ft de agua
= 29.92 pulgadas de mercurio = 1.033 kgf/cm2
= 10.33 m de agua = 760 mm de mercurio = 760 torr
I psi = atm/14.696 = 6.89 kPa = 27.7 in de H 2 0 = 51.7 torr
I Pa = N/m2 = kg/m • s2 = 10-5 bar = 1.450 x I0-4 lbf/in2
= 0.0075 torr = 0.0040 in de H 2 0
Viscosidad:
I cp = 0.01 poise = 0.01 g/cm • s = 0.001 kg/m • s = 0.001 Pa • s
= 6.72 x 10-4 Ibm/ft • s = 2.42 Ibm/ft • h = 2.09 x 10-5 Ibf • s/ft2
= 0.01 dina • s/cm2
Viscosidad cinemática:
I cs = 0.01 stoke = 0.01 cm2/s = I0-6 m2/s = I cp/(g/cm3)
= 1.08 x 10-5 ft2/s = cp/(62.4 Ibm/ft3)
Temperatura:
K = °C + 273.15 = °R/I.8≈°C + 273 °C = (°F-32)/l.8
°R = °F + 459.67 = 1.8K ≈ °F + 460 °F = 1.8°C + 32
ppm:
En la literatura sobre contaminación del aire y en este libro, ppm aplicado a
un gas siempre significa partes por millón en volumen o en mol. Éstas son
idénticas para un gas perfecto y prácticamente idénticas para la mayor
parte de los gases de interés para la contaminación del aire, a una presión
del atm. Si se aplica ppm a un líquido o sólido significa partes por millón
en masa.

psia, psig:
psia significa libras por pulgada cuadrada (pounds per square inch),
absolutas. Por otra parte, psig significa libras por pulgada cuadrada,
manométricas (gauge); es decir, por encima o por debajo de la presión
atmosférica local.
INGENIERÍA DE CONTROL
DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE
INGENIERÍA
DE CONTROL
DE LA
CONTAMINACIÓN
DEL AIRE

NOEL DE NEVERS

Traducción:

José Hernán Pérez Castellanos


Ingeniero Industrial
Escuela Militar de Ingenieros, México

McGRAW-HILL
MÉXICO • BUENOS AIRES • CARACAS • GUATEMALA • LISBOA • MADRID • NUEVA YORK
SAN JUAN • SANTAFÉ DE BOGOTÁ • SANTIAGO • SAO PAULO
AUCKLAND • LONDRES • MILÁN • MONTREAL
NUEVA DELHI • SAN FRANCISCO • SINGAPUR
ST. LOUIS • SIDNEY • TORONTO
Gerente de producto: Jorge Alberto Ruiz González
Supervisor editorial: Eduardo Mendoza Tello
Supervisor de producción: Margarito Flores Rosas
Supervisor de diseño de portadas: Dolores Parrales

INGENIERÍA DE CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio,


sin la autorización escrita del editor.

DERECHOS RESERVADOS © 1998, respecto a la primera edición en español por


McGRAW-HILL 1NTERAMER1CANA EDITORES, S.A. de C.V.
Una división de The McGraw-Hill Companies, Inc.
Cedro No. 512, Col. Atlampa
C.P. 06450, México, D.F.
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana,
Reg. Núm. 736

ISBN 970-10-1682-3

Traducido de la primera edición en inglés de


AIR POLLUT1ON CONTROL ENGINEERING
Copyright © MCMXCV by McGRAW-HILL, INC., U.S.A.

ISBN 0-07-061397-4

1234567890 L.-97 9086543217

Impreso en México Printed in México

Esta obra se terminó de


imprimir en Octubre de 1997 en
LIBEMEX
Calle Azucena Núm. 27
Col. Hacienda de la Luz
Atizapán de Zaragoza
C.P. 54500 Edo. de México

Se tiraron 4800 ejemplares


ACERCA DEL AUTOR

Noel de Nevers hizo su licenciatura en la Stanford University, en 1954, y obtuvo su maes-


tría y doctorado en la University of Michigan, en 1956 y 1959, todos en ingeniería química.
Trabajó para las ramas de investigación de lo que ahora se conoce como la Chevron
Oil Company, desde 1958 hasta 1963, en las áreas de desarrollo de procesos químicos, di-
seño de procesos químicos y de refinería y recuperación secundaria del petróleo. Ha per-
tenecido al cuerpo de profesores de la University of Utah, desde 1963 hasta ahora, en el
Department of Chemical Engineering. (Este último se convirtió en el Department of Chemical
and Fuels Engineering, por fusión, en 1992.)
Ha trabajado para el National Reactor Testing Site, Idaho Falls, Idaho, sobre proble-
mas nucleares, para el U.S. Army Harry Diamond Laboratory, Washington, DC, en relación
con armas, y para la Office of Air Programs de la U.S. EPA en Durham, NC, respecto a la
contaminación del aire.
Fue estudiante apoyado por el Fondo Fulbright de ingeniería química en la Universi-
dad Técnica de Karlsruhe, Alemania Occidental, en el periodo 1954-1955, así como confe-
renciante apoyado por el mismo Fondo, en relación con la contaminación del aire, en la
Universidad del Valle, en Cali, Colombia, en el verano de 1974.
Fue miembro del Utah Air Conservation Committee (la junta encargada del control de
la contaminación del aire por parte del estado), desde 1972 hasta 1984, y su presidente en
el periodo de 1983-1984. Sirvió en la Utah Governor's Citizen Advisory Task Force sobre la
Protection of Visibility, en 1986, en la Utah Legislature's Hazardous Waste Task Force, en
1988, y en la Utah Governor's Clean Air Commission, en el periodo 1989-1990. En la actua-
lidad forma parte de la Western Governor's Conference Grand Canyon Visibility Transport
Commission Citizen's Advisory Board.
Sus áreas de investigación y de las que ha realizado publicaciones se encuentran en
la mecánica de fluidos, termodinámica, contaminación del aire, tecnología y sociedad, ener-
gía y política energética, y explosiones e incendios. En forma regular es consultado acerca
de problemas de contaminación del aire, explosiones e incendios.
En 1991, McGraw-Hill publicó su texto Fluid Mechanics for Chemical Engineers, se-
gunda edición.
En 1993 recibió el Corcoran Award de la Chemical Engineering Division de la American
Society for Engineering Education por la mejor publicación de ese año (" 'Product in the
Way' Processes") en la revista Chemical Engineering Education.
Además de su respetable trabajo, tiene tres "de Never's Laws" en la más reciente re-
copilación de las "Murphy's Laws" y ganó el título "Poet Laureate of Jell-O Salad" en el
Last Annual Jell-0 Salad Festival, en Salt Lake City, en 1983.
CONTENIDO

Prefacio xiii
Notación xv

1 Introducción al control de la contaminación del aire 1


1.1 Algo acerca de la historia del control de la contaminación del aire 1
1.2 ¿Por qué el súbito aumento en el interés en el periodo 1969-1970? 2
1.3 ¿Extracción del aire sucio o control de las emisiones? 4
1.4 ¿Un problema o una familia de problemas? 5
1.5 Emisiones, acarreo, receptores 6
1.6 Unidades y estándares 9
1.7 Resumen 9

2 Efectos de la contaminación del aire 11


2.1 Efectos de la contaminación del aire sobre la salud humana 11
2.1.1 Experimentos con animales 15
2.1.2 Exposición de corta duración de voluntarios humanos 18
2.1.3 Epidemiología 18
2.1.4 Reglamentaciones para proteger la salud humana 21
2.2 Efectos de la contaminación del aire sobre los bienes 23
2.3 Efectos de la contaminación del aire sobre la visibilidad 24
2.4 Resumen 29

3 Leyes y reglamentaciones acerca del control de la contaminación


del aire, filosofías del control de la contaminación del aire 35
3.1 Leyes y reglamentaciones de E.U. sobre la contaminación del aire 35
3.2 Filosofías del control de la contaminación del aire 37
3.3 Las cuatro filosofías 38
3.3.1 Filosofía de las normas sobre emisiones 38
3.3.2 Filosofía de las normas de la calidad del aire 43
3.3.3 Filosofía de los impuestos por emisiones 47
3.3.4 Filosofía del costo-beneficio 50
3.4 Control del mercado y derechos de emisión 53
3.5 Principales leyes de E.U. sobre la contaminación del aire 55
3.6 Resumen 55

vii
viii CONTENIDO

4 Mediciones de la contaminación del aire, estimaciones


de las emisiones 59
4.1 Una muestra representativa 60
4.2 Obtención de la muestra representativa para el detector 63
4.3 Determinación de la concentración 64
4.4 Promediación 65
4.5 Métodos analíticos estándar 67
4.6 Determinación de los gastos de contaminantes 68
4.7 Muestreo isocinético 69
4.8 Factores de emisiones 70
4.9 Emisiones visibles 73
4.10 Resumen 75

5 Meteorología para los ingenieros en control de la contaminación del aire 79


5.1 La atmósfera 79
5.2 Movimiento atmosférico horizontal 80
5.2.1 Calentamiento ecuatorial, enfriamiento polar 80
5.2.2 Efecto de la rotación de la Tierra 82
5.2.3 Influencia de la tierra y el mar 86
5.3 Movimiento vertical en la atmósfera 86
5.3.1 Cambio de la densidad del aire con la temperatura y la humedad 87
5.3.2 Cambio de la densidad del aire con la presión 88
5.3.3 Estabilidad atmosférica 91
5.3.4 Altura de mezclado 96
5.3.5 Humedad 98
5.4 Vientos 102
5.4.1 Velocidades 102
5.4.2 Dirección del viento 103
5.5 Inversiones de temperatura 108
5.6 Fumigaciones, estancamientos 109
5.7 Pronósticos meteorológicos 111
5.8 Resumen 111

6 Modelos de concentración de los contaminantes del aire 117


6.1 Introducción 117
6.2 Modelos de caja fija 118
6.3 Modelos de difusión 123
6.3.1 Idea gaussiana de la columna de humo 123
6.3.2 Deducción de la columna de humo gaussiana 125
6.3.3 Algunas modificaciones de la ecuación básica de la columna
de humo gaussiana 13 5
6.4 Altura de la columna de humo 140
6.5 Usos promedio a largo plazo de los modelos gaussianos de la columna de humo 141
6.6 Creación de los contaminantes y decaimiento en la atmósfera 141
6.7 Modelos de celdas múltiples 143
6.8 Modelos de la contaminación del aire orientados a los receptores
y a las fuentes 145
6.9 Otros temas 146
6.9.1 Estelas de los edificios 146
6.9.2 Deflexión aerodinámica hacia abajo 147
6.9.3 Distancias de acarreo 148
6.10 Resumen 148
CONTENIDO IX

7 Ideas generales en el control de la contaminación del aire 155


7.1 Posibilidades 155
7.1.1 Mejorar la dispersión 155
7.1.2 Reducir las emisiones por el cambio de procesos, prevención
de la contaminación 160
7.1.3 Uso de un dispositivo de control de la contaminación corriente abajo 161
7.2 Recuperación de recursos 161
7.3 El último destino de los contaminantes 162
7.4 Minimización del gasto volumétrico y de la caida de presión 163
7.5 Eficiencia, penetración, factor de descontaminación, nueves 165
7.6 Contaminantes homogéneos y no homogéneos 167
7.7 Volumen y composición de los productos de la combustión 169
7.8 Cambio de los gastos volumétricos 173
7.9 Punto de rocío en ácido 175
7.10 Resumen 178

8 Naturaleza de los contaminantes en partículas 183


8.1 Partículas primarias y secundarias 183
8.2 Velocidad de sedimentación y fuerzas de retardo 188
8.2.1 Ley de Stokes 189
8.2.2 Partículas demasiado grandes para la ley de Stokes 192
8.2.3 Partículas demasiado pequeñas para la ley de Stokes 194
8.2.4 Distancia de detención de Stokes 197
8.2.5 Diámetro aerodinámico de partícula 198
8.3 Funciones de distribución de los tamaños de partícula 199
8.3.1 Un ejemplo muy sencillo: la población de Estados Unidos 199
8.3.2 Distribución gaussiana o norma! 203
8.3.3 Distribución log-normal 206
8.3.4 Distribución por peso y por número 209
8.4 Comportamiento de las partículas en la atmósfera 210
8.5 Resumen 213

9 Control de las partículas primarias 221


9.1 Aparatos de captura por pared 221
9.1.1 Sedimentadores por gravedad 221
9.1.2 Separadores centrífugos 226
9.1.3 Precipitadores electrostáticos (HSP) 238
9.2 División de los aparatos de captura 252
9.2.1 Filtros superficiales 252
9.2.2 Filtros de profundidad 263
9.2.3 Lavadores para el control de partículas 270
9.3 Elección de un colector 285
9.4 Resumen 286

10 Control de los compuestos orgánicos volátiles (VOC) 299


10.1 Presión de vapor, contenido de equilibrio de vapor, evaporación 299
10.2 VOC 304
10.3 Posibilidades de control 305
10.3.1 Sustitución 305
10.3.2 Control de fugas 306
10.3.3 Control por adsorción 318
X CONTENIDO

10.3.4 Control por combustión 325


10.3.5 Control por condensación 341
10.3.6 Modificación del proceso 343
10.4 El problema de la fuente móvil 343
10.5 Resumen 344

11 Control de los óxidos de azufre 355


11.1 La química elemental de oxidación-reducción del azufre y del nitrógeno 355
11.2 Panorama del problema del azufre 357
11.3 Extracción de los compuestos reducidos de azufre del petróleo
y de las corrientes de gas natural 358
11.3.1 Absorción y separación del gas 359
11.4 Extracción del SO2 de los gases ricos de desecho 369
11.5 Extracción del SO2 de los gases pobres de desecho 372
11.5.1 Lavadores en húmedo con piedra caliza 378
11.5.2 Otros enfoques 381
11.6 Otras posibilidades en lugar de "quemar y a continuación lavar" 392
11.6.1 Cambiar por un combustible con un contenido más bajo de azufre 392
11.6.2 Extraer el azufre del combustible 393
11.6.3 Modificar el proceso de combustión 393
11.6.4 No quemar en lo absoluto 395
11.7 Resumen 395

12 Control de los óxidos de nitrógeno 403


12.1 Panorama del problema de los óxidos de nitrógeno 403
12.1.1 Comparación con los óxidos de azufre 403
12.1.2 Reacciones en la atmósfera 405
12.1.3 Equilibrio NO y NO2 405
12.1.4 NOX térmicos, inmediatos y del combustible 410
12.2 NO térmico 411
12.2.1 Cinética de Zeldovich de la formación del NO térmico 411
12.2.2 Temperatura de combustión 415
12.2.3 Tiempo de combustión 420
12.2.4 Tiempos de calentamiento y de enfriamiento 421
12.3 NO inmediato 426
12.4 NO del combustible 426
12.5 Fuentes sin combustión de óxidos de nitrógeno 426
12.6 Control de las emisiones de óxido de nitrógeno 427
12.6.1 Control del óxido de nitrógeno por modificación de la combustión 427
12.6.2 Control del óxido de nitrógeno por tratamiento posterior a la llama 428
12.7 Unidades y normas en el control de los NOX 429
12.8 Resumen 430

13 El problema de los vehículos de motor 437


13.1 Panorama general del problema de la contaminación del aire proveniente
de los vehículos de motor 437
13.1.1 Emisiones 437
13.1.2 Historia de la reglamentación del control de la contaminación
del aire por los vehículos de motor 438
13.2 El motor de combustión interna (IC) 439
13.2.1 El motor de gasolina de IC de cuatro tiempos 440
13.2.2 Formación de los contaminantes 442
CONTENIDO XI

13.3 Emisiones del cárter y evaporativas 454


13.4 Emisiones por el tubo de escape 457
13.4.1 Operación con mezcla pobre 458
13.4.2 Recirculación del gas de escape (EGR) 458
13.4.3 Reducir la extinción de la llama 459
13.4.4 Acelerar el calentamiento 460
13.4.5 Tratar catalíticamente los productos de la combustión 460
13.4.6 Cambiar el combustible 463
13.4.7 Control por computadora 467
13.4.8 Combustión con mezcla pobre 467
13.5 Alteración de los motores y pruebas de emisiones 468
13.6 Emisiones del almacenamiento y transferencia 468
13.7 Otras plantas posibles de potencia 468
13.7.1 Motores Diesel 469
13.7.2 Motores de dos tiempos que queman gasolina 470
13.7.3 Motores de turbina de gas 470
13.7.4 Otras posibilidades 471
13.8 Reducción de nuestra dependencia de los vehículos de motor 472
13.9 Resumen 472

14 Contaminantes del aire y el clima global 477


14.1 Calentamiento global 478
14.1.1 Bióxido de carbono 483
14.1.2 Otros gases de invernadero, aerosoles 488
14.2 Agotamiento del ozono estratosférico y los clorofluorocarbonos 489
14.3 Lluvia ácida 492
14.4 La situación reglamentaria 495
14.5 ¿Cuan seguros estamos? 495
14.6 Resumen 496

15 Otros t e m a s 501
15.1 Monóxido de carbono (CO) 501
15.2 Plomo 503
15.3 Contaminantes peligrosos del aire, HAP (tóxicos del aire) 505
15.4 Contaminación del aire en interiores 507
15.4.1 Concentraciones en interiores y en el exterior 507
15.4.2 Modelos 508
15.4.3 Control de la calidad del aire en interiores 512
15.5 El problema del radón 514
15.6 Resumen 517

Apéndices 523
A Valores útiles 523
B Tabla de acrónimos 525
C Carbón mineral 527
D Química elemental de la producción del ozono 531
E Tiempo de penetración del adsorbedor 534

Respuestas a problemas seleccionados 539

índice 541
PREFACIO

Este libro está dirigido a los estudiantes del último año y graduados de universidad a quienes
les gustaría tener un panorama de la ingeniería de control de la contaminación del aire.
Puede ser valioso, como una obra de referencia, para los ingenieros que se encuentren
profesionalmente activos en el control de la contaminación del aire, pero es probable que
encuentren el tratamiento algo más sencillo y menos detallado que su propia experiencia
personal. Sin embargo, quizá puedan usarlo para el tratamiento de áreas en las que carecen
de esa experiencia personal.
Alrededor de la mitad del libro está dedicado a los aparatos de control, su teoría y
práctica. En la otra mitad se presentan los temas que constituyen algo de los fundamentos
para la selección de esos aparatos; por ejemplo, los efectos de la contaminación del aire, la
estructura de las leyes sobre la contaminación del aire en Estados Unidos, los modelos
atmosféricos, etcétera. Estos temas se entrelazan intensamente con la selección y diseño
de los aparatos, lo cual justifica su inclusión.
He tratado de hacer que el libro sea suficientemente directo y claro, de modo que un
ingeniero con experiencia pueda leer y comprender cualquier parte del mismo sin ayuda.
También he tratado de fundamentarlo de la manera más completa posible sobre las dis-
ciplinas básicas de la ingeniería química de estequiometría, termodinámica, mecánica de
fluidos, transferencia de calor, transferencia de masa y cinética de las reacciones, de modo
que los estudiantes del último año de ingeniería química vean que éste es un campo en
el que pueden aplicar todo lo que han aprendido con anterioridad. Asimismo, he tratado
de seleccionar el nivel del tratamiento de modo que cualquier profesor de ingeniería quí-
mica interesado pueda enseñar en un curso del último año con el empleo del libro (y el
manual de soluciones), sin requerir que ese profesor tenga experiencia personal en la in-
geniería de control de la contaminación del aire. En este libro, la química se presenta en
un nivel correspondiente a las bases de un año de química en la universidad porque, cuan-
do yo imparto un curso, se encuentran presentes estudiantes de ingeniería mecánica y
civil, quienes cuentan con esas bases de química.
He sido guiado por dos máximas pedagógicas: "Las tres reglas de la enseñanza son:
de lo conocido a lo desconocido, de lo sencillo a lo complejo, un paso a la vez" y "Si no se
entiende algo por lo menos de dos maneras distintas, entonces no se entenderá en lo ab-

XIII
xiv PREFACIO

soluto". He dedicado más espacio y esfuerzo a la determinación de valores numéricos de


cantidades pertinentes que la mayor parte de los autores. Creo que los estudiantes necesi-
tan desarrollar la percepción de ¿qué tan grande?, ¿qué tan rápido?, ¿qué tan caliente? y
¿cuánto?
En muchas partes del libro el tratamiento en el texto es sencillo, con un tratamiento
más complejo descrito o analizado en uno de los problemas. Se estimula a los estudiantes
para que por lo menos lean todos los problemas, para ver en dónde se describen o men-
cionan tratamientos más complejos y completos. En muchos lugares, en el libro, existen
divagaciones que no son aplicables de manera directa a la contaminación del aire y proble-
mas que no están directamente relacionados con esta última. La existencia de algunos de
éstos es porque ilustran interesantes temas técnicos relacionados que no se aplican en
forma directa al control de la contaminación del aire. Los he incluido porque pienso que
ayudan a los estudiantes a tender puentes mentales hacia otras partes de sus experiencias
personales. Mediante esas conexiones, entre más capaces sean los estudiantes de integrar
la información nueva que se da en este libro a su base existente de conocimientos, es más
probable que la retengan y puedan aplicarla.
Quedaré muy agradecido con los lectores que señalen los errores tipográficos, los
números incorrectos de ecuaciones o, sencillamente, los errores de cualquier tipo. Esos
errores se corregirán en las ediciones o impresiones subsiguientes.
Me gustaría hacer presente mi agradecimiento a los revisores siguientes, por sus mu-
chos comentarios y sugerencias útiles: Candis Claiborn, Washington State University; Cliff
George, Mississippi State University, y Lt. Col. W. Chris King, United States Military
Academy.
Noel de Nevers
Unidades

Símbolo Descripción breve Inglesas SI

A contenido de ceniza del carbón % en peso % en peso


A área ft 2 m2
A área de la ciudad = LW ft 2 m2
A constante en la ecuación de Antoine — —
A constante en la ecuación de Arrhenius
(a veces llamada "factor de
frecuencia") 1/s 1/s
A constante en el factor de corrección
de Cunningham — —
a aceleración ft/s 2 m/s 2
a parámetro de longitud I /ft 1/m
a área de transferencia de masa por
unidad de volumen ft 2 /ft 3 m 2 /m 3
A, B, C especies químicas en las ecuaciones
de velocidad de reacción — —
AIC relación aire-combustible lbm/lbm kg/kg
A, B, C, K constantes arbitrarias diversas diversas
a, b dimensiones características — —
α, b coeficientes polinomiales diversas diversas
b concentración de fondo no se usa μg/m 3
b parámetro de tiempo 1/h 1/s
B, C constantes en la ecuación de Antoine °R °C o K
C contenido de carbono del combustible % en peso % en peso
C factor de corrección de Cunningham — —
Cd coeficiente de retardo — —
CP capacidad calorífica a presión constante Btu/(lbm o lbmol) • °F J/(kg o mol) • °C
Cv capacidad calorífica a volumen constante Btu/(lbm o lbmol) • °F J/(kg o mol) • °C
c concentración (lbm o Ibmol)/ft 3 (kg o mol)/m 3
D difusividad ft 2 /s m 2 /s

XV
xvi NOTACIÓN

D diámetro o diámetro de partícula ft m


Dd o Dpa diámetro aerodinámico o diámetro
aerodinámico de una gota
o partícula no se usa μ(g/cm3)2
Db diámetro de la barrera ft m
Dcorte "diámetro de corte", diámetro al cual ft m
la eficiencia = 50%
DD diámetro de gotita ft m
Dmedio diámetro medio de partícula
(aritmético o logarítmico) l't m
DO diámetro exterior de un separador
de ciclón l't m
Dp diámetro de partícula ft m
E intensidad del campo eléctrico V/ft V/cm
E exceso de aire Ibmol/lbmol mol/mol
E1 energía de activación Btu/lbmol kcal/mol
EO intensidad del campo eléctrico
en donde se cargan las partículas V/ft V/cm
Ep intensidad del campo eléctrico
en donde se colectan las partículas V/ft V/cm
EF factor de emisión diversas diversas
F fuerza lbf N
F factor de empaque en la ecuación
de inundación o factor de
empaque para los absorbedores — —
Ed fuer/a de retardo lbf N
Fe fuerza de gravedad lbf N
f fugacidad (para los gases ideales.
= presión parcial) psia Pa
f fugacidad saturada a esta 7'
(= presión de vapor) psia Pa
G energía libre de Giibbs Btu/lbmol J/mol
G flujo molar del componente no
transferido en la fase gaseosa Ibmol/s mol/s
2 2
Gm velocidad másica molar lbmol/ft • s mol/m • 2 s
G" velocidad másica del gas lb/ft2 • 2 s kg/m •s
g aceleración de la gravedad fl/s m/s2
// altura efectiva de la chimenea ft m
// altura en la dirección vertical o en
la dirección en la que se colectan
las partículas ft m
// constante de la ley de Henry atmósferas l'a
// humedad. Ibm de agua/lbm de aire seco —
II contenido de hidrógeno del combustible % en peso % en peso
// altura de mezclado l't m
// entalpia o entalpia molar litu/(lbm o Ibmol) J/(kg o mo!)
// altura por arriba del piso en un
sedimentador por gravedad ft m
h altura de la rendija ft m
h altura física de la chimenea l't m
Δh altura de la columna de humo ft m
Jm factor de transferencia de masa
K coeficiente en las ecuaciones de caída
de presión —
K constante en la ecuación de Langmuir 1/atm 1/Pa
K' constante de equilibrio diversas
2
diversas
K coeficiente de dispersión turbulenta ft /s nr/s
K' coeficiente de transferencia de masa Ibmol/ft2 • s mol/m2 • s
NOTACIÓN XV11

Kp constante de equilibrio con actividades


en atm diversas diversas
k constante de Bolt/mann
= R/número de Avogadro no se usa 1.38 x 10 23
k g • m 2 / K • s2
k coeficiente en la ecuación — —
modificada de Deutsch-Anderson
k constante de razón cinética diversas diversas
k permeabilidad ft2 m2
k relación de los calores específicos
(C/Cp)
k constante de la velocidad de reacción 1/s 1/s
kf kb, constantes de la velocidad de reacción
hacia adelante y hacia atrás diversas diversas
k' coeficiente de transferencia de masa lbmol/ft2 • s mol/m 2 • s
L longitud ft m
L longitud de la ciudad en la dirección
viento abajo (en los modelos
de caja) ft m
/. longitud del colector en la dirección
del flujo ft m
L longitud de la carrera del pistón in m
L altura de mezclado (sólo en la
figura 6.9) no se usa m
L flujo molar del componente no lbmol/s mol/s
transferido en la fase líquida
/.' velocidad másica del líquido lb/ft2 • s kg/m2 • s
Lp constante de alcance visual no se usa km • μg/m3
M peso molecular Ibm/lbmol g/mol
m masa Ibm kg
m gasto músico Ibm/s kg/s
N contenido de nitrógeno del combustible % en peso % en peso
V número de partículas, de gente o de
vueltas en un separador de ciclón — —
N número, número de unidades de
transferencia — —
Np razón de flujo de las gotitas número/s número/s
,V, número de separación = dimensión
característica/número de
detención de Stokes [véase la
sección 8.2] — —
n exponente en la ecuación de la
velocidad y en la ecuación
de Freundlich — —
n edad año año
n distancia en la dirección de interés ft m
n exponente en un desarrollo en serie — —
n número de moles Ibmol mol
/; gasto molar lbmol/s mol/s
O contenido de oxígeno del combustible % en peso % en peso
pH log10 negativo de la actividad del H+
(≈ concentración) expresada
en mol/litro — —
P presión de un gas psia o atmósferas Pa o mb
Po potencia ft lbf/s o hp kW
p penetración = 1 - eficiencia
de la captación — —
p presión de vapor psia Pa
XV11I NOTACIÓN

Pagua presión de vapor del agua líquida psia Pa o mb


Q velocidad de emisión Ibm/s g/s3
Q gasto volumétrico = V • A ftVs m 3/s
QG gasto volumétrico de un gas ftVs m3/s
Qb gasto volumétrico de un líquido ftVs m /s
q carga en una partícula C C
q razón de emisión por unidad de área lbm/h • mi2 g/s • m2
PR número de Reynolds — —
PRp número de Reynolds para partículas — —
RH humedad relativa
humedad
humedad de saturación — —
R constante universal de los gases
(véase el Apéndice A) psi • ft3/lbmol • °R N • m/mol • K
r radio ft m
r velocidad de reacción diversas diversas
S contenido de azufre del combustible % en peso % en peso
Sc número de Schmidt — —
Í desviación estándar diversas diversas
T temperatura absoluta "R K.
t espesor de la zona de apagado in m
t espesor ft m
t tiempo s s
t1/2 vida media s s
U coeficiente total de transferencia
de calor Btu/h • °F • ft2 W/m2 • K
u velocidad del viento ft/s m/s
u energía interna o energía interna
molar Btu/(lbm o Ibmol) J/(kg o mol)
V voltaje (o potencial) V V3
V volumen ft' m
V velocidad ft/s m/s
Vprom velocidad promedio de un gas ft/s m/s
Vc velocidad de una partícula o de un gas
en una trayectoria circular ft/s m/s
VD velocidad de caída ft/s m/s
VD-fijas velocidad de caída con relación
a coordenadas lijas ft/s m/s
VG velocidad de un gas ft/s m/s
Vvel velocidad relativa ft/s m/s
Vs velocidad de un gas en la chimenea ft/s m/s
Vs velocidad superficial ft/s m/s
V velocidad terminal ft/s m/s
W masa de los sólidos/(volumen del
gas x densidad de la torta) — —
W ancho de un aparato de captación ft m
W ancho de la ciudad ft m
w velocidad de deriva (en los
precipitadores electrostáticos) ft/s m/s
w fracción en peso — —
w peso de una muestra de partículas Ibm kg
w* cantidad de equilibrio adsorbida lbm/lbm kg/kg
[XJ actividad o concentración del
compuesto X no se usa atm o mol/cm3
.V humedad molar del aire, mol de
agua/mol de aire seco — —
A' cantidad emitida en las ecuaciones
lagrangiana y gaussiana de la
columna de humo Ib kg
NOTACIÓN xix

X contenido de liquido del componente


transferido Ibmol/lbmol mol/mol
x distancia ft m
x variable independiente diversas diversas
x fracción molar en la tase líquida — —
x número de moles de carbono en el
combustible de hidrocarburo — —
x cantidad pequeña en un desarrollo
en serie — —
xmcdia valor medio de la variable
independiente diversas diversas
x, y distancia en las direcciones x y y ft m
x, y índices en las fórmulas de
hidrocarburos, CNHY — —
x, y, z direcciones o longitudes coordenadas ft m
Y contenido de gas del componente
transferido lbmol/lbmol mol/mol
y fracción molar en el gas o vapor — —
y número de moles de hidrógeno en
el combustible de hidrocarburo — —
y* fracción molar de equilibrio — —
z elevación o distancia vertical ft m
z número de moles de deficiencia
de oxígeno — —
z número de desviaciones estándar
respecto de la media,
= (x - xmedia/σ en la distribución
normal, = [ln(D/Dmcdia)]/σ en la
distribución logarítmica normal — —

α constante definida por la ecuación


(12.17) 1/s 1/s
α constante en la ecuación de
Freundlich mezcladas mezcladas
α resistencia del materia! filtrante ft m
α variable muda en la ecuación
de inundación — —
β variable muda en la ecuación de
inundación — —
ε constante dieléctrica — —
ε porosidad — —
εo permitividad del espacio libre no se usa 8.85 x 10-12 C/V • m
u 8.85 x 10-12 F/m
Φ función de distribución acumulada — —
φ relación de equivalencia — —
φ latitud grado grado
n eficiencia — —
λ calor latente de vaporización Btu/lbm J/kg
λ camino libre medio ft m
λ recíproco de la relación de
equivalencia — —
λ longitud de onda de emisión máxima (nunca se usa) μm
μ miera o micrómetro no se usa = 10-6 m
μ viscosidad cP Pa • s
v viscosidad cinemática = μ /p ft2/s m2/s
p densidad o densidad molar (Ibm o lbmol)/ft3 (kg o mol)/m3
pi densidad del líquido en el punto
normal de ebullición lbm/ft3 kg/m3
σ (variancia)0.5 diversas diversas
XX NOTACIÓN

σ constante en la función de
distribución gaussiana o normal diversas diversas
σ constante de Stefan-Boltzmann Btu/h • ft2 • °R4 W/m2 • K4
σ,. coeficiente de dispersión horizontal no se usa m
σz coeficiente de dispersión vertical no se usa m
Ψ relación de la densidad a la densidad
del agua en la ecuación de inundación — —
ω velocidad angular radianes/s radiancs/s
CAPÍTULO

1
INTRODUCCIÓN AL CONTROL
DE LA CONTAMINACIÓN
DEL AIRE

La contaminación del aire es la presencia de material indeseable en ese aire, en cantidades


bastante grandes como para producir efectos nocivos. Esta definición no restringe la con-
taminación del aire a causas humanas, aunque normalmente sólo hablamos acerca de és-
tas. Los materiales indeseables pueden dañar la salud humana, la vegetación, los bienes
humanos o el medio ambiente global, así como crear ofensas estéticas en la forma de aire
de color café o brumoso, o bien, olores desagradables. Se sabe que los contaminantes
pueden hacer todas estas cosas. Muchos de estos materiales nocivos entran a la atmós-
fera provenientes de fuentes que, en la actualidad, se encuentran más allá del control hu-
mano. Sin embargo, en las partes más densamente pobladas del globo, en particular en
los países industrializados, las fuentes principales de estos contaminantes son activida-
des humanas. Estas actividades se encuentran intimamente asociadas con nuestro están-
dar material de vida. Eliminar estas actividades causaría una disminución tan drástica en
el estándar de vida que esta acción rara vez se considera. El remedio propuesto en la ma-
yor parte de los países industriales es continuar las actividades y controlar las emisiones
contaminantes del aire que provengan de ellas.

1.1 ALGO ACERCA DE LA HISTORIA DEL CONTROL


DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE
Aun cuando las acciones de control de la contaminación del aire se remontan por lo me-
nos a fechas tan lejanas como el siglo xm [1],* la mayor parte del esfuerzo principal en
el mundo ha tenido lugar desde 1945. Antes de ese momento, otros asuntos se encontra-
ban en lugares más altos de la lista de prioridades de la sociedad (y todavía se encuen-
tran en esos lugares más altos en los países en desarrollo). En las décadas de 1930 y 1940,
la chimenea de una fábrica que emitía una gruesa columna de humo se consideraba como
un signo de prosperidad y algunas oficinas gubernamentales la incluían en sus símbo-
los oficiales.

* Los números entre corchetes se refieren a conceptos listados en la sección de bibliografía al final de
cada capítulo.

1
2 CAPITULO 1

Antes de 1945, los esfuerzos de la contaminación industrial del aire estaban dirigidos
a controlar las emisiones de las grandes fábricas, de contaminantes que habían conduci-
do a entrar en conflicto con los vecinos de las mismas. Gran parte de esto no comprendía
la intervención del gobierno sino, más bien, era una respuesta a litigios por daños provo-
cados por molestias o a la amenaza de esos litigios.
Entre 1945 y 1969, conforme aumentó gradualmente la adquisición de conciencia de
los problemas de la contaminación del aire, se iniciaron algunos esfuerzos locales, que
valían la pena, para controlar esa contaminación, de manera notable en Pittsburgh, Los
Ángeles y St. Louis. Entre 1963 y 1967 el gobierno federal empezó a vigilar y coordinar los
esfuerzos locales y estatales sobre el control de la contaminación del aire.
En 1969 y 1970, Estados Unidos experimentó un gran despertar en relación con el me-
dio ambiente. Es posible que los estudiantes de la actualidad no se percaten de lo rápido o
drástico que fue el cambio. Compárense algunos periódicos importantes de 1968 con los
mismos periódicos, pero de 1970. En los periódicos de 1968 apenas se mencionaban asun-
tos relacionados con el medio ambiente pero, en 1970, los mismos periódicos tenían todos
los días algún artículo con este tema. En este periodo se vio surgir la National Environ-
mental Policy Act (Ley de Política Nacional sobre el Medio Ambiente) y la Clean Air Act
(Ley del Aire Limpio) de 1970, las cuales han tenido efectos arrolladores y han cambiado
mucho nuestra manera de considerar la contaminación del aire. Más o menos por la misma
época, han tenido lugar cambios semejantes en el mundo industrial, con efectos similares.
En los últimos años de la década de 1980, un nuevo tema entró a la arena de la conta-
minación del aire: la contaminación global del aire. Hasta 1980, la mayor parte de los pro-
blemas sobre este particular se percibían como locales. Los contaminantes de interés dura-
ban poco en la atmósfera, o bien, eran emitidos en cantidades tan pequeñas que no se
concebían como un problema lejos del lugar del cual se emitían. De este modo, parecía
lógico dejar que los gobiernos locales o estatales se enfrentaran a ellos. (Si una fábrica
apestosa da empleos, el conflicto entre quienes gozan de los beneficios económicos de
esa fábrica y quienes se sienten ofendidos por su olor se puede decidir en una elección
local.) En la década de 1980 surgieron tres problemas relacionados con contaminantes de
mayor duración y con aquellos que son acarreados a través de largas distancias antes
de que produzcan su daño: la lluvia ácida, la destrucción de la capa de ozono por los clo-
rofluorocarbonos y la acumulación de! bióxido de carbono en la atmósfera. La estructura
legal y administrativa, desarrollada en la década de 1970 para enfrentar los problemas lo-
cales de contaminación del aire, parece inútil para habérselas con estos problemas inter-
nacionales o globales. En el capítulo 14 regresaremos a estos tres problemas.

1.2 ¿POR QUÉ EL SÚBITO AUMENTO EN EL INTERÉS


EN EL PERIODO 1969-1970?
¿Por qué la toma de conciencia acerca de la contaminación del aire aumentó en el periodo
1969-1970? Éste es un tema para un debate histórico, pero algunas de las razones son
obvias. Prácticamente de improviso, una gran parte del activismo contra la guerra de Viet-
nam se desvió hacia la arena del medio ambiente. Los medios de comunicación se lanzaron
con vigor en defensa de esa causa, casi al mismo tiempo que el derrame de petróleo en
Santa Bárbara proporcionó un ejemplo visible de los problemas de la contaminación y,
con ello, atrajeron la atención con amplitud. Evidentemente, existen otras causas.
Muchas veces se considera el interés por el medio ambiente un lujo que sólo las na-
ciones acaudaladas se pueden dar, y Estados Unidos se ha vuelto muy acaudalado. Para
la gente que está preocupada acerca de su siguiente alimento, de si tendrá un hogar o de
INTRODUCCIÓN AL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 3

si podrá pagar los gastos médicos, la contaminación del aire no le parece muy importante.
Para una persona cuyas necesidades físicas básicas están satisfechas, la contaminación
del aire puede ser una causa mucho más importante de interés. Es cierto que la gente que
participó en el despertar respecto al medio ambiente en su mayor parte era de la clase me-
dia alta, incluyendo muchos estudiantes de nivel superior. No participó mucha gente po-
bre o mucha gente a la que le había tocado vivir la Gran Depresión de la década de 1930.*
Además, cuando la causa principal de la muerte fue una enfermedad infecciosa, como
influenza, tuberculosis y fiebre tifoidea, los efectos de la contaminación del aire sobre la
salud, que son lentos y acumulativos, rara vez se observaron. A medida que se ha apren-
dido a tratar estas enfermedades, se ha duplicado el lapso de vida, con lo que se sobre-
vive el tiempo suficiente como para morir de enfermedades a largo plazo, como la arte-
rioesclerosis, mal funcionamiento del corazón, ataque de parálisis, enfisema y cáncer, to-
das las cuales están relacionadas con factores ambientales, incluyendo la contaminación
del aire. Se puede hacer la misma observación acerca de fumar cigarrillos; antes de haber
aprendido a tratar estas enfermedades contagiosas, fumar probablemente tenía poco efec-
to sobre la esperanza global de vida. Ahora que prácticamente han desaparecido estas
otras causas de muerte, vivimos bastante como para que fumar tenga un efecto real sobre
la esperanza de vida. Lo mismo se puede decir de la contaminación del aire.
Resulta útil contrastar la situación de la contaminación del aire, para la que se han to-
mado acciones de manera por demás reciente, con la contaminación del agua, para la que
se habían tenido programas activos desde hace más de un siglo. Los peores problemas
del agua fueron causados por la contaminación del agua potable con las aguas fecales
humanas. Esto propala con facilidad el cólera, la tifoidea y la amibiasis. Estas enferme-
dades tienen un origen súbito y dramático y, muchas veces, conducen rápidamente a la
muerte. Su conexión con el agua contaminada se demuestra con facilidad. Por tanto, se
respondió al problema de la contaminación del agua mucho más pronto y con más vigor
que como se ha hecho con el problema de la contaminación del aire.
La evidencia de los efectos de la contaminación del aire sobre la salud (véase el capí-
tulo 2) es mucho menos dramática que para la contaminación del agua. Rara vez se puede
señalar un montón de cuerpos y decir: "murieron por la contaminación del aire", como se
puede hacer después de un brote de cólera debido a agua contaminada. Los efectos son
más semejantes a los de fumar; rara vez se dice: "murió por fumar", pero se sabe que hay
indicaciones de que fumar disminuye la esperanza de vida del fumador e incrementa la
incidencia de ciertas enfermedades bien definidas en los fumadores y en quienes respi-
ran humo de segunda mano. El hecho de que tanta gente —incluyendo gente educada—
fume, demuestra que este tipo de argumento no es tan persuasivo como la vista de los
cuerpos después de una epidemia propalada por la contaminación del agua. Mucha gen-
te no toma con mucha seriedad la pérdida de la vida y de la salud debidas a la contami-
nación del aire, como las debidas a fumar, porque creen que "sólo es estadística".

*Aún cuando el movimiento en relación con el medio ambiente fue, en su mayor parte, una actividad
de las clases medias altas, los pobres son los que con más frecuencia están expuestos a la contamina-
ción más severa del aire (y otros ultrajes al medio ambiente) en comparación con los ricos. Las con-
centraciones más elevadas de contaminantes del aire se encuentran en las ciudades centrales, en donde
vive la gente pobre, no en los suburbios en donde vive la gente con más recursos. El precio de las casas
en Los Ángeles está relacionado con las concentraciones locales de contaminantes del aire; normal-
mente, las cercanas a las playas o en lo alto a los pies de las colinas, en donde esas concentraciones
son más bajas, tienen los precios más elevados. Lo mismo se cumple para la exposición industrial; sólo
la gente pobre tiene trabajos con exposiciones severas a materiales potencialmcnte peligrosos. Esto
también se cumple en relación con la ubicación de instalaciones desagradables; el matadero, el relleno
sanitario y el incinerador municipal rara vez están localizados en las vecindades de los ricos.
4 CAPÍTULO 1

Los efectos de la contaminación del aire y de fumar también son análogos en el senti­
do de que mucha gente que ha vivido todo el tiempo en un medio ambiente con aire muy
contaminado tiene pulmones y corazones excelentes. De manera análoga, todos saben de
alguien que vivió hasta los 95 años, llegando a éstos con todo vigor, y que fumó cigarri­
llos o puros todos los días. Esos ejemplos existen; los contraejemplos murieron más jó­
venes, de enfermedades causadas o agravadas por la contaminación del aire o por fumar.
La conciencia pública de la contaminación del aire se desarrolló en un periodo en el
que el problema era menos grave en muchos aspectos que el que se tenía con anteriori­
dad. Antes de la introducción del gas natural como el combustible principal en la mayor
parte de las ciudades de E.U., el aire de invierno estaba mucho más sucio por el hollín
causado por el carbón que como está ahora. Del mismo modo, a principios de este siglo,
las emisiones de bióxido de azufre provenientes de la fusión del cobre, en ciudades como
Tacoma, Salt Lake City, El Paso y Anaconda, eran mucho mayores que como son ahora. En
aquellos tiempos debe haber habido disgusto respecto a estas fuentes de contaminación,
pero es de suponer que no al nivel que se ha tenido en los últimos años.
Este aumento en la conciencia se explica parcialmente por el incremento en los recur­
sos del país. Una vez se pensó que estos contaminantes eran acompañantes necesarios
de una economía próspera; ahora sabemos lo contrario. De modo análogo, alguna vez se
creyó que nada se podía hacer respecto a esos problemas. En la actualidad, que se ha
aprendido a leer el código genético y a poner gente en la Luna, es más difícil argumentar
que no se puede controlar la contaminación del aire. Se puede; en este libro se explican
las bases técnicas y algunos detalles de cómo hacerlo.

1.3 ¿EXTRACCIÓN DEL AIRE SUCIO


O CONTROL DE LAS EMISIONES?
Ejemplo 1.1. El área de la cuenca de Los Angeles tiene 4083 millas cuadradas. Se supone
que la capa de aire intensamente contaminado tiene, en promedio, un espesor de 2000 ft.
Una solución a los problemas de Los Angeles sería bombear este aire contaminado para
llevarlo lejos. Supóngase que se desea bombear diariamente el aire hacia afuera de la cuen­
ca de Los Angeles y que ese aire se debe bombear a través de una distancia de 50 millas,
hasta el desierto cercano de Palm Springs. (Supóngase que los residentes de Palm Springs
no se quejarán.) Supóngase también que la velocidad promedio en el tubo es de 40 ft/s.
Estímese el diámetro requerido para ese tubo.
El gasto requerido es

Q= =2.63 x10 7

= 7.47x10 7

y el diámetro requerido del tubo es

D = = 9 1 5 8 f t = 2791 m

Sola: 1:1 símbolo ■ indica el final de un ejemplo.


INTRODUCCIÓN AL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 5

Esto es alrededor de seis veces la altura de la estructura más alta construida por el
hombre y está bastante más allá de las capacidades actuales de la ingeniería en estructu­
ras. Cálculos semejantes (problema 1.1) hacen ver que la potencia requerida para impulsar
el flujo sobrepasa la cantidad de energía eléctrica que se genera en la cuenca de Los Án­
geles. No es probable que resolvamos nuestros problemas de contaminación del aire por
el bombeo hacia un lugar lejano del aire contaminado aun cuando, con frecuencia, todavía
se propone esta solución. En lugar de ello, deben tratarse esos problemas mediante la re­
ducción de las emisiones, el tema principal del resto de este libro.

1.4 ¿UN PROBLEMA O UNA FAMILIA DE PROBLEMAS?


En la tabla 1.1 se tienen estimaciones de las emisiones de los principales contaminantes
producidos por el hombre, en Estados Unidos, en 1991. Con base en esta tabla se ve lo
siguiente:

1. Se listan seis contaminantes diferentes, los cuales son los principales contaminantes
producidos por el hombre, en Estados Unidos. Existe una lista mucho más larga de
otros contaminantes, emitidos en cantidades mucho menores y que se regulan de ma­
nera diferente en ese país (véanse los capítulos 3 y 15).
2. Algunos contaminantes provienen en su mayor parte de la transportación (vehículos
a motor) y otros provienen en su mayor parte de fuentes industriales.
3. No existe una entrada en la tabla para "Contaminación general del aire". El público
piensa en términos de "contaminación del aire" y se pregunta si el problema es en su
mayor parte de la industria (ellos) o de los automóviles (nosotros). Los ingenieros re­
conocen que no existe un problema de contaminación del aire sino un grupo de pro­
blemas relacionados y que algunos de ellos son causados en su mayor parte por la in-

TABLA 1.1
Estimaciones de emisiones nacionales (E.U.) para 1991
(Valores en millones de toneladas métricas/año)
Categoría de la fuente PM10 SOx CO NO3 voc Pb
Transportación 1.51 0.99 43.49 7.26 5.08 0.00162
Quema de combustibles 1.10 16.55 4.67 10.59 0.67 0.00045
Procesos industriales 1.84 3.16 4.69 0.60 7.86 0.00221
Disposición de desechos sólidos 0.26 0.02 2.06 0.10 0.69 0.00069
Diversas 0.73 0.01 7.18 0.21 2.59 0.00000
Total 5.44 20.73 62.09 18.76 16.89 0.00497
Porcentaje del total de 1982 97% 1 01 % 69% 92% 87%, 9.5%
PM10 = materia en partículas, de 10 μ o menores; véase el capítulo 8. SO s - todos los óxidos de azufre, en su
mayor parte SO 2 véase el capitulo I I . CO -- monóxido de carbono; véase el capítulo 15, NO 3 - todos los
óxidos de nitrógeno, calculados como si todo el NO fuera a convertirse en N 0 2 ; véase el capítulo 12, VOC -
compuestos orgánicos volátiles; véase el capítulo 10. Pb = plomo; véase el capítulo 15.
En el caso de PM,,,. el último valor es el porcentaje del total de 1985, debido a que no se contaba con esti­
maciones de años anteriores. Los incendios forestales son los más importantes de las fuentes "Diversas"',
para la mayor parte de los contaminantes. En esta tabla no se tiene una entrada para el O que es un con­
taminante importante, pero que es casi por completo un contaminante secundario para el cual no existen
fuentes primarias principales de emisión. No se listan los VOC porque sean directamente; nocivos para la
salud humana, sino porque constituyen un precursor primario principal del O 3 secundario.
Fuente: Referencia 2.
6 CAPÍTULO 1

dustria y otros son causados en su mayor parte por los vehículos a motor. El público
y muchos políticos esperan hallar una solución sencilla, en un solo paso y no de cara
al "problema de la contaminación del aire". Los ingenieros reconocen que no es pro­
bable hallar una solución de ese tipo y que deben continuarse aplicando soluciones
limitadas a partes de la familia de problemas de esa contaminación.
4. Desde 1982 hasta 1991, Estados Unidos ha logrado un progreso significativo en la re­
ducción de las emisiones de plomo (en su mayor parte quitando el plomo a la gasoli­
na) y un progreso modesto en la reducción de las emisiones de los otros contaminan­
tes importantes. Se puede dar una burda aproximación de la situación de las emisiones
de los contaminantes del aire mediante la expresión:
Emisiones de actividad emisiones de contaminantes
contaminantes = población económica por unidad de
del aire por persona actividad económica
(1.1)

Desde el despertar respecto a! medio ambiente del periodo 1969-1970, ha continuado


el crecimiento de Estados Unidos, en población y en actividad económica por persona
(como ha sucedido en la mayor parte de los países industriales), pero las emisiones de
contaminantes por unidad de actividad económica han declinado paulatinamente, debido
a los rigurosos programas de control de las emisiones. De este modo, en la mayor parte
de Estados Unidos, las emisiones y, por consiguiente, las concentraciones medidas de la
mayor parte de los contaminantes en la atmósfera declinaron de manera paulatina entre
1970 y 1993. El descenso no ha sido tan rápido como muchos han deseado, ni tan rápido
como muchos predijeron, y existen excepciones respecto a este descenso (por ejemplo, el
aumento de la lluvia ácida en el noreste de Estados Unidos). Sin embargo, en general, la
instalación de equipo de control de la contaminación cada vez más eficaz ha permitido el
aumento de la población (en E.U.) e incrementar el nivel de la actividad económica por
persona, al mismo tiempo que se disminuye la mayor parte de las concentraciones de los
contaminantes medidos del aire. Por desgracia, la ley de disminución de las utilidades tam­
bién se aplica al control de la contaminación del aire: los pasos de control de la contamina­
ción que se han dado hasta la fecha han sido más fáciles y más baratos que los que se
tendrán que dar en el futuro.

1.5 EMISIONES, ACARREO, RECEPTORES


En la figura 1.1 se tiene un esquema del proceso de la contaminación del aire. Alguna
fuente emite contaminantes hacia la atmósfera. Los contaminantes son acarreados, se di­
luyen y se modifican, química o físicamente, en la atmósfera y, por último llegan hasta un
receptor, en donde dañan la salud, los bienes o alguna otra parte del medio ambiente. Al­
gunos de los contaminantes son extraídos de la atmósfera por los procesos naturales, de
modo que nunca encuentran un receptor.
En este libro, en cualquier análisis de la contaminación del aire o en cualquier estu­
dio de la estructura reglamentaria del control de esa contaminación, se encuentran miría­
das de detalles. También se encuentra que lo que se hace por una clase de fuente o un
contaminante en particular es diferente de lo que se hace por otra fuente u otro contami­
nante. Algunas de estas diferencias provienen de un accidente histórico y algunas son
resultado de las fuentes y tecnologías de control muy diferentes para los diversos con­
taminantes de importancia. Al enfrentarse a esta diversidad de detalles, sería bueno mi-
INTRODUCCIÓN AL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 7

Emisión: Atmósfera: Efectos sobre:


Fuentes Acarreo Salud humana
Medición Dilución Materiales
Control Modificación Clima global

Extracción de los contaminantes


por mecanismos naturales

FIGURA 1.1
Esquema de la contaminación del aire en el que se muestran las interre-
laciones entre las emisiones, el acarreo, la dilución, la modificación y
los efectos.

rar en ocasiones la figura 1.1, para ver de qué manera ese detalle particular se ajusta en el
esquema global de la contaminación del aire que se muestra aquí.
En la figura 1.1 también se ve la razón principal por la que la contaminación del aire es
diferente de la contaminación del agua o de la higiene industrial. Si se trazara la misma
figura para la contaminación del agua, el recuadro del acarreo atmosférico se reemplaza­
ría con un recuadro para el acarreo por las aguas freáticas o las corrientes. En realidad,
esos mecanismos son complejos, pero no tan complejos como el acarreo atmosférico. Tam­
bién se vería que la forma química o biológica en la que se emiten la mayor parte de los
contaminantes del agua es la que causa los efectos nocivos. No se cumple lo mismo para
la contaminación del aire: muchos de los contaminantes importantes se forman en la at­
mósfera y se llaman contaminantes secundarios para distinguirlos de sus precursores, los
contaminantes primarios. El higienista industrial, quien es el responsable de proteger a
los trabajadores en las fábricas y otros lugares de trabajo, muchas veces está interesado
en las mismas emisiones que el ingeniero especialista en el control de la contaminación
del aire, pero aquél normalmente tiene una trayectoria de acarreo definida con más facili­
dad entre la emisión y los que resultan perjudicados y rara vez trata con contaminantes
secundarios.
En la figura 1.2 se ilustran varias de estas ideas, en donde se ven las concentraciones
promedio suavizadas de cuatro contaminantes del aire para un día en Los Ángeles. El CO
y el NO son contaminantes primarios, y son emitidos en su mayor parte por los automó­
viles (capítulo 13), como lo son los hidrocarburos (HC), que no se muestran en esta figu­
ra. Las concentraciones pico de CO y NO se tienen durante el periodo de cambio de la ma­
ñana.
El N0 2 y el 03 son contaminantes secundarios que se forman en la atmósfera por un
conjunto complejo de reacciones, las cuales se resumen como (véase el apéndice D)
NO + HC + O2 + luz solar N0 2 + 0 3 (1.2)
La concentración pico del N0 2 se tiene antes del pico para el O3 debido a que en la se­
cuencia de la reacción, la cual es mucho más compleja que la simplificación dada en la
ecuación (1.2), se forma primero el N0 2 y, a continuación, el 0 3 . El pico de la concentra­
ción de CO, que en la escala de la derecha se muestra que es = 70 veces la concentración
pico de NO, no decae con tanta rapidez como el pico del NO, porque la concentración de
CO sólo es reducida por el mezclado y la dilución atmosféricos (capítulo 6), en tanto que
8 CAPÍTULO 1

NO

2400 0300 0600 0900 1200 1500 1800 2100 2400


I lora del día

FIGURA 1.2
Concentraciones promedio diarias suavizadas de contaminantes seleccionados en Los Ángeles, California.
19 de julio de 1965 [3. 4]. Obsérvese la progresión NO NO2 O3 y el comportamiento diferente del
CO. el cual no pasa por reacciones químicas rápidas en la atmósfera.
INTRODUCCIÓN AL CONTROL DL LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 9

1.6 UNIDADES Y ESTÁNDARES


En este libro se usan tanto las unidades inglesas como las SI. Dentro de lo posible, se
utilizarán las unidades que más se usan en Estados Unidos en esa parte específica del
control de la contaminación del aire. Históricamente, los científicos han utilizado el sistema
métrico o el SI (muchas veces, la versión cgs del métrico), en tanto que los ingenieros (en
E.U.) han utilizado el sistema inglés para ingeniería. Los reguladores han aplicado los sis-
temas mezclados. Las emisiones permitidas provenientes de los automóviles (capítulo 13)
se expresan (en E.U.) en g/milla, ¡una unidad mixta métrica-inglesa! Ésta tiene la aparien-
cia de una unidad ¡lógica, pero no lo es. Los datos de las emisiones se usan en modelos
matemáticos (capítulo 6), en los que se expresan las emisiones en g/s. Todos los datos de
que se dispone sobre el uso del automóvil se expresan en millas recorridas en los vehícu-
los/hora y las normas federales de eficiencia del consumo de combustible en los automó-
viles, las cuales son probadas por la división de contaminación del aire de la U.S. EPA, se
encuentran en millas/galón. El ingeniero prudente aceptará las unidades en uso, expre-
sará con claridad las unidades en cualquier cantidad y siempre comprobará las unidades
en cada cálculo.
En Estados Unidos, una concentración expresada en partes por millón (ppm) casi siem-
pre es ppm en volumen o en mol, si es concentración en un gas, y ppm en masa o peso, si
es concentración en un líquido o sólido. (Para un líquido o un sólido con una gravedad
específica de 1.0, como el agua o soluciones diluidas en agua, ppm es lo mismo que mg/kg,
que también se utiliza con amplitud.) Este significado mezclado para las ppm sigue siendo
una fuente de confusión cuando, en el mismo problema, aparecen concentraciones tanto
de un líquido o sólido como de un gas. (Lo mismo se cumple para las partes por mil millo-
nes; ppmm = μg/kg, para un material sólido o líquido con gravedad específica de 1.0.)
Cuando se hace referencia a las condiciones estándar para un gas, parece haber sólo
una selección para la presión, la atmósfera estándar, cuyo valor en diversos sistemas de
unidades aparece en las guardas posteriores de este libro. Por desgracia, no existe un
acuerdo comparable respecto a cuál temperatura se debe usar. Se usan los valores de 0°C,
18°C, 20°C y 25°C. En todo este libro, a menos que se exprese otra cosa, se supone que el
aire y los gases de procesos se encuentran a 1 atmósfera estándar y 20°C (= 68°F). Tam-
bién en las guardas posteriores se dan las propiedades del aire y el agua a esta tempera-
tura y varias otras. (Desafortunadamente, muchas de las regulaciones de la EPA se basan
en una temperatura estándar de 25°C = 77°F.)

1.7 RESUMEN
1. La contaminación del aire es la presencia en el aire de materiales nocivos producidos
por el hombre, en cantidades bastante grandes como para producir efectos nocivos.
2. Antes de 1969, el interés público en relación con la contaminación del aire no era im-
portante. Alrededor de esa época aumentó de manera dramática y ha permanecido en
niveles altos.
3. Es improbable que puedan resolverse los problemas de contaminación del aire soplan-
do el aire contaminado para alejarlo, tendrán que resolverse por la reducción de las
emisiones de contaminantes.
4. No existe un "'problema de contaminación del aire" sino más bien una familia de pro-
blemas relacionados. Es improbable que se encuentre una manera barata y fácil para
resolver estos problemas. En lugar de ello, se tendrán que dar pequeños pasos hasta
alcanzar las metas de calidad del aire y, probablemente, serán más caros que los pasos
que se han dado hasta ahora.
10 CAPÍTULO 1

5. El problema global de contaminación del aire toma la forma siguiente: emisiones —> aca-
rreo, dilución y modificación en la atmósfera —> efectos sobre las personas, bienes y el
medio ambiente. Aun cuando los detalles pueden diferir de contaminante a contami-
nante, todos se ajustan a este patrón.
6. Algunos de los contaminantes más importantes del aire son contaminantes secunda-
rios, los cuales se forman en la atmósfera a partir de precursores contaminantes pri-
marios.
7. El significado de ppm es ppm en volumen o mol, cuando se aplica a los gases, y de
ppm en masa o peso, cuando se aplica a líquidos y sólidos.
8. Para todos los problemas y ejemplos en este texto, a menos que se exprese otra cosa,
la presión es de 1 atm y la temperatura es de 20°C = 68°F (véanse las guardas poste-
riores de este libro).

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas pos-
teriores.

1.1. En el ejemplo 1.1:


a) Estímese la caída de presión requerida.
b) Estímese la potencia de bombeo requerida.
Respecto a los métodos para hacer estas estimaciones, consúltese cualquier libro de texto de
mecánica de fluidos.
1.2. a) En la tabla 1.1 se ve que el 50% en peso de los contaminantes listados son CO. ¿Con base
en esa tabla se concluye que el 50% del problema de la contaminación del aire en listados
Unidos es un problema de CO?
b) En la misma tabla se indica que el 47% en peso de todos los contaminantes listados pro-
vienen de la transportación (en su mayor parte, automóviles). ¿Se concluye que el 47% del
problema nacional de contaminación del aire en E.U. es un problema de los automóviles?
c) Si la respuesta a estas preguntas es no, dé una explicación.
1.3. En la tabla 1.1 se ve que la mayor parte de los óxidos de nitrógeno son emitidos por la trans-
portación y la generación de potencia, con emisiones mucho menores provenientes de otras
fuentes. ¿Por qué estas otras fuentes son menos importantes?
1.4. El 18 de mayo de 1980, el monte Saint Helens en Washington despidió hacia la atmósfera ce-
niza que se estimó en 540 millones de toneladas cortas [5|.
a) ¿Qué comparación existe entre esta cantidad y las emisiones de PM10 provenientes de las
actividades durante 1991 que se indican en la tabla 1.1?
b) ¿Resulta razonable hacer esta comparación? ¿Por qué sí o por qué no?

BIBLIOGRAFÍA
1. Halliday, E. C: "A Historical Review of Atmospheric Pollution", en World Health Organization
Monograph Series, No. 46, Geneva, 1961.
2. National Air Pollutant Emissions Estimates, 1900-1991, EPA-454/R-92-013, 1992.
3. "Comprehensive Technical Report on All Atmospheric Contaminants Associated with Photochemical
Air Pollution", TM-(L)-4411/002/01, System Development Corporation, Santa Mónica, Calif., ju-
nio de 1970.
4. "Air Quality Critería for Nitrogen Oxides", AP-84, U.S. EPA, 1971.
5. Tilling, R. I.: Eruptions of Mt. St. Helens: Past, Present and Future, U.S. Department of the Interior/
USGS (sin fecha), p. 17.
CAPÍTULO

2
EFECTOS DE
LA CONTAMINACIÓN
DEL AIRE

Éste es un libro acerca del control de la contaminación del aire. Pero cualquier ingeniero
competente empieza cualquier tarea de ingeniería preguntando, entre otras cosas, ¿por qué
se está haciendo esto? Se controla la contaminación del aire porque causa efectos no­
civos sobre la salud humana, los bienes, la estética y el clima global. En este breve capí­
tulo se revisa lo que se sabe acerca de estos efectos sobre la salud humana y los bienes,
así como sobre la visibilidad. En el capítulo 14 se consideran los efectos globales. Debido
a que las leyes sobre la contaminación del aire, en Estados Unidos y otros países indus­
trializados, se refieren en su mayor parte a la protección de la salud humana, en primer
lugar se considerarán los efectos sobre esa salud humana.

2.1 EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN


DEL AIRE SOBRE LA SALUD HUMANA
En diciembre de 1984, en Bhopal, India, una liberación de isocianato de metilo de una plan­
ta de pesticidas mató a alrededor de 2500 personas. Fugas semejantes de sulfuro de hi­
drógeno, provenientes de plantas procesadoras de gas natural, han matado a cientos de
personas. Estos trágicos sucesos atraen una amplia atención. Normalmente, no se con­
sideran casos de contaminación del aire sino, más bien, accidentes industriales. Los da­
ños a la salud humana causados por la contaminación del aire son de un tipo muy dife­
rente. Los materiales que intervienen rara vez son tan tóxicos como el isocianato de metilo
o el sulfuro de hidrógeno. En general, no se liberan en concentraciones casi tan altas como
las que causan esos desastres. Lo normal es que sus efectos no sean el resultado de una
sola exposición (el isocianato de metilo y el sulfuro de hidrógeno pueden matar en un
minuto o dos), sino de una exposición repetida a bajas concentraciones durante largos
periodos.
En la tabla 2.1 se listan los contaminantes del aire que se regulan en Estados Uni­
dos en 1991 porque la exposición a ellos es nocivo para la salud humana. La mayoría de
los esfuerzos en relación con la contaminación del aire en Estados Unidos (y la mayor
parte de este libro) se dedican al control de los contaminantes de esta lista. Con regula­
ridad se publican [1-4] revisiones extensas y detalladas de los efectos sobre la salud de
contaminantes del aire. En el resto de esta sección se presentan algunas ideas básicas
relativas a los efectos sobre la salud de estos contaminantes.

11
12 CAPÍTULO 2

TABLA 2.1
Contaminantes del aire que se creen peligrosos para la salud humana
y que, en la actualidad, se regulan en Estados Unidos
Contaminantes regulados por las National Ambient Air Quality Standards (NAAQS. Normas
Nacionales de la Calidad del Aire Ambiente), según se describen en la 40CFR50 (con fecha 1 de
julio de 1991). Éstos se conocen como contaminantes de criterios, porque antes de que se
publicaran las normas, se emitieron los documentos conocidos Air Quality Critcria (Criterios sobre
la Calidad del Aire).

Óxidos de azufre
Materia en partículas finas
Monóxido de carbono
Ozono
Bióxido de nitrógeno
Plomo

Contaminantes regulados por las National Emission Standards for Hazardous


Air Pollutants (NESHAP, Normas Nacionales sobre Emisiones para Contaminantes Peligrosos del
Aire), según se describen en la 4OCFR61 (con fecha 1 de julio de 1991). listos se conocen como
contaminantes peligrosos del aire o tóxicos del aire.

Asbesto
Benceno
Berilio
inmisiones de hornos de coquización
Arsénico inorgánico
Mercurio
Radionúclidos
Cloruro de vinilo

Las Clean Air Amendments (Enmiendas sobre el Aire Limpio) de 1990 ampliaron esta lista a 189
productos químicos. Las regulaciones para esos productos, además de los ocho antes mencionados,
en la actualidad se encuentran en el canal regulador confidencial (véase el capítulo 15).

Al menos desde la época de Paracelso (1493-1541) se ha sabido que no tiene signi-


ficado hablar de cualquier sustancia como nociva, a menos que se especifique cuánto se
administra de esa sustancia. Él dijo: "Existe un veneno en todo y nada existe sin veneno.
Es la dosis lo que lo hace nocivo o no". Lo mismo se cumple para la contaminación del
aire. Para hacer cualquier afirmación significativa acerca de los efectos de la contamina-
ción del aire sobre la salud humana, debe considerarse la dosis que reciben las perso-
nas, es decir.
Dosis = [(concentración en el aire respirado)d/(tiempo) (2.1)
El interés actual en la contaminación del aire y la salud está dirigido en su mayor par-
te a exposiciones a bajas concentraciones y de larga duración (las cuales conducen a efec-
tos crónicos). Las exposiciones a altas concentraciones y de corta duración (las cuales
conducen a efectos agudos) sólo ocurren en los accidentes industriales (como en la tra-
gedia de Bhopal) o en los episodios de emergencia de la contaminación del aire; estos
últimos ocurrieron en ocasiones en el pasado [5], pero ahora son muy raros en los paí-
ses con reglamentaciones modernas de control de la contaminación.
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 13

Dosis (en este caso, concentración del contaminante del aire


al que está expuesto el público)

FIGURA 2.1
Curvas de respuesta a la dosis con umbral y sin umbral. Las rectas son una
admisión de ignorancia; en general, no se conocen las formas verdaderas de
estas curvas.

Para determinar qué dosis es nociva, se desea construir una curva de respuesta a la
dosis. Una curva de este tipo sólo se puede construir para contaminantes por separado,
no para la "contaminación del aire en general. (Se puede presentar sinergismo, en don-
de el efecto de dos contaminantes juntos es mayor que la suma de los efectos separa-
dos de los dos, pero los datos que lo muestren son escasos.) En la figura 2.1 se tiene una
curva de respuesta a la dosis para una población homogénea hipotética expuesta a un
solo contaminante hipotético durante un periodo específico. Se sabe más acerca de las
curvas de respuesta a la dosis de la farmacología, en donde a sujetos experimentales se
les suministra de manera regular una dosis cuidadosamente medida de productos farma-
céuticos y se miden sus respuestas. Con base en la teoría y la experimentación, se sabe
que, para los productos farmacéuticos, la mayor parte de las curvas comunes de respues-
ta a la dosis es la curva sin umbral, la cual pasa por el origen [6].
Sin embargo, en la higiene industrial se ha observado que existe cierta concentración
de los contaminantes, conocida como valor de umbral que "representa las condiciones a
las que se cree pueden exponerse repetidas veces casi todos los trabajadores, día tras
día, sin tener un efecto adverso" [7], Estos valores, conocidos como valores límites de
umbral (TLV, por threshold limit values), son establecidos por las juntas de higiene in-
dustrial [8]; se espera que en las plantas industriales se impida la exposición de los tra-
bajadores a concentraciones más altas que los TLV. Estos TLV no representan en verdad
concentraciones sin efecto; más bien, representan concentraciones a las que los efectos
14 CAPÍTULO 2

(a) (b)

(c) (d)

FIGURA 2.2
Analogía de la mecánica de los fluidos del mecanismo biológico que podría dar por
resultado un valor verdadero de umbral para una sustancia tóxica. Para gastos
menores que el ilustrado en b), no existe flujo por la abertura superior. Si los
productos de degradación que salen por la ruta inferior son innocuos y los que salen
por la superior son dañinos, entonces el umbral verdadero correspondería a una
razón de entrada igual a la que se ilustra en b). (Según Ghering y otros |9].)

sobre la salud (si existen) son menores que la variación en la salud del pueblo en gene-
ral; por consiguiente, la "señal" (efecto sobre la salud) se pierde en el "ruido" de la varia-
ción de la salud general de la población.
Si la idea de los valores de umbral fuera literalmente verdadera, entonces las curvas
verdaderas de respuesta a la dosis serían como la curva con umbral de la figura 2.1. Ghering
y otros han presentado razones teóricas como para creer que existen esos umbrales ver-
daderos [9], Su teoría se ilustra por la analogía hidráulica de la figura 2.2. Si un primer
mecanismo de eliminación puede manejar la entrada completa de contaminante a nuestros
organismos, entonces no entrará en juego el segundo mecanismo de eliminación. Sin em-
bargo, si el primer mecanismo se satura, entonces funcionará el segundo. Si el primer me-
canismo es innocuo pero el segundo crea productos dañinos de degradación dentro del
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 15

organismo o daña algún órgano corporal, no se tendrán daños en nuestros organismos


en tanto ese primer mecanismo de eliminación pueda manejar la entrada completa, pero
se tendrán daños si esa entrada sobrepasa la capacidad de este último mecanismo. Con
esta teoría, tendría que modificarse la ecuación (2.1) para tener
Dosis dañina = [(razón de ingestión debida a la respiración)
- (razón de eliminación por el primer mecanismo)]d(tiempo) (2.2)
Se tienen umbrales conocidos para algunas sustancias de nuestra dieta, como el se­
tenio [10]. El selenio es un nutriente esencial; una dieta de cero selenio es mortal. Sin em­
bargo, las dosis grandes son venenosas; una dieta alta en selenio también es mortal. Por
lo tanto, se deben tener dos umbrales, uno inferior y uno superior, entre los cuales se tiene
un nivel de ingestión dietético de selenio que es innocuo (o por lo menos no mortal). Por
fortuna, el rango entre las dos condiciones mortales es bastante amplio.
Existen razones teóricas (y algunas experimentales) para creer que hay algunas sus­
tancias para las cuales no existe umbral; para esas sustancias, cualquier ingestión es da­
ñina. (Esa ingestión no es necesario que cause daños a todas las personas expuestas. En
lugar de ello, puede elevar la probabilidad estadística de contraer alguna enfermedad; por
ejemplo, cáncer.) En términos de la analogía hidráulica, no hay mecanismo innocuo de eli­
minación (o sus efectos son tan pequeños como para escapar a la detección experimen­
tal). Se cree que la mayor parte de esas sustancias que no tienen umbrales son carcinóge­
nas o emisoras de radiación ionizante. Es difícil establecer experimentalmente la existencia
o no existencia de esos umbrales.
Si se desea establecer la curva de respuesta a la dosis para un contaminante, se tie­
nen tres enfoques posibles: experimentos con animales, experimentos de laboratorio con
seres humanos y estudios epidemiológicos de poblaciones humanas.

2.1.1 Experimentos con animales


En [11] se da un buen ejemplo de un experimento con animales. Dos grupos de ratones
(el grupo del ozono y el de control) se expusieron de manera simultánea a un aerosol que
contenía bacterias de estreptococo C, las cuales mataron hasta el 80% de aquéllos. El gru­
po del ozono se había expuesto con anterioridad, durante tres horas, a diversas concen­
traciones de ese gas; el de control no se había expuesto al gas. En la tabla 2.2 se presentan

T A B L A 2.2
Resultados experimentales de la exposición de ratones al ozono
y, a continuación, a bacterias de estreptococo C
Porcentaje de mortalidad
Concentración de ozono, ppm Grupo de control Grupo del ozono Diferencia
0.52 13 80 67
0.35 0 60 60
0.30 3 40 37
0.20 8 50 42
0.18 0 63 63
0.17 8 45 37
0.10 8 35 37
0.08 15 38 23
0.07 15 35 20
0.07 8 5

Fuente: Referencia
16 CAPÍTULO 2

80

60

40

20

Interpretación sin umbral

Interpretación con valor de umbral

-20
0.0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6
Concentración de ozono, ppm
FIGURA 2.3
Datos experimentales, tomados de la tabla 2.2. sobre la diferencia en la mortalidad
entre ratones expuestos a ozono y un grupo de control no expuesto;
posteriormente, ambos se expusieron a bacterias de streptococcus [11], Se
presentan dos interpretaciones posibles.

los valores observados de mortalidad para los grupos del ozono y de control y, en la fi­
gura 2.3 se tiene la gráfica de la diferencia en mortalidad contra la concentración de ozono.
Con base en este experimento, se observa lo siguiente:

1. Es difícil realizar cualquier experimento con seres vivientes y lograr tan buena repro-
ducibilidad como la que se obtiene con los objetos inanimados. En los 10 experimen­
tos, los grupos de control se expusieron a lo que se pretendió fuera la misma cantidad
de bacterias en cada ocasión. La mortalidad observada varió desde 0 hasta el 15%.
Los datos sobre la diferencia en la mortalidad también tienen una dispersión signifi­
cativa. Casi con certeza, la diferencia negativa en la mortalidad es resultado de la dis­
persión en los datos experimentales. Es difícil imaginar un mecanismo mediante el cual
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 17

una exposición a 0.07 ppm de ozono protegería a los ratones contra una infección
bacteriana subsiguiente.
2. La exposición al ozono produce un efecto significativo sobre la mortalidad, con con-
centraciones superiores a más o menos 0.10 ppm, y el efecto se incrementa al aumen-
tar la concentración de ozono.
3. En este caso, el efecto de la contaminación del aire fue indirecto. Ninguno de los ra-
tones murió como resultado sólo de la exposición al ozono. Más bien, el ozono, que es
un irritante respiratorio, puede presumirse que irritó los pulmones de los ratones ex-
puestos, lo que facilitó que una cantidad mortal de bacterias entrara a la corriente san-
guínea. Los autores del estudio concluyeron que el ozono dañó parte de los glóbulos
blancos que defienden al organismo contra la invasión bacteriana. Si no se conociera
la historia de la prueba, podría concluirse que la exposición a altas concentraciones
de ozono condujo a una mayor mortalidad, pero probablemente no se conocería el me-
canismo de esa mortalidad. Esta incertidumbre acerca del mecanismo es común en los
estudios epidemiológicos relacionados con la contaminación del aire que se describen
en la sección 2.1.3. Inversamente, si sólo se consideraran los informes de las autop-
sias, no se tendría manera de saber cuáles ratones habían sido expuestos al ozono y
cuáles no, o que la exposición al ozono había desempeñado algún papel en sus muer-
tes. Los informes de las autopsias sencillamente dicen: "Murieron de infección bac-
teriana".
4. Aun cuando la dispersión de los datos es molesta, casi no es tan grande como habría
sido si se hubieran utilizado sujetos humanos. En esta clase de estudios, los ratones
son intensamente endogámicos, de modo que la variación genética entre ellos es miles
o millones de veces menor que en las poblaciones humanas. Su medio ambiente se
controla desde su nacimiento para hacerlos tan similares como sea posible; esto no
se cumple para los seres humanos. Aun así, su respuesta muestra una variación con-
siderable.
5. Con base en esta clase de pruebas, se pueden estimar los efectos sobre los seres huma-
nos de exposiciones semejantes. Para los nuevos medicamentos que todavía no se en-
cuentran a disposición del público, los experimentos con animales constituyen la úni-
ca manera con la que se cuenta para hacer esas estimaciones. Sin embargo, lo que es
nocivo para un animal puede no serlo para otro. Por ejemplo, antes de que se aprobara
el uso de la talidomida (un sedante) en el hombre, se probó extensamente en ratones
(incluyendo ratonas preñadas) y no se tuvieron indicaciones de que fuera nociva. En
los seres humanos produjo defectos muy graves de nacimiento. Por consiguiente, las
pruebas con animales sólo sugieren cuáles serán los efectos sobre la salud de los hom-
bres que se sometan a esas exposiciones.
6. En estas pruebas sólo se midieron los efectos agudos, los que se observan en unas
cuantas horas. Proporcionan cierta guía en relación con las exposiciones de corta du-
ración de los seres humanos. Debido a que somos los mamíferos de vida más larga, se
tiene interés en las exposiciones que duran toda la vida. La mayor parte de los ani-
males de laboratorio no viven durante mucho tiempo, de modo que es muy difícil ex-
poner un animal de este tipo a cierto contaminante durante más de un año o dos. Esas
pruebas de corto plazo dicen poco acerca de las exposiciones que experimenta el hom-
bre durante toda la vida a las mismas concentraciones de los mismos contaminantes.
7. Este experimento fue rápido, sencillo y barato. En él sólo intervinieron números pe-
queños de ratones y el efecto considerado, la muerte, es fácil de detectar. Para reali-
18 CAPÍTULO 2

zar una prueba semejante respecto a la carcinogenicidad, tendrían que exponerse los
ratones durante un tiempo más largo y, a continuación, realizar una autopsia en cada
uno de ellos. Si no se supiera en cuál órgano es probable que se desarrolle el cáncer,
tendrían que examinarse todos los órganos de todos los ratones.
8. En la figura 2.3 aparecen dos interpretaciones de los datos: una interpretación con va-
lor de umbral y una sin umbral. Con base únicamente en estos datos, no se puede de-
cir cuál de estas interpretaciones es la correcta (si alguna lo es). Este defecto es típico
de todas las pruebas con animales; con concentraciones elevadas, los resultados son
más bien claros pero, con bajas concentraciones, la incertidumbre y la dispersión in-
troducidas por la variabilidad en los ratones, incluso intensamente endogámicos, ha-
cen imposible determinar la forma verdadera de la curva. Se estima que si se desea
aclarar por completo la cuestión de considerar el umbral o no para una sustancia que
se sospecha es carcinógena, utilizando ratones como los animales experimentales (lo
que no necesariamente aclara las cuestiones para los seres humanos), entonces se ne-
cesitaría un programa experimental que comprendiera por lo menos un millón de ra-
tones (el "experimento de los megarratones").
9. La concentración a la que se ven efectos significativos está por debajo del valor ac-
tualmente permitido en Estados Unidos (NAAQS) de 0.12 ppm. Sin embargo, la exposi-
ción patógena que siguió a la del ozono fue mucho más intensa que la normalmente
encontrada por los humanos. Con rapidez resultaron muertos hasta el 15% de los ra-
tones de control.

2.1.2 Exposición de corta duración de personas voluntarias


Amplios datos publicados muestran que las exposiciones de corta duración en laborato-
rio de adultos jóvenes saludables a concentraciones de contaminantes del aire mucho más
altas que las jamás medidas en el aire ambiente no producen efectos mensurables a corto
plazo o a largo plazo [12, 13]. No obstante, debido a que se tiene interés en los efectos de
la exposición de larga duración y en virtud de nuestro interés en los efectos sobre la sa-
lud no sólo en adultos jóvenes saludables, sino también en la mayoría de los miembros
sensibles de nuestra sociedad (muchachos jóvenes, asmáticos y los ancianos), parece que
las pruebas de laboratorio de corta duración en adultos jóvenes saludables no propor-
cionarán los datos que necesitamos. Esas pruebas son útiles para buscar los mecanismos
fisiológicos detallados del daño por la contaminación del aire, pero la única manera con la
que podemos resolver finalmente las cuestiones acerca del efecto sobre la salud es a tra-
vés de epidemiología muy elaborada.

2.1.3 Epidemiología
Se han hecho varios intentos para realizar los estudios epidemiológicos requeridos. Qui-
zá el más interesante es el estudio del Community Health and Environmental Surveillance
System (CHESS, Sistema de Vigilancia de la Salud de la Comunidad y del Medio Ambien-
te) [14]. Ha recibido fuertes críticas técnicas [15] y ha sido defendido con vigor [16], Sin
embargo, a pesar de sus defectos técnicos, el enfoque general de este estudio es, final-
mente, el que tiene más probabilidad de permitir construir curvas exactas de respuesta a
la dosis para los contaminantes del aire. En una parte del estudio CHESS se selecciona-
ron cuatro ciudades a diversas distancias de una gran fundidora de cobre en el Salt Lake
Valley. Las ciudades tenían un gradiente demostrable de concentración de bióxido de azu-
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 19

fre, debido a los patrones prevalecientes del viento y sus diferentes distancias a la fun­
didora. El equipo que realizó el estudio intentó seleccionar vecindades en cada una de
estas ciudades en las que se pudieran equiparar las características sociológicas. Para cada
vecindad, dicho equipo intentó medir la salud del pueblo, haciendo resaltar de manera es­
pecífica los problemas de salud para los que se creía que el bióxido de azufre influía so­
bre ellos (asma, bronquitis crónica y enfermedad respiratoria menor en los niños). Enton­
ces se buscó una relación entre la exposición al S0 2 y esas enfermedades. Ese equipo
afirma haber demostrado que existe esa relación, una conclusión que sus críticos han ne­
gado con vehemencia.
Si se supone, en beneficio del argumento, que sus datos son válidos, se pueden exa­
minar esos datos para ver si conducen a una definición no ambigua de la relación de res­
puesta a la dosis para la exposición a un contaminante específico del aire. En la figura 2.4
se tiene una gráfica de la incidencia de enfermedades respiratorias menores entre los ni­
ños, como función de la concentración promedio anual de S0 2 en las cuatro ciudades.
Esta gráfica revela lo siguiente:

1. El efecto considerado sobre la salud no es cero para una exposición de cero al con­
taminante; incluso en el medio ambiente más limpio, una fracción significativa de ni-
50

40

Curva sin umbral

30

Curva con valor de umbral

20

0
0 20 40 60 80 100
Concentración promedio anual en el ambiente de S0 2 , ug/m3
FIGURA 2.4
Algunos datos del estudio CHESS [14]. Los puntos representan las áreas de estudio (de
izquierda a derecha) Ogden, Salt Lake City, Kearns y Magna. Las distancias a una gran
tundidora de cobre y los patrones prevalecientes del viento influyen sobre las
concentraciones de SO,.
20 CAPÍTULO 2

ños tendrán enfermedad respiratoria menor en cualquier año. Si la curva es del tipo de
valor de umbral, entonces se debe avanzar horizontalmente desde el valor de exposi-
ción cero, como se indica, hasta que se alcanza el valor de umbral, en donde se virará
hacia arriba. La curva con valor de umbral que se muestra en la figura 2.4 vira hacia
arriba en 80 ug/m3, que es el NAAQS promedio anual de SO2 en Estados Unidos.
2. Los datos no apoyan sin ambigüedad la interpretación con valor de umbral o aquélla
sin umbral. Dado por sí solo este conjunto de datos, difícilmente alguien sería impul-
sado a seleccionar la mejor interpretación.
3. Las gráficas de efectos sobre la salud se trazan contra la concentración de SO2, el óxi-
do de azufre que se mide con más facilidad. Está lejos de aclarar que éste sea el agen-
te biológicamente activo; puede estar sirviendo como un representante para todos los
óxidos de azufre y partículas. Existe sólida evidencia de que el agente biológicamente
activo es el aerosol ácido, creado por el depósito del ácido sulfúrico sobre partículas
finas [17]. El estudio CHESS contiene mucho más datos que los consignados en la
figura 2.4. Se eligió este conjunto de datos en particular porque no está complicado
por el efecto del hábito de fumar, el cual complica intensamente todos los datos re-
ferentes a adultos.

Un enfoque epidemiológico alternativo que se ha aplicado con amplitud es el estudio


retrospectivo de las tasas anuales de mortalidad como función de la concentración de la
contaminación del aire. Los datos del Censo de E.U. incluyen las tasas de mortalidad por
periodo entre censos y se cuenta con algunos datos que permiten inferir las concentra-
ciones de contaminantes del aire de esos periodos. En varios estudios basados en esta
información se ha intentado seleccionar esos efectos. En el mejor conocido de estos es-
tudios, se aplicó el análisis de regresión lineal para correlacionar la tasa anual de morta-
lidad con variables socioeconómicas, incluyendo exposiciones medidas a la contamina-
ción del aire [18]. Los investigadores encontraron que la variable explicativa más fuerte
fue el porcentaje de la población con más de 65 años de edad. Las otras variables esta-
dísticamente válidas fueron el porcentaje de no blancos, la densidad de la población y
dos variables de contaminación del aire: el promedio anual de partículas suspendidas y el
valor mínimo de la concentración promedio quincenal de sulfato. Esta última es sorpren-
dente porque sugiere que lo que cuenta no es la presencia nociva de altas exposiciones,
sino la presencia benéfica de las bajas.
En un estudio reciente de este tipo [19] se mostró un aumento significativo en la tasa
de mortalidad al incrementarse la concentración de partículas finas, incluyendo concen-
traciones que, con anterioridad, se creía que no producían efectos nocivos.
Otro enfoque es correlacionar las tasas diarias de mortalidad con las variaciones en
la concentración del contaminante del aire [20], En todos estos estudios, parece que las
conclusiones son que la contaminación del aire es un factor relativamente sin importan-
cia al determinar las tasas diarias de mortalidad. Por ejemplo, en la referencia 20, cinco fac-
tores tuvieron correlaciones más altas con los datos de la tasa diaria de mortalidad que la
contaminación del aire, incluyendo la estación del año, la temperatura alta extrema, las epi-
demias de influenza, los cambios bruscos de temperatura, los días de fiesta (en la Navi-
dad y el Año Nuevo se tienen tasas más altas de mortalidad que en otros días) y el día de
la semana (en los lunes son altas; en los miércoles y jueves son 3% más bajas que los
lunes). Los autores de este estudio concluyeron que, después de haber tomado en cuenta
estos efectos, todavía se tenía una variación residual de la tasa diaria de mortalidad de
alrededor del 3% que podía correlacionarse con la concentración de bióxido de azufre. Este
E F E C T O SD EL AC O N T A M I N A C I Ó ND E LA I R E2 1

estudio también ha provocado controversia y crítica [21]. (Véanse los problemas 2.5 y 2.6.)
En un ejemplo reciente de este tipo de estudio [22], en un área metropolitana mucho me­
nor, se demostró que existe un incremento significativo en la tasa diaria de mortalidad al
aumentar la concentración de partículas finas.
Estos tres tipos de estudios epidemiológicos son todos difíciles y sus resultados es­
tán sujetos a serios desafíos; sin embargo, parece que son las mejores medidas con las
que se cuenta.

2.1.4 Reglamentaciones para proteger la salud humana


Dada la dificultad para obtener curvas de respuesta a las dosis que no sean ambiguas, no
debe sorprender que haya controversia sobre qué tan limpio desea la gente que sea el
aire (o cuánto está dispuesto a gastar la gente para contar con un aire limpio). Encarada
con este problema, la U.S. Environmental Protection Agency (EPA), actuando con base
en la Clean Air Act ha ordenado la realización de estudios por parte de científicos médi­
cos sobresalientes y concluido que los seis primeros contaminantes que se listan en la ta­
bla 2.1 tienen umbrales, en tanto que los últimos ocho no tienen umbrales demostrables.
La Clean Air Act exige que la EPA establezca las National Ambient Air Quality Standards
(NAAQS) (las cuales son los niveles máximos admisibles de contaminación) para los con­
taminantes con valor de umbral. Los valores se deben fijar para ''proteger la salud públi­
ca, con un margen adecuado de seguridad". Respecto a los contaminantes para los que
parece no existir un valor seguro y demostrable de umbral, esa norma no se puede fijar.
La Clean Air Act regula los ocho contaminantes sin umbral a través de las reglamenta­
ciones de las National Emission Standards for Hazardous Air Pollutants (NESHAP). Estas
reglamentaciones se analizan con brevedad en el capítulo 3 y, con más detalle, en el capí­
tulo 15. En 1990 el Congreso (de E.U.) listó 189 productos químicos como contaminantes
peligrosos del aire.
En Estados Unidos, la Occupational Safety and Health Administration (OSHA, Ad­
ministración para la Seguridad y la Salud en el Trabajo) y la ACGIII (American Conference
of Governmental Industrial Hygienists, Conferencia Americana de Higienistas Industria­
les Gubernamentales) [8] regulan las exposiciones industriales a los contaminantes. Esas
instituciones han determinado las concentraciones permitidas de exposición en el traba­
jo para algunos de los contaminantes que se listan en la tabla 2.1 (así como para muchos
otros a los que el público no está expuesto). En la tabla 2.3 se presentan los dos conjun­
tos de valores.
Con base en la tabla 2.3, se ve que, en general, las concentraciones industriales per­
mitidas son mucho más altas que las concentraciones permitidas para el aire ambiente. Esta
diferencia refleja dos hechos: el público en general está expuesto al aire ambiente 168 ho­
ras a la semana, pero sólo están en el trabajo 40 horas por semana, y la población traba­
jadora no incluye a los miembros más susceptibles de la población (infantes, asmáticos y
los ancianos). Además, las personas que son especialmente susceptibles a la irritación
por parte de cierto contaminante renunciarán a un trabajo en donde la concentración de
ese contaminante es insuficiente para producir molestias a la gente promedio; a diferen­
cia de las normas de la calidad del aire ambiente, no se pretende que las normas indus­
triales protejan a todos.
En el capítulo 15 se consideran los efectos sobre la salud del CO y del plomo, así
como los problemas especiales de la contaminación del aire en interiores y del radón, los
cuales normalmente no se consideran como contaminación del aire.
22 CAPÍTULO 2

TABLA 2.3
Comparación de las normas de calidad del aire y las normas de exposición industrial
Concentraciones permitidas Concentraciones industriales
en el ambiente permitidas
Sustancia (NAAQS)" (TWA y STEL)"

Bióxido de azufre 80 ug/m 3 (0.03 ppm), b 2 ppm, promedio en 8 h.


promedio anual, 365 ug/m 3 5 ppm, pico en 15 min.
(0.14 ppm), promedio en 24 h.'
Ozono 0.12 ppm (235 ug/m 3 ), 0.1 ppm, promedio en 8 h.
promedio en 1 h. 0.3 ppm, pico en 15 min.
Bióxido de nitrógeno 0.053 ppm (100 ug/m 3 ), 3 ppm, promedio en 8 h.
(NO,) promedio anual. 5 ppm, pico en 15 min.
Monóxido de carbono 9 ppm (10 mg/m 3 ), promedio 50 ppm, promedio en 8 h.
en 8 h. 400 ppm, pico en 15 min.
35 ppm (40 mg/m 3 ), promedio
en 1 h.
Partículas totales 75 ug/m 3 , promedio anual. Existen normas para las clases
suspendidas 260 ug/m 3 , promedio en 24 h. específicas de partículas,
(TSP)'' pero no para las TSP.
Partículas finas 50 ug/m 3 , promedio anual. Existen normas para las clases
(PM 1 0 ) d 150 ug/m 3 , promedio en 24 h. específicas de partículas,
pero no para las PM 10
Plomo 1.5 ug/m 3 , promedio trimestral. 150 ug/m 3 , promedio en 8 h.
450 ug/m 3 , pico en 15 min.
Asbesto No existe NAAQS. Existe una norma especial,
en número de fibras por cc.
Benceno No existe NAAQS. 10 ppm, promedio en 8 h.
Berilio No existe NAAQS. 2 pg/m 3 , promedio en 8 h.
Emisiones del horno No existe NAAQS. No existen normas para estas
de coquización emisiones como grupo,
existen normas para los
componentes por separado.
Arsénico inorgánico No existe NAAQS. 200 ug/m 3 .
Mercurio No existe NAAQS. 10 pg/m 3 , promedio en 8 h más
una norma más baja para
compuestos alcalinos del mercurio.
Radionúclidos No existe NAAQS. No existe norma comparable.
Cloruro de vinilo No existe NAAQS. 5 ppm, promedio en 8 h.

"Las NAAQS (National Ambient Air Quality Standards) son los valores actuales de la EPA. Los valores TWA (time-
weighted average, promedio ponderado en el tiempo) y STEL (short-term exposure limit, límite de exposición de corta
duración) son los valores actuales de la ACGIH (American Conference of Governmental Industrial Hygienists).
b
Para los gases, las normas se pueden expresar como ppm o ug/m3; en la mayor parte de las tabulaciones se presentan
de las dos maneras (para la temperatura y presión estándares del gas). Para los sólidos, como las TSP, PMI0 o el asbesto,
en general no se conoce el peso molecular, por lo común no es posible la representación como ppm en volumen o por
mol: las normas se expresan como ug/m3 o su equivalente (una vez más, suponiendo que el gas se encuentra a la tempe­
ratura y presión estándares).
c
La NAAQS de corta duración (24 h) no se debe sobrepasar más de una vez al año. En cualquier año, no se deben sobre­
pasar las normas promedios anuales.
''Las normas sobre partículas emitidas por la EPA en 1971 fueron para las partículas totales suspendidas (TSP). La defini­
ción real de TSP es el material que es capturado por un muestreador hi-vol (high-volume sampler, muestreador de alto
volumen). Las investigaciones subsiguientes hicieron ver que los muestreadores hi-vol capturaban demasiadas partícu­
las en el rango de tamaños de 10-50 micras. Esas partículas no tienen efecto aparente sobre la salud pero, muchas veces,
en los muestreadores hi-vol pesaban más que las partículas más pequeñas, que tienen efectos sobre la salud. Con fecha
de 1 de julio de 1987, la EPA revocó la nonna sobre partículas para las TSP y la sustituyó con una para las partículas fi­
nas, las cuales se llaman PMl0 (materia en partículas de 10 mieras o más pequeñas). La definición real de las PM10 es
aquel material que es capturado por un muestreador para PM10 que es como un muestreador hi-vol, pero con una admi­
sión diseñada para excluir las partículas más grandes que 10 mieras (véase el capítulo 4).
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 23

2.2 EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN


DEL AIRE SOBRE LOS BIENES
En la historia inicial del control de la contaminación del aire se dio mucha atención al daño
que producía la contaminación del aire sobre los bienes. En la actualidad se piensa poco
en ello. La razón para este cambio es que hace 50 años había contaminantes que causa­
ban daño visible a las plantas y los animales. Los propietarios de estas plantas y anima­
les demandaron por daños y perjuicios a los emisores y, de este modo, contribuyeron al
desarrollo inicial de la ciencia y la ingeniería de la contaminación del aire. Ahora existen
pocas de esas fuentes, debido a que se han impuesto controles estrictos sobre ellas para
proteger la salud humana.
Siguen habiendo unos cuantos ejemplos de esta clase de daños. Los metales se co­
rroen con mayor rapidez en los medios ambientes contaminados de nuestras ciudades que
en los medios más limpios. Las pinturas no duran tanto en los medios ambientes conta­
minados como en los limpios; los neumáticos y otros artículos de caucho fallan por agrie­
tamiento causado por el ozono atmosférico, si no se producen con aditivos antioxidantes
(los cuales ahora la mayor parte los tienen), y algunas plantas verdes son dañadas por
los contaminantes del aire. En la figura 2.5 se presenta un resumen de los efectos del bió-

Días
0.01 0.1 1.0 10 100

1000
1000
Muerte

100
100

10
10

Efectos
1.0 metabólicos Umbral para las
y sobre el lesiones foliares
1.0
crecimiento

0.1
0.1 1.0 10 100 1000 10,000
Duración de la exposición, h

FIGURA 2.5
Curvas con umbral para la muerte de las plantas, lesiones foliares y efectos
metabólicos o en el crecimiento, según se relacionan con la concentración de bióxido
de nitrógeno y la duración de la exposición [23], (Reimpreso con autorización de
Springer-Verlag y el profesor D. C. MacLcan.)
24 CAPÍTULO 2

xido de nitrógeno sobre las plantas [23]. Como es de esperar, el daño depende de la con-
centración y de la duración de la exposición. Como los seres humanos, las plantas pue-
den sobrevivir con exposiciones de corta duración a altas concentraciones de NO,, sin
algún efecto dañino mensurable; entre mayor sea el tiempo de exposición, más baja es la
concentración necesaria para producir daño.
En el caso de daño a las siembras causado por un solo emisor, bien identificado, his-
tóricamente ha sido más barato para la instalación emisora hacer a los agricultores veci-
nos un pequeño pago por daños que reducir sus emisiones hasta cero. lista práctica ha
creado situaciones divertidas, como la del Salt Lake Valley, en la que los agricultores cer-
canos a la fundidora Kennecott Copper plantaban alfalfa de manera regular, la cual es en
particular sensible a las emisiones de S02 de la fundidora, y entonces reclamaron a esa
fundidora los daños demostrables que ese gas producía a sus siembras. Cuando las emi-
siones de la fundidora se redujeron mucho en la década de 1970, para proteger la salud
humana, esos agricultores dejaron de sembrar alfalfa porque, sin los pagos anuales por
daños, no resultaba económico hacer esa siembra en ese lugar.
La gente ha absorbido muchos costos por daños a los bienes: los habitantes de las
ciudades esperan pintar sus casas con mayor frecuencia que los del campo y se ha acos-
tumbrado a pagar un poco más por neumáticos que contengan antioxidantes. Estudios
ocasionales han estimado el aumento en los costos por esos daños, y las cantidades cal-
culadas son de importancia. Sin embargo, el interés por ellos no es comparable al interés
que ha despertado la salud humana.
Un tipo de daño a los bienes de gran interés es el producido a los monumentos his-
tóricos. Si se reduce la producción de alfalfa, las petunias de nuestro jardín se marchitan
o nuestros neumáticos se desgastan un poco más rápido debido al daño por el ozono, se
puede mitigar el daño mediante pequeñas cantidades de dinero. Por desgracia, la conta-
minación del aire (principalmente la precipitación acidógena) está dañando las estatuas y
los monumentos de arenisca y de mármol de Europa y del noreste de Estados Unidos.
Esos no se reemplazan con facilidad. En la figura 2.6 se muestra un ejemplo del daño a una
estatua europea, causado por el depósito acidógeno. Las estatuas más lamosas del Par-
tenón las cariátides— se han mudado hacia un museo con aire acondicionado; ahora,
réplicas de fibra de vidrio y epoxi se encuentran afuera en su lugar.

2.3 EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN


DEL AIRE SOBRE LA VISIBILIDAD
La mayor parte de los contaminantes gaseosos del aire son por completo transparen-
tes. La única excepción común es el NO2 el cual es de color café. (El flúor, cloro, bromo y
yodo también tienen color, ya que algunos son vapores orgánicos, pero éstos rara vez se
emiten a la atmósfera en cantidades significantes.) Algunos esmogs urbanos se ven de
color café debido a que contienen NO2 La mayor parte de los electos visibles de la contami-
nación del aire son causados por la interacción de la luz con las partículas suspendidas.
En la figura 2.7 se ilustran las interacciones posibles de un fotón de luz con las partícu-
las atmosféricas.
En la figura 2.7, se ve la luz que viene del faro de un automóvil hasta un ojo. Al-
gunos de los fotones (1) llegan directamente al ojo; éste los ve. Algunos (2) son disper-
sados por las partículas que se encuentran en el aire entre ¡a lámpara y el ojo; éste no los
ve. Algunos (3) son absorbidos por las partículas; éste tampoco ve estos fotones. Al-
FIGURA 2.6
Ejemplo de la precipitación ácida sobre una estatua en el exterior. La estatua, hecha de arenisca porosa, fue creada en 1702 como parte del techo a dos aguas
de la entrada del Castillo en Herten. cerca de Recklinghausen. Alemania. En la fotografía de la izquierda, tomada en 1908. se ven algunas manchas y la
pérdida de la mano izquierda, pero la mayor parte de la cara y de la mano derecha estaban intactas después de 206 años de exposición a la intemperie. En la
fotografía de la derecha, tomada en 1969. se ve la pérdida de la mayor parte de los detalles de la estatua, después del transcurso de 61 años [24]. (Reimpreso
con autorización de la Westfalisches Amt fur Denkmalpflege.)
26 CAPÍTULO 2

FIGURA 2.7
Interacciones posibles de los fotones de luz con las partículas: a) luz del faro de un automóvil que
llega a un ojo, b) vista de la Estatua de la Libertad llegando a un ojo.

gunos (4) son dispersados más de una vez y llegan al ojo desde una dilección diferente a
la del faro. Es probable que el lector haya observado que, en una noche con niebla, al
principio no ve un automóvil que se aproxima, después ve un brillo difuso y, por último,
conforme el automóvil se acerca, ve la forma de los faros de éste. Al principio no ve el
automóvil, porque la luz de los faros es dispersada o absorbida por las partículas de nie-
bla (gotitas de agua), antes de que llegue a sus ojos. Cuando ve el brillo difuso, algunos
de los fotones de luz que vienen de los faros han sido dispersados hacia afuera de la lí-
nea directa de visión y, a continuación, dispersados una vez más por una segunda co-
lisión con una gotita, de modo que llegan a sus ojos desde una dirección diferente a la lí-
nea directa de visión al faro. Por último, al aproximarse el automóvil, la mayor parte de los
fotones llegan a sus ojos directamente, sin ser dispersados, de modo que puede ver una
imagen clara del faro.
El que un fotón sea absorbido o dispersado por una partícula lo determina en su ma-
yor parte la relación del diámetro de la partícula a la longitud de onda de la luz. Si el diá-
metro de la partícula es mucho mayor que la longitud de onda, el fotón será absorbido (o
reflejado hacia atrás, si la partícula es intensamente reflectora). Si el diámetro de la partícu-
la es mucho menor que la longitud de onda de la luz, el fotón pasará derecho a través de
ella, sin ser absorbido ni dispersado. Si la partícula tiene aproximadamente el mismo diá-
metro que la longitud de onda de la luz, dispersará esta última. Es probable que el lector
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 27

haya observado que es improbable que las nubes blancas brillantes produzcan lluvia; las
partículas (gotitas de agua) en ellas son bastante pequeñas para dispersar la luz y, por
consiguiente, son demasiado pequeñas para caer como gotas de lluvia. Las nubes negras
es probable que descarguen lluvia; las gotitas de agua que están en ellas son bastante
grandes para absorber la mayor parte de la luz que cae sobre ellas y, por tanto, son bas-
tante grandes para caer como lluvia.
En la figura 2.1b, se ilustra cómo se ve la Estatua de la Libertad a cierta distancia en
un día soleado. La propia estatua no está emitiendo luz; se ve por la luz del Sol que refle-
ja. Estos fotones reflejados pueden ser absorbidos o dispersados por las partículas que
se encuentran entre ella y el observador (1) o pueden llegar hasta sus ojos (2). Además,
las partículas en el aire, entre el observador y la estatua pueden dispersar la luz del Sol
hacia él. Cuando se dice que el aire está brumoso, normalmente se quiere dar a entender
que contiene partículas que dispersan la luz solar (o la luz de la Luna o la de las calles) que
va hacia quien observa, lo cual evita que se vean con claridad las escenas distantes. En
la figura 2.76, si una nube oscureciera el aire entre el observador y la estatua, mientras ésta
permanece en el Sol, entonces la estatua se vería con más claridad que como se ve cuan-
do la luz solar es dispersada por las partículas que están en el aire entre ellos. El mismo
efecto es producido por un parabrisas sucio; si una nube cubre el Sol, la visibilidad me-
jora en forma notable.
En realidad, las moléculas de gas son partículas muy pequeñas (diámetro = 0.0005 μ =
0.5 nm). También dispersan la luz (un fenómeno conocido como dispersión de Rayleigh
[25]), pero no de una manera casi tan eficiente como las partículas con diámetros cerca-
nos a la longitud de onda de la luz visible (= 0.3 a 0.6 μ). La dispersión por las moléculas
o partículas cambia el color de la luz. Puesto que la longitud de onda de la luz azul es más
corta que la de la roja, la relación longitud de onda a tamaño de partícula es menor para el
azul que para el rojo, lo que hace que el azul sea más fácil de dispersar que el rojo. Ésa es
la razón por la que el cielo se ve azul: cuando se mira en dirección opuesta a la del Sol, se
ve la parte azul de su luz dispersada hacia quien mira, la mayor parte por moléculas de oxí-
geno. También ésa es la razón por la que las puestas del Sol son de color naranja o rojo:
en la puesta del Sol o en el amanecer, se ve el Sol a través de una columna más larga de
aire que al mediodía, de modo que se dispersa más de la luz azul. Normalmente, las pues-
tas del Sol son más rojas que los amaneceres. El calentamiento solar de la tierra durante el
día y la turbulencia atmosférica resultante producen una concentración más alta de par-
tículas en el aire a la puesta del Sol que al amanecer. Estas partículas dispersan toda la
luz, de modo que la intensidad solar es menor a la puesta del Sol que al amanecer, y dis-
persan la luz azul con más eficiencia que la roja, de modo que la luz que nos llega está
desplazada hacia el extremo rojo del espectro.
En la figura 2.8 se muestra la bruma visible causada por una capa de esmog urbano,
atrapado cerca de la tierra y que contiene muchas partículas finas. Esa bruma es visible
porque dispersa la imagen de los edificios y las calles que están debajo de ella y porque
dispersa la luz del Sol hacia los ojos de quien observa. Las partículas finas que se ven en
la segunda fotografía son en su mayor parte partículas secundarias, producidas en la at-
mósfera por las reacciones químicas entre los contaminantes primarios emitidos por las
actividades humanas. Existen también fuentes no humanas de contaminantes que perju-
dican la visibilidad; por ejemplo, las partículas secundarias formadas a partir de hidro-
carburos emitidos por la vegetación, el polvo acarreado por el viento y las partículas finas
de sal emitidas por la espuma del océano. En la mayor parte de las ciudades importantes,
en particular durante los periodos de poco viento, estas partículas secundarias, causa-
das por la actividad humana, pueden causar una bruma muy perceptible.
F I G U R A 2.8
Dos vistas del centro de Los Angeles: a) un día con fuertes vientos provenientes de un área no
contaminada lleva aire limpio hacia la región; b) durante una mañana de un día con una fuerte inversión
(capítulo 5). con aire limpio arriba de la inversión y con esmog. debajo. La visibilidad está oscurecida
por numerosas partículas finas (con un diámetro de 0,1 a 1 μ más o menos), la mayor parte lormadas en
el aire a partir de hidrocarburos, bióxido de a/ufre y óxidos de nitrógeno (Reimpreso con autorización
del South Coast Air Quality Management District.)

28
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 29

Normalmente, la visibilidad es mucho mejor en los climas secos que en los húmedos,
en su mayor parte debido a que las partículas finas absorben la humedad de la atmósfera
y, como consecuencia, crecen hasta tener un tamaño con el que son dispersoras más efi-
cientes de la luz.
Las propiedades de dispersión y absorción de la luz se usan como una manera de
estimar las emisiones de partículas en las columnas de humo de las chimeneas y otras
fuentes. Este fenómeno se analiza como opacidad de la columna de humo, en el capí-
tulo 4.
En las ciudades, estas brumas pueden resultar benéficas porque alertan al público res-
pecto al hecho de que es probable que también estén presentes contaminantes invisibles.
Estas brumas visibles han incitado a los ciudadanos a pagar el costo del control de la
contaminación del aire, incluyendo el control de los contaminantes invisibles, que pue-
den ser más peligrosos para su salud que las partículas visibles de esas brumas. En zonas
remotas pintorescas, las brumas son molestas porque oscurecen la visibilidad. Las En-
miendas de 1977 a la Clean Air Act establecieron una política para proteger la visibilidad
en las zonas pintorescas y para volverla a establecer en aquéllas en donde había sido de-
gradada por las actividades humanas. Hasta ahora, las zonas pintorescas a que se hace re-
ferencia en la ley incluyen grandes parques nacionales y zonas desérticas.

2.4 RESUMEN
1. Antes de 1960, los daños a los bienes acaparaban el interés principal acerca de los
efectos de la contaminación del aire. Desde 1960 se ha concentrado principalmente en
relación con la salud humana.
2. Cuantificar los efectos sobre la salud de la exposición de corta duración a altas con-
centraciones de los contaminantes comunes del aire es fácil, pero esas altas concen-
traciones sólo se tienen en las pruebas de laboratorio. Es mucho más difícil cuantificar
los efectos sobre la salud de la situación real que encaramos: exposición de larga du-
ración a bajas concentraciones de estos contaminantes.
3. Con frecuencia, los efectos de los contaminantes del aire sobre la visibilidad son los
efectos más obvios para el público. En la actualidad, se han regulado (en E.U.) en
los parques nacionales y en algunas otras zonas pintorescas.

En este capítulo se han examinado las razones por las que es necesario controlar la
contaminación del aire y las dificultades al tener que tomar importantes decisiones que
influyen sobre nuestra salud, nuestra economía y el futuro de nuestro planeta, con base
en datos inadecuados que se relacionan con hechos. Por desgracia, no es probable que
esta situación mejore en un futuro cercano; se deben tomar decisiones importantes con
base en datos inadecuados.
No hay manera de escapar a este dilema. Si se decide esperar hasta que se tengan
más datos, en realidad se está decidiendo en continuar haciendo lo que se hace en la ac-
tualidad, lo cual puede ser un grave error. Deben tomarse las mejores decisiones que se
puedan basar en los datos inadecuados de los que ahora se dispone. En general, los in-
genieros desean tomar decisiones conservadoras pero, en este caso, no está claro lo que
es una decisión conservadora. Si se decide equivocarse del lado de la salud pública, gas-
tando una gran suma de recursos del erario en el control de la contaminación del aire, ¿es
eso conservador? Si se decide equivocarse en la otra dirección, arriesgando la salud del
30 CAPÍTULO 2

público para ahorrar su dinero, ¿es eso conservador? No existe una respuesta ampliamen-
te aceptada para estas preguntas.

PROBLEMAS
Véanse Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas pos-
teriores.

2.1. Los representantes de los industriales afirman que la norma de la calidad del aire ambiente para
el SO2 es tan baja que se sobrepasa si se enciende un simple fósforo de madera en un cuarto de
tamaño modesto. ¿Es esto cierto?
a) Calcúlese la concentración esperada para encender uno de esos fósforos en un cuarto que
tenga 15 ft por 15 ft por 8 ft. Un fósforo típico de madera, de 2 in de longitud, contiene
= 2.5 mg de azufre.
b) Compárese la concentración resultante con la norma de la calidad del aire ambiente del SO2,
promedio anual.
2.2. La National Ambient Air Quality Standard (NAAQS) para la materia en partículas (PM10 pro-
medio anual) es de 50 μg/m3. Cada vez que el lector respira, inhala alrededor de 1 litro (= 1
cuarto) de aire.
a) Suponiendo que el aire contiene 50 μg/m3 de materia en partículas, ¿cuántos gramos de ma-
teria en partículas inhala cualquier persona con cada respiración?
b) Suponiendo que todas las partículas sean esferas con un diámetro de 0.5 μ, ¿cuántas par-
tículas inhala cualquier persona con cada respiración?
c) Si el lector fuera un representante de la industria, ¿cuál de estos números citará? Si repre-
senta una organización para el medio ambiente, ¿cuál citará?
2.3. La NAAQS para el bióxido de azufre (promedio anual) es de 80 μg/m3. Cada vez que el lector
respira, inhala alrededor de 1 litro de aire. Supóngase que el aire se encuentra exactamente en
la NAAQS para el SO2.
a) Con cada respiración, ¿cuántos gramos de SO2 se inhalan?
b) ¿Cuántas moléculas de SO2 se inhalan? Un gramo de SO2 = 9.4 x 1021 moléculas.
2.4. Con la aplicación de la descripción dada en el texto, trácese una curva de respuesta a la dosis
para el selenio en la dieta. Trácese la gráfica del porcentaje de muertes contra la ingestión die-
tética de selenio, g/día.
2.5. Sugiéranse las razones para las observaciones siguientes acerca de la mortalidad diaria:
a) Es más alta en Navidad y Año Nuevo que en los otros días.
b) Es más alta el lunes que el miércoles o el jueves.
2.6. En la figura 2.9 se muestra la mortalidad diaria residual como función de la concentración de
SO2, para el área metropolitana Nueva York-Nueva Jersey.
a) ¿Cuál ecuación representa mejor los datos de la figura 2.9?
b) Con base en esa ecuación, ¿en cuánto se podría reducir la tasa de mortalidad si se redujera
hasta cero la concentración del contaminante?
c) ¿Es eso aceptable?
2.7. Todos los estudios epidemiológicos son correlaciones de efectos observados sobre la salud con
concentraciones medidas de contaminantes del aire. En todos esos estudios existe el riesgo de
que se haya pasado por alto alguna variable importante y que ésta sea la causa verdadera de los
efectos observados sobre la salud. Investigadores cuidadosos trabajan muy duro para evitar
este error. Se informa con amplitud que la tasa mensual de mortalidad por ahogamiento está
bien correlacionada con el consumo mensual de sandías. ¿Sería seguro concluir que uno de estos
causó el otro? ¿O existe otra variable que debe considerarse?
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 31

Nota: Los números dentro de la gráfica indican días.


FIGURA 2.9
Mortalidad diaria como función de la concentración de SO,. El porcentaje de mortalidad residual es
esa parte de la mortalidad diaria (número de muertes registradas diariamente) que queda después de
hacer la corrección por las otras variables que se listan en el texto [20]. Archives of Environmental
Health, vol. 27, págs. 134-137, 1973. Reimpreso con autorización de la Helen Dwight Reíd
Educational Foundation. Publicado por Heldref Publications, 1319 Eighteenth St., N.W.,
Washington, D.C., 20036-1802. Copyright © 1973.

2.8. La ecuación que se usa con mayor frecuencia para estimar la visibilidad es la ecuación de
Koschmeider:

(23)

en donde Lv es el alcance visual, la distancia a la que una persona promedio puede apenas
distinguir un objeto oscuro (como una montaña o un rascacielos) contra el cielo. Esta ecua-
ción es una aproximación, basada en un conjunto promedio de partículas atmosféricas.
a) Apliquese la ecuación (2.3) para estimar el alcance visual cuando la concentración de par-
tículas es igual al promedio anual y a la NAAQS máxima en 24 h para la PMl0.
b) En el Gran Cañón y en el área que lo circunda, en los días claros, se pueden ver con facili-
dad montañas a 100 millas de distancia. ¿Cuál es la concentración probable de partículas en
la atmósfera cuando se alcanza a ver tan lejos?
32 CAPÍTULO 2

c) Si se incrementa la concentración de partículas en la atmósfera en 1 μg/m3, ¿cuál es la dis­


minución en porcentaje en el alcance visual si el alcance visual inicial es de 20 km? Si el
alcance visual inicial es de 200 km, ¿cuál es la disminución en porcentaje?
2.9. El enfoque más general para la visibilidad es
dE = -Ebext dx (2.4)
en donde E es la intensidad de la luz de un haz colimado de esta última, bcxt es el coeficiente de
extinción, el cual es la suma de cuatro valores separados de b, para la dispersión y absorción
de la luz por moléculas de un gas y por partículas, y x es la distancia [26]. Si la masa de aire a
través de la cual se ve un objeto distante es uniforme, de modo que bext es constante, esto se
puede integrar para obtener

(2.5)

La ecuación de Koschmeider [ecuación (2.3)] se basa en el alcance visual correspondiente a


E/E0 = 0.02 cuando Lv = Δx.
a) ¿Cuál es la relación entre bcxt y Lv?
b) ¿Cuál es la relación que, en la ecuación (2.3), se supone existe entre la concentración de par­
tículas c y bcxt? En la referencia 26, página 134, se dan valores para diversas clases de

12 meses

6 meses

3 meses

0 0.02 0.04 0.06 0.08 0.10 0.12 0.14 0.16 0.18


Concentración media de SO2 ppm
FIGURA 2.10
Relación entre la corrosión del acero dulce y las correspondientes concentraciones
medias de bióxido de azufre, para diversos tiempos de exposición, en siete sitios de
Chicago (septiembre de 1963-1964) [28]. Reimpreso con autorización de la Air and
Waste Management Association.
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 33

partículas, con rangos de bext/c desde 0.4 hasta 5 (m2/g). ¿Cómo es el valor que se calcula
aquí, que se pretende sea un promedio respecto a todas las condiciones, comparado con
aquellos valores?
c) Otra medida de la visibilidad es el número de deciviews [27], definidos como

Número de deciviews= 10ln (2 6)

¿Cuál es la relación entre el número de deciviews y el rango visual? ¿Cuál es la ventaja


que podría tener esta medida sobre bext y Lv, como medida del rango visual? En este caso,
10-15/m es el valor de bext para aire que contiene cero partículas, a una elevación de más o
menos 5500 ft.
d) Si todas las partículas en la atmósfera fueran esferas con un diámetro D y se esparcieran
sobre una superficie plana, demuéstrese que su área proyectada por unidad de masa sería

(2.7)

en donde p es la densidad de las partículas. Con aplicación de esta ecuación, estímese el ta­
maño promedio de las partículas atmosféricas para dar la ecuación de Koschmeider. (Ésta
es sólo una aproximación, porque el área de la sección transversal para la dispersión no es
exactamente igual al área proyectada. Pero es correcta dentro de un orden de magnitud.)
2.10. En la figura 2.10 se muestra el efecto del bióxido de azufre sobre la corrosión del acero dulce
[28]. ¿Se pueden representar los datos de esta figura por medio de una ecuación sencilla?
2.11. ¿Mediante cuál mecanismo químico o físico la lluvia ácida causa la destrucción de estatuas
como la que muestra en la figura 2.6?

BIBLIOGRAFÍA
1 . Simmons, W. S., S. P. Rinne, N. S. Tesche y B. R. Weir: "Toxicology of Fossil Fuel Combustion
Products, Vols. 1 y 2", EPRI EA-3920, EPRI, Palo Alto, CA, 1985.
2. Ferris, B. J. J.: "Health Effects of Exposure to Low Levels of Regulated Air Pollutants: A Critical
Review", J. Air Pollut. Control Assoc, Vol. 28, p. 482, 1978.
3. Shy, C. M, J. R. Goldsmith, J. D. Hackney, M. D. Lebowitz y D. B. Menzel: Health Effects of Air
Pollution, American Lung Association, New York, 1978.
4. Watson, A. Y., R. R. Bates y D. Kennedy: Air Pollution, The Automobile and Public Health, National
Academy Press, Washington, DC, 1988.
5. Halliday, E. C: "A Historical Review of Atmospheric Pollution", World Health Organization
Monograph Series, No. 46, Geneva, Switzerland, pp. 9-37, 1961.
6. Goldstein, Q., L. Aronow y S. M. Kalman, Principies of Drug Action, 2a. ed., John Wiley & Sons,
New York, p. 89, 1974.
7. Stokinger, H. E.: "Concepts of Thresholds in Standard Setting", Arch. Environ. Health, Vol. 25,
p. 153, 1972.
8 Threshold Limit Values and Biological Exposure índices, American Conference of Governmental
and Industrial Hygienists, Cincinnati, OH, ediciones anuales.
9 Ghering, P. J., P. G. Watanabe, J. D. Young y J. E. Lebeau: "Metabolic Thresholds in Assessing
Carcinogenic Hazard", en E. C. Blair (ed.), Human Health and the Environment: A Collection of
Dow Scientific Papers, Vol. 2, Dow Chemical Company, Midland, MI, 1977.
10. Shamberger, R. J.: Biochemistry of Selenium, Plenum, New York, p. 32, 1983.
1 1. Coflin, D. L., E. J. Blommer, D. E. Gardner y R. S. Holzman: "Effects of Air Pollution on Alteration
of Susceptibility to Pulmonary Infection", Proceeding of the Third Annual Conference on Atmospheric
Contaminants in Confined Spaces, Aerospace Medical Research Laboratory, Wright Patterson AF
Base, Dayton, OH, pp. 71-80, 1968.
12. Amdur, M. O.: "Aerosols Formed by Oxidation of Sulfur Dioxide: Review of Their Toxicology",
Arch. Environ. Health, Vol. 23, p. 459, 1971.
13. Higgins, I. T. T.: "Effects of Sulfur Oxides and Particulates on Health", Arch. Environ. Health,
Vol. 22, p. 584, 1971.
34 CAPÍTULO 2

14. "Health Consequcnces of Sulfur Oxides: A Report from CHHSS 1970-1971", EPA-650/1-74-004,
United States EPA, 1974.
15. Subcommittee on Special Studies, Investigation and Oversight y el Subcommittee on Environment
and Atmosphere del Committee on Science and Technology, "The Environmental Protection
Agency's Research Program with Primary Emphasis on the Community Health and Environmental
Surveillance System (CHESS): An Investigative Report", USGPO NO 77-590, U.S. House of
Representatives, 1976.
16. Knelson, J. H.: "Evidence for the Influence of Sulfur Oxides and Particulates on Morbidity", Bull,
N.Y. Acad. Med., Vol. 54, pp. 1137-1154, 1978.
17. Amdur, M. O.: "Sulfuric Acid: The Animals Tried to Tell Us", Appl. lnd. Hyg, Vol. 4, pp. 189-197,
1989.
18. Lave, L. B. y E. P. Seskin: Air Pollution and Human Health, Johns Hopkins, Baltimore, MD, 1977.
19. Dockery, D. W., Arden Pope, III, Xiping Xu, J. D. Spengler, J. II. Ware, M. E. Fay, B. G. Ferris, Jr.
y F. E. Speizer: "An Association between Air Pollution and Mortality in Six U.S. Cities", New
England J. of Medicine, Vol. 329, pp. 1753-1759, 1993.
20. Buechley, R. W., W. B. Riggan y V. Hasselblad: "SO, Levels and Perturbations in Mortality: A Study
in the New York-New Jersey Metropolis", Arch. Environ. Health, Vol. 27, p. 134, 1973.
21. Schimmel, H.: "Evidence for Possible Acute Health Effccts from Ambient Air Pollution from Time
Series Analysis: Methodological Questions and Some New Results Based on New York City Daily
Mortality, 1963-1976", Bull, N.Y. Acad. Med, Vol. 54, pp. 1052-1108, 1978.
22. Pope, C. A., III, J. Schwarz y M. R. Ransom: "Daily Mortality and PM 1 0 Pollution in Utah Valley",
Arch. Environ. Health, Vol. 47, no. 3, pp. 211-217, 1992.
23. MacLean, D. C: "Stickstoffoxide ais phytotoxischc Luftverunreinungen (Nitrogen Oxides as
Phytotoxic Air Contaminants)", Staub Reinhalt. Luft, Vol. 35, pp. 205-210, 1975.
24. Schmidt-Thomsen, K.: "Steinzerstoerung und-konservierung ¡n Westfalen-Lippc (Stone Destruction
and Conservation in Lippe-Westfalia)", Third International Clean Air Congress, Dusseldorf, VDI
Verlag, pp. A93-A97, 1972.
25. Modest, M. F.: Radiative Heat Transfer, McGraw-Hill, New York, p. 398, 1993.
26. National Research Council, Protecting Visibility in National Parks and Wilderness Areas, National
Academy Press, Washington. DC, 1993.
27. Pitchford, M. L. y W. C. Malm: "Devclopment and Applications of a Standard Visual Index",
Atmospheric Environment, Vol. 28, pp. 1049-1054, 1994.
28. Upham, J. B.: "Atmospheric Corrosion Studies in Two Metropolitan Arcas", J. Air pollut. Control
Assoc, Vol. 17, p. 398, 1967.
CAPÍTULO

3
LEYES Y REGLAMENTACIONES
ACERCA DEL CONTROL
DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE,
FILOSOFÍAS DEL CONTROL
DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE*

En Estados Unidos, la mayor parte de las actividades de control de la contaminación del


aire tienen lugar como respuesta a las leyes y reglamentaciones sobre el particular o con
anticipación a éstas. Estas leyes y reglamentaciones cambian con el tiempo. Los detalles
de las leyes y reglamentaciones presentados en este libro están actualizados hasta la fe-
cha de publicación, 1995, pero es seguro que esas leyes y reglamentaciones cambien poco
después que el libro se haya publicado. En este capítulo se analizan la estructura básica y
las filosofías fundamentales de la ley y las reglamentaciones sobre la contaminación del
aire en E.U., las cuales no han cambiado de manera importante en los últimos 20 años.
Comprender esa estructura y la filosofía ayudará al lector a comprender las leyes actuales
y los cambios que se tendrán en el futuro.

3.1 LEYES Y REGLAMENTACIONES DE E.U.


SOBRE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE
La mayoría de los ingenieros especialistas en el control de la contaminación del aire tra-
bajan con licencias. En Estados Unidos, las instalaciones importantes (como las fábricas
de acero, las fundidoras de cobre y las plantas químicas) deben contar con una licencia
para operar. Estas licencias son autorizaciones emitidas por parte de las autoridades lo-
cales, estatales o federales, normalmente expresadas como "Las emisiones del conta-
minante X de la chimenea principal de la fábrica Y no deberán ser mayores de Z libras por
hora", para cada chimenea de la planta, junto con información acerca del monitoreo, in-
forme de las emisiones a la oficina reguladora, procedimientos de prueba, etcétera. La
autoridad legal para la concesión de esas licencias se establece como se muestra en la fi-
gura 3.1.

* Gran parte de este capítulo es una adaptación de material de las referencias 1 y 2.

35
36 CAPÍTULO

Licencia particular de operación para una Algunas industrias importan­


instalación industrial; por ejemplo, una tes; por ejemplo, automotriz,
fundidora de cobre o una fábrica de acero producción de gasolina

Reglamenta­
ciones locales

Reglamentaciones estatales
para implementar el SIP del
estado Regla­
mentaciones
NSPS federales para
NESHAP automóviles,
SIP para las NAAQS, PSD, gasolina,
áreas sin logros, negociaciones etc.
sobre emisiones y otras
reglamentaciones

Reglamentaciones de la U.S. EPA (Oficina de Protección del Medio Ambiente de E.U )


para implementar la Clean Air Act (Ley del Aire Limpio)

Clean Air Act, con sus enmiendas de 1963, 1970, 1977, 1990

US Constitution (Constitución de E U), estructura básica legal, ley común

FIGURA 3.1
Flujo de la autoridad legal que conduce a las licencias de operación con
contaminación del aire en Estados Unidos. SIP (State Implementation Plan, Plan
Estatal de Implementación); NAAQS (National Amhient Air Quality Standards,
Norrms Nacionales de la Calidad del Aire Ambiente); PSD (Prevention of
Significant Deterioration, Prevención de Deterioro Significativo): NSPS (New
Source Performance Standards, Normas de Comportamiento de Fuentes Nuevas);
NESHAP (National Emission Standard for Hazardous Air Pollutants, Normas
Nacionales sobre Emisiones para Contaminantes Peligrosos del Aire).

Al final, las licencias se basan en la Constitución estadounidense, el sistema básico


legal y de tribunales de ese país, y la ley común. La Clean Air Act de 1963, con sus en­
miendas de 1970, 1977 y 1990, aprobada por el Congreso y firmada por el presidente, pro­
porciona la base legal de las leyes sobre la contaminación del aire en Estados Unidos. La
U. S. Environmental Protection Agency (EPA) prepara y publica reglamentaciones deta­
lladas que indican cómo se aplicarán esas leyes. Estas reglamentaciones son sujetas a
audiencias públicas, la aprobación por parte de la Office of Management and Budget
(OMB, Oficina de Administración y Presupuesto) y litigación. Cuando han sobrepasado
esas pruebas, tienen la fuerza de ley. Algunas de estas reglamentaciones (las NSPS y la
NESHAP, que se analizan más adelante) se aplican en todo el país. Sus reglamentaciones
correspondientes de la EPA rigen directamente las licencias locales de operación de ins­
talaciones.
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 37

Otras partes de esas reglamentaciones son instrucciones detalladas para los go-
biernos estatales acerca de cómo preparar los State Implementation Plans (SIP) para con-
trolar la contaminación del aire en sus estados. Estos planes deben pasar por la revisión
pública y ser aprobados en los estados y, a continuación, ser revisados y aceptados (o
modificados) por la EPA. Con base en sus SIP, los gobiernos estatales preparan las re-
glamentaciones que incluyen las licencias detalladas de operación para las instalaciones
en sus estados. El gobierno estatal muchas veces incluye las reglamentaciones federa-
les directas (NSPS, NESHAP) y pueden incluir también reglamentaciones locales.
Algunos productos de alcance nacional, como los automóviles y la gasolina, son re-
gulados directamente por la EPA. Una planta de fabricación de automóviles debe contar
con una licencia estatal de operación para las emisiones de contaminantes que crea, y con
una certificación de la EPA de que sus automóviles cumplen con las normas federales acer-
ca de las emisiones.
En general, los individuos no necesitan esos permisos. De manera directa son afec-
tados por las reglamentaciones locales (como no quemar basura a la intemperie) y las re-
glamentaciones estatales de tránsito, así como las inspecciones de las emisiones de los
automóviles, y de manera indirecta por las reglamentaciones federales sobre los automó-
viles y la gasolina.

3.2 FILOSOFÍAS DEL CONTROL


DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE
El deseo de todos los interesados en la contaminación del aire es tener un medio por com-
pleto no contaminado, sin que a nadie le cueste. Eso parece ser imposible, de modo que
la meta lógica es tener un medio ambiente adecuadamente limpio, obtenido con un costo
conveniente y con este costo distribuido de modo apropiado entre la industria, los pro-
pietarios de automóviles, los poseedores de casas y otras fuentes de contaminantes. Una
filosofía de control de la contaminación del aire es un conjunto fundamental de ideas acer-
ca de cómo se determina, qué constituye un medio ambiente adecuadamente limpio, el cos-
to conveniente y la distribución apropiada de ese costo. Estas ideas forman la base de
las leyes y reglamentaciones que se muestran en la figura 3.1.
Las reglamentaciones se pueden fijar de una manera estricta o de una relajada (se pue-
de elegir equivocarse del lado del control estricto o del lado del costo mínimo del con-
trol). El ser estricto o relajado al aplicar cualquier filosofía es independiente de la selec-
ción de esa filosofía del control de la contaminación del aire.
Una filosofía perfecta respecto a la contaminación del aire y sus reglamentaciones
para implementarla son eficaces respecto al costo, así como sencillas, se pueden hacer
obligatorias, son flexibles y también evolutivas. Con una filosofía eficaz respecto al cos-
to se obtienen los máximos beneficios posibles (daños o incomodidades reducidos) por
los recursos gastados en el control de la contaminación. Una filosofía sencilla y sus re-
glamentaciones para implementarla son comprensibles para todos los empeñados en el
esfuerzo por el control de la contaminación y no requieren la interpretación legal de cada
una de las palabras de las leyes y reglamentaciones. Una filosofía que se puede hacer
obligatoria aclara las responsabilidades de todas las partes que intervienen de una mane-
ra que todos los tribunales la apoyarán. Una filosofía flexible puede hacerse cargo de las
dificultades especiales (como la falla del equipo de control y los retrasos en la entrega de
ese equipo). Con una filosofía evolutiva se puede utilizar la información nueva sobre los
efectos de la contaminación y los descubrimientos nuevos en la tecnología del control,
sin un reacondicionamiento importante de la estructura legal o revisiones importantes de
las plantas industriales existentes.
38 CAPÍTULO 3

3.3 LAS CUATRO FILOSOFÍAS


Las cuatro filosofías en este texto son las normas sobre emisiones, las normas de la ca-
lidad del aire, los impuestos por emisiones y las normas del costo-beneficio. Las dos
primeras se están aplicando en la actualidad en Estados Unidos y en otros países
industriales y se han comprendido bastante bien. Las dos últimas han sido tema de pu-
blicaciones académicas y no se han probado mucho en la práctica. Éstas se encuentran
relacionadas con las dos primeras e interactúan con ellas. Aun cuando las filosofías ana-
lizadas en este libro se tratan por separado, muchas veces se aplican juntas.

3.3.1 Filosofía de las normas sobre emisiones


La idea básica de la filosofía de las normas sobre emisiones es que existe algún grado
máximo posible (o práctico) de control de las emisiones. Este grado varía entre las diver-
sas clases de emisores (por ejemplo, automóviles, plantas de cemento), pero es de supo-
ner que se puede determinar para cada clase. Si se determina este grado de control para
cada clase y se exige que todos los miembros de esa clase limiten las emisiones hasta este
grado máximo posible, entonces el índice de emisiones de contaminantes será el más bajo
posible. Debido a que este índice de emisiones y la limpieza del aire están inversamente
relacionados (véase el capítulo 6), se concluye que si se pone en práctica esta filosofía
con todo rigor se tendrá el aire más limpio posible. Por consiguiente, a ésta se le podría
mencionar como la filosofía del aire más limpio posible.
Aparentemente, la primera aplicación en gran escala de esta filosofía fueron las Al-
kali Acts (Leyes sobre los Álcalis), en Inglaterra, que se iniciaron en 1863 [3]. Éstas fue-
ron seguidas por la introducción del proceso Leblanc para la fabricación de un álcali, el
carbonato de sodio anhidro, Na2CO3. En la forma original del proceso, por la chimenea de
la planta se emitía el subproducto de ácido clorhídrico (HC1), como un vapor o niebla. Esta
emisión devastó la vegetación viento abajo y condujo a la controversia y la legislación.
Esta legislación creó un cuerpo de "inspectores de los álcalis", cuya obligación fue ins-
peccionar de manera regular todas las plantas de álcalis y hallar las mejores técnicas para
minimizar la emisión de contaminantes nocivos al aire. Una vez que una técnica había pro-
bado ser eficaz en una planta, los inspectores forzaban a todas las demás plantas a adop-
tarla. De este modo, las limitaciones sobre las emisiones se hicieron paulatinamente más
rigurosas, conforme se mejoró la tecnología del control, y se obligó a cada miembro de la
clase que cumpliera con la misma limitación sobre las emisiones que la del miembro más
limpio de la misma. Esta aplicación se llama el tipo de norma sobre emisiones de la mejor
tecnología, porque se exige que todos los miembros de una clase empleen la mejor tec-
nología de que se disponga en ese momento para controlar las emisiones y conservar el
equipo de control en buena condición de operación. En este tipo de reglamentación, en
general no se cuenta con un índice especificado de emisiones o una prueba de emisio-
nes; se considera que el empresario que instala y opera adecuadamente la "mejor tecno-
logía" debe estar cumpliendo con la reglamentación. (La frase británica equivalente para
la mejor tecnología es los mejores medios prácticos. Hasta 1974, la oficina británica para el
control de la contaminación del aire se llamó "The Alkali Inspectorate" [Cuerpo de Inspec-
tores de los Álcalis].)
El enfoque de la mejor tecnología todavía se aplica con amplitud en los casos en que
sería difícil determinar los índices de emisiones, en libras por hora. Por ejemplo, las re-
glamentaciones federales para los tanques grandes de almacenamiento de gasolina [4] exi-
gen que esos tanques tengan techos flotantes, con sellos bien diseñados y bien mante-
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 39

nidos (véase el capítulo 10). De manera análoga, en la mayor parte de los estados se exige
que las estaciones de gasolina apliquen la "Recuperación de vapor de Etapa I" (véase el
capítulo 10), en la que se requiere que los tanques subterráneos de la estación y los ca-
miones que los llenan se conecten de manera que se minimicen las emisiones debidas a
la transferencia de combustible. La reglamentación consta de la descripción técnica del
equipo y de su operación y mantenimiento.
La prohibición contra quemar basura y desechos agrícolas a la intemperie es un tipo
de norma sobre emisiones, porque quemar a la intemperie genera más contaminantes por
unidad de desecho que el relleno sanitario, la incineración en espacio cerrado, el reciclaje
o abonar con estiércol. Al prohibir la quema a la intemperie, se fuerza a los que disponen
de los desechos a que apliquen una mejor tecnología.
Las emisiones visibles de las chimeneas y desfogues, en particular de las chimeneas
de los hogares en los que se quema carbón, son indicativas de emisiones de partículas
contaminantes del aire. (La relación entre la visibilidad de las emisiones y el gasto má-
sico de las mismas está lejos de ser lineal, véase la sección 4.9.) Las reglamentaciones
que limitan estas emisiones visibles son una forma de norma sobre emisiones. La prueba
común para las emisiones visibles, introducida por Ringleman [4] es una herramienta ba-
rata, rápida y que se aplica mucho para la regulación de las emisiones y obligar a ello.
Los máximos para el contenido de azufre en los combustibles y el contenido de ole-
finas en las gasolinas, así como los mínimos de contenido de oxígeno de las gasolinas,
también son normas sobre emisiones, porque la mayor parte del azufre que se encuentra
en los combustibles entra a la atmósfera como bióxido de azufre, porque las definas son
más eficaces para causar el esmog fotoquímico que cantidades equivalentes de otros hidro-
carburos y porque los automóviles en los que se utilizan gasolinas que contienen oxíge-
no emiten menos CO que aquellos en los que se usan otras gasolinas.
Una clase final de norma sobre emisiones es una numérica. Por ejemplo, con las re-
glamentaciones actuales de la EPA, una planta generadora de energía eléctrica en la que
se queme carbón, cuya construcción se haya comenzado después de septiembre de 1978,
no se le permite emitir a la atmósfera más de 0.03 libra de partículas por cada 106 Btu de
combustible quemado, según se determine por pruebas en la chimenea, ni más del 1%
de la ceniza del combustible, cualquiera de los dos que sea el menor. De modo semejan-
te, los automóviles fabricados en 1981 y posteriores no pueden emitir más de 0.41 gramo/
milla de hidrocarburos, en un procedimiento de prueba bien definido [5] (véase el capí-
tulo 13).
Todas estas normas sobre emisiones tienen la misma idea general: existe algún gra-
do de control de emisiones que resulta práctico para imponerlo a todos los miembros de
una clase bien definida de emisores, y ese grado de control se exige a todos los miembros
de esa clase. Esta filosofía fue la base de la mayor parte de las actividades de control de
la contaminación del aire en el mundo industrial, desde 1863 hasta 1970. En la ley actual
en E.U. sobre la contaminación del aire, dos secciones son normas "puras" de emisiones.
Éstas son las Standards of Performance for New Stationary Sources (Normas de Com-
portamiento para las Nuevas Fuentes Estacionarias) (conocidas comúnmente como new
source performance standards [NSPS, normas de comportamiento de fuentes nuevas]) y
la National Emission for Hazardous Air Pollutants (NESHAP, Normas Nacionales sobre
Emisiones para Contaminantes Peligrosos del Aire).
Las NSPS (véase la tabla 3.1) impiden que una empresa que planea construir una nue-
va instalación realice una "oferta de la contaminación" entre los estados y localidades
para hallar aquel lugar con las normas menos estrictas de control de la contaminación del
aire. Ningún estado o localidad en Estados Unidos puede convertirse en un asilo de la
40 CAPÍTULO 3

TABLA 3.1
Federal Standards of Performance for New Stationary Sources (Normas Federales
de Comportamiento para las Nuevas Fuentes Estacionarias) (comúnmente conocidas
como new source performance standards |NSPS, normas de comportamiento
de fuentes nuevas])
Esta lista es un extracto de la versión de 1991 de la 40CFR60. Allí se listan normas para 68 categorías
industriales. De manera regular se agregan nuevas categorías y se modifican las existentes. Este extracto
muestra la clase de regulaciones que están contenidas en esa recopilación mucho más grande.

1. Las plantas de generación de energía eléctrica alimentadas por carbón cuya construcción se inició
después del 18 de septiembre de 1978 no pueden emitir lo siguiente a la atmósfera:
a. Más de 0.03 Ib de materia en partículas/106 Btu o del 1% de los sólidos de ceniza contenidos en el
combustible, cualquiera de los dos que sea menor.
b. Más de 1.2 Ib de bióxido de azufre/106 Btu o más del 30% del SO, que se formaría si todo el azufre
que se encuentre en el combustible se convirtiera en SO,, cualquiera de los dos que sea menor.
c. Más de 0.6 Ib de bióxido de nitrógeno/106 Btu, para la mayor parte de los carbones, o bien, 0.5 Ib/
10'' Btu, para el carbón subbituminoso.
2. Los incineradores grandes no deberán emitir a la atmósfera gas que contenga partículas en
concentraciones mayores que 0.08 grano/pie cúbico estándar seco, corregido a 12% de CO,.
3. Las plantas de cemento portland no deberán emitir a la atmósfera lo siguiente:
a. Gases del horno que contengan más de 0.30 Ib/tonelada corta de alimentación del horno (base
seca).
b. Gases del enfriador del clinker que contengan más de 0.10 Ib/tonelada corta de alimentación del
homo (base seca).
4. Las plantas de ácido nítrico no deberán emitir gases que contengan más de 3.0 Ib de NO2 por
tonelada corta de ácido nítrico producido.
5. Las plantas de ácido sulfúrico no deberán emitir gases que contengan más de 4 Ib de SO2 o 0.15 Ib de
niebla de ácido sulfúrico, o ambas cosas, por tonelada corta de ácido producido (base de 100%).

Las regulaciones anteriores también limitan la opacidad de las columnas de


humo que salen de estas plantas, principalmente como una medida de control, y tienen descripciones
muy detalladas de las pruebas y requisitos de monitoreo.

contaminación al ofrecer una norma menos estricta que las NSPS. Antes de la promulga-
ción de la Clean Air Act de 1970, la cual instituyó las NSPS, algunos estados y localida-
des de Estados Unidos invitaban de manera regular a la industria para que se ubicara allí
y gozara de reglamentaciones más relajadas sobre la contaminación y algunas industrias
incitaron esta política. (No existen esas reglas entre las naciones, y las instalaciones se
han trasladado de naciones con normas estrictas hacia las que no las tienen, sencillamen-
te para reducir los costos del control de la contaminación del aire.) Las reglamentaciones
de las NESHAP cubren los contaminantes que se cree no tienen umbral (véase la figu-
ra 2.1). Para ellos, es probable que cualquier exposición produzca algún perjuicio. Por
consiguiente, se desea reducir las emisiones tanto como se pueda, al aplicar normas so-
bre emisiones de la mejor tecnología a todos los emisores de esta categoría de contami-
nantes (capítulo 15).
Estas dos partes de la ley actual de E.U. son normas "puras" respecto a las emisio-
nes, en el sentido de que se determinaron los índices permitidos de emisiones estricta-
mente sobre la base de la mejor tecnología. Por otro lado, las normas sobre emisiones para
los vehículos de motor [5] se determinaron no al preguntar cuál era la mejor tecnología
disponible sino más bien decidiendo, sobre la base de la filosofía de las normas de la ca-
lidad del aire ambiente (que se analiza más adelante), qué nivel de emisiones era admisible
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 41

y, a continuación, haciendo que ese nivel fuera la norma. En virtud de que las normas
sobre emisiones calculadas de esta manera fueron más rigurosas que aquellas que podían
ser satisfechas por la mejor tecnología de esa época (1971), se les menciona como nor-
mas sobre emisiones forzadoras de la tecnología.
Las licencias de muchas oficinas estatales y locales de control de la contaminación
del aire para instalaciones en particular se basan en parte en su valoración de cuál es la
mejor tecnología y, parcialmente, en una aplicación impositiva de la filosofía de las nor-
mas de la calidad del aire que se analiza más adelante en este capítulo.

3.3.1.1 Ventajas y desventajas de las normas sobre emisiones. En la tabla 3.2 se com-
paran las normas sobre emisiones (y las otras tres filosofías que se analizan posterior-
mente) con la lista de cualidades que se dieron con anterioridad. La eficacia respecto al
costo de la filosofía de las normas sobre emisiones es muy mala. Si se aplican de manera
uniforme las mismas normas sobre emisiones a toda una clase de emisores, incluyendo
tanto a los que se encuentren en lugares remotos como a los que se encuentren en zo-
nas industriales, densamente pobladas; entonces, para una norma rigurosa, las plantas
lejanas harán un gran gasto para producir una reducción pequeña en el daño a los recep-
tores y, por tanto, un beneficio pequeño. Si la norma es relajada, entonces no se contro-
larán las plantas en las zonas industriales hasta el grado de que se minimice el daño a la
población que las rodea. Esta consecuencia se produce de manera natural por la aplica-
ción de una norma común ("el aire más limpio posible") tanto a las zonas densamente po-
bladas como a aquéllas en las que la población no es densa.
La sencillez de la filosofía de las normas sobre emisiones es excelente. Todo el con-
junto de regulaciones consiste en los índices permitidos de emisiones y la descripción
del método de prueba que se debe usar para determinar si se están cumpliendo las nor-
mas sobre emisiones.
Un ejemplo del problema del trueque entre la eficacia respecto al costo y la sencillez
administrativa de la estrategia de las normas sobre emisiones se encuentra en la historia
de las normas sobre emisiones para los automóviles. En 1967, los fabricantes de automó-
viles pidieron al Congreso de Estados Unidos que redactara normas uniformes sobre las
emisiones de los vehículos a motor para todo el país y que prohibiera a los estados que
redactaran por separado sus propias normas. Lo hicieron así porque temían la compleji-
dad de tener que producir múltiples vehículos diferentes para cumplir con las diferentes
normas estatales [6]. En 1973 pidieron al Congreso lo contrario y que les permitiera apli-
car una "estrategia de dos automóviles", en la cual se venderían vehículos que cumplie-
ran con normas rigurosas sobre emisiones en zonas con problemas graves de contami-
nación del aire y se venderían vehículos que satisficieran normas un poco menos estrictas
en zonas sin graves problemas de contaminación [7], Lo hicieron así porque creían que el

TABLA 3.2
Comparación de las filosofías de control de la contaminación del aire

Cualidad Normas sobre Normas de la Impuestos Análisis


deseable emisiones calidad del aire por emisiones costo-beneficio
Eficacia respecto al costo Muy mala Buena Regular Excelente
Sencillez Excelente Mala Excelente Terrible
Posibilidad de ser obligatoria Excelente Regular Excelente Desconocida
Flexibilidad Mala Regular Innecesaria Desconocida
Capacidad evolutiva Regular Regular Buena Buena
42 CAPÍTULO 3

gasto adicional para producir y operar automóviles que cumplieran con normas rigurosas
no era eficaz respecto al costo en zonas sin graves problemas de contaminación del aire.
El Congreso rechazó esta solicitud.
La posibilidad del carácter obligatorio de la filosofía de las normas sobre emisiones
es excelente. Una vez que se fijan las normas y se definen los métodos de prueba, se sabe
a quién monitorear y para qué. Se pueden redactar con facilidad criterios sobre violacio­
nes y formularse las cédulas de penalización.
La flexibilidad de esta filosofía es mala. Si una planta ordena de buena fe equipo de
control de la contaminación y éste no satisface los criterios de rendimiento predichos por
el fabricante (y, como consecuencia, las normas sobre emisiones), pueden pasar años para
reemplazarlo. ¿Cómo deben las autoridades de control de la contaminación del aire tratar
esta planta? Con esta filosofía, pueden cerrarla, multar a sus propietarios o darle una
variancia para operar hasta que se fije el equipo. La experiencia hace ver que el cierre de
la planta es políticamente imposible, multas serias son políticamente muy difíciles y la
variancia es una invitación a retrasos infinitos; pero, con esta filosofía, no se tienen otras
posibilidades obvias.
La capacidad evolutiva de esta filosofía es regular. Si una nueva tecnología hace
posible fijar una norma más baja, se puede implementar para todas las fuentes construi­
das después de cierta fecha. Este método funciona bastante bien para los automóviles,
cuya vida en la economía promedia 10 años, pero es malo para las plantas industria­
les, cuya vida es de 30 a 50 años. Asignar por mandato una norma más baja de emisiones
para las plantas construidas después de cierta fecha ayudará a la calidad del aire en zo­
nas en las que se tiene crecimiento después de esa fecha, pero no en aquéllas sin creci­
miento.
La mayor parte del progreso realizado en el control de la contaminación del aire, entre
1863 y 1970, se logró mediante la aplicación de esta filosofía. El enfoque de la mejor tec­
nología tuvo explicación para las plantas Leblanc de carbonato de sodio anhidro, porque
se pudo recoger su contaminante y venderse con una ganancia. Tuvo explicación para
los hogares en los que se quema carbón, porque sus emisiones de hollín negro fueron
combustible de desecho. Pero la mayor parte de las emisiones de contaminantes del aire
que se pueden recuperar y vender con una ganancia en la actualidad se están recogien­
do y vendiendo de esa manera. El progreso adicional en el control de los contaminantes
del aire (para lograr un aire más limpio o para mantener la limpieza actual del mismo, ya
que la población crece) se logrará al aplicar controles más rigurosos que los que ahora se
aplican, tanto a las fuentes nuevas como a las existentes. La filosofía de las normas so­
bre emisiones resulta inútil como guía para decidir hasta qué punto deben ser rigurosos
esos controles.
Esta inutilidad queda ilustrada por la cuestión de la eficiencia del diseño de los pre-
cipitadores electrostáticos para los grandes emisores de partículas; por ejemplo, las plan­
tas de generación de energía eléctrica en las que se quema carbón. Las eficiencias típicas
de captación de partículas por parte de las nuevas instalaciones se han elevado paulati­
namente durante varias de las últimas décadas, desde 90% hasta más del 99%. Parece no
haber razón para que no se puedan construir precipitadores con eficiencias de recupe­
ración de 99.9%, 99.99% o mejores. La ecuación sencilla de diseño más general para es­
tos precipitadores es la de Deutsch-Anderson (capítulo 9),

Eficiencia de control = 1 - exp (3.1)


LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 43

en donde w = "velocidad de deriva", una velocidad promedio adecuada de movimien-


to de la partícula hacia las placas de captación
A = área de la superficie captadora
Q = gasto volumétrico del gas que se está limpiando
El costo de un precipitador electrostático es aproximadamente proporcional al área de la
superficie captadora, A, de modo que, para una instalación dada (y, por consiguiente, para
Q y w constantes), se puede decir que, más o menos,
Eficiencia de control = 1 - exp(-alguna constante x costo) (3.2)
De este modo, según la ecuación (3.2), si cuesta N dólares instalar un precipitador con
una eficiencia del 90%, costará 2N para el 99%, 3N para el 99.9%, AN para el 99.99%, etcé-
tera. (Este cálculo sólo es aproximado, porque los precipitadores capturan en forma pre-
ferencial las partículas grandes. A medida que la eficiencia sube, el valor promedio de w
baja. Véase el capítulo 9 respecto a los detalles.)
Dada esta relación aproximada costo/eficiencia, ¿cuál es la mejor tecnología o el va-
lor del aire más limpio posible para este tipo de instalación? Claro está que se puede im-
poner cualquier grado de eficiencia del control que se desee y pueden construirse los
precipitadores que la cumplan. Si se juzga que el nivel de la mejor tecnología sea del 99.5%
(un valor típico en la actualidad) y en alguna planta se instala un precipitador con una
eficiencia del 99.95%, ¿entonces se hará obligatorio que todas las plantas futuras deban
instalar precipitadores con esa eficiencia? Por supuesto, pudieran diseñarse y construir-
se dispositivos de control más rigurosos, si se desea. ¿Se debe hacer?
Si la sociedad contara con recursos infinitos y deseara destinarlos al control de este
contaminante del aire, esta cuestión no sería difícil. Pero la sociedad tiene recursos fini-
tos y probablemente sólo destinará una fracción de ellos al control de la contaminación
del aire. Parecería insensato destinar todos ellos a esta clase particular de contaminante.
Pero la filosofía de la mejor tecnología o la del aire más limpio posible, si se llevaran a su
conclusión lógica, de manera inevitable conducirían a eso. Por esta razón, quienes apli-
can esta filosofía en general tienen que moderarla con algún calificador como "tomando en
cuenta los costos". La misma idea aparece en las alargadas discusiones sobre los signi-
ficados de términos como buena tecnología, tecnología más razonable, mejor tecnolo-
gía de control disponible (BACT, best available control technology), tecnología de
control razonablemente disponible (RACT, reasonably available control technology) e
índice de emisiones más bajo alcanzable (LAER, lowest achievable emission rale) [8].
Todos éstos reflejan el hecho de que esta filosofía, si se lleva hasta su conclusión lógi-
ca, conduce a resultados imposibles. Aun cuando la filosofía de las normas sobre emisio-
nes ha sido útil en el pasado, proporciona poca guía para el futuro.

3.3.2 Filosofía de las normas de la calidad del aire


Si la filosofía de las normas sobre emisiones es lógicamente una del "aire más limpio po-
sible", la de las normas de la calidad del aire es lógicamente una de "daño cero". En el
capítulo 2 se analizó la idea de los valores de umbral, debajo de los cuales no ocurriría
daño alguno por la contaminación del aire. La filosofía de las normas de la calidad del aire
se basa en la hipótesis de que la situación verdadera para la mayor parte de los conta-
minantes del aire es la situación del valor de umbral, cuyo esquema se muestra en la fi-
gura 2.1. Si esa hipótesis es verdadera y si se pueden determinar los valores de la con-
centración de los contaminantes (incluyendo el tiempo de exposición) que correspondan
44 CAPITULO 3

a esos valores de umbral, así como se pueden regular el tiempo, el lugar y la cantidad
de emisiones de contaminantes para garantizar que nunca se sobrepasen estos valores de
umbral, entonces no puede haber daño por contaminación del aire, nunca, en ningu­
na parte. La comunidad relacionada con la contaminación del aire en E.U. está tratando
de hacer eso precisamente, al cumplir con la filosofía básica de las normas de la calidad
del aire de la Clean Air Act.
Para implementar esta filosofía, alguien debe estudiar los datos de que se dispone
acerca de la respuesta a la dosis y determinar los valores de umbral. En la ley sobre la
contaminación del aire de E.U., éstos son los que deben fijarse "con un margen adecua­
do de seguridad... para proteger la salud humana" [9] y se llaman National Ambient Air
Quality Standards (NAAQS). (Nótese la optimista redacción: ésta en realidad significa
"niveles permitidos de contaminación".) La EPA ha establecido esas normas para seis con­
taminantes importantes, que se muestran en la tabla 2.3 [10]. Ahora los estados están in­
tentando administrar la calidad del aire con el fin de garantizar que no se sobrepasarán
esas normas, nunca, en ninguna parte. El procedimiento se ilustra en el diagrama de flujo
de la figura 3.2.

Inicio

Mídase la calidad
del aire ambiente

¿Es
aceptable?'
(es decir, ¿cumplí Sí Pronostíquese la calidad
con las normas futura del aire, tomando
de la calidad del en cuenta el crecimiento
aire ambien
te'')

No

¿Es Sí
Calcúlense las Detén­
aceptable? gase
reducciones necesarias
de las emisiones

No

Calcúlense y pónganse
Pónganse en vigor las
en vigor los controles
reducciones necesarias
futuros necesarios
de las emisiones
de las emisiones

F I G U R A 3.2
Diagrama de flujo que representa el proceso de las National Ambient Air Quality
Standards (también conocido como Air Quality Management [Administración de la
Calidad del Aire]).
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 45

El proceso para un contaminante específico en una localidad específica se inicia con


una medición de la calidad del aire ambiente. Si la concentración medida del contaminan-
te es aceptable (es decir, menor que la NAAQS), entonces se pronostica la calidad del
aire en algún momento en el futuro. Si ésta es aceptable, no se necesita tomar alguna ac-
ción. Si las concentraciones futuras (tomando en cuenta el crecimiento de la población y
el industrial) sobrepasan las normas, entonces se deben idear regulaciones para las emi-
siones con el fin de impedir esta violación que se predice.
Si las concentraciones actuales del contaminante son mayores que los valores per-
mitidos, entonces se deben reducir las emisiones, para llevar los valores actuales a que
concuerden con las normas. Determinar cuáles emisiones reducir y cuánto reducirlas re-
quiere alguna manera de estimar la relación entre las emisiones y la calidad del aire am-
biente; normalmente, un modelo de la calidad del aire (capítulo 6).
Con el empleo de estos modelos se calculan las reducciones necesarias de las emi-
siones y se promulgan las reglamentaciones para obligar a los emisores a reducir sus
emisiones. (Éstas suelen ser un conjunto de normas sobre emisiones, no necesariamente
basadas en la mejor tecnología disponible, sino más bien en un cálculo de las reduccio-
nes necesarias en las emisiones para cumplir con la NAAQS.) Una vez que se ha hecho
cumplir este conjunto de reglamentaciones y se han reducido las emisiones, se mide una
vez más el aire ambiente. Si no se satisfacen las normas (y en realidad se han reducido
las emisiones según lo requerido por el modelo), entonces el modelo aplicado ha produ-
cido resultados incorrectos y debe repetirse todo el ciclo hasta que se cumpla con las
normas. En Estados Unidos, este proceso se inició en abril de 1971 [11], debiendo cum-
plirse con todas las normas para 1975. Se pidió a los estados que prepararan los SIP y las
reglamentaciones para implementarlos, para cada uno de los contaminantes principales.
Se permitieron retrasos en la satisfacción de las normas, en algunos casos, según lo pre-
visto por la ley. La satisfacción de esas normas ha sido más difícil de lo que se imaginó en
1971. En 1995, 20 años después del fin de los plazos, no se ha cumplido con muchas de
las normas en las regiones con los problemas más difíciles. Para la mayor parte, no se cum-
plió con las normas porque se subestimaron las emisiones totales, se sobreestimó la efi-
cacia de las medidas de control y se usaron modelos optimistas para predecir la calidad
futura del aire. En la actualidad, los estados y la EPA se encuentran en su tercera o cuar-
ta vuelta al circuito que se muestra en la figura 3.2, intentando llevar las concentracio-
nes de los contaminantes en el aire ambiente hacia abajo de las NAAQS.
El proceso que se ilustra en la figura 3.2 se llevó a efecto para cada uno de los seis
contaminantes para los que se tiene NAAQS y en cada Air Quality Control Region (AQCR,
Región de Control de la Calidad del Aire), en cada estado. (Algunas AQCR comprenden
varios estados; por ejemplo la ciudad de Nueva York y la parte adyacente de Nueva Jer-
sey.) Para los estados y los contaminantes en donde no se ha cumplido con las normas
(en el lenguaje de la EPA, no han alcanzado las normas y, por consiguiente, son áreas
sin logros), el proceso continúa hasta que llegue el momento en que el aire se vuelva tan
limpio como lo requieren esas normas.

3.3.2.1 Ventajas y desventajas de la filosofía de las normas de la calidad del aire. Si


se compara la filosofía de las normas de la calidad del aire con la lista de las cualidades
deseables que antes se describieron en la tabla 3.2, se ve que su eficacia respecto al costo
es buena, pero no excelente. Tiene las virtudes de concentrar los gastos para el control
de la contaminación en las áreas con los peores problemas de contaminación y, en prin-
cipio, de permitir índices más altos de emisiones (y gastos inferiores para el control de la
contaminación) en las áreas con los problemas menos graves. Sin embargo, una vez que
46 CAPÍTULO 3

un conjunto de NAAQS se encuentra en su lugar, deben cumplirse en todas partes, in-


cluso en áreas que la gente rara vez visita o nunca lo hace. De este modo, la filosofía re-
quiere algunos gastos de control para los que los beneficios de reducción del daflo sean
pequeños.
Nadie ha encontrado una manera de redactar un conjunto sencillo de reglamentacio-
nes con base en esta filosofía. Los mejores esfuerzos de la EPA para redactar un con-
junto sencillo de reglamentaciones para dar carácter de obligatoria a la parte de las NAAQS
de la Clean Air Act, que se basen en la filosofía de las normas de la calidad del aire, han
sido objeto de un conjunto aparentemente sin fin de desafíos legales. Algunos críticos se
han referido a la Clean Air Act como la "Lawyers' Full Employment Act" ("Ley de Empleo
Completo de los Abogados"). La razón para esta complejidad es que se están intentan-
do controlar la concentración de contaminantes en el aire ambiente. Esas concentracio-
nes reciben la influencia de una amplia variedad de emisores, algunos cercanos, algunos
lejanos. La conexión entre las emisiones y la calidad del aire en un lugar dado depende del
acarreo y dispersión meteorológicos de los contaminantes y de las reacciones atmosfé-
ricas de éstos (véase el capítulo 6). Ninguno de estos aspectos se ha comprendido bas-
tante bien como para dar lugar a cálculos exactos e inequívocos de las contribuciones de
los emisores por separado a las concentraciones locales específicas en las áreas urbanas.
Dada esta incertidumbre, se han promulgado reglamentaciones que intentan referirse a los
contaminadores locales y a los distantes, y han sido impugnadas en la corte, con las mo-
dificaciones y complejidades resultantes.
La dificultad para hacer obligatoria esta filosofía proviene de la misma causa que su
complejidad, a saber, que se está tratando de hacer cumplir una calidad del aire. Cuando
no se cumple con la norma de la calidad del aire, el criminal no suele ser obvio. Si el conta-
minante sólo tiene una fuente importante en la región, entonces señalar la responsabili-
dad es fácil. Si el contaminante es uno secundario, como el ozono, formado en la atmósfera
por la interacción de varios otros contaminantes (compuestos orgánicos volátiles —VOC,
volatile organic compounds— y óxidos de nitrógeno —NOX —) emitidos por diversidad
de fuentes, entonces señalar la responsabilidad es mucho más difícil.
La flexibilidad de la filosofía de las normas de la calidad del aire es regular. En virtud
de las múltiples maneras mediante las que se puede cumplir con las normas de la calidad
del aire, quienes administran esa calidad tienen algo de flexibilidad, y cada oficina estatal o
local puede redactar aquellas reglamentaciones detalladas que considere mejores, dentro
de los límites. Los casos especiales y los de urgencia se pueden manejar en forma local.
La capacidad evolutiva de la filosofía de las normas de la calidad del aire es regular.
Conforme aparezcan nuevos datos, las normas se pueden cambiar; pero esos cambios re-
quieren reglamentaciones completamente nuevas sobre las emisiones, las cuales son ca-
ras y tardadas. Cuando la EPA revocó la norma de las TSP y la reemplazó con la norma
de las PM 10 (véase la tabla 2.3), cada uno de los estados tuvo que redactar un SIP nuevo
y nuevas reglamentaciones para las PM10, con el fin de reemplazar su SIP y reglamenta-
ciones anteriores para las TSP. Los planes estatales de administración de la calidad del
aire (SIP) se actualizan con regularidad, tomando en consideración los datos e información
nuevos sobre las mejoras en la tecnología del control.
Una dificultad clara con la filosofía de las normas de la calidad del aire, la cual con-
dujo a la acción de la corte en Estados Unidos, se refiere a la no degradación o no dete-
rioro. Si fuera absolutamente cierto que no habría daño en lo absoluto, de cualquier cla-
se, con concentraciones por debajo de los valores de umbral, entonces no podrían haber
objeciones lógicas para contaminar hasta esas concentraciones. En realidad, las directri-
ces de la EPA para los estados, con el fin de desarrollar sus SIP tomaron este criterio [11].
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 47

Al impugnar esas reglamentaciones, un consorcio de grupos interesados en el medio am-


biente demostró que esta interpretación no era aparentemente el intento del Congreso ni
incluso era por completo coherente con las propias reglamentaciones de la EPA que dic-
tan las normas [12]. Aparte de estas cuestiones puramente legales, las bases lógicas para
oponerse a este criterio son: 1) que la fijación de los valores de umbral está restringida a
basarse en datos limitados, de modo que no se puede tener la certeza absoluta de que no
se causará algún perjuicio en áreas con aire puro al contaminarlas hasta los niveles de
las normas, y 2) que la visibilidad (véase la sección 2.3) no es una propiedad de los va-
lores de umbral. Por consiguiente, si se contaminara hasta las NAAQS, la mayor parte de
las áreas pintorescas de los estados del sudoeste y de las Montañas Rocosas experimen-
tarían una degradación marcada y significativa de sus cielos que, tradicionalmente, son
de gran visibilidad y claros.
Esta controversia se litigó durante cinco años, antes de que el Congreso le pusiera
fin, para Estados Unidos, al redactar la sección Prevention of Significant Deterioration
(PSD, Prevención de Deterioro Significativo) en las enmiendas de 1977 a la Clean Air Act.
Con estas regulaciones, se permite aumentar la concentración de contaminantes en las
áreas de aire limpio, pero sólo en cantidades pequeñas y reguladas [13]. Este problema y
su solución legislativa revelan con claridad la dificultad más básica con la filosofía de las
normas de la calidad del aire o del daño cero: depende por completo de la hipótesis de que
existen valores de umbral, debajo de los cuales se tiene daño cero. Respecto a la visibili-
dad, se puede demostrar que esta hipótesis es falsa (véanse los problemas 2.8 y 2.9). Por
tanto, la base intelectual más fuerte para la doctrina de la PSD es este ataque sobre la pre-
misa básica de la filosofía de las normas de la calidad del aire, la cual evidentemente es fal-
sa en el caso de la visibilidad. Sin embargo, a medida que se acumulen cada vez más da-
tos sobre los efectos de la contaminación del aire en los seres humanos, se vuelve más
difícil creer que la idea de los valores de umbral se pueden aplicar a las poblaciones huma-
nas [14]. Si se aclara que los valores de umbral no son aplicables, entonces quedará igual-
mente aclarado que la filosofía de las normas de calidad del aire ambiente o del daño cero
no tiene fundamento intelectual. Si ése es el caso, todavía pueden aplicarse las normas de
calidad del aire ambiente, si se desea; pero tendrán que elegirse los valores sobre alguna
base filosófica que no sean los valores de umbral y el daño cero.

3.3.3 Filosofía de los impuestos por emisiones


La mayor parte de las leyes y reglamentaciones sobre la contaminación del aire en E.U. se
basan en las dos filosofías precedentes. Se sabe bastante acerca de sus ventajas e in-
convenientes. Las dos filosofías que se analizan a continuación no se están aplicando con
amplitud significativa en ninguna parte del mundo, sino más bien son ideas que se han
analizado teóricamente en publicaciones académicas. Representan posibilidades futuras.
Las leyes basadas en una filosofía de impuestos por emisiones impondrían un impues-
to a cada emisor de los contaminantes principales, según su índice de emisiones; por ejem-
plo, X centavos por libra del contaminante Y para todos los emisores. Esta tasa de impues-
tos se fijaría de modo que la mayor parte de contaminadores importantes encontrarían más
económico instalar equipo de control de la contaminación que pagar los impuestos. En su
forma pura, estas leyes no ejercerían alguna sanción legal o moral contra un emisor que
eligiera pagar el impuesto y no controlar las emisiones en lo absoluto. En la forma pura,
resulta evidente que la filosofía de impuestos por emisiones es bastante diferente de la
filosofía de las normas de la calidad del aire o la de las normas sobre emisiones.
48 CAPÍTULO 3

También se han propuesto los impuestos por emisiones en combinación con la filo-
sofía de las normas de la calidad del aire; en esta combinación, los impuestos por emisio-
nes actuarían como un incentivo adicional para reducir las emisiones hasta niveles más
bajos que los requeridos para cumplir con las normas de la calidad del aire [15]. En este
caso, las dos filosofías actuarían en paralelo. En una forma alternativa, se haría que la tasa
de impuestos aumentara paulatinamente con el transcurso del tiempo, hasta que se alcan-
zara alguna calidad predeterminada del aire ambiente. En esta versión, los impuestos por
emisiones no constituyen una filosofía independiente, sino una táctica que se está apli-
cando para implementar la filosofía de las normas de la calidad del aire, la cual se usaría
para fijar la meta de calidad del aire ambiente que debe ser satisfecha.
Los impuestos por emisiones se pueden considerar como un miembro de una clase
más grande de filosofías llamadas incentivos económicos. Los otros miembros de esta cla-
se son rebajas de impuestos, préstamos del gobierno con bajas tasas de interés para la
instalación de equipo de control de la contaminación del aire y subsidios públicos direc-
tos para el control de la contaminación. Estas rebajas, préstamos y subsidios no se han
propuesto como filosofías separadas y completas (es decir, no tienen una forma pura), sino
más bien se han propuesto y aplicado principalmente como maneras de distribuir los cos-
tos de implementación de las filosofías de las normas de la calidad del aire o de las nor-
mas sobre emisiones.
En la filosofía de los impuestos por emisiones se supone que el medio ambiente tiene
mecanismos naturales para eliminar los contaminantes (siendo una posible excepción los
clorofluorocarbonos —CFC—, véase el capítulo 14) y que, en cualquier nivel particular de
contaminante, el medio ambiente tiene una capacidad finita y renovable de absorción o
dispersión. Si esto se cumple y si esa capacidad se ve como una propiedad pública, en-
tonces lógicamente debe rentarse a los usuarios privados para obtener ingresos máximos
para el tesoro público y no debe sobrecargarse; la analogía con los bosques y tierras de
apacentamiento de propiedad pública parece obvia. Por esta razón, se podría pensar en
la filosofía de los impuestos por emisiones como una filosofía de colocación en el mer-
cado de recursos públicos, en comparación con las bases del aire más limpio posible y
de daño cero de las dos filosofías anteriores.
Si se toma ese parecer y se aplica la forma pura de los impuestos por emisiones, en-
tonces se logran dos resultados deseables. En primer lugar, el grado de control de la con-
taminación por parte de la empresa en particular se convierte en una decisión económica
interna. En las dos filosofías antes analizadas, si la empresa en particular puede persua-
dir a las autoridades de control (o litigar contra ellas) para llevarlas hacia una reglamen-
tación menos restrictiva, esa empresa ahorra dinero y es posible que obtenga una ventaja
sobre sus competidores que no puedan tomar la misma acción. En la filosofía de los im-
puestos por emisiones, cada empresa elige el grado de eficiencia en el control que mini-
mice la suma de los costos del control y los impuestos para ella. La industria es buena en
esas selecciones económicas.
En segundo lugar, la filosofía de los impuestos por emisiones debe minimizar la asig-
nación equivocada de los recursos para control de la contaminación. Si se aplica, es de
suponer que los emisores pequeños hallarán económico pagar los impuestos, en lugar
de poner dispositivos antieconómicos de control en sus plantas. Los grandes emisores en-
contrarán prohibitivos los impuestos sobre sus emisiones e instalarán equipo de control
de alta calidad. En conjunto, esto debe distribuir bien los recursos para control de la con-
taminación.
Se han propuesto y analizado muchas versiones de los impuestos por emisiones, pero
ninguna ha alcanzado el estado de legislación. Muchos estados cobran derechos que son
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 49

proporcionales a las emisiones, de modo que son una forma de impuesto por emisiones.
En general, las cantidades en cuestión son mucho menores que los impuestos que se co-
brarían en un esquema regulador puro de impuestos por emisiones. La comparación de la
filosofía de los impuestos por emisiones con la lista de las cualidades deseables se debe
basar en impresiones de cómo funcionaría la legislación.
La eficacia respecto al costo debe ser regular, porque la filosofía de los impuestos
por emisiones permitiría que cada emisor eligiera entre controlar las emisiones o pagar los
impuestos (o controlar hasta cierto grado económico y pagar por el resto). Tomar las de-
cisiones —controlar o no y cuál debe ser el grado de control—, un asunto de economía
interna de los emisores importantes es probable que daría por resultado una mejor efica-
cia global respecto al costo que la posible con las normas uniformes sobre emisiones. Sin
embargo, impuestos nacionales uniformes por emisiones pueden dar como resultado que
algunas plantas alejadas instalen equipo de control con un costo grande, para minimizar
los impuestos, sin una reducción correspondiente en los daños.
En la mayor parte de los esquemas propuestos hasta ahora, sólo se contemplan im-
puestos para las grandes fuentes. Para éstas, las tasas de impuestos y los métodos de
prueba para las emisiones constituyen el conjunto de las reglamentaciones. Si se reali-
zara un intento para ampliar los impuestos hacia todos los emisores de un contaminante
en particular, entonces el problema se volvería más complejo [16]. Para los óxidos de azu-
fre, por ejemplo, se podría cargar un impuesto a los combustibles para vehículos de mo-
tor y calefacción hogareña, con base en el contenido de azufre, con una tasa comparable
a la correspondiente a las emisiones de azufre de las grandes fuentes industriales. Esto
sería sencillo. Pero parece que no hay un esquema comparablemente sencillo para las emi-
siones de partículas o de NOX provenientes de las fuentes de calefacción hogareña, auto-
móviles, etcétera.
Si se limitan los esquemas de imposición de impuestos a las fuentes grandes, enton-
ces la posibilidad de hacerlos obligatorios debe ser excelente. Tendría que ampliarse la
industria de pruebas de emisiones e instituirse la certificación de las empresas de esa in-
dustria; pero una vez que se dispusiera de un cuerpo certificado de probadores indepen-
dientes de emisiones, sus valores de las pruebas serían aceptados con facilidad como la
base para los pagos de impuestos. Registrar los medidores de emisiones en las chime-
neas de escape también sería lo más útil.
La flexibilidad para enfrentarse a las clases de problemas antes analizados sería inne-
cesaria. En otras filosofías se necesita flexibilidad para enfrentarse al problema de un emi-
sor que no puede cumplir económicamente una norma amplia de área, que no puede cum-
plirla dentro de un plazo fijado o que tiene una falla del equipo de control. En un sistema
de impuestos por emisiones, el emisor sencillamente paga el impuesto. (Con el equipo de
control fuera de servicio, el medidor de impuestos por emisiones funcionará muy rápido,
¡proporcionando un fuerte incentivo para hacer que el equipo regrese al servicio con ra-
pidez!)
La capacidad evolutiva debe ser buena, porque podría cambiarse la tasa de impues-
tos como se necesitara. Se requeriría tener precaución, porque la industria se ha quejado
acerca de sus dificultades con el cambio de normas. (Hablan de la dificultad de "dispa-
rarle a un blanco en movimiento", que aparentemente se añade al placer de cazar patos,
pero que no es tan gracioso en la industria.) No obstante, elevar una tasa de impuestos
para las plantas existentes causa mucha menos perturbación económica que bajar una nor-
ma sobre emisiones. En el caso del aumento de la tasa de impuestos, es probable que la
planta existente eligiría pagar la tasa más elevada, en tanto que para la norma más baja
50 CAPÍTULO 3

sobre emisiones, probablemente tendría que reemplazar su equipo existente de control de


la contaminación por un equipo más eficaz.
Aun cuando la filosofía de los impuestos por emisiones es ampliamente preferida por
los economistas, en su forma mixta o mezclada, y fue propuesta en uno de los mensajes
del Presidente Nixon al Congreso [15], en general ha sido un anatema para la industria de
Estados Unidos. Un grupo industrial expresó [17]: "Como cuestión de principio, el dere-
cho de contaminar el medio ambiente nunca debe 'ponerse a la venta'". Si se compara este
modo de ver con el de los poseedores de derechos de apacentamiento en el dominio pú-
blico, se ve que es el mismo. Los que gozan del uso libre o subsidiado del dominio públi-
co se muestran renuentes a pagar el precio justo en el mercado por ese uso.
En una filosofía pura de impuestos por emisiones, se necesita alguna manera para fi-
jar las tasas correspondientes. En general, lo que se sugiere es que las tasas se eleven con
un programa anunciado con antelación, continuando hasta que el aire esté "suficiente-
mente limpio". Si se decide sobre la base de valores supuestos de umbral, entonces los im-
puestos por emisiones se convierten sencillamente en una manera novedosa (quizá bue-
na) de implementar la filosofía de las normas de la calidad del aire y, de ninguna manera, en
una filosofía autoestable. Si se prueba que la hipótesis básica de la filosofía de las nor-
mas de la calidad del aire es incorrecta, entonces utilizarla como base para determinar lo
que es "suficientemente limpio" en la filosofía de los impuestos por emisiones tiene los
mismos inconvenientes que se analizaron con anterioridad.
Se podría elegir no considerar en lo absoluto la calidad del aire al decidir acerca de
las tasas de impuestos y aplicar algunos criterios puramente económicos; por ejemplo, los
ingresos máximos al erario o los costos marginales del control de la contaminación igua-
les al valor de alguna tecnología que sea la mejor en ese momento. Se puede presumir que
un enfoque de este tipo no incluiría consideración alguna acerca del daño al público por
parte de la contaminación.

3.3.4 Filosofía del costo-beneficio


En el enfoque del costo-beneficio se supone que no existen umbrales o bien que, si exis-
ten, son bastante bajos que no se pueden destinar medios para tener aire con esa limpie-
za. Si esto es cierto, entonces se debe aceptar cierta cantidad de daño por contaminación
del aire para alguien, en alguna parte. En esta filosofía se sugiere que se intente decidir,
en una manera tan racional como se pueda, cuánto daño debe aceptarse y, en forma co-
rrespondiente, cuánto se debe estar dispuesto a gastar para reducir los daños hasta este
nivel.
En la figura 3.3 se ilustra la idea. A la derecha, una alta concentración del contami-
nante en el aire ambiente corresponde a un costo cero por control de la contaminación.
Se puede reducir la concentración en el aire ambiente por medio de gastos para control
de la contaminación. El costo del control sube en forma pronunciada a medida que la con-
centración en el aire ambiente se vuelve pequeña. Con concentración cero, se tienen cos-
tos cero por daños; el costo por daño al principio se eleva con lentitud y, después, con
mayor rapidez a las concentraciones altas. La suma de los dos costos tiene un valor mí-
nimo en alguna concentración intermedia. Este mínimo corresponde al gasto óptimo para
control de la contaminación; gastos por arriba o por debajo de él son antieconómicos.
La figura 3.3 es un ejemplo del problema clásico de la "minimización de la suma de
dos costos" que aparece en los textos de economía e ingeniería. Se tiene el mínimo, cuan-
do las pendientes de las dos curvas son iguales y opuestas, o sea,
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 51

Costo del control


de la contaminación
(o gasto para el control
de la contaminación)

Costo del
daño por
contaminación

Costo total
(daño + control)

Óptimo

Concentración del contaminante en el aire ambiente

FIGURA 3.3
Representación esquemática de la relación entre el daño, el control y los
costos totales, para algún contaminante en algún lugar.

La figura 3.3 es una gran simplificación, porque existe una curva de costo del con­
trol, una curva de costo del daño y una de la concentración atmosférica. En la realidad, se
tiene una curva de daño para cada individuo expuesto a la contaminación del aire, una
curva de control para cada emisor (incluyendo automóviles, plantas domésticas de cale­
facción, etc.) y una dimensión de concentración para cada contaminante en cada lugar. Por
consiguiente, en lugar de una optimización unidimensional, se tiene una optimización mul-
tidimensional, con un número de dimensiones por lo menos tan grande como el número
de personas en el mundo.
52 CAPÍTULO 3

En la sencilla aplicación que se muestra en la figura 3.3 y la ecuación (3.3) no se con-


sideran las preguntas: "¿Costos para quiénes?, ¿beneficios para quiénes?" Si el conta-
minante es emitido por los automóviles, entonces el costo de controlar sus emisiones pro-
bablemente se distribuirá entre la población, de la misma manera como se distribuyen los
daños. Pero para un contaminante emitido por una fábrica y que lesiona al resto de la co-
munidad, esa distribución es bastante desigual, y las cuestiones de justicia y equidad de-
ben incluirse con las económicas.
Este enfoque es criticado con frecuencia por quienes dicen: "Nadie puede reducir X
a términos monetarios", en donde X puede ser la salud humana, la vida humana o la ca-
lidad de un cielo limpio, el daño por la contaminación del aire a las catedrales de Europa
o algo más. Esos valores son difíciles de asignar, pero es obvio que la sociedad los asig-
na. El valor que se le da a la salud queda indicado por cuánto gasta cada uno por sal-
vaguardar o mejorar la salud personal y por cuánto gasta la sociedad por mejorar la sa-
lud de la comunidad. El valor que le da la sociedad a la vida humana queda indicado por
cuánto gastará esa sociedad para impedir una muerte accidental [18]. Todos los días, los
jurados fijan valores financieros sobre la pérdida de la vida y de la salud. El valor que se le
da a los cielos limpios queda indicado por todo aquello a lo que renunciará ¡a gente para
vivir en zonas con esos cielos limpios. Con frecuencia, la persona que hace esta crítica
está en desacuerdo con la evaluación de la sociedad. El autor no está de acuerdo con
algunas de las evaluaciones de la sociedad, pero ésa no es razón para decir que la so-
ciedad no pueda evaluar estas cosas ni lo haga.
Si se compara la filosofía del costo-beneficio con la lista de las propiedades desea-
bles, se ve que su eficacia respecto al costo es excelente. Puesto que la meta de esta fi-
losofía es resolver el problema de minimización del costo-beneficio, si esa minimización
se realiza con propiedad, el resultado debe tener la mejor eficacia posible respecto al cos-
to. (Costo-beneficio se refiere al proceso cuyo esquema se muestra en la figura 3.3, en el
cual se calculan explícitamente los costos y beneficios. Eficacia respecto al costo se re-
fiere a tratar de hallar la manera con costo mínimo para alcanzar alguna meta u objetivo
cuyos beneficios no se calculan en forma explícita; por ejemplo, cumplir con la NAAQS
para el ozono (O3) en Los Ángeles, o bien, conducir una misión con tripulación humana
hacia Marte.)
La filosofía del costo-beneficio no es sencilla. El problema de resolver la ecuación
(3.3), con tantas variables como existe gente y promulgar reglamentaciones para hacerlas
obligatorias, se encuentra bastante lejos de las capacidades actuales. En virtud de esta
complejidad, es probable que nunca se tengan reglamentaciones sobre la contaminación
del aire que se basen directamente en el análisis costo-beneficio o en la aplicación directa
de la ecuación (3.3). Es más probable que se apliquen enfoques muy simplificados; por
ejemplo, la utilización del análisis costo-beneficio para fijar normas sobre emisiones o nor-
mas de la calidad del aire. Durante muchos años, las leyes basadas en la filosofía de las
normas sobre emisiones han incluido palabras que sugieren fijar las normas "tomando en
cuenta el costo..." [19] o palabras análogas acerca de lo razonable o lo práctico. Al decidir
qué es razonable o práctico, quienes redactan las reglamentaciones han intentado deci-
dir, consciente o inconscientemente, cuáles serían los beneficios de una medida dada de
control y balancear estos beneficios contra el costo. Debe quedar claro que uno o más
de los contaminantes principales del aire no tienen umbral, es probable que las normas de
la calidad del aire se fijen sobre una base de costo-beneficio.
Debido a que la tabla 3.2 está escrita para filosofías "puras", la posibilidad de ser obli-
gatoria y la flexibilidad de la filosofía del costo-beneficio se listan como "desconocidas".
Nadie ha publicado alguna idea clara de cómo se redactaría un conjunto de reglamenta-
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 53

ciones basadas en el análisis costo-beneficio. La capacidad evolutiva debe ser buena. A


medida que aparezcan nuevos datos sobre los daños por contaminación del aire o alguna
nueva tecnología de control, se pueden introducir en la ecuación del costo-beneficio y
modificar las reglamentaciones para tomarlos en cuenta.
Si lo más probable es que esta filosofía no se utilice en su forma "pura", sino más bien
como guía para fijar normas sobre emisiones o de calidad del aire, ¿por qué se lista como
una filosofía? La principal finalidad de este capítulo es dilucidar las bases filosóficas ver-
daderas sobre las que se está actuando en estos momentos. Si se ha estado aplicando
esta filosofía de manera informal, entonces se le debe admitir. Si, en realidad, las normas
sobre emisiones o las de la calidad del aire, o ambas, no constituyen la filosofía básica,
entonces se deben dedicar la reflexión y el esfuerzo necesarios para poner las decisiones
relacionadas con el costo-beneficio sobre una base sólida. Para hacerlo se requiere expo-
ner públicamente las hipótesis y los juicios de valor que se necesitan para llevar a cabo
los cálculos del costo-beneficio que comprendan el daño a la salud humana, el daño esté-
tico, etcétera. Exponer esos juicios de valor será doloroso y generará polémica, pero la
alternativa será tomar decisiones acerca de la contaminación del aire de una manera menos
informada. En la Clean Air Act de 1990 se establece una comisión para realizar precisamen-
te eso [20].

3.4 CONTROL DEL MERCADO


Y DERECHOS DE EMISIÓN
Al cumplir los mandatos de la Clean Air Act de 1970, en la mayor parte de los estados se
promulgaron reglamentaciones que ponían un límite numérico a las emisiones de cada chi-
menea de cada planta. Las industrias concluyeron que muchas veces podían satisfacer
la limitación global de emisiones de la planta, de manera más económica, al controlar las
fuentes grandes en forma más rigurosa que la requerida por sus licencias y no controlar
las más pequeñas. Esta práctica condujo a la controversia legal sobre cuánta flexibilidad
tenía cada uno de los emisores en la satisfacción de las metas globales sobre emisiones.
La industria se refiere al enfoque detallado de regulación chimenea por chimenea, adop-
tado por la EPA y la mayor parte de los estados, como el enfoque del mandato y control.
No les gusta.
La industria también sugirió que si cada una de dos fábricas emitían X libras/año de
algún contaminante y el SIP aplicable requería una reducción del 20% en las emisiones
de ese contaminante, entonces pudiera ser más barato que una de las fábricas redujera
sus emisiones en un 40% a que las dos las redujeran en el 20%. Es de suponer que las dos
fábricas compartirían el costo del control del 40% en una de ellas.
Si una fábrica intentara reducir las emisiones más del mínimo requerido por las re-
glamentaciones aplicables, la industria pidió al estado y a los reguladores federales les
permitiera depositar en un banco, vender o negociar el crédito por esa reducción adicio-
nal en las emisiones. Esta solicitud fue aceptada en algunas reglamentaciones de la EPA,
en la década de 1980, y reforzada en la revisión de 1990 de la Clean Air Act. Esta provi-
sión tiene una importancia particular en áreas en las que no se satisfacen las NAAQS
(áreas sin logros). Por medio de las reglas actuales de la EPA, una nueva instalación que
desea ubicarse en un área sin logros debe producir en algún lugar de esa área una re-
ducción en las emisiones que sea mayor que las emisiones que se le permitan. El depó-
sito, la negociación o la venta de créditos de emisiones con otras instalaciones permite
que se haga esto. Eso lleva a la cuestión filosófica de si alguien que ha emitido siempre X
libras/año del contaminante Y tiene un derecho de propiedad comerciable para hacer eso
54 CAPÍTULO 3

en el futuro. En la legislación actual de E.U., la respuesta es sí. Como consecuencia, para


alguna fábrica vieja y sucia, la posesión más valiosa es el derecho comerciable de emitir
contaminantes del aire. En Los Angeles, las refinerías de petróleo han concluido que pue­
den reducir las emisiones regionales de hidrocarburos en forma más barata al comprar y
volver chatarra los automóviles viejos (sacándolos de este modo de circulación) que lo
que pueden al mejorar los ya eficientes controles de emisiones de sus refinerías. Desde
1980 hasta 1992, el gobierno de E.U. se orientó con fuerza al mercado y apoyó muchos

TABLA 3.3
Secciones más importantes de la Clean Air Act de 1970,
según las enmiendas de 1977 y 1990

Sección Título Provisiones principales

107 Air Quality Control Divide el país en regiones. Los estados deben
Regions (AQCR, Regiones administrar la calidad del aire en cada una
de Control de la Calidad de esas regiones, bajo la supervisión federal
del Aire)
109 NAAQS Establece las National Ambient Air Quality
Standards (Normas Nacionales de la Calidad
del Aire Ambiente)
1 10 Planes de ¡mplementación Requiere que el estado prepare los State
Implementation Plans (SIP, Planes Estatales
de Implementación) y les dé carácter de
obligatorios. Da los detalles de cómo se debe
hacer esto
111 NSPS Establece las Standards of Performance for New
Stationary Sources (Normas de Comportamiento
para las Nuevas Fuentes Estacionarias),
comúnmente llamadas new source performance
standards (normas de comportamiento
de fuentes nuevas)
112 y NESHAP Establece las normas nacionales sobre emisiones
301-306 para contaminantes peligrosos del aire
160-169 PSD (Prevención de Deterioro Significativo)
Dispone las reglas y reglamentaciones para las
regiones con aire más limpio que las NAAQS
y para la protección de la visibilidad
171-192 Áreas sin logros Da descripciones detalladas de lo que se debe
hacer en las áreas que, en la actualidad,
no se satisfacen las NAAQS
202-235 Fuentes móviles Pone el control de las emisiones de los vehículos
de motor principalmente en las manos
del gobierno federal; fija las normas para los
vehículos de motor y los combustibles
401-416 Control del depósito ácido Establece un programa federal de control de los
depósitos ácidos
601-618 Protección del ozono Establece programas para la protección
estratosférico de la capa de ozono estratosférico
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 55

esquemas para llevar las fuerzas del mercado hacia el área de la regulación de la contami-
nación del aire. Es demasiado pronto para decir si eso ha tenido efectos benéficos a largo
plazo.

3.5 PRINCIPALES LEYES DE E.U. SOBRE


LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE
El cuerpo de la legislación de E.U. sobre la contaminación del aire está contenido prin-
cipalmente en la Clean Air Act y las reglamentaciones (locales, estatales y federales) que
la implementan. En la tabla 3.3 se listan las partes principales de esta compleja legislación.
La legislación contiene muchas otras provisiones que son de procedimiento, legales y pre-
supuestarias y que, en general, son menos interesantes para los ingenieros especialistas
en la contaminación del aire que las aquí listadas. Las leyes sobre la contaminación del
aire también interactúan con las de la contaminación del agua y las de desechos sólidos.
Las reglamentaciones de la EPA que implementan la Clean Air Act se encuentran en el
capítulo 40 del Code of Federal Regulations (CFR, Código de Reglamentaciones Fede-
rales).

3.6 RESUMEN
1. Desde 1863 hasta 1970, los esfuerzos para el control de la contaminación del aire se
basaron en gran parte en la filosofía de la norma sobre emisiones o del aire más lim-
pio posible. Desde entonces, la filosofía de la norma de la calidad del aire o del daño
cero ha sido la dominante en la legislación de E.U. sobre la contaminación del aire. Se
ha propuesto la filosofía de los impuestos por emisiones, o la colocación en el merca-
do de recursos públicos, y se ha analizado como una alternativa para aquéllas.
2. Las normas de la calidad del aire, las cuales se basan en las suposiciones de valores
verdaderos de umbral, responden la pregunta: "¿Qué tan limpio debe ser el aire?" Las
normas sobre emisiones y los impuestos por emisiones no dan respuesta a esa pre-
gunta en lo absoluto. Si se prueba que la hipótesis básica de la filosofía de las nor-
mas de la calidad del aire es incorrecta, entonces ninguna de estas tres filosofías dará
respuesta a esa pregunta.
3. De modo informal, o inconscientemente, las oficinas de control de la contaminación
han dado respuesta a esa pregunta por medio de cierto tipo de estimación de costos
y beneficios.
4. En las legislaciones y reglamentaciones actuales de E.U. sobre la contaminación del
aire se han visto favorecidos los métodos de mercado de colocación de derechos de
emisión.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas pos-
teriores.

3.1. Si un automóvil consume 1 galón de combustible por cada 15 millas recorridas, si la densi-
dad del combustible es de 6 Ib/gal y si la norma sobre emisiones de hidrocarburos (gasolina no
quemada) para los automóviles es de 0.41 g/milla (en los gases de escape) (Norma Federal
[en E.U.] para los automóviles 1981 y posteriores) y las emisiones son iguales a esta norma,
56 CAPÍTULO 3

¿qué fracción del combustible alimentado al automóvil se emite (no quemada) en los gases de
escape?
3.2. a) ¿Qué eficiencia en porcentaje debe tener un colector de ceniza para una planta generado-
ra de energía eléctrica con el fin de cumplir con las NSPS para este tipo de plantas (ta-
bla 3.1)? Véanse las guardas posteriores para obtener información respecto a las propie-
dades del carbón mineral típico.
b) ¿La regla de las emisiones de 0.03 lb/106 es más restrictiva, o menos restrictiva, que la
del 1%?
c) ¿A qué porcentaje de ceniza en el carbón serían las dos reglas igualmente restrictivas?
d) ¿Por qué se tienen dos restricciones separadas? (Para dar respuesta a esta parte de la pre-
gunta, el lector debe saber algo de la historia de estas regulaciones que está más allá de la
presentada en este libro.)
3.3. ¿Las regulaciones para las plantas generadoras de energía eléctrica que queman carbón y para
las plantas de cemento (horno) de la tabla 3.1 conducen a la misma eficiencia requerida en el
control para las partículas? Las emisiones no controladas de partículas emitidas por un hor-
no típico de cemento [21] son alrededor de 180 Ib/tonelada corta de alimentación del horno.
3.4. En muchos países industriales se están reubicando las fabricas con altos costos de control de
la contaminación del aire (y otros relativos al medio ambiente) en países en desarrollo y ope-
rándolas con emisiones de contaminantes del aire y de otro tipo mucho mayores que las que
serían toleradas en cualquier país industrial. (Los salarios más bajos son otro factor.) Las in-
dustrias y los países menos desarrollados arguyen que, aun cuando a nadie le gustan los con-
taminantes emitidos, esos países menos desarrollados tienen problemas ambientales mucho
peores que los causados por la industria (por ejemplo, la mayor parte de la población no cuen-
ta con agua potable y los niños mueren con regularidad por enfermedades transmitidas por el
agua que no existen en los países industriales). Los impuestos y el dinero para pagos de jor-
nales ayudarán a contar con plantas para potabilizar el agua, escuelas, hospitales, etcétera. Los
países en desarrollo consideran la contaminación del aire y de otro tipo provenientes de es-
tas fábricas como un pequeño precio que debe pagarse por estos beneficios económicos y re-
lativos al medio ambiente.
Los grupos interesados en el medio ambiente dicen que esto es exportar la contaminación
y la explotación del pobre de otros países para sostener los estilos de vida dispendiosos de
los países industriales.
¿Quién tiene la razón? ¿Ambas partes la tienen? Si al lector, como al primer ministro de un
país en desarrollo, se le ofreciera una planta que sería una severa contaminadora del aire, pero
generaría impuestos suficientes como para pagar la instalación de un sistema de agua potable
para una comunidad que no la tiene, ¿aceptaría?

BIBLIOGRAFÍA
1 . de Nevers, N.. R. E. Neligan y 11. II. Slater: "Air Quality Management. Pollution Control Stratcgics,
Modeling and Evaluation". en A. C. Stern (ed.), Air Pollution, Vol. 5. 3a. ed., pp. 3-40. Academic,
New York, 1977.
2. de Nevers, N.: "Air Pollution Control Philosophies", J. Air Pollut Control Assoc. Vol. 27. pp. 197-
205. 1977.
3. Halliday, F. C.: "A Historical Review of Atmospheric Pollution". Air Pollution, World Health
Organization Monograph Series No. 46, pp. 9-37. Geneva. Switzerland. 1961.
4. Burdick, L. R.: "Ringleman Smoke Chart (Una revisión de la 6888 por R. Kudlich)", U.S. Bur.
Mines Inform. Circ. 7718. Washington, DC. 1955.
5. "Control of Air Pollution from New Motor Vehiclcs and New Motor Vehicle Engines; Certification
and Test Procedures", 40CFR86.
6. Mann, L: "Statement on Behall' of Automobile Manufactures Association", Air Pollution 1967
(Automotive Air Pollution). Audiencias ante el U.S. Senate Subcommittee on Public Works. 90 th
Congress, U.S. Government Printing Office. Washington. DC, parte 1, p. 395, 1967.
LEYES Y REGLAMENTACIONES ACERCA DEL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 57

7. Iacocca, L. A.: "Tcstimony at Hearings Before the Subcommittee on Air and Water Pollution of
the Committee on Public Works, United States Senate", U.S. Government Printing Office, Wash-
ington, DC, No. 5270-01940, p. 1103, 1973.
8. National Emission Standards Study: Report of the Secretary of Health, Education, and Welfare to
the Congress in Compliance with the Clean Air Act of 1967, U.S. Government Printing Office,
Washington, DC, p. 106, abril de 1970. Véase también J. E. Bonine, carta en el J. Air Pollut. Con-
trol Assoc. Vol. 25, p. 1099, 1975.
9. The Clean Air Act of 1970, PL 91-604 Sec. 109(b)-l.
10. 40CFR50, National Primary and Secondary Ambient Air Quality Standards.
11. Environmental Protection Agency: "Requirements for Preparation, Adoption, and Submittal of
Implementation Plans", Federal Register, Vol. 36, p. 8186, abril de 1971.
12. El documento sobre la norma de la calidad del aire (referencia 10) (sección 410.2(c)) dice: "La
promulgación de las normas nacionales, primarias y secundarias, sobre la calidad del aire ambiente
no significará de manera alguna que se permita el deterioro significativo de la calidad existente del
aire en cualquier parte de cualquier estado". Además, la Clean Air Act (sección 101b(l)) dice: "Las
finalidades de este título son (I) proteger y mejorar la calidad de los recursos de aire de la Na-
ción...". Estas dos citas, más la historia legislativa de la ley, formaron la base para el litigio con
éxito del grupo de conservación con el fin de impedir la contaminación del aire hasta el nivel de
las normas.
13. de Nevers, N.: ''Some Alternative PSD Policies", J. Air Pollut. Control Assoc, Vol. 29, pp. 1139-
1 144, 1979.
14. Knelson, J. H.: "Developing Health Standards from Epidemiological and Clinical Data", presentado
en el 3rd Life Sciences Symposium, Los Alamos, New Mexico, octubre de 1975.
15. Nixon, R. M.: "The President's 1972 Environmental Program", Weekly Compilation of Presiden-
tial Documents, Vol. 8, Issue 7, p. 220, 1972.
16. Lees, L. y otros: "Smog—A Report to the People", California Institute of Technology Environ-
mental Quality Laboratory F.QL Report No. 4, Pasadena, CA, enero de 1972.
17. Anon.: "Council Report, National Industrial Pollution Control Council", U.S. Dept. of Commerce,
p. 13, febrero de 1971.
18. "Air Quality and Automobile Emission Control", Vol. 4: "The Costs and Benefits of Automobile
Emission Control", A Report by the Coordinating Committee on Air Quality Studies, National
Academy of Sciences. National Academy of Engineering, preparado para el Committee on Public
Works, U.S. Senate, Serial 93-24, p. 258 y siguientes, septiembre de 1974.
19. "The Clean Air Act" con sus enmiendas (42 USC 1857-18571), y según las enmiendas por parte
de la PL 91-604 y la PL 101-549. (La primera versión de esta ley fue aprobada en 1963, pero la
revisión vasta e importante fue en 1970. Hubieron revisiones importantes en 1977 y 1990.)
20. Clean Air Act of 1990, PL 101-549 Sec. 303, Risk Assessment and Management Commission.
2 1 . "Compilation of Air Pollutant Emission Factors, Volumc I: Stationary Point and Area Sourccs",
4a. ed., AP-42, (U.S. EPA, Office of Air Quality Planning and Standars, Research Triangle Park,
NC 27711), 1985, con actualizaciones hasta 9/91. pp. 8.6-8.
I
CAPÍTULO

4
MEDICIONES
DE LA CONTAMINACIÓN
DEL AIRE, ESTIMACIONES
DE LAS EMISIONES

Existen dos clases de mediciones de la contaminación del aire: mediciones del ambiente
(concentraciones de contaminantes en el aire que el público respira, o monitoreo del am-
biente) y mediciones de la fuente (concentraciones o índices de emisiones, o ambas co-
sas, de las fuentes de contaminación del aire o pruebas de las fuentes). Las dos se re-
quieren en la filosofía de las normas de la calidad del aire (capítulo 3), la base principal de
la legislación sobre la contaminación del aire en Estados Unidos. Se deben medir las con-
centraciones en el aire ambiental, para determinar si, en realidad, es seguro para ser res-
pirado (es decir, si satisface las NAAQS). Para controlar las concentraciones de conta-
minantes, se deben regular el tiempo, el lugar y la cantidad de sus emisiones. Por tanto, se
deben medir los índices de emisiones de diversas fuentes de contaminantes del aire (por
ejemplo, fábricas, plantas de potencia, automóviles).
Incluso si no se tuvieran los requerimientos legales para estas pruebas, se les nece-
sitaría para evaluar el rendimiento de los dispositivos de control de la contaminación del
aire, los cuales normalmente se venden con garantías de rendimiento. Por lo general, el
comprador no pagará por el dispositivo de control hasta que las pruebas demuestren que
el mismo cumple con estas garantías de rendimiento en la operación real de la planta.
Casi todos los aparatos de medición de la contaminación del aire (monitoreo del am-
biente o muestreo de la fuente) tienen las diversas partes que se indican en la figura 4.1.
A medida que se analicen los detalles en las secciones subsiguientes, se volverá a esta
figura, para ver de qué manera cada pieza se ajusta en esta perspectiva global.

59
60 CAPÍTULO 4

Aparatos o procedimientos
para poner en
posición la sonda
de muestreo

Flujo
de los Detector para
gases de cuantificar en
muestra forma instantánea Medidor
o acumulada de los
gases Desfogue
la cantidad de
al aire
contaminante
Moviente
del aire (bomba)
Dispositivo Sonda de muestreo,
de admisión, calentada de ser necesario
para excluir para impedir la condensación
los materiales
no deseados

FIGURA 4.1
Componentes de cualquier aparato de monitoreo del ambiente o de muestreo de las fuentes. Si el
detector funciona en tiempo real (no acumulado), entonces no se necesita el medidor de gases, sino que
se trata de alguna clase de integrador o registrador de señales.

4.1 UNA MUESTRA REPRESENTATIVA


Cualquier medición de la contaminación del aire comprende dos problemas. El primero es
obtener una muestra representativa y adecuada; el segundo es determinar correctamente
la concentración del contaminante de interés en ella. En general, el primero es más difícil.
Lo que constituye una muestra representativa del aire ambiente ha sido el tema de
una prolongada controversia, legal y técnica. En la figura 4.2 se ilustran algunos de los
problemas. El aire del interior de la estructura de estacionamiento normalmente contiene
mucho más CO que el permitido por la NAAQS para el aire ambiente. Por tanto, si se toma
una muestra adentro de esa estructura, se encuentra una violación de la NAAQS. Si se
toma una muestra directamente en la acera de enfrente de una estructura de ese tipo, en
la mayor parte de los casos la concentración será un orden de magnitud menor que aden­
tro de la estructura. A una cuadra de distancia, la concentración incluso será menor. En

La concentración de Estación de
CO adentro de la monitoreo del Estación de
estructura es > la aire en el centro monitoreo
NAAQS de la ciudad Edificio del aire
de oficinas

Estructura
de estacio­
namiento

Palacio de
justicia del condado

FIGURA 4.2
Ilustración de algunos de los problemas para elegir el sitio de un muestreador para medir el CO del
ambiente en una ciudad.
MEDICIONES DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE. ESTIMACIONES DE LAS EMISIONES 61

la acera directamente adyacente a la estructura, la concentración quizá será el doble de


alta que en el lado opuesto de la calle. ¿Cuál de estas ubicaciones es la adecuada, si al­
guna de ellas lo es, para obtener una muestra del aire ambiente? En general, el muestrea-
dor del aire ambiente se debe ubicar en el lugar al cual el público tiene libre acceso, en
donde la concentración del contaminante es más alta. Esto excluye todos los espacios
en interiores y sitios de plantas hacia los cuales el público no tiene acceso.
Un monitor del ambiente se debe colocar en donde se tiene un fuerte amparo contra
la lluvia y la nieve, tal vez un medio ambiente a temperatura constante, de fácil acceso para
el personal de monitoreo, protección contra el vandalismo y, si es posible, sin tener que
pagar renta. El lugar tradicional ha sido el techo del edificio de sanidad del condado o del
palacio de justicia de este último. Por desgracia, la concentración de los contaminantes
relacionados con los automóviles medida allí a menudo es mucho más baja que al nivel
de la calle en la intersección con más movimiento del centro de la ciudad.
La U.S. EPA tiene directrices muy detalladas para la colocación conveniente de las
admisiones para los muestreadores del aire que tienen por objeto representar el aire am­
biente. Normalmente, las mediciones deben hacerse al nivel de la calle, en el centro de la
ciudad. En la figura 4.2, la oficina de control de la contaminación del aire podría cumplir
con esta necesidad si renta una oficina en el primer piso de un edificio en el centro de la
ciudad y cuelga su sonda muestreadora hacia afuera de la ventana, alrededor de 10 ft arri­
ba de la acera. Otras selecciones pueden ser plausibles, pero es probable que las de la
EPA sean tan buenas como cualquiera y tienen el mérito de ser uniformes en todo el país
(E.U.)[1].
En las pruebas de las fuentes, el problema de la muestra representativa es igualmen­
te difícil. El flujo de los gases en un conducto de humo o chimenea grandes industriales
es posible que sea estacionario y que los gases estén bien mezclados de lado a lado del
diámetro de los mismos, en cuyo caso cualquier muestra tomada en cualquier momento y
en cualquier lugar de la chimenea será representativa. Pero, para la mayor parte de las chi­
meneas, la velocidad y la concentración en las mismas varían de punto a punto y de mo­
mento a momento, de modo que se deben hacer y promediar muchas mediciones sepa­
radas. En la figura 4.3 se muestran las velocidades y concentraciones locales medidas en
un ducto por el que pasa una corriente de gases que arrastran partículas. Son importan­
tes las diferencias en la velocidad y la concentración de partículas, de lugar a lugar en el
ducto. Es evidente que si tuvieran que medirse las velocidades y concentraciones en sólo
un punto, por ejemplo, cerca de la curva en el interior, se habrían calculado un gasto de
los gases y un índice de emisiones globales mucho más bajos que los valores verdade­
ros. Incluso 36 ft más lejos corriente abajo, los datos de la velocidad y la concentración
no indican que el flujo se haya vuelto uniforme, aun cuando la no uniformidad es mucho
menor de lo que era cerca de la curva.

Ejemplo 4.1. En la prueba de una fuente, la chimenea se dividió en cuatro sectores, cada
uno de los cuales tenía la misma área de la sección transversal. En estos sectores se mi­
dieron las velocidades y concentraciones de los contaminantes siguientes:

Número de sector Velocidad V, m/s Concentración c, μg/m 3

1 10 500
2 12 600
3 14 650
4 15 67 5
62 CAPÍTULO 4

Veloc idad Je ¡os gase Emi sión Veloc ¡dad de los gase Emi sión

1.2 1.2 1.2 1.2 1.1 1.1 1.2 1.9 1.1 1.1 1.1 1.1 1.1 0.7 0.8 1.0
1.3 1.3 1.3 1.3 0.9 1.2 1.6 1.8 1.1 1.0 1.1 1.2 1.1 0.8 0.9 1.4
1 .3 ¡.3 1.3 1.3 0.9 0.9 1.3 1.7 1.0 0.9 1.0 1.1 1.0 0.7 1.0 1.0
0.2 0.2 0.2 0.2 0.1 0.1 0.1 0.1 0.8 0.6 0.9 0.9 0.9 0.9 1.2 1.5

Hacia el conducto
principal de humo

Velocidad promedio de los gases = 39 ft/s


Emisión promedio por unidad de área = 1,2 lb/ft2 • h

Del ventilador
Del ventilador de T.I No. 2
de T.I No. 1

FIGURA 4.3
Velocidades y gastos másicos (velocidad x concentración) de partículas medidos en un ducto
complejo. Los valores que se muestran son la relación del valor observado al valor promedio para
el ducto completo. Por ejemplo, cerca de la curva, en donde la velocidad se muestra como 1.2, la
velocidad medida fue 1.2 x 39 ft/s = 47 ft/s = 14.3 m/s [2|.

¿Cuál es la concentración promedio en los gases que fluyen en esta chimenea?


La concentración promedio es

Masa total
Volumen total para áreas iguales

10 x 500 + 12 x 600 + 14 x 650 + 15 x 675


10+12 + 14 + 15
Si los sectores muestreados no tuvieran áreas iguales, este cálculo sería más complejo. ■
Es de suponer que, si se fuera bastante lejos corriente abajo en este ducto, se hallaría
que las velocidades del flujo y las concentraciones de partículas se habrían vuelto uni­
formes. Si se puede hacer eso, se debe hacer. Pero en la figura 4.4 se muestra una situa­
ción de muestreo más típica. En esos ductos no se puede hallar un lugar "lejos corriente
abajo de cualquier cambio de dirección o cualquier otra perturbación del flujo". En las
plantas más nuevas, a veces los diseñadores han considerado los problemas de obtener
un flujo uniforme de los gases y han proporcionado acceso y una ubicación conveniente
para que el muestreador de la fuente coloque los instrumentos requeridos. En las plan­
tas más viejas, rara vez se cuenta con esa facilidad, y en muchas plantas más nuevas re-
Figura 4.4
El largo ducto recto y el lugar confortable para sostener y asentar los instrumentos, con
cubierta para la lluvia y alimentación de energía eléctrica, no son la norma para las pruebas
de las fuentes [3] (Reproducido con autorización de Academic Press y la University of
Minesota)

sulta más económico hacer que la planta sea eficiente y dejar que el probador de la fuen-
te trabaje más duro y en condiciones más adeversas. Los procedimientos adoptados por la
EPA intentan estandarizar el número y lugar de las muestras, sobre una base técnica só-
lida [4]

4.2 OBTENCIÓN DE LA MUESTRA REPRESENTATIVA


PARA EL DETECTOR
Muchos instrumentos de muestreo tienen algún tipo de dispositivo en sus admisiones
para excluir los materiales no deseados. Por ejemplo, los insectos succionados hacia la
boquilla de un muestreador de partículas conducen a lecturas erróneas altas. Una cri-
64 CAPÍTULO 4

ba para insectos excluirá a todos, excepto a los más pequeños de éstos. Muchas veces,
el aire contiene partículas grandes de polvo, las cuales tienen poco interés respecto a la
salud, que pesan más que todas las partículas finas en la misma muestra de aire, y estas
últimas sí tienen seria importancia en relación con la salud. Como se indica en la tabla 2.3,
la U.S. EPA modificó su método estándar de medición de las concentraciones de partícu-
las en el ambiente en 1987, agregando una boquilla de admisión que excluye todas las
partículas con un diámetro mayor de 10 .
En todos los dispositivos de muestreo existe la posibilidad de que los gases puedan
condensarse en ellos o reaccionen con los sólidos que encuentren allí. Muchos gases de
la combustión en la chimenea tienen un elevado contenido de agua y ésta se conden-
sará sobre las paredes de una sonda de muestreo que no se haya calentado; es normal
que se calienten las sondas para impedir que ocurra esto. Los gases ácidos, como el SO,,
reaccionarán con los sólidos alcalinos que estén en el filtro, aumentando de esta manera
el peso de los sólidos en este último.
Si una muestra fortuita tomada en el campo se lleva a un laboratorio para análisis, el
recipiente de la muestra no debe reaccionar con su contenido o modificarlo en el trán-
sito. Este problema es real; incluso materiales aparentemente inertes, como el vidrio, reac-
cionan con algunos contaminantes del aire.

4.3 DETERMINACIÓN DE LA CONCENTRACIÓN


Una vez que se ha obtenido una muestra representativa, debe determinarse la concentra-
ción del contaminante en ella. Para algunos contaminantes, esta medición se puede hacer
con bastante facilidad por medio de instrumentos de tiempo real. La mayor parte de éstos
operan en forma óptica. En algunos casos, la muestra pasa por una celda en la que un haz
luminoso, de longitud de onda adecuada, es absorbido por el contaminante que interesa
y, en otros, se deja que el contaminante entre en una reacción química rápida que pro-
duce luz, con algún reactivo, y se mide la emisión resultante de esa luz. Si se puede selec-
cionar una longitud de onda que sea absorbida o emitida por ese contaminante especí-
fico, y por ningún otro, entonces esta determinación puede ser rápida, sencilla, exacta y
barata. Sin embargo, en general, algún otro contaminante, conocido como interferencia,
absorbe o emite la longitud de onda que interesa.
El problema de las interferencias no es trivial. La medición del SO2 en gas de nitró-
geno es fácil. Se pasa el gas por una solución diluida de NaOH, en la cual la reacción es
SO2 + 2NaOH --> Na2SO3 + H,0 (4.1)
y se mide el cambio en la concentración de NaOH mediante una sencilla titulación ácido-
base. Sin embargo, si el problema es medir el SO, en el aire, el CO2 que hay en el aire cau-
sará una interferencia mediante esta reacción:
CO2 + 2NaOH --> Na2CO3 + H,0 (4.2)
y el cambio medido en la concentración de NaOH se deberá en parte al SO, y en parte al
CO,. En este caso, se conoce la concentración del CO, en el aire, de modo que se puede
hacer una corrección; pero, en los otros casos, es posible que no se conozca la concentra-
ción del componente que interfiere, de modo que también se desconoce la incertidumbre
en la medición resultante. Este tipo de problema puede atrapar incluso a investigadores
muy competentes. La U.S. EPA adoptó un nuevo método para medir el NO2 y, después,
tuvo que eliminarlo cuando se aclaró que ese método no estaba protegido adecuadamen-
te contra esas interferencias [5].
MEDICIONES DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE, ESTIMACIONES DE LAS EMISIONES 65

4.4 PROMEDIACIÓN
Si se está midiendo la calidad del aire ambiente con instrumentos de tiempo real, en gene­
ral se desea conocer la concentración promedio durante algún periodo, de modo que se
pueda comparar con las normas aplicables para el ambiente, en las que todas tienen al­
gún periodo de medición. Esta concentración se encuentra por medio de

Concentración promedio = cprom = (4.3)

en donde c = concentración instantánea indicada por el instrumento


t = tiempo de medición
La mayor parte de los instrumentos de tiempo real presentan sus resultados como una
señal electrónica que se puede promediar con facilidad mediante electrónica interconstrui-
da para cualquier tiempo de promediación elegido en forma conveniente.
Los instrumentos más antiguos para los gases, así como los instrumentos actuales
para las partículas no son de tiempo real, sino más bien son de promediación. Por ejem­
plo, el método fijado por la EPA para el muestreo de partículas en el ambiente es el mues-
treador de PMI0. Éste consta de una admisión especial que excluye las partículas con diá­
metro mayor de 10 μ, un filtro, un ventilador, un dispositivo de medición del flujo y un
alojamiento adecuado. En el portafiltro se coloca un filtro previamente pesado y se succio­
na aire a través de él, durante 23.5 horas, con un gasto medido. La concentración de par­
tículas se calcula a partir de

Normalmente, se daría esta respuesta como 25 μg/m3. Si la temperatura y la presión no


fueran los valores estándar, tendría que corregirse el volumen para tener el volumen están-
66 CAPÍTULO 4

Sonda (extremo
empacado con
cuarzo o lana
Pyrex) Muro de la
chimenea

Tubo de
Pitot tipo S

Temómetro

Medidor
del gas
seco

Rotámctro

FIGURA 4.5
Tren de muestreo del ''Método 6" de la U.S. EPA para el SO2
MEDICIONES DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE, ESTIMACIONES DE LAS EMISIONES 67

muestreo recomendado por la EPA para medir la concentración de SO2 en una chimenea.
El tubo de Pitot se usa para medir la velocidad del gas en la chimenea. La muestra del gas
es succionada por la bomba a través de la sonda de muestreo, un burbujeador diminuto y
tres diminutos productores de colisiones (es decir, burbujeadores de vidrio en los que el
gas entra en contacto con un reactivo conveniente). Entones el gas pasa por una válvu-
la de aguja y un rotámetro, los cuales se utilizan para garantizar que el gasto del gas se
encuentra en el rango correcto, y hacia un medidor del gas seco, lo cual es la última me-
dida de la cantidad de gas que ha fluido por el sistema.
En la práctica, se usaría un tren de muestreo como el de la figura 4.5 para tomar mues-
tras en varios puntos de la chimenea, ajustándose el gasto en cada punto por medio de la
válvula de aguja y el rotámetro, de modo que las velocidades de muestreo sean propor-
cionales a las velocidades locales, según las indique el tubo de Pitot. De esta manera, la
concentración determinada por un solo análisis químico de los reactivos que se encuen-
tran en los productores de colisiones y por la lectura acumulada del medidor del gas seco
sería tan representativa como es posible de la concentración promedio en la chimenea.
Con este procedimiento se promedian las lecturas, precisamente como se hizo en el ejem-
plo 4.1, y se encuentra el valor medido con un conjunto de mediciones de la concentra-
ción, en lugar de promediar numéricamente un grupo de muchas mediciones separadas.

4.5 MÉTODOS ANALÍTICOS ESTÁNDAR


En [1] se describen con detalle los métodos analíticos estándar aprobados por la EPA
para diversos contaminantes. En la tabla 4.1 se da un breve resumen de estos métodos.

TABLA 4.1
Métodos de prueba para los principales contaminantes del aire
En la terminología de la EPA, para cada contaminante importante del aire existe un método de
referencia, que es el método de prueba considerado como el estándar contra el cual se pueden probar
otros métodos, y existen métodos equivalentes, que se han comprobado contra el método de referencia
y se ha encontrado que dan resultados similares. En general, los métodos equivalentes son más sencillos
de llevar a cabo y menos caros que los de referencia. En esta tabla se listan sólo los métodos de
referencia. Todo el material de esta tabla se describe con mucho más detalle en la referencia 1.
Materia en partículas, con un diámetro de 10 u o menos (PM10). En un muestreador de alto
volumen, con una boquilla diseñada para excluir las partículas con un diámetro mayor de 10 mieras, se
hace pasar un volumen grande y medido de aire a través de un filtro pesado previamente, el cual
entonces se vuelve a pesar (véase el ejemplo 4.2). En todos los aspectos prácticos, este aparato es una
versión de alta calidad del limpiador doméstico al vacío, con la capacidad añadida de medir el aire
acumulado que pasa por él.
Bióxido de azufre (SO2). En el método de West-Gaeke se hace burbujear un volumen conocido de
aire a través de una solución de tetracloromercurato de sodio, el cual forma un complejo con el SO2.
Después de varias reacciones intermedias, la solución se trata con pararrosanilina, con el fin de formar el
ácido metilsulfónico de pararrosanilina, de color intenso, cuya concentración se determina en un
colorímetro.
Ozono (O3). El aire se mezcla con etileno, el cual reacciona con el ozono en una reacción que emite
luz (quimiluminescente). La luz se mide con un tubo fotomultiplicador.
Monóxido de carbono (CO). La concentración se mide por medio de absorción infrarroja no
dispersiva (ND1R). Aquí no dispersiva significa que la radiación infrarroja no es dispersada por un prisma
68 CAPÍTIXO 4

o rejilla hacia longitudes de ondas específicas; en lugar de ello se usan filtros para obtener una banda de
longitudes de onda que el CO absorbe fuertemente.
Hidrocarburos (no metano). 1.a norma es para los hidrocarburos, con exclusión del metano. I-I gas
se pasa por un detector de ionización por llama (FID), en donde se queman los hidrocarburos en una
llama de hidrógeno. Los hidrocarburos causan más ionización que el hidrógeno; esta ionización se
detecta electrónicamente. Parte de la muestra se desvia hacia un cromatógrafo de fase gaseosa, en donde
el metano se separa de los otros gases y, a continuación, se cuantifica. Su concentración se resta del
valor total de hidrocarburos obtenidos con el FID.
Bióxido de nitrógeno (NO2). El NO2 se convierte en NO, el cual, a continuación, se hace reaccionar
con el ozono. Se mide la luz emitida por esta reacción quimilumincscente. En virtud de que cl aire
ambiente contiene NO (muchas veces más que NO,), se corre una muestra paralela, sin conversión del
NO, en NO, y la lectura resultante de este último se resta de la lectura combinada de NO y NO2 para
obtener el valor de NO,. Normalmente, el instrumento da también información sobre la concentración
de NO.

Plomo. Un filtro semejante o idéntico al usado para la PM10 se extrae con ácidos nítrico y clorhídrico,
para disolver el plomo, Entonces se aplica la espectroscopia de absorción atómica para determinar la
cantidad de plomo en el extracto.
Para fines legales y de regulación, estos métodos definen los contaminantes. De este modo, en la
legislación sobre la contaminación del aire, el SO, es ese material detectado por el método de West-
Gaeke que aquí de describe.

4.6 DETERMINACIÓN DE LOS GASTOS


DE CONTAMINANTES
El gasto másico del contaminante es el producto de la concentración en el gas y el gasto
molar o másico de éste; por ejemplo,
Gasto molar del contaminante = (gasto molar del gas)
x (concentración molar del contaminante en el gas) (4.5)

Ejemplo 4.3. El tren de muestreo que se muestra en la figura 4.5 indica que la concen­
tración de SO, en una chimenea es de 600 ppm. El tubo de Pitot y el manómetro de la
misma figura indican que la velocidad del flujo es de 40 ft/s. El diámetro de la chimenea es
de 5 ft. La temperatura y la presión del gas de la chimenea son de 450°F y 1 atm. ¿Cuál es el
gasto de SO, en Ib/h?
El gasto molar del gas es

Gasto molar del gas = VAp

= 1.18

El gasto molar de SO, es


1.18 Ibmol/s x 600 x 10 6 - 7.08 x 10 4 lbmol/s = 0.32 mol/s
Si se multiplica por el peso molecular del SO3 se tiene
7.08 x 104 x 64 - 4.53 x 10 2 lb/s = 163 lb/h = 20.6 g/s - 74.1 kg/h
MEDCIONES DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE, ESTIMACIONES DE LAS EMISIONES 69

Boquilla

La muestra no es representativa

Boquilla

La muestra no es representativa

Boquilla

La muestra es representativa

FIGURA 4.6
Problema del muestreo isocinético para las partículas.

Este sencillo cálculo sería adecuado para una chimenea en la que la velocidad y la
concentración son las mismas en todo punto y en todo momento en la misma. De lo con-
trario, se necesitaría promediar.

4.7 MUESTREO ISOCINÉTICO


Al muestrear una chimenea en relación con las partículas —pero no en algún muestreo
respecto a los gases— se debe mantener el flujo isocinético hacia la sonda de muestreo.
El problema se ilustra en la figura 4.6. Si la velocidad del gas en el interior de la sonda de
muestreo es igual a la velocidad del gas en la chimenea de la cual se está tomando la mues-
tra, la condición de muestreo (esquema de abajo, figura 4.6) es isocinética (VN = Vs) y la
concentración medida (cm) será igual a la concentración verdadera (ct). Sin embargo, si
la velocidad en la boquilla es mayor que en la chimenea (esquema de arriba, figura 4.6),
entonces las líneas de corriente del gas se curvarán hacia la boquilla y la inercia de las
partículas hará que algunas de ellas pasen por fuera de ésta, aun cuando el gas en el que
hayan estado fuera captado y, por consiguiente, la concentración medida será menor
que la verdadera. Inversamente, si la velocidad en la boquilla es menor que la velocidad en
la chimenea (esquema de en medio, figura 4.6), entonces las líneas de corriente del gas se
curvarán hacia afuera de la boquilla y su inercia hará que algunas de las partículas sean
arrastradas hacia el interior de ésta, sacándolas del gas que las acompañaba. Entonces la
concentración medida será mayor que la verdadera. Se han ideado varios esquemas in-
geniosos para ajustar el flujo en la boquilla con el fin de mantener su velocidad igual a la
del flujo en la chimenea y, de este modo, mantener las condiciones isocinéticas. En las
referencias 3 v 6 se tienen más detalles sobre este tema.
70 CAPÍTULO 4

4.8 FACTORES DE EMISIONES


Probar las emisiones es caro. Para fuentes sencillas y bien definidas (por ejemplo, la chi­
menea de una planta generadora), puede ser tedioso, si no es que difícil. Para una fuente
mal definida (por ejemplo, el polvo que se levanta en una carretera no pavimentada o el
CO de un incendio forestal), son difíciles de obtener resultados confiables de pruebas.
Además, sólo se pueden realizar esas pruebas después de que la instalación está en su
lugar; a menudo se desea saber cuáles serán las emisiones de una instalación nueva, an­
tes de que se construya.
Para satisfacer estas necesidades, la EPA ha producido un conjunto muy útil de do­
cumentos relativos a los factores de emisiones [7]. Por lo general, éstos se mencionan por
su número original de publicación, AP-42. Éstos son resúmenes de los resultados de prue­
bas sobre emisiones hechas en el pasado, organizados para facilitar su aplicación.

Ejemplo 4.4. La tabla 4.2 es una página sencilla de la biblioteca sobre factores de emisio­
nes de la EPA. En ella se muestran las emisiones estimadas provenientes de la combus­
tión del carbón bituminoso, si no se usan aparatos de control. Éstas son las emisiones
que van hacia los aparatos de control. Si se les compara con las emisiones permitidas que
salen de la planta (véase la tabla 3.1), se puede estimar el grado de control requerido.
Con la aplicación de esta tabla, estímense las emisiones de una planta generadora de
500 MW a plena carga, en la que se quema un carbón de una veta típica de Pittsburgh
(véanse las guardas posteriores y el apéndice C). La eficiencia térmica es del 35% (ésta
es una planta moderna, de alta eficiencia; la industria de generación de energía eléctrica
se referiría a ella como una que tiene un consumo de calor de 9751 Btu/kWh). Se supone
que la planta generadora es del tipo "pulverizado, general".
Todo en la tabla 4.2 se encuentra en términos de toneladas cortas de carbón que­
mado. Se puede calcular el índice de consumo de carbón por medio de

Indice de consumo Salida de energía


de carbón Eficiencia • valor calorífico del carbón
500 MW 3413 Btu 1000 kW
kWh MW
tonelada corta

tonelada métrica

El índice de emisiones de partículas es

Indice de emisiones factor de gasto de gasto de


de partículas emisiones carbón. ton corta carbón
ton corta
ton corta
ton corta ton métrica
TABLA 4.2
Factores de emisiones para la combustión del carbón bituminoso, sin equipo de control; clasificación de los factores de emisiones, A
Partículas b Óxidos de azufre c Monóxido de carbono Hidrocarburos'' Óxidos de nitrógeno Aldehidos

lb/ton kg/TM ]b/ton kg/TM Ib/Ion kg/TM Ib/ton kg/TM Ib/ton kg/TM Ib/ton kg/TM
Tamaño del homo, corta de de corta de de corta de de corta de de corta de de corta de de
entrada de calor de carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón carbón
10"' Btu/h' quemado quemado quemado quemado quemado quemado quemado quemado quemado quemado quemado quemado

Mayor que 100 (calderas


de servicio público y
grandes industriales)
Pulverizado
General 16A 8A 38S 19S 1 0.5 0.3 0.15 18 9 0.005 0.0025
De fondo húmedo 13Ae 6.5A 38S 19S 1 0.5 0.3 0.15 30 15 0.005 0.0025
De fondo seco 17A 8.5A 38S 19S 1 0.5 0.3 0.15 18 9 0.005 0.0025
De ciclón 2A IA 38S 19S 1 0.5 0.3 0.15 55 27.5 0.005 0.0025
De 10 a 100 (calderas
comerciales grandes
e industriales de uso
general)
De cargador
distribuidorf 13Ae 6.5A 38S 19S 2 1 1 0.5 15 7.5 0.005 0.0025
De menos de 10
(hogares comerciales
y domésticos)
De cargador
distribuidor 2A IA 38S 19S 10 5 3 1.5 6 3 0.005 0.0025
Alimentados a mano 20 10 38S 19S 90 45 20 10 3 1.5 0.005 0.0025

Fuente: Tabla 1-1 de los EPA Emissions Factors [7]. En la referencia original se da la literatura en la que se basan los valores.
a
1 Btu/h = 0.252 kcal/h
b
La letra A, en todas las unidades que no sea equipo alimentado a mano, indica que el porcentaje en peso de ceniza en el carbón debe multiplicarse por el valor dado. Ejemplo: si el
factor es 16 y el contenido de ceniza es del 10%, las emisiones de partículas, antes de contar con equipo de control, serian de 10 x 16, o sea, 160 Ib de partículas por tonelada corta de
carbón (10 * 8 kg, o sea, 80 kg de partículas por TM [tonelada métrica] de carbón).
C
S = contenido de azufre, el cual desempeña el mismo papel que la A para el contenido de ceniza, en la nota al pie anterior.
d
'Expresados como metano.
e
Sin reinyección de ceniza volátil.
f
Para todos los demás cargadores, úsese 5A (2.5A) como el factor de emisiones de partículas.
72 CAPÍTULO 4

(Véase la nota b de la tabla 4.2 respecto a los significados de A y S.) De la misma manera,
se puede calcular el índice de emisiones de SO,, o sea,

Indice de emisiones factor de gasto de gasto de


de SO2 emisiones. carbón. carbón.
ton corta
ton corta
ton corta ton métrica

Para el monóxido de carbono, se puede ver que el índice de emisiones es de 1 lb/ton corta •
179 ton corta/h = 179 lb/h y, para los hidrocarburos, de 54 lb/h; los óxidos de nitrógeno,
de 3220 lb/h, y los aldehidos, de 0.90 lb/h.

La tabla 4.2 contiene dos tipos de factores de emisiones: los que se pueden calcular
de manera aproximada y aquellos que se apoyan por completo en la medición.

Ejemplo 4.5. Si se emitiera toda la ceniza del carbón del ejemplo 4.4 con la corriente de
gas, ¿cuál sería el factor de emisiones para las partículas?
El factor es 16A Ib/ton corta, en donde A es el porcentaje de ceniza en el carbón. Si
el carbón tiene 1% de ceniza, entonces contiene
Contenido de ceniza = 0.01 2000 Ib
ton corta ton corta
y, por tanto, si toda esa ceniza se emitiera, el factor sería de 20A, en lugar de 16A.

Si nada se supiera acerca del comportamiento de los hogares de carbón pulverizado,


se podría estimar el factor de emisiones por simple estequiometría; como se hace ver en el
ejemplo 4.5, se hallaría una respuesta que es un 125% del valor de la tabla 4.2. Los da­
tos de esa tabla reflejan la observación de que, en promedio, el 20% de la ceniza de este
tipo de hogar cae hasta el fondo (ceniza del fondo), en tanto que el 80% restante es arras­
trado ¡unto con la corriente de gas (ceniza volátil). Éste es un ejemplo de un factor de
emisiones semicalculable. El factor de emisiones para el SO, también es semicalculable
(véase el problema 4.10). En la tabla 4.2 no se tiene manera sencilla para calcular los fac­
tores de emisiones para el monóxido de carbono y los aldehidos, los cuales son produc­
tos de combustión incompleta. (Con modelos avanzados de la combustión se les puede
estimar.) En lugar de ello, sus valores de la tabla 4.2 son sencillamente el promedio de mu­
chos resultados de pruebas.
Se puede preparar una estimación de las emisiones de una instalación nueva o exis­
tente, con rapidez y de manera barata, con la aplicación de los factores de emisiones. El
título de la tabla 4.2 contiene la frase "clasificación de los factores de emisiones, A", con
lo que se indica que los valores de esta tabla son bastante confiables. Para otras pági­
nas de la misma fuente, se dan clasificaciones más bajas, lo que indica que los factores
están basados en menos datos de pruebas de calidad o en datos más malos, o ambas co­
sas. Por lo general, se citan las fuentes originales de los datos de pruebas. Un ingeniero
prudente siempre consulta la tabla de factores de emisiones antes de decidirse a realizar
una prueba de emisiones. Quizá la prueba no sea necesaria. Si lo es, la tabla proporcio­
nará una buena estimación de lo que se espera en la prueba y conduce a la literatura re­
ferente a cómo investigadores anteriores realizaron las pruebas de este tipo de fuente de
emisiones y qué dificultades encontraron.
MEDICIONES DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE, ESTIMACIONES DE LAS EMISIONES 73

En principio, no hay diferencia entre las pruebas de emisiones para las fuentes es-
tacionarias (por ejemplo, las fábricas) y para las fuentes móviles (por ejemplo, los auto-
móviles). En la práctica, son diferentes, porque la función normal de una fuente móvil es
desplazarse en diversas direcciones, en tanto que, para los fines de probarlas, por lo co-
mún tienen que situarse inmóviles, porque los instrumentos de medición son estaciona-
rios. Las oficinas estatales y locales hacen uso de las emisiones al ralentí, para hallar y
corregir los automóviles mal ajustados o que están funcionando mal. Para la certificación
federal de los modelos nuevos de automóviles, las pruebas se realizan en un dinamóme-
tro de chasis, en el que las ruedas motrices del automóvil se colocan sobre rodillos que
permiten funcionar el vehículo con velocidades significativas del motor, mientras perma-
nece inmóvil y, al cambiar la resistencia de los rodillos, aparentar que se acelera o que
sube o baja una cuesta. Véase el capítulo 13 en relación con más detalles acerca de las
emisiones de las fuentes móviles.

4.9 EMISIONES VISIBLES


En la sección 2.3 se hizo ver que las partículas arrastradas por el aire pueden dispersar y
absorber la luz. Si la concentración de partículas en la columna de humo de alguna fuen-
te (una chimenea, un camión diesel, un automóvil que quema aceite) es bastante eleva-
da, la columna de humo será visible. A medida que la columna de humo fluye corriente
abajo y se mezcla con el aire de los alrededores, la concentración de partículas se diluye
y disminuye la opacidad o densidad óptica de la columna (véase la sección 6.3). En prin-
cipio, se debe poder observar una columna de humo y estimar el índice de emisiones de
partículas a partir de lo que se ve. En la práctica es relativamente fácil medir la opacidad,
con el empleo de observadores adiestrados o con aparatos electrónicos. Pero relacionar
esa opacidad con el índice de emisiones de masa de las partículas en la columna de humo,
que suele ser la cantidad regulada, no es fácil.
La razón para que se tenga esta dificultad es evidente en la ecuación que sigue:

distribución propiedades
Opacidad de la
a través de del tamaño ópticas de las
columna de humo.
la columna de partículas. partículas .

ángulo de la contenido de
iluminación humedad de la
solar columna
(4.6)
en donde c = concentración de partículas
x = distancia en la dirección de la vista
Si todos los términos, excepto \c dx, fueran constantes y conocidos, entonces se podría
relacionar con facilidad la opacidad de la columna de humo con el índice de emisiones de
masa (si se conocieran la velocidad del viento y los parámetros de dispersión; véase el
capítulo 6). Pero los términos restantes de la ecuación (4.6) varían de una chimenea a otra
y de un momento del día a otro, de modo que relacionar la opacidad con el índice de emi-
siones de masa es difícil.
74 CAPÍTULO 4

A pesar de esta dificultad, las mediciones visuales de la opacidad de la columna de-


humo han desempeñado un papel importante en el control de la contaminación del aire. El
profesor Maximilian Ringleman ideó un sistema para hacer esas mediciones alrededor del
año de 1890 [8]. Marcó cinco rejillas de diversas densidades en un trozo de cartón blan-
co. Un observador miraba la columna de humo y, en seguida, el cartón, comparando la
densidad óptica de la columna con la de las diversas rejillas. Con base en esa compara-
ción visual, el observador podía determinar si la columna de humo era más clara o más
oscura que las cinco rejillas (conocidas como Ringleman #1, ... , #5, correspondiendo a
una opacidad del 20%, ... , 100%). Con práctica, observadores adiestrados podían hacer
esta determinación sin las rejillas de Ringleman. Las oficinas de control de la contamina-
ción del aire conducían con regularidad (y algunas todavía conducen) las escuelas del
humo, en las que los estudiantes aprendían a determinar la opacidad hasta un ±10%, sen-
cillamente al mirar la columna de humo, adquiriendo de esta manera "globos oculares ca-
librados".
Antes de 1970 no habían límites numéricos para las emisiones (de la forma "no más de
Xlb/h del contaminante Y") para la mayor parte de las fuentes de emisiones. La mayor
parte de las oficinas de control de la contaminación se apoyaban intensamente en la me-
dición de la opacidad para regular las fuentes de emisiones de partículas. Por lo general,
las regulaciones prohibían una opacidad de la columna de humo mayor del 20% o, en al-
gunos casos, del 40%, por más de unos cuantos minutos a la vez. Los funcionarios de la
oficina de control que debían aplicar las regulaciones podían hacer una medición desde
la carretera afuera de la planta infractora, sin notificar al propietario de la misma. El costo
de la prueba era despreciable y se podía realizar en poco tiempo. (Ésta es la única clase de
prueba que se analiza en este texto que no requiere un aparato o conjunto de aparatos,
como se ilustra en la figura 4.1.) En general, las cortes apoyaron la validez de las pruebas
y de las reglas que se pretendió hacer obligatorias. En ese periodo, muchas fuentes im-
portantes sobrepasaban con regularidad estos valores de opacidad; los inspectores de la
oficina de control, con la aplicación de este método barato y sencillo, ayudaron a contro-
larlas mucho mejor.
Desde la aprobación de la Clean Air Act de 1970, la mayor parte de las fuentes prin-
cipales de partículas acarreadas por el aire deben someterse, en Estados Unidos, a prue-
bas regulares de sus chimeneas, para demostrar que cumplen con los límites numéricos de
las emisiones. Aun cuando las regulaciones de las emisiones visibles se volvieron menos
importantes, las regulaciones actuales muchas veces todavía contienen un límite para la
opacidad de la columna de humo y exigen que las fuentes grandes instalen detectores
electroópticos adentro de la chimenea para registrar la opacidad de esa columna. Esto sir-
ve para detectar periodos ocasionales de altos índices de emisiones y también responden
al convencimiento del público de que no se debe permitir que emitan una gruesa colum-
na de humo. Lo lastimoso es que esa creencia también causa que muchas fuentes indus-
triales gasten dinero y recursos para eliminar columnas de vapor de agua, las cuales son
sencillamente agua condensada, pero que el público supone son perjudiciales.
Existe un interés continuado en la aplicación de métodos ópticos para estimar las
concentraciones de contaminantes. Por ejemplo, en la actualidad se están perfeccionando
aparatos que hagan pasar un haz infrarrojo a través del escape de cada automóvil en el
momento que pasen por el sitio de monitoreo en una calle o en la rampa de una autopista.
Aquellos autos que son fuertes emisores de CO se detectan con facilidad. Este método, o
cualesquiera otros semejantes, pueden desempeñar un papel significativo en las pruebas
y control futuros de las emisiones.
MEDICIONES DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE, ESTIMACIONES DE LAS EMISIONES 75

4.10 RESUMEN
1. Los problemas básicos en el monitoreo del ambiente y las pruebas de las fuentes son
la captación de una muestra representativa y el análisis correcto de la misma. En ge­
neral, la captación de una muestra representativa es la parte más difícil.
2. Existe considerable literatura acerca de los detalles del monitoreo del ambiente y de
las pruebas de las fuentes [3, 9-14].
3. Las recopilaciones de los Factores de Emisiones producidas por la EPA permiten es­
timar las emisiones provenientes de fuentes existentes o nuevas, con rapidez y de ma­
nera barata. Con frecuencia, estas recopilaciones proporcionan un sustituto práctico
para las mediciones de emisiones, así como una guía acerca de la literatura sobre prue­
bas de muchas clases de fuentes.
4. Las regulaciones de las emisiones visibles desempeñaron un papel importante en la
aplicación obligatoria del control de la contaminación del aire, antes de 1970. En la ac­
tualidad su papel es poco importante.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas pos­
teriores.

4.1. En la figura 4.3, estímese la concentración de partículas (lb/ft3) en la sección cercana a la cur­
va, en donde se indica que el índice de emisiones es 0.1 multiplicado por el índice medio de
emisiones.
4.2. Se necesita muestrear el gas que fluye en un ducto circular. Se desea tomar tres muestras que
representen áreas iguales perpendiculares al flujo. Si el radio del ducto es r0, ¿cuáles son las
tres distancias radiales desde el centro (r1/r0, r2/r0 y r3/r0) a las que se debe colocar la sonda
para dar un muestreo de áreas iguales?
4.3. Se han probado las emisiones de partículas de una planta y se encontraron los datos si­
guientes:

Número de la Velocidad en la Concentración


muestra chimenea, ft/s de partículas, g/m3

1 50 0.05
2 60 0.03
3 40 0.07

Cada muestra representa el promedio durante un periodo de 20 min. ¿Cuál fue la concen­
tración promedio de partículas en esta chimenea durante los 60 min de esta prueba?
4.4. En el ejemplo 4.1, si cada uno de los sectores representa un área de la sección transversal
perpendicular al flujo de 1 m2, ¿cuál es el gasto total del contaminante (g/s o g/min, o su equi­
valente) en este ducto?
4.5. En la figura 4.6 se hace ver que, si la velocidad del flujo hacia adentro de la sonda no es igual
a la velocidad del flujo en la corriente libre que se está muestreando en relación con las par­
tículas, la concentración medida no será la misma que la concentración verdadera en esa co­
rriente. El cálculo de qué tan grande error se comete al no acoplar estas velocidades es bas­
tante complejo [3], En el capítulo 9 se presentan algunas de las herramientas necesarias para
realizar este cálculo. Sin embargo, si el lector es hábil y piensa físicamente acerca del pro­
blema, puede hacer una estimación razonable de qué tan grande es el error que se crea para
el caso siguiente.
76 CAPÍTULO 4

La concentración verdadera de partículas en la corriente que se está muestreando es de


0.1 g/m3. Las partículas son esferas con 10 μ de diámetro. La sonda tiene un diámetro in-
terior de 0.5 cm y un espesor despreciable de pared. La velocidad en la corriente libre es de
10 m/s y en el interior de la sonda es de 1 m/s. Ninguna partícula se pega a la pared interior
de la sonda.
¿Cuál es la concentración aproximada de las partículas en el gas que fluye en la sonda?
4.6. En el ejemplo 4.1. ahora se ha descubierto que el aparato de medición de la velocidad estaba
calibrado de manera inadecuada. Se ha vuelto a calibrar y se encuentra que las velocidades, en
el orden dado, deben haber sido de 8, 12, 16 y 20 m/s. Las mediciones de las concentracio-
nes permanecen inalteradas. ¿Cuál fue la concentración promedio del contaminante en el gas
que Huía en la chimenea?
4.7. En el ejemplo 4.1. ahora se ha descubierto que los cuatro sectores en los que se midió la
velocidad no tenían áreas iguales, como se había supuesto con anterioridad. Con base en me-
diciones cuidadosas, se encuentra que los sectores 1 y 2 tenían áreas de 1 m2 y que, para los
sectores 3 y 4 era de 2 m2. Sí se hacen estas correcciones, estímese la concentración prome-
dio del contaminante en el gas que fluía en la chimenea.
4.8. Todas las fibras naturales (papel, algodón, lana) absorben cantidades mensurables de hume-
dad de una atmósfera húmeda. Sus pesos pueden aumentar en un pequeño porcentaje al pa-
sar de una atmósfera seca a una húmeda. Los muestreadores de partículas usan filtros fabri-
cados de fibras de vidrio o sintéticas, las cuales absorben mucho menos humedad. Pero, de
todos modos, absorben algo. En el ejemplo 4.2, ¿en cuánto cambiaría la concentración de la
que se informara si el analista no secó el filtro hasta que tuviera exactamente el mismo con-
tenido de humedad, antes y después del muestreo, de modo que el peso del propio filtro
aumentó en 0.1% entre su pesada inicial y final?
4.9. Se desea diseñar un muestreador portátil, de respuesta rápida, para la PM10. Las especifica-
ciones exigen un gasto del aire de 1 L/min y un tiempo de muestreo de 10 min.
a) Si la concentración ambiente de PM10 es de 25 ug/m3, ¿qué tan grande será una muestra
que se capte?
b) ¿Se puede detectar esa muestra en las balanzas comunes de un laboratorio?
4.10. a) Repítase el ejemplo 4.5 para el SO2. Recuérdese que la oxidación de 1 kg de S produce
2 kg de SO2
b) Compárese el resultado que se obtenga con la 38S de la tabla 4.2. ¿Qué significado físico
tiene el resultado obtenido?
4.11. En la tabla 4.2 se hace ver que. sobre la base de peso de contaminante por peso de combus-
tible quemado, las emisiones de óxido de nitrógeno provenientes de "hogares comerciales y
domésticos" son alrededor del 10% mayores que las que provienen de las "calderas de ser-
vicio público y grandes industriales". Dése una explicación respecto a la razón. La respuesta
del lector sólo debe requerir una oración o dos. Las razones se analizan con detalle en el ca-
pítulo 12.
4.12. El factor de emisiones para el CO. para la combustión de carbón en las grandes plantas in-
dustriales, es de 1 Ib/ton (véase la tabla 4.2). ¿Cuál es el factor de emisiones correspondiente
para los automóviles, en Ib de CO/ton corta de combustible quemado? La emisión de CO
permitida para los automóviles nuevos (capítulo 13) es de 3.4 g/mi. Supóngase que la eco-
nomía de combustible es de 25 mi/gal y que la densidad de la gasolina es de 0.72 kg/L.
4.13. Una persona típica en reposo produce 0.007 ml (TPE)/min de CO), el cual es exhalado (capí-
tulo 15). La dieta humana típica en países acaudalados, como Estados Unidos, es alrededor
de 600 g/día de alimento (base seca).
a) ¿Cuál es el factor de emisiones (g de CO/g de alimento) para un ser humano?
b) ¿Cuál es la relación de ese factor de emisiones con el correspondiente a un automóvil de la
década de 1990 (g de CO/g de combustible)? (Este último factor se calcula en el proble-
ma 4.12.)
MEDICIONES DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE. ESTIMACIONES DE LAS EMISIONES 77

4.14. En el ejemplo 4.4, se estimaron las emisiones no controladas para una planta generadora, tí-
pica y moderna, en la que se quema carbón, sin control de emisiones. En la tabla 3.1 se da el
índice permitido de emisiones de partículas para una planta de ese tipo. Estímese la eficien-
cia requerida, en porcentaje, de control de las partículas si esta planta debe cumplir con las
normas de la tabla 3.1.
4.15. Con base en la tabla 4.2, ¿qué fracción de la ceniza que se encuentra en el carbón es de espe-
rar que sea emitida por los siguientes hogares no controlados?
a) Hogar grande del tipo de cargador distribuidor.
b) Hogar pequeño del tipo de cargador distribuidor.
c) Hogar del tipo de ciclón.
Dése una explicación de las diferencias en términos de las disposiciones físicas diferentes de
estos hogares.
4.16. En la producción de coque para la fabricación de acero, el carbón se calienta para descom-
ponerlo. El coque caliente se empuja hacia vagones de ferrocarril. En seguida, se vierte agua
suficiente sobre el coque caliente para apagarlo, de modo que no se queme en la pila de alma-
cenamiento. (Si el lector observa una fábrica de acero, verá que. con intervalos de unos cuan-
tos minutos, se emite una gran nube blanca que sale de una torre corta próxima a los hornos
de coque: sale sólo durante más o menos un minuto. Ésta es la mezcla vapor-agua que sale
por la operación de apagado del coque.)
Normalmente, el agua que se usa para el apagado contiene sólidos disueltos, de modo que
la evaporación de esta agua hará que esos sólidos formen contaminantes del aire de partícu-
las secas.
a) Estímese el factor de emisiones para la formación de estas partículas (en libras de par-
tículas/tonelada corta de coque apagado o el equivalente), con base en la información si-
guiente:
La concentración de sólidos disueltos en el agua para apagar es c (ppm en peso).
El coque sale del horno a 1700°F y se apaga hasta 212°F.
La capacidad calorífica del coque en este rango es de 0.325 Btu/lb • °F.
El calor de vaporización del agua, partiendo del líquido a 70°F y terminando como vapor
a 212°F, es de 1112 Btu/lb.
Supóngase que sólo se pone agua suficiente en el coque para enfriarlo hasta 212°F y que toda
esa agua se evapora. (En la operación de las fábricas de acero se usa alrededor de cinco veces
esta cantidad de agua. Algunas de esas partículas son capturadas por ese exceso de agua, de
modo que la estimación del lector debe ser más alta que la observada en la realidad.)
b) Compárese la estimación que se haga con el valor de 5.24 Ib de partículas por tonelada
corta de carbón cargado, para ser apagado con agua con > 5000 mg/L de sólidos disuel-
tos, que se da en la sección 7.2-16 de la referencia 7.
4.17. Las pruebas de chimeneas son caras. Por esa razón, típicamente sólo se correrán alrededor de
tres pruebas y se promediarán sus valores. El índice permitido de emisiones del contami-
nante X para alguna instalación nueva es de 100 lb/h. Se corrieron tres pruebas, con valores
medidos de 95. 98 y 102 lb/h.
a) ¿Cuál es el índice promedio medido de emisiones?
b) ¿Cuál es la probabilidad estadística de que el índice promedio verdadero de emisiones sea
> 100 lb/h? Para dar respuesta a esta pregunta apliquese la estadística t de Student, según
se describe en cualquier libro de estadística.

BIBLIOGRAFÍA
1 . Las regulaciones de la EPA para ubicar los monitores del aire ambiente se encuentran en la 4OCFR58.
apéndice F. La descripción de los métodos analíticos que deben aplicarse para medir los contami-
nantes en el aire ambiente se encuentran en la 40CFR50, apéndices A-H.
78 CAPÍTULO 4

2. Hawskley, P. G., S. Badzioch y J. H. Blackett: Measurement of Solids in Flue Gases, British Coal
Utilization Association, Leatherhead, Surrey, England, 1961.
3. Paulus, H. J. y R. W. Thron: "Stack Sampling". In A. C. Stern (ed.), Air Pollution, Vol. 3, 3a. cd.,
Academic Press, New York, pp. 525-587, 1976.
4. Las regulaciones de la EPA para las pruebas de fuentes se encuentran en su mayor parte en la
40CFR60, apéndice A.
5. "Air Quality Criteria for Nitrogen Oxides", EPA-600/8-82-026, capítulo 4, pp. 7-9, U.S. Government
Printing Office, Washington, DC, 1982.
6. Suggs, H. J.: "Systems for Sampling of Ducts and Stacks". En S. V. Hering (ed.), Air Sampling
Instruments, 7a. ed., American Conference of Governmental Industrial Hygienists, Cincinnati, OH,
p. 275, 1989.
7. "Compilation of Air Pollutant Emission Factors, Volume I: Stationary Point and Arca Sources", 4a.
ed., AP-42, U.S. EPA, Office of Air Quality Planning and Standards, 1985, con actualizaciones
hasta septiembre de 1991. También existe el volumen II, "Mobile Sources", para automóviles y
otros vehículos (el cual también se actualiza con regularidad).
8. Purdom, P. W.: "Source Monitoring". En A. C. Stern (ed.), Air Pollution, Vol. 2, 2a. cd., Academic
Press, New York, pp. 537-560, 1968 p. 541.
9. Hering, S. V., ed.: Air Sampling Instruments, 7a. ed., American Conference of Governmental Indus-
trial Hygienists, Cincinnati, OH, 1989.
10. Cooper, H. B. B., Jr. y A, T. Rossano, Jr.: Source Testing for Air Pollution Control, Environmcntal
Research and Applications, Inc., Wilton, CT, 1971.
1 I. Katz, M., ed.: Methods of Air Sampling and Analysis, 2a. ed., American Public Health Association,
Washington, DC, 1977.
12. Brenchley, D. L., C. D. Turley y R. F. Yarmac: Industrial Source Sampling, Ann Arbor Science
Publishers, Ann Arbor, MI, 1973.
13. Stevens, R. K. y W. F. Hergct: Analytical Methods Applied to Air Pollution Measurements, Ann
Arbor Science Publishers, Ann Arbor, MI, 1974.
14. Leithe, W.: The Analysis of Air Pollutants, Ann Arbor Science Publishers, Ann Arbor, MI, 1971.
CAPÍTULO

5
METEOROLOGÍA
PARA LOS INGENIEROS
EN CONTROL
DE LA CONTAMINACIÓN
DEL AIRE

La mayoría de la gente se interesa en la meteorología debido a que desea saber si lloverá


en el día de campo, se congelarán sus plantas de tomate o se tiene un tiempo adecuado
para ir a acostarse en la playa. Los ingenieros en control de la contaminación del aire tie-
nen días de campo, cultivan tomates y se acuestan en la playa, pero su interés profesio-
nal en la meteorología se relaciona en su mayor parte con la velocidad y dirección del
viento y con la estabilidad atmosférica. En el capítulo 6 se indica de qué manera inter-
vienen estas dos variables atmosféricas en los modelos de uso más común para la concen-
tración de los contaminantes del aire. En las más de las veces, son las únicas variables
meteorológicas que se aplican en esos modelos. En este capítulo se proporcionan algu-
nos fundamentos de cómo trabaja nuestro sistema meteorológico global y, a continuación,
se consideran estos dos temas de interés especial para los ingenieros especialistas en el
control de la contaminación del aire.

5.1 LA A T M O S F E R A
La atmósfera global está constituida aproximadamente por 78% de nitrógeno, 21% de oxí-
geno y 1% de argón, así como por rastros de otros gases (véanse las guardas posterio-
res). Esas relaciones cambian muy poco con el lugar o el tiempo en la mayor parte de la
atmósfera. El contenido de humedad de la atmósfera, como vapor de agua y gotas de lí-
quido o cristales de hielo, cambia de manera significativa con el lugar y el tiempo y es la
causante de muchas de las cosas excitantes, bellas y destructivas que produce la propia
atmósfera. Un contenido típico de agua (a 20°C, 50% de RH) es de 1.15% molar (o en vo-
lumen). [La humedad relativa, RH (relative humidity), es la relación del contenido de agua
del aire al contenido de agua de saturación; véase la ecuación (5.10).] El contenido de
agua de la atmósfera, en la saturación, aumenta con rapidez al aumentar la temperatura. A
cualquier temperatura, la cantidad absoluta de agua en el aire, expresada como porcentaje
molar o en Ib de agua por Ib de aire, aumenta al aumentar la RH.

79
80 CAPÍTULO 5

La atmósfera tiene una frontera inferior perfectamente bien definida —pero bastante
desigual—, la superficie de la tierra y los océanos. Su frontera superior no está tan bien
definida; la atmósfera sencillamente se enrarece cada vez más al aumentar la altura, has-
ta llegar al enrarecimiento del espacio exterior. La mitad de la masa de la atmósfera se en-
cuentra hasta más o menos 3.4 millas de la superficie; el 99% está hasta más o menos 20
millas de la superficie. Si la atmósfera se desprendiera de la Tierra y se juntaran sus bor-
des para que tomara la forma de un pastel, tendría un espesor aproximado de 20 millas y
un diámetro de 16 000 millas (véase el problema 5.1).
Este gran ancho y poca profundidad significan que la mayor parte de los movimien-
tos de la atmósfera deben ser horizontales. Excepto por las tormentas muy intensas, los
movimientos verticales de la atmósfera son menores en uno o dos órdenes de magnitud
que los horizontales (la componente vertical de la velocidad del viento es uno o dos órde-
nes de magnitud menor que la componente horizontal de la misma). De manera análoga,
las tormentas y los sistemas atmosféricos son delgados. Típicamente, una tormenta tro-
pical tiene 200 millas de lado a lado en la horizontal y 10 millas de su parte superior hasta
abajo.

5.2 MOVIMIENTO ATMOSFÉRICO HORIZONTAL


El movimiento horizontal de la atmósfera (la componente horizontal de los vientos) es pro-
vocado en su mayor parte por un calentamiento desigual de la superficie de la Tierra y es
modificado por el efecto de la rotación de esta última (fuerza de Coriolis) y por la influen-
cia del terreno y el mar.

5.2.1 Calentamiento ecuatorial, enfriamiento polar


Promediado durante un año, el flujo de calor solar a la superficie de la Tierra en el ecua-
dor es 2.4 veces el que se tiene en los polos [1]. Como respuesta a esta diferencia en el
calentamiento, la atmósfera se mueve y, al hacerlo, lleva calor de los trópicos hacia los
polos, precisamente como el movimiento del aire en un cuarto distribuye en todo éste el
calor de un calefactor eléctrico que se encuentra en una de sus esquinas. En los dos ca-
sos, la distribución del calor es el resultado del aire caliente que sube en la fuente de calor
(el calefactor eléctrico o el ecuador calentado por el Sol) y el aire frío que se hunde en
donde los alrededores están más fríos (la parte del cuarto alejada del calefactor o los
polos).
En el cuarto se puede realizar el calentamiento por medio de una sencilla celda de cir-
culación, ilustrada en la figura 5.1. Para la Tierra, lógicamente se podría suponer que ocu-
rriría lo mismo, con el aire subiendo en el ecuador y hundiéndose en los polos, de modo
que se tendría un flujo del ecuador hacia los polos, a grandes altitudes, y de los polos ha-
cia el ecuador, en la superficie. Sin embargo, debido a que la atmósfera es bastante delga-
da en relación con su ancho, ese flujo es mecánicamente inestable y se rompe en subcel-
das. Podría existir cualquier número impar (¡pero no par!, véase el problema 5.2) de esas
celdas en cada hemisferio; normalmente, sobre la Tierra existen tres celdas en cada uno,
como se muestra en la figura 5.2.
En el hemisferio norte se ve, a partir de las celdas de circulación cuyos esquemas se
muestran en los bordes de la figura, un flujo de sur a norte a gran altitud y uno de norte
a sur en la superficie, en las celdas tropical y polar, con los flujos dirigidos en direccio-
nes opuestas, en la celda templada. En el globo, existen siete fronteras entre celdas, una
en el ecuador, dos en cada hemisferio y dos en los polos. En la frontera en el ecuador y
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 81

Cuarto

Una sola celda


de circulación calienta
todo el cuarto

Calefactor eléctrico
FIGURA 5.1
Circulación del aire en un cuarto calentado por un calefactor eléctrico. Se tiene una sola celda de
circulación, subiendo en el calefactor y descendiendo en la pared fría.

Aire descendente
Vientos polares del este
Aire ascendente
Alta presión

Frente polar
Vientos del oeste
Baja presión Aire descendente

Alisios
del noreste Alta presión

Aire ascendente
Baja presión

Alisios Alta presión


del sudeste

Frente polar Aire descendente


Vientos del oeste Baja presión

Alta presión
Aire ascendente
Vientos polares del este
Aire descendente

FIGURA 5.2
Representación esquemática de la circulación general de la atmósfera. (Frederick K. Lutgens/
Edward J. Tarbuck, The Atmosphere. 5a. ed., & 1992, pág. 170. Reimpreso con autorización de
Prentice Hall, Englewood Cliffs, Nueva Jersey.)
82 CAPÍTULO 5

las dos entre las celdas polares y templadas, el aire está subiendo; en las fronteras en­
tre las celdas tropicales y templadas y en los polos (los cuales son las fronteras del
"agujero en la rosquilla") el aire se está hundiendo. Más adelante se verá que el aire as­
cendente se enfría y produce lluvia, en tanto que el aire descendente se calienta y se vuel­
ve relativamente seco. Las fronteras ascendentes (fronteras del ecuador y templadas-
polares) son regiones de precipitación pluvial superior a la promedio; la mayor parte de
los bosques tropicales del mundo están ubicados cerca de la zona ecuatorial ascendente
y los grandes bosques de zona templada se encuentran cerca de las zonas ascendentes
templadas-polares. Las fronteras descendentes (los polos y las fronteras tropicales-tem-
pladas) son regiones de precipitación pluvial inferior a la promedio; la mayor parte de los
grandes desiertos del mundo están ubicados cerca de las zonas descendentes templadas-
tropicales. Los polos también tienen poca precipitación; son desiertos fríos, en donde la
pequeña cantidad de precipitación se mantiene como hielo y nieve, debido a que existen
una evaporación o fusión despreciables. Un poco más adelante se regresará a las direc­
ciones del viento que se muestran en la figura 5.2.

5.2.2 Efecto de la rotación de la Tierra


La sencilla imagen descrita con anterioridad se complica mucho por la rotación de la Tie­
rra. En la figura 5.3 se ilustra lo que sucedería si dos personas lanzaran una bola de un
lado a otro en el polo norte. Se sabe que la Tierra gira una vez al día. Mientras la bola
viaja en el aire del lanzador hacia el receptor, un observador que se encontrara en una
nave espacial que no estuviera girando y suspendida arriba de la Tierra, vería el viaje de
esa bola en línea recta; el observador también vería al receptor moverse hacia la izquier­
da de la bola, viajando sobre la Tierra que está girando. El receptor, moviéndose con la
Tierra, vería que la bola se desvía hacia la izquierda. Por tanto, desde el punto de vista de
cualquier observador que se moviera con la Tierra, parecería que la bola se curva hacia
su derecha. Si se condujera el mismo experimento en el polo sur, le parecería que la bola
se curva hacia su izquierda.

Ejemplo 5.1. En la figura 5.3, en el polo norte, el lanzador arroja una bola estándar de béis­
bol (0.32 lbm) a una velocidad de 90 mi/h (132 ft/s). La distancia recorrida (desde el mon­
tículo del lanzador hasta la caja de bateo) es de 60 ft. La bola es lanzada directamente al
receptor. Desde el punto de vista de un observador en una estación espacial que no gi­
rara, ¿cuánto se mueve el receptor hacia la izquierda mientras viaja la bola?
La Tierra completa una revolución por día, de modo que

En este caso, la distancia recorrida por el receptor es

Distancia recorrida por el receptor

= 0.00198 ft = 0.024 pulgadas = 0.60 mm


METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 83

Movimiento del receptor


según se ve desde una nave espacial Receptor
estacionaria

Trayectoria de la pelota:
Según la ve el receptor
Según se ve desde una nave
espacial estacionaria

Polo norte

Lanzador

FIGURA 5.3
Trayectoria de una pelota lanzada desde el polo norte, según la ve un observador colocado en
una plataforma espacial estacionaria y como la ve una persona viajando sobre la Tierra que gira.

Un receptor de vista notablemente penetrante notaría que, aun cuando la bola empe­
zó dirigiéndose directamente hacia él, en realidad llegó 0.6 mm a la izquierda de su blanco
original. A él y a todos los observadores ligados a la Tierra les parecería que se curva ha­
cia su derecha en esa cantidad, mientras realiza su recorrido. Sin embargo, el observador
que está en la nave espacial que no gira vería que el recorrido de la bola es perfectamen­
te recto y reconocería que la Tierra ha girado mientras aquélla realiza su recorrido.
Se podrían resolver todos los problemas de ingeniería desde el punto de vista de una
persona que estuviera en una nave espacial, pero la mayoría de la gente prefiere resol­
verlos desde su propio punto de vista: el de una persona que se mueve con la Tierra. La
manera más común de hacer la corrección por la curvatura observada que se ilustra en la
figura 5.3 es introducir un ajuste por el giro de los marcos de referencia, llamado fuerza
de Coriolis, la cual, cuando se añade a las otras fuerzas de la ley de Newton del movimien­
to, predice con corrección el comportamiento observado. A diferencia de las fuerzas gra-
vitacionales y centrífugas, las cuales son independientes del movimiento del cuerpo so­
bre el que están actuando, la fuerza de Coriolis (o aceleración de Coriolis) actúa formando
84 CAPÍTULO 5

ángulos rectos con el movimiento del cuerpo, es proporcional a la velocidad del cuerpo
en movimiento y se expresa por

Fuerza de Coriolis sobre un cuerpo


Aceleración de Coriolis (5.1)
Masa del cuerpo
en donde V = velocidad del cuerpo en movimiento
ω = velocidad angular de la Tierra
Φ = latitud

Ejemplo 5.2. Repítase el ejemplo 5.1, desde el punto de vista de alguien que se mueve con
la Tierra, aplicando la fuerza de Coriolis. La aceleración de Coriolis se expresa mediante la
ecuación (5.1). En cualquier libro de física se puede encontrar que la desviación horizon­
tal debida a cualquier aceleración constante que actúa durante un corto periodo es

Desviación = 0.5α

En el polo norte, sen φ = 1 y, con un poco de álgebra, se ve que el segundo miembro es


igual a rw Δt, lo mismo hallado en el ejemplo 5.1

En este ejemplo se hace ver que, al incluir la fuerza de Coriolis, se encuentra la misma des­
viación (la que en realidad se observaría si se condujera el experimento) apreciada desde
el punto de vista de un observador que se moviera con la Tierra que gira (véase el pro­
blema 5.3).

Ejemplo 5.3. Estímese la aceleración de Coriolis para un cuerpo que se mueve a 10 ft/s a
40° de latitud norte. Si se aplica la velocidad angular de la Tierra calculada en el ejemplo
5.1, se encuentra

Aceleración de Coriolis = 2 x 10

La aceleración de Coriolis para esta velocidad, una velocidad típica del viento, es
2.9 x 10-5 veces la aceleración de la gravedad. Esto es bastante pequeño como para que,
en la mayor parte de los modelos de cálculo en meteorología, se omita por completo para
los movimientos verticales, en donde domina la gravedad. Sin embargo, para los mo­
vimientos horizontales, que forman ángulos rectos con la dirección de la gravedad, to­
das las demás aceleraciones son pequeñas, de modo que desempeña un papel mucho más
significativo. No apreciamos la aceleración de Coriolis cuando caminamos o corremos; es
tan pequeña en comparación con la gravedad o con la resistencia del viento que no la
podemos percibir.
Las fuerzas principales de aceleración que causan (o retardan) el flujo horizontal en
la atmósfera son la fuerza de Coriolis, las fuerzas del gradiente de presión y la resistencia
de fricción en la superficie de la fierra.
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 85

Ejemplo 5.4. Estímese la aceleración del aire causada por un gradiente de presión de
1 mb/100 km. (Los meteorologistas siempre usan el bar [= 105 Pa = 0.9872 atm] como uni­
dad de presión y mb = milibar = 10-3 bar = 100 Pa. Los meteorologistas casi siempre
expresan los gradientes de presión en mb/100 km; los ingenieros expresarían esto como
0.0l mb/km=l Pa/km.)
En este caso, se aplica la ley de Newton a 1 km cúbico de aire (un cubo con una lon­
gitud de arista = x = 1 km) y se utiliza la densidad estándar del aire al nivel del mar, para
encontrar

Aceleración
debida a la
presión

Éste es un gradiente típico de presión atmosférica. La aceleración calculada es alre­


dedor de tres veces la aceleración de Coriolis calculada en el ejemplo 5.1, pero sólo alrede­
dor de 0.00008 veces la aceleración de la gravedad. Lejos de la superficie terrestre (por
ejemplo, a gran altitud), las fuerzas de Coriolis y del gradiente de presión en conjunto de­
terminan la velocidad y la dirección del viento; cerca de la superficie terrestre, la fricción
entre el aire en movimiento y la tierra o el océano hace que el panorama sea más compli­
cado. La aceleración por el gradiente de presión es inversamente proporcional a la den­
sidad del aire, lo cual significa que, si el gradiente horizontal de presión es el mismo a gran
altitud que a baja (lo cual prácticamente sucede), entonces: 1) la aceleración será mayor a
las más grandes altitudes que a las bajas, debido a que la densidad del aire decae con la
altitud y 2) los vientos a grandes altitudes serán más rápidos que los que se producen a
bajas altitudes, como en general lo son.
Hasta ahora, nada se ha dicho acerca de la dirección en la que actúa la aceleración
(o fuerza) de Coriolis. Como se le ha definido, siempre actúa formando ángulos rectos con
la velocidad del cuerpo en movimiento; se pueden dar otras definiciones. En el hemisfe­
rio norte, cambia la dirección del cuerpo hacia la derecha (como se ve en la figura 5.3) y
en el sur, hacia la izquierda. Si se regresa a la figura 5.2, ahora se puede ver la razón de la
dirección de las flechas de los vientos. Si no hubiera fuerza de Coriolis, se esperaría que
todos ellos apuntaran hacia el norte o hacia el sur. Sin embargo, en el hemisferio norte se
curvan hacia la derecha, como se muestra, y en el sur, hacia la izquierda. El resultado es
que, cerca del ecuador, el viento superficial viene del este (alisios); en las latitudes me­
dias, el viento superficial viene del oeste (vientos predominantes del oeste), y en las re­
giones polares, el viento superficial viene del este (vientos polares del este).
86 CAPÍTULO 5

5.2.3 Influencia de la tierra y el mar


Con la figura 5.2 se predecirían mejor los flujos atmosféricos horizontales del mundo si
toda la tierra fuera plana, y si la tierra y el mar tuvieran la misma respuesta al calentamien-
to solar. Ninguno de éstos es el caso. Las montañas más altas se elevan arriba de la ma-
yor parte de la atmósfera (la cumbre del Monte Everest, a 29 028 ft, está arriba del 70% de
la atmósfera). Las cadenas montañosas principales, como los Himalayas, las Rocallosas,
los Alpes y los Andes son importantes barreras para los vientos horizontales y, de ma-
nera regular, tienen climas muy diferentes en uno de sus lados que en el otro. Incluso las
montañas más pequeñas y los valles pueden influir intensamente sobre la dirección del
viento, aunque a una escala más pequeña.
La superficie de la tierra se calienta y se enfría con rapidez del día a la noche y del
verano al invierno, debido a que la tierra sólida es mala conductora del calor. La superfi-
cie de los océanos y lagos se calienta y enfría con lentitud, en su mayor parte porque
sus capas superficiales son agitadas por los vientos y por corrientes naturales de con-
vección, mezclando de este modo el calor, hacia arriba y hacia abajo. La tierra sólida no
es agitada por el viento o por corrientes de convección, de modo que el calor no se puede
mezclar hacia arriba y hacia abajo; su temperatura superficial cambia con mayor rapidez
que como sucede en las masas de agua. Por tanto, el calentamiento (o enfriamiento) de la
capa de aire adyacente al piso sólido es mucho más rápido en comparación con el aire
que está sobre las masas de agua. Probablemente, el ejemplo más espectacular es el cli-
ma monzónico de la India y partes del África Oriental. El Sol de verano calienta el aire
arriba de la India más que el que se encuentra sobre los océanos circundantes, lo que
provoca un fuerte movimiento hacia arriba del aire que está sobre ese país. El aire hú-
medo que viene de estar sobre los océanos circundantes calientes fluye hacia adentro para
llenar la zona de baja presión causada por este aire ascendente. Este aire húmedo se ele-
va, se enfría y forma las lluvias monzónicas de las que depende la agricultura de la India.
El mismo fenómeno conduce a las tormentas eléctricas del verano que se abaten sobre el
sudoeste de Estados Unidos, pero no son tan fuertes como las del monzón de la India.
Resulta obvio que la sencilla imagen de la circulación general de la atmósfera pre-
sentada en la figura 5.2 es una gran simplificación de lo que hace la naturaleza. Las predic-
ciones que se hacen en ella son mejores cerca del ecuador que cerca de los polos. Como
se ve en la figura 5.2, las fronteras entre las celdas polares y las celdas de temperatura
son irregulares. Esas fronteras se mueven tanto como para que su movimiento desempeñe
un papel significativo en el clima de América del Norte y Europa. A pesar de esta simpli-
ficación, esta imagen proporciona una explicación acerca de muchos de los hechos obser-
vados en relación con el movimiento del aire y la ubicación de los desiertos y los bosques.
La mayor parte de los fenómenos meteorológicos interesantes y excitantes se sobreponen
y se ajustan a la circulación general mostrada en la figura 5.2.

5.3 MOVIMIENTO VERTICAL EN LA ATMÓSFERA


Los movimientos verticales y horizontales de la atmósfera interactúan entre sí; los flujos
horizontales que se muestran en la figura 5.2 son provocados al elevarse el aire en el ecua-
dor y hundirse en los polos. En la atmósfera, cualquier porción de aire que sea menos
densa que el aire que la rodea se elevará por la acción de un empuje vertical, y cualquier
porción que sea más densa que el aire que la rodea se hundirá por la acción de un empuje
vertical negativo. La mayor parte de los movimientos en la atmósfera son causados por
cambios en la densidad del aire.
METEOROLOGÍA PARA EOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 87

5.3.1 Cambio de la densidad del aire con la temperatura


y la humedad
La densidad de cualquier parte de la atmósfera se expresa casi con exactitud por la ley de
los gases perfectos,
(5.2)

A cualquier altitud particular (y, de donde, cualquier P particular), la densidad es deter­


minada por M y T.

Ejemplo 5.5. Estímese el cambio en la densidad del aire debida a un aumento de 1°C en
la temperatura (para aire seco) y un aumento del 1% en la humedad relativa, ambos a 20°C.
Si se deriva el logaritmo natural de la ecuación (5.2), se encuentra

(5.3)
(no aparece término para R, porque dR = 0). A M y P constantes, se tiene

= -0.0034

o sea

=-0.0034/° C, a 20°C

El peso molecular promedio del aire se expresa por la ecuación


Mprom =yagua Magua +(1-yagua)Maire = Maire + yagua (Magua- Maire) (5.4)

en donde yagua es la fracción molar del vapor de agua. A 20°C,


yagua≈ 0.023 RH
de modo que
Mprom ≈ 29 - 0.023 RH(29 - 18) = 29 - 0.253 RH
y

= -8.7 x l0-5/%RH

Se ve que se requiere un aumento de alrededor del 40% en la humedad relativa para


producir el mismo efecto que un aumento de 1°C en la temperatura. Esto explica por qué
la mayor parte del movimiento vertical de la atmósfera es provocado por cambios en la
temperatura en lugar de por cambios en la humedad.
88 CAPÍTULO 5

5.3.2 Cambio de la densidad del aire con la presión


La ecuación básica de la estática de fluidos, también conocida como ecuación baro­
métrica, expresa que
= -pg (5.5)
en donde z = distancia vertical
g = aceleración debida a la gravedad
Es correcta para sólidos, líquidos o gases. La presión en cualquier punto de la atmósfe­
ra, de los océanos o del interior de la tierra es esa presión necesaria para soportar el peso
de todo lo que está arriba de ese punto. Si, en la ecuación (5.5), se sustituye la densidad
por su expresión dada en la (5.2), se tiene

(5 6)
o sea
(5.7)

Si T y M no cambiaran con la elevación, se podría integrar esto para hallar la relación entre
la presión y la elevación. Los cambios en Mno son importantes, como se vio en el ejem­
plo anterior, pero los de la temperatura sí lo son. Para ver por qué, considérese una por­
ción de aire en un globo flexible que se está moviendo hacia arriba en la atmósfera (véase
la figura 5.4). Según las hipótesis que se muestran en esa figura, la porción de aire realiza
trabajo sobre sus alrededores, a medida que se expande, e intercambia cantidades des­
preciables de calor con esos alrededores. Por consiguiente, pasa por un proceso adiabá­
tico, reversible. En este caso, el globo sólo sirve para aislar una porción de aire para ser
considerada. Si el aire que está en el globo se encontrara en el espacio abierto, pero no se
mezclara de manera significativa con ese aire que lo rodea, se comportaría de la misma
manera. Por tanto, para cualquier porción de aire, que se mueve hacia arriba sin mezclar­
se de manera significativa con el aire que se encuentra alrededor de él, se observaría un
comportamiento adiabático reversible. En cualquier libro de termodinámica se encuentra
que, para un gas perfecto que pasa por un proceso adiabático, reversible (también cono­
cido como proceso isoentrópico),

gas perfecto, adiabático, reversible (5.8)

en donde C1, es la capacidad calorífica del gas a presión constante. Si, al combinar las
ecuaciones (5.7) y (5.8), se elimina dP/P y se reacomoda, se encuentra

gas p e r f e c t o
(5.9)
adiabático

lo cual es cierto para una atmósfera adiabática reversible de cualquier gas perfecto. Tam­
bién es cierto en Marte y Venus, los cuales tienen atmósferas muy diferentes a la de la
Tierra. (Es probable que la hipótesis adiabática sea mala para el permanentemente nublo-
METEOROLOGÍA PΛRΛ LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 89

El globo se expande al elevarse y,


por tanto, realiza trabajo sobre sus
alrededores.

El globo acordonado no requiere


trabajo para estirarse.

La transferencia de calor entre


el globo y los alrededores
no es cero, pero es bastante
lenta como para ignorarse

FIGURA 5.4
Porción de aire contenida en un globo hipotético, flexible y que está ascendiendo: a medida que el
globo se eleva, realiza trabajo sobre la atmósfera al expandirse. Si también tiene una transferencia
de calor despreciable con los alrededores, entonces el comportamiento del aire que está dentro del
globo es prácticamente reversible y adiabático.

so Venus.) Para el aire, con la gravedad de la Tierra, se calcula que

gas perfecto
adiabático

(En este caso, se ha tomado la C1 del aire como 3.5/?.)


90 CAPITULO 5

65 840 ft

20 061 m

36 150 ft
11 021 m

Atmósfera "estándar"

Atmósfera adiabática

-92.8°C -56.5°C 15°C


-135°F -69.7°F 59°F

Temperatura

FIGURA 5.5
Comparación de las relaciones temperatura-elevación en la atmósfera adiabática y en la atmósfera
estándar.

Este gradiente de temperatura se llama gradiente vertical de temperatura y normal­


mente se expresa como un número positivo. En el cálculo precedente, el gradiente adia­
bático vertical de temperatura se daría como 5.4°F por cada 1000 ft, o bien, 10°C por km.
Si el valor numérico del gradiente vertical de temperatura es mayor que éste (por ejemplo,
12°C por km), recibe el nombre de gradiente superadiabático vertical de temperatura, y
si es menor que éste (por ejemplo, 8°C por km), entonces es el gradiente subadiabático
vertical de temperatura. Para los fines de cálculo, los meteorologistas y los ingenieros
en aeronáutica han definido una "atmósfera estándar" que representa el promedio apro­
ximado de todas las observaciones, de día y de noche, en verano y en invierno, en todo
Estados Unidos [2]. En la figura 5.5 se compara este promedio de temperaturas observa­
das con el gradiente adiabático vertical de temperatura que acaba de calcularse. En la at­
mósfera estándar, el gradiente vertical de temperatura es de 6.49°C/km = 3.56°F/1000 ft, al­
rededor de 66% del gradiente adiabático vertical de temperatura.
En la figura 5.5, también se ve que, en la "atmósfera estándar", la temperatura decae
linealmente hasta 36 150 ft y, a continuación, permanece constante hasta 65 800 ft. La re­
gión más baja, la cual contiene alrededor del 75% de la masa de la atmósfera, se conoce
como la troposfera. En la región que se encuentra precisamente arriba de ésta, llamada la
estratosfera, la temperatura no sigue disminuyendo al aumentar la altura, debido a que, a
esa elevación, ocurren algunas reacciones químicas que absorben la energía (o calor) del
Sol, de modo que no se sigue la hipótesis adiabática.
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 91

El hecho de que la "atmósfera estándar" tiene un gradiente vertical de temperatura


de sólo el 66%, más o menos, del gradiente adiabático vertical de temperatura sencilla­
mente indica que la hipótesis adiabática no resulta adecuada para todas las circunstan­
cias o, incluso, para el promedio de todas las circunstancias. La atmósfera es práctica­
mente transparente a la luz visible, pero absorbe y emite calor, de manera significativa, en
las longitudes de onda del infrarrojo, en su mayor parte por la presencia del agua en la
misma. Esta absorción hace que el aire se caliente desde abajo, por la radiación infrarroja
de la Tierra, y de este modo hace que la troposfera superior esté más caliente de lo que es­
taría sin ella. Muchos lectores han observado que, en el desierto, en una noche clara de
verano la temperatura cae mucho más que en una noche clara comparable, en un clima
húmedo; en este último, se absorbe más del calor que sale y, a continuación, se emite de
regreso a la Tierra, que en un clima seco. Este tema se analiza con más detalle en el capítu­
lo 14. Además, el vapor de agua, que se eleva desde la tierra y se condensa para formar
nubes, acarrea calor hacia arriba desde la superficie, lo que hace que la troposfera supe­
rior esté más caliente de lo que estaría en condiciones adiabáticas.
El gradiente adiabático vertical de temperatura que acaba de calcularse no incluye esta
posibilidad de condensación de la humedad; por esa razón se le llama gradiente adiabá­
tico vertical de temperatura en seco. En unas cuantas páginas, se considerará el gra­
diente adiabático vertical de temperatura en húmedo. Para cualquier gradiente vertical
de temperatura (adiabático, estándar o algún otro), se pueden calcular las relaciones pre­
sión-altura (problema 5.6) y la densidad, con la aplicación de las ecuaciones antes dadas.

5.3.3 Estabilidad atmosférica


La relación temperatura-elevación, cuyo esquema se tiene en la figura 5.5, es la causa de­
terminante principal de la estabilidad atmosférica. En la figura 5.6 se da un esquema de la

Adiabático,

Superadiabático,

Temperatura

FIGURA 5.6
Comportamiento de una porción de aire desplazada, hacia arriba o hacia abajo, en una
atmósfera con un gradiente vertical de temperatura adiabático, uno subadiabático y uno
superadiabático.
92 CAPÍTULO 5

razón. Allí se tienen tres curvas de gradientes verticales de temperatura, uno adiabático,
uno superadiabático y uno subadiabático, pasando todas por el punto A. Supóngase que
una porción de aire está en el punto A de la figura. Si es desplazada de manera repenti-
na hacia arriba o hacia abajo, por una ráfaga de viento o por un pájaro que pasa volan-
do, es de presumir que ese movimiento sea bastante rápido como para que sea reversible
y adiabático; por tanto, el comportamiento elevación-temperatura del aire seguirá el gra-
diente adiabático vertical de temperatura que va desde To, z0 hasta (T0 ± ΔT), (z0 ± Δz). Si
se hubiera desplazado con mucha lentitud, pudo haber transferencia de calor hacia el aire
que lo rodea o desde éste y hacia el piso, o desde éste, por la radiación infrarroja y, por
consiguiente, la hipótesis adiabática no sería correcta. El calentamiento o enfriamiento
por compresión o expansión ocurren prácticamente en forma instantánea, mientras que el
calentamiento y enfriamiento por otros modos son mucho más lentos, de modo que, para
un movimiento vertical rápido, el comportamiento observado temperatura-elevación es el
adiabático.
Si el aire circundante tiene gradiente adiabático vertical de temperatura entonces, si
la porción se mueve hacia arriba o hacia abajo, alcanzará la misma temperatura que el aire
circundante en su nueva ubicación. En cualquier desplazamiento de ese tipo, las presio-
nes del aire desplazado y del circundante serán prácticamente iguales; si no lo fueran, la
porción a presión más elevada se expandiría con rapidez contra el de presión más baja.
Como resultado, estará a la misma temperatura y tendrá la misma densidad que el aire cir-
cundante y, después de este desplazamiento, la gravedad no intentará moverlo hacia arri-
ba o hacia abajo. Esta condición se describe como estabilidad neutra: la masa de aire no
es estable ni inestable. Los desplazamientos simples de una porción de aire no conducen
a su regreso a su posición original, no hacen que esa porción siga moviéndose.
Si el aire circundante tiene un gradiente subadiabático vertical de temperatura, la por-
ción deslazada del aire tendrá un destino diferente. Si se desplaza hacia arriba, continuará
siguiendo la curva adiabática, porque su movimiento será adiabático, de modo que esta-
rá más fría y será más densa que el aire circundante. La gravedad hará que baje de regreso.
Si se desplaza hacia abajo, estará más caliente y será menos densa que el aire circundan-
te, de modo que la gravedad la regresará hacia arriba. Cualquier cosa que sea la que le
perturbe su ubicación, la gravedad la moverá de regreso a su ubicación original. De este
modo, si el gradiente vertical de temperatura del aire circundante es subadiabático, la con-
dición es estable y se inhibe el movimiento vertical del aire.
Si el aire circundante tiene un gradiente superadiabático vertical de temperatura en-
tonces, si la porción de aire se desplaza hacia arriba, seguirá la curva adiabática, de modo
que estará más caliente y será menos densa que el aire circundante. Por tanto, la grave-
dad la impulsará todavía más hacia arriba. Si se desplaza hacia abajo, estará más fría y será
más densa que el aire circundante; por tanto, la gravedad la llevará todavía más hacia aba-
jo. Cualquier cosa que sea la que le perturbe su ubicación original, la gravedad hará que
continúe su movimiento en la dirección de ese desplazamiento, y con una velocidad cre-
ciente. Por tanto, si el gradiente vertical de temperatura es superadiabático, la condición
es inestable y el movimiento vertical del aire es espontáneo, si cualquier perturbación di-
minuta la dispara.
Es posible concebir una analogía mecánica de estas tres situaciones de estabilidad.
Si en el fondo de un tazón se desplaza una bola una pequeña cantidad en cualquier di-
rección, la gravedad la regresa a su posición original. La situación es estable. Si una bola
que se encuentra sobre una superficie plana se desplaza una pequeña distancia, la gra-
vedad no intentará moverla hacia cualquier dirección. La situación es neutra. Si una bola,
equilibrada en la parte superior de una esfera, se desplaza en cualquier dirección, la gra-
METEOROLOGÍA PARA I.OS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 93

vedad hará que continúe su movimiento en esa dirección, con una velocidad creciente.
La situación es inestable.
¿En dónde y cuándo se podrían encontrar atmósferas estables, neutras e inestables?
Se esperarían las tres en el mismo lugar, en momentos diferentes del día, en cualquier día
claro, seco y soleado, con vientos bajos o promedio, en cualquier parte de la tierra. En la
figura 5.7 se ilustra cómo sucede esto. Se supone que: 1) éste es un día típico de primave­
ra en el desierto de Mojave de California, el cual es bastante seco que la humedad no de­
sempeña papel alguno; 2) no hay nubes, y 3) los vientos son ligeros o moderados. La
curva de la izquierda ilustra la situación al amanecer.
Durante toda la noche, la superficie de la tierra se ha estado enfriando y, al amane­
cer, su temperatura es quizá de 50°F. A las longitudes de onda del infrarrojo, la tierra es
un radiador de cuerpo negro casi perfecto, por lo que es bastante eficiente al radiar calor
hacia el espacio exterior. La superficie de la tierra también ha estado enfriando la capa de
aire que está sobre ella. La capa enfriada de aire más cercana al piso enfría la capa de aire
que está sobre ella, de modo que se tiene un flujo estacionario de calor hacia abajo, del
aire hacia la tierra, por conducción, una convección ligera y radiación. (El aire seco, el cual
es prácticamente transparente a la luz visible, no es transparente para la radiación infrarro­
ja y, en realidad, transfiere algo de calor por medio de esta radiación.) Al amanecer, la tem­
peratura aumenta con la elevación hasta quizá los 1000 ft. En ese punto, la "onda enfriado­
ra" que proviene de la tierra se corre hacia el gradiente vertical de temperatura que quedó
del día anterior y la temperatura continúa recorriendo hacia arriba la curva de la atmós­
fera estándar.
Por debajo de 1000 ft, la temperatura aumenta con la altura. Este patrón se conoce
como inversión; esas inversiones se presentan en todas las noches claras o con ligera
nubosidad, con vientos bajos o promedio, en la mayor parte de la superficie de la tierra
en el mundo. Adentro de la inversión, la situación es en extremo estable; las perturba­
ciones verticales son fuertemente amortiguadas. Arriba de la inversión, en la región con

6000 ft Atmósfera estándar, -6.5°C/km = -3.6°F/1000ft

Atmósfera adiabática, -9.8°C/km = -5.4°F/1000ft

1000 ft
A media tarde
Al amanecer
Al amanecer
Al amanecer

50°F 90°F
Temperatura
FIGURA 5.7
Distribución vertical de la temperatura en diversos momentos en un día sin nubes, con vientos
bajos o promedio, en un clima seco.
94 CAPÍTULO 5

el gradiente estándar vertical de temperatura, la situación es medianamente estable, las per-


turbaciones verticales son amortiguadas, pero no casi con tanta intensidad como aden-
tro de la inversión. Esta clase de inversión es la más común y se conoce como inversión
por radiación. En la sección 5.5 se analizan otros tipos de inversiones.
Cuando sale el Sol, calienta la superficie de la tierra, la cual calienta la capa de aire
que está arriba de ella, por conducción, convección y radiación. Esa capa calienta la capa
siguiente que está arriba de ella, y así sucesivamente. Dos horas después del amanecer,
la temperatura de la tierra será quizá de 70°F. Habrá una capa de aire calentado cerca de la
tierra, en la que el gradiente vertical de temperatura es prácticamente el adiabático. En su
parte superior, esta capa encuentra el resto de la inversión de la noche anterior. El aire
ascendente desde abajo no puede penetrar esa inversión, por razones de estabilidad. Pero,
en la frontera, se mezcla con la inversión, destruyéndola con lentitud, de modo que alre-
dedor de cuatro horas después de la salida del Sol, la capa de aire calentado ha crecido y
casi eliminado la inversión.
A media tarde, se ha transferido suficiente calor de la superficie calentada de la tie-
rra hacia el aire adyacente como para que la inversión haya desaparecido. El aire calenta-
do, que ahora tiene un gradiente adiabático vertical de temperatura, se extiende tal vez
hasta los 6000 ft, en donde encuentra el aire más estable de arriba, con un gradiente ver-
tical de temperatura en el de la atmósfera estándar, o cercano a éste. En los pocos cien-
tos de pies más cercanos a la tierra el gradiente vertical de temperatura incluso es mayor
que el adiabático (es decir, superadiabático), y el aire es inestable.
Poco antes de la puesta del Sol, la superficie de la tierra se empieza a enfriar por ra-
diación y a enfriar la capa de aire más próxima a ella. En el ocaso, habrá una débil inver-
sión cerca de la tierra. Durante toda la noche, esta inversión crecerá en intensidad y ta-
maño, hasta la madrugada del día siguiente, el perfil de temperatura será prácticamente el
mismo que se muestra para el amanecer en la figura 5.7.
Esta imagen del comportamiento diario de la atmósfera es muy importante para en-
tender la meteorología de la contaminación del aire; vale la pena consumir algo de tiempo
en pensar acerca de ello. La mayor parte de los lectores de este libro han tenido la opor-
tunidad de observar aves que vuelan deslizándose con sus alas abiertas —águilas, hal-
cones, buitres, tal vez incluso cóndores si han tenido suerte—. Estas aves permanecen
en el aire durante largos periodos sin mover sus alas, sosteniéndose sobre las corrientes
ascendentes verticales causadas por el calentamiento de la tierra y que se describen con
detalle a continuación. Deslizarse con las alas abiertas no es lo mismo que volar, lo que
implica aletear. Las aves no pueden deslizarse con las alas abiertas al amanecer, porque
estas corrientes ascendentes verticales no se forman hasta que la tierra se ha calentado.
Del mismo modo, en un día intensamente nublado estas grandes aves no pueden desli-
zarse con las alas abiertas, porque no se tiene la clase de calentamiento solar que pro-
duce estas corrientes ascendentes. Los pilotos de planeadores también vuelan al hallar
estas corrientes de aire que suben (a las que llaman térmicas) y se dejan llevar por ellas;
los pilotos de planeadores no intentan deslizarse por los aires al amanecer o en un día
por completo nublado. Estas clases de corrientes ascendentes y sus corrientes descen-
dentes asociadas son peligrosas para los globos de aire caliente; la mayor parte de las
veces, éstos se hacen volar al amanecer. Incluso sin esta inestabilidad térmica, se pue-
den hallar corrientes ascendentes en donde el viento horizontal es forzado hacia arriba
sobre un acantilado, risco o colina; las aves que planean y los pilotos de planeadores y
deslizadores también aprovechan esas corrientes ascendentes inducidas por el terreno.
En la situación que se presenta esquemáticamente como a media tarde en la figu-
ra 5.7, si se tienen corrientes ascendentes, también las deben haber descendentes, debi-
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 95

Columna de aire caliente


Aire tibio que desciende que se eleva con rapidez
con lentitud

El aire más caliente se


encuentra más cerca de la tierra

Baja presión

Tierra caliente
FIGURA 5.8
Flujo hacia adentro y alrededor en un remolino.

do a que el movimiento global de la atmósfera sólo tiene una pequeña componente ver­
tical. Se podría pensar que habrían áreas iguales de aire ascendente y descendente, pero
la naturaleza parece preferir tener unas cuantas columnas pequeñas de aire bastante ca­
liente, que se eleva con rapidez, rodeadas por una gran área de aire ligeramente frío, que
desciende con lentitud. Se puede ver este fenómeno en la forma de un remolino de are­
na, que es común ver en todas las zonas desérticas a la mitad de días soleados, como se
ilustra en la figura 5.8. Allí se ve que, que cuando la tierra está mucho más caliente que el
aire que se encuentra arriba de ella, se forma una capa de aire caliente en su proximidad.
Cuando una perturbación provoca que este aire se eleve, lo hace como una columna. Este
aire está más caliente y, por tanto, es menos denso que el aire que lo rodea, de modo que
la presión en el suelo, en el punto precisamente debajo de la columna ascendente, es me­
nor que la presión a unos cuantos pies de distancia en todas direcciones. El aire fluye
hacia este punto de baja presión y, a continuación, sube por la columna. Mientras tanto,
para formar este flujo hacia arriba, se tiene un flujo generalizado hacia abajo, alrededor de
aquél, rellenando la capa de aire caliente en la tierra.
Muchas veces, un remolino se deshará lejos de la superficie para formar una "bur­
buja" de aire caliente (superadiabático). Estas burbujas se elevan y se mezclan con el aire
más frío que las rodea y, por último, desaparecen. A menudo se les puede detectar al ob­
servar los grupos de aves planeando en círculos adentro de ellas, mientras se elevan. Los
pilotos campeones de planeadores alcanzan ese título al ser mejores que sus competido­
res para encontrar estas burbujas ascendentes.
Estas columnas ascendentes no serían visibles o permanecerían muy juntas si no fue­
ra por la aceleración de Coriolis. A medida que el aire fluye a lo largo del suelo, hacia la
columna ascendente, la fuerza de Coriolis hace que cada porción del mismo se desvíe ha­
cia la derecha de modo que, según se ve desde arriba, el flujo que entra está girando en
96 CAPÍTULO 5

sentido contrario al movimiento de las manecillas del reloj, en el hemisferio norte (véanse
la figura 5.2 y el problema 5.15). Conforme fluye hacia adentro, la conservación del mo-
mento angular exige que su velocidad aumente para formar el radio disminuido de la co-
lumna. La velocidad de rotación es pequeña lejos del centro, pero bastante grande en éste.
Si la tierra está seca, el viento a alta velocidad del centro levantará polvo y lo acarreará
hacia arriba, con lo que se forma un remolino visible. La rotación también estabiliza el flu-
jo hacia arriba, manteniéndolo junto, mejor de lo que estaría, si no estuviera girando.*
Los remolinos de arena tienen apariencia divertida y no es probable que produzcan
más perjuicio que la caída de algo de polvo en los ojos del imprudente. No se hacen su-
ficientemente fuertes como para producir daños mayores, debido a que la razón de entra-
da de energía, proveniente del calentamiento solar, por unidad de superficie del suelo no
es muy grande. Los tornados (también conocidos como ciclones o torbellinos) que, de
manera regular producen muertes, lesiones y daños en propiedades, se describen con
igual propiedad por la figura 5.8, excepto que su escala es mucho mayor, sus gradientes
de temperatura son más pronunciados y las velocidades de sus vientos son más altas, lo
que hace que su poder destructivo sea mucho mayor. Para crear una atmósfera fuertemen-
te inestable sobre una gran área, no se puede contar sólo con los rayos del Sol que caen
sobre la tierra. En lugar de ello, se debe tener un movimiento masivo del aire en el que una
masa de aire frío en rápido movimiento pase por encima de una masa de aire caliente y
húmeda de 2 a 3 km de espesor. Como resultado, el gradiente vertical de temperatura en
la frontera entre las dos masas de aire es mucho más grande que el gradiente adiabático
vertical de temperatura, lo que conduce a las columnas de aire con movimiento muy fuerte
hacia arriba llamadas tornados. Éstos se presentan con mayor frecuencia en la primavera
y el verano en el sudeste y oeste medio de Estados Unidos. Normalmente, las columnas
de aire ascendente se producen de manera simultánea con fuertes tormentas eléctricas [3].
(La causa global es el calentamiento solar pero, para los tornados, es el calor solar alma-
cenado que se acumula durante varios días en la capa de aire caliente, en lugar de la canti-
dad suministrada en forma circulante que impulsa un remolino.) Un tornado no se inicia
en la tierra, como sucede con un remolino, sino más bien se inicia en la interfaz aire calien-
te-aire frío y, desde allí, crece hacia abajo, hacia la tierra. Se vuelven visibles cuando suc-
cionan polvo o gotas de lluvia, o ambas cosas.

5.3.4 Altura de mezclado


La figura 5.7 también es una ilustración de un concepto clave en la meteorología de la
contaminación del aire: la altura de mezclado. En esa figura, para la condición a media
tarde, se tendrá un vigoroso mezclado vertical desde el suelo hasta alrededor de 6000 ft
y, a continuación, un mezclado vertical despreciable, por encima de esa altura. Las colum-

* Si el lector tiene alguna duda sobre la descripción de aumento de la velocidad debido a la disminución
del diámetro, recuerde la manera en que los patinadores artísticos realizan los giros. Inician su rotación
con los brazos hacia afuera y, a continuación, los llevan hacia su cuerpo, para aumentar su velocidad al
reducir su momento angular de inercia. Casos menos obvios son: 1) los clavadistas que pueden torcerse
en el aire, realizar varios giros y, después, detener su rotación en el vuelo y entrar en el agua sin rotación
aparente, y 2) los gatos que, cuando se dejan caer con el lomo hacia abajo desde cierta altura, se las
arreglan para aterrizar sobre sus patas. En los dos casos, los protagonistas realizan estas hazañas al em-
pezar con cierto momento angular y, en seguida, cambiar su momento angular de inercia para controlar
la velocidad del giro. Un ejemplo incluso menos obvio es "bombear" un columpio de un patio de juegos
para alcanzar elevación; que también es un sencillo cambio del momento angular de inercia.
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 97

nas ascendentes de aire que suministran un buen mezclado vertical inducen una turbu­
lencia de gran escala en la atmósfera. Esta turbulencia es tridimensional, de modo que tam­
bién proporciona un buen mezclado horizontal. Los contaminantes liberados al nivel del
piso se mezclarán casi de manera uniforme hasta la altura de mezclado, pero no por arriba
de ésta. De este modo, la altura de mezclado fja el límite superior para la dispersión de los
contaminantes atmosféricos.
En la misma figura se puede ver que, en la mañana, la altura de mezclado debe ser
mucho menor y que crece durante el día. De manera análoga, es de esperar que la altura de
mezclado sea mayor en el verano que en el invierno (véase la tabla 5.1 [4]).

TABLA 5.1
Valores típicos de la altura de mezclado
para el contiguo Estados Unidos
Altura de mezclado, m
Rango Promedio
Mañana de verano 200-1100 450
Tarde de verano 600-4000 2100
Mañana de invierno 200-900 470
Tarde de invierno 600-1400 970
Fuente: Referencia 4.

Los estudiantes han visto estas alturas de mezclado, aun cuando es posible que no
las hayan reconocido.* Quienquiera que haya volado hacia una ciudad industrial impor­
tante habrá observado que, arriba de la altura de mezclado, el aire es transparente y azul,
mientras que debajo de esa altura el aire está brumoso y es de color café o gris. Se puede
observar el mismo fenómeno desde montañas, colinas y edificios altos, cuando la capa
de mezclado está baja. La mayoría de los estudiantes también habrá observado la situa­
ción, cuyo esquema se muestra en la figura 5.9, en la que existen muchas nubes, por lo
general pequeñas, con espacios entre ellas. Las partes superiores de las nubes no son
perfectamente uniformes, pero todas se encuentran prácticamente a la misma altura, la cual
corresponde a la altura de mezclado. Hasta la altura de mezclado, el aire ascendente e ines­
table lleva humedad, de abajo hacia arriba, para formar las nubes. Arriba de la altura de
mezclado no existe un flujo hacia arriba correspondiente.
En la figura 5.7 se muestra una fuerte inversión por radiación al amanecer, como se­
ría causada por la radiación hacia el cielo nocturno en una región seca como el desierto
de Mojave. En las zonas más húmedas, la humedad atmosférica bloquea en forma parcial
la pérdida de calor del suelo hacia el espacio exterior y una cubierta delgada o parcial de
nubes también reduce esta pérdida de calor. Las inversiones más débiles resultantes pue­
den servir como capas de cuasimezclado, dentro de las cuales se puede tener un mezclado
considerable, pero cuyas partes superiores retardan un mezclado adicional hacia arriba.
Otros tipos de inversiones, causadas por las brisas marinas o por el drenaje de aire frío

* En la figura 5.7 se ve que, al amanecer, se tiene una inversión, debajo de la cual hay un mezclado
despreciable; la altura de mezclado de la cual se informa en este caso es el valor después de que el calen­
tamiento solar ha eliminado esa inversión.
98 CAPÍTULO 5

Las nubes tienen partes superiores y costados irregulares, pero


las partes inferiores planas. Todas las partes superiores de las
nubes se encuentran aproximadamente a la misma elevación,
la cual es la altura de mezclado.

Altura a la que la humedad


que se encuentra en el aire
Altura de mezclado ascendente empieza
a condensarse

Suelo
FIGURA 5.9
Durante el día, muchas nubes pequeñas, con una elevación común de su parte
superior, muestran la altura de la capa de mezclado. Las partes inferiores planas
muestran la elevación a la que se inicia la condensación (véase la sección 5.3.5).

desde las colinas, muchas veces actúan de la misma manera que las capas de mezclado. La
capa con esmog de la figura 2.8 es un ejemplo de una inversión que sirve para determi­
nar la altura de la capa mezclada.

5.3.5 Humedad
Hasta aquí, el análisis se ha centrado en el comportamiento del aire seco, o bien, de aire
que no contenía humedad suficiente como para condensarse a la temperatura ambiente.
La humedad complica mucho todo esto. La mayor parte de la humedad que se encuentra
en la atmósfera se evapora de los océanos tropicales; la lluvia que cae sobre un día de
campo en Chicago probablemente se evaporó del golfo de México. En la figura 5.10 se
muestra el balance global del agua para los océanos y la tierra del mundo. Con base en
ella, se podría inferir que la gota de lluvia que cayó en Chicago tuvo más posibilidad de
formarse a partir de la humedad evaporada sobre la tierra; lo que ignoraría el hecho de que
la mayor parte de la evaporación en la tierra tiene lugar en los bosques tropicales lluvio­
sos. El tiempo promedio de permanencia de una molécula de agua en la atmósfera del mun­
do es más o menos de nueve días [5].
Cuando una porción de aire húmedo se desplaza hacia arriba por el calentamiento so­
lar o por alguna perturbación mecánica, el comportamiento de su temperatura es casi el
mismo que el de una porción de aire seco. En la ecuación 5.9, M y C1. son ligeramente
perturbadas por el contenido de humedad (véase el problema 5.8), pero el efecto es pe-
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 99

Transportada de los océanos hacia la tierra, 37

Lluvia y nevada
Evaporada totales sobre la
Evaporada Regresada tierra, 102
de los como lluvia de la tierra,
océanos, a los océanos, 65
448 411
Regresada a los océanos por
los ríos y los icebergs, 37

Océanos del mundo Tierra del mundo

FIGURA 5.10
Evaporación, precipitación pluvial y desagüe anuales de todo el mundo, en 103 km3/año.

queño. Sin embargo, conforme se eleva la porción aumenta su humedad relativa, descrita
por la ecuación (5.10).
Humedad relativa Humedad (5.10)
Humedad de saturación
Conforme se eleva la masa de aire, la presión total P disminuye. Sin embargo, la presión
de vapor del agua pura, pagua, también disminuye porque sólo depende de la temperatura,
la cual también disminuye al aumentar la elevación. En la figura 5.11, la cual está basada
en la "atmósfera estándar", se muestra el efecto combinado de estos dos factores que se
oponen. Se ve que, al elevarse la porción de aire, decae la relación de su temperatura a la
temperatura de la superficie, pero la relación de la presión a la presión en la superficie
decae con mayor rapidez. La relación de la presión de vapor del agua pura a su valor al
nivel del suelo decae con mayor rapidez que cualquiera de estas dos, porque es aproxima­
damente proporcional a exp(-l/T). También se ve que la relación de la humedad relativa a
la humedad relativa en la superficie aumenta. Por tanto, si la humedad relativa en la su­
perficie fuera del 50%, alcanzaría el 100% (y la humedad apenas empezaría a condensarse
si estuvieran presentes núcleos suficientes de condensación) a 2150 m (7052 ft). Esto es
un poco más alto que la montaña más alta de Estados Unidos al este del río Mississippi; el
aire de 50% de RH debe elevarse un largo camino para condensarse. Con base en la mis­
ma gráfica, se puede calcular que, si el aire tiene inicialmente una RH del 90%, sólo ten­
dría que incrementar su humedad relativa en un factor de 1.11, correspondiente a más o
menos 450 m (1480 ft), para condensarse.
En la figura 5.12 se muestra una masa de aire que fluye hacia arriba sobre una mon­
taña y baja por la otra ladera. Si este aire se encuentra a 20°C y tiene una humedad rela­
tiva del 50% al nivel del mar entonces, a alrededor de 2150 m su humedad empezará a con­
densarse y formará una nube sobre la montaña. Conforme el aire fluye hacia abajo por la
otra ladera de la montaña, se calentará y la nube se evaporará. Quienquiera que viva cer­
ca de montañas ha visto este tipo de nube. Si la montaña es bastante alta como para que
la nube produzca lluvia o nieve (eliminando de este modo el agua de la masa de aire), en-
100 CAPÍTULO 5

0 1000 2000 3000 4000


Elevación, m
FIGURA 5.11
Cambios con la elevación de la temperatura, presión total, presión de
vapor del agua pura y humedad relativa, para la atmósfera estándar. El
subíndice cero indica condiciones a z = 0.

tonces la masa de aire que desciende por su ladera de sotavento estará más seca que la
masa que subió por su ladera de barlovento. En la ladera de sotavento, la nube se evapo­
rará a una elevación mayor que aquélla a la que se formó en la ladera de barlovento. Los
desiertos más secos de Estados Unidos se forman de esa manera, en la sequía orográ-
fica de las montañas de la Sierra Nevada. En las islas hawaianas, las laderas de barloven­
to son las húmedas y las de sotavento son las secas.
Cuando la temperatura baja bastante como para que el agua empiece a condensarse,
el calor liberado por la condensación se vuelve significativo. Se puede demostrar que, si
está ocurriendo condensación al aumentar la elevación, entonces (véase el problema 5.11)

(5.11)
adiabático seco

en donde X es la humedad molar, expresada como moles de vapor de agua/mol de aire


seco. La condensación hace que (dX/dz) sea negativa, de modo que el término de la extre-
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 101

Las nubes se disipan conforme el aire baja por la


La lluvia o la nieve caen en la ladera de la ladera de sotavento de la montaña, realizándose esto
montaña por donde sube el viento. a una elevación mayor si la masa de aire ha perdido
la humedad como lluvia o nieve.
Las nubes se forman
en la ladera de la montaña
por donde sube el viento.

z = 2150 m

Montaña

Flujo del aire

FIGURA 5.12
Formación de nubes por el flujo de aire inicialmente no saturado, hacia arriba sobre una montaña. En
este caso, para aire a 20°C y 50% de RH a z = 0, la condensación empieza en z = 2150 m.

ma derecha de la ecuación (5.11) siempre es positivo y, por tanto, el gradiente adiabá­


tico vertical de temperatura en húmedo siempre es menor que el gradiente adiabático ver­
tical de temperatura en seco. El valor numérico del término de la extrema derecha de la
ecuación (5.11) no es constante (ni siquiera casi constante), como lo es el gradiente adia­
bático vertical de temperatura en seco, debido a que (dX/dz) tiene valores diferentes en
partes diferentes de la atmósfera. En los trópicos, en donde X es grande y se tiene con­
densación a bajas elevaciones, es un número más o menos grande. Es mucho menor cer­
ca de los polos, en donde X es pequeña y la condensación ocurre en su mayor parte a
grandes elevaciones.
Un valor típico del gradiente adiabático vertical de temperatura en húmedo es alre­
dedor de 6.5°C/km. Éste es un valor cercano al del gradiente vertical de temperatura en la
"atmósfera estándar". La diferencia entre el gradiente adiabático vertical de temperatura
en seco y el correspondiente en la "atmósfera estándar" (el promedio de la mayor parte
de las observaciones) se debe a varios factores, de los cuales el transporte hacia arriba
del calor de condensación por el aire húmedo ascendente es uno de los más importantes.
En el análisis de la figura 5.6 se vio que la estabilidad de una atmósfera depende de
su gradiente vertical de temperatura. En esa figura, sólo se consideró aire que no tenía la
posibilidad de condensación de agua. No es necesario que éste sea aire seco, sólo que se
trate de aire cuya humedad relativa sea menor que el 100% durante el proceso completo.
Si una porción de aire se encuentra en su punto de saturación (RH = 100%) o cerca de él,
entonces, si se mueve hacia arriba, se tendrá condensación y seguirá el gradiente adiabá­
tico vertical de temperatura en húmedo, en lugar de ese gradiente en seco. Si contiene
gotitas (una nube o niebla) y se mueve hacia abajo, algunas de esas gotitas que contie-
102 CAPÍTULO 5

ne se evaporarán y su temperatura seguirá el gradiente adiabático en húmedo, en lugar


del mismo gradiente en seco. Si el aire circundante está seco y tiene el gradiente adiabá-
tico vertical de temperatura en seco, entonces ese aire circundante sería neutro para una
porción de aire seco que se introduzca, pero bastante inestable para una porción de aire
húmedo. Ésta es la razón para el crecimiento de las nubes y las tormentas eléctricas. Si
una porción de aire se eleva hacia una región en donde el agua que lleva se puede con-
densar, pero en donde el aire circundante tiene un gradiente vertical de temperatura ma-
yor que el adiabático en húmedo, entonces esa porción se elevará y se condensará, y se-
guirá haciéndolo hasta que se condense la mayor parte de su humedad o hasta que llegue
a un lugar en donde aquel gradiente sea menor que el adiabático en húmedo. Véase el
problema 5.10. Si no encuentra ese lugar, puede crecer en forma explosiva hacia arriba para
formar una gran tormenta eléctrica. En este cálculo se supone que la masa de aire ascen-
dente debe llevarse el agua condensada con ella. Si pierde esa agua condensada como
lluvia, nieve o granizo, entonces su densidad disminuye aún más rápido que como resul-
taría en el problema 5.10, de modo que se convierte incluso más inestable para el movi-
miento hacia arriba.
El inverso de este escenario se tiene debajo de un nubarrón. Si éste libera gotas gran-
des de agua hacia el aire relativamente seco que está debajo de su base, se evaporarán al
caer. Eso enfría el aire, haciéndolo más denso que el aire circundante. Aquél desciende
con rapidez, provocando una fuerte corriente descendente. En la superficie, se extiende
de manera radial en todas las direcciones horizontales. Cerca de una tormenta de este tipo,
al nivel del suelo, el flujo es radial hacia afuera. Si un viento así alcanzara súbitamente un
avión desde atrás, le reducirá su velocidad con respecto al aire y, por consiguiente, su
sustentación, haciéndolo caer con rapidez. Si el avión está cerca de la tierra en el des-
pegue o aterrizaje, se estrellará; eso ha sucedido en varias ocasiones. Este evento me-
teorológico se conoce como cortante del viento [6], aun cuando corriente descendente
o ráfaga descendente describen mejor lo que sucede.
En la figura 5.5, resulta evidente que la estratosfera es muy estable, porque su gra-
diente vertical de temperatura = 0. De este modo, mientras que la troposfera está bastan-
te bien mezclada, la estratosfera se encuentra estratificada. Existe relativamente poco mez-
clado entre las dos. Los contaminantes que se inyectan a la estratosfera (por ejemplo, por
las erupciones volcánicas importantes) permanecen en lo alto mucho más tiempo del que
se mantienen en la troposfera mucho mejor mezclada.

5.4 VIENTOS
En la figura 5.2 se muestra el patrón general de circulación de los vientos en el mundo.
Existen numerosas variaciones locales, tanto en el espacio como en el tiempo.

5.4.1 Velocidades
Las velocidades más altas del viento al nivel del suelo son las de los tornados, hasta de
200 mi/h (89.54 m/s). La velocidad promedio del viento al nivel del suelo en la mayor par-
te de América del Norte (de día y de noche, en verano e invierno) es alrededor de 10 mi/h
(4.5 m/s). Rara vez sopla el viento a menos de alrededor de 2 mi/h (1 m/s). Si el lector está
parado en el exterior en un viento de 2 mi/h, no puede sentirlo; la única manera de saber
en qué sentido está soplando el viento es observando el comportamiento de las hojas,
las banderas, el humo o las columnas de vapor, los que le indicarán que hay viento, inclu-
so si no puede sentirlo. La mayor parte de los servicios meteorológicos informan de cual-
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 103

quier viento de menos de aproximadamente 2 mi/h como "calma", porque sus instrumentos
de medición del viento, llamados anemómetros, se vuelven no confiables para velocida-
des tan bajas.
La velocidad del viento aumenta con la elevación, la mayor parte del tiempo, en la
mayor parte de la troposfera. La razón es que la fricción con la tierra desacelera el viento.
Típicamente, el viento alcanzará su velocidad sin fricción (llamada velocidad geostrófica
o de gradiente) a más o menos 500 m (1640 ft) por encima del suelo. La región por deba-
jo de esta elevación, en donde la fricción de la tierra desempeña un papel significativo, es
la capa frontera planetaria. La velocidad del viento al nivel del suelo queda determina-
da en gran parte por qué tan bien está acoplada esta capa con la capa geostrófica en mo-
vimiento rápido que está arriba de ella. Cuando la atmósfera es estable o tiene una in-
versión, existe poco movimiento vertical, y el acoplamiento entre la capa frontera planetaria
y la geostrófica es débil. De este modo, las inversiones y las atmósferas estables nor-
malmente se encuentran asociadas con velocidades bajas del viento al nivel del suelo.
Cuando la capa frontera planetaria es inestable (a media tarde en la figura 5.7), hay
bastante movimiento vertical en la atmósfera inferior y, por tanto, bastante transferencia
de cantidad de movimiento entre esa capa frontera planetaria y el viento geostrófico. Por
consiguiente, las atmósferas inestables tienen velocidades más altas del viento al nivel
del suelo que las estables. Con base en la figura 5.7, es de esperar vientos más fuertes al
nivel del suelo a principios de la tarde que en la mañana o a finales de la tarde o noche.
Las carreras de veleros siempre se programan para principios de la tarde.
El aumento del viento a nivel del suelo, causado por la inestabilidad, es autolimitati-
vo; estos vientos tienden a destruir la inestabilidad atmosférica que los causaron. Los
vientos fuertes dan lugar a un buen mezclado, tanto horizontal como vertical, lo que hace
que el gradiente de temperatura tienda al adiabático en seco. Cuando las velocidades del
viento son mayores que alrededor de 6 m/s , o sea, 13 mi/h, la estabilidad observada casi
siempre es neutra. Los vientos fuertes mejoran el mezclado del aire caliente que está cer-
cano al suelo con el aire frío que se encuentra arriba de él, de modo que, cerca del suelo,
no se forma una capa de aire en extremo caliente y, como consecuencia, no se pueden
formar fuertes columnas de aire ascendente. En un día caliente y seco de verano, la atmós-
fera "elige" la velocidad del viento que equilibra esta tendencia productora de estabili-
dad con la inestabilidad atmosférica que ayuda a causar el viento.

5.4.2 Dirección del viento


Con mucha frecuencia, se tiene interés tanto en la dirección del viento como en la velo-
cidad del mismo. (¿Sopla el viento desde mi casa hacia un maloliente pastizal o en senti-
do contrario?)
Sobrepuestos a la circulación general que se muestra en la figura 5.2 se tienen una
serie de perturbaciones llamadas zonas de alta presión (o anticiclones) y zonas de baja
presión (o ciclones). Éstas se forman a partir de inestabilidades de gran escala, muchas
veces con la intervención de las fronteras entre las tres zonas de circulación de cada he-
misferio. En la tabla 5.2 se comparan sus propiedades.
En un día típico, habrá por lo menos una de cada una de éstas en el contiguo Esta-
dos Unidos. Normalmente, las tormentas importantes se encuentran asociadas con siste-
mas de baja presión. Cerca del centro de las áreas de baja presión, los vientos asociados
con ellas pueden ser bastante fuertes como para aplastar todos los efectos locales des-
critos en esta sección. Por tanto, en el análisis siguiente se considera sólo lo que sucede
durante los periodos entre los pasos de estas tormentas.
104 CAPÍTULO 5

TABLA 5.2
Comportamiento de las áreas de baja y de alta presión

Alta Baja

Presión, en Alta, típicamente de 1020 a 1030 mb Baja, típicamente de 980 a 990 mb


comparación con
la presión
atmosférica
promedio
Movimiento vertical Hundimiento Elevación
promedio del aire
cerca del suelo
Comportamiento de Se evapora, lo que causa cielos claros Se condensa, lo que causa nubes y
la humedad en el precipitación
aire que estas áreas
contienen
Vientos que estas Hacia afuera del centro, en el Hacia el centro, en sentido
áreas generan sentido del movimiento de las contrario al movimiento de las
manecillas del reloj en el hemisferio manecillas del reloj en el
norte, débiles hemisferio norte, fuertes

Tanto las montañas, como los valles y las líneas costeras influyen sobre la dirección
y magnitud del viento, así como sobre otros parámetros meteorológicos. En una noche
clara, el suelo se enfría por la radiación hacia el espacio exterior y, adyacente a él, se for­
ma una capa de aire que está más fría y, por consiguiente, más densa que el aire que se
encuentra arriba de ella. Si el suelo fuera perfectamente plano, esta capa sería perfecta­
mente plana y la gravedad no tendería a moverla. Pero la tierra no es plana, entonces esta
capa más densa tenderá a fluir cuesta abajo. Entre más pronunciada sea la cuesta, fluye
más rápido. En cualquier valle, el aire frío fluye hacia abajo hasta el fondo y, en seguida,
el aire frío recogido fluye hacia abajo de ese valle en la misma dirección que corre el arro­
yo o río en el mismo.
Durante el día, ocurre lo opuesto. La tierra calentada por el Sol calienta a su vez el
aire adyacente a ella, el cual entonces fluye hacia arriba por la fuerza de empuje. Lo nor­
mal es que uno de los lados del valle sea calentado con mayor intensidad por el Sol que
el otro, de modo que el aire empezará a elevarse en ese lado, con lo que se causa un flujo
giratorio con su eje a lo largo del eje del valle. Esto se sobrepone a un movimiento neto
hacia arriba del aire calentado, lo que provoca un flujo hacia arriba de la pendiente y ha­
cia arriba del valle durante el día que, en general, no es tan fuerte como el flujo nocturno.
Las montañas pueden actuar como barreras para los vientos a nivel bajo. La cuenca
de Los Ángeles tiene montañas altas al norte, este y sudeste. Éstas estorban el viento.
También atrapan masas de aire en la cuenca, lo que evita la dilución de las emisiones. El
problema de Los Ángeles se combina con el efecto del océano cercano. En la figura 5.13
se ilustra este efecto. Al principio de la tarde, la tierra se ha calentado hasta quizá 90°F,
mientras el océano está tal vez a 75°F. El aire calentado sobre la tierra se eleva y aire frío
fluye hacia adentro desde el océano. Esta es la fría brisa del mar que ha llevado gente a
la playa en los días calientes del verano, en toda la historia. En la noche, la tierra se enfría,
tal vez hasta 60°F, en tanto que el océano no se enfría mucho, debido a que su capa su-
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 105

Flujo elevado hacia afuera de la costa

El aire más caliente


El aire frio fluye se eleva

hacia adentro 90°F

(a) Tarde

Flujo elevado hacia adentro de la costa

El aire más callente


se eleva El aire frío fluye
hacia afuera 60°F

(b) 4 A.M.

FIGURA 5.13
Brisas del mar sobre la costa, en el día, y terrales hacia afuera de la costa, en la
noche.

perior está bien mezclada. De este modo, el aire que está sobre el océano se eleva y el aire
enfriado fluye desde la tierra de regreso hacia el océano. Éste es el terral que llevaría gen­
te a la costa para gozarlo, si le gustaran las frías brisas que vienen de la tierra a las 4 A.M.,
así como le gustan las frías brisas del océano en las tardes calientes del verano.
Esta fría brisa del mar hace que, en Los Angeles, la masa de aire al nivel más bajo sea
más fría y, por consiguiente, más estable de lo que sería si el océano fuera terreno agríco­
la. La brisa marina es una de las que colaboran a la situación meteorológica que hace que,
en Los Angeles, sea en particular difícil el control de la contaminación del aire. La misma
situación se presenta para cualquier ciudad en la ribera del océano o de un lago grande.
En Los Ángeles, la situación de la brisa marina interactúa con las montañas del otro lado
de la ciudad para atrapar el aire. Se podría pensar que el frío terral de la noche llevaría el
aire contaminado hacia el mar, sólo para tenerlo que regresar al día siguiente. Eso debe
ocurrir hasta cierto punto, pero la mayor parte de las mediciones sugieren que se tiene
suficiente dispersión sobre el océano en la noche como para que la brisa marina del día
siguiente esté mucho menos contaminada que como lo estaba el terral de la noche an­
terior.
Al estimar la dirección del viento en cualquier momento y en cualquier lugar, se pue­
den aplicar las reglas empíricas siguientes:
106 CAPÍTULO 5

1. Las tormentas y los frentes importantes, que se mueven con rapidez, dominan las in­
fluencias locales; los vientos locales al nivel del suelo soplan de la manera que les
imponen las tormentas más grandes en importancia.
2. En los valles profundos, la alternación diaria —viento hacia arriba del valle en el día y
hacia abajo en la noche— vence la mayor parte de las demás influencias y determina
la mayor parte del flujo local, cuando no dominan una tormenta o paso frontal im­
portantes. El efecto de valle es mayor en los valles profundos que en los de poca pro­
fundidad, en los valles empinados que en los suaves, en la noche que en el día, y en
condiciones de viento ligero y cielo claro que con viento fuerte o nubosidad.
3. Las brisas hacia la costa y hacia afuera de ésta dominan cuando no se tiene una tor­
menta importante. Es más probable que controlen la dirección del viento en condicio-

O E

≤1.55
3.35
5.41
8.50
10.82

S Velocidad del viento, m/s

FIGURA 5.14
Rosa de los vientos para 1988 en Newfoundland, Utah. Los círculos concéntricos representan
frecuencias. Por ejemplo, el viento sopló desde el sur el 11% del tiempo. Sopló desde el sur con
velocidad > 10.82 m/s alrededor del 1% del tiempo; alrededor del 31/2 % del tiempo sopló desde el
sur con velocidades entre 3.35 y 5.41 m/s.
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 107

nes de viento ligero y cielo claro que en las condiciones opuestas, y es más probable
que lo controlen en el día que en la noche.
4. Si ninguno de los efectos antes mencionados, o cualesquiera otros de la topografía
local están presentes, es más probable que la dirección del viento sea la que se indica
en la figura 5.2 que cualquiera otra. Los pronósticos de la figura 5.2 son mejores cer­
ca del ecuador que cerca de los polos.

De manera regular, los servicios meteorológicos preparan rosas de los vientos, como
la que se muestra en la figura 5.14. En éstas se resumen la frecuencia de los vientos de
velocidades y direcciones variables en un lugar. Normalmente se habla de un viento, y
se traza la gráfica de él, en términos de la dirección de la cual viene. Un viento del oeste
sopla de oeste a este. La rosa de los vientos de la figura 5.14 es para un valle en el desier­
to occidental de Utah. Las montañas circundantes corren prácticamente de norte a sur.
La mayor parte de los vientos comunes, regidos por los efectos topográficos locales son
hacia arriba y hacia abajo del valle, del norte y del sur. Los vientos más fuertes vienen del
noreste y se encuentran asociados con el paso de tormentas invernales.
Se utiliza el mismo formato de rosa de los vientos para ilustrar muchas otras propie­
dades; por ejemplo, la concentración de algunos contaminantes atmosféricos como fun­
ción de la dirección del viento. El National Climatic Data Center (Centro Nacional de Datos
del Clima), Federal Building, Asheville, NC 28801, publica en forma regular datos meteo­
rológicos detallados para diversos lugares de Estados Unidos.
En la tabla 5.3 se da la velocidad promedio del viento (promedio de todas las medi­
ciones, independiente de la dirección del viento) y la dirección predominante del mismo
para una selección de ciudades de E.U. [7].

TABLA 5.3
Velocidad y dirección del viento para algunas ciudades de E.U.

Velocidad media Dirección


del viento para todo predominante
Ciudad el año, mi/h del viento

Scattle: Aeropuerto 9.2 SSO


San Francisco: Centro 8.7 SE
Aeropuerto 10.5 ONO
Los Ángeles: Centro 6.2 O
Aeropuerto 7.4 O
Salt Lake City: Aeropuerto 8.7 SSE
Phocnix: Aeropuerto 6.2 E
Denver: Aeropuerto 9.0 S
Chicago: Aeropuerto Midway 10.3 O
St. Louis: Aeropuerto 11.2 SSE
Dallas: Aeropuerto 10.9 S
Boston: Aeropuerto 12.6 SO
Nueva York: Central Park 9.4 NF
Aeropuerto La Guardia 12.2 ONO
Charleston, SC: Aeropuerto 8.8 NNE
Miami: Aeropuerto 9.1 ESE
Anchorage: Aeropuerto 6.7 N
Honolulú: Aeropuerto 11.8 ENE
108 CAPÍTULO 5

Con base en esta tabla, se ve lo siguiente:

1. El rango de las velocidades promedio es de 6.2 a 12.6 mph, con el promedio global
cercano a 10 mph.
2. La mayor parte de los valores son de los aeropuertos, en donde el National Weather
Service (NWS, Servicio Meteorológico Nacional) o la Federal Aviation Administration
(FAA, Administración Federal de Aviación) mantienen instalaciones de observación
meteorológica. Para los tres casos en donde se tienen mediciones comparables tanto
de las estaciones del centro como de los aeropuertos, las velocidades del viento en
el centro son menores que las correspondientes al aeropuerto. Los edificios altos del
centro aumentan el coeficiente de fricción entre el viento y el suelo, disminuyendo de
este modo la velocidad del viento allí. Los aeropuertos no tienen esos edificios altos.
3. La dirección predominante del viento es aquélla desde la que éste sopla con más fre-
cuencia, no necesariamente la dirección de la cual viene el viento más fuerte. Estas
direcciones del viento son regidas de manera preponderante por la topografía local;
por ejemplo, vientos hacia la costa o hacia afuera de la costa, o bien montañas y va-
lles locales.
4. Estos valores son promedios durante un año. La fuente utilizó datos de diferentes
aflos en diferentes sitios; de este modo, algunos son de 1975, otros son de 1976 y al-
gunos más de 1977.
5. Injustamente, a Chicago se le llama "La Ciudad de los Vientos"; otras tienen más vien-
to [8].

5.5 INVERSIONES DE TEMPERATURA


Las inversiones de temperatura desempeñan un papel significativo en la meteorología de
la contaminación del aire. Dentro de una inversión, el aire es estable contra el movimien-
to vertical por empuje. Esa estabilidad también disminuye el cambio de energía del viento
entre la capa de aire cercana al suelo y los vientos a gran altitud, de modo que se obstacu-
liza tanto la dispersión horizontal como la vertical de los contaminantes.
Existen cuatro maneras para producir una inversión: enfriar una capa de aire desde
abajo, calentar una capa de aire desde arriba, hacer fluir una capa de aire caliente sobre
una de aire frío o hacer fluir una capa de aire frío debajo de una de aire caliente [9]. Todas
éstas ocurren. La primera, enfriamiento desde abajo, es la inversión muy común por ra-
diación que se analizó en la sección 5.3.4 y en la figura 5.7; las otras tres se analizan en
los párrafos siguientes.
Puede ocurrir el calentamiento de una capa de aire desde arriba si una capa de nubes
absorbe la energía solar que entra, pero ocurre con más frecuencia cuando existe una re-
gión de alta presión (común en verano entre las tormentas) en la cual se tiene un lento
flujo neto hacia abajo de aire y vientos ligeros. La masa descendente de aire aumentará
su temperatura en el gradiente adiabático vertical de temperatura y, muchas veces, se vuel-
ve más caliente que el aire que está debajo de ella. El resultado es una inversión eleva-
da, llamada también inversión de desplome o inversión en alto. Normalmente, éstas se
forman entre 1500 a 15 000 ft arriba del suelo e inhiben el mezclado atmosférico. Estas in-
versiones son comunes en situaciones soleadas y de bajos vientos; por ejemplo, Los
Ángeles en verano.
El flujo nocturno de aire frío hacia abajo de los valles muchas veces conduce a in-
versiones en el fondo del valle, con el aire frío que fluye hacia adentro debajo de aire más
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 109

caliente. En el invierno, este flujo nocturno de aire frío causa inversiones por drenaje. En
realidad, el valle recoge todo el aire enfriado por el suelo de toda la cuenca que está arri-
ba de él. Si se produce condensación, la que forma niebla, entonces el Sol no puede lle-
gar al suelo durante el día y la inversión persistirá durante días hasta que una tormenta
importante la saca. La presencia de nieve en el suelo cuesta arriba hace más fuertes estas
inversiones, porque la nieve es un buen reflector de la luz solar y un buen emisor en las
longitudes de onda del infrarrojo. Por tanto, la entrada neta promedio diaria de calor es
menor para las superficies cubiertas con nieve que para las desnudas o con vegetación.
Este tipo de inversión puede llenar grandes valles, como el Valle Central de California, con
una niebla fría, durante varios días, en algún momento en invierno. Las brisas marinas o
de los lagos también llevan aire frío hacia adentro, debajo de aire caliente, y pueden cau-
sar inversiones o agregarse a las existentes.
El aire que fluye hacia abajo de la ladera de sotavento de una cadena montañosa se
calienta por compresión adiabática. El aire que fluye hacia abajo de la ladera este de las
Montañas Rocallosas muchas veces se calienta hasta temperaturas más altas que las del
aire que se encuentra al pie de las montañas. El aire caliente pasa por encima del aire frío,
formando de este modo una inversión que puede ser muy persistente.
Todas las inversiones, al nivel del suelo o a mayores elevaciones, inhiben el mezclado
atmosférico y, por ende, conducen a la acumulación de contaminantes. En el verano, con
los cielos claros, el calentamiento del suelo por el Sol normalmente eliminará una inver-
sión todos los días, como se muestra en la figura 5.7. Sin embargo, los efectos locales,
como las brisas frías hacia las costas, pueden ser bastante poderosos como para mante-
ner las inversiones. En invierno, a menudo el Sol no es bastante fuerte como para eliminar
esas inversiones y éstas pueden persistir hasta que una tormenta importante lleve vien-
tos bastante fuertes como para vencer los efectos topográficos locales y barrerlas. Si la
inversión es bastante fuerte como para formar niebla en un valle, ésta reflejará la luz so-
lar, lo que hace que la inversión persista más tiempo del que duraría sin la niebla. Las in-
versiones persistentes por drenaje en cuencas cerradas o semicerradas muchas veces con-
ducen a concentraciones máximas de los contaminantes.

5.6 FUMIGACIONES, ESTANCAMIENTOS


Si una fuente de contaminantes está ubicada en una región que tiene una inversión fuer-
te, con base en el suelo, entonces su columna de contaminantes quedará atrapada en la
inversión y viajará con el viento local, con muy poca dilución, como se muestra esque-
máticamente a la derecha de la figura 5.15. En el lado izquierdo de esa figura, se ve la tem-
peratura atmosférica inferior como función del tiempo. A las 6 A.M. se tiene una fuerte
inversión por radiación con base en el suelo, causada por el enfriamiento nocturno de éste.
Tan pronto como el Sol choca contra el suelo, la temperatura de éste se eleva y se forma
una capa inestable que se destruye en el fondo de la inversión. Por las 9 A.M., la inver-
sión se va. Regresando a la derecha de esta figura, se ve que, cuando la capa inestable
alcanza la columna de humo, tal vez a las 8:30 A.M., ésta se mezclará bajando hacia el sue-
lo. En este caso, la columna no se habrá diluido mucho respecto de su concentración ini-
cial, de modo que la concentración al nivel del piso en ese punto y en ese momento será
sorprendentemente alta. La alta concentración no durará mucho, pero esas exposiciones
cortas e intensas pueden dañar las siembras, etcétera. Este tipo de fenómenos se conoce
como fumigación. En el capítulo 7 se analiza un famoso ejemplo histórico de este tipo.
También se puede tener fumigación, si la columna de humo de una fuente en la lí-
nea costera es llevada tierra adentro por una brisa estable hacia la costa. A medida que la
110 CAPÍTULO 5

El calentamiento solar
del suelo causa
la dispersión
de la inversión.

El mezclado hacia abajo en


la dispersión de la inversión
causa una fumigación.

2
A las 8 A.M., el aire
es inestable desde el
suelo hasta aquí.

7 A.M.

8 A.M.

9 A.M.

T X

FIGURA 5.15
Desarrollo de una fumigación. En la figura de la izquierda se muestra el perfil vertical de la temperatura
en diversos momentos. A las 6 A.M. se tiene una inversión que es destruida con lentitud por el
calentamiento solar. A la derecha, se muestra la columna de humo de una fábrica en el interior de una
inversión. Esa columna fluye horizontalmente con poco mezclado o dispersión, debido a la fuerte
estabilidad de la inversión. Cuando la masa inestable de aire que proviene del suelo calentado alcanza la
columna, la mezcla hacia el suelo, a menudo con una alta concentración, lo que produce una fumigación
de corta duración. Esto es más probable que ocurra con cielos claros y vientos ligeros.

brisa pasa tierra adentro, encuentra aire calentado que proviene del suelo calentado por
el Sol, el cual se mezcla al entrar desde abajo; si la estabilidad de la brisa costera es bas­
tante fuerte, impedirá que la columna de humo se mezcle hacia arriba. Cuando el calen­
tamiento con base en el suelo alcanza la columna, que se está mezclando desde abajo,
puede tirar de ella hacia el piso, con lo que se produce una fumigación. Si se compara
este tipo de fumigación con el de la figura 5.15, se ve que el patrón de temperaturas es el
mismo, excepto que, en lugar de mostrar cambios con el tiempo en un lugar, la parte iz­
quierda de la figura muestra cambios con la distancia recorrida desde la línea costera en
un tiempo.
En la mayor parte del este de Estados Unidos, existe una alternación más o menos
regular de masas de aire que vienen del Golfo de México (calientes y húmedas) y del Ca­
nadá Central (frías y secas). En el otoño, una de estas masas de aire a veces permanecerá
en su lugar durante cuatro o más días. Cuando así sucede, se elevan las concentracio­
nes de los contaminantes atmosféricos, a veces hasta niveles perjudiciales. Estos fenó­
menos se conocen como estancamientos. Con el control mejorado de la contaminación
del aire en Estados Unidos, durante los últimos 20 años, estos fenómenos ya no condu­
cen a concentraciones muy altas de los contaminantes, pero todavía pueden causar las
concentraciones más altas de contaminantes que normalmente se encuentran en esta re­
gión, o contribuir a ellas. Estos fenómenos también ocurren en otras partes del mundo.
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 111

5.7 PRONÓSTICOS METEOROLÓGICOS


La gente que elabora los pronósticos para la TV local confía de manera considerable en
los datos, análisis y pronósticos elaborados por el National Weather Service (Servicio
Meteorológico Nacional), el National Meteorological Center (Centro Meteorológico Na-
cional) y otros centros operados por la National Oceanic and Atmospheric Administra-
tion (NOAA, Administración Nacional Oceánica y Atmosférica). Algunos confían en los
pronósticos e imágenes gráficas proporcionadas por los servicios meteorológicos co-
merciales. A todos nos gustaría conocer el estado futuro del tiempo, tanto para planear
los días de campo como para pronosticar las consecuencias por la contaminación del aire
de diversas emisiones.
Pronosticar el estado del tiempo es difícil. Todos pueden predecir que, en la mayor
parte del hemisferio norte, julio será más cálido que diciembre, o que la precipitación del
próximo aflo en cierta ciudad se encontrará dentro de una o dos desviaciones estándar de
la media correspondiente a los últimos años. Muchas veces, esa clase de proyección de la
historia anterior es todo lo que se necesita para el análisis de la contaminación del aire.
La pregunta que en realidad se están haciendo los reguladores y los ingenieros de planta
es: "Si se hubiera instalado este nuevo medio o dispositivo de control el año pasado, ¿cuá-
les habrían sido los efectos, dado el tiempo que se tuvo el año pasado?" La hipótesis es
que el año próximo y los años futuros para los cuales esta nueva planta estará en ope-
ración, serán como esos años pasados para los que se tienen datos meteorológicos his-
tóricos.
Esa hipótesis no siempre es segura. Los últimos años pueden haber sido más secos,
más húmedos o con más viento que el promedio a largo plazo y el clima global puede estar
cambiando. Hasta que no se tenga algo mejor, se actuará bajo la hipótesis no expresa de
que el futuro meteorológico será como el pasado meteorológico y que, entre más datos
pasados se tengan, más confianza se tendrá en las predicciones del futuro.
Es probable que la colección más grande de supercomputadoras, aparte de la militar
de E.U., es el grupo que se encuentra en el National Center for Atmospheric Research
(Centro Nacional para la Investigación Atmosférica), en Boulder, Colorado. Está dedicado
a idear, probar y aplicar modelos numéricos avanzados de la atmósfera. Nuestro conoci-
miento todavía es imperfecto; incluso con acres de supercomputadoras no se puede pre-
decir el comportamiento futuro de la atmósfera con mucha certeza.

5.8 RESUMEN
1. En este capítulo sólo se ha presentado el tema de la meteorología de la contamina-
ción del aire. Existen libros mucho más completos y detallados [10-12]. En los dos capí-
tulos siguientes se presenta la aplicación de la información meteorológica a los pro-
blemas prácticos y de regulación.
2. Los dos parámetros meteorológicos de máximo interés para los ingenieros especialis-
tas en la contaminación del aire son la estabilidad atmosférica y la velocidad del vien-
to. En general, las atmósferas estables (gradientes verticales de temperatura o inver-
siones bajos) y las velocidades bajas del viento conducen a las concentraciones más
elevadas de contaminantes a nivel del suelo (de fuentes a nivel del suelo o a bajo ni-
vel). Las atmósferas inestables y las velocidades altas del viento conducen a las con-
centraciones más bajas de contaminantes a nivel del suelo.
3. El tema del cambio global del clima se pospone para el capítulo 14.
112 CAPÍTULO 5

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas pos­
teriores.

5.1. Si un pancake tiene 1/4 in de espesor (promedio para los pancakes esponjosos) y tiene la
misma relación del espesor al diámetro que la atmósfera, ¿cuál seria su diámetro? Si un pan­
cake tiene un diámetro de 6 in (un valor típico) y tiene la misma relación del espesor al diá­
metro que la atmósfera, ¿cuál seria su espesor?
5.2. Demuéstrese por qué el número de celdas de circulación en cualquiera de los hemisferios debe
ser impar, no par. Deben bastar un esquema sencillo y unas cuantas oraciones.
5.3. En el ejemplo 5.1 y la figura 5.3 se muestra el caso más sencillo de cómo aplicar la fuerza (o
aceleración) de Coriolis para ajustar lo que ve el observador en una estación espacial fija y lo
que ve el observador sobre la Tierra en rotación. Es el más sencillo porque: 1) sólo uno de los
dos jugadores se mueve (es decir, desde los dos puntos de vista, el lanzador no se mueve) y
2) el lanzador no imparte componente alguna de la velocidad formando ángulos rectos con el
lanzamiento, debido al movimiento de la Tierra. Para todas las demás ubicaciones del lanza­
dor y el receptor, el problema es más complejo. El paso más importante al resolver esos
problemas es trazar la figura correcta, en la que se muestren en forma correcta el lanzador y
el receptor, desde su punto de vista y desde el de un observador en una estación espacial fi­
ja. Repítase el ejemplo para las situaciones siguientes:
a) Tanto el lanzador como el receptor se encuentran a 30 ft del polo norte y aquél lanza la
pelota directamente hacia el receptor. ¿Los resultados son los mismos? ¿Deben serlo? ¿Cómo
cambia la respuesta si el lanzador impulsa la pelota de modo que vaya más lenta?
b) El lanzador se encuentra en el ecuador y lanza la pelota dirigida al norte hacia el recep­
tor, quien se encuentra a 60 ft de distancia. (Resuélvase primero el problema más sencillo
de dos personas que van sobre trenes de ferrocarril, viajando sobre vías paralelas a velo­
cidades constantes e iguales. Lanzan la pelota hacia uno y otro lado formando ángulos
rectos con las vías y la resistencia del aire es despreciable. Muéstrese la vista desde arri­
ba, tanto desde su punto de vista como del que tendría un observador en una estación
espacial. A continuación, trácese el diagrama correspondiente para este caso.)
c) Tanto el lanzador como el receptor se encuentran a 1000 ft del polo norte, aquél a 60 ft al
este del receptor. En seguida, repítase este ejercicio con el lanzador a 60 ft al oeste del
receptor.
5.4. En los ejemplos 5.1 al 5.3. se estimó la velocidad angular de la Tierra aplicando su periodo
de rotación de 24 horas. Eso corresponde al día solar. Si se basa la velocidad de rotación en
las estrellas, en lugar del Sol, se encuentra un periodo de rotación de 23.93 horas, lo que
corresponde al día sideral.
a) ¿Cuál día debe haberse usado en estos cálculos?
b) ¿Cuánta diferencia produce?
c) ¿Por qué son diferentes los días solar y sideral?
5.5. Partiendo de las ecuaciones (5.8) y (5.9). obténganse las relaciones siguientes para la atmós­
fera adiabática:

en donde los subíndices 1 y 2 pueden representar dos lugares cualesquiera en la atmósfera.


Se puede demostrar que

en donde k es la relación de los calores específicos; con frecuencia se ven estas ecuaciones
escritas con esa sustitución. En algunos textos se usa y en donde aquí se ha puesto k.
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 113

5.6. a) ¿A qué altura la ecuación para una atmósfera adiabática (problema 5.5) indica que la tem­
peratura del aire sería de 0 K? Supóngase una temperatura en la superficie de 15°C = 59°F.
b) ¿Cuál es el significado físico de esta predicción?
c) ¿Cuál es la presión que se predice para esta altitud?
5.7. Para la "atmósfera estándar" que se ilustra en la figura 5.5, efectúense los cálculos siguientes:
a) Dedúzcase la relación presión-altura para la troposfera.
b) Calcúlese la presión en la frontera tropósfera-estratósfera.
c) Dedúzcase la relación presión-altura para la estratosfera.
5.8. Con aplicación de la figura 5.6, preséntense las ecuaciones para T0 ± ΔT como función de
(z0 ± Δz), para los tres gradientes verticales de temperatura que se muestran.
5.9. Repítase el cálculo del gradiente vertical de temperatura de un gas perfecto y adiabático para
un gas que sea 1.15% molar de agua; el agua no se condensa. La capacidad calorífica molar
Cp, del vapor de agua puede tomarse como 4.1R. ¿Qué tan grande es el error que se comete al
ignorar esta agua cuando se calcula el gradiente adiabático vertical de temperatura?
5.10. a) Demuéstrese que, cuando se condensa la humedad en una porción de aire, la densidad de
la mezcla resultante de aire-agua es menor que la densidad de la porción original, de modo
que esa condensación siempre hace que la porción de aire responda más al empuje. Su­
gerencias: elíjanse 1 mol de vapor de agua y n moles de aire. Para esa mezcla, la densidad
(es decir, masa/volumen) es

P1 =

Después de que se ha condensado el mol de agua, la densidad es

P2 =

En seguida, demuéstrese que

T2 =

Sustitúyase esta expresión en la ecuación para p2, plantéese la relación p2/p1 y simplifíquese.
Se encontrará que esta relación siempre es menor que 1 si

>1

A continuación, evalúese esta desigualdad aplicando los valores siguientes: Δhcαndensación, agua
= 45.0 kJ/mol, Cp aire = 33.8 J/mol K, T1 = 273 K.
b) ¿Se puede aplicar el mismo razonamiento, y el resultado es el mismo, cuando el agua lí­
quida se convierte en hielo?
5.11. Dedúzcase la ecuación para el gradiente adiabático vertical de temperatura en húmedo. Co­
miéncese suponiendo que el sistema de 1 mol de aire y X moles de vapor de agua se elevan
adiabáticamente una distancia dz. Conforme se eleva, cambiarán P, T y X. Supóngase que el
volumen del líquido formado al condensarse parte del agua es despreciable, de modo que
V = (1 + X)- (A)
Entonces, con base en la ecuación de la propiedad termodinámica, demuéstrese que, para cual­
quier proceso adiabático reversible intermitente,
db = - P dV (B)
114 CAPÍTULO 5

y que, a partir de un balance de energía en el mismo sistema,


dU = (1Cv aire + XC vagua) dt + Δuccondensación de agua dx (C)
Elimínese dU entre las ecuaciones (B) y (C). Derívese la ecuación (A), sustitúyase dV en la
ecuación resultante y simplifíquese hasta

RT(1 + X) (Cv, aire + XCv, agua )dT + Δu condensación, aguadx (D)

(E)

Verifiquése al hacer X igual a cero y ver si el resultado es igual a la ecuación (5.9).


La ecuación (E) es la ecuación completa. Para la mayor parte de las situaciones afuera de
los trópicos, X < 1, de modo que se puede ignorar la X en las expresiones (1 + X), pero no en
la dX/dz. Hágase esa simplificación y varias simplificaciones termodinámicas, a continuación
úsese la ecuación (5.9) para obtener

(5.11)
adiabático, seco
5.12. Con base en la descripción de las velocidades del viento en la mañana y en la tarde, dada en
la sección 5.4.1, dése una explicación de por qué los ocasos son más rojizos que los amane­
ceres. Dése una explicación de por qué la mayor parte del tiempo se puede mirar en forma
directa una puesta de Sol durante un instante, sin que cause dolor, pero prácticamente nun­
ca se puede mirar su salida, sin dolor (¡o algún daño permanente en los ojos!).
5.13. En la mayor parte de las islas hawaianas no existen carreteras en torno al lado noreste, por­
que los acantilados frente al océano que existen allí son demasiado empinados para la cons­
trucción de esas carreteras. Dése una explicación de por qué sólo se tienen estos acantila­
dos empinados en los lados del noreste.
5.14. ¿Por qué los alisios tienen ese nombre?
5.15. Si las porciones separadas de aire que se mueven en el hemisferio norte cambian de direc­
ción hacia su derecha (véase la figura 5.2), ¿por qué una región hacia la que fluye aire en for­
ma radial (un sistema de baja presión, una tormenta tropical, un tornado o un remolino) gira
en sentido contrario al movimiento de las manecillas del reloj? Trácese una vista desde
arriba, mirando hacia abajo el centro de la región de baja presión. Trácese primero sin la fuer­
za de Coriolis, en cuyo caso las líneas de flujo que entran serían rectas. Agréguese a conti­
nuación la curvatura debida a la fuerza de Coriolis.
5.16. Un meteorologista al analizar un huracán que rompía un récord dijo: "Tenía una presión de
850 mb en el centro, ¡de modo que tenía vientos de 250 millas/h!"'. Dése una explicación
de esta afirmación en términos de la ecuación de Bernoulli.

BIBLIOGRAFÍA
1 . Hasse, L. y F. Dobson: Introductory Physics of the Almosphere and Ocean, D. Reidel, Dortrecht.
Netherlands, p. 11, 1986.
2. "U.S. Standard Atmosphere, 1976", National Oceanic and Atmospheric Administration, U.S.
Government Printing Office, Washington, DC, 1976.
3. Battan, L. J.: Fundamentals of Meteorology, 2a. ed., Prentice-Hall, Englewood Cliffs, NJ. p. 179,
1984.
4. Holzworth, G. C: "Mixing Heights, Wind Speeds, and Potential for Urban Air Pollution throughout
METEOROLOGÍA PARA LOS INGENIEROS EN CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 115

the Contiguous United States", U.S. Environmental Protection Agency, Report AP-101, U.S.
Government Printing Office, Washington, DC, 1972.
5. Hasse, L, y F. Dobson: op. cit.: p. 22.
6. Trefil, J.: Meditations at Sunset: A Scientist Looks at the Sky, Scribners, New York, pp. 73-88, 1987.
7. Ruffncr, J. A.: Climates of the States, Vols. 1 y 2, 2a. ed., Gale Research Company, Detroit, MI,
1980.
8. Chicago adquirió su reputación de "La Ciudad de los Vientos" en la década de 1920, cuando la ma-
yor parte de las estaciones de la U.S. Weather Bureau (Oficina Meteorológica de E.U.) se encon-
traban ubicadas en el centro de las ciudades. A medida que en las ciudades se construyeron edificios
cada vez más altos, la Weather Bureau puso sus medidores del viento en edificios cada vez más al-
tos, para alejarlos de los efectos de los mismos. Hubo un periodo cuando Chicago tuvo la velocidad
promedio más alta del viento, de la que se haya informado, que cualquier ciudad importante. Tam-
bién tenía su medidor de la velocidad del viento más alto que cualquier otra ciudad en esa época.
Agradezco a Herschel Slater esta interesante parte de la historia,
9. Oke, T. R.: Boundary Layer Climates, 2a. ed., Methuen, London, p. 311, 1987.
10. Atkinson, B. S.: Dynamical Meteorology, Methuen, London, 1981.
11. Slade, D. H.: Meteorology and Atomic Energy 1968, TID-24190, National Technical Information
Service, Washington, DC, 1968.
12. Wanta, R. C. y W. P. Lowry: 'The Meteorological Setting for Dispersal of Air Pollutants", en A. C.
Stern (ed.), Air Pollution, 3a. ed., Academic Press, New York, 1976.
I
MODELOS
DE CONCENTRACIÓN
DE LOS CONTAMINANTES
DEL AIRE

6.1 INTRODUCCIÓN
En la mayor parte de los países industriales, la legislación sobre la contaminación del aire
se basa en algún tipo de concentración permitida de contaminantes (la NAAQS en Esta­
dos Unidos). Para planear y poner en práctica programas de control de la contaminación
del aire diseñados para cumplir con los requisitos expresados en estas leyes, se deben
predecir las concentraciones en el aire ambiente, las cuales serán resultado de cualquier
conjunto planeado de emisiones. Incluso si no se aplicara este tipo de legislación sobre la
contaminación del aire, es probable que se aplicaría alguna otra clase de legislación que
hiciera cierto uso de predicciones de las concentraciones de contaminantes en el ambien­
te. Estas predicciones se hacen por vía de los modelos de concentración de los contami­
nantes.
El modelo perfecto de concentración de contaminantes del aire permitiría predecir las
concentraciones que resultarían de cualquier conjunto especificado de emisiones de con­
taminantes, para cualesquiera condiciones meteorológicas especificadas, en cualquier lu­
gar, durante cualquier periodo, con confianza total en la predicción. Los mejores modelos
con los que se cuenta en la actualidad se encuentran lejos de este ideal. En este capítulo
se consideran tres clases de modelos, principiando con el más sencillo (y el menos confiable)
y prosiguiendo con el más complejo (y más confiable). Todos los modelos son simplifica­
ciones de la realidad, lo que conduce a creer que "todos los modelos son erróneos; algu­
nos modelos son útiles". Los modelos de este capítulo son útiles.
Todos los modelos que se presentan aquí (y también casi todos los demás) son senci­
llos balances de materiales. Un balance de materiales es una contabilidad en la que se apli­
ca la ecuación general del balance a alguna especie. En nuestro caso, la especie de la que
se está dando cuenta es el contaminante del aire en estudio. La ecuación general del ba­
lance se aplica a algún conjunto especificado de fronteras y se puede escribir como sigue:

Velocidad de todos los gastos todos los gastos


acumulación de entrada , de salida
velocidad velocidad de (6.1)
de creación destrucción

117
118 CAPITULO 6

En esta forma parece bastante abstracta; en los modelos que se analizan en las secciones
que siguen, se verá su aplicación concreta.
Todos esos modelos se aplican a un contaminante del aire a la vez. La mayor parte de
los modelos se pueden usar para varios contaminantes diferentes, pero se deben aplicar
por separado a cada uno. Ninguno de los modelos que se presentan aquí se aplica a la
"contaminación del aire en general".

6.2 M O D E L O S DE CAJA F I J A
Considérese una ciudad rectangular, como se muestra en la figura 6.1. Con el fin de calcu­
lar la concentración del contaminante del aire, con aplicación de la ecuación (6.1), en esta
ciudad, se establecen las importantes hipótesis simplificadoras que se dan a continuación:

1. La ciudad es un rectángulo con dimensiones W y L, y con uno de sus lados paralelos a


la dirección del viento.
2. La turbulencia atmosférica produce el mezclado completo y total de los contaminantes
hasta la altura de mezclado H, y no hay mezclado por encima de esta altura.
3. Esta turbulencia es bastante fuerte en la dirección contra el viento, de modo que la
concentración del contaminante es uniforme en el volumen completo de aire que está
sobre la ciudad y no a más altura, en el lado en la dirección del viento y en el lado
contra el viento. Esta hipótesis es bastante contraria a lo que se observa en la natura­
leza, pero permite una gran simplificación del aspecto matemático.
4. El viento sopla en la dirección x con velocidad u. Esta velocidad es constante e inde­
pendiente del tiempo, lugar o elevación por encima del suelo. También esto es contra­
rio a la observación; la velocidad del viento aumenta con la elevación. En lo que sigue
se usa la u promedio entre aquélla al nivel del suelo y la correspondiente a la altura H.
5. La concentración del contaminante en el aire que entra a la ciudad (en x = 0) es cons­
tante e igual a b [b por concentración "de fondo" (background en inglés), un término

Ciudad

Velocidad del viento u

FIGURA 6.1
Ciudad rectangular, en la que se indica el significado de los símbolos usados
en el modelo de caja fija.
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 119

pedido prestado del campo nuclear porque muchos de los meteorologistas especialis­
tas en contaminación del aire vinieron de allí]. En este modelo, y en la mayor parte de
este capítulo, las concentraciones suelen darse en g/m3 o microgramos/m3 (1 microgra-
mo= 10-6g).
6. El índice de emisiones del contaminante del aire de la ciudad es Q (normalmente expre­
sado en g/s). Lo normal es que éste se dé como un índice de emisiones por unidad de
área, q, en g/s • m2. Se puede convertir uno en el otro por medio de
Q = qA (6.2)
en donde A es el área de la ciudad, la cual es igual a W multiplicado por L, en este caso.
Este índice de emisiones es constante y no cambia con el tiempo.
7. Ningún contaminante sale o entra por la parte superior de la caja, ni por los lados que
no sean paralelos a la dirección del viento.
8. El contaminante en cuestión tiene una duración suficiente en la atmósfera como para
que la velocidad de destrucción de la ecuación (6.1) sea cero (véase la sección 6.6).

Con estas hipótesis, ahora se pueden evaluar todos los términos de la ecuación (6.1).
Se elige el volumen WLH como el sistema. Debido a que todas las hipótesis indican que
los flujos y los índices de emisiones son independientes del tiempo, se ve que ésta es una
situación de estado estacionario en la que nada está cambiando con el tiempo. Para cual­
quier situación de estado estacionario, en cualquier aplicación de la ecuación general del
balance (6.1), la velocidad de acumulación es cero, de modo que el término a la izquierda
del signo igual es cero.
Se puede tratar el índice de emisiones Q como un índice de creación o como un flujo
hacia el interior de la caja a través de su cara inferior. Cualquiera de las dos concepciones
da exactamente el mismo resultado; en la literatura de la contaminación del aire, es más
común tratarlo como un flujo a través de la cara inferior, de modo que se fijará la velocidad
de creación igual a cero. De este modo, la ecuación (6.1) se ha simplificado hasta

todos los gastos todos los gastos


0= (6.3)
de entrada de salida
Se tienen dos gastos de entrada. El gasto de entrada del contaminante hacia adentro
de la cara contra el viento de la ciudad es
Gasto de entrada = uWHb (6.4)
Los primeros tres símbolos constituyen el volumen de aire que cruza la frontera contra el
viento del sistema por unidad de tiempo; el estudiante puede verificar que uWH tiene di­
mensiones de volumen/tiempo. Multiplicándolo por una concentración (masa/volumen),
se obtiene un gasto másico (masa/tiempo).
El segundo gasto de entrada es el del contaminante emitido por la ciudad hacia el
interior por la frontera, o cara, inferior del sistema,
Gasto de entrada = Q = qWL (6.5)
Según las hipótesis precedentes, la concentración en la ciudad completa es constante
e igual a c. (En este texto, se usa c para denotar la concentración; en la literatura más
antigua sobre contaminación del aire es más frecuente el uso de una X. La única manera
120 CAPÍTULO 6

en la que el contaminante sale del sistema es por el flujo hacia afuera a través de la cara en
la dirección del viento. El gasto de salida se expresa por la ecuación
Gasto de salida = uWHc (6.6)
Si se sustituyen estas expresiones en la ecuación (6.1) y se despeja c, se encuentra:

c = b+ (6.7)
que es el sencillo modelo de caja fija.

Ejemplo 6.1. Una ciudad tiene la siguiente descripción: W = 5 km, L = 15 km, u=3 m/s, H =
1000 m. La concentración contra el viento, o de fondo, de monóxido de carbono es b -
5 μg/'m3. El índice de emisiones por unidad de área es q = 4 x 10-6 g/s • m2. ¿Cuál es la
concentración c de monóxido de carbono sobre la ciudad?
Por sustitución directa en la ecuación (6.7), se encuentra

c =

= 5 + 20 =

En los demás capítulos de este libro, los ejemplos se presentan tanto en unidades
inglesas como métricas. Sin embargo, en Estados Unidos, en los modelos de contamina­
ción del aire casi siempre se usan unidades métricas, de modo que, en este capítulo, todos
los ejemplos se darán en estas últimas unidades.
En el ejemplo 6.1 se ve que la ecuación (6.7) se aplica con sencillez. Es posible que el
lector ya haya observado que W no entra en el cálculo ni influye en el resultado. Esto es
razonable para el modelo elegido; si se duplica el ancho de la ciudad, manteniendo q cons­
tante, no cambiaría c.
Resulta claro que la (6.7) es una gran simplificación de lo que en realidad ocurre en la
naturaleza. Sin embargo, entran todas las variables importantes, con los signos y poten­
cias correctos. Con corrección indica que la concentración en contra del viento, para un
contaminante de larga duración, es aditiva a la concentración producida por la ciudad, y
que esta última aumenta al incrementarse q y L, y disminuye al aumentar u y H.
Con mucho, la peor de las hipótesis antes planteadas es la tercera: que las concentra­
ciones en los bordes contra el viento y en la dirección de éste de la ciudad son las mismas.
Holzworth [1] planteó una forma un tanto más compleja de la ecuación (6.7), al reemplazar
esta hipótesis con una más realista.
La segunda peor hipótesis es la de que las emisiones están uniformemente distribui­
das sobre el área de la ciudad (es decir, q es constante sobre toda la ciudad). Si, en efecto,
se tiene un mezclado perfecto adentro de la caja, esta hipótesis no marca diferencia algu­
na. Pero si se elimina la hipótesis de mezclado perfecto, esta hipótesis de emisiones unifor­
mes se convierte en la peor. Con frecuencia se tiene información sobre la variación de q de
un lugar a otro de la ciudad. Por ejemplo, se supondría que, para la mayor parte de los
contaminantes, q es bajo en los suburbios y mucho más alto en las zonas industriales.
Hanna [2] ha presentado una modificación del sencillo modelo de la caja que incorpora las
mismas ideas presentadas por Holzworth f 1] y también permite dividir la ciudad en subzonas
y aplicar un valor diferente de q a cada una.
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 121

El sencillo modelo de caja fija de la ecuación (6.7) y sus modificaciones, así como la
mayor parte de los otros presentados en el capítulo, predicen concentraciones para sólo
una condición meteorológica específica. Para hallar la concentración promedio anual de
algún contaminante, se tendría que utilizar la distribución de frecuencias de diversos valo­
res de la dirección del viento, u, y de H, calcular la concentración, con base en la ecuación
(6.7), para cada valor y, a continuación, multiplicar por la frecuencia y sumar, con el fin de
hallar el promedio anual; es decir,

Concentración concentración frecuencia de


promedio para esa condición ocurrencia de esa
cond. meteorológica (6.8)
anual sobre todas las
condiciones meteorológica ,
meteorológicas

Ejemplo 6.2. Para la ciudad del ejemplo 6.1, las condiciones meteorológicas descritas (u =
3 m/s, H= 1000 m) se presentan el 40% del tiempo. Durante el 60% restante, el viento sopla
formando ángulos rectos con la dirección que se muestra en la figura 6.1, con una veloci­
dad de 6 m/s y la misma altura de mezclado. ¿Cuál es la concentración promedio anual de
monóxido de carbono en esta ciudad?
En primer lugar, se encuentra la concentración para la otra condición meteorológica,
con aplicación de la ecuación (6.7). Obsérvese que el desplazamiento de la dirección del
viento ha intercambiado los valores de W y L (véase la figura 6.1). De este modo,

5000 m
(6m/s)(1000m)

Si se usa este valor, más el del ejemplo 6.1, en la ecuación (6.8), se encuentra

Concentración
promedio
anual
Hacer una aplicación realista de la ecuación (6.8) requiere sumar sobre cientos de con­
diciones meteorológicas y sus correspondientes índices de emisiones, en lugar de las dos
del ejemplo 6.2. En las ciudades en donde la fuente principal de partículas es la combus­
tión para la calefacción doméstica, el índice de emisiones por unidad de área es mucho
más elevado en el invierno que en el verano. Los índices de emisiones de otros contami­
nantes varían de una hora a otra y de un día a otro. Las emisiones relacionadas con los
automóviles son mucho más altas durante las horas de traslados de un lado a otro que a
media noche. Regularmente, se modifica la ecuación (6.8) para tomar en cuenta estas varia­
ciones en el índice de emisiones.
De manera análoga, si se desea aplicar esta ecuación para hallar la situación en que se
tendrá la concentración más elevada, es necesario conocer la velocidad del viento, la di­
rección de éste, la altura de mezclado y la concentración en contra del viento (de fondo)
que correspondan a este peor caso. No siempre se cuenta con esta información. Encara­
dos con este problema, los primeros investigadores en el tema de la contaminación del aire
(principalmente Larsen [3]) propusieron una forma más sencilla de la ecuación (6.7). Si en
la (6.7), se mantienen constantes u, L y H, se puede representar como se muestra en la
figura 6.2.
122 CAPÍTULO 6

Concentración de fondo, b
FIGURA 6.2
Representación gráfica de la ecuación (6.7), en donde LIuH
es constante.
índice de emisiones, q, g/s • km2

En esta gráfica se hace ver que, si la situación meteorológica es constante, la concen­


tración es igual a la concentración en contra del viento b más la concentración debida a la
ciudad, la cual es proporcional al índice de emisiones de la misma. Si, por ejemplo, la con­
centración es c1 con índice de emisiones q1, y se desea reducir la concentración hasta c2,
es posible calcular con facilidad el índice permisible de emisiones q2, a partir de la ecua­
ción (6.7), como
q2 = (6.9)

Sin embargo, si se conocen q1, y c1, se puede escribir una ecuación por completo análoga
para q1 y despejar uHIL. Si, a continuación, se sustituye ese valor de uHIL en la ecuación
(6.9) y se reacomoda, se encuentra

(6.10)

En este planteamiento no aparecen los parámetros meteorológicos; se han supuesto cons­


tantes entre la situación presente (c1, q1) y la situación futura (c2, q2) y, por consiguiente,
se eliminan.
Si las concentraciones actuales medidas del contaminante sobrepasan la norma apli­
cable, entonces se deben hacer c2 y q2 menores que c1 y q1 Con base en la ecuación (6.10),
se puede calcular la reducción fraccionaria que se necesita en el índice, o sea,

Reducción fraccionaria (q1-q2) (c2-b) (c1-c2)


en el índice de emisiones. (c 1 -b) (c 1 -b)

Ejemplo 6.3. En Estados Unidos, la norma de calidad del aire ambiente para las partículas
(TSP), en 1971, fue un promedio anual de 75 μg/m3 (revisada cuando se cambió de TSP a
PM10, véase la tabla 2.3). En 1970, la concentración promedio anual de partículas, medida
en una estación de monitoreo en el centro de Chicago, fue de 190 μg/m3. La concentración
de fondo se estimó que era de 20 μg/m3. ¿En qué porcentaje tendría que reducirse el ín­
dice de emisiones de partículas, por debajo del nivel de 1970, para cumplir con la norma de
calidad del aire ambiente de 1971?
Si se aplica la ecuación (6.11), se encuentra

Reducción fraccionaria (190-75)


= 0.67 o sea 67%
en el índice de emisiones. (190-20)
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 123

La ecuación (6.11), así como las diversas variantes de ella, se conocen en la literatura
sobre la contaminación del aire en E.U. como el modelo proporcional o la ecuación de
repetición. Se ha usado con amplitud para calcular la reducción necesaria en los índices
de emisiones para cumplir con las normas de calidad del aire ambiente. Sus ventajas son
que es sencilla y que, normalmente, requiere datos de entrada de los que se dispone con
facilidad. Sin embargo, es una gran simplificación de una situación básicamente compleja
y es improbable que dé predicciones exactas, excepto en casos especiales [4]. Además,
como se vio en el ejemplo 6.3, la ecuación tiende a predecir que se necesitarán altos por-
centajes en la reducción. En general, los modelos más complejos no hacen esta predicción.
Por tanto, este modelo se aplica con mayor frecuencia para ciudades con problemas me-
nos graves que los de Chicago.
Otro inconveniente de todos los modelos de caja fija es que no hacen distinción entre
grandes números de pequeñas fuentes que emiten sus contaminantes con bajas elevacio-
nes (automóviles, casas, pequeña industria, quemado de basura, etc.) —llamadas fuentes
de área— y el pequeño número de fuentes grandes que emiten cantidades mayores por
fuente, con elevaciones mayores (plantas generadoras, fundidoras, plantas cementeras, etc.)
—llamadas fuentes puntuales—. Sencillamente, tanto las fuentes grandes como las peque-
ñas se suman para hallar el valor de q. Existe una amplia evidencia de que, en la mayor
parte de las circunstancias, si se eleva el punto de liberación del contaminante se dismi-
nuirá la concentración al nivel del suelo debida a esa fuente, en la región cercana a la
misma, aun cuando puede aumentar la concentración más lejos. No existe manera de tratar
con este inconveniente en los modelos de caja fija.
¿Qué nos dice la ecuación (6.7) de lo que se puede hacer respecto a la contaminación
del aire en una ciudad determinada? Para una ciudad existente, nada se puede hacer acerca
de u, H y L. Si se está planeando una nueva ciudad, se debe trazar para que sea larga y
angosta, perpendicular a la dirección del viento (L tan pequeña como se pueda), o bien,
escoger un lugar en donde H y u sean grandes. Estas selecciones minimizarán la concen-
tración de contaminantes del aire. (En general, eso significa que no se ponga la ciudad en
un valle; muchas de las ciudades importantes están en valles.) Para una ciudad existente,
las variables manipulables son b y q. Se puede reducir b al hacer que nuestros vecinos en
la dirección contra el viento reduzcan sus emisiones. Para reducir q, se deben reducir nues-
tras propias emisiones.

6.3 MODELOS DE DIFUSIÓN


En la literatura sobre la contaminación del aire, esta clase siguiente de modelos suele lla-
marse modelos de difusión. La mayor parte de los ingenieros los llamarían modelos de dis-
persión, porque los ingenieros reservan la palabra difusión para la difusión molecular, que
no es el mecanismo principal descrito por estos modelos. Empero, el nombre antes dado es
tan común que se usará en este texto.

6.3.1 Idea gaussiana de la columna de humo


En la mayor parte de los modelos de difusión se aplica la idea gaussiana de la columna de
humo, que también es un modelo de balance de materiales. En él, se considera una fuente
puntual, como la chimenea de una fábrica (que en realidad no es un punto, sino un área
pequeña que se puede considerar satisfactoriamente en forma aproximada como si fuera
un punto), y se intenta calcular la concentración en la dirección del viento que resulta de
la misma. En la figura 6.3 se muestran la representación esquemática y la nomenclatura, en
124 CAPÍTULO 6

z = H sobre la linea central


de la columna de humo

x=y = z = 0 en la base de la chimenea

FIGURA 6.3
Sistema de coordenadas y nomenclatura para la idea gaussiana de la columna de humo.

donde el origen del sistema de coordenadas se coloca en la base de la chimenea, con el eje
x alineado en la dirección del viento. La corriente de gas contaminado (normalmente llama­
da columna de humo) se muestra elevándose desde la chimenea y, después, nivelándose
para viajar en la dirección x y dispersándose en las direcciones y y z a medida que se
desplaza.
Lo normal es que esas columnas de humo suban una distancia considerable por enci­
ma de la chimenea, porque son emitidas a temperaturas más elevadas que la atmosférica y
con una velocidad vertical. Para los cálculos de la columna de humo gaussiana, se supone
que esa columna se emite desde un punto con coordenadas (0, 0, H), en donde H es la
altura efectiva de la chimenea, la cual es la suma de la altura física de la chimenea (h en
la figura 6.3) y la altura de la columna de humo (Ah en la figura 6.3). Se puede determinar
la altura física de la chimenea, para cualquier planta existente, con instrumentos comunes
de medición. La altura de la columna de humo se analiza en la sección 6.4. Por el momento,
se supondrá que se está tratando con una fuente puntual ubicada en (0, 0, H) que emite en
forma estacionaria un contaminante no sujeto a fuerza de empuje ascendente, con un índi­
ce de emisiones Q (normalmente en g/s). Supóngase que el viento sopla en la dirección x
con una velocidad u y que esta velocidad es independiente del tiempo, lugar o elevación.
El problema es calcular la concentración debida a esta fuente en cualquier punto (x,y, z)
para x > 0.
Si la difusión molecular fuera la única que causara el mezclado de la columna de humo
con el aire circundante, esa columna se dispersaría con lentitud y se vería (si el contami­
nante es visible) como una delgada veta que se mueve derecho hacia el cielo (véase el
problema 6.28). La causa real de la dispersión de las columnas de humo es el mezclado
turbulento a gran escala que existe en la atmósfera, el cual se puede observar al comparar
una instantánea de una columna con una exposición de tiempo de la misma (Fig. 6.4). En
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 125

Instantánea Exposición de tiempo

FIGURA 6.4
Comparación de una exposición instantánea y una de tiempo de una columna visible de humo.

cualquier instante, la columna parecerá tener una forma torcida, semejante a una serpiente,
a medida que se mueve hacia el cielo. El comportamiento de irse retorciendo es causado
por el movimiento turbulento de la atmósfera que se sobrepone al movimiento lineal a gran
escala de la columna de humo causado por el viento horizontal. Este movimiento turbulen-
to es de naturaleza aleatoria, de modo que una instantánea tomada unos cuantos minutos
después de la primera mostraría los torcimientos y vueltas en lugares diferentes, pero la
forma global sería similar. No obstante, el tiempo promedia estas variaciones de corta dura-
ción de la columna de humo y, de este modo, una exposición de tiempo aparece bastante
uniforme y simétrica. Por esta razón, si se coloca un medidor de concentración de contami-
nantes en algún punto fijo en la columna, se vería que la concentración oscila en una for-
ma regular en torno a algún valor promedio. El enfoque de la columna de humo gaussiana
trata de calcular sólo ese valor promedio, sin hacer alguna afirmación acerca de los valores
instantáneos. Los resultados obtenidos por los cálculos de la columna de humo gaussiana
deben considerarse sólo como promedios durante periodos de por lo menos 10 minutos y,
de preferencia, de media hora.

6.3.2 Deducción de la columna de humo gaussiana


Para deducir la fórmula de la columna de humo gaussiana, en primer lugar se tomará el
punto de vista de una persona que viaja junto con el aire, el punto de vista lagrangiano.
Desde este punto de vista, la tierra parece estar pasando por debajo, de modo muy seme-
jante a como parece que la tierra pasa por debajo de una persona que va en un avión. Se
principia yendo contra el viento de la chimenea desde la cual se emite el contaminante, de
modo que se dirá que la concentración inicial del contaminante es cero (b = 0). (Si b > 0,
debe sumarse el valor de b al valor calculado aquí, para obtener la mejor estimación de la
concentración atmosférica.) Al pasar directamente sobre la chimenea, se pasa hacia una
región de alta concentración. Esta alta concentración se localiza en un delgado hilo de aire
contaminado que pasa directamente sobre la chimenea. Una vez que se ha pasado por la
chimenea, se verá que este hilo de aire contaminado se expande por el mezclado turbulento.
Para averiguar cómo se expande por el mezclado turbulento, se llevará a cabo un ba-
lance de materiales en torno a algún pequeño cubo del espacio cercano al centro de la
columna de humo. En la figura 6.5 se muestran las dimensiones de este pequeño cubo.
Considérese un material que no se ha creado ni destruido en la atmósfera, de modo que
126 CAPÍTULO 6

FIGURA 6.5
Dimensiones del cubo usado para el balance de
materiales.

los dos términos de la extrema derecha de la ecuación (6.1) son cero. Los términos restan­
tes son

Velocidad de todos los gastos todos los gastos


(6.12)
acumulación de entrada de salida

La velocidad de acumulación es la derivada respecto al tiempo de la cantidad contenida, la


cual es el producto de la concentración y el volumen. Pero el volumen del cubo no está
cambiando con el tiempo, de modo que

Velocidad de acumulación = (6.13)

No se tiene flujo masivo (es decir, convección) hacia adentro o hacia afuera del cubo que
se está considerando, porque el cubo se está moviendo con la velocidad local del viento.
Sin embargo, se tienen flujos a través de las seis caras del cubo, debido al mezclado turbu­
lento. No se tiene una imagen, física o matemática, clara y completa del aspecto complejo
del mezclado turbulento, pero se puede tener una aproximación al decir que el flujo del
material que se está mezclando a través de cualquier superficie se expresa por

razón respecto al tiempo del


Flujo = (6.14)
flujo másico por unidad de área

en donde c = concentración
n = distancia en la dirección considerada (normalmente x, y o z)
K = coeficiente de dispersión turbulenta
En virtud de que el flujo debe tener unidades de masa/tiempo • área (por ejemplo, g/s • m2)
y ∂c/∂n tiene dimensiones de masa/longitud4, K debe tener dimensiones de longitud2/tiem-
po, por ejemplo, m2/s. Esta dimensión es la misma que para la difusividad molecular o la
difusividad térmica, y se verá que las ecuaciones que se den tienen la misma forma que las
ecuaciones para la conducción del calor o la difusión molecular de masa. Esto en realidad
no indica que los procesos sean los mismos; en lugar de ello, hacen ver que se han forza­
do las ecuaciones para que se ajusten al molde de las del calor y de la difusión de masa, al
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 127

elegir la forma que se muestra en la ecuación (6.14) para representar la dispersión turbulen­
ta. El signo menos en la (6.14) indica que el flujo es de la concentración alta hacia la baja.
El cubo considerado tiene dos caras que miran en la dirección x; la que queda con el
frente hacia el lector (en la figura 6.5) mira en la dirección x negativa, y la otra, en el lado
alejado del cubo, mira en la dirección x positiva. Cada una de estas caras tiene el área Δy
Δz. Al aplicar la ecuación (6.14) por dos veces, se puede ver que el flujo neto de masa, por
la difusión turbulenta a través de estas dos caras, se puede describir como

Flujo neto hacia el cubo


Ay Δz (6.15)
en la dirección x

en donde el primer término representa el flujo hacia adentro a través de la cara más cercana
al lector y el segundo representa el flujo hacia afuera a través de la cara alejada del lector.
Mediante el mismo procedimiento, se pueden escribir los términos para las otras cuatro
caras, lo que proporciona dos términos que comprenden ∂cl∂z y dos que comprenden
∂cl∂y. Estos seis representan los flujos hacia adentro o hacia afuera, a través de las seis
caras, por el mezclado turbulento. Con base en la ecuación (6.12), se sabe que su suma es
igual a la velocidad de acumulación, ecuación (6.13). Ahora se sustituyen las ecuaciones
(6.13), (6.15) y las dos análogas en la (6.12) y se dividen los dos miembros entre Δx Ay Δz,
para encontrar

(6.16)

Pero

(6.17)

de modo que, si se toma el límite de un cubo infinitesimalmente pequeño, la ecuación (6.16)


queda

(6.18)

Ésta es la ecuación para la conducción del calor en un sólido, en donde se ha dado un


nuevo nombre a las variables. La reacción inmediata es extraer el factor K como común a
los tres términos del segundo miembro, pero los datos experimentales indican que, para la
difusión turbulenta en la atmósfera, los valores de K en las tres direcciones no son los
mismos. Por consiguiente, en las ecuaciones subsiguientes, se escribirán las tres K como
Kx Ky y Kz respectivamente.
128 CAPÍTULO 6

6.3.2.1 Dispersiones unidimensional, tridimensional y tridimensional. La ecuación de


la columna de humo gaussiana se aplica por lo regular a la dispersión de contaminantes en
una, dos o tres dimensiones. Para ver de qué manera surgen estas tres aplicaciones y se
desarrollan las matemáticas, es necesario considerar la aplicación de la ecuación (6.18) a
las dispersiones unidimensional, bidimensional y tridimensional. En la figura 6.6 se tiene
una ilustración intuitivamente fácil de estos tres tipos de dispersiones.
En la figura 6.6, si el gotero deposita X g de solución de tinte instantáneamente en el
origen (x = y = z = 0) en el instante t = 0, entonces se puede resolver para la concentración
de tinte en cualquier lugar y momento, a partir de la ecuación (6.18). Este problema es del
todo equivalente al problema de la "fuente instantánea" en la conducción del calor en sóli­
dos, para el que la solución matemática es bien conocida [5].
Las concentraciones resultantes, calculadas para las dispersiones unidimensional,
bidimensional y tridimensional, son

para una dimensión (6.19)

para dos dimensiones (6.20)

para tres dimensiones (6.21)


Si se comparan estas tres ecuaciones, se ve que al agregar una dimensión de disper­
sión se multiplica el denominador de la fracción del principio por 2(π t)1/2 K1/2 y se suma una
(dimensión2/K) al término exponencial de la derecha. También se observa que, en el origen
(x = y = z = 0), el término exponencial es exp 0 = 1, de modo que estas tres ecuaciones
tienen una fracción al principio, que es la concentración instantánea en el origen, multipli­
cada por un término exponencial (siempre menor que 1) que indica cuánto decrece esa
concentración instantánea al alejarse del origen en una, dos o tres dimensiones. La con­
centración en el origen es proporcional a 1/ V7, para una dispersión unidimensional, a 1//,
para una bidimensional, y a l/t3/2, para una tridimensional.

6.3.2.2 Fumarada gaussiana, dispersión tridimensional. En primer lugar, considérese la


aplicación de este planteamiento a una liberación instantánea de corta duración de conta­
minantes, desde la chimenea que se muestra en la figura 6.3, es decir, en x = y = 0 y z = H,
como podría producirse por una falla momentánea en el equipo de control de la contamina­
ción. La cantidad liberada será X = Q Δt, en donde Q es grande y Δt es pequeño. Si se
introducen estos valores en la ecuación (6.21), se encuentra

(6.22)

en donde t = tiempo desde la liberación = distancia en la dirección del viento del


centro de la nube de contaminantes/velocidad del viento
Δt = duración de la liberación (que se supone pequeña)
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 129

(a)

(b)

FIGURA 6.6
Ilustración de dispersiones
unidimensional, bidimensional y
tridimensional. Con un gotero se ponen
unas cuantas gotas de una solución de
tinte sobre papel secante, a) El papel
tiene la forma de una tira angosta
alineada con el eje x, y la dispersión es en
una dimensión, b) El papel es una hoja
delgada, y la dispersión es en dos
dimensiones, c) El papel es una pila
gruesa de hojas, de modo que la dispersión
(c) ocurre en tres dimensiones.

En la ecuación (6.22), en donde se ha tomado el punto de vista de una persona que viaja
con el flujo, x representa la distancia en la dirección del viento o contra éste al centro de la
nube de contaminantes, que se supone está moviéndose con la velocidad local del viento.
Por tanto, en coordenadas fijas, o sea el punto de vista euleriano, el término x2IKx se re-
emplazaría por un término [x - ut)2IKx. La ecuación (6.22), modificada de este modo, a me-
nudo se conoce como la ecuación de la fumarada gaussiana, porque describe el compor-
tamiento de una "fumarada" de contaminantes.
La ecuación (6.22) sólo se usa en ocasiones en los cálculos para el control de la con-
taminación del aire porque, en general, se tiene mucho más interés en las liberaciones con-
tinuas que en fumaradas. Sin embargo, se aplica con amplitud (en una forma un tanto mo-
dificada) en análisis de seguridad, en donde la fumarada de contaminantes es la nube que
podría emitirse en ciertos tipos posibles en accidentes graves en plantas químicas o nu-
cleares.
130 CAPÍTULO 6

6.3.2.3 Columna de humo gaussiana, dispersión bidimensional. Para hallar la equiva­


lente de estado estacionario de la ecuación (6.22), se hace el balance de materiales para
una delgada capa de aire que se extiende una distancia de 1 m en la dirección x y hasta el
infinito en las direcciones y y z, y que se mueve con la velocidad local del viento (como
una rebanada en especial en una hogaza de pan rebanado que pasa en la dirección larga
de ésta sobre la parte superior de la chimenea). Esta capa transfiere material hacia las ca­
pas que se encuentran inmediatamente en la dirección del viento y contra éste, por disper­
sión turbulenta, pero recibe casi la misma cantidad de material de esas capas, de modo que
la transferencia neta de material desde la capa, en la dirección x, es despreciable y se hace
igual a cero. La suposición de que la transferencia neta de material en la dirección x es
despreciable hace que éste sea un problema de dispersión bidimensional, para el cual se
aplicará la ecuación (6.20). En este caso, el tiempo que tarda la capa en pasar sobre la
fuente puntual supuesta es (1 m/u), de modo que la cantidad de contaminante que se in­
yecta originalmente en la capa que se está considerando es X - Qlu. (El lector puede veri­
ficar que Qlu tiene dimensiones de masa/longitud, es decir, la cantidad inyectada por uni­
dad de longitud del aire que pasa sobre la chimenea.)
Si se aplican estas hipótesis a la ecuación (6.20), se encuentra que

c= (6.23)

en donde los símbolos tienen el mismo significado que antes. Si se hubieran elegido las
coordenadas de modo que la fuente de contaminantes estuviera en algún punto arbitrario,
digamos (x ' , y', z') en lugar de estar en (0, 0, H), entonces los términos en la parte
exponencial de las ecuaciones (6.22) y (6.23) serían (x - x') 2 , ( y - y ' ) 2 , etcétera. La elec­
ción del origen que se hizo simplifica estas expresiones. Se podría elegir que se pusiera el
origen del sistema de coordenadas en la parte superior de la altura de la columna de humo
[lo cual cancelaría la H de las ecuaciones (6.22) y (6.23)], pero la mayor parte prefiere que
z = 0 al nivel del suelo.
Aun cuando la (6.23) sería perfectamente satisfactoria para ser usada, la forma que
aparece en la literatura sobre contaminación del aire se obtiene, por razones históricas, al
hacer las tres sustituciones siguientes:

K0 = (6.24)

Kz = (6.25)

t= (6.26)

en donde σy y σ, se llaman coeficientes de dispersión vertical.* Tienen las dimensiones de

* En este caso, se usan las letras sigmas griegas porque σ aparece en las fórmulas estadísticas en las que se
aplica la distribución gaussiana. De este modo, las sigmas hacen que en este contexto las fórmulas se mi­
ren igual. No hay conexión teórica entre las dos y, con igual propiedad, pudo usarse algún otro símbolo,
pero las sigmas se usan en toda la literatura sobre contaminación del aire. Los valores están basados en
datos experimentales y se dan en las figuras 6.7 y 6.8.
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 131

longitud, por lo común dada en metros. Si se hacen estas sustituciones en la ecuación


(6.23), se encuentra

c=

(6.27)

la cual es la ecuación básica de la columna de humo gaussiana. Este nombre proviene


del hecho de que los términos exponenciales tienen la misma forma que la función de dis­
tribución normal de Gauss, que se aplica con amplitud en estadística. Tiene muchas va­
riantes, unas cuantas de las cuales se verán en los párrafos subsiguientes.

Ejemplo 6.4. Una fábrica emite 20 g/s de S0 2 a la altura H. La velocidad del viento es de
3 m/s. A una distancia de 1 km en la dirección del viento, los valores de σy y σz son 30 m y
20 m, respectivamente. ¿Cuáles son las concentraciones de S0 2 en la línea central de la
columna de humo y en un punto hacia un lado de esa línea y a 20 metros por debajo de
ella?
Los valores en la línea central son aquellos para los que y = 0 y z = H, de modo que
los dos términos en la exponencial son cero. Como exp 0 = 1, el término exponencial es
igual a la unidad. En la línea central

c= =0.00177 =1770

En el punto alejado de la línea central la expresión precedente debe multiplicarse por

exp- =exp-=0.0818

de modo que

c= (0.0818) =

La ecuación básica de la columna de humo gaussiana predice una columna que sea
simétrica con respecto a y y con respecto a z. Por tanto, si se hubiera preguntado por la
concentración 60 m hacia el otro lado y 20 m por arriba de la línea central, se habría obteni­
do la misma respuesta. Valores diferentes de σy y σz significan que la dispersión en las
direcciones vertical y horizontal no son iguales. Lo más frecuente es que σy > σz, de modo
que un contorno de concentración constante tiene el aspecto de una elipse, con el eje
mayor horizontal. Cerca del suelo se perturba esta simetría, como se analizará dentro de
poco.
Para aplicar la ecuación de la columna de humo gaussiana, se deben conocer los valo­
res apropiados de σy y σz Con base en las ecuaciones (6.24) y (6.25), se esperaría que
tengan la forma
132 CAPÍTULO 6

σy = etcétera (6.28)

Sin embargo, si se reconsideran los valores para las K de la ecuación (6.14), se ve que
sencillamente se les ha asignado un valor arbitrario, independiente del comportamiento
atmosférico. Parece razonable suponer que dependerían de la velocidad del viento y del
grado de turbulencia atmosférica, la cual es función de la velocidad del viento y del grado
de calentamiento solar {insolación) y quizá de algunos otros factores. También resulta ra­
zonable suponer que, para cualquier grado dado de insolación, el valor de K será linealmente
proporcional a la velocidad del viento; es decir, Kylu y Kz/u son constantes. De donde, a
partir de la ecuación (6.28) se concluye que, para cualquier condición meteorológica dada,
cada una de las σ debe ser proporcional a la raíz cuadrada de la distancia en la dirección
del viento.
La evidencia experimental no concuerda bien con esta predicción. Los datos de que
se dispone han sido correlacionados por Turner [6] y por otros y se han presentado en la
forma de gráficas de log σy y log σz contra log x. Si los cálculos precedentes fueran correc­
tos, para cada condición atmosférica esas gráficas serían rectas con pendiente 1/2. Las me­
jores correlaciones de los resultados experimentales ilustran que, en esas gráficas, el coefi­
ciente de dispersión horizontal σy. forma una familia de rectas (para diversas condiciones
atmosféricas), pero éstas tienen una pendiente de 0.894, en lugar del 0.5 que era de esperar
con base en la deducción precedente (Fig. 6.7). El coeficiente de dispersión vertical σz for­
ma un patrón con aspecto de abanico, para diversas condiciones atmosféricas (Fig. 6.8).
Los datos experimentales no concuerdan con la teoría simple desarrollada, debido a
que la ecuación que se ha supuesto para el mezclado atmosférico, ecuación (6.14), es de­
masiado sencilla para tomar en cuenta todas las cosas complicadas que en realidad acon­
tecen en la atmósfera, incluso en los días con patrones simples del viento que, aún más,
son los únicos que se han ensayado en las pruebas experimentales de la ecuación (6.27).
Por tanto, se puede decir que la deducción anterior ilustra una manera de obtener un ba­
lance lógico de materiales para la dispersión de un contaminante, desde una fuente pun­
tual, en la atmósfera, sujeto a algunas hipótesis fuertemente simplificadoras; pero que los
valores de σy y σz deben considerarse como cantidades experimentales que todavía no se
pueden calcular apoyándose en la teoría. No obstante, si se aceptan las figuras 6.7 y 6.8
como representaciones adecuadas de los resultados experimentales, se les puede usar, junto
con la ecuación (6.27), para hacer predicciones de las concentraciones en la dirección del
viento, desde fuentes puntuales. En la actualidad, éste es el método que se aplica más
para los cálculos de rutina de la dispersión de contaminantes del aire provenientes de fuentes
puntuales. Los datos experimentales en los que se basan las figuras 6.7 y 6.8 son limitados
y no necesariamente tienen una aplicación directa a las ciudades. La mayor parte de los
datos se tomaron para flujo estacionario de vientos sobre praderas (la Planicie de Salisbury
en Inglaterra y las praderas de Nebraska). Se les utiliza para las ciudades porque no se
tiene algo que sea mejor. Estas gráficas están basadas en mediciones para x ≤ 1 km. Los
valores más allá de esa distancia son extrapolaciones [7]. Sin embargo, la comparación con
experimentos hace ver que las versiones avanzadas de este modelo predicen bastante bien
las concentraciones observadas [8].
Hasta el momento, nada se ha dicho acerca de las líneas marcadas de la A hasta la F
en las figuras 6.7 y 6.8. Éstas corresponden a diferentes niveles de estabilidad atmosférica.
En una mañana clara de un cálido verano, con baja velocidad del viento, el Sol calienta la
tierra, la cual, a su vez, calienta el aire cercano a ella, los que causa que ese aire suba y, de
este modo, mezcle bien los contaminantes. La atmósfera es inestable y los valores de σ, y
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 133

10 000

1 000

100

10

3
0.1 1 10 100
Distancia en la dirección del viento, x, km

FIGURA 6.7
Coeficiente de dispersión horizontal a,, como función de la distancia en la
dirección del viento, desde la fuente, para diversas categorías de estabilidad.
Véase el problema 6.16. (Tomado de Turner [6].)

a. serán grandes. En una noche despejada de invierno, la tierra se enfría por radiación
hacia el espacio exterior y, por consiguiente, enfría el aire cercano a ella. El aire forma una
capa de inversión, lo que hace que la atmósfera sea estable e inhiba la dispersión de los
contaminantes, de modo que los valores de σy y σz serán pequeños.
La estabilidad atmosférica es uno de los temas principales de la meteorología (capítu-
lo 5). En este capítulo, se utilizará la clasificación por categorías de la estabilidad atmosfé-
rica dada por Turner [6], la cual considera sólo la radiación solar entrante y la velocidad
del viento (véase la tabla 6.1). Existen otros sistemas para estimar las o; éste es uno senci-
llo y que se aplica mucho.

Ejemplo 6.5. Estímense los valores de σy y σz en un punto a 0.5 km en la dirección del


viento desde una fuente contaminante, en un día brillante de verano con una velocidad
del viento mayor que 6 m/s. Con base en la tabla 6.1, se concluye que, para un día brillante
de verano, la radiación solar entrante es "fuerte", de modo que se utiliza la categoría C de
134 CAPÍTULO 6

0.1 1 10
Distancia en la dirección del viento, x, km

FIGURA 6.8
Coeficiente de dispersión vertical σz como función de la distancia en la
dirección del viento, desde la fuente, para diversas categorías de estabilidad.
Véase el problema 6.16. (Tomado de Turner [6].)

TABLA 6.1
Clave para las categorías de estabilidad

Día Noche

Radiación solar entrante

Velocidad Fuerte Moderada Ligera Cielo poco


superficial del cubierto Claro o
viento (a 10 m), o nubosidad nubosidad
m/s > 4/8 o < 3/8

0-2 A A-B B — —
2-3 A-B B C E F
3-5 B B-C C D F
5-6 C C-D D D D
> 6 C D D D D
Fuente: Referencia 6
Nota: Se debe suponer la clase neutra D para condiciones de cielo cubierto, durante el día o la noche.
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 135

estabilidad. A continuación, utilizando las figuras 6.7 y 6.8, se lee (para x = 0.5 km) σy, =
56 m y σz = 32 m. (Véase el problema 6.16.)

6.3.3 Algunas modificaciones de la ecuación básica


de la columna de humo gaussiana
6.3.3.1 Efecto de la tierra. En la actualidad, la ecuación (6.27) constituye el método más
sencillo de predicción para la concentración en columnas de humo, a distancias considera-
ble por encima del suelo. Sin embargo, en general se tiene el mayor interés por las concen-
traciones al nivel del suelo, porque es en donde están expuestos la mayor parte de la gen-
te y las propiedades. La aplicación a ciegas de la ecuación (6.27) al nivel del suelo o cerca
de él conduce a resultados engañosamente bajos. Indica que los contaminantes siguen
dispersándose en cualquier valor de z, incluso en z menor que cero. (Si se usa por sí sola,
podríamos continuar el ejemplo 6.4 y calcular la concentración debajo del suelo; el resulta-
do no guardaría relación con lo que se observaría en la naturaleza.)
La tierra sofoca la dispersión vertical. Los remolinos atmosféricos aleatorios, hacia arriba
y hacia abajo, que dispersan la columna de humo en la dirección vertical no pueden pene-
trar en el suelo. Por tanto, la dispersión vertical termina al nivel del suelo. Para tomar esto
en cuenta en los cálculos, es común suponer que cualesquiera contaminantes que habrían
sido arrastrados por debajo de z = 0, si la tierra no estuviera allí, son "reflejados" hacia
arriba, como si el suelo fuera un espejo. De donde, la concentración en cualquier punto se
debe a la propia columna de humo más la que es reflejada hacia arriba desde el suelo. Este
método es equivalente a suponer que una columna de humo, como imagen en espejo, de-
bajo de la tierra transmite tanto hacia arriba, a través de la superficie de ésta como la co-
lumna que está arriba de ella transmitiría a través de esta superficie, si el suelo no estuvie-
ra allí.
Las concentraciones debidas a la columna imagen son exactamente las mismas que
las mostradas por la ecuación (6.27), excepto que se reemplaza (z - H)2 por (z + H)2. Esta
sustitución hace ver que en el suelo, o sea z = 0, tanto la columna de humo principal como
la imagen tienen valores idénticos. Alto en el aire, por ejemplo en z = H, la columna princi-
pal tiene una concentración elevada (exp 0 = 1), en tanto que para la columna imagen [por
ejemplo, exp - 0 / 2 ( 2 H / Σ Z ) 2 ] es un número pequeño. Se obtiene la contribución combinada
de las dos columnas de humo al escribir la ecuación (6.27) y la análoga para la columna
imagen, sumar los valores para las dos columnas y extraer como factores los términos co-
munes, para obtener

Ejemplo 6.6. En el ejemplo 6.4, se calculó la concentración en un punto a 20 metros por


debajo de la línea central de la columna de humo, ignorando el efecto de la tierra. Repítase
el cálculo para los casos en donde H = 20 m y en donde H = 30 m. Para H = 20 m, se está
calculando la concentración en el propio nivel del piso. A partir de la ecuación (6.29), se
ve que, en z = 0, los dos términos entre corchetes del segundo miembro son idénticos y
cada uno es igual al valor que el término tuvo en el ejemplo 6.4. Por consecuencia, la res-
puesta es exactamente el doble que la de la segunda parte del propio ejemplo 6.4; a saber,
145 x 2 = 290 ug/m3. Éste es un resultado general; para z = 0, la ecuación (6.29) siempre da
exactamente el doble que el valor dado por la (6.27).
136 CAPÍTULO 6

Para H= 30 m, se tiene

c=1770

= 1770

= 1770 (0.135)(0.605 + 0.135) = 177 •

Se ve que, en un punto a una distancia por arriba del piso igual a un tercio de la
distancia a la línea central de la columna de humo, la ecuación (6.29) da un valor 22%
mayor que el dado por la (6.27) (en la que no se toma en consideración la reflexión del
suelo).

La ecuación (6.29) es correcta para el nivel del piso o para cualquier elevación arriba
de éste. Para valores grandes de z, la contribución del término en (z + H)2 se vuelve des­
preciable y el resultado es prácticamente idéntico al que se obtiene a partir de la (6.27). Lo
más frecuente es que se tenga interés en las concentraciones al nivel del suelo. Si, en la
(6.29), se hace la sustitución z = 0 y se simplifica, se encuentra

c= exp-0.5exp-0.5 para z=0 (6.30)

Esto se puede considerar como la "modificación al nivel del suelo de la ecuación (6.27),
tomando en cuenta la reflexión en la superficie del mismo", Aun cuando la (6.27) es la
ecuación básica de la columna de humo gaussiana, la (6.30) es la ecuación sencilla para
estimación que se aplica con mayor amplitud, porque se aplica directamente al problema
del máximo interés práctico.
Como hacen ver los ejemplos anteriores, la solución a mano de las ecuaciones (6.27) y
(6.30) es recta y tediosa. Por esta razón, se han encontrado numerosas maneras para sim­
plificar su uso. En este texto sólo se considerará una de ellas que, probablemente, es la
más útil. Para las condiciones y = 0 y z = 0, que corresponden a la recta sobre el suelo,
directamente debajo de la línea central de la columna de humo, se cancela el término
exponencial en y de la ecuación (6.30). Si se multiplican ambos miembros por u/Q, da

exp-0.5 para z = 0, y = 0 (6.31)

La función del segundo miembro sólo depende de // y de los dos coeficientes de dis­
persión.

Ejemplo 6.7. Calcúlese el valor del término del segundo miembro de la ecuación (6.31) para
la estabilidad C, a una distancia en la dirección del viento de x = 0.5 km y H = 50 m. Por el
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 137

ejemplo 6.5, se sabe que, para la estabilidad C y x = 0.5 km, σy = 56 m y σz = 32 m. Por tanto,

exp-0.5 =5.24 x l0-5 m-2

Si se repitiera este cálculo para un amplio rango de distancias y alturas efectivas de


la chimenea, se podría construir una gráfica de cu/Q contra la distancia, con la altura de la
chimenea como parámetro. Turner [6] ha hecho esto para las seis categorías de estabilidad
que se muestran en la tabla 6.1. En la figura 6.9 se muestra una gráfica de este tipo, para la
estabilidad C. El lector debe comprobar que, en efecto, el valor de 5.24 x 10-5/m2 que acaba
de darse es el valor situado en la gráfica de la figura 6.9, para x = 0.5 km y H = 50 m.

Ejemplo 6.8. Una planta emite 100 g/s de S0 2 por una chimenea que tiene una altura efec­
tiva H = 50 m. El viento está soplando a 3 m/s y la categoría de estabilidad es C. Estímense
las concentraciones al nivel del suelo directamente debajo de la línea central de la columna
de humo a las distancias de 0.2, 0.4, 0.5, 1, 5 y 10 km, en la dirección del viento.
En la figura 6.9 se puede leer directamente que, a 0.2 km, cu/Q es 1.7 x 10-6/m2. De
donde,

c= = =57

Se puede continuar con los otros valores de cu/Q y tabular los resultados

Distancia, km cu/Q, m-2 c, μg/m 3

0.2 1.7 x 10-6 57


0.4 4.4 x 10-5 1467
0.5 5.3 x 10-5 1767
1 3.6 x 10-5 1200
5 2.7 x 10-6 83
10.2 7.8 x 10-7 24

Si se pidiera repetir el ejemplo 6.8 para un índice diferente de emisiones o una veloci­
dad diferente del viento, se puede ver que, debido a la forma del factor (cu/Q), se podrían
hacer los cambios mediante multiplicaciones sencillas. Si se desea conocer la concentra­
ción máxima al nivel del suelo y su distancia en la dirección del viento, desde la fuente, se
puede hallar al examinar la figura 6.9 (véase el problema 6.13).

6.3.3.2 Límites de la altura de mezclado, dispersión unidimensional. Conforme la co­


lumna de humo fluye en la dirección del viento, llegará un momento en que crecerá hasta
quedar mezclada por completo, por debajo de la altura de mezclado H, mostrada en la figu­
ra 6.1. Después de eso, ya no se dispersará en el sentido vertical, sino sólo horizontalmen-
te, de modo que una columna de humo de dispersión bidimensional se ha convertido en
una de dispersión unidimensional. En la figura 6.9, la altura de mezclado se denota por L y
las rectas están trazadas para distancias largas de acarreo, indicando que las concentra­
ciones observadas son más altas que las que se calcularían al continuar el cálculo de dis­
persión bidimensional hasta esas distancias. Obsérvese que, en estos cálculos, H y L apa­
recen con dos juegos de significados. En los modelos de caja, H es la altura de mezclado y
138 CAPÍTULO 6

Distancia en la dirección del viento, x, km

FIGURA 6.9
culQ al nivel del suelo, directamente debajo de la línea central de la
columna de humo, como función de la distancia en la dirección del
viento, desde la fuente, y la altura efectiva H de la chimenea, en
metros, sólo para la estabilidad C. (Tomado de Turner [6].) En este
caso, L es la altura de mezclado atmosférico, también en metros.

L es la longitud en la dirección del viento de la ciudad. En los modelos de la columna de


humo gaussiana, H es la altura efectiva de la chimenea y L es la altura de mezclado. Por
desgracia, este uso es común.
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 139

Si se regresa a la ecuación (6.19), se ve que la cantidad que se está dispersando hori-


zontalmente es
X= (6.32)

lo cual explica el hecho de que la X para la columna de humo gaussiana bidimensional está
ahora dispersa en forma uniforme a una altura L. Si se sustituye este valor en la (6.19) y se
hacen las sustituciones de las ecuaciones (6.24)-(6.26), se encuentra

c= exp (6.33)

Esta ecuación (con y = 0) se usa para construir las rectas inclinadas que están a la derecha
de la figura 6.9.
Turner [6] también da otras varias representaciones de las ecuaciones (6.27), (6.29),
(6.30), etc., en forma conveniente, gráfica y tabular. Todos los trabajadores serios en la
contaminación del aire tienen copias del "cuaderno de trabajo de Turner", que se puede
obtener con un costo muy bajo de la U.S. EPA. Existen gran cantidad de programas de
computadora para realizar este tipo de cálculo (véase el problema 6.16). Obsérvese el título
real del "cuaderno de trabajo de Turner": "Workbook of Atmospheric Dispersion Estimates"
(Cuaderno de trabajo de estimaciones de las dispersiones atmosféricas). La palabra clave
es estimaciones. En todo el modelado de la contaminación del aire, se están haciendo las
mejores estimaciones, no encontrando la verdad científica.
En el cuaderno de trabajo de Turner también se sugieren métodos sencillos para esti­
mar los efectos de las inversiones en alto, la magnitud de las fluctuaciones de corta dura­
ción respecto a los valores medios calculados por la ecuación básica de la columna de
humo gaussiana, fumigaciones de disolución de inversiones y otros temas. Todos estos
temas adicionales se examinan con mayor detalle en publicaciones más recientes, pero los
sencillos enfoques gráficos y de cálculo a mano de Turner todavía son útiles.
En este tratamiento también se explica la observación común de que una columna de
humo se vuelve cada vez menos opaca a medida que fluye en dirección del viento y, por
último, se vuelve invisible. La razón es que una columna de humo típica se está dispersan­
do en dos dimensiones (y y z), pero un observador que mire a través de la columna, sea
horizontal o verticalmente, o formando un ángulo, la está viendo a lo largo de líneas de
visión unidimensionales. La opacidad (espesor visual) de la columna de humo se expresa
por una ecuación de la forma

Opacidad o alguna constante que toma en


espesor consideración el tamaño de (6.34)
visual partícula y las propiedades ópticas. a través de la
columna

Si la columna de humo se estuviera dispersando en una sola dimensión (por ejemplo, si


fluyera entre placas paralelas), entonces la integral de la derecha sería constante y la opa­
cidad (espesor visual) de esa columna sería independiente de la distancia en la dirección
del viento. Pero con la dispersión bidimensional normal de la columna de humo, la concen­
tración cae más rápido de lo que crece el ancho de esa columna, de modo que el valor de
esta integral disminuye con la distancia en la dirección del viento y la columna se vuelve
cada vez menos opaca. Para una columna que se ha dispersado verticalmente para llenar
140 CAPÍTULO 6

todo el espacio hasta la capa de mezclado (hasta cualquiera que sea el valor de L determi-
nado por las condiciones meteorológicas locales en curso) de la extrema derecha de la
figura 6.9, se esperaría que permaneciera con una opacidad constante, a medida que sigue
fluyendo en la dirección del viento.
El modelo de la columna de humo gaussiana sólo se aplica a las fuentes puntuales. Se
han ideado varios métodos para aplicarlo a las fuentes de área [6, 7].

6.4 ALTURA DE LA COLUMNA DE HUMO


En la figura 6.3 se muestra la columna de humo subiendo una distancia Δh, conocida como
altura de la columna de humo, por encima de la parte superior de la chimenea, antes de
nivelarse. La mayor parte de la gente ha observado que las columnas visibles de humo
que emanan de las plantas generadoras, fábricas y chimeneas tienden a subir y, a conti-
nuación, se vuelven horizontales, como se muestra en el esquema de la figura 6.3.
Las columnas de humo suben por empuje vertical debido a que están más calientes
que el aire que las rodea y, también, porque salen de la chimenea con una velocidad verti-
cal que las impulsa hacia arriba. Dejan de subir porque, conforme se mezclan con el aire
circundante, pierden velocidad y se enfrían por el mezclado. Por último, se nivelan cuando
alcanzan la misma temperatura que la de la atmósfera.
Se emplean los cálculos de la altura de la columna de humo para estimar el valor de Δh
y, por consiguiente, el de H, para usarse en la columna de humo gaussiana y otros cálcu-
los más complejos de concentración de contaminantes. La fórmula de Holland para la altu-
ra de la columna de humo es

en donde Δh = altura de la columna de humo en m


Vs = velocidad de salida de la chimenea en m/s
D = diámetro de la chimenea en m
u = velocidad del viento en m/s
P = presión en milibares
Ts = temperatura del gas de la chimenea en K
Ta = temperatura atmosférica en K

Ejemplo 6.9. Estímese la altura de la columna de humo para una chimenea de 3 m de diá-
metro y cuyo gas de salida tiene una velocidad de 20 m/s, cuando la velocidad del viento
es de 2 m/s, la presión es de 1 atm y las temperaturas de la chimenea y de los alrededores
son de 100°C y 15°C (373 y 288 K), respectivamente.

La ecuación (6.35) es una dimensional, la cual sólo es correcta para las dimensiones
que se muestran; las demás fórmulas de este capítulo son todas correctas para cualquier
conjunto coherente de dimensiones. Esta fórmula se corrige con frecuencia por la estabili-
dad atmosférica, multiplicando el resultado por 1.1 o 1.2, para las estabilidades A y B, o
por 0.8 o 0.9, para las estabilidades D, E o F. Aun cuando esta fórmula tiene alguna base
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE EOS CONTAMINANTES DEL AIRE 141

teórica, no es aplicable de manera general. Todas las fórmulas para la altura de la columna
de humo dan buenos resultados para algunos casos, pero ninguna parece manejar todos
los casos. Para cálculos de altura de la columna de humo relacionados con decisiones im­
portantes, por ejemplo, para permitir o no la ubicación de una instalación nueva en un
lugar específico, consúltese la monografía escrita por Briggs [9].

6.5 USOS PROMEDIO A LARGO PLAZO DE LOS MODELOS


GAUSSIANOS DE LA COLUMNA DE HUMO
Las fórmulas de la columna de humo gaussiana de este capítulo permiten estimar la con­
centración en un punto receptor, debido a una sola fuente emisiones, para una condición
meteorológica específica. En esta forma, con frecuencia se usan para estimar las concen­
traciones máximas que deben esperarse provenientes de fuentes aisladas por separado.
Por ejemplo, ¿se puede situar legalmente una sola gran fuente puntual (por ejemplo, una
planta generadora o una fundidora) en un lugar determinado? ¿En cuánto se deben reducir
las emisiones que provienen de una fuente existente para cumplir con alguna norma apli­
cable?
Los modelos de la columna de humo gaussiana también se aplican para estimar con­
centraciones urbanas de fuentes múltiples. El procedimiento es el mismo que el del ejem­
plo 6.2, utilizando los cálculos de la columna de humo gaussiana para determinar la con­
centración en el punto receptor, en diversos lugares, para cada una de las fuentes puntua­
les y de área que se encuentren en la ciudad, para cada condición meteorológica. En un
modelo típico de este tipo [el Implementation Planning Program (Programa de planeación
de la implementación) o IPP], la suma de la ecuación (6.8) se escribe como

Concentración
promedio anual (frecuencia • c) (6.36)
en un punto , todas las
fuentes
16 direcciones
del viento
5 velocidades
del viento
6 categorías
de estabilidad

en donde la frecuencia es la de ocurrencia de una combinación de velocidad del viento,


dirección del viento y categoría de estabilidad específicas y c es la concentración espera­
da en un lugar específico, proveniente de una fuente específica, para esa condición meteo­
rológica calculada por el método de la columna de humo gaussiana [10].
En estos modelos, las fuentes de área (automóviles, casas habitación, negocios pe­
queños) se representan por fuentes puntuales equivalentes, cada una de las cuales re­
presenta las emisiones de alguna área pequeña de la región que se está modelando. Esos
programas requieren grandes cantidades de información de entrada y consumen grandes
cantidades de tiempo de computadora. Pero, en principio, no son más complejos que el
ejemplo 6.2 de este capítulo, con aplicación del método de cálculo de la concentración
del ejemplo 6.8.

6.6 CREACIÓN DE LOS CONTAMINANTES


Y DECAIMIENTO EN LA ATMÓSFERA
Todas las partes anteriores de este capítulo se han referido a contaminantes que se supo­
ne permanecen en la atmósfera para siempre. En realidad, ningún contaminante se compor­
ta de esa manera; todos los contaminantes tienen mecanismos naturales de remoción. Em­
pero, para contaminantes como las partículas minerales suspendidas o el monóxido de car-
142 CAPÍTULO 6

bono, es una aproximación satisfactoria, porque sus velocidades de remoción son bastan­
te lentas como para ignorarse en la mayor parte de las zonas urbanas.
Como contraste, el bióxido de azufre, los hidrocarburos, los óxidos de nitrógeno y los
oxidantes todos pasan por reacciones en la atmósfera y sus tiempos de reacción pueden
ser comparables a los tiempos de recorrido a través de una ciudad. Para estos contaminan­
tes, los sencillos métodos de la caja y de la columna de humo gaussiana, como se han
presentado hasta ahora, predicen valores mucho más elevados que los observados. En
general, se modifican como se indica a continuación.
Muchos de los primeros trabajadores en los cálculos de la columna de humo gaussia­
na se interesaron en los contaminantes radiactivos. Estos contaminantes se convierten
de manera espontánea en otros, con frecuencia materiales menos radiactivos. La razón de
desaparición se expresa por la ley de la razón para el decaimiento de primer orden,

= -k (cantidad) (6.37)

la cual se integra con facilidad, para dar

(Cantidad)
= exp(-kt) (6.38)
(Cantidad original)
en donde k es la constante de la razón para el decaimiento, la cual tiene las dimensiones
(1/tiempo). Para las desintegraciones nucleares, k para cualquier reacción es una constan­
te invariable, independiente de la temperatura, de otras sustancias químicas presentes, et­
cétera. Si se evalúa el tiempo para que desaparezca la mitad del material presente, se en­
cuentra que
t1/2 = = - (6.39)

Este tiempo para que desaparezca la mitad se llama vicia media y constituye una manera
conveniente para analizar esos decaimientos.
Si se considera la fórmula para la fumarada gaussiana, ecuación (6.22), y se supone
que el material emitido es uno radiactivo con una vida media de t1/2 entonces se puede
decir que la concentración en cualquier punto indicado por la (6.22) debe multiplicarse por
un factor de decaimiento,

Factor de decaimiento = exp = exp (6.40)

Ejemplo 6.10. Un accidente en un reactor nuclear libera una nube que contiene iodo 133,
que tiene una vida media de 22 h. Se ha calculado el comportamiento concentración-tiem­
po en todo punto, con aplicación de la ecuación (6.22), en la que se supone que el material
no decae en la atmósfera. Ahora se desea incluir el efecto del decaimiento. ¿Cuál es el
factor esperado de decaimiento en un punto a 10 km en la dirección del viento, si la veloci­
dad de éste es de 1 m/s?

Factor de decaimiento = exp = 0.916


MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 143

Por tanto, todos los valores antes calculados, a esta distancia en la dirección del viento,
deben multiplicarse por 0.916. ■

La ley del decaimiento de primer orden es una representación muy exacta de los decai-
mientos nucleares, de modo que, para la liberación nuclear del ejemplo 6.10, esta correc-
ción al mucho menos exacto cálculo de la columna de humo gaussiana debe ser bastante
confiable. Con frecuencia se hace una aplicación mucho menos confiable de la misma fór-
mula para contaminantes del aire como el SO2. Por ejemplo, muchos investigadores han
aplicado los planteamientos de la columna de humo gaussiana para el SO2, multiplicando
la concentración calculada resultante por un factor de decaimiento obtenido de la ecua-
ción (6.40), con la aplicación de una vida media de 1 a 10 horas —típicamente, 3 horas—.
Los procesos para la eliminación del SO2 de la atmósfera son mucho más complejos y va-
riables que los decaimientos nucleares, de modo que este enfoque sólo puede considerar-
se una aproximación de lo que sucede en la naturaleza. (La velocidad de decaimiento del
SO2 depende de la temperatura, la intensidad de la luz, la humedad, la presencia de otras
partículas y la concentración de ozono; de ninguna de éstas dependen los decaimientos
nucleares.) En tanto que los decaimientos nucleares en general producen materiales peli-
grosos, el decaimiento del SO2 produce partículas finas de sulfato, las cuales forman parte
de un problema diferente de la contaminación del aire, que proviene del problema del SO2.
Para los oxidantes fotoquímicos, que se forman en la atmósfera a partir de los hidro-
carburos y los óxidos de nitrógeno, ningún planteamiento químico tan sencillo como el
factor de decaimiento de la ecuación (6.40) parece útil. En la mayor parte de los modelos de
los oxidantes fotoquímicos se aplican esquemas predictivos con 10 a 30 reacciones simul-
táneas en la atmósfera. En la figura 1.2 se muestra el curso típico de esas reacciones; de
hecho, los tiempos de reacción son comparables a los tiempos de acarreo en las zonas
urbanas.

6.7 MODELOS DE CELDAS MÚLTIPLES


Nadie ha sugerido todavía alguna manera razonable de incorporar la clase de expresiones
complejas de velocidades de reacciones simultáneas que describan el avance de las reac-
ciones mostradas en la figura 1.2, en un modelo de columna de humo gaussiana. En la
actualidad, el enfoque que se aplica más para esos problemas es el modelo de celdas múlti-
ples, por ejemplo, el Urban Airshed Model (Modelo del tinglado de aire urbano), o UAM
[11, 12], para el que el espacio de aire que se encuentra sobre una ciudad o región se
divide en celdas múltiples, como se muestra en la figura 6.10. Cada celda se trata en forma
separada de las otras. (Este tipo de modelo se utiliza principalmente para el ozono, pero
podría usarse para otros contaminantes secundarios producidos en la atmósfera.)
En el modelo UAM, la división en las direcciones x y y tiene tamaños uniformes de
rejilla, normalmente de 2 a 5 km en cada dirección para toda la ciudad. En la dirección verti-
cal, por lo general se tienen de cuatro a seis capas, la mitad abajo de la altura de mezclado
y la otra mitad arriba de ésta. Las fronteras de éstas se mueven hacia arriba o hacia abajo,
con las variaciones de la altura de mezclado durante el día, así como de lugar a lugar den-
tro de la ciudad. En la figura 6.10, se tienen 5 x 4 x 4 = 80 celdas. Para una ciudad grande,
con un espaciamiento de las rejillas de 2 km, se pueden tener miles de celdas.
Todos los términos de la ecuación (6.1) se conservan para cada celda. Una simulación
modelo para una ciudad y algún periodo se principia con una distribución, inicial supuesta
de contaminantes y de precursores de contaminantes en todas las celdas. A continuación,
durante un intervalo de tiempo, típicamente de 3 a 6 minutos, el programa calcula el cambio
144 CAPÍTULO 6

Velocidad
del viento, u

FIGURA 6.10
División del espacio de aire sobre una ciudad en celdas, para el Urban
Airshed Model (UAM).

en la concentración del contaminante que interesa y de sus precursores, en cada una de


las celdas, mediante la integración numérica de la ecuación (6.1). Para este cálculo se re-
quieren datos o un procedimiento de estimación para la velocidad y dirección del viento
en el centro de cada celda (para calcular los flujos hacia adentro y hacia afuera a través de
las fronteras), más estimaciones de las emisiones para cada una de las celdas a nivel del
suelo, más un subpiograma para calcular las transformaciones químicas durante el interva-
lo de tiempo en cualquier celda, más un subprograma para el depósito del contaminante
desde las celdas a nivel del suelo. En lugar de intentar resolver para todos los términos de
la (6.1) simultáneamente, con el UAM en primer lugar se calculan los cambios en la con-
centración debidos a flujos con los vientos a través de las fronteras de las celdas, aplican-
do las concentraciones obtenidas al final del intervalo anterior de tiempo y, en seguida, se
calculan los cambios debidos a las reacciones químicas en la celda. Los resultados de es-
tos dos pasos se suman con el fin de estimar la concentración en cada celda al final del
intervalo de tiempo.
Para simular un día o unos cuantos días en una zona urbana, para este modelo se
requiere una historia completa del patrón de los vientos, las entradas solares y las emisio-
nes. Si no se cuenta con estos datos, el programa tiene manera de estimarlos. Un procedi-
miento común es elegir un día en el que la concentración medida del contaminante (por lo
general, el ozono) fue la máxima para el año anterior o para unos cuantos de los años ante-
riores. El modelo se ejecuta con el empleo del registro histórico de las velocidades y direc-
ciones de los vientos, las entradas solares y las emisiones estimadas para ese día. Los
parámetros ajustables del modelo se modifican hasta que las concentraciones calculadas
se ajusten bien a las concentraciones observadas en el ambiente para ese día. Entonces se
vuelve a ejecutar el modelo con índices o distribuciones diferentes de emisiones, corres-
pondientes a situaciones propuestas o futuras anticipadas y las condiciones meteorológi-
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 145

cas para ese día. De esta manera, el modelo realiza una predicción de la situación peor del
día con el patrón futuro propuesto de emisiones.
Muchos de los meteorólogos investigadores de la contaminación del aire creen que
los modelos de celdas múltiples son los únicos que se muestran prometedores para poder
dar una guía útil sobre los problemas de los oxidantes fotoquímicos en lugares como Los
Ángeles. Allí, por ejemplo, las concentraciones más elevadas de ozono se presentan en
lugares como Riverside, en las tardes de verano, seis o siete horas después de que se
emitieron los precursores oxidantes 30 millas hacia el oeste. Sin embargo, este tipo de mo-
delo no ha encontrado todavía mucho uso para zonas con problemas menos difíciles o
para contaminantes que no cambian con rapidez en la atmósfera (por ejemplo, el SO2), de-
bido a sus enormes necesidades de datos, de los que rara vez se dispone, y su enorme
apetito por tiempo de computadora y esfuerzo del modelador. Este tipo de modelo y los
otros modelos que se usan para el ozono fueron revisados por Seinfeld [13].

6.8 MODELOS DE LA CONTAMINACIÓN


DEL AIRE ORIENTADOS A LOS RECEPTORES
Y A LAS FUENTES
Los tipos de modelos de las partes anteriores de este capítulo se llaman modelos orienta-
dos a las fuentes. En ellos se usan las mejores estimaciones de los índices de emisiones de
diversas fuentes y de las condiciones meteorológicas para estimar la concentración de di-
versos contaminantes en diversos puntos en la dirección del viento. Si se tuviera informa-
ción perfecta respecto a los índices de emisiones y de las condiciones meteorológicas, así
como modelos perfectos, estos modelos deberían ser por completo exactos. Pero como los
datos y los modelos son imperfectos, las predicciones que se hacen no son casi tan exac-
tas como gustaría que fueran.
Un enfoque alternativo para el modelado de la contaminación del aire se llama mode-
lado orientado a los receptores. En este enfoque, se examinan los contaminantes que se
capturan en uno o más sitios de monitoreo y, con base en el análisis detallado de lo que se
recoge, se intenta determinar cuáles fuentes contribuyeron a la concentración en ese re-
ceptor.
Si el contaminante de interés es químicamente uniforme (por ejemplo, CO, O3, SO2),
entonces no existe manera de distinguir entre las fuentes. Pero si el contaminante es mate-
ria en partículas (TSP O PM10) que consta de una amplia variedad de especies químicas
entonces, al analizar la composición química, se pueden hacer algunas inferencias acerca
de las fuentes. El resultado de un análisis de ese tipo se llama prorrateo de las fuentes o
balance químico de masas [14]. Normalmente se dice que, de las partículas encontradas
en el monitor #1, x % se deben a la fuente #\,y% se deben a la fuente #2, z % se deben a
la fuente #3, etcétera.
Por ejemplo, las arcillas son en su mayor parte compuestos complejos de aluminio y
silicio. Si no existen otras fuentes cercanas de compuestos de aluminio y de silicio, y el
análisis de los filtros de partículas indica que la mayor parte de éstas son compuestos de
esos elementos, con las mismas razones entre ellos como las del componente arcilloso
de los caminos sucios locales, entonces es bastante lógico suponer que el polvo del cami-
no es el principal colaborador para la presencia de partículas en ese lugar. Por fortuna, es
posible determinar las razones de elementos metálicos en las emisiones provenientes de
muchas fuentes, por ejemplo, plantas acereras, plantas generadoras de electricidad, fábri-
cas de papel, etcétera. Es relativamente fácil y barato analizar la materia en partículas en
un filtro de monitoreo, para los elementos metálicos (por lo general, por espectroscopia
146 CAPÍTULO 6

de absorción atómica), de modo que, con este método, se pueden hacer prorrateos de las
fuentes para las partículas en diversos lugares de muestreo, a precios que son significa-
tivos, pero no exorbitantes.
Se puede hacer lo mismo con los hidrocarburos, que son una familia de compuestos,
en lugar de una especie química uniforme (capítulo 10). La distribución de las especies
dentro de esta familia depende de la fuente de emisiones, por ejemplo, las refinerías de
petróleo, las pérdidas por evaporación en las transferencias de combustible, las emisiones
por el escape de los automóviles. Por tanto, se puede utilizar este enfoque para estimar
cuáles de esas fuentes (u otras) contribuyeron para los hidrocarburos observados en un
sitio dado de muestreo [15, 16]. También se podría realizar el prorrateo de las fuentes con
las razones de los isótopos del azufre en el SO2, que son diferentes para los carbones
minerales y los minerales de sulfuro, pero eso no se está haciendo con regularidad. A la
fecha, este método se ha aplicado principalmente para partículas y, en ocasiones, a los
hidrocarburos.
Si se tuviera un conocimiento perfecto de las fuentes, las condiciones meteorológicas
y aspectos similares, el prorrateo de las fuentes calculado con base en el modelo orientado
a los receptores debería concordar con el prorrateo que se ha calculado a partir de un
modelo orientado a las fuentes, para el mismo momento y lugar. A menudo no concuerdan
de manera significativa. Cuando sucede esto, se tiende a aceptar los resultados del mode-
lo orientado a los receptores más que los del orientado a las fuentes, debido a que se tiene
más confianza en los datos de la distribución química que en los datos sobre emisiones y
meteorológicos.
Los modelos orientados a las fuentes se pueden usar para estimar los efectos de fuen-
tes nuevas que se propongan, por ejemplo, en el proceso de autorización de esas fuentes.
Los modelos orientados a los receptores no se pueden utilizar de esta manera. Éstos se
aplican principalmente para probar las estimaciones hechas por los modelos orientados a
las fuentes y, de manera simultánea, probar la exactitud de las estimaciones sobre emisio-
nes que se emplean en esos modelos.

6.9 OTROS TEMAS


En este corto capítulo se han analizado las ideas fundamentales de los modelos de con-
centración de la contaminación del aire que serán considerados por un funcionario de
control local de la contaminación del aire o por un ingeniero especialista en ese control
de una compañía. Se pueden hallar otros temas pertinentes en libros sobre los aspectos
meteorológicos de la contaminación del aire y que también se analizan en las subseccio-
nes siguientes.

6.9.1 Estelas de los edificios


Una columna de humo puede ser succionada hacia la estela de baja presión que se forma
detrás de los edificios, lo que conduce a una elevada concentración local. En la figura 6.11
se muestra un ejemplo dramático de este efecto. Esta estela es causada por el flujo del
viento sobre el edificio y es análoga a la estela de baja presión que se forma detrás de un
camión o un automóvil que se mueven con rapidez. (Los fanáticos de las carreras de auto-
móviles modificados saben que el ganador de la carrera es aquél que entra a la vuelta final
en segundo lugar. Ese conductor utiliza la estela de baja presión que se forma detrás del
primer automóvil como "tirador" para pasarlo precisamente antes de la meta.) Existe una
amplia literatura sobre el atrapado de las emisiones en las estelas de los edificios [7, 17]. La
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 147

FIGURA 6.11
La columna de una bomba de humo siendo capturada en la estela de baja presión formada detrás de un
edificio. (Cortesía del profesor J. E. Martin, University of Michigan, Ann Arbor, MI.)

sencilla regla empírica para evitar este problema es hacer que la altura de la chimenea sea
por lo menos 2.5 veces la altura del edificio cercano más alto.

6.9.2 Deflexión aerodinámica hacia abajo


Si se interpone un armazón abierto, como una torre de TV, en una columna de humo, no
perturbará mucho el flujo del aire, de modo que es de esperar que las ecuaciones de la
columna de humo gaussiana den resultados adecuados corriente abajo de la torre. Si se
interpone una montaña en una columna de humo, perturbará mucho el flujo del aire, y no
es de esperar que las sencillas ecuaciones de la columna de humo gaussiana den resulta-
dos adecuados para el flujo hacia aquélla o directamente corriente abajo de la misma. En la
figura 6.12 se muestra cómo una montaña puede hacer que una columna de humo se com-
porte de manera diferente de lo que se predeciría con base en las ecuaciones de la colum-
na de humo gaussiana.
La deflexión aerodinámica hacia abajo que se ilustra en la figura 6.12 es un proble-
ma importante para cualquier instalación ubicada cerca de una montaña. En el momento
que se muestra en esta figura, las concentraciones al nivel del suelo debidas a esa chime-
nea evidentemente eran muchas veces las que se calcularían con las sencillas ecuaciones
de la columna de humo gaussiana (un mundo plano).
Después de muchos años de esfuerzo todavía no se cuenta con un buen método para
predecir las concentraciones que deben esperarse en las laderas de una montaña como la
que se ilustra. Por la legislación de E.U. sobre la contaminación del aire, la cual regula
la concentración de contaminantes en cualquier parte en la interfaz tierra-aire, a menudo
148 CAPÍTULO 6

FIGURA 6.12
El viento que fluye sobre la colina de 455 m hacia las chimeneas con una altura = 200 m de una
planta generadora tiene una componente hacia abajo bastante tuerte como para arrastrar la
columna de humo hacia abajo, lo que da por resultado altas concentraciones al nivel del suelo [18].
(Cortesía de la Air and Waste Management Association y del profesor M. M. Millán.)

las concentraciones en la ladera de barlovento de esas montañas sirven para decidir si es


posible que una planta se ubique o no en un valle cercano.

6.9.3 Distancias de acarreo


Los modelos que se ilustran en este texto y los experimentos para verificarlos son princi-
palmente para distancias menores de 20 km. En el problema de la lluvia ácida, las distan-
cias de acarreo son cientos de kilómetros. El trabajo para establecer los modelos corres-
pondientes para el problema de la lluvia ácida han demostrado que, con estos modelos, no
se hacen predicciones exactas, ni se hacen con cualesquiera otros. En la actualidad, los
modelos de acarreo a largas distancias constituyen un tema importante de investigación
en el modelado de la contaminación del aire.

6.10 RESUMEN
1. Los modelos de concentración de contaminantes se basan en índices de emisiones y
condiciones meteorológicas conocidos. Estos modelos desempeñan un papel crucial
en la estrategia de control de contaminación del aire del tipo de Air Quality Management
(Administración de la calidad del aire) que se aplican en la actualidad en Estados Uni-
dos y en gran parte del resto del mundo.
2. Los modelos de caja fija son los modelos más sencillos, para las ciudades, en relación
con la concentración de contaminantes, pero tienen graves inconvenientes. Se usan
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 149

y comprenden con facilidad, pero sus predicciones numéricas, aun cuando cualitati-
vamente correctas, no tienen mucho uso cuantitativo.
3. Los modelos de la columna de humo gaussiana se utilizan con amplitud para las fuen-
tes puntuales. Se apoyan en fuertes hipótesis simplificadoras, pero han tenido un éxi-
to razonable en la predicción de resultados experimentales para fuentes únicas y ele-
vadas.
4. Los modelos de celdas múltiples demandan grandes cantidades de datos de entrada y
tiempo de computadora, pero muchos expertos los consideran como los únicos mode-
los que probablemente tengan éxito para los contaminantes fotoquímicos.
5. Todos los modelos que se analizaron en este capítulo son grandes simplificaciones del
comportamiento real de la naturaleza. Los modelos de la columna de humo gaussiana
conducen a resultados razonablemente buenos en terreno plano, cuando las condicio-
nes meteorológicas instantáneas son sencillas. No dan buenos resultados en campo
montañoso, ni para distancias largas, ni en momentos en donde las condiciones me-
teorológicas son complejas.
6. Los modelos orientados a los receptores no son predictores como los orientados a las
fuentes que se describen en este capítulo. En lugar de ello, son métodos de prorrateo
experimental de las fuentes. Se aplican mucho y, con frecuencia, se les conoce como
modelos.
7. Las estelas de los edificios, las montañas locales y otras fuentes de perturbaciones del
flujo del aire complican el modelado de la contaminación del aire.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste-
riores.

6.1. En el modelo de caja fija (véase la figura 6.1), se establecen muchas hipótesis. La peor de
éstas es la #3, que se refiere a un mezclado completo en la dirección contra el viento. Ahora,
elimínese esa hipótesis pero consérvense todas las demás. En este caso, la concentración no
será uniforme a través de la ciudad, sino que variará con la distancia x en la dirección del
viento. Manteniendo inalteradas todas las demás hipótesis establecidas en esa parte del capí-
tulo, dedúzcase la equivalente de la ecuación (6.7) para este caso. En estos términos, c ya no
será un solo valor para la ciudad completa, sino será una función de x. Tómese x = 0 en el
borde contra el viento de la ciudad. La solución debe dar el valor de c no sólo en el borde de la
ciudad en la dirección del viento (x = L), sino también en cualquier punto de la misma (cual-
quier L > x > 0).
6.2. Estímese la concentración del monóxido de carbono en el borde de una ciudad en la dirección
del viento. Se puede considerar que la ciudad consta de tres franjas paralelas, ubicadas per-
pendiculares al viento. Para todas las franjas, la velocidad del viento u es igual a 3 m/s. En la
tabla siguiente se describen las propiedades de cada una de las franjas:

Índice Altura
de emisiones, de mezclado,
Nombre de la franja Longitud, km q,g/s • km2 H, m
Suburbios contra el viento 5 100 400
Centro 2 500 500
Suburbios en dirección del viento 5 100 400
150 CAPÍTULO 6

Supóngase que se aplica el modelo de caja fija a cada una de las franjas. La concentración de
fondo, b, en el aire que entra a los suburbios contra el viento es de 1 mg/m3.
6.3. Para la ecuación (6.29), háganse ver las simplificaciones que se obtienen en cada uno de estos
casos:
a) Sólo se tiene interés en las concentraciones en la línea central de la columna de humo; es
decir, en y = 0, z = H. En este caso, se supone que (z + H) es muy grande.
b) Sólo se tiene interés en las concentraciones a la misma elevación que la línea central de la
columna de humo; es decir, en z = H. En este caso, se supone que (z + H) es muy grande.
c) Sólo se tiene interés en las concentraciones directamente debajo de la línea central de la
columna de humo, al nivel del suelo; es decir, en z = 0, y = 0.
d) Sólo se tiene interés en las fuentes al nivel del suelo; es decir, H = 0.
6.4. La ecuación (6.22) es la ecuación de la fumarada gaussiana en la forma con las K. Hállese la
forma que toma esta ecuación (6.22) si, en ella, se sustituyen las ecuaciones (6.24), (6.25)
y (6.26), más la ecuación correspondiente para Kx. Ésta es la forma que se aplica con más
frecuencia en la actualidad.
6.5. Las carreteras normalmente se modelan como una fuente lineal (en oposición a las fuentes
puntuales o de área). La carretera se alinea con el eje y y el viento sopla en la dirección x. Para
las carreteras al nivel del suelo, H= 0. Para las carreteras elevadas se debe incluir el efecto de
la altura de la fuente en el modelo.
a) Para una fuente lineal, la dispersión es unidimensional en la dirección vertical. Demuéstre-
se por qué. Se hará mediante un esquema sencillo y unas cuantas palabras.
b) Demuéstrese la equivalente de la ecuación (6.29) para una fuente lineal. Supóngase que el
índice de emisiones se expresa como O/longitud; por ejemplo, g/s • milla.
c) Sugiérase qué modificación se necesitaría en la respuesta dada en b) si el viento no está
soplando de modo que forme un ángulo de 90° con la carretera.
6.6. Una fundidora de cobre grande y mal controlada tiene una chimenea de 150 m de alto y una
altura de la columna de humo de 75 m. En la actualidad está emitiendo 1000 g/s de SO2.
Estímese la concentración al nivel del suelo de SO2 debida a esta fuente, a una distancia de
5 km directamente en la dirección del viento, cuando la velocidad de éste es de 3 m/s y la cla-
se de estabilidad es la C.
6.7. Se ha informado a la administración de la fundidora del problema 6.6 que la concentración
calculada en ese problema, en ese lugar y para esas condiciones, es el doble de la admisible.
Proponen remediar esta situación mediante la instalación de una chimenea más alta. ¿Qué tan
alta debe ser esta chimenea de modo que la concentración estimada sea exactamente la mitad
de la obtenida en el problema 6.6? (La altura de la columna de humo es la misma que la del
problema 6.6.)
6.8. La empresa Dogpatch Skunk Works emite 10 g/h de trimetilamina por una chimenea de 10 m
de alto con una altura cero de la columna de humo. La concentración más baja de trimetilamina
que el ser humano promedio puede detectar es alrededor de 5 x 10-7 g/m3. Si el viento está
soplando a 2 m/s en una noche con cielo totalmente cubierto, ¿cuál es la distancia máxima en
la dirección exacta del viento en la que se pueden oler las emanaciones de la Dogpatch Skunk
Works? (Esta concentración corresponde a 0.02 partes por mil millones, es la concentración
más baja que los seres humanos pueden percibir por el olfato, para cualquier sustancia para
las que se ha medido el umbral olfatorio de los mismos. Los animales como los sabuesos
obviamente pueden oler concentraciones mucho más pequeñas que ésta.)
6.9. Una fuente al nivel del piso (H= 0) está emitiendo contaminantes con un índice desconocido.
A 1 km de la fuente, directamente en la dirección del viento, la concentración medida del
contaminante al nivel del piso es de 10 μg/m3. La categoría de la estabilidad es A. Estímese el
índice de emisiones de esta fuente.
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 151

6.10. Para la fundidora del problema 6.6, ¿cuál es la concentración máxima calculada al nivel del
piso y a qué distancia en dirección del viento se tiene esta concentración?
6.11. En el problema 6.6, el lector calculó la concentración al nivel del piso, debajo de la línea cen­
tral de la columna de humo a una distancia de 5 km de la fuente, directamente en la dirección
del viento para la estabilidad C.
a) Ahora, para la misma situación, calcúlese la concentración en la línea central de la columna
(x = 5 km, y = 0, z = H).
b) Calcúlese también la concentración al nivel del suelo, a 5 km en la dirección del viento
desde la fuente y 500 m hacia el lado de la línea central de la columna (x = 5 km, y =
500m, z = 0).
6.12. Una planta está emitiendo 750 g/s de partículas. La altura de la chimenea es de 100 m y la
de la columna es de 50 m. La velocidad del viento es de 7 m/s y la categoría de la estabili­
dad es C.
a) ¿Cuál es la concentración máxima estimada al nivel del suelo?
b) ¿A qué distancia en la dirección del viento se tiene?
6.13. Si la relación de (σy/σz) es constante e independiente de x, entonces se presentará la con­
centración máxima al nivel del piso, predicha por la ecuación (6.31), en la x para la que σz =

a) Demuéstrese esto al hacer la sustitución σy = ασz (en donde α es una constante de pro­
porcionalidad) en la ecuación (6.31), tomar la derivada de c con respecto a σz, igualar esa
derivada a cero y despejar σz.
b) A partir de las figuras 6.7 y 6.8, se puede ver que (σy/σz) en realidad no es constante.
Verifíquese para ver cuán buena es esta aproximación al comparar los valores de σz en
los máximos, para los diversos valores de H de la figura 6.9, con σz = (El lector
hallará que ésta es una excelente aproximación para la estabilidad C porque, como se de­
muestra en el problema 6.16, (σy/σz) es prácticamente constante para la estabilidad C.
Para las otras categorías de estabilidad, es una aproximación más mala, porque (σy/σz no
es tan cercana a ser constante.)
6.14. La Magna Smelter de la Kennecott Copper Corporation (cerca de Salt Lake City, Utah, antes
de la renovación de la fundidora a final de la década de 1970) emitía alrededor de 300 tonela­
das cortas/día de S02 por dos chimeneas. Para los fines del cálculo, se puede hacer una aproxi­
mación de estas dos chimeneas por una con H = 300 m. Si esa chimenea se colocara en una
planicie, sin montañas cercanas, entonces su comportamiento se podría aproximar razonable­
mente bien por la ecuación (6.29). Con base en estas hipótesis, calcúlese la concentración
máxima al nivel del suelo para la estabilidad A y una velocidad del viento de 3 m/s.
6.15. La chimenea de la Kennecott Copper Corporation, en la década de 1980, emitía un promedio
de 400 g/s de S02. Su chimenea tiene alrededor de 1000 ft de altura. La distancia de la chime­
nea de la KCC a la University of Utah es de 19 mi. Prácticamente, el viento nunca sopla de
manera directa de la chimenea de la KCC a la U of U. Pero si soplara con una velocidad del
viento de 2 m/s, se tuviera una estabilidad de categoría C y la altura de la columna de humo
fuera de 500 ft, ¿cuál sería la concentración de S02 en la U of U debida a la chimenea de la
KCC? En los cálculos supóngase que la Tierra es plana. Prepárese el lector a analizar las
complicaciones introducidas por el hecho observado de que la Tierra no es bastante plana.
6.16. Las figuras 6.7 y 6.8 son útiles para los cálculos a mano, pero no para los cálculos con com­
putadora. Martin [19] las representa por

σ y =ax 0.894 y σ z = cx d +f
en donde x es la distancia en la dirección del viento, expresada en km; las sigmas están en m, y
a, c, d y f son constantes que se encuentran en la tabla siguiente:
152 CAPÍTULO 6

x < 1 km x ≥ 1 km
Categoría de
estabilidad a c d f c (I f

A 213 440.8 1.941 9.27 459.7 2.094 -9.6


B 156 106.6 1.149 3.3 108.2 1.098 2.0
C 104 61 0.911 0 61 0.911 0
D 68 33.2 0.725 -1.7 44.5 0.516 -13.0
E 50.5 22.8 0.678 -1.3 55.4 0.305 -34.0
F 34 14.35 0.740 -0.35 62.6 0.180 -48.6

Verifíquese para ver con cuánta precisión estas ecuaciones reproducen las cifras, al calcular σy
y σz para la categoría de estabilidad y la distancia en la dirección del viento del ejemplo 6.5, y
comparar los resultados.
6.17. La 1 luntington Canyon Power Plant de la Utah Power and Light Company libera sus gases de
escape por una chimenea con un diámetro interior de 22 ft, a una velocidad de 80 ft/s y una
temperatura de 254°F. El lugar donde está ubicada la planta se encuentra a 6400 ft y la chime­
nea tiene 600 ft de alto, de modo que el punto de liberación está a alrededor de 7000 ft arriba
del nivel del mar. A esta elevación, la presión promedio es de 790 mb y la temperatura pro­
medio anual de más o menos 50°F. ¿Cuál es la altura estimada de la columna de humo para
velocidades del viento de 1,3, 10 y 30 m/s?
6.18. La I luntington Canyon Power Plant (véase problema 6.17) ha instalado un lavador en húme­
do que reduce la temperatura de los gases de la chimenea de 254°F hasta I20°F El diámetro
de la chimenea, la presión y la velocidad de escape siguen siendo los mismos del problema
6.17. Repítase este problema para esta temperatura revisada de la chimenea.
6.19. Se estima que un basurero que se está quemando emite 3 g/s de NOx ¿Cuál es la concentra­
ción de NOx directamente en la dirección del viento a las distancias de 0.5, 1, 3 y 5 km de esta
fuente, en una noche cubierta y con una velocidad del viento de 7 m/s? Supóngase que el
basurero es una fuente puntual al nivel del suelo, sin altura de la columna de humo.
6.20. El propietario del basurero del problema 6.19 sugiere que las cosas serían mucho mejores si se
erigiera una chimenea de 20 m sobre el mismo; entonces se podría considerar como una fuente
puntual a una elevación de 20 m. Repítase el problema 6.19 para esta condición, ¿ l l e n e razón
el propietario?
6.21. Los problemas 6.19 y 6.20 sólo tratan de la concentración directamente en la dirección del
viento desde la fuente. Para cada uno de ellos, trácese ahora un esquema (usando valores nu­
méricos apropiados) de la gráfica concentración-distancia en dirección transversal al viento, a
una distancia de 1 km en la dirección del viento desde la fuente.
6.22. En la figura 6.9, verifíquese si, en verdad, las rectas correspondientes a distancias largas se
trazaron con base en la ecuación (6.33), calculando el valor de cu/Q para una estabilidad C,
una altura de mezclado de 300 m y una distancia en la dirección del viento de 100 km y, a
continuación, comparando el resultado que se calcule con el que se muestra en la figura 6.9.
6.23. Una planta generadora está emitiendo sus gases de escape desde una chimenea de 50 m de
alto. Para sus condiciones, la altura de la columna de humo se expresa por

altura de la columna =

en donde u es la velocidad del viento. La categoría de la estabilidad es C. ¿A cuál velocidad del


viento se tendrá la concentración calculada máxima al nivel del suelo? (Sugerencia: esto requie­
re una solución por tanteos. Si el lector utiliza la figura 6.9, es bastante fácil.)
MODELOS DE CONCENTRACIÓN DE LOS CONTAMINANTES DEL AIRE 153

6.24. Las concentraciones máximas de CO medidas normalmente en el centro de Salt Lake City (a
principios de la década de 1990) son normalmente de 35 000 μg/m3. Estos valores se presen-
tan durante fuertes inversiones, para las que se pueden estimar los valores de u y H como
0.5 m/s y 100 m, respectivamente. Se estima que, para esta situación, la concentración de
fondo es de 5000 u.g/m3. La zona del centro de Salt Lake City se puede aproximar como un
cuadrado de 3 km por 3 km. Estímese la densidad de las emisiones (g/s • m2) para el CO, para
el centro de Salt Lake City.
6.25. En el accidente nuclear en Chernobyl de 1986, se tuvo una gran liberación de radiactividad en
unos cuantos minutos, seguida por un índice de liberación que declinó con lentitud durante
varios meses. Se estima que la liberación total haya sido de 5 x 107 curies. Los vientos arras-
traron los materiales liberados hasta llegar a Suecia, país del cual se tuvieron los primeros
informes de que había sucedido un accidente nuclear en la URSS.
Para los fines de este problema, supóngase que hubo una liberación instantánea de 107
curies de gases radiactivos (y partículas finas, que se supone permanecen en la atmósfera y
no se asientan). A continuación, estímese la concentración máxima al nivel del suelo de ga-
ses radiactivos (curies/m3), cuando la nube radiactiva del accidente alcanzó Suecia. Establéz-
canse las hipótesis siguientes:
1. Ignórese el decaimiento de los gases radiactivos (es decir, supóngase que sus vidas medias
fueran infinitas).
2. Supóngase que la distancia entre Chernobyl y Suecia es de 1000 km.
3. Supóngase que la velocidad del viento fue de 3 m/s y la estabilidad de clase C.
4. Supóngase que la altura de mezclado fue de 2000 m.
5. Supóngase que el mezclado en la dirección x (contra la dirección del viento y en la direc-
ción de éste) tiene la misma intensidad que el mezclado en la dirección y (transversal al
viento).
6.26. Una fundidora se encuentra ubicada cerca de un aeropuerto. La chimenea de la fundidora tiene
300 m de alto y una altura de la columna de humo de 100 m. Se encuentra emitiendo 5000 g/s
de SO2.Supóngase que la clase de estabilidad siempre es la C y que la velocidad del viento
siempre es de 3 m/s.
La trayectoria de vuelo para el aeropuerto es perpendicular a la columna de humo y se
encuentra a 5 km en la dirección del viento desde la fundidora. La oficina de seguridad del
aeropuerto ha determinado que no es seguro para los aviones pasar a través de cualquier parte
de la columna de humo que tenga una concentración promedio de SO2 superior a 500 μg/m3.
También se ha decidido que no es seguro volar debajo de la columna, de modo que los avio-
nes siempre deben volar por encima de ella. ¿Cuál es la altitud mínima a la que pueden volar
en estas circunstancias y no quedar expuestos a concentraciones de SO2 > 500 μg/m3?
6.27. En el problema 6.26, un avión ligero vuela a través de la columna de humo, 5 km en dirección
del viento desde la fundidora, perpendicular al eje de esa columna y a una elevación exac-
tamente igual a la de la línea central de la misma. La velocidad del avión es de 100 mi/h =
44.7 m/s. El sistema de ventilación de la cabina reemplaza el aire de la misma con aire del
exterior a una razón estable de 10 cambios de aire por hora. En todo momento, el aire en el
interior de la cabina está perfectamente mezclado. ¿Cuál es la concentración máxima de SO2
esperada en la cabina del avión? Ignórese el hecho de que las concentraciones calculadas por
el modelo de la columna de humo gaussiana son promedios para tiempos más largos que el
permanecido por el avión en la columna. (Este problema no tiene solución analítica; se reco-
mienda una solución numérica usando una hoja de cálculo.)
6.28. Aun cuando es muy común en la literatura meteorológica que a los modelos de la columna de
humo gaussiana se les mencione como modelos de difusión, la velocidad de dispersión de los
contaminantes es mucho mayor que la que jamás ocurre por difusión molecular. Para hacer ver
que esto es así, obsérvese que el valor más pequeño de cualquiera de las dos sigmas de las
figuras 6.7 y 6.8 es 2.2 m para σz a 0.1 km. Calcúlese el valor de Kz correspondiente a este
154 CAPÍTULO 6

valor, suponiendo que u = 1 m/s. Compárese esto con las difusividades moleculares típicas
gas-gas de más o menos 0.1 cm2/s.

BIBLIOGRAFÍA
1. Holzworth, G. C: "Mixing Heights, Wind Speeds, and Potential for Urban Air Pollution throughout
the Contiguous United States", U. S. Environmental Protection Agency Report AP-101, U. S.
Government Printing Office, Washington, DC, 1972.
2. Hanna, S. R.: "A Simple Model for Calculating Dispersion from Urban Area Sources", J. Air Pollut.
Control Assoc, Vol. 21, pp. 774-777, 1971.
3. Larsen, R. I.: "A Method for Determining Source Reduction Required to Meet Air Quality Standards",
J. Air Pollut. Control Assoc, Vol. 11, pp. 71-76, 1961.
4. de Nevers, N. y J. R. Morris: "Rollback Modeling—Basic and Modified", J. Air Pollut. Control
Assoc.,Vol. 25, pp. 943-947, 1974. Véase también Air Pollution Control Association Paper, 73-
139.
5. Carslaw, H. S. y J. C. Jaeger: Conduction of Heat in Solids, 2a. ed., Clarendon Press, Oxford, p. 255
y sig., 1959.
6. Turner, D. B.: "Workbook of Atmospheric Dispersion Estimates", U. S. Environmental Protection
Agency Report AP-26, U. S. Government Printing Office, Washington, DC, 1970.
7. Hanna, S. R., G. A. Briggs y R. P. Hosker, Jr.: "Handbook on Atmospheric Diffusion", DOE/TIC-
11223, (DE82002045), 1982.
8. Turner, D. B., J. S. Irwin y A. D. Busse: "Comparison of RAM Model Estimates with 1976 St. Louis
RAPS Measurements of Sulfur Dioxide", Almos. Environ., Vol. 9, pp. 247-253, 1985.
9. Briggs, G. A.: Plume Rise, U. S. Atomic Energy Commission, Washington, DC, 1969.
10. "Implementation Planning Program" realizado por la U.S. Environmental Protection Agency por
el TRW Systems Group, 1970.
11. Morris, R. E. y T. C. Myers: "User's Guide for the Urban Airshed Model", U.S. Environmental
Protection Agency Report EPA-450/4-90-007A y B, 1990.
12. Scheffe, R. D.: "A Review of the Development and Application of the Urban Airshed Model",
Atmos. Environ.,Vol. 27B, pp. 23-39, 1993.
13. Seinfeld, J. M.: "Ozone Air Quality Models: A Critical Review", J. Air Pollut. Control Assoc,Vol.
38, pp. 616-645, 1988.
14. Gordon, G. E., W. R. Pierson, J. M. Daisey, P. J. Lioy, J. A. Cooper, J. G. Watson y G. R. Cass:
"Considerations for Design of Source Apportionment Studies", Atmos. Environ., Vol. 18, pp. 1567-
1582, 1984.
15. Doskey, P. V., J. A. Porter y P. A. Scheff: "Source Fingerprints for Volatile Non-Methane
Hydrocarbons", J. Air Waste Manage. Assoc, Vol. 42, pp. 1437-1445, 1992.
16. National Research Council: Rethinking the Ozone Problem in Urban and Regional Air Pollution,
National Academy Press, Washington, DC, p. 237, 1991.
17. Slade, D. H., ed.: Meteorology and Atomic Energy ¡968, U.S. Atomic Energy Commission, Was-
hington DC, 1968. Se obtiene como la TID-24190 de la NTIS.
18. Millán, M. M., E. Otamendi, L. A. Alonso e I. Ureta: "Experimental Characterization of Atmospheric
Diffusion in Complex Terrain with Land-Sea Interactions", J. Air Pollut. Control Assoc, Vol. 37,
pp. 807-811, 1987.
19. Martin, D. O.: "Comment on 'The Change of Concentration Standard Deviations with Distance'",
J. Air Pollut. Control Assoc, Vol. 26, pp. 145-147, 1976.
CAPÍTULO

7
IDEAS GENERALES
EN EL CONTROL
DE LA CONTAMINACIÓN
DEL AIRE

En este capítulo, se consideran algunas ideas generales que se aplican en todos los capí-
tulos siguientes.

7.1 POSIBILIDADES
Si se tiene un problema de contaminación del aire, se dispone de tres posibilidades de
control.

7.1.1 Mejorar la dispersión


Según se analizó en el capítulo 2, si la curva verdadera de respuesta a la dosis tiene un
valor de umbral, entonces se puede remediar el problema si es posible mejorar la disper-
sión de las emisiones y, en consecuencia, disminuir las concentraciones a las que queda
expuesta la gente a menos de ese valor de umbral. Si la región en cuestión tiene de manera
regular concentraciones superiores a las NAAQS, evidentemente pueden aplicarse los mé-
todos de dispersión que se analizan un poco más adelante para reducir esas concentracio-
nes. En la actualidad, en Estados Unidos, este procedimiento está fuertemente desaproba-
do para que lo aplique la industria, pero las oficinas gubernamentales de control de la con-
taminación, locales y regionales, lo utilizan con amplitud.
Hace cincuenta años, éste fue el procedimiento más aplicado a los problemas de con-
taminación (del aire o del agua). El lema del ingeniero especialista en control de la contami-
nación era: "La dilución es la solución para la contaminación". Muchos gobiernos munici-
pales tenían reglamentaciones que exigían a las fuentes de contaminación del aire que
utilizaran chimeneas altas para diluir sus contaminantes, antes de que llegaran a la tierra.
La mayor parte de los municipios descargaban sus aguas negras, sin tratar, en el río, lago
u océano más cercanos, contando con su dilución para acabar con el peligro que repre-
sentaban esas aguas o, por lo menos, para alejarlas de ellos. Algunos también descarga-
ban allí sus desechos sólidos (basura).

155
156 CAPÍTULO 7

En un mundo no densamente poblado, la dilución todavía sería un procedimiento acep-


table. Cuando la densidad de la población es de 1 persona/km2, la gente puede disponer
de sus desechos de cualquier manera que guste, sin causar daño alguno a sus vecinos o
sin provocar daños a largo plazo en el medio ambiente. Pero en un mundo densamente
poblado, no es un procedimiento satisfactorio. Es posible que la ciudad siguiente, río aba-
jo o en la dirección del viento, no desee beber nuestras aguas negras, respirar nuestros
contaminantes del aire o tener nuestra basura depositada en sus costas. Cuando la pobla-
ción es de 29 000 personas/km2 (Manhattan), deben tenerse reglas estrictas que limiten la
manera en que la gente dispone de sus desechos, a fin de impedir los desastres sanitarios
públicos. En el primer caso, es probable que la dilución sea la mejor solución; en el segun-
do, sencillamente no es aceptable.
Durante los últimos 20 años, el empuje de la legislación de E.U. sobre el medio am-
biente, referente a la contaminación del aire, la contaminación del agua y la disposición
de los desechos sólidos ha sido para impedir la emisión de efluentes peligrosos, en lugar de
encargarse de ellos por dilución. Quienes se oponen a la dilución argumentan que ésta es
tan sólo transferir el problema a algún otro lugar. Otros argumentan que existen algunos
efluentes que deben emitirse (por ejemplo, el aliento humano tiene un alto contenido de
bióxido de carbono y contiene algo de monóxido de carbono). Se minimizará el riesgo para
los demás, si se minimiza la cantidad de estos efluentes que las demás personas respiran,
beben o comen. Si los materiales efluentes cuentan con mecanismos naturales de remo-
ción en el medio ambiente, de modo que no lleguen a acumularse, entonces diluirlos o
dispersarlos, como una manera de impedir que entren a los cuerpos de los demás seres
humanos, todavía es prudente hacerlo. No es necesario que sea un sustituto para la re-
ducción de emisiones, pero puede reforzarla: tratamiento seguido por dilución. Sin abun-
dar más en esa argumentación (de la que el Congreso y las cortes se han hecho cargo en
gran parte), se pueden indicar tres procedimientos lógicos para mejorar la dispersión (dilu-
ción).

7.1.1.1 Chimeneas altas. En la figura 6.9 se hace ver que, para cualquier categoría de
estabilidad, si se eleva el punto de emisión (aumenta el valor de H) se hacen bajar las
concentraciones calculadas al nivel del suelo, para todos los puntos cercanos a la chime-
nea. Para puntos bastante alejados como para que la columna de humo esté bien mezclada
hasta la altura de mezclado (lado derecho de la figura 6.9), la concentración calculada se
vuelve independiente de la altura de la chimenea. Por lo tanto, si las hipótesis que susten-
tan esa gráfica fueran correctas (véanse los párrafos siguientes), entonces, al aumentar la
altura de las emisiones, se disminuirían todas las concentraciones cercanas y no se cam-
biarían aquéllas a cierta distancia.
En la figura 7.1 se ilustra un ejemplo de la eficacia observada de este enfoque. Se
muestran las concentraciones de SO2 al nivel del suelo, en dos estaciones de medición
cercanas a una gran planta generadora en la que se quema carbón, antes y después de
que se cambió el efluente de cinco chimeneas cortas (de 83 a 133 m) hacia una chimenea
alta (251 m). Como lo hace ver la gráfica, en todos los niveles de la frecuencia de ocurren-
cia, se redujeron las concentraciones observadas al nivel del suelo. Por ejemplo, en la
estación 11, antes de la conversión, alrededor del 10% de las lecturas sobrepasaban
0.05 ppm; después de la instalación de la chimenea alta, sólo más o menos el 3% de las
lecturas eran mayores que este valor.
Estos resultados experimentales apoyan el cálculo ¡lustrado en la figura 6.9, de que al
aumentar la altura de la chimenea se disminuyen todas las concentraciones al nivel del
suelo cerca de la planta. No existe una demostración comparable para las distancias largas
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 157

Estación 11 Estación 12

Norma de la EPA
a las 3 lloras

Antes de la
conversión
de chimeneas
Después de
la conversión
de chimeneas

40 30 20 10 5 2 1 .5 .1 .01 40 30 20 10 5 2 1 .5 .1 .01
Porcentaje de los datos que sobrepasan la concentración indicada

FIGURA 7.1
Comparaciones observadas, tomadas cada hora, de bióxido de azufre en dos estaciones de monitoreo
cercanas a una planta generadora en la que se quema carbón, antes y después del reemplazo de cinco
chimeneas cortas (de 83 a 113 m) por una chimenea alta (251 m). La estación 11 se encuentra 5.3 km
al sudeste de la planta y la 12 está 4.4 km hacia el norte-noreste de esta última. (Tomado de la
referencia 1.)

y se tienen algunas bases para creer que hacer más alta la chimenea puede incrementar las
concentraciones a largas distancias. Los cálculos que conducen a la figura 6.9 se basan en
la hipótesis de que no existe remoción natural del contaminante en cuestión. Es obvio que
eso es falso; llega un momento que contaminantes como el S0 2 llegan al suelo, en su ma­
yor parte con la lluvia o la nieve y parcialmente por depósito en seco. Si la concentración
al nivel del suelo es más alta cerca de la chimenea, entonces el índice de remoción por
parte del suelo será mayor y, de este modo, permanecerá menos contaminante en el aire
para ser acarreado por largas distancias. Es evidente que el uso de una chimenea alta hará
disminuir todas las concentraciones al nivel del suelo cerca de ella, pero es posible que se
incrementen algunas concentraciones lejos de esa chimenea.
Este aspecto ha sido tema de mucho debate en la controversia de la lluvia ácida. Si
elevar los puntos de emisión incrementa de manera significativa la concentración lejos en
la dirección del viento es una cuestión abierta. No hay interrogante acerca de que si se
aplica la elevación del punto de emisión como un sustituto de la reducción de las emisio­
nes, entonces las concentraciones lejos en la dirección del viento se incrementarán en com­
paración con las que se observarían si se redujeran las emisiones.

7.1.1.2 Esquemas de control intermitente. En ciertos momentos del año (o en momen­


tos del día) es más probable que las emisiones lleguen al suelo en concentraciones eleva­
das y en zonas pobladas, que en otros momentos. Los esquemas de control intermitente
intentan reducir las emisiones en esos momentos, permitiendo que esas emisiones regre­
sen a sus índices normales en otros momentos, menos críticos. En la mayor parte de los
casos, la reducción de corta duración de las emisiones se realiza por un paro de la planta,
el cambio de combustible o la reducción de la producción durante el periodo de control.
158 CAPÍTULO 7

Los esquemas de control intermitente son predictivos, observacionales o predictivos-


observacionales combinados. Los esquemas predictivos se basan en el conocimiento de
que es probable que las condiciones atmosféricas exijan que se tenga de manera regular
una reducción en las emisiones y se puede predecir con (cierta) exactitud. Con frecuencia,
la situación dañina es causada por una fumigación matutina de ruptura de la inversión
(capítulo 5) en la que los contaminantes que causan la violación de las NAAQS se emiten
varias horas antes de que se presente esa violación. Para que la reducción de las emisio-
nes sea eficaz en este caso, es necesario reducir las emisiones varias horas antes de la
violación que se predice.
El más famoso, y en apariencia el primer esquema predictivo de control intermitente
documentado, se instituyó en 1941 en la fundidora de plomo-zinc en Trail, British Colum-
bia. Esta fundidora está ubicada en una parte angosta del valle del río Columbia, siete mi-
llas al norte de la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Durante la noche, las emisiones
arrastradas por el flujo del aire hacia abajo del valle pasaban sobre tierras agrícolas del
lado de la frontera en Estados Unidos; durante la ruptura matutina de la inversión, estas
emisiones eran llevadas hasta el nivel del suelo, causando daños a los cultivos de los
huertos. Esta situación condujo a la formación de un tribunal internacional de arbitraje
para decidir sobre los daños monetarios. El tribunal inició un estudio que, al final, condujo
a la adopción de un esquema de control intermitente para minimizar el daño a los cultivos
[2]. Consideró las variables siguientes: temporada de cultivo y de no cultivo, dirección del
viento, intensidad de la turbulencia y momento del día. Las regulaciones requirieron con-
troles más estrictos durante el periodo de 3 A.M. hasta tres horas después del amanecer,
durante la temporada de cultivo; éste es el tiempo en el que la turbulencia es baja y los
vientos hacen que el flujo descienda hacia el valle.
Un esquema predictivo de control, por completo análogo, es el del complejo
termoeléctrico de Paradise, Kentucky, de la Tennessee Valley Authority [3]. Cuando las
condiciones meteorológicas predicen que la dispersión de la columna de humo de la plan-
ta será gravemente restringida, amenazando una violación de una NAAQS, se reduce la
producción de energía de la planta (y, de este modo, el consumo de combustible y el índi-
ce de emisiones de contaminantes) durante varias horas, antes de que ocurra la infracción
que se predice.
En un esquema observacional de control intermitente, se reducen con prontitud las
emisiones cuando un sensor o una red de sensores de la calidad del aire indican que se
está deteriorando esa calidad de manera inaceptable. Este procedimiento tiene aplicación
limitada en muchas situaciones, en particular en circunstancias en donde las emisiones no
alteran el sensor hasta horas después de haber sido emitidas. Se requiere una gran cantidad
de sensores, si deben protegerse todas las zonas en la vecindad de la fuente de emisiones.
El esquema observacional es más útil cuando complementa un esquema predictivo. En-
tonces puede servir como un respaldo de seguridad por falla para el esquema predictivo.
Además de la parte predictiva que se acaba de describir, el procedimiento de control
intermitente de Trail, BC, también mantuvo un monitoreo continuo del SO2 en un lugar
agrícola en Estados Unidos y así tomar las providencias para reducir las emisiones siem-
pre que este monitor indicó un alto valor continuado [2]. De modo análogo, el esquema
para la fundidora ASARCO en El Paso, Texas, contiene tanto componentes predictivos
como observacionales [4]. En apariencia, se practicó la misma clase de control, sobre una
base menos formal, en la industria fundidora en épocas tan remotas como la década de
1920 [5].
En muchas comunidades de las montañas occidentales que tienen grandes números
de hogares calentados con estufas en las que se quema madera han establecido sistemas
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 159

de control intermitente. Cuando la concentración medida de PM10 sobrepasa cierto valor,


se hace un aviso público (haciendo sonar una sirena, etc.) con el que se indica que todos
los aparatos domésticos en los que se quema madera se apaguen con prontitud. Éste es
un sistema de control intermitente observacional en su totalidad. En muchas ciudades se
tienen reglamentaciones para reducir ciertas actividades durante los momentos de mala
calidad observada del aire.
Las reglamentaciones federales actuales en E.U. que exigen combustibles oxigenados
para los motores en los meses de invierno son una versión a escala más amplia de contro-
les intermitentes. Se observan altas concentraciones de CO en muchas ciudades de E.U.,
pero en general sólo en los meses de invierno. Los combustibles oxigenados reducen las
emisiones de CO de los vehículos motorizados. Por esa razón, las reglamentaciones fede-
rales actuales en E.U. exigen el uso de combustibles oxigenados, pero sólo en esa parte
del año en las que se esperan altas concentraciones de CO en el ambiente.
En todos estos casos, el control intermitente opera además de los controles que redu-
cen las emisiones en todo momento. Son "soluciones de dilución" en el sentido de que
toman ventaja de la mayor capacidad de dispersión de la atmósfera durante los momentos
en que no se aplica el control intermitente adicional.

7.1.1.3 Reubicación de la planta. Es difícil mover una planta existente, pero se puede
ubicar una planta nueva en donde sus emisiones tendrán su impacto máximo en zonas no
pobladas. Este razonamiento constituye la base para la mayor parte de las reglamentaciones
sobre zonificación industrial y planeación del uso de la tierra. Cuando la sociedad estable-
ció por primera vez esas reglamentaciones, se supuso que no podía haber, por ejemplo,
un rastro que no apestara. De modo que se intentó poner el rastro lejos de las zonas resi-
denciales y, en general, en la dirección del viento. (En general, la zonificación hace que la
gente pobre viva cerca del rastro, pero no la rica.) Ahora se cree que se puede hacer que
cualquier planta sea inodora y, por consiguiente, un buen vecino, de modo que se está
volviendo a plantear esta idea. Pero si, por ejemplo, una región tiene un grave problema
actual con algún contaminante, en general no se permitirá que una nueva fuente de ese
contaminante se ubique en esa región, incluso si tiene los mejores controles de que se
disponga, porque aun una nueva fuente bien controlada podría agregarse al problema ac-
tual. En lugar de ello, se intentará ubicar la planta en donde cualquier problema con ese
contaminante sea menos grave.
Esta decisión sobre el asentamiento puede llevar hacia un conflicto con las reglamen-
taciones de la Prevention of Significant Deterioration (Prevención de Deterioro Significati-
vo, capítulo 3). Sin embargo, si se desea construir en Estados Unidos una nueva planta
generadora que queme carbón, no se desperdiciaría tiempo en intentar obtener las licen-
cias relativas a la contaminación del aire para construirla en una ciudad importante o cerca
de ella. En lugar de ello, se buscaría un área alejada de los centros importantes de pobla-
ción y, en seguida, se prometería instalar los métodos de control más estrictos con los que
se cuenta en la actualidad para obtener las licencias necesarias.
Aunque mejorar la dispersión (la solución por dilución) no está permitido como un
sustituto para la reducción de las emisiones industriales, todavía desempeña un papel im-
portante en las reglamentaciones sobre el control de la contaminación del aire en E.U.,
principalmente en términos de esquemas de control intermitente que prohiben algunas ac-
tividades en momentos de mala dispersión, así como en términos de criterios de asenta-
miento que impiden la ubicación de nuevas instalaciones emisoras en regiones con graves
problemas de calidad del aire.
160 CAPÍTULO 7

7.1.2 Reducir las emisiones por el cambio de procesos,


prevención de la contaminación
Existen muchos ejemplos históricos en los que la solución más económica para el control
de la contaminación del aire fue modificar el proceso para reducir las emisiones. Por ejem-
plo, cuando se exigió a las fábricas que aplicaban grandes cantidades de pintura a los
artículos que producen (por ejemplo, automóviles, refrigeradores) limitaran la emisión de
solventes a base de hidrocarburos (adelgazadores de las pinturas), algunas hallaron que
se podían sustituir algunas de sus pinturas a base de aceite con pinturas a base agua y
reducir mucho su problema de emisión de hidrocarburos. Algunas fundidoras de cobre
han reemplazado los hornos de reverbero, los cuales producen gases de desecho en gran
volumen y con baja concentración de SO2, con otros procesos de fundición que producen
gases de desecho en menor volumen y con concentración más alta de SO2. Estos últimos
todavía requieren tratamiento corriente abajo, pero son mucho más fáciles de tratar y de
manera más económica que los gases diluidos de desecho que sale de los hornos de re-
verbero. Quemar a cielo abierto desechos municipales o industriales normalmente produce
mucho humo y hollín. En la mayor parte de los distritos de control de la contaminación del
aire se exige que ese proceso de quemado se lleve a cabo en incineradores cerrados, en
los que se tiene mucho mejor mezclado del combustible y el aire, presecado del combusti-
ble y conservación del calor que en la combustión a cielo abierto. Las emisiones resultan-
tes son mucho menores que en el quemado a cielo abierto de desechos similares.
La modificación de los procesos para reducir las emisiones es más amplia de lo que
podría pensarse. Una las razones principales para instalar los hornos de fabricación de
acero de proceso básico con oxígeno (BOP) es que las emisiones son más concentradas y,
por lo tanto, más fáciles de controlar que las de los hornos de hogar abierto que reempla-
zan. En la mayor parte de los países se está forzando a los propietarios de plantas de clo-
ro-cáustico de celda de mercurio a cambiar a las plantas de celda de diafragma, debido a la
toxicidad del mercurio. En los países industriales se han vedado la mayor parte de los usos
del asbesto y se han hallado reemplazos, debido a la toxicidad del asbesto.
El cambio de combustibles también es un cambio de proceso para reducir las emisio-
nes. La mejora más grande en las concentraciones de contaminantes del aire en la mayor
parte de las ciudades de Estados Unidos y de Europa Occidental acaeció cuando se reem-
plazó el carbón mineral por gas natural como combustible para la calefacción de hogares y
negocios. El cambio de la gasolina al gas natural, propano o etanol comprimidos en los
vehículos reduce mucho las emisiones de contaminantes. La adición de compuestos oxi-
genados a los combustibles para motores (típicamente alrededor del 2% de oxígeno) cam-
bia bastante el proceso de combustión para bajar de manera significativa las emisiones
de CO. Exigir el uso de combustibles con bajo contenido de azufre reduce las emisiones de
bióxido de azufre. Éstas son todas las variantes sobre el tema de cambio de los procesos
para reducir las emisiones.
Lograr que la gente comparta sus automóviles, viaje en autobuses o bicicletas, o ca-
mine hasta el trabajo es una forma de cambio de procesos. Si el proceso es "hacer que la
gente vaya de su hogar al trabajo", entonces el cambio del automóvil con un solo pasajero
hacia cualquiera de estas posibilidades es un cambio del proceso que reduce las emisio-
nes del mismo. Reemplazar las lámparas incandescentes de baja eficiencia con lámparas
fluorescentes de eficiencia más alta es un cambio del proceso que reduce las emisiones. El
proceso es "proporcionar cierta cantidad de luz", las lámparas fluorescentes requieren me-
nos electricidad para la misma cantidad de luz, de modo que se quema menos combustible
en las plantas generadoras y, por tanto, se emiten menos contaminantes del aire en la plan-
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 161

ta que produce la electricidad. Cualquier cambio del proceso, en cualquier industria, que
reduce el consumo de combustibles o de otras materias primas, reduce las emisiones de
contaminantes del aire, debido a que la producción, distribución y uso de materias primas
y combustibles producen emisiones de esos contaminantes.
En la legislación actual de E.U. sobre el medio ambiente, existe un esfuerzo importante
para impedir la contaminación, en lugar de controlarla [6]. La meta de este esfuerzo, dirigi-
do en su mayor parte a los desechos sólidos y peligrosos, es nunca producir esos dese-
chos. Las medidas de las leyes RCRA y CERCLA que hacen imposible para el productor
de un desecho peligroso escapar de la responsabilidad legal por su abuso futuro constitu-
yen fuertes incentivos para nunca producirlo.* La misma idea de prevención de la conta-
minación se aplica a la del aire, aun cuando en la actualidad no con tanta energía como
para los desechos sólidos o líquidos.

7.1.3 Uso de un dispositivo de control


de la contaminación corriente abajo
Un dispositivo de control de la contaminación corriente abajo (a menudo conocido como
dispositivo de control en el tubo de escape) acepta una corriente de gas contaminado y lo
trata para extraer o remover suficiente contaminante como para hacer que la corriente sea
aceptable para descargarla en el aire ambiente. La mayor parte del resto de este capítulo se
refiere a esos dispositivos. Mucha gente sólo piensa en ellos cuando piensa acerca del
control de la contaminación del aire, porque se aplican con amplitud y son importantes.
No obstante, aparecen en tercer lugar en esta lista de posibilidades, porque un ingeniero
prudente siempre examinará en primer lugar las dos posibilidades anteriores, para ver si
son más prácticas y económicas que un dispositivo de control corriente abajo. En el clima
regulador de la actualidad, el ingeniero especialista en la contaminación del aire recibirá
más crédito por idear un cambio de proceso que evite la formación del contaminante, que
por diseñar un dispositivo excelente para controlarlo una vez que se forma.
Estos tres enfoques no necesitan aplicarse por separado. En su renovación de 1977
de su fundidora Magna, la Kennecott Copper Corporation utilizó una chimenea alta para
mejorar la dispersión, controles intermitentes para enfrentar las situaciones climatológicas
en particular difíciles (los fuertes vientos del sur, que soplan sobre las montañas precisa-
mente al sur de su fundidora, producían fuertes ráfagas descendentes que llevarían su
columna de humo hacia el suelo con poca dilución [véase la sección 6.9.2]), cambios en el
proceso para concentrar el gas que expulsa y controles corriente abajo para capturar los
óxidos de azufre en el gas de salida. Seleccionaron esta combinación porque creyeron que
ninguna de las posibilidades, por sí sola, habría sido adecuada para cumplir con la NAAQS
aplicable.

7.2 RECUPERACIÓN DE RECURSOS


Si el contaminante es un material o combustible valiosos, puede resultar más económico
recogerlo y usarlo que descartarlo. En general, la recuperación sólo es posible si la con-

* RCRA son las siglas de Resource Conscrvation and Recovery Act (Ley sobre la Conservación y Recu-
peración de los Recursos) y CERCLA son las siglas de Comprehensive Environmental Response,
Compensation, and Liabilities Act (Ley Completa de la Respuesta del Medio Ambiente, de la Compensa-
ción y de las Responsabilidades).
162 CAPÍTULO 7

centración es bastante alta en la corriente de desecho. Con frecuencia, éste es un incenti-


vo para modificar el proceso con el fin de incrementar la concentración al decrecer el flujo
del gas de desecho. Un ejemplo claro de esto es el SO2, el cual se puede hacer reaccionar
con el oxígeno sobre un catalizador de vanadio, para producir trióxido de azufre (SO3).
Este último, disuelto en agua, forma ácido sulfúrico (H2SO4), que es un producto
comerciable. (Su uso principal es para la producción de fertilizante de fosfato; su precio
fluctúa con la demanda de este fertilizante. Tiene muchos otros usos, por ejemplo, ácido
para los acumuladores o como un aditivo permitido para alimentos; véase el problema 14.8.)
Quienes han estudiado los aspectos económicos de aplicar este método para limitar
las emisiones de SO2 (véase el capítulo 11), en general han concluido que es económica-
mente prudente hacerlo (es decir, las ventas del ácido sulfúrico costearán la planta del
mismo) si la concentración de SO2 en la corriente de desecho es de 4% en volumen o ma-
yor. De donde, las fundidoras que extraen de minerales sulfurosos (cobre, plomo, zinc,
molibdeno, níquel y algunos otros) pueden aplicar de manera económica este proceso
de recuperación, si tienen un mercado cercano para el ácido, pero las plantas generadoras de
electricidad en las que se quema carbón no pueden hacerlo porque el contenido de SO,
de sus gases de desecho por lo general es alrededor del 0.1%.
Otros ejemplos de recuperación de recursos en el control de la contaminación del aire
son el uso de gases de regeneradores catalíticos de craqueo y de altos hornos. En general,
estas dos corrientes de desecho contienen CO suficiente como para hacerlos combusti-
bles valiosos. La afinación adecuada de los motores, quemadores y hogares de todos los
tipos reduce las emisiones de contaminantes del aire e incrementa la eficiencia respecto al
combustible, de modo que esa afinación es una actividad de control de la contaminación
del aire que también ahorra recursos.
Por último, se pueden recoger muchos solventes orgánicos de las corrientes de dese-
cho y volverse a usar. Este paso sólo es económico si las concentraciones son grandes.
Por esta razón, y por otras de las que se trata en la sección siguiente, el ingeniero especia-
lista en control de la contaminación del aire siempre debe examinar las maneras de evitar el
mezclado de las corrientes concentradas con las diluidas. Los sistemas se diseñan para
evitar la introducción de más aire del necesario en las corrientes en las que existe la posibi-
lidad de recuperar productos valiosos o que pueden tratarse para minimizar sus concentra-
ciones en el efluente.
Un ingeniero competente especialista en contaminación siempre busca oportunida-
des para convertir las corrientes de desecho en productos provechosos o en materias pri-
mas valiosas. La mayor parte de las posibilidades obvias ya se han explotado; las menos
obvias están esperando ser descubiertas.

7.3 EL ÚLTIMO DESTINO DE LOS CONTAMINANTES


Si es posible, se evita la formación de contaminantes. Si no es posible lograrlo, se tiene la
esperanza de capturarlos y darles un buen uso. Para la mayor parte de los contaminantes
no se puede hacer eso. Si los contaminantes se quemarán, a menudo se les destruye por
combustión; esto es cierto para la mayor parte de los compuestos orgánicos. La gran parte
de los otros contaminantes no se pueden quemar. Para ellos, el último destino más común
es capturarlos y colocarlos en un relleno de terreno. Ése es el destino de una gran canti-
dad de los contaminantes en partículas, que por lo general son polvos finos. En su mayor
parte, los contaminantes de azufre se convierten al final en CaSO4, un sólido innocuo, y se
usa para rellenar terrenos.
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 163

Al diseñar cualquier sistema de control de la contaminación del aire, se debe planear


la disposición final de cualesquiera desechos que se produzcan porque, a menudo, el cos­
to de esa disposición puede ser una fracción significativa del costo total del control de
esa contaminación. Si el material que se recoja está clasificado como desecho peligroso
[7], entonces el costo para disponer de él es muchas, pero muchas, veces el necesario para
un desecho común.* Mezclar un desecho peligroso con uno que no lo sea, en general
hace que los dos resulten peligrosos. Los ingenieros prudentes nunca tratan de hacer eso.
La legislación actual en E.U. sobre la disposición de desechos peligrosos es estricta en la
asignación de responsabilidad financiera al originador de cualquier desecho de ese tipo.
Por esta razón, rara vez se eligen los procesos de control de la contaminación del aire que
producen un desecho sólido, en particular uno que puede clasificarse como peligroso, si
existe algún proceso alternativo que no produzca ese desecho sólido.

7.4 MINIMIZACIÓN DEL GASTO VOLUMÉTRICO


Y DE LA CAÍDA DE PRESIÓN
Todas las corrientes de gases de desecho deben impulsarse a través del dispositivo de
control y de los ductos y chimenea de escape asociados. Esta función normalmente la
realiza un ventilador o un soplador. La potencia para hacer funcionar este ventilador o
soplador puede ser uno de los costos significativos del sistema de control de la contami­
nación del aire.
Para cualquier ventilador o soplador estacionarios y adiabáticos que estén procesan­
do un gas perfecto, la potencia para los mismos se calcula mediante

Potencia (7.1)

en donde h =
gasto molar (l bmol/s)
R =
constante universal de los gases (véase el Apéndice A)
T1 =
temperatura de admisión
k =
relación de las capacidades caloríficas (prácticamente una constan­
te igual a 1.4, para el aire y la mayor parte de los gases de desecho)
η = eficiencia del ventilador o soplador
P1 = presión en la admisión del ventilador
P2 = presión en la salida del ventilador

En esta relación se supone un comportamiento de gas perfecto y rendimiento adiabático.


Sin embargo,
P2 = P1+ ΔP (7.2)

* El concepto de desecho peligroso no debe confundirse con la clasificación de Hazardous Air Pollutants
(Contaminantes Peligrosos del Aire, analizados en el capítulo 15). Los desechos peligrosos son sólidos o
líquidos, cuya disposición es el tema de reglamentaciones federales muy estrictas y caras. Algunos mate­
riales pueden ser desechos peligrosos y contaminantes peligrosos del aire pero, en su gran parte, los ma­
teriales que pertenecen a una de las categorías no se encuentran en la otra.
164 CAPÍTULO 7

de modo que

Potencia = (7.3)

En general, la cantidad (ΔP/P1) es « 1 y, asimismo, si se tiene (1 + x)", esto se puede repre­


sentar mediante el desarrollo en serie 1 + nx + n(n + l)x2/2! + ...... Si x « 1, entonces se
pueden cancelar todos los términos más allá del término nx, con error despreciable. En la
ecuación (7.3), (ΔP/P1) desempeña el papel de x y [(k - 1)/k] el de n, de modo que se
puede hacer la sustitución y simplificar, para encontrar

Potencia ≈ (7.4)

Pero n RT1/P1 es igual al gasto volumétrico en la admisión, Q1, de modo que

Potencia ≈ (7.5)

Esta aproximación sólo es válida para ΔP/P1, pequeño, que normalmente es el caso en 1a
ingeniería de la contaminación del aire.
La ecuación (7.5) hace ver que, si se desea minimizar la potencia requerida para impul­
sar la corriente de gases de desecho a través del sistema de control, se debe minimizar Q1,
minimizar ΔP y maximizar η.

Ejemplo 7.1. Una planta típica generadora de electricidad con una producción neta de ener­
gía de 1000 MW produce un flujo de gases en la chimenea de más o menos 2 millones de
ft3/min (943.9 m3/s), en las condiciones de la chimenea. Si se instala un dispositivo de con­
trol de la contaminación que tiene una caída de presión de 1 psi (6895 Pa), ¿qué fracción de
la energía eléctrica producida por la planta será consumida por el ventilador de 90% de
eficiencia que vence esta caída de presión?

Potencia = •• = 9697 h p

o sea

Potencia = = 7.23 x 106 W = 7.2 MW

Este ejemplo hace ver que un dispositivo de control con una caída de presión de 1 psi
consumiría 7.2 MW, o sea 0.7%, de la producción neta de energía eléctrica de la planta
generadora. Esta fracción es significativa y se han realizado esfuerzos considerables para
minimizar las caídas de presión a través de los dispositivos de control con el fin de minimi­
zar ese consumo de potencia.
Además de minimizar los costos de la potencia, normalmente se minimizan otros cos­
tos, al reducir el gasto volumétrico. Lo típico es que el costo del capital de un dispositivo
de control de la contaminación sea de manera muy aproximada proporcional al gasto
volumétrico que pasa por él y prácticamente independiente de la presión a la que debe
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 165

Dispositivo
Soplador de control
Chimenea

Campana
Aire succionado

Fuente de emisiones como puede ser un horno que


se hace girar sobre su eje para llenarse o vaciarse

FIGURA 7.2
Disposición típica de campana/soplador/dispositivo de control/chimenea
para una fuente de emisiones que no se puede conectar por medio de un
sistema cerrado de ductos hasta el dispositivo de control. En este
diagrama de flujo, el ventilador se encuentra entre la fuente de emisiones
y el dispositivo de control; también se puede colocar entre el dispositivo
de control y la chimenea. Las dos disposiciones tienen ventajas y
desventajas.

operar. Por lo tanto, si se dispone de la corriente de gases a alta presión, en general es más
económico instalar un limpiador de gases de alta presión para trabajar cuando el Q de la
corriente es pequeño (debido a la alta presión) que reducir la presión hasta la atmosférica,
antes de realizar la limpieza de los gases.
En muchas aplicaciones referentes a la contaminación del aire, el contaminante es emi-
tido por una fuente abierta como un horno o una máquina en una fábrica. En este caso, es
normal conectar una campana colocada sobre la abertura a un sistema de vacío que recoge
las emisiones. Entonces un ventilador refuerza este flujo de aire para llevarlo hasta una
presión superior a la atmosférica, para limpiarlo y descargarlo (véase la figura 7.2). Con
base en la ecuación (7.5) y en el análisis precedente de la relación del costo del equipo con
Q, debe quedar claro que se tiene un gran ahorro financiero si se pueden hacer herméticas
las conexiones de la campana, de modo que el volumen de aire succionado se mantenga
tan pequeño como se pueda. En lo ideal, se debe reemplazar esta disposición por una en la
que exista una conexión permanente y cerrada entre la fuente de emisiones y el sistema
colector; con frecuencia, esto no es económicamente factible. Crocker ha presentado algu-
nos ejemplos interesantes de cómo minimizar el volumen del gas tratado con ahorros re-
sultantes en el costo [8].

7.5 E F I C I E N C I A , P E N E T R A C I Ó N , F A C T O R
DE D E S C O N T A M I N A C I Ó N , NUEVES
Considérese un dispositivo de control corriente abajo que tiene un gasto volumétrico Q,
una concentración c0 del contaminante en la admisión y una concentración c1 del contami-
166 CAPÍTULO 7

nante a la salida. Para ese dispositivo, el gasto másico del contaminante que entra en él es
Qc0 y el gasto del contaminante que sale de él es Qc1. Si el gasto volumétrico cambia al
pasar la corriente de desecho por el dispositivo (lo que sucederá si cambian la temperatura
o la humedad), entonces tendrá que considerarse el gasto volumétrico en la admisión como
Q0 y a la salida como Q1 Pero el producto Qc todavía representa el gasto másico del con­
taminante.
Dadas estas definiciones, ahora se pueden definir tres nuevos términos:

Eficiencia del control o, sencillamente, eficiencia =η= =1- (7.6)

Penetración = p = 1 - eficiencia = (7.7)

Factor de descontaminación = DF = = (7.8)

Es obvio que, si Q0 = Q1, las Q se cancelan en estas tres definiciones.


¿Cuál es la razón de estas tres definiciones? ¿Por qué no conjuntamos todas en una?
Cada una de ellas tiene sus aplicaciones. Considérese el factor de descontaminación, que
se aplica con amplitud en la literatura sobre energía atómica. Como el programa de la ener­
gía atómica condujo a la producción de gran parte del primer equipo de control de la con­
taminación del aire, la terminología de la energía atómica también aparece en la primera
literatura sobre el control de esta contaminación. Al tratar con materiales radiactivos, por
lo común se aplican esquemas de control con factores de descontaminación de 106 o ma­
yores. Esto corresponde a una penetración de 10-6, que no es en particular un número
difícil de manejar, pero es equivalente a una eficiencia de 0.999999, o sea, 99.9999%. Esto
último no resulta conveniente, de modo que cuando las eficiencias son tan altas como
ésta, ha sido mucho más común hablar de penetraciones o de factores de descontami­
nación.
En la literatura actual sobre contaminación del aire se está volviendo más común refe­
rirse a las altas eficiencias requeridas para los incineradores de desechos como los "cuatro
nueves"; es decir, una eficiencia del control del 99.99%. Se están proponiendo reglamenta­
ciones nuevas que pedirán "cinco nueves". En esta terminología, el ejemplo anterior sería
de "seis nueves".
Si se tienen más de un dispositivo de control en serie, las matemáticas para calcular
su efecto conjunto son mucho más sencillas si se utilizan penetraciones que si se aplican
eficiencias.

Ejemplo 7.2. Se desea utilizar cuatro colectores en serie. Cada uno de los colectores tiene
una eficiencia del 93%. ¿Cuál es la eficiencia total del grupo de cuatro en serie?
En realidad, se desea conocer la eficiencia total,

ηtotal =I

Se puede escribir la ecuación (7.6) cuatro veces y eliminar los valores intermedios como se
indica a continuación:

ηtotal = I-
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 167

η = 1-

η2=l- ; Q 2 c 2 = Q 1 c 1 (l - η 2 ) = Q0c0(l -η 1 )(1 - η 2 )

η 3 = l- ; Q3c3 = Q2c2(l - η 3 ) = Q0c0(l -η 1 )(l - Η 2 ) ( 1 -Η 3 )

η4 = 1- ; Q4c4 = Q 3 c 3 (1-η 4 )

= Qoco(l -η1)(l -η2)(l -η3)(l -η 4 )

η total = 1- = 1-(1-η 1 )(1-η 2 )(1-η 3 )(1-η 4 )

En este caso, todas las r\ son iguales, de modo que se puede despejar con facilidad, para
hallar
η total=l -(1 -0.93) 4 = 0.999976

Se puede resolver este mismo problema preguntando cuál es la penetración de la serie de


colectores. En este caso, se sabe que la penetración de cada colector por separado es
(1-0.93) = 0.07. Entonces,

Ptotal =
Ptotal= P1 • P2 • P3 • P4

En este caso, todas las p son iguales, por tanto,

ptotal= p4= (0.07)4 = 2.40 x l0-5

En este ejemplo se ilustra que, cuando se tienen colectores en serie, en general resulta más
práctico y más sencillo aplicar la penetración que la eficiencia. ■

7.6 CONTAMINANTES HOMOGÉNEOS


Y NO H O M O G É N E O S
Algunos contaminantes, como el S0 2 y el CO, son homogéneos. Cada molécula de CO es
idéntica a todas las demás moléculas de CO. Otros contaminantes, como las partículas con
diversos tamaños y los hidrocarburos no son homogéneos. Las partículas finas son más
difíciles de capturar y es más probable que causen daños a la salud que las gruesas. El
benceno es más difícil de destruir en un incinerador que el hexano y, probablemente, es
una amenaza más grave para la salud; los dos son hidrocarburos. En estos dos casos, las
reglamentaciones se aplican a la mezcla y los dispositivos de control operan sobre ésta,
no por separado sobre las partículas de diferente tamaño o sobre cada uno de los miem­
bros de la familia de hidrocarburos.
La eficiencia, la penetración y los factores de descontaminación no causan confusión
ni dificultad cuando se aplican a los contaminantes homogéneos. Sin embargo, cuando se
aplican a contaminantes heterogéneos, no siempre son adecuados. Típicamente, la eficien-
168 CAPÍTULO 7

cia de un dispositivo colector de partículas es una fuerte función del tamaño de las mis­
mas. Para la mayor parte de esos dispositivos (véase el capítulo 9), la eficiencia es alta
para las partículas grandes y menor para las más pequeñas.

Ejemplo 7.3. Una corriente de desecho contiene partículas de tres tamaños: grandes, me­
dianas y pequeñas. Éstas se encuentran presentes en cantidades iguales en peso en la
corriente de gas. Se pasa esta corriente de gas por un colector que tiene una eficiencia del
99% sobre las partículas grandes, una del 75% sobre las medianas y del 30% sobre las
pequeñas. ¿Cuál es el porcentaje total de eficiencia en peso para este colector?
Si se considera que la masa de gas contiene 0.999 kg de partículas, se puede calcular
lo siguiente:

Tamaño de partícula Cantidad entrante x Penetración = Cantidad saliente

Grande 0.333 kg 0.01 0.0033 kg


Mediano 0.333 kg 0.25 0.0833 kg
Pequeño 0.333 kg 0.70 0.2331 kg
Total 0.999 kg 0.3197 kg

Y la eficiencia total = 1 - p = 1 - (0.3197/0.999) = 0.680.

Ejemplo 7.4. Si en el ejemplo 7.3 se agrega otro colector, idéntico al primero, corriente aba­
jo de éste, ¿cuál será la eficiencia total de captura?
Aquí, una vez más, se usa una tabla, pero la penetración de cada tamaño de partícula
es el cuadrado de la penetración para un solo colector.

Tamaño de partícula Cantidad entrante x Penetración = Cantidad saliente

Grande 0.333 kg (0.01)2 0.0000 kg


Mediano 0.333 kg (0.25)2 0.0208 kg
Pequeño 0.333 kg (0.70)2 0.1633 kg
Total 0.999 kg 0.1841 kg

Y la eficiencia total, de dos colectores = 1-p= 1- (0.1841/0.999) = 0.816.

En el ejemplo 7.4 se ilustra que el segundo colector no es tan eficiente como el prime­
ro. Para el segundo colector le eficiencia es 1 - (0.1841/0.3197) = 42.4%. La razón es que
está tratando una corriente de gas mucho más difícil que el primer colector. El primer colec­
tor extrajo la mayor parte de las partículas grandes, que son más fáciles de capturar. La
corriente que sale contenía en su mayor parte partículas pequeñas, que son las difíciles de
capturar. Para un tamaño de partícula en especial (por ejemplo, para las partículas peque­
ñas) cada uno de los colectores es tan eficaz como el otro; pero las relaciones de los tama­
ños de partículas en las admisiones son diferentes. Ésta es sencillamente la consecuencia
de la ley de los rendimientos decrecientes, aplicada al control de la contaminación del aire.
Matemáticamente, en los ejemplos anteriores se aplicó

para ese rango peso total en ese


Ptotal = (7.9)
sobre el rango completo de tamaños rango de tamaños,
de tamaños de partículas
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 169

Si se hace que el número de intervalos de tamaños de partículas aumente de tres, en estos


ejemplos, hasta un número infinito, se puede reemplazar la suma por una integración, o
sea.
para ese rango peso total en ese
ptotal= de tamaños rango de tamaños (tamaño) dw (7.10)
sobre el rango completo
de tamaños de partículas

en donde p = penetración total


p(tamaño) = penetración para ese tamaño de partícula en particular
w = fracción en peso en ese rango de tamaños de partículas con
valores que van desde cero (la partícula más pequeña) hasta
uno (la partícula más grande)

En los capítulos 8 y 9 se verán ejemplos de esta clase de integración, después del análisis
de distribuciones de los tamaños de partículas.
Para algunos fines, en realidad !o que se desea conocer es esta eficiencia total respec­
to al peso, para muchos otros no lo es. Por ejemplo, las partículas pequeñas representan
un problema mayor para la salud o la visibilidad —libra por libra— que las grandes. Como
se analizó en el capítulo 2, no todos los tipos de hidrocarburos tienen la misma tendencia
de formación de esmog o el mismo efecto sobre la salud. Al clasificar los dispositivos de
control de hidrocarburos, la eficiencia total del control como porcentaje en peso puede no
ser una medida exacta de la reducción de los contaminantes dañinos emitidos a la atmósfe­
ra. Para algunas situaciones, como la de los incineradores de desechos peligrosos, las re­
glamentaciones exigen un porcentaje algo alto de destrucción de algún componente de
hidrocarburo (conocido como el componente peligroso orgánico principal, o POHC, prin­
cipal organic hazardous component), en general uno que es difícil de destruir. Si, por ejem­
plo, el incinerador puede destruir el 99.99% del benceno en el desecho que se está incine­
rando, es probable que tenga una eficiencia incluso mayor para los otros componentes,
como el hexano, que son más fáciles de destruir.

7.7 VOLUMEN Y COMPOSICIÓN DE LOS PRODUCTOS


DE LA COMBUSTIÓN
La mayor parte de las corrientes de gases tratadas en la ingeniería del control de la conta­
minación del aire son los resultados de la combustión; se analizarán en los capítulos si­
guientes. En lo que sigue se trata, como un problema general, cómo calcular el volumen y
la composición de los gases que resultan de la combustión de cualquier combustible. En la
figura 7.3 se resume el esquema de cálculo.
El cálculo es más sencillo para los hidrocarburos para los que es posible escribir una
fórmula molecular sencilla, por ejemplo, CH4, C6H6 o C6H14. Todos éstos se pueden escri­
bir como CxHy en donde, para el metano, x= 1 y y = 4, etcétera. Para todos esos combusti­
bles, si el que se alimenta al combustor ilustrado en la figura 7.3 es 1 mol entonces, si se
supone que la combustión es completa, el gas de salida contendrá x mol de C0 2 y y/2 mol
de H 2 0. Además, contendrá nitrógeno y humedad que entraron con el aire para la com­
bustión. La necesidad de oxígeno estequiométrico es

noxí geno estequiométrico = x + (7.11)


170 CAPÍTULO 7

Combustor
Combustible
1 mol CxHy Productos de la combustión

Aire x mol de CO2


mol de H20 de la combustión
nseco = nesteq
mol de H20 del aire
ntotal = nseco
mol de N2 del aire
Enesteq mol de O2
Salida total de moles =

FIGURA 7.3
Ilustración del proceso para calcular el volumen y la composición del gas que proviene de la
combustión de un hidrocarburo simple, CxHy Se supone combustión completa con aire en exceso.
Véase el ejemplo 7.5.

lo cual se abrevia nesteq. (Aquí se tiene y/4, porque cada átomo de H requiere 1/4 mol de O2
pero produce 1/2 mol de H 2 0.) El flujo de aire seco hacia el quemador es

nseco = nesteq (7.12)

en donde el 0.21 toma en cuenta el hecho de que el aire sólo es 2 1 % de oxígeno y E es la


fracción de aire en exceso* introducido al quemador. La cantidad de aire introducido es

ntotal = nseco (1+X) = nesteq (1+X) (7.13)

en donde X es la humedad, expresada como (mol H 2 0/mol de aire seco). Si se suman todos
los flujos que salen y se cancelan términos semejantes, se encuentra que

"total, salida (1 + X ) - 1 (7.14)

Ejemplo 7.5. Se quema metano en aire con 20% en exceso y humedad del mismo de 0.0116
mol/mol de aire seco. ¿Cuáles son el gasto de aire para la combustión y la composición y el
gasto de los productos de ella?

* En casi todos los dispositivos de combustión se introduce más de la cantidad estequiométrica de aire,
con el fin de garantizar que existe oxígeno suficiente para tener una combustión completa. La cantidad
de aire más allá de la necesidad estequiométrica se llama aire en exceso. Un valor típico es 20%.
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 171

En este caso, se elige como base 1 mol de metano, de modo que todos los flujos cal­
culados sean por mol de metano. E = 0.20 y X= 0.0116, de modo que

nco2 = x = 1
=2

nesteq = x + =1+ =2

nseco = nesteq = = 11.43

ntotal =n s e c o (l + X)= 11.43-1.01 16 =11.56

n N 2 = 0 . 7 9 nseco =0.79-11.43 = 9.03

nO2 = Enesteq = 0 . 2 - 2 = 0.4

n H20 total = nH20 combustión + Xnseco = 2 + 0.01 16 • 1 1.43 = 2.13

ntotal, salida = 1 + =12.56

Se puede comprobar esta respuesta si se suman los moles que salen, por separado, 1 +
2.13 + 9.03 + 0.4 = 12.56. Por tanto, para un mol de metano, se tienen 11.56 moles de aire
para la combustión y 12.56 moles de gases productos. La fracción molar de cualquier com­
ponente de los gases productos es

y¡ = (7.15)

(Obsérvese que, en este último caso, y¡ es la fracción molar del componente i, no debe
confundirse con la y que aparece en C x H y .) Por ejemplo, la fracción molar para el C 0 2 es
(1/12.56) = 0.0796.

Este caso, en el que se puede escribir una fórmula molecular para el combustible, el
cual sólo contiene C y H, es el más fácil. Para los combustible sólidos (carbón mineral,
madera, biomasa), la composición del combustible normalmente se expresa en peso de C,
H, N, S, O y ceniza, sobre una base en seco. En principio, se podrían convertir todos estos
en una fórmula en términos de CxHyN2 etc., pero rara vez se hace. El procedimiento común,
semejante al anterior, se ilustra a continuación.

Ejemplo 7.6. Un "carbón de veta típica de Pittsburgh" tiene el análisis último siguiente,
en peso: hidrógeno, 5.0%; carbono, 75.8%; nitrógeno, 1.5%; azufre, 1.6%; oxígeno, 7.4%;
ceniza, 8.7% (véase el apéndice C). Se quema con un aire en exceso del 20%, cuya hume­
dad es de 0.0116 mol/mol de aire seco, y la combustión es completa. Determínese la canti­
dad y la composición del gas producido.
En lugar de elegir un mol de alimentación, se eligen 100 g de carbón seco. Entonces
los moles de los componentes por separado son éstos: nc = 75.8/12 = 6.32, nH = 5.0/1 = 5.0,
nHl = 1.2/28 = 0.043, ns = 1.6/32 = 0.050 y n02 = 7.4/32 = 0.231. Entonces, por inspección,
se puede ver que los moles de C0 2 , H 2 0 y S 0 2 formados por la combustión son 6.32,
172 CAPÍTULO 7

5/2 = 2.50 y 0.050, respectivamente. Se supone que el nitrógeno sale como N2 (aun cuando
algo de él existe como NO o N0 2 , véase el capítulo 12), de modo que los moles de nitróge­
no, que provienen del combustible, son 0.043.
Los moles de oxígeno necesarios para la combustión son los que se necesitan para
oxidar el C, H y S, menos el contenido en el combustible. En este caso,

nesteq = nc + + ns - no2 = 6.32 + + 0.005 - 0.231 = 739

nseco = nesteq =7.39• =42.23

ntotal = nseco (1+X) = 42.23 •1.0116 =42.72

nN2 = 0.79nseco + nnitrógeno del combustible

= 0.79-42.23 + 0.043 = 33.40

n o 2 = En esteq = 02•7.39 = 1.48

NH2O,TOTAL = n H2Ocombustible+ Xnseco = 2.50 + 0.0116 • 42.23

= 2.99

= + +
ntotal, salida nc nS + nN2 del combustible +
nesteq

ntotal, salida = 632 + 2.50 + 0.05 + 0.043 + 7.39

= 44.24

Se puede comprobar esto si se suman los moles de los componentes por separado en
la corriente de salida, y se encuentra el mismo resultado. Se puede calcular la fracción mo­
lar (porcentaje en volumen) de cualquier componente en este gas de combustión, al dividir
su número de moles entre el número total de éstas. De este modo, por ejemplo,

ySO2 = = = 0 . 0 0 1 130=1130 ppm

La mayor parte de los carbones se entregan con un 1 a 5% de humedad; algunos


carbones subbitubinosos tienen hasta un 35% de humedad. Los carbones también pue­
den captar humedad de la lluvia y la nieve en las pilas de almacenamiento. Algunos carbo­
nes se secan antes de quemarlos; la mayor parte se alimentan húmedos al hogar. En ese
caso, el último ejemplo se modificaría para añadir la humedad contenida en el carbón, la
cual sale del hogar como vapor de agua en el gas de escape.
Se puede ver que este tipo de cálculo es tedioso, pero se escribe con facilidad en
programas para computadora. Se usará, así como los resultados de estos dos ejemplos,
varias veces más adelante en este libro.
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 173

7.8 CAMBIO DE LOS GASTOS


VOLUMÉTRICOS
Los volúmenes de los gases cambian de manera significativa con los cambios en la tempe­
ratura o en la composición química, o en ambas cosas. Estos cambios complican el diseño
de todos los tipos de equipo de control de la contaminación del aire.

Ejemplo 7.7. En la figura 7.4 se ilustra cierta clase de dispositivo con un solo flujo de gas
que entra y sale. El gas tiene las propiedades del aire y un gasto de 100 lbm/min. ¿Cuáles
son los gastos volumétricos de entrada y salida?
En este caso, en primer lugar se calcula el gasto molar:

Gasto Gasto másico 100 lbm/min lbmol


= 3.45
molar Peso molecular 29 lb/lbmol min

Entonces se observa (véase la guarda posterior) que, a las condiciones estándar (20°C,
1 atm), 1.0 lbmol tiene un volumen de [1/(2.59 x 10-3)] = 385.3 ft3. Si este flujo se realizara a
las condiciones estándar, el gasto sería

Gasto gasto volumen molar


estándar molar estándar
lbmol scf scf
= 3.45 385.3 = 1329
min lbmol min

en donde la abreviatura scf significa pies cúbicos estándar (standard cubic feet). Esto tam­
bién se escribiría 1329 scfm, en donde scfm representa pies cúbicos estándar por minuto
(standard cubic feet per minute). El volumen molar real se expresa por

Volumen volumen molar


(7.16)
molar estándar

En la mayor parte de las aplicaciones de control de la contaminación del aire, la presión se


encuentra cercana a la atmosférica, de modo que el término de la extrema derecha es cerca­
no a uno y se ignora. De donde, se puede escribir

Gasto volumen molar


= 1329 scfm 960° R = 2416
real. estándar 528° R

Extracción de calor = m CΔT


≈ 5000 Btu/min

Flujo de aire que entra Algún Flujo de aire que sale


disposi­
m = 100 lbm/min tivo m = 100 lbm/min
T=500°F = 260°C T=300°F= 148.9°C
Q = 1329 scfm Q= 1329 scfm FIGURA 7.4
= 2416 acfm = 1913 acfm Ejemplo de los cambios en el
= 0.628 m3 est/s = 0.628 m3 cst/s gasto volumétrico a través
= 1.14 m3 reales/s = 0 904 m3 reales/s de un dispositivo, con un
cambio en la temperatura.
174 CAPÍTULO 7

en donde acfm representa pies cúbicos reales por minuto (actual cubic feet per minute).
Para el flujo hacia afuera del dispositivo, se puede ver que el flujo estándar permanece
inalterado, pero el flujo real es el que acaba de obtenerse, multiplicado por (760°R/960°R),
o sea, 1913 acfm.

En el caso presentado, los flujos reales son casi el doble de los estándar; en los gases
de combustión, la relación puede ser de tres o cuatro. En virtud de estos cambios de Q
con T es común, en los diagramas de flujo como el de la figura 7.4, indicar tanto los flujos
estándar como los reales, en diversos puntos del sistema.
Como ya se ha analizado, el tamaño de los dispositivos de control y la potencia para
bombear el gas a través de ellos son de manera muy aproximada proporcionales al gasto
volumétrico. Por tanto, será económico enfriar los gases tanto como se pueda, antes de
enviarlos a los dispositivos de control de la contaminación del aire, y será económico ubi­
car el ventilador o soplador en el lugar del flujo en donde la temperatura sea la más baja.
Los gases calientes por lo común se enfrían por medio de rocíos de agua o al pasarlos por
ductos no aislados, antes de hacerlos llegar a los dispositivos de control o a los ventila­
dores o sopladores. Sin embargo, el punto de rocío en ácido limita cuánto se puede lograr
de esta manera (véase la sección 7.9).

Ejemplo 7.8. Se propone enfriar la corriente de aire en la admisión de la figura 7.4, de 500
hasta 300°F, rociándolo con agua líquida, no por el dispositivo de extracción del calor que
se muestra en la figura. Se dispone de agua a 20°C = 68°F. ¿Cuánta agua se debe rociar
para obtener este resultado? Supóngase que no se tiene transferencia de calor hacia los
alrededores.
Por cálculos directos de balance de la energía (primera ley de la termodinámica), se
encuentra que, para el flujo estacionario, mezclado adiabático de gases calientes y agua
líquida,

Δ Hgas + Δ Hagua = 0 = (mCP Δ T) gas + [m(λ + Cp, ΔT)] a g u a

= 0.047

La cantidad de agua calculada en el ejemplo 7.8 es pequeña, pero produce un efecto


significativo de enfriamiento, en su mayor parte debido al elevado calor latente de vapori­
zación, λ, del agua. Los valores del gasto a la derecha de la figura 7.4 tendrían que
incrementarse para tomar en consideración el vapor de agua que ahora se agregado a la
corriente del gas.
La humedad de saturación del aire enfriado determina cuánto se pueden enfriar los
gases calientes de esta manera. En la figura 7.5 se tiene una versión simplificada de una
gráfica psicrométrica, que se encuentra en los manuales de ingeniería y en los libros so­
bre acondicionamiento del aire. En ella se ve que el proceso del ejemplo 7.8 se puede re­
presentar como una flecha que va del estado inicial, a 500°F y una humedad supuesta de
cero, hasta 300°F y H= 0.047 Ib de agua/Ib de aire seco.
Esa figura también hace ver que, si se continuara agregando agua a la corriente
de gas (extensión con línea de puntos de la trayectoria del proceso) se alcanzaría la curva de
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 175

Hacia el infinito a 212°F

Temperatura de saturación adiabática

0 100 200 300 400 500


Temperatura, °F

FIGURA 7.5
Trayectoria seguida por el enfriamiento del ejemplo 7.8, mostrada en una
gráfica psicrométrica. En muchos libros de referencia, como el Perry's
Chemical Engineer's Handbook, se encuentran gráficas detalladas de este
tipo, para diversas mezclas gas-líquido. Esta gráfica es para aire y agua a la
presión de una atmósfera; p es la presión de vapor del agua a esta
temperatura.

saturación a 212°F (conocida como la temperatura de saturación adiabática) y una hu­


medad de 0.087 Ib de agua/Ib de aire. Si se agregara todavía más agua, el agua adicional no
se evaporaría porque el aire no puede contener más agua. Entonces se tendría una mezcla
de aire y gotas de agua a la temperatura de saturación adiabática. En la mayor parte de los
casos, no se desea, por razones de corrosión, agregar agua suficiente como para acercarse
a esa temperatura, como se analiza a continuación.

7.9 PUNTO DE R O C Í O EN ÁCIDO


La mayor parte de las corrientes de gas que se tratan para el control de la contaminación
del aire contienen humedad. Si se enfrían bastante como para condensar esta humedad, el
líquido de este modo producido puede obstruir o tapar los dispositivos de control. Inclu­
so peor, esa agua puede disolver componentes acidificantes, extrayéndolos de la corriente
de gas, con lo que forma de este modo líquidos ácidos con capacidad impresionante de
corroer y, por tanto, de destruir partes del equipo de control.
Si no hay gases ácidos presentes en la corriente de gas, entonces la temperatura a la
que la humedad contenida empezará a condensarse, el punto de rocío, es la temperatura a
la que la relación de la presión de vapor del agua a la presión atmosférica es igual a la
fracción molar de vapor de agua en el gas, o sea,

Pvapordeagua Fracción molar de


agua en el gas yagua
T = TROCÍO
176 CAPÍTULO 7

Ejemplo 7.9. Se quema metano con 20% de aire en exceso. Estímese el punto de rocío.
Con base en el ejemplo 7.5, se encuentra que la fracción molar de agua en los produc-
tos de la combustión fue yagua = (2.13/12.56) = 0.183. La temperatura en el punto de rocío (a
la presión de una atmósfera) para esta yagua es aquélla para la que la presión de vapor del
agua es 0.183 atm = 2.69 psia. Con base en cualquier tabla de las propiedades termodinámi-
cas del vapor de agua, se puede hallar que esto corresponde a TR0CÍ0 = 137°F. También se
pudo calcular este valor con el empleo de la ecuación de la presión de vapor para el agua,
dada en el apéndice A.

Esto indica que, si se mantienen los productos de la combustión del gas natural arriba
de 137°F, no se condensarán. Es posible que los lectores hayan observado que si se colo-
ca una olla grande de agua fría sobre una llama de gas natural, inicialmente se condensa
agua sobre su fondo y costados. Al calentarse la olla, la condensación desaparece. Al
principio, la olla enfría los productos de la combustión en la llama de gas con temperatura
abajo de 137°F. E! punto de rocío para el metano es más alto que para cualquier otro com-
bustible común, porque el metano tiene la relación hidrógeno/carbono más alta que cual-
quier otro combustible de hidrocarburo. Por tanto, si no intervinieran gases ácidos, no
sería difícil lograr el requisito de temperatura para evitar la condensación. Sin embargo,
pequeñas cantidades de ácidos, en particular el ácido sulfúrico, pueden elevar en forma
notable el punto de rocío.

Ejemplo 7.10. Un gas de combustión a una presión de una atmósfera contiene 11.0% de
agua y 1 ppm de H2SO4. ¿Cuál sería su temperatura del punto de rocío si no hubiera H2SO4?
¿Cuál es su temperatura del punto de rocío con el H2SO4?
Mediante un cálculo similar al del ejemplo 7.9 se encuentra que, sin el H2SO4, la tem-
peratura del punto de rocío del gas correspondería a una presión de vapor de 0.11 atm =
1.62 psia, o sea, Trocío = 118°F = 48°C. En la figura 7.6 se tiene un resumen de los puntos
de rocío observados para esta situación. En ella se lee un punto de rocío en ácido de
=230°F=110°C.

Este resultado indica que 1 ppm de H2SO4 en el gas eleva su punto de rocío en 112°F
= 62°C. Más de una pieza importante del equipo ha sido destruida por la corrosión, debido
a que sus diseñadores pasaron por alto este pasmoso resultado, o no creyeron en él. Por
desgracia, es posible que se tenga por lo menos 1 ppm de H2SO4 en la mayor parte de los
gases de combustión, excepto para aquellos que provienen de gas natural desodorizado.
La mayor parte del azufre que se encuentra en el carbón mineral y en los combustóleos de
elevado punto de ebullición están ligados en sus moléculas. Al propano y al gas natural
se les agregan compuestos de azufre para darles olor, por razones de seguridad. Cuando
los combustibles se queman, este azufre se convierte en SO2, el cual, a continuación, reac-
ciona con el oxígeno y el vapor de agua para formar H2SO4. Cuánto del SO, se convierte
depende del contenido de humedad del gas, el tiempo que haya pasado en el medio am-
biente de la combustión y del efecto catalítico de las partículas de ceniza o de las partes
metálicas del dispositivo de combustión, o de ambas cosas. Una estimación típica es que
se convierte el 5% en un hogar grande. Este problema es bastante importante (bastante
laborioso, bastante caro) como para que exista mucha literatura sobre él [9].
Como consecuencia, cualquier dispositivo de control de la contaminación del aire que
trate un gas que contenga SO2 (y, por lo tanto, H2SO4) debe fabricarse con materiales re-
sistentes a la corrosión, los cuales son caros, o debe protegerse contra la corrosión del
punto de rocío en ácido. Las medidas protectoras comunes son aislar el dispositivo, de
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 177

ppm de H2SO4
100
80
60
40
20 10 ppm de H 2 SO 4

1 ppm de H2SO4

60 SO 100 120 140 160 180 200

150 200 250 300 350 400


°F
Temperatura

FIGURA 7.6
Curva del punto de rocío en ácido para gases de combustión que contienen
I 1.0% de vapor de agua a la presión de una atmósfera. (Tomado de la
referencia 9.)

modo que no sea enfriado por el medio circundante, o proporcionar una alimentación auxi-
liar de gas inerte o de aire para purgar el gas que contiene SO2, o ambas medidas, siempre
que se pare el dispositivo. Otros gases ácidos (HNO3 HC1, H2CO3) también pueden cau-
sar este problema, pero no de manera tan espectacular como el H2SO4. La razón es que el
H2SO4 tiene una afinidad muy fuerte por el vapor de agua atmosférico y lo capturará y
formará gotas a la elevada temperatura que se indica en la figura 7.6. Con los otros ácidos
pasa lo mismo, pero no casi con tanta intensidad.
La condensación en el punto de rocío en ácido también es un problema en el muestreo
de los gases de chimenea. El problema no es la corrosión ácida del equipo, sino el cam-
bio de la composición de los gases por la condensación y remoción de los componentes
ácidos. Con bastante frecuencia, las sondas y las líneas de muestreo de los gases de chi-
menea se calientan eléctricamente, para mantener la muestra arriba del punto rocío en áci-
do, en su camino por la sonda y la línea de muestreo hasta el detector o, también muy
frecuentemente, se introduce aire seco para dilución cerca de la toma de la muestra, con el
fin de reducir la temperatura del punto de rocío en ácido por abajo de la temperatura am-
biente. Esta dilución se mide y se toma en cuenta en los cálculos de la concentración del
contaminante.
178 CAPÍTULO 7

7.10 RESUMEN

1. Si se enfrenta alguien a un problema de contaminación del aire, las posibilidades para


aliviarlo son la dispersión mejorada, el cambio del proceso o los dispositivos de con-
trol corriente abajo (en el "tubo de escape")- En la legislación y la práctica actual en
E.U., la primera elección es el cambio del proceso; la segunda es un dispositivo de
control corriente abajo, y sólo si con éstas, en conjunto, no se puede cumplir con la
norma aplicable, se puede utilizar la dispersión acrecentada.
2. Si el contaminante es valioso por sí mismo o como un combustible, y su concentración
es suficientemente alta, la mejor solución de control es posible que sea recuperar el
contaminante o usarlo como combustible.
3. Casi siempre resulta económico minimizar el gasto volumétrico de la corriente que se
va a tratar y minimizar la caída de presión en el equipo de control.
4. En la mayor parte de los cálculos, la penetración es una medida más conveniente del
rendimiento del equipo de control, que la eficiencia del control.
5. El flujo volumétrico en los dispositivos de control cambia de manera significativa con
los cambios en la temperatura. Por esta razón, los diagramas de flujo de los procesos
indican el gasto tanto en las condiciones estándar como en las reales (scfm, acfm).
6. Todos los dispositivos de control de la contaminación que tratan gases incluso con
trazas de SO2 se deben proteger contra la corrosión en el punto de rocío en ácido.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste-
riores.
7.1. a) En el ejemplo 7.1, ¿qué tan grande es el error en porcentaje que se comete al aplicar la
ecuación (7.5), en lugar de la (7.3)?
b) Trácese un esquema de las trayectorias correspondientes a las ecuaciones (7.3) y (7.5)
en una gráfica presión-volumen. Indíquese qué área corresponde al error calculado en el
inciso a).
7.2. Se pasa una corriente de gas por un filtro de fibra que captura el 85% de las partículas presen-
tes. Si se fueran a usar tres de esos filtros en serie y si se supone que cada uno de ellos tiene
una eficiencia del 85%, ¿cuál sería la eficiencia total de captura esperada?
7.3. Repítase el ejemplo 7.4 para tres colectores idénticos en serie, en lugar de los dos que se
mencionan.
7.4. En los ejemplos 7.3 y 7.4, ¿cuántos colectores idénticos en serie se necesitarían para lograr
una eficiencia total de captura del 95%?
7.5. Lístense tantos ejemplos como se pueda de procesos industriales en los que se recupere un
contaminante potencial del aire de una corriente de gas de desecho y se le dé a este contami-
nante recuperado un uso económico.
7.6. En la figura 7.7 se muestra la distribución de frecuencias de varios valores del producto de //
por u, para Peoría, Illinois. Si el índice promedio diario de emisiones para el monóxido
de carbono, para esta ciudad, es de 2 x 107 g/(h • mi2) y la norma que debe cumplirse es de
10 mg/m3, ¿qué fracción del tiempo debe implementarse un control intermitente para cumplir
con esta norma? Supóngase que se aplica el sencillo modelo de caja (sección 6.2), que el tama-
ño de la ciudad es de 5 mi por 5 mi, y que la concentración de fondo es de 2 mg/m3.
7.7. Hágase la deducción completa de la ecuación (7.14).
7.8. Se está quemando el carbón "típico" del ejemplo 7.6 en las condiciones que se dan en ese
ejemplo, a razón de 1000 kg/h de carbón seco. Los producios de la combustión entran en un
dispositivo de tratamiento a 400°F. ¿Cuál es el gasto del gas en scfm y acfm?
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 179

40 000

30 000

20 000

10 000
8 000

6 000
5 000
4 000

3 000

2 000

1000
0.01 0.1 0.5 1 2 5 10 20 30 40 50 60 70 80 90 95 98 99
Frecuencia de ocurrencia, %

FIGURA 7.7
Frecuencia de ocurrencia del producto Hu para Peoría, Illinois [10].

7.9. Repítase el ejemplo 7.6 para el caso en el que el carbón tiene el mismo análisis en seco, pero
tiene un contenido de humedad del 5% al quemarse.
7.10. Se encuentra fluyendo aire a 2200°F y 1 atm, a una razón de 1000 lb/min, hacia afuera del
postquemador en un incinerador de desechos peligrosos.
d) ¿Cuántos scfm representa esto?
b) ¿Cuántos acfm representa esto?
7.11. En el ejemplo 4.2, el medidor de gas usado indicó el gasto volumétrico a la temperatura y
presión ambientes. Para fines reguladores, se pidió que se informara acerca de los valores
correspondientes a la temperatura y presión estándar de la EPA, 14.7 psia y 25°C. Si ese
muestreador estuvo funcionando en un día de julio, en Salt Lake City, entonces la temperatura
promedio fue probablemente de 30°C y la presión de 12.5 psia.
a) ¿Cuál debe ser la concentración de las partículas de que se ha informado, en μg/m3 a STP
(standard temperature and pressure, temperatura y presión estándar)?
b) ¿Tiene esto significado en términos de los efectos probables sobre la salud?
7.12. En el ejemplo 7.8, ¿cuáles son los valores de Q en scfm y en acfm en el gas enfriado?
7.13. Repítase el ejemplo 7.9 para un aire en exceso de 0%, en lugar del valor del 20% que se indica
allí. Si el lector no cuenta con una tabla de las propiedades termodinámicas del vapor de agua,
puede estimar la presión de vapor del agua á partir de la ecuación de Antoine, apéndice A.
7.14. En el ejemplo 7.8:
a) ¿Cuál es el punto de rocío del gas enfriado? Supóngase que el gas caliente es aire, con cero
contenido de agua.
180 CAPÍTULO 7

b) Ahora se desea enfriar el gas tanto como se pueda al mezclarlo con un rocío de agua, pero
existe una regla de la empresa de que no se enfríe por debajo de 25°F arriba del punto de
rocío del gas enfriado. ¿Cuánto se puede reducir la temperatura de este gas al mezclarlo
con un rocío de agua?
c) Hágase un esquema en el que se muestre cómo se encontraría gráficamente el punto de
rocío y cómo se vería el proceso descrito en el inciso b) en una figura como la de la figura
7.5.
Véase el apéndice A en relación con la presión de vapor del agua.
7.15. En el ejemplo 7.8, ¿qué tan grande es el error en porcentaje que se comete al hacer la aproxi-
mación de que, para el agua, l / » Cj, D77
7.16. a) Escríbase la ecuación general para la fracción molar del agua en el gas de combustión de
una chimenea, bajo la hipótesis de que el combustible es un hidrocarburo con fórmula CxHy
que la humedad del aire es de X mol/mol de aire seco y que el aire en exceso es de E%.
b) Con la aplicación de esa fórmula, calcúlese el valor de (y/x) que corresponda al 11% de
vapor de agua en el gas de la chimenea, para aire estequiométrico seco (X= E = 0).
c) Compárese ese valor con los valores típicos de (y/x) de = 1 para el carbón mineral, = 1.8
para la mayor parte de los combustóleos y 4 para el gas natural. ¿Qué clase de combusti-
ble es probable que se pretende sea el de la figura 7.6?
d) Hágase ver cuánto cambia la respuesta para el inciso b) si se supone que E = 0.20 y X =
0.0116.
7.17. Con aplicación de la figura 7.6, estímese el punto de rocío en ácido para los gases de escape
de una planta generadora en la que se quema carbón. El carbón que se va a quemar (este, en
realidad, es el análisis de diseño del carbón para la planta generadora de Emery. Utah) tiene el
análisis siguiente:

Humedad 6.4
Carbono 68.3
Hidrógeno 4.9
Nitrógeno 0.8
Oxígeno 10.2
Azufre 0.6
Ceniza 8.8
Total 100.0

Supóngase que E= 0.2, que se tiene un 5% de conversión de S20 a H2SO4 y que el aire
para la combustión se encuentra a 20°C y tiene una humedad relativa del 50%.

BIBLIOGRAFÍA
1 . Smith, M. E., y T. T. Frankenberg: "Improvement of Ambient Sulfur Dioxide Concentrations by
Conversion from Low to High Stacks", .J Air Pollut. Control Assoc, Vol. 25, pp. 595-601. 1975.
2. Hewson, E. W.: "The Meteorological Control of Atmospheric Pollution by Heavy Industry". Quarterly
.). Royal Meleorolog. Soc, Vol. 71, pp. 266-283, 1945.
3. Leavitt, J. M, S. B. Carpenter, J. P. Blackwell y T. I.. Montgomery: "Meteorological Program for
Limiting Power Plant Stack Emissions". .J. Air Pollut. Control Assoc. Vol. 21. pp. 400-405, 1971.
4. Nelson, K. W., M. A. Yeager y C. K. Guptil: Closed-Loop Control System for Sulfur Dioxide Emissions
from Non-Ferrous Smelters, American Smelting and Refining Co.. Salt Lake City, UT, 1973.
IDEAS GENERALES EN EL CONTROL DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE 181

5. Hill, G. R., M. D. Thomas y J. N. Abersold: "High Stacks Overcome Concentrations of Gases",


Mining Congr. J., Vol. 31, Issue 4, pp. 21-34, 1945.
6. Freeman, H., T. Harten, J. Springer, P. Randall, M. A. Curran y K. Stone: "Industrial Pollution
Prcvention: A Critical Review", J. Air Waste Manage. Assoc, Vol. 42, pp. 618-656, 1992.
7. Wentz, C. A,: Hazardous Waste Management, McGraw-Hill, NY, 1989.
8. Crocker, B. B.: "Minimizing Air Pollution Control Costs", Chem. Eng. Prog., Vol. 64, pp. 79-86,
1968.
9. Holmcs, D. R., cd.: Dewpoint Corrosion, Ellis Horwood, Ltd., Chichester, England, p. 19, 1985.
10. Holzworth, G. C: "Mixing Heights. Wind Specds and Potential for Urban Air Pollution throughout
the Contiguous United States", U.S. Environmental Protection Agency Publication AP-101, U.S.
Government Printing Office, Washington, DC, 1972.
CAPÍTULO

8
NATURALEZA
DE LOS CONTAMINANTES
EN PARTÍCULAS

Si una corriente de aire contaminado es visible, las partículas que contiene lo provocan. Si
la masa de aire sobre una ciudad es brumosa, las partículas que están en el aire causan la
bruma. Los contaminantes en partículas no son químicamente uniformes (como lo es, por
ejemplo, el CO; una molécula de CO es idéntica a otra), sino más bien entran en una amplia
variedad de tamaños, formas y composiciones químicas. Algunos son mucho más nocivos
para la salud, las propiedades y la visibilidad que otros. En este capítulo se analiza la natu-
raleza de las partículas atmosféricas y se establece la distinción entre las partículas prima-
rias y las secundarias. En el capítulo siguiente se estudia el control de las emisiones de las
partículas primarias.

8.1 PARTÍCULAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS


La mayoría de la gente tiene una idea intuitiva de que los contaminantes en partículas son
como la arena, la grava o el polvo; es decir, hay grandes números de partículas pequeñas
separadas, cada una de ellas dura y distinta, como la arena de una playa. Esto sólo es
parcialmente correcto. Para ver por qué, se debe considerar la figura 8.1, en la que se pre-
senta una visión general de las partículas y sus propiedades. (Esta figura se debe a C. E.
Lapple, quien realizó muchas contribuciones útiles a la práctica de la ingeniería.) La escala
horizontal es el diámetro de la partícula. El diámetro es una propiedad obvia de una partí-
cula esférica, pero no una propiedad tan obvia de una partícula cúbica o semejante a una
barra. Algunas partículas relacionadas con la contaminación del aire se desvían de manera
radical de la forma esférica (por ejemplo, el asbesto que es semejante a barras). Para los
fines de la figura 8.1 y del resto de este libro, se entenderá que, para una partícula no
esférica, por diámetro se entiende el "diámetro de una esfera de volumen igual"; es decir,
diámetro = (6 volumen/π)1/3. Con frecuencia, los diámetros de las partículas se dan en micras
(micra = 10-6 m = 10-3 mm); en la literatura sobre partículas se usa casi en exclusiva esta
unidad de tamaño y suele dársele el símbolo u. En las unidades SI a una miera se le da el
nombre de micrómetro (μm). En la parte superior derecha de la figura se ve que la grava,
como por lo común se entiende el término, tiene tamaños de 2000 μ o mayores y la arena

183
184 CAPÍTULO 8

Diámetro de partícula, mieras (μ)

Tamaños
equivalentes

Ondas
electromagnéticas

Definiciones
técnicas
Tierra;

Dispersoides
atmosféricos comunes

Partículas típicas
y dispersoides
gaseosos
•Diámetros moleculares

sobre viscosidad a O°C

Métodos para el
análisis de tamaños
de partículas

Tipos de equipos
para limpieza
de gases

Número
de Reynolds

Sedimentación Velocidad de
gravitacional sedimentación
terminal*
[para esferas,
grav.esp. 2.0] Número
de Reynolds
Velocidad de
sedimentación.
cm/s

Coeficiente de difusión
de las partículas*
cm2/s

• Factor de Stokes-Cunningham
incluido en los valores dados
para el aire, pero no incluido
para el agua

FIGURA 8.1
Tamaños y características de las partículas llevadas por el aire. [Tomado de C. E. Lapple, Stanford Res.
Inst. Jour., Vol. 5, pág. 94 (tercer trimestre de 1961). Reimpreso con autorización.]
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 185

tiene diámetros desde alrededor de 20 hasta 2000 μ. (Un grano de arena de 2000 μ es muy
grueso.) Un cabello humano típico tiene un diámetro de más o menos 50 μ. Las páginas de
este libro tienen poco más o menos 75 u de espesor. En general, las partículas que causan
problemas significativos de contaminación del aire varían en tamaño de 0.01 a 10 μ, mucho
menores que la arena más fina o el diámetro de un cabello humano. En el resto de este
libro, todos los diámetros de partículas se expresarán en u, una práctica común en Estados
Unidos, incluso cuando el resto del problema o del ejemplo se da en unidades inglesas. En
Estados Unidos, los diámetros de las partículas también se expresan en términos del tama-
ño del tamiz de Tyler (arriba a la derecha de la figura 8.1). Por ejemplo, las partículas más
grandes que alrededor de 100 u no pasarán por un tamiz de Tyler de malla 150. En este
libro no se usará esta terminología, pero es común en los escritos sobre ingeniería en E.U.
Es probable que la mayoría de la gente reconozca que la arena y la grava se producen
por ruptura mecánica de rocas más grandes. (Normalmente, esto ocurre en las corrientes,
pero también puede ocurrir en las plantas trituradoras de rocas.) Algunos contaminantes
industriales en partículas (por ejemplo, el carbón pulverizado, que tiene un rango de tama-
ños de 3 a 400 μ) se pueden crear en forma mecánica, pero la mayor parte de los procesos
de trituración y molido no producen partículas con tamaño menor a más o menos 10 μ. Las
únicas excepciones que se muestran en la figura 8.1 son los pigmentos de pinturas y el
talco molido, los cuales pasan por operaciones de molido extremas, para obtener el tamaño
fino requerido de partícula.
Por el contrario, la mayor parte de las partículas finas (0.1 a 10 μ) que se muestran en
la figura se obtienen por procesos de combustión, evaporación o condensación. Un ejem-
plo de lo más probable que el lector haya observado de manera personal es la formación
del humo de tabaco, que se muestra en la figura con un rango de tamaño de 0.01 a l μ. En
la figura 8.2 se ilustra un cigarrillo. Directamente arriba del tabaco que se quema existe una
zona transparente de 1 a 2 mm de ancho, arriba de la cual se forma la columna visible de
humo. El humo consta de gotitas de hidrocarburos condensados (aceites, alquitranes) en
el rango de tamaño de 0.01 a 1 u. En la zona transparente, la temperatura es bastante eleva-

Humo, el cual consta de


gotas pequeñas de hidrocarburos
condensados

Hidrocarburos gaseosos
y transparentes, demasiado calientes
Cigarrillo como para condensarse

Tabaco ardiendo Ceniza

FIGURA 8.2
Cigarrillo ardiendo, en el que se muestra la región transparente (gaseosa) y la visible (humo).
186 CAPÍTULO 8

da como para hacer que estos hidrocarburos sean moléculas gaseosas transparentes. Con­
forme suben los gases de la combustión, se mezclan con aire más frío y alcanzan la tempe­
ratura de condensación, a la cual los gases de hidrocarburos forman las gotas muy peque­
ñas que hacen el humo visible.
El humo que sale por el tubo de escape de un automóvil que "quema aceite" o de los
rescoldos de una fogata en un día de campo, así como la fumarada de humo blanco que se
desprende de los neumáticos de un avión grande al aterrizar, todos son hidrocarburos de
elevado peso molecular que se convirtieron en vapores (o gases) por calentamiento y, a
continuación, se condensaron al enfriarse, para formar finas gotitas. Las partículas más
finas que se han producido para fines de investigación se han obtenido al calentar un
metal o una sal hasta su temperatura de vaporización (por lo común, mediante un calenta­
miento eléctrico súbito y masivo) y, en seguida, condensando el metal o sal gaseosos re­
sultantes por un enfriamiento rápido, de modo que se forman muchas partículas pequeñas,
en lugar de unas cuantas grandes. De esta manera, es posible producir partículas con un
tamaño aproximado de 0.01 μ, en una forma bastante reproducible [1]. Es prácticamente
imposible producir esas finas partículas por algún proceso mecánico (triturado o molido).
Es posible que parezca contrario a la intuición concebir contaminantes en partículas
como los humos formados por líquidos, en lugar de los materiales sólidos (grano de arena)
que se suponían. Sin embargo, no es común en la literatura sobre la contaminación del aire
establecer una distinción entre las partículas finas que son sólidas y las partículas finas
que son líquidas (o alquitranes). En la atmósfera y en los dispositivos colectores comunes
con frecuencia se comportan de manera semejante. Además, si la humedad relativa de la
atmósfera es alta, es común que partículas con aspecto de roca tengan una película de
agua condensada sobre sus superficies que las hace comportarse de la manera de los lí­
quidos.
La mayor parte de las partículas que se muestran en la figura 8.1 se obtienen por con­
densación de gases. Las otras se obtienen por extracción de una partícula más grande, por
combustión o evaporación.

Ejemplo 8.1. Se desea producir una corriente de gas con partículas con aspecto de roca
de 0.01 μ. Con una fuente mecánica de gotitas finas [2], es posible producir gotitas de
líquido con diámetros de 1 μ. Si se parte de una solución acuosa de NaCl, se puede evapo­
rar el agua de las gotitas, haciendo que cada una de ellas deje detrás una partícula sólida
de sal. ¿Qué concentración de sal se debe elegir?
En este caso,
Masa de cada gota = md =

Masa de cada partícula = mp =

= 2.17x10" =2.17 ppm

Este ejemplo hace ver cómo se forman esas partículas pequeñas; pero también pone
de manifiesto que, debido a que la masa es proporcional a D3 se debe realizar una gran
disminución en la masa para lograr una disminución moderada en el diámetro. En este caso,
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 187

tendría que partirse de agua por lo común considerada muy pura (sólo 2 ppm de sólidos
disueltos) para obtener la reducción deseada en el tamaño en la evaporación. Se pueden
formar partículas finas no sólo por evaporación, sino también por combustión. La mayor
parte de los combustibles contienen algunos materiales incombustibles, los cuales perma-
necen después de que aquellos se han quemado, llamados ceniza. La ceniza que queda de
la combustión de madera, carbón mineral o carbón vegetal contiene en su mayor parte los
óxidos de silicio, calcio y aluminio, con rastros de otros materiales. Si el combustible se
muele finamente (o se produce como un rocío de gotitas finas) y, a continuación, se que-
ma, las partículas no quemadas que quedan pueden ser bastante pequeñas.
Esta distinción entre las partículas mecánicas y condensadas se ilustra mediante prue-
bas en las que se quemó lignito pulverizado (véase el apéndice C) en un horno de labora-
torio [3]. Las partículas de ceniza en los gases de escape consistieron en dos grupos. Uno
de ellos tuvo un diámetro promedio de más o menos 0.02 u, el otro de alrededor de 10 μ.
Las partículas más pequeñas contenían un porcentaje mucho mayor de los materiales más
volátiles de la ceniza (P, Mg, Na, K, Cl, Zn, Cr, As, Co y Sb) que las partículas más gran-
des. Casi con certeza, las partículas finas se formaron por condensación, en el horno, de
materiales que se habían vaporizado durante el proceso de combustión; las partículas más
grandes se formaron a partir de la materia mineral restante del combustible que no se va-
porizó.
Otra propiedad de las partículas finas, que es diferente de la experiencia común que se
tiene con partículas tan grandes como los granos de arena, es que, cuando se llevan dos
partículas finas a que entren en contacto físico directo, en general se pegarán entre sí por
la acción de fuerzas de enlace, electrostáticas y de van der Waals.*
En general, las fuerzas electrostáticas y de van der Waals son proporcionales al área
superficial de la partícula. La mayor parte de las partículas que se usan son bastante gran-
des como para que la gravedad o la inercia venzan las fuerzas electrostáticas o de van der
Waals, y todos saben que, a menos que estén húmedos, los granos de arena no se pega-
rán entre sí. Pero las fuerzas de gravedad y de inercia son proporcionales a la masa de la
partícula, la cual es proporcional a D3, en tanto que el área superficial (y, por consiguiente,
las fuerzas electrostáticas y de van der Waals) son proporcionales a D2. Por tanto, al dis-
minuir el tamaño de partícula, D3 decrece mucho más rápido que D2, de modo que la rela-
ción de las fuerzas electrostáticas y de van der Waals a las de gravedad y de inercia se
hace más grande. Como resultado, si se tuviera un puñado de partículas de 1 |i, que se
hubieran llevado a un íntimo contacto, y se lanzaran al aire (como es probable que el lector
haya lanzado un puñado de arena en alguna ocasión), no se fragmentaría en partículas
separadas de 1 μ, sino más bien se rompería en aglomerados con el tamaño de la arena
común. Con un microscopio, el lector podría ver que estos aglomerados en realidad serían
masas de partículas mucho más pequeñas, mantenidas juntas por las fuerzas que acaban
de describirse.
Por esta razón, la estrategia básica del control para los contaminantes en partículas es
aglomerarlas para formar partículas más grandes que puedan capturarse con facilidad. Esto
se puede lograr al forzar que las partículas separadas entren en contacto entre sí (como en
las cámaras de sedimentación, ciclones, precipitadores electrostáticos o filtros), o bien,
poniéndolas en contacto con gotas de agua (como en los lavadores en húmedo), todo lo

* Las fuerzas de van der Waals son las fuerzas intermoleculares que mantienen unidos líquidos comunes,
como la gasolina y los aceites. No son tan fuertes como las fuerzas covalentes que mantienen unidas
moléculas por separado, ni como las fuerzas iónicas que mantienen unidos los cristales, ni incluso como
los enlaces de hidrógeno que mantienen unidos líquidos polares como el agua y las soluciones acuosas [4].
188 CAPÍTULO 8

cual se analiza en el capítulo 9. También se tiene aglomeración espontánea en la atmós-


fera, como se analiza en la sección 8.4.
Una peculiaridad adicional de los contaminantes en partículas es que se pueden for-
mar en la atmósfera a partir de contaminantes gaseosos. Esto significa que si, por ejemplo,
se pudiera impedir la emisión de todos los contaminantes en partículas, todavía se encon-
trarían partículas en nuestra atmósfera. A menudo, a estas últimas partículas se les men-
ciona como partículas secundarias, para distinguirlas de las que se encuentran en la at-
mósfera en la forma en que se emitieron, las cuales se conocen como partículas primarias
[5]. En su mayor parte, estas partículas secundarias se forman a partir de hidrocarburos,
óxidos de nitrógeno y óxidos de azufre.
Con base en la teoría de la dispersión de la luz [6], se sabe que las partículas que son
más eficientes (por unidad de masa o unidad de volumen) en esa dispersión son aquellas
que tienen diámetros cercanos a la longitud de onda de la luz. Con base en la línea de
"Ondas electromagnéticas" de la figura 8.1, se ve que las longitudes de onda de la luz
visible son de más o menos 0.4 a 0.8 μ. Las partículas en este rango de tamaños son las
dispersoras más eficientes de la luz. Los días brumosos y de esmog visible que se tienen
en las ciudades son causados en gran parte por las partículas secundarias que tienden a
formarse en este rango de tamaños. El Great Smoky Mountains National Park (Parque Na-
cional de las Grandes Montañas Humeantes) de North Carolina y Tennessee deben su
nombre a las partículas secundarias formadas a partir de los hidrocarburos emitidos por
los bellos bosques de esas montañas.
Cerca de la mitad de la figura 8.1, se ve "Polvo dañino para los pulmones", que tiene
tamaños desde alrededor de 0.5 hasta 5 μ. Las pruebas muestran que las partículas más
grandes que más o menos 10 μ. son retenidas en nuestras narices y gargantas; una canti-
dad muy pequeña llega a la tráquea o los bronquios. Las partículas con tamaño en el ran-
go de 5 a 10 μ son retenidas en su mayor parte en la tráquea y los bronquios y no alcanzan
los pulmones [7]. Con frecuencia, los higienistas industriales se refieren a las partículas
respirables, que son aquéllas más pequeñas que aproximadamente 3.5 μ [8].

8.2 VELOCIDAD DE SEDIMENTACIÓN


Y FUERZAS DE RETARDO
El segundo renglón a partir de la parte de abajo de la figura 8.1 muestra la "Sedimentación
gravitacional terminal" (velocidad) para esferas con gravedad específica de 2.0, lo que se
entiende como la velocidad con la cual una partícula se sedimenta a través de la atmósfera
o a través del agua. Ignorando por el momento de dónde provienen estos números, se
puede ver que el valor para un grano de arena gruesa, con un diámetro de 1000 μ. (= 1 mm),
en el aire es de 600 cm/s (o sea, 6.0 m/s = 19.7 ft/s). Ésta es mucho mayor que las velocida-
des verticales comunes de la atmósfera, de modo que es raro que el viento sople esas
partículas hacia arriba o las sostenga arriba una vez que se encuentran en el aire. (Las
tormentas de arena en realidad ocurren de manera ocasional en las áreas desérticas; son
destructivas pero, por fortuna, no son frecuentes y son breves.) Por esta razón, aun cuan-
do una fábrica que emitiera hacia el aire grandes cantidades de partículas del tamaño de
arena de 1000 μ sería una molestia para sus vecinos, no contribuiría mucho a la contamina-
ción regional del aire, porque casi todas las partículas llegarían hasta el piso cerca de la
planta.
En el mismo renglón de la figura 8.1 se ve que la velocidad terminal de sedimenta-
ción de una partícula con un diámetro de 1 u es de 0.006 cm/s (o sea, 0.00006 m/s o 0.000197
ft/s). Los movimientos verticales del aire en el exterior (e incluso del aire en la mayor parte
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 189

de los cuartos) normalmente son mayores que este valor, de modo que las partículas de
este tamaño no se sedimentan con rapidez en la atmósfera, como lo haría la arena gruesa,
sino en lugar de ello se mueven con el gas y permanecen en suspensión durante largos
periodos.
De este modo, se establece una distinción entre el polvo, que se asienta con rapidez
en la atmósfera debido a su alta velocidad gravitacional de sedimentación, y las partícu­
las suspendibles, que se sedimentan con tanta lentitud que puede considerarse que per­
manecen en la atmósfera hasta que son eliminadas por precipitación. No existe una línea
divisoria clara y simple entre las dos categorías, pero si se debe hacer una distinción arbi­
traria de ese tipo, se haría en alguna parte cerca de un diámetro de partícula de 10 μ. (Las
partículas bastante pequeñas como para permanecer suspendidas en la atmósfera, o en
otros gases, durante largos periodos se llaman aerosoles, lo que indica que se compor­
tan como si estuvieran disueltas en el gas.)
En virtud de que la estrategia básica de la mayor parte de los dispositivos colectores
de partículas es llevar a cada una de ellas a que entren en contacto entre sí, de modo que
puedan aglutinarse y aumentar su tamaño, debe contarse con cierto conocimiento de las
fuerzas de retardo que el aire o gas que las rodea ejercen sobre esas partículas cuando se
intenta moverlas, con el fin de avaluar esos dispositivos. Es más fácil examinar juntas es­
tas fuerzas de retardo y las velocidades de sedimentación, lo que se hará a continuación.

8.2.1 Ley de Stokes


En la figura 8.3 se muestran las fuerzas que actúan sobre una partícula esférica que se
sedimenta a través de un fluido bajo la influencia de la gravedad. Si se escribe la ley de
Newton para la partícula, se obtiene

ma = PPART, D3g-Pfluido D3g-Fd (8.1)

El término ma representa la aceleración hacia abajo de la partícula. Los tres términos de la


derecha representan, respectivamente, las fuerzas de la gravedad, de empuje y de retardo
que actúan sobre la partícula. Como se verá más adelante (y que todos saben por expe­
riencia personal), estas fuerzas de retardo (o de resistencia del aire) crecen al aumentar la
velocidad y son cero para la velocidad cero. Si la partícula parte del reposo, su velocidad
inicial es cero de modo que, inicialmente, la fuerza de retardo en esta ecuación es cero. La
partícula se acelera con rapidez; conforme se acelera, la fuerza de retardo crece al aumentar
la velocidad, hasta que se hace igual a la fuerza de la gravedad menos la fuerza de empuje.

Fuerza Fuerza
de retardo de empuje

FIGURA 8.3
Fuerza de
Fuerzas que actúan sobre una partícula en un fluido.
la gravedad
190 CAPÍTULO 8

En esta velocidad final de sedimentación, la suma de las fuerzas que actúan es cero, de
manera que la partícula continúa su movimiento a velocidad constante. Para hallar esta
velocidad, en la ecuación (8.1), se iguala la aceleración a cero y se encuentra

FD= D3g(PPart -P fluido ) (8.2)

Para hallar la velocidad, se necesita la relación entre F d y esa velocidad. Stokes investigó
esto matemáticamente para un conjunto de hipótesis que, en general, son bastante buenas
para la mayor parte de problemas que se encuentran en este libro, encontrando

Fd = 3π μ DV (8.3)

en donde μ = la viscosidad del fluido (véanse las guardas posteriores). Si se sustituye la


ecuación (8.3) en la (8.2) y se despeja V, se encuentra

V = gD 2 (8.4)

la cual suele mencionarse como la ley de Stokes.*

Ejemplo 8.2. Calcúlese la velocidad terminal de sedimentación en el aire de una esfera con
diámetro de 1 μ. Véanse las guardas posteriores respecto a las propiedades del aire y de
las partículas que se suponen en todos los ejemplos de este libro. Si se sustituyen esos
valores en la ecuación (8.4), se encuentra

V=

= 6.05 x 10-5 =0.00605 =1.99 x10-4

Si se compara este resultado con el 6 x 10-3 cm/s que se lee en la figura 8.1 de la sección
anterior, se ve que concuerdan dentro de la precisión de lectura de la gráfica. (La diferen­
cia entre los 20°C que aquí se manejan y los 25°C de esa gráfica es menos que la incerti-
dumbre en la lectura de esta última.) No debe sorprender esa concordancia; esa parte de la
figura 8.1 se obtuvo a partir de la ecuación (8.4). También se ve que la densidad del aire
que aparece en el término (ppatícula = Pfluido) contribuyó poco en la respuesta. Si se hubiera
igualado a cero, la respuesta que se hubiera obtenido habría sido 1.0006 veces la que se
obtuvo. Rara vez se conocen los diámetros reales de las partículas con esta exactitud, de
modo que, para la mayor parte de las aplicaciones de la ecuación (8.4) sobre la contamina­
ción del aire, se cancela el término pfluido. Para gases a alta presión, esta omisión podría
conducir a un error significativo, pero en la mayor parte de las aplicaciones sobre contami­
nación del aire no será así. Para la sedimentación gravitacional en líquidos, rara vez se
hace uso de esta simplificación.

* La ley de Stokes se puede deducir matemáticamente sin la ayuda de datos experimentales. Al hacerlo,
se debe suponer que: 1) el fluido es continuo, 2) el flujo es laminar, 3) se cumple la ley de Newton de la
viscosidad y 4) en las ecuaciones resultantes, son despreciables los términos que contienen velocidades
elevadas al cuadrado. La última condición se conoce como del flujo por deslizamiento. Incluso con estas
hipótesis, la deducción requiere varias páginas [9]. La complejidad se debe a las tres dimensiones del flujo
en torno a una esfera.
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 191

La ley de Stokes se ha verificado bien para el rango de condiciones en las que sus
hipótesis son aceptables. Sin embargo, tanto para las partículas muy grandes como para
las muy pequeñas estas hipótesis se vienen abajo. La situación se ilustra en la figura 8.4,
que es una gráfica logarítmica de la velocidad de sedimentación en el aire, como función
del diámetro de partícula, para esferas con una gravedad específica de 2. Para el rango de
valores en los que se aplica la ley de Stokes, el resultado es una recta con pendiente 2 en
un papel logarítmico.

Coeficiente
de retardo
Número
de Reynolds

Ley de Stokes
Ley de Stokes
más el factor
de corrección
de Cunningham

.01 .1 1 10 100 1000


Diámetro de partícula, μ

FIGURA 8.4
Velocidades terminales de sedimentación para partículas esféricas con
gravedad específica = 2, en aire estándar.
192 CAPÍTULO 8

8.2.2 Partículas demasiado grandes para la ley de Stokes


Conforme se consideran partículas cada vez más grandes, llega un momento en el que el
movimiento del fluido en torno a la esfera ya no se ajusta a la aproximación de que los
términos que contienen las velocidades elevadas al cuadrado sean despreciables. Por con­
siguiente, la ecuación del retardo de Stokes, que se basa en esa hipótesis, se vuelve inexacta.
Con tamaños de partícula todavía más grandes, el movimiento del fluido en torno de la
esfera se vuelve turbulento y, entonces, las hipótesis principales de la ley de Stokes ya no
son aplicables.
Aun cuando se han realizado diversos esfuerzos para deducir una fórmula equivalen­
te a la ecuación (8.3) para partículas más grandes, ninguna fórmula teórica representa los
datos experimentales sobre más de un modesto rango de valores. No obstante, los datos
experimentales se pueden correlacionar con facilidad por medio de una relación no dimen­
sional. Se define un nuevo parámetro, llamado el coeficiente de retardo Cd, por la ecuación
(8.5):

Cd = (8.5)

Además, se introduce el número de Reynolds para una partícula:

(8.6)

Como se analiza en todos los textos sobre mecánica de los fluidos, el número de Reynolds
es una relación adimensional de las fuerzas inerciales que actúan sobre una masa de fluido
a las fuerzas viscosas que actúan sobre la misma masa de fluido, en el mismo flujo. Se
tienen bases teóricas para creer que, para esferas lisas en un flujo uniforme y subsónico,
en fluidos newtonianos de densidad constante, el coeficiente de retardo (Cd) debe depen­
der sólo del número de Reynolds (es decir, en una gráfica de Cd contra todos los
datos para todos los tamaños de esferas y todos los fluidos newtonianos de densidad
constante deben quedar sobre una sola curva). Experimentalmente, se ha demostrado que
esto es cierto dentro del rango de la precisión experimental. Gráficas de ese tipo aparecen
en la mayor parte de los libros sobre mecánica de los fluidos.
El lector puede verificar que el término de retardo de Stokes [Fd en la ecuación (8.3)]
se puede sustituir en la ecuación (8.5) y volverse a escribir el resultado como Cd = (24PRP).
Ésta es una manera alternativa para escribir el término de retardo de Stokes. En forma expe­
rimental, se ha encontrado que la ley de Stokes representa satisfactoriamente el comporta­
miento observado de las partículas, para números de Reynolds menores que alrededor de
0.3. Para valores más grandes del número de Reynolds, el valor experimental de Cd es ma­
yor que el de (24/.PRP) predicho por la ley de Stokes. Para 0.3 < PRP < 1000, los datos experi­
mentales del coeficiente de retardo se pueden representar con exactitud satisfactoria por la
siguiente ecuación empírica, obtenida por ajuste de datos [10] (véase el problema 8.9):

C
D = (8.7)

Ejemplo 8.3. Una partícula esférica con diámetro de 200 μ está cayendo en el aire. Si, para
esta partícula, la ley de Stokes fuera correcta, ¿qué tan rápido estaría cayendo y cuál sería
su número de Reynolds?
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 193

Se puede tomar el resultado del ejemplo 8.2 y observar que, si es aplicable la ley de
Stokes, entonces la velocidad es proporcional al cuadrado del diámetro; por tanto,

V= = 2 . 4 2 = 7.94

= 32.3

Con toda claridad, este resultado es mayor que el número de Reynolds de 0.3, el cual
es el límite superior normal para el uso confiable de la ley de Stokes.

Ejemplo 8.4. Estímese la velocidad verdadera de sedimentación de la partícula de 200 μ de


diámetro del ejemplo 8.3, con aplicación de la correlación experimental del coeficiente
de retardo dada en la ecuación (8.7).
En este caso se debe usar una solución por tanteos, porque no se conoce el número
de Reynolds real. En principio, se podrían combinar las ecuaciones (8.2), (8.5), (8.6) y (8.7)
y despejar V, pero la ecuación trascendente que resulta no se puede resolver en forma
analítica (véase el problema 8.11).
Principíese por suponer que el número de Reynolds de la partícula es 20. Entonces, a
partir de la ecuación (8.7) se ve que

Cd = (1 + 0.14 x20 0.7 ) = 2.57

Si, en la (8.5) se despeja la velocidad y se sustituye, se encuentra

V1 =

En este caso, a la velocidad terminal de sedimentación, Fd= mg = (π 16)D3 ppartg. Por


tanto,

V1 =

Si se introducen los valores, se encuentra

V1 = =1.30 =4.3

Ahora se debe verificar la hipótesis de que = 20. Si se utiliza este valor de la velocidad,
se encuentra

= 17.3
194 CAPÍTULO 8

Con base en la ecuación (8.7) se calcula que éste corresponde a Cd = 2.82. Como la V1
calculada es proporcional a (l/Cd)1/2, se puede calcular la nueva estimación de la velocidad
terminal como

V1 = 1.30

Si se repite el cálculo de se encuentra = 16.5. Para este la ecuación (8.7) indica


un Cd de más o menos 2.90, lo que conduce a una nueva estimación de la velocidad de
1.22 m/s = 4.0 ft/s y un nuevo de 16.2. En este punto, el problema puede considerarse
resuelto, porque más ciclos de tanteos conducirán a cambios en la respuesta menores que
la incertidumbre existente en la correlación del coeficiente de retardo.

El ejemplo 8.4 hace ver lo siguiente:

1. Para la sedimentación de una partícula de 200 μ, con una gravedad específica de 2, en


aire a 20°C, la velocidad verdadera es sólo el 50% (= 1.22/2.42) de la velocidad calcula­
da por la ley de Stokes.
2. Este tipo de cálculo por tanteos es tedioso.

Por la última razón, es una práctica común construir gráficas de la velocidad contra el diá­
metro de la partícula y leer de manera directa en ellas, por ejemplo, la figura 8.4. Para este
caso, también se puede leer la velocidad en la parte inferior de la figura 8.1, encontrando
(tan cercano como se puede leer) el mismo valor que se halló aquí. La figura 8.5 es seme­
jante a la 8.4, pero cubre un rango de densidades de partículas y también presenta las
velocidades de sedimentación de las partículas en agua.
La conclusión a la que se puede llegar con estos dos ejemplos es que, para las partí­
culas mucho más grandes que alrededor de 50 μ, se podría cometer un grave error si se
aplica la ley de Stokes, en lugar de las relaciones basadas en coeficientes experimentales
de retardo. La situación se ilustra a la derecha de la figura 8.4, en donde las velocidades
experimentales de sedimentación, marcadas como Coeficiente de retardo, Número de
Reynolds, son significativamente menores que las que se dan mediante la recta extrapolada,
la cual representa la ley de Stokes.

8.2.3 Partículas d e m a s i a d o pequeñas para la ley de Stokes

Cuando la partícula se vuelve muy pequeña, otra de las hipótesis que conducen a la ley de
Stokes ya no es exacta. En la ley de Stokes se supone que el fluido en el que se está
moviendo la partícula es un medio continuo. Se sabe que los gases, líquidos y sólidos
reales en realidad no son continuos, sino que están formados por átomos y moléculas.
Mientras que la partícula que se está considerando es mucho más grande que los espa­
cios entre las diversas moléculas o átomos del gas, el fluido interactúa con esa partícula
como si fuera un medio continuo. Cuando una partícula se vuelve tan pequeña como la
distancia promedio entre las moléculas, o menor que esta distancia, entonces cambia su
interacción con éstas. Cuando una partícula tiene un número grande de colisiones
moleculares por unidad de tiempo, la mayor parte de las moléculas rebotan esa partícula
como si fueran un espejo, con un ángulo de reflexión que es igual al de incidencia. Esta es
la manera como chocan entre sí las bolas de billar. Si el número de colisiones es pequeño,
entonces alguna fracción significativa de las moléculas del gas que chocan son adsorbidas
sobre la superficie de la partícula y permanecen el tiempo suficiente como para "olvidar" la
Malla del tamiz de Tyler, 195
estándar equivalente
Malla del tamiz teórico

Notas
!. Los números en las curvas representan
gravedad específica verdadera (no en
masa o aparente) de las partículas a que
se refieren, con relación al agua a 4°C.
2 Se incluye el factor de corrección de
Stokes-Cunningham para las partículas
finas que se asientan en el aire
3 Propiedades físicas usadas
Temp Viscosidad, Densidad,
Fluido °F centipoise Ib/ft3
Aire 70 0.0181 0.0749
Agua 70 0981 62 3

Diámetro de partícula, μm
FIGURA 8.5
Velocidades terminales de sedimentación de partículas esféricas de diferentes
densidades que se sedimentan en el aire y agua a 70°F, bajo la influencia de la
gravedad. (Tomado de C. E. Lapple y otros, Fluid and Particle Mechanics,
University of Delaware, Newark, 1951, pág. 292.)
196 CAPÍTULO 8

dirección de la que venían. En este caso, su dirección de salida es difusa, lo que significa
aleatoria, sujeta a algunas reglas estadísticas.
El efecto del cambio de la reflexión especular a la difusa es disminuir la fuerza de retar­
do, lo que hace que la partícula se mueva más rápido. El factor de corrección que se usa
más en relación con este cambio tiene la forma

(8.8)

en donde A = una constante determinada experimentalmente


λ = camino libre medio (la distancia promedio de recorrido de una mo­
lécula de un gas entre colisiones sucesivas)
Fd-Stokes = fuerza de retardo calculada según la ley de Stokes

El término [1 + A(λ ID)] que se usa aquí suele recibir el nombre de factor de corrección de
Cunningham. Sólo es aplicable para valores de λ ID con orden de magnitud de uno. Para
valores mucho más grandes de λ ID, se usan fórmulas más complejas [11]. Aun cuando las
fórmulas para el cálculo preciso de λ se conocen razonablemente bien (con base en la vis­
cosidad medida de los gases), la A de la ecuación (8.8) no es una constante universal para
todas las partículas, sino que varía de una clase de partícula a otra. La mayor parte de los
investigadores utilizan el valor hallado por Millikan para gotitas de aceite que se sedimen­
tan en el aire, A = 1.728; éste no se dedujo teóricamente, ni es de necesidad aplicable a
otras clases de partículas o a otros gases, pero se usa mucho porque no se cuenta con
mejor información.

Ejemplo 8.5. Una partícula esférica con un diámetro de 0.1 μ se está sedimentando en aire.
¿Cuál es su velocidad terminal de sedimentación?
Al combinar las ecuaciones (8.2) y (8.8), se encuentra que la velocidad se expresa por

V = VStokes(1 + AλlD) (8.9)

en donde KStokes es la velocidad terminal de sedimentación calculada a partir de la ley de


Stokes. Se encuentra que KStokes es la respuesta que se dio al ejemplo 8.2, dividida entre
100 (debido al diámetro más pequeño, elevado al cuadrado), o sea,

VStokes=6.05x10-7 = 6.05 x 10-5 = 1.98 x 10-6

El camino libre medio λ depende de T, P y M. Para aire, a una atmósfera y a la temperatura


ambiente, λ ≈ 0.07 μ, de modo que el término de corrección es

1+ = 1 + 1.728 = 2.21

y
V = 6.05xl0 -7 (2.21)= 1.34 x 10-6 = 4.39 x10 -6

Este ejemplo hace ver que, para una partícula con diámetro de 0.1 μ, la velocidad esti­
mada de sedimentación es 2.21 veces más rápida que aquélla que se predeciría con base
en la ley de Stokes. En virtud de las incertidumbres en la determinación del valor correcto
de A para esta clase especial de partícula, así como por la escasez de datos experimentales
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 197

para esta clase de experimento (el cual es tedioso y difícil de realizar), el resultado calcula­
do es sólo una estimación. Pero sí demuestra que se espera que partículas tan pequeñas
tengan una fuerza de retardo menor y, por consecuencia, se sedimenten con mayor rapi­
dez, así como deban moverse por una fuerza centrífuga o electrostática, con mayor rapidez
que aquélla con la cual lo harían según la ley de Stokes.
Para gotitas de aceite, Fuchs sugirió los límites que se listan en la tabla 8.1 para los
errores en la aplicabilidad de la ley de Stokes y en ésta modificada por la forma sencilla del
factor de corrección de Cunningham. En la tabla se ve que, para el ejemplo 8.5, es probable
que con la forma sencilla del factor de Cunningham se haya cometido un error de alrede­
dor del 10% y que, para el trabajo más preciso, se deben aplicar las versiones más comple­
jas, las cuales incluyen términos que contienen (λ/D) elevado a potencias mayores que
uno. Como la mayor parte de los colectores de partículas que se analizan en el capítulo 9
trabajan sobre aquéllas con diámetros en el rango de 1.6 a 70 μ, la mayor parte se diseñan
(al menos en las primeras etapas del diseño) con base en la ley de Stokes. Para el cálculo
final del diseño, también se aplica el factor de corrección de Cunningham. Si se consulta la
figura 8.4, a la izquierda se ve que la curva marcada ley de Stokes más factor de corrección
de Cunningham se encuentra arriba de la recta que representa la ley de Stokes. Como se
ilustra en el ejemplo 8.5, para las partículas de 0.1 μ, la velocidad calculada de sedimenta­
ción es 2.2 veces la velocidad de la ley de Stokes.

TABLA 8.1
Rango calculado de aplicabilidad de la ley de Stokes, por sí sola, y con la
forma sencilla del factor de corrección de Cunningham
Error permisible
Fórmula 1% 10%
Ley de Stokes [ecuación (8.4)] 16 < D< 30 μ 1.6 < D < 70 μ
Ley de Stokes con la forma
sencilla de la corrección
de Cunningham [ecuación (8.9)] 0.36 < D< 30 μ 0.1 < D < 70 μ
Fuente: Referencia 11.

8.2.4 Distancia de detención de Stokes


Ejemplo 8.6. Una partícula esférica con un diámetro de 1 μ y gravedad específica de 2.0 se
expele desde un cañón hacia aire estándar que se mueve con una velocidad de 10 m/s =
32.8 ft/s. ¿Qué distancia recorre antes de ser detenida por la fricción viscosa? En este caso,
ignórese el efecto de la gravedad.
Aquí se aplica la ley de Newton F = ma. La fuerza de retardo es la única que actúa
sobre la partícula después de que sale del cañón. Esa fuerza actúa en la dirección opuesta
a la del movimiento y se expresa por la resistencia de retardo de Stokes, ecuación (8.3),
modificada por el factor de corrección de Cunningham, ecuación (8.8). Si se introducen
estas ecuaciones, se tiene

dV
(8.10)
dt
198 CAPÍTULO 8

Aquí C es el factor de corrección de Cunningham, normalmente tomado como (1 + Aλ / D).


Si se hace la sustitución dt = dx/V, se separan variables, se cancelan los dos términos en V
y se integra, se encuentra

(8.11)

xdetención de Stokes = (8.12)

Esta expresión define la distancia de detención de Stokes. Si, en la ecuación (8.12), se


introducen valores [incluyendo el valor de C de la ecuación (8.9)], se tiene

xdetención de Stokes = = 6.9 x10 - 5 m = 69 μ

Este valor es sorprendentemente pequeño; la partícula se detiene en 0.07 mm = 0.0027


pulgada. Esto pone en claro que para las partículas de este tamaño, y para la mayor parte
de las partículas de interés en relación con la contaminación del aire, de hecho éste es un
fluido muy viscoso. De modo intuitivo, esta viscosidad es comparable al caso de una bola
de béisbol lanzada hacia adentro de un recipiente que contenga miel fría de arce (maple).
En el capítulo 9 se verá que la distancia de detención de Stokes constituye una escala
natural de distancias para el comportamiento de las partículas. Varias de las relaciones de
eficiencia del control que se establecerán incluyen un término que es la relación de la dis­
tancia de detención de Stokes a alguna dimensión de la pieza del equipo de control.

8.2.5 D i á m e t r o a e r o d i n á m i c o de partícula
La ecuación (8.12) también indica que dos partículas cualesquiera que tengan el mismo
valor de D 2 p part C tendrán la misma distancia de detención de Stokes, para cualquier velo­
cidad inicial (en aire con la misma viscosidad). En el capítulo 9 se verá que dos partículas
cualesquiera, con el mismo valor de este conjunto de propiedades, se comportarán de ma­
nera idéntica en varias clases de dispositivos de control. Tienen el mismo comportamiento
aerodinámico. Por esa razón, se define una nueva propiedad, diámetro aerodinámico de
partícula:

diámetro aerodinámico de partícula = Da = D(p part C)1/2 (8.13)

A menudo se ve esta definición sin la C. Éste es un diámetro particular, porque tiene las
dimensiones [(longitud)(masa/longitud3)1/2], por ejemplo, [(m)(kg/m3)1/2]. Resulta extraño ha­
blar de un diámetro con esta clase de dimensión, pero ése es el uso común. De este modo,
la partícula del ejemplo 8.5 tendría un diámetro aerodinámico de partícula, D a , de

Da =0.1 = 0.21 = 0.21 μa

en donde el símbolo μ„ representa "micras aerodinámicas". En unidades SI, esto debe ex­
presarse como 0.21 μm (1000 kg/m 3 ) 05 , pero ese uso rara vez se ve.
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 199

8.3 FUNCIONES DE DISTRIBUCIÓN


DE LOS TAMAÑOS DE PARTÍCULA
Hasta ahora se ha considerado una sola partícula, o un grupo de partículas, todas con el
mismo tamaño. Pero en los problemas de contaminación del aire por partículas, se tiene
interés en grupos de partículas con diversos tamaños. Para analizar esos grupos y hacer
cálculos útiles acerca de su comportamiento en los dispositivos colectores, se necesita
alguna manera para describir la distribución de los tamaños de partícula. En esta sección
se analizan las funciones de distribución y su aplicación a los grupos de partículas. Los
estudiantes que estén familiarizados con las funciones de distribución pueden pasar por
alto esta sección.

8.3.1 Un ejemplo muy sencillo: la población de Estados Unidos


En la tabla 8.2 se muestra la distribución de edades de la población de Estados Unidos,
tomada del censo de 1990. Con base en el primer renglón, 18.35 millones de personas no
habían cumplido los cinco años a la fecha del censo. Si se divide este número entre el total
que se encuentra en la parte de abajo de la segunda columna, se ve que ésta fue el 7.38%
de la población total. El renglón siguiente muestra un conjunto semejante de números;
también se ve en la columna de la extrema derecha que la población total acumulada en el
rango de edades desde cero hasta nueve fue del 14.66%. Cada uno de los números en la
columna de la extrema derecha es la suma del número arriba de él (el porcentaje acumulado
hasta el grupo previo de edades) y el número a su izquierda (el porcentaje de incremento
en este grupo de edades).

TABLA 8.2
Población de E s t a d o s Unidos, 1990

Rango Población, % en este % acumulado de la


de edades, millones, rango de población total hasta
años, Δn ΔN edades, ΔΦ la edad n, Φ

0-4 18.35 7.38 7.38


5-9 18.10 7.28 14.66
10-14 17.11 6.88 21.54
15-19 17.75 7.14 28.68
20-24 19.02 7.65 36.32
25-29 21.31 8.57 44.89
30-34 21.86 8.79 53.68
35-39 19.96 8.03 61.71
40-44 17.62 7.08 68.79
45-49 13.87 5.58 74.37
50-54 11.35 4.56 78.94
55-59 10.53 4.23 83.17
60-64 10.62 4.27 87.44
65-69 10.11 4.07 91.51
70-74 7.99 3.21 94.72
75-79 6.12 2.46 97.18
80-84 3.93 1.58 98.76
85+ 3.08 1.24 100.00
Total 248.7 = N
200 CAPÍTULO 8

En las figuras 8.6 y 8.7 se muestra la misma información de la tabla 8.2, representada
en gráficas de dos maneras diferentes, integral y diferencial. En la figura 8.6 se muestra
una curva suave trazada por los puntos que representan los valores de la columna de la
extrema derecha de la tabla 8.2, trazada contra la edad correspondiente al final de cada
intervalo. La gráfica correspondiente es una distribución acumulada (integral) de las eda­
des en la población de Estados Unidos.
Si el número total de personas en cualquier rango de edades, columna 2 de la tabla
8.2, es ΔN y el número total de personas en la población completa es N, y n representa
alguna edad específica, entonces la fracción de la población con edades n o menores es

(8.14)

Φ tiene valores desde 0 (en realidad 1/248.7 de millón, prácticamente cero, que correspon­
de al bebé de nacimiento más reciente) hasta 1.00 ([en realidad 1.00 menos 1/248.7 de mi­
llón], prácticamente 1.00, que corresponde a la persona más anciana en la población). En la
figura 8.6 y la tabla 8.2 se muestra Φ que va desde 0 hasta 1 (o 0 hasta 100%). En el len­
guaje de la estadística, la curva de Φ se llama curva normalizada, lo cual significa que

0 20 40 60 80 100
Edad, n, años
FIGURA 8.6
Distribución de las edades para Estados Unidos en 1990, en forma
integral, con base en la tabla 8.2.
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 201

0 20 40 60 80 100
Edad, n, años

FIGURA 8.7
Distribución de las edades para Estados Unidos en 1990, en forma
diferencial, con base en la tabla 8.2.

todos los valores se han dividido entre un total adecuado, de modo que el valor de la
variable vaya desde 0 hasta 1. En estadística, la normalización es común y es casi genera­
lizada en el estudio de las funciones de distribución.
En la figura 8.7 se muestra una gráfica de dΦldn contra n. Ésta es mucho más informa­
tiva que la de la figura 8.6. En ella se puede ver que la tasa de natalidad alcanzó un pico
alrededor de 1960 (1990 menos 30) y un punto bajo alrededor de 1932 (1990 menos 58).
Estos datos corresponden a la estampida de nacimientos que siguió a la Segunda Guerra
Mundial y a la declinación en la tasa de natalidad correspondiente a la Gran Depresión.
Esta información se podría hallar también a partir de un examen cuidadoso de la figura 8.6,
pero la información se presenta de manera mucho más clara en la figura 8.7. (El trazo de la
integral de la figura 8.6 suaviza la mayor parte de los detalles interesantes.) ¿Cómo se pue­
den relacionar estas dos figuras? En la tabla 8.2 se muestran los valores de ΔΦ que co­
rresponde a cada uno de los periodos de cinco años. Si se dividen estos valores entre el
intervalo de tiempo, cinco años, se obtendrían los valores de ΔΦ/Δn. De modo que, por
ejemplo, para el primer periodo de cinco años, se tendría

18.35 millones
248.7 millones
= 0.0148/año=1.48%/año
5 años
202 CAPÍTULO 8

Al construir la figura 8.7, este valor (en forma decimal) se situó en 2.5 años, los valores
correspondientes para cada uno de los intervalos subsiguientes se situaron en el punto
medio de esos intervalos y se trazó una curva suave por los puntos. Para el último interva­
lo, 85+, Δn se seleccionó en forma arbitraria como 15 años.
Como la figura 8.6 es una gráfica de Φ contra n, la pendiente de la curva en cualquier
valor de n debe ser dΦldn en esa n y, por consiguiente, la curva suave trazada por los
valores de la figura 8.7 debe representar la derivada de la curva de la figura 8.6. Con base
en esto, se concluye que el área debajo de la curva de la figura 8.7 (trazada como dΦldn
contra n), desde n igual a cero hasta el infinito debe tener el valor 1.0. Los estudiantes con
paciencia podrían tratar de contar cuadrados para ver si esto es correcto; lo es.
En la tabla 8.2 se da la información más detallada, pero no es muy intuitiva. Las dos
figuras son mucho más útiles para visualizar la situación. Sin embargo, si se desea repre­
sentar los datos en la forma más compacta y hacer manipulaciones matemáticas con ella,
sería conveniente contar con alguna función matemática de distribución para representar
los datos. Ésta sería de la forma Φ = función de n. Si dos poblaciones de tamaños diferen­
tes tuvieran una distribución semejante de las edades (por ejemplo, Estados Unidos y Ca­
nadá), entonces se tendrán valores similares de Φ como función de n, aun cuando las
poblaciones totales, las N, sean muy diferentes. Si se conoce Φ como función de n y se
conoce la población total TV, entonces se puede deducir con facilidad el número de perso­
nas en cualquier segmento de edades de la población, para cualquiera de los dos países.

Ejemplo 8.7. La función más sencilla de distribución de la población que se puede conce­
bir es de la forma Φ = (constante) • n, sobre el rango de edades desde 0 hasta nmáx Se
esperaría esta distribución en una población en la que la tasa de nacimientos fuera cons­
tante y todos vivieran hasta la edad nmáx, pero no más. En ocasiones se tienen esas pobla­
ciones en ciencia-ficción; por ejemplo, Brave New World, por Aldous Huxley.
Supóngase que nmáx = 50 años. Entonces, debido a que se sabe que la Φ correspon­
diente a nmáx debe ser 1.0, se puede determinar el valor de la constante, es decir,

Constante =

La figura análoga a la figura 8.6 sería una recta que pasa por el origen, con pendiente
0.02/año, y que alcanza 1.00 en 50 años. La figura correspondiente a la 8.7 sería una recta
horizontal con valor dΦ/dn = 0.02/año, desde 0 hasta 50 años y que cae en seguida hasta
0 para todas las edades > 50 años. Si se deseara conocer el número de personas en el
rango de edades de 18 a 23 años, se necesitaría conocer la población total N, la cual, en
este problema, se le supone de 500 000. Entonces

ΔN = NΔΦ = (Φfinal-Φinicial)

= 500 000 (23 - 18) años = 50 000 personas

En este caso se tendría que haber aclarado que "personas en el rango de edades de
18 a 2 3 " quiere decir aquellos que han cumplido sus 18 años y todavía no cumplen los 23.
En casos más complejos, esta distinción puede ser importante.

Este ejemplo se da con mucho más detalle del que requiere una función de distribu­
ción tan sencilla; pero las manipulaciones son las mismas para las funciones de distri-
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 203

bución matemáticamente más complejas que siguen. Si se regresa al ejemplo de la pobla­


ción de E.U., se ve que no existe una ecuación matemática simple para Φ como función de
n. Mediante un ajuste de curva forzado, se puede calcular

= 1.544 x 10-2 -5.7907 xl0-4n + 5.9344 x l0-5n2 - 1.9224 x l0-6n3

+ 2.3849 x l0-8n-4 - 1.2072 x 10-10n-5 (8.15)

que no tiene significado teórico, pero que representa bastante bien los datos (coeficiente
de correlación = R2 = 0.966).
La tabla 8.2, las figuras 8.6 y 8.7 y la ecuación (8.15) son todas maneras diferentes de
representar el mismo conjunto de datos experimentales. Dada cualquiera de ellas y el valor
de N, se podrían reproducir todas las demás. La ecuación tiene el contenido menos intuiti­
vo, pero es la más satisfactoria si se desea usar los datos en una computadora. La tabla
tiene también poco contenido intuitivo, pero es la representación más precisa (aunque los
datos de censos sólo son estimaciones de la población verdadera). Las dos figuras dan la
imagen más intuitiva de los datos. En las partes siguientes de esta sección, se considerará
la relación entre las ecuaciones de distribución y sus gráficas y tablas correspondientes.
La complejidad del comportamiento humano es grande y tan variable en el transcurso
del tiempo que rara vez se puede hallar una descripción matemática sencilla del mismo.
(¡La ecuación 8.15 es forzada y fea!) Sin embargo, para los fenómenos que no comprenden
decisiones humanas individuales, a menudo se puede hallar una descripción matemática
satisfactoria de Φ, como función de alguna variable adecuada. Por ejemplo, si se mide el
diámetro de 1000 granos de arena de playa y se construye una gráfica de Φ contra el diá­
metro, probablemente se encontrará que la curva resultante puede ser representada de ma­
nera satisfactoria por alguna relación matemática más o menos simple. Se han hallado mu­
chas funciones de distribución para representar los fenómenos naturales; por ejemplo, la
distribución gaussiana o normal, la log-normal, la gamma, la de Weibull, la de Poisson,
etcétera. Todas ellas son de la forma Φ = alguna función de algún parámetro como la edad,
el diámetro o la velocidad del viento, etcétera.

8.3.2 Distribución gaussiana o normal


La función de distribución más famosa y que se aplica con mayor amplitud es la función
de distribución gaussiana, normal o del error. Ésta representa bien una gran variedad de
datos observados de distribución y se describe por medio de

exp- (8.16)

Aquí, Φ tiene el mismo significado que antes (es decir, la fracción del total acumulado en
el rango de tamaños de interés), x es alguna dimensión o medida adecuadas (por ejemplo,
edad, diámetro, etc.), xmedia es el valor promedio de x (un promedio elegido adecuadamen­
te; existen varias posibilidades) y σ 2 es una cantidad llamada variancia, la cual puede con­
siderarse como una constante para los fines de la ecuación (8.16).
En la ecuación (8.16) se ve que, si se traza la gráfica de dΦldx como la de la figura 8.7,
esa gráfica debe ser simétrica respecto a xmedia, porque (x - xmedia) entra elevada al cuadra­
do. El valor máximo de dΦ/dx debe encontrarse en x = xmedia porque, para ese valor, el
204 CAPÍTULO 8

término exponencial es igual a 1.0 y, para cualquier otro valor de x, es menor. Cuando x es
un número grande, positivo o negativo, el término exponencial tenderá a cero en forma
asintótica, de modo que la curva debe aproximarse a cero en ambas direcciones, movién­
dose desde el centro, lo que hace que esa curva sea simétrica, con forma de campana. Un
valor pequeño de σ hace más grande el argumento de término exponencial, de modo que
los valores se concentran cerca de xmedia; un valor grande de σ dispersa los valores sobre
un amplio rango de valores x. Por lo tanto, para la misma xmedia, una σ pequeña dará una
campana alta y angosta, mientras que una σ grande dará una campana baja y ancha. Para
cualquier valor de σ, el área debajo de la curva con forma de campana, desde x = -∞ hasta
x = +∞, es igual a 1.0. [El término que se encuentra adelante de la exponencial
hace que esta integración salga correcta; se llama factor normalizador.]
Hasta ahora nadie ha encontrado una manera para integrar analíticamente la ecuación
(8.16), con el fin de obtener la ecuación explícita que gustaría a todos para Φ como fun­
ción de x, xmedia y σ. (Muchos grandes matemáticos lo han intentado; ¡fama y fortuna es­
peran al talentoso estudiante que lo haga!) Pero aun cuando no se cuenta con solución
analítica, se ha efectuado la integración numéricamente y se dispone con amplitud de ta­
blas de sus valores. En lugar de tratar x, xmedia y σ como variables separadas, en todas
estas tablas se combinan, definiendo una nueva variable z como

z = número de desviaciones estándar desde la media = (8.17)

(A veces z se conoce como el número de probits desde la media.)


Si se sustituye esta definición en la ecuación (8.16) y se simplifica, se encuentra

exp (8.18)

En esta ecuación se pueden separar las variables e integrar numéricamente para obtener
una tabla de Φ como función de z. En la tabla 8.3 se presentan los resultados de una inte­
gración numérica de ese tipo. En manuales matemáticos se dispone de tablas mucho más
detalladas. La tabla 8.3 no contiene valores negativos de z porque, como se puede ver a
partir de la ecuación (8.18), el valor de dΦ/dz es el mismo para un valor positivo o negati­
vo de z. Esta ecuación también hace ver que, para z = 0, el valor de Φ es 0.5; la distribu­
ción es simétrica respecto de z = 0, Φ = 0.5.

Ejemplo 8.8. Un investigador informa que la altura de los adultos del sexo masculino en
Estados Unidos se representa bien por medio de la distribución normal, o gaussiana, con
x = altura, xmedia = 5.75 ft y σ = 0.8 ft.
Si esto es correcto, ¿qué fracción de esta población tiene una altura mayor de 6 ft?, ¿y
menor de 4 ft? ¿Existen algunos hombres con una altura mayor de 10 ft? ¿Existen algunos
que sean más bajos que 1 ft?
Para 6 ft, se tiene
z= =0.31

Con base en la tabla 8.3, se ve que este valor de z corresponde a una Φ de aproximada­
mente 0.62, lo cual indica que se predice que (1 - 0.62) = 0.38 = 38% de esta población sea
más alta que 6 ft. Para 4 ft, se encuentra

z= =-2.19
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 205

TABLA 8.3
Valores de la integral de la frecuencia acumulada
Φ, como función de z

z Φ z Φ
0.0 0.5000 2.1 0.9821
0.1 0.5398 2.2 0.9861
0.2 0.5793 2.3 0.9893
0.3 0.6179 2.4 0.9918
0.4 0.6554 2.5 0.9938
0.5 0.6915 2.6 0.9953
0.6 0.7258 2.7 0.9965
0.7 0.7580 2.8 0.9974
0.8 0.7881 2.9 0.9981
0.9 0.8159 3.0 0.9986
1.0 0.8413 3.1 0.9990
1.1 0.8643 3.2 0.9993
1.2 0.8849 3.3 0.9995
1.3 0.9032 3.4 0.9997
1.4 0.9192 3.5 0.9998
1.5 0.9332 3.6 0.9998
1.6 0.9452 3.7 0.9999
1.7 0.9554 3.8 0.9999
1.8 0.9641 3.9 Véase Prob. 8.27
1.9 0.9713 4.0 Véase Prob. 8.27
2.0 0.9772
Nota: Para valores negativos de z úsese Φ(-z) = 1 - Φ(z).
Por ejemplo, Φ(-0.2) = 1 - Φ(0.2) = 1 - 0.5793 = 0.4207.

Aquí se aplica la propiedad de simetría de la distribución normal, indicada en la parte infe­


rior de la tabla 8.3, para calcular que

Φ(-2.19) = 1 -Φ(2.19) = 1 - 0.986 = 0.014 = 1.4%

Se esperaría que 1.4% de esta población tenga una altura menor de 4 ft. Para 10 ft, se
calcula z = (10 - 5.75)/0.8 = 5.31. Si se utiliza la aproximación del problema 8.27, se encuen­
tra que (1 - Φ) es 6 x 10-8. De modo que, si verdaderamente esta distribución representa la
población y si, en Estados Unidos, existen alrededor de 108 adultos del sexo masculino,
entonces se esperaría que alrededor de seis hombres tuvieran una altura mayor que 10 ft.
Para el hombre con una estatura de 1 ft, z = -5.94 y (véase el problema 8.27) Φ = 0.14 x 10 -8 ,
de modo que se esperaría hallar alrededor de 0.14 adultos con una estatura menor de un
pie en la población (o sea, hallar uno el 14% del tiempo).

En este ejemplo se muestra cómo se utiliza la función de distribución normal y la tabla


8.3. También se vio que, aun cuando la distribución normal es fácil de usar, no puede ser
una descripción absolutamente correcta de esta población en particular, porque podemos
tener la certeza, con base en la observación, de que no existen adultos del sexo masculino
más altos que 10ft o más bajos que 1 ft. Se puede llevar a cabo este cálculo incluso para
estaturas mayores o menores, hasta para estaturas negativas, y hallar una probabilidad
muy pequeña, pero no cero, de que se encuentre un hombre con estatura negativa. Esto
debe ayudar al estudiante a darse cuenta de que estas funciones matemáticas de distribu-
206 CAPÍTULO 8

ción son aproximaciones útiles de la realidad experimental, pero no descripciones exactas


de la naturaleza. En general, las funciones matemáticas de distribución como la normal, u
otras (log-normal, de Weibull, gamma) realizan una labor satisfactoria para representar los
datos experimentales en medio del rango de datos (en donde se encuentran la mayor parte
de los mismos) pero ya no son confiables en la representación de los datos experimentales
en los valores extremos (colas) de las distribuciones.
A veces, los estudiantes se sienten confundidos por el hecho de que xmedia y σ, que
tienen definiciones exactas y no ambiguas, aparezcan en estas distribuciones, las cuales
son aproximaciones. Para cualquier muestra con n miembros,

xmedia = y s= (8.19)

Estas expresiones son independientes de si la función de distribución normal o alguna


otra función de distribución son la mejor representación de la muestra, o de si se represen­
ta bien por cualquier función simple de distribución. En el límite, cuando n se hace grande,
la s de la definición antes dada (la desviación estándar de la muestra) se convierte en σ, o
sea (la variancia)05. A menudo, la gente habla de la estadística con la hipótesis escondida
de que las mediciones que se están analizando se toman de una población que queda bien
representada por la distribución normal. En general, ésa es una buena conjetura, pero no
siempre es correcta, como se hace ver más adelante.
Ahora ya nos encontramos listos para hablar acerca de las distribuciones del tamaño
de partícula. Es probable que se pueda obtener una muestra de las partículas que se en­
cuentran en una corriente de gas, capturándolas en un filtro o por alguna otra técnica, y se
pueden contar las partículas de diversos tamaños con el uso de un microscopio y cons­
truir una tabla, precisamente como la 8.2, reemplazando el rango de edades por el diámetro.
Sin embargo, en general se encuentra que los datos obtenidos a partir de esta clase de
experimento no quedan bien representados por la función de distribución normal de la ecua­
ción (8.16).

8.3.3 Distribución log-normal


Si se hace que la x de la ecuación (8.16) represente no el diámetro de partícula sino su
logaritmo natural, se obtendrá la siguiente distribución log-normal, que se utiliza casi con
tanta amplitud como la normal:

exp- (8.20)

o, de modo alternativo,

exp- (8.21)

Muchos autores escriben las ecuaciones (8.20) y (8.21) reemplazando la σ por ln σ; es


decir,

exp- (8.22)
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 207

Como σ es constante para cualquier distribución particular, este cambio no marca alguna
diferencia, excepto que la σ que se encuentra con la aplicación de la ecuación (8.22) es la
exponencial de la σ que se encuentra al utilizar la (8.20) y (8.21). Para distribuciones en
particular, valores típicos de σ en las ecuaciones (8.20 y (8.21) son de 0.5 a 1, lo cual co­
rresponde en la (8.22) a σ de 1.64 a 2.71. Con frecuencia, a estas últimas se les conoce
como desviaciones estándar logarítmicas o desviaciones estándar geométricas y, a ve­
ces, se denotan como σg. El valor (σ g ) más pequeño posible es de 1.0, que corresponde a
una σ de cero.
El valor de z que se definió en la ecuación (8.17) para la distribución normal se con­
vierte en la distribución log-normal de los diámetros de partícula al reemplazar cada x por
ln D, o sea,

z=
distribución normal

(8.23)
distribución log-normal

El estudiante puede verificar que, si se sustituye la ecuación (8.23) en la (8.20), se convier­


te esta última en la (8.18). Por tanto, se puede usar la tabla 8.3 para la distribución log-
normal, precisamente como se hizo para la normal, con el valor adecuado de z tomado de la
ecuación (8.23).
Si se regresa ahora al problema de la función de distribución de las partículas, se ve
que si la ecuación (8.20) o la (8.21) son una representación satisfactoria de la distribución
y si se pudiera trazar la gráfica de ln D contra z (la cual es función de D), debe obtenerse
una recta. Por fortuna, se cuenta con papeles para gráficas que facilitan esta labor. En uno
de ellos, sencillamente se traza D contra Φ y, si los datos están distribuidos log-normal-
mente, el resultado es una recta. En la figura 8.8 se muestra una representación de ese tipo
en un papel log-normal (conocido más frecuentemente como papel log-probabilidad)
de los tamaños de partícula normalmente encontrados en los gases de escape que salen de
los hogares en los que se quema carbón pulverizado. En este papel se trazan las gráficas
de modo que z avanza en forma lineal a través de la parte inferior del mismo; se muestran
los valores de Φ correspondientes a cualquier z (estimados en la tabla 8.3 o su equivalen­
te), en lugar de la propia z. Como resultado, la escala se comprime en medio y se expande
mucho cerca de los bordes derecho e izquierdo. Esta clase de representación es la que se
usa prácticamente en todos los casos en la literatura sobre contaminación del aire. Ningu­
na otra manera de presentar los datos sobre tamaños de partícula parece tener tanto éxito
o usarse con tanta amplitud.*
Debido a que la representación de la figura 8.8 es común en el trabajo sobre la conta­
minación del aire, tenemos que familiarizarnos con sus propiedades (que se examinan con
mucho más detalle en la referencia 13). En primer lugar, se observa que los ejes están in­
vertidos en comparación con los de la figura 8.7; la escala del diámetro es vertical y la de
Φ es horizontal. El papel log-probabilidad siempre se dispone de esa manera. La recta, y
cualquier recta en el papel log-probabilidad, es una representación de la ecuación (8.20).

* Muchos otros fenómenos naturales también quedan bien representados por la distribución logarítmica-
normal. La mayor parte de los datos meteorológicos —por ejemplo, la distribución de las velocidades
del viento cada hora, durante un año— se representan mejor por la distribución logarítmica-normal que
por cualquier otra función de distribución.
208 CAPÍTULO 8

Esa ecuación contiene sólo dos constantes Dmedio y σ. Por consiguiente, si se especifica la
recta, se han especificado estas dos e, inversamente, si se especifican estos dos valores,
se ha especificado una y sólo una recta en el papel log-probabilidad. Para hallar el valor de
Dmedio a partir de la recta de la figura 8.8, sólo se necesita leer el diámetro que corresponda
al 50% "menos del tamaño expresado". En la figura 8.8, esto es alrededor de Dmedio = 20 μ.
Obsérvese que ésta no es la media aritmética a la que todos estamos acostumbrados. Para
un grupo de N partículas con diámetro DD
Diámetro media aritmética = (8.24)
y
Diámetro media logarítmica = exp = (D1.D2 D N ) 1/N (8.25)

Esta última media, llamada media geométrica o logarítmica, es el valor que se obtuvo
al leer el punto del 50% en la figura 8.8. El lector puede verificar que estas dos medias no
son las mismas, al considerar una muestra con sólo dos partículas, una con un diámetro de
1 μ y la otra con un diámetro de 9 μ. Si se utilizan las ecuaciones (8.24) y (8.25), se ve que
el diámetro media aritmética es de 5 μ y que la media logarítmica es de 3 μ. Para la mayor
parte de los agrupamientos de partículas que se encuentran en la naturaleza, esta diferen­
cia no es importante; pero cuando σ se hace grande, se vuelve más importante.

Rango considerado

Porcentaje en peso menos que el tamaño de partícula expresado


FIGURA 8.8
Ejemplo tomado de la literatura sobre la contaminación del aire, de la representación de los datos de
tamaño de partícula en la forma log-normal. (Tomado de la referencia 12.)
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 209

Para hallar σ a partir de la figura 8.8, en la tabla 8.3 se observa que z = 1 corresponde a
Φ = 0.8413, de modo que, en la ecuación (8.17), se tiene

z=1= (8.26)

pero, en la distribución que se está considerando, las x son los logaritmos naturales de los
diámetros, de modo que se puede despejar σ, al escribir

σ = ln D0.84 - ln Dmedio = (8.27)

Al leer, en la figura 8.8, el valor de D0.84 como alrededor de 70 μ, se encuentra

σ= =1.25; σg = e x p 1.25 = 3.49 (8.28)

Por tanto, la caracterización completa de la recta trazada en la figura 8.8 es D medio = 20 μ,


σ=1.25.
En virtud de la simetría en torno a Dmedio, con igual propiedad pudo haberse hallado
el valor de σ a partir de Dmedio y D0.16, si se hubiera deseado (excepto que se encuentra
fuera de la escala de esta figura). Debido a la utilidad de los valores en el 16% y el 84%
para estimar σ, algunos papeles log-probabilidad tienen líneas gruesas trazadas en esos
porcentajes.
Hasta ahora, todo el análisis ha sido en términos de logaritmos naturales, o sea ln.
Dado que log10 x = (ln x)/2.303, se pueden convertir todas las fórmulas de este capítulo,
que se encuentran en términos de ln, en otras en términos de log10 al introducir 2.303 en
los lugares adecuados.

8.3.4 Distribución por peso y por n ú m e r o


Si se determina la distribución al capturar las partículas en el portaobjetos de un microsco­
pio y medir el diámetro de un número adecuado de ellas, los resultados se presentarán
como el porcentaje respecto al número en diversos rangos de tamaños. Ésa no es la mane­
ra más común de representar los datos.

Ejemplo 8.9. Un grupo de partículas consta de tres miembros: una con un diámetro de 1 μ,
otra con un diámetro de 4 μ y la última con un diámetro de 10 μ. Las tres son esferas y
tienen la misma densidad. ¿Qué porcentaje respecto al número de partículas tienen diáme­
tros menores de 5 μ? ¿Qué porcentaje respecto a la longitud, respecto al área superficial y
respecto a la masa tienen diámetros menores de 5 μ?
En este caso, respecto al número, se tiene que 2/3 = 66.6% de las partículas tienen
diámetros menores de 5 μ. Respecto a la longitud, se ve que, si se colocaran las partículas
formando una línea, la longitud de aquéllas menores de 5 μ sería (1 + 4) μ, mientras que la
longitud total sería (1 + 4 + 10) μ; de modo que el porcentaje respecto a la longitud de
aquéllas menores de 5 μ es (5/15) = 33.3%. El área superficial de cada partícula es πD 2 ,
de modo que el área superficial de las partículas menores de 5 μ es π (l 2 + 42)μ2. Si se toma la
relación de esta suma al total y se observa que se cancelan las π, se encuentra que el
porcentaje del área superficial de las partículas menores de 5 μ es (1 + 16)/(1 + 16 + 100) =
14.5%. Si se procede de la misma manera para la masa, se observa que la masa para cual­
quier partícula es (pπ/6)D 3 y que se cancelarán los términos (pπ /6), de modo que la frac­
ción de la masa de las partículas menores de 5 μ es (1 + 64)/(l + 64 + 1000) = 6.1%.
210 CAPÍTULO 8

Este ejemplo hace ver que, si se pregunta qué porcentaje de partículas son menores
que algún valor, sin especificar de qué porcentaje se está hablando, se puede obtener una
amplia variedad de respuestas, todas correctas. En la figura 8.8, el rótulo del eje aclara que
el porcentaje que se muestra allí es en peso. Ése es el porcentaje de uso más común en
esas distribuciones. También es común el porcentaje respecto al número. El porcentaje res­
pecto al área se utiliza mucho al analizar rocíos (por ejemplo, secadores de rocío y rociadores
de pintura) y, a veces, en el trabajo sobre contaminación del aire. El porcentaje respecto a
la longitud no tiene aplicación común.
Una propiedad general —y muy útil— de las distribuciones log-normales es que si Φ
de Da es log-normal, entonces Φ de Db también es log-normal, los valores de σ son los
mismos para las dos distribuciones y la media de la nueva distribución es
Dmedia nueva = D media anterior ext[(b-a)σ2] (8.29)

Ejemplo 8.10. Calcúlese el Dmedio respecto al número que corresponde a la distribución


dada en la figura 8.8, para la cual se sabe que en la distribución respecto al peso se tiene
Dmedio = 2 0 μ y σ = 1 . 2 5 .
En la distribución respecto al peso, a = 3 (porque el peso de una partícula es propor­
cional a D3) y, en la distribución respecto al número, b = 0 (porque el número de una partí­
cula es independiente de su diámetro, D° = 1). Si se hacen las sustituciones en la ecuación
(8.29), se encuentra

Dmedio número = 20 μ exp[(0 - 3)1.252 ] = 0.1 8 μ

Esta diferencia en los diámetros medios, respecto al peso y respecto al número, pare­
ce alarmante, pero es correcta. Las partículas grandes tienen casi todo el peso, de modo
que la media respecto al peso está cercana al diámetro de las partículas de tamaño más
grande que estén presentes en números significativos. Pero hay mucho más partículas pe­
queñas que grandes, de modo que la media respecto al número es mucho menor que aqué­
lla respecto al peso (o masa).
Debido a que las dos distribuciones tienen el mismo valor de σ, las rectas que las
representan en el papel log-normal son paralelas. De este modo, una vez que se ha calcula­
do la media logarítmica respecto al número en el ejemplo anterior, en principio se podría
trazar una recta paralela a la de la figura 8.8, que pase por el Dmedio respecto al número, y tener la
distribución completa respecto al número. (En la figura 8.8, esa recta saldría de la gráfica
en la parte inferior.) El ahorro en tiempo y esfuerzo brindado al aplicar este conjunto de
propiedades de la distribución log-normal es muy grande, y constituye una de las razones
principales por la que la mayoría de los investigadores en el campo de la contaminación
del aire han seleccionado esta distribución para representar los datos sobre el tamaño de
partícula.

8.4 COMPORTAMIENTO DE LAS PARTÍCULAS


EN LA ATMÓSFERA

Gran parte de lo que se analizó en este capítulo se ilustra mediante la figura 8.9, en la cual
se describe el comportamiento de las partículas en la atmósfera. Ésta es una gráfica de
dΦ respecto al área /dD, semejante a la figura 8.7. Si se trazara la gráfica de dΦrespecto a la masa /dD,
el pico de la derecha sería mucho más grande que los otros, o bien, si se presentara
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 211

dΦ respecto al número /dD, el pico de la izquierda sería mucho más grande que los otros. Esto
hace ver que las partículas más finas, con diámetros de 0.005 a 0.1 μ, entran a la atmósfera
en su mayor parte por condensación de vapor caliente provenientes de fuentes de com­
bustión. Con el tiempo (por lo general varias horas) estas partículas más pequeñas crecen,
en su mayor parte por aglomeración de cada una de ellas sobre las otras. Parte de esta
aglomeración ocurre en la fase gaseosa, causada por el movimiento browniano que las
lleva a que entren en contacto; parte ocurre en el interior de las nubes o gotitas de niebla.
Las partículas de tamaño mediano (0.1 a 1 μ) se forman parcialmente por la aglomera­
ción de partículas más finas y, en parte, por la conversión química de gases y vapores en

Conversión química
Vapor de gases a vapores
caliente de baja volatilidad

Condensación
Vapor
de baja
volatilidad
Particulas primarias

Nucleación
homogénea
Coagulación

Agregados en cadena Crecimiento


por condensación Polvo soplado
de núcleos por el viento
Emisiones
Rocío del mar
Coagulación Gotitas
Volcanes
Partículas
de plantas
Coagulación

Coagulación

Captación
y lavado por
la lluvia
Sedimentación

Diámetro de partícula, micrómetros


Núcleos transitorios o Rango de Rango de aerosoles generados
rango de núcleos de Aitken acumulación mecánicamente
Partículas finas Partículas gruesas

FIGURA 8.9
Una estimación de la distribución de las partículas, respecto al área superficial, en una atmósfera
industrial, según Whitby [14]. (Cortesía de EPRI.)
212 CAPÍTULO S

El desgaste de los neumáticos y el polvo


del camino (≈ 10 μ) se mantienen unas
cuantas horas.
Los gases del escape contienen partículas
finas (≈ 0.1 μ) y más gruesas (≈ 1 μ) que
permanecen en la atmósfera superior hasta
unos cuantos días.

La arena (≈ 200 μ)
soplada de la pila cae
con rapidez.

FIGURA 8.10
Un camión, cargado con arena, pone tres tamaños diferentes de partículas en la atmósfera.

partículas de la atmósfera. Estas partículas son bastante grandes como para ser removidas
por captación por la lluvia (captura por las gotas en las nubes) o por lavado por la llu­
via (captura por las gotas de lluvia que caen). Aunque crecen por aglomeración para for­
mar partículas más grandes, este proceso es lento en comparación con la captación y lava­
do por la lluvia. Las partículas más grandes (2 a 100 μ) se generan, como se muestra, en
forma mecánica; algunas provienen de fuentes industriales de partículas, cuyo control se
analiza en el capítulo siguiente. En su mayor parte, estas partículas más grandes son remo­
vidas por la sedimentación por gravedad, con la acción de las nubes y lluvia o sin ella.
Los dos primeros picos de la figura 8.9 representan casi en exclusiva partículas secun­
darias, formadas en la atmósfera a partir de precursores gaseosos; el tercer pico representa
en su mayor parte las partículas primarias, emitidas a la atmósfera en esa forma. Se presen­
ta algo de depósito de partículas más pequeñas sobre estas partículas primarias, pero no
constituye el método principal para remover esas partículas más pequeñas.
Los precursores gaseosos de las partículas secundarias son, principalmente, S0 2 , NOx,
NH3 e hidrocarburos. El control de las emisiones de hidrocarburos, óxidos de azufre y óxi­
dos de nitrógeno se analiza en los capítulos 10-12. El amoniaco (NH3) se distribuye con
amplitud en la atmósfera, proviniendo en su mayor parte de fuentes biológicas, más que
de fuentes humanas.
En la figura 8.10 se resume este capítulo. En ella se ve un camión acarreando arena por
el camino. La arena es soplada hacia afuera del camión y cae al suelo, lo que causa una
molestia local. El camión agita el polvo del camino y genera partículas por desgaste de sus
neumáticos, que son contaminantes locales del aire, pero que no permanecen largo tiempo
en la atmósfera. El escape del camión contiene partículas finas, generadas por la combus­
tión, que permanecen en la atmósfera durante varios días y contribuyen al problema regio­
nal de partículas finas.
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 213

8.5 RESUMEN
1. Las partículas de interés para la contaminación del aire se encuentran en su mayor par­
te en el rango de tamaño de 0.01 a 10 μ.
2. Las partículas de tamaños menores a más o menos 2 μ rara vez se producen por medios
mecánicos; son producidas principalmente por la condensación o reacción química de
gases o vapores.
3. Estas partículas pequeñas se comportan de manera bastante diferente a las partículas
con las que está familiarizada la gente, como la arena y la grava. Su gran área superfi­
cial por unidad de masa hace que se adhieran entre sí, si se llevan a que entren en
contacto.
4. La mayor parte de las partículas de interés para la contaminación del aire se encuentran
en el rango de tamaño en donde se puede utilizar la ecuación de Stokes para la fuerza
de retardo que actúa sobre la partícula, con exactitud satisfactoria.
5. Debido a que las partículas de interés para la contaminación del aire rara vez se en­
cuentran en éste o en una corriente de gas como un conjunto de tamaño uniforme de
partícula, por lo general tiene que tratarse con la distribución de los tamaños de partí­
cula.
6. Las partículas finas que se encuentran en la atmósfera son en gran parte partículas
secundarias, que se forman en ella a partir de precursores gaseosos. La mayor parte de
las partículas más gruesas que están en la atmósfera son partículas primarias, que en­
tran en ella como partículas.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.

8.1. Determínese el espesor de las páginas de este libro, en micras, al medir el espesor del texto
(excluyendo las cubiertas) y dividir entre el número de páginas. Tómese en cuenta el hecho de
que los números de página van en los dos lados de la página.
8.2. Se dispersa una lbm de agua en gotitas de diámetro D. ¿Cuántos pies cuadrados de superficie
tiene el agua cuando D = 1 cm, 1 μ, 0.01 μ?
8.3. a) Si un material sólido tiene una densidad de 1000 kg/m3 y una partícula de este material
tiene una masa de 1 microgramo y es un cubo, ¿cuál es la longitud de cada uno de los lados
del cubo?
b) Repítase el inciso a) para una partícula con una densidad de 2000 kg/m3.
8.4. Un carbón típico tiene 10% en peso de ceniza. En la mayor parte de las plantas generadoras
modernas se muele el carbón hasta un tamaño promedio de partícula de más o menos 100 μ.
Si la ceniza estuviera uniformemente distribuida en el carbón, ¿cuál sería el tamaño esperado
de las partículas remanentes de ceniza una vez que se ha quemado el carbón? De manera
regular, se encuentran partículas tan pequeñas como 1 μ en esta ceniza. Proporciónese una
explicación de cómo es probable que se formen.
8.5. a) En la figura 8.1 se muestra que las partículas más pequeñas que pueden reconocerse como
tales tienen diámetros de 0.01 μ. Supóngase que una de esas partículas es de carbono puro,
cuyo peso atómico es de 12 g/mol y su densidad es de 2000 kg/m3. ¿Cuántos átomos de
carbono contiene esa partícula?
b) ¿Por qué la figura 8.1 no muestra partículas más pequeñas que ésta?
214 CAPÍTULO 8

8.6. a) Con base en la figura 8.1 (¡extrapolada!), estímese qué distancia recorrería una molécula de
SO2 al sedimentarse por acción de la gravedad, en un año.
b) ¿Qué comparación existe con las velocidades típicas del viento vertical?
c) ¿Existe algún proceso industrial que separe gases por gravedad?
8.7. Los índices de depósito de polvo (acumulaciones de sedimentos provenientes del aire) pue­
den ser hasta de 100 toneladas cortas/milla cuadrada • mes.
a) ¿Ese número es grande o pequeño?
b) ¿Cuántas libras por pie cuadrado por día representa eso?
c) Si el polvo, asentado, tiene una densidad en masa de 30 lbm/ft3, ¿cuál será el espesor de
una capa acumulada en un mes?
8.8. En la literatura sobre la contaminación del aire, a menudo se expresan las concentraciones de
partículas en las corrientes de gases en granos/ft3 (1 lbm = 7000 granos = 7000 gr; 1 gr =
0.065 g).
a) Para una concentración típica de 100 gr/ft3 en una corriente de gas sucio, ¿cuál es el por­
centaje en peso de sólidos?
b) Si las partículas son esféricas con un diámetro de 10 μ, ¿cuántas existen en 1 ft3?
c) ¿Cuál es el origen histórico más probable del grano como unidad de masa?
d) ¿Para cuáles otros materiales comunes normalmente se expresan sus masas en granos?
8.9. Por una chimenea alta se emiten partículas con un diámetro de 1 mm (lo cual corresponde de
manera muy aproximada a la arena gruesa de playa). El viento está soplando a una velocidad
de 10 mi/h. La distancia de la línea central de la chimenea a los límites de la propiedad de la
planta es de 5 alturas de chimenea. ¿Cuál es la posibilidad de que la mayor parte de la arena
caiga en la propiedad de la planta?
8.10. Una partícula es una esfera hueca de óxido metálico. La densidad del óxido metálico es de
2000 kg/m3. La parte hueca en el centro de la esfera está llena de aire que tiene la misma
densidad que la del aire circundante, a través del cual está cayendo la esfera a su velocidad
terminal. El diámetro exterior de la esfera es de 10 μ y el espesor de su pared es de 0.1 μ (es
decir, la burbuja en el centro tiene un diámetro de 9.8 μ). ¿Con qué velocidad está cayendo?
8.11. a) ¿Qué valor de Cd da la ecuación (8.7) para =0.3?
b) ¿Cuál es la diferencia en porcentaje entre este valor y el de la ley de Stokes, con este
número de Reynolds?
8.12. En el ejemplo 8.4 se da una ilustración de la solución por tanteos de un problema de sedimen­
tación de una partícula. En la actualidad, la mayor parte de los estudiantes poseen una calcu­
lador manual con una rutina "de resolución" que facilitará ese cálculo por tanteos. Vuélvase a
resolver este problema en esa clase de calculadora manual:
a) Combínense las ecuaciones (8.2) y (8.5)-(8.7) y reacomódese el resultado para obtener

V+ V l7 •0.14 - = 0

b) Evalúense las constantes, para encontrar

V + V17 • 0.8582(s/m)0.7 - 2.422 m/s = 0


c) Resuélvase, con aplicación de una rutina de resolución, para hallar V= 1.219 m/s.
8.13. Un radiómetro de Crookes es un tubo de vidrio al vacío, con un eje vertical que tiene sujetas
unas placas pequeñas a un radio de unos cuantos centímetros. Una de las caras de cada placa
está pulida con acabado de espejo y la otra está pintada de negro uniforme. Todos los espejos
apuntan en una dirección alrededor del eje y las caras negras en la otra dirección. Cuando el
radiómetro se coloca en una luz brillante, el eje gira; entre más brillante es la luz, más rá­
pido gira.
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 215

a) ¿En qué dirección gira; es decir, las superficies como espejo avanzan o retroceden? ¿Por
qué?
b) ¿Se comportaría de la misma manera en un vacío perfecto? ¿Por qué?
c) ¿Cómo se relaciona esto con el factor de corrección de Cunningham?
8.14. Una partícula esférica con diámetro de 1 μ y gravedad específica de 4.0 se está sedimentando
en aire tranquilo.
a) ¿Cuál es la velocidad terminal de sedimentación de esta partícula, según la ley de Stokes?
b) ¿Cuál es la velocidad terminal de sedimentación de esta partícula, según la ley de Stokes,
tomando en consideración el factor de corrección de Cunningham?
8.15. En el ejemplo 8.6 se vio que una partícula con un diámetro de 1 μ, gravedad específica de 2 y
una velocidad inicial de 10 m/s sería detenida por el aire en una distancia de recorrido de 69
diámetros.
a) Si se inyecta una pelota de béisbol (D = 2.9 pulgadas, m = 0.32 lbm) en un tanque de
algún fluido viscoso (melazas, miel de abeja o aceite lubricante) a la misma velocidad y se
detiene en 69 diámetros, ¿cuál es la viscosidad del fluido? Supóngase que se puede aplicar
la ecuación (8.12).
b) ¿Es suficientemente pequeño el número de Reynolds para que pueda aplicarse la distancia
de detención de Stokes? Si no lo es, estímese cuál sería la distancia observada de deten­
ción.
8.16. En el ejemplo 8.6:
a) ¿Cuánto tarda la partícula en llegar hasta la velocidad cero?
b) ¿Cuánto tarda la partícula en llegar a tener el 1% de su velocidad inicial?
c) ¿Cuál es el valor inicial de
d) Si éste es demasiado grande como para que pueda aplicarse la fuerza de retardo de Stokes,
¿la distancia de detención observada será mayor o menor que la calculada en el ejemplo
8.6? ¿En qué porcentaje?
8.17. La figura 8.6 es una gráfica de Φ contra la edad, para Estados Unidos en 1990. Supóngase que
una influenza infantil hubiera matado a todas las personas en Estados Unidos, nacidas duran­
te el periodo de cinco años de 1970 a 1975 y que ninguno de los inmigrantes subsiguientes a
ese país hubieran nacido durante ese periodo.
a) Hágase un esquema de cómo se vería la figura 8.6 en esta circunstancia.
b) Hágase un esquema de cómo se vería la figura 8.7 en esta circunstancia.
8.18. Trácense esquemas equivalentes a los de las figuras 8.6, 8.7 y 8.8, para un grupo de partículas
que esté distribuido log-normalmente, con cada una de los conjuntos siguientes de parámetros
(serán satisfactorios unos esquemas aproximados sin valores numéricos):
a) Dmedio = 0.250 in,σ = 0.0001
b) Dmedio = 5.0 in,σ =10
c) Dmedio= 10 μ, σ = 2
d) ¿A cuáles sistemas físicos podrían corresponder estas distribuciones?
8.19. Para el grupo de partículas del ejemplo 8.9:
a) Trácese un esquema de una gráfica de Φ respecto a la masa contra el diámetro de partícu­
la para esta distribución, indicando en ese esquema todos los valores numéricos importan­
tes. (El esquema puede ser bastante aproximado y no es necesario que sea a escala.)
b) Repítase el inciso a) utilizando Φ respecto al número.
8.20. Un grupo de partículas queda descrito por la distribución log-normal con Dmedio respecto al peso =
5 μ y σ = 0.8.
a) ¿Qué fracción en peso de las partículas tienen diámetros menores que 1 μ?
b) ¿Qué fracción del número de partículas tienen diámetros menores que 1 μ?
216 CAPÍTULO 8

8.21. En el ejemplo 8.10 se calculó el diámetro medio respecto al peso a partir del diámetro medio
respecto al conteo, con la aplicación de un valor de b = 0 en la ecuación (8.29). ¿Cuál sería el
significado físico de las distribuciones que se obtendrían si se hubiera repetido el cálculo de
ese ejemplo con los valores b = 1 y b = 2?
8.22. Como se describió en el capítulo 5, en Estados Unidos las velocidades promedios del viento
son de poco más o menos 10 mi/h. Los valores más altos son de más o menos 100 mi/h y los
más bajos de 1 mi/h. Supóngase que, para este problema, sólo ocurren esos vientos de 100 mi/h
y 1 mi/h con frecuencia igual.
a) ¿Quedaría bien representada esta distribución de velocidades del viento mediante la distri­
bución normal?
b) ¿Quedaría bien representada mediante la distribución log-normal?
c) Trácese un esquema equivalente al de la figura 8.7 para las velocidades del viento, tanto en
la forma normal como en la log-normal.
8.23. La tabla de factores de emisiones da los datos siguientes para la distribución del tamaño de
partícula en el gas de desecho que proviene de un incinerador municipal de desechos en el que
se queman éstos en masa [15]:

Φ, % acumulado de peso
Diámetro de partícula, m hasta este diámetro

0.625 14
1.0 18
2.5 24
5.0 32
10.0 37
15.0 47

No se dan valores para partículas más grandes de 15 μ porque son poco interesantes para la
contaminación de aire.
¿Pueden representarse estos datos en forma satisfactoria por la distribución normal? ¿Y
por la distribución log-normal?
8.24. Para la recta marcada como "Típico" en la figura 8.8, estímese el diámetro que corresponde al
10% en peso y al 1% en peso.
8.25. a) Ahora se pasa el grupo de partículas "típico", mostrado en la figura 8.8, a través de un
colector de partículas que tiene una eficiencia del 100% para aquéllas con un diámetro
mayor que 10 μ, o igual a éste, y una eficiencia del 0% para aquellas con diámetro menor
que 10 μ. Trácense esquemas equivalentes a los de las figuras 8.6 y 8.7 para las partículas
que pasan a través de este colector.
b) Calcúlese el diámetro medio respecto a la masa y el diámetro medio respecto al número de
las partículas que pasan a través del colector.
8.26. Si una población de partículas es log-normal con Dmedio respecto al peso = 10 μ y σ = 1, ¿cuál es el
diámetro menor que ese diámetro medio que tiene el 99.9% del peso? ¿Cuál es el diámetro
menor que ese diámetro medio que tiene 0.01% del peso?
8.27. La tabla 8.3 se puede usar con facilidad en los cálculos a mano, pero no con una computadora.
Además, no se usa con facilidad para valores de z mayores que 3.8. Para estos fines, es co­
mún usar la siguiente aproximación algebraica [16]:

z≈t -
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 217

en donde t=

a0 = 2.30753
a1 = 0.27061
b1 = 0.99229
b2 = 0.04481

Esta aproximación sólo se puede aplicar para Φ > 0.5 y tiene un error máximo en z de ±0.003.
a) Pruébese la exactitud de esta aproximación al calcular el valor de z correspondiente a una
Φ de 0.9772 y comparar esa estimación con el valor de la tabla 8.3.
b) Con aplicación de esta aproximación, estímese la Φ correspondiente az = 6.0.
8.28. Una corriente de gas contiene un grupo de partículas cuya distribución se da por la "distribu­
ción rectangular", la cual es
dΦ/dD = C1 para diámetros de partícula de 0 hasta Dmáx
dΦ/dD = 0 para diámetros de partícula mayores que Dmáx
En este caso, Φ es la fracción acumulada respecto al peso de las partículas con diámetro
menor que D1 y Dmáx es el diámetro de la partícula más grande. C1 es igual a (l/D máx ).
Se pasa esta corriente de gas a través de un colector de partículas en el que la eficiencia de
captura es proporcional al diámetro al cuadrado de la partícula y es igual a 1.0 para un diáme­
tro de partícula de Dmáx. ¿Cuál es la eficiencia total de captura de este colector?
8.29. Una corriente de gas tiene partículas cuya distribución se representa por la "función de distri­
bución triangular", la cual es
d(fracción respecto al peso)
= b(diámetro de partícula)
d(diámetro de partícula)

para tamaños de 0 a 10 μ y
d(fracción respecto al peso)
= b(e - diámetro de partícula)
d(diámetro de partícula)

para tamaños de 10 a 20 μ. En estas fórmulas, b = 0.01/μ2 y e = 20 μ.


Un dispositivo colector de partículas tiene una eficiencia de captura representada por la
ecuación
Eficiencia = a(diámetro de partícula)2
para los tamaños de 10 a 20 μ. Aquí, a tiene el valor 0.0025/μ2.
Ahora se pasa este gas a través de este colector. ¿Qué fracción respecto al peso de las
partículas se captura?
8.30. Una corriente de gas contiene un grupo de partículas cuya distribución de tamaños respecto al
peso se da por la "función cuadrática de distribución", la cual es

Fracción respecto al peso con diámetro menor que D = k1D2 para 0<D<

Ahora se pasa esta corriente de gas a través de un colector cuya eficiencia como función del
tamaño de partícula se expresa por estas ecuaciones:

Fracción capturada = k2D para 0 < D < 1lk2


Fracción capturada = 1.0 para 1/k 2 <D
218 CAPÍTULO 8

¿Qué fracción respecto al peso de las partículas en la corriente de gas es capturada por este
colector? En estas fórmulas, k¡ = 0.01/μ2 y k2 = 0.1/μ.
8.31. Una corriente de aire contaminado contiene partículas que siguen la distribución log-normal
respecto a la masa, con Dm = 10 μ, σ = 1.5. Ahora se pasa este gas a través de un separador
que elimina todas las partículas para las que D ≥ 5 μ. Todas las partículas con D < 5 μ pasan
a través de ese separador.
a) ¿Qué fracción respecto a la masa de las partículas se extrae?
b) Trácense esquemas equivalentes a los de las figuras 8.6, 8.7 y 8.8 para las partículas rema­
nentes (es decir, de las que permanecen en la corriente de gas).
c) ¿Cuál es el diámetro medio respecto a la masa de las partículas que se capturan? ¿Cuál es
el diámetro medio respecto a la masa de las partículas que pasan de un lado a otro sin ser
capturadas?
8.32. Las partículas que se encuentran en una corriente de aire se describen por la distribución log-
normal, Dmedio respecto a la masa = 10 μ y σ = 1.5. Ahora se pasa esta corriente de aire sucio a
través de un colector que tiene una eficiencia del 100% para las partículas con D > 40 μ, su
eficiencia es del 50% para las partículas de 10 a 40 μ de diámetro y esa eficiencia es del 0%
para las partículas de tamaño menor de 10 μ.
a) ¿Qué fracción respecto a la masa es capturada por este colector?
b) ¿Cuál es el diámetro medio respecto a la masa de las partículas que pasan de un lado a otro
sin ser capturadas?
8.33. En la figura 8.9 se sugiere que, en una atmósfera típica, poco más o menos un tercio del área
superficial de las partículas está contenido en aquéllas con diámetro centrado alrededor de
0.02 μ, más o menos un tercio en aquéllas con diámetro centrado alrededor de 0.3 μ y más o
menos un tercio en aquéllas con diámetro centrado alrededor de 10 μ. Si la situación verdadera
fuera que la distribución respecto al área sea exactamente de un tercio en cada uno de estos
rangos de diámetros y si, en lugar de las amplias distribuciones que se muestran en la figura
8.9, todas las partículas fueran exactamente de 0.02, 0.3 y 10 μ de diámetro, entonces
a) ¿Cuál sería la fracción respecto al peso para cada uno de los tres tamaños de partícula?
b) ¿Cuál sería la fracción respecto al número para cada uno de los tres tamaños de partícula?

BIBLIOGRAFÍA
1 . Fuchs, N. A. y A. G. Sutugin: Highly Dispersed Aerosols, Ann Arbor Science, Ann Arbor, MI, 1970.
2. Lippmann, M.: "Calibration of Air Sampling Instruments", en S. V. Hering (ed.), Air Sampling
Instruments for Evaluation of Atmospheric Contaminants, 7a. ed., American Conference of
Governmental Industrial Hygienists, Cincinnati, OH, p. 97, 1989.
3. Quann, R. J., M. Neville, M. Janghorbani, C. A. Mims y A. F. Sarofim: "Mineral Matter and Trace
Element Vaporization in a Laboratory Pulverized Coal Combustion System", Environ. Sci. Technol.,
Vol. 16, pp. 776-781, 1982.
4. Moore, W. J.: Physical Chemistry, 3a. ed., Prentice-Hall, Englewood Clifls, NJ, p. 675, 1962.
5. Fennelly, P. F.: "Primary and Secondary Particulates as Pollutants—A Literature Review", J. Air
Pollut. Control Assoc, Vol. 25, pp. 697-704, 1975.
6. Butcher, S. S. y R. J. Charlson: An Introduction lo Air Chemistry, Academic Press, New York, p.
184, 1972.
7. Hatch, T. F. y P. Gross: Pulmonary Deposition and Retention of lnhaled Aerosols, Academic Press,
New York, 1964.
8. Lippmann, M.: "Size-Selective Health Hazard Sampling", en S. V. Hering (ed.), Air Sampling
Instruments for Evaluation of Atmospheric Contaminants, 7a. ed., American Conference of
Governmental Industrial Hygienists, Cincinnati, OH, p. 163, 1989.
9. Lamb, H.: Hydrodynamics, Dover, New York, pp. 597-598, 1932.
10. Sakiadis, B. C: "Fluid and Particle Mechanics", en D. W. Green y J. O. Maloney (eds.), Perry's
Chemical Engineers' Handbook, 6a. ed., McGraw-Hill, New York, pp. 5-63, 1984.
NATURALEZA DE LOS CONTAMINANTES EN PARTÍCULAS 219

11. Fuchs, N. A.: The Mechantes of Aerosols, Pergamon-Macmillan, New York, capítulo 11, 1964.
12. Stnith, W. S. y C. W. Gruber: "Atmospheric Emissions from Coal Combustion—An Inventory Guide",
U.S. Department of Health, Education, and Welfare Publication No. AP-24, 1966.
13. Aitchison, J. y J. A. C. Brown: The Log-Normal Distribution, Cambridge University Press, Cambridge,
1957.
14. Whitby, K. T.: "Modeling of Atmospheric Aerosol Particle Size Distributions", University of
Minnesota-Minneapolis Mechanical Engineering Department, Particle Technology Laboratory Report
No. 253, 1975.
15. "Compilation of Air Pollutant Emission Factors", AP-42, 4a. ed., p. 2.1-9 (suplemento de 9/91),
1985. (Véase la referencia 7 del capítulo 4.)
16. Abramowitz, M. e I. A. Stegun (eds.): Pocketbook of Mathematical Functions, Verlag Harri Deutsch-
Thun, Frankfurt/Main, p. 409, 1984.
CAPITULO

9
CONTROL
DE LAS PARTÍCULAS
PRIMARIAS

Como se analizó en el capítulo 8, la mayor parte de las partículas que se encuentran en la


atmósfera son partículas secundarias. Sin embargo, el control de las partículas primarias es
una parte importante de la ingeniería de control de la contaminación del aire. Muchas de
las partículas primarias, por ejemplo, el asbesto y los metales pesados, son más tóxicas
que la mayor parte de las partículas secundarias. Aun cuando, en general, las partículas
primarias son más grandes que las secundarias, muchas de las primarias son bastante pe-
queñas como para ser respirables y, por tanto, de interés para la salud. Es más probable
que el ingeniero promedio encuentre un problema de control de partículas primarias que
cualquier otro tipo de problema de contaminación del aire. Si es posible, las partículas cap-
turadas se reciclan hacia algún lugar en el proceso que las genera. Lo más frecuente (por
ejemplo, la ceniza y el hollín que provienen de la combustión del carbón mineral) es que
las partículas recogidas vayan hacia un relleno de terreno.

9.1 APARATOS DE CAPTURA POR PARED


Los tres primeros tipos de aparatos de control que se considerarán —sedimentadores por
gravedad, separadores de ciclón y precipitadores electrostáticos— funcionan al impulsar
las partículas hacia una pared sólida, en donde se adhieren entre sí para formar aglomera-
dos que se pueden extraer del aparato colector y disponer de ellos. Aun cuando el aspec-
to de estos aparatos es diferente de uno a otro, en todos se aplica la misma idea general y
se describen por medio de las mismas ecuaciones generales de diseño.

9.1.1 Sedimentadores por gravedad


Un sedimentador por gravedad es sencillamente una cámara larga por la cual pasa lenta-
mente la corriente de gas contaminado, permitiendo que transcurra el tiempo suficiente
para que las partículas se sedimenten por gravedad hasta el fondo. Es un aparato antiguo
y nada complicado que se debe limpiar en forma manual a intervalos regulares. Pero se
construye con sencillez, requiere poco mantenimiento y tiene cierta aplicación en las in-

221
222 CAPÍTULO 9

dustrias en las que se tratan gases muy secos; por ejemplo, algunos procesos en fundidoras
y metalúrgicos. Además, el análisis matemático para los sedimentadores por gravedad es
muy fácil; volverá a aparecer en forma modificada para los ciclones y los precipitadores
electrostáticos.
En la figura 9.1 se muestra un sedimentador por gravedad. El área de su sección trans­
versal (WH) es mucho más grande que la del ducto que se aproxima a él o por el que sale el
gas, de modo que la velocidad de este último en el interior es mucho más baja que en
cualquiera de los dos ductos. Se utilizan desviadores de algún tipo para dispersar el flujo
entrante en forma uniforme a través de la cámara de sedimentación; sin ellos, la mayor
parte del flujo pasará por en medio y se tendrá por resultado una mala captura de par­
tículas.
Para calcular el comportamiento de un aparato de este tipo, los ingenieros químicos
en general se apoyan en uno de dos modelos. Se supone que el fluido que pasa por ellos
no se mezcla en su totalidad (modelo de flujo en bloque o flujo tapón) o se supone un
mezclado total, en todo el aparato o en toda la sección transversal perpendicular al flujo
(modelo de retromezclado o mezclado). Cada uno de estos conjuntos de hipótesis conduce
a cálculos sencillos. Lo más frecuente es que el comportamiento observado de la naturale­
za caiga entre estos dos casos sencillos, se modo que con estos dos modelos se pueden
fijar límites sobre lo que probablemente realiza la naturaleza. Los dos modelos se aplican
mucho en los cálculos de aparatos de control de la contaminación del aire. Se calculará el
comportamiento de un sedimentador por gravedad de ambas maneras.
Para el flujo en bloque o mezclado, la velocidad horizontal promedio del gas en la cá­
mara es

(9.1)

Desviadores
en la salida

Desviadores
en la admisión

FIGURA 9.1
Esquema de un sedimentador típico por gravedad.
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 223

Para el modelo de flujo en bloque, se supondrá

1. En todo punto en la cámara, la velocidad horizontal del gas en ésta es igual a Vprom
(pero véase el problema 9.1).
2. La componente horizontal de la velocidad de las partículas que se encuentran en el gas
siempre es igual a Vprom.
3. La componente vertical de la velocidad de las partículas que se encuentran en el gas
es igual a su velocidad terminal de sedimentación debida a la gravedad, V,.
4. Si una partícula se deposita en el piso, allí permanece y no vuelve a ser arrastrada.

Con estas hipótesis, se puede calcular el comportamiento de una cámara de sedimentación


por gravedad, según el modelo del flujo en bloque.
Considérese una partícula que entra en la cámara a cierta distancia h arriba del piso de
la misma. El tiempo que tardará el gas que la distribuye y entra con ella en recorrer la cáma­
ra en la dirección del flujo es

t= (9.2)

Durante ese tiempo, la partícula se sedimentará por la gravedad una distancia,

Distancia vertical de sedimentación =tV t = (9.3)

Si esta distancia es mayor que h (su distancia original arriba del piso) o igual a ésta, enton­
ces llegará al piso de la cámara y será capturada. Si todas las partículas son del mismo
tamaño (y, por consiguiente, tienen el mismo valor de V1), entonces existe cierta distancia
arriba del piso (en la admisión) debajo de la cual todas las partículas serán capturadas y
arriba de la cual ninguna de ellas lo será. Si ahora se supone además que todas las partícu­
las son del mismo tamaño, que se encuentran distribuidas uniformemente a través de la
admisión de la cámara y que no interactúan entre sí, entonces se puede decir que la frac­
ción de partículas que serán capturadas, que es la eficiencia fraccionaria de captura, es

= =
Fracción capturada η para el flujo en bloque (9.4)

Para calcular la relación eficiencia-diámetro de partícula, se reemplaza la velocidad ter­


minal de sedimentación en la ecuación (9.4) con las relaciones de sedimentación por gra­
vedad descritas en la sección 8.2.2. Para la mayor parte de las aplicaciones en la contami­
nación del aire resulta apropiada la ley de Stokes [ecuación (8.4), ignorándose la densidad
del aire]; si se sustituye en la ecuación (9.4), se encuentra

η= para el flujo en bloque (9.5)

Para considerar ahora el modelo del flujo mezclado, supóngase que el flujo de gas se
mezcla en su totalidad en la dirección z, pero no en la dirección x. (La mayor parte de los
flujos de gases reales son turbulentos, lo que conduce al mezclado interno en el equipo de
proceso.) Esto tiene sentido, porque el mezclado en la dirección x mueve las partículas
contra la corriente y corriente abajo, con poco efecto en la eficiencia de captura, en tanto
224 CAPÍTULO 9

que el mezclado en la dirección z conduce a una disminución en esa eficiencia. Entonces,


considérese una sección del sedimentador con longitud dx. En esta sección, la fracción de
las partículas que llegarán al piso será igual a la distancia vertical que cae una partícula
promedio, debido a la gravedad, al pasar por la sección, dividida entre la altura de la sec­
ción, lo cual puede escribirse como

Fracción capturada = (9.6)

El cambio en la concentración que pasa por esta sección es

dc = -c • (fracción capturada) = (9.7)

El tiempo que tarda la partícula promedio en pasar por esta sección es


dt
= (9.8)

Si se combinan estas ecuaciones y se reacomodan, se tiene

(9.9)

lo cual puede integrarse desde la admisión (x = 0) hasta la salida (x = L), para hallar

flujo mezclado (9.10)

o bien,

η = l- =l-exp- (9.11)

Por último, se puede sustituir V1 por su expresión de la ley de Stokes, para encontrar

η = l-exp- flujo mezclado (9.12)

Si se compara este resultado con el de la hipótesis para el flujo en bloque o tapón, ecua­
ción (9.5), se ve que la (9.12) puede volverse a escribir como

=
η mezclado 1-exp (-η f l u j o en bloque ) (9.13)

Ejemplo 9.1. Calcúlese la relación eficiencia-diámetro para un sedimentador por gravedad


que tiene H = 2m, L= l 0 m y Kprom = 1 m/s, tanto para el modelo de flujo en bloque como
para el mezclado, suponiendo que se cumple la ley de Stokes.
En este caso, se puede obtener el resultado haciendo sólo un cálculo y, a continua­
ción, aplicando las relaciones. En primer lugar, se calcula la eficiencia del flujo en bloque
para una partícula de 1 μ; a saber,

- 4
r |= = = 3 . 0 3 x 1 0

Para partículas de 1 μ, la hipótesis del flujo en bloque conduce a una eficiencia de 3.03 x
10-4. La hipótesis del flujo mezclado conduce prácticamente al mismo resultado; a saber,

n mczdad0 = 1 - exp (-3.03 x 10 4) = 3.029 x 10 4


CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 225

Para hallar las eficiencias para otros diámetros de partícula, se observa que la eficiencia
para el flujo en bloque es proporcional al cuadrado del diámetro de partícula, de modo que
se puede construir una tabla para las eficiencias con este tipo de flujo, por medio de rela­
ciones sencillas respecto al valor para 1 μ y, a continuación, calcular las eficiencias corres­
pondientes para el flujo mezclado, como acaba de mostrarse.

Diámetro de partícula, μ ηbloque ηmezclado


1 0.000303 0.00030
10 0.0303 0.0298
30 0.273 0.239
50 0.76 0.53
57.45 1.00 0.63
80 — 0.86
100 — 0.95
120 — 0.99

En la figura 9.2 se muestran estos valores. ■

Para las partículas pequeñas, para las que las eficiencias calculadas de captura son
pequeñas, los modelos de flujo mezclado y en bloque prácticamente dan la misma respues­
ta. Para las partículas más grandes, las eficiencias calculadas de captura se vuelven más
grandes y los dos modelos dan respuestas diferentes. El modelo del flujo en bloque indica
la eficiencia que alcanza el 100% para un diámetro de partícula de 57.45 μ, en tanto que el

En bloque

Mezclado

Diámetro de partícula, D, μ

FIGURA 9.2
Comparación de las eficiencias para un sedimentador por gravedad, calculados por
medio de los modelos flujo en bloque y mezclado (véase el ejemplo 9.1).
226 CAPÍTULO 9

modelo del flujo mezclado indica que la eficiencia tiende asintóticamente al 100% para par­
tículas de mayor tamaño que alrededor de 100 μ. Si se sustituye un diámetro de 100 μ en la
ecuación del flujo en bloque, se encuentra una eficiencia del 303%, lo cual no tiene signifi­
cado.
Se puede adquirir cierta idea de estos dos modelos al preguntarse cómo se vería la
pila de polvo sobre el piso, si se hiciera funcionar un sedimentador por gravedad con un
polvo de un solo tamaño durante un largo periodo y, a continuación, se parara. En el mo­
delo del flujo en bloque, se esperaría una pila de altura absolutamente uniforme que termi­
na a esa longitud para la que L = HVprom /V1. Para el modelo del flujo mezclado, se esperaría
una pila que es más profunda en el extremo de la admisión y cuya profundidad cae en
forma exponencial, tendiendo asintóticamente a cero conforme L se hace grande.
Este tipo de aparato sería útil para la captura de partículas con diámetros de quizá 100 μ
(arena fina), pero no para partículas de interés en la contaminación del aire, cuyos diáme­
tros van hacia abajo hasta fracciones de micra. Se podría aumentar la eficiencia al hacer L
más grande (lo que hace que el aparato sea muy largo y caro), al hacer H más pequeña (lo
que a veces se logra al subdividir la cámara con placas horizontales y que hace la limpieza
mucho más difícil), al disminuir Vprom (lo cual requiere un área más grande de la sección
transversal y, por consecuencia, un aparato más grande y más costoso), o bien, al aumen­
tar g. Esto último es la única posibilidad práctica, requiere la sustitución de la fuerza de la
gravedad por alguna otra fuerza en la impulsión de las partículas de la corriente de gas
hacia la superficie colectora.
Los sedimentadores pequeños por gravedad para el muestreo de partículas a veces se
les conoce como elutriadores horizontales. En ellos, el flujo del aire es muy lento y las
partículas se capturan por gravedad sobre placas engrasadas, para su examen microscópi­
co subsiguiente [1].

9.1.2 Separadores centrífugos


Hemos consumido un tiempo considerable en los sedimentadores por gravedad porque
fue fácil ver lo que significan todas sus matemáticas. Pero tienen poco uso industrial por­
que son ineficaces para las partículas pequeñas. Si tienen que usarse o usar aparatos se­
mejantes a ellos, debe encontrarse un sustituto que sea más poderoso que la fuerza de la
gravedad que en ellos se aplica para impulsar las partículas hacia la superficie de captura.
En los libros de física y de mecánica suele mostrarse que la fuerza centrífuga es una
pseudofuerza que, en realidad, es el resultado de la inercia del cuerpo que lo lleva a seguir
derecho, mientras que alguna otra fuerza hace que se mueva en una trayectoria curva. Re­
sulta conveniente usar esta pseudofuerza para fines de cálculo.
Si un cuerpo se mueve en una trayectoria circular con radio r y velocidad Vc a lo largo
de esa trayectoria, entonces tiene una velocidad angular ω = Vc /r, y

Fuerza centrífuga = (9.14)

Ejemplo 9.2. Una partícula está viajando en una corriente de gas con velocidad de 60 ft/s
y radio de 1 ft. ¿Cuál es la relación de la fuerza centrífuga a la de la gravedad que actúa
sobre ella?

Fuerza centrífuga
Fuerza de la gravedad
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 227

Incluso con velocidades modestas y radios comunes, las fuerzas centrífugas que actúan
sobre partículas pueden ser dos órdenes de magnitud mayores que las de la gravedad. Por
esta razón, los separadores centrífugos de partículas son mucho más útiles que los
sedimentadores por gravedad.
Para trabajo adicional, se utilizará un equivalente centrífugo de la ley de Stokes, dada
en la ecuación (8.4). Se obtuvo la ley de Stokes al igualar la fuerza (gravitacional menos la
de empuje) a la forma de Stokes de la fuerza de retardo. Normalmente, para las partículas,
se elimina el término de empuje porque es pequeño. Para obtener el equivalente centrífu­
go, sólo se necesita sustituir la fuerza gravitacional por la centrífuga (o la aceleración
gravitacional por la aceleración centrífuga, ya que las masas son iguales). En las ecuaciones
(8.2) y (8.4), se reemplaza g por o por ω2r. Hacer esto plantea un problema, porque
ahora se tienen dos velocidades en la ecuación que no son las mismas. Para obviar la
confusión, se llamará V1 a la velocidad terminal de sedimentación en la dirección radial y Vc
a la velocidad a lo largo de la trayectoria circular. En la figura 9.3 se tiene un esquema de la
relación entre estas dos velocidades.
En la figura 9.3 también se muestra otra V1 debida a la gravedad (si se supone que el
eje del círculo es vertical). Si, como se hizo ver con anterioridad, normalmente la fuerza
centrífuga es más de 100 veces la fuerza gravitacional, entonces esta velocidad gravitacional
de sedimentación será menos de un cent[esimo de la centrífuga y se puede dejar fuera de
consideración. V1 la velocidad terminal de sedimentación que se calcula, es una velocidad
en la dirección radial, que forma ángulos rectos con el movimiento circular principal de la
partícula.
Ahora, si se sustituye la aceleración gravitacional por esta centrífuga en la ecuación
(8.4) y se cancela el término de pfluido, se encuentra

(9.15)

Eje de rotación

Debida a la fuerza
centrífuga

Debida a la gravedad

FIGURA 9.3
Relación entre los términos definidos para el movimiento de rotación.
228 CAPÍTULO 9

Ejemplo 9.3. Repítase el cálculo de la velocidad terminal de sedimentación que se ilustra


en el ejemplo 8.2, para una partícula en un flujo circular de gas con velocidad Vc. = 60 ft/s
(18.29 m/s) y radio de 1 ft (0.3048 m). Se puede ignorar la densidad del fluido. Por sustitu­
ción directa en la ecuación (9.15), se encuentra

V1 = = 0.0068

= 0.68 = 0.022

Esta respuesta es 112 veces tan grande como el valor hallado en el ejemplo 8.2, lo que
indica una vez más que, de esta manera, se pueden obtener velocidades mucho mayores
de sedimentación. Se puede calcular en este punto el número de Reynolds para la partícu­
la, y se encuentra que es alrededor de 0.00046, de donde parece razonable la hipótesis del
tipo de retardo de la ley de Stokes. En los aparatos centrífugos, las velocidades de sedi­
mentación son mayores que las debidas a la gravedad, de modo que si se tuviera que
trazar un equivalente centrífugo al de la figura 8.4, se encontraría que la curva Coeficiente
de retardo-Número de Reynolds se iniciaría en diámetros de partícula más pequeños que
para la sedimentación por gravedad. El factor de corrección de Cunningham no ha resulta­
do alterado por la rapidez con la que se mueve la partícula y, por tanto, esa parte de la cur­
va permanecería inalterada por el cambio de sedimentación por gravedad a sedimentación
centrífuga.
En este punto, vuélvase a considerar la hipótesis de la ley de Stokes. Si se considera
el flujo global de gas, con velocidades en el orden de 60 ft/s, los números de Reynolds
son del orden de medio millón. El flujo es intensamente turbulento. ¿Cómo se puede apli­
car la ley de Stokes, en la cual se requiere que los números de Reynolds para la partícu­
la sea menor que alrededor de 0.3 y que el movimiento del fluido en torno de esa partícula
sea laminar? Si se toma el punto de vista de una persona que viaje sobre la partícula, se
puede ver que la trayectoria del fluido que los rodea se encuentra en movimiento circular
turbulento y rápido, con un movimiento de remolino turbulento que los mueve hacia el
centro; en seguida, otro que los mueve alejándolos del centro, etcétera. Sin embargo, en la
vecindad inmediata de la partícula existe un pequeño movimiento neto de ésta, relativo al
gas que la rodea, causado por la fuerza centrífuga. Este movimiento neto es tan lento que
las moléculas de gas se pueden mover con facilidad hacia afuera del camino de la partícu­
la, en una forma laminar. Este movimiento neto de la partícula, sobrepuesto al flujo global
turbulento del gas, es el que causa el movimiento promedio radialmente hacia afuera de la
misma y es el que se analiza en esta sección.
Después de todo este análisis teórico, ¿cómo se construye un colector centrífugo prác­
tico de partículas? Existen muchos tipos, pero el de más éxito es aquél cuyo esquema se
muestra en la figura 9.4. En forma generalizada se le conoce como separador de ciclón o,
sencillamente, ciclón. Quizá sea el aparato colector de partículas de mayor uso en el mun­
do. En cualquier distrito industrial de cualquier ciudad, un estudiante observador podrá
hallar por lo menos una docena de éstos afuera de diversas plantas industriales.
Como muestra el esquema, un ciclón consta de un cuerpo cilindrico vertical, con una
salida para el polvo en el fondo cónico. El gas entra por una admisión rectangular, normal­
mente el doble de alto que de ancho, dispuesta en forma tangencial al cuerpo circular del
ciclón, de modo que el gas entrante fluya alrededor de la circunferencia del cuerpo cilindri­
co, no de manera radial hacia adentro. El gas se mueve en espiral alrededor de la parte
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 229

Salida del gas limpiado

Entrada
del gas
sucio

Trayectoria
de flujo del gas

Sólidos
recogidos

Válvula rotatoria
dc extracción dc los sólidos

Salida
de sólidos

FIGURA 9.4
Esquema de un separador de ciclón. Por lo general, las dimensiones se basan en el
diámetro total D0. Tomados como relaciones a esa dimensión, Wi = 0.25, H = 0.5,
H1 = 2, H2 = 2, Dc = 0.5, S = 0.625, Dd = 0.25. Por ejemplo, si D0 = 1 ft, entonces
W1 = 0.25 ft, etcétera. Ashbee y Davis [2] muestran una tabla con seis juegos de
valores para estas relaciones de dimensiones. Las diferencias principales son que los
ciclones de alta eficiencia tienen valores más pequeños de Wi, mientras que los
ciclones dc alto rendimiento tienen valores más grandes de Wi y de Dc. Las
dimensiones que se dan aquí son para el diseño "convencional".
230 CAPÍTULO 9

exterior del cuerpo cilindrico con una componente hacia abajo; en seguida, se vuelve y se
mueve en espiral hacia arriba y sale por la parte superior del aparato. Durante el movimien­
to exterior en espiral del gas, las partículas son impulsadas hacia la pared por la fuerza
centrífuga, en donde son capturadas, se juntan entre sí y forman aglomerados más gran­
des que se deslizan hacia abajo por la acción de la gravedad y son recogidas en la tolva
para el polvo del fondo.
Resulta evidente que el separador de ciclón, cuyo esquema se tiene en la figura 9.4, es
sencillamente un sedimentador por gravedad que se ha construido en la forma de dos héli­
ces concéntricas. Sólo la hélice exterior contribuye a la captura; las partículas que son
llevadas hacia la hélice interior, que fluye hacia arriba hasta la salida del gas, escapan sin
ser capturadas. De este modo, la hélice exterior es equivalente al sedimentador por grave­
dad. La corriente en la admisión tiene una altura W¡ en la dirección radial, de modo que la
distancia máxima que debe moverse cualquier partícula para alcanzar la pared es esa W i
(definida en la figura 9.4). La distancia comparable en el sedimentador por gravedad es H
(Fig. 9.1). La longitud de la trayectoria del flujo es Nπ D0 en donde N es el número de
vueltas que el gas realiza al recorrer la hélice exterior del ciclón, antes de entrar a la hélice
interior, y D1 es el diámetro exterior del propio ciclón. Esta longitud de la trayectoria del
flujo corresponde a L en el sedimentador por gravedad. Si se hacen estas sustituciones
directamente en las ecuaciones de este último, (9.5) y (9.12), se encuentra

η = flujo en bloque (9.16)

y
η = 1 - exp- flujo mezclado (9.17)

Si, a continuación, se sustituye la expresión centrífuga de la ley de Stokes, ecuación (9.15),


en estas dos ecuaciones, y se hacen las cancelaciones apropiadas, se encuentra

η = flujo en bloque (9.18)

η = 1 - exp- flujo mezclado (9.19)

En estas expresiones, D es el diámetro de partícula. El diámetro exterior del ciclón, D0, no


aparece directamente sino sólo de manera indirecta a través de Wi que es proporcional a
él. Obsérvese también que el segundo miembro de la ecuación (9.18) es la distancia de
detención de Stokes (sección 8.2.3) dividida entre Wi/2πN.
Las ecuaciones (9.18) y (9.19) contienen un parámetro N, que representa el número de
vueltas que el gas realiza alrededor del ciclón, antes de que salga del área de captura cer­
cana a la pared. Parece no existir una base teórica satisfactoria para calcular N a partir de
principios de la mecánica de fluidos. Un valor de N = 5 representa el mejor de los datos
experimentales. A menos que se tenga una información específica para lo contrario, se debe
suponer que N = 5 en todo este libro.
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 231

Ejemplo 9.4. Calcúlese la relación eficiencia-diámetro para un separador de ciclón que tie­
ne Wi = 0.5 ft, Vc = 60 ft/s y N = 5, tanto para la hipótesis de flujo en bloque como mezcla­
do, suponiendo que se cumple la ley de Stokes.
En este caso, como en el ejemplo 9.1, se puede obtener el resultado mediante un
cálculo numérico, con el uso de relaciones. En primer lugar se calcula la eficiencia del flujo
en bloque para una partícula de 1 μ, es decir,

η =

= 0.0232

Entonces, como se hizo en el ejemplo 9.1, se puede usar este número, más el hecho de
que el diámetro de partícula entra en la ecuación a la segunda potencia, para construir la
tabla siguiente:

Diámetro de partícula, μ ηbloque ηmezclado

0.1 0.000232 0.000232


1 0.0232 0.0230
2 0.0930 0.0888
3 0.209 0.189
4 0.372 0.311
5 0.582 0.441
6.559 1.00 0.632
10 — 0.902
15 — 0.995 ■

Si se compara este resultado con el de las cámaras de sedimentación por gravedad del
ejemplo 9.1, se ve que la forma del resultado es la misma, pero es mucho más pequeño el
tamaño de partícula para el cual el aparato es eficaz. Si se trazaran las gráficas de estos
datos como en la figura 9.2, se encontraría unas gráficas idénticas, pero con la escala del
diámetro multiplicada por un factor de (6.559/57.45) = 0.114. Esto ocurre porque, en verdad,
los modelos y sus ecuaciones resultantes son los mismos, excepto por la sustitución de la
fuerza de la gravedad por la centrífuga y el cambio en las dimensiones.
A continuación, se introducirá un nuevo término, el diámetro de corte, que se utiliza
mucho para describir los aparatos colectores de partículas. Esta definición proporciona
una medida del tamaño de partículas capturadas y el tamaño que pasa por un colector de
partículas. Una coladera para cocina —un plato de lamina metálica con agujeros uniformes
y circulares— tiene un diámetro de corte; todas las partículas que pueden pasar por los
agujeros en cualquier dirección, lo harán (si se sacude bastante tiempo), mientras que aqué­
llas más grandes que los agujeros, no pasarán. Si se consideraran sólo chícharos esféricos
en una coladera con agujeros circulares, entonces el diámetro de corte seria el diámetro de
los agujeros. Para chícharos más grandes que el diámetro de corte, la eficiencia de captura
sería del 100% y para los que fueran más pequeños, sería del 0%. Para todos los aparatos
prácticos colectores de partículas, la separación no es así de marcada; no existe un solo
diámetro en el que la eficiencia pase bruscamente de 0% al 100%. La convención generali­
zada en la literatura sobre contaminación del aire (y la literatura sobre tecnología de las
232 CAPÍTULO 9

partículas) es definir el diámetro de corte como el de una partícula para la que la curva de
eficiencia tiene el valor de 0.50, es decir, 50%.
Se puede sustituir esta definición en la ecuación (9.18) y despejar el diámetro de corte
que se adapta al modelo de la ley de Stokes y el flujo en bloque, para hallar:

Dcorte = flujo en bloque (9.20)

Aun cuando lógicamente podría esperarse que la ecuación (9.19), con su modelo más
realista de flujo mezclado, representaría mejor los datos experimentales, la (9.18) apareció
antes en la literatura [3] y se ha utilizado con más amplitud. Se conoce mucho como la
ecuación de Rosin-Rammler y es razonablemente exacta en la estimación del rendimiento
de los ciclones.

Ejemplo 9.5. Estímese el diámetro de corte para un ciclón con ancho en la admisión de
0.5 ft, Vc = 60ft/s y N = 5 .

Dcorte= =4.63xl0-6m≈5μ

Este ejemplo hace ver que, para un tamaño típico de ciclón y la velocidad en éste y
viscosidad del gas más comunes, el diámetro de corte es alrededor de 5 μ. La comparación
de este cálculo con el del ejemplo 9.4 indica que el diámetro de corte que se calcularía
mediante el modelo del flujo mezclado es un tanto mayor, pero no en forma tan marcada.
Una regla industrial empírica es que si una corriente de gas contiene unas cuantas partícu­
las de tamaño menor que 5 μ, entonces es probable que el único colector que debe consi­
derarse es el ciclón. Funciona bien sobre la mayor parte de las partículas de ese tamaño y
más grandes (por ejemplo, aserrín proveniente de talleres de carpintería y granos de trigo
de transportadores neumáticos), y es un aparato de bajo costo y fácil mantenimiento. No
resulta satisfactorio para partículas pegajosas, como gotitas de alquitrán.
Supóngase que se desea aplicar un separador de ciclón para partículas incluso más
pequeñas. ¿Cuáles son las posibilidades? Con base en la ecuación (9.20) se puede ver que
las posibilidades son hacer Wi más pequeña, o bien, Vc más grande. (En general, no es
posible alterar la viscosidad del gas o la densidad de las partículas.) Por lo común, hacer
Vc más grande es demasiado caro porque, como se verá más adelante en esta sección, en
general la caída de presión a través de un ciclón es proporcional al cuadrado de la veloci­
dad. Para hacer Wi más pequeña, se debe construir más pequeño todo el ciclón, si se van a
conservar las mismas relaciones entre las dimensiones. Pero el flujo volumétrico del gas
entrante es proporcional al cuadrado de Wi, de modo que un ciclón pequeño trata un flujo
pequeño de gas. Se han utilizado ciclones muy pequeños para capturar partículas peque­
ñas provenientes de flujos muy pequeños de gas, para fines de investigación y muestreo
de gases, pero el problema industrial es tratar grandes flujos de gas. Se han intentado
varios esquemas prácticos para colocar un gran número (hasta varios miles) de ciclones
pequeños en paralelo, de modo que puedan tratar un flujo grande de gas y capturar partí­
culas más pequeñas. En la figura 9.5 se muestra el esquema de la más común de estas
disposiciones, conocido como multiciclón.
La gran cantidad de ciclones pequeños que se tienen en el multiciclón se producen en
masa y se introducen en soportes de lámina metálica. En el aparato que se muestra, el
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 233

FIGURA 9.5
Multiciclón, en el cual se colocan un gran número de
ciclones pequeños en paralelo. (Cortesía de Joy
Environmental.)

movimiento circular del gas en cada uno de los ciclones es causado por un conjunto de
álabes desviadores de lámina metálica que reemplazan la parte superior sólida de un ciclón
común. Los tubos de salida del gas se conectan a un cabezal común de salida. Si cada uno
de los ciclones tuviera medio pie de diámetro, la Wi de la ecuación (9.20) sería más o me-
nos de 0.125 ft. Si se repite el ejemplo 9.5 para una Wi de 0.125 ft, se encuentra un diáme-
tro predicho de corte de 2.3 u, lo cual es el diámetro real de corte de estos aparatos.
Aun cuando la ecuación (9.20) es una predictora regular de los diámetros de corte, la
ecuación (9.18), en la que se basa, es mala predictora de la relación de la eficiencia de
captura al diámetro. La ecuación (9.19), en la que se toma en cuenta el mezclado, es una
predictora mejor, pero ninguna de las dos es en realidad buena. En la figura 9.6 se compa-
ran las predicciones que se hacen con las ecuaciones (9.18) y (9.19), con una curva que
representa un resumen de datos experimentales [4] que se pueden representar con exacti-
tud satisfactoria por medio de la siguiente ecuación de ajuste de datos, en su totalidad
empírica:

(9.21)

(Véase también el problema 9.5.)

Ejemplo 9.6. Una corriente de gas contiene partículas con una distribución del tamaño de
partícula respecto a la masa que se da por la distribución log-normal, con Dm = 20 μ y σ =
234 CAPÍTULO 9

Ec. (9.18)

Cc, (9 21)

Ec. (9.19)

Relación de diámetros, D/Dcorte

FIGURA 9.6
Curvas de eficiencia de captura contra diámetro de partícula para los ciclones. En
esta figura, las tres curvas deben pasar por 0.5 en D = Dcorte, debido a la definición
de Dcorte. Para los ciclones típicos, la ecuación (9.21) está muy cercana a los
resultados experimentales.

1.25 (véase la figura 8.8). Se pasa esta corriente por un separador de ciclón cuyo diámetro
de corte es de 5 μ y cuya relación eficiencia-diámetro se expresa por la ecuación 9.21 (y se
muestra en la figura 9.6). ¿Cuál es el porcentaje en peso de las partículas capturadas? ¿Cuál
es el diámetro medio respecto a la masa de las partículas que pasan de un lado a otro?
No se puede resolver este problema en forma analítica sino, en lugar de ello, se debe
dividir la distribución de partículas en fracciones de tamaño y calcular la penetración para
cada una, como se ilustró en la sección 7.6. En la tabla 9.1 se muestra el resultado. En la
primera columna, se ha dividido la distribución en diez fracciones, aquéllas desde 0 hasta
0.1 de la masa de las partículas, aquéllas desde 0.1 hasta 0.2, etcétera. En la segunda co­
lumna se muestra la z correspondiente a la Φ en el final de este intervalo, como 0.1, 0.2,
etcétera. Estos valores se encuentran con base en una tabla como la 8.3, pero se disponen
para valores pares de Φ, en lugar de valores pares de z. En la tercera columna se muestra el
valor de (D/Dmedio) al final del intervalo de tamaños, encontrado al resolver la ecuación
(8.16) para una distribución log-normal. El primer valor es

= exp(zσ) = exp(-1.282 x 1.25) = 0.2014


CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 235

TABLA 9.1
Cálculo del rendimiento para un separador de ciclón

0.1 -1.282 0.2014 0.1007 0.1396 0.0860 0.0860


0.2 -0.842 0.3491 0.2752 0.5479 0.0452 0.1312
0.3 -0.524 0.5194 0.4343 0.7511 0.0249 0.1561
0.4 -0.253 0.7289 0.6242 0.8617 0.0138 0.1700
0.5 0 1.0000 0.8644 0.9228 0.0077 0.1777
0.6 0.253 1.3720 1.1860 0.9575 0.0043 0.1819
0.7 0.524 1.9251 1.6486 0.9775 0.0022 0.1842
0.8 0.842 2.8648 2.3950 0.9892 0.0011 0.1853
0.9 1.282 4.9654 3.9151 0.9959 0.0004 0.1857
1 1.0000 4.9654 0.9975 0.003 0.1859

Este cálculo indica que 0.1 = 10% de las partículas tienen diámetros menores que (0.2014 x
20 μ) = 4.02 μ. El diámetro promedio del 10% más pequeño de las partículas es aproxima­
damente la mitad de esto, o sea, 2 μ. En la cuarta columna se presenta esta relación prome­
dio de diámetros, listada como (D/Dmedio) en medio. Para la primera entrada, éste es el promedio
del valor en el extremo y cero. Para los siguientes ocho valores, es el promedio del valor en
el extremo del rango y aquél en el extremo del rango anterior. El valor final se toma como el
valor en el extremo del rango precedente, lo cual introduce sólo un error pequeño.
En la quinta columna de la tabla 9.1 se muestra la eficiencia de captura n para el diáme­
tro a la mitad del rango, calculado por medio de la ecuación (9.21),

η =

= 0.1396

En la sexta columna está p ΔΦ, la cantidad de masa en este intervalo de tamaños que pasa
de un lado a otro sin ser capturada; por ejemplo,

p ΔΦ = (1 - 0.1396)(0.1 - 0) = 0.0860

Se ve que el 86% en masa de las partículas en este rango de tamaños (8.6% de la masa
total en partículas) para por el ciclón sin ser capturada. La columna final es la suma de los
valores de la columna 6, en la que se muestra la fracción acumulada que no es capturada.
El valor de abajo a la derecha indica que 0.186 = 18.6%) de las partículas no son captura­
das, de modo que la eficiencia total de captura es 0.814 ≈ 81%.
El diámetro medio respecto a la masa de las partículas que pasan a través del ciclón es
el diámetro que corresponde a la mitad del valor que se encuentra en la parte inferior de la
columna 7, o sea, 0.0930. Éste es un poco mayor que el valor que está al final del intervalo
de la fracción respecto al peso de 0 hasta 0.1, de modo que, con base en la tercera columna
236 CAPÍTULO 9

de la tabla 9.1, se sabe que corresponde a un diámetro de más o menos 0.2014 ≈ 0.2 del
diámetro medio, o sea, 4 μ. Al final de este largo ejemplo, se anima al lector a que lo com­
pare con el ejemplo 7.3. Este es sencillamente ese ejemplo repetido, con la aplicación de
una distribución real de tamaño de partícula y una relación real de eficiencia del colector.
Para todos los aparatos que se analizan más adelante en este capítulo, los cálculos finales
de diseño se realizan mediante el equivalente de esta tabla.
Se puede repetir este ejemplo, utilizando 20 intervalos de tamaños, en lugar de los diez
que se usaron aquí, y encontrar que el valor final de penetración es de 0.1836, en lugar de
0.1859. Rara vez se cuenta con datos de distribución de tamaños o de eficiencia del control
bastante buenos como para justificar ese cálculo adicional.

La baja eficiencia de captura, del 81%, del ejemplo 9.6 hace ver que un ciclón típico no
puede cumplir con las normas modernas de control (suele requerirse una eficiencia del control
> 95%) para cualquier grupo de partículas que tenga una fracción apreciable con un diá­
metro menor de 5 μ.
Aunque la ecuación (9.20) y el ejemplo 9.5 muestran que el diámetro práctico de corte
es limitado, la razón física se encuentra escondida en las matemáticas. Para lograr un alto
valor de VD se necesita un alto valor de Vc pero un alto valor de Vc significa que la co­
rriente de gas está en el ciclón sólo durante un tiempo muy corto y se tiene poco tiempo
para que reciba la acción de la elevada fuerza centrífuga.

Ejemplo 9.7. En el ejemplo 9.5, ¿cuánto tiempo pasa el gas en la elevada fuerza centrífuga
cercana a la pared, en donde una partícula tiene una buena posibilidad de ser capturada?
En este caso, siguiendo las hipótesis que conducen a las ecuaciones (9.16) y (9.17),

La distancia que la partícula se puede mover hacia la pared es igual al producto de este
tiempo y VD pero ésta es proporcional al cuadrado de Vc, de modo que para obtener
eficiencias mejores de captura se debe ir hacia tiempos más y más bajos en el ciclón.
Con anterioridad se expresó que la velocidad típica en la admisión de un ciclón es de
60 ft/s (18.29 m/s) y que esta velocidad se seleccionó por razones de caída de presión. Si
se mide la presión en el tubo que conduce el gas hacia el ciclón y la presión en el tubo que
sale de éste, se encontrará que la presión en la admisión es más alta. Para un ciclón dado,
en general se encontrará que la caída de presión, para diversas condiciones, se puede re­
presentar por una ecuación de la forma

Caída de presión = (9.22)

en donde pg es la densidad del gas y Vi es la velocidad en la admisión del ciclón. (Vi no es


la misma que la velocidad en el ducto que se aproxima al ciclón; típicamente es más o
menos 1.5 veces más alta.) Los diseñadores que trabajan de manera regular con acondicio­
namiento de aire u otros sistemas de tuberías han observado que la mayor parte de los
datos sobre caída de la presión para sus clases de sistemas se pueden representar en la
forma de la ecuación (9.22), en la que cada clase de dispositivo tiene su propia K. (Todas
las expansiones repentinas tienen una K de 1.0, todas las contracciones repentinas tienen
una K de 0.5, etcétera.) Se han publicado con amplitud tablas de K para diversos tipos de
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 237

tubos y accesorios [5]. La mayor parte de los separadores de ciclón tienen K de más o
menos 8. También es común en el diseño de acondicionamiento de aire referirse a la canti-
dad (p2, V 2/2) como carga de velocidad, de modo que se puede decir que la mayor parte
de los ciclones tienen caídas de presión de más o menos ocho cargas de velocidad.

Ejemplo 9.8. Un ciclón tiene una velocidad en la admisión de 60 ft/s y una pérdida cono-
cida de presión de ocho cargas de velocidad (K = 8). ¿Cuál es la pérdida de presión en
unidades de presión?
Si se aplica la ecuación (9.22), se encuentra

Caída de presión = 8

Lo normal es que esta caída de presión se deba vencer por medio de un ventilador o
soplador, en alguna parte del sistema. Si el sistema ya se encuentra bajo presión, esto no
plantea problemas al diseñador. Sin embargo, si se trata de un sistema nuevo que debe
constar de ciclón, soplador y ductos asociados, entonces el diseñador tiene dos posibili-
dades, ambas con desventajas. La primera de éstas se muestra en la figura 7.2. Allí, el so-
plador está colocado antes del ciclón que, en este caso, es el aparato de control de la
contaminación. La desventaja de esta disposición es que el soplador queda expuesto al
gas sucio. Las partículas llegarán hasta sus cojinetes y serán capturadas sobre sus aspas,
sacándolo de balance. La disposición alternativa es poner el soplador corriente abajo del
aparato de control de la contaminación (ciclón), en cuyo caso el soplador trabaja sobre
gas limpiado y tiene muy pocos problemas de mantenimiento. La desventaja de esta dis-
posición es que el ciclón ahora opera bajo un vacío débil y, si el sello en la válvula de
extracción de los sólidos no es muy bueno, se succionará aire hacia adentro y las partícu-
las capturadas volverán a ser arrastradas, degradando la eficiencia global de captura. Se
pueden hacer funcionar los dos sistemas, poniendo una atención adecuada al detalle de
ingeniería.
Existen muchas otras variantes de la idea del colector centrífugo pero ninguna se aproxi-
ma al ciclón en la envergadura de la aplicación. Estos aparatos son sencillos y dan servi-
cio casi sin mantenimiento. Debido a que cualquier taller mediano de soldadura puede cons-
truir uno, los grandes abastecedores de equipo para control de la contaminación, quienes
poseen los datos sobre los efectos de pequeños cambios en la geometría interna, no se
han mostrado dispuestos a publicar estos datos. Sin embargo, no parece que haya dise-
ños que sean apreciablemente mejores que el sencillo mostrado en la figura 9.4. Las otras
relaciones posibles en las dimensiones que se dan en la referencia 2 dan lugar a un diáme-
tro de corte más pequeño, con el precio de una caída más alta en la presión, o bien, un
rendimiento más alto con el precio de un diámetro de corte más grande pero, en ningún
caso, se obtiene una mejora de una medida del rendimiento sin un costo en términos de
algún otro parámetro de éste. No hay razón por la que no se pueda obtener mejor eficien-
cia de captura al colocar un ciclón corriente abajo de otro; el diseño estándar de los
238 CAPÍTULO 9

regeneradores de los craqueadores catalíticos tienen dos ciclones en serie con el fin de
extraer las partículas de catalizador del gas de desecho (véase el problema 9.7).
El mismo aparato básico como el separador de ciclón se usa en otras sedimentaciones
industriales, en donde la meta no es el control de la contaminación del aire sino alguna
otra clase de separación. Cuando se utiliza para separar sólidos de líquidos, en general se
le conoce como hidrociclón. A muchas moledoras industriales se les agrega un ciclón
llamado clasificador de barrido de aire. Éste deja pasar las partículas molidas bastante
finas y captura las que estén demasiado gruesas, regresándolas a la moledora.

9.1.3 Precipitadores electrostáticos (ESP)


Si los sedimentadores por gravedad y los separadores centrífugos son aparatos que im­
pulsan las partículas contra una pared sólida y si ninguno de los dos tipos puede funcio­
nar con eficacia (a escala industrial) para partículas por debajo de más o menos 5 μ de
diámetro entonces, para que los aparatos de captura por pared trabajen sobre las partícu­
las más pequeñas, deben ejercer fuerzas que sean más poderosas que la de la gravedad o
la centrífuga. El precipitador electrostático (ESP, electrostatic precipitalor) es como un
sedimentador por gravedad o un separador centrífugo, pero la fuerza electrostática impul­
sa las partículas hacia la pared. Es eficaz sobre partículas mucho más pequeñas que los
dos dispositivos anteriores.
En las tres clases de dispositivos, la resistencia viscosa (ley de Stokes) de la partícula
que se está impulsando hacia la pared es proporcional al diámetro de la propia partícu­
la [véase la ecuación (8.3)]. Para los separadores por gravedad y centrífugos, la fuerza que
se puede ejercer es proporcional a la masa de la partícula, la cual, para una densidad cons­
tante, es proporcional al cubo del diámetro. Por tanto, la relación de la fuerza impulsora a la
fuerza resistente resultó proporcional a (diámetro al cubo/diámetro), o sea, diámetro al cua­
drado. Al disminuir el diámetro, esta relación cae con rapidez. En los ESP, la fuerza resis­
tente todavía es la fuerza viscosa de retardo de Stokes, pero la fuerza que mueve la partí­
cula hacia la pared es electrostática. Esta fuerza es prácticamente proporcional al cuadrado
del diámetro de la partícula y, por consiguiente, la relación de la fuerza impulsora a la resis­
tente es proporcional a (diámetro al cuadrado/diámetro), o sea, al diámetro. De este modo,
para un ESP, resulta más difícil capturar partículas pequeñas que las grandes, pero la difi­
cultad es proporcional a (I/D), más bien que a (1/D2), como lo es en ios aparatos
gravitacionales o centrífugos.
La idea básica de todos los ESP es impartir a las partículas una carga electrostática y,
a continuación, ponerlas en un campo electrostático que las impulsa hacia una pared
colectora. Este, en forma inherente, es un proceso en dos pasos. En un tipo de ESP, cono­
cido como precipitador de dos etapas, la carga y la captura se llevan a cabo en partes
separadas del mismo. Este tipo se usa mucho en los acondicionadores de aire para edifi­
cios, a veces se le menciona como filtro electrónico para aire. Sin embargo, para la mayor
parte de las aplicaciones industriales, los dos pasos separados se llevan a cabo simultá­
neamente en la misma parte del ESP. La función de carga se realiza con mucho mayor rapi­
dez que la de captura y, en gran parte, el tamaño del ESP lo determina esta última función.
En la figura 9.7 se muestra una forma simplificada de un ESP de alambres y placas, con
dos placas. El gas pasa entre las placas, que se encuentran conectadas eléctricamente a
tierra (es decir, voltaje = 0). Entre las placas se encuentran filas de alambres, los que, por lo
general, se mantienen a un voltaje de -40 000 volts. La energía se obtiene al transformar la
corriente alterna común hasta llevarla a un alto voltaje y, en seguida, rectificándola a tra­
vés de algún tipo de rectificador de estado sólido. Esta combinación de alambres cargados
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 239

Alambres de alto voltaje


para el efecto corona

Soporte superior
Placas colectoras de los alambres
de polvo

Gas limpio

Gas sucio

Efecto corona
a lo largo
de un alambre
Soporte inferior
de los alambres

Polvo capturado
El polvo se extrae
sobre las placas
de las placas
hacía las tolvas

FIGURA 9.7
Esquema de un ESP simplificado, con dos placas, cuatro alambres y un canal de flujo. Los ESP de
tamaño industrial tienen muchos canales en paralelo; véase la figura 9.8.

y placas conectadas a tierra tienen como efecto el que los electrones libres carguen las
partículas y que el campo las impulse contra las placas. Sobre las placas, las partículas
pierden su carga y se adhieren entre sí y a la placa, formando una "torta". Entonces el gas
limpiado sale por el lado lejano del precipitador, como se ilustra en la figura 9.7.
Las tortas sólidas se extraen al golpear las placas a intervalos regulares de tiempo con
un golpeador mecánico o electromagnético que da un golpe vertical u horizontal en el bor­
de de la placa. A través de ciencia, maña y experiencia, los diseñadores han aprendido a
construir golpeadores que hacen que la mayor parte de la torta capturada caiga en tolvas
colocadas debajo de las placas (no se muestran en la figura 9.7). Siempre se vuelve a arras-
240 CAPÍTULO 9

trar algo de la torta, lo que, en consecuencia, disminuye la eficiencia del sistema. Si las
partículas capturadas son líquidas, por ejemplo, niebla de ácido sulfúrico, resbalan de la
placa y gotean. A menudo, para gotitas de líquido, la placa se reemplaza por un tubo circu­
lar, con el alambre tendido por su centro.
Existen muchos tipos de ESP; en la figura 9.8 se ilustra uno de los más comunes de
uso actual en Estados Unidos. El flujo del gas es de izquierda a derecha. El gas entra a la
izquierda por dos toberas de admisión, seguidas por placas perforadas (dispositivos
de distribución del gas) que ayudan a distribuir el gas en forma pareja a través de la cara de
entrada del precipitador. En el lado (no mostrado en la figura) alejado (de salida) se en­
cuentran un juego similar de placas y toberas convergentes. La figura entonces muestra
una fila de alambres (electrodos de descarga) con las placas quitadas. Los alambres están
sujetos a marcos que los mantienen rígidamente en su lugar. En la siguiente fila se mues­
tran las placas (superficies colectoras) pero no los alambres; las placas se fabrican de sec­
ciones de lámina metálica con juntas verticales que tienden a atrapar las partículas. Cada
pareja de placas y el marco con los alambres entre las placas actúan como el canal único
en la versión simplificada de un ESP, mostrado en la figura 9.7. El golpeador, que se mues­
tra abajo a la derecha en esta figura, da golpes horizontales sobre las partes inferiores de
las placas, a intervalos regulares de tiempo, para desalojar la torta. En la parte superior se
muestran los múltiples transformadores/rectificadores de alimentación de la energía, cada
uno de los cuales energiza parte del precipitador. En la parte inferior se muestran las tolvas
en las que caen las partículas capturadas y de las cuales se extraen en forma automática.
En el dibujo también se muestra el gran armazón de acero estructural que sostiene todas
estas partes y también algunas otras partes de la estructura.
En cada punto del espacio existe algún potencial eléctrico V. Si el potencial eléctrico
cambia de lugar a lugar, entonces se tiene un campo eléctrico, E = ∂V/∂ x, en ese espacio.
Si se conectan dos de esos puntos con un conductor, entonces fluirá una corriente. Este V
es el voltaje con el que el lector está familiarizado y E es su gradiente en cualquier direc­
ción; las unidades de E son V/m.
En un precipitador típico de alambres y placas, como el que se muestra en forma es­
quemática en la figura 9.8, la distancia del alambre a la placa es de poco más o menos 4 in,
o sea, 0.1 m. Con una diferencia de voltaje de 40 kV, se supondría una intensidad del cam­
po de 40 kV/0.1 m = 400 kV/m. De hecho, ésta es la intensidad del campo cerca de la placa.
Sin embargo, todo el flujo eléctrico que llega a la placa proviene de los alambres, y el área
superficial de éstos es mucho menor que la de la placa; por tanto, por el principio de con­
servación de la carga, el potencial impulsor cerca de los alambres debe ser mucho mayor.
Lo normal es que sea de 5 a 10 MV/m. (Es posible que la primera persona quien aplicó este
hecho haya sido Benjamín Franklin, quien inventó el pararrayos de punta aguda.)
Cuando un electrón disperso, proveniente de cualquiera de una diversidad de fuen­
tes, encuentra este fuerte campo, es acelerado con rapidez y alcanza una alta velocidad. Si,
entonces, choca contra una molécula de gas, tiene energía suficiente como para despren­
der uno o más electrones, ionizando de esta manera la molécula de gas. Del mismo modo,
estos electrones son acelerados por el campo y desprenden más electrones, hasta que se
tienen suficientes electrones libres como para formar un efecto corona estacionario. En un
cuarto oscuro este efecto tiene la apariencia de un brillo borroso que forma un forro circu­
lar en torno al alambre. Los iones positivos formados en la corona emigran hacia el alam­
bre y se descargan. Los electrones emigran alejándose del alambre, hacia la placa. Una vez
que se alejan lo suficiente del alambre de tal modo que la intensidad del campo sea dema­
siado baja como para acelerarlos hasta el punto en que puedan ionizar moléculas de gas,
deja de existir la corona visible y sencillamente fluyen como electrones libres.
Aislador de soporte de alto voltaje
Duelo de las barras
de distribución de A V.
Golpeador del electrodo de descarga
(se dispone de ubicación lateral)
Transformador/rectificador Puerta del techo
Paso del gas
Cubierta contra la intemperie

Pared lateral

Puerta de la pared
lateral

Superficie colectora

Tobera de admisión
Golpeador de la superficie
colectora

Dispositivo de distribución Electrodo de descarga


del gas

Marco de soporte de alto voltaje


Asiento de deslizamiento

FIGURA 9.8
Vista de corte de un ESP moderno y grande, en la que se muestran las diversas partes. (Cortesía del
Institute of Clean Air Companies.)
242 CAPÍTULO 9

A medida que los electrones fluyen hacia la placa, encuentran partículas y pueden ser
capturados por ellas, cargándolas de este modo. Entonces, el mismo campo eléctrico que
creó los electrones y que los impulsó hacia la placa también impulsa las partículas carga­
das hacia ésta.
Para partículas de tamaño mayor que alrededor de 0.15 μ, el mecanismo dominante de
carga es la carga por el campo. Esto es prácticamente equivalente a la captura de cual­
quier electrón por cualquier partícula que se encuentre en su camino. Sin embargo, confor­
me las partículas se cargan con mayor intensidad, desvían las trayectorias de los electro­
nes, alejándolas de ellas. Por tanto, la carga crece con el tiempo, alcanzando un valor de
estado estacionario de

q =: (9.23)

En esta expresión, q es la carga en la partícula, ε es la constante dieléctrica de la partícula.


La constante dieléctrica es un número adimensional que es igual a 1.0 en un vacío, a 1.0006
para el aire y de 4 a 8 para las partículas sólidas típicas. La permitividad del espacio libre,
ε0, es una constante dimensional cuyo valor, en el sistema SI de unidades, es de 8.85 x
10-12 C/(V • m). D es el diámetro de la partícula y E0 es la intensidad local del campo.

Ejemplo 9.9. Una partícula con un diámetro de 1 μ y de un material con una constante
dielécrica de 6 ha alcanzado su carga de equilibrio en un ESP, en un lugar en donde la
intensidad del campo es de 300 kV/m. ¿Cuántas cargas electrónicas tiene?
A partir de la ecuación (9.23), se puede escribir

q = 3π

= 1.88 x 10"17 C x =300 electrones

El valor calculado en el ejemplo 9.9 es típico para una partícula tan grande como ésta.
La carga es proporcional al cuadrado del diámetro, de modo que es de esperar que una
partícula con un diámetro de 1/3 μ tenga alrededor de 33 cargas electrónicas.
Esta carga es el valor de estado estacionario, que se alcanza después de que las partí­
culas han estado en el precipitador un largo tiempo. Los cálculos teóricos hacen ver que,
para la mayor parte de las partículas en la mayor parte de los precipitadores, este "largo
tiempo" es mucho menor que el tiempo promedio que una partícula pasa en el precipitador,
de modo que se puede usar este valor de estado estacionario como si la partícula lo tuvie­
ra desde el momento de su entrada, sin cometer un error grave. Si el tamaño de la partícula
fuera menor que más o menos 0.15 μ, entonces se cometería un error grave al calcular su
carga por medio de la ecuación (9.23); se debe considerar la carga adicional que se adquie­
re por carga por difusión. Esta última es el resultado de los choques de partícula contra
electrones causados no por el movimiento neto de estos últimos debido al campo eléctri­
co, sino por el movimiento aleatorio sobrepuesto a aquél por los choques de los electro­
nes contra las moléculas de gas, lo que hace que el electrón se comporte como una molé­
cula de gas con una distribución de Boltzmann de velocidades. Los lectores interesados
en la carga por el campo, en el tiempo necesario para cargar una partícula, en las matemáti­
cas que conducen a la ecuación (9.23) o en un tratamiento completo de todos los aspectos
de los ESP deben consultar la referencia 6.
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 243

La fuerza electrostática sobre una partícula es

F = qEp (9.24)
En esta fórmula, Ep es la intensidad del campo eléctrico que causa la fuerza. ¿Por qué se
usa Ep en esta ecuación y E0 en la anterior? Una partícula puede adquirir su carga en una
región de alta E (cerca del alambre) y, en seguida, moverse hacia una región de E inferior
(cerca de la placa). Si se sustituye q por su expresión dada en la ecuación (9.23), se en­
cuentra

F = 3π ε0D2E0Ep (9.25)

Los dos subíndices en las E recuerdan que una representa la intensidad del campo en el
momento de la carga y, la otra, la intensidad instantánea (local) del campo. Para todos los
fines prácticos, se usa una E promedio y, en el resto de este capítulo se usará E0 = Ep = E
y las ecuaciones subsiguientes se escribirán con una E. Si la resistencia de la partícula
que está siendo impulsada hacia la pared por las fuerzas electrostáticas se expresa por la
fuerza de retardo de Stokes, ecuación (8.3), se puede igualar la fuerza de resistencia a
la electrostática de la (9.25) y despejar la velocidad resultante, para encontrar

V1= =w (9.26)

En la literatura sobre los ESP, esta velocidad se conoce como velocidad de deriva y se
denota mediante el símbolo w. En lo que sigue se usará ese símbolo, aun cuando es evi­
dente que se trata de la misma que la V1 hallada para las velocidades terminales de sedi­
mentación por gravedad y centrífuga.

Ejemplo 9.10. Calcúlese la velocidad de deriva para la partícula del ejemplo 9.9.

w=

= 0.033 =0.109

Como la velocidad calculada de deriva es proporcional al diámetro de la partícula, se


calcularían valores más grandes para las partículas más grandes que se encuentren pre­
sentes en la corriente de gas.
En la ecuación (9.26) se muestra que la velocidad de deriva es proporcional al cuadra­
do de E, el cual es aproximadamente igual al voltaje del alambre dividido entre la distancia
del alambre a la placa. Si se pudiera elevar el voltaje o disminuir la distancia del alambre a
la placa, se deben poder lograr velocidades ilimitadas de deriva. En este caso la limitación
es la descarga disruptiva. Las condiciones entre el alambre y la placa son las mismas que
las existentes entre una nube y la tierra durante una tormenta eléctrica. En ocasiones se
formará una trayectoria ionizada de conducción entre el alambre y la placa; entonces esta
trayectoria ionizada es un buen conductor y se forma una chispa que permanece en forma
continua, lo cual, en todos los aspectos, es equivalente a la caída de un rayo. La alimenta­
ción de energía al alambre debe percibir este aumento repentino en la corriente y cortar el
244 CAPÍTULO 9

flujo hacia él, para evitar que se queme el transformador. Normalmente, la corriente se corta
durante una fracción de segundo, la descarga finaliza y, a continuación, se restablece el
campo. Conforme se elevan los valores de E, la frecuencia de las descargas aumenta. Es­
tas descargas son eventos energéticos que perturban la torta que está sobre la placa (pre­
cisamente como las caídas de rayos causan daños en donde tocan la tierra), con lo que se
reduce de este modo la eficiencia de captura, por lo que un número grande de descargas
es malo. Experimentalmente también se ha encontrado que fijar el voltaje bastante bajo
como para tener cero descargas conduce a una E demasiado baja para tener la eficiencia
óptima. La mayor parte de los sistemas de control por ESP se ajustan para tener alrededor
de 50 a 100 descargas por minuto, lo cual parece ser el balance óptimo entre el deseo de
aumentar E y el deseo de no tener demasiadas descargas. Además, es una práctica común
subdividir la alimentación de energía de un precipitador grande en muchas subali­
mentaciones, de modo que cada parte de ese precipitador pueda funcionar con el voltaje
óptimo para sus condiciones locales y, de este modo, durante la fracción de segundo en la
que se para el sistema para neutralizar una descarga, sólo se para una pequeña parte del
ESP completo. (En la figura 9.8 se muestran los transformadores/rectificadores múltiples en
el techo del ESP.)
Cuando se compara la velocidad de deriva de este caso con la velocidad terminal de
sedimentación calculada para la misma partícula en el separador de ciclón, en el ejemplo
9.3, se ve que aquélla es sólo alrededor de cinco veces mayor. ¿Por qué entonces un ESP
es tanto más eficaz que un ciclón para la captura de partículas finas? Como se mencionó
con anterioridad, la velocidad de deriva es proporcional a D, para un ESP, y a D2, para un
ciclón. Pero, para obtener una alta velocidad de deriva en un ciclón, se debe usar una alta
velocidad del gas. Por consiguiente, como se ilustra en el ejemplo 9.7, el tiempo que la
partícula queda expuesta a la fuerza centrífuga en un ciclón es muy corto. Por otra parte,
en la ecuación (9.26) no entra la velocidad del gas, y la velocidad con la que la partícula se
aproxima a la pared es independiente de aquélla. Se puede construir el precipitador bastan­
te grande como para que la partícula permanezca bastante tiempo en él y tenga una eleva­
da probabilidad de captura. Los ESP modernos tienen velocidades del gas de 1 a 10 ft/s
(0.3 a 3 m/s) y el gas permanece de 1 a 10 segundos en ellos. Esto contrasta de manera
marcada con las altas velocidades del gas (y los cortos tiempos de residencia) necesarios
para hacer que funcionen los separadores centrífugos.
Como, en realidad, un precipitador es un sedimentador por gravedad en el que se ha
reemplazado la fuerza gravitacional por una fuerza electrostática, como el mecanismo para
impulsar las partículas hacia la pared, parece razonable suponer que se puede predecir el
comportamiento de los ESP mediante la aplicación de las ecuaciones (9.4) y (9.11) y al sus­
tituir V1 por la velocidad de deriva w. En realidad, en la figura 9.7 se tienen dos
sedimentadores por gravedad adosados entre sí. uno de ellos siendo el espacio entre los
alambres y la placa lejana y, el otro, el espacio entre los alambres y la placa cercana. Las
partículas son impulsadas de los alambres hacia las dos placas, en direcciones horizonta­
les opuestas. La distancia máxima perpendicular al flujo que una partícula debe recorrer es
la distancia del alambre a la placa, la cual es la equivalente de H de la figura 9.1.
Si ahora se considera la sección entre la fila de alambres y una de las placas de la
figura 9.7, se ve que su área colectora es

A = Lh (9.27)

y el flujo volumétrico a través de la sección es

Q= HhVprom (9.28)
CONTROL DE LΛS PARTÍCULAS PRIMARIAS 245

Si se realizan estas sustituciones en las ecuaciones (9.4) y (9.11), se encuentra

η= flujo en bloque (9.29)


y

η = 1 - exp- flujo mezclado (9.30)

En la literatura, en ocasiones a la ecuación (9.29) se le menciona como la ''ecuación del


flujo laminar teórico", la cual se cumpliría si se tuviera flujo en bloque del gas, sin mezcla­
do [6, 7]. No tiene aplicación práctica. La (9.30) es la ecuación de Deutsch-Anderson y es
la ecuación sencilla que más se usa para el diseño, análisis y comparación de los ESP. Es la
misma ecuación que se ha usado en el texto para los sedimentadores por gravedad y los
ciclones, en la que los términos tienen nuevos nombres.

Ejemplo 9.11. Calcúlese la relación eficiencia-diámetro para un ESP que tiene partículas
con una constante dieléctrica de 6 y (A/Q) = 0.2 min/ft (≈ 0.060 s/m). Se aplicará sólo la
ecuación del flujo mezclado.
Si se utilizan los resultados del ejemplo 9.10, se sabe que una partícula con un diáme­
tro de 1 μ tendrá una velocidad de deriva de 0.109 ft/s y que ésta será linealmente propor­
cional al diámetro de la partícula. De este modo, para una partícula de 1 μ se puede calcular
η = 1 - exp- = 0.73

Como en los ejemplos 9.1 y 9.4, se puede construir una tabla utilizando este valor calcula­
do, al aprovechar el hecho de que la velocidad calculada de deriva es proporcional al diá­
metro de la partícula a la primera potencia.

Diámetro de partícula, μ η

0.1 0.12
0.5 0.48
1 0.73
3 0.98
5 0.998

Este ejemplo demuestra que este precipitador bastante típico tiene un diámetro de corte
de más o menos 0.5 μ, un décimo del diámetro de corte de un ciclón típico. Si se situaran
estos valores sobre una gráfica de eficiencia-diámetro, como la de la figura 9.2, se encon­
traría una forma un tanto diferente, porque la velocidad de deriva en un ESP depende de
D, en tanto que la velocidad terminal de sedimentación en un sedimentador por gravedad
o en un ciclón depende de D2.
Se podría tener la esperanza de calcular el valor de w con base en la teoría antes pre­
sentada y, de este modo, diseñar con confianza los precipitadores por medio de la ecua­
ción (9.30). Si todas las partículas que alcanzaran la pared permanecieran allí, entonces el
rendimiento calculado de esa manera sería el observado al hacer funcionar los precipitadores.
Por desgracia, el golpeteo que desprende ias partículas de la pared también hace que algu­
nas sean arrastradas de nuevo en el gas, y las diversas partículas tienen diversas propie­
dades respecto a volver a ser arrastradas. Sin embargo, la ecuación (9.30) sugiere que si
246 CAPÍTULO 9

3Ü()°F

100 200 300 400


Arca colectora, pies cuadrados por cada 1000 ft3/min
FIGURA 9.9
Resumen de datos de tamaño-eficiencia para los precipitadores de una
planta generadora en la que se quema carbón. Cada recta representa
carbón con un contenido especificado de azufre. El tamaño del
precipitador se especifica en pies cuadrados de área colectora por
cada 1000 ft3/min de flujo de gas; éste es el uso más común en la
industria de ESP. (Tomado de la referencia 8.) (Reimpreso con
autorización de la American Power Confercnce.)

una corriente de gas cargado de partículas se hace pasar por varios precipitadores, todos
los datos para esta corriente formarán una recta en una gráfica de log p contra A/Q. La
figura 9.9 es una de esas gráficas, en la que la tercera variable es el porcentaje de azufre en
el carbón quemado (lo cual se explica más adelante). Dado que el proceso de volver a ser
arrastradas las partículas es probable que sea la misma clase de proceso estadístico alea­
torio que el de turbulencia y ya que la cantidad que se vuelve a arrastrar probablemente
sea proporcional al espesor local de la torta, la cual, a su vez, debe ser función de la con­
centración local de partículas, no debe sorprender que estos datos experimentales caigan
sobre rectas.
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 247

Ejemplo 9.12. A partir de la figura 9.9, estímese el valor de w para carbón que contenga
1% de azufre. En esa figura, en el 99.5% de eficiencia, se lee que, para carbón con 1% de
azufre,
310 ft2
1000 ft3/min

Con base en la ecuación (9.30), se calcula

w= ln 0.005 17.09 0.28 0.086


0.31 min/ft

Las rectas diferentes, para los diferentes contenidos de azufre en carbón, de la figura
9.9 son causadas por el efecto indirecto del azufre sobre la resistividad de la ceniza volátil
(que se analiza más adelante). Los ESP funcionan bien con sólidos de mediana resistividad,
pero mal con los de baja o de alta resistividad. Se puede ver por qué al observar la figura
9.10, en la cual se ilustran las tres situaciones. En cada una de las situaciones, el voltaje en
el alambre es de -40 kV y el de la placa es cero; éstas son condiciones comunes para los
precipitadores. Para el caso de un sólido de baja resistividad, por ejemplo, negro de humo,
el material forma una torta que es un buen conductor de la electricidad. El gradiente del

Ceniza de baja resistividad

Torta
Ceniza de mediana resistividad

Ceniza de alta resistividad

Alambre Placa
Distancia al alambre

FIGURA 9.10
Relación voltaje-distancia entre la placa y el alambre para una ceniza de baja
resistividad, una de mediana y una de alta. E = ∂VI∂x es la pendiente de la curva
voltaje-distancia.
248 CAPÍTULO 9

voltaje en la torta es pequeño. Al llegar a la placa, las partículas se descargan y, por consi­
guiente, se tiene una fuerza electrostática muy pequeña que mantiene las partículas captu­
radas sobre la placa. Las partículas no se adhieren y vuelven a ser arrastradas con facili­
dad; la captura global es mala. (En un caso, se utilizó un ESP para aglomerar partículas
finas de carbón, aunque no pudo capturarlas; a continuación, se capturaron en un ciclón,
el cual no pudo capturar las partículas no aglomeradas [7].) Debido a esta baja adhesión
de la torta para las partículas de baja resistividad, en general no se usan los ESP para
capturar partículas con una resistividad menor que 107 ohm • cm.
En la figura 9.10 también se muestra una torta de partículas de mediana resistividad,
sobre la placa colectora. El gradiente del voltaje a través de la torta es el adecuado para
proporcionar fuerza electrostática que mantenga a la torta en su lugar, pero no bastante
como para causar problemas. En la misma figura también se muestran partículas con muy
alta resistividad, por ejemplo, azufre elemental, sobre la placa. En este caso, la mayor parte
del gradiente del voltaje se tiene a través de la torta, lo que causa por lo menos dos pro­
blemas. En primer lugar, el gradiente del voltaje cerca del alambre ahora ha caído tanto que
no puede producir un buen efecto corona. Por tanto, las partículas no se cargan en forma
adecuada. En segundo lugar, el gradiente del voltaje dentro de la torta es tan alto que, en
los espacios de gas entre las partículas, los electrones dispersos se acelerarán hasta al­
canzar altas velocidades y desprenderán electrones de las moléculas de gas formando, de
este modo, una contracorona dentro de la torta. Esta contracorona es una conversión
violentamente energética de energía electrostática a energía térmica que causa pequeñas
explosiones del gas, las cuales vuelan la torta de la placa y hacen imposible capturar las
partículas. No se considera práctico capturar partículas con resistividades mayores que
2 x 1010ohm • cm. El rango práctico de resistividades es mayor que 107 y menor que 2 x 1010
ohm • cm.
Si la resistividad de las partículas es demasiado baja, poco se puede hacer. Si la
resistividad es demasiado alta, existen algunas posibilidades. La resistividad de muchas
cenizas de carbón es demasiado alta a 300°F para tener una buena captura, pero es satis­
factoriamente baja a 600°F. (El cambio en la resistividad se debe a la mejora en la conduc­
ción de algunos minerales que se encuentran en la ceniza con el aumento en la tempera­
tura.) Por tanto, un precipitador que opera después del precalentador de aire a 300°F (la
ubicación normal para el precipitador en las plantas generadoras) podría no funcionar bien
sobre esta ceniza, pero un ESP colocado adelante del precalentador a 600°F, llamado pre­
cipitador del lado caliente, podría funcionar bien. En algunas plantas generadoras que
queman carbón se usan ESP del lado caliente.
Una ceniza puede tener alta resistividad debido a que su superficie es un mal conduc­
tor. Si se pudiera condensar sobre su superficie un material conductor higroscópico, se
reduciría la resistividad de la ceniza. Esa condensación se refleja en las diversas rectas de
la figura 9.9. Parte del azufre del carbón se convierte en SO3 en el hogar, el cual es captura­
do sobre la ceniza, absorbe agua y hace más conductora a esa ceniza. De donde, el carbón
de bajo contenido de azufre produce una ceniza más difícil de capturar que la que produce
el de alto contenido de azufre, como se ve en la figura 9.9. Una cura lógica es agregar SO,
a la corriente de gas que se aproxima al precipitador para "acondicionar" la ceniza. A ve­
ces, esto da buenos resultados. La ceniza de carbón es básica, de modo que lo mejor pare­
ce ser un acondicionador ácido. El cemento portland es acidógeno y, para él, lo mejor pa­
rece ser un acondicionador básico, como el amoniaco. Existen muchos acondicionadores
patentados en el mercado, que trabajan en el área entre el arte y la ciencia. (El SO, agrega­
do como acondicionador aumenta las emisiones de óxido de azufre, pero normalmente en
una cantidad despreciable.)
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 249

Otro enfoque para el problema de la resistividad de la ceniza es separar las funciones


de carga y de captura. Si las partículas se cargan en un cargador separado, se puede usar
un voltaje mucho más elevado, sin preocuparse mucho respecto de las descargas resul­
tantes, debido a que no pasan a través de la torta y no la perjudican. En la actualidad se
está poniendo a prueba esta idea, a escala piloto, para aplicarse en las plantas generadoras
de electricidad [9].
Para calcular un valor apropiado de w con el fin de usarlo en la ecuación (9.30), sería
deseable conocer la distribución del tamaño de partícula, las propiedades dieléctricas del
material, su resistividad y si las partículas forman una torta consistente. En general, no se
cuenta de antemano con toda esa información para un material nuevo, de modo que
se hacen pruebas. En la tabla 9.2 se dan algunos valores representativos de w para los
precipitadores industriales [6].

TABLA 9.2
Valores típicos de la velocidad de deriva encontrados en la práctica industrial

Aplicación Velocidad de deriva w, ft/s

Carbón pulverizado (ceniza volátil) 0.33-0.44


Fábricas de papel 0.25
Horno de hogar abierto 0.19
Alto horno secundario (80% de fundición gris) 0.41
Yeso 0.52-0.64
Fósforo caliente 0.09
Niebla ácida (H2S04) 0.19-0.25
Niebla ácida (Ti02) 0.19-0.25
Calcinador instantáneo 0.25
Calcinador de hogar múltiple 0.26
Fabricación de cemento portland (proceso húmedo) 0.33-0.37
Fabricación de cemento portland (proceso seco) 0.19-0.23
Partículas de catalizador 0.25
Cubilote de hierro gris (relación hierro-coque = 10) 0.10-0.12

Fuente: Referencia 6.
Ejemplo 9.13. Un ESP tiene una eficiencia medida del 90%. Se desea aumentar esta efi­
ciencia hasta el 99%. ¿En cuánto debe incrementarse el área colectora?
Si se utiliza la ecuación (9.30), se calcula
Pexistente = 1 -η e x i s t e n t e = 0.1 =exp

Pnueva = l - η n u e v a = 0 . 0 1 = e x p

Este ejemplo hace ver que, si se obedeciera con exactitud la ecuación de Deutsch-
Anderson, entonces ir de una eficiencia del 90% a una del 99% requiere que se duplique el
250 CAPÍTULO 9

área colectora, de una del 90% a una del 99.9%, que se triplique, etcétera. Por desgracia, la
vida es más difícil que eso. En la ecuación (9.26) se encontró que la velocidad de deriva es
proporcional al diámetro de la partícula (hasta las partículas muy pequeñas, en donde la
carga por difusión se vuelve importante). De este modo, las partículas grandes, las cuales
contienen la mayor parte de la masa, se extraen primero y, a medida que aumenta el porcen­
taje de eficiencia en peso, las partículas pequeñas se hacen cada vez más pequeñas y más
difíciles de capturar. Para tomar en cuenta este fenómeno, algunos diseñadores aplican
una ecuación modificada de Deutsch-Anderson, con la forma

p=1-η = exp-(wA/Q)k (9.31)

en donde k es un exponente arbitrario, típicamente de más o menos 0.5 [10].

Ejemplo 9.14. Vuélvase a resolver el ejemplo 9.13 utilizando la ecuación (9.31), en lugar de
la (9.30), y tomando k = 0.5.
En este ejemplo, para la unidad existente, (wA/Q) = (- In p)1/k = ( - ln 0.1)2 = 5.30. Para
el precipitador de mayor rendimiento se necesita (wA/Q) = ( - ln 0.01)2 = 21.20, de modo
que el nuevo valor de (A/Q) —si se supone w constante— es (21.20/5.30) = 4.0 veces el
valor anterior de {AIQ). Se debe cuadruplicar el tamaño del precipitador, en lugar de dupli­
carlo.

La ecuación (9.31) no tiene base teórica; es una manera sencilla de encararse al hecho
de que a medida que se reducen las penetraciones a valores cada vez más bajos, las partí­
culas restantes se hacen cada vez más pequeñas y capturarlas se vuelve cada vez más
difícil. Teóricamente se debe hacer que w sea función de p (w se hace más pequeña al
hacerse p más pequeña), pero utilizar la ecuación (9.31) es más sencillo. (Véanse los pro­
blemas 9.28 y 9.29.)
La distribución uniforme del gas en todo el precipitador es muy importante. La distri­
bución no uniforme del flujo del gas en el ESP disminuye su eficiencia de captura. Se pue­
de ver por qué si se aplica la ecuación (9.30) a ESP con flujos uniforme y no uniforme.

Ejemplo 9.15. Un precipitador consta de dos secciones idénticas en paralelo, manejándo­


se la mitad del gas en cada una. En la actualidad, está funcionando con un 95% de eficien­
cia. Ahora, se mantiene constante el flujo total del gas, pero se mal distribuye, de modo
que dos terceras partes del gas pasan por una de las secciones y la otra tercera parte, por
la otra. ¿Cuál es la eficiencia global de captura que se predice?
Para la situación existente, se calcula

p = 0.05 = exp -ln 0.05 = 2.995

Para la nueva situación, se tiene

p1 =exp (-2.995)

p 2 =exp (-2.995)
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 251

Q1P1= Q(0.1057) = 0.070g

Q 1 P 1 = Q(0.0111) = 0.0040

Si se suman estas dos ecuaciones, se encuentra

(Q1 + Q2)p = 0.074g

p = 0.074; η = l-p = 92.6%

En este ejemplo se demuestra matemáticamente, para un caso sencillo, cómo la mala


distribución degrada el rendimiento del precipitador. En un flujo mal distribuido, la mayor
parte del gas pasa por una parte de alta velocidad, en donde pasa menos de la cantidad
promedio de tiempo en el precipitador y, por consiguiente disminuye la eficiencia de cap­
tura. De este modo, el gas que pasa por la parte de alta velocidad contribuye más a la
penetración de la que contribuiría en el caso del flujo uniforme. Se han realizado esfuerzos
considerables para distribuir el flujo en forma pareja en el precipitador. En la figura 9.8, el
gas entra por un conjunto de placas perforadas que emparejan el flujo. En una instalación
nueva, en donde se tienen largos ductos rectos que van hacia el ESP y salen de éste,
normalmente esto resulta satisfactorio. En una modificación retroactiva, a menudo se debe
ajustar un ESP en una planta, cerca de otras piezas grandes del equipo, y conectarse al
otro equipo por medio de piezas cortas de ductos que tienen curvas pronunciadas fre­
cuentes. Estas curvas introducen no uniformidades en el flujo, las cuales se propagan a
través del ESP y conducen a un mal rendimiento. Incluso, pantallas y desviadores en la
admisión y la salida pueden emparejar el flujo, pero causan una caída de presión, lo cual es
costoso para flujos grandes de gas. Esta búsqueda del equilibrio entre el deseo de mante­
ner baja la caída de presión (normalmente unas cuantas pulgadas de agua) y la necesidad
de tener un flujo uniforme es bastante importante como para que, para muchas grandes
modificaciones de instalaciones de ESP en plantas con espacio limitado, se construya un
modelo de la mecánica del fluido, a una escala de 1/4 a 1/8, y se pruebe en el laboratorio
con modelos de los ductos asociados, para garantizar que se tendrá una uniformidad ade­
cuada del flujo, sin una caída excesiva en la presión.
En una cámara de sedimentación o en un ciclón, todo el gas que se va a tratar pasa
por la zona colectora. No se cumple lo mismo para un ESP. En la figura 9.8 se ve que los
alambres y las placas no pueden llegar por completo hasta la parte superior y de abajo del
volumen de captura; se debe dejar cierto espacio para unos o las otras, debido a la alta
carga en uno de ellos. Por tanto, algo del gas debe pasar por una región con mala captura.
En la literatura sobre los ESP, esto se conoce como fuga. Se han realizado serios esfuerzos
para minimizarla, con el empleo de sellos y desviadores. La turbulencia global en el
precipitador mezcla el gas entre las regiones de mal tratamiento y la región principal, en la
que se tiene un buen tratamiento. Los expertos que se encuentran detectando fallas en un
precipitador que está funcionando mal, siempre consideran la fuga excesiva como una causa
probable.
La velocidad lineal típica del gas en el interior de un ESP es de 3 a 5 ft/s, la cual es
mucho menor que en un ciclón. La caída típica de presión es de 0.1 a 0.5 in de H 2 0, una
vez más mucho menor que en un ciclón. En general, la caída de presión en los ductos que
conducen al precipitador y salen de él es mayor que en el propio ESP.
252 CAPÍTULO 9

La industria de los ESP en la actualidad está bien establecida. Se cuenta con unidades
compactas estándar para flujos pequeños (hasta del tamaño de los acondicionadores do­
mésticos de aire), y las grandes plantas generadoras tienen precipitadores que cuestan
hasta 30 millones de dólares. El diseño que se muestra en la figura 9.8 se utiliza mucho,
pero también otros diseños. Los requisitos de captura se han estrechado desde el 90-95%,
típico en 1965, hasta el rango de más del 99.5%, que en la actualidad es común que se
especifique. Pero los ESP tienen dos serios competidores, los lavadores y los filtros, que
se describen a continuación.

9.2 DIVISIÓN DE LOS APARATOS DE CAPTURA


Los sedimentadores por gravedad, los ciclones y los ESP capturan las partículas al impul­
sarlas contra una pared sólida. Los filtros y los lavadores no impulsan las partículas hacia
una pared, sino más bien dividen el flujo en partes más pequeñas, en donde pueden cap­
turar las partículas. En esta sección, en primer lugar se considerarán los dos tipos de fil­
tros que se emplean en el control de la contaminación del aire: los filtros superficiales y
los filtros de profundidad. A continuación, se analizarán los lavadores.

9.2.1 Filtros superficiales


La mayoría de la gente tiene experiencia personal con los filtros superficiales, cuyos ejem­
plos se encuentran en una percoiadora de café o en un filtro de cocina. Lo principal de la
operación es bastante sencillo; el filtro es una membrana (lámina de acero, paño, malla de
alambre o papel filtro) con agujeros más pequeños que las dimensiones de las partículas
que deben retenerse.
Aun cuando, a veces, esta clase de filtro se usa para fines de control de la contamina­
ción del aire, no es común debido a que construir un filtro, con agujeros tan pequeños
como muchas de las partículas que se desea capturar, es muy difícil. Sólo se necesita re­
flexionar sobre el problema mecánico de perforar agujeros con un diámetro de 0.1 μ o de
tejer una tela con hilos separados en esa distancia, como para ver que esos filtros no son
fáciles de producir. Se puede hacer a escala de laboratorio, al irradiar láminas de plástico
con neutrones y, a continuación, disolviendo el área dañada por estos. Los filtros resul­
tantes tienen usos analíticos pero no se utilizan para el control industrial de la contamina­
ción del aire (aun cuando se usan en forma industrial para filtrar algunas cervezas y otros
productos, quitando los rastros de bacterias). En la figura 9.1 1 se muestran cristales de
asbesto capturados en uno de esos filtros. Aunque estos filtros son muy útiles en la de­
terminación de la identidad química y la distribución de tamaños de las partículas que con­
taminan el aire, son demasiado caros y frágiles como para ser usados como limpiadores
industriales del aire.
Aun cuando los filtros industríales para aire rara vez tienen agujeros más pequeños
que las partículas más pequeñas capturadas, a menudo actúan como si lo fueran. La razón
es que, conforme se capturan partículas finas sobre los lados de los agujeros de un filtro,
tienden a tender un puente sobre esos agujeros y a hacerlos más pequeños. De este modo,
al aumentar la cantidad de partículas capturadas, la torta de material capturado se convier­
te en el filtro y el material filtrante (por lo común, un paño) que originalmente sirvió como
filtro para reunir esa torta ahora sólo sirve para sostenerla y ya no como tal. Esta torta
de partículas capturadas tendrá tamaños promedio de los poros menor que el diámetro de las
partículas que se encuentran en la corriente próxima de gas y, de esta manera, actuará como
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 253

FIGURA 9.11
Micrografía electrónica con barrido de cristales de asbesto crisotilo
capturados sobre un filtro analítico de policarbonato Nucleopore®
con agujeros de aproximadamente 0.4 μ de diámetro. (Cortesía de la
Costar Corporation.)

un tamiz para ellas. Las partículas se reúnen sobre la superficie delantera de la torta cre­
ciente. Por esa razón, a esto se le conoce como filtro superficial.
Se puede visualizar esta situación con una criba que tuviera agujeros con un diámetro
de 0.75 in (1.91 cm). Se podría recoger con facilidad una capa de pelotas de ping-pong
sobre esta criba. Una vez que se tuviera esa capa, entonces podrían recogerse cerezas, las
cuales, por sí mismas, podrían pasar a través de los agujeros de la criba, pero no pueden
pasar por los espacios que quedan entre las pelotas de ping-pong. Teniendo una capa de
cerezas, se podría poner una capa de chícharos, después de arroz, a continuación de are­
na. De esa manera se podría capturar arena sobre una criba con agujeros de 0.75 pulgada
de diámetro. En los filtros industriales típicos, las partículas tienen una gran diversidad de
diámetros, de modo que no van sobre la criba en capas, sino todas a la vez. El efecto es
el mismo; las partículas muy pequeñas son capturadas por la torta antes recogida sobre
un soporte cuyos agujeros son mucho más grandes que las partículas más pequeñas cap­
turadas.
La teoría de la acumulación de la torta y de la caída de presión para este tipo de dispo­
sitivo se conoce bien, con base en la filtración industrial. En la figura 9.12 se muestra el
esquema del flujo a través de un filtro sencillo. Un fluido que contiene sólidos suspendi­
dos (en este caso, una corriente de gas sucio) fluye a través de un material filtrante, el
cual, con más frecuencia, es un paño, pero a veces es papel, metal poroso o un lecho de
arena. Las partículas sólidas que se encuentran en la corriente se depositan sobre la cara
del material filtrante, formando la torta filtrante. El gas limpiado, sin sólidos, fluye a través
de la torta, así como a través del material filtrante. Si se sigue la corriente de gas desde el
punto 1 hasta el 3, se ve que el flujo es horizontal y tiene un pequeño cambio en la veloci­
dad, debido a las caídas de presión, lo que hace que el gas se expanda, y debido a que ese
gas va dejando atrás las partículas que contenía. Para la mayor parte de los filtros de inte­
rés para la contaminación del aire, el efecto combinado de estos cambios es despreciable.
Por lo tanto, el único efecto de la mecánica de fluidos que interesa es la disminución en la
presión debida a la resistencia de fricción al flujo a través de la torta y el material filtrantes.
En la mayor parte de los filtros industriales, tanto para los gases como para los líquidos, la
velocidad del flujo en cada uno de los poros es tan baja que ese flujo es laminar. Por lo
254 CAPÍTULO 9

Corriente de gas sucio Corriente de gas limpiado


Torta filtrante

Flujo del fluido

Δx torta
FIGURA 9.12
Flujo a través de un filtro superficial.

tanto, se pueden aplicar las bien conocidas relaciones para el flujo laminar de un fluido en
un medio poroso [11], las cuales indican

Vs (9.32)

En esta expresión, k es la permeabilidad, una propiedad del lecho (o del material filtrante).
Para lechos muy sencillos, como esferas apiladas, se puede calcular k con bastante exacti­
tud, a partir de los principios de la mecánica de fluidos [11]. Para todos los lechos de inte­
rés industrial, k se determina en forma experimental, aun cuando se pueden usar, para esti­
maciones aproximadas, los valores calculados para esferas de tamaño comparable. Para el
movimiento de un fluido a través de una torta filtrante sostenida por un material filtrante,
se tienen dos resistencias en serie para el flujo, pero el gasto es el mismo a través de cada
una de ellas. Si se escribe la ecuación (9.32) para este gasto (véase la figura 9.12), se en­
cuentra

(9.33)
torta
en donde el subíndice "m.f." indica "material filtrante". Si se despeja P 2 , se obtiene

P 2 = P 1 -μV s = P3+μVs (9.34)

y si después se despeja Vs, se obtiene

Vs = (9.35)

Esta ecuación describe el gasto instantáneo a través de un filtro; es análoga a la ley de


Ohm para dos resistores en serie. Los términos Δx/k se llaman resistencia de la torta y
resistencia del lienzo, respectivamente.
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 255

Suele suponerse que la resistencia del material filtrante es constante, independiente


del tiempo, de modo que (Δx/k)mf se reemplaza por una constante α. Si la torta filtrante es
uniforme, entonces su resistencia es proporcional a su espesor. Sin embargo, este espesor
está relacionado con el volumen de gas que ha pasado a través de la torta, mediante el
siguiente balance de materiales:

masa de la torta
área

volumen del gas masa de los sólidos extraídos


(9.36)
área volumen del gas

Se acostumbra definir

masa de los sólidos extraídos volumen de la torta


volumen del gas volumen del gas procesado

de modo que

Δx torta = y = VsW (9.38)

En este caso, V es el volumen del gas limpiado y se supone que la eficiencia de


captura del filtro es del 100%. Si, en la ecuación (9.35), se sustituye el espesor de la torta
por la ecuación (9.38), se encuentra

(9.39)

Para la mayor parte de las filtraciones industriales de gases, el filtro es alimentado por un
soplador centrífugo a una presión prácticamente constante, de modo que (P 1 - P 3 ) es cons­
tante y se puede reacomodar la ecuación (9.39) e integrarse, para tener

μα=(P1-P3)t (9.40)

Para muchas filtraciones, la resistencia α del material filtrante es despreciable en compara­


ción con la de la torta, de modo que puede cancelarse el segundo término de la ecuación
(9.40); en esos casos, el volumen del gas procesado es proporcional a la raíz cuadrada del
tiempo de filtración [12].
Para algunas filtraciones industriales de gases, un soplador de desplazamiento positi­
vo, que prácticamente es un aparato de gasto constante, alimenta el filtro a una presión
que aumenta de manera paulatina durante la filtración. Con base en la ecuación (9.40), se
ve que, para k constante y α despreciable, la presión aumenta en forma lineal con el tiem­
po, porque el espesor de la torta así lo hace.
256 CAPÍTULO 9

La teoría presentada aquí se aplica con igual propiedad a la filtración de sólidos de


gases o de líquidos. En las aplicaciones típicas de limpieza de gases, k es casi constante e
independiente de la presión. En muchas filtraciones de líquidos, en particular la filtración
de materiales suaves o floculantes, k disminuye al aumentar la presión, de modo que se
deben realizar de nuevo las integraciones anteriores, en las que se consideró k como cons­
tante, tomándola como función de P.
En las figuras 9.13 y 9.14 se muestran los dos diseños que más se aplican de filtros
superficiales industriales. Debido a que, en las dos figuras, la estructura de lámina metálica
que constituye la cubierta normalmente es del tamaño y con la forma muy aproximada de
una casa, en general a este tipo de filtro para gases se le conoce como cuarto de sacos. El
diseño de la figura 9.13, con más frecuencia llamado filtro de sacudida y desinflado, cons­
ta de un gran número de sacos cilindricos de paño que se cierran en la parte de arriba
como una media gigantesca, con la punta hacia arriba. Éstos se cuelgan de un soporte.
Los extremos inferiores se deslizan sobre manguitos cilindricos que se proyectan hacia
arriba desde una placa que se encuentra abajo, y se sujetan a ellos por medio de abrazaderas.
El gas sucio fluye hacia el espacio que está debajo de esta placa y hacia arriba para entrar
a los sacos. El gas fluye hacia afuera a través de estos últimos, dejando detrás sus sóli­
dos. Entonces el gas limpio fluye hacia el espacio afuera de los sacos y se lleva por ductos
hacia la chimenea de escape o hacia algún proceso adicional.
Para el cuarto de sacos de la figura 9.13, debe existir alguna manera de quitar la torta
de partículas que se acumula sobre los filtros. Esto normalmente no se lleva a cabo duran­
te las operaciones de limpieza del gas. En lugar de ello, se quita el cuarto de sacos de la
corriente de gas para su limpieza. Una vez que se ha desviado el flujo de gas, los sacos se
sacuden por el soporte para aflojar la torta recogida. También se puede añadir un flujo
débil de gas en la dirección inversa, para ayudar a desprender la torta con lo que, de este
modo, se desinflan los sacos. La torta cae a la tolva que se encuentra abajo del cuarto de
sacos y se recoge o se dispone de ella de alguna manera.
Debido a que no puede filtrar gas mientras se está limpiando, un cuarto de sacos de
sacudida y desinflado no puede servir como el único dispositivo de control de la contami­
nación para una fuente que produce un flujo continuo de gas sucio. Por esta razón, se usa
un cuarto de sacos suficientemente grande, de modo que se puede limpiar durante paros
periódicos de la fuente de gas contaminado, o bien, se instalan varios cuartos de sacos en
paralelo. Para una fuente continua importante, como una planta generadora, lo normal es
que se usen alrededor de cinco cuartos de sacos en paralelo, funcionando cuatro de ellos
como limpiadores del gas durante el tiempo en que el otro se está sacudiendo y limpiando.
Cada cuarto de sacos podría operar durante dos horas y a continuación limpiarse durante
10 minutos; en todo momento, estaría un cuarto de sacos fuera de servicio para limpieza o
esperando para ser puesto nuevamente en servicio. Por tanto, se debe dar al cuarto de
sacos las dimensiones necesarias para que cuatro de ellos, funcionando en conjunto, pro­
porcionen la capacidad adecuada para el gasto esperado de gas.
En la figura 9.14, se muestra el otro diseño de cuarto de sacos de amplia aplicación,
llamado filtro de chorros pulsantes. En él, el flujo durante la filtración es hacia adentro, a
través de los sacos, los cuales son semejantes a los de la figura 9.13, excepto que sus
extremos se abren hacia la parte superior. Los sacos están sostenidos por jaulas internas
de alambre para impedir que se aplasten. Los sacos se limpian por medio de chorros inter­
mitentes de aire comprimido que fluyen hacia el interior del saco para desprender la torta.

Ejemplo 9.16. El cuarto de sacos de la Nucía Power Station tiene seis compartimientos,
cada uno de ellos con 112 sacos que tienen 8 in de diámetro y 22 ft de largo, para lograr un
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 257

Salida de
aire limpio Lado del
aire limpio

Sacos
filtros
Admisión
de aire sucio

Placa de sujeción
de los sacos

Tolva
colectora

FIGURA 9.13
Cuarto de sacos industrial típico del diseño de sacudida y desinflado. (Cortesía de Wheelabrator Air
Pollution Control, Inc.)
258 CAPÍTULO 9

Gas
limpio
Válvula
de diafragma

Tubo del
aire pulsante

Múltiple del
aire pulsante

Plancha de tubos

Jaula

Saco
filtro

Admisión de
gas sucio

Desviador
de la admisión

FIGURA 9.14
Cuarto de sacos industrial típico del diseño de chorros pulsantes. (Cortesía de
ABB Flakt Industriella Processer AB, Suecia.)

área activa de 46 ft2 por saco [13]. El gas que se está limpiando tiene un gasto de 86 240
ft3/min. (Esta planta muy pequeña, generadora de energía eléctrica, contó con uno de los
primeros cuartos de sacos en un planta de este tipo en la que se quema carbón y se sujetó
a extensas pruebas.) La caída de presión a través del cuarto de sacos recién limpiado se
estima que es de 0.5 in de H 2 0. Se hacen funcionar los sacos hasta que la caída de presión
es de 3 in de H 2 0, momento en el que se quitan de servicio y se limpian. La frecuencia de
la limpieza es de una vez por hora. El gas entrante tiene una carga de partículas de 13
granos/ft3. La eficiencia de captura es del 99% y se estima que la torta filtrante sea de un
50% de sólidos, y el resto lo constituyen los espacios vacíos. Estímese qué grueso tiene la
torta cuando los sacos se quitan de servicio para limpieza. ¿Cuál es la permeabilidad, k, de
la torta?
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 259

En primer lugar, se calcula la velocidad promedio de entrada a la superficie del filtro,

En este caso, se usa el 5 porque uno de los seis compartimientos siempre está fuera de
servicio para limpieza. En la literatura sobre cuartos de sacos, a Vs normalmente se le men­
ciona como relación aire a lienzo o velocidad en la cara. Es común cancelar la dimen­
sión de (ft/min), de modo que este filtro se mencionaría como uno que tiene una relación
aire a lienzo de 3.35, en los países en los que se utilizan las unidades inglesas. En la mecá­
nica de fluidos, a ésta se le daría el nombre de velocidad superficial, para indicar que es el
flujo volumétrico total dividido entre el área total de la sección transversal del filtro. Es la
misma precisamente antes de la torta filtrante que en el interior de ésta. La velocidad en el
interior de los poros del filtro se conoce como velocidad intersticial, para distinguirla de
esta velocidad superficial. Es más grande, porque Q es el mismo para las dos, pero la A es
menor en el interior de la torta. En la mayor parte de los casos, la velocidad superficial se
conoce bien, porque se conoce el área proyectada de la torta; pero no se conoce la veloci­
dad intersticial, porque no se conoce el área proyectada intersticial. Si el filtro permanece
en servicio durante una hora, antes de ser limpiado, un pie cuadrado de saco capturará la
siguiente cantidad de partículas:

(0.99) 60 min lbm


min h 7000 gr

= 0.369 = 1.80

El espesor de la torta recogida en una hora es

Espesor -

= 5.9 x 10-3 ft = 0.071 in = l.8 mm

Si se toma α = 0, se puede despejar k en la ecuación (9.35) y hallar

k=

= 7.96 x l0-12 ft2 =7.40x10 -13 m2

Quienes estén familiarizados con el movimiento de fluidos en medios porosos pueden com­
parar esto con los valores que se encuentran en los flujos de los mantos freáticos y de
260 CAPÍTULO 9

petróleo subterráneo, al convertir esto hacia la unidad convencional de permeabilidad,

k =(7.96 x 10-12 ft2) =0.75darcys

La permeabilidad calculada de este material es de manera muy aproximada la misma que la


de una piedra arenisca intensamente permeable.

Las velocidades del flujo a través de esos filtros son muy bajas, por lo general de
unos cuantos pies por minuto. Como contraste, en aparatos como los ciclones, el flujo es
de más o menos 60 pies por segundo. Una velocidad del viento igual al flujo típico a tra­
vés de un filtro de este tipo es tan baja que alguien que permaneciera en él no podría decir
en qué dirección estaría soplando y diría que no hay viento.
Este cálculo demuestra que la torta recogida tiene un espesor de más o menos 0.07 in,
el aumento promedio durante un ciclo. Si la limpieza fuera perfecta, éste sería el espesor de
la torta. No obstante, es difícil o imposible limpiar los sacos por completo y, en la opera­
ción de las plantas generadoras, es común que el espesor promedio de la torta sobre los
sacos sea hasta de diez veces esta cantidad. Durante cada ciclo de limpieza, parte de la
torta se desprende por completo, dejando huecos desnudos sobre el saco, y la mayor par­
te de la torta no se desprende en lo absoluto. Si se examinara un saco después de una
limpieza, probablemente se verían nueve décimos de la superficie cubiertos con una torta
de un espesor quizá de 0.7 in y un décimo del saco con una superficie desnuda. A los
encargados les gustaría limpiar los sacos de manera más completa, pero procedimientos
más vigorosos de limpieza (fuertes sacudidas, flujo inverso más rápido del gas) tienden a
desgastar más rápido los sacos y conducen a paros más frecuentes para mantenimiento.
La mayor parte de los encargados han aplicado ciclos suaves de limpieza, lo que conduce
a mayor duración de los sacos y a costos bajos de mantenimiento, pero a caídas más altas
de presión que aquella que se necesitaría si, en cada ciclo de limpieza, toda la torta se des­
prendiera del saco [14]. Una de las ventajas del diseño de chorros pulsantes es que se lim­
pian los sacos de manera más completa, con el costo de una duración un tanto más corta
de éstos.
En la figura 9.15 se tiene un conjunto de resultados típicos de pruebas de la eficiencia
de captura para esta clase de filtro. Cada una de las líneas representa valores diferentes de
la velocidad superficial (velocidad en la cara, relación aire a lienzo). En primer lugar, consi­
dérese la curva para 0.39 m/min. Se ve que, con una carga cero en la tela (lienzo nuevo o
recién limpiado), la concentración a la salida es más alta y prácticamente es igual a la que
se tiene en la admisión, de 0.8 g/m3 Conforme se acumula la torta, declina la concentración
a la salida y, por último, se estabiliza en un valor de poco más o menos 0.001 veces el de la
concentración en la admisión (es decir, η ≈ 99.9%). Una vez que la torta se ha establecido
en forma adecuada, la eficiencia de filtración permanece constante. ¿Pero por qué, de algu­
na manera, algunas partículas pasan de un lado a otro? La imagen sencilla presentada con
anterioridad sugeriría una captura completa de las partículas. Además, al comparar las cua­
tro curvas de esta figura, se ve que, si aumenta la velocidad superficial, la eficiencia cae;
para una velocidad superficial de 3.35 m/min, la concentración a la salida es alrededor del
20% de la concentración en la admisión. Las partículas que pasan por ese filtro no pasan a
través de la torta sino a través de agujeros minúsculos, que son regiones en las que la
torta no se estableció en forma adecuada. En la figura 9.16 se muestran varios de esos
agujeros minúsculos. Aparentemente, tienen alrededor de 100 μ de diámetro, demasiado
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 261

(3.35 m/min)

(1.52 m/min)

Nota: Las lineas continuas representan


el ajuste de las curvas mediante
el modelo matemático

0 20 40 60 80 100 120 140


2
Carga en la tela p.Δ.v, g/m

FIGURA 9.15
Electo de la carga sobre la lela (cantidad de ceniza capturada por unidad de área)
y de la velocidad en la cara sobre la concentración a la salida del filtro. Para
todas las pruebas, la concentración en la admisión fue alrededor de 0.8 g/m3.
(Tomado de la referencia 15.)

grande para que una partícula lo bloquee porque rara vez, en la corriente que se está tra­
tando, se tienen partículas de 100 μ. Cuando la velocidad superficial es alta, se forman más
agujeros minúsculos y, por consiguiente, una fracción mayor del flujo pasa de esos aguje­
ros que cuando es baja. La distribución observada del tamaño de partícula en el gas que
pasa a través de los agujeros minúsculos es prácticamente idéntica a la distribución que se
tiene en el gas que entra al filtro. Esa observación sólo es posible si las partículas estuvie­
ran en una parte de la corriente del gas que pasara por el filtro casi sin ser procesada.

Ejemplo 9.17. Estímese la velocidad a través de un agujero minúsculo en un filtro con una
caída de presión de 3 pulgadas de agua. Si se supone que ésta es la caída de presión
FIGURA 9.16
Fotografías de fugas por agujeros minúsculos en filtros superficiales, en donde !a superficie del filtro se iluminó desde abajo: a) fuga por un agujero minúsculo mostrando
un montículo característico (amplificación de 20x) y b) fugas de agujeros minúsculos masivos con criba monofilamentar. sin fibras sueltas. (La mayor parte de los
lienzos para filtros usados en la contaminación del aire se fabrican a partir de fibras con muchos extremos sueltos, los cuales establecen la torta filtrante. Eso conduce a
menos agujeros minúsculos y a una mucho mejor eficiencia de captura que con el lienzo monofilamcntar. que se muestra a la derecha, el cual no cuenta con esos
extremos sueltos.) (Tomado de la referencia 15.)
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 263

correspondiente a la curva para 0.39 m/min de la figura 9.15, que la penetración de estado
estacionario a esa velocidad es de 0.001 y que los agujeros minúsculos tienen un diámetro
de 100 μ, estímense cuántos de esos agujeros por unidad de área existen en la torta.
Se puede demostrar que, aun cuando el agujero minúsculo sea pequeño, el flujo que
pasa por él se describe de la mejor manera mediante la ecuación de Bernoulli, con base en
la cual se encuentra la velocidad promedio como

V =C

= 0.61 =2.15 =70.6

En este caso, el (área ■ velocidad) de los agujeros minúsculos debe ser 0.001 veces el
(área ■ velocidad) del resto de la torta. De donde,

- 7
= (0.001) = = 3 . 0 x l 0

Cada agujero minúsculo tiene un área de A = (100 x 10-6m)2(π /4) = 7.85 x 10-9 m2, de modo
que deben haber

= 38

La velocidad calculada a través de un agujero minúsculo es de (21.6 x 60)/0.39 = 3300


veces la velocidad a través de la torta. El área del agujero minúsculo no necesita ser tan
grande para dejar pasar gran parte del flujo con esta elevada relación de velocidades. Para
las condiciones supuestas, cada agujero minúsculo está rodeado por un área de 0.026 m2
(= m2/38), lo cual podría ser un cuadrado de 0.16 m (6.4 pulgadas) por lado. A menos que
el filtro se iluminara desde abajo (como en la figura 9.16), probablemente no se verían este
número pequeño de agujeros diminutos.
Si los filtros superficiales o formadores de torta se hicieran funcionar con bajas velo­
cidades superficiales, pueden tener eficiencias muy elevadas y, en general, capturan las
partículas finas con tanta eficiencia como lo hacen con las gruesas. Por estas dos razones
han encontrado una aplicación cada vez mayor, en particular en las plantas generadoras
de energía eléctrica, a medida que las reglamentaciones sobre las emisiones de partículas
se han vuelto paulatinamente más estrictas, lo que hace necesario que se capturen partí­
culas en el rango de 0.1 a 0.5 μ, las cuales es muy difícil que capturen los ESP.

9.2.2 Filtros de profundidad


Otra clase de filtros, de gran aplicación para el control de la contaminación del aire, no
forman una torta consistente sobre la superficie sino que, en lugar de ello, capturan las
partículas en todo el cuerpo del filtro. Éstos se conocen como filtros de profundidad, para
establecer un contraste con los filtros superficiales, que se analizaron en la sección 9.2.1.
Los ejemplos con los que el estudiante es probable que esté familiarizado son los filtros en
los cigarrillos con boquilla y los filtros de hilaza en algunos hornos domésticos. En los
264 CAPÍTULO 9

Trayectoria de la partícula
Linea de corriente del fluido

Las partículas que se encuentran Blanco


en esta región chocarán
contra el blanco

FIGURA 9.17
Flujo de un gas y partículas alrededor de un cilindro.

dos casos, una masa de fibras orientadas aleatoriamente (no tejidas para formar una sola
superficie) capturan las partículas a medida que el gas pasa por ellas.
En la figura 9.17, se ve un gas cargado de partículas fluyendo hacia un blanco, el cual
se puede concebir como una fibra cilindrica de un filtro. En esta figura se está observando
a lo largo de la fibra. El flujo del gas debe curvarse para desplazarse en torno de la fibra,
precisamente como se curva el viento que fluye en torno a un edificio o un río se desvía
para fluir alrededor de una roca que se encuentra en medio de él. Sin embargo, la partículas
contenidas, las cuales son mucho más densas (típicamente 2000 veces) que el gas, son
arrastradas por su inercia, la cual hace que tiendan a continuar con su trayectoria recta. De
este modo, algunas de ellas chocarán contra el blanco, en lugar de seguir con el gas que lo
rodea.
Con el fin de determinar si una partícula golpea contra el blanco (y, tal vez, se adhiera
a él por la acción de fuerzas electrostáticas o de van der Waals) o fluye alrededor de él,
se puede calcular su trayectoria, con aplicación de los conocidos campos de flujo que se
mueven en torno a diversos obstáculos, calculando la velocidad relativa entre la partícula
y el gas al aplicar los equivalentes apropiados de la ley de Stokes. En apariencia, esa tarea
fue abordada en primer lugar por Langmuir y Blodgett [16], quienes estaban trabajando
sobre el problema de la formación de hielo sobre el borde de ataque de las alas de los
aviones. En la figura 9.17, se puede pensar que el blanco es el ala de un avión que se
mueve hacia la izquierda a través de aire tranquilo y que las partículas son gotas de agua
en una nube. Si entran en contacto con el ala, se pueden adherir y congelar, causando
problemas. La solución matemática de Langmuir y Blodgett es demasiado larga como para
incluirla aquí, pero en la figura 9.18 se resume en forma conveniente para las partículas
pequeñas que interesan en el trabajo sobre la contaminación del aire. Para ver cómo se
obtuvieron, considérese una sola partícula en un parte desviada de la corriente de gas,
como se muestra en la figura 9.19.
La partícula, si se mueve directamente hacia la derecha, irá hacia el blanco. La fuerza
ilustrada en la figura que la mueve hacia arriba (y, por consiguiente, alrededor del blanco)
es expresa por la fuerza de retardo de Stokes, ecuación (8.3). No obstante, la velocidad
adecuada para aplicar la ley de Stokes no es la velocidad global de la corriente, sino más
bien la velocidad en la dirección y entre la partícula y la corriente de gas. En general, la
corriente de gas tendrá una velocidad mayor en esta dirección que la partícula, de modo
que se puede escribir
Fy-retardo = 3π μD(Vy-gas -V y-partícula ) (9.41)
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 265

Número de separación = Ns =

FIGURA 9.18
Eficiencia del blanco como función del número de separación, para cilindros, listones y esferas,
(lomado de la referencia 16.)

La fuerza resistente (inercial) de la partícula es

Fy-inercial = ma (9.42)

Si no están actuando fuerzas electrostáticas, magnéticas o de otro tipo, entonces estas


fuerzas son iguales y opuestas, de modo que puede despejarse la aceleración de la partí­
cula en la dirección y,

(9.43)

Se pueden separar variables e integrar, para hallar

Velocidad del gas V

Partícula con diámetro D FIGURA 9.19


y densidad p Trayectorias del gas y de la partícula
Obstáculo o blanco utilizadas para obtener la figura 9.18.
266 CAPÍTULO 9

Se puede simplificar todavía más al decir que la At de la derecha es el tiempo disponi­


ble para que las fuerzas en la dirección y muevan la partícula alrededor del blanco, el cual
debe ser proporcional al tiempo que tarda el flujo principal de gas para pasar por el blanco.
De este modo, se puede sustituir este tiempo Δt = Db/V, en donde Db es el diámetro de la
barrera, en la ecuación (9.44) y hallar

(9.45)

El término de la derecha es (1/Ns), en donde Ns es el número de separación, el cual


aparece en el eje horizontal de la figura 9.18. Es igual al diámetro de la barrera dividido
entre la distancia de detención de Stokes (sección 8.2.4). Algunos autores dan a Ns el nom­
bre de parámetro de impacto o parámetro de inercia. En la ecuación (9.45) se puede ver
que, si la integral del primer miembro es número grande, entonces hay abundancia de tiem­
po y fuerza para que el flujo mueva la partícula alrededor del blanco. Por tanto, con un
valor grande de la integral (un valor pequeño de Ns) existe una gran probabilidad de que la
partícula sea barrida alrededor del obstáculo y la eficiencia del blanco (η, de la figura 9.18,
véase el párrafo siguiente) será baja. Inversamente, si la integral es pequeña (un valor grande
de Ns) entonces el tiempo y la fuerza no son adecuados para mover la partícula alrededor
del blanco y la mayor parte de las partículas entrarán en contacto con éste.
La eficiencia del blanco η, de la figura 9.18 representa el número de partículas que en
realidad entran en contacto con el blanco, dividido entre el número que habría hecho con­
tacto si todas las partículas se hubieran movido perfectamente en línea recta y ninguna
hubiera sido arrastrada alrededor de ese blanco por la corriente de gas. Para construir la
figura 9.18, Langmuir y Blodgett integraron la ecuación (9.45), aplicando las trayectorias
conocidas del flujo de fluidos para diversas clases de blancos y tomando en cuenta las
diversas trayectorias que las partículas tendrían que seguir. Por ejemplo, con un Ns de 0.8
para un blanco cilindrico, la eficiencia del blanco según la figura 9.18 es poco más o menos
de 0.5. Este valor significa que aquellas partículas cuyas trayectorias, si hubieran conti­
nuado perfectamente rectas, habrían chocado contra el 50% exterior del blanco serán lle­
vadas alrededor de éste y no entrarán en contacto con él. Se han presentado los límites
de integración en la ecuación (9.45) como y1 y y 2 , sin ninguna explicación. En el trabajo de
Langmuir y Blodgett, estos valores se calcularon y se usaron para construir la figura 9.18.

Ejemplo 9.18. Se coloca una sola fibra cilindrica de 10 μ de diámetro perpendicular a una
corriente de gas que se está moviendo a 1 m/s. La corriente de gas contiene partículas con
un diámetro de 1 μ y su concentración es de 1 mg/m 3 . ¿Cuál es el índice de captura de las
partículas sobre la fibra?
Si todas las partículas que empiezan a moverse directamente hacia la fibra chocaran
con ella (es decir, una eficiencia del blanco del 100%), entonces el índice de captura sería
igual al gasto volumétrico que se aproxima a la fibra multiplicado por la concentración de
partículas, es decir,

índice máximo posible =VD b c= (10-5 m)(10 -3 g/m3)

= 10 -8 =6.7xl0-12

Si se capturaran todas, se capturarán 10-8 g/s por cada metro de longitud de fibra. La can-
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 267

tidad real que se capturará será este número multiplicado por la eficiencia del blanco. El
número de separación es

Ns = =0.617

A partir de la figura 9.18, se ve que, para los cilindros, este valor de Ns corresponde a una
eficiencia del blanco de alrededor de 0.42, de modo que se puede esperar que se capturen
más o menos 0.42 x 10-8 g/m • s.

Ejemplo 9.19. Un filtro consta de una fila de fibras paralelas a través de un flujo, según se
describe en el ejemplo 9.18, con el espaciamiento centro a centro de las fibras igual a cinco
veces el diámetro de las mismas. ¿Qué eficiencia de captura tendrá el filtro para las partícu­
las? Supóngase que las fibras están bastante separadas como para que cada una se com­
porte como si estuviera en un fluido infinito.
En este ejemplo, se pueden utilizar los resultados del ejemplo anterior para ver que el
42% de las partículas que fueran viajando directamente hacia las fibras son capturadas. Si
las fibras tienen una separación de cinco diámetros de fibra, entonces el área abierta es del
80% [(5 - l)/5] y el área bloqueada es del 20% (1/5). La eficiencia del blanco, como acaba
de describirse, sólo se aplica a aquellas partículas que estuvieran fluyendo hacia el área
bloqueada, de modo que la eficiencia global de captura es

Eficiencia de captura = (eficiencia del blanco) (porcentaje bloqueado)


= 0.42 x 0.2 = 0.084 = 8.4%

Ejemplo 9.20. Un filtro consta de 100 filas de fibras paralelas, como se describe en el ejem­
plo 9.19, dispuestas es serie. Están bastante espaciadas como para que el campo de flujo
se convierta en uno por completo uniforme entre una de las filas y la siguiente (es decir,
las filas no interactúan). ¿Cuál es la eficiencia de captura del filtro completo?
En este caso, se calcula
ηglobal = 1 - Pglobal = 1 - (ppor separado)" = 1-(1-0.084)100 = 0.9998
Estos tres ejemplos hacen ver, en forma idealizada, qué pasa dentro de los filtros de
profundidad. La mayor parte de esos filtros no tienen una disposición ordenada de fibras
paralelas; el material filtrante consta de un montón enmarañado de fibras con una orienta­
ción aleatoria, formando una capa gruesa. La capa se asemeja al material de fieltro que se
utiliza para hacer sombreros, cubiertas de mesas de billar, etc., o al aislamiento de lana de
acero o de fibra de vidrio para edificios. (El estudiante debe examinar un trozo de cualquie­
ra de estos materiales para ver lo diferente que es al paño tejido.) Evidentemente, la ideali­
zación de que las fibras separadas no interactúan es una aproximación. Pero estas capas
gruesas de fibra funcionan casi completamente por impacto, a veces conocido como cho­
que, como se calculó en líneas anteriores. Cada partícula tiene muchas posibilidades de
entrar en contacto con cada una de las fibras, en su trayectoria a través de la capa y, en la
figura 9.18, se muestra su posibilidad de ser capturada.
A menudo se utilizan estos filtros en donde las partículas que se deben capturar son
gotas finas de líquidos cuya viscosidad es moderada. Esas gotas se coagulan sobre las
fibras y, en seguida, resbalan como gotas más grandes, dejando las fibras listas para cap­
turar más gotas finas. Si las partículas fueran sólidas, entonces este tipo de filtro requeriría
una limpieza regular; para la aplicación con líquidos no la requieren. El uso más extendido
en el control de la contaminación del aire de los filtros de profundidad es en la captura de
gotas muy finas de líquido, niebla de ácido sulfúrico, producida en las plantas que fabri-
268 CAPÍTULO 9

can este ácido. Dispositivos semejantes se utilizan en muchos aparatos que entran en con­
tacto con gas-líquido, para capturar las gotitas finas; uno de ellos tiene la marca de fábrica
Demister. Esta clase de dispositivos también se usan para quitar las partículas sólidas de
corrientes de gases que contienen pocas de ellas; por ejemplo, para limpiar el aire de cuar­
tos industriales limpios o de quirófanos en hospitales, así como en las máscaras persona­
les de protección contra el polvo. Los filtros se desechan cuando han capturado partícu­
las suficientes como para que empiece a incrementarse su caída de presión. Los filtros de
profundidad que se usan en esas aplicaciones normalmente se conocen como filtros HEPA
(filtros retenedores de partículas de alta eficiencia, High Efficiency Particle Arresting) o
filtros absolutos. Los filtros para aire en los hornos domésticos también funcionan de esta
manera; lo normal es que las fibras se revistan con una sustancia pegajosa con el fin de
mejorar la retención del polvo y la hilaza capturados.
Los filtros de profundidad capturan las partículas principalmente por impacto. En al­
gunos tipos más antiguos de colectores de partículas también se aplicó el impacto, para
capturar las partículas sobre paredes sólidas, pero en la actualidad se utilizan raras veces.
Algunos analizadores de tamaños específicos de partícula (impactores o impactores en
cascada) aplican el impacto sobre superficies colectoras para recoger tamaños específicos
de partículas. En los lavadores con líquido (que se analizan más adelante), uno de los me­
canismos principales de captura es la colisión entre la partícula y una gota en movimiento
de líquido (que suele ser agua). Se tendrá que usar de nuevo la figura 9.18 cuando se
analicen los lavadores.
El segundo mecanismo para capturar partículas en los filtros de profundidad es la di­
fusión o movimiento browniano, el mismo mecanismo que causa la difusión en los gases y
líquidos. Si una partícula es grande, entonces durante cualquier corto periodo (por ejem­
plo, 1 s) experimentará muchas colisiones con las moléculas de gas que la rodean, que
chocan contra ella por todos lados, y la fuerza neta resultante será bastante pequeña en
relación con la masa de la propia partícula. De este modo, no se ven las casas, los escrito­
rios o las canicas moviéndose de un lado a otro por el movimiento browniano. Si la partí­
cula es bastante pequeña como para que sólo puedan esperarse unas cuantas colisiones
por segundo y su inercia es pequeña, debido a su pequeño tamaño, entonces la fuerza de
una sola colisión es suficiente como para hacer que se mueva. Las colisiones subsiguien­
tes, cuyas direcciones son aleatorias, la moverán en otras direcciones, de modo que su
trayectoria en serie en el transcurso del tiempo será una serie de saltos cortos en una di­
rección y, en seguida, en otra. Se debe utilizar un microscopio para observar ese comporta­
miento, porque el tamaño de partícula para el que se vuelve importante es demasiado como
para que se pueda distinguir a simple vista.
En una solución o suspensión uniformes, el movimiento browniano no causa algún
cambio en la concentración con el tiempo en ninguna parte de la solución. Tantas partícu­
las se mueven en un camino como se mueven en otro. Pero si la concentración no es uni­
forme, entonces el movimiento browniano tiende a igualar la concentración. Al hacerlo,
hace que las partículas se muevan por difusión, precisamente como lo hacen las moléculas
en las soluciones no uniformes. Con base en la teoría de la difusión, se sabe que, para la
difusión tridimensional de estado no estacionario,

(9.46)

en donde = difusividad (cuyas unidades normales son m2/s)


c = concentración
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 269

Para la difusión unidimensional de estado estacionario, la ecuación (9.46) se reduce a la


bien conocida ley de Fick de la difusión:
gasto difusivo
Flujo - (9.47)
unidad de área
Para partículas esféricas suspendidas en un gas perfecto, se puede estimar a partir de la
teoría cinética de los gases como

(9.48)

en donde k = constante de Boltzmann


C = factor de corrección de Cunningham de la ecuación (8.8)

Ejemplo 9.21. Estímese la difusividad de una partícula cuyo diámetro es de 1 μ, en aire a


20°C y 1 atm
Se puede demostrar, con base en la ecuación (8.8), que para una partícula con un diá­
metro de 1 μ, el factor de corrección de Cunningham es de más o menos 1.16, de modo que

= 2.8x10 -11

La mayor parte de los gases se difunden en el aire con difusividades de alrededor de


10-5 m2/s y, típicamente, las difusividades de los solutos en líquidos son de más o menos
10-9 m2/s. Por tanto, las partículas del orden de unas cuantas micras no se difunden con
rapidez. Ahora se puede regresar a la figura 8.1 y observar que, a lo largo de la parte infe­
rior de página, se dan los valores de para partículas en el aire y el agua; el estudiante
puede verificar que el resultado del ejemplo 9.21 es el mismo que el valor mostrado en esa
figura.
Sabiendo que estas partículas se difunden como un gas, se pueden utilizar las solu­
ciones antes desarrolladas para la transferencia de masa en los gases, para calcular la efi­
ciencia con la que las partículas se difundirán hacia una superficie. En la figura 9.17, consi­
dérese el caso de una partícula muy pequeña, para la que el número de separación es tan
pequeño que tiene prácticamente una posibilidad cero de chocar contra el blanco. Sin em­
bargo, si se encuentra en la corriente de gas que pasa cercana al blanco y el movimiento
browniano que forma ángulos rectos con el flujo principal la mueve contra ese blanco, es
probable que se adhiera. En este caso, se diría que fue capturada por difusión, en lugar de
por impacto.
Con la aplicación de esta idea, Freidlander obtuvo una ecuación teórica, con constan­
tes determinadas por experimentación, para el caso de la captura por difusión de partículas
de una corriente de gas que pasa junto a un cilindro en circunstancias en las que el impac­
to fue despreciable [15]. La mayor parte de los datos publicados se podrían representar
por

(9.49)

en donde todos los términos son los que se definieron con anterioridad y v es la viscosi­
dad cinemática. El primer término de la derecha es por la captura por difusión, en tanto que
el segundo es por la captura por contacto no inercial. Los cálculos de Langmuir y Blodgett
se basan en masas puntuales; el término final de la ecuación (9.49) toma en cuenta el he­
cho de que las partículas tienen diámetros finitos y, de donde, entrarán en contacto con el
270 CAPÍTULO 9

blanco si su centro pasa a menos de DI2 de él. A este comportamiento se le llama inter­
ceptación.

Ejemplo 9.22. Repítase el ejemplo 9.18 para partículas que tengan un diámetro de 0.1 μ.
Tómense en cuenta el impacto, la difusión y la interceptación.
En este caso, Ns es (0.1) 2 = 0.01 veces el valor anterior, o sea, 0.062, para el cual, en la
figura 9.18, se puede leer ηt = prácticamente cero. De donde, una partícula de este tamaño
no será capturada por impacto.
A partir de la figura 8.1, se puede leer que la difusividad es alrededor de 6 x 10-6 cm2/s
( 6 x 10 -10 m 2 /s). Por tanto,

η =

= 0.0086 + 0.00025 = 0.0088


El término de difusión es (0.0086/0.00025) = 34.4 veces el de interceptación. Conforme
las partículas se vuelven más pequeñas, el término de difusión se hace relativamente más
importante, en tanto que el de interceptación aumenta en importancia al aumentar el tama­
ño de las partículas. Los mecanismos de interceptación y de impacto responden de la mis­
ma manera general a los cambios en la velocidad y el diámetro de la partícula. En la tabla
9.3 se comparan los mecanismos.
Existe algún tamaño de partícula para el que se tiene una eficiencia mínima de captura
(problema 9.49). Por lo común, este tamaño se encuentra en el rango de 0.1 a 1 μ, que es el
tamaño con más probabilidad de ser depositado en el pulmón humano. Sería conveniente
contar con un aparato colector de partículas que fuera lo más eficiente para este tamaño
de partícula; no se conoce ese aparato.

TABLA 9.3
Comparación de los mecanismos de captura

Impacto e
interceptación Difusión

Al crecer el tamaño de partícula


hace que la eficiencia Aumenten Disminuya
Al aumentar la velocidad del gas
hace que la eficiencia Aumenten Disminuya

Al aumentar el diámetro del blanco


hace que la eficiencia Aumenten Disminuya

9.2.3 L a v a d o r e s para el control de partículas


Precisamente como los filtros funcionan al separar el flujo de gas cargado de partículas en
muchas corrientes pequeñas, del mismo modo, en efecto, los lavadores dividen el flujo de
gas cargado de partículas al enviar muchas gotas pequeñas a través de él.
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 271

En la ingeniería del control de la contaminación del aire, originalmente por el término


lavador se quería dar a entender que se trataba de un aparato para capturar partículas
finas sobre gotas de líquido. Entonces, cuando se usaron gotas de líquido para capturar el
bióxido de azufre (véase el capítulo 11), a los aparatos que lo hacían también se les llamó
lavadores. Pero, además, en fecha reciente han salido al mercado algunos otros tipos de
aparatos como lavadores en seco. En este capítulo se usará el significado original del tér­
mino: un lavador es un aparato que captura las partículas al poner en contacto la corriente
de gas sucio con gotas de líquido.
La mayor parte de las partículas finas se adherirán a una gota de líquido, si entran en
contacto con ella. De modo que, si se puede hacer que la gota y la partícula se toquen
entre sí, ésta será capturada sobre la gota. Las partículas de 50 μ y más grandes son cap­
turadas con facilidad por los ciclones. Si el problema es recoger un conjunto de partículas
de 0.5 μ, los ciclones ya no servirán en lo absoluto. Sin embargo, si se introdujeran un
gran número de gotas, con un diámetro de 50 μ, de un líquido (normalmente agua) en la
corriente del gas para recoger las partículas finas, entonces se podría pasar esa corriente
por un ciclón sencillo y barato, y capturar las gotas y las partículas finas pegadas sobre
ellas. Esta idea constituye la base de casi todos los lavadores para el control de materia en
partículas.
Un lavador completo tiene varias partes, como se ilustra en la figura 9.20. Lo más fre­
cuente es que el separador del gas-líquido sea un ciclón sencillo del tipo analizado en la
sección 9.12; las gotas de agua del tamaño encontrado en la mayor parte de los lavadores
plantean pocas dificultades para esos ciclones. El separador del líquido-sólido puede ser
de muchas clases, aun cuando los sedimentadores por gravedad parecen ser los más co­
munes. Si es posible, el ingeniero debe intentar ahorrar dinero al hallar un lugar en donde
la corriente de agua contaminada se pueda reciclar al interior de la planta, sin extraer prime­
ro los sólidos. Existen muchos ejemplos en donde se ha logrado con éxito. Es obvio que,
si no se cuenta con alguna buena manera de tratar la corriente de agua contaminada, en­
tonces el lavador ha cambiado sencillamente un problema de contaminación del aire por
uno de contaminación del agua.
Para el resto de este capítulo, se supondrá que las separaciones gas-líquido y líquido-
sólido son relativamente fáciles; el interés se centrará en el contactor gas-líquido, en el

Contactor Separador
Gas sucio gas-líquido Gas y líquido gas-líquido Gas limpio
mezclados
(lavador) (ciclón)

Líquido sucio

Líquido limpio Separador


líquido-sólido
Bomba de recirculación
del líquido

Sólido recogido

FIGURA 9.20
Partes componentes de la instalación de un lavador.
272 CAPÍTULO 9

Diámetro de la
gota, DD,

FIGURA 9.21
Región considerada en el balance
de materiales para un aguacero.

cual las partículas son capturadas sobre las gotas. La mayor parte de captura se lleva a
efecto por impacto o choque, como se describe en las figuras 9.18 y 9.19, a las cuales a me­
nudo se hará referencia.

9.2.3.1 Captura de partículas en un aguacero. Se empezará con un dispositivo de cap­


tura que todos los estudiantes han presenciado: un aguacero. A partir del cual se pasará
hacia las disposiciones geométricas más complejas de interés industrial.
En la figura 9.21 se muestra la configuración geométrica para la cual se hará un balan­
ce de materiales en relación con las partículas y las gotas. Se considera un espacio con
dimensiones Δx, Δy, Δz. La concentración de las partículas en el gas que se encuentra en
este espacio es c (lbm/ft3 o kg/m3). Ahora se considera que una gota esférica de agua, de
diámetro DD, pasa por este espacio. ¿Cuánta de la materia en partículas que se encuentra
en este espacio será transferida a la gota? Se puede ver que el volumen del espacio barri­
do por la gota es el agujero cilindrico mostrado en la figura 9.21, cuyo volumen es

(9.50)
La masa total de partículas que se encontraba originalmente en ese volumen barrido es
éste multiplicado por la concentración c. La fracción de estas partículas que serán captura­
das por la gota es la eficiencia del blanco, ηD que se puede determinar a partir de la figura
9.18 o su equivalente. De modo que la masa de partículas transferida del gas a la gota es

(concentración)

(9.51)
A continuación, considérese una región del espacio (todavía Ax Δy Δz) que sea tan gran­
de con respecto al tamaño de cualquiera de las gotas por separado, a través de la cual
están cayendo un gran número de gotas de lluvia a una razón estacionaria ND, expresada
como gotas/tiempo. Cada una de las gotas agita la región de gas alrededor de ella, de modo
que no existe distinción entre el volumen "barrido por una gota" y el volumen "no barrido
por una gota", como se tendría para el ejemplo precedente de una sola gota.
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 273

Para la región Ax Ay Az, se desea saber cómo cambia la concentración de partículas


en el aire durante el aguacero. Con base en un balance de materiales de las partículas en el
espacio, se puede decir que

(masa transferida a cada gota)(número de gotas/tiempo)


(volumen de la región)

(9.52)

Se multiplica tanto el numerador como del denominador de la ecuación por el volumen de


una sola gota esférica y se simplifica, para obtener

(9.53)

El término final entre paréntesis en la ecuación (9.53) representa el volumen de la lluvia


que cayó por unidad de tiempo (el número de gotas por unidad de tiempo multiplicado por
el volumen de cada gota) dividido entre el área horizontal a través de la que cayó. (Los
informes meteorológicos a menudo hablan de la lluvia que cae a razón de una pulgada por
hora, en verdad muy rápido. También se puede pensar en esto como la rapidez a la que se
elevará el nivel en un recipiente como un vaso de vidrio, si la lluvia cae en su abertura
superior, y ninguno existe.) Para el resto de este capítulo, el gasto volumétrico total de
líquido que pasa hacia un lavador (o a esta región del espacio) tendrá el símbolo Q1 (m3/s
o equivalente), de modo que el término de la extrema derecha es QL/A, en donde A es la
proyección horizontal de la región que interesa. Si se sustituye esto en la ecuación (9.53),
se puede reacomodar e integrar, para hallar

(9.54)

(9.55)

Ejemplo 9.23. Un aguacero está depositando 0.1 in/h, todo en la forma de gotas esféri­
cas con diámetro de 1 mm. El aire a través del cual están cayendo contiene partículas de
3 μ, con una concentración inicial de 100 μg/m3. ¿Cuál será la concentración después
de una hora?
Si se despeja c en la ecuación (9.55), se encuentra

c = c0 exp-
274 CAPÍTULO 9

Se conocen todas las cantidades del segundo miembro, excepto n t . A partir de la figura
8.5, se puede leer que la velocidad terminal de sedimentación de una gota de agua, de
1 mm de diámetro, en aire tranquilo es alrededor de 14 ft/s = 4.2 m/s, de modo que se puede
calcular Ns con la ecuación (9.45), como

(2000 k g / m 3 ) ( 3 x l 0 - 6 m) 2 (4.2 m/s)


= 0.23
(18)(1.8x l0 -5 kg/m•s)(10 - 3 m)

En esta expresión, Db (el diámetro de la barrera en la definición de Ns.) = DD (el diámetro de


la gota). En la figura 9.8, se puede leer ηt, ≈ 0.23, de modo que

(1.5 • 0.23)(0.1 in/h)(l h) m


10-3
m 39.37 in

Este resultado hace ver que el resultado depende de la cantidad total de lluvia que
caiga, QL Δt /A, la cual, en este caso, es de 0.1 in, no del tiempo ni del índice de precipita­
ción pluvial por separado. La extracción fraccionaria es independiente de la concentración
inicial; c/c0 no depende del valor de c0. Aunque la lluvia captura bien las partículas gran­
des, lo hace mal para las partículas pequeñas. Si en el ejemplo se hubiera pedido la eficien­
cia de captura para partículas con un diámetro de 1 μ, se habría calculado un Ns igual a un
noveno del valor antes hallado y, con base en la figura 9.18, se habría calculado una r\, de
cero. Recuérdese que en la figura 9.18 sólo se describe el mecanismo de impacto, el cual
sería de cero en este caso; el mecanismo de difusión habría conducido a algo de captura,
pero la eficiencia habría sido muy pequeña.
Este cálculo sugiere que, contrario a la opinión popular, un aguacero no limpia el aire
muy bien. Es una observación común en el norte y el oeste de Estados Unidos que el aire
es mucho más transparente después de un aguacero que antes. La razón no es que las
gotas de lluvia hayan limpiado el aire, sino que, en esta región, normalmente los aguaceros
son seguidos por un flujo de aire polar, o de aire del Océano Pacífico; en general, el aire
que entra está más limpio que aquél al que reemplaza.

9.2.3.2 C a p t u r a de partículas en lavadores de flujo cruzado, a contraflujo y de flujo


coordinado. Para lograr una buena extracción de partículas pequeñas, se debe hallar algu­
na manera de incrementar el valor de Ns para la interacción gota-partícula, de modo que se
logre un valor más alto de ηt,. Se considerarán varias disposiciones geométricas, para ver
cuáles son las posibilidades que existen.

Lavadores de flujo cruzado. Considérese el lavador de flujo cruzado cuyo esquema se


tiene en la figura 9.22, en el cual se muestran las dimensiones globales y parte de la nota­
ción. Ésta es una caja grande con múltiples boquillas aspersoras que dispersan el líquido
entrante, Qb de manera uniforme sobre la superficie horizontal y un drenaje en el piso que
recoge el líquido en el fondo. Se supone que el gas se mueve a través del lavador en un
flujo uniforme de bloque, con un gasto volumétrico total QG.
Una porción de aire que se mueve a través de este lavador se comporta precisamente
como una porción de aire que permanece inmóvil en un aguacero. Si se puede calcular el
tiempo que tarda esa porción de aire en recorrer de un lado a otro el lavador, se puede usar
en la ecuación (9.55) para calcular la eficiencia de captura. La velocidad lineal del gas es
Q G /Δy Δz y, por consiguiente, el tiempo que tarda una porción de gas en pasar de un lado
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 275

Flujo entrante
de liquido, QL

Flujo
entrante de Flujo saliente
gas, QG; de gas, QG

Flujo saliente
de liquido, QL

FIGURA 9.22
Esquema de un lavador de flujo cruzado.

a otro es igual a la longitud del lavador dividida entre la velocidad lineal, o sea,

Tiempo de recorrido (9.56)

También se puede concebir esto como el volumen del lavador dividido entre el gasto
volumétrico de gas y, de donde, como la cantidad (1/el número de volúmenes del lavador
de gas admitidos por unidad de tiempo). Si, en la ecuación (9.55), se sustituye el tiempo de
recorrido por este valor, se encuentra

ln p = ln = -1.5 (9.57)

En esta ecuación se expresa que entre más pequeña sea la gota y más alto el lavador,
más eficiente será la extracción de partículas. Sin embargo, se debe considerar la trayecto­
ria que toma cada una de las partículas en el lavador. Una gota muy grande caerá casi en
línea recta, porque su velocidad vertical debida a la gravedad es mucho mayor que la velo­
cidad horizontal del gas. Pero una gota pequeña tiene una velocidad vertical mucho más
baja, de modo que será arrastrada por el gas en la dirección del flujo. Si se intenta lograr
una buena eficiencia de captura (un bajo valor de p = c/c0) al incrementar Δz o al disminuir
D D , se ve que las gotas pasarán con el gas y no serán recogidas en el lavador. Por esta
razón, este tipo de lavador no se utiliza mucho. Existen algunas aplicaciones; por ejemplo,
se desea capturar un polvo valioso, de tamaño de partícula bastante grande, en una solu­
ción acuosa. En esos casos, es una práctica común colocar las cabezas rociadoras sólo en
la parte más corriente arriba del techo del lavador. Se calcula la distancia entre la cabeza
rociadora más corriente abajo y la salida del lavador para lograr que la mayor parte de las
gotas lleguen al fondo de éste, antes de que alcancen la salida.

Lavadores a contraflujo. La siguiente disposición geométrica a considerar es el lavador


a contraflujo, cuyo esquema se da en la figura 9.23. El líquido entra por la parte superior
del lavador a través de una serie de boquillas aspersoras que lo distribuyen en forma uni-
Flujo entrante Flujo saliente
de líquido, QL de gas, QG

FIGURA 9.23
Flujo saliente Flujo entrante
de liquido, QL de gas. OG; Esquema de un lavador a conlrallujo.

forme y cae por gravedad. El gas entra por abajo del lavador y fluye hacia arriba en un
flujo uniforme de bloque.
Se podría tener la tentación de proceder como se hizo para el lavador de flujo cruzado
y, sencillamente, calcular el tiempo de tránsito del gas y sustituirlo en la ecuación (9.55).
Pero, por desgracia, existe una complicación. En el problema del aguacero y en el del lavador
de flujo cruzado, la distancia que recorre una gota con relación a las coordenadas fijas es
la misma que recorre respecto al gas (Δz en ambos casos). Aquí, ése ya no es el caso
porque, si la gota lleva su velocidad terminal de sedimentación V1 con relación al gas que
la rodea, pero ese gas se está moviendo hacia arriba con la velocidad VG = QG;/Δx Δy,
entonces la velocidad de esa gota con relación a las coordenadas fijas del lavador es
VD-fijas = Vt-VG
Se volverá a hacer el balance anterior de materiales de la siguiente manera:

Masa de las partículas transferidas


a las gotas por unidad de tiempo - masa de las partículas transferidas hacia
por unidad de volumen afuera del gas por unidad de tiempo por unidad
de volumen
= (volumen barrido/tiempo)(concentración de
partículas) x (eficiencia del blanco)
= - (gasto volumétrico del gas) x (cambio en la
concentración de partículas) (9.58)

Para calcular la cantidad (volumen barrido por las gotas/tiempo), debe calcularse el nú­
mero instantáneo de gotas por unidad de volumen. El flujo de líquido hacia el sistema es
QL (m3/s) y éste consta de ND gotas/tiempo, cada una con un volumen (π/6) El tiem­
po promedio que cada una de esas gotas pasa en el lavador es la distancia vertical dividi­
da entre la velocidad vertical con relación a las coordenadas fijas, o sea,

Tiempo promedio (9.59)


CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 277

de modo que, en cualquier instante, el número de gotas en el sistema es

Gotas presentes en cualquier instante - (9.60)

El volumen de gas que estas gotas barren por unidad de tiempo es su número multiplicado
por su área de la sección transversal y por la velocidad a la cual se mueven en relación
con el gas, la cual es V1. De este modo, se puede calcular

Volumen barrido
Tiempo

(9.61)

Se sustituye la ecuación (9.61) en la (9.58) y se encuentra

(9.62)

Si ahora se hace que la altura del lavador sea infinitesimalmente pequeña, de modo que Δz
y Δc se conviertan en dz y dc, se pueden separar las variables e integrar, para hallar

(9.63)

(9.64)

Si se compara la ecuación (9.64), para los lavadores a contraflujo, con la (9.57), para los de
flujo cruzado, se ve que la única diferencia es la adición de un término [V1 /(V1 - VG)], con
el cual se toma en cuenta el hecho de que la gota se mueve una distancia mayor con rela­
ción al gas que lo que se mueve con relación a la configuración geométrica fija del lavador.
La ecuación (9.64) también permite ver la limitación de esta clase de lavador. Se puede
lograr un 100% de eficiencia (c/c0 = 0) si se hace V1 = VG, porque eso hace que el valor del
segundo miembro sea infinitamente negativo. Desde el punto de vista físico, esto significa
que si la velocidad hacia arriba del gas es igual a la velocidad terminal de sedimentación
del líquido, entonces cada una de las gotas permanecerá inmóvil en el lavador y realizará la
captura a partir de una columna infinitamente larga de gas, a medida que éste pasa. Sin
embargo, si se sigue poniendo líquido en el lavador (Q1 no igual a cero) y no sale líquido,
entonces el lavador se llenará con éste. Se inundará y dejará de funcionar como lavador.
Puesto que se desea usar las gotas de tamaño práctico más pequeño, con el fin de lograr
grandes valores de Ns y, de este modo, de ηD la inundación establece una limitación prácti­
ca muy fuerte para esta clase de lavador. Existen algunas aplicaciones en las que se utili­
zan (capítulo 11), pero no desempeñan un papel importante en el control de la contamina­
ción del aire por partículas.
278 CAPÍTULO 9

Lavador de flujo coordinado. Es evidente que se necesita una disposición geométrica


en la que se puedan tener gotas muy pequeñas que se muevan a altas velocidades con
relación al gas que se está lavando, para lograr un Ns grande y una η, alta, sin soplar las
gotas hacia los lados o hacia arriba del lavador. La solución a este problema es el lavador
de flujo coordinado, cuyo esquema se muestra en la figura 9.24. En él, tanto el gas como el
líquido entran por la izquierda y salen por la derecha. Sin embargo, el líquido entra forman­
do ángulos rectos con el flujo del gas; entra con mucho menos velocidad en la dirección x
que como lo hace el gas. Como el líquido y el gas fluyen en la misma dirección, no se tiene
el problema de que el gas sople las gotas en la dirección errónea.
En este tipo de lavador, se pueden utilizar velocidades muy altas del gas, hasta de
400 ft/s (122 m/s). El líquido entra con velocidad cero o despreciable en la dirección x,
de modo que, en la admisión, la velocidad relativa puede ser tan alta como de 400 ft/s.
Esto puede ser 100 veces la velocidad relativa máxima tolerable en un lavador de flujo cru­
zado o a contraflujo.
Para hacer un balance de materiales para un lavador de flujo coordinado, se parte de
la ecuación (9.58). En el presente caso, el problema es más difícil, porque la velocidad
de las gotas de líquido cambia al moverse éstas en la dirección x. En la admisión tienen
velocidad cero o prácticamente cero, pero en el momento que lleguen a la salida lo normal
es que hayan adquirido la misma velocidad del gas. Si se escribe el balance de materiales
para un tramo diferencial, dx, del lavador, se puede afirmar que el tiempo promedio que
tarda una gota en pasar por esa sección es
Tiempo promedio = (9.65)

en donde FD.Fijas = velocidad de la gota con referencia a las coordenadas fijas


VG = velocidad local del gas
VRel = velocidad de las gotas con relación al gas = VG - KD-Fijas
Entonces se puede escribir la análoga de la ecuación (9.61), utilizando VRel en lugar de V1
(las dos son la velocidad de la gota con relación al gas, para el lavador apropiado) y la
ecuación (9.65) en lugar de la (9.60). Se encuentra

volumen barrido (9.66)


tiempo
y
(9.67)

Flujo entrante Flujo saliente


de gas, QG de gas, QG
Flujo saliente
Flujo Entrante
de líquido, QL
de líquido QI.

FIGURA 9.24
Esquema de un lavador de flujo coordinado.
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 279

Distancia

FIGURA 9.25
Esquema del comportamiento de VG, VRel y ηt contra la distancia, en un lavador de flujo
coordinado con área constante de la sección transversal.

Para los ejemplos anteriores, pudo integrarse la ecuación correspondiente a la (9.67) por­
que todos los términos de la derecha eran independientes de la distancia o del tiempo.
Para un lavador de flujo coordinado no lo son. En la figura 9.25 se muestra cómo cambian
algunas de estas variables para un lavador sencillo, con área constante de la sección trans­
versal.
En el punto de la inyección del líquido se tiene un pequeño aumento en la velocidad
del gas. Esto parece raro, pero es real. El gas debe transferir cantidad de movimiento al
líquido para acelerarlo. Eso causa una caída en la presión y, por consiguiente, una caída en
la densidad del gas. Pero el gasto másico del gas es constante a lo largo del lavador, de
modo que debe aumentar la velocidad para compensar la disminución en la densidad.
Inicialmente, la velocidad relativa es casi igual a la velocidad del gas, porque KRel =
VG - FD-Fijas, pero KRel declina con rapidez a medida que se aceleran las gotas. Si el lavador
es bastante largo, VRel tenderá a cero conforme las gotas de líquido alcanzan la velocidad
del gas. Debido a que Ns es linealmente proporcional a VRel y η es una función monótona
creciente de Ns parece evidente que η, cambiará más o menos en proporción a KRel, como
se muestra esquemáticamente en la figura 9.25.
Si todo lo que interviniera fueran estos cambios con la distancia, es de suponer que
podrían utilizarse las relaciones de la fuerza de retardo antes presentadas, para calcular
VRelcomo función de la distancia, calcular ht en cada punto y, a continuación, integrar la
ecuación (9.67) para hallar el rendimiento predicho para cualquiera de estos lavadores. Otros
dos factores hacen que el problema sea incluso más complejo. En primer lugar, cuando se
inyecta un chorro de fluido en una corriente que se mueve con rapidez, se rompe en goti-
280 CAPÍTULO 9

tas de tamaños muy variables. Entonces, estas gotas, al recibir la acción de la corriente de
gas en rápido movimiento, se rompen en gotas incluso más pequeñas. Esa rotura no suce­
de toda de una vez, sino que se lleva a cabo con el transcurso del tiempo. De modo que la
hipótesis de tamaño constante de la gota (o distribución constante del tamaño de gota),
que fue tolerable para el aguacero y los lavadores de flujo cruzado y a contraflujo, no se
puede aplicar aquí. Ningún intento de integrar la ecuación (9.67) que no tome en conside­
ración la distribución cambiante del tamaño de gota tiene mucha posibilidad de éxito. En
segundo lugar, aun cuando en ocasiones se usa la sencilla disposición geométrica que se
muestra en la figura 9.24 (con más frecuencia en un tubo de diámetro pequeño que trata un
flujo pequeño de gas sucio), para los flujos grandes resulta mucho más económico el dise­
ño de venturi que se ilustra en la figura 9.26.
El lavador venturi de flujo coordinado que se ilustra en la figura 9.26 tiene una sec­
ción transversal rectangular, elegida para facilitar la fabricación. El líquido se inyecta en la

Entrada
de gas

Salida
del gas limpio

Entrada del líquido


limpio

FIGURA 9.26
Esquema de un lavador venturi típico de flujo descendente, con la inyección del
líquido en la garganta y la descarga pasando hacia un separador grande de ciclón.
(Cortesía de Wheelabrator Air Pollution Control Inc.)
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 281

garganta del venturi; la descarga pasa de inmediato a un separador grande de ciclón. El


diseño de venturi se usa mucho porque ahorra potencia en el ventilador. Se sabe, con
base en la mecánica de fluidos, que para ese diseño, la velocidad en cualquier punto es
igual al gasto volumétrico QG, que es prácticamente constante en todo el aparato, dividido
entre el área de la sección transversal. Para el venturi que se muestra en la figura 9.26, el
área de la sección transversal de la garganta es alrededor de la quinta parte del área de
la admisión o de la salida, de modo que la velocidad debe ser más o menos cinco veces la
velocidad en estas últimas. Para lograr altas velocidades en un flujo de gas, debe tenerse
una caída en la presión; para un flujo horizontal, estacionario y sin fricción se sabe que

P2 - P1 = (9.68)

El flujo en la sección convergente de un venturi obedece bastante bien esta ecuación en la


que no se toma en cuenta la fricción. En la sección divergente, corriente abajo de la gar­
ganta, se encontraría que todavía puede aplicarse la ecuación (9.68) si se tuviera flujo sin
fricción y se recuperaría toda la presión que se perdió al acelerar el flujo. Los venturis
reales nunca trabajan tan bien pero, en la práctica, se puede obtener un flujo de gas con
una velocidad alta especificada, con mucho menos pérdida global de presión, en una dis­
posición del venturi como la que se muestra en la figura 9.26 que como se puede en cual­
quier otro dispositivo sencillo. Un lavador venturi de flujo coordinado parece ser la manera
más económica para lograr una alta velocidad para la ruptura rápida del líquido en gotas,
así como una elevada eficiencia de captura, con potencia mínima en el ventilador.

Ejemplo 9.24. En un lavador venturi, la velocidad en la garganta es de 400 ft/s = 122 m/s.
Las partículas que se van a capturar tienen diámetros de 1 μ y el diámetro de la gotita es
de 100 μ. Se están alimentando 10-3 m3 de líquido por cada m3 de gas al lavador (Q1/QG)=
10-3). En un punto en donde VRel es de 0.9 VG ¿cuál es el índice de disminución en la con­
centración de partículas en la fase gaseosa?
Se principia por evaluar Ns; la velocidad apropiada para ser usada en Ns es VRel:

Ns = = 6.78

A partir de la figura 9.18, se ve que η = 0.92. Entonces, mediante la ecuación (9.67), se


puede escribir

(0.92)(10-3)

En esta parte del lavador, la concentración de las partículas en el gas está disminuyendo
en 12.4% por cada milímetro de recorrido de ese gas en la dirección del flujo.

Ejemplo 9.25. ¿Con cuánta rapidez está cambiando VRel para la gota del ejemplo 9.24? El
número de Reynolds para la gotita es
282 CAPÍTULO 9

Este número de Reynolds es muy grande debido a la velocidad supuesta muy alta. En
cualquier texto de mecánica de fluidos se puede averiguar el coeficiente correspondiente
de retardo para una gotita esférica, encontrando que es más o menos de 0.7. Entonces se
puede calcular la aceleración como

a =

= 7.2x10 4 =2.4xl0 5

= ¡3700 veces la aceleración de la gravedad!

Estos dos ejemplos hacen ver que las cosas suceden muy rápido cerca de la garganta
del venturi, en donde el lavador es muy eficiente y las aceleraciones de las gotitas son
muy rápidas. También es la región en donde el área de la sección transversal perpendicular
al flujo está cambiando con mayor rapidez (el cambio en porcentaje por unidad de longitud
es el más grande).
Estos dos ejemplos también muestran que, si se conociera la relación del tamaño de la
gota con los otros parámetros que intervienen, en principio se podría resolver la ecuación
(9.67) numéricamente y, de este modo, predecir el rendimiento del lavador venturi para cual­
quier conjunto de condiciones. No existe solución sencilla publicada para ese problema.
Calvert [18, 19] hizo varias simplificaciones y, de este modo, pudo realizar la integración
numéricamente; en la figura 9.27 se resumen los resultados de esa integración, para un
lavador venturi típico. Más adelante se ilustrará el uso de la figura.

9.2.3.3 Caída de presión en los lavadores. Los lavadores de flujo cruzado y a contraflujo
que se mostraron con anterioridad tienen caídas de presión muy pequeñas (y eficiencias
muy malas). Los lavadores venturi tienen caídas de presión mayores y eficiencias más al­
tas. A menudo, es mucho más importante el costo de la energía del ventilador que impulsa
el gas contaminado a través del venturi que el costo de compra del lavador.

Ejemplo 9.26. Un lavador venturi típico tiene un área en la garganta de 0.5 m2, una veloci­
dad en la misma de 100 m/s y una caída de presión de 100 cm de agua = 9806 N/m2. Si se
tienen un motor y un soplador con una eficiencia del 100%, ¿cuál es la potencia requerida
para forzar el gas a través del venturi?
A partir de la ecuación (7.5), se calcula

p0=QGΔP = (0.5m 2 ) = 245 kW = 328 hp

Si el ventilador y el lavador operan 8760 horas/año y la electricidad cuesta 5 centavos de


dólar/kWh, el costo anual de la energía será

Costo de la energía = (245 kW)


CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 283

Relación del flujo de líquido al del gas,

FIGURA 9.27
Predicciones del diámetro aerodinámico de corte y de la caída de presión para
un lavador venturi típico. VG es la velocidad en la garganta. (Tomado de la
referencia 19.)

Se puede ver por qué la caída de presión es tan alta para realizar un simple equilibrio
de la cantidad de movimiento en el sistema mostrado en la figura 9.24. Para un flujo esta­
cionario y una fricción despreciable debida a la pared, se tiene (si se identifican por 1 las
condiciones en la admisión y por 2 las de la salida)

(P1 - P2)(ΔxΔy) = QGpG(VG2 -V G1 ) + QLPL.(VL2 - V L 1 ) (9.69)

En la mayor parte de los casos, la velocidad del gas cambia muy poco de la admisión a la
salida, aunque puede tener un valor muy alto en la garganta, de modo que el primer térmi­
no de la derecha es despreciable. Normalmente, la velocidad del líquido en la admisión, VL1
es despreciable y la velocidad del mismo en la salida, VL2, es igual a la velocidad del gas.
De modo que la ecuación (9.69) por lo general se simplifica para quedar

P1-P2 =

Ejemplo 9.27. Para un lavador en el que se utiliza agua como el líquido para realizar el
lavado, estímese la caída de presión para

VG = QG /ΔxΔy=l 00 m/s, y QL/QG = 0.001.


284 CAPÍTULO 9

Si se sustituye en la forma de la extrema derecha de la ecuación (9.70), se encuentra


que
4
P 1 -P 2 = (0.001)=10 =10 4 Pa≈O.l atm

Por desgracia, las mismas propiedades que hacen que los lavadores en húmedo ten­
gan altas caídas de presión son las que los hacen eficientes colectores de partículas: la
rápida aceleración del líquido por el gas en rápido movimiento produce los dos efectos. En
la figura 9.28 se muestran resultados de pruebas tomados por Lapple y Kamack, en la que
usaron una clase de partícula, un talco, en diversos diseños del lavador, tanto en el labora­
torio como a escalas medianas [20], Encontraron que, aun cuando el equipo más grande
funcionaba mejor que el pequeño, todavía parecía haber una relación única entre la pene­
tración y la caída de presión, con todos los datos para una amplia variedad de lavadores
que caen en una banda angosta de una gráfica de penetración contra caída de presión.
Fama y fortuna esperan al ingeniero que pueda idear un lavador cuyo comportamiento
quede de modo significativo en la parte inferior izquierda de los datos experimentales que
se muestran en la figura 9.28.
Regresando a la figura 9.27, se puede ilustrar su uso mediante un ejemplo.

Caída de presión, pulgadas de agua

FIGURA 9.28
Resultados de las pruebas de Lapple y Kamack para la penetración
contra la caída de presión, para una sola clase de partículas en
diversos tipos y tamaños de equipo. Los números en las curvas se
refieren a 11 tipos y tamaños de lavadores, identificados en el
artículo original. (Tomado de la referencia 20.)
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 285

Ejemplo 9.28. Se desea tratar una corriente de gas para extraer la mayor parte de las partí-
culas. Se concluye que, si se tiene un diámetro de corte de 0.5 μ se tendrá una extracción
satisfactoria de partículas. Si se usa QL/QG = 0.001, ¿qué velocidad del gas se necesitará en
la garganta y cuál será la caída esperada en la presión?
En la figura 9.27 se muestra el diámetro de corte como diámetros aerodinámicos, lo
que se analizó en la sección 8.2.5. Si se utilizan los resultados del ejemplo 8.5 para una
partícula de 0.5 μ de diámetro, se puede calcular un factor de corrección de Cunningham
de 1.24, de modo que el diámetro aerodinámico de corte, Dacp, es

Dacp=

En la figura 9.27 resulta claro que éste requeriría una velocidad en la garganta de más o
menos 90 m/s y una caída de presión de más o menos 80 cm de agua.

El lavador venturi, antes analizado, es el de uso más amplio en el lavado de partículas.


En los primeros días del control de la contaminación del aire, se probaron, fabricaron y
usaron una amplia variedad de diseños de lavadores. La mayor parte tenían bajas caídas
de presión y bajas eficiencias de captura. Como las eficiencias requeridas de control han
aumentado, estos lavadores de baja eficiencia han caído de la preferencia. Todavía algu-
nos se encuentran en uso, pero se están instalando unos cuantos nuevos. El lavador venturi
parece haber encontrado numerosos nichos en el control de partículas. Su fabricación e
instalación son relativamente baratas, realizan un trabajo mucho mejor sobre las partículas
finas que cualquier otro aparato, excepto un cuarto de sacos, pero tiene un elevado costo
de caída de presión. Si las partículas que deben capturarse son alquitranosas, se coagula-
rán y obstruirán un filtro o un ESP. En este caso, las selecciones lógicas para control son
un filtro desechable o un lavador venturi. Para una aplicación grande, casi siempre se usa
el lavador venturi. Si entra una corriente de líquido al proceso y las partículas que se en-
cuentran en el gas se pueden volver a utilizar en ese proceso, entonces utilizar la corriente
de líquido en la admisión para capturar las partículas y, de esta manera, regresarlas al pro-
ceso a menudo resulta muy económico.

9.3 E L E C C I Ó N DE UN C O L E C T O R
Al elegir un dispositivo para capturar partículas primarias, se debe considerar el tamaño de
las partículas que se van a capturar, la eficiencia requerida de captura, el tamaño del flujo
del gas, el tiempo permitido entre limpiezas y la naturaleza detallada de las partículas. Pue-
den resultar útiles las siguientes reglas empíricas:

1. Los flujos pequeños u ocasionales se pueden tratar por medio de dispositivos dese-
chables; por ejemplo, los filtros para cigarrillos o los del aceite de los motores, en los
que las partículas capturadas permanecen en el dispositivo. Los flujos grandes y esta-
cionarios requieren aparatos de captura que operen en forma continua o semicontinua
y de los cuales se pueden extraer las partículas capturadas, también en forma conti-
nua o semicontinua. Se puede utilizar un dispositivo desechable como uno de limpieza
final; por ejemplo, un filtro de alta eficiencia puede extraer las pocas últimas partículas
del aire que fluye hacia un cuarto limpio de producción de microchips.
2. Las partículas pegajosas (por ejemplo, los alquitranes) deben capturarse mediante dis-
positivos desechables o en un líquido, como en un lavador o en un ciclón, filtro o ESP
286 CAPÍTULO 9

cuyas superficies colectoras se cubran de manera continua con una película de líquido
que fluye. Se debe contar con alguna manera para procesar el líquido contaminado que
así se produce.
3. Las partículas que se adhieren bien entre sí, pero no a las superficies sólidas, se captu­
ran con facilidad. Aquellas que se comportan de manera contraria a la antes menciona­
da a menudo necesitan superficies especiales; por ejemplo, fibras recubiertas con Teflon
en filtros que liberan bien las partículas capturadas, durante la limpieza.
4. Las propiedades eléctricas de las partículas tienen una gran importancia en los ESP y,
con frecuencia, son significativas en otros aparatos de control, en donde las cargas
electrostáticas, inducidas por la fricción, sobre las partículas pueden ayudar a la captu­
ra, o bien, obstaculizar ésta.
5. Para las partículas no pegajosas, con tamaño mayor que más o menos 5 μ, probable­
mente el separador de ciclón sea el único dispositivo que deba considerarse.
6. Para las partículas con tamaños menores de 5 μ, lo normal es considerar los ESP, filtros
y lavadores. Cada uno de éstos puede capturar partículas tan pequeñas como de una
fracción de micra.
7. Para los flujos grandes, el costo del bombeo hace que los lavadores sean muy caros; si
es posible, se eligen otros aparatos.
8. Siempre debe considerarse la resistencia a la corrosión y el punto de rocío en ácido
(sección 7.9).

9.4 RESUMEN
1. Las cámaras de sedimentación por gravedad, los ciclones y los ESP trabajan al impul­
sar las partículas hacia una pared sólida, en donde forman aglomerados que se pueden
capturar. Estos tres dispositivos tienen ecuaciones semejantes de diseño.
2. En los filtros y lavadores se divide el flujo. Tienen ecuaciones diferentes de diseño
que los aparatos de captura por pared y entre sí.
3. Se usan tanto filtros superficiales como los de profundidad para capturar partículas.
Los filtros superficiales se usan para capturar la mayor parte de las partículas en una
corriente de gas intensamente cargado. Los de profundidad se usan principalmente para
la limpieza final del aire o del gas que deben quedar muy limpios, o bien, para gotas
finas de líquido, las cuales se solidifican sobre ellos y, a continuación, escurren.
4. Para capturar partículas pequeñas, un lavador debe tener una velocidad relativa muy
grande entre el gas que se está limpiando y las gotas de líquido. Por esta razón, los
lavadores de flujo coordinado son los que más se utilizan. De éstos, el de más uso es
el lavador venturi.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.

9.1. Las ecuaciones (9.5) y (9.12) para las cámaras sedimentadoras por gravedad, así como las
ecuaciones correspondientes para los ciclones y los ESP se basan en la hipótesis de un flujo
en bloque (es decir. Vgas es independiente de la distancia a la superficie colectora). ¿Cuánta
diferencia resultaría si se calculara la eficiencia para un perfil de velocidad laminar? Para averi-
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 2 8 7

guarlo, obténgase la fórmula para la longitud necesaria de la cámara de sedimentación con el


fin de lograr una eficiencia de captura del 100% [la equivalente a la ecuación (9.5), con r| =
1.0], con las hipótesis siguientes: H= altura; L= longitud; Vt = velocidad terminal de sedimen­
tación, que se supone constante, y V, en lugar de ser constante, se expresa por

en donde 2 es la distancia vertical arriba de la placa inferior. (Ignórese cualesquiera efectos en


la entrada; es decir, supóngase que V es independiente de la distancia corriente abajo. Supóngase
que la velocidad horizontal de la partícula siempre es la misma que la velocidad local del gas,
lo cual es equivalente a suponer que las partículas tienen una inercia despreciable.)
9.2. Las ecuaciones (9.5) y (9.12) para los sedimentadores por gravedad se basan en la ley de
Stokes. Supóngase ahora que se desea diseñar una cámara de sedimentación por gravedad para
partículas que son tan grandes que ya no puede aplicarse la ley de Stokes. En lugar de ello, se
puede suponer que tienen una resistencia de retardo dada por la ecuación (8.5). Dedúzcanse
las ecuaciones equivalentes a las (9.5) y (9.12) para esa situación.
9.3. En la ley de Stokes es común cancelar la pf porque es despreciable en comparación con ppart
Esta hipótesis es equivalente a ignorar las fuerzas de empuje en comparación con las de la
gravedad. Ésa es una buena hipótesis para casi todos los problemas sobre contaminación del
aire, pero no para las partículas que se sedimentan en líquidos. En el tratamiento presentado
de los separadores de ciclón, también se ha prescindido del término de empuje. ¿Es ésta una
aproximación, como lo fue para los sedimentadores por gravedad, o es estrictamente correcto
debido a que la fuerza de empuje forma ángulos rectos con la centrífuga, como se muestra en
la figura 9.3?
9.4. a) Repítase el ejemplo 9.2 para las combinaciones siguientes de velocidad y radio: V =
60 ft/s, r = 0.1 ft; V= 120 ft/s, r = 1 ft.
b) En el ecuador, ¿cuál es la relación de la fuerza centrífuga debida a la rotación de la Tierra a
la fuerza gravitacional? El radio de la Tierra es de alrededor de 4000 millas y su velocidad
de rotación en el ecuador es más o menos de 1000 mi/h.
c) ¿En cuánto tendría que incrementarse la velocidad angular de la Tierra de modo que, en el
ecuador, la combinación de la fuerza de la gravedad y la centrífuga sumaran cero (y se
tendría "ingravidez")?
9.5. Verifíquese si la figura 9.6 fue construida correctamente, al calcular los valores de DIDCORTE
para una eficiencia de captura del 10% y del 90%, por medio de las ecuaciones (9.18), (9.19)
y (9.21), y al compararlos con los mostrados en esa figura.
9.6. Un separador de ciclón está operando con Dconc = 5 μ. Ahora es necesario incrementar el
gasto que llega al ciclón (y, por consiguiente, la velocidad en la admisión) en un 25% (es decir,
la nueva velocidad será 1.25 veces la anterior). Nada más cambiará. Se cree que el ciclón obe­
dece la ecuación (9.18). Estímese el nuevo diámetro de corte.
9.7. La ecuación (9.18) se basa en un conjunto de hipótesis que se analizaron en el texto. Se tiene
un ciclón que satisface esas hipótesis y su diámetro de corte es D¡. Ahora se conectan en serie
tres ciclones idénticos, cada uno con un diámetro de corte por separado de D1, de tal modo
que la corriente del gas se vuelve a mezclar por completo entre ellos. Se denotará por D3 el
diámetro de corte para esta combinación de tres ciclones.
a) ¿Cuál es el valor de (D3/D1?
b) ¿Es ésta la misma respuesta que se obtendría para (D3/D1) si, en lugar de tener tres ciclo­
nes en serie con remezclado, se tuviera un ciclón con N= 15, en lugar del acostumbrado
N = 5? [En este problema, puede ser útil hacer un esquema de Η contra D, todo en la
misma gráfica, para un ciclón que obedezca la ecuación (9.18), para tres ciclones con
remezclado y para un ciclón con N = 15.]
288 CAPÍTULO 9

9.8. Se desea usar un ciclón para extraer 50% de las partículas de 1 μ de diámetro de una corriente
de aire con una velocidad en la admisión de 50 ft/s. Si se aplica la ecuación (9.18), estímese el
valor máximo permisible de W1
9.9. Un separador de ciclón tiene un ancho en la admisión de 0.25 ft y Vc = 60 ft/s.
a) Estímese el diámetro de corte para este separador de ciclón.
b) Estímese la eficiencia de captura de este separador de ciclón, para partículas con diámetro
de 1 μ.
9.10. Un separador de ciclón está operando en condiciones en donde Dcorte= 10 μ. Se ofrece otro
ciclón que tiene el mismo diseño, pero en el que todas las dimensiones son iguales a la mitad
de las del actual. Si se alimenta la misma corriente de aire (el mismo gasto volumétrico total, la
misma carga de partículas, la misma distribución del tamaño de partícula) a este nuevo ciclón,
¿cuál será el nuevo valor de D corte Supóngase que se puede aplicar la ecuación (9.18).
9.11. Se estableció la ecuación (9.18) para partículas bastante pequeñas como para que pueda apli­
carse la forma de la ley de Stokes de la fuerza de retardo. Para las partículas grandes esféricas
moviéndose a altas velocidades que se encuentran en los ciclones, la hipótesis de la ley de
Stokes no es correcta. En lugar de ello, la fuerza de retardo se expresará por la ecuación (8.5).
Dedúzcase la ecuación equivalente a la (9.18), con base en esta relación supuesta de la fuerza
de retardo.
9.12. Una corriente de gas contiene partículas con diámetro de 1 μ. Pasa alrededor de una vuelta
circular de un aparato colector con radio de la línea de corriente = 10 cm y velocidad tangencial
= 20 m/s. ¿Cuánta distancia se desplaza cada una de las partículas hacia el exterior del círculo
durante una sola vuelta circular?
9.13. El fabricante X ofrece un ciclón de tamaño estándar con Dcorte = 10 μ. Se desea instalar en
serie un número suficiente de estos ciclones para capturar el 99.5% de las partículas con diá­
metro de 10 μ o mayor. ¿Cuántos deben instalarse en serie? [Supóngase que pueden aplicarse
la ecuación (9.18) y todas las hipótesis que condujeron a ella. Supóngase que entre cada uno
de los ciclones se vuelve a tener un mezclado completo.]
9.14. La nariz humana y sus pasos nasales quitan las partículas del aire destinadas a nuestros pul­
mones. Considérese como un separador de ciclón, con N = 0.25; sus dimensiones promedio
perpendiculares al flujo son 1 cm x 1 cm. Supóngase que una inspiración típica es de 1 litro,
llevándose hacia adentro durante un periodo de 1 s. Estímese el diámetro de corte de la nariz
humana para las partículas. (El comportamiento observado del sistema nasal es de que llegan
a los pulmones unas cuantas partículas más grandes que alrededor de 5 μ, de modo que el
cálculo que aquí se realice sólo es aproximadamente correcto.)
9.15. Se está pasando una corriente de gas a través de un ciclón con Dcortc = 10 μ. Ahora se debe
tratar una cantidad doble de gas en el mismo ciclón, de modo que la velocidad promedio del
mismo se incrementará en un factor de 2. El fabricante del ciclón expresó que no deben tener­
se problemas especiales con rearrastre o perturbaciones de los patrones de flujo si se duplica
el gasto. ¿Cuál será el diámetro de corte con el nuevo gasto?
9.16. Una corriente de partículas tiene 33% por ciento respecto al peso de partículas con diámetro
de 1 μ, 33% con diámetro de 5 μ y 34% con diámetro de 10 μ. Ahora se pasa esta corriente
por un ciclón cuya eficiencia se describe por la ecuación (9.21), con DCORTE = 5 μ. ¿Qué frac­
ción en peso de las partículas capturará el ciclón?
9.17. En cualquier separador de ciclón, se tiene una capa límite en movimiento lento, adyacente a
la pared exterior del cuerpo del propio ciclón. Si se aplican la nomenclatura y las ideas de la
teoría de la capa límite, estímese el espesor de esta capa para un ciclón con V1 = 60 ft/s, Do =
1 ft, N = 5. Consúltese cualquier libro de texto de mecánica de fluidos respecto a un análisis
de la teoría de la capa límite. Lístense las hipótesis.
9.18. En la figura 9.29, se muestran las distribuciones de las velocidades tangencial y radial, medi­
das en un separador típico de ciclón. Parece que en el cuerpo principal del ciclón, la velocidad
radial es prácticamente constante, en tanto que la tangencial aumenta desde la pared hacia el
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 289

Salida del gas

Admi-
sión

Escala

Leyenda
Velocidad tangencial, V1
Velocidad radial. Vr

Salida del polvo

FIGURA 9.29
Variación de las velocidades tangencial y radial en diferentes puntos
de un ciclón. (Tomado de la referencia 21. Cortesía de la Institution
of Mechanical Engineers.)

diámetro de la salida del gas y, a continuación, cae con rapidez. ¿Por qué? (Sugerencia: Véase
cualquier libro de texto de mecánica de fluidos en relación con el tema de flujo potencial.)
9.19. Una hipótesis aplicada para llegar a la ecuación (9.18) es que, cuando el gas se acelera en la
admisión del ciclón, las partículas no quedan detrás (es decir, V c-partículas = V c-gas ). ¿Qué tan
buena es esa suposición? En la admisión del ciclón, el gas se acelera con rapidez al disminuir
la presión que encuentra. ¿Se atrasa la velocidad de la partícula? ¿En cuánto?
a) Escríbase la ecuación diferencial general para (Vgas - V partícula ), suponiendo que la única
fuerza que actúa entre los dos es la de retardo, lo cual se expresa por la fuerza de retardo
de Stokes. En seguida, supóngase que, en t = 0, Vgas = V partículas - V 0 y que la velocidad del
gas se incrementa instantáneamente hasta V1 Resuélvase la ecuación para este caso.
b) A continuación, evalúense las constantes de la ecuación para V0 = 30 ft/s, V1 = 60 ft/s,
D part = 1 μ. Estímese cuánto tiempo transcurre antes de que (Vgas - Vpartícula) sea el 1% de
su valor en / = 0.
9.20. Se desea diseñar un multiciclón (un grupo de separadores de ciclón que operan en paralelo;
véase la figura 9.5). Las especificaciones para el proyecto incluyen el gasto volumétrico total,
Q, del gas que se va a tratar y el punto de corte, D CORTE requerido. Se debe seleccionar el
tamaño por separado de los ciclones que se van a usar; es decir, seleccionar el valor correcto
de D0 de la figura 9.4. En este caso, es más fácil resolver para hallar la velocidad más económi­
ca en la admisión, Vccon, a partir de la cual se pueda calcular W1 de la ecuación (9.18) y, a
290 CAPÍTULO 9

continuación, DG con base en la relación de la figura 9.4. Obténgase la fórmula para Vconc con
base en la siguiente información.
Se puede suponer que los ciclones por separado obedecen la ecuación (9.18) y que tienen
las relaciones entre las dimensiones que se muestran en la figura 9.4. El valor de N en la ecua­
ción (9.18) es el mismo para un ciclón de cualquier tamaño. La caída de presión a través del
ciclón es igual a 8 cargas de velocidad en la admisión.
El costo de la energía para impulsar el aire a través de los ciclones se expresa por

Costo anual de la energía = C1Q ΔP

en donde Q = gasto volumétrico


ΔP = caída de presión

El costo anual del endeudamiento por la instalación del ciclón (suma del interés, deprecia­
ción, impuestos y seguro) es

Costo anual del endeudamiento = C2 (costo de instalación)

(Se puede concebir el "costo anual del endeudamiento" como el costo equivalente por renta
que se pagaría, si no se fuera dueño del equipo, sino que se rentara. La persona que lo rentara
decidiría cuánto cargar por año como una fracción fija de lo que le costó el haberlo comprado;
es decir, C2 multiplicada por el costo de instalación.)
El costo de instalación de un banco de ciclones en paralelo es

Costo de instalación

= C3 (número de ciclones en paralelo)(diámetro exterior D0 de cada ciclón por separado)2

(Esta expresión hace el costo proporcional al área de la superficie de la lámina metálica a


partir de la cual se fabrica cada uno de los ciclones.) C1 tiene las dimensiones de S/kWh, C2 de
1/año y C3 de $/ft2.
9.21. Leith y Licht presentan un enfoque mucho más complejo para calcular la eficiencia de los
separadores de ciclón [22]. Su relación final es

(9.71)

en donde η y C son funciones de las dimensiones del ciclón y

(9.72)

(En esta expresión, se han cambiado algunos de sus símbolos para acoplarlos con los usados
en este libro.) Pruébese esta relación al repetir el ejemplo 9.4 usándola, y compárense los
resultados con los que se muestran en esc ejemplo. Para las dimensiones del ciclón del ejem­
plo 9.4, η = 0.57 y C = 50. En la referencia 22 se dan las predicciones de las ecuaciones
(9.71) y (9.72) para diversos tamaños de ciclón.
9.22. La ecuación (9.30) no contiene la distancia de la placa al alambre como una variable explícita.
¿Por qué? ¿La contiene implícitamente?
9.23. Un ESP está tratando una corriente de aire cargado de partículas, capturando el 95% de esas
partículas. Ahora se duplica el gasto de aire, manteniendo constante la carga de partículas.
¿Cuál es el nuevo porcentaje de recuperación? Supóngase que se puede aplicar la ecuación
(9.30).
9.24. Supercolossal Enterprises tiene un ESP tratando una corriente de aire cargado de partículas, el
cual recupera el 95% de esas partículas. Las nuevas leyes sobre la contaminación les exigen
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 291

que recuperen el 99% de las partículas. Su prccipitador actual consta de 10 unidades estándar,
construidas en fábrica, cada una con área A.
α) ¿Cuántas más, precisamente como estas 10, deben añadir para cumplir con la nueva espe­
cificación? Supóngase que la ecuación (9.30) es correcta.
b) ¿Las nuevas unidades se deben añadir en paralelo o en serie?
9.25. Un ESP está capturando el 95% de las partículas en un gas de desecho. Un vendedor ahora
ofrece un aditivo para ponerle al gas que cambiará la resistividad de la torta capturada
de partículas. La afirmación es de que el aditivo duplicará el valor de w, la velocidad efectiva de
deriva. Si se usa este aditivo y estas afirmaciones son verdaderas, ¿cuál será la eficiencia
de captura?
9.26. Se está construyendo un nuevo calcinador de hogar múltiple, para el cual se planea instalar
una ESP para controlar las partículas en el gas de escape. El flujo del gas será de 10 000 acfm.
Se cree que los valores de la velocidad de deriva que se dan en la tabla 9.2, para los calcinadores
de hogar múltiple, pueden aplicarse a las partículas que salgan del que se está construyendo.
Las reglamentaciones exigen la captura del 99.5% de las partículas que se encuentren en el gas
de escape. Estímese el área colectora A requerida para el ESP.
9.27. Un ESP está capturando el 95% de las partículas que se encuentran en la corriente de gas que
pasa por él. Ahora se habla de que deben capturarse el 99% de las partículas. Los ingenieros
sugieren que podría lograrse esto al incrementar el voltaje aplicado al precipitador. Se puede
aceptar que, con los nuevos controles de estado sólido, el índice de descargas pueda mante­
nerse dentro de límites manejables. Si se supone que todas las partículas son del mismo tama­
ño y que pueden aplicarse las ecuaciones (9.26) y (9.30), ¿en qué porcentaje se debe incre­
mentar el voltaje aplicado para aumentar la eficiencia de captura del 95% al 99%?
9.28. En 1976, la Geneva (Utah) Steel Works de la US Steel Company mejoró sus ESP al cambiar la
alimentación de energía eléctrica, elevando el voltaje de operación. Supóngase que la eficiencia
original fue del 95% y que el voltaje original era de 40 kV. Si el voltaje se aumentó hasta 50 kV
y todo lo demás se mantuvo constante, ¿cuál es la nueva eficiencia estimada de captura?
9.29. Una corriente de gas contiene partículas de tres tamaños: 10 μ, 7 μ y 3 μ. La densidad de las
partículas es la misma para los tres tamaños y la concentración en peso en la corriente de gas,
de cada uno de los tres tamaños de partícula, es la misma (0.33333). Se pasa esta corriente
por un ESP que obedece la ecuación (9.30). Supóngase que la ecuación (9.26) es correcta y
que la velocidad de deriva es proporcional al diámetro.
La eficiencia global de captura del precipitador (fracción respecto al peso de todas las
partículas entrantes capturadas) es del 95%. ¿Cuáles son los porcentajes de eficiencia de cap­
tura por separado para cada uno de los tres tamaños de partícula?
9.30. En la ecuación de Deutsch-Anderson para los ESP, (9.30), se supone que todas las partículas
que entran al precipitador tienen el mismo diámetro y, por consiguiente, el mismo valor de la
velocidad de deriva, w. Ahora se desea lograr una modificación de esta ecuación para tomar en
cuenta el hecho de que, para todos los ESP reales, existe una distribución de tamaños de partí­
cula en la corriente de gas entrante.
Dedúzcase la ecuación equivalente a la (9.30), con los cambios siguientes:
1. Las partículas en la admisión se describen por la distribución triangular,

= C1D para diámetros desde 0 hasta Dmedio y

= C1 (2Dmedio - D) para diámetros entre Dmedio y 2Dmedio

No se tienen partículas con diámetros mayores que 2Dmedio. En estas expresiones, Φ es la


fracción acumulada en masa de partículas con diámetro menor que D y Dmedio es el 50%
del diámetro de la partícula más grande. C1 es igual a (1/D2medio).
292 CAPÍTULO 9

2. La velocidad de deriva para los diversos diámetros de partículas se expresa por

w = C2D

en donde D = diámetro de la partícula


C2 = constante

En este caso, se puede suponer con seguridad que, con las eficiencias de captura que inte­
resan, prácticamente se capturan todas las partículas con tamaño mayor que Dmedio, de
modo que se pueden ignorar.
9.31. La ecuación (9.31) y el problema 9.30 muestran dos maneras de modificar la ecuación de
Deutsch-Andcrson, (9.30), para tomar en consideración el cambio en el tamaño promedio
de partícula, a medida que se extraen la mayor parte de las partículas. Otro enfoque es conser­
var la misma forma de la ecuación, pero hacer decrecer w a medida que p? disminuye. Turner y
otros sugieren los valores siguientes para la captura de ceniza volátil proveniente de la com­
bustión de carbón bituminoso [23]:

Eficiencia de diseño, % w, ft/s

95 0.41
99 0.33
99.5 0.31
99.9 0.27

Esta tabla se puede representar con exactitud satisfactoria (R2 = 0.96) por medio de

w = 0.506 + 0.0356 lnp

a) Vuélvase a resolver el ejemplo 9.14, usando esta ecuación y la (9.30). Compárense los
resultados con los de los ejemplos 9.13 y 9.14.
b) Los valores de A/Q calculados de esta manera se pueden representar razonablemente bien
por medio de una ecuación de la forma de la (9.31), pero con un valor diferente de k del
que se muestra en el ejemplo 9.14. ¿Qué valor de k hace que los valores calculados de esta
manera sean prácticamente los mismos que el calculado a partir de la ecuación (9.31)?
9.32. a) Un ESP tiene tres cámaras idénticas que operan en paralelo. Cuando el flujo se distribuye
en forma igual (un tercio para cada una), la eficiencia de extracción de partículas es del
95%. Ahora, como resultado de una mala distribución, los flujos se convierten en el 50%,
30% y 20% hacia las tres cámaras. El flujo total no se altera. ¿Cuál es la eficiencia global
de captura de partículas con esta condición del flujo?
b) Dos separadores de ciclón están operando en paralelo. Tienen dimensiones idénticas y se
encuentran procesando flujos iguales de gas sucio. Todas las partículas en el gas tienen el
mismo diámetro y su concentración en el mismo gas es uniforme. La eficiencia global de
captura de la combinación de los dos ciclones, la cual es la misma que la eficiencia por
separado de cada uno de ellos, es del 70%. Ahora, debido al bloqueo de una válvula, se
perturban los gastos hacia los dos ciclones, de modo que 2/3 del flujo va hacia uno de ellos
y '/_, va hacia el otro. No se altera el flujo total. (Este cambio elevará la presión requerida
para impulsar el gas, pero eso no interesa para el presente problema.) Las dos corrientes
que salen de los ciclones se juntan y mezclan. ¿Cuál es la eficiencia global de captura para
los dos ciclones, en estas condiciones? Supóngase que se puede aplicar la ecuación (9.18).
c) ¿Son iguales las respuestas para los incisos a) y b)? ¿Deben serlo?
9.33. En el ejemplo 9.15 se trata el problema de un flujo no uniforme en un precipitador de dos
cámaras. Supóngase que se tiene uno de esos precipitadores de dos cámaras, cada una de estas
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 293

con un área A. Supóngase también que el flujo total a través de los dos precipitadores combi­
nados es constante, igual a Q. (En este caso, Q = Q1 + Q2, en donde Q1 es el flujo en la
primera cámara y 02 es el flujo en la segunda.) La eficiencia para un flujo igual (Q1 = Q2) es
η0. Escríbase la ecuación para η/η0 como función de Ql/(Ql + Q2). Trácese un esquema de
esta función en una gráfica de η/η0 contra Q1/(Q1 + Q2). En el esquema, muéstrense dos cur­
vas: una para un valor bajo y otra para un valor alto de wA.
9.34. Típicamente, se añaden de 10 a 30 ppm de S0 3 al gas que entra a un ESP para acondicionarlo,
disminuyendo de este modo la resistividad del sólido capturado y mejorando la eficiencia de
captura [23]. Si la corriente de gas se produce al quemar un carbón con las propiedades que se
indican en el ejemplo 7.6, ¿qué fracción del S0 2 que se encuentra en el gas tendría que conver­
tirse en S0 3 para producir la concentración indicada de éste?
9.35. En la ecuación (9.39) se muestra la caída instantánea de presión a través de un filtro.
a) Hágase un esquema de AP contra t, para Vs = constante y Δxtorta = 0 en t = 0.
b) Hágase un esquema de Ax contra t, para AP = constante y Δxtorta = 0 en t = 0.
c) Para b), hágase un esquema de Vs contra t.
9.36. Iinoya y Orr [24] dan los siguientes como valores típicos en las ecuaciones (9.37-9.39):

α = 5 x 107m
Q/A = 0.02 m/s
Δx = 0.13 mm
k = 0.71 x 10 - 3 m 2
ptorta = 1000kg/m3
ΔP = 69 kgf/m2, en donde 1 kgf = 9.81 N

a) ¿Qué fracción de la caída de presión se debe al lienzo y cuál a las partículas acumuladas?
b) En alguna de las primeras etapas del ciclo, estas dos son iguales. ¿Cuánto sólido se en­
cuentra sobre el lienzo en ese momento?
c) Si se supone que se está procesando una corriente de gas con una concentración de partí­
culas de 0.01 kg/m3 y una velocidad superficial a través del lienzo de 0.02 m/s, ¿cuánto
tiempo transcurre para alcanzarse el punto descrito en el inciso b), partiendo con un lien­
zo completamente limpio?
9.37. a) Utilizando los datos que se dan en el problema anterior, estímense cuántos pies cuadrados
de superficie del filtro se necesitarían para una planta generadora de 750 MW en la que se
quema carbón, la cual produce 1.5 millones de acfm de gas de la chimenea.
b) Si esta área de filtro tiene la forma de sacos cilindricos de 40 ft de largo y 1 ft de diámetro,
¿cuántos de ellos se necesitarán?
9.38. Iinoya y Orr (véase el problema 9.36) dan un cálculo de ejemplo de la caída de presión a
través de un filtro, con un conjunto específico de condiciones. Usando los valores del proble­
ma 9.36, calcúlese lo siguiente:
a) La caída de presión 30 minutos después del tiempo de su ejemplo, suponiendo un gasto
constante.
b) El gasto por unidad de área 30 minutos después del tiempo de su ejemplo, suponiendo
una caída constante en la presión.
En el problema 9.36, se demostró que la resistencia del lienzo es despreciable en este ejem­
plo. Resuélvanse los dos incisos de este problema con la hipótesis de que α = 0. En este
caso, puede suponerse que la carga de partículas de la corriente que se está limpiando es
constante e igual a 0.01 kg/m3 y que la eficiencia de captura es del 100%.
9.39. La mayor parte de los sopladores reales no son de presión constante ni de gasto constante,
sino que se encuentran en un punto intermedio. Supóngase que un soplador tiene la relación
ΔP = ΔP0 - bQ
294 CAPÍTULO 9

en donde ΔP = aumento en la presión a través del soplador


ΔP0= aumento en la presión con gasto cero (es decir, con la válvula corriente
abajo cerrada)
Q = gasto volumétrico a través del soplador
b = constante arbitraria
Ahora se conecta ese soplador a un proceso cuyo gas de escape contiene c lbm/f't3 de partícu­
las y pasa la corriente a través de un filtro con área superficial A. El filtro se comporta según
la ecuación (9.39), con α = 0. La eficiencia de captura es del 100%. En el instante cero, la
masa de partículas sobre el lienzo del filtro es cero. ¿Cuál es la relación algebraica entre
la masa por unidad de área sobre el filtro y el tiempo?
9.40. Se planea tratar una corriente de aire cargado de partículas, con un gasto volumétrico Q, en
un cuarto de sacos. Se debe vencer la caída de presión a través de ese cuarto por medio de un
soplador accionado eléctricamente, anexado al mismo. La caída de presión a través del cuarto
de sacos es (ΔP = C1Q/A), en donde C1 es una constante y A es el área de la superficie del
filtro. El costo anual del endeudamiento por el cuarto de sacos (el cual incluye interés, depre­
ciación, impuestos, seguro y mantenimiento) es C2A, en donde C2 es una constante. El costo
anual de la energía para el soplador es C3ΔPQ1 en donde C3 es una constante.
a) 1 Iállese la fórmula para el área óptima económica de la superficie del filtro.
b) Compárese la respuesta con las que se obtuvieron para el problema 9.20. ¿Son las mis­
mas? Si no lo son, ¿por qué?
c) En este problema, si C1 = [0.025 psi/(ft/min)], C2 = $2/(ft2 • año) y C3 = $300/(kW • año),
¿cuál es la velocidad óptima?
9.41. En el problema 9.40, se calculó la superficie óptima económica del filtro en términos de diver­
sas constantes. Repítase el inciso a) de ese problema, con el cambio siguiente: el costo anual
de endeudamiento por el cuarto de sacos, el cual fue con anterioridad C2A (en donde C2 fue
una constante), ahora es C2/A0.6; es decir, el costo es proporcional a la potencia 0.6 del área del
filtro.
9.42. a) Si la presión de diseño en un cuarto de sacos es del orden de 30 pulgadas de agua, ¿cuál es
la fuerza por unidad de área sobre la pared de la cubierta del cuarto, en lb/in2? Para una
pared de 10 ft x 10 ft, ¿cuál es la fuerza total?
b) ¿Esta fuerza es más difícil de resistir si es interna o si es externa?
c) ¿Qué clase de dispositivo de seguridad, si lo hay, se usaría para protegerse contra una
sobrepresión en el caso de un trastorno?
9.43. Con aplicación de la figura 9.18, estímese el porcentaje de eficiencia del blanco para una partí­
cula de 10 μ en aire que se mueve a 100 ft/s contra un cilindro cuyo diámetro es de 1 cm.
9.44. Se coloca una sola fibra de 10 μ de diámetro perpendicular a una corriente de gas que se está
moviendo a 1 m/s. Esta corriente contiene partículas con un diámetro de 1 μ. La concentra­
ción de partículas es de 1 mg/m3. ¿Cuál es el índice de captura de partículas sobre la fibra en
g/(m • s)?
9.45. El filtro de aire de un horno doméstico típico consta de una masa de fibras colectoras orienta­
das en forma aleatoria. Un modelo idealizado de un filtro de ese tipo tendría tamices múltiples
en serie, cada uno perpendicular al flujo y frente al gas próximo como una persiana veneciana;
es decir, una serie de obstrucciones paralelas con aberturas entre ellas. Supóngase que un fil­
tro de ese tipo se puede representar como diez de esos juegos de obstrucciones en serie, que
cada una de esas obstrucciones tiene un área abierta en un 80% y bloqueada en un 20% por
las fibras, que para cada una de las fibras, el modo de captura es completamente por impacto
y que la eficiencia del blanco, como se indica en la figura 9.18, es del 25%. ¿Cuál es la eficien­
cia global de captura de este filtro entero?
9.46. Un colector consta de un tamiz hecho de fibras cilindricas de alambre con diámetro de 100 μ.
Estas se encuentran dispuestas en forma paralela, como una persiana veneciana, con espacios
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 295

de 100 μ entre ellas. Se está pasando a través de ellas una corriente de aire que contiene
partículas con diámetros de 10 μ y de 0.01 μ. La velocidad relativa con la que el aire se
aproxima al tamiz es de 1 m/s. Estímese la fracción de cada uno de los dos tipos de partículas
que son capturadas por impacto y por depósito por difusión.
9.47. Se está pasando una corriente de gas, con velocidad de 1 m/s, sobre un solo arreglo de colecto­
res cilindricos con diámetro de 100 μ. Este arreglo tiene un área abierta del 50% y el otro 50%
del área bloqueada por los colectores. ¿Cuál será la partícula más pequeña que será capturada
con un 40% de eficiencia?
9.48. El Llanero Solitario está cabalgando en una tormenta de arena. ¿En realidad su máscara (un
pañuelo de hierbas que cubre su nariz) disminuye de manera significativa la cantidad de arena
que respira? Supóngase que la máscara está hecha de fibras, cada una con un diámetro de
300 μ. Están dispuestas en un tejido sencillo que bloquea el 75% del área proyectada; el 25%
restante queda abierta, con agujeros hasta de 75 μ de diámetro. Para los fines de este proble­
ma, la máscara puede considerarse igual a una sola fila de fibras paralelas, cada una con un
diámetro de 300 μ, con el 75% del área del flujo bloqueada y el 25% abierta. La velocidad del
gas a través del tejido, conforme respira, es de 1 m/s.
a) Estímese tanto la eficiencia de captura para partículas de 10 μ como el diámetro de corte
para la máscara usada como filtro.
b) Ahora el Llanero Solitario decide que este pañuelo funcionará mejor como máscara contra
el polvo, si lo dobla de modo que se tengan dos capas de lienzo a través de su nariz, en
lugar de una sola capa. Todas las demás partes del problema continúan igual. ¿Cuál es la
eficiencia global de captura para partículas de 10 μ de diámetro, para estas dos capas de
paño?
c) ¿Cuál es el diámetro de corte para las dos capas de paño?
d) El Llanero Solitario ahora decide que desea usar muchas capas del pañuelo como sean ne­
cesarias para hacer que el diámetro de corte, para las capas múltiples combinadas del pa­
ñuelo, sea de 2.5 μ. ¿Cuántas capas de lienzo necesita?
9.49. Freidlander demuestra que, si se calculan las difusividades utilizando la ecuación (9.48), igua­
lando a 1 el factor de corrección de Cunningham, entonces se puede despejar el diámetro en la
ecuación (9.49) para el que existe un mínimo en la eficiencia de captura [17]. Si se define y =
kT/3πμ, se encuentra

Deficiencia mínima =

Muéstrense los cálculos que conducen a este valor y, a continuación, calcúlese el diámetro con
la eficiencia mínima de captura para el ejemplo 9.22.
9.50. Iinoya y Orr [24] informaron (pág. 425) que la U.S. Atomic Energy Comission (AEC) usó
lechos de arena con 7 ft de profundidad como colectores de partículas finas. Calvert [19]
informa (pág. 277) que, para lechos de ese tipo, la penetración se puede estimar por medio de

p = exp-

en donde z = longitud del lecho en la dirección del flujo


Vs = velocidad superficial del gas
Dap = diámetro aerodinámico de la partícula
ε = porosidad o fracción de vacío en el lecho
Dc = diámetro de las partículas colectoras (en este caso, los prácticamente es­
féricos granos de arena)
μg = viscosidad del gas
296 CAPÍTULO 9

a) Estímese la eficiencia de captura para los lechos de arena de la AEC, con las hipótesis
siguientes: diámetro de partícula = 0.5 μ; diámetro de los granos de arena = 1 mm; veloci­
dad del gas, Vs = 0.2 ft/s; porosidad ε = 0.3.
b) Estímese qué tan grueso se necesitaría el lecho de arena para tener una eficiencia de captu­
ra del 99.9%.
9.51. Dedúzcase la ecuación del problema 9.50. Sugerencia: éste es un conjunto remezclado de ci­
clones en serie, incluso si no tienen ese aspecto.
9.52. Una gota de lluvia, cuyo diámetro es de 2 mm, cae con su velocidad terminal una distancia de
1000 ft en aire que contiene 80 μg/m3 de partículas esféricas de 3 μ.
a) ¿Cuántas partículas captura la gota?
b) ¿Cuál es el porcentaje de incremento en la masa de la gota debido a estas partículas?
9.53. Está lloviendo a razón de 1 in/h. Las gotas tienen 2 mm de diámetro y están cayendo con su
velocidad terminal. ¿Cuál es la concentración de gotas de lluvia en el aire en gotas por pie
cúbico?
9.54. Un aguacero está depositando 0.1 in/h de lluvia sobre una gran área. Las gotas tienen un diá­
metro promedio de 2 mm, para lo cual se estima que la eficiencia del blanco para las partículas
en el aire es de 0.1. ¿Cuánto tiempo debe seguir lloviendo a esta razón para capturar 90% de
las partículas que se encuentran en el aire?
9.55. Un aguacero deposita una pulgada de agua uniformemente sobre una gran área. De la lluvia
que cae, la mitad del volumen se encuentra en la forma de gotas con un diámetro de 2 mm,
para lo cual la eficiencia del blanco para las partículas es de 0.1, y la otra mitad se encuentra
en la forma de gotas con diámetro de 1 mm, para lo cual la eficiencia del blanco para las
partículas es de 0.15. Estímese qué fracción será capturada de las partículas que originalmente
se encontraban presentes.
9.56. Un aguacero deposita 1.0 pulgada de agua uniformemente sobre una gran área. Las gotas vie­
nen en dos tamaños: 2 mm y 0.5 mm. Estos tamaños están distribuidos de modo que 0.9 de la
masa del agua se encuentra en gotas de 2 mm y 0.1 de esa masa en gotas de 0.5 mm. A
continuación se tienen sus velocidades terminales estimadas y las eficiencias del blanco para
las partículas atmosféricas:

Diámetro de la gota, mm 2 0.5


Velocidad terminal estimada, ft/s 21 7.5
Eficiencia estimada del blanco para las partículas atmosféricas 0.1 0.3

a) ¿Qué fracción de la masa de las partículas atmosféricas es capturada por este aguacero?
b) De las partículas que son capturadas por este aguacero, ¿qué fracción es capturada por las
gotas de 0.5 mm? ¿Qué fracción es capturada por las gotas de 2 mm? Supóngase que la
velocidad de depósito de los dos tamaños de gotas es constante durante todo el periodo.
9.57. Un lavador de flujo cruzado está capturando 90% de las partículas que pasan por él. Ahora se
debe duplicar el gasto de gas. Si todo lo demás se mantiene constante, ¿cuál es la eficiencia
anticipada de captura con el nuevo gasto?
9.58. Un lavador de flujo cruzado está capturando 90% de las partículas de 3 μ que entran. Todas
las gotas de agua tienen el mismo diámetro, 400 μ. Ahora se instalan boquillas aspersoras
nuevas que hacen que todas las gotas tengan 200 μ de diámetro. No se cambia QD ¿Cuál es la
nueva eficiencia de captura?
9.59. En un lavador de flujo cruzado, se están capturando 90% de las partículas de una corriente de
gas. Se desea incrementar la eficiencia de captura hasta el 95% al aumentar el flujo del agua
que entra al lavador, conservando todo lo demás constante. ¿En qué porcentaje debe
incrementarse el flujo del agua que entra al lavador?
CONTROL DE LAS PARTÍCULAS PRIMARIAS 297

9.60. Un lavador en húmedo de flujo coordinado tiene QG = 104 cfm, QL = 10 cfm, A = 0.6 ft2 y una
velocidad del líquido en la admisión de cero. El gas tiene las mismas propiedades que el aire
y el líquido tiene las mismas propiedades que el agua.
a) Estímese la caída de presión del lavador.
b) Estímese el diámetro de corte.

BIBLIOGRAFÍA
1 . Hering, S. V.: "Inertial and Gravitational Collectors", en S. V. Hering (ed.), Air Sampling Instruments
for Evaluation of Atmospheric Contaminants, 7a. ed., American Council of Governmental Industrial
Hygienists, Cincinnati, OH, p. 361, 1989.
2. Ashbee, E. y W. T. Davis: "Cyclones and Inertial Separators", en A. J. Buonicore y W. T. Davis
(eds.), Air Pollution Engineering Manual, Van Nostrand Reinhold, New York, pp. 73-78, 1992.
3. Rosin, P., E. Rammler y W. Intelmann: "Grundlage und Grenzen der Zyklonentstaubung ("Basis and
limits of cyclone dust removal")", VDI, Vol. 76, pp. 433-437, 1932.
4. Semrau, K. T.: "Air Pollution" sección de "Solids Drying and Gas-Solids Systems", en R. H. Perry,
D. W. Green y J. O. Maloney (eds.), Perry's Chemical Engineers' Handbook, 6a. ed., McGraw-Hill,
New'York, pp. 20-86, 1984.
5. Anónimo: "Flows of Fluids through Valves, Fittings, and Pipes", Tech. Paper No. 410, Crane Company,
475 N. Gary Ave., Carol Stream, III. 1957 (reimpreso con regularidad).
6. Oglesby, S., Jr. y G. B. Nichols: Electrostatic Precipitation, Marcel Dekker, New York, 1978.
7. Danielson, J. A. (ed.): Air Pollution Engineering Manual, U.S. Environmental Protection Agency
Report PB 225-132/OAS, Government Printing Office, Washington, DC, p. 149, 1967.
8. Ramsdell, T. G., Jr.: "Design Criteria for Precipitators for Modern Central Station Power Plants",
Proa Amer. Power Conf, Vol. 30, pp. 444-449, 1968.
9. Rinard, G.: "Proof of Concept Testing of ESP Retrofit Technology for Low and High Resistivity
Flyash", en Proceedings of the 7th Particulate Control Symposium, R. F. Altman (ed.), Volume I,
pp. 19-1 a 19-14, Electric Power Research Institute, Pub GS 6208, 1988.
10. Lloyd, D. A.: Electrostatic Precipitator Handbook, Adam Hilger, Bristol, Inglaterra, p. 34, 1988.
11. de Nevers, N.: Fluid Mechantes for Chemical Engineers, 2a. ed., McGraw-Hill, New York, capítulo
12, 1991.
12. de Nevers, N.: '"Product in the Way' Processes", Chem. Eng. Educ, Vol. 12, pp. 146-151, 1992.
13. Ensor, D. S., R. Hooper, R. W. Scheck y R. C. Carr: "Performance and Engineering Evaluation of
the Nucla Baghouse", en Symposium on Particulate Control in Energy Processes, U.S. Environmental
Protection Agency Report EPA-600/7-76-010, U.S. Government Printing Office, Washington, DC,
1976.
14. Carr, R. C. y W. B. Smith: "Fabric Filter Technology for Utility Coal-Fired Power Plants, Parts
I-VI". Estos seis artículos aparecieron en el Journal of the Air Pollution Control Association de
1984 y fueron reimpresos por el Electrical Power Research Institute como EPRI CS-3724-SR.
15. Dennis, R. y N. F. Surprenant: "Particulate Control Highlights: Research on Fabric Filtration
Technology", U.S. Environmental Protection Agency Report EPA-600/8-87-005d, U.S. Government
Printing Office, Washington, DC, 1978.
16. Langmuir, I. y K. B. Blodgett: "A Mathematical Investigation of Water Droplet Trajectories", U.S.
Army Air Forces Technical Report No. 5418, 1946. (Puede obtenerse del U.S. Department of
Commerce como PB-27565.)
17. Friedlander, S. K.: "Theory of Aerosol Filtration", Ind. Eng. Chem., Vol. 50, pp. 1161-1164, 1958.
18. Calvert, S., J. Goldshmid, D. Leigh y D. Mehta: Scrubber Handbook, NTIS No. PB-213-016, NTIS,
Springfield, VA, 1972.
19. Calvert, S.: "Scrubbing", en A. C. Stern (ed.), Air Pollution, 3a. ed., Vol. 5, Academic Press, New
York, 1977.
20. Lapple, C. E. y H. J. Kamack: "Performance of Wet Dust Scrubbcrs", Chem. Eng. Prog., Vol. 51,
pp. 110-121, 1955.
21. ter Linden, A. J.: "Investigations into Cyclone Dust Collectors", Inst. Mech. Engrs. Proc, Vol. 160,
pp. 233-251, 1949.
22. Leith, D. y W. Licht: "The Collection Efficiency of Cyclone Type Particle Collectors—A New
Theoretical Approach", AlChE Symp. Series, Vol. 126, pp. 196-206, 1972.
298 CAPÍTULO 9

23. Turner, J. H., P. A. Lawless, T. Yamamoto, D. W. Coy, G. P. Greiner, J. P. McKenna y W. M.


Vatavuk: "Electrostatic Precipitators" en A. J. Buonicore y W. T. Davis (eds.), Air Pollution
Engineering Manual, Van Nostrand Reinhold, New York, pp. 89-114, 1992.
24. Iinoya, K. y C. J. Orr: "Source Control by Filtration", en A. C. Stcrn (ed.), Air Pollution, Vol. 3, 2a.
ed., Academic Press, New York, pp. 409-435, 1968.
CAPITULO

10
CONTROL
DE LOS COMPUESTOS
ORGÁNICOS
VOLÁTILES (VOC)

Los compuestos orgánicos volátiles (VOC) son líquidos o sólidos que contienen carbo-
no orgánico (carbono enlazado a carbono, hidrógeno, nitrógeno o azufre, pero no carbono
carbonato, como en el CaCO 3 , ni carbono carburo, como en el CaC2, CO o CO2), los cua-
les se vaporizan a razones significativas. Probablemente, los VOC constituyen la segunda
clase más extendida y diversa de emisiones, después de las partículas. Aun cuando algu-
nos VOC son emitidos por grandes fuentes, la mayor parte son emitidos por fuentes pe-
queñas, como los automóviles, las botellas de removedor de barniz para uñas, los botes de
pintura pulverizada, el uso de solventes, etcétera. La diversidad de fuentes es bastante
grande.

10.1 PRESIÓN DE VAPOR, CONTENIDO DE EQUILIBRIO


DE VAPOR, EVAPORACIÓN
Para entender cuáles productos químicos son volátiles (se evaporan a razones significati-
vas), debe considerarse la idea depresión de vapor. En la figura 10.1 se muestran las pre-
siones de vapor, como función de la temperatura, para diversos compuestos. Considérese
en primer lugar la recta para el agua. A 212°F, su punto normal de ebullición (NBP, normal
boiling point), el agua tiene una presión de 14.696 psia (= 760 torr = 1 atmósfera = 101.3
kPa = 14.7 psia). El punto normal (atmosférico) de ebullición es la temperatura a la cual la
presión de vapor es igual a la presión atmosférica y el líquido se convierte en vapor me-
diante la vigorosa formación de burbujas que se conoce como ebullición. A la temperatura
ambiente (68°F = 20°C), la presión de vapor del agua es de 0.339 psia = 17.5 torr = 0.023
atm. A esta temperatura, el agua no hierve. Pero se evapora si el aire circundante no está
saturado. (Las vestiduras y los trajes de baño húmedos se secan con lentitud a esta tem-
peratura, más rápido en un clima seco que en uno húmedo.) En la figura 10.1 no se pueden
leer con facilidad hasta tres cifras significativas; los valores antes dados provienen de
tablas más extensas de la presión de vapor del agua. Pero, si se pudieran leer en la figura
10.1 hasta tres cifras significativas (y si se trazara con perfección), esos son los valores
que se leerían.
299
Temperatura, °F

FIGURA 10.1
Presiones de vapor de 27 compuestos, como función de la temperatura. Tomado de G. G. Broλvn y otros. Unil Operations. Wiley, Nueva York, pág. 583,
1951. (Reimpreso con autorización del editor.)
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 301

En la figura 10.1 también se ve que sustancias como el etano, propano y «-butano


(C2H6, C3H8 y C4H10), a la temperatura ambiente, tienen presiones de vapor superiores a la
atmosférica. Estos productos deben conservarse en recipientes cerrados y a presión o, de
inmediato, hervirán a la temperatura ambiente. A la derecha de la figura se ve, por
extrapolación, que el mercurio tiene una presión de vapor muy baja a la temperatura am­
biente (alrededor de 10-6 atm, véase el ejemplo 10.3), de modo que se evapora con lentitud.
No obstante, debido a su extrema toxicidad, se tiene un profundo interés en las exposicio­
nes al vapor de mercurio en interiores, en donde el mercurio derramado puede producir
vapor del mismo y causar graves problemas de salud. Otros metales, como el cadmio, zinc,
arsénico y antimonio (no mostrados en la figura 10.1) se convierten en un problema cuan­
do pequeñas cantidades de ellos, que se encuentran en productos de consumo, entran a
los incineradores municipales de desechos, en donde las temperaturas son bastante altas
como para vaporizarlos. Si se extendiera la figura 10.1 hasta temperaturas bastante altas,
también se encontrarían curvas para ellos y serían más o menos paralelas a la del mercurio.
En la atmósfera, los vapores metálicos se condensan al enfriarse, formando finas partícu­
las tóxicas. (El mercurio y otros metales no son VOC, pero parece acertado analizarlos al
mismo tiempo que los otros materiales que aparecen en la figura 10.1, porque entran a la
atmósfera por evaporación, como lo hacen los VOC.)
En la tabla 10.1 se resume el comportamiento de estos materiales respecto a la vapori­
zación. En un recipiente cerrado, un líquido llegará al equilibrio de fases con el vapor arri­
ba de él. Si es un líquido puro, entonces, como se hace ver en la tabla, la presión dentro

TABLA 10.1
Comportamiento de los líquidos volátiles como función de supresión de vapor p y la P atm

Comportamiento Comportamiento Comportamiento


en un en un en un
recipiente abierto recipiente cerrado, recipiente cerrado,
Presión de vapor p a la atmósfera sin desfogue con desfogue

p > Patm Hierve con vigor, se Presión interna Hierve con vigor,
enfría a medida que en el recipiente expeliendo vapor
hierve, hasta que el =p por el desfogue del
enfriamiento es recipiente
suficiente como para
tener p = Patm
p= Patm Hierve, dependiendo la Presión interna Hierve, dependiendo
razón de ebullición de la en el recipiente la razón de ebullición
razón de entrada de = Patm de la razón de
calor entrada de calor y se
expele vapor por el
desfogue del
recipiente

p< Patm Se evapora con lentitud Presión interna En su mayor parte,


hacia el aire en el recipiente el espacio de vapor
< Patm, a menos en el recipiente es
que esté presente aire saturado con
algún otro gas. vapor
Puede conducir a
aplastamiento del
recipiente por
vacío
302 CAPÍTULO 10

del recipiente será la presión de vapor del líquido y ese vapor tendrá la misma composi­
ción química que éste. Si el recipiente también contiene un gas, como el aire, entonces, en
el equilibrio, ese aire se saturará con el vapor evaporado del líquido. Para las presiones
bajas que interesan en el control de la contaminación del aire, sólo se cometerán errores
pequeños si se supone que la mezcla de vapores se comporta como un gas perfecto y que
se puede estimar el contenido de líquido volátil en la mezcla de vapores mediante la ley de
Raoult (la cual no es una ley como las de Newton, sino más bien una aproximación útil).

yi = (10.1)

en donde yi = fracción molar [= (% en volumen/100) para los gases perfectos] del


componente i en el vapor
xi = fracción molar del componente i en el líquido
pi = presión de vapor del componente puro i
P = presión total

Ejemplo 10.1. Estímese el contenido de agua del aire que se encuentra en equilibrio con
agua pura a 68°F = 20°C.
Si se aplica el valor que se lee en la figura 10.1, se encuentra

yi = xi = 1.00 = 0.023
En este caso se ha tomado xi = 1.00, ignorando la pequeña cantidad de aire disuelto
en el agua.

Ejemplo 10.2. Repítase el ejemplo 10.1 para una mezcla líquida, 50% molar de benceno y
50% molar de tolueno, en equilibrio con aire en un recipiente cerrado. En la figura 10.1 se
leen las presiones de vapor del benceno y del tolueno a 68°F como más o menos 1.5 y 0.4
psia, respectivamente. Si se utilizan tablas más extensas, se encuentra que los valores son
1.45 y 0.42 psia. Entonces, al aplicar la ecuación (10.1) por dos veces, se tiene
=
ybenceno x benceno = 0 . 5 = 0.049

y tolueno = x t o l u e n o = 0 - 5 = 0 . 0 1 4

y aire = 1 - 0 . 0 4 9 - 0 . 0 1 4 = 0.937
En estos ejemplos se muestra cómo estimar las concentraciones de equilibrio de los
líquidos volátiles, líquidos puros o mezclas, en un recipiente cerrado que contiene aire. Si
los mismos líquidos se exponen a la atmósfera y ésta contuviera fracciones molares de
agua, benceno o tolueno menores que las antes calculadas, entonces el líquido se evapo­
raría hacia el aire. Inversamente, si el aire contuviera fracciones molares mayores que las
antes calculadas, entonces se tendría condensación del líquido hacia afuera del aire. Eso
es raro con los vapores orgánicos, pero ocurre en forma regular con el agua, cuando la
temperatura del aire cercano a la tierra se baja tanto que se forma rocío sobre el suelo, las
hojas de los árboles, etcétera. Si se enfriara el recipiente mencionado en el ejemplo 10.2,
disminuirían los valores de las pi y algo del benceno y del tolueno que se encuentran en
forma de vapor se condensarían para pasar a la forma líquida.
Se usan VOC como combustibles (propano, gasolina, turbosina, diesel) porque los
combustibles de hidrocarburos líquidos tienen una mejor combinación de facilidad de pro-
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 303

ducción, transporte, almacenamiento y uso en pequeñas cantidades que cualesquiera com­


bustibles competidores. Las grandes fuentes estacionarias, como las plantas generadoras
de electricidad, utilizan en su mayor parte carbón y uranio como combustibles. Estos últi­
mos tienen un costo mucho menor por unidad de energía que los combustibles líquidos
comunes, pero requieren equipos de control de la contaminación y de seguridad más ca­
ros y complejos que lo aparentemente práctico en los vehículos de motor. El gas natural es
un combustible excelente pero, hasta ahora, ha probado ser bastante difícil de almacenar
en un vehículo y para reabastecer a este último con rapidez como para que compita, en
esta aplicación, con los combustibles de VOC. Las fuentes de energía solar, eólica, geo­
térmica y otras no compiten en la actualidad con los VOC en relación con los vehículos.
Los solventes de VOC se utilizan mucho porque se evaporan hacia el aire, sin dejar
residuo (solvente para lavado en seco, removedor de barniz para uñas) o sólo dejando una
delgada capa del sólido previamente disuelto (pintura, barniz para uñas, cera para pisos,
tintas). La razón de evaporación (libras evaporadas por pie cuadrado de superficie expues­
ta por hora) es muy aproximadamente proporcional a la presión de vapor. Si se desea una
evaporación rápida (pinturas en rocío, barniz para uñas), se usa un solvente con una ele­
vada presión de vapor a la temperatura ambiente; si se desea una evaporación más lenta
(pinturas aplicadas con brocha, solventes para lavado en seco) se elige un solvente con
una presión de vapor más baja a la temperatura ambiente.
La figura 10.1 tiene un alto contenido visual, pero para programas de computadora se
necesita una representación algebraica de la misma información. De manera aproximada,
esa figura es una gráfica de log p contra 1/T (K o °R), en donde no se muestran los valo­
res de 1/T, sino que éstos están situados de derecha a izquierda, y se muestran los valores
de T, yendo de izquierda a derecha e impresos en el eje horizontal. (Los valores grandes de
1/T corresponden a valores pequeños de T, etcétera.) Se puede demostrar, con base en la
termodinámica que, a presiones bajas, la presión de vapor de todos los compuestos puros
se representan con exactitud aceptable (pero no perfecta) por medio de la ecuación de
Clausius-Clapeyron,
log p=A- (10.2)

en donde A y B son constantes que se determinan por experimentación para cada com­
puesto químico por separado. Si esto fuera exactamente verdadero para todas las presio­
nes, entonces los datos de la presión de vapor para cualquier compuesto formarían una
recta en una gráfica de log p contra \IT. Esto es cierto de manera aproximada, incluso a
presiones de millares de psi. Sin embargo, a menudo los datos experimentales se pueden
representar con mayor exactitud por medio de la ecuación de Antoine,

log p = A - (10.3)

en la que A, B y C son constantes por completo empíricas, determinadas a través de datos


experimentales. Se utilizan ecuaciones incluso más complejas para la presión de vapor para
construir tablas de propiedades termodinámicas. Se han publicado valores de las constan­
tes de la ecuación de Antoine, para diversas sustancias; en el apéndice A se resumen 23
sustancias. [En la ecuación de Antoine, normalmente se expresa T en °C y se tiene (T+ C)
en el denominador de la ecuación (10.2); véase el problema 10.2b).] El eje horizontal de la
figura 10.1 deja de ser ligeramente 1/T con exactitud, para lograr la misma mejora en la re­
presentación de los datos experimentales, como se logra al introducir C en la ecuación
(10.3) (véase el problema 10.3).
304 CAPÍTULO 10

Ejemplo 10.3. Estímese la presión de vapor del mercurio a 20°C, mediante la extrapolación
de la recta de la figura 10.1. Supóngase que se puede aplicar la ecuación (10.2).
Con base en esa figura, la presión de vapor es de 0.1 psia a alrededor de 330°F y de 20
psia a alrededor de 700°F. Se podría resolver el ejemplo con esos valores, pero se encon­
trará una respuesta más interesante y útil si se consideran valores más precisos que se
pueden encontrar en la gran cantidad de tablas existentes sobre la presión de vapor del
mercurio [1], con lo que se tiene una presión de 0.1 psia a 329°F y una de 18.93 psia a
700°F. Se escribe dos veces la ecuación (10.2), trabajando en °R, para hallar

log 0.l = A- y log 18.93 = A -

Se pueden resolver estas ecuaciones para hallar A = 6.11 993, B = 5617.6°R.


Entonces se puede estimar que, para 68°F = 20°C,

log p = 6.11993- =-4.5195

p = 3.02x 10-5 psia = 2.06 x 10-6atm = 0.00156 torr


El valor que por lo general se da, con base en una ecuación más compleja para la presión
de vapor que la (10.2), es 1.6 x 10-6 atm [1], de modo que la estimación hallada en este
ejemplo es demasiado grande en 29%.

Este ejemplo ilustra que la ecuación de Clausius-Clapeyron es una representación bue­


na, pero no perfecta, de las presiones de vapor. En este ejemplo, se ha extrapolado hacia
abajo en la presión de vapor, en un factor de 3000, con un error de sólo 29%.

10.2 VOC
Ahora se puede decir, como regla aproximada, que los VOC son aquellos líquidos o sóli­
dos orgánicos cuyas presiones de vapor a las temperaturas ambiente son mayores que
alrededor de 0.01 psia (= 0.0007 atm) y cuyos puntos de ebullición atmosférica son hasta
más o menos 500°F (= 260 °C); lo cual implica la mayor parte de los compuestos orgánicos
con menos de alrededor de 12 átomos de carbono. Los materiales con puntos de ebullición
más altos se evaporan con bastante lentitud hacia la atmósfera, a menos que se calienten
y, por consiguiente, es menos probable que se conviertan en parte de los problemas refe­
rentes a los VOC. (Si se vaporizan, se condensan en la atmósfera, formando parte del pro­
blema de las partículas finas. Un cigarrillo encendido produce una mezcla de compuestos
orgánicos de elevado punto de ebullición; cuando esta mezcla se enfría al dejar el cigarrillo
forma un humo de gotitas de partículas finas. Son parte del problema de las partículas,
pero no del problema de los VOC.) La figura 10.1 contiene datos de sólo unos cuantos de
los millones de productos químicos orgánicos en ese rango de presiones de vapor. En las
Clean Air Act Amendments (Enmiendas a la Ley del Aire Limpio) de 1990 se listan 189
compuestos que se consideran peligrosos para la salud y que deben regularse para impe­
dir o minimizar sus emisiones [2]; la mayor parte son VOC (véase la sección 15.3).
Los términos VOC e hidrocarburo no son idénticos, pero a menudo se usan como si
lo fueran. Hablando estrictamente, un hidrocarburo sólo contiene átomos de hidrógeno y
de carbono. Pero, por lo general, se dice que la gasolina es un "combustible hidrocarburo"
porque, en su mayor parte, contiene átomos de hidrógeno y de carbono, pero también
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 305

contiene algunos átomos de oxígeno, nitrógeno y azufre. La acetona, CH3—CO—CH3, el


ingrediente principal del removedor de barniz para uñas, es un VOC pero, hablando con
precisión no es un hidrocarburo, porque contiene un átomo de oxígeno. En el uso común,
lo normal es que se agrupara con los hidrocarburos.
Los VOC son parte del problema de los oxidantes fotoquímicos (esmog, ozono), cuya
descripción global (véase el apéndice D) es
VOC (en su mayor parte hidrocarburos) + óxidos de nitrógeno + luz solar ozono (10.4)
Algunos VOC son poderosos absorbedores del infrarrojo y, de este modo, contribuyen en
la producción del problema de invernadero (véase la sección 14.1). Se sabe que algunos
son tóxicos o carcinógenos.
Los VOC se utilizan ampliamente como combustibles líquidos (propano, gasolina,
diesel, turbosina), solventes o productos intermedios en la industria química (por ejemplo,
el cloruro de vinilo como la materia prima principal del cloruro de polivinilo —PVC,
polyvinylchloride— uno de los plásticos de uso más extendido). Su emisión colabora con
el problema del esmog, el de invernadero y, quizá, en la toxicidad del aire.

10.3 POSIBILIDADES DE CONTROL


Si se están emitiendo VOC y se requiere, por la reglamentación existente o por propia polí­
tica interna, reducir o eliminar esa emisión, ¿cuáles son las posibilidades?

1. Se puede hacer una sustitución con otro material que no sea VOC.
2. Se pueden impedir las fugas del VOC de los recipientes, por los sellos, etcétera.
3. Se pueden adsorber los VOC de las corrientes de aire que los contienen, sobre un
adsorbente sólido y, después, disponer de ese adsorbente (hallar un lugar para dispo­
ner de esas cosas se está volviendo más difícil con el tiempo), o bien, regenerar el ad­
sorbente y recuperar el VOC en forma semipura, para volverlo a usar o para destruirlo.
4. Se puede quemar el VOC, formando materiales mucho menos dañinos, y descargar es­
tos últimos en la atmósfera.
5. Se puede condensar el VOC de la corriente de gas, y recuperarlo para volverse a usar o
para su destrucción.
6. Se puede modificar el proceso con el fin de reducir o eliminar la liberación de VOC.

10.3.1 Sustitución
Las pinturas a base de aceite, los recubrimientos y las tintas endurecen por la evaporación
de solventes de VOC, como el adelgazador de pinturas, hacia la atmósfera. Las pinturas a
base de agua son pinturas concentradas a base de aceite, emulsificadas en agua. Después
de que el agua se evapora, la pequeña cantidad de solvente orgánico que se encuentra en
la pintura restante también debe evaporarse para que esa pintura endurezca. Cambiar de
pinturas, recubrimientos y tintas a base de aceite a los de a base de agua reduce mucho,
pero no elimina en su totalidad, las emisiones de VOC de los objetos pintados, recubiertos
o impresos. Para muchas aplicaciones, por ejemplo, para pintar casas, las pinturas a base
de agua parecen ser tan buenas como las elaboradas a base de aceite. Pero todavía no se
han obtenido pinturas a base de agua que puedan producir acabados de las carrocerías de
los automóviles tan brillantes, lisas y durables como las pinturas y recubrimientos, a base
de aceite y de alto rendimiento, que se utilizan en la actualidad.
306 CAPÍTULO 10

Existen muchos otros ejemplos en donde el solvente volátil se puede sustituir por
uno menos volátil o uno no volátil. Normalmente, con este reemplazo se reducen, pero no
se eliminan, las emisiones de VOC. Además, a menudo un solvente tóxico se puede susti­
tuir por uno menos tóxico, aun cuando con frecuencia los solventes más tóxicos tienen
propiedades especiales que hacen difícil su reemplazo.
Reemplazar la gasolina, como combustible para motores, por gas natural o propano
comprimidos también es una forma de sustitución con la que se reducen las emisiones de
VOC, porque estos combustibles se pueden manejar, dosificar y quemar con menos emi­
siones de VOC que como se puede con la gasolina. La industria del petróleo está trabajan­
do duro para mejorar las propiedades de combustión, manejo y uso de la gasolina, para
convertirla en un combustible de bajas emisiones como lo son el gas natural y el propano
comprimidos, de modo que pueda conservar su posición dominante en el mercado de los
combustibles para automóviles.

10.3.2 Control de fugas


10.3.2.1 Pérdidas por llenado, vaciado y respiración. Los tanques que contienen VOC
líquidos pueden emitir vapores de los mismos, debido a las actividades de llenado y vacia­
do, así como por cambios en la temperatura y la presión atmosférica. Estas emisiones se
conocen como pérdidas por llenado o desplazamiento, pérdidas por vaciado y pérdidas
por respiración, o bien, en forma colectiva, pérdidas por trabajo. En la figura 10.2 se mues­
tra un tanque sencillo de alguna clase que se está llenando con líquido que viene por una
tubería. Conforme el líquido entra al tanque y se eleva su nivel, debe disminuir el volumen
del espacio de vapor en la parte superior de ese tanque.* Normalmente, ese espacio de va­
por (llamado espacio superior) se conecta por medio de un desfogue a la atmósfera, de
modo que se pueda expulsar el vapor que, en su mayor parte, es aire. Al extraer líquido del

Vapor

Entrada Salida de vapor


de liquido
Líquido

FIGURA 10.2
Se tienen pérdidas por desplazamiento cuando un tanque con desfogue se
llena con líquido, desplazando de esta manera el vapor que se encuentra en el
espacio superior del tanque. En los tanques pequeños de techo cónico, sus
paredes sostienen este último; los más grandes tienen soportes internos.
Todos tienen algún tipo de desfogue en el techo.

* Por vapor se entiende una sustancia en la forma gaseosa (por debajo de su temperatura crítica) o, de
manera más común, una mezcla de ese gas con aire.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 307

tanque, fluirá aire por el desfogue, para llenar el espacio que se deja libre al caer el nivel de
ese líquido. Si el tanque no contara con el desfogue, el cambio del nivel del líquido causa­
ría una sobrepresión durante el llenado o un vacío durante la extracción. (Cuando se tapan
los desfogues de tanques grandes, por ejemplo, por una tormenta de granizo o una ventis­
ca, ¡vaciar el tanque a veces causa un vacío que hace que el tanque se aplaste!)
Para las tres clases de pérdidas por trabajo, se puede escribir

volumen de la mezcla aire-VOC concentración de


Emisión de VOC = (10.5)
expulsada del tanque VOC en esa mezcla
mi = ΔVCi
en donde mi = emisión en masa del componente i
ci = concentración (Ib/ft3, kg/m 3 o equivalente) en el gas desplazado

La concentración ci se puede expresar como

ci= (10.6)

Si se reemplaza la fracción molar de vapor por la ley de Raoult, ecuación (10.1), y el volu­
men molar del gas por la ley de los gases perfectos, y se sustituyen en la ecuación (10.5),
se encuentra

(10.7)

Ejemplo 10.4. El tanque de la figura 10.2 contiene benceno líquido puro a 68°F, en equili­
brio con el vapor aire-benceno que se encuentra en su espacio superior. Si ahora se bom­
bea hacia adentro benceno líquido, ¿cuántas libras de benceno se emitirán en el gas de
desfogue por pie cúbico de benceno líquido que se bombee? ¿Qué fracción representan
éstas del benceno líquido bombeado hacia el tanque?
Si se aplica la presión de vapor del benceno hallada en el ejemplo 10.2, se encuentra

= 0.020 =0.32

La densidad del benceno líquido es alrededor de 54 lb/ft3, de modo que la fracción del
llenado que se emite en el vapor es

Masa de benceno
emitida en el vapor
= 3.7x10 - 4 =0.037%
Masa de benceno
líquido llenado

Véase el problema 10.8.

Ejemplo 10.5. Ahora, el sol calienta el tanque del ejemplo 10.4 hasta 100°F; tanto el vapor
como el líquido se calientan a esta temperatura. ¿Cuántas libras de benceno se expelen por
308 CAPÍTULO 10

pie cúbico de tanque? Supóngase que, inicialmente, el tanque se encontraba con líquido
hasta el 50% de su volumen y el otro 50% de éste lleno del vapor.
En este caso, dos aspectos colaboran a la emisión: el vapor expelido por la simple
expansión térmica del vapor y líquido que se encuentran en el tanque y el vapor expelido
por la vaporización del benceno al elevarse la temperatura del líquido. Se hará una simplifi­
cación al suponer que estos procesos tienen lugar en secuencia: calentamiento seguido
de equilibrio. Para calcular el primero de ellos, se calcula el vapor expelido por la simple
expansión térmica:

Volumen del aumento en el aumento en el aumento en el


vapor expelido volumen del vapor volumen del líquido volumen del tanque
(10.8)
El cambio fraccionario en el volumen, causado por el calentamiento, normalmente se expre­
sa como
= αdT (10.9)

en donde α es el coeficiente de expansión térmica a presión constante. Si se sustituye α


tres veces en la ecuación (10.8), se tiene

(10.10)

Para el tanque, αtanque es el coeficiente de expansión volumétrica, que es tres veces el coe­
ficiente de expansión lineal para el material del cual está hecho el tanque; para un tanque
de acero, α es 3 • 6.5 x 10-6/°F = 1.95 x 10-5/°F. Típicamente, para líquidos como el benceno,
α es alrededor de 6 x 10-4/°F. Para los gases perfectos a la temperatura ambiente, α es

≈ 1.9 x 10-3/°F gases perfectos (10.11)

Si se sustituyen estos valores en la ecuación (10.10), se encuentra que

= (0.5 • 1.9 + 0.5 • 0.6 - 0.0195)(1 0-3/°F)dT


expelido

= (1.23 x l0-3/°F)dt

= (1.23 x l0 -3 /°F)ΔT=(1.23 x l0 -3 / o F)(100-68) o F


expedido

= 0.039 = 3.9%

A continuación, se busca la presión de vapor del benceno a 100°F (= 37.78°C) en la


figura 10.1, o en tablas apropiadas, y se encuentra 3.22 psia. Por cada pie cúbico de benceno
que se evapora en este paso, se desplaza un pie cúbico de la mezcla benceno-aire por el
desfogue del recipiente. El volumen del benceno vaporizado es el volumen del vapor que
se encuentra en el tanque multiplicado por el cambio en la fracción molar (= fracción del
volumen). De este modo, se encuentra
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 309

(ybenceno final =y benceno inicial)

(10.12)
= 0.5 = 0.076 = 0.076

Y la fracción total del volumen expelido del tanque = 0.039 + 0.076 = 0.115. Si se supone
que existe un desplazamiento de flujo tapón de este vapor, entonces es de esperar que se
tenga la fracción molar de benceno correspondiente a 68°F, y

= 0.0023

A esto se le conoce como pérdida por respiración, porque el tanque debe "inspirar"
y "expirar" siempre que cambia su temperatura, normalmente lo segundo cada día y lo pri­
mero cada noche. Es plausible la hipótesis de desplazamiento de flujo tapón del vapor
para un tanque estacionario, pero no para el tanque de combustible de un vehículo en mo­
vimiento, en donde el chapoteo del líquido mantendrá el vapor cercano al equilibrio en
todo momento. En ese caso, se tendría que integrar la emisión sobre el cambio de tempera­
tura, suponiendo el contenido de vapor en equilibrio a todas las temperaturas; las emisio­
nes calculadas que resulten serían notablemente mayores que las mostradas en este ejem­
plo. La pérdida por respiración debida a cambios en la presión atmosférica por lo general
es mucho menor que la debida a los cambios en la temperatura (véanse los problemas 10.10
y 10.11).
La tercera clase de pérdida, conocida a veces como pérdida por vaciado, proviene de
la vaporización lenta del contenido del tanque después de un vaciado parcial.

Ejemplo 10.6. El tanque del ejemplo 10.4 contiene benceno líquido a 68°F. Ahora se bom­
bea hacia afuera con rapidez algo de líquido. Entra aire a 68°F al tanque para reemplazar el
líquido extraído. Durante el proceso de bombeo hacia afuera, nada del benceno se evapora
hacia el aire fresco. Una vez que se ha terminado de bombear hacia afuera el benceno líqui­
do, algo de lo que resta de éste se evapora con lentitud hacia el aire fresco, llegando final­
mente a saturarlo con benceno. ¿Cuánto benceno se escapa de esta manera?
Si se combinan las ecuaciones (10.5) y (10.12), se escribe

mi = (ciVaire agregado al tanque)(ybenceno final - y benceno inicial)

En esta expresión, ybenceno inicial = 0. No existe una selección obvia para ci. Si la evaporación
tiene efecto en un desplazamiento como de pistón desde abajo, entonces el gas forzado
hacia afuera del desfogue sería el aire fresco que acaba de introducirse y no contendría
benceno. Si el tanque se vacía un poco a la vez, de modo que el aire que entra se mezcla
bien con el aire que ya está en ese tanque, entonces el aire forzado hacia afuera del desfo­
gue tendrá una concentración de benceno cercana al valor de saturación. En este caso, se
supone un promedio de estas dos, o sea, ci en el aire emitido = 0.5 cí saturado. Si se establece esta
310 CAPÍTULO 10

hipótesis y se aplican las ecuaciones (10.6) y (10.7), se encuentra

mi (ybenceno final )(M )


(ybenccno final )= 5 (10.14)
Vaire admitido V gas molar)

o, en este ejemplo,

mi
Vaire admitido

= 0.00098 Ib benceno
3
ft de aire admitido

Este valor es alrededor del 5% de la pérdida directa por desplazamiento que se indica en el
ejemplo 10.4.

Las pérdidas por respiración, llenado y vaciado se minimizan al agregar una válvula
de presión y vacío, también conocida como válvula de conservación del vapor, en el des­
fogue del tanque de la figura 10.2 (y cualquier tanque similar). Estas válvulas permanecen
cerradas cuando la diferencia de presión a través de ellas es pequeña, por lo general una
presión positiva de 0.5 psi o una negativa de 0.062 psi (1 oz/in 2 ). Se abren para los flujos
significativos de vapor, hacia adentro y hacia afuera, causados por el llenado y el vaciado
y por cambios importantes en la temperatura o la presión.

10.3.2.2 Pérdidas por desplazamiento y respiración para la gasolina. El interés máximo


en estos tipos de pérdidas se refieren a la gasolina, en virtud de la gran cantidad que se
usa de ella: alrededor de 300 millones de galones por día en Estados Unidos. La gasolina
es una mezcla compleja, normalmente contiene quizá 50 hidrocarburos diferentes en con­
centraciones del 0.01% o más, más rastros de muchos otros. Las moléculas más pequeñas
tienen tres átomos de carbono; las más grandes, 11 o 12. Una gasolina "típica" tiene una
fórmula promedio más o menos de C8H17 y, por tanto, un peso molecular promedio aproxi­
mado de 113. Su composición varía con la estación del año y de refinería a refinería.
En los problemas antes resueltos, la presión de vapor y el peso molecular desempeña­
ron papeles dominantes. Para un componente puro, como el benceno, el peso molecular es
constante y la presión de vapor es una función sencilla de la temperatura; esa selección
hizo que estos ejemplos fueran sencillos. Para cualquier mezcla de VOC, como la gasolina,
tanto la presión de vapor como el peso molecular del vapor cambian conforme se vaporiza
el líquido. En la figura 10.3 se ilustra este comportamiento.
Para estimar las pérdidas por desplazamiento y por respiración para una mezcla como
la gasolina, en primer lugar se observa que sólo una pequeña fracción de ésta normalmen­
te se evapora hacia el espacio superior de los recipientes que la contienen, de modo que la
presión de vapor y el peso molecular adecuados son los correspondientes al cero por ciento
vaporizado o, en forma muy aproximada, 6 psia y 60 g/mol para la gasolina, según se ve en
la figura 10.3.

Ejemplo 10.7. Estímese el volumen total del vapor de gasolina emitido como pérdida por
desplazamiento en Estados Unidos, cuando esa gasolina se transfiere de los tanques de
almacenamiento de la gasolinera a los tanques de los vehículos de los clientes.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 311

% vaporizado de la gasolina original

FIGURA 10.3
Cambio en la presión de vapor del líquido restante y del peso molecular del
vapor extraído con el cambio en el porcentaje vaporizado, para una gasolina
típica (10 RVP, lo cual se describe más adelante) a la temperatura ambiente.

Con base en la figura 10.3, se estima la presión de vapor como 6 psia y el peso molecu­
lar como 60 g/mol. La densidad de la gasolina líquida es muy aproximadamente 47 lb/ft3,
de modo que se puede volver a resolver el ejemplo 10.4 y encontrar que la concentra­
ción de gasolina en el vapor desplazado es
1.00 • 6 psia • 60 lb/lbmol
(10.73 psi • ft3/lbmol • °R)(528°R)
Ib de gasolina kg de gasolina
= 0.063 3
ft de vapor m3 de vapor
y la fracción de la gasolina llenada que se emite es
(Masa de gasolina emitida en el vapor) 0.063 Ib de gasolina/ft3
(Masa de gasolina líquida llenada) 47 Ib de gasolina/ft3
= 1.34x10-3 =0.134%
312 CAPÍTULO

El flotador se eleva
conforme se bombea
líquido hacia adentro

Flotador
Entrada
de líquido
Líquido Sello

FIGURA 10.4
Tanque de techo flotante, se usa para almacenar grandes cantidades de
fluidos con alta presión de vapor. El flotador sellado flota sobre el
fluido, de modo que no existe espacio superior. El flotador se mueve
hacia arriba y hacia abajo conforme se introduce o extrae fluido. Esto
elimina por completo las pérdidas por desplazamiento y por
respiración que se analizaron en párrafos anteriores. Sin embargo, los
sellos (por lo general láminas de caucho con respaldo de resorte) no
son perfectos, de modo que se tienen pérdidas por los sellos en ellos.
En este esquema no se muestran las provisiones para la extracción de
la lluvia y de la nieve fundida, u otros detalles diversos.

Emisiones por el desfogue: 0.22 g/gal por las entregas de gasolina


0.45 g/gal por las pérdidas por respiración

Línea de retorno del vapor Emisiones del tubo llenador: 4.54 g/gal

Emisiones por derrames = 0.32 g/gal

Bomba de la gasolina

Emisiones totales: 5.53 g/gal


Emisiones por reabastecimiento
de combustible: 5.31 g/gal

FIGURA 10.5
Carga de un tanque subterráneo de almacenamiento de una gasolinera que cuenta con un sistema de
retorno del vapor. Este conjunto de equipo comúnmente se conoce como Control de etapa 1. Las
emisiones que se indican son una mezcla de valores calculados y experimentales, basados en el trabajo
de la California Air Resources Board. (Cortesía de Sierra Research Inc.)
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 313

Si se multiplica este porcentaje por los más o menos 3 xl08 gal/día de gasolina que se
usan en Estados Unidos, se encuentra que las emisiones por desplazamiento provenientes
de esta transferencia equivalen a alrededor de 400 000 gal/día. (Véase el problema 10.12.)

Este ejemplo pone en claro la magnitud del problema de las emisiones por desplaza-
miento para la gasolina. Se sabe que 400 000 gal/día = 0.46 millones de toneladas cortas/
año = 2.4% del total de las emisiones de VOC en Estados Unidos (véase la tabla 1.1). En el
ejemplo 10.7 sólo se consideró la transferencia final de la gasolina, de la estación de servi-
cio al vehículo del cliente. En los primeros días de la industria de la gasolina, se tenían
pérdidas correspondientes para cada transferencia: de un tanque a otro en el interior de
una refinería, de la refinería al camión tanque y del camión tanque al tanque de la gasoline-
ra. Gran parte del equipo existente para controlar las pérdidas por desplazamiento y por
respiración fue desarrollado por la industria petrolera.
Para el almacenamiento a gran escala, en la industria petrolera nunca se ponen gran-
des cantidades de un líquido, con una presión de vapor tan alta como la gasolina, en un
solo tanque de techo cónico como el que se muestra en la figura 10.2. En lugar de ello, se
almacenan grandes cantidades de esos líquidos en tanques de techo flotante, como el que
se ilustra en la figura 10.4.
En las reglamentaciones actuales de la EPA, se exige el uso de un techo flotante en
cualquier tanque en el que se almacenen más de 151 m3 (40 000 gal) de fluido con una
presión de vapor de más de 5.2 kPa (= 0.75 psia) o en el que se almacenen de 75 a 151 m3
de fluido con presión de vapor de 27.7 kPa (= 3.9 psia), a la temperatura máxima mensual
del lugar [3]. El tanque que se muestra en la figura 10.4 se describe como un tanque de
techo flotante externo, porque el flotador se abre hacia la lluvia y la nieve. Algunos tan-
ques tienen techos flotantes internos, con un techo externo inclinado para desviar la lluvia
y la nieve del flotador.
En Estados Unidos, para la transferencia de la gasolina, de los camiones tanques a los
tanques subterráneos de almacenamiento en la gasolinera, ahora se aplica el esquema que
se ilustra en la figura 10.5. (Los tanques de la gasolinera se colocan subterráneos tanto
para ahorrar un valioso espacio de suelo como para reducir el riesgo de incendio por una
fuga o derrame de ese tanque.) En este sistema, el vapor desplazado del tanque que se
está llenando se regresa al tanque que se está vaciando. La extracción del líquido del ca-
mión tanque crea un vacío en él que succiona los vapores del tanque subterráneo lleván-
dolos al del camión. De este modo, los vapores del tanque subterráneo de almacenamiento
regresan a la refinería o a la terminal de gasolina a granel, en donde se tratan en una de
varias maneras. Normalmente, las líneas de desfogue de todos los tanques subterráneos
se ubican en el costado o en la parte trasera del edificio de la gasolinera. La línea de desfo-
gue que se muestra en la figura 10.5 permanece abierta durante el llenado del tanque, para
impedir la presencia de una presión o un vacío excesivos en el sistema. Con este sistema
se recuperan alrededor del 95% del vapor del tanque que se está llenando, el otro 5% (0.22
g/gal indicados en la figura 10.5) se escapan por el desfogue del tanque subterráneo. El
desfogue permanece abierto entre los llenados del tanque de modo que, al extraer la gaso-
lina y verterla en los vehículos de los clientes, pueda fluir aire hacia adentro para reempla-
zarla.
El desfogue del tanque de almacenamiento también controla las pérdidas por respira-
ción, las cuales son la suma de las pérdidas calculadas en los ejemplos 10.5 y 10.6. En la
figura 10.5 también se muestran la pérdida por desplazamiento y la pérdida por derrame,
promedio de muchas pruebas, para suministrar combustible al automóvil, lo que conduce a
una pérdida total para este sistema de 5.53 g/gal, o sea, 1.4 veces el valor del ejemplo 10.7.
314 CAPÍTULO 10

Emisiones por el desfogue: 0.22 g/gal por las entregas de gasolina


0.05 g/gal por las pérdidas por respiración

Línea de retorno del vapor Emisiones del tubo llenador: 0.23 g/gal

Emisiones por derrames = 0.12 g/gal


Línea de
retorno
del vapor

Bomba de la gasolina

Emisiones totales: 0.62 g/gal


Emisiones por reabastecimiento
de combustible: 0.40 g/gal

FIGURA 10.6
Carga de gasolina del tanque de almacenamiento de una gasolinera hacia el vehículo de un usuario, con
aplicación de un sistema de retorno del vapor. Es común dar a este conjunto de equipo el nombre Je
Control de etapa 2. Las emisiones que se indican son una mezcla de valores calculados y experimentales,
basados en el trabajo de la California Air Resources Board. (Cortesía de Sierra Research Inc.)

El sistema de la figura 10.5 se aplicó por primera vez en el sur de California, en la déca­
da de 1950, y ahora se aplica en la mayor parte de las zonas urbanas de Estados Unidos.
En regiones con problemas graves de VOC (zonas urbanas de California, Washington, DC,
etc.), se aplica el mismo tipo de tecnología para la transferencia de gasolina del tanque
subterráneo al vehículo del cliente; en la figura 10.6 se tiene el esquema del sistema. En
algunas versiones de este sistema, el vapor que sale del tanque del cliente se fuerza de
regreso hacia el tanque de alimentación por la presión positiva causada al bombear el lí­
quido hacia ese tanque del cliente, como se muestra en la figura 10.6. En otras versiones
se utilizan sopladores mecánicos para lograr el mismo resultado. El sistema con soplador
lleva un volumen mayor de aire hacia el tanque de almacenamiento que el volumen del
líquido extraído, de modo que algo del vapor pasa hacia el desfogue. Por lo general, éste
se pasa por un incinerador que lo destruye, antes que llegue al aire ambiente. Los valores
que se dan en la figura 10.6 sugieren que con este sistema se reducen las pérdidas por
desplazamiento en un 95% y aquéllas por derrame en un 62%. También se reducen las
pérdidas por respiración porque entra mucho menos aire fresco al tanque de almacena­
miento. Incluso con estos sistemas de recuperación del vapor, la cantidad de vapor de ga­
solina que escapa hacia la atmósfera es grande y es parte significativa del problema de los
VOC en Estados Unidos.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 315

La presión de vapor de la gasolina se especifica por la presión de vapor de Reid (RVP),


la cual se encuentra por medio de una prueba estándar [4]. El valor es cercano a la presión
verdadera de vapor a 100°F. Las refinerías ajustan la RVP de su producto al ajustar la re­
lación de los componentes de bajo punto de ebullición (butanos y pentanos) a los de pun­
to de ebullición más alto (otros hidrocarburos, hasta alrededor de C12). En invierno, elevan
la RVP para mejorar las propiedades de arranque en frío de la gasolina. En verano, bajan la
RVP, porque el arranque en frío no es un problema, pero el cierre de vapor puede serlo. En
Estados Unidos, los valores RVP típicos de invierno son de 9 a 15 psi, con los valores más
bajos en Florida y Hawai y los más altos en los estados más fríos. Los valores típicos en
verano son de 8 a 10 psi.
Los ejemplos anteriores hicieron ver que las pérdidas por desplazamiento y por respi­
ración aumentan al incrementarse la presión de vapor. Por esta razón, las reglamentaciones
de la EPA y la Clean Air Act limitan la RVP permisible de la gasolina. La limitación sólo es
aplicable en los meses de verano, en los que las emisiones de VOC contribuyen a la forma­
ción fotoquímica del ozono. Los resultados limitan la RVP a 9 psia en aquellas áreas en las
que se cumple la norma del ozono ("áreas con logros respecto al ozono") y a 7.8 psia para
aquéllas en las que no se cumple ("áreas sin logros respecto al ozono") [5].

10.3.2.3 Fugas por los sellos. Se presentan muchas emisiones pequeñas de VOC como
fugas por los sellos. En los últimos años han quedado bajo control regulador porque, a
medida que se controlan las fuentes más grandes, aquéllas se convierten en una parte más
significativa del problema restante.
En la figura 10.7 se muestran tres clases de sellos. En la la se ilustra un sello estático,
como el que existe entre la tapa y la boca de las botellas de las bebidas carbonatadas. Se
comprime una arandela delgada de material elastomérico entre la tapa metálica y la boca de
la botella de vidrio. Este material comprimido forma un sello que impide el escape del C0 2
(carbonatación), a menudo durante varios años. En general, las fugas a través de esta cla­
se de sellos no son importantes. Sellar es más difícil cuando una de las dos superficies
que intervienen en el sello se mueve con relación a la otra.
En la figura 10 7b se muestra un sello sencillo de compresión entre un alojamiento y
una flecha. El ejemplo que se muestra es el de un grifo de agua, en el que se atornilla hacia
abajo una tuerca sobre el cuerpo de grifo, para comprimir un sello elastomérico que queda
atrapado entre ese cuerpo y el vastago de la válvula. El sello comprimido debe ser sufi­
cientemente hermético como para impedir la fuga hacia afuera del agua a alta presión que
se encuentra en el interior de la válvula, a lo largo del borde del vástago, pero no tanto
que no se puede hacer girar la válvula con facilidad a mano. Es probable que los estudian­
tes se hayan dado cuenta, por experiencia personal, que a menudo este tipo de sello pre­
senta fugas. Si la fuga es una cantidad pequeña del agua que está dentro del sumidero del
cuarto de baño, lo que causa un problema pequeño; normalmente al apretar la tuerca se re­
duce la fuga a una razón bastante pequeña como para que resulte invisible (pero no se
hace cero).

Ejemplo 10.8. Una válvula tiene un sello del tipo mostrado en la figura 10.7b En el interior
de la válvula se encuentra gasolina a una presión de 100 psig. Se supone que el espacio
entre el sello y el vástago de la válvula tiene un espesor promedio de 0.0001 in. La longi­
tud del sello, en la dirección de la fuga, es de 1 in. El diámetro del vástago de la válvula es
de 0.25 in. Estímese la razón de fuga de gasolina.
En cualquier libro de mecánica de fluidos se puede hallar que el gasto para las condi­
ciones descritas en este problema se expresa, con una aproximación satisfactoria, como un
316 CAPÍTULO

Tapa metálica
de la botella
Arandela selladora

Cuello
de la botella
Bebida
carbonatada

(a)

Manija

Tuerca o tapa
de compresión

Arandela o empaque
selladores

Cuerpo de la válvula

Vastago de la válvula

(b)

Flecha rotatoria

Resorte circular

Unión rígida

Pared de la
transmisión
Doblez
flexible

(C)

FIGURA 10.7
Tres clases de sellos: a) sello estático, como el que existe entre una botella de
agua carbonatada y su tapa; b) sello empacado, como el que existe entre el
vástago de la válvula y el cuerpo de la misma de los grifos sencillos y que
también existe en muchas bombas sencillas; c) sello rotatorio del tipo común en
las flechas de la transmisión de los automóviles y en algunas bombas.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 317

flujo laminar en una ranura, para el que

(10.15)

Si se introducen los valores, se tiene

(π)(0.25in)(10-4 in)3

= 7.5 x l0-5 = 0.27

m = Qp = 0.27 • 0.026 = 0.007 = 0.0032

Los valores publicados indican que la válvula promedio de una refinería con la que se
maneja esta clase de líquido tiene una fuga de más o menos 0.024 lbm/h, 3.5 veces el valor
que acaba de calcularse [6]. Véase el problema 10.13.

En la figura 10.7c se muestra una forma muy simplificada del sello que rodea la flecha
de la transmisión de un automóvil, en el punto en el que ésta sale de la transmisión. El
interior de la transmisión está lleno con aceite. El sello elastomérico es semejante al puño
de una camisa, volteado hacia atrás sobre sí mismo, con la parte exterior mantenida firme­
mente contra la pared de la transmisión y la interior sostenida floja contra la flecha girato­
ria por medio de un resorte circular. Si se coloca ese resorte flojo, entonces se tendrá una
gran cantidad de fuga. Si se deja apretado, entonces la fricción y el desgaste entre el do­
blez y la flecha que gira en su interior serán excesivos. Establecer la tensión en ese resorte
requiere un término medio entre el deseo de tener una fuga pequeña y el deseo de que la
fricción y el desgaste sean bajos. Lo normal es que ese término medio conduzca a una
razón baja de fuga, pero no cero; siempre está goteando hacia afuera una pequeña canti­
dad de aceite y acumulándose sobre el piso de las cocheras. Las válvulas y las bombas
también tienen flechas que deben girar y, por consiguiente, tienen el mismo tipo de proble­
ma de fugas.
Todas las bombas y válvulas en las instalaciones en las que se manejan VOC tienen
este mismo tipo de problema de fugas. Los sellos que se utilizan con regularidad son ver­
siones más complejas de los tipos b y c de la figura 10.7. Existe una presión reguladora
considerable para que los sellos se hagan cada vez más herméticos a las fugas. Se logrará
la mayor parte de esta meta al reemplazar los sellos sencillos y de baja calidad, en las bom­
bas y las válvulas, por sellos de calidad superior, más complejos y más caros.
Un ejemplo en verdad innovador de control de las fugas de VOC se tuvo cuando la
compañía petrolera ARCO hundió y ancló un gran embudo invertido de acero sobre un
manadero de gas natural, en el fondo del Canal de Santa Bárbara, lejos de la costa del sur
de California. El gas capturado por el embudo se bombea hacia la costa y se procesa. El
valor de este gas es menor que el costo del equipo que lo captura pero, de este modo, la
empresa quitó VOC de la atmósfera y ganó el crédito necesario por el control de la conta­
minación por VOC (véase la sección 3.4), a un costo inferior por libra que aquél que pudo
tener en cualquiera de sus otras instalaciones del sur de California.
318 CAPÍTULO 10

10.3.3 Control por adsorción


Por adsorción se entiende la fijación de las moléculas a la superficie de un sólido. Como
contraste, absorción es la disolución de las moléculas dentro de un medio colector, el cual
puede ser líquido o sólido. En general, los materiales absorbidos se disuelven hacia aden­
tro del absorbente, como el azúcar se disuelve en el agua; en tanto que los materiales
adsorbidos se fijan sobre la superficie de un material, como el polvo sobre una pared. La
mayor parte de la absorción ocurre en líquidos; en tanto que la adsorción, sobre sólidos.
En esta sección se trata la adsorción sobre la superficie de un adsorbente sólido. (En el
capítulo 11 se estudia la absorción.)
En su mayor parte, la adsorción se aplica en el control de la contaminación del aire
para concentrar un contaminante que se encuentra en forma diluida en una corriente de
aire o de gas. A menudo, la mayor parte del material capturado es un VOC, como la gasoli­
na o diversos adelgazadores de pinturas y solventes. La mayor parte de las veces, el sóli­
do es algún tipo de carbón activado. Es posible que el estudiante esté familiarizado con
los cigarrillos que tienen filtros de carbón activado para capturar parte de los materiales
perjudiciales que están en el humo. Se usan una vez y se desechan. Es probable que el
estudiante esté menos familiarizado con los canisters que se utilizan en las máscaras in­
dustriales. Las usan los trabajadores expuestos a solventes, como al pintar con pistola de
aire o limpiar con solventes. Los pulmones de los trabajadores aspiran el aire a través
de lechos delgados de carbón activado, que está contenido en cartuchos reemplazables
en la máscara. Cuando se carga el carbón activado (es decir, el solvente empieza a pasar
hacia el espacio de respiración de los trabajadores), se desecha el cartucho y se instala
uno nuevo.
Para las aplicaciones a gran escala en la contaminación del aire, como la captura de
los vapores de solvente que salen de un gran horno para secar pintura o de una impresora
grande, el procedimiento normal es usar varios lechos de adsorción. Como se muestra en
la figura 10.8, la corriente de aire contaminado pasa por dos recipientes en serie. Dentro de
cada uno de estos recipientes se encuentra un lecho de adsorbente que extrae los VOC.
Del segundo recipiente, el aire limpiado, que por lo general contiene unas cuantas partes
por millón de VOC, pasa a la atmósfera. Mientras tanto, se está regenerando un tercer reci­
piente. Se hace pasar vapor de agua a través de éste, extrayendo los VOC adsorbidos del
adsorbente. La mezcla de vapor de agua y VOC que sale por la parte superior del recipien­
te pasa hacia un condensador enfriado por agua, en el que se condensan tanto los VOC
como el vapor de agua. Los dos pasan en forma líquida hacia un separador, en donde los
VOC, que normalmente son mucho menos densos que el agua y tienen poca solubilidad
en ésta, flotan en la parte superior y se envían hacia la recuperación del solvente. El con-
densado se envía hacia la caldera para volverse a utilizar.
Después de un periodo adecuado, un juego de válvulas programadas automáticamente
cambia la posición de los recipientes en el esquema de flujo. (Los recipientes no se mue­
ven, se cambia su lugar en la disposición de la tubería.) El recipiente 1, que es el más car­
gado, va a la posición de regeneración. El recipiente 2, que es el menos cargado con VOC,
va hacia la posición en donde estuvo el 1, y el recipiente 3, que ahora está regenerado y
muy limpio, va a la posición antes ocupada por el 2, para realizar la limpieza final de la
corriente de aire.

10.3.3.1 Adsorbentes. El adsorbente de mayor uso para los VOC es el carbón activado.
Esta es una versión un tanto más refinada del carbón vegetal que se usa para asar carnes,
tiene una cantidad asombrosa de área superficial.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 319

Aire limpiado con sólo Solvente recuperado


unas cuantas ppm de hidrocarburo
o menos de hidrocarburo, Agua de líquido
hacia la atmósfera enfriamiento

Condensador

Separador

Lecho de Lecho de Lecho de


adsorbente adsorbente adsorbente

Recipiente Recipiente Recipiente Condensado


#1 #2 #3 del vapor
Corriente de aire que contiene quizá
0.1% de solvente de hidrocarburo

Vapor de agua a
alrededor de 300°F

FIGURA 10.8
Disposición típica para la adsorción de un VOC extraído de una corriente de gas, en la que se utilizan
tres lechos de adsorbente; válvulas automáticas de conmutación; así como desorción, condensación y
separación por gravedad del vapor de agua.

Ejemplo 10.9. Un adsorbente típico de carbón activado tiene un área superficial, interna
más externa, de 1000 m2/g. Si tuviera la forma de una lámina, como un trozo de papel y una
densidad de 2 g/cm3, ¿cuál sería el espesor de la lámina?
Si se supone que la lámina es un cuadrado con lados de largo L y con espesor t, se ve
que su área es
Área (los dos lados) = 2L2
Su masa es
Masa = volumen • densidad = L2tp
Si se forma la relación masa/área y se despeja t, se encuentra

t= =10 - 7 cm=10 - 9 m=l0A

Este valor es pasmosamente' bajo, ¡alrededor de cuatro veces el espaciamiento


interatómico en los cristales! ¡Si los adsorbentes tuvieran un área superficial así, entonces
deben tener paredes internas sólo de cuatro átomos de espesor! En apariencia los tienen.
320 CAPÍTULO 10

Parámetro de saturación.

FIGURA 10.9
Curvas de adsorción (isotermas) para hidrocarburos y algunos otros gases en carbón activado y gel de
sílice. (Tomado de Fair [7].)
Las curvas A, B y C son para gel de sílice como el adsorbente; las curvas D a la 1 son para diversos
carbones activados. Las curvas D y E coinciden a la izquierda, pero no a la derecha; representan
diferentes resultados para olefinas y parafinas en el mismo adsorbente. Lo mismo se cumple para las
curvas G y II, en otro adsorbente. En su mayor parte, los gases adsorbidos son parafinas y definas,
C 1 a C6.
En esta ilustración, w* es el peso del adsorbato por peso de adsorbente, p'L es la densidad del líquido
del adsorbato en el punto normal de ebullición, T es la temperatura absoluta, M es el peso molecular
del adsorbato,/es la fugacidad del adsorbato en la corriente de gas fs es la fugacidad del adsorbato en
el equilibrio vapor-líquido. La fugacidad es una "presión parcial corregida"; a las bajas presiones de
interés en la contaminación del aire, (fs/f) ≈ (p/yP).
Esta gráfica es dimensional; T, M, w* y pL se deben expresar en °R, g/mol, Ib/Ib (o lo equivalente) y
g/cm3, respectivamente.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 321

Para producir materiales con un área superficial así, se parte de un material, del cual se
puede extraer una parte a escala atómica. En el caso del carbón activado, se parte de made­
ra (huesos de durazno, cáscaras de coco o algún otro material de madera) y se calienta
hasta una temperatura suficientemente alta como para que esa madera se descomponga
(se pirolice), produciendo un gas y dejando un residuo de carbón sólido, en la forma de
estas láminas delgadas. Para producir alúmina o sílice comparablemente porosas (a veces
conocida como gel de sílice), se calientan alúmina o sílice hidratados para extraer el agua,
dejando una alúmina o sílice con poros muy pequeños, en donde estuvo el agua. Si se
pudiera examinar un trozo de carbón activado con un microscopio que tuviera una resolu­
ción igual al tamaño de los átomos, se vería que el carbón aparentemente sólido en reali­
dad tiene la apariencia de un panal irregular. Si, entonces, se pudieran examinar las paredes
de ese panal, se vería que la propia pared era un panal más pequeño, y así sucesivamente
hacia abajo, hasta panales tan pequeños que sus paredes tienen en promedio sólo cuatro
átomos de espesor. Por medio de la estructura de panal dentro de panal, se puede producir
un sólido fuerte de láminas con sólo cuatro átomos de espesor.

10.3.3.2 Capacidad del adsorbente. Para diseñar un adsorbedor del tipo que se muestra
en la figura 10.8, deben considerarse tanto la capacidad del adsorbente como el rendimien­
to respecto a la penetración del mismo (el cual se analiza más adelante). En la figura 10.9 se
muestra la capacidad de los adsorbentes en la forma sugerida por Polanyi, según la pre­
senta Fair [7]. Para un diseño real, se necesitarían la curva correspondiente de capacidad
del material que debe adsorberse y del adsorbente que se va a usar. Con la figura 10.9 se
pueden hacer estimaciones sin esos datos.

Ejemplo 10.10. Con aplicación de la figura 10.9, estímense las curvas de capacidad del
adsorbente para el tolueno en un carbón activado típico, a 1.0 atm y 100°F, y a 300°F.
Con base en la leyenda de la figura 10.9, se ve que las curvas D a I representan diver­
sos carbones activados. Como no se sabe cuál curva representa mejor el comportamiento
del tolueno sobre un carbón activado típico, se selecciona la curva F, la cual se encuentra
cerca de la mitad de esta familia de curvas. Entonces se calcula el punto con coordenadas
w* - P para 1 atm, 100°F y un valor seleccionado arbitrariamente de 1% de tolueno en el
gas. Desde ese punto, mediante relaciones, se calculan los valores para otros valores del
porcentaje de tolueno.
En este problema, T= 560°R y M= 92 g/mol. Se estima p',, la densidad del tolueno en
el punto normal de ebullición de 110.6°C, como 0.782 g/cm3, a partir de la densidad a 20°C
(0.8669 g/cm3) y el coeficiente típico de expansión térmica para los líquidos orgánicos (0.67
x 10-3°F).
A la presión atmosférica, la fugacidad f se puede reemplazar por la presión parcial (frac­
ción molar • presión total) = 0.01 atm y la fugacidad de saturación, f, se puede reemplazar
por la presión de vapor. Si se utilizan las constantes de la presión de vapor dadas en el
apéndice A, se estima una presión de vapor de 1.03 psia = 53 torr = 0.070 atm. Por tanto, se
escribe
560 • 0.782 0.070
= 2.23
1.8 • 92 0.010.

A partir de la curva F de la figura 10.9, se lee una ordenada de más o menos 41, de modo
que
= 0.41•0.782 = 0.31 Ib de tolueno
Ib de adsorbente sólido
322 CAPÍTULO 10

100°F

300°F

Presión parcial del tolueno, atm

FIGURA 10.10
Curvas calculadas de equilibrio (isotermas de adsorción) para el tolueno en un carbón
activado típico. Véase el ejemplo 10.10.

Entonces se repite el cálculo para otros valores de la fracción molar de tolueno en el gas,
así como para T= 300°F, y se trazan las gráficas de los resultados como se muestra en la
figura 10.10.

Con base en la figura 10.10, se ve que las dos curvas pasan en forma asintótica hacia
el eje y, lo que indica que, con esta clase de adsorbente se puede obtener prácticamente la
remoción completa del tolueno que se tenga en el aire. También se ve que la curva para
300°F está mucho más abajo que la de 100°F, de modo que, a esta temperatura, se debe
poder regenerar el adsorbente.

Ejemplo 10.11. Se desea tratar una corriente de aire con un gasto de 1000 scfm a 100°F,
que contiene 0.005 fracción molar (0.5%, 5000 ppm) de tolueno, con el fin de extraer prácti­
camente todo el tolueno. Si el lecho se debe utilizar 8 horas entre regeneraciones, ¿cuántas
libras de carbón activado se deben tener a) si sólo se usa una vez y después se desecha y
b) si se regenera al tener un contenido de tolueno en la corriente de salida del 0.5%?
En este problema, el flujo de aire entrante es

Flujo = n = 1000 scfm • 2.59 x 10-3 lbmol = 2.59 lbmol


scf min
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 323

y el tolueno contenido es

mtolueno = naire Mtoluenoytolueno = 2.59 •92 • 0.005

= 1.19 =0.0090

Si tiene que recuperarse todo el tolueno, se debe recuperar

•8h
m = mtoluenoΔt =1.19 • = 572 1b = 260 kg

En la figura 10.10, se lee que, para una presión parcial del tolueno de 0.005 atm a 100°F,
w* = 0.29 lb/lb y, a 300°F, es igual a 0.11 lb/lb. Por tanto, para el inciso a) se puede decir
que la cantidad de adsorbente necesario es

Adsorbente necesario = = 1970 Ib = 895 kg

Para el inciso A), el adsorbente se va a reutilizar y a regenerar. La cantidad neta adsorbida


por ciclo será 0.29 menos 0.11, o sea, 0.18 lb/lb y el mismo cálculo conduce a una necesi­
dad de adsorbente de 3180 Ib = 1445 kg.

Como se analiza en la sección siguiente, ésta es una estimación optimista de la canti­


dad de adsorbente necesario.

10.3.3.3 Rendimiento de penetración. En el cálculo del ejemplo 10.11 se supone que el


adsorbente se llena de manera uniforme con el material adsorbido, como si se llenara un
auditorio fila a fila. Por desgracia, los adsorbedores reales nunca trabajan así de bien y
parte del material que debe adsorberse "pasa de lado a lado" antes de que el lecho haya
alcanzado su capacidad máxima. La razón de esta penetración temprana es que existe una
resistencia finita a la transferencia de masa entre el gas y el sólido, de modo que se necesi­
ta cierta cantidad finita de tiempo para que cada partícula sea cargada con adsorbato Si la
transferencia de masa fuera infinitamente rápida, no se tendría penetración temprana.
En la figura 10.11 se compara la curva ideal de penetración con una curva real típica.
Si el material que se está adsorbiendo llenara el adsorbente como se llena un auditorio fila
por fila, entonces nada de ese material aparecería en el gas de salida hasta que el lecho
estuviera lleno por completo. Entonces la concentración en el gas de salida saltaría de ma­
nera instantánea desde cero hasta la concentración del gas en la admisión, YAadmisión . ... , en
el tiempo tideal.
En la situación real, algo del material adsorbible aparece a la salida, antes de que se
llene el lecho. En el tiempo tb, la concentración en la corriente de salida alcanza el valor de
penetración (típicamente, el 1% del valor en la admisión). Entonces el lecho adsorbente se
pasa a regeneración, o bien, si es un adsorbedor desechable, como el de las máscaras de
los trabajadores, el cartucho adsorbedor se desecha y se instala uno nuevo. Si eso no
ocurriera, entonces la concentración en la salida se elevaría siguiendo una curva en forma
de S hasta alcanzar la concentración en la admisión, como se ilustra en la figura 10.11.
El cálculo completo de la curva de penetración requiere la solución numérica de
ecuaciones diferenciales parciales acopladas [8] (véase el apéndice E). Sin embargo, se
puede hacer una estimación razonable con el uso de la figura 10.12.
324 CAPÍTULO 10

Tiempo, t

FIGURA 10.11
Curvas ideal y real de penetración para la adsorción en un lecho fijo.

Ejemplo 10.12. Con los datos del ejemplo 10.11, estímese la curva de penetración que se
observaría si se empezara con un adsorbente limpio. Supóngase que el adsorbente es un
carbón activado con una densidad en masa de 30 lb/ft3 y un diámetro de partícula de 0.0128
ft. El volumen del lecho es [1970 lb/(30 lb/ft3)] = 66 ft3 Si se supone un lecho con forma
cúbica (que no es práctico de elaborar, pero que facilita los cálculos), los lados del lecho
serán de 4.03 (= 4) ft.
Entonces, como se muestra en el apéndice E, se puede estimar que a = 14.4/ft y b =
7.4/h. Por tanto, de la figura 10.12, N = ax = 4 ft x 14.4/ft = 57.6 = 60, de modo que el
comportamiento estimado de penetración del lecho seguirá la curva para N = 60. La con-
centración en la salida se hará el 1% de la concentración en la admisión con un valor de bt
de más o menos 36, lo cual corresponde a un tiempo de

Este valor es el 61% del correspondiente al llenado perfecto del lecho (es decir, sin resis-
tencia a la transferencia de masa). ■

Como resumen, los adsorbedores extraen los VOC de corrientes de aire o de otros
gases en los que aquellos se encuentren en una concentración baja. Los VOC se recupe-
ran principalmente al regenerar los adsorbentes con vapor de agua y al condensar aque-
llos para llevarlos a líquidos. Las corrientes de aire o gas limpiados que salen de los
adsorbedores contienen sólo unas cuantas partes por millón de VOC. Los mismos princi-
pios se aplican a los adsorbedores desechables que se utilizan en las máscaras industria-
les y a los adsorbedores que se usan para capturar algo de las emisiones de combustible
en los automóviles más modernos (capítulo 13).
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 325

Tiempo adimensional, bl

FIGURA 10.12
Gráfica adimensional de penetración para un adsorbedor de lecho fijo. Vermeulen, T., M. D. LeVan, N.
K. Hiester y G. Klein: "Adsorption and Ion Exchange" en Perry's Chemical Engineer's Handbook,
Sexta edición, Green, D. W. y J. O. Maloney, eds., McGraw-Hill, Nueva York, capítulo 16, (1984) [9].
Reproducido con autorización de McGraw-Hill. La notación se ha cambiado respecto de la que aparece
en la fuente para ajustarse a la notación de la publicación clásica realizada por Hougen y Marshall [10];
quien se interese en la adsorción, debe leerla. En esta última publicación, el parámetro N que se muestra
en la curva se le menciona como el espesor adimensional del lecho, ax. (Véase el apéndice E.)

10.3.4 Control por combustión


Algunos de los contaminantes del aire consisten principalmente en materiales que, cuan­
do se queman, producen otros materiales que son inocuos o mucho menos perjudiciales
que los originales. Los materiales de esta categoría son, en gran parte, compuestos de
carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y azufre. La mayor parte de los VOC caen en esta
categoría, como sucede con algunos otros. De este modo, en el tratamiento que se da en
los párrafos siguientes se consideran principalmente los VOC, pero también se aplica a
otros materiales. La conversión de estos materiales, de la forma perjudicial u objetable ha­
cia otra inocua o menos objetable, por medio de la combustión puede ser la manera más
económica y práctica de resolver un problema de emisiones de VOC.
Algunos ejemplos de interés son
(10.16)

(10.17)

(10.18)
326 CAPÍTULO 10

En las ecuaciones (10.16) y (10.17), el monóxido de carbono, que tiene efectos perjudicia­
les bien conocidos para la salud humana (véase la sección 15.1), y el benceno, que es un
hidrocarburo reactivo, precursor del esmog y carcinógeno, son convertidos en materiales
inocuos. La ecuación (10.18) puede parecer que no pertenece aquí, porque el S0 2 es un
contaminante significativo del aire para el que se tiene un programa nacional (en E.U.) de
control (véase el capítulo 11). Sin embargo, el H2S (sulfuro de hidrógeno) es muy tóxico a
concentraciones elevadas y tiene un olor fuerte (a huevos podridos) que la mayor parte de
la gente puede detectar a concentraciones mucho más bajas que a las que puede detectar
el SO, (el olor de azufre que se quema o el de un cerillo que se enciende). Las estimacio­
nes típicas de la concentración mínima que los humanos pueden oler son 0.0005 ppm, para
el H2S, y 0.5 ppm, para el S0 2 . Por consiguiente, si el problema es causado por el olor del
H2S, con frecuencia se puede aliviar al quemar éste para formar el S0 2 menos oloroso.
Esto tiene sentido sólo para bajas concentraciones de H2S; la concentraciones más eleva­
das se tratan de una manera por completo diferente (véase el capítulo 11).
(Como un interesante aspecto incidental del último ejemplo, es práctica común añadir
un compuesto de azufre, de olor fuerte —llamado odorante— al gas natural o propano
inodoros, para ayudar a detectar fugas. Ésta es una característica de seguridad absoluta­
mente necesaria; sin el olor de advertencia, ¡un quemador de una estufa que se dejara
accidentalmente abierto, sin encender, podría conducir a una explosión desastrosa! Nor­
malmente, este odorante es un mercaptano, que es un compuesto químico que guarda rela­
ción cercana con el H2S. En la combustión normal, este odorante se convierte en agua,
bióxido de carbono y bióxido de azufre. Estos odorantes son eficaces a concentraciones
tan bajas que la concentración resultante de S0 2 en los gases de la combustión queda por
debajo de nuestra capacidad para detectarlo y se encuentra que los productos de esa com­
bustión son inodoros. La concentración también es bastante baja como para que sea pro­
bable que el S0 2 producido no tenga efectos sobre la salud.)
El nitrógeno presente en los compuestos que se están incinerando normalmente entra
parcialmente a la atmósfera como N2, NO o N0 2 . Estos dos últimos son contaminantes
para los que se tienen programas de control. Por tanto, no se utilizaría la incineración para
limitar las emisiones de estos materiales. No obstante, muchos productos químicos orgáni­
cos contienen pequeñas cantidades de nitrógeno orgánico que pasará por el proceso de
combustión y saldrá como NO o N0 2 ; por ejemplo,

2(CH3)3N+11 02 6C0 2 + 9H 2 0 + 2NO (10.19)

En este caso, la trimetilamina, uno de los compuestos conocidos más oloroso (de pescado
en descomposición), se oxida para convertirse en los inocuos C0 2 y H 2 0, más algo de NO
que contribuirá, después de la oxidación atmosférica adicional, a ciertos problemas regio­
nales de N0 2 y ozono.
En la mayor parte de los incineradores, el contenido de cloro del material quemado
saldrá del incinerador de ácido clorhídrico, HC1. En general, los incineradores de desechos
municipales reciben suficiente plástico de cloruro de polivinilo que el HC1 en los gases de
escape puede causar corrosión en el incinerador y daños en la vecindad. La mayor par­
te de los incineradores municipales modernos de desechos tienen algún tipo de tecnología
de captura de ácidos para impedir la emisión de este HC1.
Como se analizó con anterioridad, a las temperaturas de los incineradores, algunos
metales se convierten en vapores; por ejemplo, mercurio, cadmio y zinc. El desecho muni­
cipal contiene algo de estos materiales (mercurio en las pilas secas, cadmio y zinc en las
chapas metálicas); sus emisiones pueden ser un problema.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 327

El contaminante combustible puede ser un gas, una gotita de niebla o, bien, una partí­
cula sólida. La mayor parte de los gases que se tratan con mayor frecuencia por combus­
tión son el CO, hidrocarburos de todos los tipos y los productores de olores fuertes, los
cuales por lo general son VOC que contienen azufre o nitrógeno, o ambos. Casi todos
los VOC se pueden destruir por incineración. Las partículas tratadas por combustión son
en gran parte humos de hidrocarburos; ejemplos son el humo que sale de los cuartos para
ahumar carnes, los vapores formados en el procesamiento del asfalto y el horneado de
pinturas, diversos alquitranes, etcétera. Los principios para tratar con ellos son los mis­
mos, aun cuando pueden diferir los detalles.
En toda la combustión e incineración, la combustión incompleta es un problema perma­
nente. Muchos de los productos intermedios obtenidos entre los componentes originales
y el bióxido de carbono y agua finales son por sí mimos perjudiciales, por ejemplo, aldehi­
dos, dioxinas, furanos. La combustión incompleta de una corriente de desecho puede pro­
ducir un gas de escape que es más perjudicial que el gas entrante. Todos los incineradores
relacionados con la contaminación del aire (y los incineradores municipales y de desechos
peligrosos) se diseñan para garantizar que la combustión sea tan completa como resulte
práctico y que las emisiones de productos de una combustión incompleta sean lo más
pequeñas posibles.

10.3.4.1 Ideas básicas en la combustión. La primera idea básica en la combustión es


que todas las reacciones de este tipo sean de la forma
Combustible + oxidante + ignición productos de combustión (10.20)
Como ejemplo sencillo, el combustible en una estufa de gas es gas natural. El oxidante es
el oxígeno del aire. La ignición es producida por la llama del piloto o por el encendedor de
chispa eléctrica y los productos de la combustión son vapor de agua y bióxido de carbo­
no. En la mayor parte de las aplicaciones industriales y comerciales de la combustión, los
productos de la combustión salen de la llama como gases calientes y su calor se transfiere
hacia algo que se desea calentar; en este ejemplo, la olla sobre la estufa.
La segunda idea básica es el calor de combustión. Si se parte de una cantidad cono­
cida de combustible y el oxidante adecuado (normalmente, el oxígeno), se hacen reaccio­
nar y, a continuación, se enfrían los productos de la combustión hasta la temperatura de la
que se partió, se habrá extraído una cantidad finita de energía en la forma de calor, conoci­
da como calor de combustión. En la tabla 10.2 se listan valores del calor de combustión
para muchos combustibles comunes, así como muchos otros datos útiles acerca de estos
combustibles.
Para el metano, el componente principal del gas natural, en la tabla 10.1 se ve que el
calor de combustión es 21 502 Btu/lb. Existen dos definiciones comunes del calor de com­
bustión. En la definición del valor calorífico superior, se supone que el agua producida
por la combustión se condensa, liberando de este modo su calor latente de condensación.
En el valor calorífico inferior, se supone que el agua sale del combustor como gas y, por
consiguiente, este valor calorífico es inferior respecto al superior en la cantidad de ese
calor latente de condensación. En la tabla 10.2 se dan los valores caloríficos inferiores.
La tercera idea básica es la de los límites de explosión. (Se usan en forma intercam­
biable los términos límites de combustibilidad y límites explosivos) Si se parte con 99%
de metano y 1% de aire y se proporciona una chispa, la mezcla no se quemará. No hay
suficiente aire presente y se dice que la mezcla es "demasiado rica". De manera análoga,
una mezcla de 1% de metano y 99% de aire no se quemará. No se tiene suficiente metano
presente y se dice que la mezcla es "demasiado pobre". Las fronteras entre las mezclas
TABLA 10.2
Datos sobre combustión para combustibles hidrocarburos

Límite
Mezcla explosivo,
Calor de estequio- % estequio- Temperatura Temperatura
Calor de combustión métrica, métrico, de ignición adiabática
Peso vaporización, gas-gas, % en Pobre Rica espontánea, de la llama,
Combustible molecular Btu/lb Btu/lb volumen LEL UEL °F a °F

Acetileno 26.0 20 734 7.72 3 1 581


Acetona 58.1 224 4.97 59 233 1042 3820
Alcohol etílico 46.1 368 6.52 73 8
Alcohol ¡sopropílico 60.1 286 4.44 852
Alcohol metílico 32.0 473 12.24 48 408 878
Benceno 78.1 169 17446 2.71 43 336 1097- 4150
«-Butano 58.1 166 19 655 3.12 54 330 807 4060
1-Buteno 56.1 168 19475 3.37 53 353 830 4175
Carbono, monóxido de 28.0 91 29.5 45 251 1128
Ciclohexano 84.2 154 18 846 2.27 48 401 518 4050
«-Decano 142.3 119 19 175 1.33 45 356 449 4115
Etano 30.1 210 20 416 5.64 50 272 882 4040
Eteno 28.1 208 20 276 6.52 41 610 914 4275
n-Heptano 100.2 136 19 314 1.87 53 450 477- 3985
n-Hexano 86.2 144 19 391 2.16 51 400 501- 4030
Hidrógeno 2.0 194 51 571 29.5 1060-
Hidrógeno. sulfuro de 34.1 237 12.24 554-
Metano 16.0 219 21 502 9.48 46 164 1170-
n-Nonano 128.3 124 19 211 1.47 47 434 453
n-Octano 114.2 129 19 256 1.65 51 425 464-
n-Pentano 72.1 154 19 499 2.55 54 359 544 4050
Propano 44.1 183 19 929 4.02 51 283 940- 4050
Tolueno 92.1 156 17 601 2.27 43 322 1054- 4220

Fuente: Referencia 11.


"El signo menos que sigue a los valores indica que se ha informado de valores ligeramente más bajos.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 329

q u e se q u e m a r á n y las que no lo harán se llaman "límite de p o b r e z a " o límite explosivo


inferior ( L E L , lower explosive limit) y "límite de riqueza" o límite explosivo superior ( U E L ,
upper explosive limit).

Ejemplo 10.13. ¿Cuáles son la mezcla estequiométrica, el límite de pobreza (LEL) y el límite
de riqueza ( U E L ) para la combustión del metano en aire?
Con b a s e en el ejemplo 7.5, se sabe que para la combustión estequiométrica del m e t a ­
no, se necesitan (2/0.21) = 9.52 moles de aire por m o l de m e t a n o . La m e z c l a resultante ten­
drá 1 mol de m e t a n o en 10.52 m o l e s totales, de m o d o que el porcentaje de m e t a n o será
(1/10.52) • 100 = 9.50%. (En la tabla 10.2 se da 9 . 4 8 % . Si se hubiera usado el contenido de
o x í g e n o del aire c o m o 2 0 . 9 5 % , en lugar del 2 1 % convencional, eso habría c o n d u c i d o a
9.48%.)
C o n aplicación de los valores de la tabla 10.2, se p u e d e estimar que el r a n g o de m e z ­
clas combustibles para el m e t a n o y el aire es

9 . 4 8 % • 0.46 = 4.36% en volumen a 9.48% • 1.64 = 15.55% en volumen

Si se d e s e a n c o n o c e r los porcentajes en p e s o c o r r e s p o n d i e n t e s a estos p o r c e n t a j e s en


volumen, se podría calcular, por ejemplo, en la mezcla estequiométrica,

0.095 • 16
% en peso de metano - = 0.055 = 5 . 5 % en peso
0.095-16+ 0.905-29

La vasta m a y o r í a de las c o m p o s i c i o n e s de gases en los cálculos de c o m b u s t i ó n se e x ­


presan c o m o % en v o l u m e n (lo m i s m o que % molar) pero, en u n o s cuantos casos, se u s a
el % en p e s o y, en el análisis de m o t o r e s de a u t o m ó v i l e s , con m á s frecuencia se ve la
relación ( A / C ) (aire/combustible), en Ib/Ib. Para el m e t a n o , con la relación e s t e q u i o m é t r i ­
ca sería
naire Maire 9.52 • 29 Ib de aire
A/C =
n combustible M combustible 116 Ib de c o m b u s t i b l e

N a d i e es capaz de calcular los límites de combustibilidad, sin utilizar datos e x p e r i m e n ­


tales. L o s límites m e d i d o s de combustibilidad son, hasta cierto p u n t o (por ejemplo, ± 1 % ) ,
función de la forma g e o m é t r i c a del dispositivo en el que se realiza la p r u e b a . No son u n a
p r o p i e d a d t e r m o d i n á m i c a c o m o la densidad o la temperatura, las cuales se p u e d e n m e d i r
en un dispositivo, en el equilibrio; m á s bien, son una propiedad i n h e r e n t e m e n t e cinética,
la cual sólo se p u e d e m e d i r en un aparato en el que se están llevando a c a b o r e a c c i o n e s
q u í m i c a s complejas de combustión.
En la figura 10.13, se muestran estas relaciones. La curva es la t e m p e r a t u r a adiabática
calculada de la llama, para diversas fracciones m o l a r e s de m e t a n o en aire. Para fracciones
m o l a r e s de m e t a n o m e n o r e s que la estequiométrica, t o d o el m e t a n o se q u e m a y el a u m e n t o
en la t e m p e r a t u r a d e p e n d e de la cantidad de m e t a n o presente de ese gas. Para fracciones
m o l a r e s del m e t a n o mayores que la estequiométrica, se utiliza todo el o x í g e n o disponible y
la elevación en la t e m p e r a t u r a d e p e n d e de la cantidad presente de éste. Para c o n c e n t r a c i o ­
nes p o r debajo del L E L (4.36%), la mezcla es d e m a s i a d o pobre para q u e m a r s e y, para con­
centraciones arriba del U E L (15.55%), la mezcla es demasiado rica también para q u e m a r s e .
Las t e m p e r a t u r a s calculadas en los dos límites son bastante diferentes, alrededor de 2 0 0 0
y 3000°F. Lewis y von Elbe [12] informan que, para la mayor parte de los hidrocarburos, la
t e m p e r a t u r a en el L E L es m á s o m e n o s de 2 3 0 0 a 2400°F y que, en el U E L , en general las
t e m p e r a t u r a s son m á s altas y m e n o s uniformes. La región de inflamación se hace m á s an-
330 CAPÍTULO 10

Inflamable Demasiado ricas para quemarse

ymetano
FIGURA 10.13
Temperaturas adiabáticas calculadas de la llama para diversas mezclas de metano y aire, partiendo de
32°F = 0°C y los límites explosivos. Las temperaturas calculadas dependen de los valores elegidos
para las capacidades caloríficas de los productos de la combustión; en éstas se usan los valores a altas
temperaturas dadas en la referencia 13.

cha si se precalienta el gas; los valores que por lo regular se muestran son para mezclas a
la temperatura ambiente.
La cuarta idea básica en la combustión es el equilibrio. Ninguna reacción química se
completa en el 100%; siempre hay algo de material sin reaccionar. Para la reacción indus-
trialmente importante
SO2 + O2 SO3

se puede demostrar por medio de cálculos termodinámicos directos que, si se encuentra


oxígeno presente a una presión de 1 atmósfera entonces, a una temperatura de más o me­
nos 1500°F, la conversión de S 0 2 en S0 3 , en el equilibrio, es del 50%. Los métodos para
realizar este cálculo se describen con detalle en la mayor parte de los libros de termodiná­
mica; por ejemplo, Hougen, Watson y Ragatz [14]. (Véase la figura 11.3.)
Por fortuna, para la mayor parte de las reacciones de combustión que interesan en el
control de la contaminación del aire, el equilibrio de la reacción es tan fuertemente en favor
de los productos que se puede suponer que, en el equilibrio, las reacciones son comple-
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 331

tas. Para un trabajo más cuidadoso, se debe reconsiderar esta simplificación. Flagan y
Seinfeld [15] muestran el cálculo de la temperatura adiabática de la llama y la composición
de los gases de escape para un combustóleo, suponiendo en primer lugar que en los pro­
ductos de la combustión sólo se encuentran C0 2 y H 2 0 (reacción completa) y, después,
tomando en cuenta el equilibrio (y la presencia de CO y H2 en los productos de la combus­
tión). Encuentran que: 1) la temperatura adiabática calculada de la llama es 95 K menor en
el segundo caso que en el primero y 2) las relaciones molares calculadas (CO/C02) y (H2/
H 2 0) son 0.092 y 0.018, en comparación con las cero para la combustión completa supues­
ta. Este resultado se calculó para una temperatura de 2261 K = 3610°F; para temperaturas
más bajas, este efecto es mucho menor y la hipótesis de conversión completa en el equili­
brio es mucho mejor.
La quinta idea básica, y la más importante en la combustión es la velocidad de la
reacción química. En la ecuación (10.20) se muestra la reacción general para la combustión.
Esta reacción no es instantánea. Todas las reacciones, incluso las explosiones y las deto­
naciones nucleares, requieren cierta cantidad de tiempo para que se lleven a efecto. Si la
reacción se detiene antes de que se complete, entonces no se consumirá todo el combusti­
ble (ni se consumirá todo el contaminante). Para casi todas las reacciones químicas, la ve­
locidad de reacción aumenta con mucha rapidez al incrementarse la temperatura. Por tanto,
la manera general para llevar a cabo la destrucción de los contaminantes por combustión
es llevar la mezcla de ellos y el aire hasta una temperatura bastante alta y mantenerlos a
esta temperatura durante un tiempo suficiente, de modo que tenga lugar la reacción que se
muestra en la figura (10.20).
Uno de los problemas teóricos básicos de la fisicoquímica es calcular las velocidades
de reacción de las reacciones químicas, sobre la base de estudios de los mecanismos fun­
damentales. Aun cuando se ha logrado un progreso notable en esta dirección, en general
los resultados son complejos y es difícil predecir la velocidad de una reacción, a partir de
datos tomados de otra. Para unas cuantas reacciones bien estudiadas (por ejemplo, H2 +
O2 H2O), se tienen descripciones bastante completas de la velocidad de reacción y del
mecanismo fundamental [12]. Para la mayor parte de otras reacciones, se aplican ecuaciones
empíricas para la reacción (para las que no se tienen explicaciones acerca de la mecánica
fundamental) o reglas empíricas para estimar qué tan calientes deben estar los materiales y
cuánto tiempo deben mantenerse a esa temperatura para completar esa reacción.
Además, es improbable que la ecuación química balanceada para una reacción de com­
bustión sea una descripción correcta de cómo se desarrolla en realidad esa reacción. Por
ejemplo, en la ecuación (10.16) se muestra la ecuación química balanceada de la reacción
para quemar monóxido de carbono. Con base en esa ecuación se supondría que una mez­
cla de monóxido de carbono y de oxígeno se quemaría con facilidad; no es así. Es práctica­
mente imposible quemar monóxido de carbono sin la presencia de rastros de agua. La ex­
plicación es que el radical hidroxilo (OH) libre desempeña un papel crucial en la reacción.
Los radicales libres tienen electrones no pareados; los más importantes para la combus­
tión son OH, H, O, N, CH3 y los que se producen al romper hidrocarburos superiores.*
Ninguno de éstos se encuentra en una concentración significativa (de más de partes por
mil millones) a la temperatura ambiente, pero existen en cantidades significativas y son
químicamente muy activos a las temperaturas de las llamas. Sólo un número pequeño de

* En muchos libros se agrega un punto al símbolo para un radical libre, por ejemplo, OH-, para recordar
que se trata de un radical libre con un electrón no pareado y no una especie química común. En la mayor
parte de la literatura sobre contaminación del aire no se hace así, y esos puntos no se pondrán en este
libro.
332 CAPÍTULO 10

radicales OH libres, que actúan como catalizadores para las reacciones rápidas en cadena,
controlan la velocidad de oxidación del monóxido de carbono para convertirse en bióxido
de carbono; sin ellos, la velocidad efectiva es cero. En apariencia, todas las reacciones de
gases a altas temperaturas son de radicales libres, como se analiza más en el capítulo 12.
La combustión del metano proporciona otra ilustración de esta idea. Incluso en el que­
mador más limpio de metano, se encuentran algunas pequeñas cantidades de productos
químicos con pesos moleculares más altos que el propio metano, por ejemplo, etano, se
encuentran en los gases que salen del quemador. Probablemente, el primer paso en la com­
bustión del metano es la extracción de uno de los cuatro hidrógenos de éste. El radical
CH3 restante puede reaccionar con otra molécula de metano para producir materiales de
peso molecular mayor. El radical CH3 no aparece en la ecuación balanceada de la combus­
tión del metano, pero evidentemente se encuentra presente en las llamas de éste. Por tan­
to, la ecuación estequiométrica balanceada es la contabilidad correcta de la reacción glo­
bal, pero dice poco acerca de los detalles de cómo en realidad se desarrolla la reacción o
qué influye sobre su velocidad.

10.3.4.2 Cinética de la combustión al quemar gases. La mayor parte de la combustión


se lleva a efecto en la fase gaseosa. En su mayor parte, los líquidos y los sólidos se vapo­
rizan antes de quemarse. Para las reacciones químicas de cualquier clase, en cualquier fase
(gas, líquido o sólido), por lo general las velocidades de reacción se expresan por ecuaciones
de la forma
Disminución en la concentración
(10.22)
de A por unidad de tiempo ,
en donde r = velocidad de reacción
k = constante de la velocidad cinética, cuyo valor depende fuertemente de la
temperatura, pero es independiente de la concentración de los reactivos
cA = concentración de A
n = orden de la reacción

Para las reacciones de combustión, suele aplicarse esta ecuación a las reacciones en la
fase gaseosa.
Para la mayor parte de las reacciones químicas, la relación entre la constante de velo­
cidad cinética k y la temperatura T se expresa, hasta una aproximación satisfactoria, por la
ecuación de Arrhenius

k = A exp (10.23)

en donde A y E = constantes experimentales


R = constante universal de los gases
T = temperatura absoluta

A falta de datos en contrario, debe suponerse que la constante de velocidad cinética para
una reacción desconocida se representa por esta ecuación. En la tabla 10.3 se listan valo­
res para A y E para usarse en la ecuación (10.23), así como los valores calculados de k
para tres temperaturas, con base en la fuerte simplificación de n = 1 (reacción de primer
orden), para la combustión de diversos compuestos [16].
Una fuerte hipótesis simplificadora adicional aplicada en la tabla 10.3 es que la con­
centración del VOC que se va a quemar es mucho menor que la concentración de oxígeno
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 333

en la corriente de aire contaminado. Quizá, la expresión cinética verdadera sea


Disminución en la concentración
(10.24)
de VOC por unidad de tiempo,
Sin embargo, en la mayor parte de los casos, la concentración de oxígeno se inicia cerca de
un 21% en volumen y no cambia mucho durante la reacción, porque, en general, la con­
centración de VOC es pequeña. De modo que la k en la ecuación (10.22) es equivalente a
k • cO2 de la ecuación (10.24).

Ejemplo 10.14. Muéstrese el cálculo que lleva al valor de k de la tabla 10.3, para benceno
a 1000°F.

k = A exp

95 900 cal/mol
[1.987 (cal/mol)/K](1000° + 460°R)(K/1.8°R)
= 0.00011/s

TABLA 10.3
Parámetros de oxidación térmica, basados en cinética de primer orden

k, 1/s, a

Compuesto A, 1/s E, kcal/mol 1000°F 1200°F 1400°F

Acrilonitrilo 2.13E + 12 52.1 0.01946 0.96 20.34


Acroleína 3.30E + 10 35.9 6.99258 102.37 841.47
Alcohol alílico 1.75E + 06 21.4 2.99528 14.83 52.07
Alilo, cloruro de 3.89E + 07 29.1 0.56034 4.93 27.21
Benceno 7.43E + 21 95.9 0.00011 0.14 38.59
1-Buteno 3.74E + 14 58.2 0.07760 6.02 183.05
Ciclohexano 5.13E + 12 47.6 0.76467 26.84 438.42
Clorobenceno 1.34E + 17 76.6 0.00031 0.09 8.41
1,2-Dicloroetano 4.82E + 11 45.6 0.24851 7.51 109.11
Etano 5.65E+14 63.6 0.00411 0.48 19.93
Etanol 5.37E+11 48.1 0.05869 2.14 35.97
Etileno 1.37E+12 50.8 0.02804 1.25 24.64
Etilo, acrilato de 2.19E + 12 46.0 0.88094 27.44 407.99
Etilo, formato de 4.39E+11 44.7 0.39562 11.18 154.04
Etilo, mercaptano de 5.20E + 05 14.7 56.86353 170.64 404.29
Gas natural 1.65E+12 49.3 0.08565 3.41 61.61
Hexano 6.02E + 08 34.2 0.36628 4.72 35.13
Metano 1.68E+11 52.1 0.00153 0.08 1.60
Metilo, cloruro de 7.43E + 08 40.9 0.00708 0.15 1.66
Propano 5.25E + 19 85.2 0.00058 0.34 49.99
Propileno 4.63E + 08 34.2 0.28171 3.63 27.02
Tolueno 2.28E + 13 56.5 0.01358 0.93 25.54
Trietilamina 8.10E+11 43.2 1.85139 46.78 590.11
Vinilo, acetato de 2.54E + 09 35.9 0.53822 7.88 64.77
Vinilo, cloruro de 3.57E + 14 63.3 0.00313 0.36 14.58

Fuente: Referencia 16.


334 CAPÍTULO 10

Ejemplo 10.15. Estímese el tiempo requerido para destruir 99.9% del benceno en una co­
rriente de gas de desecho a 1000°, 1200° y 1400°F.
Para n = 1, una reacción de primer orden, el cálculo es sencillo. Se puede integrar la
ecuación (10.22) desde t = 0 hasta t = t,y encontrar

= exp[-k(t-t 0 )] (10.25)

A 1000°F, se calcula

t = = =62 800 s= 17.4 h

Si se repite el cálculo a 1200°F y 1400°F, se encuentra 49 s y 0.2 s. ■

En este ejemplo se ve que resulta impráctico incinerar benceno a 1000°F, pero es bas­
tante práctico a 1400°F. Al observar la tabla 10.3 se ve que el benceno es uno de los mate­
riales más difíciles de quemar; tiene uno de los valores más bajos de k. También se ve que
tiene el valor más alto de E, indicando de este modo la razón más alta de aumento de k al
aumentar T. (Inversamente, el mercaptano de etilo tiene el valor más bajo de E y, por consi­
guiente, el aumento más bajo en k al incrementarse T.) El ejemplo 10.15 también hace ver
que, para la cinética de primer orden, el tiempo necesario para un porcentaje dado de des­
trucción de contaminantes es independiente de la concentración con la que se parte. Para
todas las demás órdenes de reacción (para n≠ 1), el tiempo requerido para un porcentaje
dado de destrucción depende de la concentración con la que se arranca (problema 10.28).
En este ejemplo también se ilustra cómo se mide k. Si se miden c0, c¡ y t, se puede calcular
k para ese experimento. Los valores de la tabla 10.3 se hallaron de esa manera.
En este tratamiento se simplifica en gran cantidad el problema real porque, por lo ge­
neral, los VOC que se están oxidando en los incineradores normalmente son mezclas. Por
ejemplo, si se tratara una mezcla de 0.5% de benceno y 0.5% de hexano en un incinerador a
1000°F, el porcentaje de destrucción del hexano se podría predecir con la ecuación (10.25),
aplicando los valores de la tabla 10.3, en tanto que el del benceno sería mucho mayor que
el valor calculado de la misma manera. La razón es que los radicales libres generados al
quemar el hexano, que es el que se ataca con mayor facilidad, encontrarán moléculas de
benceno y las atacarán. De este modo, el benceno, que es uno de los materiales más difíci­
les de incinerar por sí mismo, en virtud de que su estructura hace difícil que él mismo for­
me un radical libre, se incinera con mayor facilidad en presencia de otros materiales que
formen más fácilmente radicales libres.
Barnes y otros presentan un informe más completo y complejo de la cinética observa­
da de la combustión de VOC [17]. También sugieren los siguientes como valores típicos de
las condiciones de operación de los incineradores industriales de gases:

Velocidad del gas: 25-50 ft/s


Tiempo de residencia: 0.2-1 s
Temperaturas:
Control del olor 900-1350°F
Oxidar hidrocarburos 900-1200°F
Oxidar CO 1200-1450°F
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 335

En la figura 10.14a se muestra la manera típica de llevar a cabo la combustión de VOC.


La corriente de gas contaminado se mezcla con el combustible. Si esa corriente no contie­
ne oxígeno suficiente para quemar el combustible, también se introduce aire adicional a la
mezcla. La quema del combustible se lleva a efecto en la cámara de combustión, en donde
las altas velocidades de las corrientes entrantes dan lugar a un buen mezclado turbulento.
De la cámara de combustión, los gases pasan a una cámara aislada de retención, en donde

Cámara de combustión
con mezclado turbulento
Corriente de gas
contaminado
Gas limpio y
Cámara de muy caliente hacia
Aire, si es retención
necesario la chimenea

Combustible

(a)

Cámara de combustión
con mezclado turbulento

Corriente de gas caliente Intercambiador


de calor

Cámara Gas limpio y caliente


Aire, si es de retención hacia la chimenea
necesario

Combustible

Corriente de gas contaminado

(b)

Cámara
de combustión Catalizador
con mezclado sólido
Corriente de gas turbulento
contaminado

Gas limpio y caliente


Aire, si es hacia la chimenea
necesario

Combustible

(c)

FIGURA 10.14
Disposiciones para destruir un VOC en una corriente de gas, por incineración: a) incinerador térmico
simple, b) incinerador térmico con recuperación regenerativa del calor y c) incinerador con catalizador.
336 CAPÍTULO 10

permanecen el tiempo suficiente a la alta temperatura como para completar la destrucción


de los VOC, la cual se inició en aquélla. En seguida, los gases calientes pasan hacia la
chimenea.
La desventaja más grande de la disposición mostrada en la figura 10.14α es el elevado
costo del combustible. Si la corriente de gas contaminado contuviera suficiente VOC para
quemarse (es decir, la concentración de VOC estuviera arriba de su LEL), entonces no se
necesitaría combustible adicional y la corriente de desecho sería una fuente valiosa de
combustible, en lugar de un problema de control de la contaminación del aire. Para el con­
trol de la contaminación del aire, casi siempre tiene que agregarse combustible. Una mane­
ra de disminuir el costo del combustible es poner un intercambiador de calor en el sistema,
como se muestra en la figura 10.146. En el caso ilustrado, el gas limpio y caliente que sale
de la cámara de retención transfiere calor a la corriente entrante de gas contaminado, redu­
ciendo de este modo la temperatura de salida y reduciendo también la cantidad de com­
bustible necesaria para llevar la mezcla de combustible + aire + corriente de gas contamina­
do hasta la temperatura a la que se desarrollan las reacciones de destrucción de los VOC.
Por desgracia, los intercambiadores de calor de gas caliente a gas frío que se muestran en
la figura 10.146 son caros y, con frecuencia, tienen fuertes problemas de corrosión. Se usan
en algunas situaciones, pero no en todas.
La segunda modificación de la idea básica es poner un catalizador para la oxidación
en la cámara de retención. Un catalizador es una sustancia o material que hace que una
reacción se realice más rápido, sin ser consumido en la reacción. Los catalizadores que se
usan con más frecuencia para la aplicación que se muestra en la figura 10.14c emplean
platino metálico como el ingrediente activo. El sustrato para el catalizador se prepara al
hacer gránulos o un panal de cerámica porosa con una gran área superficial, como se des­
cribe en la sección 10.3.3.1. Entonces esa cerámica se sumerge en una solución diluida
de una sal de platino y, posteriormente, se seca, dejando la sal de platino en el soporte de
cerámica. A continuación, se pasa gas hidrógeno caliente sobre el catalizador, con lo que
se reduce la sal de platino para convertirla en platino metálico. El catalizador resultante
sólo contiene una fracción de porcentaje de platino, pero todo él se encuentra sobre la
superficie expuesta al gas. La resistencia mecánica y el soporte son proporcionados por
cerámica barata, no por el caro platino.
Esos catalizadores pueden hacer que ocurran las reacciones de destrucción de los
VOC a temperaturas mucho más bajas que las que se necesitarían sin un catalizador. En
ciertas circunstancias, reducen mucho el límite explosivo inferior, de modo que una co­
rriente de gas contaminado que no se quemaría sin combustible adicional, en una cámara
simple de combustión, se quemarán sin ese combustible adicional sobre un catalizador.
Barnes y otros afirmaron que, típicamente, la temperatura de operación en un postquemador
se puede reducir desde alrededor de 1000°F a 1200°F hasta más o menos 600°F, si se utiliza
un catalizador. El catalizador puede ser caro, pero los ahorros de combustible son signifi­
cativos.

10.3.4.3 Cinética de la combustión al quemar sólidos. La mayor parte de los combusti­


bles no se quemarán en el estado sólido o líquido; deben vaporizarse antes de mezclarlos
con aire y quemarlos. El propano y el butano vienen de sus recipientes como gases y no
es necesario vaporizarlos para quemarlos. La gasolina es una mezcla de hidrocarburos que
tiene una presión de vapor mucho más alta que la del agua; éstos se vaporizan con facili­
dad al mezclar la gasolina con aire en un carburador o inyector de combustible. El combus­
tible diesel tiene una presión de vapor más baja que la gasolina y debe ser calentado por el
aire comprimido caliente en el cilindro del motor diesel antes de que se vaporice, se mezcle
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 337

y encienda. Los combustóleos de punto de ebullición más alto, normalmente se precalientan


antes de usarse a fin de elevar bastante su presión de vapor para que se vaporicen, mez­
clen y quemen. El único combustible común que se quemará como sólido es el carbón
vegetal; la mayor parte de la gente sabe que es difícil de encender. Por tanto, el tratamiento
que sigue acerca de quemar sólidos se limita a aquellos como el carbón vegetal. Sin embar­
go, las matemáticas son las mismas para los demás sólidos, reemplazándose la velocidad
de combustión en la superficie por la pirólisis y la velocidad de evaporación en esa super­
ficie, la cual, a su vez, es impulsada por el flujo de calor hacia la superficie, por lo general
suministrado por la combustión del combustible vaporizado. (Las reacciones de los meta­
les en polvo se realizan en el estado sólido; por ejemplo, la reacción de la termita,

2 Al + Fe203 A1203 + 2 Fe (líquido)

produce temperaturas comparables a las de las reacciones de combustión, pero no se trata


de esta última en el sentido común de ese término.)
Si un sólido tiene una superficie plana y se quema, entonces se supondría que la ve­
locidad de la combustión pudiera expresarse en términos como (masa quemada)/[(cantidad
de superficie expuesta) • (tiempo)]. Esta suposición concordaría con la experiencia que se
tiene al quemar madera en fogatas y chimeneas domésticas; para obtener una alta veloci­
dad de liberación de calor (mucha masa quemada/tiempo), se aumenta la superficie expues­
ta de la madera, por lo general poniendo más madera o muchos trozos pequeños de ésta
con una mayor área superficial. En la figura 10.15 se muestra las velocidades medidas de
combustión para carbón puro; se tiene la gráfica de la velocidad en g/cm2 • s contra la
temperatura.

Ejemplo 10.16. ¿Qué tan grande puede ser una partícula esférica de carbón para oxidarla
en una corriente de aire que se mantiene a 1000 K (1340°F) durante 3 s?
En la figura 10.15 se lee que la velocidad de combustión a esta temperatura es aproxi­
madamente r = 0.018 x 10-3 g/cm2 • s. Si se escribe un balance de masa para una partícula
esférica cuya superficie se está quemando, se encuentra

= rA=rπ D 2

-(D-D0)= (t-t 0 ) (10.26)

Si se toma D = D0 en el momento t0 y D = 0 (es decir, todo quemado) en momento t, se


encuentra que la partícula más grande que se puede quemar por completo en el tiempo t
tiene el diámetro siguiente:
0
P
Si se usa el valor de r dado con anterioridad y una densidad de 2 g/cm3 para el carbón, se
encuentra

D0=2 =5.4 x10 -5 cm = 5.4μ


338 CAPÍTULO 10

A 3.51 cm/s
B 7.52 cm/s
C 27.4 cm/s
D 38.9 cm/s
E 50.0 cm/s

900 1000 1200 1400 1600


Temperatura, K

FIGURA 10.15
Efecto de la velocidad del aire y de la temperatura sobre la velocidad de
combustión del carbón. (Tomado de la referencia 18.) Cada una de las curvas
representa una velocidad diferente del aire que sopla a través de la superficie del
carbón. Debajo de más o menos 1100 K, la velocidad del aire no tiene efecto;
arriba de esa temperatura, controla la velocidad de reacción. La fuente final de
los datos se lista en la referencia 18 como Tu, Davis y Hottel, lnd. Eng. Chem.,
vol. 26, 749, 1934.

Este ejemplo ilustra varias cosas acerca de las reacciones de combustión. En primer
lugar, para la combustión de un sólido, el producto matemático de la velocidad de reacción
y el tiempo de exposición determina el tamaño de la partícula que puede quemarse. En
segundo, en la figura 10.15, las coordenadas son logarítmicas en las ordenadas y algún
otro valor en las abscisas. Se puede verificar que la abscisa es (1/temperatura absoluta),
con el origen a la derecha, en lugar de tenerlo a la izquierda (es decir, los valores de \IT
aumentan de derecha a izquierda). Una recta en esa gráfica seguiría la ecuación de Arrhenius
(10.23). En la figura 10.15, los datos obtenidos a las temperaturas más bajas forman una
recta en estas coordenadas. Sin embargo, a las temperaturas más altas no la forman, como
se explica más adelante.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 339

El carbón puro se quema con mayor lentitud que la mayor parte de los demás materia­
les; deben poderse quemar partículas mucho más grandes de otros materiales, a la misma
temperatura. La mayor parte de los otros materiales combustibles (por ejemplo, madera,
alquitranes, carbón mineral, etc.) se descompondrán (pirolizarán) al calentarse, liberando
gases combustibles. Con seguridad, los estudiantes han observado las llamas que perma­
necen alejadas de la madera que se quema; están quemando los productos gaseosos de la
descomposición de la madera, los cuales se liberan al ser calentada ésta por las llamas.
Para la madera, la secuencia es pirolizarse-vaporizarse-mezclarse con el aire y oxidarse para
dar los productos finales, C0 2 y H 2 0. Debido a su muy baja presión de vapor, el carbón
puro no libera esos productos gaseosos de la descomposición. La combustión de materia­
les sólidos que pueden descomponerse (técnicamente, pirolizables), como la madera, el car­
bón mineral y los plásticos, es más compleja que la del carbón; el ejemplo 10.16 se refiere a
una situación tan simple de combustión de un sólido como se puede imaginar.

10.3.4.4 Mezclado en las reacciones de combustión. Para que se pueda realizar cual­
quier reacción de combustión, se deben mezclar el combustible y el oxidante (normalmente
oxígeno del aire). Si el combustible y el oxidante no se mezclan de manera adecuada enton­
ces, aun cuando existiera aire suficiente, no se completará la combustión porque algo del
combustible no se reunirá con el aire en la zona de combustión a alta temperatura.
En la figura 10.15 se ilustra esta situación, en donde se ve que, a bajas temperaturas,
la velocidad de combustión es independiente de la velocidad del movimiento del aire a
través de la superficie del carbón que se está quemando; pero, a temperaturas más altas,
de la velocidad de combustión depende del flujo de aire. A bajas temperaturas, la difusión
molecular mueve el aire hacia adentro de la superficie del carbón sólido y el bióxido de
carbono sale más rápido de lo que la reacción química puede transformar aquéllos, de modo
que la reacción química determina la velocidad global de la reacción. (Siempre es el paso
más lento el que determina la velocidad global; cualquier conductor con experiencia en las
autopistas sabe que así sucede.) A temperaturas más altas, la reacción química es tan rápi­
da que utiliza el oxígeno tan rápido como la difusión química puede llevarlo hacia adentro
y la velocidad global no es determinada por la reacción química en la superficie, sino por
lo rápido que el oxígeno puede alcanzar la superficie que se está quemando (o por la rapi­
dez con la que el bióxido de carbono producido puede alejarse de la superficie, para dejar
lugar para que entre más oxígeno).
En la figura 10.16 también se ilustra la importancia del mezclado, en la cual se muestra
la composición teórica de los gases de la combustión al quemar un combustible hidrocar­
buro, como función de la relación aire-combustible. Se muestran dos juegos de curvas:
una para el mezclado perfecto y la otra para un mal mezclado. Con aire suficiente en exce­
so, se usarán todo el CO y H2, incluso con el mal mezclado. Si la temperatura fuera bastan­
te alta (de modo que la velocidad de reacción fuera bastante alta) o el tiempo de retención
a la temperatura elevada suficientemente largo, entonces se podría obtener el uso comple­
to del combustible (es decir, sin que quedara CO o H2 sin quemar) con todas las condicio­
nes de la mezcla mayores que la estequiométrica. La situación real es el mezclado malo que
se ilustra. En todos los hogares industriales, se transfiere calor a un lugar lejos de la llama.
Ésa es la finalidad del hogar: transferir calor de la llama hacia la sustancia que se está
calentando. También, en los hogares industriales, el tiempo para la combustión es limitado.
Más tiempo significa un hogar más grande y un costo superior del capital. Por tanto, en la
práctica, se intenta obtener tan buen mezclado como se pueda, para minimizar la cantidad
de combustibles valiosos (CO y H2) en los gases de escape y, simultáneamente, minimizar
la cantidad de contaminación del aire causada por estos combustibles no quemados. (¡Un
buen mezclado puede aumentar las emisiones de NOx! Véase el capítulo 12.)
340 CAPÍTULO 10

Mal mezclado

Mezclado ideal

Deficiencia de aire Aire en exceso


Químicamente correcto
Relación aire-combustible

FIGURA 10.16
Efecto de la relación aire-combustible y de la calidad del mezclado en la composición de los gases
de la combustión. (Tomado de la referencia 19.)

La misma idea se aplica a la combustión para el control de VOC. Para lograr la destruc­
ción completa del VOC, se debe tener un mezclado excelente del VOC que va a ser oxida­
do, el oxígeno que realiza la oxidación y los gases calientes de la quema del combustible
para elevar bastante la temperatura como para que ocurra la oxidación.

10.3.4.5 Aplicación a las calderas, hornos, hogueras, etcétera. Una de las primeras em­
presas importantes en la historia del control de la contaminación del aire fue el control de
las emisiones provenientes de calderas, hornos, etc. en los que se quema carbón. El car­
bón o los productos no quemados resultantes de la combustión incompleta formaban una
parte considerable de estas emisiones. Éstos fueron unos de los primeros contaminantes
que se controlaron; todo lo que se requiere para el buen control es aire suficiente en exce­
so (véase la figura 10.16) y el mezclado adecuado entre el carbón que se quema, sus pro­
ductos de la descomposición y el aire.
Como se muestra en la figura 10.16, para lograr una combustión completa con un mez­
clado imperfecto, debe alimentarse aire en exceso, además del que se necesita para la com­
bustión estequiométrica (véase el ejemplo 7.5). La cantidad de aire en exceso que se va a
utilizar se determina por consideraciones económicas. Con cero aire en exceso, algo de
combustible valioso se escapa sin quemarse para contaminar la atmósfera. Grandes canti­
dades de aire en exceso bajan la temperatura de combustión, al diluir los productos de ésta
y arrastrar más calor en los gases de escape. Esto disminuye la eficiencia del hogar (frac­
ción del valor calorífico del combustible transferido a cualquier cosa que se esté calentan­
do). Los grandes hogares industriales operan con 5 al 30% de aire en exceso. En los auto­
móviles (véase el capítulo 13) se tiene aire en exceso variable, dependiendo de la carga
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 341

sobre el motor. En general, la cantidad óptima de aire en exceso para la destrucción de


VOC es superior que la necesaria en relación con la eficiencia del combustible; los funcio­
narios de control de la contaminación del aire tratan de inducir a los operarios de hogares
a que utilicen la cantidad óptima para la destrucción de los VOC.
El problema de mezclado es en especial difícil en las hogueras. Éstas son dispositivos
de seguridad que se utilizan en las refinerías de petróleo y muchas otras plantas de proce­
sos. Todos los recipientes que contienen fluidos a presión tienen válvulas de alivio de alta
presión que se abren si la presión interna en el recipiente sobrepasa su valor seguro de
operación. Todos los calentadores domésticos de agua tienen una válvula de ese tipo,
para impedir la rotura del tanque en algunas circunstancias improbables, pero no imposi­
bles (véase el problema 10.40). Con un calentador de agua caliente, si la válvula se abre,
esa agua caliente cae sobre el piso. En el caso de un gran recipiente para procesar petróleo
(columna de destilación, craqueadora, isomerizadora, etc.), el material liberado es un VOC
inflamable, el cual no se puede dejar caer con seguridad sobre el piso. Las salidas de las
válvulas de alivio de una refinería de petróleo se conducen por tubos hasta una hoguera
(o "chimenea hoguera"), la cual es un tubo elevado con llamas pilotos que encienden cua­
lesquiera VOC liberados. Muchas tienen chorros de vapor que salen constantemente para
mezclar aire con el gas que se está liberando. En estas hogueras se manejan cantidades
significativas de VOC sólo durante perturbaciones en el proceso y en casos de urgen­
cias, en las instalaciones a las que sirven. Cuando se tiene una liberación pequeña, a me­
nudo los chorros de vapor pueden mezclar el gas y el aire bastante bien como para que la
combustión sea prácticamente completa. En las liberaciones grandes, el mezclado es ina­
decuado y la gran llama humeante y de color naranja brillante que sale de la hoguera in­
dica una liberación significativa de VOC sin quemar o parcialmente quemados.
En el proceso de combustión de carbón mineral, una dificultad, incluso en los hogares
modernos bien diseñados, es que algunas partículas de carbón y algunos hidrocarburos
pasan de un lado a otro de la zona de la llama antes de que se puedan quemar. Éstos se
conocen como hollín. En las calderas modernas, este hollín se acumulará en partes del
hogar en donde está demasiado frío como para que ese hollín se queme, por lo general
sobre los tubos en los que se hierve el agua o se sobrecalienta el vapor. Si se deja que el
hollín se acumule allí, impedirá la transferencia de calor y hará que la caldera sea menos
eficiente. La solución para este problema es un soplador de hollín, que suele ser un cho­
rro de vapor fijo o móvil que sopla vapor a alta presión sobre la superficie de los tubos
para quitar este hollín. Lo normal es que se requiera soplar el hollín sólo unos cuantos
minutos al día. El hollín desalojado de esta manera sale del hogar como emisiones de corta
duración de humo negro. La mayor parte de los funcionarios de relaciones públicas piden
a los ingenieros de las plantas que todo el soplado lo realicen en la noche.
En los capítulos 12 y 13 se tiene un análisis adicional de la combustión.

10.3.5 Control por condensación


En principio, se pueden extraer la mayor parte de los VOC de una corriente de aire o de
gas, al enfriar esa corriente hasta una temperatura suficientemente baja como para que la
mayor parte de esos VOC se condensen para quedar en forma líquida y, en seguida, sepa­
rar ese líquido de la corriente de gas por gravedad.

Ejemplo 10.17. En lugar de tratar la corriente que contiene tolueno, del ejemplo 10.11, en
un adsorbedor, se desea tratarla por enfriamiento y condensación, de modo que se extrai­
ga el 99% del tolueno. ¿Cuánto se debe enfriar?
342 CAPÍTULO 10

En ese ejemplo, la corriente que debía tratarse contenía 0.5% de tolueno, de modo que
la recuperación del 99% reducirá la fracción molar en la corriente de gas hasta 0.005%. Si
se supone que el líquido recuperado es prácticamente tolueno puro (xtolueno =1), se sabe
que, a partir de la ecuación (10.1), se debe hallar la temperatura a la que

ptolueno = ytolueno P = 0.00005 • 14.7 psi = 7.35 x 10-4 psia = 5 Pa


Si se utilizan las constantes de la ecuación de Antoine para el tolueno, dadas en el apéndi­
ce A, se encuentra que esto corresponde a una temperatura de -74°F = -60°C.

En la mayor parte de los casos, la condensación no es tan económica como la adsorción,


por las razones siguientes:

1. Las temperaturas son suficientemente bajas como para que no se puedan usar refrige­
radores comunes de una sola etapa.
2. A menudo, las temperaturas requeridas para esta alta eficiencia de extracción se en­
cuentran por debajo de la temperatura de congelación del material que se está extra­
yendo, de modo que ese material se congela sobre los serpentines de enfriamiento,
requiriéndose una descongelación frecuente. En este caso el punto de congelación del
tolueno es -95°C; no esperaríamos encontrar congelamiento.
3. Si el gas que se está tratando contiene grandes cantidades de vapor de agua, éste se
condensará y congelará en los serpentines de enfriamiento, y requerirá por consiguiente
descongelación frecuente. El agua puede contaminar el líquido recuperado.

Existen dos aplicaciones generalizadas del control de los VOC por condensación. La
primera es en las terminales de carga de gasolina. En las figuras 10.5 y 10.6 se muestra
cómo el aire cargado de gasolina se transfiere de los tanques de un automóvil hacia los
tanques subterráneos de una gasolinera y, a continuación, hacia los tanques del camión
que hace entrega de la gasolina. Cuando un camión regresa a su terminal de carga, se debe
desplazar ese aire. No existe un tanque adecuado hacia el que pueda ir, de modo que se
debe tratar y, en seguida, descargarlo hacia la atmósfera. En muchas terminales de carga
se le trata con adsorbedores regenerables, como el que se muestra en la figura 10.8, o se
destruyen los VOC en un incinerador. En otras, se le pasa por un condensador refrigera­
do, que suele tener dos etapas. La primera etapa se opera precisamente arriba del punto de
congelación del agua, para extraer la mayor parte del agua y algo de la gasolina. En la
segunda, una etapa mucho más fría, se extrae la mayor parte de la gasolina restante. Des­
pués de cierto tiempo, el agua restante forma hielo en la segunda etapa; por lo general,
ésta se diseña suficientemente grande como para que pueda operar durante un día con el
hielo que se acumula y, después, se descongela cada noche.
En estos condensadores se encuentra un riesgo especial de incendio. La mayor parte
de las corrientes de aire contaminado con VOC tienen concentraciones de éstos menores
que el límite explosivo inferior. Al extraer VOC de ellas se les aleja todavía más de una
condición de combustible. Los vapores provenientes de los tanques de gasolina en gene­
ral contienen bastante gasolina como para que se encuentren arriba del límite explosivo
superior. Al extraer VOC de ellos, por condensación o adsorción, se les hace pasar por el
rango combustible, antes de que pasen hacia abajo del límite explosivo inferior dentro del
dispositivo de control. Dentro del dispositivo, con frecuencia son combustibles; se re­
quiere un cuidado especial para excluir todas las fuentes posibles de ignición y contar con
parallamas.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 343

La otra aplicación común de la condensación para el control de VOC es el condensa­


dor que se muestra a la salida de un adsorbedor en la figura 10.8. Allí, el problema de la
condensación es fácil, debido a que el gas contaminado es vapor de agua. Este vapor se
puede condensar con facilidad, mientras que el aire no. Se podría concebir el adsorbedor
de la figura 10.8 como un dispositivo que transfiere el VOC de una corriente de aire, de la
cual no se puede condensar con facilidad, hacia una corriente de vapor de agua, de la cual
sí se puede condensar con facilidad. Cualquier corriente de material condensable, como el
vapor de agua, contaminada con un VOC, es candidata obvia para la recuperación de este
último por condensación.

10.3.6 Modificación del proceso


La modificación del proceso para impedir o reducir la formación de la corriente de VOC
puede resultar más económica que aplicar las posibilidades de control que se analizaron
con anterioridad. A menudo, no se puede distinguir entre la sustitución (sección 10.3.1) y
la modificación del proceso. (Es evidente que cambiar los combustibles o solventes, sin
cambiar su uso, es una sustitución. Cambiar de la pintura estándar a base de solvente al
recubrimiento con polvo en lecho fluidificado podría considerarse una modificación del
proceso o una sustitución.)
Reemplazar los vehículos impulsados por gasolina por vehículos movidos con ener­
gía eléctrica es una forma de modificación del proceso que reduce las emisiones de VOC,
así como la emisión de monóxido de carbono y de óxidos de nitrógeno, en el lugar en el
que se encuentra el vehículo. Por otra parte, causa otras emisiones en donde se genera la
electricidad. Si se considera el proceso como "llevar a los trabajadores de sus hogares
hasta sus lugares de trabajo", entonces el transporte público mejorado, compartir en forma
obligatoria los automóviles, etc., son modificaciones del proceso que reducen las emisio­
nes de VOC (y de CO y NO x .
Muchos procesos de recubrimiento, acabado y decoración que, en un tiempo, depen­
dían de solventes que se evaporaban han sido reemplazados por otros en los que no su­
cede esto último, por ejemplo, recubrimiento con polvo en lecho fluidificado y litografía
ultravioleta.
Hallar otras posibilidades para los solventes y combustibles de VOC puede ser difícil,
pero a menudo es la manera más eficaz respecto al costo para reducir las emisiones de
VOC.

10.4 EL PROBLEMA DE LA FUENTE MÓVIL


La fuente más grande de emisiones de VOC, en Estados Unidos, la constituyen los ve­
hículos a motor: automóviles, camiones, autobuses, motores de ferrocarriles, aviones, bo­
tes. Aun cuando los automóviles tienen una mayor eficiencia de control que la mayor par­
te de los demás, debido al gran número de ellos que existen todavía representan la fuente
más grande de VOC. En el capítulo 13 se analiza el problema del automóvil con gran deta­
lle. En general, los procedimientos que se han tomado hasta la fecha han sido controlar las
fugas, adsorción seguida por reciclaje para algunas fuentes y combustión mejorada, tanto
en el motor como en un catalizador en el sistema de escape, para minimizar la emisión de
VOC. Los principios son los mismos que los analizados en este capítulo, pero la aplicación
es más compleja y difícil.
344 CAPÍTULO 10

10.5 RESUMEN
1. Los VOC son emitidos desde una gran variedad de fuentes y tienen una amplia varie­
dad de componentes distintos, cada uno con sus propiedades particulares.
2. Para todos, se dispone de las mismas posibilidades básicas de control: sustitución,
control de fugas, adsorción y reciclaje, incineración, condensación y modificación del
proceso.
3. También se pueden aplicar algunas de estas posibilidades de control para emisiones
que no son de VOC; por ejemplo, incineración para controlar el olor del H 2 S, adsorción
para el S 0 2 o el vapor de mercurio y el control de fugas para cualquier fuente de pro­
ceso.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.

10.1. En la figura 10.1 se muestra sólo una recta para cada una de las sustancias, excepto para el
C0 2 , para el que se muestran dos rectas.
a) Dése una explicación del porqué.
b) ¿Qué tan bajo en la presión tendría que llevarse la gráfica para mostrar una situación simi­
lar para el agua?
10.2. a) Repítase el ejemplo 10.3, aplicando la ecuación de Antoine (apéndice A). Obsérvese la
frase que antecede la ecuación (10.3), la cual expresa: "A menudo los datos experimentales
se pueden representar con mayor exactitud por medio de la ecuación de Antoine".
b) ¿Qué valor de C hace que la ecuación de Antoine sea la misma que la de Clausius-Clapeyron?
¿Cómo se compara eso con los valores de C del apéndice A?
c) La ecuación de Clausius-Clapeyron es una recta sobre una gráfica de ln p contra 1IT. ¿Qué
aspecto adquiere la ecuación de Antoine en esas coordenadas?
10.3. La figura 10.1 es un diagrama de Cox. En él, la curva para una "sustancia de referencia", el
agua en este caso, se traza como una línea perfectamente recta, con una abscisa logarítmica.
Entonces se hace que la escala de temperaturas, en la ordenada, se acople a los valores tabula­
dos de la presión de vapor de la sustancia de referencia. A continuación, sobre esta gráfica, se
trazan las curvas de las presiones de vapor de las otras sustancias, cuya abscisa es el logaritmo
de la presión de vapor y cuya ordenada es una escala especial, no lineal, basada en la recta de
la presión de vapor de la sustancia de referencia.
Demuéstrese que la diferencia entre esta escala especial de temperaturas y (1/T) es menor
del 2%, al ajustar una ecuación de Clausius-Clapeyron a los datos tabulados para la presión
de vapor del agua y, a continuación, formar la relación (TClausius-Clapeyron /Ttabla de vapor) como
función de p, sobre el rango de presiones desde 0.1 hasta 3203.6 psia.
10.4. Algunos funcionarios de seguridad se encuentran interesados en el problema del mercurio
(M = 200.6 g/mol) atrapado en grietas en los pisos de los laboratorios, lo que causa una expo­
sición peligrosa de los trabajadores al vapor de ese metal. ¿Es eso plausible?
a) Si el contenido de mercurio en el cuarto está exactamente en el TLV de 50 μg/m3 [TLV =
valor límite de umbral (Threshold Limit Value) = concentración permisible para la exposi­
ción de los trabajadores], ¿cuánto mercurio respiraría un trabajador típico durante un turno
de ocho horas? El adulto promedio inhala alrededor de 15 kg/día de aire.
b) ¿Qué fracción molar de mercurio en el aire corresponde al TLV expresado?
c) ¿Qué fracción molar de mercurio en el aire corresponde al equilibrio con el mercurio líqui­
do? A 20°C, la presión de vapor del mercurio líquido es de 0.0012 torr.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 345

d) ¿Qué tan grande necesitaría ser un área expuesta de mercurio líquido para mantener el con­
tenido de mercurio en el cuarto en el TLV? En este caso, supóngase que las medidas del
cuarto son 5 x 5 x 3 metros, que el índice de ventilación es de 8 cambios de aire por hora
y que el flujo másico promedio del mercurio líquido que se encuentra en una grieta del piso
hacia el aire del cuarto es de 6 x 10-10 mol/cm2 • s.
10.5. Las velocidades de evaporación de los hidrocarburos líquidos, desde superficies horizontales,
se expresan aproximadamente por

Velocidad de evaporación =

en donde p es la presión de vapor del líquido y P es la presión atmosférica.


a) Se ha derramado una capa de aceite lubricante sobre una charola metálica en una cochera.
Ésta forma una capa de 1 mm de espesor. Su densidad es de 1 g/cm3 y su peso molecular
de 400 g/mol. Su presión de vapor es aproximadamente de 10-7 torr, a 20°C. Estímese
cuánto tardará en evaporarse todo este aceite para motor, a 20°C.
b) Repítase el cálculo para una capa de 1 mm de gasolina. Úsense la presión de vapor, la
densidad y el peso molecular del ejemplo 10.7.
c) Repítase el inciso b) con los cambios siguientes:
La presión de vapor de la gasolina es

p = 6 psia - (3 psia) • (fracción en peso evaporada)

El peso molecular de la gasolina es

M = 60 g/mol + (60 g/mol) • (fracción en peso evaporada)

La densidad de la gasolina líquida se puede considerar constante en 0.75 g/cm3.


10.6. La velocidad de evaporación que se da en el problema 10.5 es el valor promedio, para muchas
circunstancias.
a) Welker y Cavin [20] presentan dos ecuaciones más generales para estimar las velocidades
de evaporación en términos j m , el factor de transferencia de masa,

en donde Sc es el número de Schmidt que, para la mayor parte de los VOC que se difun­
den en el aire, por lo general es de 1.0 a 3.0, Gm es la velocidad másica molar (densidad
molar • velocidad) y kg es el coeficiente de transferencia de masa en las mismas unidades
que Gm, con la fuerza impulsora expresada en fracción molar [21]. Los mismos investiga­
dores dan dos ecuaciones para j m .
jm = 0..36
que se basa en las extensas mediciones publicadas de la evaporación del agua [21] y

jm = 4.4

que se basa en sus propias mediciones con propano líquido en evaporación. En estas ex­
presiones, M es el número de Reynolds basado en las propiedades físicas del aire, veloci­
dad del viento y la longitud de la superficie del líquido en evaporación. Las dos ecuaciones
dan el mismo valor de jm = 2.7 x 10 3 para M = 4.87 x 10-5, lo cual corresponde a una
velocidad del aire de 10 ft/s sobre un charco de 8 ft de largo. Para esa circunstancia, calcú­
lese la fórmula equivalente a la del problema 10.5. Dése alguna explicación acerca de cual­
quier diferencia en las respuestas.
346 CAPÍTULO 10

b) Mackay y Matsugu representan la velocidad de evaporación como

N = km(P - P∞)/RTP

en donde N velocidad de evaporación en (mol/m2 • h)


=
km =
coeficiente de transferencia de masa en m/h
P =
presión de vapor del líquido en atm
P∞ =presión parcial del material en evaporación en la masa atmosférica
(atm), normalmente se supone que es cero
Tp = temperatura del charco de líquido, en K
R = constante universal de los gases en (atm • m3)/(mol • K)
Estos investigadores correlacionan sus datos experimentales para la evaporación del agua e
hidrocarburos, así como para datos adicionales sobre evaporación tomados de la literatura,
por medio de
km = 0.0292U0.78X-0.11Sc0.67

en donde U = velocidad del viento en m/h


X = diámetro del charco de líquido en evaporación, en m
Se = número de Schmidt para el vapor que se evapora en el aire, normal­
mente en el rango de 1 a 3 para hidrocarburos que se evaporan en aire
[22]
En estas expresiones se han utilizado los símbolos y dimensiones tomados de la publica­
ción original; éstos no son los mismos que los usados en este libro. Al aplicar las ecuaciones
antes dadas, estímese el valor de la constante de la ecuación de la velocidad de evaporación
del problema 10.5, para X = 2 m, U = 3 m/s = 10 800 m/h y Se = 2. Compárense los
resultados con los del ejemplo 10.5.
10.7. La norma de la U.S. Environmental Protection Agency para el recubrimiento de las latas de
bebidas [23] permite 0.29, 0.46 y 0.89 kilogramos de emisión de VOC por litro de sólidos
depositados, para las dos clases de recubrimiento exterior y la clase única de recubrimiento
interior, en una lata estándar de dos piezas. Los recubrimientos (pinturas, barnices) consisten
en polímeros sólidos, más pigmentos, disueltos en solventes de VOC. La fracción de sólidos,
en peso, de las pinturas y barnices varía desde alrededor del 20% hasta más o menos el 40%.
a) Si se supone que se aplica la restricción de 0.29 kg/L a una pintura con 40% de sólidos,
¿qué fracción del VOC solvente (thinner) debe capturarse o destruirse para cumplir con
esta norma? (Supóngase que tanto los sólidos como el solvente tienen una densidad de 1 g/
cm3.)
b) En Los Angeles, las reglamentaciones sobre los VOC restringen las emisiones de solvente
de la pintura a 0.25 kg/L de sólidos. Si el lector fuera un fabricante de pinturas para apli­
carse en exteriores, en Los Angeles, ¿cuáles son sus maneras posibles para cumplir con
esta reglamentación?
10.8. La U.S. Environmental Protection Agency recomienda la fórmula siguiente, para estimar las
pérdidas por llenado (por desplazamiento) en un tanque con desfogue [24]:

D L =12.46

en donde DL = contenido de vapor del vapor desplazado, en Ib/1000 gal de líquido trans­
ferido
S = factor de saturación, el cual varía desde 0.2 hasta 1.45, dependiendo del
método de llenado y la historia del tanque; sus valores se dan en la refe­
rencia 24
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 347

P = presión de vapor en psia


M = peso molecular
T = temperatura en °R

a) Vuélvase a resolver el ejemplo 10.4, aplicando esta fórmula, con 5 = 1 . ¿Concuerda el


valor con el del ejemplo? ¿Debe concordar?
b) La misma fuente sugiere los valores siguientes de S: carga con sumersión de barcos, 0.2;
carga con sumersión de camiones y vagones de ferrocarril, 0.5; carga con chapoteo de tan-
ques limpios de carga, 1.45. Trácese un esquema de lo que se quiere dar a entender de
carga con sumersión y con chapoteo, y sugiérase por qué se recomiendan esos valores
de S en esa fuente.
10.9. Compárense las pérdidas por llenado del ejemplo 10.7 con la emisión permitida de hidrocar-
buros por el tubo de escape de los automóviles modernos. Supóngase que el automóvil rinde
20 millas/galón de gasolina y que las emisiones son iguales a la norma actual en el tubo de
escape, 0.41 g de hidrocarburo por milla. Preséntese el resultado como la relación (emisiones
por llenado/emisiones por el tubo de escape).
10.10. Estímese la fracción de la gasolina contenida que se emite del tanque de gasolina de un auto-
móvil, cuando el contenido del tanque se calienta de 70°F hasta 100°F. Supóngase que el
tanque está medio lleno de líquido, el coeficiente de expansión volumétrica de la gasolina
líquida es 0.0006/°F, el vapor de gasolina en el aire tiene un peso molecular de 65 y su pre-
sión de vapor se expresa aproximadamente por

ln P (psia) = 11.724 -(5236.5°R)/T

lo cual es una buena aproximación para gasolina de 10 RVP [25], (En los autos modernos,
este tipo de emisión es capturada por el canister de carbón vegetal.)
10.11. Estímese la fracción de la gasolina contenida que se emite del tanque de gasolina de un auto-
móvil, cuando la presión atmosférica circundante disminuye en 1%. Supóngase que el tanque
está medio lleno de gasolina líquida a 68°F, pi = 6 psia. El coeficiente de contracción volumétrica
en la compresión de la gasolina = 0.000007/psi, el vapor se comporta como un gas perfecto
y el volumen del propio tanque no cambia. (En los automóviles modernos, este tipo de emi-
sión la captura el canister de carbón vegetal.)
10.12. Con base en los valores de la figura 10.5: a) ¿Qué fracción de la gasolina servida se derrama?
b) Para un llenado típico de 12 galones, ¿cuánto líquido es esto? ¿Concuerda ese valor con la
observación personal del lector de cuánto se derrama cada vez que llena su tanque? c) Las
tablas de emisiones de fuentes móviles de la EPA [26] presentan un valor para la combina-
ción de pérdidas por desplazamiento y por derrame de 0.45 g/milla. Eso corresponde a una
economía promedio de combustible de 12.7 mi/gal. ¿Conduce eso a la misma relación del
inciso a)? Analícese este resultado.
10.13. En el ejemplo 10.8 se hace ver que el índice calculado de emisiones es menor que el valor
promedio observado para las válvulas de las refinerías. Supóngase que la diferencia es causa-
da por la estimación del espesor promedio de la trayectoria de fuga, que se supuso como de
0.0001 in. ¿Qué valor del espesor supuesto de la trayectoria de fuga hace que el valor calcu-
lado sea igual al valor del que se informa?
10.14. Muéstrense los cálculos que conducen a los valores de la figura 10.10, para 1 atm y las
siguientes condiciones:
a) 100°F y una fracción molar de 0.001 de tolueno
b) 300°F y una fracción molar de 0.005 de tolueno (a 300°F, ptolueno = 2.66 atm)
10.15. En la figura 10.10 se muestran las curvas de capacidad de adsorción (normalmente conocidas
como isotermas de adsorción), basada en la figura 10.9, en la forma sugerida por Polanyi.
Existen otras formas de amplio uso. Trácese un esquema de una gráfica con los mismos ejes
348 CAPÍTULO 10

de la figura 10.10, en la que se muestren las formas de las siguientes ecuaciones populares de
isotermas de adsorción:
a) Freundlich, w* = αp(1/n)

b) Langmuir, w* =
en donde α, n y K son constantes de ajuste de datos.
10.16. Estímese la caída de presión a través del lecho de adsorbente del ejemplo 10.11. Úsese la
ecuación de Kozeny-Carman, para estimar la caída de presión para el flujo laminar en me­
dios porosos,

en donde Vs = velocidad superficial, igual al gasto volumétrico total dividido entre el


área de la sección transversal del lecho
ε = porosidad del lecho, la cual, en este caso puede suponerse que es 0.3
Dp = diámetro de partícula, mostrado en el ejemplo 10.12

10.17. Estímense los límites de inflamabilidad (% en volumen) para el propano en el aire.


10.18. En un horno de pintura se van a extraer 1000 lbm/h de tolueno de los artículos decorados.
Por razones de seguridad, la concentración de tolueno debe mantenerse por debajo del 10%
del límite explosivo inferior.
a) Estímese el gasto requerido de aire.
b) ¿Resultaría práctico disminuir el gasto de aire en lo suficiente como para pasar hacia arri­
ba del límite explosivo superior?
10.19. En el ejemplo 10.13 se demuestra que la relación aire-combustible (A/C) estequiométrica
para el metano es de 17.3 lb/lb.
a) Calcúlese la A/C estequiométrica para el hidrógeno y para el carbono.
b) Escríbase una ecuación para la A/C estequiométrica de un combustible, como función de
su relación molecular (hidrógeno/carbono), suponiendo que ese combustible sólo consta
de hidrógeno y carbono.
10.20. En varios procesos industriales se producen gases de desecho que contienen monóxido de
carbono. Normalmente, estos gases de desecho no contienen oxígeno. Se pueden considerar
como mezclas de CO y N2. Si contienen CO suficiente, es práctica común mezclarlos con
aire y quemarlos, utilizando el calor liberado para generar vapor de agua o para alguna otra
finalidad práctica.
á) Utilizando los valores de la tabla 10.2, estímese la concentración más baja de CO en el
gas de desecho para la cual es posible la combustión. En este caso, la condición que se
está buscando es una en donde la cantidad alimentada de oxígeno sea precisamente
la necesaria para quemar todo el CO, sin oxígeno de sobra, y la concentración de CO en la
mezcla final del gas de desecho y el aire esté en el límite explosivo inferior. Usar el valor
del LEL de la tabla 10.2 no es exactamente correcto, porque los datos del límite explosivo
inferior en esa tabla son para CO en presencia de una mezcla de N2 y 0 2 , la cual tiene la
relación (79/21), mientras que en este caso la relación será mucho mayor. Pero los datos
experimentales indican que el resultado que se calcula de esta manera está cercano al valor
observado.
b) Hágase una lista de los procesos industriales en los que se podrían producir esos gases de
desecho. Estos se pueden inferir al considerar qué clase de química produciría esos gases.
10.21. Los datos de límites explosivos de la tabla 10.2 (y de todas las tablas semejantes) se basan
en mezclas del material combustible con aire, el cual es una mezcla de alrededor del 21% de
oxígeno y 79% de nitrógeno. Si se sustituye el aire por oxígeno puro, lo normal es que se
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 349

encuentre que no cambia el límite de pobreza, pero el límite de riqueza aumenta mucho. ¿Por
qué? ¿Cuáles son las consecuencias sobre la seguridad de esta observación?
10.22. En la tabla 10.2 se da la temperatura de ignición espontánea para el metano como 1170°F.
Ésta es la temperatura para una mezcla estequiométrica. Sobre una copia de la figura 10.13,
hágase un esquema de la relación que debe existir entre la temperatura de ignición espontánea
y vmetano.
10.23. Es una regla empírica que, para reacciones orgánicas cerca de la temperatura ambiente, al
elevarse la temperatura en 10°C, se duplicará la velocidad de reacción. Si se toma la tempera­
tura ambiente como 20°C y se supone que la velocidad de alguna reacción se duplica cuando
se eleva la temperatura hasta 30°C y que se puede aplicar la ecuación (10.23):
a) ¿Cuál es el valor de E, la energía de activación, para esta reacción?
b) ¿Cuánto aumentaría la velocidad de reacción si se elevara la temperatura desde 1000 has­
ta 1010°C?
10.24. En pruebas de incineración de herbicidas [27], el promedio de las temperaturas del incinerador
fue de 1500°C y el tiempo que permaneció a esta temperatura el material que se estaba que­
mando fue de 1.0 s. En tres periodos de prueba, el promedio de destrucción de dioxina (2,3,7,8-
tetraclorodibenzo-p-dioxina) fue del 99.93%.
Si se supone que este material se quema según la ecuación de primer orden, estímese
cuánto tiempo necesitaría mantenerse este material a 1500°C para lograr una destrucción del
99.999%.
10.25. Estímese la temperatura requerida para un postquemador que destruirá el 99.5% del tolueno
contenido en una corriente de aire, con un tiempo de residencia de 0.5 s, usando los valores
de la tabla 10.3. Compárense los resultados con el cálculo de ejemplo dado por Cooper y
Alley [28], en el que demuestran que tres métodos diferentes de realizar esta estimación
conducen a las respuestas de 1326°, 1263° y 1331°F.
10.26. Muchos autores informan que, en los incineradores de VOC, los pasos que conducen a la
formación de CO y H20 son relativamente rápidos y que la oxidación de CO hacia C0 2 es
más lenta, de modo que el tamaño del incinerador se determina por el tamaño requerido para
completar la oxidación del CO. Pruébese esta idea con los cálculos siguientes:
a) Estímese el tiempo requerido para quemar el 99% del tolueno en una corriente de dese­
cho que contiene 5000 ppm de este producto químico a 1400°F; úsense los valores de la
tabla 10.3.
b) Supóngase que el paso
C7H8 + 5.5O2 7CO + 4H2O

es instantáneo y, a continuación, estímese el tiempo requerido para el paso CO + 0.5O2


—> C0 2 . Supóngase que la cinética se expresa por

en donde [X] indica la concentración de X en mol/cm3, A = 1.3 xl0 14 cm3/mol • s y E =


30 kcal/mol [17, página 29] y que se necesita el 99% de destrucción del CO.
10.27. Se desea tratar una corriente de aire de un secador de pintura en un combustor, con el fin de
destruir el 90% en peso de los hidrocarburos contenidos. El vapor de hidrocarburos consta
de los componentes A, B y C. Sus porcentajes en peso en la alimentación son 25, 25 y 50,
respectivamente. Se cree que cada uno se quema para dar bióxido de carbono y agua, según la
cinética de primer orden. El combustor operará a 1500°F. A esta temperatura, las constantes
de primer orden de la velocidad (1/s) son 1.0, 2.0 y 3.5.
¿Cuánto tiempo debe mantenerse este gas a 1500°F para lograr el 99% en peso de con­
versión hacia bióxido de carbono y agua? Supóngase que los tres componentes no interactúan
entre sí al quemarse (en el mundo real, no es una buena hipótesis, pero es satisfactoria para
350 CAPÍTULO 10

este problema) y que el calentamiento hasta 1500°F y el enfriamiento desde esta temperatu­
ra son instantáneos.
10.28. Barnes y otros [17] informan que, en la fase gaseosa, los datos para la combustión del benceno
a 1200°F se representan mejor por n = 2 (una reacción de segundo orden), con k= 1.8 x 106
cm3/(mol • s). Si esta relación es correcta y si se parte de un gas que es 0.5% molar (5000
ppm) de benceno en aire, ¿cuánto tardará en quemarse para quedar 0.0005% (5 ppm) de
benceno?
10.29. Barnes y otros presentaron la tabla siguiente de las temperaturas requeridas para oxidar va­
rios compuestos hasta C0 2 y H 2 0 [17]:

Temperatura de ignición, °F

Compuesto Térmica Catalítica

Benceno 1076 575


Tolueno 1026 575
Xileno 925 575
Etanol 738 575
Metilisobutilcetona 858 660
Metiletilcetona 960 660
Metano 1170 932
Carbono, monóxido de 1 128 500
Hidrógeno 1065 250
Propano 898 500
También sugieren que las temperaturas requeridas para la combustión catalítica de varios
compuestos disminuyen en el siguiente orden: metano, etano, propano, ciclopropano, etileno,
propileno, propadieno, propeno, acetileno.
Con base en esta información, escríbase un conjunto de reglas generales que indiquen
cuáles compuestos son difíciles de oxidar térmicamente y cuáles son fáciles. ¿Tienen sentido
químico los valores que se muestran en esta tabla?
10.30. Se está diseñando un postquemador para destruir partículas sólidas de un nuevo tipo de
plástico con densidad de 1 g/cm3. Las partículas serán esferas con diámetro de 10 μ. El
postquemador operará a una temperatura de 1200°F. El laboratorio ha realizado pruebas so­
bre la velocidad de combustión de este plástico y encuentra que, a 1200°F, esa velocidad en
aire es de 0.001 g/(cm2 ■ s). Con base en esta velocidad de combustión, estímese cuánto
tiempo deben mantenerse las partículas a 1200°F para quemarse por completo.
10.31. La corriente de desecho de una planta de tejidos textiles contiene fibras finas que son prácti­
camente cilindricas (con longitud » diámetro) y con diámetros de 10 μ. Se desea destruir
estas fibras en una cámara de combustión en la que la temperatura será de 2000°F. A esta
temperatura, se estima que la velocidad de combustión en la superficie de las fibras es de 0.2
x 10-2 g/(cm2 • s). Las fibras tienen una densidad de 1.5 g/cm3 y cero ceniza. ¿Cuánto tiempo
deben mantenerse a esta temperatura para que se quemen por completo?
10.32. Este problema es el mismo que el 10.31, excepto que ahora, en lugar de dejar las fibras en el
horno el tiempo suficiente como para que se quemen por completo, se extraen después de
0.2 s y se les enfría con rapidez de modo que la reacción se detiene después de 0.2 s. ¿Qué
fracción en masa de las fibras se quemará en este horno?
10.33. En este problema, las condiciones son las mismas que las del 10.31, excepto que ahora se
desea quemar sólo el 90% en peso de las fibras. ¿Cuánto tiempo deben permanecer a 2000°F
para lograr esto?
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 351

10.34. Una planta de grafito produce un corriente de desecho contaminada con escamas finas de
grafito. En esencia, estas escamas son rectangulares, con x = y » z. Para una escama típica,
z = l0μ.
Se desea destruir estas escamas en una cámara de combustión en la que la temperatura
será de 2000°F. A esta temperatura, se estima que la velocidad de combustión en la superfi­
cie de las escamas es de 10-4 g/(cm2 • s). Las escamas tienen una densidad de 2.0 g/cm3 y un
contenido de ceniza de cero. ¿Cuánto tiempo deben mantenerse a esta temperatura para que
se quemen por completo?
10.35. Repítase el problema 10.34, con partículas que sean cubos con una longitud de arista de
10 μ.
10.36. Se está haciendo pasar una corriente de gas, que contiene partículas esféricas de carbón, a
través de un incinerador en donde la temperatura es de 1000 K. A esta temperatura, la velo­
cidad de combustión en la superficie de las partículas es de 0.015 x 10-3 g/cm2 • s. La densi­
dad de las partículas es de 2.0 g/cm3. Las partículas permanecen en el incinerador durante
2 s. El conjunto de partículas en la admisión está caracterizado por la distribución rectan­
gular del tamaño de partícula:
= C, para0< D < 1.0 μ

En este caso, Φ es la fracción acumulada en número en la corriente de gas. No existen partí­


culas con diámetro mayor de 1 μ. C1 es una constante = 1.00/μ.
a) ¿Qué fracción en peso de las partículas se quemará en este incinerador?
b) ¿Cuánto tiempo debe permanecer la corriente en el incinerador para lograr que se quemen
el 95% en peso de las partículas?
10.37. En los hogares de carbón pulverizado se muele el carbón de modo que 80+% tenga un diá­
metro menor que 200 micras. Estas partículas se queman por completo en los alrededor de
2 s que permanecen en la zona de combustión del hogar. Estímese su velocidad de combus­
tión en la superficie. Compárese con los valores del ejemplo 10.16. Un "carbón típico" tiene
una densidad de 1.2 g/cm3.
10.38. Se planea tratar una corriente de gas que contiene hidrocarburos en un postquemador, con el
fin de destruirlos. Se puede usar un postquemador térmico simple o un postquemador
catalítico. Con base en pruebas, resulta claro que se pueden destruir térmicamente los hidro­
carburos a 1200°F. Con un catalizador se puede lograr el mismo resultado a 1000°F.
Se seleccionará la unidad catalítica si los ahorros en combustible, obtenidos al calentar
sólo hasta 1000°F, en lugar de 1200°F, son mayores que la diferencia entre el costo anual de
poseer la unidad térmica y la unidad catalítica.
El costo de la unidad térmica es A dólares/(pie cúbico estándar por minuto); por ejemplo,
para tratar 1000 scfm se tendría que pagar 1000,4 dólares para comprar una unidad térmica.
El costo de la unidad catalítica es de C dólares/(scfm).
¿Cuánto más se puede pagar por la unidad catalítica?; es decir, qué tan grande puede ser
(C-A), dadas las condiciones siguientes:
1. El costo anual de poseer el equipo (= depreciación + interés + impuestos + seguro) es
(20%/año)(costo de compra del equipo).
2. Se usa gas natural como combustible y cuesta 3.00 dólares/1000 ft3.
3. La liberación de calor para el gas natural, en el rango de 1000 a 1200°F, es de 720
Btu/ft3 de gas natural.
4. La capacidad calorífica (o calor específico) del gas que se va a tratar es de 0.25
Btu/lb • °F.
10.39. Una posibilidad para los quemadores que se muestran en la figura 10.13 es el quemador
regenerativo que se ilustra en la figura 10.17. En esta disposición, se invierte con regularidad
la dirección del flujo, al hacer girar la válvula 90°. El calor de combustión se almacena en uno
de los lechos y, a continuación, se usa para precalentar el gas que entra al combustor en el
352 CAPÍTULO 10

Combustible
auxiliar
Cámara de
combustión

Cámaras de
calentamiento
y enfriamiento

Lechos de cerámica
porosa, como el
ladrillo refractario

Válvula de Salida de gas


inversión limpiado
del flujo
Entrada de gas
contaminado

FIGURA 10.17
Diagrama de flujo de un incinerador regenerativo. Éstos se describen con mayor detalle en la
referencia 29.

ciclo siguiente. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de esta disposición al compararla con
la que se muestra en la figura 10.136?
10.40. Todos los calentadores domésticos de agua tienen una válvula de alivio de alta presión. El
estudiante debe examinar un calentador de ese tipo y hallar esa válvula. ¿Cuáles son las con­
diciones que harían que la válvula tuviera que abrirse? Sugerencia: Trácese un esquema del
diagrama de flujo de un calentador de agua. (Éste no es un problema de contaminación
del aire, pero es el ejemplo más sencillo de por qué se tienen válvulas de alivio de alta pre­
sión. Las válvulas de alivio en los recipientes de VOC pueden contribuir a los problemas de
contaminación del aire.)
10.41. Muéstrense los cálculos que conducen a la temperatura requerida de condensación de -60°C
en el ejemplo 10.17.
10.42. El requisito actual de la EPA para las terminales de carga masiva de gasolina es que la pérdi­
da por desplazamiento de los camiones tanques que regresan no debe sobrepasar 35 mg de
VOC por litro de gasolina llenada [30]. Supóngase que en la terminal se utiliza un condensa­
dor enfriado para cumplir con este requisito.
CONTROL DE LOS COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES (VOC) 353

a) ¿Cuánto debe enfriarse el vapor desplazado antes de descargarlo a la atmósfera? Supóngase


que el vapor descargado se encuentra en equilibrio con la gasolina líquida a esa tempera­
tura, que el vapor de gasolina en el aire tiene un peso molecular de 65 y que su presión de
vapor se expresa aproximadamente por

ln P (psia) = 11.724 - (5236.5°R)/T

lo cual es una buena aproximación para la gasolina de 10 RVP [24].


b) ¿Qué fracción de la gasolina se extraerá en la primera etapa (extracción del agua), en la
cual se enfría el gas hasta alrededor de 32°F? Supóngase que el vapor que debe tratarse
tiene la concentración de gasolina del ejemplo 10.7.
c) ¿Cuál es la relación del hielo formado a la gasolina condensada en la segunda etapa?

BIBLIOGRAFÍA
1. Weast, R. C, ed. en jefe, Handbook of Chemistry and Physics, 47a. ed., Chemical Rubber Co.,
Cleveland, OH, p. D-108, 1964.
2. Clean Air Act de 1990, Public Law 101-549, Section 301.
3. "Standards of Performance for Volatile Organic Liquid Storage Vessels (Including Petroleum Liquid
Storage Vessels) for Which Construction, Reconstruction, or Modification Commenced after July
23, 1984", 40 CFR 60.110b.
4. Standard Test Method for Vapor Pressure of Petroleum Products (Reíd Method), ASTM, Publ. D
323-72, 1973.
5. Clean Air Act de 1990, Public Law 101-549, Section 216.
6. "Emission Factors for Equipment Leaks of VOC and HAP", U.S. Environmental Protection Agency,
Report No. EPA-450/3-86-002, U.S. Government Printing Office, Washington, DC, 1986.
7. Fair, J. R.: "Sorption Processes for Gas Separation", Chem. Eng., Vol. 76, número 15, pp. 90-110,
julio 14, 1969.
8. Noll, K. E., V. Gounaris y W. S. Hou: Adsorption Technology for Air and Water Pollution Control,
Lewis, Chelsea, MI, capítulo 9, 1992.
9. Vermeulen, T., M. D. Le Van, N. K. Hiester y G. Klein: "Adsorption and Ion Exchange", en D. W.
Green y J. O. Maloney, eds., Perry's Chemical Engineer's Handbook, 6a. ed., McGraw-Hill, New
York, capítulo 16, 1984.
10. Hougen, O. A. y W. R. Marshall: "Adsorption from a Fluid Stream Flowing through a Stationary
Granular Bed", Chem. Eng Prog., Vol. 43, pp. 197-208, 1947.
11. "Basic Considerations in the Combustion of Hydrocarbon Fuels with Air", en W. T. Olson (ed.),
NACA Report 1300, p. 451, 1957. La tabla 10.2 es una versión muy condensada de la tabla que
aparece en el apéndice de este informe.
12. Lewis, B. y G. von Elbe: Combustion, Flames and Explosions of Gases, 2a. ed., Academic Press,
New York, 1961.
13. Hougen, O. A., K. M. Watson y R. A. Ragatz: Chemical Process Principies, Part I, Material and
Energy Balances, 2a. ed., John Wiley, New York, p. xxiii, 1959.
14. Hougen, O. A., K. M. Watson y R. A. Ragatz: Chemical Process Principies, Part 11, Thermodynamics,
2a. ed., John Wiley, New York, capítulo 26, 1959.
15. Flagan, R. C. y J. H. Seinfeld: Fundamentals of Air Pollulion Engineering, Prentice Hall, Englewood
Cliffs, NJ, p. 88, 1988.
16. Lee, K. C. y otros: "Revised Model for the Prediction of the Time-Temperature Requirements for
the Thermal Destruction of Dilute Organic Vapors and Its Usage in Predicting Compound
Destructibility", Paper No. 82-5.3, 75th Annual Meeting of the Air Pollution Control Association,
New Orleans, junio 20-25, 1982.
17. Barnes, R. H., M J. Saxton, R. E. Barrett y A. Levy: "Chemical Aspects of Afterburner Systems",
U.S. Environmental Protection Agency, Report No. EPA-600/7-79-096, U.S. Government Printing
Office, Washington, DC, 1979.
18. Walas, S. M: Reaction Kinetics for Chemical Engineers, McGraw-Hill, New York, figura 6-1, 1959.
19. Smith, W. S. y C. W. Gruber: "Atmospheric Emissions from Coal Combustion—An Inventory Guide",
U.S. Department of Health, Education and Welfare, Public Health Service Publication No. AP-24,
p. 24, 1966.
354 CAPÍTULO 10

20. Welker, J. R. y W. D. Cavin: "Vaporization, Dispersion and Radiant Fluxes from LPG Spills", U.S.
Department of Energy Publication No. DOE/EV/06020-1, U.S. Government Printing Office, Was-
hington, DC, 1982.
2 1 . Colburn, A. P. y R. L. Pigford: "General Theory of Diffusional Operations", en J. H. Perry (ed.),
Chemical Engineer's Handbook, 3a. ed., McGraw-Hill, New York, p. 545, 1950.
22. Mackay, D. y R. S. Matsugu: "Evaporation Rates of Liquid Hydrocarbon Spills on Land and Water",
Canad. Journ. of Chem. Eng., Vol. 51, pp. 434-439, 1973.
23. "Standards of Performance for the Beverage Can Surface Coating Industry", 40 CFR 60.490.
24. "Compilation of Air Pollution Emission Factors, Volume 1: Stationary Point and Area Sources", 4a.
ed., AP-42, U.S. EPA, Office of Air Quality Planning and Standards, pp. 4.4-1-17, 1985.
25. Shedd, S. A.: "Gasoline Marketing", en A. J. Buonicore y W. T. Davis, eds., Air Pollution Engineering
Manual, Van Nostrand Reinhold, New York, p. 341, 1992.
26. "Supplement A to Compilation of Air Pollutant Emission Factors, Volume II: Mobile Sources",
AP-42 Supplement A, p. H-8, 1991.
27. "At Sea Incineration of Herbicide Orange Onboard the M/T Vulcanus", U.S. Environmental Protection
Agency, Report No. EPA-600/2-78-086, U.S. Government Printing Office, Washington, DC, 1978.
28. Cooper, C. D. y F. C. Alley: Air Pollution Control: A Design Approach, PWS Engineering, Boston,
MA, p. 316, 1986.
29. Corey, R. C: "Heat Regeneration", en D. W. Green y J. O. Maloney (eds.), Perry's Chemical En-
gineer's Handbook, 6a. ed., McGraw-Hill, New York, pp. 9-89, 1984.
30. "Standards of Performance for Bulk Gasoline Terminals", 40 CFR 60.500.
CAPITULO

11
CONTROL
DE LOS ÓXIDOS
DE AZUFRE

El control de las partículas y los VOC se realiza principalmente por medio de procesos
físicos (ciclones, ESP, filtros, control de fugas, captura de vapor, condensación), que no
comprenden el cambio de la naturaleza química del contaminante. Algunas partículas y
algunos VOC se cambian químicamente en materiales inocuos por combustión. Este capí­
tulo y el siguiente se refieren a contaminantes —óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno—
que no se pueden capturar en forma económica por medios físicos ni se vuelven inocuos
por combustión. Su control es en gran parte químico, en lugar de físico. Por esta razón,
están más orientados a la química que el resto del libro.
Los óxidos de azufre y de nitrógeno son contaminantes que se encuentran en todas
partes, los cuales tienen muchas fuentes (véase la tabla 1.1). Estos gases son fuertes
irritantes respiratorios que pueden causar daños a la salud en concentraciones elevadas.
Se tienen NAAQS para el S0 2 y N0 2 (véase la tabla 2.3). Se exige a los estados que prepa­
ren SIP para el control del N0 2 y S0 2 . Estos gases también forman partículas secundarias
en la atmósfera, con lo que contribuyen al problema de las PM10 y al deterioro de la visibi­
lidad. Son las causas principales de la lluvia ácida. La Clean Air Act de 1990, sección 401
—Acid Deposition Control (Control de los depósitos ácidos)—, exige reducciones nota­
bles en las emisiones nacionales, tanto de los óxidos de azufre como de nitrógeno, en las
próximas décadas inmediatas.

11.1 LA QUÍMICA ELEMENTAL DE OXIDACIÓN-REDUCCIÓN


DEL AZUFRE Y DEL NITRÓGENO
Este capítulo se refiere a los óxidos de azufre; el siguiente, a los óxidos de nitrógeno. Sus
fuentes y métodos de control son significativamente diferentes, pero su química es bas­
tante semejante, como se observa en esta breve sección.
Tanto el azufre como el nitrógeno, en el estado elemental son relativamente inertes e
inocuos para los humanos. Los dos son necesarios para la vida; todos los animales nece-

355
356 CAPÍTULO 11

TABLA 11.1
Oxidación y reducción elementales del azufre y del nitrógeno
Reacción con
Forma Oxidación,Oxidación, Reacción el NH + u otros
Reducción elemental primer paso segundo paso con el agua cationes

Normalmente Lo más Con lentitud, La velocidad La velocidad


requiere alta frecuente es en la depende del depende de la
presión, alta que se realice atmósfera, o contenido de concentración
temperatura, gas por la reacción con rapidez, humedad de cationes
hidrógeno y un con el oxígeno en un reactor atmosférica. atmosféricos.
catalizador. de la catalítico.
Ocurre en atmósfera, con
muchos procesos rapidez a altas
biológicos a temperaturas,
presiones y en el caso de la
temperaturas combustión; o
bajas. bien, con
lentitud a bajas
temperaturas,
por ejemplo,
formación de
herrumbre.

NM, N2 NO NO3 HNO3 partículas


amoniaco nitrógeno óxido nítrico bióxido de ácido nítrico de nitrato
nitrógeno

H,S S SO, S O 3 H 2 S 0 4 partículas


sulfuro de azufre bióxido de azufre trióxido de ácido sulfúrico de sulfato
hidrógeno azufre

sitan algo de N y S en sus organismos. No obstante, los óxidos de azufre y de nitrógeno


son contaminantes ampliamente conocidos del aire. En algunos casos, los productos re­
ducidos también son contaminantes del aire.
En la tabla 11.1 se muestran, en forma paralela, los productos de la oxidación y de la
reducción del nitrógeno y del azufre. Por reducción se entiende la adición de hidrógeno o
la eliminación de oxígeno. Si se reduce el nitrógeno, se produce amoniaco (el cual, lógica­
mente, debiera llamarse nitruro de hidrógeno; pero, debido a que tuvo un nombre común,
antes de que se idearan los sistemas modernos de nomenclatura química, lleva ese nombre
común: amoniaco). De manera análoga, si se reduce el azufre, se produce sulfuro de hidró­
geno. Tanto el sulfuro de hidrógeno como el amoniaco son sustancias de olor muy fuerte,
gaseosas a la temperatura ambiente (puntos de ebullición de -60°C y -33°C, respectiva­
mente) y tóxicas en altas concentraciones. (A menudo, las altas concentraciones debidas
a liberaciones accidentales causan muertes. Éstas ocurren en la producción y uso del
amoniaco como fertilizante y refrigerante, así como en la producción y procesamiento
del gas "ácido" y el petróleo, los cuales contienen sulfuro de hidrógeno.) Ni el amoniaco
ni el sulfuro de hidrógeno han demostrado ser tóxicos en las bajas concentraciones con
las que por lo general existen en la atmósfera.
Cuando se oxida el nitrógeno, se forma óxido nítrico (NO) y, a continuación, bióxido
de nitrógeno (NO2); de modo semejante, se forma bióxido de azufre (SO2) y, en seguida,
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 357

trióxido de azufre (S0 3 ). Todos éstos son gases a la temperatura ambiente o ligeramente
arriba de esta temperatura (los puntos de ebullición son 21°C, 34CC, -10°C y 45°C, respecti­
vamente). Los óxidos tienen puntos de ebullición más altos que los hidruros. Tanto el ni­
trógeno como el azufre también pueden formar otros óxidos, pero éstos son los únicos de
interés principal en la contaminación del aire.
En la atmósfera, el N0 2 y el S0 3 reaccionan con el agua para formar los ácidos nítrico
y sulfúrico, los cuales, a continuación, reaccionan con el amoniaco o cualquier otro catión
disponible, para formar partículas de nitrato o sulfato de amonio, o algún otro nitrato o
sulfato. Estas partículas, que en general se encuentran en el rango de tamaños de 0.1 a 1 μ,
son dispersoras muy eficientes de la luz; persisten en la atmósfera hasta que las extrae la
coagulación y precipitación. Colaboran de manera significativa a los problemas urbanos
de las PM10. El NO y el N0 2 también desempeñan un papel significativo en la formación
del O3 (véase el capítulo 12 y el apéndice D).
Las concentraciones estimadas de estos materiales en las partes no contaminadas de
la atmósfera mundial son S02,0.2 ppmm; NH3, 10 ppmm; N0 2 , 1 ppmm [1].

11.2 PANORAMA DEL PROBLEMA DEL AZUFRE


El azufre es el decimosexto elemento más abundante en la corteza terrestre, con una abun­
dancia de más o menos 260 ppm [2]. La vasta mayoría de este azufre existe en la forma de
sulfates, en su mayor parte como yeso, CaS04 • 2H 2 0, el ingrediente principal del revoque
y de los tableros para paredes, o como anhidrita, CaS04. El yeso es un mineral química­
mente inerte, no tóxico y ligeramente soluble en agua, el cual se encuentra con abundancia
en todo el mundo.
Todos los combustibles usados por los humanos (combustóleo, carbón mineral, gas
natural, turba, madera, otra materia orgánica) contienen algo de azufre. Los combustibles
como la madera tienen muy poco (0.1% o menos), en tanto que la mayor parte de los car­
bones minerales tienen del 0.5% hasta el 3% (véase el apéndice C). En general, los
combustóleos tienen más azufre que la madera, pero menos que el carbón mineral. Si se
queman los combustibles, el azufre contenido, en su mayor parte, formará bióxido de
azufre:
S +02 SO, (11.1)
(en el combustible)

Si se pone esto en la atmósfera, llegará un momento en que vendrá hacia el suelo, en su


mayor parte con precipitación y formará el CaS04 inerte. Si se desea impedir que llegue a la
atmósfera, se puede aplicar cualquiera de los métodos que se describen en este capítulo,
todos los cuales tienen el efecto de capturar el bióxido de azufre en la forma de CaS0 4 , el
que, entonces, se regresará a la tierra, por lo general en un terraplén. La reacción global
más frecuente será

CaC0 3 +S0 2 +0.5O2 -> CaS0 4 + C0 2 (11.2)


(caliza)

En esta reacción, se extrae de una mina y se usa un tipo de roca muy extendida (piedra
caliza) para producir otra roca (anhidrita o, con 2 H 2 0, yeso), la cual se pone de regreso al
suelo, y liberar bióxido de carbono a la atmósfera. Causa preocupación agregar el CO2 a la
atmósfera (capítulo 14), pero no tanto como agregar una cantidad equivalente de S(SO2. Aun
cuando la ecuación (11.2) parece sencilla, los detalles para llevarla a cabo a gran escala
son complejos, como se analiza en este capítulo.
358 CAPÍTULO 11

En el gas natural, la mayor parte del azufre se encuentra en la forma de H2S, el cual se
separa con facilidad de los otros constituyentes del gas. En el petróleo líquido, así como
en los esquistos petrolíferos y las arenas alquitranadas, el azufre está combinado química­
mente con los compuestos hidrocarburos; en general, no se puede extraer sin romper los
enlaces químicos. En los petróleos, el azufre se concentra en la fracción de punto de ebu­
llición más alto de los mismos, de modo que el mismo petróleo crudo puede dar lugar a una
gasolina de bajo contenido de azufre (menos de 0.01% de S) y a un combustóleo pesado
de alto contenido de azufre (por ejemplo, 0.5% a 1% de S). En el carbón mineral, gran parte
del azufre también está en la forma de azufre ligado químicamente, pero algunos carbones
tienen una gran fracción de su azufre en la forma de cristales pequeños (por lo común de
100 μ) de pirita de hierro ("oro de los tontos", FeS2). Cuando el combustible se quema,
casi todo el azufre que se encuentra en él, químicamente ligado o pirítico, se convierte en
bióxido de azufre (S0 2 ) y es arrastrado junto con los gases de la chimenea. Una pequeña
fracción queda capturada en la ceniza y otro poco se convierte en S0 3 .
La otra fuente importante de S0 2 que se puede atribuir a los humanos es el procesa­
miento de minerales que contienen azufre. El mineral principal de cobre del mundo es la
chalcopirita, CuFeS2. El esquema básico para obtener cobre a partir de él es la reacción
global de fusión a alta temperatura:

CuFeS2 + Cu + FeO + 2S0 2 (11.3)

en la que el hierro se convierte en un óxido fundido que flotará sobre el cobre fundido
(con un fundente de sílice) y, de este modo, se separa de él. El azufre se convierte en S0 2
gaseoso. Los minerales principales de plomo, zinc y níquel también son sulfuras, cuyo
procesamiento es semejante al presentado en la ecuación (11.3).
Debido a que el S0 2 liberado en el proceso precedente ha sido ampliamente reconoci­
do durante muchos años como un problema, se ha consumido un esfuerzo considerable
para hallar otras maneras de procesar estos minerales, de modo que no se produzca S0 2 .
Se ha tenido cierto éxito al lograr procesos en los que se tratan estos minerales mediante
química acuosa, sin producir S0 2 en lo absoluto. En la actualidad, esos procesos resultan
económicos para minerales de óxido de cobre, parcialmente oxidados, que contienen canti­
dades menores de azufre. Sin embargo, para los minerales como la chalcopirita, los proce­
sos no han probado ser económicos y, en la actualidad, la mayor parte de estos minerales
se funden con aire u oxígeno.
Las corrientes de gases que contienen azufre con las que se debe tratar en la indus­
tria pertenecen a tres categorías: azufre reducido, corrientes de S0 2 concentrado y corrien­
tes de S0 2 diluido. Cada una con su propio método de control, como se analiza en este
capítulo.

11.3 EXTRACCIÓN DE LOS COMPUESTOS


REDUCIDOS DE AZUFRE DEL PETRÓLEO
Y DE LAS CORRIENTES DE GAS NATURAL
Como se analiza en la sección 11.1, el azufre contenido en los compuestos orgánicos se
puede llevar a diversas formas, por oxidación o reducción. En esta sección se analiza la
tecnología para extraer el azufre de las corrientes de gases, cuando ese azufre se encuentra
presente en forma reducida. Estas corrientes de gases se presentan en muchos depósitos
de gas natural y en muchos gases subproductos que se obtienen en la refinación del pe­
tróleo y en los gases combustibles producidos por la gasificación del carbón mineral.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 359

Salida del gas empobrecido Salida del gas soluto


Condensador
Enfriador
del solvente Separador
gas-líquido

Reflujo de líquido

Absorbedora Separadora
Intercambiador
de calor

Entrada
del gas de
alimentación Rehervidor
Solvente Solvente
cargado agotado

FIGURA 11.1
Diagrama de flujo del método más común para extraer un componente de una
corriente de gas.

11.3.1 Absorción y separación del gas


En la figura 11.1 se tiene un esquema del método estándar para extraer cualquier compo­
nente de una corriente de gas: absorción y separación. Sólo se puede aplicar este método
si es posible hallar un solvente líquido en el que el componente gaseoso que deseamos
extraer de manera selectiva sea mucho más soluble de lo que son los otros componentes
que se encuentran en la corriente de gas. Si se puede hallar ese solvente, el procedimiento
es bastante directo. El gas de alimentación entra a la absorbedora, que es una columna
vertical en la que el gas pasa hacia arriba y el solvente líquido, hacia abajo. Normalmente,
en el interior de la columna se usan casquetes de burbujeo, bandejas perforadas o
empaquetadura para fomentar el buen contacto a contracorriente entre el solvente y el gas.
El solvente agotado entra por la parte superior de la columna y fluye a contracorriente del
gas. En el momento en que el gas ha alcanzado la parte superior de la columna, la mayor
parte del componente que se desea extraer se ha disuelto en el solvente; el gas limpiado
pasa hacia la atmósfera o hacia sus usos posteriores. El solvente cargado, que ahora con­
tiene la mayor parte del componente que se está extrayendo del gas, pasa a la separadora,
la cual normalmente se opera a una temperatura mucho más alta o a una presión mucho
más baja, o ambas cosas. A esta temperatura más alta o presión más baja, o ambas, la
solubilidad del gas en el solvente selectivo se reduce mucho, de modo que ese gas se sale
de la solución. En seguida, se enfría y envía hacia almacenamiento o algún uso posterior.
El solvente agotado, o empobrecido, se envía de regreso a la columna absorbedora.

11.3.1.1 Diseño de absorbedoras y separadoras de gas. El tratamiento que se da a conti­


nuación es una versión simplificada del análisis detallado del diseño de estos dispositivos
que se encuentra en las referencias 3-5.
360 CAPÍTULO I

Parte superior de la columna

dh

Fondo de la columna

fracción molar del componente absorbible en la corriente de gas, yi, y la tracción molar
del gas en equilibrio con el líquido, v*

FIGURA 11.2
Diagrama esquemático simplificado de los cambios en la composición del gas y de la composición de
equilibrio de éste, la cual depende de la composición del líquido, para la columna absorbedora (extrema
izquierda) de la figura 11.1.

En el aparato que se ilustra en la figura 11.1, y en la mayor parte de los aparatos que
se muestran en el resto de este capítulo, las variables básicas de diseño son la elección del
reactivo selectivo que se debe usar, la presión del sistema, los gastos del gas y del líquido
(o del sólido, en la sección 11.5), la velocidad del gas en la columna y la cantidad de con­
tacto líquido-gas necesario para producir la separación. En general, en las aplicaciones del
control de la contaminación del aire, se conocerá el gasto del gas que se va a tratar, el
contenido del material que se va a extraer del gas y el grado requerido de extracción. En la
mayor parte del resto de este capítulo se analiza la elección del reactivo que se debe usar
para las tres amplias categorías de extracción del azufre que se analizan en las secciones
11.3, 11.4 y 11.5.
Para los gases de combustión, así como para la mayor parte de los otros gases que se
van a descargar a la atmósfera, la presión será normalmente de 1 atmósfera. Para muchas
aplicaciones industriales del sistema de la figura 11.1, se dispondrá del gas que se va a tra­
tar a una presión mayor que 1 atmósfera. En general, resultará económico tratar el gas a
esa presión más alta, debido a que el tamaño y el costo del equipo de tratamiento es pro­
porcional al gasto volumétrico del gas manejado, el cual es proporcional a \IP.
En la figura 11.1 las dos columnas operan a contraflujo; el líquido fluye hacia abajo de
la columna por gravedad, el gas fluye hacia arriba de la columna, impulsado por la dismi­
nución en la presión desde abajo hasta arriba. En este diseño, no sólo se utiliza la grave­
dad de manera eficiente al mover el líquido, sino también mantiene un contacto muy efi­
ciente. En la figura 11.2 se muestra por qué. En esta figura, la curva de la derecha ilustra la
fracción molar en el gas del componente que se va a absorber, v,, la cual disminuye desde
su valor elevado, en donde entra por el fondo de la columna, hasta su valor bajo, en don­
de sale por la parte superior de ésta. La trayectoria se muestra curva porque la razón de
extracción no es linealmente proporcional a la altura de la columna. La curva de la izquier-
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 361

da ilustra la concentración del componente absorbible que se encontraría en equilibrio


con el absorbente líquido, yi, la cual aumenta desde la parte superior hasta el fondo de
la columna, a medida que el absorbente que desciende extrae el componente absorbible
del gas.
La relación entre yi y la fracción molar del componente absorbible en el absorbente
líquido, xi es compleja y difiere de un sistema químico a otro. La descripción más sencilla
de esos equilibrios de absorción, para gases ligeramente solubles, es la ley de Henry (que
no es una ley como las leyes de Newton o las de la termodinámica, sino más bien una
aproximación imperfecta, pero sencilla y útil, de la realidad). La ley de Henry por lo general
se escribe como

xi= (11.4)

En esta expresión, P es la presión absoluta y Hi es la constante de la ley de Henry para el


componente i, la cual suele ser una fuerte función de la temperatura, pero una función
débil de, la presión o de la concentración. (Para el S0 2 que se disuelve en agua pura, a una
temperatura de 30°C, la constante de la ley de Henry es muy aproximadamente 50 atm. Se
han publicado con amplitud valores de constantes de la ley de Henry [6].) Si se supone
que puede aplicarse esta relación tan sencilla, entonces se puede calcular el valor de yi, a
partir de la fracción molar de líquido, x¡, en cualquier punto de la columna.
En la figura 11.2 la transferencia del componente absorbible será del gas hacia el líqui­
do, mientras se tenga yi > yi, es decir, la concentración real del gas en ese lugar de la co­
lumna es mayor que la concentración que se tendría en equilibrio con el líquido absorben­
te. (En la separadora de la figura 11.1, la relación se invierte, yi < yi, y el componente
absorbible fluye del líquido hacia el gas.) Con la disposición a contraflujo que se muestra,
el flujo del componente absorbible es del gas hacia el líquido, en la columna completa. Al
aumentar la altura de la columna, se puede hacer que la concentración de ese componente
en la corriente de gas de salida tienda a la concentración que se tendría en equilibrio con
el solvente (agotado) en la admisión. De esta manera, si se agota el solvente por completo
y se proporciona suficiente contacto gas-líquido, se puede reducir el contenido de mate­
rial absorbible en el gas hasta valores muy bajos.
A continuación, se realiza un balance de materiales, respecto al componente transferi­
do, para la pequeña sección dh de la columna que se muestra en la figura 11.2, y se en­
cuentra
capacidad de
Moles del i moles del i
transferencia de (d volumen)
transferido transferido
masa por unidad
desde el gas. al líquido ,
de volumen

-GdY i =LdXi = (KaP)(yi - y i ) A dh

En esta expresión, G y L son los flujos molares del gas y del líquido (mol/s), excluyendo el
flujo de los componentes transferidos, Y, y X¡ son los contenidos en el gas y en el líquido
del componente transferido, respectivamente, expresados en (mol/mol de componentes no
transferidos). A dh es el producto del área de la sección transversal de la columna y el
incremento en altura, igual al volumen de la columna correspondiente a dh. Ka es el pro­
ducto del coeficiente de transferencia de masa y el área de la interfaz para la transferencia
de masa (ft2 de área de transferencia por ft3 de volumen), que se analiza más adelante, y P
es la presión en el sistema.
362 CAPÍTULO 11

En este caso, se basan los cálculos en los flujos de los componentes no transferidos,
debido a que esos flujos no cambian de lugar a lugar en el interior de la columna, en tanto
que las otras propiedades y concentraciones sí lo hacen. Esta elección simplifica las mate­
máticas. También se hace la misma elección de variable en los cálculos de adsorción (apén­
dice E) y se usa con regularidad en los cálculos de acondicionamiento del aire, humidifica-
ción y secado.

Ejemplo 11.1. Se trata un volumen de 108 scf (pies cúbicos estándar, standard cubic feet)
por día (32.8 m3 est/s) de gas natural (≈ 0.2% del consumo promedio en E.U.), el cual con­
tiene 1% (10 000 ppm) de H 2 S, en el aparato cuyo esquema se muestra en la figura 11.1,
para reducir la concentración de este último hasta 4 ppm (el máximo permitido en Estados
Unidos en el gas natural comercial). El gas se lava a una presión de 100 atm y 20°C. Si se
supone que se usará agua como agente lavador, estímese el gasto requerido de esta agua.
En primer lugar, se integran los términos de la extrema izquierda de la ecuación (11.5),
desde la parte superior hasta el fondo de la columna, y se reacomoda, para hallar

(11.6)

Al hacer esta integración, obsérvese que, en la ecuación (11.5), los términos d X y dY se


aplican a flujos en la dirección opuesta, de modo que, en la integración, aparece un signo
menos adicional. Entonces, a partir de las definiciones de Y y X, se observa que

Y= y X= (11.7)

de modo que, para valores pequeños de y y x,


Y≈y y X≈x (11.8)

En la referencia 6, se encuentra que, para el H2S a 20°C, la constante de la ley de Henry


= 48 300 atm, de modo que, a partir de la ecuación (11.4), se ve que

xi = yi = 0.00207yi

En la figura 11.2 se pueden trazar los valores para el gas en la admisión, yi = 1% = 10 000
ppm y, para el gas a la salida, 4 ppm. Si se supone que la separadora es eficaz en un 100%,
entonces el agua que se admite tendrá cero H2S (y la curva de la extrema izquierda pasará
por yi = 0 en el fondo de la columna). La concentración máxima que se puede concebir a la
salida del líquido produce una yi igual al valor en la admisión de 10 000 ppm. En la figura
11.2, eso correspondería a que las dos curvas se encontraran en el fondo de la columna, lo
cual significa que, en este lugar, la diferencia en las concentraciones, la cual impulsa la
absorción, sería cero, de modo que en la ecuación (11.5), d h = 1/0 = ∞. Para evitar esto, se
especifica de manera arbitraria que el líquido a la salida tendrá yi = 0.8 yi. De este modo, se
puede calcular que

xi fondo = 0.8 • 0.00207 • 0.01 = 1.66 x 10-5


(En este caso no se expresa como 16.6 ppm porque en los líquidos siempre significa ppm
por masa, y ésta es una fracción molar.) Entonces, podemos expresarlo así
Yi fondo -Y i parte superior yifondo - y iparte superior 10 000 ppm - 4 ppm
Xi fondo - Xi parte superior xi fondo - xi parte superior 16.6 x l0 - 6 -0
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 363

El gasto molar de gas es

G = I0 8

de modo que el gasto requerido de líquido es

L = 622-3.0 =1866 = 3 3 860 = 1 5 270

Este es un gasto de líquido tan grande que es imposible de alcanzar. Su gasto


volumétrico sobrepasa al del gas (a la presión de este último). Para hacer que el sistema
mostrado en la figura 11.1 sea práctico, debe hallarse un solvente que pueda absorber mu­
cho más H 2 S que el agua de este ejemplo. Por fortuna, para muchos de los gases de inte­
rés para la contaminación del aire e industrial, se puede hacer eso. El H 2 S, S0 2 , S0 3 , N 0 2 y
C 0 2 son gases ácidos, los cuales forman ácidos al disolverse en el agua. Para el H 2 S, el
proceso es
H 2 S(gas) H2S (disuelto en agua) H+ + HS- (11.9)

Si se puede agregar algo a la solución lavadora que consuma el H+ o el HS - , entonces se


puede disolver más H 2 S en el agua y se puede usar mucho menos cantidad de ésta. Para
los gases ácidos, la selección obvia es algún álcali, una fuente de OH - que pueda eliminar
el H+ por medio de
H+ + OH- H20 (11.10)

Quitar el H+ del segundo miembro de la ecuación (11.9) impulsa el equilibrio hacia la dere­
cha, con lo que se aumenta mucho la cantidad de H2S absorbido. Si la solución se debe
regenerar en la columna de la extrema derecha de la figura 11.1, entonces el álcali debe ser
uno débil, que pueda regresar con facilidad el gas ácido por calentamiento o al reducir
la presión. Si sólo se usa la columna de la extrema izquierda de la figura 11.1 y se descarta la
solución resultante (véase la sección 11.5), entonces se puede usar un álcali fuerte, el cual
no se pueda regenerar con facilidad. Las selecciones más comunes de álcali para la extrac­
ción del H 2 S son las etanolaminas (monoetanolamina, dietanolamina y trietanolamina) y
también las sales de sodio o de potasio de los ácidos débiles, como el carbónico o el fos­
fórico.

Ejemplo 11.2. Repítase el ejemplo 11.1, usando como el absorbente una solución 2 N (12.2%
en peso, 3.94% molar) de monoetanolamina (MEA), HO(CH 2 ) 2 NH 2 , esto es, como la solu­
ción lavadora, a 77°F = 25°C.
Para esta concentración de la solución y temperatura, Kohl y Riesenfeld [4] dan una
gráfica de pi = Pyi como función de los moles de H 2 S por mol de MEA que se puede
aproximar por la expresión

Presión de vapor
= PH2S = Pyi = (0.00281 psi)exp(195x H2S ) (11.11)
del H 2 S

Siguiendo el ejemplo 11.1, se elige que la concentración del líquido a la salida tenga yi =
0.8 yi y se despeja la x correspondiente en la ecuación (11.11), para hallar

•xH2S = 0.0427
364 CAPÍTULO 11

Si también se requiere que en la parte superior de la columna yi = 0.8 yi; se puede calcular
la concentración máxima permitida de H2S en la solución regenerada como

x H2S = =0.00264

y
= 0.250

El gasto requerido de líquido es el del ejemplo 11.1 multiplicado por (0.250/622) = 0.000402,
o sea, 13.6 lb/s = 6.2 kg/s.

En este ejemplo se muestra que, al cambiar del agua a una solución de MEA, se puede
reducir el gasto requerido de líquido en un factor de alrededor de 2200.
Una vez seleccionado el gasto del líquido, ahora se debe elegir el diámetro y la altura
de la columna. El diámetro de la columna queda casi por completo determinada por el gas­
to del gas. Aun cuando el gasto del líquido en (mol/mol) puede ser cercano al del gas, el
gasto del líquido en (volumen/volumen) rara vez es más del 10% del gasto del gas, debido
a la gran diferencia en las densidades y, prácticamente, se ignora al dar dimensiones a la
columna. Casi siempre, esta diferencia es verdadera para aparatos como los dirigidos al
control de la contaminación del aire, los que, en su mayor parte, operan a la presión atmos­
férica. Para aplicaciones a altas presiones, se cumple con menor frecuencia. En todos es­
tos aparatos (como en el lavador de partículas a contraflujo que se describe en la sección
9.2.3.2), la velocidad del gas debe seleccionarse suficientemente baja de modo que sea
menor que la velocidad terminal de sedimentación de las gotitas más pequeñas del líquido
que es probable se encuentren presentes. Además, si la velocidad del gas es demasiado
alta, el flujo de ese gas atrapará líquido en la columna, lo que conduce a inundación. Por lo
general, este tipo de columnas operarán con una velocidad del gas que es más o menos el
75% de la de inundación. Para la mayor parte de las columnas empacadas de absorción, la
velocidad de inundación se predice a partir de una correlación gráfica [3, 4, 5] que se pue­
de aproximar de manera satisfactoria por

loga =-1.6798-1.0662 logβ -0.27098(log β) 2


en donde
α= y β = (11.12)

En estas expresiones, β es adimensional, con G' = velocidad música del gas = gasto másico
del gas por unidad de área = GMIA y L' es la velocidad música del líquido = LM/A. Como
α no es adimensional, las cantidades que aparecen en ella se deben expresar en las si­
guientes unidades (o se deben realizar las conversiones apropiadas): G' está en lb/(ft2 • s),
F es un factor de empaquetadura adimensional, cuyos valores se presentan en tablas para
varias empaquetaduras, Ψ es la relación de la densidad del líquido a la del agua, μ es la
viscosidad del líquido en centipoises, las densidades del líquido y del gas están en lb/fl3 y
g c =32.2.

Ejemplo 11.3. Estímese el diámetro requerido de la columna en el ejemplo 11.2.


A partir del ejemplo 11.2, se sabe que L/G = 0.250, de lo cual se deduce que
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 365

(En este caso, se usan los pesos moleculares del agua pura y del metano puro; los pesos
moleculares verdaderos de la solución absorbente y del gas natural difieren ligeramente de
estos valores.) La densidad del metano a 100 atm y 68°F sería 4.15 lb/ft3, si fuera un gas
perfecto. Sin embargo, a estas presión y temperatura, su densidad es 1.205 veces la del
gas perfecto, o sea, 5.00 lb/ft3. La densidad de la MEA líquida pura es más o menos 1.02
veces la del agua, de modo que se puede usar con seguridad la densidad del agua, y se
encuentra

y log β = log 0.080 = -1.097, para la condición de inundación. Si se sustituye este valor en
la ecuación (11.12), se encuentra α = 0.15. Entonces, si se toman las propiedades del líqui­
do como si fueran aproximadamente las del agua, se encuentra en la referencia 4 que F ≈
50 para las columnas empacadas típicas y se usan las unidades con las dimensiones espe­
cificadas para la ecuación (11.12), se calcula

en la inundación =

y, al 75% de la inundación, G' =4.11 lb/(ft2 • s). Con base en el ejemplo 11.1, se sabe que el
gasto del gas es mgas = 3.0 lbmol/s, o sea, 3 • 16 = 48 lb/s. De este modo,

D= = 3.86 ft = 1.18 m

Esto parece ser un diámetro muy pequeño, pero refleja la alta presión (100 atm) a la
que se lleva a cabo el proceso. Para estimar la altura requerida, se regresa a la ecuación
(11.5) y se reacomodan los dos términos de la extrema derecha, para hallar que

dh = 01.13)

Ka, el cual no se describió cuando se introdujo con la ecuación (11.5), es el producto del
coeficiente de transferencia de masa y el área de la interfaz entre el líquido y el gas por
unidad de volumen de la absorbedora. Las dos partes —K y a— suelen presentarse y
correlacionarse como un producto, porque es mucho más fácil medir su producto que me­
dirse por separado. Este producto depende de las propiedades físicas y químicas del líqui­
do y del gas, así como de la forma geométrica de lo que se encuentra en el interior de la
columna, cuya función es dar lugar a un valor tan grande de Ka como se pueda, con una
caída mínima en la presión, y mantener un verdadero flujo a contracorriente entre las dos
fases. Kohl y Riesenfeld [4] presentan una tabla de valores de Ka observados en la prácti-
366 CAPÍTULO 11

ca industrial, para diversos sistemas de absorción. Éstos varían desde 0.007 hasta 20
lbmol/h • ft3 • atm. Para el H 2 S absorbido en soluciones de MEA, el valor típico es de
8.0 lbmol/h • ft3 • atm.

Ejemplo 11.4. Estímese la altura requerida de la columna para la absorción del gas de los
ejemplos 11.2 y 11.3.
En este caso, se supone que Ka es constante. Se ha especificado que yi = 0.8 yi, tanto
en la parte superior como en el fondo de la columna. Para hallar los valores entre esos
puntos, debe calcularse x i por medio del balance de materiales, ecuación (11.6), y, a partir
de ese valor, calcular entonces yi, por medio de la ecuación (11.11). Puede reacomodarse la
ecuación (11.6), de modo que

YI parte superior = Yi fondoondo - (Xfondo - X parte superior) (11.14)

Entonces se observa que esta ecuación se encontró al integrar desde el fondo hasta la
parte superior de la columna. También debe ser correcta para la integración desde el fondo
hasta cualquier punto intermedio de la columna, de modo que se pueden eliminar los
subíndices "parte superior" y usar la ecuación para cualquiera de esos puntos interme­
dios. Entonces, se aplica la ecuación (11.8) por dos veces, reemplazando X y Y por x y y,
despejando yi en la ecuación (11.11) y sustituyendo en el segundo miembro de la (11.13),
para hallar

{ y - (0.00281 psi/P)exp[195x H 2 S ]}

Para integrar esto numéricamente, se le aproxima por

y - (0.00281/1470) exp{195[0.0427 - (0.01 - y)/0.250]}

de modo que la altura requerida de la columna para reducir y desde 0.01 hasta 0.009 es

3.0-3600 lbmol/h
(8.0 lbmol/h • ft3 • atm)(100 atm)(9.64 ft 2 )

0.0095 - 1.91 x 10-6 exp{195[0.0427 - (0.01 - 0.0095)/0.250]}

1.40ft-0.241=0.338ft=0.103m

y, si se continúa la integración numérica hasta y = 0.000004, se encuentra h= 1.40 • 9.04 =


12.7 ft = 3.9 m.

Para los sistemas en donde puede aplicarse la ley de Henry, se puede reemplazar esta
integración numérica por una integración analítica y reducirse a una gráfica sencilla [3, 4,
5] (véase el problema 11.6). En este caso, la relación de equilibrio está lejos de la ley de
Henry y no se puede aplicar esa gráfica.
Estas dimensiones están cercanas a las que en realidad se usan. Existen cientos de
plantas en el mundo en las que se realiza la separación ilustrada en los ejemplos 11.1-11.4.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 367

11.3.1.2 Usos y limitaciones de las absorbedoras y separadoras para el control de la


contaminación del aire. Como se ilustra en los ejemplos anteriores, la extracción del H2S
del gas natural o de corrientes similares es sencilla y directa. El sistema de la figura 11.1
funciona en extremo bien para extraer amoniaco de una corriente de gas, porque el NH3 es
muy soluble en agua o en ácidos débiles, formando un álcali débil por la siguiente reac­
ción:

Es posible hacer prácticamente una extracción completa del NH3 de las corrientes de gas,
con agua o ácidos débiles. La solubilidad del amoniaco es tan alta que, en general, las
formas más sencillas de esta disposición resultan satisfactorias.
Extraer el S0 2 de las corrientes de gases, por este método, también es más o menos
fácil, si no existen otros gases ácidos presentes. Por ejemplo, pudiera ser fácil extraer el
S0 2 de N2 mediante el esquema mostrado en la figura 11.1, con el empleo de cualquier
álcali débil (por ejemplo, hidróxido de amonio), y la solución se regeneraría con facilidad
para producir S0 2 puro. El problema de extraer el bióxido de azufre de gases de combus­
tión es mucho más complejo y difícil, como se analiza en la sección 11.5.
El NO y N0 2 no se extraen con facilidad de las corrientes de gases por el proceso
mostrado en la figura 11.1. Aun cuando el N0 2 es un gas ácido que produce ácido nítrico
por reacción con el agua,
3N02 + H20 2HN03 + NO (11.16)

la velocidad de reacción es baja. El NO no es un gas ácido, de modo que, aun cuando se


pueda extraer el N0 2 de una corriente de gas, con un solvente alcalino, no se puede ex­
traer el NO con el mismo solvente. Por esta razón, los solventes de álcalis débiles no tie­
nen éxito para la extracción conjunta del NO y N0 2 o para la extracción rápida de sólo el
N0 2 . No se conoce otro solvente que sirva bien para esta tarea. (Mi generación no ha
encontrado un solvente adecuado para que haga esto; ¡fama y fortuna esperan a la perso­
na que encuentre un solvente adecuado para extraer el NO, N0 2 y S0 2 , en forma económi­
ca, de los gases de combustión, mediante el esquema mostrado en la figura 11.1!) El es­
quema de la figura 11.1 se utiliza con amplitud en las industrias química y del petróleo para
hacer separaciones que no están relacionadas en forma directa con el control de la conta­
minación; por ejemplo, la separación del C0 2 del H2. También se puede usar la columna de
absorción, sin regenerar la solución absorbente, si la cantidad de material que debe
capturarse es pequeña y existe alguna manera aceptable de disponer del absorbente car­
gado.

11.3.1.3 Extracción del azufre de los hidrocarburos. Una vez que se ha separado el H2S
de los otros componentes del gas, normalmente se le hace reaccionar con el oxígeno del
aire, en cantidades controladas, para oxidarlo con el fin de llevarlo sólo hasta azufre ele­
mental,
H2S+ S + H20 (11.17)
y no hasta S0 2 ,
H2S+ S0 2 + H 2 0 (11.18)

El azufre elemental se vende para ser usado en la producción de ácido sulfúrico, o bien, se
usa como relleno en terraplenes, si no se cuenta con un mercado cercano para él. Aunque
368 CAPÍTULO 11

la reacción química de la ecuación (11.17) para la producción de azufre (el proceso de Claus)
es bastante sencilla, existen varias maneras para llevarla a cabo y los detalles pueden ser
complejos; véase Kohl y Riesenfeld [4]. Cientos de plantas de ese tipo operan con éxito en
todo el mundo.
Debido a que el azufre elemental es inerte e inocuo, y en virtud de que el azufre redu­
cido en la forma de sulfuro de hidrógeno o compuestos relacionados se puede oxidar con
facilidad hasta llevarlo hasta azufre u óxidos de azufre, toda la estrategia de las industrias
del petróleo y del gas natural, al tratar con azufre reducido en el petróleo, gas natural y
otros gases de procesos, es mantenerlo en la forma elemental o como azufre reducido (por
ejemplo, H2S). El oxígeno del aire es prácticamente gratis, de modo que siempre se puede
mover en la dirección de oxidación a bajo costo. Como contraste, el hidrógeno es una ma­
teria prima cara, de modo que moverlo en la dirección de reducción resulta caro.
El azufre que se encuentra en los combustibles hidrocarburos (gas natural, propano,
gasolina, turbosina, combustible diesel, combustóleo) normalmente se convierte en SO,
durante la combustión y entonces se emite hacia la atmósfera. Las grandes instalaciones
que queman combustóleo pueden tener equipo para capturar el S0 2 , pero los automóviles,
camiones y aviones no lo tienen. La única manera de limitar las emisiones de SO, de estas
fuentes es limitar la cantidad de azufre en el combustible. Por esta razón, en la Clean Air
Act de 1990 (sección 217) se limita la cantidad de azufre en el combustible diesel hasta
0.05% en peso. Los petróleos crudos varían en sus contenidos de azufre; los de bajo con­
tenido de azufre se les menciona como "dulces" y, a los de alto contenido, como "agrios".
Si la fracción del petróleo crudo que va hacia la gasolina o el diesel tiene un contenido de
azufre demasiado elevado (lo cual muchos hacen en términos de las reglamentaciones ac­
tuales), la mayor parte de ese azufre se extrae por hidrodesulfurización catalítica,

Hidrocarburo Catalizador de Ni o Co mejorado con Mo o W


+ H2 hidrocarburo+ H2S (11.19)
que contiene S

La corriente resultante de gas, una mezcla de H2 y H2S, es una de las corrientes que se
tratan en una refinería para extraer este último, por el proceso ilustrado en la figura 11.1. En
las refinerías, algunas corrientes de petróleo se tratan sobre estos catalizadores para ex­
traer tanto el azufre como el nitrógeno, porque esos elementos interfieren con los
catalizadores que se usan para el procesamiento subsiguiente. Las corrientes resultantes
de gases contienen tanto H2S como NH,.
Si el tratamiento de los gases con elevadas concentraciones de H2S y NH3 se debe
considerar como control de la contaminación del aire es una cuestión abierta. Para los cam­
pos de gas natural con H2S, el tratamiento es un requisito del mercado, debido a que, en
Estados Unidos, la especificación típica de compra para el gas natural es de H2S < 4 ppm.
Sin embargo, en una época, en las refinerías de petróleo se acostumbraba quemar gases
que contenían H2S para las fuentes internas de calor de las mismas, si el contenido de H2S
era modesto. Las reglamentaciones actuales de la U.S. EPA sobre la contaminación del aire
(NSPS, véase el capítulo 3) prohiben quemar esos gases de desecho de las refinerías, si
contienen más de 230 mg/m3 est seco de H2S, de modo que la disminución de éste hasta
esa concentración, en los gases de las refinerías de petróleo, se realiza por el método mos­
trado en la figura 11.1, para cumplir con las reglamentaciones sobre la contaminación
del aire.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 369

11.4 EXTRACCIÓN DEL S 0 2 DE LOS GASES


RICOS DE DESECHO
Las concentraciones de S0 2 en los gases de escape de la fundición de minerales de sulfuras
metálicos dependen de cuál sea el proceso que se aplique y varían con el momento dentro
del ciclo de fundición intermitente. Sin embargo, en general van desde 2% hasta 12% de
S0 2 . Esos gases se pueden tratar económicamente en las plantas que producen ácido sul­
fúrico por medio de las reacciones siguientes:

SO 2 +0.5O 2 S0 3 (11.20)
y
S0 3 + H 2 0 H2S04 (11.21)
Ejemplo 11.5. Una de las más grandes fundidoras de cobre en Estados Unidos (Kennecott,
en Salt Lake City) produce 146 000 toneladas cortas de cobre por año. El mineral de cobre
fundido es principalmente chalcopirita. Si se emitiera todo el azufre a la atmósfera como
S0 2 , ¿cuánto se emitiría? Si todo el azufre contenido en el mineral se convirtiera en ácido
sulfúrico, ¿cuánto de este ácido produciría la fundidora por año?
Con base en la ecuación (11.3), se sabe que se esperaría producir 2 moles de S0 2 por
mol de cobre. Los pesos moleculares son 64 para el S0 2 y 63 para el cobre, de modo que
se esperaría producir 146 000 (toneladas cortas/año)[(2 • 64)/63] = 297 000 toneladas cor­
tas/año de S0 2 . Si todo éste se convirtiera en H2S04 (peso molecular 98), serían 297 000
toneladas cortas/año (98/64) = 455 000 toneladas cortas/año.
A partir de la tabla 1.1 se puede ver que si Kennecott nada hubiera capturado de su
SO,, esta emisión habría sido el 1.4% de las emisiones totales de este gas en E.U. Si se
capturara todo el S0 2 y se convirtiera en H2S04, las 455 000 toneladas cortas/año repre­
sentarían muy aproximadamente el 1% de la producción total de ese ácido en E.U. En la
actualidad esta fundidora captura alrededor del 90% de ese bióxido de azufre y lo convier­
te en ácido sulfúrico, emitiendo el resto a la atmósfera. En estos momentos Kennecott está
construyendo una nueva fundidora que capturará el 99.9% de S0 2 y lo convertirá en
H2S04.

La ecuación (11.20) es una reacción de equilibrio, que no se lleva a cabo hasta com­
pletarse. Además, esta reacción es exotérmica, de modo que el porcentaje de conversión
en el equilibrio es mayor a temperaturas bajas que a las altas. Por esta razón, se acostum­
bra llevar a cabo esta reacción en tres o cuatro lechos separados de catalizador, con
interenfriadores entre ellos. En la figura 11.3 se muestra el curso de la reacción.
El gas de alimentación precalentado entra en el primer lecho de catalizador a alrededor
de 420°C. La reacción exotérmica lo calienta. Todos los lechos de catalizador, excepto el
último son suficientemente pequeños (tienen un tiempo de residencia suficientemente bajo)
que los gases no se aproximan a su conversión de equilibrio. Los gases salen de cada uno
de los tres primeros lechos y se enfrían antes de entrar al siguiente. Como se muestra en la
figura, la conversión de equilibrio disminuye con rapidez al aumentar la temperatura. El gas
de salida del lecho final está a alrededor de 425°C y cercano al equilibrio a esta temperatu­
ra. De esta manera, alrededor del 98% del S0 2 entrante puede convertirse en H2S04. En
una planta sencilla productora de ácido, el 2% restante del S0 2 se desfoga a la atmósfera.
Como respuesta a la presión legal de reducir esta emisión de S0 2 , las plantas han
estado estableciendo lo que son, en efecto, dos plantas en serie; es decir, se obtiene el
equilibrio de la ecuación (11.20), se extrae el S0 3 según la (11.21) y, a continuación, se
370 CAPÍTULO 11

cuarta 8% S 0 2

tercera pasada

10% S 0 2
segunda pasada

primera pasada

420 440 500 540 580 620


Temperatura, °C

FIGURA 11.3
Desarrollo de la relación temperatura-conversión para un convertidor
sencillo de S0 2 , de cuatro lechos, en una planta de ácido sulfúrico. Las
rectas inclinadas representan el comportamiento conversión-
temperatura en el interior de los lechos catalizadores. Las rectas
horizontales representan el comportamiento en los interenfriadores.
Las curvas en la parte superior derecha muestran la conversión de
equilibrio, como función de la temperatura y el contenido inicial de
S0 2 . J. R. Donovan y J. M. Salamone, "Sulfuric Acid and Sulfur
Trioxide", en Kirk-Othmer Encyclopedia of Chemical Technology,
tercera edición, volumen 22, Copyright © 1983 por John Wiley &
Sons. Reimpreso con autorización de John Wiley & Sons. [8].

pasε una vez más el "gas de escape" sobre un catalizador, de modo que de nuevo llegue al
equilibrio según la ecuación (11.20). Otra vez, se hace que el gas resultante entre en con­
tacto con agua, de modo que se absorba el S0 3 de acuerdo con la ecuación (11.21). A
estas plantas se les conoce como de doble contacto o de doble absorción. Típicamente,
pueden convertir más del 99.7% del S0 2 entrante en H2S04 [9]. Debido a que el material de
alimentación (gas de salida de fundidoras o gas que contiene S0 2 producido al quemar
azufre) es bastante barato, el costo adicional del segundo paso de reacción y absorción
no es recompensado por el aumento en la producción de ácido y, en realidad, es un gasto de
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 371

Gas de desecho Gas de


que contiene desecho que
Gas que contiene hasta el 3% contiene
bióxido de azufre del S0 2 menos del
y que proviene a la entrada 0.3% del S0 2
de la fundidora a la entrada
o del quemador
de azufre Agua Agua

Cuatro
Lecho(s)
lechos de
Torre adicional(es) Torre
catalizador
empacada de empacada
con ínter-
de catalizador de
enfriadores
absorción absorción

Ácido Ácido
sulfúrico sulfúrico
Planta de absorción sencilla

Planta de doble absorción

FIGURA 11.4
Diagramas de bloques de las plantas de ácido sulfúrico, de absorción sencilla y de doble absorción.

control de la contaminación. En la figura 11.4 se muestran los diagramas simplificados de


flujo para las plantas de ácido sulfúrico, de absorción sencilla y de doble absorción.
Si se compara este diagrama de flujo con la figura 11.1, se ve una absorbedora de S0 3 ,
pero no una separadora. No hay necesidad de regenerar el líquido absorbente, porque la
solución del S0 3 en agua, H2S04, es el producto vendible. La constante de la ley de Henry
para el S0 3 en agua, a 20°C, es muy aproximadamente 10-25 atmósfera, de modo que esta
absorción es muy rápida y fácil. De hecho, es demasiado fácil; se forma una fina neblina
de gotas de ácido sulfúrico, las cuales deben extraerse antes de que el gas de desecho
pase hacia la atmósfera. Aunque existen interesantes desafíos técnicos en el diseño y ope­
ración de las plantas de H 2 S0 4 [7], cientos de estas plantas operan de manera satisfactoria
en todo el mundo.
El ácido sulfúrico es el ácido industrial más barato y se usa siempre que se necesita
uno que no sea caro; tiene muchos usos [10]. El uso más grande, en el que se consume la
masa de ácido sulfúrico del mundo, es la producción de fertilizante de fosfato. La roca de
fosfato que se encuentra en la naturaleza contiene fluorapatita, Ca10F2(PO4)O6. Este mine­
ral es bastante insoluble en agua y, como consecuencia, no es útil como fertilizante. Si se
le hace reaccionar con el ácido sulfúrico, se convierte de la fluorapatita insoluble al ácido
fosfórico soluble en agua, el cual es un ingrediente útil para los fertilizantes (y también se
produce un gas de desecho de HF, que debe capturarse, así como un desecho de CaS0 4 ,
que se lleva a terraplenes). En general, el procedimiento más económico en la industria de
los fertilizantes es embarcar azufre sólido hasta el depósito de roca de fosfato y fabricar
allí el ácido sulfúrico, en lugar de llevar el ácido sulfúrico hasta ese depósito, o bien, la
roca de fosfato hasta la fuente de ácido sulfúrico. La razón es que con una libra de azufre
372 CAPÍTULO 11

(peso atómico 32) se producen 3.06 libras de ácido sulfúrico (peso molecular 98), y el azu­
fre es un sólido no tóxico y no corrosivo que es más barato de embarcar que el ácido
sulfúrico líquido, tóxico y corrosivo. Por tanto, la producción a gran escala de ácido sulfú­
rico a partir de los gases de salida de la fundidora sólo es económica cuando existe un
depósito cercano de roca de fosfato. (Tal vez en el futuro se embarcarán concentrados de
mineral de sulfuro metálico hasta el lugar en donde está la roca de fosfato y se fundirán
allí.) Estos hechos de la vida económica ponen algunas limitaciones en la aplicación de la
conversión en ácido sulfúrico como una tecnología de control del S0 2 .
Una limitación adicional es que la producción de H2S04 no es económica cuando la
concentración de S0 2 en el gas de desecho es demasiado baja. No existe una regla sin
excepción por lo que toca a la concentración económica más baja, pero la mayor parte de
los análisis hacen creer que, con concentraciones de SO, de más del 4%, la planta de áci­
do puede mostrar una ganancia, si se cuenta con un mercado cercano para ese ácido, pero
por debajo de esta concentración no puede mostrarla. La razón es que tanto los costos de
capital como de operación de la planta dependen del gasto volumétrico del gas procesado
[11]. Para procesar un gasto volumétrico dado Q de gas se requieren tubos, sopladores,
absorbedoras, etc. del mismo tamaño, sin importar el porcentaje de SO, contenido en ese
gas, y la energía requerida para mover el gas por la planta también es proporcional a Q e
independiente del contenido de SO,. Pero el índice de producción de ácido es proporcio­
nal al producto del gasto volumétrico y el porcentaje de SO, en la alimentación, Q • ySO2 de
modo que
Costo por unidad
de ácido producida
Además, las plantas en las que se tratan gases con más de alrededor del 4% de SO, son
αutotérmicαs, lo que significa que el calor de reacción proporciona todo el calor necesario
para el proceso. Con menos de alrededor del 4% de SO2 las plantas no son autotérmicas;
debe suministrarse calor externo, lo que agrega costo del combustible e incrementa la com­
plejidad de la planta.
Los procesos tradicionales de fundición son de etapas múltiples, produciéndose al­
gunas corrientes de gas de desecho con SO2 suficiente como para tratarlas por conver­
sión hacia H2S04 y algunas demasiado diluidas como para que un tratamiento de esta ma­
nera resulte económico. Encarados con la presión de no descargar estos gases diluidos a
la atmósfera, los dueños de fundidoras han tenido dos posibilidades: 1) tratar los gases
diluidos mediante los métodos para gases pobres que se describen en la sección 11.5, o 2)
modificar sus procesos de fundición para eliminar o minimizar la producción de gases po­
bres, de modo que todos los gases de desecho sean bastante ricos como para tratarse
económicamente en las plantas de ácido sulfúrico. La mayor parte ha decidido que la se­
gunda posibilidad es la más económica.

11.5 EXTRACCIÓN DEL S 0 2 DE LOS GASES


POBRES DE DESECHO
La fuente principal de SO,, excepto fundidoras cercanas, la constituyen las chimeneas de
las grandes instalaciones en las que se quema carbón mineral o combustóleo. La mayor
parte de las más grandes son plantas generadoras de energía eléctrica en las que se quema
carbón (alrededor del 65% del total de las emisiones de SO, en E.U., en 1991). Para ellas, el
contenido típico de SO, del gas de escape es más o menos del 0.1%, o sea, 1000 ppm
1 atm•0.8•0.001
= 0.000016 = 0.0016% molar
50 atm

l000 ppm - l00 ppm


= 56.2
0.000016-0

lbmol min lbmol 1.96 x 104


385.3 scf 60 s

L = 56.2 • 43.3 = 2433 = 43 800

= 19 900

Existen varios inconvenientes en relación con este procedimiento para tratar con el
SO, que sale de una planta generadora de electricidad. En primer lugar, se necesita una
gran cantidad de agua. El flujo calculado de agua es aproximadamente el 4% del flujo del
río Hudson en la Ciudad de Nueva York. Las plantas generadoras ubicadas sobre los ríos
Hudson, Mississippi, Ohio o Columbia podrían obtener esas cantidades de agua, pero la
mayor parte de las plantas generadoras en el mundo no podrían. En segundo lugar, la co­
rriente de agua de desecho, la cual está saturada en un 80% con SO,, emitiría este gas de
regreso a la atmósfera al nivel del suelo (nivel del río), lo que causaría un problema de S0 2
que podría ser más pesado que la emisión de la misma cantidad de este gas por la chime­
nea de la planta generadora. En tercer lugar, en solución acuosa, el S0 2 pasa por la reac­
ción (11.20), la cual extraería la mayor parte del O2 disuelto en el río, haciendo imposible la
vida para los peces. Por esta única razón, está prohibida la simple disolución de grandes
cantidades de S0 2 en la mayor parte de los ríos.
374 CAPÍTULO 11

Sin embargo, la primera gran planta generadora que trató su gas de la chimenea para
extraer el S0 2 hizo prácticamente eso. La Battersea Plant de la London Power Company
está ubicada en las riberas del río Támesis, el cual es suficientemente grande como para
suministrar el agua necesaria [13]. Además, de manera natural, el agua del Támesis es
alcalina, porque su curso pasa por muchas formaciones de piedra caliza, de modo que ab­
sorberá notablemente más S0 2 que el agua pura. Para impedir que el S0 2 disuelto consu­
ma el 02 del río, el efluente de los lavadores del gas se mantiene en tanques de oxidación,
en donde se burbujea aire a través de él hasta que la mayor parte de ese S0 2 disuelto se
oxide para formar sulfato antes de descargarse al Támesis. En esta forma, el azufre
tiene una baja presión de vapor y no vuelve a entrar al aire ni mata a los peces al consumir
el oxígeno disuelto en el río. Aunque esta planta que abrió el camino tuvo sus problemas,
fue un éxito técnico —extraer más del 90% del S02— y operó desde 1933 hasta 1940. (El
sistema de extracción del S0 2 se paró en 1940, porque la columna de humo de esta planta
era húmeda debido al lavador y, por consiguiente, muy visible. Se convirtió en un buen
marcador de navegación para la aviación alemana durante la Batalla de Inglaterra.)
Como se vio en el ejemplo 11.2, se puede reducir de manera apreciable la cantidad de
agua para lavado, si a esa agua se le añade un reactivo que incremente la solubilidad del
gas que se está extrayendo.

Ejemplo 11.7. En la planta generadora del ejemplo 11.6 se desea extraer el 90% del S0 2 al
lavar el gas de escape con una solución diluida de hidróxido de sodio, NaOH. ¿Cuánto
hidróxido de sodio se necesitará? ¿Qué problemas se encontrarán?
La reacción global (incluyendo la oxidación del sulfito hacia sulfato) será

2NaOH + S0 2 + Na2SO4 + H20 (11.22)

A partir del ejemplo 11.6, se sabe que se deben extraer (0.9)(0.001)(43.3 lbmol/s) = 0.039
(lbmol/s) de S02. Por lo tanto, se necesitarán, como mínimo, 2(0.039) = 0.078 lbmol/s de NaOH
(35 mol/s). Una lbmol de NaOH pesa 40 Ib, de modo que las necesidades anuales serán
0.078 • 40 • (3.15 x 107 s/año) = 98.4 x 106 lb/año = 49 200 toneladas cortas/año = 44 700
toneladas métricas/afio. Los precios de los productos químicos industriales fluctúan, pero
el precio del hidróxido de sodio es alrededor de 700 dólares/tonelada corta (base seca), de
modo que el costo de este producto para esta planta costaría alrededor de 34 millones
de dólares por año.

Si se compara este problema con el de la extracción del H2S de los ejemplos 11.1-11.4,
se ve lo siguiente:

1. El gasto volumétrico del gas es aproximadamente 1700 veces el del problema de la ex­
tracción del H2S (14 veces debido al mayor gasto molar, 120 veces en virtud de la pre­
sión más baja).
2. El costo de la energía para impulsar el gas por el lavador (véase el capítulo 7) es, por
tanto, 1200 veces más grande, para una ΔP igual. De este modo, minimizar la caída de
presión es mucho más importante en este problema que en aquél.
3. En este caso, no hay regeneradora. Si se regenerara la solución para producir una co­
rriente de S0 2 prácticamente puro, no se contaría con una manera económica para con­
vertirlo en un sólido inocuo, como lo hace el proceso de Claus con el H2S.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 375

En el ejemplo anterior se dijo poco acerca de las características internas de la columna


de absorción. Para el tratamiento del H 2 S a alta presión, se usan torres de platos o empaca­
das, con poco problema. Para el problema del S0 2 , en la figura 11.5 se muestran tres dispo­
siciones aceptables. La primera de éstas es un burbujeador simple, en el que se fuerza el
gas a presión a través de tubos perforados que se encuentran sumergidos en el líquido
lavador. Al subir las burbujas a través del líquido, tienden a estar en equilibrio químico
con éste. Si el líquido tiene profundidad suficiente y las burbujas son bastante pequeñas,
este tipo de dispositivo llevará el gas a estar cerca del equilibrio químico con el líquido.
Sin embargo, tiene una elevada caída de presión. La presión del gas debe ser por lo menos
igual a la carga hidrostática del líquido. Si, por ejemplo, el líquido tiene un pie de profundi­
dad, entonces la carga hidrostática será de 12 pulgadas de líquido, lo cual es bastante
grande como para que sea bastante caro (véase el ejemplo 7.1). En efecto, las columnas de
destilación y de absorción del tipo de platos son una serie de estos burbujeadores, apilados
uno arriba del otro, fluyendo el gas hacia arriba, desde uno hacia el siguiente, y el líquido
fluyendo hacia abajo, desde uno hacia el siguiente, a través de tubos conocidos como
tubos descendentes. A altas presiones, en donde las caídas de presión no son importan­
tes, constituyen el dispositivo de uso más amplio.
La segunda disposición es una cámara de rocío. En ella, el gas fluye hacia arriba por
una cámara abierta, mientras el líquido lavador cae desde boquillas rociaduras, bastante
parecidas a las regaderas de los cuartos de baño, a través del gas. En esta disposición, la
caída de presión del gas es pequeña, pero es difícil tender al equilibrio, debido a que ese
gas no entra en contacto con el líquido tan bien como lo hace en el burbujeador. No obs­
tante, se usa mucho en virtud de su sencillez, baja caída de presión y resistencia a la for­
mación de incrustación y taponamiento.
La tercera disposición es una columna empacada, la cual es semejante a la cámara de
rocío, excepto en que el espacio abierto está lleno con algún tipo de material sólido que

Salida Salida Salida


del gas del gas del gas

Entrada Entrada Entrada


del líquido del líquido del líquido

Empaquetadura
Entrada Entrada Entrada
del gas del gas del gas

Salida Salida Salida


del líquido del líquido del líquido

(a) b) (c)

FIGURA 11.5
Tres disposiciones aceptables para lavar un gas con un líquido: a) burbujeador, b) cámara de rocío, y
c) columna empacada.
376 CAPÍTULO 11

deja que el líquido recubra su superficie y resbale hacia abajo sobre él en forma de una
película delgada. El gas pasa entre los trozos de material sólido y entra en buen contacto
con las películas del líquido. En las más primitivas de estas columnas, los materiales sóli-
dos eran grava o rocas trituradas. En las más avanzadas, se usan formas especiales de
cerámica, plástico o metal que se fabrican para dar lugar a la distribución óptima de la su-
perficie del líquido para que entre en contacto con el gas. Este tercer tipo de contactor se
puede diseñar para tener una mejor transferencia de masa por unidad de caída de presión
en el gas que en cualquiera de los otros dos tipos. Las tres disposiciones, más combina-
ciones de ellas, se usan en la actualidad para extraer el SO, de los gases de la chimenea en
las plantas generadoras de energía eléctrica.
Las velocidades del gas en estos dispositivos van desde alrededor de 1 ft/s, en una
torre empacada, hasta 10 ft/s, para una cámara de rocío. Si se supone que se va a tratar el
gas del ejemplo 11.7 en una torre empacada, con una velocidad de ese gas de 1 ft/s, el área
de la sección transversal perpendicular al flujo de éste será

= 16 667 ft2 = 1548 m2

Si ésta es una sección transversal cuadrada, sus lados serían de (16 667 ft2)"2 = 129 ft
(39.3 m). Si, por otra parte, se trata de una cámara de rocío con una velocidad de 10 ft/s, el
área se reduciría en un factor de 10 y, por tanto, la longitud de cada lado en un factor de
3.16, hasta 41 ft. Una longitud típica en la dirección del flujo podría ser de 50 ft, de modo
que, para una planta de este tamaño, la cámara de contacto gas-líquido (si se usa el diseño
de torre de rocío) tendría un flujo vertical hacia arriba de gas a través de una torre cuadrada
con una altura de 50 ft y dimensiones horizontales de 41 x 41 ft. Eso es muy grande para
cualquier planta química, pero no muy grande para una planta generadora de energía eléc-
trica. La mayor parte de los diseñadores de equipo han preferido los recipientes cilindri-
cos, en lugar de los rectangulares, para facilitar la fabricación, y han dividido este volumen
en varios recipientes con flujo en paralelo. Esta selección evita tener que embarcar o fabri-
car un recipiente demasiado grande y garantiza que se puede sacar de servicio uno de los
recipientes para mantenimiento, mientras el resto se encuentra en operación. De este modo,
la planta generadora puede seguir operando, mientras una parte del lavador está fuera de
servicio.
¿Qué problemas podrían encontrar los dueños de una planta generadora? En primer
lugar, existe la cuestión de qué hacer con el sulfato de sodio producido. El sulfato de sodio
(también llamado "pastel de sal") se usa en la fabricación de detergentes y en la produc-
ción de papel, así como en algunos otros usos. Sin embargo, para esos usos, debe ser
bastante puro. El sulfato de sodio producido en este proceso estaría contaminado con la
ceniza volátil del carbón. (En la mayor parte de estas operaciones, el lavador está corriente
abajo de un precipitador electrostático, pero incluso en estos casos algunas partículas pa-
san por el precipitador y son capturadas en el lavador.) Por tanto, si se desea vender el
sulfato de sodio, tendría que extraerse de la solución (por evaporación y cristalización) y,
a continuación, purificarlo. Si se hiciera, se encontraría que la cantidad total producida
en unas cuantas plantas generadoras colmaría el mercado actual, de modo que, aun cuando
unas cuantas de estas plantas podrían vender su sulfato de sodio, la mayoría no podría
hacerlo. Debido a su solubilidad en agua, en general no es aceptable para llenar terraple-
nes, a menos que se protegiera bien contra la infiltración de agua.
Pero la dificultad real se encuentra con el bióxido de carbono. En lo anterior se supu-
so que se podría tratar el gas de escape con soluciones alcalinas diluidas y extraer el SO,,
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 377

el cual es un gas ácido. Sin embargo, el gas de escape de las fuentes de combustión con­
tiene otro gas ácido, el CO2. Normalmente, su concentración es más o menos del 12%, o
sea, 120 veces la del S0 2 . La constante de la ley de Henry para el C0 2 , a 30°C, es aproxima­
damente de 1900 atm. Si se aplica por dos veces la ecuación (11.4), se tiene

Si sencillamente se disolvieran estos gases en agua, es de esperar que se disolviera


3.2 veces tanto CO, como S0 2 , debido a que su concentración en el gas es tanto así ma­
yor. La situación con un álcali diluido es más compleja que con el agua pura, pero el resul­
tado es el mismo; a saber, se disolverá mucho más C0 2 que S0 2 . En general, no se tiene
interés en el destino del C0 2 , pero si llega a la solución, usará hidróxido de sodio por la
reacción
2NaOH + CO2 Na2C03 + H20 (11.23)

Todo hidróxido*de sodio usado de esta manera no se encuentra disponible para participar
en la reacción (11.22). ¡El problema real es cómo absorber un gas ácido al mismo tiempo
que no se absorbe otro gas ácido que está presente en una concentración mucho más
alta!
Por fortuna, es posible hacerlo porque el S0 2 forma un ácido mucho más fuerte que el
formado por el C0 2 . Las reacciones que ocurren en la fase líquida son éstas:

C02(gas) CO2(disuelto);+H20 H2C03 H + + HC0 3 (11.24)

SO2(gas) SO2(disuelto); +H20 H2S03 H+ + HS0 3 (11.25)

Estas dos reacciones muestran que el gas pasa del estado gaseoso al de disuelto; en se­
guida, reacciona con el agua para formar el ácido, el cual, a continuación, se disocia para
formar ion hidrógeno y el ion bisulfito o bicarbonato. Si se encuentra la concentración
correcta de H+ en solución, existe la posibilidad de que se impulse el equilibrio de la ecua­
ción (11.24) hacia al izquierda, al mismo tiempo que se impulsa el equilibrio de la ecuación
(11.25) hacia la derecha. En efecto, esto es posible, si la concentración de iones hidrógeno
se encuentra entre 10-4 y 10-6 moles por litro (pH = 4 hasta 6) [14]. Pero este cálculo hace
ver que no se puede usar una solución lavadora alcalina en lo absoluto; las soluciones
alcalinas tienen valores del pH de 7 o más. Para extraer el SO,, sin absorber el C0 2 , se debe
usar una solución lavadora que sea un ácido débil. Además, se debe tener cuidado en
controlar el pH de la solución, de modo que sea suficientemente ácida para excluir el C0 2 ,
pero no tan ácida como para excluir el SO,.
Si el problema fuera usar NaOH para extraer el S0 2 de una corriente de gas que no
contuviera otros gases ácidos, éste sería un problema sencillo para el que resultarían sa­
tisfactorias las técnicas comunes de la ingeniería química. El problema real es diferente del
antes mencionado, por las siguientes razones:

1. Está presente otro gas ácido, el CO,, que hará uso del álcali, a menos que se mantenga
la solución suficientemente ácida como para excluirlo.
2. La cantidad de álcali necesario es mucha y el costo del hidróxido de sodio es bastante
elevado que se preferiría usar, si es posible, un álcali más barato.
3. Se tiene que hacer algo con el producto de desecho, venderlo o disponer de él de ma­
nera permanente.
378 CAPÍTULO 11

Recalentador
Gas limpio de combustión
hacia la chimenea, 175°F

125°F

Eliminador de neblina:
agua de lavado
Gas de
combustión del
que se han
eliminado la Lavador
mayor parte de V g a s =l0ft/s,
Líquido lavador: 10% de
las partículas 400°F 125°F, tiempo
sólidos 50 gal/1000 acf
de residencia
(condiciones en la
del gas de 4 s
admisión)

Pasta aguada de piedra


caliza molida: 60% de Retorno de líquido limpio, 50 ppm de sólidos
sólidos, 1.2 • cantidad
Corriente de sangrado:
estequiométrica necesaria
10% de sólidos
Tanque de reten
del efluente;
residencia, 10 min Agua de
Aire de oxidación: el doble reemplazo
1% de sólidos
de la cantidad necesaria
para convertir todo el sulfito
en sulfato
Espesador
Ceniza volátil
Torta filtrante:
Hacia la 60% de sólidos
disposición
Corriente
inferior del
Mezcladora Filtro al vacío espesador: Tanque de
35% de derrame del
sólidos espesador

FIGURA 11.6
Diagrama de flujo de un lavador típico en húmedo con piedra caliza. Las temperaturas, gastos y
contenidos de sólidos son promedios de los que se encuentran en la práctica actual. (Tomado de Henzel y
otros [15].)

4. En virtud de que el volumen de gas que debe manejarse es muy grande, se debe tener
mucho cuidado en mantener baja la caída de presión en el lavador. Las caídas de pre­
sión que normalmente se aplican en la industria del petróleo y la química, en los
absorbedores de gas, es demasiado grande para que sea aceptable en este caso.

11.5.1 Lavadores en húmedo con piedra caliza


El dispositivo de uso más amplio para tratar con estos problemas es el lavador en húmedo
con piedra caliza, figura 11.6. En el se ve que el gas de combustión, del cual se han quitado
las partículas sólidas de ceniza volátil, pasa a una torre en donde entra a contracorriente
con una pasta aguada lavadora que contiene agua y partículas de piedra caliza (así como
partículas de otras sales de calcio). En principio, éste es igual al lavador de H2S de los
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 379

ejemplos 11.1 -11.4. En la figura 11.6 se muestra el recipiente del lavador como una torre de
rocío, con rocíos múltiples y un eliminador de neblina; en algunos otros diseños se usa
una empaquetadura con un área muy abierta en la torre o diseños especializados de
burbujeadores. En la torre, el S0 2 se disuelve en la pasta aguada y reacciona con la piedra
caliza (y con las otras sales de calcio, disueltas o suspendidas), con lo que se produce
C0 2 , el cual entra a la corriente de gas, y CaS03 sólido. Este último se oxida casi por com­
pleto hasta CaS0 4 , parcialmente por el exceso de oxígeno en los gases de combustión que
entran a la torre, parte en el tanque de retención del efluente, o en el espesador, o en el
recipiente adicional de oxidación, rociado con aire (no mostrado en la figura 11.6).
La pasta aguada se recircula desde el tanque de retención. Una corriente lateral se
lleva hacia un espesador (también conocido como sedimentador) y se filtra para extraer
los sólidos; al final, el S0 2 capturado debe salir del sistema como CaS0 3 o CaS0 4 en este
sólido de desecho. En el tanque de retención del efluente se añade piedra caliza nueva,
finamente molida. El lavador operará a la temperatura de saturación adiabática o cerca
de ésta (véase la sección 7.8) del gas entrante de combustión, la cual es más o menos de
125°F. Por lo general, el gas limpiado de combustión se recalienta hasta alrededor de 175°F,
para recuperar el empuje de la columna de humo e impedir la corrosión ácida de los ductos
y de la chimenea, corriente abajo del recalentador, y a continuación se libera hacia la chi­
menea. El contenido de agua de la pasta aguada de desecho se reduce por espesamiento
y, a continuación, filtración al vacío. A menudo, la torta filtrante se mezcla con ceniza volá­
til seca de la misma planta para producir una corriente de desecho sólido que tiene un
contenido de agua todavía más bajo. La mezcla resultante es más fácil de manejar y de
almacenar conforme va hasta su destino final: un terraplén.

Ejemplo 11.8. Normalmente, las boquillas rociadoras de la figura 11.6 se diseñan para pro­
ducir gotitas con un diámetro promedio de alrededor de 3 mm.

a) ¿Con qué rapidez caen, en relación con el gas y en relación con el recipiente?
b) Para el gasto de pasta aguada que se muestra en la figura, ¿cuál es la precipitación
pluvial equivalente, en in/s?
c) ¿Qué fracción de las gotitas se evaporan para llevar el gas desde su temperatura de
admisión hasta su temperatura de saturación adiabática?
d) Si los sólidos que se encuentran en la pasta aguada son 10% de CaC0 3 y si el 90% del
S0 2 en el gas reacciona con ellos, ¿qué fracción del CaC0 3 reaccionará al realizar la
pasta aguada una pasada por el lavador?

Solución
a) En la figura 8.5 se lee que es de esperar que una esfera de 3 mm, con una gravedad
específica (g.e.) de 1.0, caiga a más o menos a 20 ft/s. (La g.e. será ligeramente mayor
que 1, por la presencia de los sólidos disueltos y dispersos, y la forma no será la de
una esfera porque la gota es de fluido. La estimación de 20 ft/s todavía es admisible.)
Esta velocidad es con relación al gas; con relación a las paredes del lavador, la veloci­
dad será (20 - 10 = 10) ft/s.
b) La precipitación pluvial equivalente es
380 CAPÍTULO 11

(Aparece la relación de temperaturas porque los gastos del líquido están expresados
con base en las condiciones en la admisión, mientras que la velocidad del gas está
basada en la temperatura del lavador.) Esto se encuentra bastante más allá de la preci­
pitación pluvial en el exterior. Los chaparrones a veces entregan unas cuantas pulga­
das por hora; esto es más de una pulgada por segundo,
c) Por el ejemplo 7.8, se sabe que la relación de agua evaporada se expresa por

(0.25 Btu/lb•°F)(125•400)°F Ib de agua


= 0.065
1055 Btu/lbm Ib de aire

La relación líquido-gas que pasa hacia arriba y hacia abajo del lavador es

50 gal 8.3 Ib de agua ft3 585 °R


1000 acf gal 0.075 Ibm de gas 528°R
Ib de agua
Ib de gas

de modo que, en el interior del recipiente del lavador, se evapora alrededor del 1% del
agua.
d) Si se supone que el gas que se va a tratar corresponde a la composición del "carbón
típico" del ejemplo 7.6, se ve que 1000 acf corresponden a 614 scf, lo cual corresponde
a 1.59 lbmol. El bióxido de azufre contenido es 1130 x 10-6 multiplicado por esto, o sea,
0.0018 lbmol. Si se captura el 90%, eso será 0.0016 lbmol, las que requieren un número
igual de moles de CaCO3 o sea (0.0016 • 100) = 0.16 Ib de CaCO3. La pasta aguada que
corresponde a estos 1000 acf es 50 gal • 8.3 lb/gal ≈ 430 Ib y el 10% de eso son sólidos,
o sea 4.3 Ib. De los sólidos, el 10% es CaC03, o 4.3 Ib. Por tanto, la fracción del CaCO3,
convertido en una pasada por el lavador es (0.16/4.3) = 0.04 = 4%.

Este ejemplo hace ver que las razones de circulación del líquido en estos lavadores
son muy, muy grandes. Como consecuencia, aun cuando se extrae la mayor parte del SO2
del gas, la pasta aguada lavadora pasa a través de ellos prácticamente inalterada. La mayor
parte de las reacciones químicas se llevan a efecto en el tanque de retención del efluente.
(La pasta aguada permanece cuando más unos cuantos segundos, por pasada, en el lavador
y alrededor de 10 minutos, entre pasadas por el lavador, en el tanque de retención.)

11.5.1.1 Problemas con los lavadores con piedra caliza. En la década de 1970 y princi­
pios de la de 1980, la industria de generación de electricidad padeció a través del muy
doloroso periodo de desarrollo de los lavadores con piedra caliza. Por ahora, los proble­
mas principales han sido resueltos en gran parte, y estos aparatos son razonablemente
confiables y útiles, si se diseñan y operan en forma adecuada. Los problemas principales
en el desarrollo fueron éstos:

1. Corrosión: Los gases de escape provenientes de la combustión del carbón contenían


pequeñas cantidades de muchos productos químicos; por ejemplo, cloruros (véase el
problema 11.17). En un ambiente ácido, éstos probaron ser mucho más corrosivos para
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 381

los metales, incluyendo los aceros inoxidables, de lo que habían anticipado los
diseñadores de los primeros sistemas.
2. Depósito de sólidos, incrustación y taponamiento: El sulfato de calcio y sus productos
químicos cercanos son ligeramente solubles en agua y pueden precipitarse sobre las
superficies sólidas, para formar incrustaciones duras y durables que son muy difíciles
de quitar. Éstas son las "incrustaciones de calderas" que se forman en las teteras y en
los calentadores de agua. Se formaban incrustaciones en válvulas, bombas, instrumen­
tos de control y, en general, en todas partes en donde su efecto podía causar los ma­
yores problemas.
3. Taponamiento del eliminador de neblina: Las boquillas rociadoras que se muestran en
la figura 11.6 no producen gotas totalmente uniformes; algunas de ellas son bastante
pequeñas como para ser arrastradas junto con el gas y deben quitarse de éste en el
eliminador de neblina (un filtro de profundidad de acero inoxidable; véase la sección
9.2.2). Si no se eliminan, obstruirán y corroerán los ductos corriente abajo del lavador.
Los sólidos contenidos en esas pequeñas gotas obstruían los primeros eliminadores
de neblina.
4. Mala utilización del reactivo: Los sulfatos y sulfitos productos se pueden precipitar
sobre la superficie de las partículas de piedra caliza, bloqueando de esta manera su
acceso a la solución lavadora. Esto causa que un porcentaje elevado de la piedra caliza
pase sin reaccionar hacia el producto sólido de desecho, lo que eleva los costos del
reactivo y de la disposición del desecho.
5. Mala separación sólido-líquido: El CaS03 tiende a formar cristales que son placas pla­
nas y pequeñas. Éstas son muy buenas para atrapar y retener el agua. Si el producto
sólido tiene demasiados de estos cristales, tendrá la consistencia de pasta de dientes y
no es aceptable para los terraplenes. El CaS04 forma cristales más grandes y más re­
dondos que son mucho más fáciles de sedimentar y filtrar. Los agentes floculantes aña­
didos en el espesador mejoran esta separación.

En principio, estos sistemas se diseñan por los mismos métodos que los de los ejem­
plos 11.1-11.4. En la práctica, los cinco problemas que se acaban de describir han domina­
do el diseño y se han dedicado todos los esfuerzos para vencerlos. Ahora, se han resuelto
o se han reducido la mayor parte de estos problemas, hasta proporciones manejables, me­
diante el control cuidadoso de la química del proceso, un buen diseño mecánico y la ope­
ración cuidadosa. Continuamente se están mejorando el diseño y las prácticas de opera­
ción [12]. Pero estos lavadores todavía son caros y problemáticos, y generan grandes
cantidades de desecho sólido, cuya disposición constituye un problema. Se han publica­
do descripciones detalladas del diseño, la química y la experiencia de operación de estos
lavadores [15, 16].

11.5.2 Otros enfoques


Durante el periodo de desarrollo del lavador con piedra caliza, cuando las penalidades de
su crecimiento parecían insoportables (muchos creyeron que nunca trabajarían satisfacto­
riamente), se sugirieron y probaron muchos otros enfoques para el problema. En la tabla
11.2 se resumen estos enfoques por el tipo de reactivo y por el proceso.

11.5.2.1 Otros sistemas en húmedo. El Ca(OH)2 (cal hidratada, cal viva) es una alterna­
tiva para la piedra caliza en los procesos de desecho, en húmedo. (Procesos de desecho
382 CAPÍTULO 11

son aquellos en los que el reactivo se usa una vez y, a continuación, se desecha.) Su uso
es semejante al de la piedra caliza, ilustrado en la figura 11.6. Normalmente, se añade CaO
(cal, cal calcinada) al tanque de retención y allí se hidrata para formar Ca(OH)2. Éste es
químicamente más reactivo que la piedra caliza, debido principalmente a que tiene una ma­
yor área superficial. (El CaO se prepara por calentamiento de la piedra caliza y extracción
de C0 2 . El resultado es una estructura porosa, como se analiza en la sección 10.3.3.1. Áreas
superficiales típicas son de 15 m2/g.) Pero para usar el CaO se requiere un paso adicional
de proceso con el fin de prepararlo para su inserción en el proceso que se muestra en la
figura 11.6. En los primeros días de la evolución del lavador, parecía que esta reactividad
adicional era necesaria, pero a medida que se han resuelto en su mayor parte los proble­
mas con los lavadores en húmedo con piedra caliza, ha parecido menos probable que la
reactividad adicional de la cal recompense su costo mayor. Todos los demás reactivos que
se muestran son más caros que la piedra caliza y no se usarían en un proceso de desecho,
en húmedo, en donde se puede hacer trabajar esa barata piedra.
En la tabla también se presentan los sistemas de álcali doble como de desecho, en
húmedo. Éstos se idearon en los primeros días de la evolución del lavador de piedra caliza,
como respuesta a los problemas de depósito de sólidos, formación de incrustaciones y
taponamiento que se producían por el uso de los compuestos de calcio en el lavador. Con
los procesos de álcali doble se evitaron estos problemas, aplicando el sistema cuyo es­
quema se muestra en la figura 11.7. El paso de lavado se realiza con una solución de carbo­
nato de sodio o de bicarbonato de sodio, en presencia de una concentración muy baja de
calcio. La solubilidad de las sales de sodio es mucho mayor que la de las sales de calcio,

TABLA 11.2
Algunas posibilidades para extraer el S0 2 de las corrientes de gas diluido
Reactivos

Ca(OH)2, Na 2 C0 3 , NaHC0 3 , Adsorbentes


CaC0 3 , cal hidratada carbonato bicarbonato o absorbentes
Procesos caliza (cal viva) de sodio de sodio regenerables

De desecho, Lavado con Lavado con

en húmedo piedra caliza cal

De álcali doble Álcali doble Álcali doble

De desecho, Inyección de Inyección de Inyección en Inyección en


en seco piedra caliza cal a las la caldera o en la caldera o en
a las calderas calderas el humero el humero
En húmedo y Secadores de Secadores de Secadores de
en seco rocío rocío rocío

Regenerativos Muchos tipos,


produciéndose
S0 2 , S, o H 2 S0 4 .
Algo de control
tanto del S0 2
como de los
NOx.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 383

Gas limpio de combustión


Recalenlador
hacia la chimenea, 175°F

125°F

Eliminador de neblina:
agua de lavado

Líquido lavador
Gas de
combustión 400°F Lavador

Cal molida o pasta


aguada de piedra caliza Agua de
reemplazo.
Tanque de Carbonato o
retención bicarbonato
del efluente de sodio de
reemplazo

Aire de oxidación

Espesador

Hacia la Torta
disposición filtrante
Corriente
inferior del
Mezcladora Filtro espesador Tanque de
al vacio derrame del
espesador

FIGURA 11.7
Diagrama de flujo para un lavador de álcali doble. La ventaja de este lavador, sobre el de la figura
11.6, es que no se tiene (o hay muy poco) material sólido en él. Tiene la desventajas de un espesador
mucho más grande y las necesidades de un caro reactivo adicional, su sistema de almacenamiento y
alimentación, etcétera.

de modo que, en el lavador, todas las sales se encuentran en solución y el líquido prácti­
camente no contiene sólidos.
Cuando el líquido se extrae del lavador, el álcali se regenera con cal o piedra caliza en
el tanque de retención. La reacción principal en el lavador es
384 CAPÍTULO 11

donde se extrae el calcio, como yeso o como un carbonato de calcio sin reaccionar (o como
hidróxido de calcio). Algo del carbonato de sodio disuelto se pierde en la solución, en la
torta filtrante húmeda, de modo que se añade carbonato o bicarbonato de sodio adicional
en el tanque de derrame del espesador y el líquido limpio que sale de éste se usa como el
líquido lavador.
Debido a la baja solubilidad del CaS04, alrededor de 1800 ppm a 125°F, en el espesador
se extraerá la mayor parte del calcio (si las condiciones se controlan con mucho cuidado) y
la solución que se regresa al lavador debe tener un contenido suficientemente bajo de
calcio que no formará sólidos en él. La ausencia de sólidos hace que el lavador sea senci­
llo y no tenga dificultades; pero el proceso de álcali doble agrega la complejidad de un
conjunto por completo diferente de productos químicos, así como su control, y requiere
un espesador mucho más grande. A medida que se ha aprendido a controlar la química de
la pasta aguada y a mejorar el diseño mecánico detallado del lavador, para resolver los
problemas con el depósito de sales de calcio en los lavadores comunes con piedra caliza,
se ha desvanecido el interés por los procesos de álcali doble [12],

11.5.2.2 Sistemas en seco. El manejo de sólidos y las dificultades para disponer de los
lodos húmedos, que forman parte de los procesos de desecho, en húmedo, indujo a los in­
genieros a concebir los procesos de desecho, en seco, que tendrían menos corrosión y
dificultades de formación de incrustaciones, así como que producirían un producto de de­
secho mucho más fácil de manejar y de disponer de él. En todos estos sistemas se inyec­
tan partículas alcalinas secas en la corriente de gas, en donde reaccionan con éste para
extraer el S0 2 . En seguida, las partículas que contienen el S0 2 se capturan en el dispositi­
vo colector de partículas que debe tener la planta para capturar la ceniza volátil (con más
frecuencia, un cuarto de sacos; a veces, un ESP). Si tiene éxito, este procedimiento elimina
los problemas que se tienen con la disposición del lodo húmedo que sale del lavador, así
como todas las dificultades relacionadas con el proceso en húmedo con piedra caliza. Au­
menta el volumen de sólidos secos de los que debe disponerse, pero eso se considera un
problema menos difícil. En la figura 11.8, se tiene el esquema del diagrama de flujo para
esos sistemas.
En la tabla 11.2 se tienen cuatro entradas referentes a "De desecho, en seco". En las
primeras dos se requiere la inyección de piedra caliza en polvo en la caldera. En la parte de
temperatura elevada del hogar, la piedra caliza se convertiría en cal, de modo que, de cual­
quier manera, el reactivo activo sería el CaO. La reacción deseada es
CaO + S0 2 CaSO, (11.28)

En seguida, el CaSO, se oxidaría para llevarlo a CaS04. En principio, esto debiera funcio­
nar, pero la mayor parte de las pruebas han demostrado que, para lograr elevadas eficiencias
de captura del S0 2 , se debe poner un exceso grande de cal o de piedra caliza en el sistema,
incrementando de este modo los costos de los reactivos, así como la carga en el colector
de partículas y el volumen de los desechos sólidos de los que debe disponerse. Sin em­
bargo, si usan el NaHCO3 o el Na2CO3 más reactivos (y mucho más caros), la eficiencia de
captura es mucho mejor, en su mayor parte debido a la reactividad química mucho más alta
de estas sales de sodio.

Ejemplo 11.9. Yeh, Demski y Joubert encontraron, en una de muchas pruebas, una extrac­
ción del 90% del SO2, en una prueba en planta piloto en la que inyectaron NaHCO, fina­
mente molido (32 μ) en el ducto que lleva el gas de escape desde un hogar piloto a escala,
quemando carbón, hasta un cuarto de sacos. El carbón fue el "carbón de veta típica de
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 385

Reactivo alcalino Gas de escape con 99+%


entregado al hogar de partículas y más o menos
o al humero el 90% de S02 extraídos

Húmero
Aire Hogar Dispositivo de control
de partículas: filtro
Com­ o ESP
bustible

Material que se está calentando Ceniza + reactivo


alcalino y S0 2
capturado

FIGURA 11.8
Diagrama de flujo para los sistemas de control del S0 2 , aplicando la adición
de sólidos secos.

Pittsburgh" del ejemplo 7.6. La alimentación del NaHC03 se eligió de modo que se sumi­
nistraran 1.5 moles de 2Na por cada mol de S en el carbón quemado [17]. El gas de com­
bustión estaba a 400°F. No se fijó el exceso de aire pero se supuso que fue del 20%. El
filtro tuvo una velocidad en la cara de 4.25 ft/min y se limpió cada 30 minutos. El tiempo de
recorrido del gas entre el punto de inyección del sólido y el cuarto de sacos fue de 0.5 s.

a) ¿Cuántos kilogramos de NaHCO, usaron por kilogramo de carbón?


b) En la mezcla de gas y sólido que pasó hasta el cuarto de sacos, ¿cuál fue la distancia
promedio entre las partículas de sorbente? (Esta distancia es aproximadamente cuatro
veces la distancia que tendría que moverse por difusión una molécula promedio de
S0 2 para encontrar una partícula y ser absorbida por ésta.)
c) En la torta filtrante, ¿qué fracción en peso de los sólidos fue NaHCO, sin reaccionar?
d) En el gas que fluyó a través de la torta filtrante en el cuarto de sacos, ¿cuál fue la
distancia promedio entre el gas que fluía y las partículas capturadas? ¿Cuál fue el tiem­
po promedio que tardó el gas en fluir a través de la torta filtrante capturada?

Solución
a) Si se elige como base 1 kg de carbón, entonces

moles de S= 1000 g• 0.016• mol de S = 0.5 mol


32 g de S
moles de NaHCO, = 2 • 1.5• moles de S = 1.5 moles
masa de NaHCO, 1.5 moles
kg de carbón kg de carbón
g de NaHCO3 kg de NaHCO3
= 126 = 0.126
kg de carbón kg de carbón
386 CAPÍTULO 11

b) A partir del ejemplo 7.6, se sabe que 1 kg de este carbón, quemado con 20% de exceso
de aire, produce 442.4 moles de gases de combustión. A 400°F, se encuentra que
Volumen del gas de combustión 442.4 moles 0.0224
kg de carbón quemado kg de carbón

= 17.33 m3 a 400°F
kg de carbón quemado

La gravedad específica del NaHC03 es 2.20, de modo que el volumen de 0.126 kg es


masa 0.126 kg
V= = 0.057 L
gravedad específica 2.20 kg/L

El volumen de cada partícula es

(32 x l0-6 m)3 = 1.7 x l0-14 m3

y el número de partículas de NaHC03 por kilogramo de carbón es

Número =
V
' total 0.057 x l0-3 m3 = 3.3x109
v 1.71 x l0-14 m3
partícula

Si éstas se dispersan de manera uniforme (¡una gran hipótesis!) en 17.33 m3 del gas de
combustión, cada una ocupará un cubo con volumen (17.33 m3/3.3 x 109) = 5.3 x 10-9
m3. La longitud de la arista de cada cubo es la raíz cúbica de esto, o sea, 1.74 mm. La
distancia promedio que tendría que difundirse una molécula de gas para encontrar a
una de esas partículas sería alrededor de la cuarta parte de esto, o sea, alrededor de
0.5 mm.
c) En la torta filtrante se tendrán 0.089 kg de ceniza por kg de carbón. Si el 90% del S se
convierte en Na2S04, se tendrán 0.5 x 0.9 = 0.45 mol de Na 2 S0 4 = 64 g = 0.064 kg. El
NaHC03 sin reaccionar será (1.5 - 0.9) = 0.6 mol = 50.4 g. Por tanto, la fracción en peso
de NaHC03 en la torta filtrante será 50.4/(89 + 64 + 50.4) = 0.25 = 25%.
d) En una torta filtrante bien formada, el diámetro de los poros a través de ella será del
orden de magnitud de las partículas más pequeñas capturadas (véase la sección 9.2.1).
Para un hogar de carbón pulverizado, esto será del orden de una micra, de modo que la
distancia máxima que tendría que difundirse una molécula de gas hacia la superficie
sólida, al fluir a través de la torta filtrante, es del orden de una micra.

El tiempo que el gas tarda en fluir a través de la torta es el espesor promedio de ésta
dividido entre la velocidad de aquél. En este problema, se sabe que 1 kg de carbón produ­
cirá una torta que contiene (89 + 64 + 50.4) = 203.4 g. Con base en el ejemplo 7.6, se sabe
que el mismo kilogramo de carbón producirá 442.4 moles de gas. Por tanto, si se usa como
base 1 kg/min de combustible, el gasto de gas hacia el filtro, a 400°F, sería

y el área del filtro sería


A= =13.3m2
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 387

En los 30 minutos entre limpiezas, el filtro acumularía 30 • 203.4 = 6102 g de sólidos, o sea,
459 g/m2 de superficie del filtro. Si se supone una densidad de la torta de 1.5 g/cm3 (= 1500
kg/m3), se calcula un espesor de la misma en el momento de la limpieza de

Δx= = =0.00031 m = 0.3 mm

Los espesores observados son mayores que éste, debido a la limpieza incompleta (véase
la sección 9.2.1), de modo que se supone un espesor promedio de la torta de 1 mm. La
velocidad del gas en el exterior de la torta es de 4.25 ft/min. Adentro de la torta, su veloci­
dad es este valor dividido entre la porosidad de la misma, típicamente alrededor de 0.2, o
sea 21.2 ft/min = 0.35 ft/s. El tiempo para recorrer 1 mm de torta es

Δt= = = 0.009 s

Al final de este largo ejemplo, se ve que, en el humero que conduce hacia el filtro, el
gas permanece alrededor de 0.5 s, con una distancia promedio de difusión hacia una partí­
cula de más o menos 0.5 mm; en tanto que, en la torta filtrante, el gas permanece alrededor
de 0.0ls, con una distancia promedio de difusión de aproximadamente 0.001 mm. En los
problemas de difusión, es típico que se produzcan efectos iguales para valores iguales
(tiempo/distancia2), de modo que para estos valores del tiempo y de la distancia, es de
esperar que la mayor parte de la reacción entre el gas y el sólido ocurra a medida que aquél
fluye a través de la torta filtrante. La mayor parte de las pruebas de este tipo han demos­
trado que, en virtud de que las trayectorias de difusión en la torta filtrante son tan cortas,
la reacción allí es bastante eficaz y es donde ocurre la mayor parte de la captura del azufre.
En este ejemplo sencillo se omite una gran parte del comportamiento complejo de la reac­
ción química entre el gas y el sólido, pero sí hace ver que es posible extraer de esta manera
mucho del S0 2 en una corriente de gas de combustión, con el empleo del NaHC0 3 reactivo
(y caro).
En principio, el diseño de estos aparatos se hace de la misma manera que la ilustrada
en los ejemplos 11.1-11.4. Empero, en este caso se tiene flujo coordinado, que es mucho
menos eficiente que el contraflujo. La transferencia de masa entre los gases y sólidos se
ha comprendido mucho menos bien que la existente entre gases y líquidos, de modo que
el diseño de estos aparatos depende de manera mucho más intensa de las pruebas y del
empirismo que el diseño de sistemas como el de la figura 11.1.

11.5.2.3 Sistemas en húmedo y en seco. En los sistemas en húmedo y en seco (tabla


11.2) se combinan algunas características de las dos clases antes descritas de sistemas.
Los sistemas en húmedo y en seco de uso más amplio son los secadores de rocío; en la
figura 11.9 se muestra el diagrama de flujo de esta disposición.
Los secadores de rocío se usan con amplitud en las industrias de procesos. Masters
[18] presenta una lista de cinco páginas de productos rocíos secados con fines comercia­
les; por ejemplo, la leche en polvo, el café instantáneo, los detergentes para lavar, etcétera.
En todos esos secadores de rocío, un líquido (casi siempre agua) que contiene sólidos
disueltos o suspendidos se dispersa como gotitas en una corriente de gas caliente. La
dispersión se puede hacer por medio de una boquilla atomizadora de gas a alta presión o
con una rueda atomizadora que gira con rapidez (aproximadamente a 10 000 rpm). El gas
caliente se encuentra bien por encima de la temperatura de ebullición del agua, de modo
que el agua que se encuentra en las gotitas se evapora con rapidez. Las partículas forma­
das a partir de las gotas en evaporación se secan antes de llegar a la pared o al depósito
388 CAPÍTULO 11

del fondo del secador, de modo que forman un polvo que fluye con rapidez y que se extrae
con facilidad.
En la industria se utiliza con mayor frecuencia un secador de rocío cuando el produc­
to es sensible al calor. El secado se realiza con mucha rapidez y el polvo también se puede
enfriar con rapidez, antes de que salga del secador. Además, al controlar la concentración
de sólidos en la alimentación y el tamaño de las gotitas, se puede controlar el tamafto de
las partículas producidas, a menudo dando lugar a una distribución del tamaño de partícu­
la que no se obtiene con facilidad de alguna otra manera. Con frecuencia, con sólidos so­
lubles se pueden producir partículas que son esferas huecas. El estudiante debe observar
algún café en polvo (no café secado por congelación) o detergente para lavar, como ejem­
plo de productos que se fabrican de esta manera.
En el tratamiento de gases de combustión que contienen S0 2 , como se muestra en la
figura 11.9, el gas caliente entra a la cámara secadora de rocío, por lo común desde el cos­
tado o la parte superior, o desde ambas partes, y con mayor frecuencia fluye hacia afuera
por el fondo o el costado, o por un tubo de salida que penetra por debajo en el recipiente
secador. La pasta aguada del reactivo se dispersa como gotas de 10 a 50 μ, conteniendo
más o menos 30% en peso de sólidos. Las partículas resultantes son suficientemente pe­
queñas como para que la mayor parte sean arrastradas junto con la corriente de gas; esta
característica es diferente a las de la mayor parte de los secadores de rocío para productos
comerciales, en los que las partículas son bastante grandes (o la velocidad del aire bastan-

Pasta aguada del reactivo en agua,


Gas limpiado
hasta 30% de sólidos
hacia la
chimenea
Corriente de
gas y sólidos,
150-170°F

Gas de Secador de rocío, 6


combustión, a 8 s de tiempo de
400°F residencia del gas
Cuarto
de sacos

Sólidos,
los cuales se Sólidos de desecho
reciclan hacia hacia el terraplén
la pasta (algunos sólidos se
aguada de reciclan hacia la pasta
reemplazo o se aguada, para mejorar el
soplan hacia el uso del reactivo)
cuarto de
sacos

FIGURA 11.9
Diagrama de flujo para el proceso de secadores de rocío para la extracción del SO, de los gases de
chimenea.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRF. 389

te pequeña) como para que la mayor parte de las partículas se sedimenten hasta el fondo
del secador. En la figura 11.10 se muestran algunos resultados de pruebas obtenidas de un
secador de una planta piloto grande, diseñado para controlar el SO,.
A éste se le conoce como sistema en húmedo y en seco porque parte de él se semeja
a un lavador con cal húmeda y parte es como la inyección de sorbente seco. Las gotas
recién formadas se comportan de manera muy semejante a las gotas en el interior de un
lavador con cal húmeda. El S0 2 se disuelve en el agua y allí reacciona con el Ca(OH) 2
disuelto. Conforme el agua se evapora de las gotas, cada una de las partículas finas que se
encuentran en ellas se coagulan para formar una sola partícula porosa a partir de cada
gota. Esta partícula entonces se comporta como las partículas de sorbente seco inyecta­
das en las pruebas que se analizan en el ejemplo 11.9.

Ejemplo 11.10. En la figura 11.10, con una relación de reactivo de 1.1:


a) ¿Cuál es el porcentaje de eficiencia del secador de rocío por sí solo para la captura del
SO 2 ?
b) ¿Cuál es el porcentaje de eficiencia del filtro por sí solo para la captura del S0 2 , con
base en la concentración de entrada al filtro?
c) ¿Cuánta agua se admite por libra de gas que entra?
d) ¿Cuántos sólidos se alimentan y qué fracción de ellos se recicla?
é) En la mezcla de gas y partículas en el secador de rocío, ¿cuál es el espaciamiento pro­
medio entre las gotas a medida que se convierten en partículas?

Solución
a) Al leer en la figura 11.10, se encuentra un eficiencia del 68% en el secador de rocío y de
17% en el filtro. (La suma de éstas es 85%, en tanto que en la curva global se lee 87%,
la que indica una modesta incoherencia entre las curvas.)
b) Para el filtro, el gas entrante tiene 100% - 68% = 32% del SO, original, de modo que su
eficiencia de captura del SO, es

11 = = 53%

Si se ven estas eficiencias como penetraciones, se calcula

P g l o b a l = Psecador Pfiltro = 0.32 •0.47 = 0.1 5

(Probablemente, la eficiencia de captura del filtro para las partículas es > 99%.)
c) La temperatura en la admisión es de 325°F y la de aproximación a la saturación adiabática
es de 20°F. No se da el contenido de humedad del gas en la admisión, pero se supone
que es 8% molar ≈ 0.054 lb/lb. Por el procedimiento mostrado en la figura 7.5, se en­
cuentra que la temperatura correspondiente de saturación adiabática es alrededor de
128°F. Por tanto, la temperatura de salida es de 148°F. Mediante cálculos semejantes a
los del ejemplo 7.8, se encuentra que el contenido de humedad a la salida es poco más
o menos de 0.101 lb/lb, de modo que la humedad añadida es (0.101 - 0.054) = 0.047 lb/lb
de aire. (En este caso, se aplican las propiedades del aire; para los gases de combus­
tión, las propiedades son ligeramente diferentes.)
d) La pasta aguada tiene 30% en peso de sólidos, de modo que la razón de alimentación
de éstos es
390 CAPÍTULO 1

Leyenda
Extracción del S0 2 de la línea de referencia
• Global
■ Secador de rocío
▲ Filtro de lienzo*
Ajuste estadístico
Condiciones de la prueba
Reactivo de cal, con reciclaje hasta de un
30% de sólidos
2000 ppm de SO2 en la admisión
Temperatura de aproximación de 20°F
Velocidad del atomizador de 16 000 rpm
Tiempo de residencia de 6.8 s
Temperatura en la admisión de 325°F
* Con base en la concentración de S0 2 en la
admisión a! secador de rocío

Relación del reactivo, moles de Ca(OH)2 alimentado/mol de S02 entrante

FIGURA 11.10
Resultados de pruebas para un secador de rocío de una planta piloto en las que se
procesaron 4200 scfm de gas de combustión con 2000 ppm de S0 2 , utilizando Ca(OH)2
[19]. La curva de utilización del 100% corresponde a la conversión de todo el Ca(OH)2 en
CaS0 4 . Copyright © 1991. Electric Power Research Institute. EPRI GS-7449. Evaluation
of a 2.5-MW Spray Dryer/Fabric Filter SO, Removal System. Reimpreso con autorización.

0.3 0.47 0.020 Ib de sólido


0.7 Ib de gas

La razón de alimentación de la cal es


lb de Ca(OH)2
= 1.1 = 1.27 • 0.002 = 0.0056
Ib de gas
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 391

Por tanto, (0.0056/0.020) = 28% de los sólidos son Ca(OH)2 nuevo y el restante 72%
son sólidos reciclados del cuarto de sacos o del fondo del secador de rocío,
e) Para 1.0 Ib de gas, se tienen 0.047 Ib de agua y 0.020 Ib de sólidos, o bien, 0.067 Ib de
pasta aguada. Si se estima la gravedad específica de esta última como 1.2, se estima el
volumen de pasta aguada por libra de gas como

Vpasta aguada = = = 8.9 x 10-4 ft3 = 2.5 x 10-5 m3

y para un tamaño promedio supuesto de la gotita de 20 μ, se calcula el número de


gotas por Ib de gas como

N= =6.l x l0 9

y el volumen de 1.0 Ib de gas a la temperatura promedio del secador fue

Si se divide este valor entre el número correspondiente de partículas, se encuentra que


cada partícula ocuparía un volumen de 8.2 x 10-11 m3, lo que corresponde a un cubo
con una longitud de arista de 0.4 mm.

Al final de este largo cálculo, se ve que las partículas resultantes son más pequeñas
que en el ejemplo del sólido seco y hay más de ellas por unidad de volumen. Además, el
tiempo de contacto entre ellas y el gas es más de 10 veces mayor. La velocidad estimada
de reacción para las gotitas con partículas de Ca(OH)2 no es tan grande como para el
NaHC0 3 , pero con el menor espaciamiento y el mayor tiempo de contacto, se extrae una
cantidad adecuada de S0 2 .
La cantidad de agua que se puede introducir en estos aparatos queda limitada por la
cantidad que el gas caliente puede evaporar. Si se introduce más agua que la necesaria
para enfriar el gas hasta la temperatura de saturación adiabática (véase la sección 7.8),
entonces no se evaporarán todas las gotas, las partículas resultantes quedarán húmedas y
pegajosas (con lo que se obstruye el filtro) y el equipo secador y corriente abajo sufrirá
severa corrosión. La leyenda en la figura 11.10 da una condición de prueba de "temperatu­
ra de aproximación de 20°F, con lo que se indica que la cantidad de agua que se alimentó
en la pasta aguada se limitó para mantener la temperatura del gas 20°F arriba de su tempe­
ratura de saturación adiabática. Los datos de pruebas indican que la eficiencia de captura
mejora al aproximarse a la saturación, posiblemente porque gran parte de la reacción se
lleva a efecto antes de que la gotita se convierta por completo en sólido y una aproxima­
ción ajustada en la temperatura mantiene las gotas húmedas durante más tiempo [20]. Ade­
más, a humedades relativas altas, las partículas de Ca(OH)2 absorberán una o dos capas
moleculares de agua, incrementándose mucho de esta manera su reactividad, en compara­
ción con la del Ca(OH)2 por completo seco, a la misma temperatura. La absorción de agua
incrementa la eficiencia de captura, después de que las gotitas se evaporan, tanto en el
interior del secador de rocío como en el cuarto de sacos. Los operarios monitorean con
cuidado su aproximación a la temperatura de saturación adiabática: una aproximación ajus­
tada proporciona la mejor eficiencia de extracción, una aproximación demasiado ajustada
produce una torta pegajosa y corrosión.
392 CAPÍTULO 11

Se necesita la elevada razón de reciclaje de sólidos para lograr una buena utilización
del reactivo. Con el uso de sólidos de un solo paso, la utilización es mala. En algunos
casos, primero se muele el material que se recicla para abrir las partículas y dar un mejor
acceso a los materiales que no han reaccionado que se encuentran en los centros de las
partículas.

11.5.2.4 Sistemas regenerativos. En la tabla 11.2 se muestra una categoría de sistemas


por completo diferentes. En éstos, se usa alguna clase de absorbente o adsorbente para
capturar el S0 2 del gas de combustión. Entonces en un dispositivo, o conjunto de dispo­
sitivos, separados, se regenera el adsorbente o absorbente para producir un flujo de SO, o
H2S04 relativamente puros. Estos sistemas se sujetaron a un estudio y una evolución in­
tensos, cuando parecía que los problemas con los lavadores en húmedo con piedra caliza
eran irresolubles. Conforme se fueron resolviendo esos problemas, se desvaneció el inte­
rés por los sistemas regenerativos. En época reciente, se ha iniciado el trabajo sobre pro­
cesos regenerativos que capturen simultáneamente tanto el S0 2 como los NOx. Estos sis­
temas todavía no han avanzado hasta la escala comercial, pero pueden tener un papel im­
portante en el control futuro de la contaminación del aire.

11.6 OTRAS POSIBILIDADES EN LUGAR DE "QUEMAR


Y A CONTINUACIÓN LAVAR"
Cuando la industria de generación de electricidad se encaró por primera vez a las regla­
mentaciones que le exigían reducir las emisiones de SO, de las plantas generadoras, en su
mayor parte tomó la decisión de dejar por su lado a la planta generadora y lavar los gases
que salen de ésta. Este enfoque todavía es el más común, utilizando lavadores en húmedo
con piedra caliza o secadores de rocío con cal. Pero la industria nunca ha abandonado por
completo la investigación de otros procedimientos posibles. Con la fuerte presión ejercida
por las Clean Air Amendments de 1990 de reducir las emisiones de los precursores de la
lluvia ácida, la industria de generación de electricidad ha renovado su interés en estas
posibilidades [12].

11.6.1 Cambiar por un combustible con un contenido


más bajo de azufre
Si la administración de una planta generadora puede reemplazar un carbón con alto conte­
nido de azufre por uno con bajo contenido, reduce las emisiones de SO2 con rapidez y
sencillez, y sin tener que instalar dispositivos de control de este gas, caros y problemáti­
cos, o tratar con su efluente sólido. (Cambiar los carbones puede acarrear algunos proble­
mas en la planta que, presumiblemente, fue diseñada para el carbón usado en forma origi­
nal, pero, en general, esos problemas son manejables.) Muchas plantas generadoras en las
que se quemaba carbones del este, con elevado contenido de azufre, cambiaron a los car­
bones, de bajo contenido de azufre, de los estados de las Montañas Rocosas (véase el
apéndice C). Esta decisión fue una bendición para las economías de Wyoming y Montana,
y un revés para la de los estados productores de carbón del oeste medio y del este. Este
procedimiento ha sido atacado con vigor, principalmente con los fundamentos de pérdidas
de empleos, por parte de los mineros del carbón y sus representantes electos, del oeste
medio y del este; es un conflicto político que continúa.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 393

11.6.2 Extraer el azufre del combustible


Otra posibilidad es extraer el azufre del combustible, antes de quemarlo.

11.6.2.1 Limpieza del carbón. El azufre pirítico se puede extraer al moler el carbón hasta
un tamaño suficientemente pequeño como para que las piritas se encuentren presentes en
su mayor parte como partículas libres. Entonces se aplican métodos por gravedad para
separar el carbón de baja densidad (g.e. = 1.1 a 1.3) de las piritas de alta densidad (g.e. =
5.0). Este difundido procedimiento resulta en particular adecuado para carbones en los que
una fracción apreciable del azufre se encuentra presente como piritas. Por desgracia, en
general, las partículas de pirita son bastante pequeñas, de modo que se necesita un moli­
do muy fino para separarlas del resto del carbón.

11.6.2.2 Carbón refinado con solvente. También es posible disolver el carbón en sol­
ventes suficientemente fuertes y, a continuación, tratar la solución por el mismo tipo de
procesos de hidrogenación catalítica que se usan para extraer el azufre de los productos
del petróleo. Los materiales minerales (formadores de ceniza) no se disuelven, de modo
que se rechazan por filtración o sedimentación. Cuando, entonces, se extrae el solvente
para volver a usarlo, el producto restante es un sólido combustible de combustión muy
limpia, sin ceniza ni azufre, conocido como carbón refinado con solvente. Un trabajo con­
siderable de desarrollo sobre este proceso ha demostrado que es posible llevarlo a cabo
pero, hasta ahora, no a un precio comparable al de "quemar y a continuación lavar".

11.6.3 Modificar el proceso de combustión


La manera estándar de quemar grandes cantidades de carbón (hogar de carbón pulveriza­
do) es moler éste hasta un tamaño de 10 a 15 μ y soplarlo con aire caliente hacia una
cámara grande de combustión. Allí, las pequeñas partículas de carbón se descomponen y
queman en el transcurso de uno a los cuatro segundos que permanecen en el hogar, trans­
firiendo la mayor parte del calor generado hacia las paredes de éste, como calor radiante.
Las paredes del hogar se fabrican de tubos de acero en las que se calienta un fluido (en su
mayor parte agua que se vuelve vapor). Entonces, los gases calientes que salen del hogar
pasan sobre bancos de tubos y transfieren mucho de su calor sensible restante al fluido
que se está calentando.
La combustión en lecho fluidificado es una manera alternativa para quemar carbón
que, en la actualidad, se encuentra en la etapa de planta de demostración [21]. En ella, el
carbón se quema en trozos del tamaño de la grava, al inyectarlo en un lecho caliente
fluidificado de partículas de piedra caliza, en lugar de como un polvo finamente dispersado
en aire. Un lecho fluidificado es uno denso de partículas sólidas suspendidas en aire; esos
lechos se utilizan mucho en la ingeniería química; por ejemplo, en el craqueo catalítico en
lecho fluidificado. El carbón permanece mucho más tiempo en el lecho que en un hogar de
carbón pulverizado, porque se necesita más tiempo para lograr la combustión completa
de las partículas mucho más grandes.
En un combustor de lecho fluidificado del tipo descrito, el SO, se forma en presencia
de un gran número de partículas de piedra caliza y tiene una gran probabilidad de reaccio­
nar con una de ellas en el lecho de combustión. En este caso, las temperaturas son mucho
más altas que en los procesos en seco analizados en la sección 11.5.2.2 y la mayor parte de
la piedra caliza se ha convertido en CaO, de modo que la reacción del SO, con el CaO es
bastante rápida como para dar lugar a un control adecuado de ese SO,. La piedra caliza
394 CAPÍTULO II

que se encuentra en el lecho se reemplaza de manera paulatina y el material que se extrae


se ha convertido en gran parte en CaS04. Una vez más, en este caso, se produce un dese­
cho de polvo seco, en lugar del lodo húmedo de un lavador.
El lecho fluidificado tiene tubos llenos de agua y vapor que se proyectan hacia el
lecho. La transferencia de calor entre el lecho caliente, en el que se quema el carbón, y los
tubos es mucho mejor que la existente entre las llamas y las paredes de una caldera común
en la que se quema carbón. Por esta razón, los combustores de lecho fluidificado son más
pequeños y operan a temperaturas más bajas que estas calderas. Con esto se ahorran al­
gunos costos y se reduce en gran parte la formación de óxidos de nitrógeno (véase el
capítulo 12). Sin embargo, estas calderas tienen otros problemas, de modo que todavía no
son claras ganadoras sobre las convencionales.
Una segunda posibilidad de modificación de la combustión, que también se encuentra
en la etapa de planta de demostración [22], es convertir el carbón en un gas combustible
sintético y, a continuación, quemar éste en las plantas de generación de energía eléctrica,
combinación turbina de gas con turbina de vapor (figura 11.11). Esto parece complejo y
costoso, pero tiene la ventaja de que, en el gas combustible sintético, el azufre se encuen­
tra como H2S; como no está presente otro gas ácido, se puede extraer con facilidad el
azufre del gas por los métodos descritos en la sección 11.3. La segunda ventaja, y la más
importante, es que las plantas modernas con turbina de gas y turbina de vapor tienen una
eficiencia térmica mucho más alta que las plantas típicas de vapor en las que se quema

Aire Planta de Claus Azufre

Potencia
H2S
Carbón
Gas com­ Gas de Gas de
Gasificación bustible Gas escape, escape,
del carbón Extrac­ Planta
Oxígeno sintético limpio de 2000°F Caldera 500°F
C + H20 ción del
H2S turbina de vapor
Agua CO + H2 de gas
Aire

Ceniza
Turbina
de vapor Potencia

Agua de
enfriamiento Conden­
sador

Condensado

FIGURA 11.11
Diagrama esquemático de flujo de una planta de generación de energía eléctrica de turbina de gas, con gas
combustible sintético, y turbina de vapor (conocida también como planta de ciclo combinado). La
potencia neta producida es la suma de la suministrada por la turbina de gas y la suministrada por la
turbina de vapor.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 395

carbón (quizá 45% contra 33%). Si se pueden resolver los problemas con esta tecnología,
puede ofrecer una manera más eficiente y económica de convertir el carbón en electricidad
que los sistemas actualmente en uso, aun cuando sea mucho más compleja.

11.6.4 No quemar en lo absoluto


La mayor parte del S0 2 consecuencia de las actividades humanas proviene de la combus­
tión en las plantas generadoras de energía eléctrica. Si se puede producir la electricidad de
alguna otra manera o reducir el uso de la electricidad, como consecuencia se reducirán las
emisiones de S0 2 . Por esta razón, en efecto, los aparatos eléctricos más eficientes (lámpa­
ras, refrigeradores, motores) son dispositivos de control del S0 2 . De la misma manera, tam­
bién lo son las plantas generadoras nucleares, eólicas, solares, mediante las mareas,
geotérmicas e hidroeléctricas. En la actualidad se está realizando un serio esfuerzo por
parte de la U.S. EPA y de la industria de generación de energía eléctrica para mejorar la
eficiencia del uso de la electricidad y para estimular la producción de ésta a partir de otras
fuentes de energía, por diversas razones, incluyendo la reducción de las emisiones de S0 2 .

11.7 RESUMEN
1. En su mayor parte, las emisiones de S0 2 provenientes de las actividades humanas se
deben a la quema de combustibles fósiles que contienen azufre y a la fundición de mi­
nerales de sulfuras metálicos.
2. La estrategia global de control para las emisiones de S0 2 es convertir el azufre hasta
llevarlo a CaS04 (o CaS04 • 2H20) y regresarlo al suelo en algún tipo de terraplén.
3. Para los combustibles líquidos o gaseosos que contienen azufre reducido, el procedi­
miento más común es utilizar procesos catalíticos para llevar el azufre contenido hasta
H2S, extraer éste mediante el lavado del gas con una solución débilmente alcalina, con­
vertir el H2S en azufre elemental, por el proceso de Claus, y vender ese azufre para la
producción de ácido sulfúrico, o bien, colocarlo en un terraplén.
4. Para la fundición de minerales de sulfuras metálicos, en la cual se producen gases de
desecho con 4% o más de S0 2 , el procedimiento común es convertir ese S0 2 en ácido
sulfúrico.
5. Para el carbón (o el combustóleo de alto contenido de azufre) usado en una planta
grande de generación de energía eléctrica, el procedimiento más común es quemar el
carbón y, a continuación, tratar el gas de escape de la planta (el que, por lo general,
contiene alrededor de 0.1% de S0 2 ) con piedra caliza o cal en un lavador en húmedo o
en un secador de rocío, para convertir el S0 2 en CaS04, el cual después irá a un terra­
plén.
6. Se están examinando otras posibilidades, algunas en demostraciones a gran escala. Es
posible que, en el futuro, reemplacen a las que acabamos de enumerar.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.
11.1. La ecuación (11.3) indica que los productos son cobre metálico y óxido de hierro. ¿Por qué
esta reacción no finaliza con los dos metales en forma metálica o con los dos en la forma de
óxido?
396 CAPÍTULO 11

11.2. La constante de la ley de Henry para el 02 en agua a 20°C es de 40 100 atm. Estímese el
contenido de equilibrio de oxígeno del agua a 20°C. ¿Cuáles son las implicaciones biológicas de
que este valor sea tan pequeño?
11.3. a) Muéstrese la deducción de la ecuación (11.7), apartir de la definición de X y Y.
b) ¿Qué tanto error se comete al sustituir la ecuación (11.7) por la (11.8). si x = y = 1%?
11.4. Calcúlese QL/QG, la relación de los gastos volumétricos, en los ejemplos 11.1 y 1 1.2. ¿Apo­
yan estos valores las afirmaciones de que el gasto volumétrico del liquido es mayor que el del
gas, en el ejemplo 11.1, y que en los sistemas prácticos rara vez es 10% mayor que el del gas?
11.5. Muéstrese la integración numérica completa del ejemplo 11.4. Este cálculo es bastante fácil en
cualquier hoja extendida.
11.6. Demuéstrese que, si el sistema puede describirse bien por medio de la ley de Henry, ecuación
(11.4), entonces se puede usar esta ley para reemplazar yi, en términos de xi en la ecua­
ción (11.13) y que se puede combinar la ecuación resultante con el balance de materiales,
ecuaciones (11.6) y (11.8), para hallar

que se puede integrar y reacomodar para dar

N =

(11.29)
En este caso, N es una altura adimensional de la columna conocida como número de unidades
de transferencia. El término de la derecha sólo depende de H/P, L/G y de las concentraciones
en la admisión y en la salida. Colburn [23] mostró de qué manera se puede poner esta expre­
sión en una forma un tanto más sencilla y reducirse a una gráfica simple que aparece en todos
los libros acerca de transferencia de masa; por ejemplo, las referencias 3 y 5.
11.7. La ecuación (11.11) muestra la presión de vapor del H2S sobre una solución 2 N de MEA,
como función de la fracción molar. Ésta es la forma conveniente para los cálculos en este
capítulo. En la fuente original de los datos se usa mol de H2S/mol de MEA como la variable
de concentración [4],
a) Trácese un esquema de esa curva.
b) ¿Cuál es la ventaja de presentar los datos de esa manera?
11.8. La ecuación (11.11) representa los datos de la referencia 4 con bastante exactitud. Los datos
se pueden representar con mayor exactitud por la ecuación
ln Py = -6.8183 + 408.07.x- 1.1860 x 104 x2 +1.8623x l05x2 (11.30)
Vuélvanse a resolver los ejemplos 11.2-11.4, utilizando la ecuación (11.30).
a) ¿Cuánta es la diferencia que se obtiene?
b) ¿Por qué se usó la ecuación (11.11) en esos ejemplos, en lugar de la ecuación (11.30)?
11.9. Como se hace ver en el texto, la norma de la U.S. EPA para el H2S en las corrientes de gases
que se van a quemar en las refinerías de petróleo para obtener calor es H2S < 230 mg/m3 está
seco. ¿Cuántas partes por millón representa esto?
11.10. En la figura 11.12 se muestran los costos estimados del capital y de operación para las plan­
tas de ácido sulfúrico en las que se procesan los gases de salida de una fundidora [11].
a) A partir de estas figuras, dedúzcase la relación matemática fundamental que se aplicó
para trazar las mismas.
b) Con base en estas figuras, calcúlese el precio de venta de equilibrio del H 2 S0 4 . para una
planta con una corriente de alimentación que contiene 10 000 lb/h de SO2 en la misma y
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 397

1000 10 000 100 000 1000 10 000 100 000 1000 000
Razón de admisión del bióxido de azufre, (lb/h) Razón de admisión del bióxido de azufre, (lb/h)
Nota: Se incluyen el enfriamiento y acondicionamiento Nota: Se incluyen el enfriamiento y acondicionamiento
del gas. del gas.
(a) (b)

FIGURA 11.12
a) Inversión total de capital y b) costos anuales totales de operación [11] de una planta para convertir
SO, en ácido sulfúrico (valores de 1980). Reimpreso con autorización de "Prelimínary Economic
Analysis of SO, Abatement Technologies" por J. C. Agarwal y M. J. Loreth, figura 1, pág. 71, y figura 2,
pág. 72 (págs. 67-89), del libro Sulfur Dioxide Control in Pyrometallurgy, editado por T. D. Chatwin y
N. Kikumoto, TMS, Warrendale, PA, 1981.

concentraciones de ésta del 2%, 4% y 8% de S0 2 . Supóngase que la planta trabaja el


80% del tiempo y que el cargo anual sobre el capital invertido es del 20%.
11.11. El gas de alimentación para una planta de ácido sulfúrico tiene 7.8% de S 0 2 , 10.8% de 0 2 y
81.4% de N 2 . Éste se lleva hasta el equilibrio químico sobre un catalizador a 500°C, en el que

¿Qué fracción del S 0 2 se convierte en S0 3 ? (Este problema se resuelve como un ejemplo de


cálculo en la referencia 24. El S 0 2 y el 0 2 no dan como suma el 2 1 % debido a que el gas
de alimentación se obtuvo de un calcinador de piritas.)
11.12. En la figura 11.3, ¿por qué se muestran dos curvas diferentes de equilibrio para concentra­
ciones diferentes de S 0 2 en la admisión? ¿Por qué se ilustra que la conversión de equilibrio
es más alta para la concentración menor de S 0 2 en la admisión?
11.13. Supóngase que una planta de ácido sulfúrico de absorción sencilla recobra el 9 8 % de su S 0 2
como ácido y una de doble absorción recobra el 99.7%.
a) ¿Qué fracción del S 0 2 que sale del primer absorbedor debe ser capturada para la conver­
sión y absorción finales?
b) Si el lecho final de catalizador opera a 420°C, a la cual la constante de equilibrio K ≈ 300,
¿qué fracción de la conversión de equilibrio representa esto? Utilícese la composición en
la admisión del problema 11.11.
11.14. En la fundición instantánea de los minerales de cobre, en donde se usa oxígeno en lugar de
aire, es posible producir un gas de escape que es S 0 2 en un 40%. ¿Qué ventajas económicas
podría tener esto?
11.15. Estímese la pendiente de las curvas de conversión adiabática de la figura 11.3, a partir de los
datos siguientes: el calor exotérmico de la reacción de la ecuación (11.20) es de 23 kcal/mol.
398 CAPÍTULO 11

La capacidad calorífica de los gases es muy aproximadamente la del aire, o sea, 7 cal/mol K.
¿Qué comparación existe entre este valor calculado y el que se lee en la figura 11.3?
11.16. Los precios de los productos químicos cambian con el tiempo pero, en 1994, los precios
típicos eran de 70 dólares/tonelada corta, para el azufre, en la Costa del Golfo de México en
E.U. y de 75 dólares/tonelada corta, para el ácido sulfúrico, en el este de Estados Unidos. En
Estados Unidos, el costo de embarque de cargas a granel por ferrocarril era aproximadamen­
te de 0.03 dólares por tonelada corta-milla.
a) Si se compra azufre y se le convierte en ácido sulfúrico para venderlo con estos precios,
¿cuánto es posible pagar en costos de capital y de operación de la planta de ácido sulfúri­
co, por tonelada corta de ácido, para quedar en el punto de equilibrio?
b) Si debe embarcarse azufre o ácido sulfúrico hasta un cliente a 500 millas de distancia.
¿cuál es el costo de embarque por tonelada de azufre contenido?
c) ¿Qué permiten inferir estas respuestas acerca de las consideraciones económicas respecto
de embarcar azufre o ácido sulfúrico?
11.17. Considérese el lavador típico con piedra caliza que se muestra en la figura 11.6. Supóngase
que el carbón es el "carbón típico" del ejemplo 7.6, que en el lavador se captura el 90% del
azufre contenido en el carbón y que el 90% de ese 90% existe como CaS0 4 , en tanto que el
10% existe como CaS03.
a) ¿Cuánta piedra caliza se alimenta por tonelada corta de carbón?
b) ¿Cuántas libras de sólidos (base seca) salen de la planta generadora por tonelada corta de
carbón quemado, incluyendo los sólidos de ceniza?
c) ¿Cuánta agua sale del sistema con los sólidos, por tonelada corta de carbón?
d) ¿Cuánta agua se evapora en el lavador por tonelada corta de carbón?
e) Los carbones típicos contienen de 0.01 a 0.1% de cloro. Todo éste reacciona en la com­
bustión para formar HC1 y es capturado en el lavador. No forma sólidos y nada sale con
el gas, de modo que la única manera de que el cloro salga del sistema es disuelto en el agua
que sale con los sólidos de la torta filtrante. Si el "carbón típico" contiene 0.1% de Cl,
¿cuál será la concentración de Cl (como ion cloro) en el agua circulante? (Este cloro au­
menta mucho la capacidad de estos líquidos para corroer los aceros, ¡tanto simples como
inoxidables!)
11.18. El lavador con piedra caliza de la figura 11.6 también actúa como un lavador de partículas y
captura algunas de éstas que se encuentran en el gas que llega a él. Estímese su eficiencia de
captura para partículas con un diámetro de 1 μ, aplicando las ecuaciones de la sección 9.2.3.
11.19. Compárese el lavador en húmedo con piedra caliza de la figura 11.6 con los lavadores venturi
usados para el control de las partículas finas al estimar, para cada uno: a) la velocidad relati­
va media entre las gotas de líquido y el gas, b) el tamaño de las gotas del líquido, y c) la
relación de los gastos volumétricos del líquido al del gas. En la sección 9.2.3 se encuentra
la información sobre los lavadores venturi para el control de partículas.
11.20. Para el lavador que se muestra en la figura 11.6, si todas las gotas tienen 3 mm de diámetro y
están uniformemente dispersas en el cuerpo del mismo, ¿cuál es la distancia entre gotas ad­
yacentes?
11.21. Las plantas comunes de generación de energía eléctrica, en las que se quema carbón, produ­
cen alrededor de 3.3 acfm (0.00156 mVs) de gas de chimenea (a 400°F y 1 atm) por kilowatt
de energía neta producida. Los lavadores con piedra caliza tienen caídas de presión de más o
menos 20 pulgadas de agua. ¿Qué fracción de la potencia producida por la planta se debe
usar para vencer la pérdida de presión en el lavador? Supóngase lo siguiente:

Potencia = (gasto)(caída de presión/eficiencia del soplador)


Eficiencia del soplador = 0.8

11.22. Estímese la potencia requerida para recircular la pasta aguada en la figura 11.6, como frac­
ción de la potencia neta producida por la planta generadora. Úsense los datos del problema
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 399

11.21, más las hipótesis de que la eficiencia de la bomba es 0.80 y de que la caída de presión
a través del sistema de tuberías, la cual debe vencer la bomba, es de 20 psi.
11.23. Los equilibrios que se muestran en todas las ecuaciones de este capítulo son mucho más
sencillos que la química verdadera. En la figura 11.13 se muestra una imagen más realista,
aun cuando todavía es una simplificación. En esta figura, ¿de dónde viene el ¿Es de­
seable?
11.24. Los precios de los productos químicos fluctúan con el tiempo pero, en 1995, los precios por
tonelada de diversos álcalis fueron: NaOH (hidróxido de sodio, o sosa cáustica, 76% y el
resto agua), 560 dólares/tonelada corta; Na 2 C0 3 (sosa comercial), 68 dólares/tonelada corta;
Ca(OH)2, 48 dólares/tonelada corta; CaO, 45 dólares/tonelada corta; CaC03, 10 dólares/to­
nelada corta.
a) Pónganse estos datos sobre una base comparable al calcular el precio por lbmol de Ca
equivalente.
b) ¿Cuál de estos cálculos hace ver cuáles productos químicos probablemente son los más
económicos para usarse en los dispositivos de control del óxido de azufre?
c) ¿El costo de embarque desempeña un papel en esta cuestión? Supóngase que los produc­
tos químicos deben transportarse 500 millas y que los costos de embarque son 0.03 dóla­
res/tonelada corta-milla, por ferrocarril, o bien, 0.05 dólares/tonelada corta-milla, por ca­
mión.
11.25. Para el lavador típico en húmedo con piedra caliza que se muestra en la figura 11.6 y se
describe en el problema 11.17, estímese el costo de la piedra caliza, en dólares/tonelada corta
de carbón quemado. Úsese el precio de la piedra caliza que se da en el problema 11.24.
11.26. Un inconveniente obvio de los lavadores en húmedo es que bajan la temperatura del gas de
escape. Esto quita empuje a la columna de humo y lleva los contaminantes restantes con
más facilidad hacia el suelo (véase el capítulo 6). Para una planta generadora típica, la tempe­
ratura con la que entra al lavador será de 400°F, aproximadamente, y la de salida será poco
más o menos de 125°F. En la figura 11.6 se muestra un recalentamiento hasta alrededor de
175°F. Hágase una lista de las maneras en que se podría hacer.

Constantes de disociación a 50°C


1. 0.78x10 -2 8 067x 10-10
2. 0.42 x 10 9. 0.52 x 10-5
3. 0.30 x l 0 - 3 10. 0.36 x 10-1
4. 0.84 x 10-7 11. 0.57 x 10-5
5.0.18xl0-8 12. 0.48 x l 0 - 2
6. 0.47 x 10-3 13. 0.35 xl0-2
7. 0.46 x 10-1 14. 0.22 x 10-4
Constante de la ley de Henry, 50°C
15. 0.54 16. 0.019

FIGURA 11.13
Representación muy simplificada de los principales equilibrios en un lavador con piedra caliza.
(Reproducido, de la referencia 14, con autorización de la Air and Waste Management Association.)
400 CAPÍTULO 11

11.27. En el secador de rocío de la figura 11.9, si se desea que las partículas no se sedimenten hasta
el piso del mismo, ¿qué velocidad se necesitará que tenga el gas en el tubo de salida para que
se las lleve consigo? Supóngase que las partículas tienen un diámetro promedio de 10 μ.
11.28. En la figura 11.2 se muestra el cambio de y y y* con la distancia, para la disposición a
contraflujo de la figura 11.1. En la figura 11.8 se muestra que, para los sistemas de adición de
sólidos, el flujo es coordinado, en lugar de contraflujo.
a) Hágase un esquema de la figura equivalente a la 11.2 para un sistema de flujo coordinado.
b) Dése una explicación, con base en esta figura y en la 11.2, de por qué el contraflujo es
más eficiente que el flujo coordinado.
c) Dése una explicación de por qué, a pesar de esta pérdida de eficiencia, se selecciona el
flujo coordinado para este sistema y para el de secador de rocío.
11.29. Una bombilla eléctrica incandescente típica de 100 W se puede reemplazar por un tubo fluo­
rescente de 20 W, con producción igual de luz. En un edificio de oficinas o en una tienda al
menudeo una de esas fuentes de luz permanece encendida alrededor de 2000 h/año. Si se
reemplaza una bombilla de 100 W por su equivalente incandescente de 20 W, ¿cuánto SO,
por año se quitará de la atmósfera?
Supóngase que toda la electricidad proviene de la combustión del carbón. Úsese el "car­
bón típico" y las condiciones de combustión del ejemplo 7.6 (véase el apéndice C). para una
planta generadora con eficiencia térmica del 3 5 % ("gasto de calor" = [(3413 Btu/k\Vh)/0.35]
= 9751 Btu/kWh). La planta generadora cuenta con un lavador en húmedo que extrae el 90%
del S 0 2 de los gases de la chimenea.

BIBLIOGRAFÍA
I . Urone, P.: "The Primary Air Pollutants—Gaseous: Their Occurrence, Sources and Effects", en A.
C. Stern (ed.), Air Pollution, 3a. ed., Academic Press, New York, p. 38, 1976.
2. Lide. D. R., ed.: CRC Handbook of Chemistry and Physics, 71a. ed., CRC Press, Boca Ratón, FL, p.
14-7, 1990.
3. Edwards, W. M.: "Mass Transfer and Gas Absorption", en D. W. Green y J. O. Maloney (eds.),
Perry's Chemical Engineers' Handbook, 6a. ed., McGraw-Hill, New York, capítulo 14, 1984.
4. Kohl, A. L. y V. C. Riesenfeld: Gas Purification, 3a. ed., Gulf Publishing, Houston, IX, 1979.
5. Trcybal, R.: Mass Transfer Operations, 3a. ed., McGraw-HilI, New york. 1980.
6. Liley, P. E., R. C. Reid y E. Buck: "Physical and Chemical Data", en D. W. Green y J. O. Maloney
(eds.), Perry's Chemical Engineers' Handbook, 6a. ed., McGraw-HilI, New York, pp. 3-101. 1984.
7. Duecker, W. W. y J. R. West: "The Manufacture of Sulfuric Acid", American Chemical Society
Monograph 144, Reinhold, New York, 1959.
8. Donovan, J. R. y J. M. Salamone: "Sulfuric Acid and Sulfur Trioxide", en II. F. Mark, D. F. Othmer,
C. G. Overburger y G. T. Seaborg (eds.), Kirk-Othmer Encyclopedia of Chemical Technology, Vol.
22, 3a. ed., John Wiley & Sons, New York, p. 213, 1983.
9. Muller, T. K.: "Sulfuric Acid". en A. J. Buonicore y W. T. Davis (eds). Air Pollution Engineering
Manual. Van Nostrand Reinhold, New York, pp. 469-476, 1992.
10. En Estados Unidos, el ácido sulfúrico es un aditivo permitido para los alimentos; no tiene sabor en
forma muy diluida y se usa para ajustar la acidez de esos alimentos. Esto lo hicieron algunos fabri­
cantes franceses de vinos, lo cual no está permitido por las leyes francesas respecto a este producto.
El escándalo fue que esta acción fue descubierta cuando un disgustado empleado de una vinatería "dio
el soplo", ¡pero no por los paladares, capaces de distinguir con claridad, de los grandes catadores
franceses de vinos!
1 1. Agarwal. J. C. y M. J. Loreth: "Preliminary Economic Analysis of SO, Abatement Technologies",
en T. D. Chatwin y N. Kikumoto (eds.), Sulfur Dioxide Control in Pyrometallurgy, The Metallurgical
Society of AIME, Warrendale. PA. pp. 71-72, 1981.
12. Dalton, S. M., B. Toole-O'Neil. B. K. Gullett y C. J. Drummond, "Summary of the 1991 EPRI/
EPA/DOE SO, Control Symposium". J. Air Waste Manage. Assoc, Vol. 42. pp. 1110-1117, 1992.
13. Rees, R. L.: "The Rcmoval of Oxides of Sulfur from Flue Gases", J. lnstitute of Fue!, Vol. 25, pp.
350-357, marzo de 1953.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE AZUFRE 401

14. Slack, A. V., H. L. Falkenberry y R. F. Harrington, "Sulfur Oxide Removal from Waste Gases: Lime-
Limcslone Scrubbing Technology", J. Air Pollut. Control Assoc, Vol. 22, pp. 159-166, 1972.
15. Henzel, D. S., B. A. Laseke, F. O. Smith y D. O. Swenson: "Limestone FGD Scrubbers: User's
Handbook'', U.S. Environmental Protection Agency Report No. FPA-600/8/81-017, U.S. Government
Printing Office, Washington, DC, 1981.
16. Noblett, J. G. y J. M. Burke: "FGD Chemistry and Analytical Methods Handbook: volumen 1, Process
Chemistry—Sampling, Measurement, Laboratory and Process Performance Guidelines (revisión 1)",
FPRI CS-3612, Vol. 1, revisión 1, Electric Power Research Instituto, Palo Alto, California, 1990.
17. Yeh, J. T., R. .1. Demski y J. .J. Joubert: "Control of SO, Fmissions by Dry Sorbent Injection", en J.
L. Hudson y G. T. Rochelle (eds.), Fine Gas Desulfurization, American Chemical Socicty, Washing­
ton, DC, pp. 349-368, 1982.
18. Masters, K.: Spray Drying Handbook, John Wiley & Sons, New York, p. 481, 1985.
19. Blythe, G. M., L. R. Lepovitz y C. M. Thompson: "Evaluation of a 2.5-MW Spray Dryer/Fabric
Filter SO, Removal System", EPRI GS-7449, p. 5-5, Electric Power Research Institutc, Palo Alto,
California, 1991.
20. Klingspor, J. S.: "Improved Spray Dry Scrubbing through Grinding of FGD Recycle Material", J. Air
l'ollut. Control Assoc, Vol. 37, pp. 801-806. 1987.
21. Radovanovic, M, ed.: Fluidized Bed Combustion, Hemispherc, Washington, DC, 1986.
22. "Cool Water Gassification Program: Final Report", FPRI GS-6808, Flectric Power Research Institutc,
Palo Alto, California, 1990.
23. Colburn, A. P.: "Simplified Calculation of Diffusional Proccsscs", IEC, Vol. 33, pp. 459-467, 1941.
24. Hougcn, O. A., K. M. Watson y R. A. Ragatz: Chemical Process Principies, Part II Thermodynamics,
2a. cd., John Wiley & Sons, New York, p. 1019, 1959.
CAPITULO

12
CONTROL DE LOS
ÓXIDOS DE NITRÓGENO

12.1 PANORAMA DEL PROBLEMA DE LOS ÓXIDOS


DE NITRÓGENO
Aun cuando el nitrógeno forma ocho óxidos diferentes [1], el interés principal respecto a
la contaminación del aire se centra en los dos óxidos más comunes: el óxido nítrico (NO) y
el bióxido de nitrógeno (N0 2 ). Además, se está empezando a tener inquietud en relación
con el óxido nitroso (N 2 0). Éste no es contaminante común del aire, pero puede ser que
contribuya en forma significativa en el calentamiento global y en la destrucción posible de
la capa de ozono (véase el capítulo 14). Véase la sección 11.1, en relación con un repaso
elemental de la química de oxidación y reducción del nitrógeno y del azufre.

12.1.1 Comparación con los óxidos de azufre


Con frecuencia, los óxidos de nitrógeno se amontonan con los óxidos de azufre como pro­
blemas de contaminación del aire, debido a las semejanzas entre los dos:

1. Los óxidos de nitrógeno y los de azufre reaccionan con el agua y el oxígeno que se
encuentran en la atmósfera para formar ácidos nítrico y sulfúrico, respectivamente. Es­
tos dos ácidos son los participantes principales en la lluvia ácida. En virtud de que el
proceso de la lluvia ácida extrae tanto los óxidos de nitrógeno como los de azufre de
la atmósfera, se cree que ninguno de los dos está aumentando su concentración en la
atmósfera global.
2. Los dos sufren transformaciones atmosféricas que conducen a la formación de las PM10,
o contribuyen a la formación de éstas, en las zonas urbanas.
3. Los dos son liberados hacia la atmósfera en grandes cantidades y los dos son conta­
minantes regulados, para los que se tienen NAAQS. En concentraciones elevadas, los
óxidos de azufre y el bióxido de nitrógeno son fuertes irritantes respiratorios [2].

403
404 CAPÍTULO 12

4. Los dos son liberados a la atmósfera principalmente por grandes fuentes de combus­
tión, de las cuales las plantas generadoras de electricidad en las que se quema carbón
son las emisoras más grandes.

Pero también existen importantes diferencias:

1. Los óxidos de azufre se forman a partir de los contaminantes de este elemento que se
encuentran en los combustibles, o bien, en el indeseable azufre de los minerales de
sulfuro. Quitar todo el azufre de los combustibles eliminaría por completo su emisión
proveniente de la combustión de aquéllos. Aun cuando algunos de los óxidos de ni­
trógeno emitidos a la atmósfera se deben a los contaminantes de este elemento en los
combustibles, la mayor parte no lo son. En lugar de ello, se forman por la reacción del
nitrógeno atmosférico con el oxígeno en las llamas a alta temperatura. Quitar todo el ni­
trógeno de los combustibles reduciría las emisiones en todas partes de los óxidos de
nitrógeno provenientes de la combustión de aquéllos (incluyendo los automóviles) sólo
en alrededor del 10 al 20%. (Los óxidos de azufre se producen a partir de cosas que se
toman del suelo; los óxidos de nitrógeno se producen en su mayor parte de los compo­
nentes del aire.)
2. La formación de los óxidos de nitrógeno en las llamas se puede reducir mucho al mani­
pular el tiempo, la temperatura y el contenido de oxígeno de esas llamas. Esas reduc­
ciones no son posibles con los óxidos de azufre.
3. Los vehículos de motor constituyen un emisor importante de óxidos de nitrógeno, pero
son una fuente muy reducida de óxidos de azufre. Si los vehículos de motor tuvieran
combustibles con cero azufre, no emitirían óxidos de azufre. Si tuvieran combustibles
con cero nitrógeno, como prácticamente lo tienen, todavía contribuirían en forma im­
portante al problema de los óxidos de nitrógeno (véase el capítulo 13).
4. El destino final de los óxidos de azufre extraídos en el control de la contaminación del
aire o en los procesos de limpieza de los combustibles es convertirse en CaS0 4 , que es
un sólido inocuo y de baja solubilidad, y ser colocado en terraplenes. No existe una sal
correspondiente del ácido nítrico, barata, inocua e insoluble, de modo que la formación
de terraplenes no es un destino adecuado para los óxidos de nitrógeno que se captu­
ran en los aparatos de control de la contaminación del aire o se extraen de los combus­
tibles. El destino final de esos óxidos de nitrógeno es convertirse en nitrógeno y oxíge­
no gaseosos, N2 y 0 2 , y regresarse a la atmósfera.
5. Es relativamente fácil extraer el S0 2 de los gases de combustión, al disolverlo en agua
y hacerlo reaccionar con álcali. El SO, acuoso forma con rapidez ácido sulfuroso, el
cual reacciona con el álcali y, a continuación, se oxida hasta sulfato. Capturar los óxi­
dos de nitrógeno está lejos de ser tan fácil como este procedimiento, debido a que el
NO, el principal óxido de nitrógeno presente en las corrientes de gases de combustión,
tiene una solubilidad muy baja en agua. A diferencia de los óxidos de azufre, los cuales
reaccionan rápidamente con el agua para formar ácidos, el NO debe pasar por un pro­
ceso de dos pasos para formar un ácido:
NO + 0.5O2 NO, (12.1)
2
3N02 + H20 2HNO + NO (12.2)
La primera reacción es relativamente lenta. Es bastante rápida en la atmósfera como
para conducir a la formación de precipitación ácida, en las varias horas o días que el
aire contaminado viaja antes de encontrar la precipitación, pero suficientemente lenta
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 405

como para que no se extraigan cantidades significativas de NO en los pocos segundos


que un gas contaminado permanece en un lavador en húmedo con piedra caliza usado
para el control del S0 2 . (Es evidente que algo del NO, que se encuentra en los gases
de chimenea se extrae en esos lavadores, pero eso suele ser sólo una pequeña frac­
ción de los óxidos totales de nitrógeno.)

12.1.2 Reacciones en la atmósfera


El NO es un gas incoloro que tiene algunos efectos perjudiciales sobre la salud, pero es­
tos efectos son apreciablemente menores que los de una cantidad equivalente de N0 2 . En
la atmósfera y los dispositivos industriales, el NO reacciona con el 02 para formar N0 2 , un
gas de color café que es un fuerte irritante respiratorio. Su color café es bastante intenso
como para que, a menudo, sea posible ver un color café bien definido que sale de la chime­
nea de una planta generadora de electricidad o del desfogue de cualquier proceso en el
que se use ácido nítrico, el cual libera N0 2 . Con frecuencia, el NO y el NO, se tratan juntos
como un problema o como cuasiespecies y se escribe NOx. La mayor parte de las regla­
mentaciones para las emisiones de los NOx basan todos los valores numéricos sobre la
hipótesis de que todo el NO se convierte en N0 2 . Se ve esto escrito como "NOx expresa­
dos como N0 2 ".
Existe una NAAQS para el N0 2 con el fin de proteger la salud humana (véase el capí­
tulo 2). En los diez años anteriores a 1991, sólo en una ciudad de Estados Unidos se ha
violado esa NAAQS [3]. La inquietud principal en relación con los NOx es que los óxidos
de nitrógeno contribuyen a la formación del ozono, 0 3 , que es un fuerte irritante respirato­
rio y uno de los constituyentes principales del esmog veraniego urbano, irritante de los
ojos y de la nariz. La NAAQS para el ozono se sobrepasa con regularidad en muchas ciu­
dades de E.U. La reacción global (véase el apéndice D) es
NOx + hidrocarburos + luz solar + 02 —> 03 + otros componentes irritantes del esmog
(12.3)
En la figura 1.2 se muestra el patrón típico. El NO, emitido durante la acometida
conmutadora de la mañana, se oxida en la atmósfera hasta NO,, durante un periodo de
varias horas. Entonces, el NO, formado de este modo reacciona, como se describe en el
apéndice D, para formar 0 3 . El pico de 03 se presenta después del pico de NO,. También
se tiene inquietud respecto a la reacción más lenta que produce ácido nítrico o sus sales, o
ambos. La última reacción conduce al depósito de ácido o PM10, o ambos.
La mayor parte de los óxidos de nitrógeno producidos por las actividades humanas se
forman en las llamas. En la sección 10.3.4 se analizaron muchas ideas importantes acerca
de la combustión, en las que se hizo resaltar la destrucción de los VOC combustibles. (Los
lectores deben repasar esa sección, si no la han leído recientemente.) En la combustión de
los VOC, la meta es proporcionar una temperatura tan alta y un tiempo de residencia tan
largo ("tiempo de contacto" o "tiempo de permanencia"), así como la mayor turbulencia
que se pueda. En este capítulo se ve que, para impedir la formación de óxidos de nitrógeno
en las llamas, en general se desea precisamente lo opuesto: una temperatura tan baja, un
tiempo de residencia tan corto y (en algunos casos) tan poca turbulencia como se pueda.

12.1.3 Equilibrio NO y N 0 2
Las reacciones más importantes para producir NO y NO, en las llamas son
N, + 0, 2 NO (12.4)
406 CAPÍTULO 12

y la ecuación (12.1). Estas dos son reacciones reversibles que no llegan a completarse. En
este caso, se examina el efecto de la temperatura y de la composición química sobre el
equilibrio en estas reacciones. Para cualquier reacción química en equilibrio [4], la energía
libre de Gibbs se encuentra en un mínimo para la temperatura y presión de esa reacción. A
partir de esa condición, se concluye que

\nK = - (12.5)

en donde ΔG0 = cambio estándar en la energía libre de Gibbs


K = constante de equilibrio, que se define más adelante
R = constante universal de los gases
T = temperatura absoluta (K o °R)

Para todas las reacciones que comprenden gases simples, se han publicado valores de G°
[5], de modo que se pueden calcular los valores de ΔG° y K, a cualquier temperatura. Utili­
zando los valores publicados de G° para las reacciones de las ecuaciones (12.1) y (12.4),
se puede construir la tabla 12.1 (véase el problema 12.2). En este caso, se muestra Kp la
constante de equilibrio basada en tomar los estados estándar como gases perfectos a
una presión de 1 atm y expresar las concentraciones de los gases como presiones parcia­
les. Se pueden hacer otras elecciones del estado estándar, las que conducen a valores
numéricos diferentes de K. Todas esas elecciones conducen a las mismas concentraciones
calculadas de equilibrio, si el usuario tiene cuidado respecto a las unidades. Debido a que
el número de moles no cambia en la ecuación (12.4), su Kp no tiene dimensiones. Sin em­
bargo, en la ecuación (12.1), el número de moles disminuye en 1/2, de modo que Kp tiene la
dimensión de (atm)-0.5.

Ejemplo 12.1. Calcúlense las concentraciones de equilibrio del NO y el NO,, para aire que
se mantiene a 2000 K = 3140°F el tiempo suficiente como para que se llegue al equilibrio
químico. Supóngase que las únicas reacciones de interés son las de las ecuaciones (12.1)
y (12.4).
En este caso, las definiciones de las dos constantes de equilibrio son como sigue:

K12.4 = (12.6)

K12.1 = (12.7)

En estas expresiones, [NO] representa la actividad del NO en la mezcla de la reacción en


equilibrio. Para los gases perfectos, la actividad es idéntica a la concentración, la cual se
expresa en diversas unidades. Para las bajas presiones y las temperaturas elevadas que
interesan en este capítulo, el comportamiento de los gases reales es suficientemente cerca­
no al de los gases perfectos que ya no se usarán las actividades en las descripciones,
ecuaciones, ejemplos y problemas sino que, en lugar de ello, se usarán concentraciones
(en diversas unidades). Se entiende que, para el trabajo más preciso, debe tomarse en con­
sideración el comportamiento de los gases no perfectos. Los valores de la concentración
se deben multiplicar por un coeficiente de actividad, adimensional, que convierte estos
valores que se están usando en los valores de actividad que en realidad aparecen en estas
ecuaciones. (Para un gas perfecto, el coeficiente de actividad = 1.00.)
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 407

TABLA 12.1
Constantes de equilibrio para la formación de NO,
por la ecuación (12.4), y N0 2 , por la (12.1)

T e m p e r a t u r a , K p d e formación

K °F NO N0 2

300 80 7 x 10-11 1.4 x 10-6


500 440 2.7 x 10-18 4.9
1000 1340 7.5 x 10-9 0.11
1500 2240 1.07 x 10-5 0.01 1
2000 3140 0.00040 0.0035
2500 4040 0.0035 0.0018

Fuente: Referencia 5.

Si se usa Kp, entonces las concentraciones se deben expresar como presiones parcia­
les, igual a (presión • fracción molar). Si la reacción de equilibrio es a 1 atm, entonces las
concentraciones son numéricamente iguales a las fracciones molares. Por desgracia, el sím­
bolo [X] (en donde X puede ser 0 2 , N 2 , etc.), normalmente representa una fracción molar,
en los cálculos de equilibrio, y una concentración absoluta, por ejemplo, mol/cm 3 , en los
cálculos de cinética. En la literatura y en este capítulo se usa de ambas maneras; siempre
se debe comprobar cuál es su uso. En este capítulo se trata de aclarar, en cada ejemplo,
qué se pretende.
Si en la ecuación (12.6), se despeja la concentración de equilibrio del NO, se en­
cuentra
[NO] = (K 1 2 . 4 [N 2 ][0 2 ]) 1 / 2

Si en esta ecuación se sustituyen los valores, incluyendo el valor de K12.4 tomado de la


tabla 12.1, se ve que
[NO] = (0.0004 [0.78][0.21])"2 = 0.0081 = 8100 ppm

En el trabajo más cuidadoso, se deben tomar en cuenta los cambios en las fracciones molares
del nitrógeno y del oxígeno; en este caso, hacerlo así cambiaría la respuesta en 1% (véase
el problema 12.3). Si la concentración de oxígeno fuera más baja, como en un gas de com­
bustión, el error introducido al ignorar el cambio en la concentración de oxígeno sería
mayor.
Si en la ecuación (12.7) se despeja [N0 2 ], se encuentra

[N0 2 ] = K12.1[NO][02]1/2

Si en esta ecuación se sustituyen los valores, incluyendo el valor de K12.1 tomado de la


tabla 12.1, se ve que

[NO 2 ] = 0.0035[0.0081][0.21]1/2 = 1.3 x10 - 5 = 13 ppm


Siguiendo el mismo procedimiento del ejemplo 12.1, se puede construir la tabla 12.2,
en la cual se muestran las concentraciones calculadas de equilibrio del NO y N 0 2 , a diver­
sas temperaturas, tanto para un gas inicial con un contenido de 78% de nitrógeno y 2 1 %
de oxigeno, como para uno que contenga 78% de nitrógeno y 4% de oxígeno. Este último
es más representativo de los gases de combustión, en los que la mayor parte del oxígeno
ha sido consumido por esta última.
408 CAPÍTULO 12

TABLA 12.2
Concentraciones calculadas de equilibrio de NO y N 0 2

Partiendo de 78% de N2, Partiendo de 78% de N2,


Temperatura, 21% de 0 2 4% de ()2
0
K F ppm de N O ppm de N 0 2 ppm de NO ppm de N 0 2
4 6
300 80 3.4 x 1010 2x10 1.4 x 10 4 x 10-3
5 00 440 6 x 104 0.04 3 x 10 4
7.6 x 103
1000 1340 35 1.9 4.6 0.35
1500 2240 785 6.8 5 80 1.3
2000 3140 8100 13.2 3615 2.5
2500 4040 20 660 20 1 1 200 4.0

En las figuras 12.1 y 12.2 se muestran los valores de la tabla 12.2. Con base en esa
tabla y las figuras, se ve lo siguiente:

78% de nitrógeno, 21 % de oxígeno

78% de nitrógeno, 4% de oxigeno

0 1000 2000 3000 4000 .5000


Temperatura de equilibrio, °F

FIGURA 12.1
Concentraciones calculadas de equilibrio del NO para dos contenidos diferentes
de oxígeno del gas en reacción. Véase el ejemplo 12.1.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 409

7S% de nitrógeno, 21% de oxigeno

78% de nitrógeno, 4% de oxígeno

0 1000 2000 3000 4000 5000


Temperatura de equilibrio, °F

FIGURA 12.2
Concentraciones calculadas de equilibrio del NO, para dos contenidos
diferentes de oxígeno del gas en reacción. Véase el ejemplo 12.1.
(Obsérvese la gran diferencia en la escala entre las figuras 12.1 y 12.2.)

1. Si la atmósfera estuviera en equilibrio (a una temperatura cercana a 300 K = 80°F), ten­


dría menos de una parte por mil millones de NO o NO,. Las concentraciones de NO y
N0 2 observadas en ciudades de Estados Unidos con frecuencia sobrepasan estos va­
lores de equilibrio (véase la figura 1.2), de modo que el equilibrio por sí solo no resulta
una guía satisfactoria respecto a la presencia de estos dos gases en la atmósfera.
2. La concentración de equilibrio de NO aumenta en forma fuertemente pronunciada al
aumentar la temperatura. El aumento rápido se inicia a alrededor de 2000-2500°F (1367-
1644 K).
3. A bajas temperaturas, la contracción de equilibrio del N0 2 es mucho mayor que la del
NO, en tanto que a temperaturas elevadas se cumple lo inverso.
4. Es probable lograr las temperaturas en donde se forman el NO y N0 2 , a partir del N2 y
02 atmosféricos, sólo en las llamas o en las caídas de rayos. Las caídas de rayos son
410 CAPÍTULO 12

una fuente global importante de NOx, pero la combustión en los vehículos y fábricas
es la fuente principal de estos gases en las zonas intensamente pobladas.

12.1.4 NO x térmicos, inmediatos y del combustible


Los científicos que han estudiado la combustión clasifican los óxidos de nitrógeno encon­
trados en los gases producidos en ésta como óxidos de nitrógeno térmicos, inmediatos y
del combustible [5], Los óxidos térmicos del nitrógeno, los que, en general, son los más
significativos, se forman por el simple calentamiento del oxígeno y del nitrógeno, en una
llama o por algún otro calentamiento externo, por ejemplo, el relámpago de un rayo. El tér­
mino inmediatos se refiere a los óxidos de nitrógeno que se forman con mucha rapidez,
como resultado de la interacción del nitrógeno y el oxígeno con algunas de las especies
activas de carbono obtenidas a partir del combustible en las llamas. No se observan en las
llamas de combustibles sin carbono, por ejemplo, el H2. No se pueden formar sencillamen­
te al calentar oxígeno y nitrógeno; se requiere la participación de algunas especies de car-

NO térmico

NO del
combustible

NO inmediato
1000 1200 1400 1600
Temperatura, "C

FIGURA 12.3
Aportaciones estimadas de los tres mecanismos del NO en la formación de NO8 totales en la
combustión de carbón mineral. (Cortesía de la Air and Waste Management Association; tomado
de la referencia 6.)
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 41 1

bono activo provenientes del combustible. El óxido de nitrógeno del combustible se forma
por la conversión de algo del nitrógeno, presente originalmente en el combustible, en NOx.
(El carbón mineral y algunos combustibles del petróleo de elevado punto de ebullición
contienen cantidades significativas de nitrógeno orgánico [véase el apéndice C]; los com­
bustibles del petróleo de bajo punto de ebullición y el gas natural prácticamente no lo
contienen.) Estas tres clases de NOx están presentes en muchos gases de combustión.
En la figura 12.3 se muestran estimaciones de la contribución de los mecanismos tér­
mico, del combustible e inmediato a las emisiones de NOx provenientes de la combustión
del carbón mineral. Debajo de 1300°C = 2372°F, el mecanismo de NO térmico es desprecia­
ble, en comparación con los otros dos, en tanto que, a las temperaturas más elevadas, es
el más importante. Si se hubieran basado las estimaciones sólo en el mecanismo térmico,
se pronosticaría que se produciría aproximadamente cero NOx, a temperaturas por debajo
de 1300°C. Pero, como la figura hace ver, las emisiones observadas a esa temperatura pue­
den ser apreciables.
Cada uno de los tres mecanismos para producir óxidos de nitrógeno tiene sus propias
sendas cinéticas por separado y ecuaciones correspondientes de velocidad. Las tres se
rigen conjuntamente por las relaciones globales de equilibrio ya analizadas y la cinética de
reacción que se analiza más adelante en este capítulo. Los productos de estos tres meca­
nismos interactúan, de modo que tratarlos por separado, como se hace, es una seria sim­
plificación.

12.2 NO TÉRMICO
A las temperaturas más elevadas, el mecanismo térmico es el más importante de las tres
maneras para producir NO (véase la figura 12.3).

12.2.1 Cinética de Zeldovich de la formación del NO térmico


Si se calienta algo de aire hasta 2000 K = 3140°F y se le mantiene a esta temperatura el
tiempo suficiente como para que se alcance el equilibrio, entonces, con base en el ejemplo
12.1, la tabla 12.2 y la figura 12.1, se sabe que contendrá 8100 ppm de NO. En este caso,
cabe preguntarse con cuánta rapidez la mezcla tiende hacia ese valor de equilibrio.
Las reacciones que se muestran en las ecuaciones (12.1) y (12.4) no avanzan como se
han escrito en esas ecuaciones. Más bien, avanzan por medio de pasos intermedios en los
que intervienen partículas fuertemente energéticas llamadas radicales libres. (Lo mismo
se cumple en casi todas las reacciones a altas temperaturas. Véase la sección 10.3.4.) Los
radicales libres que intervienen con mayor frecuencia en las reacciones de combustión son
O, N, OH, H e hidrocarburos que han perdido uno o más hidrógenos; por ejemplo, CH3 o
CH2. Estos materiales son muy reactivos y energéticos, y pueden existir en concentracio­
nes significativas sólo a altas temperaturas. En principio, se pueden formar por reacciones
de equilibrio como las siguientes:
N2 2N (12.8)
O2 20 (12.9)
H20 H + OH (12.10)

Sin embargo, de modo convencional se escriben las reacciones con una M en ambos la­
dos de la ecuación, con el fin de indicar que otra molécula, que no se cambia químicamente
412 CAPÍTULO 12

en la reacción, debe chocar con la molécula de N2 o de 02 para dar o quitar la energía para
que esa reacción ocurra; por ejemplo,

N2 + M 2N + M (12.11)

La concentración de M, que puede ser una molécula de cualquier otro gas (por ejemplo,
0 2 , N2 o H 2 0) no influye en el equilibrio, pero sí influye sobre la velocidad de las reac­
ciones.
El mecanismo más citado para la reacción de formación de NO térmico es el de
Zeldovich [7]. Se supone que radicales O atacan las moléculas de N2 por esta reacción:
O + N2 NO + N (12.12)
y que los radicales N pueden formar NO por la reacción
N + 02 NO + O (12.13)
Se pueden realizar varios grados de simplificación de este mecanismo. Si se supone que
los radicales O se encuentran en equilibrio con el 0 2 , que la concentración de radicales N
no está cambiando de manera significativa con el tiempo y que uno de los términos es
pequeño en comparación con los otros, se pueden simplificar las ecuaciones cinéticas re­
sultantes (véase el problema 12.9) hasta

= k f [N 2 ][0 2 ] l / 2 -k b (12.14)

en donde kf y kb son las constantes de velocidad de reacción hacia adelante y hacia atrás.
Entonces se puede observar que el valor de equilibrio de la concentración de NO, [NO]e,
se expresa por la ecuación (12.6) y que la constante de equilibrio está relacionada con las
dos constantes de velocidad por

K12.4= (12.15)

Se puede demostrar esto al igualar a cero la razón de cambio de la concentración expresa­


da en (12.14) y comparar el resultado con la (12.16). Si se hace esta sustitución en la ecua­
ción (12.14) y se reacomoda, se encuentra

(12.16)

la cual puede integrarse y reacomodarse (con una hipótesis de NO cero en el instante cero)
para dar

(12.17)

en donde

α
= (12.18)
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 413

Ejemplo 12.2. Estímese la concentración de NO en una muestra que contiene 78% de N2 y


4% de O2 y que se mantiene durante un segundo a 2000 K = 3140°F, según el mecanismo
térmico de Zeldovich.
Con base en la tabla 12.2, se sabe que la concentración de equilibrio, [NO]e, es de
3615 ppm. Seinfeld [8] sugiere un valor para kb de 4.1 x l013 exp(-91 600/RT), para T en K,
R en cal/mol x K, t en segundos y concentraciones en (mol/cm5). A 1.0 atm y 2000 K, la
densidad molar de cualquier gas perfecto es 6.1 x 10-6 mol/cm3, de modo que

[NO]c = 6.1 x 10" -0.003615 = 2.21 x 10-8

6
[0 2 ] = 6.1 x 10 x 0.04 = 2.44 x 10-7

kb =4.1 x 1013exp =4003

α =

= 0.177

A partir de esta expresión, se concluye que [NO] = 3615 ppm • 0.177 = 640 ppm.

Ésta es una versión simplificada de la simplificación de Zeldovich de la cinética de la


reacción de formación de NO térmico. Si se utiliza esta sencilla relación, se pueden cons­
truir con facilidad gráficas como la figura 12.4, en la cual se muestre la relación esperada
tiempo-temperatura para una composición inicial específica del gas. Con base en la gráfica,
se ve que, a 1500 K = 2240°F, no sólo es bastante baja la concentración de equilibrio calcu­
lada, sino que también es tan baja la velocidad calculada para alcanzarlo que, después de
30 segundos, la mezcla está lejos de ese equilibrio. Como contraste, a 2300 K = 3680°F, la
concentración de equilibrio es mucho mayor y la velocidad calculada de reacción es sufi­
cientemente rápida que el equilibrio se alcanza en alrededor de 0.3 s. Por tanto, para hacer
una buena estimación de la concentración de NO de un gas de combustión, debida al me­
canismo térmico, se necesita conocer su relación inicial nitrógeno-oxígeno y sus antece­
dentes temperatura-tiempo.
En versiones más complejas del mecanismo de Zeldovich se agrega otra ecuación a la
lista de reacciones,
N + OH NO + H (12.19)

con un incremento resultante en la complejidad matemática. Benítez [9] da una deducción


y el ejemplo correspondiente al antes presentado, incluyendo la ecuación (12.19). El resul­
tado no se puede reducir a alguna gráfica simple como la que se da en la figura 12.4. (Véa­
se el problema 12.10.)
Con el mecanismo de Zeldovich mostrado en los párrafos anteriores se hacen predic­
ciones razonablemente exactas de la velocidad de formación del NO, a partir del N2 y el O2,
en las más altas temperaturas observadas en las llamas y en otras situaciones de tempera­
turas elevadas. Con él se predicen concentraciones mucho más bajas de NO que las ob-
414 CAPÍTULO 12

2300 K = 3680°F

2000 K = 3240°F

1700K = 2600°F

1500K = 2240°F

001 .01 0.1 1 10 100


Tiempo de reacción, s
FIGURA 12.4
Concentraciones calculadas del NO térmico en un gas que contiene 78% de N2, 4% de
0 2 , como función del tiempo y de la temperatura, según la forma simplificada del
mecanismo de Zeldovich. Véase el ejemplo 12.2. En este cálculo no se incluyen el NO
inmediato y del combustible.

servadas en las llamas de baja temperatura, como las de la estufa de una cocina o al que­
mar combustibles que contienen nitrógeno, como algunos carbones (Fig. 12.3). Antes de
analizar los mecanismos de NO inmediato y del combustible, que predominan a bajas
temperaturas, se examinarán las temperaturas y los tiempos en las llamas, para ayudar a
comprender qué tipos de llamas producen NO térmico significativo y qué tipos no lo
producen.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 415

12.2.2 Temperatura de combustión


La temperatura pico de una llama depende de lo siguiente:

1. El combustible y el oxidante usados


2. El tamaño de la llama
3. El grado de premezclado del combustible y el aire
4. La cantidad de precalentamiento del combustible y el aire

Las llamas de combustible-oxígeno son mucho más calientes que las de combustible-
aire, porque el nitrógeno que se encuentra en el aire para la combustión absorbe calor,
dividiéndose de este modo el calor liberado por la combustión entre más moléculas, con
menos calor disponible para cada molécula que en una llama de combustible-oxígeno. Esto
se cumple para cualquier combustible. Las llamas de temperatura más alta son producidas
por el acetileno y el oxígeno. Son más calientes que las llamas de los combustibles ordina­
rios, como el metano con oxígeno, debido a la energía adicional almacenada en el triple
enlace del acetileno, la cual se libera en la combustión, además de la energía liberada al
convertir el carbono y el hidrógeno en bióxido de carbono y agua.
Para cualquier combustible, la temperatura de combustión depende del tamaño y de la
forma de la llama. La llama genera calor por la reacción química y la pierde hacia los alrede­
dores, parcialmente por radiación térmica, otra parte por conducción y todavía otra por
mezclado con el aire circundante. Entre mayor sea el área superficial de la llama por unidad
de liberación de calor, con mayor rapidez esa llama perderá energía y, de este modo, menor
será la temperatura pico de la misma. Para una llama continua, de estado estacionario (como
la de una vela encendida o la de un mechero Bunsen, pero no como la de una explosión
o la de la combustión en el motor de un automóvil), se puede escribir

Calor generado = calor transferido hacia los alrededores

mcombustible Δhcombustión = UA(Tllama - Talrededores)

(12.20)

En estas expresiones, el coeficiente de transferencia de calor, U, es un coeficiente combi­


nado de radiación, conducción y convección, y Δhcombustión es el cambio de entalpia de la
combustión.
El área superficial de la llama, A, depende con intensidad de cuánto premezclado hay
del combustible y el oxidante. Para un dispositivo como un encendedor de cigarrillos de
butano, figura 12.5, prácticamente no se tiene premezclado combustible-aire. En estos
encendedores, un chorro a baja velocidad de vapor de butano fluye hacia la atmósfera y
es encendido por una chispa que sale de un pedernal. La llama es grande para la cantidad
de combustible que se está quemando, debido a que, en la superficie de la llama, el butano
está fluyendo hacia afuera, mientras el oxígeno necesario para la combustión se difunde
hacia adentro, contra el flujo de ese butano y el producto de la combustión. La llama se
ubica en donde el flujo hacia adentro del oxígeno, por difusión, es suficiente como para
sostener la combustión. Las temperaturas pico observadas en esas llamas son de más o
menos 1700°F. Una llama como la. ilustrada en la figura 12.5, en la que prácticamente no se
tiene premezclado combustible-aire, es una llama de difusión. Las llamas de las velas, fós-
416 CAPÍTULO 12

El oxígeno El butano fluye hacia afuera


se difunde
hacia adentro,
desde el aire
El butano líquido se vaporiza
en la boquilla

.P≈ 15 psig

Cuerpo del encendedor

FIGURA 12.5
Encendedor de cigarrillos de gas
butano: un ejemplo de una llama de
difusión.

foros y fogatas son casi de difusión pura; sus temperaturas son con mucha aproximación
de 1600 a 1700°F. Todas ellas son amarillas, como se analiza un poco más adelante.
La opuesta a una llama de difusión es una llama premezclada, en la que el aire y el
combustible se mezclan por completo, antes de la ignición. Las llamas en los motores de
los automóviles son totalmente premezcladas. En ellas, en primer lugar, la gasolina líquida
se convierte en un rocío de finas gotitas y, en seguida, se mezcla con aire en un carbura­
dor o en un inyector de combustible. A continuación, la mezcla se calienta por compresión
(lo que se analiza un poco más adelante), para vaporizar el líquido antes de encenderlo.
Cuando la chispa enciende el combustible, el frente de la llama pasa a través del aire y
combustible premezclados. La combustión es mucho más rápida que en una llama de difu­
sión, porque no existe retardo para que el aire se difunda y se mezcle con el combustible.
Como resultado, las temperaturas máximas son más elevadas que para una llama de difu­
sión. Las temperaturas pico en los motores de combustión interna se estiman en alrededor
de 4000°F.
Los quemadores totalmente premezclados rara vez se usan en los hogares industria­
les, porque los quemadores con premezclado parcial que se analizan un poco más adelante
son menos caros y trabajan muy bien. Las llamas en la mayor parte de los aparatos domés­
ticos de gas son en forma parcial de premezclado y en forma parcial de difusión. El com­
bustible y alrededor del 25% del aire se mezclan en el venturi y el tubo de mezclado (Fig.
12.6). Entonces esa mezcla fluye hacia afuera de los agujeros del quemador y se encuentra
con el aire circundante. La parte interior de la llama es una premezclada, rica en combusti­
ble; el resto de la misma es una de difusión, en la que el oxígeno se difunde hacia la llama
desde el aire circundante, contra el flujo neto hacia afuera de los productos de combus-
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 417

tión. Las grandes versiones industriales del quemador de la figura 12.6 tienen flujos inten­
samente turbulentos, los que hacen que el mezclado sea mucho más rápido que en el reali­
zado por difusión en cada una de las llamas de una estufa de gas o de otro aparato resi­
denciales en el que se use este combustible. Las temperaturas alcanzadas en los quemadores
como el de la figura 12.6 son intermedias entre las de una llama de difusión pura y una de
premezclado puro, lo normal es más o menos de 2100°F. Las llamas parcialmente premezcladas
son azules, no amarillas.
Es probable que el estudiante haya observado que las llamas de las estufas de gas no
ponen hollín sobre el fondo de una olla, pero las de una fogata o de una vela sí lo hacen.
La razón es que, en una llama de difusión, existen partículas muy pequeñas de carbón en
el centro de ella, las cuales se queman por completo en su periferia, mientras que en una
llama de gas con 25% de premezclado existe oxígeno suficiente en el interior de ella como
para que no se encuentren presentes esas partículas de carbón. Estas partículas muy pe­
queñas de carbón, al brillar en el calor de las llamas, emiten la luz amarilla que es caracterís­
tica de las velas, encendedores de butano y fogatas. Una olla fría colocada dentro de una
llama amarilla (no arriba de la llama) enfría ésta bastante como para impedir la combustión
completa de estas partículas de carbón; éstas se depositan como hollín sobre la olla.
Al ajustar una estufa, un calentador de agua o un horno domésticos, la persona que
lo realiza en primer lugar cierra en forma gradual los obturadores de la admisión del aire,
con el fin de hallar el ajuste del obturador en el que aparecen puntas amarillas en las lla­
mas, lo que indica que existen algunas partículas de carbón en ellas y, a continuación, abre
los obturadores hasta lograr que las puntas amarillas apenas desaparezcan, lo que indica
que se tiene suficiente aire premezclado para producir una combustión limpia. El lector puede
intentar realizar con seguridad el procedimiento anterior en cualquier estufa de gas. (En
una llama de oxiacetileno, la intensa luz blanca es causada por partículas de carbón que
brillan a la muy elevada temperatura de estas llamas. Aun cuando ésta es una llama
premezclada, aparecen estas partículas de carbón porque el acetileno, C2H2, es muy rico
en carbono, en comparación con la mayor parte de los otros combustibles gaseosos.)

La mezcla gas-aire
se quema con el aire,
el cual se difunde
hacia las llamas

Gas
natural.
Chorro de gas

Tubo de mezclado
del aire y el gas
El aire succionado hacia adentro proporciona alrededor
del 25% del aire necesario para la combustión

FIGURA 12.6
Quemador de gas del tipo usado en las estufas, calentadores de agua y hornos residenciales:
un ejemplo de una llama parcialmente premezclada.
418 CAPÍTULO 12

En un soplete doméstico de propano, del tipo usado para soldar accesorios de plome­
ría, se utiliza la alta presión (≈ 100 psig) en el interior del recipiente de propano y una
disposición de mezclado del chorro un tanto semejante a la de la figura 12.6 para dar lugar
a un premezclado casi completo del gas y el aire. Como resultado de este premezclado, la
llama es mucho menor que la del encendedor de butano, por unidad de combustible que­
mado, y las temperaturas picos observadas en esas llamas son de alrededor de 2500°F, en
el pequeño y brillante cono interior. La diferencia de 800°F entre el encendedor de butano
y el soplete de propano, para prácticamente el mismo combustible, se produce tan sólo por
el valor mucho mayor de mcombustible /A debido a la diferencia del mezclado del combustible
y el aire.
Con una llama de difusión, aumentar el tamaño del quemador y el gasto de combusti­
ble no cambiará mucho la temperatura pico, en virtud de que la llama debe incrementar su
área superficial tanto como se necesite para lograr que el oxígeno necesario fluya hacia
ella por difusión. De este modo, una llama de difusión tendrá de manera muy aproximada la
misma razón de liberación de calor por unidad de área superficial, (mcombustible /A), inde­
pendientemente del gasto de combustible. El tamaño de la llama aumentará o disminuirá al
aumentar o disminuir el gasto de combustible, para mantener este valor constante. Pero en
una llama premezclada no se tiene esa necesidad, de modo que tendrá de manera muy aproxi­
mada la misma razón de liberación de calor por unidad de volumen (mcombustible/Ves más o
menos independiente de su tamaño) y (mcombustible/A) aumenta al incrementarse el gasto de
combustible.
En la mayor parte de los hogares industriales grandes, las llamas son parcialmente
premezcladas. Una llama premezclada es mucho menor, para igual liberación de calor, que
una de difusión. Por tanto, una empresa puede usar un quemador y un fogón más peque­
ños y menos caros, para un hogar de llama premezclada que para uno con llama de difu­
sión. En el equivalente industrial del quemador mostrado en la figura 12.6, tanto el aire
premezclado con el combustible, conocido como aire primario, como el que se mezcla ha­
cia adentro, después del encendido, llamado aire secundario, son alimentados por venti­
ladores o sopladores, los cuales dan lugar a una turbulencia considerable para mejorar el
mezclado. Los grandes hogares industriales tienen temperaturas picos hasta de 3500°F. En
los hornos, calentadores de agua, etc. domésticos no se aplican alimentaciones de aire
impulsadas por ventiladores. Esta característica hace que sean un tanto más grandes de lo
que serían con aire impulsado por ventilador, pero el costo adicional del hogar más grande
es compensado por el bajo costo, sencillez y seguridad de los quemadores a baja presión,
impulsados por el gas y con 25% de premezclado que normalmente se usan.
Tanto en los grandes hogares industriales como en los vehículos de motor se
precalientan sus mezclas aire-combustible, antes de encenderlas; en la mayor parte de los
otros casos en los que se utiliza la combustión esto no se hace. Ese precalentamiento ha­
ce que las temperaturas máximas alcanzadas en estos tipos de combustión sean más altas
que las alcanzadas en los otros tipos.
En un motor estándar de gasolina, la mezcla aire-gasolina se comprime hasta alrededor
de 1/7 a 1/10 de su volumen inicial, antes de que la chispa la encienda. En un motor con una
relación de compresión de 7:1, si la compresión fuera reversible y adiabática, el aumento
calculado de temperatura sería precisamente sobre 600°F; los aumentos observados en la
temperatura son algo menores debido a que el proceso no es por completo adiabático. El
aumento en la temperatura al quemar el combustible sólo es alterado ligeramente por este
incremento en la temperatura inicial, lo cual significa que la temperatura final esperada de
combustión es 600°F más elevada de la que se esperaría si la misma mezcla combustible-
aire se quemara en un sistema totalmente premezclado, no comprimido.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 419

Gas de escape diluido hacia la chimenea,


a alrededor de 250°F

Campana de aspiración
Aire de dilución

Gas de escape, Aire frío


750°F de la casa, 70°F

Soplador
Intercambiador de calor

Aire, 70°F Aire caliente hacia la casa, 140°F


Cámara de
combustión
Combustible Gases de la combustión

(a)

Gas de escape, 750°F


Gas de escape
hacia la chimenea,
250°F Fluido frío
del proceso

Intercambiador de calor, Bombas


Precalen- más complejo que
tador el del hogar doméstico
del aire

Fluido caliente al proceso


Aire, 70°F 570°F
Cámara de
combustión
Gases de la combustión
Combustible

(b)

FIGURA 12.7
Comparación de los flujos del aire y de los gases de la combustión en: a) un hogar doméstico para
aire caliente y b) un hogar industrial grande, precalentado; en donde se muestra por qué las
temperaturas de combustión son alrededor de 500°F más calientes en este último que en un hogar
de tamaño comparable, sin precalentamiento.

En la figura 12.7 se hace una comparación de los flujos en un hogar residencial ordi­
nario de aire caliente con los flujos en un hogar industrial grande y moderno. En un hogar
residencial típico, los productos de la combustión salen de él a alrededor de 750°F. Éstos
se mezclan con aire para conservar la temperatura en la chimenea en un valor seguro, poco
más o menos 250°F (utilizando una campana de aspiración) y se envían a esa chimenea.
En un hogar industrial grande y moderno, los gases de la combustión salen del hogar a
más o menos 750°F y pasan por intercambiador de calor, en donde precalientan el aire en­
trante para la combustión y reducen su propia temperatura hasta poco más o menos 250°F.
Al hacerlo, calientan el aire entrante hasta aproximadamente 570°F. (Con mayor frecuencia,
los intercambiadores de calor son recuperadores de ruedas giratorias, conocidos como
420 CAPÍTULO 12

precalentador es de Ljungstrom, en honor de su inventor.) Precalentar el aire incrementa


las temperaturas promedio y pico de la llama en el hogar industrial, en más o menos 500°F,
en comparación con las del hogar residencial, suponiendo el mismo combustible y la mis­
ma relación aire-combustible (véase el problema 12,15).

12.2.3 Tiempo de combustión


Para las llamas pequeñas, los tiempos de combustión son bastante cortos. Para las llamas
más grandes son mayores.

Ejemplo 12.3. Estímese el tiempo que los productos de la combustión se encuentran a


alta temperatura en: a) una estufa de gas, b) el motor de un automóvil y c) una caldera
grande en la que se quema carbón.

Solución
a) En una estufa de gas, las llamas se sostienen mientras el gas y el aire premezclado
pasen por ellas y se difunda oxígeno del aire hacia su interior para completar la com­
bustión. La velocidad del gas es comparable a la velocidad laminar de la llama (la
velocidad a la que una llama se propaga hacia una mezcla combustible-aire que no tie­
ne turbulencia), la cual, para el metano, es de más o menos 1 ft/s. El espesor de la llama
es aproximadamente de 1/16 in = 0.005 ft, de modo que el tiempo estimado que el gas
permanece en la región de temperatura alta es

t= = =0.005 s = 5 ms

b) En un motor de automóvil a 2000 rpm, el tiempo para realizar una revolución es de 0.03 s.
La combustión se lleva a efecto en quizá un doceavo de este tiempo (véase el ejemplo
13.3), de modo que el tiempo estimado de combustión es 0.0025 s = 2.5 ms. En este
caso, la distancia recorrida por el frente de la llama es de más o menos 2 pulgadas, por
tanto la velocidad de la llama debe ser
8 0 0
Vllama≈ = =66.7 =20.3

Esta velocidad es razonable para una llama premezclada, pero no sería plausible para
una llama de difusión.
c) En una planta típica generadora de electricidad, de 500 MW, en la que se quema car­
bón, se usa carbón pulverizado [10], el flujo de gas a través del sistema es alrededor de
1.2 M scfm, lo cual es equivalente a 5.3 M acfm, a la temperatura de salida del fogón
de 1800°F. El fogón principal tiene muy aproximadamente 46 ft x 46 ft x 165 ft de altura.
El flujo es verticalmente hacia arriba, con la velocidad promedio dada por
5.3 x l0 6 ft 3 /min
Vprom (46 ft)2
y el tiempo para recorrer el fogón de 165 ft de altura es 165/42 = 4 s. Este valor es un
tanto exagerado respecto al tiempo que el gas permanece en la parte más caliente del
hogar, porque gran parte del gas es admitido arriba del fondo de este hogar y porque
este valor está basado en la temperatura a la salida. A una temperatura promedio de
3000°F, se calcularía un tiempo de 2.6 s. ■
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 421

Se ve que en la caldera de la planta generadora, el gas se encuentra a una temperatura


elevada durante un tiempo hasta mil veces mayor que en una estufa de cocina o en el
motor de un automóvil. Las razones son de dos tipos:
1. Entre más grande sea el quemador, más tiempo permanece el gas a la temperatura alta.
El calor generado por pie cúbico de llama es más o menos independiente del tamaño
del equipo para un combustible dado; en lugar de ello, depende de la velocidad de
combustión de la mezcla combustible-aire. La razón de extracción del calor de la llama
depende del área superficial de esta última (o del fogón). De modo que el tiempo reque­
rido para extraer el calor, desde la temperatura pico hasta alguna temperatura apropia­
da de salida, es muy aproximadamente proporcional al (volumen/área), o sea, la lon­
gitud de la llama.
2. Aun cuando las partículas de carbón en una caldera moderna de una planta generado­
ra se muelen hasta tener la consistencia del polvo facial, todavía tardan más tiempo en
quemarse que las moléculas del gas natural o de la gasolina, de modo que debe darse
un mayor tiempo de residencia en el fogón. Las calderas en las que se quema carbón
son algo más grandes que aquéllas, de la misma capacidad, en las que se quema gas
natural o combustóleo.
En la tabla 12.3 se resumen los tiempos y las temperaturas estimados para diversos
tipos de quemadores.

12.2.4 Tiempos de calentamiento y de enfriamiento


Cuánto NO térmico se forma en una llama, así como cuánto se convierte en seguida de
regreso a N2 y 0 2 , a medida que los gases se enfrían, es una fuerte función de la rapidez

TABLA 12.3
Temperaturas pico y tiempos de combustión estimados
en diversos tipos de quemadores
Temperatura
Tipo de llama pico aproximada Tiempo de combustión
o quemador estimada, °F aproximado estimado, s

Vela, fogata, encendedor


de butano 1600-1700 0.005-0.01
Estufa de gas para cocina,
calentador de agua, horno 2100 0.005
Soplete de propano 2500 0.001
Hogar industrial de
tamaño medio, sin
precalcentamiento 2900 1-2
Hogar grande en el que
se quema carbón,
con precalentamiento 3500 2-4

Soplete de oxiacetileno 5000 0.001


Motor de automóvil
(a 2000 rpm) 4000 0.0025
422 CAPÍTULO 12

con la q u e los gases se calientan y se enfrían en las llamas. Las velocidades de calenta­
miento y enfriamiento en las llamas son bastante impresionantes. En la figura 12.8 se muestran
algunos patrones posibles de calentamiento y enfriamiento para las llamas.
La o n d a c u a d r a d a de la figura 12.8α c o n d u c e a los cálculos m á s fáciles, c o m o se ilus­
tra en el ejemplo 12.2. En ese ejemplo, implícitamente se supuso que el enfriamiento poste­
rior a la llama es instantáneo, de m o d o que n a d a del NO f o r m a d o en ella se convierte de
regreso a N 2 y 0 2 . Es evidente que esa hipótesis es u n a simplificación; n a d a en este m u n ­
do en verdad es instantáneo.

E j e m p l o 12.4. Estímense las velocidades de calentamiento y de enfriamiento en la llama


de una estufa c o m ú n de gas. C o n base en la tabla 12.3, se sabe que la t e m p e r a t u r a pico es
alrededor de 2100°F y que el t i e m p o de combustión es m á s o m e n o s de 0.005 s. Si se supo­
ne que el patrón temperatura-tiempo es la onda triangular que se muestra en la figura 12.8b,
se p u e d e decir que las velocidades de calentamiento y de enfriamiento deben ser m á s o
m e n o s las m i s m a s y

= 8.13 x 10 5 =4.5xl05

Este n ú m e r o es p a s m o s a m e n t e grande, ¡casi un millón de g r a d o s Fahrenheit p o r se­


g u n d o ! Ésta es una estimación razonable del t i e m p o de c a l e n t a m i e n t o en u n a estufa de
gas. Inicialmente, el enfriamiento tiene una velocidad c o m p a r a b l e , p e r o es de s u p o n e r q u e
las etapas finales del enfriamiento son m á s lentas, ya que los gases calientes de la c o m ­
bustión se m e z c l a n con el aire de la cocina y calientan la olla que está sobre la estufa. La
suposición de un patrón triangular simétrico de la relación t e m p e r a t u r a - t i e m p o está m á s
c e r c a n a a la realidad que la o n d a c u a d r a d a y todavía c o n d u c e a cálculos m á s o m e n o s
sencillos (ejemplo 12.5). Pero también es u n a fuerte simplificación del patrón real t e m p e r a ­
t u r a - t i e m p o en u n a llama. Si se t o m a el p u n t o de vista de una persona que se d e s p l a z a con
una porción del gas, a través de la llama (punto de vista lagrangiano), se p u e d e decir que

VpCF = calor añadido por la combustión - calor perdido hacia los alrededores

= rΔhcombustión UA(Tllama - Talrededores) (12.21)

en d o n d e r es la velocidad de c o m b u s t i ó n y VA, el p r o d u c t o del coeficiente total de trans­


ferencia de calor y el área superficial aplicable. Para que la parte ascendente del patrón T-t
de la figura 12.8 sea recta, la velocidad de reacción r tendría que p e r m a n e c e r constante
d e s d e el arranque de la c o m b u s t i ó n hasta que t o d o el combustible se h a y a q u e m a d o y,
asimismo, ser m u c h o , m u c h o m a y o r que el término de pérdida de calor. El c o m p o r t a m i e n t o
o b s e r v a d o es que la v e l o c i d a d se inicia con lentitud, a u m e n t a al elevarse la t e m p e r a t u r a y,
a continuación, d i s m i n u y e hasta la detención c o n f o r m e se c o n s u m e lo último del c o m b u s ­
tible. Por tanto, la parte ascendente de la gráfica T-t debe tener forma de S. Las pérdidas de
calor hacen que la parte superior sea m á s r e d o n d e a d a de lo que se calcularía a partir única­
m e n t e de la velocidad de reacción. D u r a n t e el p e r i o d o de enfriamiento, si UA fuera c o n s ­
tante, sería de esperar que la declinación de la temperatura fuera exponencial. En la figura
12.8c se muestra un patrón T-t m á s admisible para una llama.
C e r c a del pico de la curva T-t (en d o n d e ocurren las reacciones principales de forma­
ción de N O ) , dT/dt está t e n d i e n d o a cero, lo que significa que los dos t é r m i n o s del s e g u n ­
do m i e m b r o de la ecuación (12.21) deben ser de m a g n i t u d c o m p a r a b l e . Ese h e c h o indica
q u e , d e s p u é s de que se alcanza el pico, la declinación debe ser m á s p r o n u n c i a d a de lo que
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 423

Tiempo

Tiempo
(b)

Tiempo

(c)

FIGURA 12.8
Cuatro patrones posibles temperatura-
tiempo para las llamas: a) onda cuadrada,
Tiempo b) onda triangular, c) patrón razonable de
(d) la llama, d) combustión por etapas.
424 CAPÍTULO 12

fue el ascenso, porque éste fue proporcional a la diferencia entre estos dos términos, pero
aquélla es proporcional sólo al término de enfriamiento. De este modo, para la mayor parte
de las llamas cerca de su temperatura pico, sería de esperar que el comportamiento T-l sea
como el de la figura 12.8c, con un enfriamiento más rápido después de haberse consumido
todo el combustible que el calentamiento durante las últimas etapas del consumo.

Ejemplo 12.5. Repítase el ejemplo 12.2, con las fuertes hipótesis simplificadoras: 1) de que
el gas se calienta desde 293 hasta 2000 K en 0.5 s, con un aumento lineal en la temperatura
y, en seguida, se enfría desde 2000 hasta 293 K en 0.5 s, con una disminución lineal en la
temperatura, y 2) que la concentración inicial de NO es cero.
En este ejemplo se aplicarán el mecanismo sencillo de Zeldovich y la ecuación (12.16),
que se sabe sólo es aproximada. Se puede ver, a partir del enunciado del problema que

T = 293K+ / = 293 K + 3414 ■/ para 0<t<0.5 s

T = 2000K- (t -0.5) = 2000 K-3414 •(t-0.5) para 0.5s<t <ls

Si se considera el intervalo de tiempo 0.0 < t ≤ 0.01 s, se ve que la temperatura inicial


es de 293 K y que la final es de 293 + 34 = 327 K. Para este intervalo de tiempo, la tempera­
tura promedio es de 310 K. Si se usa este valor, se puede estimar la constante de equilibrio
(véase el problema 12.7), como

Kp =21.9exp =5.5 x 10-30

Para la mayor parte del trabajo cuidadoso, se debe tomar en cuenta el cambio en el conte­
nido de oxígeno, a medida que ocurre el calentamiento. Si embargo, por sencillez, se proce­
derá como el contenido de oxígeno fuera del 4% en ese ejemplo, independiente del tiempo.
Si se sustituye este valor de Kp en la ecuación (12.6) y se resuelve, se encuentra

[NO]e = (5.5 x 10-5[0.78][0.04])0.5 =4 x 10-16

Ésta es la [NO]c en unidades de presión parcial. En la ecuación (12.16) se requiere que


todas las concentraciones se den en unidades de concentración. A esta temperatura y una
atmósfera de presión, la densidad molar es (4.46 x 10 5)(273/310) = 3.93 x 105 mol/cm3, de
modo que, en unidades de concentración, [NO]c = 4 x 10-16(3.93 x 105) — 1.6 x 1020 mol/
cm3 A esta temperatura, si se usa la ecuación del ejemplo 12.2, se tiene

kb =4.1 x 10l3exp = 1.1 x 105

= 2.2 x 1088

Si se multiplica esto por Al = 0.01 s, se concluye que, durante los primeros 0.01 s, la con­
centración de NO pasó desde cero hasta 2 x10 9 0 mol/cm'. Este valor es despreciable,
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 425

pero ahora recórranse los 99 pasos siguientes, cada uno del mismo tamafio, usando una
hoja de cálculo y encuéntrense los resultados que se muestran en la figura 12.9. La con­
centración final calculada de NO es de 20 ppm. ■

A partir de esta gráfica se ve que la concentración calculada de equilibrio pasa desde


5.5 x 10-24 ppm (≈ 0) hasta las 3615 ppm de la tabla 12.2, al elevarse la temperatura y, a
continuación, regresa hasta cero, al caer la temperatura. La velocidad de reacción es prác­
ticamente cero y, por consiguiente, la cantidad de NO en realidad formada es prácticamen­
te cero hasta alrededor de 0.44 s (T≈ 1780 K), después de lo cual la velocidad de forma­
ción del NO se vuelve significativa. Después de que la temperatura de la llama llega a su
pico, la concentración de NO sigue elevándose con lentitud, debido a que la concentra­
ción real es menor que la de equilibrio, aun cuando esta última está cayendo con rapidez al
disminuir la temperatura. En el momento en que las dos curvas se cruzan, la temperatura es
suficientemente baja como para que la velocidad de reacción sea cero, desde el punto de
vista práctico, de modo que la concentración de NO, sin gran error, puede considerarse
constante durante el enfriamiento adicional. (Se dice que la concentración "se congela" a
su valor más alto de la temperatura.)
Es obvio que este tipo de cálculo consume más tiempo que la versión más sencilla del
ejemplo 12.2. Está más cercano a la realidad que aquél y daría la mejor estimación de que

Concentración de equilibrio

Concentración calculada

0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0


Tiempo, s

FIGURA 12.9
Concentraciones calculadas del NO y concentración de equilibrio del ejemplo 12.5, basadas en la forma
simple del mecanismo de Zeldovich del NO térmico.
426 CAPÍTULO 12

se dispone, si se hubiera utilizado la curva real T-t y la mejor estimación actual de la cinética,
en la cual se incluyen el NO inmediato y el NO del combustible, que se describen a conti­
nuación. De manera regular, esos cálculos se llevan a cabo en grandes computadoras.

12.3 NO INMEDIATO
Durante la primera parte de la combustión, los radicales del combustible que contienen
carbono reaccionan con el nitrógeno según
CH + N2 HCN+N (12.22)
y varias reacciones similares que comprenden el CH2 y radicales C. El N de este modo
producido ataca el 0 2 , según la ecuación (12.13), para incrementar la cantidad de NO for­
mado, y el HCN reacciona en forma parcial con el 0 2 , produciendo NO, y en forma parcial
con el NO, produciendo N,. Parece que no existe algún tratamiento teórico sencillo, como
el mecanismo de Zeldovich, que permita realizar un cálculo con papel y pluma o trazar una
gráfica sencilla de la cantidad de NO inmediato formado en una llama. Pero parece cierto
que las cantidades de NO halladas en las llamas a baja temperatura (por ejemplo, en una
estufa de gas), las cuales son mucho mayores que las que se pronosticarían a partir del
mecanismo térmico de Zeldovich, en realidad son en su mayor parte NO inmediato [11].
Con base en la figura 12.3, se estimaría que la producción de NO inmediato sólo de­
pende en forma débil de la temperatura y promedia alrededor de 30 ng/J (= g/GJ); véase el
ejemplo 12.6.

12.4 NO DEL COMBUSTIBLE


La mayor parte de los combustibles gaseosos y líquidos contienen poco nitrógeno y la
contribución de ese nitrógeno al NO total en los productos de combustión es mínima. Sin
embargo, algunos carbones minerales así como los hidrocarburos derivados del esquisto
petrolífero pueden contener hasta el 2% de N (véase el apéndice C). La mayor parte del
nitrógeno del combustible se convierte en la llama en HCN [12], el cual, a continuación, se
convierte en NH o NH2. El NH y NH2 pueden reaccionar con el oxígeno para producir NO
+ H 2 0, o bien, pueden reaccionar con el NO para producir N2 y H 2 0. De este modo, la
fracción del nitrógeno del combustible que sale de la llama como NO depende de la rela­
ción NO/O2 en la zona de aquélla. Mantener bajo el contenido de oxígeno de los gases en
la parte de alta temperatura de la llama, disminuye de manera significativa la fracción del
nitrógeno del combustible convertido en NO.
Se estima que la fracción del nitrógeno del combustible que aparece como NOx en el
gas de escape típicamente es del 20% al 50%, dependiendo de las condiciones del hogar y,
hasta cierto punto, de la naturaleza química del N en el combustible. Los productos de NO
térmico, inmediato y del combustible interactúan, como lo hacen los radicales que intervie­
nen. Por tanto, aunque se analizan y estudian los mecanismos por separado, las llamas los
tratan como un mecanismo combinado.

12.5 FUENTES SIN COMBUSTIÓN


DE ÓXIDOS DE NITRÓGENO
La producción y utilización del ácido nítrico conducen a emisiones de NO y N0 2 , como lo
hacen otros procesos industriales y agrícolas; por ejemplo, la producción de ensilajes [13].
Las concentraciones de NOx en los gases de escape provenientes de estos procesos pue-
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 427

den ser significativamente mayores que los de las fuentes de combustión, pero el volumen
total de los gases emitidos es mucho menor que el de estas últimas fuentes y la mayor
parte de esas fuentes industriales se encuentran bajo un control bastante estricto, de modo
que su aportación al problema del NOx global en general es pequeño. En la tabla 1.1 se
hace ver que esas fuentes representan alrededor del 3% de las emisiones de NOx en E.U.

12.6 CONTROL DE LAS EMISIONES


DE ÓXIDO DE NITRÓGENO
Existen dos procedimientos posibles para controlar los NOx en los gases de combustión:

1. Modificar los procesos de combustión para impedir la formación de los NOx.


2. Tratar químicamente los gases de combustión, después de la llama, para convertir los
NOx en N2.

Los dos procedimientos se aplican, por separado o conjuntamente.


Para las fuentes industriales pequeñas, como las plantas de ácido nítrico, se aplican
otras técnicas de control [13]; por ejemplo, lavado con soluciones de NaOH y KMn0 4 .
Como se analiza en la sección 11.3, es difícil extraer el NO mediante el lavado con una
solución acuosa, debido a que el NO sólo es ligeramente soluble en agua. Para lavarlo con
éxito, se debe utilizar una solución en la que el NO disuelto se convierta con rapidez en
alguna otra cosa, con lo que se permite absorber más NO. El intensamente oxidante KMn0 4
convierte con rapidez el NO en N0 2 , permitiendo que sea capturado por el NaOH alcalino.
Este proceso requiere una cara regeneración electroquímica del KMn0 4 ; no es apropiado
para fuentes de combustión a gran escala.

12.6.1 Control del óxido de nitrógeno


por modificación de la combustión
Este procedimiento es el que se ha aplicado con mayor amplitud. Como el texto anterior
hace ver, se incrementa la formación del NO térmico al incrementar cualquiera de las tres
variables siguientes: la temperatura pico, el tiempo a temperatura elevada, el contenido de
oxígeno a la temperatura elevada. Aunque el contenido de nitrógeno aparece en las
ecuaciones para la formación del NO, parece que no existe una manera práctica para dismi­
nuir el contenido de nitrógeno del gas a alta temperatura. (Se podría lograr eso al llevar a
cabo todas las reacciones de combustión con oxígeno, en lugar de aire. El oxígeno puro
cuesta; el aire es gratis.)
La mayor parte de los esquemas de modificación de la combustión comprenden el mez­
clado de parte del aire para la combustión con el combustible, quemar tanto como el com­
bustible como la cantidad de aire lo permitirán, transferir algo del calor de las llamas hacia
cualquier cosa que se esté calentado, a continuación agregar el aire restante y acabar con
la combustión. A menudo, este esquema se conoce como combustión en dos etapas o
combustión adicional; en la figura 12.8d se muestra su patrón temperatura-tiempo. En la
primera etapa se baja la temperatura máxima porque no se quema todo el combustible y se
alcanza la temperatura máxima cuando se ha usado todo el oxígeno, de modo que no exista
oxígeno suficiente como para formar NO. En la segunda etapa, se ha extraído una cantidad
suficiente del calor liberado en la primera como para que la temperatura máxima alcanzada
—en presencia de oxígeno en exceso— sea bastante baja para que la formación de NO sea
428 CAPÍTULO 12

pequeña. En algunos esquemas de combustión adicional se agrega una pequeña cantidad


de combustible de más para la segunda etapa; con frecuencia, un combustible con bajo
contenido de nitrógeno, como el metano, si el combustible primario es de alto nitrógeno.
La ventaja de este procedimiento es que es barato. Las desventajas son que se re­
quiere un fogón más grande, para la misma velocidad de combustión (o se requiere reducir
la velocidad de alimentación del combustible de un hogar, si se aplica a un hogar ya exis­
tente), y que es difícil lograr que se queme por completo el combustible en la segunda
etapa, de modo que se incrementan la cantidad de combustible no quemado o de monóxido
de carbono, o de ambos, en el gas de escape.
Se han dirigido grandes esfuerzos para diseñar quemadores de NOx bajos o sistemas
de quemadores que produzcan la combustión en dos etapas y para instalarlos en los ho­
gares grandes [14]. Estos quemadores han reducido las emisiones de NO de los hogares,
pero no en tal magnitud como para ir al mismo paso que los nuevos requisitos, más estric­
tos, sobre emisiones.

12.6.2 Control del óxido de nitrógeno


por tratamiento posterior a la llama
En la mayor parte de los procesos de tratamiento posterior a la llama, se agrega un agente
reductor a la corriente del gas de combustión, con el fin de quitar el oxígeno del NO. En los
motores de los automóviles modernos, la reacción es

2NO + 2CO N2+2C02 (12.23)


Esto, en particular, es elegante porque dos contaminantes se convierten en dos no conta­
minantes. Se necesita un control cuidadoso del motor para producir NO y CO en la rela­
ción adecuada (capítulo 13).
Para las plantas generadoras y otros hogares grandes, se utilizan diversos agentes
reductores, de los cuales, el más popular parece ser el amoniaco. La reacción deseada es
6NO + 4NH, 5N2 + 6H20 (12.24)
la cual requiere 0.667 moléculas de amoniaco por cada molécula de NO. Sin embargo, siem­
pre se tiene algo de oxígeno presente, el cual puede conducir a reacciones como
4N0 + 4NH3 + O2 4N2 + 6H20 (12.25)
en la cual se requiere una molécula de amoniaco por cada molécula de NO. El NO, se redu­
ce por
2NO2 + 4NH3 + 02 3N2 + 6H20 (12.26)

Las reacciones (12.23)-(12.25) se pueden llevar a cabo sobre un catalizador de zeolita a


más o menos 700°F, o bien, sencillamente en la corriente de gas, en la parte del hogar en
donde la temperatura se encuentra entre 1600°F y 1800°F. Por debajo de 1600°F la veloci­
dad de reacción es muy baja. Por encima de 1800°F, la reacción dominante se vuelve
NH3 + 02 NO+ (12.27)
con la cual se incrementa, en lugar de disminuir, el contenido de NO del gas. Se han inten­
tado los dos procesos, el catalítico y el no catalítico, a gran escala y se logran buenas
reducciones en el NO, pero no en forma barata.
Existen procesos experimentales en evolución, en los que se adsorben tanto el SO,
como el NO sobre un adsorbente de carbón activado [15]. En seguida, se separan uno a la
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 429

v e z y se tratan, con S y N 2 c o m o p r o d u c t o s finales. H a s t a ahora, estos p r o c e s o s p a r e c e n


caros; tal v e z su investigación adicional los hará m á s e c o n ó m i c o s que los p r o c e s o s aplica­
d o s en la actualidad.

12.7 UNIDADES Y NORMAS


EN EL C O N T R O L DE LOS NOx

Se informa con regularidad sobre las emisiones de N O x y se reglamentan éstas en t é r m i n o s


de p p m de N O x , en m g / m 3 , en lb/10 6 Btu, en g/GJ o en μg/kcal. Las n o r m a s de lb/10 6 Btu,
μg/kcal o g/GJ son relativamente directas, si se llega a un a c u e r d o sobre cuál m e d i d a de
valor calorífico se va a usar (superior o inferior). Las descripciones de concentración, p p m
y m g / m 3 , d e p e n d e n de la dilución. Si en un c o m b u s t o r se usa u n a gran c a n t i d a d de aire en
e x c e s o , e n t o n c e s se bajará la concentración de N O x en su gas de escape, en relación con
la c o n c e n t r a c i ó n p a r a u n a instalación con la m i s m a emisión en m a s a , en la q u e se u s e m e ­
n o s e x c e s o de aire. Por esa razón, p o r lo general las n o r m a s sobre e m i s i o n e s e x p r e s a n q u e
las c o n c e n t r a c i o n e s se ajustarán a un porcentaje estándar de O, en el gas de escape. Las
selecciones m á s c o m u n e s son 6 % y 7 % d e 0 2 [16].

E j e m p l o 12.6. W a d d e n y Scheff presentan una extensa tabulación de m e d i d a s de e m i s i o ­


nes de c o n t a m i n a n t e s del aire provenientes de las estufas de cocina de gas natural [ 1 7 ] .
L o s v a l o r e s de los factores de emisiones para los q u e m a d o r e s y las estufas (pero no p a r a
los pilotos) se p u e d e n resumir c o m o sigue:

Factor de emisiones para el NO ≈ 89 ± 37 μg/kcal


Factor de emisiones para el N 0 2 ≈ 61 ± 18 μg/kcal

¿ C u á l e s son los índices de emisiones ( c o m o N 0 2 ) en g/GJ, lb/10 6 Btu, m g / m 3 y p p m ? T ó ­


m e s e c o m o b a s e 6% de 0 2 , para los cálculos de p p m y m g / m 3 . Ú s e n s e los valores p r o m e ­
dios de los factores de emisiones, ignorando las grandes variaciones en los resultados de
las p r u e b a s .
Un g r a m o de NO p r o d u c e (46/30) = 1.533 gramos de N O , , de m o d o que las emisiones
" c o m o N 0 2 " fueron 1.533 •89 + 61 = 197 μg/kcal. (El N 0 2 fue el 3 3 % del total; la m a y o r
parte de los gases provenientes de grandes fuentes de c o m b u s t i ó n son alrededor del 1 0 %
de N 0 2 . )
El factor de emisiones en g/GJ es

FE = 197

y en u n i d a d e s inglesas es

FE = 47.2

A partir del e j e m p l o 7.5, se sabe q u e , p a r a q u e m a r m e t a n o (el c o m p o n e n t e principal


del gas natural), el c o n t e n i d o de o x í g e n o de los gases de c o m b u s t i ó n , para 1 mol de m e t a ­
n o , será

nO
2 = Enesteq

y02 =
430 CAPÍTULO 12

lo cual puede reacomodarse, para tener

E = (12.28)

de lo cual se ve que, para yO2 = 6% = 0.06, X= 0.0116 y, para el metano, el cual tiene x = 1,
y = 4 y nesteq = 2

E= = 0.448 = 44.8%

y
+
nsalida tota = •

Con base en la tabla 10.2, se encuentra que el valor calorífico del metano es 21 502 Btu/lb =
50.0 kJ/g, de modo que 1 mol (16 g) de combustible corresponde a 0.8 MJ de calor, lo cual
corresponde a una emisión de (0.0008 GJ)(47.2 g/GJ) = 0.0378 g = 0.000821 mol (como N0 2 ),
y la concentración es 0.000821 mol/14.95 moles = 54.9 ppm.
Por último, se calculará la concentración en mg/m 3 , utilizando la densidad estándar del
aire, como
c = 54.9 x l 0 - 6 - •

Basándose en este largo cálculo, se ve que el mismo factor de emisiones se puede


expresar de diversas maneras. Todas ellas aparecen en la literatura y en las reglamentacio­
nes de diversos países. Con regularidad, se usan varios valores de [0 2 ] como "estándar".
Los factores de emisiones para la combustión de gas natural en los aparatos domésticos,
hallados en el ejemplo 12.6, son muy aproximadamente la cuarta parte de los factores que
suelen verse en las plantas generadoras de electricidad en las que se quema gas y alrede­
dor de la décima parte de los valores que suelen verse en las plantas generadoras en las
que se quema carbón.

12.8 RESUMEN

1. A altas temperaturas, el NO térmico se forma con bastante rapidez, pero los tiempos
disponibles para su formación son suficientemente cortos como para que no se pueda
alcanzar el equilibrio.
2. En la mayor parte de las situaciones de combustión, los gases calientes de esta última
se enfrían con tanta rapidez que el NO formado en las llamas no tiene tiempo para vol­
ver a N 2 y 0 2 , como sucedería en el equilibrio, de modo que la concentración "se con­
gela" en el valor que tenía a una temperatura más elevada, a menudo cercano al valor
que tuvo en la temperatura pico.
3. El NO inmediato se forma en las llamas de hidrocarburo-aire a una velocidad que sólo
depende débilmente de la temperatura. A las temperaturas bajas de combustión de los
aparatos de cocina, este tipo de NO es la fuente principal de NO x .
4. Entre el 10% y el 50% del N contenido en los combustibles (en su mayor parte carbón
mineral) es emitido a la atmósfera como NO x cuando se quema el combustible.
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 431

5. La velocidad de conversión de NO hacia N0 2 en las llamas es bastante baja, de modo


que la mayor parte de los NOx en esas llamas es NO. Típicamente, la proporción es
90% de NO, 10% de N0 2 .
6. Como se analiza en el apéndice D, el NO reacciona rápidamente en la atmósfera con
cualquier 03 disponible para producir N0 2 . En presencia de luz solar, el NO, N0 2 y 03
llegan al equilibrio entre sí. Los hidrocarburos interfieren con este equilibrio, forzándo­
lo en la dirección del N0 2 y 03 (véase la figura 1.2). El N0 2 reacciona con la humedad
de la atmósfera para producir ácido nítrico, el cual contribuye a la producción de los
problemas de las PM10 y la lluvia ácida.
7. Se puede reducir la formación de NO en las llamas al modificar el proceso de combus­
tión con el fin de minimizar la temperatura pico, el contenido de oxígeno a la temperatu­
ra pico o el tiempo a esa temperatura pico.
8. El NO que se encuentra en los gases de combustión se puede volver a convertir en N2
mediante la reacción con un agente reductor. Normalmente, el agente reductor es CO,
en los motores de combustión interna y NH3 (o alguno de sus parientes químicos) en
las plantas generadoras de electricidad. La reducción puede ser térmica o catalítica.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.

12.1. Las normas federales (de E.U.) sobre el rendimiento de las fuentes nuevas [18], para las plan­
tas generadoras de electricidad en las que se quema carbón, exigen que las emisiones de óxidos
de nitrógeno sean menores que 0.6 Ib de óxidos de nitrógeno por millón de Btu de carbón
quemado. Éstos se deben calcular con base en considerar que todos los óxidos de nitrógeno se
encuentran en la forma de N02. Si una planta emite 0.4 Ib de NO y 0.1 Ib de N02 por millón
de Btu, ¿cuál es su emisión de óxido de nitrógeno, expresado como N02?
12.2. a) Muéstrese la construcción del renglón de los 2000 K de la tabla 12.1. Los valores que se
dan para los cambios en la energía libre de formación del NO y N02 a partir de los ele­
mentos a 2000 K, son 15.548 y 38.002 kcal/mol, respectivamente [5]. Según se ha expre­
sado, se forman dos moles de NO en la reacción.
b) ¿Cuál es el efecto sobre Kp de incrementar la presión total?
c) Algunos autores escriben la ecuación (12.4) como
0.5N2 + 0.5O2 NO (A)
¿Cuál es el valor de Kp para la ecuación (A) a 2000 K? Repítase el cálculo de [NO] del ejem­
plo 12.1, usando ese valor de Kp. ¿Cambia la respuesta? ¿Debe cambiar? ¿Existe una relación
matemática sencilla entre K12.4 y KpA?
d) La Kp para la formación de N02 de la tabla 12.1 está basada en la ecuación (12.1). En
principio, también se podría formar por la reacción
0.5N2 + 02 N02 (B)
aun cuando esta reacción aparentemente no desempeña un papel significativo en la forma­
ción de N02. Calcúlese el valor de Kp, a 2000 K, para la ecuación (B). Calcúlense los
valores de equilibrio del N02 de la tabla 12.2, a 2000 K, usando ese valor de KpB y la
ecuación (B). ¿Concuerdan con los valores de la tabla? ¿Deben concordar?
e) ¿Existe una relación matemática sencilla entre K12.1, K112.4 y KpB?
432 CAPÍTULO 12

12.3. Muéstrese el efecto de ignorar los cambios en las concentraciones de nitrógeno y de oxígeno,
sobre la concentración de equilibrio de NO en e' ejemplo 12.1.
a) Vuélvase a calcular ese valor, tomando en consideración esos cambios. Exprésese [NO]
como 2x y [N2] como (0.78 - x), etcétera. Este cálculo conduce a una ecuación cuadrática
en x, la cual se resuelve con facilidad.
b) Muéstrese también el cambio para los valores del 4% de oxígeno a esa temperatura, de la
tabla 12.2.
12.4. Aun cuando la atmósfera contiene 78% de nitrógeno, normalmente los gases de combustión
contienen menos, como resultado de la dilución con H 2 0 y CO.
a) Escríbase una ecuación para el contenido de nitrógeno de los gases de combustión, como
función del porcentaje de aire en exceso y de la relación molecular H/C del combustible,
suponiendo que todo el C se oxida hasta C0 2 . Esto es fácil, si se parte de los resultados
del ejemplo 7.5. La relación molecular H/C puede variar desde infinito (hidrógeno puro)
hasta cero (carbón puro). Es 4 para el gas natural, alrededor de 1.5 a 2 para la mayor par­
te de los combustibles líquidos y más o menos 1 para la mayor parte de los carbones mi­
nerales.
b) Con base en la ecuación deducida en el inciso a), estímese el contenido más bajo de nitró­
geno que es probable se tenga en cualquier gas de combustión en el que se use aire (en
oposición a un gas enriquecido con oxígeno) como su fuente de oxígeno. Supóngase que
X=0.0116.
c) Estímese la diferencia en las concentraciones de equilibrio del NO y N0 2 de la derecha de
la tabla 12.2 que resultaría al tomar en cuenta esta diferencia.
12.5. A menudo se afirma que si se tuviera el catalizador universal y se le expusiera a la atmósfera,
el nitrógeno y el oxígeno se combinarían y se disolverían en los océanos del mundo, dejando
detrás poco oxígeno. ¿Es cierto esto? (Este problema se analiza en la referencia 1.)
Úsense las constantes de equilibrio para 300 K (= 80°F) de la tabla 12.1. La presión de
vapor del N0 2 sobre soluciones diluidas de ácido nítrico se expresa por
p ≈ 45 mm de Hg (fracción en peso de HN03)7. 8
La masa del agua de los océanos es aproximadamente 100 veces la masa de la atmósfera.
12.6. En la tabla 12.4 [7] se dan las constantes de equilibrio para las ecuaciones (12.8)-(12.10).
a) Con base en la tabla 12.4, estímense cuántos radicales libres N y O sería de esperar que
existieran en el equilibrio en la atmósfera completa de la Tierra, si se supone que toda la
atmósfera se encuentra a 300 K. La masa de la atmósfera terrestre es muy aproximada­
mente 5 x 1018 kg. Este cálculo es engañoso, en virtud de que no se tiene el equilibrio; éste
es perturbado por las reacciones químicas con especies diferentes al nitrógeno y al oxígeno
y por la disociación provocada por la luz solar. Pero el cálculo da cierta idea de cómo se
encuentran estos radicales a 300 K.

TABLA 12.4
Constantes de equilibrio para la formación de N, O
y OH, a partir del N2, 02 y H 2 0

Temperatura Kp para la formación de

K °F N O OH

300 80 10-158 10-81 10-81


500 440 10-93 10-43 10-46
1000 1340 10 10 10-19
-43 -20

1500 2240 10-26 10-11 10-11


2000 3140 10-18 4x10-7 3 x 10-7
2500 4040 10-13 2.1x10-4 1.3 x 10-9
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 433

b) Estímese la concentración de los radicales N, O y OH en el aire atmosférico, a 2000 K =


3140°F.
12.7. Los valores de Kp de la tabla 12.1, basados en la referencia 5, se consideran con amplitud
como los más confiables de los que se cuenta en la actualidad. En la ecuación (12.15) se hace
ver que se debe poder calcular el valor de Kp para el NO, a partir de las constantes de veloci­
dad hacia adelante y hacia atrás de la ecuación (12.13). Los valores que se dan son kf = 9 x
1014 exp(-135 000/RT) y kb = 4.1 x 1013 exp(-91 600/RT). Usando esos valores, calcúlense
los valores de Kp para el NO, correspondientes a las temperaturas de la tabla 12.2. Presénten­
se los resultados como la relación de (Kp-tabla 12.1)/(Kp-este problema), para las temperaturas que se
muestran en la tabla 12.1.
Estos valores de kf y kb no son para [NO] en unidades de presión. Sin embargo, en virtud
de que no existe cambio en el número de moles en esta reacción, las unidades se cancelan en la
ecuación (12.15) y se pueden usar los valores sin preocuparse por ellas. Esto no se cumple
para las reacciones en las que cambia el número de moles.
12.8. Muéstrese el álgebra que conduce de la ecuación (12.14) a la (12.16) y, a continuación, la
integración y el álgebra subsiguiente que conduce de la (12.16) a la (12.17).
12.9. Muéstrense las simplificaciones que conducen a la ecuación (12.14). En este problema, para
ahorrar escritura, se nombrará como ecuación (A) a la (12.12) y como ecuación (B) a la (12.13).
Estas dos son reacciones de equilibrio, que avanzan en las dos direcciones, de modo que,
tomando en cuenta las velocidades hacia adelante y hacia atrás en las dos, se tiene

= k A f [N 2 ][0]+k B f [N][0 2 ]-k A b [NO]|N]-k B b [NO][0] (C)

y, de manera análoga,

= k A f [N 2 ][0]-k B f [N][0 2 ]-k A b [NO][N] + k Bb [NO][0] (D)

Se supone que la concentración de radicales N siempre es pequeña en comparación con las


otras especies y que no cambia de manera significativa con el tiempo, de modo que, en la
ecuación (C), (d[N]/dt) se iguala a cero, la cual entonces se resuelve para obtener la concentra­
ción de N de estado estacionario:

[N] e s t a d o estacionario = (E)

En seguida, este valor de estado estacionario de la ecuación (E) se sustituye en la (C), se


cancelan los términos semejantes y se reacomoda para obtener

= 2• [O] (F)

Entonces se supone que

«1 (G)

lo cual cambia el denominador hasta un 1. A continuación, se supone que los radicales O se


encuentran termodinámicamente en equilibrio con las moléculas 0 2 , de modo que

[0]=(K129[02])1/2 (H)
434 CAPÍTULO 12

Las ecuaciones (G) y (H) se sustituyen en la (F) y se vuelven a nombrar las variables
para hallar la ecuación (12.14). Wark y Warner [19] presentan la solución sin la simplifi­
cación de la ecuación (G).
12.10. a) Repítase el ejemplo 12.2 para 2250 K, 0.005 s y una presión de 10 atm. Esto correspon­
de, con mucha aproximación, al tiempo, la temperatura y la presión en el combustor del
motor de una turbina de gas. A 2250 K, Kp ≈ 0.00133.
b) Benítez [9] presenta un cálculo de muestra para el inciso a), utilizando la versión del
mecanismo de Zeldovich en el que se incluye la ecuación (12.19) y encuentra una concen­
tración de 608 ppm. Compárese el resultado obtenido en el problema 12.10α con ese
valor. ¿Resulta razonable la diferencia entre los valores? Dése una explicación.
12.11. En el ejemplo 12.2, ¿cuánto tiempo tendría que mantenerse el gas a 2000 K para que la
concentración calculada de NO térmico sea de 1500 ppm?
12.12. En el ejemplo 12.4 se hace ver que, para una llama común de gas, la velocidad de enfriamien­
to es aproximadamente de 0.8 millón de °F/s.
a) Para el tiempo después de que la reacción se ha detenido, estímese la razón de extracción
de calor (cal/s o algo equivalente) con aplicación de la ecuación (12.21). Supóngase que
V= 1 cm3.
b) ¿Podría extraerse esta cantidad de calor por simple conducción? Supóngase que el área
superficial es de 3 cm2, que la conductividad térmica de los gases de combustión, a esa
temperatura, es de 0.05 Btu/h • °F • ft. Establézcanse hipótesis admisibles para el gradiente
de temperatura.
c) ¿Podría extraerse esta cantidad de calor por radiación? Supóngase una emisividad de 0.1
y una temperatura de la llama de 2100°F.
d) ¿Cómo cambiaría la relación de la velocidad de extracción de calor por conducción, esti­
mada en el inciso b), a la de extracción por radiación, estimada en el inciso c), si la tempe­
ratura de la llama se incrementara hasta 3000°F.
12.13. Usando un programa de hoja de cálculo, muéstrense los 99 pasos restantes del ejemplo 12.5.
Las columnas sugeridas en la hoja de cálculo son t, T en ese momento (K), T promedio sobre
el intervalo de tiempo, Kp en esa temperatura, la fracción molar de equilibrio de NO, el volu­
men molar a esa temperatura, [NO]e en unidades de mol/cm3, kb a esa temperatura, [NO] en
unidades de mol/cm3, d\NO]/dt, cambio fraccionario de [NO] en ese intervalo de tiempo,
debido a la expansión térmica, [NO] ppm, [NO]e ppm. A medida que se avance en los cálcu­
los hacia abajo de la tabla, cada valor de [NO] será la suma del valor en el renglón precedente
más el formado por la reacción en ese intervalo de tiempo, todo multiplicado por la expan­
sión o contracción debidas al cambio en la temperatura.
12.14. Muéstrense los cálculos que conducen a la proposición de la sección 12.2.2, en el sentido
de que la compresión del gas en el cilindro del motor de un automóvil, con una relación de
compresión de 7, conduce a un incremento en la temperatura de 600°F.
12.15. ¿En cuánto el aire de precalentamiento, como se muestra en la figura 12.7b), incrementa la
eficiencia térmica del hogar precalentado, en comparación con uno sin precalentamiento. como
el que se muestra en la figura 12.7α? Supóngase que el combustible es metano, el valor calo­
rífico es de 21 502 Btu/lb y se tiene un 20% de aire en exceso. La capacidad calorífica del
aire y de los gases de combustión es muy aproximadamente 7 Btu/(lbmol • °F). Véase el
ejemplo 7.5.
12.16. Si se decide extraer los NOx de los gases de combustión con NH3 y se supone que la reac­
ción operativa será la (12.26) y que se tratará de esta manera todos los NOx de la tabla 1.1,
provenientes de la quema de combustibles, ¿qué fracción de la producción total de NH3 de
E.U. (≈ 20 x 106 toneladas cortas/año) se necesitará?
12.17. El factor de emisiones para los óxidos de nitrógeno provenientes de la combustión del car­
bón en las grandes calderas industriales (tipo general) es de 18 lb/tonelada corta de carbón
quemado [20], Calcúlese la concentración correspondientes de NOx, en ppm, en el gas de
CONTROL DE LOS ÓXIDOS DE NITRÓGENO 435

salida. Supóngase que existe 6% de 02 en el gas de salida y que el carbón tiene el análisis que
se muestra en el ejemplo 7.6.
12.18. Muéstrese la deducción de la ecuación (12.28) a partir de las dos ecuaciones que la preceden.
12.19. En el ejemplo 12.6 se dan las concentraciones en ppm y mg/m3, para un contenido estándar
de oxígeno del 6%.
a) En algunos países se utiliza un contenido estándar de oxígeno del 4%. Muéstrense las
concentraciones correspondientes para ese contenido de oxígeno.
b) En algunas reglamentaciones se pide que los valores en ppm y mg/m3 se expresen en
términos de base seca, la cual se hallaría si toda el agua que se encuentra en el gas se
condensara, antes de que se hiciera la medición. Calcúlense las concentraciones de NOx
(en ppm) del ejemplo 12.6, en términos de base seca.
12.20. La manera estándar de informar sobre las emisiones de NOx de los motores de turbina de gas
y de chorro es en (g de NOx como N02)/(kg de combustible quemado). Calcúlese el índice de
emisiones del ejemplo 12.6, en estos términos.
12.21. Con aplicación de la figura 12.3, estímese la fracción del N del combustible que es emitido
como NOx. Supóngase que el carbón es el "carbón típico" mostrado en el ejemplo 7.6.

BIBLIOGRAFÍA
1. "Air Quality Criteria for Nitrogen Oxides", U.S. Environmental Protection Agency Report No.
EPA-600/8-82-06, U.S. Government Printing Office, Washington, DC, 1982.
2. Nitrogen Oxides, Report of the Committee on Medical and Biological Effects of Environmental
Pollutants, National Academy of Sciences, Washington, DC, 1977.
3. "National Air Quality and Emission Trends Report, 1990", U.S. Environmental Protection Agency
Report No. EPA-450/4-91-023. p. 3-20, U.S. Government Printing Office, Washington, DC, 1991.
4. Smith, J. M. y H. C. Van Ness: Introduction to Chemical Engineering Thermodynamics, 3a. ed.
McGraw-Hill, New York, capítulo 9, 1975.
5. "JANAF Thermochemical Tables", U.S. Government, Clearinghouse número PB 168 370, 1964.
6. Hupa, M, F. Backman y S. Bostroem: "Nitrogen Oxide Emissions of Boilers in Finland", J. Air
Pollut. Control Assoc, Vol. 39, pp. 1496-1501, 1989.
7. Zeldovich, Y. B.: "The Oxidation of Nitrogen in Combustion Explosions", Acta Physicochimica
USSR, Vol. 21, p. 577, 1946.
8. Seinfeld, J. H.: Air Pollution, Physical and Chemical Fundamentals, McGraw-Hill, New York, p.
373, 1975.
9. Benítez, J.: Process Engineering and Design for Air Pollution Control, Prentice Hall, Englewood
Cliffs, New Jersey, p. 257, 1993.
10. Bauer, T. K. y R. B. Spendle: "Selective Catalytic Reduction for Coal Fired Power Plants: Feasibility
and Economics", Electric Power Research Institute, EPRI Report CS-3603, EPRI, Palo Alto, CA,
1985.
11. Hayhurst, A. N. e I. M. Vince: "Nitric Oxide Formation from N2 in Flames: The Importance of
'Prompt' NO", Prog Energy Combust. Sci,, Vol. 6, pp. 35-51, 1980.
12. Miller, J. A., M. C. Branch, W. J. McLean, D. W. Chandler, M. D. Smooke y R. J. Lee: "The
Conversion of HCN to NO and N2 in H2-02-HCN-Ar Flames at Low Pressure", Twentieth Symposium
(International) on Combustion, The Combustion Institute, pp. 673-684, 1984.
13. "Control Techniques for Nitrogen Oxides Emissions from Stationary Sources—Revised Second Edition",
U.S. Environmental Protection Agency Report No. EPA-450/3-83-002, U.S. Government Printing
Office, Washington, DC, 1983.
14. Davis, W. T.: "Coal", en A. J. Buonicore y W. T. Davis (eds.), Air Pollution Engineering Manual,
Van Nostrand Reinhold, New York, p. 240, 1992.
15. Dalton, S. M., B. Toole-O'Neil, B. K. Gullett y C. J. Drummond: "Summary of 1991 EPRI/EPA/
DOE S02 Control Symposium", J. Air Waste Manage. Assoc, Vol. 42, pp. 1110-1117, 1992.
16. Hjalmarsson, A.-K. "NOx Control Technologies for Coal Combustion", IEA Coal Research, London,
1EACR/24, 1990.
17. Wadden, R. A. y P. E. Scheff: lndoor Air Pollution: Characterization, Prediction and Control, John
Wiley & Sons, New York, p. 53, 1983.
436 CAPÍTULO 12

18. "Standards of Performance for New Stationary Sources", U.S. Federal Government, 40 CFR 60,
1991.
19. Wark, K. y C. F. Warner: Air Pollulion, lts Origin and Control, 2a. ed., Harper & Row, New York,
p. 382. 1981.
20. "Compilation of Air Pollulant Emission Factors", U.S. EPA, Office of Air Quality Planning and
Standards, Research Triangle Park, NC 27711, AP-42, 1972.
CAPITULO

13
EL PROBLEMA
DE LOS VEHÍCULOS
DE MOTOR

Se ha podido disponer del vehículo de motor, en grandes números, sólo en este siglo. Los
primeros automóviles impulsados por gasolina aparecieron en 1886 [1]; por 1900, la pro­
ducción mundial era de sólo alrededor de 20 000 vehículos por año, en comparación con
los aproximadamente 30 millones de 1990. El automóvil personal de motor ha dado a sus
propietarios una movilidad y libertad que hubieran sido incomprensibles hace dos siglos.
El autor ama su automóvil y supone que los lectores de este libro también aman los suyos.
Pero, ¡oh, desgracia!, aunque cualquier automóvil consume poco combustible y emite pe­
queñas cantidades de contaminantes, en conjunto los alrededor de 300 millones de ellos
que existen en el mundo consumen grandes cantidades de combustible y emiten grandes
cantidades de contaminantes. La industria de los vehículos de motor, definida en términos
generales, constituye más del 10% de la industria total de los países industrializados; la
salud de sus economías sube y baja con la salud de su industria de los vehículos de mo­
tor. Más de una guerra se ha librado en relación con los suministros de petróleo para ellos.

13.1 PANORAMA GENERAL DEL PROBLEMA DE LA


CONTAMINACIÓN DEL AIRE PROVENIENTE DE LOS
VEHÍCULOS DE MOTOR

13.1.1 Emisiones
En Estados Unidos, existen alrededor de 123 millones de automóviles (carros) y más o me­
nos 40 millones de camiones ligeros (de menos de 10 000 Ib de carga útil) que son seme­
jantes a los automóviles en los detalles mecánicos y en el uso común [2], En la tabla 13.1
se ilustra su aportación a los problemas del CO, HC y NOx en ese país. En esta tabla se
ilustra que los vehículos de motor (incluyendo los que no son automóviles y camiones
ligeros) son la fuente de más de la mitad de las emisiones nacionales (en E.U.) de CO y de
más o menos el 35% de las emisiones de HC y NOx Los vehículos de motor también emi­
ten partículas y SO,, pero su aportación en porcentaje a esos problemas es mucho menor
que los valores mostrados en esta tabla. En ésta, las "otras fuentes de transporte" inclu-

437
438 CAPÍTULO 13

TABLA 13.1
Aportación de los automóviles y camiones ligeros
a las emisiones nacionales (en E.U.)
CO NO, HC

Emisiones totales provenientes de fuentes humanas,


millones de toneladas métricas/año, 1990 60.1 19.6 18.7
Porcentaje emitido por los automóviles y camiones ligeros 45.0 15.8 24.8
Porcentaje emitido por otras fuentes de transporte 17.6 22.4 9.5
Porcentaje total debido a las fuentes de transporte 62.6 38.2 34.3

Fuente: Referencia 3.

yen los camiones de servicio pesado, motocicletas, aviones, ferrocarriles, botes, equipo de
construcción y equipo agrícola. Excepto para los NOx, los automóviles y los camiones li­
geros contribuyen mucho más a las emisiones que estas otras fuentes. Los automóviles
realizan un mayor porcentaje de su recorrido en zonas urbanas intensamente pobladas que
los camiones, aviones o botes. Por estas razones, el interés principal respecto a la con­
taminación del aire se relaciona con los automóviles.
Antes de 1970, los vehículos de motor eran la fuente principal de partículas atmosféri­
cas de plomo. Desde entonces, la eliminación del tetraetilo de plomo de la gasolina los ha
convertido en contribuyentes mucho menores (véanse la tabla 1.1 y el capítulo 15).

13.1.2 Historia de la reglamentación del control


de la contaminación del aire por los vehículos de motor
Hasta alrededor de 1950, los vehículos de motor no atraían mucho la atención como fuen­
tes de contaminación del aire. Antes de esa época, existían emisiones muy grandes y sin
control provenientes de la industria y, en la mayor parte de E.U., las emisiones de la com­
bustión del carbón mineral eran las contribuyentes más importantes a la contaminación del
aire. A medida que se controlaron esas fuentes y, en Estados Unidos, el carbón era reem­
plazado por el gas natural como el combustible principal para la calefacción urbana, en Los
Angeles se descubrió un nuevo tipo de contaminación del aire. Allí, el combustible princi­
pal para la calefacción doméstica y el calentamiento industrial era el gas natural y habían
unas cuantas industrias de "chimenea humeante". Sin embargo, un tipo de contaminante
del aire, irritante de los ojos y de la nariz, al que posteriormente se le dio el nombre de
esmog (en inglés, smog; un mal nombre porque, en Los Angeles, el esmog no está relacio­
nado con el humo, smoke, o la niebla, fog, pero es un nombre que ha persistido), se pre­
sentaba allí, principalmente en el verano. (El mismo tipo de contaminante se observa ahora
en el verano en la mayor parte de las ciudades importantes de E.U.) El profesor A. J. Haagen-
Smit demostró que los materiales irritantes a los ojos se formaban en gran parte de las
emisiones provenientes de los automóviles [3]. Inicialmente, los fabricantes de automóvi­
les negaron que éstos fueran los causantes, pero llegó el momento en que la evidencia
científica se hizo demasiado grande como para negarse.
En California se empezaron a regular las emisiones de los automóviles en 1963. En la
Clean Air Act (Ley del Aire Limpio) de 1970, el Congreso (de E.U.) inició la reglamentación
federal de los automóviles, requiriendo reglas más estrictas para todos aquellos estados
que ya las hubieran emitido (sólo California), pero exigiendo también reglas bastante es­
trictas para el resto del país. A principios de la década de 1970 se tuvo un importante
conflicto político entre la industria del automóvil y la U.S. EPA, porque las reglamenta-
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 439

TABLA 13.2
Historia seleccionada de las reglamentaciones de E.U. sobre las emisiones
de contaminantes del aire por parte de los automóviles
Emisiones permitidas en g/milla

Emisiones por el tubo


de escape Otras emisiones de HC

Año CO NO, HC Del cárter Evaporativas


Previo al control; por ejemplo, 1960 87 3.6 8.8 3 4
1970 23 2.2 0 4
1971 0 0.8
1972 39 - 3.4 0 0.27
1973 - 3 - -
1975 15 3.1 1.5
1978 2.0 0 0.8
1980 7 - 0.41
1981 3.4 1.0 - 0 0.27
1993 - 0.4 0.25
Vehículos de combustible limpio, 1996 - 0.4 0.125 -
Vehículos de combustible limpio, 2001 - 0.2 0.075
Notas:
1. Esta tabla está basada en !as referencias 4 y 5; se omiten muchos detalles que aparecen en esas fuentes.
2. Para California, existen normas separadas, más rigurosas, que no se muestran en esta tabla. En el futuro, es posible
que otros estados las adopten.
3. Con el paso del tiempo, los métodos de prueba han cambiado; en esta tabla se representan tres conjuntos diferentes
de métodos de prueba. El incremento aparente en las emisiones permitidas por el tubo de escape de CO y HC, en 1972, y
en las emisiones evaporativas, en 1978, se deben a cambios en el procedimiento de prueba. Es probable que hayan decli-
nado las emisiones permitidas reales.
4. Las emisiones evaporativas están en gramos por prueba. La distancia recorrida, en la prueba actual para las emisio-
nes por el tubo de escape, es de 7.5 millas. Para obtener una base comparable, se dividen las emisiones evaporativas de
2 g/prueba entre 7.5 millas/prueba.

ciones sobre las emisiones de los automóviles emitidas por esta dependencia eran, de ma-
nera intencional, forzadoras de la tecnología; es decir, no se podían cumplir con la apli-
cación de la tecnología existente. Los fabricantes de automóviles tuvieron éxito en el de-
sarrollo de la nueva tecnología y cumplieron con las reglamentaciones sobre emisiones
dentro de los plazos establecidos por la ley (los cuales se ampliaron, según lo permitido
por la misma).
En la tabla 13.2 se muestra la historia de estas reglamentaciones. Al paso del tiempo,
las emisiones permitidas se han reducido de manera apreciable. Un automóvil que cumple
con las normas de 1993 emite alrededor del 3% de HC (emisiones por el tubo de escape
más del cárter más evaporativas), 4% de CO y 11% de NOx de lo emitido por un automóvil
de 1960. A pesar de este logro significativo de la técnica, en la mayor parte de las ciudades
principales de E.U. no se ha cumplido con las metas acerca de la calidad del aire y, como
lo muestran los dos últimos renglones, se está a punto de introducir reglamentaciones in-
cluso más estrictas sobre las emisiones. En muchas otras partes del mundo, se están pro-
duciendo automóviles que tienen emisiones comparables a los valores de 1960 de la ta-
bla 13.2.

13.2 EL MOTOR DE COMBUSTIÓN INTERNA (IC)


Antes de los motores de combustión interna, o de IC (internal combustion), se produje-
ron los motores de combustión externa. La máquina de vapor, de 1776, de James Watt fue
440 CAPÍTULO 13

la primera máquina térmica para fines generales, en la que se convertía el calor de la com­
bustión en un flujo estable de potencia hacia una flecha rotatoria. Durante 100 años, las
máquinas de vapor, con la combustión en una caldera externa a la parte productora de la
potencia de la máquina, fueron los únicos motores de combustión. (Las primeras máquinas
de vapor se construyeron con máquinas-herramientas rudimentarias. Estas máquinas de
vapor dieron principio a una gigantesca expansión tecnológica, la cual, entre otras cosas,
condujo a la producción de máquinas-herramientas mucho mejores. Las máquinas-herra­
mientas mejoradas hicieron posible la construcción de los primeros motores de IC, que no
se hubieran podido construir con aquellas rudimentarias que se usaron para producir las
primeras máquinas de vapor.) Los primeros motores de IC (con la combustión en el interior
de las partes productoras de la potencia) con éxito comercial fueron las de Otto y de Langen
[1], alrededor de 1876. Para una salida dada de potencia, estos motores eran apreciable-
mente menores y ligeros que los de combustión interna y tenían una eficiencia térmica más
elevada (menor consumo de combustible). Esas características los convirtió en la selec­
ción natural para los vehículos de motor. La máquina de vapor se mantuvo en las loco­
motoras de los ferrocarriles hasta la década de 1950, cuando los importantes ahorros en los
costos producidos por los motores Diesel condujeron a su reemplazo [6]. Los automóviles,
camiones y aviones siempre han sido impulsados casi exclusivamente por motores de IC.
Los motores de combustión externa ahora se usan casi en exclusiva para las plantas
generadoras de electricidad por medio de vapor en las que se quema carbón mineral, pe­
tróleo residual o, a veces, gas natural. El carbón es un combustible mucho más barato y
más abundante que el combustóleo o el gas, pero es mucho más difícil de manejar y que­
mar debido a su contenido de ceniza. A medida que el carbón se quema, va dejando su ce­
niza como un sólido duro y abrasivo. Los motores de combustión externa manejan esa
ceniza del carbón en una caldera que se encuentra separada de las partes productoras de
la potencia, de esos motores, en rápido movimiento y de estrecha tolerancia. Se han reali­
zado esfuerzos para producir motores de IC en los que se queme carbón, en particular de
la variedad de turbina de gas pero, hasta ahora, las dificultades asociadas con la ceniza
abrasiva de ese carbón han impedido el logro de un motor económico de este tipo.

13.2.1 El motor de gasolina de IC de cuatro tiempos


El motor de gasolina de IC de cuatro tiempos ha sido la fuente de potencia para la mayor
parte de los automóviles y camiones pequeños en cualquier tiempo construidos. (En la
sección 13.7 se analizan otros tipos de motor de IC.) Este motor ha soportado los desafíos
de todos los demás tipos de motores porque es más o menos ligero, durable y moderada­
mente fácil, así como más o menos barato de fabricar; tiene una eficiencia bastante buena
respecto al combustible; responde con rapidez y suavidad a los cambios en la posición del
ahogador, y puede operar con eficiencia en amplios rangos de velocidades y de carga. Los
otros tipos de motores pueden superarlo en uno o más de esos atributos pero, hasta aho­
ra, ninguno ha podido ganarle lo suficiente como para desplazarlo. Este capítulo estará
dedicado, en su mayor parte, a este tipo de motor, haciendo referencias ocasionales a los
otros tipos.
En la figura 13.1 se muestra, en forma muy simplificada, una vista de sección transver­
sal de un motor típico de automóvil. Sólo se muestra uno de los pistones y su cilindro; la
mayor parte de los automóviles tienen cuatro de esos pistones y cilindros, algunos tienen
seis u ocho. En operación, el cigüeñal gira, haciendo que el pistón se mueva hacia arriba y
hacia abajo, impulsado por la manivela, la biela y el pasador del pistón. Al iniciarse un
ciclo, con el pistón en la parte superior (punto muerto superior, TDC, lop dead center),
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 441

El sistema de sincronización abre El sistema eléctrico envía


y cierra las válvulas de admisión y ondas de impulso de
de escape en los instantes electricidad hacia la bujía
adecuados, usando normal mente en el momento adecuado
un árbol de levas superior y del ciclo.
bandas de sincronización. Válvula Válvula
Bujía
de admi­ de escape Los gases de escape pasan
sión hacia los dispositivos de control
Algún tipo de mezclador del aire de la contaminación y, a
con el combustible (carburador o continuación, hacia el silen­
sistema de inyección de ciador para controlar el ruido.
combustible) proporciona una
mezcla con el gasto y relación
A/C de la mezcla adecuados.

El sistema de enfriamiento Pistón


mantiene las paredes y cabeza
del cilindro a una temperatura Pasador del pistón
suficientemente baja para
proteger el lubricante.

Biela
El cigüeñal gira,
moviendo el pistón hacia
arriba y hacia abajo por
medio de la manivela, la
biela y el pasador del
pistón.

Manivela
Cigüeñal

Cárter Aceite

La bomba de aceite,
Las tres partes exteriores que se muestran en sección colocada en el colector de
transversal se llaman cabeza, bloque y colector de aceite. Se éste, extrae el aceite del
encuentran atornillados formando un todo. colector y lo distribuye a
presión hacia las partes
móviles del motor.

FIGURA 13.1
Esquema muy simplificado de un pistón y su cilindro de un motor de gasolina de IC de cuatro tiempos.

durante el primer tiempo el pistón se mueve hacia abajo al mismo tiempo que se abre la
válvula de admisión, de modo que se succiona una mezcla de aire-combustible hacia la cá­
mara de combustión (el espacio dentro del cilindro, arriba del pistón). Cuando el pistón
se encuentra abajo (punto muerto inferior, BDC, bottom dead center), se cierra la válvula
de admisión, finalizando la carrera de admisión. Conforme el pistón sube una vez más has­
ta la parte superior, durante la carrera de compresión, las dos válvulas se encuentran cerra­
das, de manera que se comprime la mezcla de aire-combustible. Al aproximarse a la parte
superior de esa carrera, las bujías producen una chispa que enciende la mezcla aire-com­
bustible. En su siguiente recorrido hacia abajo, la carrera de potencia, el pistón es impulsa­
do por los gases de combustión a alta presión, los cuales realizan el trabajo real del motor.
En la parte inferior del recorrido del pistón, se abre la válvula de escape y, en su siguiente
recorrido hacia arriba, empuja los gases quemados hacia afuera por el sistema de escape.
442 CAPÍTULO 13

El ciclo recibe su nombre por sus cuatro tiempos: de admisión, de compresión, de poten­
cia y de expulsión (o escape). La bujía enciende cada segundo recorrido del pistón hacia
arriba. La potencia sólo se produce durante la carrera de este nombre. Cada una de las
otras tres carreras consume potencia. El motor debe tener inercia suficiente de modo que
la potencia producida en la carrera correspondiente lo lleve hasta la siguiente carrera de
este tipo. Para un motor de un cilindro, esto suele requerir un volante grande. Para los
motores de cilindros múltiples, los tiempos de encendido de los cilindros no coinciden, de
modo que resulta adecuado un volante más pequeño.
En esta sencilla imagen no se analiza el diseño mecánico de las diversas partes o los
mecanismos para proporcionar la mezcla adecuada aire-combustible, para producir la chis­
pa y sincronizarla para que ocurra en el momento apropiado o para lubricar, enfriar y balan­
cear. Esos aspectos se mencionarán con brevedad más adelante, sólo según se necesiten
con el fin de ilustrar el análisis de los problemas de contaminación del aire de estos moto­
res. Esos temas se analizan en otras partes [7, 8].

13.2.2 Formación de los contaminantes


Los contaminantes principales emitidos por los motores sencillos de IC impulsados por
gasolina son monóxido de carbono, hidrocarburos y óxidos de nitrógeno. Todos éstos se
forman en todos los demás procesos de combustión; por ejemplo, las plantas generadoras
de electricidad de combustibles fósiles, las estufas de las cocinas, las fogatas y los asado­
res con carbón vegetal (véanse los capítulos 10 y 12). Los motores de automóviles produ­
cen más de ellos, por unidad de combustible quemado, principalmente por las razones si­
guientes:

1. A menudo, en los motores de automóviles se tiene deficiencia de oxígeno, lo cual no


ocurre en la mayor parte de los otros sistemas de combustión.
2. En los motores de automóviles se precalientan las mezclas aire-combustible, lo cual no
se hace en la mayor parte de los sistemas de combustión.
3. En los motores de automóviles se tiene una combustión no estacionaria, en la cual
cada llama dura alrededor de 0.0025 s. En casi todos los demás sistemas de combustión
se tienen llamas estacionarias que permanecen mientras los materiales que se queman
pasen por ellas.
4. En los motores de automóviles se tienen llamas que entran en contacto directamente
con superficies enfriadas, lo que no es común en otros sistemas de combustión.

13.2.2.1 Monóxido de carbono, CO. El monóxido de carbono está presente en el gas de


combustión de cualquier combustible que contenga carbono: gasolina, gas natural, car­
bón mineral, madera, carbón vegetal, incendios forestales, basura. Cuánto CO esté presen­
te depende principalmente de la relación aire-combustible y, en segundo lugar, del grado
de mezclado, extinción por la pared, etcétera. En la sección 7.7 se considera el volumen y la
composición de los productos de la combustión. Allí se supuso que se tenía el aire
estequiométrico o exceso de aire, es decir, E = 0 (estequiométrico) o E > 0 (exceso de aire),
lo cual se cumple para la mayor parte de los procesos de combustión. Sin embargo, en los
motores de los automóviles, a menudo se tiene menos del aire estequiométrico. Se podrían
realizar todos los cálculos de la combustión de este capítulo, usando las ecuaciones de la
sección 7.7 y haciendo que E tome valores negativos. No obstante, es mucho más fácil
volver a escribir esas ecuaciones en términos del déficit de oxígeno, z.
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 443

A partir de la sección 7.7, se sabe que, para cualquier combustible de h i d r o c a r b u r o s


con fórmula C x H y

n oxigeno esteq =x+ (7.11)

y, con e x c e s o de aire presente, se podría multiplicar esta ecuación por (1 + E ) . Si se tiene


m e n o s del o x í g e n o estequiométrico, se p u e d e escribir

n oxígeno = x + - z = n oxígeno esteq - z = n oxígeno esteq (1+E) (13.1)

de lo cual se d e d u c e que

z = - n oxígeno esteq E (13.2)

Se p o d r í a n convertir todas las ecuaciones de esta sección en su forma e q u i v a l e n t e de la


sección 7.7, al r e e m p l a z a r el déficit de o x í g e n o z p o r su valor d a d o en la ecuación ( 1 3 . 2 ) ,
con lo q u e , de este m o d o , se hacen las ecuaciones siguientes m á s largas y m á s c o m p l e j a s .
En el t r a t a m i e n t o que sigue, t a m b i é n se ignora el contenido de h u m e d a d del aire p a r a la
c o m b u s t i ó n , lo cual es equivalente a hacer X = O en las ecuaciones de la sección 7.7.
T o d a s las gasolinas son m e z c l a s de m u c h o s c o m p o n e n t e s , p e r o éstos se p u e d e n ca­
racterizar c o m o si tuvieran una fórmula p r o m e d i o C x H y , en donde, para u n a gasolina típica,
x es a l r e d e d o r de 8 y y m á s o m e n o s 17. Los fabricantes de gasolina c a m b i a n estos valores
de un lugar a otro y con la estación del año (valores m e n o r e s en invierno y en los climas
fríos q u e en v e r a n o y en los climas cálidos).
Para la combustión completa (relación estequiométrica aire-combustible, E = z = 0) de
este c o m b u s t i b l e , la ecuación es

CxHy + 02 xC02 + H20 (13.3)

Si no h u b i e r a o x í g e n o suficiente para completar la reacción, entonces los p r o d u c t o s de la


c o m b u s t i ó n c o n t e n d r á n C O , H 2 e hidrocarburos no q u e m a d o s . A las t e m p e r a t u r a s de c o m ­
bustión, el m á s c o m ú n de estos productos de combustión incompleta es el C O . ( R e c u é r d e ­
se, de lo visto en el capítulo 10, que el CO es m á s lento y m á s difícil de q u e m a r q u e la
m a y o r parte de los hidrocarburos. Por tanto, la simplificación de que t o d o déficit de o x í g e ­
no da p o r resultado la producción de CO es u n a simplificación r a z o n a b l e de la c o m p l e j a
situación verdadera.) Si se s u p o n e que el o x í g e n o a l i m e n t a d o es m e n o r q u e la cantidad
estequiométrica, con un déficit de o x í g e n o de z m o l e s por m o l de c o m b u s t i b l e , y si se su­
pone que t o d o el déficit de oxígeno causa la formación de C O , se p u e d e volver a escribir la
ecuación (13.3) c o m o

CxHy+ 02 (x-2z)C02+ H 2 0 + (2z)CO (13.4)

C a d a m o l de o x í g e n o del aire lleva con él (0.79/0.21 = 3.76) m o l e s de n i t r ó g e n o , de m o d o


q u e los m o l e s totales de p r o d u c t o s de la c o m b u s t i ó n serán

ntotales salida=3.76 +(x-2z)+ + (2z) (13.5)

y la fracción molar de CO será

yco = (13.6)
444 CAPÍTULO 13

Ejemplo 13.1. Calcúlese la fracción molar esperada de CO para la combustión de una ga­
solina con x = 8, y = 17, y siendo el aire alimentado el 90% del que se requiere para la
combustión completa. En este caso, el oxígeno alimentado es

n oxígeno = 0.9 n oxígeno estq =

de lo cual se puede escribir

z = 0.1 = 1.225

yCO = = 0.042 = 4.2%

13.2.2.2 Relación aire-combustible, relación de equivalencia. Invariablemente, se anali­


za este tipo de problemas en términos de la relación aire-combustible (A/C), o bien, de la
relación de equivalencia φ.

Ejemplo 13.2. Calcúlense A/C y φ para el ejemplo 13.1. La A/C siempre se expresa en tér­
minos de pesos, en la literatura de la IC (en Estados Unidos, por lo común en Ib/Ib). En
general, se escribe como

(13.7)

en donde 32 y 28 son los pesos moleculares del O2 y N2 (3.76 = 0.79/0.21) y 12 y 1 son los
pesos atómicos del C y H, respectivamente. Para este ejemplo, se tiene

= 13.39

= 14.88
estequiométrica
La relación de equivalencia se define como

Relación de equivalencia = φ = = =1.11= (13.8)

Si hubiera más de la cantidad estequiométrica de oxígeno, entonces z, como se ha


definido, sería un número negativo y φ sería menor que 1.0. En los términos usados en la
sección 7.7, también se puede escribir esto como
=
Relación de equivalencia (13.9)

En la literatura más antigua sobre IC y en los libros "prácticos" sobre el mismo tema,
la mayor parte del análisis se hace en términos de A/C. En los libros más recientes o más
teóricos, sobre IC, en su mayor parte se hace en términos de φ. A/C tiene la ventaja de
tratar con las cantidades físicas manejadas en sistema de aire-combustible. Pero tiene el
inconveniente de que (A/C)estequiometría es una propiedad del combustible; es decir, depen-
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 445

de de la relación y/x (véase el problema 13.1). Un motor dado, que funcione con dos gaso­
linas diferentes, tiene prácticamente un comportamiento equivalente para valores iguales
de φ, pero no para valores iguales de A/C. Los recíprocos de estas cantidades también
aparecen en la literatura:

Relación combustible-aire = (13.10)


Relación aire-combustible
y λ - 1/φ. Con la mayor frecuencia, a esta última cantidad se le menciona sencillamente
como "lambda".
Ahora es posible repetir el ejemplo 13.2 para diversos valores de φ y hallar los resulta­
dos que se ilustran en la figura 13.2. En ésta se ve que, con cualquier relación de equiva­
lencia menor que 1.0, o igual a este valor, existe suficiente oxígeno presente para consumir
todo el carbono y llevarlo hasta CO, y no debe haber CO en los gases de escape. Al
incrementarse las relaciones de equivalencia, la concentración calculada de CO aumenta
con rapidez. La figura 13.2 es una seria simplificación de lo que en realidad se encuentra;
se regresará a este tema unos cuantos párrafos más adelante.
Sería muy conveniente si las figuras como la 13.2 siempre se trazaran con φ avanzan­
do en la misma dirección pero, por desgracia, dos terceras partes de estas figuras tienen a

0.7 0.8 0.9 1.0 1.1 1.2 1.3


Relación de equivalencia, φ

FIGURA 13.2
Concentración calculada de CO en el escape, para un combustible con composición promedio C8H17,
suponiendo que el CO es la única especie en el gas de escape que no está por completo oxidada. Véase el
problema 13.4 y la figura 13.11.
446 CAPÍTULO 13

φ creciendo de izquierda a derecha y una tercera parte tienen a λ creciendo de izquierda a


derecha, lo que sign ifica que φ decrece de izquierda a derecha (véase la figura 13.11).
Con base en la figura 13.2, parecería que siempre que se hacen funcionar los moto­
res con relaciones de equivalencia menores que 1.0 [relaciones A/C mayores que
(A/C)estquiométrica], nunca se produciría CO. En la tabla 13.3 se dan las relaciones A/C
que en realidad se tienen en los motores de IC.
Si los automóviles sólo funcionaran calientes, a velocidad constante sobre caminos a
nivel, siempre funcionarían con relaciones A/C pobres y sus problemas de contaminación
del aire serían mínimos. Sin embargo, con regularidad se quiere que los motores arranquen
con rapidez, cuando se encuentran muy fríos o muy calientes, funcionen a baja velocidad
en ralentí, suministren repentinos estallidos de potencia para arrancar o pasar, den más
potencia para ascender pendientes que al viajar sobre caminos a nivel, funcionen con la
máxima eficiencia con cargas bastante bajas, respondan con mucha rapidez a los cambios
en la posición del ahogador y lleven a cabo todo esto en silencio y con suavidad. Nadie
ha inventado un motor que se pueda ajustar a toda esa lista de requisitos con una relación
A/C constante.
A partir de la tabla 13.3 se ve que, con base en los límites de inflamabilidad dados en
la tabla 10.2 para los constituyentes típicos de la gasolina, se supondría que un motor de
IC funcionaría de manera satisfactoria para cualquier relación de equivalencia entre 0.5 y
3.5; sin embargo, con base en la experiencia con motores reales, el rango operable es de
más o menos 0.8 a 1.2. En su mayor parte, el rango operable más pequeño se debe a las
grandes pérdidas de calor de la pequeña cantidad de mezcla combustible (problema 13.2)
que está en el interior del cilindro hacia las paredes y cabezal enfriados circundantes de
este último. Los valores de la tabla 10.2 están basados en dispositivos con una pérdida
despreciable de calor.
Para la operación estable a la mayor parte de las velocidades de conducción, la mejor
economía de combustible (valor más alto de trabajo mecánico producido por unidad de

TABLA 13.3
Relaciones de equivalencia o A/C

Pobre Estequiométrica Rica

A/C, lb/lb > alrededor de 14.9 alrededor de 14.9 < alrededor de 14.9
Relación de equivalencia φ < 1.0 1.0 > 1.0
Rango posible de valores alrededor de 0.50
de φ, basado en la hasta alrededor
tabla 10.1 de 3.5
Rango real de valores de φ, alrededor de 0.8
basado en la operación hasta alrededor
del motor de 1.2
Usos normales Conducción estable Usada con Arranque; ralentí;
con carga ligera; catalizadores potencia máxima,
por ejemplo, una de 3 vías por ejemplo, acelerar,
autopista a nivel ascender pendientes
Potencia Mala Promedio La más alta
economía de combustible La mejor Promedio La peor
Producción de CO Baja Media Alta
Producción de HC Baja Media Alta
Producción de NON Alta Media Baja
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 447

combustible consumido, o sea, el mayor número de millas por galón) se tiene con una φ de
más o menos 0.9 a 0.95. Ésta fue la relación normal para la conducción estable, antes de la
introducción de los catalizadores de tres vías, los que se analizan en la sección 13.4.5. Para
la aceleración o el ascenso de pendientes, el requisito no es la mejor economía de combus­
tible sino la salida máxima de potencia, la cual se encuentra con una φ entre 1.05 y 1.2.
Incrementar φ tiene el efecto de quemar más combustible por revolución; declina la efi­
ciencia del uso del combustible pero, hasta estos valores de φ, el efecto de aumentar la
cantidad de combustible quemado excede en importancia a esa disminución. La mayor par­
te de los motores de IC de gasolina no funcionarán con éxito en ralentí (operarán con sua­
vidad sin carga a alrededor de 500 revoluciones por minuto [rpm]) con una φ menor que
1.0. La mayor parte de los motores funcionarán en ralentí, con mayor suavidad, con valo­
res entre 1.1 y 1.2. (A bajas velocidades, hay más tiempo para que las pérdidas de calor
apaguen la llama.)
El arranque en frío plantea un problema especial para los motores de IC. Una vez que
el motor está caliente, se transfiere suficiente calor a la mezcla aire-combustible que entra,
desde el sistema de escape, de modo que las gotitas de combustible líquido casi se vapori­
zan por completo en la mezcla comprimida en la cámara de combustión, antes de que se
aplique la chispa. Sin embargo, cuando el motor está frío, no se cuenta con este calor del
escape y la temperatura en la mezcla comprimida es tan baja que no se vaporiza gran parte
del combustible. En esta condición, sólo las partes más volátiles del combustible se vapo­
rizarán. Para hacer que φ, que se basa en la parte vaporizada del combustible, sea suficien­
temente alta como para que arranque el motor, se debe poner más combustible total en la
mezcla aire-combustible. Si sólo se vaporiza la mitad del combustible, se debe poner el
doble de éste. En los automóviles de carburador, un ahogador agrega este exceso de com­
bustible. En los automóviles más antiguos, este dispositivo se accionaba a mano y, en la
actualidad, lo hacen funcionar sensores termostáticos o electrónicos (y se le menciona
como ahogador automático), que lo aplican cuando el aire entrante está frío y la tempera­
tura del motor es baja y, a continuación, se corta al elevarse la temperatura. En los motores
con inyección de combustible se regula la cantidad inyectada de éste, tomando en cuenta
las mismas variables. Las gasolinas se adecúan a la temperatura a la que es más probable
se usen. Para el invierno o los climas fríos, se incrementa el contenido de materiales de
bajo punto de ebullición (butanos y pentanos), en comparación con la gasolina para vera­
no o los climas cálidos.
De este modo se ve que, aunque se preferiría jamás operar a la derecha de la figura
13.2, en algunas circunstancias se tiene que hacer. Por tanto, hay la certeza de producir
algo de CO. En unos cuantos párrafos más, se regresará al problema del CO.

13.2.2.3 Hidrocarburos (HC). Con todos los valores de φ se miden hidrocarburos no


quemados en los gases de escape de los motores de IC de gasolina. La mayor parte de
éstos son el resultado de extinción de la llama. Los motores de IC deben contar con al­
gún tipo de lubricación, en donde el pistón se deslice hacia arriba y hacia abajo en el cilin­
dro. En los motores de automóviles es proporcionada por el aceite para el efecto, el cual se
bombea desde un sumidero que se encuentra en el fondo del cárter, a través de agujeros
taladrados o producidos en la fundición en el bloque, cojinetes, cigüeñal, bielas, pasadores
de los pistones y cilindros, hasta agujeros que se encuentran en el costado del pistón.
Los anillos del pistón, que constituyen la verdadera superficie deslizante entre éste y el
cilindro, se trasladan sobre esta película de aceite. Hacer funcionar el motor sin aceite pro­
voca que los pistones se agarren y destruyen ese motor en minutos.
Los lubricantes normales de hidrocarburos no pueden soportar temperaturas muy arriba
de 250-300°F (121-149°C), durante largos periodos. La finalidad principal del sistema de
448 CAPÍTULO 13

enfriamiento de un motor de automóvil es mantener la temperatura de la película de lubri­


cante que se encuentra entre los anillos del pistón y la pared del cilindro a esa temperatu­
ra, o por debajo de ella. (¡Los motores que soportan cargas pesadas, en los camiones o
automóviles que tiran de remolques, cuentan con radiadores por separado para enfriar el
aceite!) Si la temperatura se vuelve significativamente superior a la antes mencionada, los
lubricantes se descomponen, dejando residuos de carbón sólido que causan que el motor
se amarre; un motor que se hace funcionar sin su sistema de enfriamiento se destruye en
unos cuantos minutos. Se han construido motores experimentales en los que se usan
lubricantes sólidos (MoS2) y que pueden soportar temperaturas muy elevadas. Estos mo­
tores no tienen sistema de enfriamiento y operan a temperaturas comparables a la del pun­
to de fusión del acero. Tienen excelentes economías del combustible, pero problemas muy
difíciles de ingeniería de los materiales. (¡Fama y fortuna esperan al estudiante que pueda
inventar un lubricante no caro que opere a temperaturas apreciablemente más altas que
250 a 300°F, permitiendo de esta manera que los fabricantes de automóviles disminuyan el
tamaño, peso, costo y necesidades de potencia de sus sistemas de enfriamiento!)
El enfriamiento de las paredes y la cabeza del cilindro las hace suficientemente frías
como para que, en una angosta zona de extinción, adyacente a ellas, la llama se extinga y
no se quemen los hidrocarburos en esa parte de la mezcla aire-combustible.

Ejemplo 13.3. Estímese la concentración de hidrocarburos que se deben esperar en los


gases de escape de un motor con un diámetro de pistón de 6 cm, una carrera de 5 cm y un
espesor de la zona de extinción de 0.2 mm, con φ = 1.
En este problema, se supone que toda la superficie del cilindro y de la cabeza tiene
una zona de extinción. La parte superior del pistón no se enfría y, aparentemente, no de­
sempeña un papel significativo en la extinción de la llama. La relación del volumen de la
zona de extinción al volumen de la cámara de combustión con diámetro D, recorrido del
pistón L y espesor de la zona de extinción t (suponiendo una cabeza plana) es

Relación del volumen


de extinción al volumen (13.11)
total

= 0.02 cm = 0.017 = 1.7%

Por tanto, se esperaría que el 1.7% de los hidrocarburos totales del combustible aparecie­
ra en el escape. De la ecuación (13.5), paraz = 0, x = 8, y= 17 y φ = 1, se encuentra que,
para un mol de combustible, se tiene

Moles totales de
productos de la
combustión

moles de productos de combustión


mol de combustible

moles no quemadas
Fracción molar 0.017
de combustible no mol de combustible
y no quemado
quemado en el escape moles de prods. comb.
mol de combustible

= 5.23-10-4 =523ppm
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 449

Este cálculo es una vasta simplificación de lo que en realidad pasa en un motor, pero

1. El espesor de la zona de extinción que se usó en este ejemplo se encuentra en el rango


de los valores que en realidad se miden en motores experimentales especiales.
2. La concentración calculada de hidrocarburos está en el rango de los que normalmente
se miden.
3. El cálculo hace ver que es de esperar una concentración más alta de hidrocarburos en
el escape de un motor pequeño que en el de uno grande, lo cual se observa.

En este ejemplo se supone que los hidrocarburos en el escape tienen la misma compo­
sición química que los del combustible. En la tabla 13.4 se da la composición típica de los
hidrocarburos en el escape no tratado de un automóvil. El metano, etano, acetileno,
propileno, formaldehído y otros aldehidos no estaban presentes en el combustible y se
deben haber formado por la combustión incompleta, en su mayor parte en la zona de extin­
ción. El benceno, tolueno y xilenos estaban en el combustible. Son los componentes de la
gasolina con las velocidades más lentas de combustión y, por consiguiente, tienen la pro­
babilidad más elevada de pasar, sin ser quemados, hacia el escape.
Este cambio en la composición de los HC, del combustible hacia los gases de esca­
pe, hace que resulte complejo expresar la concentración de los hidrocarburos en el escape.
Las reglamentaciones sobre las emisiones de los automóviles, en E.U., se basan en gramos
de hidrocarburos que no son metano (NMHC, nonmethane hydrocarbons) por milla de
recorrido del vehículo. (El metano siempre está presente en los gases de escape. Debido a
que es bastante no reactivo en la producción de esmog fotoquímico, en general no se
cuenta, para los fines de la contaminación del aire, como un hidrocarburo de escape.) Por
lo general, la composición de los hidrocarburos se mide por cromatografía, y se totalizan
los pesos de los diversos componentes. A veces, se ven los informes sobre los NMHC
"como hexano" o "como C" (véase el problema 13.3).
Los estudios sugieren que, además de la extinción sobre las paredes de la cámara de
combustión, también se tiene extinción de la llama en la rendija entre el pistón y el cilindro
(arriba del anillo superior del pistón), en la rendija formada por el empaque de la cabeza y
alrededor de la bujía [10]. Además, en apariencia, durante la carrera de compresión la pelí­
cula de lubricante que está sobre la pared absorbe algo del combustible y, a continuación,

TΛBLΛ 13.4
Hidrocarburos principales
"no quemados", ppm

Metano 170
Etano 160
Acetileno 120
Formaldehído 100
Tolueno 55
Aldehídos,
excluyendo el formaldehído 53
Xilenos 50
Propileno 49
Alquenos C4 36
Alquenos C5 35
Benceno 22

Fuente: Referencia 9.
450 CAPÍTULO 13

la desabsorbe durante la carrera de expansión, con lo que contribuye, de este modo, a la


presencia de HC no quemados en el gas de escape. Por tanto, existen más áreas de extin­
ción que sólo las paredes y la cabeza enfriadas, pero tienen el mismo efecto: algo del com­
bustible no se quema y algo sólo se quema parcialmente.
Este cálculo sugiere que los hidrocarburos presentes en el escape del vehículo es in­
dependiente de la relación aire-combustible. La observación es más compleja. En la figura
13.3 se muestran en forma esquemática las emisiones típicas de NOx, CO y HC de los mo­
tores de los automóviles, como función de φ. Con valores de φ mayores que 1 se ve que,
para el CO, el comportamiento es semejante al que se muestra en la figura 13.2. Para los
HC, se ve que, para valores de φ menores que 1, los valores forman una curva suave, más
o menos constante, pero que, para valores de φ mayores que 1, las emisiones de HC se
elevan con rapidez. Cuando no existe oxígeno suficiente para satisfacer las necesidades
tanto del hidrógeno como del carbono del combustible, se encontrarán CO, H2 y HC no
quemados en el escape. Estos tres se incrementan a medida que φ se hace mayor. (Los
tres, H2, HC y CO, compiten por el 02 disponible. Los tres aumentan al incrementarse el
déficit de oxígeno.)
También, de la figura 13.3, se puede ver que la concentración de CO no se hace cero al
irse φ hacia cero sino, más bien, continúa con el mismo valor bajo, incluso cuando hay
abundancia de aire en exceso en los gases de escape. A las temperaturas elevadas de la
llama, la reacción que en realidad consume el CO [11],
CO + OH C0 2 + H (13.12)
es una reacción de equilibrio que no va hasta su término. A medida que la temperatura
baja hacia la del escape, el equilibrio se desplaza fuertemente hacia la derecha, pero la re­
acción se vuelve muy lenta por debajo de una temperatura de 2200 K. (3500°F), de modo
que algo del CO que se encuentra en el escape se debe a que esta reacción no se comple­
ta, aun cuando se encuentre presente el oxígeno adecuado.
Regresando a la figura 13.3, se puede decir que el CO consta de CO "de déficit de
oxígeno" y de CO "de combustión incompleta", dominando el primero en los valores al­
tos de φ y el último con un valor menor en forma apreciable y, prácticamente, independien­
te de φ. Los HC constan de HC "de déficit de oxígeno" y HC "de zona de extinción", en
donde la cantidad de estos últimos es la misma con todos los valores de φ y la de aquéllos
aumenta con rapidez al crecer los valores de φ. Las gráficas de los valores de HC, NOx y
CO de la figura 13.3 no están trazadas con una escala común; con φ = 1.1, se esperaría
alrededor del 4% de CO y más o menos 0.1 % de HC.
En el problema 13.4 se hace una comparación de las concentraciones medidas de CO
con las de la figura 13.2, demostrando que las concentraciones medidas siguen un patrón
similar, pero son apreciablemente inferiores a las mostradas en esa figura.

13.2.2.4 NOx. En el capítulo 12 se indicó cómo se forma el NO, a partir del N2 y 0 2 , en


las llamas a alta temperatura. Es evidente que las llamas en el motor de un automóvil cum­
plen con esa descripción. Las temperaturas pico son del orden de 2700 K (4400°F). En la
figura 13.4 se muestran la temperatura calculada y la trayectoria que sigue la concentra­
ción de NO, para una combustión sencilla en un motor de IC.

Ejemplo 13.4. Para el ejemplo que se ilustra en la figura 13.4, estímense la temperatura
antes del inicio de la combustión, la temperatura en el gas quemado, precisamente des­
pués de que se inicia la combustión, y la temperatura en el gas quemado al final de la
combustión.
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 451

Relación aire-combustible, A/C

Pobre Estequiométrica Rica

NOx

HC

CO

0.7 0.8 0.9 1.0 1.1 1.2 1.


Relación de equivalencia, φ = 1/λ

FIGURA 13.3
Relación general de diversas emisiones con φ (o con A/C, con su escala en la
dirección opuesta, en la parte superior de la figura) para un motor de IC de gasolina.
Las gráficas de los contaminantes no se han trazado con una escala común; la escala
para el CO es aproximadamente 500 veces la correspondiente a los HC.

En la figura se hace ver que la combustión se inicia alrededor de 15° antes del TDC y
continúa hasta más o menos 15° después de este punto. A 15° antes del TDC, el pistón ha
recorrido alrededor del 98% de su carrera desde el BDC (véase el problema 13.17), de modo
que, con seguridad, se puede ignorar el recorrido adicional del pistón y suponer que el
gas que se encuentra en el interior del cilindro se ha comprimido en la relación de compre­
sión establecida de 7. En los textos estándar de termodinámica, para la compresión
452 CAPÍTULO 13

adiabática reversible, se e n c u e n t r a

(13.13)

Si se toman los valores c o m u n e s de T 1 y C 1 se escribe

T =5280R•(7)R/(3.5 R-R)
= 1154 0 R = 694°F = 641 K
La elevación de la temperatura durante la primera parte del proceso de combustión, el cual
se s u p o n e que es adiabático y que ocurre a presión constante, se expresa por

m combustible Δh combustión
(13.14)
m productos de combustión Cp, productos de combustión

Para una gasolina típica, Δh combustión es a p r o x i m a d a m e n t e 19 0 2 0 Btu/lbm y


Cp. productos d e combustión es alrededor de 0.33 Btu/lbm • °F, de m o d o que

1 lbm de combustible • 19 020 B t u / l b m


= 3629°F = 2 0 1 6 K
lbm de prods. c o m b . Btu
15.88
lbm de combustible lbm • °F

En este cálculo se exagera el a u m e n t o en la t e m p e r a t u r a p o r q u e se s u p o n e que toda la


c á m a r a de c o m b u s t i ó n está llena con la m e z c l a aire-combustible. En la figura 13.1 se ve
que c u a n d o se cierra la válvula de escape, en la parte superior de la carrera de escape, la
c á m a r a de c o m b u s t i ó n contendrá una cantidad apreciable de gases de escape. La m e z c l a
entrante de aire-combustible se m e z c l a con g a s r e s i d u a l de e s c a p e . Las m e d i c i o n e s indi­
can que el gas residual de escape es de alrededor del 1 5 % de la carga total que va-al cilindro
[12]. Por tanto, el calor liberado por libra de gases totales será más o m e n o s el 8 5 % del que
acaba de calcularse, y el a u m e n t o en la temperatura a p r o x i m a d a m e n t e el 8 5 % de la antes
calculada, o sea, AT = 3 0 8 5 ° F = 1714 K. Si se s u m a este incremento en la t e m p e r a t u r a a la
temperatura inicial, se encontraría una temperatura de 694 + 3085 = 3779°F = 4239°R = 2355
K, lo cual es prácticamente el valor que se indica a 15° antes del T D C , en la figura 13.4.
A d e m á s , a las t e m p e r a t u r a s picos de combustión, las reacciones de c o m b u s t i ó n no son
impulsadas por c o m p l e t o hacia la derecha. Es de esperar que, en el equilibrio, se e n c u e n ­
tren presentes algo de o x í g e n o y de hidrocarburos sin reaccionar, r e d u c i é n d o s e de este
m o d o , en la m a y o r parte de los motores de automóviles, ligeramente la temperatura pico.
Por último, se p u e d e inquirir por qué la temperatura m o s t r a d a en la figura 13.4 se va
d e s d e 2 3 5 0 K hasta alrededor de 2 6 4 0 K, durante la combustión restante. Se calculó la
elevación en la temperatura inicial bajo el supuesto de que la primera parte de la c o m b u s ­
tión ocurría a presión constante. Esta hipótesis es admisible porque, conforme se q u e m a la
p r i m e r a parte (cerca de la bujía), se e x p a n d e y empuja el gas restante. Pero, m á s tarde,
c u a n d o se q u e m a el gas restante, también se e x p a n d e y, por consiguiente, c o m p r i m e el gas
que se q u e m ó primero, de m o d o que pasa por la combustión prácticamente a presión cons­
tante, seguida por una compresión adiabática. Al final del proceso de c o m b u s t i ó n , la t e m ­
peratura del gas en la cámara de la m i s m a no será uniforme; la primera parte en q u e m a r s e
se encontrará m á s caliente (problema 13.6). Pero si se desea calcular la temperatura p r o m e ­
dio, se p u e d e p r o c e d e r s u p o n i e n d o que todo el proceso de c o m b u s t i ó n ocurre a v o l u m e n
constante, para lo cual se p u e d e escribir

m combustible Δu combustión
m productos de combustión Cp productos de combustión
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 453

NO real (calculada)

NO de equilibrio

Ángulo de la manivela, grados después del TDC

FIGURA 13.4
Variación calculada de la temperatura y de la concentración de NO en los gases quemados, durante la
combustión y la expansión inicial. Éstas son concentraciones promedio sobre la masa completa de gas
quemado, para un motor pequeño de IC de gasolina con una relación de compresión de 7, funcionando a
2000 rpm y con φ = 1. El período de combustión es desde 15° antes del TDC hasta 15° después de éste.
Obsérvese la semejanza con la figura 12.9. (Adaptada de W. J. D. Annand, "Gasoline Engines", en
Infernal Combustion Engines, ed. C. Arcoumanis, Acadcmic Press, pág. 77, 1988.)
454 CAPÍTULO 13

El calor de combustión usado en este ejemplo y los calores de combustión que por lo común
se tabulan (véase la tabla 10.1) no son Δucombustión, sino Δhcombustión normalmente a 1 at­
mósfera y 25°C. Sin embargo (véase el problema 13.8), en la mayor parte de los casos se co­
mete un error despreciable al tratar éstos como si fueran los mismos. Cproductos de combustión
suele ser alrededor de 0.26 Btu/lbm • °F, de modo que, para la combustión global a volu­
men constante, se calcularía
1 Ibm de combustible•19 020 Btu/lbm
= 4607°F = 2559 K
lbm de prods. comb. Btu
15.88
Ibm de combustible lbm ■ °F
lo cual hace ver que
volumen constante 0.33
1.27 (13.16)
presión constante 0.26
Los valores de la figura 13.4 son
2640-641 1.17
2350-641
Las diferencias entre estos valores se deben a las pérdidas de calor de los gases de com­
bustión y al trabajo de expansión realizado por esos gases sobre el pistón.

Después de esta larga digresión acerca de las temperaturas ilustradas en la figura 13.4,
ahora se pueden considerar los valores del NO. La curva de NO de equilibrio de la figura
13.4 corresponde a los valores del NO térmico, mostrados en el capítulo 12 (problema 13.11).
La curva real sugiere que la velocidad de formación del NO es despreciable hasta que la
temperatura alcanza un valor de más o menos 2400 K. La concentración se eleva con rapi­
dez hacia el valor de equilibrio, cruzándolo aproximadamente a 22° después del TDC. De
allí en adelante, la concentración es más alta que la de equilibrio en el gas que se enfría
con rapidez, de modo que esa concentración cae; pero cuando la temperatura del gas llega
a más o menos 2300 K, la velocidad de reacción se vuelve despreciable y la concentración
de NO se "congela" a un valor por encima del valor de equilibrio. Este resultado es seme­
jante al del ejemplo 12.5. El periodo de combustión mostrado corresponde a alrededor de
30° de ángulo de la manivela, o sea, 1/2 de revolución, y el tiempo de combustión a poco
más o menos 2.5 ms.
Existe muy poco nitrógeno en la gasolina, de modo que, en general, la cantidad de NO
del combustible (véase el capítulo 12) es despreciable. La mayor parte del NO en el escape
es térmico, producido en la parte de alta temperatura del proceso de combustión. (También
se encuentra presente algo de NO inmediato; véase el capitulo 12.)

13.3 EMISIONES DEL CÁRTER Y EVAPORATIVAS


Las emisiones del cárter son principalmente de interés histórico, porque casi se han elimi­
nado por completo de los automóviles modernos en E.U. Las emisiones evaporativas se
han reducido de manera apreciable respecto de sus valores de 1960, pero conforme las
emisiones por el tubo de escape se reduzcan todavía más, las evaporativas formarán una
parte cada vez mayor de las emisiones totales y requerirán un control adicional.
En la tabla 13.2 se ve que, en 1960, las emisiones del cárter constituían alrededor del
25% de todas las emisiones de hidrocarburos de los automóviles. En la figura 13.1 se ve
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 455

que el pistón se mueve hacia arriba y hacia abajo en el cilindro. Este pistón se encuentra
sellado contra los costados del cilindro por medio de los anillos, que están asentados en
ranuras del propio pistón y se mantienen apoyados contra la pared del cilindro, forzados
hacia afuera por una fuerza de resorte. Como se analiza en el capítulo 10, en cualquier sello
móvil de ese tipo, si se hace que selle demasiado apretado, la fuerza de fricción será dema­
siado grande; en tanto que si queda demasiado flojo, la fuga será demasiado grande. El
ajuste adecuado es aquel que permite la existencia de una fuga pequeña.
Esta fuga se produce principalmente por el movimiento de los gases, conocido como
escape de gases del cilindro, de la cámara de combustión, que se encuentra a alta presión,
hacia el cárter, en donde la presión es baja. Si el cárter estuviera cerrado en forma total, el
escape de gases del cilindro elevaría su presión interna hasta niveles inseguros. Este gas
es semejante a los gases de escape, pero tiene un porcentaje más elevado de productos
parcialmente quemados; por ejemplo, ácidos oxigenados. Si se permitiera que este gas per­
maneciera en contacto con el aceite que está en el colector, estos ácidos —más el agua de
la combustión, más otros contaminantes en ella— se disolverían en ese aceite, formando
productos que son corrosivos para el motor. Por esa razón, el gas de escape del cilindro se
debe extraer con prontitud del cárter.
En los automóviles anteriores a los de 1960, este problema se resolvió mediante un
sencillo desfogue del cárter hacia la atmósfera. Al desfogue se le dio forma de modo que,
cuando el automóvil se encontraba en movimiento con velocidades aplicadas en carretera,
el flujo del aire producía un ligero vacío sobre ese desfogue, succionando los gases hacia
afuera del cárter. La tapa del llenador de aceite tenía ventilas (con filtros para el polvo), lo
que permitía que este vacío llevara aire fresco, a través de la tapa, hacia el cárter y, de este
modo, lo ventilara. Conforme los gases calientes de escape fluían por el cárter, vaporiza­
ban o arrastraban algo del aceite caliente que se encontraba en éste, produciendo de este
modo (como se muestra en la tabla 13.1) alrededor del 25% de las emisiones totales de
hidrocarburos del motor.
La solución a este problema de emisiones ha sido la ventilación positiva del cárter.
La ventilación positiva, en lugar de pasar hacia la atmósfera, pasa hacia el carburador o
hacia el múltiple de admisión del aire-combustible, de modo que los gases cargados de
hidrocarburos son succionados hacia el motor y quemados. Este cambio en el diseño da
por resultado un ligero incremento en la economía de combustible; en lugar de tirar esos
vapores y gotitas, se les quema. El flujo debe regularse porque, en ralentí, el aire adicional
que pasa por el motor alteraría la relación A/C y causaría un funcionamiento irregular en
este régimen. La válvula de ventilación positiva del cárter (PCV), en la línea de desfogue,
detecta el vacío en el múltiple y reduce el flujo, cuando el vacío es alto (en ralentí), aumen­
tándolo cuando el vacío cae (operación normal o a alta velocidad), con lo que permite, de
este modo, que el vapor proveniente del cárter sea capturado. La tapa con desfogue del
filtro de aceite ha sido reemplazada por una sellada, o por una que lleva hacia sí aire prove­
niente del limpiador de este último. Para los vehículos posteriores a los de 1968, en E.U.,
las emisiones del cárter son prácticamente cero. En la referencia 13 se describen los deta­
lles de diseño de este sistema.
Las pérdidas evaporativas son de dos tipos: evaporación proveniente del tanque de
combustible y evaporación por el carburador. En el capítulo 10 se analizaron las del primer
tipo; es semejante a las pérdidas por respiración en cualquier tanque con desfogue que
contenga VOC. Las pérdidas provenientes de los tanques de combustible son más signifi­
cativas que las de los tanques estacionarios, debido a que, en la mayor parte de los auto­
móviles, el tubo de escape pasa cerca del tanque de combustible, calentándolo de tal ma­
nera que la oscilación de la temperatura, de frío a caliente, será mucho mayor que para un
456 CAPÍTULO 13

tanque estacionario de almacenamiento de VOC. Esta oscilación suele ser desde la tem­
peratura de almacenamiento durante la noche hasta alrededor de 120°F (49°C) en un día
cálido.
Las pérdidas evaporativas por el carburador ocurren durante el periodo de saturación
en caliente que se presenta al detener un automóvil. Mientras el automóvil se está mo­
viendo por el camino, el flujo del aire debajo del cofre limita la temperatura en el carburador
a más o menos 120°F (49°C), si el aire exterior está a 60°F (16°C). Al detenerse el automóvil
y apagarse el motor, cesa ese flujo de aire enfriador y el calor almacenado en el motor
calienta el carburador hasta 160-180°F (71-82°C). El carburador tiene un recipiente peque­
ño que contiene aproximadamente 70 cm3 de combustible líquido. Éste se conserva en el
carburador, de modo que este último pueda responder con rapidez cuando el conductor
empieza a acelerar, sin tener que esperar que la bomba de combustible lleve el repentino
estallido de éste desde el tanque del mismo. El nivel constante de este líquido también
actúa como parte del sistema de dosificación del combustible. Una válvula de flotador con­
trola este nivel, de modo muy semejante a la que se encuentra en los inodoros. Cuando,
durante la saturación en caliente, se eleva la temperatura del carburador, alrededor del 30%
del combustible que se encuentra en este recipiente se evapora. (En tiempo cálido incluso
se evapora más. Cuando se arranca un automóvil en un día cálido, después de una satura­
ción en caliente, se debe esperar a que la bomba de combustible llene este recipiente; por
esta razón, la mayor parte de los automóviles de carburador son lentos para arrancar des­
pués de una de estas saturaciones en esos días cálidos.) En los automóviles anteriores a
los de 1960, este combustible evaporado, alrededor del 19% de las emisiones totales de
HC, pasaba a la atmósfera (tabla 13.2). Eso sólo es una aproximación, porque es un valor
por saturación en caliente, y su valor por milla es aquel valor dividido entre la distancia
promedio de recorrido. En la referencia 14 se presentan los detalles sobre las emisiones
evaporativas. En los motores de inyección de combustible se almacena su gasolina a pre­
sión en un sistema totalmente cerrado; no tienen el problema de la saturación en caliente
del carburador.
En la mayor parte de los automóviles, ahora se tratan tanto las emisiones por satu­
ración en caliente del carburador como las pérdidas por respiración del tanque de combus­
tible con el sistema que se muestra en la figura 13.5. En él se ve que el desfogue del car­
burador, en lugar de encontrarse abierto a la atmósfera, pasa por la línea de desfogue del
carburador hasta el canister de carbón vegetal activado. Éste contiene un adsorbente,
por lo general carbón vegetal activado. Los desfogues del tanque de combustible también
pasan por este canister. En él, el carbón vegetal adsorbe el vapor de gasolina, con lo que
se hace que aire limpiado salga a la atmósfera (la adsorción de vapores de HC se analiza en
el capítulo 10). Cuando el motor está funcionando a velocidad suficiente, se lleva aire a
través del canister de carbón vegetal en la dirección opuesta, desprendiendo el combus­
tible adsorbido de ese carbón y regresándolo a la admisión de aire del motor, con lo que
se regenera de este modo el adsorbente y se le alista para su siguiente tarea de adsorción.
Se utilizan válvulas apropiadas para garantizar que los flujos se realizan siempre en la di­
rección correcta y en los momentos justos.
El canister de carbón vegetal es de tamaño suficientemente grande como para mane­
jar las emisiones debidas a la expansión térmica en el tanque de combustible y las emisio­
nes por saturación en caliente. No tiene el tamaño suficiente como para tratar con las emi­
siones de vapor por desplazamiento (sección 10.3.2.1) que se tienen al llenar el tanque
(véase también el problema 13.13). Las empresas petroleras desean que los fabricantes de
automóviles hagan más grande el canister. de modo que se puedan llenar los tanques con
un sencillo sistema cerrado de llenado y que el canister capture las emisiones de HC. Las
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 457

empresas automovilísticas desean mantener el canister pequeño y hacer que, por el con­
trario, las empresas petroleras instalen la Recuperación de vapores de etapa 2 en las bom­
bas de sus gasolineras (capítulo 10). Las Clean Air Act Amendments (Enmiendas de la
Ley del Aire Limpio) de 1990 [15] parecen haber determinado esto en favor de canisters
más grandes a bordo.
Todavía permanecen pérdidas evaporativas diversas de HC en el tanque de combusti­
ble y el sistema de manejo del mismo. A medida que las emisiones por el tubo de escape,
que se describen a continuación, se reduzcan a valores cada vez más bajos, estas pérdidas
evaporativas restantes se volverán una parte más significativa del problema global (véase
la tabla 13.2).

13.4 EMISIONES POR EL TUBO DE ESCAPE


En la tabla 13.2 se hace ver que todas las emisiones de CO y NOx y alrededor de la mitad
de las de HC son por el tubo de escape, es decir, las que se encuentran en los gases de
escape. A continuación se analizan las posibilidades para enfrentarlas. Estas posibilidades

Aire limpio hacia la atmósfera

Aire de regeneración
de la atmósfera,
cuando el motor
está funcionando
Aire del limpiador de éste

Línea de
desfogue del Adsorbente de
carburador carbón vegetal
Chorro de
combus­
Venturi del tible
carburador Recipiente
de combustible
del carburador
Mariposa Línea de desfogue
de estrangulación del tanque
de combustible Tapón sellado
El aire con los HC desadsorbidos entra del tanque
al carburador debajo de la mariposa de
Separador
estrangulación, cuando el motor está
funcionando vapor-líquido
Mezcla
aire-combustible Tanque de combust.
hacia el motor

FIGURA 13.5
Control de la emisión evaporativa. Los vapores que contienen HC provenientes del carburador y del
tanque de combustible pasan por un canister de carbón vegetal que extrae esos HC, antes de que los
vapores se desfoguen hacia el aire. Cuando el motor se encuentra funcionando en otros regímenes
que no sean en ralentí o a velocidades bajas, se succiona aire a través del canister en la dirección
inversa, con lo que se extraen los HC del carbón vegetal, preparándolo para su siguiente servicio.
Este aire de regeneración se regresa a la entrada de aire del motor, en donde se queman los HC que
contiene. Válvulas apropiadas mantienen el flujo en la dirección adecuada. El canister tiene una
resistencia al flujo suficientemente baja como para que la presión en la cámara del flotador del
carburador esté bastante cercana a la atmosférica para que este último funcione en forma apropiada.
Los automóviles con inyección de combustible no tienen carburador; en ellos se utiliza este sistema
para controlar los vapores que salen del tanque de combustible.
458 CAPÍTULO 13

no son mutuamente exclusivas; en la mayor parte de ios automóviles actuales se aplica


alguna combinación de ellas. El procedimiento más barato y más sencillo es cambiar lo que
entra en el proceso de combustión, con el fin de minimizar la formación de contaminantes.
En las cuatro primeras posibilidades que se analizan en seguida se hace eso. En las cuatro
restantes se necesita algún cambio fuera del proceso de combustión.

13.4.1 Operación con mezcla pobre


En la figura 13.3 resulta evidente que la combustión pobre reduce mucho las emisiones de
CO y HC, en comparación con la combustión rica. Por desgracia, la mayoría de los mecáni­
cos siempre han sabido que un motor afinado para combustión rica arranca y funciona de
manera más suave que uno afinado para combustión pobre (pero con una economía más
mala de combustible). Antes de la década de 1970, los mecánicos cambiaban con regulari­
dad los ajustes de fábrica del carburador para hacer que la combustión fuera más rica. A
sus clientes les gustaba el funcionamiento más suave del automóvil, pero estos cambios
aumentaban mucho las emisiones. Uno de los primeros pasos en el control de la contami­
nación del aire fue modificar los carburadores para hacer mucho más difícil (e ilegal) cam­
biar los ajustes de fábrica.
Muchos motores de automóviles de convertidor precatalítico funcionan en el modo
pobre, tanto como se puede, por razones tanto de reducción de la contaminación como de
economía de combustible. Más adelante se regresará a este tema.

13.4.2 Recirculación del gas de escape (EGR)


Como se muestra en la figura 13.3, se tienen las emisiones pico de NO con una relación
A/C ligeramente más pobre que la estequiométrica (φ ≈ 0.95). Empezando en la década de
1970 y continuando en muchos motores actuales, se redujo esa producción de NOx por
medio de la Recirculación del gas de escape (EGR, Exhaust Gas Recirculation), en la que
el aire entrante para la combustión se diluye con hasta un 20% del gas de escape. La EGR
reduce las temperaturas pico de las llamas y el contenido de 02 del gas quemado; estos
dos efectos reducen la formación de NOx. La EGR reduce la salida de potencia del motor (o
requiere un motor más grande para la misma producción de potencia); también exige un
control en extremo bueno del proceso de carburación y de la distribución de la mezcla aire-
combustible. Con una operación pobre en extremo, la EGR puede conducir a falla de en­
cendido y, por tanto, a emisiones mayores de HC. La mayor parte de los sistemas de EGR
corta esta última a bajas velocidades del motor y durante el calentamiento, cuando puede
conducir a un rendimiento muy malo del motor; además, en estas circunstancias, no se
necesita la EGR porque las temperaturas picos son bajas, en comparación con las corres­
pondientes a la operación a potencia parcial o a plena potencia. También cortan la EGR
cuando se demanda la potencia pico, porque la EGR reduce la producción de potencia y
porque, a la salida pico de potencia, la mezcla de combustible siempre es rica, de modo que
no existe suficiente oxígeno para la formación de muchos NOx.
En la figura 13.6 se dan algunos datos de ejemplo sobre el efecto de la EGR. Para este
motor y condición de operación particulares, la adición de 20% de EGR redujo las emisio­
nes de NOx, expresadas como g/hp • h, desde 11.4 hasta 4.3; es decir, hasta un 37% del
valor sin EGR. El consumo de combustible, expresado en g/hp • h, aumentó en 1 %. La
temperatura de escape cayó desde 1250° hasta 1200°F y la emisión de HC se elevó en 75%,
quizá debido a fallas ocasionales de encendido (falla en encenderse la mezcla en la cáma­
ra de combustión).
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 459

13.4.3 Reducir la extinción de la llama


En el modo de combustión pobre, la mayor parte de los HC y el CO se forman por la extin­
ción de la llama en la pared. Se han aplicado diversas técnicas para minimizar esto. La más
obvia es hacer la cámara de combustión más cercana a lo esférico, con lo que se reduce de
este modo la superficie por unidad de volumen. La reducción de los tamaños de las rendi­
jas asociadas con el empaque de la cabeza, el empaque de la bujía y los anillos del pistón
también contribuye a reducir la extinción de la llama.
Elevar la temperatura de la pared del cilindro y de la cabeza disminuye el espesor de la
zona de extinción. Ésta fue una de las razones para cambiar el refrigerante del automóvil de
agua, en el verano, y etilenglicol, en invierno, a una mezcla, para todo el año, de agua y
etilenglicol. Con ese punto de ebullición más alto de la mezcla, fue posible tener tempera­
turas más elevadas del refrigerante sin presiones excesivas de éste. Esto no sólo redujo

HC

Consumo de combustible

Temperatura (°F)

EGR. %

FIGURA 13.6
Algunos efectos de la EGR. Estos datos son para un motor V-8 de 6.56 litros y
relación de compresión de 9.3, a 1700 rpm, salida de 32 kW, con A/C de 16.0
(φ ≈ 0.94) y retardo de la chispa de 10°, respecto al ajuste de potencia máxima. Los
resultados se muestran como relaciones en comparación con el valor sin EGR. Por
ejemplo, las emisiones de NOx pasaron de 11.4 hasta 4.3 g/hp • h, conforme la
EGR se incrementó desde 0 hasta 20%. Los otros valores de EGR cero son HC,
0.9 g/hp • h; consumo de combustible, 0.468 g/hp • h, y temperatura de escape,
1250°F. Quizá la elevación en la emisión de HC con la EGR al 20% se debió a fallas
ocasionales de encendido, lo cual hizo que se descargaran HC en el múltiple de
escape. Las curvas pasan por los tres valores medidos a 0, 10 y 20% de EGR.
460 CAPÍTULO 13

las emisiones de HC, sino también permitió a los fabricantes de automóviles reducir el ta­
maño de todos los componentes del sistema de enfriamiento.
Si se pudiera colocar el combustible en medio de la cámara de combustión, en lugar
de tener que mezclarlo con uniformidad en toda ella, se podría reducir mucho la extin­
ción de la llama en las paredes de la misma. En los motores Diesel, en realidad se coloca el
combustible en medio y tienen emisiones mucho más bajas de CO y HC que los motores
convencionales de automóviles; en la sección 13.7 se analizan las razones. Se han puesto
a prueba varias cámaras modificadas de combustión con el fin de lograr el mismo resultado
en los motores de automóviles, con cierto éxito; por ejemplo, el sistema de dos cámaras de
la Honda o los diversos sistemas de remolino inducido de los fabricantes.

13.4.4 Acelerar el calentamiento


Mucho, si no la mayor parte, de las emisiones de CO y HC de un ciclo típico de conduc­
ción de un automóvil se tienen durante el primero o los dos primeros minutos, mientras el
motor está frío. Como ya se ha analizado, para arrancar un motor frío se le debe hacer fun­
cionar con una relación muy rica aire-combustible (φ > 1), por lo general al emplear un
ahogador automático. Esta condición de riqueza, combinada con las paredes frías de la
cámara de combustión, conduce a emisiones muy elevadas de CO y HC. Como se verá en
la sección 13.4.5, el catalizador diseñado para tratar estas emisiones no se "enciende" has­
ta que ha sido calentado por el gas caliente de escape, de modo que las emisiones mencio­
nadas pasan sin ser tratadas hacia la atmósfera. En todos los motores modernos de IC se
realizan varios pasos para acelerar su calentamiento, con el fin de minimizar las emisiones
durante este periodo.
En la mayor parte de los motores se mide la temperatura tanto del aire debajo del cofre
(en donde se encuentra ubicado el snorkel de admisión de aire del motor) como la del
refrigerante del motor. Cuando éstos se encuentran fríos, el motor usa válvulas para lle­
var aire a través de una envoltura que se encuentra sobre el múltiple de escape hacia la
admisión de aire del motor, para acelerar el calentamiento. Cuando el motor está caliente,
estas válvulas se cierran, dejando que el motor absorba el aire más frío que está debajo del
cofre, mejorando de este modo la eficiencia del mismo. El flujo de aire calentado durante
el calentamiento hace que el ahogador automático deje de funcionar más pronto, dando fin
así con mayor prontitud al periodo de arranque con altas emisiones. En algunos motores
se usan calentadores eléctricos colocados entre el carburador y el motor, para calentar la
mezcla aire-combustible durante este periodo de arranque en frío. Al calentar esa mezcla,
incrementan la fracción vaporizada y, por consiguiente, hacen que el motor arranque con
menos enriquecimiento de combustible. Incluso con estas medidas especiales, el perio­
do de arranque en frío todavía es el causante de una parte desproporcionada de las emi­
siones de CO y HC. La NAAQS para el CO rara vez se sobrepasa en las ciudades de E.U.
durante el verano; con frecuencia se sobrepasan en invierno.

13.4.5 Tratar catalíticamente los productos


de la combustión
La mayoría de los fabricantes de automóviles han concluido que no pueden cumplir con
las normas actuales y futuras sobre emisiones sólo mediante las modificaciones del motor.
Sus esfuerzos por llevarlo a cabo de esa manera, en la década de 1970, condujo a cierto
rendimiento muy malo de los automóviles. En lugar de ello, han concluido que la solución
más satisfactoria es modificar el motor de modo que produzca la mezcla correcta de conta-
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 461

minantes y, a continuación, tratarla catalíticamente para satisfacer las normas sobre emi­
siones. En los primeros intentos se usaron dos catalizadores pero, desde entonces, los
fabricantes de automóviles han producido el "catalizador de tres vías", que fomenta la si­
guiente reacción:
NO + CO + HC N2+C02+H2O (13.17)

Esta reacción requiere un control muy estrecho de la relación del agente oxidante (NO) a
los agentes reductores (CO + HC). En la figura 13.7 se muestra que, con un control muy
estrecho de la relación A/C, se pueden hallar condiciones que conduzcan hasta alrededor
del 95% de destrucción de los tres contaminantes. La clave para realizar esto con éxito fue
la producción del sensor de oxígeno de bióxido de zirconio con impurificación dosificada,
mostrado en la figura 13.8. Este consiste en un cilindro cerrado de Zr0 2 con impurificación
dosificada que está revestido en ambos lados con una película de platino y se encuentra
introducido en el múltiple de escape. El sensor es una celda electrolítica, en el que el Zr0 2
actúa como electrólito sólido; su voltaje de salida es una fuerte función del contenido de
oxígeno del gas de escape. Utilizando el valor medido de ese contenido de oxígeno, la
computadora del motor puede controlar la relación A/C para sostenerla dentro de la tole­
rancia de ±0.05 (tolerancia de φ de ±0.003) necesaria para mantenerse en la parte superior
de las curvas de la figura 13.7.

CO

HC
NOx

HC
CO NOx

14.5 15.0 15.5


Rica Pobre
Relación aire-combustible

FIGURA 13.7
Eficiencia de conversión de un sistema catalizador de tres vías como función
de la relación A/C. Tomado de J. B. Heywood y R. J. Tabacyzniski, "Current
Developments in Spark-Ignition Engines", en A History of the Automotive
¡nternal Combustion Engine, Publication SP-409 de la SAE, 1976.
462 CAPÍTULO 13

En el capítulo 10 se analizaron los catalizadores. El catalizador típico para el gas de


escape de los automóviles es una mezcla (5:1) de platino o paladio con rodio, sostenida
sobre una capa de A1203 que se deposita sobre una base más barata de cerámica. Los
requisitos para una catalizador del escape de un automóvil son éstos:

1. Producir por lo menos el 90% de destrucción del CO, HC y NOx, según la ecuación
(13.17) en un paquete tan pequeño, ligero y no caro como se pueda. Si es posible, el
catalizador debe tener la forma de un panqué para facilitar su colocación debajo de un
automóvil.
2. Empezar a destruir el CO, HC y NOx a una temperatura tan baja como se pueda. En
realidad, los catalizadores típicos no empiezan a promover la reacción hasta que no
han sido calentados por el gas de escape hasta su temperatura de "despegue" de más
o menos 350°C (662°F). De este modo, se encuentran inactivos durante el periodo de
emisiones más altas, es decir, durante el arranque en frío.
3. No tener un flujo excesivo de calor hacia los alrededores o temperaturas superficiales
excesivas, con el fin de impedir un excesivo flujo de calor hacia el compartimiento de
pasajeros del automóvil o el inicio de incendios de prados. (Muchos automóviles tie­
nen blindajes contra el calor para resolver este problema.)
4. Tener un rendimiento satisfactorio por lo menos durante 50 000 millas o cinco aflos
(requeridos por las reglamentaciones de la EPA) en un ambiente muy difícil (calor; frío;
vibraciones; temperatura, presión y composición química variables del flujo de en­
trada).
5. Tener una caída mínima de presión.
6. Hacer que la pequeña cantidad de S que se encuentra en la gasolina escape como SU,,

Señal de voltaje hacia la computadora


del motor

PO2 (escape)

Bióxido de zirconio
Superficie de platino

FIGURA 13.8
Esquema de un sensor de oxígeno en el gas de escape, de bióxido de zirconio con impurificación
dosificada. El cilindro con el extremo cerrado de bióxido de zirconio sobresale hacia adentro del múltiple
de escape del motor. Su extremo abierto se comunica con la atmósfera. la diferencia en el contenido de-
oxigeno entre el escape y la atmósfera genera una pequeña diferencia de voltaje entre los electrodos de
platino depositados sobre la superficie del óxido de zirconio, suministrando de esta manera una lectura
continua del contenido de oxígeno de los gases de escape. Tomado de J. B. Heywood y R. J.
T abacyzniski, "Current Developments in Spark-Ignition Engines'', en A History of the Automotive
Internal Combustion Engine, Publication SP-409 de la SAE, 1976.
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 463

AISLAMIENTO

GASES
DE ESCAPE

AISLAMIENTO

GRÁNULOS DE ÓXIDO DE ALUMINIO RECUBIERTOS


CON PLATINO Y PALADIO

FIGURA 13.9
Disposiciones mecánica y del flujo de un convertidor catalítico del tipo de gránulos.

en lugar del mucho más oloroso H2S, pero no oxidar el S0 2 hasta llevarlo al S0 3 más
tóxico.

Un catalizador típico de un automóvil moderno realiza estas cosas. Tiene un volumen


de más o menos un litro y un contenido de metal noble de aproximadamente 1.5 g. Se usan
dos disposiciones mecánicas. En la disposición de gránulos (Fig. 13.9), el metal noble se
dispersa en gránulos de cerámica porosa de poco más o menos 1 cm de diámetro, de modo
muy semejante a los catalizadores en gránulos que se usan con amplitud en la industria
química y en la refinación del petróleo. Estos gránulos se colocan en un recipiente con el
tamaño y la forma de un libro de texto pequeño, cuyas cubiertas de lámina metálica tienen
múltiples agujeros para el flujo del gas de escape. Este recipiente se coloca dentro de una
cubierta exterior; unos desviadores dirigen el gas de escape a lo largo de uno de los lados
de la cámara del catalizador, a continuación a través de él en su dimensión más angosta y,
en seguida, a lo largo de su otro lado para salir del automóvil.
En la otra disposición, se usa una estructura sencilla llamada monolito de panal. Ésta
es una sola pieza de cerámica, con forma semejante a la de un panal, con muchos pasos
rectos a través de ella, cada uno con más o menos 1/20 in de ancho (400 pasos por in2) y
alrededor de un pie de largo. Los pasos pueden ser hexagonales, cuadrados o triangula­
res; la mayor parte son cuadrados. Se encuentra empacado como se muestra en la figura
13.10. En este diseño, la pieza básica de cerámica sólo sirve para dar solidez, una capa
delgada de A1203 está depositada sobre ella y, en seguida, el metal noble se deposita so­
bre el A1203. En las dos disposiciones, en general las partes metálicas son de acero inoxi­
dable, para proporcionar una larga duración en el ambiente a alta temperatura de los
catalizadores.

13.4.6 Cambiar el combustible


Los requisitos para el combustible de un motor de IC, de encendido por chispa, son los
siguientes:

1. Valor calorífico alto (Btu/lbm), de modo que el vehículo tenga un recorrido adecuado
entre reabastecimientos de combustible, sin transportar un peso excesivo de éste.
464 CAPÍTULO 13

DIFUSOR DEL FLUJO

GASES DE
ESCAPE

CASCO DE ACERO
INOXIDABLE

MONOLITO MALLA DE ACERO


DE PANAL INOXIDABLE

2. Una densidad alta, de modo que el recipiente de almacenamiento del combustible sea
de tamaño aceptable.
3. Manejarse con facilidad, normalmente como líquido a las temperaturas ambientes.
4. Buenas propiedades antidetonantes (las que se analizan a continuación).
5. Capacidad para vaporizarse en el sistema de aire-combustible (volatilidad adecuada).
6. Otras propiedades diversas, como buena estabilidad en almacenamiento, toxicidad limi­
tada, etcétera.

Las propiedades antidetonantes, que no se han analizado con anterioridad, son una
parte muy importante de esta lista. Regresando a la figura 13.1, se ve que la mezcla com­
bustible se enciende por medio de la bujía, la cual normalmente está colocada en medio de
la parte superior de la cámara de combustión, o cerca de ese sitio. La llama se inicia allí y
se dispersa por toda la cámara. Los gases quemados tienen un volumen mucho mayor que
el que tenían cuando no se habían quemado, de modo que se expanden y comprimen el
gas sin quemar. Como resultado, la temperatura de los gases aún no quemados se eleva
antes de que la llama los alcance. (La velocidad de propagación del incremento de presión
es mucho mayor que la del frente de la llama.) Si el gas todavía no quemado se calientan
hasta su temperatura de autoignición, antes de que la llama lo alcance, se encenderá en
forma espontánea, produciendo un golpe sonoro. Este golpeteo es molesto para el con­
ductor y destructivo para el motor. Los fabricantes de motores y los abastecedores de
combustible han trabajado con intensidad para impedirlo.
Pronto, en la historia del automóvil, se observó que al elevar la relación de compre­
sión —es decir, (el volumen contenido en el BDC)/(el volumen contenido en el TDC)— se
incrementaba la eficiencia de los motores, pero también se incrementaba su tendencia al
golpeteo. Los primeros motores tenían relaciones de compresión de más o menos 4, los
motores más recientes de automóviles tienen relaciones de compresión de 7 a 10, y los mo­
tores Diesel tienen relaciones de compresión de entre 16 a 20, aproximadamente. En los
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 465

motores Diesel, el combustible y el aire no se premezclan; el combustible se rocía hacia


adentro de la cámara cerca del TDC. En ese caso, los gases calientes encienden el com­
bustible, sin una bujía. En los motores Diesel se tendría un terrible problema de golpeteo si
se premezclaran el combustible y el aire, pero no tienen problema si el combustible se aña­
de con lentitud y se quema a medida que se añade. De este modo, la misma propiedad del
combustible —facilidad de autoignición— que lo hace bueno para el motor Diesel lo con­
vierte en uno malo para los motores de automóvil, debido al golpeteo. El golpeteo fija los
límites de las relaciones admisibles de compresión en los motores de gasolina.
Las diferentes familias de hidrocarburos tienen resistencias distintas al golpeteo. Los
hidrocarburos de cadena recta son los peores, las parafinas intensamente ramificadas son
las mejores, las olefmas son mejores que las parafinas correspondientes y los aromáticos
son casi tan buenos como las parafinas intensamente ramificadas. (El orden de calidad es
precisamente el inverso del correspondiente a los combustibles diesel.) Los combustibles
se califican por número de octano, el cual es equivalente al porcentaje de isooctano (2,2,3-
trimetilpentano) en una mezcla de isooctano y n-heptano que tenga las mismas propieda­
des antidetonantes. (Esto es equivalente a asignar un número de octano de 100 al isooctano
y de cero al n-heptano y suponer linealidad del número de octano al mezclar estos dos.)
Los números de octano se prueban en motores especiales de laboratorio, de un cilin­
dro, con relaciones variables de compresión. El motor se calibra con mezclas cuidadosa­
mente preparadas de isooctano y n-heptano y, a continuación, se hacen funcionar con los
combustibles que se van a probar. La relación de compresión se incrementa hasta que se
presenta el golpeteo. El número de octano que se da es el de la mezcla de prueba que
produce golpeteo con la misma relación de compresión. El número de octano que se anun­
cia en las bombas de gasolina se lista como (R + M)/2, con lo que se indica que es el
promedio del Research Octane Number (Número de octano de investigación) y el Motor
Octane Number (Número de octano del motor). Estos dos valores se refieren a dos conjun­
tos diferentes de condiciones de operación en los mismos motores básicos de laboratorio
[17]. En Estados Unidos, los combustibles típicos para motores tienen números de octano
en el rango de 85-90. Los combustibles para los motores de pistón para aviones tienen
números de octano de más de 100; éstos son caros, pero permiten tener una relación de
compresión más alta y, de este modo, una mejor economía de combustible y una mayor
distancia recorrida. Una parte importante de la refinación del petróleo consiste en modifi­
car la estructura química de los componentes de la gasolina, con el fin de incrementar el
número de octano, al cambiar los hidrocarburos de bajo número de octano para convertir­
los en hidrocarburos con ese número mayor, principalmente por reforma catalítica, iso-
merización, alquilación y craqueo catalítico. También se puede mejorar el número de octa­
no con aditivos. El que ha tenido más éxito es el plomo tetraetilo (TEL, tetraethyl lead).
Cuando se agrega a la gasolina en la relación de hasta 0.1% en peso, puede incrementar el
número de octano en hasta 6. Por desgracia, aun cuando el plomo sale de la cámara de
combustión como un gas, forma partículas finas al enfriarse. Estas partículas desactivan
los catalizadores automotrices de emisiones y aumentan el contenido de plomo de la at­
mósfera. En los países en desarrollo todavía se usa el TEL pero, en la actualidad, sólo se
usa en una fracción muy pequeña de las gasolinas de E.U. La búsqueda continua de otros
aditivos que mejoren el número de octano y que sean más eficaces que el TEL, sin sus
desventajas, es intensa; la recompensa financiera por encontrar uno sería inmensa.
Durante muchos años se han usado varios combustibles en motores ligeramente mo­
dificados de automóviles, por razones de costo y disponibilidad. El gas natural se usa con
regularidad en lugares como las estaciones de bombeo de este gas. Cumple con todos los
requisitos que antes se mencionaron, excepto el de facilidad de almacenamiento en el ve­
hículo. Eso no constituye un problema para los motores estacionarios. Se pueden utilizar
466 CAPÍTULO 13

otros combustibles gaseosos, por ejemplo, CO o H,, en motores ligeramente modificados


para automóviles, si se puede resolver el problema de contar con un sistema apropiado de
almacenamiento. Hasta ahora, el único combustible gaseoso para el que se ha hecho eso
comercialmente es el gas natural, el cual se almacena en el vehículo en recipientes a alta
presión (2500 psia). Estos recipientes son más grandes que los tanques para gasolina que
dan distancias recorridas comparables y no se pueden fabricar con la forma de panqué
para facilitar su acomodo debajo del vehículo, como los tanques de gasolina. Las estacio­
nes de servicio que los llenan son más complejas que las gasolineras y el tiempo para
surtir el combustible es mayor. Sin embargo, para vehículos de flotas que se abastecen de
combustible en una estación y que nunca se trasladan hasta zonas sin estaciones para
reabastecerse del gas, son bastante prácticos y, quizá, económicos. (El gas natural suele
ser más barato que la gasolina, sobre la base de dólares/Btu y, en muchos estados, en E.
U., goza de una tasa de impuesto menor que la gasolina.)
El propano comercial, a veces conocido como LPG (liquefied petroleum gas) o "gas
licuado del petróleo", es una mezcla que, típicamente, es propano en más del 90%. Su pre­
sión de vapor a 100°F es de alrededor de 200 psig; suele almacenarse y transportarse en
tanques a esa presión. Es un combustible perfectamente satisfactorio para los motores de
gasolina, muchos de los cuales se equipan con posibilidades de "combustible dual", lo
que les permite cambiar de propano a gasolina, dependiendo de la disponibilidad y el pre­
cio de los mismos.
Los dos alcoholes de peso molecular más bajo —metanol, CH3OH, y etanol, C2H5OH—
se pueden usar en motores de gasolina con ligeras modificaciones. Por ejemplo, Brasil tie­
ne muy poco petróleo; en ese país se ha perfeccionado un sistema de combustible para
automóviles con base de etanol, utilizando este último que se produce por la fermentación
del azúcar y otros cultivos propios de la región y reduciendo, de este modo, su problema
de balanza comercial.
Todos los combustibles que se analizan en esta sección producen emisiones más ba­
jas de contaminantes del aire, por las razones siguientes:

1. Todos ellos tienen puntos de ebullición más bajos que los componentes de mayor peso
molecular de la gasolina, de modo que se convierten con más facilidad al estado por
completo gaseoso. Eso conduce a un mezclado mejor y más completo con el aire que el
que puede lograrse con la gasolina. Esto fomenta la combustión completa. En algunas
circunstancias, existe gasolina líquida en la cámara de combustión de los motores que
utilizan este combustible; esta gasolina pasa a las paredes del cilindro y no se quema
en la zona de extinción. Con el gas natural y el propano no sucede en lo absoluto la
formación de líquido sobre las paredes del cilindro, y ésta es mucho menor con los
alcoholes que con la gasolina. Por esta razón, todos estos combustibles producen emi­
siones más bajas de HC que la gasolina.
2. Todos tienen moléculas más sencillas que la gasolina y, por tanto, requieren menos
pasos químicos para quemarse por completo hasta formar CO2 y agua. Es más proba­
ble que se complete la combustión con ellos que con la gasolina, lo que conduce a
emisiones más bajas de HC y CO. (Del mismo modo, se forman menos productos de
combustión incompleta o de polimerización, o de ambos tipos, de modo que, con estos
combustibles, el motor está más limpio, la duración de éste se prolonga y son menos
frecuentes los cambios de aceite del motor.)
3. Los alcoholes tienen dentro de su molécula algo del oxígeno que necesitan para la com­
bustión. La presencia de oxígeno orgánico parece fomentar una combustión más com­
pleta, lo que da por resultado emisiones más bajas de CO y HC.
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 467

Por todas estas razones, el gas natural, el propano, el metanol y el etanol se están
promoviendo como "combustibles limpios". Además, todos ellos tienen altos números de
octano, de modo que los motores que los usen pueden tener relaciones de compresión
más elevadas y una mejor economía de combustible que los motores comunes de gasolina.
La observación de que los combustibles que contienen oxígeno conducen a emisio­
nes más bajas de HC y CO (principalmente emisiones más bajas de CO) ha dado por resul­
tado que en las 1990 Clean Air Amendments [18] se exija que en las regiones con graves
problemas de CO en invierno sólo se use gasolina que contenga por lo menos 2.7% en
peso de oxígeno, durante los meses de esa estación. Parece que este requisito se satisfará
principalmente al mezclar la gasolina con metanol, etanol o éter metil-terc-butílico (MTBE,
methyl-tert-butyl ether), el cual se produce a partir de isobuteno y metanol. Estos tres com­
puestos químicos mejoran el número de octano del combustible con el que se mezclan.

13.4.7 Control por computadora


Antes de más o menos 1980, en todos los automóviles se controlaban la A/C, sincronización
de la chispa, y razón de EGR con dispositivos mecánicos o neumáticos que detectaban la
velocidad del motor, posición de la mariposa del ahogador, vacío del múltiple y diversas
temperaturas. A partir de la década de 1980, los fabricantes de automóviles cambiaron al
control por computadora, utilizando las mismas clases de microchips que se usan en las
computadoras personales. Con ellos, los controles pueden reaccionar a los cambios con
mayor rapidez que como hacían los dispositivos mecánicos o neumáticos y se pueden uti­
lizar algoritmos más complicados de control. Por ejemplo, la chispa normalmente no se des­
carga en la parte superior del recorrido del pistón (TDC) sino, más bien, cierto tiempo an­
tes ("avance de la chispa"). El número de grados de avance de la chispa que se requiere
está en función de la velocidad del motor y de la carga. Sin embargo, si se incrementa el
avance de la chispa, lo cual mejora el rendimiento, también se aumenta la probabilidad de
golpeteo. En los automóviles anteriores a las computadoras, el avance de la chispa se con­
troló mecánicamente, con base en mediciones de la velocidad del motor y del vacío en el
múltiple de admisión. En la actualidad, en algunos automóviles controlados por computa­
dora viene incluido un medidor de golpeteo (un micrófono que detecta el golpeteo, sujeto
al motor), lo que les permite funcionar muy cerca del límite de golpeteo del avance de la
chispa y, en consecuencia, mejorar la economía de combustible. Este tipo de control mejo­
rado del motor abre la puerta tanto de la economía mejorada de combustible como del con­
trol mejorado de las emisiones.

13.4.8 Combustión con mezcla pobre


Un grave inconveniente con los catalizadores de tres vías es que requiere operar el motor
con φ = 1, o cerca de ésta. Con esto se reduce la economía global de combustible en alre­
dedor del 10%. A principios de la década de 1970, algunos fabricantes de automóviles
intentaron resolver sus problemas de emisiones mediante combustión con mezcla pobre,
es decir, un diseño de motor con base en la operación casi siempre con φ = 0.9-0.95. Esto
dio lugar a una buena economía de combustible pero, normalmente, puso los motores cer­
ca del pico de los NOx de la figura 13.3, lo que hizo, al final, que esta clase de motor saliera
del mercado. Con la llegada de los controles por computadora, se hizo posible hacer fun­
cionar con éxito los motores más cerca de los límites de la combustión estable que con los
controles mecánicos anteriores, de modo que se renovó el interés en la combustión con
mezcla pobre. La meta es operar con pobreza suficiente como para quedar del lado izquier-
468 CAPÍTULO 13

do de la joroba de los NOx de la figura 13.3 y, de este modo, reducir la producción de ellos
con la suficiencia necesaria como para cumplir con las normas sobre emisiones (con EGR y
un catalizador oxidante), al mismo tiempo que se gana la ventaja de economía de combusti­
ble al operar con un valor bajo de φ. Con fecha de 1995, éste es uno de los temas calientes
en la investigación y perfeccionamiento de la ingeniería automotriz, pero no de la produc­
ción actual de automóviles.

13.5 ALTERACIÓN DE LOS MOTORES


Y PRUEBAS DE EMISIONES
Los fabricantes de automóviles pasan por pruebas rigurosas de certificación de diversas
combinaciones de motor y tren de potencia en la instalación de pruebas de la EPA, antes
de que esas combinaciones de motor y tren de potencia pasen a la producción en masa. Se
exige a los fabricantes demostrar que, en el uso normal, con mantenimiento programado
con regularidad, sus motores y trenes de potencia cumplirán con las normas sobre emisio­
nes de la tabla 13.2, durante cinco años o 50 000 millas.
No todos los usuarios dan mantenimiento a sus vehículos con propiedad. Con mu­
chos de los vehículos de 1970, al quitar los dispositivos de control de emisiones mejora­
ron la economía de combustible y la "facilidad de conducción". Aun cuando la ley prohibe
esas modificaciones [conocidas como lampering (alteración) en la literatura de la EPA],
ocurrió mucho ese hecho. Las concentraciones medidas de los contaminantes cerca de
carreteras o en túneles mostraron que las emisiones promedios de los automóviles eran
apreciablemente mayores que las de los vehículos que habían recibido mantenimiento apro­
piado y no habían sido alterados. Esta diferencia condujo a las pruebas de emisiones de
los automóviles, en las que los estados (en E.U.) exigían que los automóviles se inspeccio­
naran con regularidad para ver que no habían sido alterados y que sus emisiones eran
comparables a las de los automóviles nuevos (para su año de fabricación y modelo).
La duración promedio de un automóvil es de diez años. Por consiguiente, las emisio­
nes promedio de los vehículos siempre serán mayores que las de los vehículos más recien­
tes, a los que se les ha hecho cumplir con las normas recientes.

13.6 EMISIONES DEL ALMACENAMIENTO


Y TRANSFERENCIA
Un enfoque de sistemas para el problema del vehículo de motor hace ver que es necesario
considerar lo que sucede desde el momento en que el petróleo sale del suelo hasta que se
ha quemado todo. Se tienen emisiones en la producción del petróleo, en el transporte y
refinación del mismo, en el almacenamiento de la gasolina, en la transferencia de ésta hasta
la gasolinería, en la transferencia de esa gasolina al automóvil del cliente y, en seguida, en
el uso por parte del automóvil. En el capítulo 10 se analizan algunas de estas emisiones,
algunas otras en este capítulo. A medida que se controla alguna de éstas, las restantes se
vuelven una parte más grande del problema remanente.

13.7 OTRAS PLANTAS POSIBLES DE POTENCIA


Se han usado o propuesto otros tipos de motor de IC para ser usado en los automóviles.
En esta sección se analizan los más sobresalientes de éstos.
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 469

13.7.1 Motores Diesel


En la tabla 13.5 se muestran las diferencias entre los motores convencional de gasolina y
el Diesel. En un motor Diesel, el encendido lo causa no una chispa sino la ignición espon­
tánea del combustible en contacto con el aire caliente en la cámara de combustión. Ese aire
está más caliente que el correspondiente en la cámara de combustión del motor de un au­
tomóvil debido a la relación de compresión mucho más alta del Diesel (16-20 contra 7-10
del motor de gasolina). Cuando un motor de gasolina se hace funcionar a su temperatura
máxima, a veces seguirá funcionando, incluso después de haberlo apagado, como resulta­
do de esta misma clase de ignición. La mayor parte de los motores de automóviles tienen
dispositivos "antifuncionamiento Diesel", en sus sistemas de combustible, para impedir
esto.
En un automóvil convencional, la velocidad y la potencia del motor se controlan por
la posición de la mariposa de estrangulación (o el dispositivo de admisión del aire de los

TABLA 13.5
Comparación de los motores comunes de gasolina y Diesel
Motor convencional
de automóvil Motor convencional Diesel

Causa de la ignición Chispa eléctrica Ignición espontánea de]


combustible por el mezclado con
aire caliente
Relación de compresión 7-10 16-20
Masa de aire admitida al Varía: baja en ralentí, alta con Prácticamente constante
motor por revolución la mariposa ampliamente
abierta
Relación aire-combustible Prácticamente constante, Fuertemente variable; muy pobre,
cercana a la estequiometrica excepto con la carga máxima
Medios para controlar la Restricción del flujo de aire Variación de la relación aire-
salida de potencia y la hacia el motor, con la combustible al hacer variar la
velocidad mariposa del carburador o con cantidad de combustible por
el dispositivo en la admisión inyección
del aire
Colocación de la mezcla aire- En la cámara completa de En el centro de la cámara de
combustible combustión, por medio de un combustión, lejos de las paredes,
carburador o por inyección por inyección hacia el centro de
hacia la válvula de admisión, la cámara de combustión
antes de que ésta se abra
Emisiones no tratadas de CO Altas Bajas
y HC
Emisiones no tratadas de NO, Bajas Medianas
Otros problemas — Partículas (hollín negro), olor,
ruido, más difícil de arrancar que
el motor de automóvil
Economía de combustible Buena La mejor de cualquier tipo de
motor de combustión
Costo y peso para una salida — Mayores que los de un motor
dada de potencia típico de gasolina
470 CAPÍTULO 13

motores con inyección de combustible), el cual está directamente eslabonado al acelerador


del piso. En ralentí (mariposa cerrada) entra una pequeña cantidad de aire por revolución
al motor y, con la mariposa por completo abierta entra una cantidad mucho más grande (la
relación para un motor típico entre el flujo máximo y el mínimo de aire es aproximadamente
80:1). Los motores Diesel no tienen ahogador; en ellos se pone prácticamente la misma
cantidad de aire por revolución en el motor, en ralentí y a plena potencia. En ellos se con­
trola la velocidad y la potencia del motor al hacer variar la cantidad de combustible en
cada inyección; en ralentí, usan muy poco combustible; a plena potencia, mucho más.
Excepto a plena potencia, los motores Diesel funcionan con mezcla muy pobre en for­
ma global. En el centro de la cámara de combustión, en donde se atomiza el combustible,
la combustión es rica, pero la llama es pequeña y no llega hasta las paredes enfriadas de la
propia cámara. A plena potencia, la llama es mucho más grande y, a menudo, la mezcla
global es suficientemente rica como para producir el humo negro que se ve cuando los
motores Diesel funcionan a plena potencia (por ejemplo, al arrancar desde la inmovilidad o
al subir pendientes).
Los motores Diesel también producen cierta clase de combustión en dos etapas, en la
que la mayor parte de la misma se lleva a efecto en el centro rico en combustible de la cá­
mara y, a continuación, la combustión final se realiza en la periferia pobre en combustible.
Esto conduce a emisiones más bajas de NOx, en comparación con la combustión en una
sola etapa (véase el capítulo 12).
Los motores Diesel tienen una eficiencia térmica más elevada que la de cualquier otro
tipo de planta térmica de potencia (con la posible excepción de las plantas de potencia de
ciclo combinado turbina de gas y de vapor). Se utilizan en muchos camiones, casi todos
los motores de ferrocarril, muchos barcos y algunas plantas pequeñas de generación de
energía eléctrica. En algunos automóviles también se usan motores Diesel. Éstos son más
caros, más pesados, más difíciles de arrancar, más ruidosos y despiden más olores que los
motores comparables de gasolina.

13.7.2 Motores de dos tiempos que queman gasolina


En estos motores se descargan los gases de escape y se introduce el gas de admisión
simultáneamente. Sus bujías producen una chispa en cada revolución. No tienen válvulas
mecánicas, pero en ellos se usan lumbreras, pasos y compresión del cárter para llevar el
gas de admisión hacia el cilindro. Se usan en algunas cortadoras de césped, sierras de
cadena, muchas herramientas mecánicas portátiles, algunas motocicletas y en la mayor parte
de los botes de motor fuera de borda. Son más sencillos, más baratos, más pequeños y
más ligeros para una salida dada de potencia que los motores típicos de automóviles; pero
son menos eficientes respecto al combustible y tienen emisiones mucho más altas en el
escape. En la actualidad existe un renovado interés en estos motores porque algunos in­
genieros creen que, con control por computadora e inyección de combustible, es posible
que mejoren su eficiencia respecto al combustible y las emisiones en el escape, conser­
vando al mismo tiempo su tamaño, sencillez, costo y ventaja de peso sobre los motores de
cuatro tiempos. Puede ser el motor del futuro.

13.7.3 Motores de turbina de gas


Estos motores realizan su compresión y expansión con compresores y turbinas que giran
con rapidez (por ejemplo, 20 000 rpm), en lugar de la disposición de pistón y cilindro de la
mayor parte de los motores de 1C. Sus quemadores operan en un flujo estable, en lugar de
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 471

manera intermitente, como en los otros motores de IC y utilizan grandes cantidades de aire
en exceso. Se utilizan en aviones de chorro, helicópteros, instalaciones pequeñas de gene­
ración de energía eléctrica y en unos cuantos camiones. Las turbinas tienen menos peso
para una salida dada de potencia que un motor típico de automóvil, de modo que son la
planta estándar de potencia en los helicópteros y, en forma modificada, en los aviones de
chorro. Tienen una economía satisfactoria de combustible a plena carga, pero muy mala
economía a carga parcial, y responden con lentitud a los cambios en la posición del aho­
gador. Estos inconvenientes han frustrado todos los esfuerzos para construir un motor
automotriz de turbina de gas que sea competitivo respecto al costo.

13.7.4 Otras posibilidades


Quizá la mejor solución es abandonar el motor de IC y usar alguna otra planta de potencia.
El problema es: ¿cuál otra planta de potencia? La sugerencia más común es el automóvil
impulsado por batería. Éste produce emisiones locales despreciables de contaminantes del
aire (las emisiones se tienen en la planta generadora que carga las baterías, la cual se pue­
de encontrar en una zona remota, no en el vehículo en el centro de una ciudad). Un auto­
móvil eléctrico también es más silencioso que el impulsado por IC. Por desgracia, no se
sabe cómo construir uno con una independencia y facilidad de reabastecimiento de com­
bustible que sea comparable con el motor de IC. Recuérdese que el motor de IC toma su
oxidante del aire, típicamente 14 libras de aire por libra de combustible. El automóvil de
batería lleva tanto el combustible como el oxidante con él. El peso adicional es una des­
ventaja importante para los automóviles en los que se usan las baterías tradicionales de
plomo-ácido. Otros tipos de baterías que usan aire (por ejemplo, la batería de zinc-aire)
tienen un peso menor por unidad de energía que el de la batería de plomo-ácido, pero
ningún sistema conocido de batería se acerca a la combinación de tanque de gasolina y
motor de IC en (potencia ■ tiempo)/peso. Además, un automóvil típico de gasolina se pue­
de reabastecer de combustible en un minuto; recargar las baterías es mucho más lento.
Los motores de combustión externa como las máquinas de vapor, los motores Stirling,
etc., se han propuesto con regularidad para uso automotriz. En virtud de que usan
combustores estables, no comprimen los gases de combustión y no necesitan lubricarse
ni enfriarse las paredes de la cámara de combustión, pueden operar con emisiones muy
bajas (comparables a las de los calentadores de agua y hornos domésticos). No obstante,
su peso, costo, tamaño y mala economía de combustible han impedido que compitan en
forma exitosa con los motores de IC.
Las celdas de combustible hacen reaccionar éste con oxígeno, sin quemarlo. Tienen
una eficiencia térmica más elevada que cualquier motor en el que se quema el combustible.
Hasta la fecha, sólo son prácticas con el hidrógeno como combustible, lo cual resulta sa­
tisfactorio para los viajes espaciales, pero no para los automóviles. Se están realizando
serios esfuerzos para perfeccionar una planta de potencia automotriz de celda de combus­
tible.
Las reglamentaciones de California exigen que, para 1998, el 2% de los vehículos de
motor vendidos por cualquier fabricante en Los Angeles deben ser de emisiones cero y,
para el año 2003, el 10% deben ser de este tipo. La mayor parte de los fabricantes planean
satisfacer este requisito con automóviles impulsados por baterías, con independencia su­
ficiente de conducción entre recargas para ir de un lado a otro, pero no para viajes largos.
El mundo está esperando la invención de un sustituto adecuado para el motor de IC accio­
nado por gasolina.
13.8 REDUCCIÓN DE NUESTRA DEPENDENCIA
DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR
Las emisiones totales diarias provenientes de los automóviles en una zona metropolitana
son
Emisiones diarias = vehículo- millas conducidas emisiones (13.18)
día vehículo- milla
Las partes previas de este capítulo se han referido al segundo término de la derecha. En
algún punto se vuelve más fácil y más eficaz respecto al costo trabajar sobre el primer
término. Los Ángeles, que tiene los problemas más graves de contaminación del aire rela­
cionada con los automóviles en Estados Unidos, ha forzado a los empresarios a reducir
este factor respecto a sus empleados haciendo obligatorio el uso en grupos del automóvil,
la utilización de camionetas para varios pasajeros y cualesquiera otras medidas que pue­
dan tomar. La mayor parte de la gente está perfectamente dispuesta a que otros pierdan
algo de comodidad y conveniencia al compartir los viajes y usar el transporte público (o
que caminen, usen bicicletas o patinetas). Tomar la decisión de perder la propia comodi­
dad y conveniencia es menos popular. En el futuro es posible que deba hacerse.

13.9 RESUMEN
1. Las fuentes de transporte colaboran con más de la mitad del CO y más de la tercera
parte de los HC y NOx emitidos en Estados Unidos. Aunque cualquier vehículo emite
poco, los 170 millones de ellos que existen en Estados Unidos emiten bastante en con­
junto como para causar graves problemas de contaminación del aire.
2. Casi todos los automóviles y camiones ligeros usan motores de gasolina de cuatro
tiempos. Estos producen emisiones de HC y CO al operar en ocasiones en un modo
deficiente en oxígeno, por la combustión incompleta causada por la extinción de la lla­
ma en las paredes de la cámara de combustión y por la combustión incompleta debida
a limitaciones cinéticas en el gas que se enfría. Producen NO principalmente por el me­
canismo térmico.
3. En la mayor parte de los automóviles modernos en E.U. se usan catalizadores de tres
vías con controles por computadora para cumplir con sus normas sobre emisiones y
por necesidades de economía de combustible y rendimiento.
4. La mayor parte de los automóviles de E.U. tienen cero emisiones del cárter. Sus emisio­
nes evaporativas son mucho menores que las de los automóviles de 1960, pero no cero.
5. Los requisitos futuros sobre emisiones pueden hacer que alguna otra planta de poten­
cia desafíe al motor de gasolina de cuatro tiempos. Durante los 100 años anteriores,
este motor ha salido triunfador de todos esos desafíos.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.

13.1. Muéstrese la ecuación para la A/C estequiométrica de un HC en términos de la relación ylx.


Las gasolinas reales siempre contienen algo de O, N y S, de modo que este tratamiento, en el
que se supone que sólo están presentes C y H, es una aproximación, en general una buena. De
los componentes comunes que contiene la gasolina, la relación ylx más baja es 1.0, para el
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 473

benceno, y la más alta es 2.5, para el butano. En los ejemplos 13.1-13.4, la relación y/x= 17/8
= 2.125.
13.2. En las zonas con graves problemas de CO durante los meses de invierno, toda la gasolina que
se venda debe contener por lo menos 2.7% de oxígeno, debido a que este contenido de oxígeno
reduce las emisiones de CO. Las empresas productoras de gasolina están cumpliendo con este
requisito al mezclar su gasolina común de verano con suficiente metanol (CH3OH), etanol
(C2H5OH) o éter metil-terc-butílico, MTBE (CH3OC4H9), para satisfacer el 2.7% en peso
requerido de oxígeno.
a) Si se supone que su gasolina común de verano es la equivalente de C8HI7 y que planean
cumplir con este requisito respecto al oxígeno al mezclar MTBE suficiente con esa gasoli-
na de verano, ¿qué porcentaje en peso de MTBE debe haber en la mezcla final? Supóngase
que las densidades tanto de la gasolina común como del MTBE son las mismas, alrededor
de 0.75 g/cm3.
b) ¿Cuál es la relación A/C estequiométrica (lb/lb) para esta mezcla?
13.3. ¿Cuánta gasolina se introduce en la cámara de combustión del motor de un automóvil para
cada combustión? Supóngase 2000 rpm, 60 mi/h, 25 mi/gal, motor de cuatro cilindros.
13.4. En la figura 13.11 se muestran las concentraciones medidas de diversos componentes en el gas
de escape de motores de la década de 1940. Las concentraciones se dan respecto a base seca.
Compárense los valores observados de CO con los calculados como se ilustra en el ejemplo
13.1 y la figura 13.2.
a) Después de hacer la conversión de base seca a húmeda, obsérvese que los valores medidos
de CO son muy aproximadamente X% de los calculados en el ejemplo 13.1. ¿Cuál es el
valor de X?
b) ¿Cuál es la explicación de que X no sea 100%?
13.5. En los cálculos de la temperatura del ejemplo 13.4, se ignora la entrada necesaria de energía
para vaporizar el combustible. Estímese la disminución en la temperatura de la mezcla, si la
gasolina líquida y el aire se mezclan a 68°F, con <>j = 1: supóngase que toda la gasolina se
vaporiza. En la referencia 20 se examina este problema para diversos combustibles. El calor
latente de vaporización de la gasolina, X, es aproximadamente 140 Btu/lb.
13.6. ¿Por qué la primera parte del gas en quemarse es la más caliente? Pasa por calentamiento por
combustión seguido por compresión, en tanto que la última parte en quemarse pasa por com-
presión seguida por calentamiento. El aumento de temperatura debido al calentamiento se ex-
presa por la ecuación (13.15). El debido a la compresión se expresa aproximadamente por la
ecuación de la compresión isoentrópica para un gas perfecto,

Con aplicación de estas ecuaciones, demuéstrese que el calentamiento seguido por compre-
sión y la compresión seguida por calentamiento conducen a temperaturas finales diferentes.
La transferencia de calor complica la imagen, pero la diferencia ilustrada en este problema es
la razón principal para el resultado. Los resultados experimentales muestran que esta diferen-
cia puede ser hasta de 400 K [21]. ¿Es eso plausible en términos de los cálculos de este
problema?
13.7. El calor de combustión usado en el ejemplo 13.4 se toma de tablas estándar, los cuales son
casi siempre los valores a 25°C = 298 K. En ese ejemplo, la combustión se inicia a 641 K, de
modo que se usaría el calor de combustión a esa temperatura. Estímese la magnitud del error
al utilizar el valor estándar. En todos los libros de texto de ingeniería química sobre balances
de calor y de materiales se muestra el método para calcular este cambio.
13.8. a) Muéstrese la relación entre Δucombustión y Δh combustión para reacciones en las que intervienen
sólo gases perfectos.
474 CAPÍTULO 13

• Hidrógeno
• Metano
• Monóxido de carbono
• Bióxido de carbono
• Oxígeno

Relación medida aire-combustible

FIGURA 13.11
Concentraciones medidas de hidrógeno, metano, monóxido de carbono, bióxido
de carbono y oxígeno en el gas de escape de motores automotrices en los que
se quema un combustible que era aproximadamente C8H17. (Cortesía del profesor
I). .J. Patterson [19].)

h) Para una reacción de combustión en la que el número de moles no cambia, demuéstrese que
éstos son idénticos.
c) Para ia reacción que se muestra en la ecuación (13.3). calcúlese el cambio en el número de
moles y. a continuación, la diferencia entre Δucombustión y Δhcombustión con base en los resul­
tados obtenidos en el inciso a).
13.9. a) Con aplicación de los métodos del ejemplo 13.4. estímese la temperatura del gas de escape
(equivalente a un ángulo de 90° de la manivela, después del TDC).
b) En general, las temperaturas observadas son inferiores a ésta. Son mucho más bajas en
ralentí que a plena potencia, aun cuando en esas dos condiciones se tenga muy aproxima­
damente la misma relación A/C. ¿Por qué?
EL PROBLEMA DE LOS VEHÍCULOS DE MOTOR 475

13.10. La Clean Air Act actual [15] se refiere al HC como NMOG. ¿De qué es esto probablemente
un acrónimo?
13.11. Los valores de equilibrio del NO de la figura 13.4, ¿en realidad concuerdan con los datos pre-
sentados en el capítulo 12? Allí siempre se conoció la concentración de O2 porque se dio; aquí
no se dio. ¡Si se tuviera una combustión completa, sería cero! Según lo mejor que el autor
pudo leer esa gráfica, las lecturas pareadas son las siguientes: (% molar de NO: T K) 0.493:
2640; 0.4: 2560; 0.3: 2470; 0.2: 2340. Con base en estas lecturas, estímese la concentración
de O2 que se ha supuesto en la construcción de esa gráfica. ¿Es constante? ¿Es admisible?
Para este problema, la constante de equilibrio para la ecuación (12.6) se puede representar
por Kl2.6 = 21.9 exp(-21 842/T), con T en K.
13.12. En la figura 13.4 se muestra la concentración calculada de NO elevándose hasta un pico y, a
continuación, declinando antes de nivelarse en su condición de "congelada", En la figura 12.9,
con base en los resultados de un cálculo semejante, no se muestra esa declinación desde la
concentración pico. Dése una explicación para esto.
13.13. El canister de carbón vegetal en un automóvil típico contiene de 700 a 800 g de ese carbón y
puede retener muy aproximadamente 0.3 g de HC/g de carbón vegetal.
a) Si un tanque típico de gasolina se llena con 12 galones y el vapor que se encuentra en él,
antes de ser llenado, está en equilibrio con gasolina líquida a 100°F, ¿cuánto HC estará en
el vapor desplazado? Supóngase que la gasolina tiene la misma presión de vapor dada en el
problema 10.10.
b) ¿Se debe agrandar el canister de carbón vegetal si tiene que tener capacidad para esta canti-
dad de HC? ¿En cuánto?
13.14. Supóngase que el canister típico de carbón vegetal (véase el problema 13.13) es un cilindro
con altura = 1.5 diámetro y que los trozos de carbón son esferas con diámetro de 1/8 in. La
densidad en masa del carbón vegetal es de 30 lb/ft3 y la porosidad externa ε = 0.3.
a) Estímese su relación caída de presión-gasto volumétrico. Véase cualquier libro de mecánica
de fluidos respecto a los datos sobre el flujo a través de medios porosos.
b) Estímese la caída de presión, si se usa un canister de carbón vegetal para capturar los
vapores que se desplazan al llenar un tanque de combustible, lo cual ocurre muy aproxi-
madamente a 10 gal/min.
13.15. Dése una explicación acerca de la curva con forma de domo para los NON de la figura 13.3.
Sugerencia: trácense esquemas de las gráficas de T y de la fracción molar de oxígeno en los
gases de combustión, ambas como función de Φ. A continuación, aplíquense las ideas acerca
de la formación del NO térmico del capítulo 12.
13.16. En la figura 13.4 se alcanza la temperatura pico antes del final del periodo de combustión.
Dése una explicación de por qué.
13.17. Muéstrese cómo se calcula el valor de 98% del ejemplo 13.4. Supóngase un movimiento senoidal
del pistón. Hágase un comentario sobre por qué el movimiento verdadero no es exactamente
senoidal. ¿Cuánta diferencia es probable que ese hecho produzca en este problema?
13.18. ¿Cuánto cuestan el platino, o el paladio y el rodio en un catalizador automotriz típico? Lo
normal es que hayan alrededor de 1.5 gramos de metal precioso. Los precios de los metales
preciosos fluctúan, pero en 1995 eran del orden de 400 dólares/onza troy. (Véanse las guardas
anteriores en relación con los factores de conversión.) ¿Es posible que resulte económico re-
cuperar y volver a procesar los convertidores catalíticos? ¿Se hace?
13.19. ¿Por qué los automóviles necesitan silenciadores de escape? Sugerencia: calcúlese la presión
en la cámara de combustión al principio de la carrera de escape, para las condiciones del ejem-
plo 13.4. Supóngase que todos los gases se comportan como gases perfectos con una cons-
tante C,, = 3.5 R.
13.20. Estímese la razón de enfriamiento (K/s) durante la carrera de potencia del ejemplo 13.4.
476 CAPÍTULO 13

BIBLIOGRAFÍA
1. Monaghan, M. L.: "Introduction", en C. Arcoumanis (ed.), Internal Combustion Engines, Academic
Press, London, p. 6, 1988.
2. Statistical Abstract of the United States ¡991, I lla, ed., U.S. Department of Commerce, Bureau of
the Census, Washington, DC, 1991.
3. Chambers, L. A.: "Classification and Extent of Air Pollution Problems", en A. C. Stern (ed.), Air
Pollution, Vol. I, 3a. ed., Academic Press, New York, p. H, 1976.
4. "Clean Air Amendments of 1990", PL 101-549, Sections 203, "Emission Standards for Conventional
Motor Vehicles", y 243, "Standards for Light-Duty Clean Fuel Vehicles".
5. "Supplement A to Compilation of Air Pollutant Emission Factors, Volume 11: Mobile Sources", U.S.
Environmental Protection Agency Report AP-42 Supplement A, A-2, U.S. EPA, Ann Arbor, MI,
enero de 1991.
6. Klein, M., "The Diesel Revolution", American Heritage of lnvention and Technology, Vol. 6, nú-
mero 3, pp. 16-22, 1991.
7. Arcoumanis, C, ed.: Internal Combustion Engines, Academic Press, London, 1988.
8. Taylor, C. F.: The Internal-Combustion Engine in Theory and Practice, Vol. I, rev. ed., The MIT
Press, Cambridge, MA, p. 56, 1985.
9. Campbell, 1. M.: Energy and the Atmosphere, 2a. ed., John Wiley & Sons, New York, p. 70, 1986.
10. Ramos, J. I.: Infernal Combustion Engine Modeling, Hemisphere, New York, p. 290, 1989.
11. Annand, W. J. D.: "Gasoline Engines", en C. Arcoumanis (ed.), Internal Combustion Engines,
Academic Press, London, p. 69, 1988.
12. Taylor, C. F.: op. cit, Vol. I, rev. ed., p. 512.
13. Patterson, D. J. y N. A. Henein: Emissions from Combustion Engines and Their Control, Ann Arbor
Science, Ann Arbor, MI, p. 197, 1972.
14. Patterson, D. J. y N. A. Henein: op. cit., p. 181.
15. "Clean Air Amendments of 1990", PL 101-549, Section 202(a)(6), "Control of Vehicle Refueling
Emissions".
16. Morgan, C. R. y S. S. Hetrick: "The Effects of Engine Variables and Exhaust Gas Recirculation on
Emissions, Fuel Economy and Knock—Part II", Trans. Soc. Automotive Engineers, Vol. 85, pp.
893-900, 1976.
17. Thomas, A.: "Automotive Fuels", en C. Arcoumanis (ed.), Internal Combustion Engines, Academic
Press, London, p. 228, 1988.
18. "Clean Air Amendments of 1990", PL 101-549, Section 219, "Reformulated Gasoline and Oxy-
genated Gasoline".
19. Patterson, D. J. y N. A. Henein: op. cit., p. 99.
20. Taylor, C. F.: op. cit., p. 158.
2 1 . Lavoie, G. A., J. B. Heywood y J. C. Keck: "Experimental and Theoretical Study of Nitric Oxide
Formation in Internal Combustion Engines", MIT Fluid Mechanics Laboratory, Publication No. 69-
10, Cambridge, MA, 1969.
CAPITULO

14
CONTAMINANTES
DEL AIRE Y EL CLIMA
GLOBAL

El hombre y otros seres vivientes pueden producir cambios importantes, locales y globales,
en la Tierra. Por ejemplo, hasta donde se sabe, todo el oxígeno libre que existe en la atmós­
fera fue puesto allí por las plantas a través de la ecuación:
nC0 2 + nH,0 + luz (CH20)n + n0 2 (14.1)
Todos los combustibles fósiles (carbón mineral, petróleo, gas natural) del mundo fueron
producidos por los seres vivientes. Los seres humanos han producido desiertos al apa­
centar ganado en números mayores que la precipitación pluvial normal soportaría: el gana­
do sencillamente se comió las plantas nativas. Muchos de los terrenos para cultivo del
mundo originalmente fueron bosques que nuestros remotos antepasados despejaron. Los
seres humanos han producido áreas de suelo casi estéril cerca de las plantas industriales,
en los días anteriores al control de la contaminación del aire; algunas de esas áreas, de­
vastadas por la exposición a altas concentraciones de óxidos de azufre, todavía no han
sido repobladas por las plantas, décadas después se dejó de contaminarlas. Por tanto, re­
sulta evidente el alcance de los poderes del ser humano para cambiar la superficie de la
Tierra y, quizá, para cambiar el clima regional y global.
En este capítulo se consideran tres problemas de contaminación del aire en los que el
hombre puede producir cambios a gran escala en nuestro planeta. Estos plantean un grave
reto político. Las leyes sobre contaminación del aire de Estados Unidos y de la mayor
parte de los otros países (véase el capítulo 3) se basan en la hipótesis de que la contami­
nación del aire es un asunto local. La fábrica humeante, mal oliente o potencialmente tóxi­
ca es un fastidio o un riesgo para sus vecinos, quienes pueden dirigirse al gobierno local
y pedir que se limpie o cierre esa fábrica. El gobierno local tiene que balancear los intere­
ses del público ofendido con los de los propietarios y trabajadores de la fábrica. Estos
funcionarios se encaran a los tres grupos en la siguiente elección. Si se cree en el proceso
democrático, entonces debe creerse que el problema se resolverá en forma correcta. No se
cuenta con soluciones locales para problemas globales o para los que plantean contami­
nantes como la lluvia ácida que cruzan fronteras internacionales. No se pueden celebrar
elecciones internacionales para finiquitar esos problemas. Los sistemas políticos actuales
están respondiendo con lentitud a este desafío.

477
478 CAPÍTULO 14

Además, existe inquietud por las largas duraciones de algunos de los productos quí­
micos potencialmente modificadores del clima que se emiten. Si se decide reducir las emi­
siones de ellos, la cantidad que ya se ha emitido y almacenado en la atmósfera todavía
puede causar graves problemas. Algunas partes del clima global tienen sobredesviación;
siguen cambiando en la dirección en la que lo hacían, incluso después de que se ha redu­
cido o quitado la causa del cambio. Los sistemas políticos y reguladores existentes no son
buenos para tratar con las consecuencias a largo plazo de las acciones actuales, ni existen
sistemas para tratar con la sobredesviación.

14.1 CALENTAMIENTO GLOBAL


Los seres humanos están arrojando materiales gaseosos en la atmósfera que pueden cau­
sar que la temperatura promedio de la Tierra se eleve. A esto se le conoce como calenta­
miento global o efecto de invernadero.

Ejemplo 14.1. Estímese la temperatura promedio que habría en la Tierra si no tuviera at­
mósfera.
El flujo total de energía radiante del Sol, precisamente fuera de la atmósfera terrestre,
es de 1.353 kW/m2 (429 Btu/h • ft2). El diámetro de la Tierra es de 12.75 x 106 m, de modo
que, si ésta absorbiera toda la energía solar que le llega, la entrada total de energía prove­
niente del Sol sería
Entrada total del flujo de calor del Sol = • flujo = (12.75 x 106 m)2 • 1.353

= 1.73x 1014 kW=1.64x10 14

El calor total radiado hacia el espacio exterior sería esta cantidad más la cantidad produci­
da en la Tierra por la desintegración nuclear y la fricción de las mareas con la Luna, las
cuales en conjunto son menos del 0.1% del flujo de entrada de energía solar y se pueden
ignorar con seguridad. La radiación hacia afuera (suponiendo una temperatura cero del
espacio exterior y radiación de cuerpo negro), utilizando el área superficial de la Tierra en
lugar del área proyectada, es

Salida total de flujo de calor = π D2σ T4 = π (12.75 x 106 m)2 • 5.672 x 10-11

en donde σ = constante de Stefan-Boltzmann = 5.672 x 10-11 kW/(m2 • K4). Si se igualan


estos dos flujos y se despeja T, se encuentra 278 K = 5°C = 41°F.

Esto es aproximadamente 10°C, o sea 18°F, por debajo de la temperatura superficial


promedio observada de la Tierra, la cual es de alrededor de 15°C, o sea 59°F. Por tanto, el
efecto neto de tener una atmósfera es elevar la temperatura promedio de la Tierra en más
o menos 10°C (= 18°F), arriba del valor que tendría sin esa atmósfera, si la Tierra absorbie­
ra toda la luz solar que le llega. Este efecto todavía es más impresionante cuando se con­
sidera que no se absorbe toda la radiación solar que llega. La Tierra refleja, de regreso al
espacio exterior, desde las partes superiores de las nubes, superficies heladas, océanos,
etc., de manera muy aproximada el 30% de la radiación solar que le llega. (Técnicamente,
el albedo de la Tierra es de alrededor de 0.3.) La Luna, la cual no tiene atmósfera y, por
consiguiente, no tiene nubes, agua superficial o capas de hielo, refleja poco más o menos
el 12%o de la radiación solar que le llega. (Si la absorbiera toda y nada reflejara, ¡se vería
como un círculo totalmente negro contra el cielo lleno de estrellas! Si reflejara el mismo
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 479

porcentaje que la Tierra, sería 2.5 veces más brillante que ésta.) Si la atmósfera permitiera
entrar la misma cantidad de luz solar que la cantidad que en realidad deja entrar, pero no
impidiera el flujo hacia afuera de calor radiante, entonces se debería multiplicar la radia­
ción solar que llega, mencionada en el ejemplo 14.1, por 0.7, para encontrar una tempera­
tura superficial promedio de 254 K, -19°C = ~2°F y un mundo congelado.
El hecho de que la temperatura promedio observada del mundo sea superior al valor
que se da en el ejemplo 14.1 demuestra que la atmósfera debe bloquear una proporción
más elevada de la radiación saliente que como lo hace para la radiación que llega.

Ejemplo 14.2. ¿Qué fracción de la radiación saliente de la Tierra es bloqueada por la at­
mósfera?
Como se acaba de analizar, se supone que se refleja el 30% de la radiación solar que
llega y se usa una temperatura superficial promedio del planeta como un todo de poco más
o menos 15°C = 59°F = 288.15 K. Entonces si se hace igual aproximadamente la entrante
con la saliente y se despeja la fracción emitida, se tiene

0.7(entrada solar total)


Fracción emitida ≈

= 0.606
Se ve que, para que la temperatura de la Tierra sea en promedio alrededor de 15°C =
59°F, la transmisión atmosférica hacia afuera de energía radiante debe ser (0.606/0.7), o sea
86% de la transmisión hacia adentro de la energía solar. También se ve que, si algo cambia
esta relación, entonces la Tierra equilibrará estos flujos de energía al cambiar la temperatu­
ra superficial promedio. La posibilidad de que el hombre pueda hacer una o más cosas
para cambiar esa relación es la causa de la inquietud acerca del calentamiento global.
Las nubes bloquean la radiación, tanto de entrada como de salida. (Los días nubosos
son fríos y las noches nubosas son cálidas en relación con los días y las noches despeja­
das de la misma estación.) Son más o menos iguales en su resistencia para la radiación
entrante como para la saliente. Lo mismo no se cumple para el aire claro, el cual contiene
C0 2 , H 2 0, CH4 y algunos otros gases que pueden absorber energía radiante. Si las longi­
tudes de onda de las energías radiantes entrante y saliente fueran las mismas, entonces
estos gases bloquearían cantidades iguales en ambas direcciones. Pero las longitudes de
onda son bastante diferentes.
En la figura 14.1 se ilustran las propiedades absorbentes de la atmósfera clara (sin
nubes, polvo, pájaros, insectos) y algunas propiedades de la radiación solar entrante y de
la radiación térmica saliente de la Tierra. En la parte superior de esta figura se muestra la
contribución a las propiedades absorbentes de la atmósfera por parte del CH4, N 2 0, 02 y
0 3 , C0 2 y H 2 0. La sección rotulada como "Atmósfera" es la suma de las cinco secciones
que están arriba de ella. Como una ilustración sencilla de esta parte de la figura, si se traza­
ra sobre esta sección la curva de absorción para una lámina de vidrio de color azul, que
sólo permite que la luz azul pase a través de él, el vidrio presentaría una absortividad de 1
para todas las longitudes de onda, excepto para la de la luz azul (≈ 0.5 μ), y una "ventana"
de baja absortividad para esa longitud de onda. Si se aplica la misma lógica a la figura 14.1,
se ve que el 02 y 03 bloquean toda la luz con longitudes de onda menores de poco más o
menos que 0.28 μ, y que el CO2 bloquea toda la luz con longitudes de onda mayores que
480 CAPÍTULO 14

aproximadamente 15 μ. El espectro combinado de absorción para la atmósfera completa es


en gran parte transparente en el rango de longitudes de onda de 0.3 μ a 0.7 μ y tiene varias
"ventanas" en otras longitudes de onda, de las cuales la más importante es la ventana en
dos partes entre más o menos 8 μ y 12 μ.
La interacción de un fotón con una molécula de gas es bastante diferente de la que
existe con una gotita de una nube o con una partícula fina (lo que se analiza más adelante).
Una molécula de gas absorberá un fotón de luz, si esa molécula puede realizar un reacomodo
interno que requiera la misma cantidad de energía que la llevada por el fotón. Se puede
concebir esto como un fenómeno de "sintonización" o de "resonancia". (El receptor de
radio del lector sólo responde a la frecuencia discreta a la cual se sintoniza.) Para longitu­
des de onda más cortas que más o menos 0.28 μ, las transiciones internas comprenden
desplazamientos de los electrones en sus orbitales alrededor de los núcleos de uno o más
de los átomos que forman la molécula, pero ningún cambio en la relación de uno de los
átomos respecto a otro dentro de la misma molécula. Para las longitudes de onda más lar­
gas que alrededor de 1 μ, los cambios no son dentro de los átomos por separado, sino son
aquellos asociados con las vibraciones de los diversos átomos de la molécula, en relación
uno con los otros. En la ventana de 0.28 a 1 μ, los fotones tienen demasiada poca energía
como para causar desplazamientos de los orbitales electrónicos, así como demasiada ener­
gía como para sintonizarse con las vibraciones intramoleculares (para las moléculas en el
aire). Los picos de absorción del H 2 0 que se muestran en la figura 14.1 son causados por
los diversos modos de vibración intramolecular de la molécula de agua (tres vibraciones
fundamentales, más armónicas).
La parte inferior de la figura muestra la distribución de la energía en la luz del Sol y en
la radiación infrarroja de la Tierra. Éstos son valores ideales para radiadores de cuerpo
negro de 6000 y 288 K, que corresponden muy aproximadamente a las temperaturas super­
ficiales promedio del Sol y de la Tierra. Los espectros reales son más complejos, pero es­
tos espectros simplificados están muy cercanos a los correctos. La cantidad situada en la
gráfica es la fracción de la energía total emitida por micra de longitud de onda, la cual tiene
un máximo más alto (140% por micra) para el Sol que para la Tierra (7% por miera), debido a
que el espectro de aquél es más angosto. (Obsérvese la escala logarítmica para las longi­
tudes de onda.)
Esta sección inferior muestra que la energía radiante se distribuye sobre un rango de
longitudes de onda, el cual es más angosto para los cuerpos más calientes. La ley de Wein
para la radiación del cuerno negro es
Longitud de onda 2.987 x 103 μm•K
de emisión máxima (14.2)
T
la cual hace ver que, para la temperatura de la superficie del Sol, alrededor de 6000 K, la
intensidad pico se encuentra en 0.50 μ, lo que corresponde a la luz visible. Para la tempera­
tura de la superficie de la Tierra de alrededor de 288 K, la intensidad pico está en 10.3 μ, lo
cual se encuentra en la región del infrarrojo, no visible al ojo humano. (El ser humano no
ve el brillo de la Tierra en la oscuridad, pero si tuviera ojos sensibles al infrarrojo lo vería.)
La energía del Sol llega a la Tierra en su mayor parte como luz visible; la Tierra envía ener­
gía hacia afuera en su mayor parte como radiación infrarroja.
Si se comparan las partes inferior y superior del diagrama, se ve que la luz solar llega a
la superficie prácticamente sin estorbos, excepto por las zonas nubosas, en tanto que la
radiación pico de la Tierra está cercana a la ventana de 8 a 12 μ, que no es tan amplia ni tan
por completo abierta como la ventana para la energía solar. Ésta es la razón principal para
que la atmósfera sea menos transparente para la energía infrarroja saliente que como es
para la energía solar entrante.
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 481

CH4

N20

0 2 y O3

CO2

H20

Atmósfera

Sol, 6000 K

Tierra, 288 K

Longitud de onda, μm

FIGURA 14.1
Propiedades absorbentes de la atmósfera como función de la longitud de onda, y espectros
aproximados de emisión (véase el problema 14.1) del Sol y de la Tierra. Las propiedades absorbentes
se tomaron de Oke [1]. En cualquier longitud de onda, las propiedades absorbentes son las mismas
para la radiación entrante y la saliente.

La figura 14.1 se construyó para las concentraciones actuales en la atmósfera de los


gases que se muestran. En ella se ve que el C0 2 , CH4, N 2 0 y H 2 0 tienen alguna absorción
en la ventana de 8 a 12 μ. (Lo mismo se cumple para los clorofluorocarbonos, o CFC, que
no se muestran en esta figura pero que se analizan más adelante en este capítulo.) Si se
fuera a incrementar la concentración de cualquiera de estos gases, o de todos, en la at­
mósfera, la ventana de 8 a 12 μ de la figura 14.1 se haría menos transparente, haciendo
que, de este modo, declinara la relación de la atmósfera de la transparencia a la radiación
482 CAPÍTULO 14

saliente a la entrante. A su vez, se elevaría la temperatura promedio de la Tierra, produ­


ciéndose de esta manera el conocido como efecto de invernadero. (Técnicamente, éste es
un mal nombre; los invernaderos funcionan principalmente al interrumpir la circulación del
viento y del aire, al mismo tiempo que dejan entrar la luz del Sol [2], Sin embargo, este
nombre es de uso común y se utilizará en este libro. El grupo que consta de CO2, CH4,
N 2 0 y CFC recibe el nombre colectivo de gases de invernadero.)
En apariencia, las actividades humanas están incrementando las concentraciones de
los gases de invernadero en la atmósfera. De estos gases, el contribuyente más fuerte en
la reducción de la transparencia de la ventana de 8 a 12 μ es el vapor del agua. Sin embar­
go, los seres humanos no influyen de manera directa en su concentración en la atmósfera
y, normalmente, no forman parte del análisis del efecto de invernadero. (El hombre sí influ­
ye de modo indirecto, porque si lo que hace eleva la temperatura promedio del mundo,
aumentará el contenido promedio de humedad de la atmósfera. Por tanto, el contenido de
vapor de agua de la atmósfera suministra una retroalimentación positiva de lo que el hom­
bre hace. Sin embargo, si aumenta el contenido promedio de agua, también aumentará la
nubosidad. Se reflejará más de la luz solar entrante, dando lugar de esta manera a una
retroalimentación negativa, y la magnitud de la cubierta de nieve y hielo disminuirá, dando
lugar a una retroalimentación positiva. A la fecha, no se pueden predecir de manera confia­
ble las intensidades relativas de estos efectos de retroalimentación positiva y negativa.)
En la figura 14.2 se ilustran las contribuciones relativas calculadas de los diversos
gases de invernadero a la reducción de la transparencia de la atmósfera en la ventana de 8
a 12 μ, para el período de 1980 a 1990 [3]. Se ve que el C0 2 contribuyó con más de la mitad,
seguido por los CFC, el metano y el N 2 0.
Si el efecto de invernadero hace que la temperatura media de la Tierra se eleve, inclu­
so ligeramente, se tendrán por resultado cambios climáticos. La forma que tomarán estos
cambios es desconocida. El modelado a gran escala por computadora de la atmósfera su­
giere lo que sucederá, pero los cálculos se consideran todavía un tanto especulativos. Si
la elevación de la temperatura fundiera el casquete de hielo de la Antártida, el nivel del mar
en el mundo subiría varios cientos de pies, inundando la mayor parte de las ciudades
costeras y las áreas agrícolas del mismo. Aumentos en la temperatura mucho menores que
los necesarios para fundir los casquetes de hielo harían que los desiertos y las zonas tem-

Metano, 15%

Óxido nitroso, 6%

Otros CFC, 7%
C0 2 , 55%

CFC 11 y 12, 17%

FIGURA 14.2
Contribución de los gases de invernadero causados por el hombre al cambio en la
transparencia de la ventana de 8 a 12 μ de la atmósfera, durante el periodo
1980-1990. ris posible que el ozono troposférico también desempeñe un papel
pero su magnitud es incierta [3].
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 483

piadas se extendieran más lejos del ecuador. Las zonas agrícolas que en la actualidad son
fuertemente productivas se volverían más secas y calientes, mientras que las regiones
subárticas se volverían más cálidas y más húmedas. En las referencias 3-5 se dan buenos
análisis actuales.
Las mejores estimaciones actuales son de que, para una proyección "práctica como
de costumbre" de las emisiones futuras de todos los gases de invernadero, la temperatura
media global para el siglo siguiente se incrementará entre 0.2° y 0.5°C (la mejor estimación
es de 0.3°C) por década [3]. Este cambio en la temperatura global es más rápido que cual­
quier otro de los que han ocurrido en los pasados 10 000 años (desde el final de la última
edad del hielo, el cual, en apariencia, fue bastante repentino en comparación con la veloci­
dad de otros fenómenos geológicos). La proyección correspondiente del nivel mundial del
mar es de una elevación de 3 a 10 cm/década (la mejor estimación es de 6 cm/década) du­
rante el mismo periodo.
El problema del invernadero tiene una grave sobredesviación. Los océanos tienen va­
rios cientos de veces la capacidad de almacenamiento de calor de la atmósfera. Un calenta­
miento de invernadero eleva la temperatura de la atmósfera; al principio, los océanos más
fríos extraerán el calor, haciendo más lenta la velocidad de aumento de la temperatura at­
mosférica. No obstante, a medida que las capas superficiales del océano se vuelvan más
cálidas, declinará el efecto de enfriamiento, produciéndose de este modo una sobredes­
viación de la temperatura en la atmósfera. Es probable que esta sobredesviación tenga una
escala en el tiempo de varios cientos de años con los índices actuales de emisiones [3].
Por tanto, si se tomaran medidas que garantizaran que la composición de la atmósfera per­
maneciera en su estado actual, todavía se tendría un incremento significativo en la tem­
peratura atmosférica en las próximas décadas debido a esta sobredesviación.

14.1.1 Bióxido de carbono


El bióxido de carbono (C0 2 ) es un gas incoloro y sin sabor que proporciona la "car-
bonatación" de las bebidas gaseosas y de los vinos espumosos. Ha formado parte de la
atmósfera de la Tierra desde que ésta ha tenido una atmósfera. La concentración actual de
bióxido de carbono en la atmósfera del mundo es aproximadamente de 350 ppm. A esa
concentración, no se ha sabido de efectos perjudiciales para los seres humanos y es total­
mente necesario para la fotosíntesis, ecuación (14.1). El organismo humano lo produce con­
forme utiliza los alimentos; sale del organismo en el aire que se exhala.
En la figura 14.3 se ilustra que el contenido de C0 2 de la atmósfera mundial ha aumen­
tado desde más o menos 280 ppm, de las épocas preindustriales, hasta las actuales 350
ppm, y se encuentra aumentando a alrededor de 1.8 ppm/año. El valor varía un tanto de
lugar a lugar y de verano a invierno; en la figura 14.3 se muestra el valor lejos de las zonas
pobladas. Las causas de este aumento paulatino (y paulatinamente creciente) son el índice
paulatinamente creciente de combustión del carbón mineral, del petróleo y del gas natural
(con emisión paulatinamente creciente de C0 2 hacia la atmósfera), así como la desforestación
de las zonas tropicales, lo cual convierte el carbono orgánico de la cubierta de bosque en
C0 2 , al quemarla o por descomposición bacteriana.
En la figura 14.4 se muestran los flujos anuales estimados de carbono (en la forma de
C0 2 ) que van hacia la atmósfera y salen de ella. La que se debe a la quema de combusti­
bles sólo es de alrededor del 2.5% del total, la que se debe a la desforestación más o me­
nos el 1%. Pero los otros se encuentran aparentemente balanceados, de modo que el in­
cremento neto en la atmósfera es del orden del 1.5% del flujo total de C0 2 hacia ella. La
¡ncertidumbre que se tiene en las estimaciones de los otros flujos importantes probable-
484 CAPÍTULO 14

FIGURA 14.3
Historia reciente del contenido de CO, de la atmósfera global, con base en mediciones tomadas en
la cumbre del volcán Mauna Kea (13 796 ft) en Hawai, lejos de cualquier fuente importante de
emisiones de CO, causadas por el ser humano.

mente es mayor que la magnitud de los dos flujos atribuibles a las actividades humanas.
No obstante, en apariencia estos dos flujos son la causa del incremento del CO, en la
atmósfera global mostrado en la figura 14.3.
En una escala de tiempo geológico, esos cambios en el contenido de CO, atmosférico
no tienen importancia. Durante el tiempo geológico, el contenido de CO, de la atmósfera
ha cambiado y volverá a cambiar. Hasta cierto punto, el contenido de CO, de la atmós­
fera sirve como un regulador global de la temperatura; cuando el contenido dé CO, se
eleva, se ponen en movimiento fuerzas geológicas que lo hacen reducir [6]. Pero en una
escala de tiempo humano, esto podría ser un desastre. Los remotos antepasados de la
humanidad se adaptaron a las últimas edades del hielo pero, desde entonces, el hombre
nunca ha tenido que enfrentarse a cambios climáticos tan rápidos como los que se predice
van a ocurrir como resultado del efecto de invernadero.
Si, como parece probable, las emisiones incrementadas de CO, constituyen la causa
única más grande del calentamiento global, entonces la única posibilidad de control con la
que se cuenta es reducir esas emisiones o, por lo menos, reducir la velocidad de aumento
de esas emisiones. Eso parece difícil. Las emisiones globales anuales de CO, por quemar
combustible son

Emisión global uso de emisiones de CO,


de CO, por quemar población combustible por unidad de uso
global (14.3)
combustible per cápita , de combustible

El primer término, la población global, está creciendo alrededor de 1.5% por año (la pobla­
ción se duplica cada 47 años) y esa tasa de crecimiento muestra pocas señales de dismi­
nución. El segundo término es intensamente variable de país a país. En Estados Unidos es
el más alto (en donde, por tradición, el combustible ha sido barato); el siguiente más alto
se encuentra en Europa y Japón, en donde los niveles de vida son comparables al de Es­
tados Unidos, pero los gobiernos los han gravado con toda intención para mantener el
precio relativamente elevado con el fin de alentar la economía de combustible, y el más
bajo se encuentra en los países del Tercer Mundo, los cuales tienen niveles materiales de
vida más bajos que los existentes en los países antes mencionados.
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 485

Incremento anual
en la atmósfera

Desforestación
Fotosíntesis 2

Respiración del suelo


Respiración de las plantas
Combustibles de las plantas 50 Difusión
fósiles 50 fisicoquímica
5 100 Difusión
fisicoquímica

100

Tamaño del depósito


(109 toneladas métricas)
Vegetación del mundo 560 104
Suelos del mundo 1500
Atmósfera 735
Océanos 36 000
Reservas de combustibles
fósiles 5000 a 10 000

FIGURA 14.4
Flujos globales estimados de carbono (en el CO2) hacia la atmósfera y desde ella, en 109 toneladas
métricas/año. Los tamaños de los depósitos se muestran en el cuadro a la izquierda. Ilustración
realizada por Tilomas C. Moore en "Global Climatic Change", escrito por Richard A. Houghton
y George M. Woodwell, (01989 por Scientific American, Inc. Todos los derechos reservados.

Esas partes de la población humana que no tienen un nivel de vida como el de Esta­
dos Unidos, Europa o Japón, en general les gustaría tenerlo. Si se alcanzara esa meta, en­
tonces su consumo per cápita de combustible se volvería semejante al de estos países y
ese consumo promedio a nivel mundial crecería mucho. El hombre usa energía/combusti­
ble para alimentarse, para cocinar, para alumbrarse, para calentarse, para su transporte, para
procesos industriales, para acondicionar el aire y para comunicaciones. Los otros usos
son de menor importancia.
Durante toda la historia humana e incluso en muchos de los países más pobres de la
actualidad, los usos principales de la energía han sido como alimento, como combustible
para cocinar, para proporcionar alumbrado y para calentar espacios. Es posible que el lec­
tor no conciba el alimento y el combustible como intercambiables, pero nuestros antepasa­
dos lo hicieron; a menudo usaron los mismos aceites para cocinar y para las lámparas. El
único uso industrial importante del combustible, antes de aproximadamente el año 4000
A.C, fue para hornear alfarería y ladrillos. Los únicos combustibles se obtenían de las plantas,
principalmente de la madera. Con la invención de la metalurgia del cobre y del bronce y,
posteriormente, la del hierro, también se empezó a usar el combustible para ese tipo de
industria, pero ése no era un uso importante en comparación con los de cocinar, calentarse
v alumbrarse.
486 CAPÍTULO 14

Aun cuando en la antigüedad los seres humanos utilizaron el viento (energía solar)
para mover botes e impulsar molinos de viento, así como la potencia muscular de otros
animales para el transporte y para suministrar potencia industrial (el caballo doméstico, el
buey, el camello, el carabao y la llama son medios para convertir los materiales de las plan­
tas en potencia mecánica), el primer uso de los combustibles fósiles para impulsar máqui­
nas fue en 1776, con la primera máquina de vapor para fines generales de Watt. El primer
uso para el transporte fue en 1825, cuando Trethivic puso una pequeña máquina de vapor
de alta velocidad sobre un pequeño vagón de ferrocarril, el cual era tirado por un caballo.
El resultado fue la revolución completa en la capacidad del ser humano para producir co­
sas y moverse en todas direcciones. En el período de la domesticación del caballo, de más
o menos 2000 A.C. hasta 1825 D.C, lo más rápido que podían viajar los seres humanos era
a la velocidad de uno de esos animales, a alrededor de 30 millas por hora en un recorrido
de una milla, a alrededor de 3-4 millas por hora si el viaje duraba todo el día. De 1825 hasta
1900, esa velocidad se incrementó hasta 100 millas por hora en todo el día, en trenes rápi­
dos. En el periodo de 1900 a 1990, ese incremento llegó hasta 18 000 millas por hora, para
ios astronautas, y hasta 600 millas por hora en los aviones comerciales. El cambio en la
movilidad personal causada por el automóvil ha sido todavía más espectacular. Ahora nos
preocupamos poco en viajar 300 millas para una salida de fin de semana; tardamos de 5 a 6
horas en cada viaje de ida y vuelta. Nuestros abuelos hubieran necesitado de 8 a 10 días
para cada uno de esos viajes.
El hombre empezó primero a realizar esfuerzos coherentes para almacenar alimentos en
refrigeración alrededor de 1860, y el esfuerzo se hizo en gran escala por el año de 1920.
Como resultado, tenemos una dieta mucho más variada, sabrosa, sana y bacteriológicamente
segura que la tenida por nuestros abuelos. El acondicionamiento de aire apareció primero
por 1900. Se pudo disponer de él a gran escala por 1950. Desde entonces, la gente en
Estados Unidos ha consumido enormes cantidades de combustible para enfriar sus hoga­
res, automóviles y oficinas en el verano. Se tuvo por primera vez un uso significativo de
las secadoras domésticas de ropa por 1950. Todos estos aparatos han hecho la vida mu­
cho más cómoda y han incrementado el uso de los combustibles fósiles.
Para comparar los usos de la energía, se necesita una unidad estándar adecuada de
la misma. La unidad más intuitiva es la admisión mínima de energía, como alimento, que
un hombre normal necesita, alrededor de 4 millones de Btu por año (≈ 2750 kcal/día; en
los libros sobre dietas, la "caloría" es la kcal), es decir, la cantidad mínima de energía como
combustible —alimento— que un ser humano "estándar" necesita para vivir durante un
año. Usándola, se puede construir la tabla 14.1.
En Estados Unidos, cada individuo usa un total de más o menos 79 veces el combus­
tible mínimo que necesita para alimentarse. Alrededor de la cuarta parte de esa cantidad va
hacia el transporte (automóviles, camiones, trenes, aviones, barcos), una octava parte para
calentar casas, casi una cuarta parte para toda la industria y más o menos la tercera parte
para electricidad. De esa electricidad, dos terceras partes se van hacia el alumbrado, cale­
facción y acondicionamiento del aire, y el resto es para usos industriales.
Si se hubiera hecho una tabla semejante para la persona promedio de Estados Unidos
en 1850, o para la persona promedio del Tercer Mundo actual, se habría visto que utilizaba,
o quizá utiliza, de tres a cinco veces la energía que necesitaban como alimento, en su ma­
yor parte como forraje para sus animales y como leños en el hogar para cocinar y calentar
sus casas. La gente actual de E.U. usa probablemente de 15 a 30 veces más combustible
por persona que el utilizado por la de 1850 y vive una vida físicamente mucho más cómo­
da. Si toda la gente del mundo va a vivir como lo está haciendo la de E.U., entonces el
consumo mundial de combustible crecerá en forma desmedida.
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 487

TABLA 14.1
Uso promedio anual de combustible
per cápita en E.U., 1988

Alimentos 1
Transporte 22
Calefacción de espacios residenciales
y comerciales 10
Industria 18
Electricidad 28
(64% residencial y comercial,
36% industrial)
Total 79

Nota: En este caso, 1 = energía básica de los alimen­


tos necesaria para un ser humano = alrededor de 4
millones de BTu/año.
Fuente: Referencia 7.

El tercer término de la ecuación (14.3) depende de la relación hidrógeno/carbono del


combustible quemado. Para cantidades iguales de energía liberada, los índices relativos de
liberación de C0 2 son aproximadamente, para el carbón mineral, 2; para el combustóleo, 1,
y, para el gas natural, 0.7. El cambio de carbón a combustóleo o de carbón a gas natural
disminuye el índice de emisiones de C0 2 . Las reservas a largo plazo de carbón mineral son
mucho mayores que las de petróleo o gas natural. Es posible capturar el CO2 del gas de
escape de la combustión e impedir su liberación, pero sólo con el uso de productos quími­
cos como el CaO, cuya producción conduce a la liberación de más C0 2 . A escala geológica,
el proceso para extraer el C0 2 de la atmósfera es
CO2 + Ca2+ + 20H- CaCO3 + H20 (14.4)
el cual ocurre en todos los océanos del mundo, con lo que se deposita CaCO3, sólido (pie­
dra caliza, calcita o algunas otras variantes) en el fondo de los mismos. Se ha propuesto
dispersar el CO, proveniente de las grandes plantas generadoras de electricidad hacia los
océanos profundos para acelerar esta reacción. Hasta ahora, esa idea no ha avanzado más
allá del estudio con papel y lápiz. No se conocen los efectos que tendría en los océanos.
Los únicos métodos que se conocen en la actualidad para hacer más lenta o detener
la acumulación de CO, en la atmósfera son reducir el uso de los combustibles fósiles (gas,
combustóleo, carbón mineral, turba, lignito) y detener la desforestación de los bosques
tropicales. Las energías solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y nuclear no liberan C0 2 .
Los activistas en la protección del ambiente sugieren que se cambie hacia las energías
solar y eólica, como una de las maneras para limitar las emisiones de CO,. Otros piensan
que se debe pasar hacia la energía nuclear con el fin de resolver el problema de las emisio­
nes de CO,. Si se decide que el problema del calentamiento global es tan grave como algu­
nos creen, entonces estas dos sugerencias tendrán que tomarse con mucha seriedad. (En
la actualidad, en lugar de reducir el índice de consumo de los combustibles fósiles, la raza
humana lo está haciendo crecer; la meta a corto plazo no es reducir el índice de consumo
de los combustibles fósiles, !sino reducir el índice de incremento en el consumo de esos
combustibles!)
La desforestación de los bosques tropicales es impulsada por el crecimiento de la po­
blación en los países que tienen esos bosques. La gente sin tierras para cultivar las busca
talando el bosque. A medida que la población crece, también crece la demanda por nuevas
488 CAPÍTULO 14

tierras agrícolas y de pastos. La única manera de detener esta presión sobre los bosques
restantes es detener o hacer más lento el crecimiento de la población en esos países.

14.1.2 Otros gases de invernadero, aerosoles


En la figura 14.2 se muestra que, en apariencia, los CFC son los siguientes en el efecto de
invernadero, después del C0 2 . Estos productos se analizan en la sección 14.2. El siguiente
en importancia es el metano, el componente principal del gas natural, que se forma en mu­
chos procesos biológicos anaeróbicos. Es el componente principal del "gas de los panta­
nos", se produce por la descomposición bacteriana de la materia que contiene madera y es
un componente importante de los gases de desecho por los terraplenes y las plantas de
tratamiento de aguas negras.
En la figura 14.5 se muestra que, aun cuando la concentración de metano sólo es el
0.5% de la concentración de C0 2 , esa concentración está creciendo con rapidez. Una mo­
lécula de metano es muy aproximadamente un absorbedor de los rayos infrarrojos 20 ve­
ces más fuerte que una molécula de CO2 (en la ventana de 8 a 12 μ), de modo que, incluso
con esta baja concentración, el metano puede desempeñar un papel significativo. Las emi­
siones principales de metano atribuibles a las actividades humanas son la combustión in­
completa (es el hidrocarburo más destacado en los gases de escape de los automóviles) y
las actividades agrícolas (arrozales y la cría de ganado). También es emitido en la explota­
ción minera del carbón y en la producción y distribución del gas natural.
El gas importante de invernadero que queda es el óxido nitroso, N 2 0, que a menudo
usan los dentistas como un anestésico ("gas hilarante"). Se cree que no tiene algún efecto
perjudicial como contaminante del aire, excepto en su papel como gas de invernadero. Una
molécula de N 2 0 es aproximadamente 200 veces más eficaz que una de C0 2 en reducir la
transmisión en la ventana de 8 a 12 μ. Las fuentes y los sumideros para el N 2 0 no se co­
nocen tan bien como los de los demás gases de invernadero. No se conocen las fuentes
humanas importantes. Existe cierta inquietud acerca de que las tecnologías de control de
los NOx, que reducen el NO con NH3 y sus parientes químicos cercanos, pueden produ­
cir cantidades significativas de N 2 0.
En la tabla 14.2, basada en datos tomados de la referencia 3, se resume la información
actual sobre los gases de invernadero.

FIGURA 14.5
Historia reciente del contenido de metano de la atmósfera global.
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 489

TABLA 14.2
Gases de invernadero

Eficacia como
gas de
Indice anual invernadero,
Nombre Fórmula Concentración de crecimiento por molécula,
en la atmósfera de la con relación
mundial, 1990 concentración al C 0 2

Bióxido
de carbono CO2 350 ppm 0.5% 1
Metano CH4 1.7 ppm 0.9% 20
CFC-11 CCl3F 0.28 ppmm 4% 12 000
CFC-12 CC12F2 0.48 ppmm 4% 16 000
Óxido nitroso N20 0.31 ppmm 0.25% 200
Fuente: Referencia 3.

También se puede alterar la temperatura promedio de la Tierra por un aumento en el


contenido de partículas finas de la atmósfera. Probablemente, esto es menos amenazador
que el problema de los gases de invernadero, en virtud del corto tiempo que permanecen
las partículas finas en la atmósfera, en comparación con el tiempo mucho mayor que per­
manecen el bióxido de carbono y otros gases de invernadero. Sin embargo, los efectos de
estas partículas pueden ser significativos, como se analiza en la referencia 8. Para que las
partículas atmosféricas tengan efectos que duren más de unos cuantos días, deben inyec­
tarse en la estratosfera (por arriba de más o menos 36 000 ft) porque, como se analiza en el
capítulo 5, existe poco mezclado entre la estratosfera y la troposfera, de modo que las par­
tículas que se encuentran en la estratosfera tienen duraciones que se miden en años. En la
troposfera (debajo de aquélla), se tiene un mezclado atmosférico bastante bueno y las par­
tículas se extraen en días o semanas. Unas cuantas actividades humanas colocan muchas
partículas en la estratosfera.
Esas partículas pueden ser inyectadas en la estratosfera, en grandes cantidades, por
las erupciones volcánicas importantes. Allí causan una disminución de la temperatura glo­
bal, en general durante sólo un año o dos después de la erupción [9], Disminuyen la tem­
peratura global porque su tamaño suele estar cercano al de la longitud de onda de la luz
(0.3 a 0.6 μ) y, por consiguiente, son eficaces para dispersar la luz y reducir la cantidad de
luz solar entrante. Empero, estas partículas son mucho más pequeñas que la longitud
de onda de la radiación infrarroja saliente y, por lo tanto, menos eficaces para dispersarla.
Se cree con amplitud, pero no de manera generalizada, que una de las causas de la extin­
ción de los dinosaurios fue la inyección de una gran masa de esas partículas en la atmós­
fera por la colisión de un meteorito con la Tierra, la cual causó un severo y prolongado
periodo frío [10, 11]. También se cree con amplitud, pero no de manera generalizada, que
una importante guerra nuclear causaría un "invierno nuclear", al colocar grandes cantida­
des de partículas en la atmósfera superior [12],

14.2 AGOTAMIENTO DEL OZONO ESTRATOSFÉRICO


Y LOS CLOROFLUOROCARBONOS
El segundo problema global se refiere a la posible destrucción de la capa estratosférica de
ozono. Al nivel del suelo, el ozono, 0 3 , es un fuerte irritante de los ojos y respiratorio, así
490 CAPÍTULO 14

como un componente importante del esmog fotoquímico (véase la figura 1.2). También es
posible que actúe como un gas de invernadero. En la estratosfera, de 10 a 20 km arriba de
la superficie de la Tierra, existe una capa de aire de baja densidad que contiene de 300 a
500 ppmm de ozono. En la figura 14.1 se muestran los efectos combinados del O2 y el 0 3 ;
en el rango de longitudes de onda por debajo de 0.28 μ, el efecto se debe principalmente al
ozono. Ese ozono impide que los componentes de la luz solar con longitudes de onda
menores de 0.28 μ, aproximadamente, lleguen a la superficie de la Tierra. El ozono es el
único componente de la atmósfera que absorbe de manera significativa en esa longitud de
onda (el lejano ultravioleta). En la figura 14.1 también se muestra que la intensidad solar
calculada está significativamente hacia abajo, hasta alrededor de 0.2 μ. (El verdadero es­
pectro solar es más complejo que el sencillo flujo por radiación del cuerpo negro que se
muestra aquí.) Si se quitara esa capa de ozono, es de esperar que grandes cantidades de
luz ultravioleta, en el rango de longitudes de onda de 0.2 a 0.28 μ, lleguen a la superficie
de la Tierra.
La energía de un fotón de luz es proporcional a (1 /longitud de onda), de modo que los
fotones de longitud de onda más corta son más químicamente activos que los de longitud
de onda más larga. Si fotones de alta energía llegan a la superficie de la Tierra, causarán
reacciones químicas en las superficies con las que entren en contacto, incluyendo la piel
humana; es de esperar que causen el crecimiento de las tasas de cáncer de piel en el hom­
bre. La gente se puede poner sombreros contra el Sol y pantallas solares, pero las plantas
y los animales no pueden. (Las pantallas solares contienen productos químicos que son
en gran parte opacos a la luz ultravioleta; convierten la luz ultravioleta, químicamente acti­
va, en calor, químicamente inactivo.) No se ve claro cómo responderían las plantas y los
animales a la aparición de esta radiación de longitud de onda más corta (más químicamente
activa). De este modo, el ozono es un contaminante dañino al nivel del suelo, pero es un
benéfico escudo contra los rayos ultravioleta, en la estratosfera.
La destrucción de la capa de ozono es una cuestión técnica compleja que ha produci­
do una cuantiosa literatura [13]. Esa destrucción es causada en su mayor parte por átomos
de cloro elemental; en apariencia, el mecanismo comprende dos reacciones:
Cl + O2 ClO + O2 (14.5)
ClO + O2 Cl + 20 2 (14.6)
Otras reacciones se realizan en la estratosfera que modifican y compiten con estas dos,
pero si se ignoran las otras reacciones, se suman las dos antes dadas y se cancelan los
términos semejantes, se ve que la reacción global es
20 3 30 2 (14.7)
sin consumo neto de átomos de cloro. Por tanto, un solo átomo de CI puede convertir
muchas moléculas de ozono en moléculas de oxígeno común. Se ven estimaciones de 104 a
106 moléculas de O3 destruidas por un solo átomo de Cl. (Este mecanismo a menudo se
menciona como una reacción catalítica del ozono, porque el átomo de cloro actúa como un
catalizador no consumido por la reacción.)
La mayor parte del cloro en el mundo se encuentra en la forma de NaCl (sal de mesa)
químicamente estable, disuelto en los océanos o en los depósitos subterráneos de sal for­
mados por la evaporación de océanos de la antigüedad. El cloro elemental, una especie
química muy reactiva, tiene una vida corta en la atmósfera inferior y cuenta con unas cuan­
tas maneras naturales para ir de esa atmósfera inferior hasta la capa de ozono. La única
sustancia química que se produce de manera natural, que puede transportar mucho cloro a
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 491

altura suficiente en la atmósfera como para dañar la capa de ozono es el cloruro de metilo,
CH3Cl, el cual se forma en grandes cantidades por procesos biológicos en los océanos
poco profundos. La mayor parte es destruida en la troposfera, pero un 3% estimado de las
emisiones a nivel mundial del cloruro de metilo llegan a la capa estratosférica de ozono
[14]. La luz ultravioleta químicamente activa, en el rango de 0.2 a 0.28 μ, que entra en la
capa de ozono pero que no penetra hacia abajo de ella, es bastante fuerte como para di­
vidir el cloruro de metilo (y los otros compuestos de cloro que se analizarán en breve),
liberando átomos de Cl, los cuales inician la reacción (14.5). Antes de que se tuvieran com­
puestos sintéticos de halógenos, probablemente el cloruro de metilo era el destructor na­
tural principal de la capa de ozono; los mecanismos naturales de producción equilibraban
esa destrucción, dando lugar a una capa de ozono de estado estacionario.
A partir de más o menos 1900, el hombre empezó a liberar compuestos sintéticos que
contienen cloro hacia la atmósfera, en cantidades significativas. Aquellos, como el cloruro
de metilo, que tienen átomos de hidrógeno pueden ser atacados en la atmósfera por el
radical OH; por esta razón, la mayor parte de ellos no sobreviven para llegar a la estratos­
fera. El tetracloruro de carbono, CC14, no tiene hidrógeno; se cree que la mayor parte de él
llega a la estratosfera y participa en la destrucción de la capa de ozono. Durante los últi­
mos 60 años, su producción mundial ha sido más o menos constante.
Los CFC (compuestos que contienen cloro, flúor y carbono, conocidos comúnmente
como freones) fueron producidos por primera vez por la General Motors para ser usados
en los refrigeradores domésticos. Una de sus virtudes es su inercia química; son no tóxi­
cos, no inflamables, invisibles, sin sabor, inodoros y no casi todo lo demás. Reemplazaron
al bióxido de azufre y al amoniaco tóxicos en los refrigeradores domésticos. Este reempla­
zo salvó muchas vidas. Posteriormente, su inercia condujo al uso extendido de los CFC
como propulsores en las latas atomizadoras y como un agente soplador en la producción
de las espumas de plástico. Entonces, en la década de 1950, se empezaron a usar los acon­
dicionadores de aire en los automóviles. Los CFC usados como refrigerantes en estos últi­
mos tienen una mayor probabilidad de fuga hacia la atmósfera que los empleados en los
refrigeradores y acondicionadores domésticos del aire, porque el problema de sellado de la
flecha en los acondicionadores automotrices, impulsados por banda, es más difícil que el
encontrado en los refrigeradores y acondicionadores domésticos, accionados por electri­
cidad; los acondicionadores automotrices del aire se convirtieron en una fuente importan­
te de emisiones de CFC.
Existen muchos CFC diferentes; los dos que se utilizan más son el CFC 12, CF2C12, y
el CFC 11, CFC13 (el primer dígito en el nombre es el número de átomos de carbono, el
segundo es el número de átomos de F). Los CFC no tienen H, de modo que no pueden ser
atacados por el OH atmosférico. Hasta lo que se sabe ahora, el único proceso para extraer
los CFC de la atmósfera es su lento transporte hasta la parte superior de la capa de ozono,
en donde son atacados por la luz ultravioleta de onda corta y, de este modo, destruidos,
liberando su Cl para participar en las reacciones con el ozono.
El tricloroetano, CH3CC13, no es un CFC porque tiene hidrógeno y, por tanto, puede
ser atacado por el OH atmosférico. Pero el ataque es relativamente lento, de modo que un
9% estimado de este material que es emitido realiza su camino hasta la estratosfera y parti­
cipa en la destrucción del ozono. El tricloroetano se usa mucho como solvente para limpie­
za; se emiten grandes cantidades de él. En la tabla 14.3 se muestran las concentraciones,
las vidas y la contribución esperada de entrega de cloro elemental a la estratosfera, para
estos productos químicos.
Algunos otros gases pueden atacar la capa de ozono; por ejemplo, el NO de los avio­
nes estratosféricos y el relativamente inerte N 2 0, si se libera mucho de éste al nivel del
492 CAPÍTULO 14

TABLA 14.3
C o m p u e s t o s q u e contienen cloro de los que se cree a t a c a n la capa de ozono

Concentración Vida Porcentaje de las Destrucción


atmosférica atmosférica emisiones que anual en la
global, estimada, alcanzan la estratosfera,
Nombre Fórmula ppmm años estratosfera (107 kg/año)

Cloruro
de metilo CH3C1 0.62 2 a3 <3 6.1
CFC 12 CF2C12 0.48 > 80 100 3.9
CFC 11 CFCI3 0.28 ≈ 83 100 2.7
Tetracloruro
de carbono CC14 0.12 50 < 100 1.2
Tricloroetano CH3CCI3 0.12 ≈9 9 3.8
fuente: Referencia 14.

suelo. El NO, liberado por los aviones que vuelan a gran altura, puede colaborar al agota­
miento de la capa de ozono por la reacción
NO + O3 NO2 + 02 (14.8)
que es rápida y prácticamente irreversible. Pero no es una reacción catalítica como la del
cloro; una molécula de NO sólo destruye una molécula de O3, de modo que se necesita
mucho más NO por unidad de daño que de Cl.
El único método que se conoce para proteger la capa de ozono es limitar la emisión de
aquellos materiales que pueden dañarla. (Nadie sabe de otro material que pudiera enviarse
hacia el aire para protegerla.) La amenaza parece suficientemente grave como para que se
hayan realizado conferencias internacionales y se hayan adoptado declaraciones y trata­
dos que comprometen a las naciones que producen los CFC a que restrinjan y, finalmente,
lleguen a eliminar su uso [15]. Para algunas de sus aplicaciones, se cuenta con reemplazos
apropiados. Para otras, se están buscando. Muchos de los sustitutos propuestos son los
clorohidrofluorocarbonos, que contengan por lo menos un átomo de H y, por consiguien­
te, sean susceptibles al ataque del OH en la atmósfera. En la tabla 14.3 se hace ver que el
tricloroetano y el cloruro de metilo (clorohidrocarbonos, químicamente semejantes a los
clorohidrofluorocarbonos) no son eliminados por completo en la troposfera, pero contri­
buyen mucho menos, por molécula, a dañar la capa de ozono que los CFC, los cuales, en
apariencia, no son atacados en lo absoluto debajo de la estratosfera.
En la sección 14.1 se hace ver que los CFC también son potentes gases de invernade­
ro. Los mayores esfuerzos para reducir la emisión de CFC se basan en su papel como
atacantes de la capa de ozono. Esos esfuerzos también ayudan a impedir el calentamiento
global.

14.3 LLUVIA ÁCIDA


La acidez promedio de la precipitación pluvial en Escandinavia, el noreste de Estados Uni­
dos y Canadá, así como en parte de Europa se ha incrementado paulatinamente durante
los últimos 40 años. Parece que no hay duda de que este cambio se debe sobre todo a las
mayores emisiones de óxidos de azufre y de óxidos de nitrógeno que han acompañado a la
intensamente incrementada actividad económica (y, como consecuencia, mayor consumo
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 493

de combustibles) en lugares situados contra el viento o realizada contra el viento de estas


regiones. Como se analiza en el capítulo 11, estos óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno
se oxidan con lentitud, durante varias horas hasta varios días, hasta formar ácidos sulfúri­
co y nítrico. Entonces, en general son capturados por las gotas de lluvia y regresados a la
superficie como precipitación ácida. El nombre común es "lluvia ácida", pero la descrip­
ción completa incluye lluvia acidógena, nieve o granizo acidógenos, ácidos adsorbidos en
las partículas de polvo que caen, etcétera.
La medida técnica normal de la acidez es el pH, que se define como
pH = -log 10 (actividad de los iones H+, expresada en mol/litro) (14.9)
Como se analiza en la sección 12.1.3, para los gases perfectos, la actividad es idéntica a la
concentración. Para las soluciones diluidas de ácidos y bases en agua, la actividad de los
iones H+ es muy cercana a la concentración de esos iones, pero no idéntica a ella. En este
libro, se usará la ecuación (14.9) como si la concentración y la actividad fueran idénticas
para los iones H+ y, en esa ecuación, se reemplazará "actividad" por "concentración". Aun
cuando los químicos están familiarizados con esta definición y este concepto, muchos otros
no lo están. Véase la tabla 14.4.
La lluvia que cae a través de una atmósfera perfectamente no contaminada llegará a la
Tierra con un pH de aproximadamente 5.6, debido al bióxido de carbono que se encuentra
en la atmósfera, el cual reacciona con el agua de lluvia mediante estas reacciones:
C0 2 + H,0 H2C03 H+ + HCO-3 (14.10)
ácido carbónico

El ácido carbónico es un ácido débil y la reacción (14.10) es reversible, dependiendo la


concentración de ácido en la lluvia del bióxido de carbono que haya en el aire. En general,
cualquier lluvia con un pH menor que 5.6 (es decir, una concentración de H+ de más de
10 56 mol/L) se considera acidógena, pero el daño a las plantas y a los animales (o peces)
no se empieza a notar hasta que se alcanza un pH de más o menos 4.5.
Aun cuando no se ha puesto de manifiesto algún daño a la salud humana, es claro el
daño ácido a la ecología de los lagos y bosques de las montañas. Las distancias de trans­
porte entre la emisión y la precipitación en general son de cientos de millas, de modo que
el control local parece imposible. La lluvia ácida cuenta con una literatura abundante [16,
17,18].

Ejemplo 14.3. En la tabla 1.1 se muestra que las emisiones totales anuales en E.U. de SO,,
en 1990, fueron de 21.2 millones de toneladas métricas. Si se supone que el 25% de ésas se
produjeron en la zona del valle del oeste medio de Ohio, que el 50% de la mismas vinieron
al suelo como precipitación ácida en un área de 1000 km por 1000 km en el noreste de
Estados Unidos y sudeste de Canadá, y que la precipitación promedio sobre esa área es
de 1 m/año, ¿en cuánto cambiaría este bióxido de azufre (si todo se convirtiera en H2S04)
el pH del agua de lluvia?
Las emisiones anuales de E.U. son
Emisiones anuales = 21.2 x 106 toneladas métricas = 21.2 x 1012 g
de S0 2 de E.U. = 3.3 x 1011 mol

de las cuales un 25% x 50% = 12.5% estimado cae sobre el área afectada. La precipitación
anual estimada para esa área sería

Precipitación = área • profundidad = (106 m)(106 m)(l m) = 1012 m3 = 1015 L


anual
494 CAPÍTULO 14

TABLA 14.4
pH de diversas sustancias
Por definición, pH = -log 10 (actividad de los iones H+, expresada en mol/L). Como se
analiza en la sección 14.3, para las soluciones diluidas de interés práctico, la actividad y
la concentración son casi las mismas y, normalmente, se aplica esta ecuación usando la
concentración en lugar de la actividad. El rango posible del pH es desde alrededor de 0
hasta aproximadamente 14. En virtud de la escala logarítmica, un cambio de 1 en el pH
corresponde a un cambio de 10 en la concentración de H+
Los valores bajos del pH (< 7) indican acidez (concentración alta de H')
pH = 7 es neutro, ni alcalino ni ácido
Los valores altos del pH (> 7) indican alcalinidad (concentración baja de H+)
La mayor parte de los alimentos es ácida. Los suelos en los climas húmedos son ácidos;
en los climas secos son alcalinos. El pH de las aguas superficiales y del agua de mar
varía debido a la variación en el C0 2 y otros materiales disueltos; el agua de mar es
ligeramente alcalina.

pH Sustancia

0.1 HC1 (1 N)
0.3 H2SO4 (1 N)
1a3 Contenido del estómago humano
2a4 Bebidas gaseosas
2.2 a 2.4 Limones
2.4 Ácido acético (1 N)
2.4 a 3.4 Vinagre
2.8 a 3.8 Vinos
2.9 a 3.3 Manzanas
2.9 a 3.3 Sidra
3 Aguas de drenaje de minas
3.2 a 3.6 Encurtidos
4 a 5 Cervezas
5.6 Agua de lluvia no contaminada
6.1 a 6.3 Salmón
6.3 a 6.6 Leche de vaca
6.5 a 7.5 Saliva humana
6.8 a 8.0 Maíz machacado
7 Agua muy pura
7.3 a 7.5 Sangre humana
8 Agua de mar
8 a9 Jabones, champúes
9.4 Carbonato de calcio (saturado)
11.6 NH3 (1 N)
12.4 Cal (saturada)
14 NaOH (1 N)

Cada mol de SO, produce dos moles de H+, de modo que el aumento en H+, por encima del
valor que se presenta en forma natural, es

(Aumento en H + ) = 2•0.125•3.3x 1011 mol = 8.25 x 10-5


15
10 L
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 495

Se supone que la precipitación pluvial original (natural) tiene un pH de 5.6, o sea, una
concentración de H+ de
H + =l0 - p H =10 - 5 . 6 = 2 . 5 1 x l 0 6

Si se suman estos dos valores, se encuentra una concentración de H+ de 8.50 x 10-5 mol/L,
o sea
pH = - log(H+) = - log(8.5 x 10-5) = 4.07

Este cálculo aproximado hace ver que la cantidad de S0 2 emitido en Estados Unidos
es suficiente como para acidificar la precipitación sobre una gran área, para ciertas condi­
ciones meteorológicas. También demuestra que, debido al logaritmo de la definición de
pH, se pudo haber ignorado la suave acidez de la precipitación pluvial no contaminada
con error despreciable.
La magnitud de lo perjudicial que es la precipitación ácida para un área dada depende
con intensidad de la capacidad de amortiguamiento del suelo. Si el suelo local contiene
cantidades significativas de piedra caliza, CaC03, entonces el ácido reaccionará según
CaC03 + H+ Ca2+ + HCO-3 (14.11)
con lo que, de este modo, se elimina el ion H+. Si el suelo contiene poca piedra caliza,
entonces bajarán los valores observados del pH y los efectos biológicos serán más pro­
nunciados. La acidez necesaria no sólo actúa sobre las plantas y los peces. También se
cree que, en algunas áreas, la acidez aumentada de la precipitación pluvial ha acelerado la
disolución de los metales del suelo; por ejemplo, el aluminio, elevando de este modo el
contenido de esos metales en el agua. Estos metales disueltos pueden ser los agentes de
destrucción para los peces y las plantas.

14.4 LA SITUACIÓN REGLAMENTARIA


De estos tres problemas, sólo la lluvia ácida es contaminación del aire, según el uso co­
mún de ese término. Comprende un contaminante secundario (o grupo de contaminantes)
que produce daños visibles directamente en la dirección del viento de las fuentes. En Es­
tados Unidos, en la Clean Air Act [19] se tratan el depósito de la lluvia ácida y el agota­
miento de la capa de ozono, en la cual se requieren las reducciones paulatinas en las emi­
siones de CFC, SO, y NOx. El cambio-global del clima se cubre en la Global Climate Protection
Act (Ley de Protección del Clima Global) de 1987 [20], en la cual se expresa la inquietud y
se piden estudios y negociaciones internacionales, pero no se exigen acciones actuales
para reducir las emisiones de los gases de invernadero.

14.5 ¿CUÁN SEGUROS ESTAMOS?


La mayoría de los científicos cree que los problemas del calentamiento global, el agota­
miento del ozono y la lluvia ácida son reales. Existe mucho menos acuerdo acerca de la
magnitud de los problemas o de la necesidad de una pronta (y cara) acción, o de ambas
cosas [21, 22, 23]. La evidencia de que ha estado ocurriendo un calentamiento global no es
suficientemente fuerte como para distinguirlo con completa certeza de la variación aleatoria
anual del clima. La evidencia de la destrucción de la capa de ozono sobre la Antártida
parece fuerte, lo que sugiere que el problema del ozono estratosférico es grave y puede
causar efectos significativos en una escala del tiempo de años, en lugar de décadas o de
siglos. Los efectos de la lluvia ácida en las áreas más afectadas parecen evidentes.
496 CAPÍTULO 14

Sobre la base de las estimaciones anteriores del estado de los problemas, parece pru­
dente restringir las emisiones de los gases agotadores del ozono, debido a que se pueden
hallar reemplazos, sin costos cataclísmicos. Se están realizando grandes desembolsos para
reducir las emisiones de óxidos de azufre, lo cual minimizará la precipitación ácida y dará
lugar a algunos otros beneficios, como la disminución en el contenido de partículas finas
en las atmósferas afectadas. En Estados Unidos no se han tomado acciones semejantes
para los óxidos de nitrógeno, pero se han ordenado para el futuro por medio de las provi­
siones sobre la lluvia ácida de la Clean Air Act. Se tiene menos seguridad sobre si deben
darse pasos activos con el fin de reducir las emisiones de C0 2 y de otros gases de inver­
nadero. Evidentemente resultan valiosas algunas medidas, como mejorar la eficiencia con
la cual se usan todos los combustibles. Es posible o no que se justifiquen otras medidas
más drásticas, con base en el conocimiento actual.
Existen pocas evidencias en la historia de situaciones en las que la raza humana en su
totalidad restrinja conjuntamente sus actividades para el bien global común. La International
Whaling Commission (Comisión Internacional sobre la Pesca de la Ballena), la proclama
internacional acerca del uso de gases venenosos y el tratado sobre la no proliferación
nuclear pueden ser los únicos ejemplos. (Estos tres tratados han sido violados por algunos
de los firmantes.) Ninguno de éstos llega hasta la vida cotidiana de la mayor parte de los
ciudadanos (excepto para aquellos que consideran la carne de ballena como un bocado
exquisito). Las restricciones sobre los CFC parece que se están obedeciendo y, en E.U., es
posible que se tomen medidas sobre la reducción de la lluvia ácida. Los ciudadanos comu­
nes verán los efectos de estas medidas en las facturas por sus consumos de electricidad y
en el costo de los acondicionadores de aire (en particular los acondicionadores automotri­
ces) y de los refrigeradores. Si se decide limitar de manera significativa las emisiones de
C0 2 , eso tendrá consecuencias económicas mucho más serias que las de cualquiera de es­
tos ejemplos. Si las predicciones del IPCC [3] son correctas, entonces dejar de hacerlo
tendrá consecuencias económicas negativas de más largo alcance que las de hacerlo.

14.6 RESUMEN
1. El calentamiento global, la destrucción de la capa de ozono y la lluvia ácida son proble­
mas de contaminación del aire con los que no se puede tratar por medio de la mayor
parte de las reglamentaciones locales usadas para los otros contaminantes. Si se debe
tomar una acción, se necesita que sea a nivel mundial.
2. La incertidumbre de la relación entre las emisiones y los efectos es mayor con estos
problemas que con los problemas que presentan la mayor parte de los demás contami­
nantes del aire.
3. El curso de acción actual en E.U. es intentar reducir las emisiones globales de materia­
les destructores de la capa de ozono, limitar la emisión de precursores de la lluvia ácida
y, hasta ahora, no tomar acción que no sea el estudio y el debate sobre las emisiones
de gases de invernadero.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.

14.1. Muéstrense los cálculos que conducen a los espectros del Sol y de la Tierra de la figura 14.1.
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 497

La cantidad cuya gráfica se presenta es una fracción de la emisión total por micra de longitud
de onda. El espectro de emisión se expresa por la ley de Planck:

en donde Ebλ = poder emisivo monocromático de un cuerpo negro a la temperatura T, en


W/m3 o su equivalente
λ = longitud de onda, en m o su equivalente
T = temperatura absoluta
C1 = 374.15 x l0-18W• m2
C2 = 14.388 x 10 - 3 m•K

14.2. Con base en la figura 14.4, ¿la masa neta de CO2 que fluye hacia los océanos del mundo es
mayor o menor que la masa neta que fluye hacia afuera de éstos? ¿Se tiene inquietud acerca de
ello? ¿Debe tenerse?
14.3. Con base en la figura 14.4, estímese el tiempo promedio que una molécula de C0 2 pasa en la
atmósfera.
14.4. Una manera de reducir las emisiones de C0 2 de la combustión del carbón mineral sería lavar
los gases de escape en la forma que ahora se aplica para extraer el S0 2 (véase el capítulo 11),
pero usando una solución que sea suficientemente alcalina como para extraer tanto el S0 2
como el CO,.
a) ¿Cuáles reactivos se podrían usar para esta clase de lavado a escala masiva?
b) La industria de generación de energía eléctrica ha estimado los costos para llevar a cabo
esto [24] y los ha encontrado muy elevados. Los miembros de esta industria sugieren que
resultaría más barato, por tonelada corta de C0 2 eliminada de la atmósfera por parte de
ellos, pasar a la actividad de plantación de árboles, para cultivar árboles o alguna otra biomasa
que extraigan el C()2 del aire. Analícense las ventajas y desventajas de esta propuesta.
14.5. La luz visible, como la perciben nuestros ojos, es radiación electromagnética en el rango de
longitudes de onda de 0.3 a 0.7 micras, liso corresponde a la intensidad pico de la radiación
solar. ¿Cuáles con las explicaciones admisibles para esta correspondencia prácticamente exac­
ta?
14.6. La profundidad promedio de los océanos del mundo es de 3.8 km. La mayor parte del océano
profundo se encuentra a más o menos 4°C, en donde el coeficiente de expansión térmica del
agua de mar es cero. Sin embargo, el kilómetro superior de los océanos está a una temperatura
promedio de aproximadamente 10°C y esta agua tiene un coeficiente promedio de expansión
térmica de 0.00012/°C. Estímese en cuánto se elevaría el nivel del mar si la temperatura del
kilómetro superior del océano se incrementa en 1°C.
14.7. El refrigerante ideal que debe usarse en un refrigerador de compresión-expansión (el tipo más
común) tendría las siguientes propiedades: una presión de vapor moderada a todas las tempe­
raturas del ciclo, una alta densidad del vapor a la presión más baja del ciclo, un punto de
congelación por debajo de la temperatura más baja del ciclo, un bajo calor específico del líqui­
do, un alto calor específico del vapor, un alto calor latente de vaporización y buenos coefi­
cientes de condensación de película líquida (véase cualquier libro sobre transferencia de calor).
a) Compárense estos valores para el Freón 12, el refrigerante de más amplio uso, con los del
reemplazo posible para él.
b) ¿Cuáles son los reemplazos posibles para ser usados en los refrigeradores domésticos, en
donde el refrigerante debe ser no inflamable y no tóxico?
14.8. 1 lace varios años, la industria vinícola francesa fue bamboleada por el escandaloso descubri­
miento de que algunos fabricantes franceses de vino habían usado ácido sulfúrico para ajustar
498 CAPÍTULO 14

la acidez de sus vinos. En Estados Unidos, el ácido sulfúrico es un aditivo permitido para los
alimentos y, probablemente, en la mayor parte de otros países; se utiliza para ajustar la aci­
dez de muchos alimentos porque no tiene sabor. Pero las reglas acerca de los aditivos para la
producción de vinos son más estrictas que las correspondientes a los aditivos para los alimen­
tos en general, y este uso estaba prohibido por las leyes francesas para el vino.
a) Si se supone que los productores deseaban cambiar el pH de sus vinos de 3.8 a 2.8,
¿cuántos gramos de ácido sulfúrico, H 2 S0 4 , tendrían que haber agregado por litro de vino?
Supóngase una ionización completa del ácido; es decir,

H 2 S0 4 2H+ +
b) La situación verdadera es más compleja. En realidad, se tiene esta situación:

H 2 S0 4 H+ +
HS0 4 I-H+ +
La primera de estas reacciones prácticamente se completa a la temperatura ambiente,

K1 =

pero la segunda no,

K2 =

Repítase el inciso a), tomando en cuenta el hecho de que no se completa la segunda ionización.
14.9. ¿Por qué en la tabla 14.4 se muestra que el H 2 S0 4 1 N es un ácido más débil (tiene un pH
más alto) que el HC1 1 N?
14.10. Una defensa contra la lluvia ácida es poner cal en los lagos. Se añade piedra caliza molida
para compensar los efectos de la lluvia ácida. Si se supone que un lago drena 10 km 2 y que la
precipitación anual en la cuenca completa de drenaje es de lm (1 m3/m2 de superficie), ¿cuán­
ta piedra caliza, CaC0 3 , se debe agregar al lago para cambiar la precipitación pluvial ácida
(pH 4.5) en la equivalente de precipitación pluvial normal (pH 5.6)?
14.11. Repítase el ejemplo 14.3, sin tomar en cuenta los iones H+ del agua de lluvia que se tiene en
forma natural. ¿En cuánto cambia esto el pH calculado del agua de lluvia acidificada?

BIBLIOGRAFÍA
1 . Oke, T. R.: Boundary Layer Climates, 2a. ed., Methuen, London, p. 14, 1987.
2. Fleagle, R. G. y J. A. Businger: An lntroduction to Atmospheric Physics, 2a. ed., Academic Press,
New York, p. 233, 1980.
3. Houghton, J. T., G. J. Jenkins y J. J. Ephramus, eds., Climate Change: The IPCC Scientific Assessment,
Cambridge University Press, Cambridge, 1990.
4. Smith, J. B. y D. A. Tirpak: The Potential Effects of Global Climate Change on the United States,
Hemisphere, New York, 1990.
5. Houghton, R. A. y G. M. Woodwell: "Global Climatic Change", Scientific American, Vol. 260, nú­
mero 4, pp. 36-44, 1989.
6. Kasting, J. F., O. B. Toon y J. B. Pollack: "How Climate Evolved on the Terrestrial Planets", Sci.
Amer., Vol. 258, número 2, pp. 90-97, 1988.
7. de Nevers, N.: "Global Energy Use and Global Warming", en G. C. Bryner (ed.), Global Warming
and the Challenge of International Cooperation: An ¡nterdisciplinary Assessment, David M. Kennedy
Center for International Studies, Brigham Young University, Provo, UT, 1992.
CONTAMINANTES DEL AIRE Y EL CLIMA GLOBAL 499

8. Charlson, R. J. y T. M. L. Wigley: "Sulfate Aerosols and Climatic Change", Sci. Am. Vol. 270,
número 2, pp. 48-57, febrero 1994.
9. Harington, C. R., ed.: The Year Without a Summer? World Climate in 1816, Canadian Museum of
Nature, Ottawa, 1992.
10. Courtillot, V. E.: "What Caused Mass Extinction: A Volcanic Eruption", Sci. Amer., Vol. 263, nú­
mero 4, pp. 85-92, 1990.
11. Álvarez, W. y F. Asaro: "What Caused Mass Extinction: An Extraterrestrial Impact", Sci. Amer.,
Vol. 263, número 4, pp. 76-84, 1990.
12. Turco, R. P., O. B. Toon y T. P. Ackerman: "The Climatic Effects of Nuclear War", Sci. Amer.,
Vol. 252, número 2, pp. 33-43, 1984.
13. National Research Council, "Protection against Depletion of Stratospheric Ozone by Chloro-
fluorocarbons", 1979, National Academy of Sciences, Washington, DC.
14. Campbell, 1. M: Energy and the Atmosphere: A Physical-Chemical Approach, 2a. ed., John Wiley
& Sons, Chichester, England, p. 194, 1986.
15. United Nations Environmental Program (UNEP): "Montreal Protocol on Substances That Deplete
the Ozone Layer", UNEP Conference Services Number 87-6106.
16. Mohnen, V. A.: "The Challenge of Acid Rain", Sci. Amer., Vol. 259, número 2, pp. 30-38, 1988.
17. Bresser, A. H. M. y W. Salomons, eds.: Acidic Precipitation, Volumes 1 a 5, Springer-Verlag, New
York, 1990.
18. Regens, J. L. y R. W. Rycroft: The Acid Rain Controversy, University of Pittsburgh Press, Pittsburgh,
PA, 1988.
19. Clean Air Act Amendments of 1990, PL 101-549, Title IV, Acid Deposition and Title VI, Stra­
tospheric Ozone Protection.
20. "Global Climate Protection Act of 1987", la cual es el título XI de la "Foreign Relations Autho-
rization Act, Fiscal Years 1988 and 1989", PL 100-204. La parte referente a la protección del
clima de esta ley tiene una extensión de dos páginas.
2 1 . Brown, W. M.: "The Great Acid Rain Mystery [Myths and Realities in the Claims against Acid
Precipitation]", Report HI-3747, Hudson Institute, Indianapolis, IN, 1986.
22. Ray, D. L. y L. R. Guzzo: Trashing the Planet, Harper Collins, New York, 1990.
23. Seitz, F.: Global Warming and the Ozone Hole Controversies: A Challenge to Scientific Judgment,
George C. Marshall Institute, Washington, DC, 1994.
24. Alpert, S.: "Biological Approaches to Reducing Atmospheric C0 2 ", EPRI Jour., Vol. 18, número 3,
pp. 44-47, 1993.
CAPITULO

15
OTROS TEMAS

En este capítulo se consideran cinco temas adicionales, cada uno de los cuales podría
formar un capítulo o un libro completos.
Se dedicaron capítulos íntegros a las partículas, los VOC, los óxidos de azufre y los
óxidos de nitrógeno. Aun cuando el CO y el plomo son también contaminantes impor­
tantes que la ley trata de la misma manera que las partículas, los VOC, los óxidos de azufre
y los óxidos de nitrógeno, sus fuentes más importantes no son objeto del control local y,
por consiguiente, es probable que el CO y el plomo no sean parte del trabajo de un inge­
niero especialista en contaminación del aire. También existen otras diferencias.

15.1 MONÓXIDO DE CARBONO (CO)


Más de la mitad del CO que entra al aire como consecuencia de actividades humanas vie­
ne de vehículos con motores de IC (capítulo 13). Las concentraciones más altas de CO en
el ambiente se miden en los centros de las ciudades importantes, en donde casi todo este
gas sale de los vehículos de motor. El control más eficaz del CO es reducir las emisiones de
diversas clases de vehículos de motor. El CO también se produce en cantidades mucho
menores en casi cualquier proceso de combustión; por ejemplo, en las estufas de gas, los
incendios forestales, los procesos industriales. Para estas fuentes, las medidas de control
son en su mayor parte requisitos de que en la combustión se utilice un amplio exceso de
aire y un buen mezclado del combustible con el aire, como se describe en la sección 10.7.
Al final, se trata el CO mediante su oxidación para llevarlo hasta CO-,, que es biológicamente
inocuo.

Ejemplo 15.1. En la casa de una familia promedio en E.U. se utilizan alrededor de 160 x 106
Btu/año de gas natural, en su mayor parte para calefacción en los meses de invierno, pero
también para calentamiento de agua, secar ropa y cocinar todo el año. El factor de emisio­
nes para el uso residencial del gas natural es de 0.020 Ib/106 Btu [1]. La misma familia pro­
medio conduce su auto (o sus automóviles) un promedio de 10 000 millas/año. El factor de

501
502 CAPÍTULO 15

emisiones para los automóviles nuevos es de 3.4 g/mi (capítulo 13). ¿Cuál es la relación del
CO emitido por su automóvil (o sus automóviles) al CO emitido por todos los aparatos de
gas natural que tiene en su casa?
Las emisiones de los automóviles son

m = =74.9-

Las emisiones por el uso residencial del gas son

m = = 3.2 ■

Y la relación es (74.9/3.2) = 23.4.

El CO es diferente de la mayor parte de los contaminantes del aire en sus efectos agu­
dos sobre la salud. En Estados Unidos se tiene un promedio de unos cuantos centenares
de muertes al año debido a la exposición a altas concentraciones de CO, en su mayor parte
en el interior de edificios con sistemas de calefacción desfogados inadecuadamente, en
automóviles estacionados funcionando en ralentí con sistemas defectuosos de escape y
también en varios establecimientos industriales. El envenenamiento con CO es una causa
importante de muerte en incendios residenciales (alrededor de 4000 muertes por año) y en
incendios en minas de carbón (alrededor de 10 por año). Si no se muere debido a una
exposición de ese tipo, entonces es probable que no se tenga un daño permanente en la
salud; los efectos son prácticamente reversibles. Como contraste, la mayor parte de los
demás contaminantes del aire rara vez causan muertes en virtud de exposiciones de corta
duración (agudas) y es mucho menos probable que sus efectos sean reversibles.
El CO causa su daño al ligarse con la hemoglobina de la sangre, formando carboxi-
hemoglobina (COHb). El CO se une a la hemoglobina aproximadamente 220 veces con ma­
yor intensidad que el oxígeno, de modo que pequeñas cantidades de este gas en el aire
que se respira pueden hacer que cantidades significativas de la hemoglobina se liguen
como COHb. La hemoglobina así ligada no puede desempeñar su función normal, la de
transportar oxígeno en la sangre (como oxihemoglobina, 02Hb). De este modo, como decli­
na la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, diversas partes del cuerpo sufren
carencia de éste. En la tabla 15.1 se muestran las efectos correspondientes de diversas
fracciones de la hemoglobina que ha sido inmovilizada de este modo. Normalmente, 70% o
más de COHb es mortal.
El tema de los efectos del CO sobre la salud se ha estudiado de manera muy completa,
pero no se tiene certeza de conocer todos los efectos sutiles [2, 3], El suministro reducido
de oxígeno al feto, debido al CO proveniente de fumar, puede ser la manera en la que el
hábito de fumar de la madre cause un peso bajo al nacer y una mayor mortalidad infantil.
Debido a que la captación de CO por la hemoglobina es prácticamente reversible y en
virtud de que depende del tiempo y de la concentración a los que se queda expuesto, el
cálculo de la concentración de COHb en la sangre es bastante sencillo y confiable. En la
figura 15.1 se muestra una comparación de la COHb medida en la sangre de sujetos huma­
nos con las predicciones del modelo de Coburn, Forster y Kane [4], La concordancia es
muy buena. Respecto a más sobre este modelo, véanse los problemas 15.1-15.4.
La NAAQS para el CO (tabla 2.3) se basa en la combinación del tiempo y la concentra­
ción que conduce a una COHb del 3% en no fumadores, la concentración más baja a la
que se presentan efectos demostrables (véase la tabla 15.1). Durante el periodo 1970-1990,
las emisiones estimadas de CO a nivel nacional (en E.U.) disminuyeron en 41% [6], en gran
OTROS TEMAS 503

TABLA 15.1
Efectos del CO
Porcentaje de
la hemoglobina
de la sangre
convertida en
COHb Efectos

0.3-0.7 Norma fisiológica para los no fumadores


2.5-3.0 Decrcmentos en la función cardiaca en individuos con algún padecimiento;
alteraciones en el flujo sanguíneo, y, después de una exposición prolongada,
cambios en la concentración de glóbulos rojos
4.0-6.0 Deterioros visuales, disminuciones en la capacidad de percepción de
estímulos, capacidad máxima reducida de trabajo
3.0-8.0 Valores de rutina en los fumadores. Los fumadores producen más glóbulos
rojos para compensar este hecho, como sucede con la gente que vive a
grandes altitudes, con el fin de compensar la disminución en la presión
atmosférica
10.0-20.0 Dolor de cabeza ligero, languidez, falta de aliento para realizar esfuerzos,
dilatación de las células sanguíneas en la piel, visión anormal, daño potencial
a los fetos
20.0-30.0 Dolores de cabeza severos, náusea, destreza manual anormal
30.0-40.0 Músculos débiles, náusea, vómito, oscurecimiento de la visión, dolores de
cabeza severos, irritabilidad y capacidad disminuida de discernimiento
50.0-60.0 Desmayo, convulsiones, coma
60.0-70.0 Coma, actividad cardiaca y respiración deprimidas, a veces mortales
> 70.0 Mortales

parte como resultado del reemplazo paulatino de los automóviles más viejos por los más
nuevos, controlados de manera más estricta. No obstante, 42 regiones de control de la
calidad del aire en Estados Unidos no cumplieron con la norma del CO en 1990. La mayor
parte de los sitios en los que se sobrepasó la norma, se excedió la de 9 ppm en 8 horas,
no la de 35 ppm en una hora. Los momentos en que se producen esos excesos se tienen
principalmente en invierno, durante inversiones prolongadas con velocidades bajas del
viento.

15.2 PLOMO
El plomo se ha reconocido como dañino para la salud durante por lo menos 2000 años [7].
Los efectos de la entrada de plomo al organismo con los alimentos y el agua, así como con
el aire, parecen ser acumulativos e independientes de la manera en que entra. La NAAQS
para el plomo (véase la tabla 2.3) se estableció para proteger a los niños, quienes tenían
una alta exposición al plomo a través de su dieta; la meta es mantener el contenido de
plomo en su sangre por debajo de 30 μg/dL = 300 μg/L.
Antes de la adopción de la norma sobre el plomo, alrededor del 85% de éste que en­
traba a la atmósfera provenía del plomo tetraetilo (C2H5)4Pb, que se usaba como un
mejorador del octanaje (véase el capítulo 13) en la mayor parte de la gasolina para motores
504 CAPÍTULO 15

PB = 750 mm de Hg
PCO2 = 100 mm de Hg
VA = 6000 ml/min
Vb = 5500 ml
M = 218
500 ppm
DL = 30 ml/min mm de Hg
COHb0 = 0.8%
VCO = 0.007 ml/min 200 ppm

100 ppm

50 ppm

25 ppm

10 20 30 50 100 200 500 1000 2000 5000


Duración de la exposición, min
horas

FIGURA 15.1
Fracción de hemoglobina de la sangre ligada como COHb, como función del tiempo de exposición y de
la concentración de CO en el aire respirado. Las curvas son del modelo de Coburn, Forster y Kane [4];
los datos representan valores experimentales. Véase el problema 15.1 en relación con una descripción de
los valores mostrados en la figura. (Copiado de la referencia 5. reproducido por cortesía de Prentice
Hall.)

en el mundo. Bajo la presión de las reglamentaciones de la EPA, los productores de gasoli­


na, de Estados Unidos, habían eliminado el plomo de la mayor parte de la gasolina vendida
(89% en 1990) y, paulatinamente, estaban tendiendo a un suministro de gasolina con cero
plomo. Como resultado, las emisiones de plomo de 1990, en Estados Unidos, fueron alre­
dedor del 13% de las correspondientes a 1981. Las fuentes restantes son la pequeña canti­
dad que queda de gasolina con plomo, diversos procesos industriales y la incineración de
desechos.
En la mayor parte de las fuentes no automotrices de emisiones de plomo, se vaporiza
éste (punto normal de ebullición de 1740°C = 3164°F) o se vaporiza alguna sal de plomo,
como el cloruro de plomo (punto normal de ebullición de 954°C = 1749°F), en algún tipo de
proceso de combustión. Entonces, a medida que el gas de combustión se enfría, el plomo
se condensa, formando partículas finas (véase el capítulo 8). Estas partículas son suficien­
temente pequeñas como para que no sean capturadas en dispositivos de baja calidad para
el control de partículas. Los dispositivos de alta calidad las capturan (capítulo 9). Por tan­
to, el control apropiado de las emisiones, para el plomo de fuentes no automotrices, es
OTROS TEMAS 505

enfriar bastante el gas de escape como para que todo el plomo se condense como partícu-
las sólidas (o partículas de compuestos de plomo) y, a continuación, seguir con una cap-
tura de alta calidad de las partículas. Normalmente, los sólidos capturados se colocan en
algunas clase de terraplén, en donde la posibilidad de disolver el plomo y hacer que entre
a las aguas freáticas es un grave problema.
En el año de 1991, la EPA clasificó doce AQCR como aquellas en que no se satisfizo la
AAQS sobre el plomo [6].

15.3 CONTAMINANTES PELIGROSOS


DEL AIRE, HAP (TÓXICOS DEL AIRE)
En el capítulo 3 se hizo ver que la manera en que la legislación de E.U. trata los contami-
nantes que se cree no tienen umbral (NESHAPS) es por completo diferente de la manera
en que trata los contaminantes con valores de umbral (NAAQS). Los contaminantes sin
umbral se regulan principalmente por normas sobre emisiones, las cuales restringen las
emisiones de todas las fuentes tanto como se considera práctico. En la Clean Air Act (En-
miendas de 1990), a éstos se les menciona como Contaminantes peligrosos del aire, o
HAP (Hazardous Air Pollutants), en la sección 301, y como tóxicos del aire, en la sección
206. Los dos nombres son equivalentes.
En la tabla 2.1 se dan las ocho sustancias que, por 1994, han sido designadas por la
EPA como HAP. La lista incluye tres metales, dos VOC, un mineral y otras dos, de las
cuales las emisiones de hornos de coquización son en gran parte una mezcla de VOC. Se
sabe o se sospecha que la mayor parte de los HAP son carcinógenos. En la versión de
1970 de la Clean Air Act, se determinaba con toda claridad que la EPA examinaría las sus-
tancias que probablemente deban regularse como HAP, una a la vez, y agregarlas a la lista
(con regulaciones adecuadas de control) a un paso regular. Veinte años más tarde, sólo los
ocho que se indican han completado este proceso. En la tabla 15.2 se da una muestra de

TABLA 15.2
Normas Nacionales sobre Emisiones para Contaminantes Peligrosos del Aire
Esta lista es un extracto de la versión de 1992 de la 40CFR61. Allí se listan normas para 14 categorías
de emisores de HAP. Este extracto ilustra la clase de regulaciones que están contenidas en esa
recopilación mucho más grande, en la cual también se incluyen los procedimientos de prueba y los
detalles para emitir los informes.
1. Las emisiones de radón 222 hacia el aire ambiente, provenientes de una mina subterránea de uranio,
no deberán ser mayores que las cantidades que causaría cualquier miembro del público al recibir en
cualquier año una dosis efectiva equivalente a 10 mrem/año.
2. Las emisiones de berilio desde una fuente estacionaria no sobrepasarán 10 g/periodo de 24 h, o bien,
la fuente puede demostrar que sus emisiones no causarán una concentración ambiente mayor que
0.01 ug/m3, promediada durante un periodo de 30 días.
3. Las emisiones de mercurio provenientes de las instalaciones de procesamiento de minerales de este
metal y de las plantas de cloruro de mercurio-álcali no sobrepasarán 2.3 kg/24 h. Las emisiones de
mercurio de las plantas de incineración de lodos de aguas negras no serán mayores que 3.2 kg/24 h.
4. La concentración de cloruro de vinilo en la corriente de escape de cualquier equipo de formación y
purificación de este material no sobrepasará 10 ppm (promediadas durante 3 horas). Para cada
operación de carga o descarga, la cantidad de cloruro de vinilo transferida a la atmósfera será menor
que 0.0038 m3 (0.13 ft3) a STP (temperatura y presión estándares, standard temperature and
pressure). Existen también reglas detalladas para la liberación de cloruro de vinilo por válvulas de
alivio, separadoras, sellos de bombas, etcétera.
506 CAPÍTULO 15

las Normas sobre Emisiones para Contaminantes Peligrosos del Aire, publicadas según las
previsiones de la Clean Air Act de 1970. En la tabla se ve que las regulaciones son una
combinación de normas sencillas de emisiones en peso y normas de calidad del aire am­
biente. Además, existen algunas normas prohibitivas y de práctica de trabajo, principal­
mente con relación al asbesto.
En las enmiendas de 1990 a la Clean Air Act, el Congreso (de E.U.) tomó un enfoque
diferente al listar los 189 materiales como contaminantes peligrosos del aire, incluyendo
los ocho antes designados. El Congreso requiere que la EPA emita regulaciones de control
para cualquier fuente que emita 10 toneladas cortas/año de cualquiera de estos 189 mate­
riales, o 25 toneladas cortas/afío de cualquier combinación de ellas, así como requerir re­
gulaciones para las fuentes más pequeñas, en algunas circunstancias. Por ejemplo, la EPA
publicó la información siguiente sobre los esterilizadores de óxido de etileno [8]:

El óxido de etileno es una sustancia esterilizadora y fumigadora que se usa con amplitud en la
producción de equipo médico y en las operaciones de esterilización y fumigación. Las esti­
maciones actuales indican que existen alrededor de 190 instalaciones en E.U. que realizan la
esterilización comercial con óxido de etileno. La esterilización comercial es llevada a cabo por
proveedores de equipo médico, fabricantes de productos farmacéuticos, fabricantes de espe­
cias, esterilizadores por contrato, bibliotecas, museos y archivos, y laboratorios. Las emisiones
de óxido de etileno se estiman en 1.1 millones de kg/año (2.4 millones de lb/año), provenien­
tes de instalaciones comerciales... Los efectos adversos a la salud provocados por el óxido de
etileno se encuentran bien documentados... Muchos esterilizadores con óxido de etileno se en­
cuentran ubicados cerca de centros de población y pueden representar una amenaza para el
público circundante... La Oficina (EPA) estima que el riesgo individual máximo de cáncer de
por vida asociado con cualquier esterilizador comercial es tan elevado como de uno en 100...
en la actualidad no existen reglamentaciones federales que cubran las emisiones esterilizado-
ras de óxido de etileno, excepto... requisitos de la OSHA para los niveles de exposición en el
lugar de trabajo... existen unos cuantos esterilizadores comerciales que sobrepasan 9.07 Mg/
año (10 toneladas cortas por año) de emisiones de óxido de etileno...

Se ve que el número de fuentes es pequeño (190), que las emisiones a nivel nacional
(en E.U.) provenientes de esas fuentes son más o menos de 1200 toneladas cortas/año (en
comparación con los millones de toneladas cortas por año de la tabla 1.1) y que unas cuantas
de las 190 fuentes emiten 10 toneladas cortas/año, lo cual es un valor típico mínimo para
una fuente que tenga reglamentaciones particulares de control y que requiera una licencia
estatal (en E.U.). Pero el material en cuestión es suficientemente tóxico como para repre­
sentar una grave amenaza para la salud para quienes vivan cerca de una instalación de
este tipo. Las reglamentaciones de Contaminantes Peligrosos del Aire están diseñadas para
el gran número de productos químicos que se cree son de este tipo.
La lista de 189 sustancias se encuentra en la sección 112 de las Clean Air Amendments
de 1990. De esa lista,

Dieciséis son hidrocarburos, como el hexano, isooctano y tolueno.


Ciento cuarenta y ocho son orgánicas, que contienen átomos que no son H y C. como
el metanol, cloruro de vinilo y fenol.
Sesenta y cuatro son halogenadas, como el tetracloruro de carbono, ácido cloroacético
y la epiclorohidrina.
Veinte son insecticidas, herbicidas, fungicidas u otros compuestos usados para ata­
car o refrenar algunos organismos vivientes, como el DDT, 2,4-D, paratión y pentaclorofenol.
Nueve son metales o sus compuestos, como los compuestos de mercurio, los de berilio
y los de selenio.
OTROS TEMAS 507

Quince no son miembros obvios de alguna de estas categorías, como los radionúclidos,
el asbesto y el fósforo.

Estos números no dan por suma 189 porque algunos compuestos se ajustan a varias
categorías; por ejemplo, el DDT, que es un compuesto orgánico, un compuesto halogenado
y un insecticida.
Los métodos de control para las ocho sustancias actuales y los que probablemente se
vayan a usar para estas 189 serán semejantes a los analizados en las secciones anteriores
de este libro. La materia en partículas será controlada por los métodos del capítulo 9, los
materiales volátiles por los del capítulo 10, los gases capturables por absorción en líquido
por los métodos del capítulo 11, etcétera.

15.4 CONTAMINACIÓN DEL AIRE EN INTERIORES


Normalmente, por contaminación del aire se quiere dar a entender la contaminación del
aire abierto (ambiente) fuera de las estructuras. La mayor parte de la legislación sobre con­
taminación del aire está dirigida a reducir la contaminación de ese aire. La contaminación
del aire dentro de las fábricas y los sitios de trabajo se regula por un conjunto de leyes por
completo diferentes y por una oficina distinta del gobierno (OSHA, en E.U.) de aquella
que regula la contaminación del aire exterior (EPA, en E.U.). La persona promedio pasa el
70% de su tiempo en su residencia. Nadie, por ahora, regula la contaminación en el interior
de residencias y edificios no industriales.

15.4.1 Concentraciones en interiores y en el exterior


Las mediciones por lo regular indican que las concentraciones de contaminantes dentro
de las casas, la contaminación del aire en interiores, pueden ser más altas que las encon­
tradas en el exterior. En las figuras 15.2 y 15.3 se muestran algunos ejemplos de compara­
ción de concentraciones de contaminantes en interiores y en el exterior.
En la figura 15.2 se muestran las mediciones promedio de N0 2 tomadas en los exterio­
res, en las cocinas y en las alcobas de 70 casas con estufas de gas para cocinar en Topeka,
Kansas, durante un periodo de doce meses. Las estufas de gas para cocinar son una fuen­
te significativa de N0 2 (véase el capítulo 12), de modo que sería de esperar una concentra­
ción más alta en los interiores que en el exterior y una concentración más alta en la cocina
que en la alcoba. Este conjunto de datos sugiere que existe cierto intercambio de aire entre
la cocina y la alcoba, pero que no se mezclan en su totalidad. La gráfica también hace ver
que, aun cuando la concentración en el exterior varía poco de mes a mes, las concentracio­
nes en los interiores son más elevadas en invierno que en verano. Lo más probable es que
esta diferencia se deba al mayor intercambio de aire entre el interior y el exterior de la casa
en verano, como resultado de tener las ventanas abiertas para refrescar.
En la figura 15.3 se muestran las concentraciones de partículas respirables, medidas
en exteriores, interiores de casas y personalmente. Los voluntarios usaron un monitor per­
sonal, el cual es semejante a un limpiador al vacío muy pequeño, accionado por baterías,
con su admisión cerca de la zona de respiración del usuario, durante todo un día, con el fin
de obtener estos valores personales. Algunos de los 48 voluntarios, quienes llevaron los
monitores, pasaron los días en sus casas, mientras que otros los usaron en el trabajo, du­
rante el traslado de ida y vuelta a su trabajo, y en su casa. Las mediciones en interiores y
personales subieron y bajaron con los valores en el exterior pero, en general, son mayores.
Este patrón indica que la concentración en el exterior influye sobre la concentración en
interiores, pero que las fuentes de partículas en el hogar se añaden al valor en el exterior.
508 CAPÍTULO 15

• Cocina
■ Alcoba
o Exterior

Ene Mar May Jul Sep Nov


Mes del año

FIGURA 15.2
Comparación de concentraciones promedio mensuales en interiores y en el
exterior de N0 2 , en hogares con estufas de gas para cocinar, para cada mes
del año, en Topeka, Kansas [9].

Los valores personales indican que las actividades individuales también generan partícu­
las, de modo que la concentración cerca de las zonas de respiración en general serán más
altas que la encontrada en aquellas partes de la casa o del lugar de trabajo en donde no se
tiene actividad humana en curso. Quienes fuman o se encuentran cerca de fumadores tie­
nen una exposición personal significativamente más alta a las partículas respirables.
Para el ozono, se observa lo opuesto: las concentraciones en interiores por lo general
son menores que las concentraciones en el exterior. El ozono es una especie química muy
reactiva, la cual reacciona con casi cualquier superficie sólida. De este modo, el ozono que
entra a la casa con el aire del exterior es destruido por esas superficies. Existen unas cuan­
tas fuentes de ozono en interiores (como las máquinas copiadoras y los limpiadores
electrostáticos del aire), de modo que las concentraciones observadas en interiores son
menores que las de exteriores [11]. Para casas sin fuentes de NO, en su interior se observa
lo mismo: las concentraciones de N0 2 en el interior son menores que las del exterior; qui­
zá por las mismas razones [12].

15.4.2 Modelos
Precisamente como se tienen modelos para la concentración de contaminantes del aire para
el aire ambiente (véase el capítulo 6), se tienen esos modelos para el aire en interiores.
OTROS TEMAS 509

• Personal
♦ Interior
° Exterior

n
Jue Sáb Mar Jue Sáb Mar Jue Sáb Mar Jue Sáb Mar Jue Sáb Mar Jue Sáb Mar
Semana 1 | Semana 2 | Semana 3 | Semana 4 | Semana 5 | Semana 6 | Semana 7

FIGURA 15.3
Comparación de las concentraciones diarias en el exterior, en interiores y en un muestreador
personal de partículas respirables, en Topeka, Kansas [10].

Como en el capítulo 6, se tienen modelos sencillos y más complejos. En la figura 15.4 se


muestra el diagrama de flujo para un modelo que se usa con regularidad.

15.4.2.1 Modelo sencillo de caja. Para construir el modelo más sencillo, que es casi idén­
tico al modelo sencillo de caja fija de la sección 6.2, se considera un edificio cuyo aire
interior siempre está perfectamente mezclado, con sólo un flujo de entrada y uno de salida;
en este caso, infiltración y exfiltración. (Con estos términos se describe el flujo no inten­
cional del aire, hacia adentro y hacia afuera de la estructura, a través de fugas por las
ventanas, grietas en los muros y el techo, etc., impulsados por el viento o por la diferencia
en la temperatura entre el interior y el exterior de la casa, o por ambos motivos. Los valores
observados se analizan más adelante.) Para el modelo sencillo de caja, el aire de reemplazo,
el recirculado y el de escape de la figura 15.4 se supone que son cero.
Un balance de materiales de estado estacionario para el contaminante, con este con­
junto de hipótesis y utilizando los términos definidos en la figura 15.4, es
Flujo del contaminante Flujo del contaminante
hacia afuera hacia adentro

contaminante generado contaminante extraído


en la estructura de la estructura
Q2ci = Q1co + S - R (15.1)
510 CAPÍTULO 15

Aire de
Aire infiltrado
reemplazo
Aire recirculado

Q4CI
Filtro
Ventilador Filtro
de admisión

Volumen del edificio V


fuente del edificio S
Sumidero del edificio R
Concentración del edificio c1
Concentración del exterior c0

Ventilador
de escape

Aire exfiltrado Aire de escape

FIGURA 15.4
Diagrama de flujo para construir modelos para un edificio con aire
interior por completo mezclado, reemplazo forzado y
recirculación. (Según Shair y Heitner [13].)

Si se ignora el c a m b i o en la temperatura y en la h u m e d a d del aire que pasa por la estructu­


ra, entonces Q 2 será aproximadamente igual a Q 1 de m o d o que se puede simplificar la ecua­
ción (15.1), para quedar

c1=c0+ (15.2)

Si se c o m p a r a la ecuación (15.2) con el m o d e l o sencillo de caja de la ecuación (6.7), se ve


que c 0 d e s e m p e ñ a el m i s m o papel que la concentración de fondo b y que (S - R)/Q 1 es la
cantidad en las emisiones interiores, m e n o s la extracción de c o n t a m i n a n t e , que i n c r e m e n ­
tan la concentración en la estructura; esta cantidad es c o m p a r a b l e a q L / u H de esa ecua­
ción (6.7). Si la razón de extracción del interior es m a y o r que el índice de e m i s i o n e s en el
interior, R > S, entonces el segundo término de la derecha de la ecuación (15.2) será negati­
vo y la concentración en el interior será m e n o r que la del exterior, c o m o se observa de
m a n e r a regular con el o z o n o y con el N 0 2 en las casas sin estufas de gas para cocinar.

E j e m p l o 15.2. Una estufa de gas para cocina opera 1 h/día, c o n s u m i e n d o 3 0 0 0 kcal/h


(11 905 Btu/h) de combustible. El factor de emisiones para el N O , , en ese tipo de estufas,
es m á s o m e n o s de 61 μg/kcal (véase el ejemplo 12.6). La razón de infiltración de aire es de
3 0 0 0 ftVh y la concentración en el exterior de 20 μg/m 3 . No se tiene destrucción del N 0 2
(R = 0). Estímese la concentración c u a n d o está funcionando la estufa y la c o n c e n t r a c i ó n
p r o m e d i o para todo el día completo.
En este caso,

S = 3000 •61
OTROS TEMAS 511

c1 =20 + =20 + 2154 = 2174

El promedio en 24 horas es 20 + (2154/24) =110 μg/m3.

Si se compara este valor con el que se muestra en la figura 15.2, se ve una concordan­
cia muy aproximada. El valor de Q es del que se tiene menos certeza, como se analiza a
continuación.

15.4.2.2 Modelos más complejos. El sencillo modelo de caja de la ecuación (15.2) no ex­
presa de qué manera la concentración cambia con el tiempo (por ejemplo, después de que
se apaga la estufa), ni da alguna manera de estimar la concentración en la alcoba de la fi­
gura 15.2. El nivel siguiente de complejidad del modelo se basa en todos los flujos de la
figura 15.4 y, en él, se toman en cuenta los cambios. El aire de reemplazo, el de escape y el
recirculado de la figura 15.4 son parte del sistema de ventilación de cualquier edificio mo­
derno de oficinas, comercial o industrial. El hogar de aire caliente de una casa típica, cuan­
do está funcionando, actúa como un circuito de recirculación del aire, por lo general con
un filtro que elimina las partículas grandes, pero no otros contaminantes. Los filtros que
se muestran en la figura 15.4 están diseñados para eliminar las partículas, pero en algunos
edificios también se usan adsorbedores de carbón vegetal para eliminar algunos gases, de
modo que, en el presente caso, el tratamiento es general, si se considera que el filtro es
cualquier dispositivo de control de la contaminación del aire.
Si se escribe la ecuación general de balance, ecuación (6.1), para la casa con un buen
mezclado y con todos los flujos que se muestran en la figura 15.4, se encuentra

V- (15.3)

En esta expresión, las F representan las eficiencias de los filtros para el contaminante de
interés.

Ejemplo 15.3. En el ejemplo 15.2, ¿con cuánta rapidez declinará la concentración de N0 2


en la cocina, después de apagar la estufa? Se supone que el volumen de la cocina es V =
1000 ft3. Entonces, para las mismas condiciones supuestas en el ejemplo 15.2, se puede
escribir

ln

c i = c 0 -(c o -c i ) i n i c i a l exp-

Por ejemplo, después de una hora, se encuentra que

c i =20 +(2174-20) exp- (1 h)

= 20 + 107 = 127
512 CAPÍTULO 15

El modelo basado en la figura 15.4 y la ecuación (15.3) se puede modificar para tomar
en consideración el mezclado incompleto en el edificio, cuartos múltiples con flujo de aire
e índices de emisiones diferentes, etcétera. En la referencia 14 se revisan estos modelos y
otros más. Véanse los problemas 15.12 y 15.13.

15.4.3 Control de la calidad del aire en interiores


A partir de la ecuación (15.2), se ve lo siguiente:

1. Si Q1 es muy grande (todas las ventanas están abiertas), entonces las concentraciones
en el interior y el exterior serán las mismas.
2. La diferencia entre las concentraciones en el interior y el exterior, (ci - co), depende de
(S - R) y de Qi. Se puede hacer más limpio el aire del interior que el del exterior si se
incrementa R, lo cual normalmente significa usar alguna clase de filtro o de adsorbedor
para tratar el aire de reemplazo o el recirculado, como se ilustra en la figura 15.4. Si no
se hace eso y el valor que ocurre en forma natural de R es despreciable, entonces no se
puede hacer más limpio el aire del interior que el del exterior.
3. Si el aire del interior tiene una concentración más alta que la del exterior, (ci > co), se
puede reducir ci al incrementar Q1 o si se reduce S.

15.4.3.1 Flujo de aire. Casi todos los edificios modernos de oficinas, comerciales e in­
dustriales tienen sistemas de ventilación forzada de aire, como se muestra en el esquema
de la figura 15.4. La mayor parte de los edificios con aire acondicionado no tienen venta­
nas que se puedan abrir, de modo que, en ellos, el aire de reemplazo de la figura 15.4 es el
flujo principal de aire. El gasto del aire de reemplazo suele seleccionarse con base en las
normas de la ASHRAE (American Society of Heating, Refrigeration and Air Conditioning
Engineers, Inc.; Sociedad Americana de Ingenieros en Calefacción, Refrigeración y Acon­
dicionamiento del Aire) [15], en Estados Unidos, y con base en normas comparables, en
otros países. En estas normas se especifican la ocupación estimada para una instalación
típica y el suministro requerido de aire fresco.

Ejemplo 15.4. Estímese la cantidad de aire del exterior que se debe suministrar a un come­
dor de 1000 ff2 (área de piso).
Con base en la norma de la ASHRAE, se encuentra que la ocupación estimada para
comedores es de 70 personas/1000 ft2 y que el flujo mínimo de aire exterior requerido es de
35 cfm/persona, para un área de fumar, y de 7 cfm/persona, para la de no fumar (cfm =
cubic feet per minute, pies cúbicos por minuto). Por tanto, usando la terminología de la
figura 15.4 y suponiendo que éste es un comedor en el que se fuma, se puede escribir

Q3 = (70 personas) 35 cfm


= 2450 cfm = 1.16
persona
Si es un salón de no fumar, sólo se necesita 7/35 = 0.20 veces ese valor.

En este cálculo se supone que no se tiene extracción de contaminantes del flujo


de recirculación que se muestra en la figura 15.4 (Fl = 0), de modo que toda la extracción de
contaminantes se tiene a través del filtro de aire de escape o exfiltrado. Sin embargo, para
lograr ahorros en los costos de calefacción y acondicionamiento del aire, se intenta mante­
ner este flujo de aire fresco tan pequeño como se pueda, debido a que se debe rechazar
OTROS TEMAS 513

una cantidad comparable de aire calentado o acondicionado, a través de la corriente 5. En


algunas instalaciones no se puede hacer ingresar aire fresco (submarinos, cápsulas espa­
ciales) y se deben diseñar sistemas de tratamiento del aire bastante buenos como para que
el sistema de recirculación mantenga las concentraciones de contaminantes del aire en ni­
veles aceptables. En la mayor parte de los edificios se recircula mucho de su aire.
La razón de recirculación se elige para conservar el movimiento del aire en el cuarto
bastante arriba para hacer que los ocupantes se sientan cómodos. La recomendación nor­
mal es que el flujo total de aire hacia un cuarto debe ser de seis a nueve veces el volumen
de ese cuarto cada hora. De este modo, en el ejemplo 15.4, si la altura del techo fuera de 10
ft, de modo que el volumen del salón fuera de 10 000 ft3, el flujo recomendado sería de
60 000 a 90 000 cfh = 1000 a 1500 cfm (cfh = cubic feet per hour, pies cúbicos por hora).
Para el comedor en donde se permite fumar, la necesidad de aire exterior es mayor que
esto, de modo que no se usaría aire recirculado. Para el comedor de no fumar, la necesidad
de aire exterior es de (2450)(7/35) = 490 cfm, de modo que se recircularía de una a dos
veces la cantidad de aire exterior suministrado. Este tratamiento de las necesidades de aire
exterior y de recirculación es una gran simplificación de lo que se presenta en la literatura
sobre acondicionamiento del aire.
Para los edificios sin ventilación forzada, el cambio de aire con los alrededores es por
infiltración, el modo principal de cambio de aire para la mayor parte de las casas, remol­
ques, etcétera. Cuando la temperatura en el exterior está cercana a la de confort deseada,
se abren las ventanas y la razón de infiltración es muy alta. Cuando la temperatura en el
exterior es más baja o más alta que la de confort, se cierran las ventanas para tratar de
impedir la infiltración. Para un edificio típico sin ventilación forzada, con las ventanas ce­
rradas, se puede estimar la infiltración con base en la tabla 15.3.
Con base en esta tabla y si se supone que la cocina de los ejemplos 15.2 y 15.3 se
encuentra en una esquina de la casa, con ventanas y puertas en los dos lados, se supon­
dría que tuviera 1.5 cambios de aire por hora, o sea, Q1 = 1500 cfh. En esos ejemplos se
usaron 3000 cfh y una comparación con la figura 15.2 sugiere que esto se encuentra cerca­
no a lo correcto (en invierno). Los ventiladores de la cocina y sus cierres exteriores a me­
nudo tienen fugas, de modo que la razón observada de infiltración en las cocinas es mayor
de lo que sugeriría la tabla 15.3. Los valores de la tabla 5.3 sólo permiten hacer estimacio­
nes muy aproximadas. Existen procedimientos mucho más detallados para estimar la infil­
tración [16]. (En el ejemplo 15.2 no se considera el cambio de aire entre la cocina y el resto

TABLA 15.3
Estimación de valores para la infiltración de aire
hacia residencias típicas cuyas ventanas se encuentran
cerradas, expresados como cambios de aire por hora
(basados en documentos de la ASHRAE)
Tipo de cuarto Cambios de
aire por hora

Sin ventanas o puertas al exterior 0.5


Ventanas o puertas al exterior en uno de sus lados 1
Ventanas o puertas al exterior en dos de sus lados 1.5
Ventanas o puertas al exterior en tres de sus lados 2
Vestíbulos 2

Para cuartos con ventanas dotadas con listones de protección contra la in­
temperie o con contraventanas, úsense dos tercios de estos valores.
514 CAPÍTULO 15

de la casa, que también ocurre. Éste tiene la consecuencia de disminuir las concentracio­
nes de N0 2 en la cocina, en comparación con las que se calcularon en ese ejemplo. La alta
concentración de N0 2 en la alcoba posiblemente se deba a este cambio interno. Véase el
problema 15.12.)
Después de las crisis de energía de 1972 y 1979, el precio del combustible para calefac­
ción doméstica se elevó de manera significativa en Estados Unidos. Este incremento con­
dujo a que se realizaran esfuerzos para construir casas más eficientes respecto a la ener­
gía y modificar las existentes para reducir las fugas de calor. Como consecuencia, la razón
de infiltración y de exfiltración de aire de las casas se redujo mucho. Por desgracia, como
hace ver la ecuación (15.2), eso incrementa la concentración de contaminantes del aire en
interiores. Una solución posible al problema es incrementar el flujo de aire hacia adentro y
hacia afuera, usando intercambiadores de calor, aire a aire, para recuperar el calentamiento
o el acondicionamiento del aire de escape. Con ello se permite mantener elevada la razón
de ventilación, sin costos excesivos de calentamiento y enfriamiento. Existen esos apara­
tos pero, hasta la fecha, sus aspectos económicos no han sido muy atractivos.

15.4.3.2 Emisiones en interiores. La otra posibilidad es reducir el índice de emisiones


de contaminantes del aire en el interior de las estructuras. Las fuentes principales de emi­
siones de contaminantes en el interior de estructuras son el fumar, la combustión, el uso
de solventes y productos químicos domésticos y las emisiones de los materiales de cons­
trucción de la propia estructura. La combustión en los hogares y calentadores de agua no
suelen contribuir de manera significativa a la contaminación del aire en interiores, porque
los productos de la combustión en ellos se desfogan (se llevan mediante conductos de
humo hasta el exterior). Pero las estufas de las cocinas, los calentadores de queroseno,
algunos calefactores, las velas, etc., no se desfogan hacia el exterior y constituyen una
fuente importante de contaminantes del aire en interiores. Se han publicado buenos resú­
menes de las fuentes de emisiones de contaminantes del aire en interiores [11, 17, 18]. En
la actualidad, la Consumer Product Safety Commission (Comisión para la Seguridad en los
Productos para el Consumidor) está intentando (en E.U.) regular esos productos para el
consumidor que emiten la mayor parte de los contaminantes del aire en interiores, de modo
que se reduzcan sus emisiones (¡llevando de este modo una tercera oficina federal hacia el
campo de la contaminación del aire!) [19].
La contaminación del aire en interiores no sólo comprende los contaminantes prin­
cipales que son regulados en el aire exterior, sino también bacterias, mohos, etc., que se
pueden criar en los sistemas de acondicionamiento del aire en climas húmedos, y diversos
productos químicos que no se cree constituyan problemas en el aire exterior. Conforme se
ha avanzado hacia edificios más herméticos, con cada vez menos entrada de aire fresco,
por razones de conservación de la energía, se ha observado el síndrome del edificio en­
fermo, en el que las personas que laboran en alguno de esos edificios han informado de
perjuicios en su salud que se cree son causados por el propio edificio. Sobre este tema
también existe abundante literatura [20]. En apariencia, el radón, que se analiza a continua­
ción, no es un problema grave en exteriores, pero sí lo es en los edificios (y en las minas
de uranio).

15.5 EL PROBLEMA DEL RADÓN


El radón es un subproducto natural de la desintegración de los materiales radiactivos que
existen en la Tierra. El radón emite una partícula alfa, que tiene poco poder de penetración,
OTROS TEMAS 515

TABLA 15.4

Valores típicos de la concentración de radón, en pCi/L

Rango Promedio

Aire ambiente 0.1-30 0.2


Aire de interiores 1-3000 1-2
Espacio en los poros del suelo 20-100 000
Disuelto en el agua freática 100-3 millones
Máximo recomendado por la EPA
en el aire de una residencia, ante
el cual debe tomarse remedio 4

de modo que causa daño a la salud sólo si esa partícula circula profundamente en el inte­
rior de los pulmones. El radón es una causa demostrada de cáncer pulmonar. En la década
de 1950, los mineros del uranio subterráneo se expusieron a cantidades significativas de
radón. Después de que se detectaron sus cánceres en el pulmón, se incrementaron de ma­
nera significativa los requisitos de ventilación para la minería del uranio. ¡La combinación
del radón y el hábito de fumar es en particular mortal!
El radón es el primer producto de decaimiento del radio. Brota con lentitud del suelo,
en todo el mundo. La secuencia del decaimiento es
Uranio 2 3 8 4 4 miles de millones de años Radio 2 2 6 1620 años Radón 2 2 2 3.8 días

Polonio 218 3.05 minutos Plomo 214 26.8 minutos Bismut0 214 19.7 minutos

Polonio 214 1.6x1 o4 segundos Plomo210


Los números que están arriba de las flechas indican las vidas medias de desintegración
radiactiva [21]. El radón tiene una vida media de 3.8 días, lo que significa que no dura
mucho en la atmósfera. Para que sea un problema en las casas debe ser vuelto a surtir de
manera continua por el flujo que sale del suelo (o ser liberado del que se encuentra en el
agua para beber). Todos los productos de desintegración entre el radón y el plomo 210
tienen vidas medias cortas de modo que, una vez que se desintegra el radón, liberando su
radiación, sus productos decaen con mucha rapidez de ahí en adelante. Por esta razón, en
la mayor parte del análisis sencillamente se amontonan los productos de la desintegración
con el radón, combinando su concentración, emisiones y efectos. Estos productos de
desintegración son sólidos que se adhieren con rapidez a las partículas en el ambiente y,
de este modo, se pueden transportar hasta lo profundo dentro de los pulmones, en donde
se pueden depositar. Constituyen la fuente principal del daño a la salud provocado por el
radón [22],
Las concentraciones del radón se miden en pCi/L (véase el problema 15.16). En la ta­
bla 15.4 se dan valores típicos, en la cual se observa que la concentración máxima reco­
mendada, arriba de la que se recomienda poner remedio, es de 4 pCi/L. Ésta es aproxima­
damente el 2% de la concentración permitida en las minas de uranio.
La razón de filtración del radón, del suelo hacia un sótano, es más alta en algunas
partes del país (el autor se refiere a E.U.) que en otras, debido a las concentraciones más
elevadas de materiales radiactivos en algunas formaciones geológicas que en otras (en
general, las rocas ígneas tienen concentraciones más elevadas que las sedimentarias). Como
las casas se han construido más herméticas contra el cambio de aire con los alrededores,
se ha incrementado la concentración del radón en ellas, debido a las fugas desde el suelo
516 CAPÍTULO 15

hacia los sótanos de las mismas. Además, algunos materiales de construcción pueden emitir
radón. Las cimentaciones de cemento portland hechas con una arena con alto contenido
de uranio o de radio pueden ser fuertes emisoras de radón. En la década de 1950, se usa­
ron las colas de las plantas de procesamiento de uranio como arena en la construcción de
algunos edificios. Todos esos edificios se demolieron cuando se descubrieron sus eleva­
das concentraciones de radón.

Ejemplo 15.5. El índice promedio a nivel mundial de emisión de radón desde el suelo [21]
se estima en q = 0.42 pCi/m2 ■ s. Supóngase que el índice de emisión desde abajo de una
casa es igual al promedio mundial. La casa tiene un espacio angosto debajo (común en las
casas en E.U.) con un piso de barro, de modo que se puede suponer que todo el radón
que está siendo emitido por el suelo entra a ese espacio angosto. Si este último tiene 4 ft
de altura y una infiltración igual a un cambio de aire por hora, estímese la concentración de
radón en ese espacio. La concentración en el exterior, c0 es igual a 1 pCi/L.
En la ecuación (15.2), se hace R = 0, porque la razón de decaimiento radiactivo es
pequeña en comparación con la razón de ventilación. El volumen del espacio en cuestión
es hA, en donde h es la altura y A es el área del piso, y la razón de ventilación es Q = hA/
Δt. La fuente S es qA, de modo que se puede escribir

ci = c0 + = c0 +

= 1 +

= 1 + 1.24 = 2.24 ■

En este ejemplo se demuestra que, para el índice promedio mundial de emisión, las
concentraciones esperadas son menores que el nivel de acción de la EPA de 4 pCi/L. Sólo
se esperarían concentraciones más altas que ésa en las áreas geográficas en donde el índi­
ce de emisión desde el suelo fuera significativamente mayor que el promedio a nivel mun­
dial. Las acciones que deben tomarse en una casa con radón excesivo pueden incluir cual­
quier combinación de las siguientes:

1. Séllese el sótano o el espacio de abajo de manera tan completa como resulte práctico,
cerrando todas las fuentes de entrada de aire desde el suelo.
2. Proporciónese ventilación forzada al sótano o espacio de abajo, usando aire del exte­
rior, forzando de este modo que el aire contaminado con radón salga del edificio.
3. Instálese ventilación en el suelo debajo y en torno al edificio, para eliminar el radón
antes de que pueda entrar a la construcción.
4. Úsese un ventilador para hacer que el sótano o el espacio de abajo tengan una presión
ligeramente positiva, de modo que la filtración de aire sea hacia afuera, no hacia aden­
tro.

El radón en las casas es en la actualidad (1995) un tema acalorado relativo al medio


ambiente, para el cual la EPA y los gobiernos estatales y locales están intentando idear un
programa de control. No se ajusta al marco legislativo para la contaminación del aire am­
biente y en el lugar de trabajo.
OTROS TEMAS 517

15.6 RESUMEN
1. En su mayor parte, el CO es un problema de los automóviles, en particular en los cen­
tros de las ciudades, en donde las concentraciones medidas son más altas. Se controla
el CO al oxidarlo para llevarlo a C02.
2. Antes, el plomo era emitido por el plomo tetraetilo, mejorador del octanaje, que se agre­
gaba a la gasolina. A medida que se está eliminando de la gasolina (en Estados Uni­
dos, pero no en todos los demás países), la concentración de plomo en la atmósfera ha
disminuido en forma notable. El plomo remanente en la atmósfera proviene de diversas
fuentes de combustión.
3. Principalmente, los contaminantes peligrosos del aire son VOC. Éstos se regulan por
medio de limitaciones muy específicas sobre los emisores, los cuales en su mayor parte
son industriales.
4. Las concentraciones de contaminantes en interiores están relacionadas con las que se
encuentran en el exterior, debido al cambio intencional o no del aire del interior hacia el
exterior de los edificios. Si existen fuentes interiores, por ejemplo, al fumar o cocinar,
las concentraciones de contaminantes en interiores pueden ser más altas que las de
los exteriores. Para contaminantes muy reactivos como el ozono, en su mayor parte las
concentraciones en interiores son más bajas que en los exteriores.
5. El radón no es un contaminante regulado, pero se encuentra en la mayor parte de las
casas como resultado de la filtración desde el suelo subyacente.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.

15.1. El modelo de Coburn para la ingestión de CO por un ser humano |4] es

= Vco -

(15.4)

En esta expresión, los símbolos son los mismos que se encuentran en la referencia original y
en la literatura médica, los cuales son diferentes de los que suelen usarse en ingeniería; estos
símbolos no se dan en la tabla de nomenclatura de este libro.

es la razón neta de ingestión de CO por el organismo, mL(stp)/minuto

Vco es la razón a la que el organismo produce CO, mL(stp)/minuto


[COHb] es la concentración de carboxihemoglobina en la sangre, expresada como mL de
CO (stp)/mL de sangre líquida
[0 2 Hb] es la concentración de oxihemoglobina en la sangre, expresada como ml de O2
(stp)/mL de sangre líquida
P c o , es la presión parcial del oxigeno, medida en los pulmones (la cual es menor que en la
atmósfera, debido a la extracción parcial del 02 por la sangre)
518 CAPÍTULO 15

M es la constante de Haldane, la relación de la afinidad de la sangre por el CO a su afinidad


por el 02 (220 con un pH de la sangre de 7.4)
DL es el [(área)(coeficiente de transferencia de masa)] para el CO en los pulmones, mL(stp)/
(min • mm de Hg)
PB es la presión atmosférica, mm de Hg
PH20 es la presión de vapor del agua a la temperatura del cuerpo = 47 mm de Hg
VA es la razón de cambio de aire entre la atmósfera y la región activa (alveolar) de los
pulmones, mL(stp)/min
PIco es la presión parcial del CO en el aire inhalado

a) Muéstrense las bases lógicas de esta ecuación. ¿Qué representa físicamente cada término?
b) Demuéstrese que si se supone que d(CO) = Vb d/[COHb], en donde Vh es el volumen total
de sangre en el cuerpo, y que si se supone además que la única cantidad variable en el
segundo miembro de la ecuación (15.4) es [COHb], se pueden separar las variables e inte­
grar desde 0 hasta t para hallar

= exp- (15.5)

en donde A = PCO2 /W[0 2 Hb]

B = (l/D L ) + (P L /V A ) y PL = P B - P H 2 O

Ésta es la forma de la ecuación que se ve de manera más común.


15.2. a) A partir de la ecuación (15.5), muéstrese la ecuación para el valor de estado estacionario
de [COHb],
b) Hágase la comprobación para ver si los valores calculados a partir de esta ecuación de
estado estacionario corresponden a las concentraciones mostradas en la figura 15.1, usan­
do los valores de los parámetros que se muestran allí. Además, se necesita

[02Hb] ≈ 0.20 mL(stp)/mL


% de COHb ≈ [COHb]/0.20 mL(stp)/mL
Se encontrará que los valores concuerdan bastante bien para las concentraciones más bajas,
pero no para las más elevadas. La razón es que, al integrar la ecuación (15.4), se supuso
que [02Hb] era constante, independiente de [COHb], Para bajas concentraciones, esa es
una aproximación satisfactoria, pero no para las elevadas [23], Al construir la figura 15.1,
sus autores integraron la ecuación (15.4) numéricamente, sin hacer esa suposición.
c) Durante la resolución del inciso b), el lector encontrará el porcentaje de COHb que se
predice para una persona que respira aire sin contenido de CO en lo absoluto. ¿Cuánto es
eso?
15.3. a) Verifiqúese que las curvas de baja concentración de la figura 15.1 se construyeron a partir
de la ecuación (15.5), al calcular el valor del porcentaje de COHb a los 100 minutos y 100
ppm y compararlo con el valor que se muestra en esa figura. Úsense los datos de la figura
más los que se dan en el problema 15.2. Como se analiza en este último, se usa una ecua­
ción más compleja para las concentraciones más elevadas.
b) Estímese la concentración de CO que se esté respirando y que causará que la COHb sea el
70% (y tal vez sea mortal) en una exposición de cinco minutos, usando la ecuación (15.5).
En este cálculo se subestima un tanto la concentración requerida. Sin embargo, la OSHA
lista cualquier concentración mayor que 1500 ppm como IDLH (Immediately Dangerous
OTROS TEMAS 519

to Life and Health, Inmediatamente peligroso para la vida y la salud). Con base en la figura
15.1, ¿piensa el lector que ese valor es conservador?
15.4. En la figura 2.5 se muestra el efecto del N0 2 en las plantas, en las coordenadas concentra­
ción-tiempo. ¿Cómo se vería la ecuación (15.5) en estas coordenadas? Es probable que el
efecto sea el mismo para cualquier porcentaje de COHb, de modo que la pregunta en realidad
es cómo se ve una curva de porcentaje constante de COHb en esas coordenadas. Trácese un
esquema para una curva de 10% de COHb en una gráfica de ese tipo.
15.5. Estímese la temperatura a la que la presión de vapor del plomo metálico es de 10 mm de Hg
y de 100 mm de Hg, usando los valores del apéndice A. ¿Es probable que se observen estas
temperaturas en los incineradores? ¿En la combustión del carbón mineral?
15.6. El factor de emisiones publicado [24] para el plomo proveniente de los incineradores muni­
cipales (antes del dispositivo de control de partículas) es de 0.065 a 0.09 kg/tonelada métri­
ca de desechos quemados.
a) Suponiendo que todo el plomo de los desechos se encuentra en la corriente de gas que
sale del combustor (y va hacia el dispositivo de control), estímese el contenido de plomo
en los desechos municipales.
b) Lístense las fuentes probables de plomo en los desechos municipales que van hacia un
incinerador.
15.7. Un ventilador típico de cocina tiene un gasto de 200 cfm. Éste toma el aire de la cocina y lo
sopla hacia el exterior de la casa. Vuélvanse a resolver los ejemplos 15.2 y 15.3 bajo las
hipótesis de que la cocina tiene un ventilador de ese tipo y que está funcionando todo el
tiempo.
15.8. En la mañana, se usa la estufa para cocina de los ejemplos 15.2 y 15.3 durante 15 minutos,
para preparar el desayuno. Estímese la concentración máxima de N0 2 en la cocina, usando
los valores que se dan en esos dos ejemplos. Supóngase que al principiar a cocinar el desa­
yuno ci = co.
15.9. Los submarinos modernos permanecen sumergidos hasta por 60 días de una sola vez.
a) Muéstrese la versión de la ecuación (15.3) que sea aplicable al aire en un submarino de
ese tipo.
b) Una persona típica que realiza trabajo de escritorio emite alrededor de 0.63 scf/h de C0 2 .
Si el submarino tiene una tripulación de 100, ¿cuántas libras por hora de C0 2 se deben
extraer de la atmósfera en circulación del mismo? ¿Cómo se debe de hacer esto?
c) Wadden y Scheff dan una tabla de gases olorosos emitidos por los humanos [25]. ¿Qué
tratamiento se les da en las casas? ¿En los edificios comerciales? ¿En los submarinos?
15.10. a) Vuélvase a resolver el ejemplo 15.2 para el CO. El factor promedio de emisiones de CO
para todas las partes de una estufa de cocina es de 645 μg/kcal [26]. Supóngase que
co = 1 ppm.
b) ¿Cuál es la relación de la concentración máxima pronosticada de CO para cualquier perio­
do de 1 hora a la NAAQS en 1 hora? ¿Cuál es la relación comparable para la concentra­
ción promedio de N0 2 a la NAAQS promedio anual?
15.11. Encuéntrese la fórmula más sencilla que representará en forma adecuada la relación entre la
concentración en la cocina y la que se tiene en la alcoba de la figura 15.2. ¿Qué clase de
modelo sugiere esto?
15.12. En la figura 15.5 se tiene un esquema más realista para el ejemplo 15.2. En él, la casa se
divide en dos partes, la cocina y el resto de la casa. Se considera que cada parte está interna­
mente bien mezclada. Se dan los volúmenes de cada una. También se dan las razones de
infiltración y de exfiltración para cada parte. Se indican los cambios de aire entre la cocina y
el resto de la casa y se consideran iguales. Con base en este modelo, vuélvase a resolver el
ejemplo 15.2, calculando la concentración promedio en 24 horas, en la cocina y en el resto de
la casa.
520 CAPÍTULO 15

Q4 = Q3 Q2=Q1

Q 5 = Q 6 = 10 000
Resto de la casa Cocina
15 000 ft3 1000 ft3

Q 3 = 10 000

FIGURA 15.5
Diagrama de flujo más realista para el modelado de concentraciones de los contaminantes de interiores
emitidos en la cocina, el cual se usa en los problemas 15.12 y 15.13.

15.13. Repítase el problema 15.8 para la casa cuyo diagrama de flujo se muestra en la figura 15.5.
15.14. Una casa típica de E.U. tiene un área de piso interior de 1500 ft2 y una altura del techo de
8 ft. Cuando su hogar está funcionando, libera 90 000 Btu/h. Su diagrama de flujo y tempe­
raturas apropiadas se muestran en la figura \2.4a. Si todo el aire de la combustión y el de
dilución se toman de la casa, ¿cuál es la relación del aire usado por hora al volumen de la
casa? ¿Qué comparación existe entre esto y la razón típica de infiltración de ≈ 1 volumen de
la casa por hora? El combustible es gas natural (≈ metano). Véase la tabla 10.2 y el ejemplo
7.5. (La mayor parte de esos hogares toma su aire del espacio que se encuentra debajo de la
casa o de alguna otra fuente exterior, no del espacio para vivir de ella. Algunos sí toman su
aire del espacio para vivir.)
15.15. Para la casa típica de E.U. del problema 15.14, ¿cuál es el costo diario del combustible en
invierno para calentar el aire que pasa a través de la casa por infiltración? Supóngase que la
casa se encuentra a 70°F y que la temperatura del aire exterior es de 30°F. La capacidad
calorífica del aire es aproximadamente 0.25 Btu/lb • °F y el costo del combustible (entre­
gado hasta la casa) es de 7 dólares/10 6 Btu. (La cuenta total por calefacción se debe a esta
pérdida por infiltración más las pérdidas mayores resultantes de la conducción a través de
los muros y techos.)
15.16. Por lo regular, las concentraciones de los materiales radiactivos se expresan en Ci o en frac­
ciones de éste. Para el radón, normalmente la unidad usada es el pCi = 10 -12 Ci. El curie es la
potencia aproximada de radiación de 1 gramo de radio puro y se define como 3.7 x 1010
desintegraciones nucleares por segundo.
a) ¿Cuántos átomos de radón producen un pCi de radiación? Véase la sección 6.6 respecto a
la relación entre la vida media y la razón de decaimiento.
b) ¿Cuál es la fracción molar de radón en una muestra de aire que sea precisamente igual a la
del nivel de acción de la EPA de 4 pCi/L?
15.17. Las mediciones en el sótano de una casa indican una concentración de radón de 6 pCi/L. El
aire exterior en el área tiene una concentración de radón de 1 pCi/1. Se cree que el sótano, que
tiene un volumen de 8000 ft3, tiene una razón de infiltración de aire exterior de 0.5 cambios
de aire por hora. El aire que se encuentra en el suelo debajo de la casa tiene una concentra­
ción de radón de 1000 pCi/L.
a) Estímese la razón a la cual el aire que se encuentra debajo de la casa se infiltra al sótano.
b) Si se decide forzar aire del exterior hacia el sótano para incrementar la ventilación (es
decir, Q3 = Q5 = algún número significativo), ¿qué tan grande se le debe hacer para redu­
cir la concentración de radón hasta 4 pCi/L?
OTROS TEMAS 521

c) ¿Desempeña la vida media del radón algún papel significativo en estos cálculos?
d) ¿Cuáles otras posibilidades se podrían intentar para reducir la concentración de radón en
el sótano?
15.18. En el ejemplo 15.5, ¿en cuánto cambiaría la respuesta si se tomara en cuenta la desintegra­
ción radiactiva del radón?
15.19. La concentración promedio de radón en el gas natural de E.U. es de alrededor de 23 pCi/L
[21].
a) Estímese la concentración de radón en la cocina del ejemplo 15.2, cuando está funcionan­
do su estufa. La concentración en el exterior se puede estimar como 1 pCi/L.
b) ¿Debe tenerse inquietud en relación con el radón contenido en el gas natural?

BIBLIOGRAFÍA
1 . "Compilation of Air Pollutant Emission Factors", U.S. Environmental Protection Agency Report
No. AP-42, 4a. cd., suplemento 9/91, p. 1.4-2, 1985.
2. Committee on Biological Effccts of Environmental Pollutants: Carbon Monoxide, National Academy
of Sciences, Washington, DC, 1977.
3. "Air Quality Gritería for Carbon Monoxide", U.S. Environmental Protection Agency Report No.
EPA-600/8-79-022, U.S. Government Printing Office, Washington, DC, 1979.
4. Coburn, R. F., R. E. Forster y P. B. Kane: "Considerations of the Physiological Variables That De­
termine the Blood Carboxyhemoglobin Concentration in Man", J. Clínical Invest., Vol. 44, pp. 1899-
1910, 1965.
5. Peterson, J. E.: Industrial Health, Prentice-Hall, Englewood Cliffs, NJ, p. 34, 1977.
6. "National Air Quality and Emissions Trcnds Report, 1990", U.S. Environmental Protection Agency
Report No. EPA-450/4-91-023, U.S. Government Printing Office, Washington, DC, 1991.
7. Fischbein, A.: "Environmental and Occupational Lead Exposure", en W. N, Rom (ed.), Environmental
and Occupational Medicine, Little, Brown, Boston, MA, capitulo 38, 1983.
8. U.S. Environmental Protection Agency: "Initial List of Categories of Sources under Section 112(c)(l)
of the Clean Air Act Amendments of 1990", 57-FR31576, julio 16, 1992.
9. Letz, R., D. P. Miller y J. D. Spengler: "Relationships of Measured NO, Concentrations at Discrete
Sampling Locations in Residences", en Proceedings: National Symposium on Recent Advances in
Pollutant Monitoring of Ambient Air and Stationary Sources, Raleigh, NC May 5-6, 1983, U.S.
Environmental Protection Agency Report No. 600/9-84-001, U.S. Government Printing Office,
Washington, DC, enero de 1984.
10. Spengler, J. y T. Tosteson: "Personal Exposure to Respirable Particles", Environmetrics '81,
Conference of the Society for Industrial and Applied Mathematics, Alexandria, VA, 1981.
1 1. Wadden, R. A. y P. E. Scheff: Indoor Air Pollution: Characterization, Prediction and Control, John
Wiley & Sons, New York, 1983.
12. Spengler, J. D„ C. P. Duffy, R. Letz, T. W. Tibbits y B. G. J. Ferris: "Nitrogen Dioxide inside and
outside 137 Homes and Implications for Ambient Air Standards and Health Effects Research", Environ.
Sci. Technol., Vol. 17, pp. 164-168, 1983.
13. Shair, F. H. y K. L. Heitner: "Theoretical Model for Relating Indoor Pollutant Concentrations to
Those Outside". Environ. Sci. Technol., Vol. 8, pp. 444-451, 1974.
14. Wadden, R. A. y P. E. Scheff: op. cit., capítulo 6.
15. ASHRAE: Standards for Ventilation Required for Mínimum Acceptable Indoor Air Quality: ASHRAE
62-73R, American Society of Heating, Refrigeration and Air-Conditioning Engineers, Inc., New York,
1980.
16. Wadden, R. A. y P. E. Scheff: op. cit., p. 107.
17. Meyer, B.: Indoor Air Quality, Addison-Wcsley, Reading, MA, 1983.
18. Godish. T.: Indoor Air Pollution Control, Lewis, Chelsea, MI, 1989.
19. "The Inside Story, A Guide to Indoor Air Quality", U.S. Environmental Protection Agency Report
No. EPA/400/1-88/004, U.S. Government Printing Office, Washington, DC, 1988.
20. Sick Building Syndrome: Citations from the N'I'IS Bibliographic Data Base, enero de 1990-marzo
de 1993, U.S. Department of Commerce, NTIS.
21. Colle. R.: "The Physics and Intcraction Propcrtics of Radon and its Progcny", en R. Colle y P. E. J.
522 CAPÍTULO 15

McNall (eds.), Radon in Buildings: NBS Special Publication 581, U.S. Department of Commerce,
National Bureau of Standards, Washington, DC, 1980.
22. Morken, D. A.: "The Biological and Health Effects of Radon: A Revicw" en R. Colle y P. E. J.
McNall (eds.), Radon in Buildings: NBS Special Publication 581, U.S. Department of Commerce,
National Bureau of Standards, Washington, DC, 1980.
23. Peterson, J. E. y R. D. Stewart: "Predicting the Carboxyhemoglobin Levels Resulting from Carbon
Monoxide Exposures", J. Appl. Physiol, Vol. 39, pp. 633-638, 1975.
24. AP-42, op. cit., p. 2.1-7, suplemento 9/90, 1985.
25. Wadden, R. A. y P. E. Scheff: op. cit., p. 73.
26. Wadden, R. A. y P. E. Scheff: op. cit., p. 53.
A P É N D I C E

V A L O R E S

Ú T I L E S

A.l VALORES DE LA CONSTANTE UNIVERSAL


DE LOS GASES

10.73 (lbf/in2)ft3 0.7302 a t m • f t 3


lbmol•°R lbmol•°R

8314 m 3 •Pa 0.08206 L • atm 0.08314 L • b a r


mol•K mol•K mol•K
1.987 Btu 1.987 cal 1.987 kcal 8.314 J
lbmol•°R mol•K kgmol • K mol-K

L o s ingenieros q u í m i c o s n o r m a l m e n t e trabajan con la Constante Universal de los G a s e s ,


R. En otras r a m a s de la ingeniería se usan valores separados de R p a r a c a d a gas. Éstos se
definen p o r Rparticular = R u n i v e r s a l /M; de m o d o que, por ejemplo.

(lbf/in2)ft3
10.73
l b m o l •°R (lbf/in2)ft3
Raire = = 0.3705 = 53.35 ft•lbf
28.96 lb/lbmol lb•°R lb•°R

523
524 VALORES ÚTILES

A.2 ECUACIONES DE LA PRESIÓN DE VAPOR

Constantes de la ecuación de Antoine, log10 p = A- p en mrn de Hg, T en °C

Sustancia Fórmula Rango, °C A B C

Acetaldehído C2H40 -45 a+70 6.81089 992.0 230


Ácido acético C2H402 0 a+36 7.80307 165 1.1 225
+36 a +170 7.18807 1416.7 211
Acetona C3H60 — 7.02447 1161.0 224
Amoniaco NH3 -83 a+60 7.55466 1002.711 247.885
Benceno C6H6 — 6.90565 1211.033 220.790
Carbono, tetracloruro de CC14 — 6.93390 1242.43 230.0
Clorobenceno C6H3C1 0 a+42 7.10690 1500.0 224.0
+42 a+230 6.94504 1413.12 216.0
Cloroformo CHC13 -30 a+150 6.90328 1163.03 227.4
Ciclohexano C6H12 -50 a+200 6.84498 1203.526 222.863
Etilo, acetato de C4H802 -20 a+150 7.09808 1238.71 217.0
Alcohol etílico C2H60 — 8.04494 1554.3 222.65
Etilbenceno C 8 H 10 — 6.95719 1424.255 213.206
n-Heptano C7H16 — 6.90240 1268.115 216.900
n-Hexano C6H14 — 6.87776 1171.530 224.366
Plomo Pb 525 a 1325 7.827 9845.4 273.15
Mercurio Hg — 7.975756 3255.61 281.988
Alcohol metílico CH40 -20 a+140 7.87863 1473.11 230.0
Metiletilcetona C4H8O — 6.97421 1209.6 216
n-Pentano C5H12 — 6.85221 1064.63 232.000
Isopentano C5H12 — 6.78967 1020.012 233.097
Estireno C8H8 — 6.92409 1420.0 206
Tolueno C7H8 — 6.95334 1343.943 219.377
Agua H2O 0 a 60 8.10765 1750.286 235.0
60 a 150 7.96681 1668.21 228.0

Nula: Estos valores se tomaron de diversas fuentes. Las listas más largas se encuentran en J. A. Dean, Lange's Handhook
of Chemistry, 12a. ed., McGraw-Hill, Nueva York, 1979, págs. 10-29 hasta 10-54; R. C. Reid, J. M. Prausnitz y T. K. Sherwood,
The Properties of Liquids and Gases, 3a. ed., McGraw-Hill, Nueva York, apéndice A, 1977, y D. R. Lide, editor en jefe, CRC
Handbook of Chemistry and Physics, La ed, CRC Press, Boca Ratón, FL, pág. 6-70, 1990.
APÉNDICE

B
TABLA DE
ACRÓNIMOS

Los acrónimos siguientes pueden ayudar al lector a entender con mayor facilidad algo de
la literatura sobre contaminación del aire:

ACFM Actual Cubic Feet per Minute (pies cúbicos reales por minuto)
AQCR Air Quality Control Region ( Región de Control de la Calidad del Aire)
BACT Best Available Control Technology (Mejor tecnología de control disponi-
ble); algún tipo especificado de control o de índice de emisiones que se
juzga está "demostrado" y, por lo tanto, resulta razonable esperar de todas
las fuentes nuevas y, quizá, de las existentes
BDC Bottom Dead Center (Punto muerto inferior) (motores de automóviles)
CAA Clean Air Act (Ley del Aire Limpio), en general se entiende la Clean Air
Act de 1970. A veces, las Clean Air Amendments (Enmiendas del Aire Lim-
pio) de otras fechas
CERCLA Comprehensive Environmental Response, Compensation and Liability Act
(Ley Comprensiva de la Respuesta del Medio Ambiente, de la Compensa-
ción y de las Responsabilidades) (también conocida como la ley de so-
brerreserva)
CFC Clorofluorocarbono
EIS Environmental Impact Statement (Declaración del impacto ambiental)
EPA Environmental Protection Agency (Oficina de Protección del Medio Am-
biente), la principal oficina federal (en E.U.) dedicada a controlar la contami-
nación del aire
EPRI Electric Power Research Institute (Instituto de Investigaciones de la Ener-
gía Eléctrica)
ESP Electrostatic Precipitator (Precipitador electrostático)
FGD Flue Gas Desulfurizer (o desulfurization) (Desulfurizador, o desulfurización,
del gas de combustión)
HC Hidrocarburo
HAP Hazardous Air Pollutants (Contaminantes peligrosos del aire)
IPP Implementation Planning Program (véase capítulo 6) (Programa de Planeación
de la Implementación)
IPCC Intergovernmental Panel on Climate Change (Panel Intergubernamental so-
bre Cambio del Clima)
LAER Lowest Achievable Emission Rate (índice de emisiones más bajo alcanza-

525
526 TABLA DE ACRÓNIMOS

ble); un tanto más estricto que la BACT, pero aplicable en situaciones gra-
ves, en donde se pueden justificar costos por encima del promedio
LEL Lower Explosive Limit (Límite explosivo inferior)
MACT Maximum Available Control Technology (Máxima tecnología de control dis-
ponible), similar al LAER
MTBE Methyl-Tertiary Butyl Ether (Éter metil-terciario butílico)
NAAQS National Ambient Air Quality Standard (Norma Nacional de la Calidad del
Aire Ambiente)
NESHAP National Emission Standard for Hazardous Air Pollutants (Norma Nacional
sobre Emisiones para Contaminantes Peligrosos del Aire)
NMHC Nonmethane Hydrocarbons (Hidrocarburos que no son metano)
NOAA National Oceanic and Atmospheric Administration (Administración Nacio-
nal Oceánica y Atmosférica), la oficina que custodia los datos meteorológi-
cos
NSPS New Source Performance Standards (Normas de Comportamiento de Fuen-
tes Nuevas) [Oficialmente, éstas son las Standards of Performance for New
Stationary Sources (Normas de Comportamiento para las Nuevas Fuentes
Estacionarias), pero casi siempre se les menciona como NSPS]
NTIS National Technical Information Service (Servicio Nacional de Información
Técnica)
NWS National Weather Service (Servicio Meteorológico Nacional)
ODC Ozone-Depleting Chemicals (Productos Químicos Agotadores del Ozono)
PM10 Particulate Matter (Materia en partículas), de 10 micras de diámetro o meno-
res
POHC Principal Organic Hazardous Constituent (Constituyente Peligroso Orgáni-
co Principal)
PSD Prevention of Significant Deterioration (Prevención de Deterioro Significa-
tivo)
RACT Reasonably Available Control Technology (Tecnología de Control Razona-
blemente Disponible)
RCRA Resource Conservation and Recovery Act (Ley sobre la Conservación y
Recuperación de los Recursos)
RH Relative Humidity (Humedad relativa)
ROG Reactive Organic Gases (Gases Orgánicos Reactivos)
rpm revoluciones por minuto
RVP Reid Vapor Pressure (Presión de Vapor de Reid)
SCFM Standard Cubic Feet per Minute (Pies Cúbicos Estándar por Minuto)
SIP State Implementation Plan (Plan Estatal de Implementación)
STAPPA State and Territorial Air Pollution Program Administrators (Administrado-
res del Programa Estatal y Territorial sobre Contaminación del Aire)
STP Standard Temperature and Pressure (Temperatura y Presión Estándares)
TDC Top Dead Center (Punto muerto superior) (motores de automóviles)
TLV Threshold Limit Value (Valor Límite de Umbral) (concentración permisible
para la exposición de trabajadores industriales)
TSP Total Suspended Particulates (Partículas Totales Suspendidas)
TWA Time-Weighted Average (Promedio ponderado respecto al tiempo)
UAM Urban Airshed Model (Modelo del tinglado de aire urbano)
UEL Upper Explosive Limit (Límite Explosivo Superior)
VOC Volatile Organic Compound (Compuesto Orgánico Volátil)
c
APÉNDICE

CARBÓN
MINERAL

El carbón mineral es el combustible para alrededor del 55% de la electricidad generada en


Estados Unidos. Es, con mucho, el combustible fósil más abundante. Mucha de la historia
del control de la contaminación del aire es la de controlar las emisiones de la combus­
tión del carbón. En la tabla 1.1 se hace ver que la quema de combustibles (principalmente
la combustión del carbón mineral) es la fuente principal de las emisiones de S0 2 y NOx en
Estados Unidos y una fuente significativa de los otros contaminantes importantes. Mu­
chos ejemplos de este libro se refieren a la combustión del carbón mineral.
En este apéndice se dice un poco acerca del carbón mineral y se hace ver por qué no
existe eso que puede llamarse un "carbón típico". En lugar de ello, existen varias clases
principales de carbón. Para cada una de estas clases, se puede definir un "carbón típico de
ese tipo". Se puede obtener un promedio entre los tipos y, de este modo, definir un "car­
bón promedio", pero ese promedio no representará muy bien algún carbón en particular.
(El "ser humano promedio" es 50% varón y 50% hembra; no existen "humanos típicos"
con esa descripción.)
El carbón mineral proviene de la madera y de materiales de esta sustancia. En la tabla
C.l se muestran los cambios químicos que corresponden a la transformación madera
turba lignito carbón subbituminoso carbón bituminoso carbón antracita. Cada
uno de estos pasos muestra una disminución en el contenido de oxígeno y en el de hidró­
geno, con un incremento consecuente en el porcentaje restante de carbono. De este modo,
el proceso de maduración del carbón mineral, el cual tiene lugar durante millones de aflos a
grandes profundidades debajo del suelo y a temperaturas y presiones significativas, es
principalmente un proceso de eliminación del oxígeno y el hidrógeno. Los nombres de la
izquierda de la tabla, empezando con lignito, corresponden a los "rangos" del carbón, los
cuales tienen definiciones técnicas; en general, el rango aumenta al aumentar el porcentaje
de carbono.
En la tabla también se ve que el valor calorífico típico "según se entrega" es aprecia-
blemente menor que el valor calorífico típico en seco. La diferencia puede atribuirse al con­
tenido de humedad del carbón, como sale de la mina. Si se comparan los dos valores
caloríficos, se concluirá que el peso en seco del carbón subbituminoso era (≈ 8741/13 006)
= 67% del peso en húmedo. Este valor es típico de esa clase se carbón.

527
TABLA C.l
Algunos valores para combustibles provenientes de la madera

Valor calorífico, Btu/lb2 Porcentaje


en peso
Último análisis, Base húmeda del carbón para
% en peso, base seca, valores típicos promedio, según generación de
Base se entrega, electricidad
Material C H O N S Ceniza secah EU., 1991a en E.U, 1991"

Maderab 52.3 6.3 40.5 0.1 < 0.1 0.8 9 050


Turbac 57.0 5.5 31.0 1.5 0.2 4.8 9 300
Lignito (también llamado
carbón pardo) d 55.0 4.4 13 1.0 1.7 24.9 9 727 6 372 10.2
Carbón subbituminosoe 72.5 6.1 17.2 0.7 0.4 3.1 13 006 8 741 31.2
Carbón bituminosof 75.8 5.0 7.4 1.5 1.6 8.7 13600 11964 58.5
Carbón antracita 82.1 2.3 2.0 0.8 0.6 12.2 13 258 0.1
Carbón promedio de E.U.
para la generación
de electricidad, 1991" 1.30 9.76 10387 100.0

Notas:
a
Los valores para el carbón promedio de E.U., valor calorífico promedio y % en peso para la generación de electricidad se tomaron de "Cost and Quality of Fuels for
Electric Utility Plants 1991", U.S. Department of Energy Report No. DOE/EIA-0191(91), U.S. Government Printing Office, Washington, DC, 1992.
b
Los valores de la madera son los correspondientes al abeto Douglas; otras clases de madera son semejantes, pero no idénticas. Estos valores se tomaron de D. A.
Tilintan, A. J. Rossi y W. D. Kitto, Wood Combustion: Principies, Processes and Economics, Academic Press, Nueva York, pág. 43, 1981.
c
Los valores de la turba se tomaron de B. F. Haanel, final Report of the Peal Committee, A. C. Acland, Ottawa, pág. 7, 1925.
d
'Los valores del lignito son para un lignito típico de Texas, cortesía de la Texas Mining and Reclamation Association.
e
Los valores del subbituminoso son para un carbón típico de la Powder River Basin, cortesía del Western Research Institute.
f
Los valores del bituminoso son para un "carbón típico de veta de Pittsburgh". En todo este libro, en los ejemplos y problemas se usan los valores para este carbón,
excepto cuando se expresa lo contrario.
g
En Estados Unidos, los valores caloríficos del carbón mineral en general se expresan como el valor calorífico superior, como se indica en esta tabla. En Europa, en
general, se expresan como el valor calorífico inferior. Véase el análisis de la diferencia en la sección 10.3.4.1.
h
Los valores caloríficos, base seca, se calculan a partir de la ecuación
Valor calorífico
= 14 544C + 62 028 + 4050S
superior Btu/lb,
en donde C, H, O y S son las fracciones en peso de carbono, hidrógeno, oxígeno y azufre, respectivamente. Se informa que esta fórmula da valores con una diferen-
cia menor de ± 3% respecto de los resultados experimentales.
CARBÓN MINERAL 529

Típicamente, la madera contiene menos del 0.1% de S; el carbón mineral, que proviene
de la madera, suele contener del 0.5 al 3% de S. El azufre que contiene el carbón mineral no
proviene de la madera. En lugar de ello, proviene de la reacción entre la madera enterrada y
el agua freática que se percola a través de ella, la cual contiene pequeñas cantidades de
sulfatas disueltos (principalmente sulfato de calcio). La madera enterrada es un agente re­
ductor, capaz de pasar por la reacción global
Sulfatos + cualquier agente reductor + bacterias —> agua + azufre ligado orgánicamente
(C.l)
Los carbones minerales provenientes de material leñoso depositado en medios de agua
salada tienen contenidos de azufre más altos que los formados a partir de ese mismo mate­
rial depositados en medios de agua dulce, quizá debido a la reacción (C.l) y a la cantidad
mayor de sulfatas en el agua salada. De manera análoga, la ceniza que contiene el carbón
no proviene de la madera, sino que más bien se depositó (o se ligó químicamente, o ambas
cosas) en él, viniendo de las soluciones de las aguas freáticas circulantes o de la materia
mineral incorporada con la madera durante su proceso original de enterrarse, o por ambos
motivos.
También, el nitrógeno que contienen los carbones no proviene de la madera, sino que
se piensa proviene de los organismos de las bacterias que fijan el nitrógeno, que participa­
ron en las primeras etapas de la conversión de la madera en carbón mineral.
El carbón mineral contiene rastros de casi todos los elementos de la tabla periódica.
Al quemarse el carbón, algunos de éstos se liberan en forma gaseosa (por ejemplo, Hg,
HC1) y algunos quedan atrapados en la ceniza.
El 60% del carbón de E.U. se produce en minas superficiales (minas a cielo abierto) en
las que la roca superyacente se separa y, a continuación, se excava el carbón. El 40% res­
tante se produce en minas subterráneas (minas profundas) en las que se extrae la veta de
carbón del espacio entre la roca subyacente y la superyacente.
En la tabla C.l se hace ver que el carbón subbituminoso tiene un valor calorífico infe­
rior al del bituminoso, pero también tiene un menor contenido de azufre y de ceniza. La
mayor parte del carbón subbituminoso que se extrae en Estados Unidos proviene de la
Powder River Basin del este de Wyoming y Montana (lo que hace que estos estados sean
el primero y el octavo productores mayores de carbón). Las siete minas más grandes de
carbón de Estados Unidos, las cuales producen de 14 a 31 millones de toneladas cortas al
año, se encuentran ubicadas en Wyoming y Montana. Este carbón se encuentra en vetas
muy gruesas (hasta de 100 ft de espesor) cercanas a la superficie. Es fácil y barato realizar
la explotación minera a cielo abierto a muy grande escala. Este carbón se vende en la mina
a alrededor de 4 dólares por tonelada corta, en comparación con los 20 a 30 dólares por
tonelada corta para la mayor parte del carbón restante en Estados Unidos, el cual se pro­
duce partiendo de vetas mucho más delgadas (típicamente de 4 a 10 ft de espesor).
Debido a que el carbón es un material de bajo costo (20 dólares/tonelada corta = 1
centavo de dólar/Ib), los costos de embarque resultan importantes. El transporte más bara­
to para el carbón es por barcaza en las vías acuáticas importantes, el cual cuesta más o
menos de 0.4 a 0.5 centavos de dólar por tonelada corta-milla. Los trenes unitarios gran­
des, en los cuales sólo se transporta carbón, sin paradas, desde la mina hasta un solo
consumidor, cuestan alrededor de 1 a 2 centavos de dólar por tonelada corta-milla (1 cen­
tavo para los acarreos muy largos, 2 centavos para los más cortos), de modo que, por
ejemplo, un carbón de 4 dólares/tonelada corta, entregado a 1000 millas de la mina por fe­
rrocarril, cuesta al consumidor de 14 a 24 dólares por tonelada corta. El embarque por
camión cuesta más o menos 5 centavos de dólar por tonelada corta-milla y rara vez se usa
530 CARBÓN MINERAL

para distancias mayores que 100 millas. Los embarques transoceánicos en transportadores
a granel cuestan de 0.1 a 0.2 centavos de dólar por tonelada corta-milla.
El bajo contenido de azufre del carbón subbituminoso de Wyoming y Montana, com-
binado con su bajo precio, lo ha hecho muy atractivo para las compañías generadoras
ubicadas a menos de alrededor de 1500 millas de las minas, si sus otros carbones tienen
alto contenido de azufre y si se encuentran bajo presión reglamentaria para reducir sus
emisiones de azufre. Grandes cantidades de este carbón vienen hasta el centro de Estados
Unidos.
El lignito es semejante al carbón subbituminoso respecto a tener un contenido muy
apreciable de humedad y, por consiguiente, un bajo valor calorífico por libra extraída. Texas
y Dakota del Norte, en conjunto, producen el 93% del lignito de Estados Unidos, casi todo
el que va directamente a plantas generadoras de electricidad cercanas a la boca de la mina.
El lignito también es un combustible importante para producir electricidad en Alemania (en
donde se le conoce como carbón pardo) y en algunos otros países.
Para simplificar los cálculos y los ejemplos, a menos que se exprese lo contrario, se
supondrá que los carbones de los ejemplos y problemas de este libro son un "carbón típi-
co de veta de Pittsburgh", el cual, en la tabla C.l, se presenta como "bituminoso típico" y
que tiene el "último análisis" siguiente: carbono, 75.8%; hidrógeno, 5.0%; oxígeno, 7.4%;
nitrógeno, 1.5%; azufre, 1.6%; ceniza, 8.7%; valor calorífico, 13 600 Btu/lbm (seco).
APÉNDICE

D
QUÍMICA
ELEMENTAL DE
LA PRODUCCIÓN
DEL OZONO

En la ecuación (1.2) se resume un conjunto complejo de reacciones atmosféricas simultá­


neas:
NO + HC + 02 + luz solar N0 2 + 03 (1.2)

En este apéndice se presenta una descripción a nivel intermedio de esas reacciones. En las
referencias 1 y 2 se encuentran descripciones más detalladas. En esta ecuación HC repre­
senta hidrocarburos; éstos también se conocen como VOC (compuesto orgánico volátil,
capítulo 10), ROG (reactive organic gas, gas orgánico reactivo), NMHC (nonmethane
hydrocarbon, hidrocarburo que no es metano) y NMOG (nonmethane organic gas, gas
orgánico que no es metano). Los dos últimos nombres reflejan la observación de que el
metano es mucho menos reactivo en la atmósfera de lo que son los hidrocarburos de ma­
yor peso molecular. En el resto de este apéndice se usará el término VOC.
El NO, N0 2 y 03 interactúan en la atmósfera por las reacciones
N0 2 + hv O+NO (D.l)
en donde hv representa un fotón de luz de longitud de onda adecuada,
O + 02 + M 03 + M (D.2)
en donde M representa cualquier otra molécula (por lo común N2 u 0 2 ), la cual debe llevar­
se algo de la energía liberada en la reacción, si el 03 va a ser estable, y
NO + 0 3 N0 2 + 0 2 (D.3)

531
532 QUÍMICA ELEMENTAL DE LA PRODUCCIÓN DEL OZONO

El N0 2 es descompuesto por un fotón de luz para producir NO y el radical oxígeno O.


Ese radical reacciona con el 02 para formar 0 3 . El 03 entonces reacciona con el NO para
formar NO, y libera una molécula de 0 2 . Si se supone que estas tres reacciones tienen
velocidades iguales, lo cual debe ser cierto en el estado estacionario, entonces se puede
despejar la concentración 0 3 , para hallar

[O3] = (D.4)

en la cual [hv] es la intensidad solar, en unidades apropiadas, y kD3 es la constante de


velocidad para la reacción (D.3) [1, pág. 211]. Si no existe VOC, esta ecuación conduce a
un equilibrio entre el NO, N0 2 y 03 que depende de la intensidad de la radiación solar,
pero no depende con intensidad de la cantidad de NOx, porque sólo aparece la relación de
las dos clases de NOx. Cada molécula de N0 2 que se divide produce un NO e (indirecta­
mente) una molécula de 03 que, en seguida, puede reaccionar con el NO para invertir la
reacción.
El papel del VOC es convertir NO en NO, sin usar 0 3 , de modo que no existan sufi­
cientes moléculas de NO para reaccionar con todas las de 0 3 , y este último se acumula.
Mediante las reacciones siguientes se describe uno de los mecanismos por el que el VOC
realiza lo antes descrito:
OH + VOC RO2 + H20 (D.5)
RO 2 +NO NO2 + RO (D.6)
RO + 02 RCHO + H0 2 (D.7)
H 0 2 + N 0 NO2 + OH (D.8)
Si se suman estas cuatro reacciones y se cancelan los términos semejantes, se verá que la
reacción global es
VOC + 2NO + 02 H20 + RCHO + 2NO2 (D.9)

En estas ecuaciones, R representa cualquier hidrocarburo; estas reacciones, como normal­


mente se escriben, no se balancean para O.
El N0 2 complica esta proceso, porque puede reaccionar con un radical OH para pro­
ducir ácido nítrico:
OH + N0 2 HN03 (D.10)

reduciendo de este modo la disponibilidad de radicales OH. Esta ecuación sugiere que, en
alguna situación, si se añade N0 2 a la atmósfera se reducirá la cantidad de 03 formado. En
la figura D. 1 se muestran las relaciones. En la parte inferior derecha, en la región de "NOx
limitados", la concentración de ozono sólo depende de la cantidad de NOx disponible. En
la parte superior izquierda, en la región de "VOC limitado", aumentar la cantidad de NOx
disminuye la concentración calculada de 0 3 , porque la reacción (D.10) reduce el suminis­
tro de OH y, por consiguiente, la eficiencia del uso de la cantidad limitada de VOC. (Este
tratamiento, que es una fuerte simplificación de la situación verdadera, sigue el que se
encuentra en la referencia 3.)
Aunque el O3 es el contribuyente principal (y sólo el componente regulado) del esmog
fotoquímico, también se forman los aldehidos (RCHO) y el peroxiacetilnitrato [RC(0)OON02]
por reacciones semejantes a las que se muestran en los párrafos anteriores y contribuyen
a la irritación de los ojos y nasal que se atribuyen a estos esmogs.
QUÍMICA ELEMENTAL DE LA PRODUCCIÓN DEL OZONO 533

O3 (ppm) =0.08 0.16 0.24

VOC
LIMITADO

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 2.0
VOC (ppm de C)

FIGURA D.l
Concentraciones máximas calculadas para la tarde de O3 como función de las concentraciones
matutinas de NO y VOC, para la misma masa de aire [2]. La concentración permitida de O3
(NAAQS, una hora como máximo, no debe sobrepasarse más de una vez al año) es de 0.12 ppm.
En la mayor parte de las ciudades de E. U. se tienen relaciones VOC/NOx de 8 a 15 [2].

BIBLIOGRAFÍA
1. Campbell, I. M.: Energy and the Atmosphere: A Physical-Chemical Approach, 2a. ed., John Wiley
& Sons, New York, 1986.
2. National Research Council: Rethinking the Ozone Problem in Urban and Regional Air Polluíion,
Washington, DC, National Academy Press, 1991.
3. Blanchard, C. L.: "The Use of Photochemical Air Quality Models for Evaluating Emission Control
Strategies", Electric Power Research Institute Report No. TR-101918, 1992.
APÉNDICE

E
TIEMPO DE
PENETRACIÓN
DEL
ADSORBEDOR

En la sección 10.3.3 se analizan los adsorbedores para el control de los VOC y se presenta
un ejemplo sencillo del tiempo estimado de penetración para un adsorbedor de lecho fijo.
En este apéndice se muestra la obtención de las relaciones y los valores usados en ese
ejemplo. En esta deducción se sigue lo presentado en la referencia 1, que es una versión
simplificada de la publicación original [2].
En la figura E.l se muestran las fronteras para el balance de materiales, para una sec­
ción del lecho de adsorbente con área A de la sección transversal perpendicular al flujo y
longitud Δx en la dirección de éste. La masa de adsorbente en el lecho es igual a A Δx pB
en donde p,¡ = la densidad en masa del lecho de adsorbente, y la masa del gas externo en
el lecho es igual a A Δx pG F, en donde pG; = densidad del gas y F = porosidad externa
(también llamada fracción de vacio externo) del lecho. En este caso, se especifica la poro­
sidad externa porque cada una de las partículas de adsorbente tiene también una porosi­
dad interna apreciable. También existe gas dentro de ese espacio de poros internos, el cual
se ignora en esta deducción.
El gasto másico de gas hacia esta sección es m = AG(1 + Yadmisión), en donde G =
velocidad másica de ¡as partes inertes del flujo de gas (= velocidad • densidad), normal­
mente expresada en (masa/área • tiempo). El flujo del componente adsorbible hacia la sec­
ción es igual a AGYA, en donde YA = peso del componente adsorbible (A) por unidad de
peso de los componentes inertes, por lo general expresado como (masa/masa). (Véase la
sección 11.3.1.1.)
Con estas definiciones se hace un balance de materiales para el componente adsorbido
A en esta sección del lecho, durante el elemento de tiempo Δt,

(E.l)

534
TIEMPO DE PENETRACIÓN DEL ADSORBEDOR 535

Salida
G
YA salida

Admisión
G

Lecho
Área de la sección transversal = A
Volumen = A Ax
Masa del adsorbente = A ΔxpB
Porosidad externa = F

en donde w = contenido del componente A del adsorbente. El término de la izquierda mues­


tra la cantidad del componente adsorbible A que se ha extraído del gas en esta sección del
lecho, durante el intervalo de tiempo Δí, la cual es igual al aumento durante este intervalo
de tiempo del componente A presente en esta sección del lecho. Si se dividen ambos miem­
bros de la ecuación (E.l) entre A Δx At y se toma el límite cuando Δx y Δt tienden a cero,
se encuentra
(E.2)

Normalmente, la densidad del gas es bastante pequeña como para cancelar el término pG F YA
de la derecha, para dar
= P= (E.3)

La razón de transferencia del componente A del gas hacia el sólido se expresa como
r= kGav(pA -p*A) (E.4)
3
en donde r = razón de transferencia de masa, normalmente en (mol/m • s)
kG = coeficiente de transferencia de masa, normalmente en (mol/m2 • s •
atm)
av = área superficial externa del adsorbente, normalmente en (m2/m3)
536 TIEMPO DE PENETRACIÓN DEL ADSORBEDOR

p A = presión parcial del componente A en el gas, la cual, para bajas pre­


siones, prácticamente es igual a P, la presión total, multiplicada por
yA, la fracción molar de A
p* = presión parcial del componente A en el gas que se encontraría en
equilibrio con el adsorbente sólido que tuviera una concentración A
de w

Para presiones suficientemente bajas, como para que sea aplicable la ley de los gases
perfectos, y para bajas concentraciones de A, para las cuales P » pA,
Y
A = (E.5)

en donde MA = peso molecular del componente adsorbido, A


MG = peso molecular de la parte inerte de la corriente de gas
Si se conoce la relación de equilibrio entre p* y w, se pueden resolver estas ecuaciones
en conjunto para hallar el comportamiento de adsorción, de estado no estacionario, de un
lecho de adsorbente. En el ejemplo 10.10 se muestra cómo se estima esa relación y en la
figura 10.10 se muestra un resultado típico. Si se aplica esa relación y las ecuaciones (E.3)-
(E.5), se puede hacer numéricamente un cálculo de ese tipo [3]. Esos cálculos son senci­
llos en grandes computadoras, pero tienen un contenido intuitivo limitado.
El problema correspondiente de transferencia de calor es el de calentar un lecho de
sólidos al hacer pasar un fluido caliente a través de él. Los dispositivos de este tipo se
utilizan con amplitud en la industria; por ejemplo, los regeneradores de obra de ladrillos en
los altos hornos y otros dispositivos similares [4], Se pueden convertir las ecuaciones de
la adsorción antes dadas en las ecuaciones para ese problema de transferencia de calor, si
se reemplazan las concentraciones por las temperaturas y el coeficiente de transferencia
de masa por un coeficiente de transferencia de calor y al introducir las capacidades
caloríficas adecuadas del gas y del sólido (véase el problema E.l). En ese caso, la relación
de equilibrio es muy sencilla; en el equilibrio, Tgas = Tsólido. Con esa simplificación, el pro­
blema correspondiente de transferencia de calor tiene una solución bien conocida. Hougen
y Marshall [2] demostraron que, si se reemplaza la compleja relación verdadera de equili­
brio (p* - w) por una lineal,
p A = cPw (E.6)
en donde c = constante adimensional de ajuste de datos, entonces se podría usar la solu­
ción conocida para el problema de transferencia de calor para los adsorbedores. En la figu­
ra 10.10, la ecuación (E.6) formaría una recta que pasa por el origen, con pendiente c. Ésa
no es una buena representación de la curva completa de la figura 10.10, pero si se traza de
modo que pase por el valor de la curva de equilibrio en la concentración de interés, enton­
ces se aproxima a lo correcto cerca de esa concentración.
Para ajustar el problema del adsorbedor al molde de la solución de transferencia de
calor, Hougen y Marshall definieron las cantidades a y b por

a = ( E . 7 )

b= (E.8)

Con estas sustituciones y la definición N = ax, se pueden resolver los problemas de


adsorción sobre la gráfica correspondiente de transferencia de calor, la cual se muestra
como figura 10.12.
TIEMPO DE PENETRACIÓN DEL ADSORBEDOR 537

Ejemplo 10.12, continuación. Se calcularán los valores de a, b y N del ejemplo 10.12, usando
los valores de los ejemplos 11.11 y 11.12, más información adicional de la referencia 1. En
este ejemplo, los valores del diámetro de partícula y de la densidad en masa corresponden
al carbón activado de malla 4 x 6 de la tabla II de la referencia 1. En esa misma tabla se
encuentra que av = 310 ft7ft3. En la figura 10.10, para Pytolueno = 0.005 atm, se lee w* =0.29.
Entonces, a partir de la ecuación (E.6),
0.005 atm
= 1.72 x 10-2
1 atm • 0.29
La velocidad másica se obtiene por
lbmol
min lbmol
= 4.69 0.382 kg
16 ft2 min • ft2 m2 • s

El coeficiente de transferencia de masa se estima por

kG (E.9)

en donde Sc G = número de Schmidt del gas =


= difusividad de A en el gas
j D = factor de analogía de Chilton-Colburn para la transferencia de masa (véa­
se más adelante)
Para aire a 100°F, se tiene μG = 1.85 x 10-5 Pa • s y pG = 1.13 kg/m3 y, para el tolueno que
se difunde en aire, = 0.88 x 10-5 m2/s, de modo que
1.85 x 10-5 Pa•s
= 1.86
-5
0.88 x 10

En la figura 9 de la referencia 1 se muestra una correlación gráfica de valores experimenta­


les de jD como función del número de Reynolds de la partícula y el tamaño de las partícu­
las del adsorbente. Se puede tener una aproximación de esa gráfica, para 0.0027 ft < D <
0.0128 ft y 10 < < 1000, por

jD = 0.24 (E.10)
0.0128 ft
En el presente problema,

Número de 0.0128 ft•0.382


Reynolds de = 69.2
la partícula , 1.85x10 -5 P a • s 3.28 ft

para el cual (con D = 0.0128 ft), la ecuación (E.10) da jD = 0.07. Portante, se calcula

mol lbmol
= 0.451 2
2
m ■ s • atm ft ■ h • atm
kg
310 •0.612 • 1 atm • 0.029
2
m • s • atm mol
a= = 14.4/ft
kg
0.382
m2 • s

4.69 Ib •1.72 x l0-2 •14.4/ft • 0.092


b= ft 2 •min = 0.123/min = 7.4/h
30 • 0.029

Éstos son los valores usados en el ejemplo 10.12.

PROBLEMAS
Véase Unidades y valores comunes para los problemas y ejemplos, en las guardas poste­
riores.

E.l. Muéstrense las análogas en transferencia de calor de las ecuaciones (E.3) hasta (E.6).
E.2. ¿Qué sucedería en el ejemplo 10.12 si el coeficiente de transferencia de masa se hiciera infinito?
¿Si se hiciera cero? (Sugerencia: con el fin de evitar las formas indeterminadas, pruébese con
coeficientes de transferencia de masa de 1000 y 0.001 veces los del ejemplo y, a continuación,
generalícese hacía infinito y hacia cero.)
E.3. En el ejemplo 10.12. ¿en qué momento el valor a la salida YA salida = 0.1 YA admisión?
E.4. En el ejemplo 10.12, en la penetración (según se define en ese ejemplo), ¿cuál es la concentra­
ción de tolueno en el gas en el punto a la mitad entre la admisión y la salida del lecho?
E.5. En el ejemplo 10.12 se usó el valor de c correspondiente a la concentración en la admisión. Se
puede argumentar que se debiera haber usado el valor de c correspondiente a la concentración
en la salida. Calcúlese el valor apropiado de c para la concentración a la salida y, a continuación,
muéstrese cómo se cambiaría la respuesta al ejemplo 10.12 si se usara ese valor.
E.6. En el ejemplo 10.12, se ha decidido cambiar el diseño del lecho, de un cubo de 4 ft por lado a un
lecho delgado de 1 ft de largo en la dirección del flujo y de 8 x 8 ft de sección transversal. Esto
reducirá la velocidad del gas en un factor de 4.
a) Compárese el tiempo de penetración calculado para este diseño revisado con el calculado en
el ejemplo 10.12. ¿Tiene significado físico este resultado?
b) Estímese la caída de presión a través de este diseño revisado (véase el problema 10.16).

BIBLIOGRAFÍA
1. Fair, J. R.: "Sorption Processes for Gas Separation", Chem. Eng., Vol. 76(15), pp. 90-110, julio 14,
1969.
2. Hougen, O. A. y W. R. Marshall: "Adsorption from a Fluid Strcam Flowing through a Stationary
Granula Bed", Chem. Eng. Prog, Vol. 43, pp. 197-208, 1947.
3. Noli, K. E., V. Gounaris y W.-S- Hou: Adsorption Technology for Air and Water Pollution Control,
Lewis, Chelsea, MI, capítulo 9, 1992.
4. Corey, R. C: "Heat Regeneration", en "Energy Utilization, Conversion and Resource Conservation",
en D. W. Green y J. O. Maloney (eds.), Perry's Chemical Engineers' Handbook, 6a. ed., McGraw-
Hill, New York, pp. 9-89 a 9-92, 1984.
RESPUESTAS A PROBLEMAS
SELECCIONADOS

1.1 a) ≈ 0.02 psi, b) 11 000 MW 7.6 ≈ 12%


7.8 6300 scfm, 10 200acfm
2.2 a) 50 • 10-9 g, b) 3.8 • 105 7.11 a) 29.4 μg/m3, b) sí
2.8 a) 24 km, b) 7.45 μg/m3, c) - 1.67%, 7.14 a) 103°F, b) 147°F
- 16.7% 7.15 -4.7%

3.1 0.225% 8.2 para 1 μ, A = 29 300 ft2 = 0.7 acre


3.2 a) 99.53%, c) 4.08% de ceniza 8.4 46 μ
8.8 a) 16%, b)6•10 9
4.1 4.3 • l0-6 Ib/ft3 8.10 0.0356 cm/s
4.3 473.3 g/m3 8.14 a) 0.012 cm/s, b) 0.014 cm/s
4.6 626.78 μg/m3 8.16 a) ∞, b) 3.2 x 10-5
4.9 a)0.25 μg 8.20 a) 2.3%, b) 65%
4.12 62.4 lb/tonelada corta 8.24 4.0 μ, 1.1 μ
8.28 33.3%
5.1 a) 16.67 ft, b) 0.0075 pulgada 8.30 66.7%
5.4 b) 1 parte en 365 8.32 a) 34%, b) 5.1 μ

6.2 2.5mg/m3 9.9 a) 3.28 μ, b) 8.5%


6.6 ≈ 640 μg/m3 9.14 7.2 μ
6.7 309 m 9.16 45%
6.8 ≈ 0.55 km 9.20 Vadmisión = (8C2C2/KC1pG)1/3
6.11 a) 566 μg/m3, b) 356 μg/m3 9.23 Η = 0.78 = 78%
6.12 a) 661 μg/m3, b) 1.85 km 9.24 a) seis, b) de cualquier manera, no hay
6.17 909 m, etc. diferencia
6.19 a 1 km, 64 μg/m3 9.26 3.4 • 104 ft2
6.24 5•10•-4g/m2s 9.28 99.07%
6.26 861 m 9.37 a) 3.8 • 105 ft2, b) 3033 sacos
6.28 ≈ 240 cm2/s 9.43 Ns = 1.88, ηt ≈ 0.69
9.45 40%
7.1 2.4% 9.47 ≈7.5μ
7.2 99.66% 9.53 7.1 gotas/ft3
7.4 n =6 9.59 30%
539
540 RESPUESTAS A PROBLEMAS SELECCIONADOS

10.1 b) 0.08865 psia 12.1 0.713 lb/106 Btu


10.2 a) 2.06• 10-6 atm, b) 273.15 12.11 2.47 s
10.5 a) 1215 años, b) 61.5 s, c) 54.4 s 12.15 en alrededor del 13%
10.9 47% 12.16 ≈43%
10.13 0.00015 pulgada 12.19 a) 62.5 ppm, b) 63.9 ppm
10.17 2.05 a 11.38% 12.21 ≈9%
10.24 1.58 s
10.25 1342°F 13.2 a) 15%, b) 14.4 lb/lb
10.30 0.5 s 13.5 ≈ -40°F
10.32 78% 13.9 a) 1486°F
10.37 0.006 g/cm2 • s 13.20 -1.2• 10-5K/s

11.2 fracción molar de 5.2 • l0-6 14.6 4.7 pulgadas


11.4 QL/QG = 56.2, 0.023 14.8 a) 0.070 g/L, b) 0.074 g/L
11.9 165 ppm 14.10 14.6 toneladas métricas/año
11.11 conversión del 95.9%
11.13 a) 85%, b) 87% 15.2 c) 0.23%
11.16 a) 54 dólares/tonelada corta, 15.5 2136°F, 2581°F
b) 15 dólares/tonelada corta 15.15 alrededor de 45 dólares/mes
11.18 prácticamente cero 15.16 a) 17 500 átomos, b) 2.8• 10-18
11.21 = 1% 15.17 a) 20 ft3/h, b) 111 ft3/s
11.25 0.6 dólares/tonelada corta de carbón
11.29 0.36 Ib de SO2/año
ÍNDICE

Absorción, 318, 359 Antoine, ecuación de, 303, 524


Absorción infrarroja no dispersiva (NDIR), 67 Antracita, carbón mineral, 527
Acarreo (contaminantes), 6 Aparato de control de la contaminación
Ácido nítrico, plantas de, 40 corriente abajo, 161
Ácido sulfúrico, niebla de, 267, 371 Aparatos de captura por pared, 221
plantas de, 40, 371 Áreas sin logros, 45
Acrónimos, 525 Arrhenius, ecuación de, 332, 338
Actividad, 406 ASHRAE, 512
coeficiente de, 406 Atmósfera, 79
Adsorbedor, tiempo de penetración del, 534 Atmósfera estable, 92
Adsorción, 318 Atmósfera estándar, 9, 90
isotermas de, 347 Atmósfera inestable, 92
Aerosoles, 189, 488 Automóvil impulsado por batería, 471
Agotamiento estratosférico del ozono, 489 Automóviles, pruebas de emisiones de los, 468
Agujeros minúsculos, 260 Autotérmicas, 372
Ahogador, 447 Azufre, bióxido de, 5, 19, 356
Ahogador automático, 447 Azufre, óxidos del, 5, 355
Air Quality Control Region (AQCR), 45 trióxido de, 357
Air Quality Management, 44 Azufre reducido, 358
Aire a lienzo, relación, 259
Aire-combustible, relación (A/C), 444 Balance general, ecuación de, 117
Aire más limpio posible, 38 Balance químico de masa, 146
Aire primario, 418 Bhopal, II
Aire secundario, 418 Bituminoso, carbón mineral, 527
Albedo, 478 Brisa de mar, 104
Alcance visual, 31 Burbujeador, 375
Aldehidos, 532
Alkali Inspectorate, 38 Caja fija, modelos de, 118
Alteración automotriz, 468 Cal, 381
American Conference of Governmental and Cal calcinada, 382
Industrial Hygienists (ACGIH), 21 Cal hidratada, 381
Amoniaco, 356, 367 Cal viva, 490
Análisis último, 171, 530 Calderas, hornos, hogueras, 340
Anemómetros, 103 Calentamiento global, 478,
Anticiclones, 103 Calor de combustión, 327

541
542 ÍNDICE

Cámara de rocío, 375 Concentraciones en interiores y en el exterior,


Campana de aspiración, 418 507
Campo, carga por el, 242 Concentraciones sin efecto, 13
Capa frontera planetaria, 103 Condiciones estándar, 9
Captación por la lluvia, 212 Constante universal de los gases, 523
Carbón activado, 318 Consumer Product Safety Commission, 514
Carbón bituminoso, combustión del, 71 Contaminación del aire, 1
Carbón mineral, 527 efectos sobre los bienes, 23
limpieza del, 393 episodios de urgencia, 12
Carbón mineral refinado con solvente, 393 filosofías del control, 35, 37
Carbón vegetal, canister de, 347, 456 leyes y reglamentaciones, 3
Carbono, bióxido de, 537 Contaminación del aire en interiores, 507
Carbono, monóxido de, 5, 7, 501 Contaminación general del aire, 5
Carga de velocidad, 237 Contaminación global del aire, 2
Cárter, emisiones del, 454 Contaminación, oferta de la. 39
Celdas múltiples, modelos de. 143 prevención de la, 161
Cemento portland, plantas de, 40 Contaminantes, creación de los, 141
Ceniza, 187 Contaminantes del aire, modelos de
Ceniza del fondo, 72 concentración de, 166
Ceniza volátil, 72 Contaminantes homogéneos y no homogéneos,
resistividad de la, 290 167
Chimenea, altura efectiva de la, 124 Contaminantes peligrosos del aire (HAP), 163,
Chimenea, altura física de la. 124 505
Chimeneas altas, 156 Contaminantes primarios, 7
Choque, 267 Contaminantes producidos por el hombre, 5
Ciclo combinado, 394 Contaminantes secundarios, 7
Ciclón, 103, 228 Contracorona, 248
Ciclones o torbellinos, 96 Control de la calidad del aire en interiores, 512
Cinética, 332 Control del óxido de nitrógeno por tratamiento
Circulación general de la atmósfera, 86 posterior a la llama, 428
Clasificador de barrido de aire, 238 Control por computadora de los motores de
Claus, proceso de, 368 automóviles, 467
Clausius-Clapeyron, ecuación de, 303 Coriolis, fuerza de, 83
Clean Air Act, 2, 21, 36, 55 Corriente descendente o ráfaga descendente, 102
Clima global, 477 Costo-beneficio, filosofía del, 38, 50
Clorofluorocarbonos (CFC), 48, 482, 489 Cox, diagrama de, 344
Code of Federal Regulations (CFR), 55 Créditos, depósito, venta o negociación para
Colocación en el mercado de recursos públicos, emisiones, 53
48 Criterios respecto a los contaminantes, 12
Columna de humo, 123 Cuarto de sacos, 256
altura, 123, 140 Cuarto de sacos de chorros pulsantes, 256
opacidad, 29 Cuarto de sacos de sacudida y desinflado, 256
Columna de humo gaussiana, 123, 129 Cunningham, factor de corrección de, 191
Columna empacada, 375 Curva normalizada, 202
Combustibilidad, límites de, 327 Curva sin umbral, 13, 16, 19
Combustión, 325 Chalcopirita, 358
modificación (para el control de los NCx),
427 Daño cero, 43
temperatura de, 415 Decaimiento, factor de, 141
tiempo de, 414 Deciviews, 33
Combustión adicional, 427 Deflexión aerodinámica hacia abajo, 147
Combustión en dos etapas, 427 Densidad en masa, 534
Community Health and Environmental Descontaminación, factor de, 165
Surveillance System (CHESS), 18 Desecho, procesos de, 381
Comprehensive Environmental Response, Desechos peligrosos, 163
Compensation and Liabilities Act Desplazamiento, pérdidas por, 306
(CERCLA), 161 Desviación estándar de la muestra, 206
Compuestos orgánicos volátiles (VOC), 5, Desviación estándar logarítmica o geométrica,
299 207
ÍNDICE 543

Detector de ionización por llama (FID), 68 Estancamientos, 109


Determinación de la concentración, 64 Estatuas (daño por la lluvia ácida), 25
Deutsch-Anderson, ecuación de, 42, 245 Estelas de los edificios, 146
Día sideral, 112 Estimaciones nacionales de las emisiones, 5
Día solar, 112 Estratosfera, 90
Diámetro aerodinámico de partícula, 198, 285 Estreptococo, 15
Diámetro de corte, 231 Etanol, 466
Difusión, 268 Etapa 1, control de, 312
carga por, 242 Etapa 2, control de, 314
llama de, 415 Etileno, óxido de, 506
modelos de, 123 Evaporación, 299
Dispersión bidimensional, 130 pérdidas por, 456
Dispersión, coeficientes de, 130 Exceso de aire, 170, 340
modelos de, 123 Experimentos con animales, 15
Dispersión mejorada, 155 Extinción, coeficiente de, 32
Dispersión tridimensional, 128 Extracción del aire sucio, 4
Dispersión unidimensional, 137
Distribución, funciones de, 199 Factor normalizador, 204
Distribución log-normal, 206 Fick, ley de, 269
Distribución normal o gaussiana, 203 Filtros absolutos, 268
Distribuciones por peso y por número, 209 Filtros de profundidad, 252, 263
División de los aparatos de captura, 252 Filtros retenedores de partículas de alta eficiencia
Dosificación, 12 (HEPA), 268
Filtros superficiales, 252
Ecuación barométrica, 88 Flujo en bloque o flujo tapón, modelo de, 222
básica de la estática de fluidos, 88 Flujo por deslizamiento, 189
Edificio enfermo, síndrome del, 514 Forzamiento de la tecnología, 41, 439
Efecto corona, 240 Fracción de vacío externo, 534
Efectos agudos, 12 Freones, 491
Efectos crónicos, 12 Freundlich, isoterma de adsorción de, 348
Efectos de la contaminación del aire sobre la Fuente puntual, 123
salud humana, 12 Fuente(s), prorrateo de la, 145
Eficacia respecto al costo, 52 pruebas de las, 59
Eficiencia, 165 Fuentes de área, 123
Eficiencia del blanco, 266 Fuerza electrostática, 187
Elutriadores horizontales, 226 Fuga (en los ESP), 251
Emisión(es), control de las, 6 Fugas, control de, 306
derechos de, 53 Fumarada gaussiana, 129
factores de, 70 Fumigación, 109
impuestos por, 38, 47
normas sobre, filosofía de las, 38 Gas de escape, recirculación del (EGR), 458
Emisiones (contaminantes), 6 Gas residual de escape, 452
Emisiones evaporativas, 454 Gases ácidos, 177, 363
Emisiones visibles, 73 Gases pobres de desecho, 372
Environmental Protection Agency (EPA), 21, Gasolina, 310
36 Gibbs, cambio de la energía libre de, 406
Epidemiología, 18 Golpeteo, 464
Equilibrio, 330 Gradiente adiabático vertical de temperatura, 90
constante de, 406 Gradiente adiabático vertical de temperatura en
Equivalencia, relación de, 444 húmedo, 91, 101
Escape de gases del cilindro, 455 Gradiente adiabático vertical de temperatura en
Escuelas del humo, 74 seco, 90
Esmog, 438 Gradiente, subadiabático vertical de temperatura,
Espacio superior, 306 90
Espectroscopia de absorción atómica, 68 superadiabático vertical de temperatura, 90
Espesador, 379 Gradiente vertical de temperatura, 90
Esquemas de control intermitente, 157 Gráfica psicrométrica, 174
Estabilidad atmosférica, 79 Gran despertar en relación con el medio
Estabilidad neutra, 92 ambiente, 2
544 ÍNDICE

Haagen-Smit, A. J., 438 Límite explosivo inferior, 329


Henry, ley de, 361 Límite explosivo superior, 329
constante de la ley de, 361 Límites explosivos, 327
Hidrocarburo, 7, 170, 304 Ljungstrom, precalentadores de, 420
Hidrocarburos que no son metano (NMHC), 449 Llama, extinción de la, 447
Hidrociclón, 238 Llama premezclada, 416
Hidrógeno, sulfuro de, 11, 356, 361 Llama, velocidad laminar de la, 430
Historia de la reglamentación del control de la Llenado, pérdidas por, 306
contaminación del aire por los vehículos Lluvia ácida, 492
de motor, 438 Los Ángeles, 4, 28, 104, 108, 145, 438, 471
Historia del control de la contaminación del aire, Luz, dispersión de la, 26
1
Hogueras, 340 Madera, 527
Hollín, 341 Mandato y control, enfoque del, 53
soplador de, 341 Material filtrante, 253
Humedad, 99, 170 Media geométrica o logarítmica, 208
Humedad relativa, 79 Mejor tecnología, 38
de control disponible, 43
Immediately Dangerous to Life and Health Mejores medios prácticos, 38
(IDLH), 518 Mercado, control del, 53
Impacto, 268 Metanol, 466
parámetro de, 266 Metil-tert-butílico, éter (MTBE), 467
Impactores o impactores en cascada, 268 Metilo, isocianato de, 1 1
Incentivos económicos, 48 Método de referencia, 67
Incineradores, 40 Métodos analíticos estándar, 67
índice de emisiones más bajo aleanzable (I.AER), Métodos equivalentes, 67
43 Mezcla pobre, combustión con, 467
Industrias de 'chimenea humeante", 438 Mezcla pobre, operación con, 458
Inercia, parámetro de, 266 Mezclado, altura de, 96
Infiltración y exfiltración, 509 en las reacciones de combustión, 339
Insolación, 132 Miera, 183
Interceptación, 270 Micrómetro (μm), 183
Interés por el medio ambiente, 2 Modelo proporcional, 123
Interferencia, 64 Modelos orientados a las fuentes, 145
Inundación, 277. 364 Monitoreo del ambiente, 59
Invernadero, efecto de, 478 Monzón, 86
gases de, 482 Motor de gasolina de IC de cuatro tiempos, 440
Inversión, 93 Motores de combustión externa, 439
en alto, 108 Motores de combustión interna (IC), 439
Inversión de desplome, 108 Motores de dos tiempos, 470
Inversión elevada, 217 Motores de turbina de gas, 470
Inversiones por drenaje, 109 Motores Diesel, 469
Muestra fortuita, 64
Koschmeider, ecuación de, 32 Muestra representativa, 60
Muestreador de alto volumen, 67
Lambda, 445 Muestreo isocinético, 69
Langmuir, isoterma de adsorción de, 347 Multiciclón, 232
Lapple, C. K., 183
Lavado por la lluvia, 212 National Ambient Air Quality Standards
Lavador de flujo coordinado, 278 (NAAQS), 12, 21, 22, 44
Lavadores, 271 National Emission Standards for Hazardous Air
Lavadores a contraflujo, 275 Pollutants (NES11AP), 12, 21, 22, 39,
Lavadores de flujo cruzado, 274 505
Lavadores en seco, 271 National Environmental Policy Act, 2
Licencias, 35 New Source Performance Standards (NSPS), 39
Lienzo, resistencia del, 254 Nitrógeno, bióxido de, 7, 64, 403
Lignito, 527 Nitrógeno, óxidos de, 5, 355, 403, 531
Límite de exposición de corta duración (STEL), No degradación o no deterioro, 46
Normalización, 202
ÍNDICE 545

Normas de la calidad del aire, filosofía de las, 38, Productos de desintegración, 515
43 Promedio ponderado respecto al tiempo (TWA),
NCx bajos, quemadores de, 428 22
NOx térmicos, inmediatos y del combustible, 410 Propiedades antigolpeteo de los combustibles, 465
Nueves, 165 Punto de rocío en ácido, 175
Número de octano, 465 Punto de vista euleriano, 129
Número de separación, 266 Punto de vista lagrangiano, 125
Número de unidades de transferencia, 396 Punto muerto inferior (BDC), 441
Punto muerto superior (TDC), 440
Occupational Safety and Health Administration Punto normal de ebullición (NBP), 299
(OSHA), 21
Opacidad o densidad óptica, 73, 139 Radiación, inversión por, 94
Otras plantas posibles de potencia, 468 Radicales libres, 331, 411
Oxidación-reducción, química de, del azufre y el Radón, 514
nitrógeno, 260 Rangos del carbón mineral, 527
Óxido nítrico, 7, 403 Raoult, ley de, 302
Óxido nitroso, 403, 488 Rayleigh, dispersión de, 27
Oxígeno estequiométrico, 170 Reacción quimiluminiscente, 67
Ozono, 7, 15, 531 Receptores (contaminantes), 6
modelos orientados a los, 145
Papel log-normal, 207 Reflexión difusa, 196
Paracelso, 12 Reflexión especular (como de espejo), 192
Partes por mil millones (ppmm), 9 Reid, presión de vapor de (RVP), 311, 315
Partes por millón (ppm), 9 Repetición, ecuación de, 123
Partículas primarias, 188 Resource Conservation and Recovery Act
Partículas respirables, 188 (RCRA), 161
Partículas secundarias, 188 Respiración, pérdidas por, 306, 309
Partículas suspendibles, 189 Respuesta a la dosis, curva de, 13
Penetración, 166 Retardo, coeficiente de, 192
Penetración, tiempo de, 323 fuerzas de, 192
Pérdidas por los sellos, 312 Retromezclado o mezclado, modelo de, 222
Permeabilidad, 254 Revoluciones por minuto (rpm), 447
Peroxiacetilnitrato, 532 Ringleman, M, 74
pH, 493 Riqueza, límite de, 329
Piedra caliza, lavadores en húmedo con, 378 Rosas de los vientos, 107
Pies cúbicos estándar por minuto, 173 Rosin-Rammler, ecuación de, 232
Pies cúbicos reales por minuto, 174
Plantas, daño a las, 23 Saint Helens, monte, 10
Plantas de ácido sulfúrico de doble contacto o de Saturación en caliente, 456
doble absorción, 369 Sedimentación, velocidad de, 188
Plantas generadoras en las que se quema carbón, Sedimentador, 379
39 Sedimentadores por gravedad, 221
Plomo, 6, 503 Selenio, 15
Plomo tetraetilo (TEL), 465 Separación, 359
PM10 (materia en partículas con diámetro de 10 Separador de ciclón, 228
mieras o menos), 5, 22 Separadores centrífugos, 226
Población de E.U., 199 Sequía orográfica, 100
Pobreza, límite de, 329 Sílice, gel de, 321
Polvo, 189 Sistemas en húmedo y en seco (para el SO2), 387
Precipitador del lado caliente, 248 Sistemas regenerativos para el control del S0 2 ,
Precipitadores electrostáticos (ESP), 238 392
Presión de vapor, 299 Sobredesviación, 478, 483
Presión parcial, 407 Sodio, carbonato de, 38
Prevention of Significant Deterioration (PSD), Standards of Performance for New Stationary
47, 159 Sources (V. New Source Performance
Probits, 204 Standards)
Proceso adiabático, 88 State Implementation Plan (SIP), 37
Proceso de maduración del carbón mineral, 527 Stokes, ley de, 189
Proceso isoentrópico, 88 distancia de detención de, 197
546 ÍNDICE

Subbituminoso, carbón mineral, 527 Válvula de conservación del vapor, 310


Sustitución para el control de los VOC, 305 Válvula de presión y vacío, 310
Van der Waals, fuerzas de, 187
Tamaño de partícula, funciones de distribución Vapor, contenido de equilibrio de, 299
del, 199 Variancia, 42, 206
Tanque de techo flotante, 312, 313 Vehículos de motor, 437
Tecnología de control razonablemente Velocidad de deriva, 243
disponible, 43 Velocidad de reacción química, 331
Temperatura de saturación adiabática, 175 Velocidad en la cara, 259
Terral, 105 Velocidad intersticial, 259
Tornados, 96 Velocidad másica, 364
Torta filtrante, 253 Velocidad superficial, 259
Torta, resistencia de la, 254 Velocidad terminal de sedimentación, 190
Tóxicos del aire, 12, 505 Ventilación positiva del cárter, 455
Trabajo, pérdidas por, 306 Venturi, lavador, 280
Troposfera, 90 Vida media, 142
Tubo de escape, dispositivo de control en el, Viento, cortante del, 102
161 velocidad del, 79
emisiones por el, 457 Viento de gradiente, 103
Tubos descendentes, 375 Viento geostrófico, 103
Turba, 527 Visibilidad, 24
Turner, libro de trabajo de, 139 Volumen y composición de los productos de la
combustión, 169
Último destino de los contaminantes, 162 Voluntarios humanos, 18
Umbral, valor límite de (TLV), 13
curva de valores de, 13, 16, 19, 23 West-Gaeke, método de, 67
valor de, 13
Unidades y estándares, 9, 429 Zeldovich, cinética de (de formación del NO),
411
Vaciado, pérdidas por, 306, 309 Zona de alta presión (atmosférica), 103
Valor calorífico inferior, 327 Zona de baja presión (atmosférica), 104
Valor calorífico superior, 327 Zona de extinción, 448
U N I D A D E S Y VALORES C O M U N E S
PARA L O S P R O B L E M A S Y EJEMPLOS

Para todos los problemas y ejemplos de este libro, a menos que se diga
explícitamente lo contrario supóngase lo siguiente:
La aceleración de la gravedad es g = 32.17 ft/s2 = 9.81 m/s2.
=
La presión atmosférica circundante es la "presión atmosférica estándar", Palrededores
Patmosférica = I atm = 14.696 (≈ 14.7) lbf/in2 = 33.89 ft de agua = 10.33 m de agua =
29.92 pulgadas de mercurio = 760 mm de mercurio = 760 t o r r = 101.3 kilopascal =
1.013 bar = 1.033 kgf/cm2.
Si el fluido del problema o ejemplo es agua, entonces se trata de agua a una presión de
I atm y 20°C = 68°F, para la cual
p = 62.3 lbm/ft3 = 998.2 kg/m3
μ = 1.002 centipoise = 1.002 x 10-3 Pa • s = 1.002 x 10-3 kg/m • s
= 6.73 x I0-4 lbm/ft • s = 2.09 x 10-5 Ibf • s/ft2
v = μ/p = 1.004 x I0-6 m2/s = 1.004 centistoke = 1.077 x 10-5 ft2/s
Si el fluido del problema o ejemplo es aire, entonces se trata de aire a una presión de I
atm y 20°C = 68°F = 528°R, para el cual
p = 0.075 lbm/ft3 = 1.20 kg/m3 = 2.59 x 10-3 Ib mol/ft 3 = 41.6 mol/m 3
μ = 0.018 centipoise = 1.8 x 10-5 Pa • s = 1.8 x I0-5 kg/m • s
v = μ / p = l . 6 l 3 x I0 -4 ft 2 /s = l.488x I0 -5 m 2 /s
Cp = 3.5R = 6.95 Btu/lb mol • °R = 6.95 cal/mol • K

Cualquier gas no especificado se supondrá que tiene las propiedades del aire a I atm y
20°C, antes dadas.

Cualquier partícula no especificada se supondrá que tiene una gravedad específica de


2.00 y, por consiguiente, una densidad de 2000 kg/m3 = 124.8 lbm/ft3.

Se supone que el aire es un gas perfecto con M = 28.964 ≈ 29 g/mol, con una
composición química, en términos de base seca, expresada como fracción molar, de
78.08% de N 2 , 20.95% de 0 2 , 0.93% de Ar, 0.03% de C 0 2 , todos los demás en menos
de 0.01 %. Debido a que el argón se comporta en la mayor parte de las situaciones, por
ejemplo, en la combustión, de la misma manera que el nitrógeno, normalmente se
simplifica y redondea la composición a 79% de N 2 , 2 1 % de 0 2 . Aun cuando los valores
normalmente se dan respecto a una base seca, a menudo resulta importante conocer el
contenido de agua de la atmósfera. A 20°C y con una humedad relativa del 50%, el
agua es 0.01 16 mol de agua/mol de aire = 0.0072 Ib de agua/Ib de aire.

En la literatura sobre la contaminación del aire y de otro tipo, "condiciones estándar"


casi siempre significa I atmósfera, pero se usan diversas temperaturas, siendo las más
comunes 0°C, 20°C y 25°C. En este libro, se supone 20°C. Para conveniencia del
lector, a continuación se hace una comparación de algunas propiedades del aire a
diversas temperaturas "estándar":

Temperatura, Viscosidad del aire, Densidad del aire, Volumen molar, Volumen molar, Densidad molar,
°C centipoise kg/m3 ft 3 /lb mol litros/mol mol/cm3

0 0.0172 1.292 359.02 22415 4.46 x 10-5

20 0.0182 1.204 385.30 24.056 4.16 x 10-5

25 0.0185 1.184 391.88 24.466 4.08 x 10-5

Para cualquier gas perfecto, el volumen por mol se expresa por V = RT/R En cualquier
parte que aparezca R en este libro, es la constante universal de los gases (véase el
apéndice A). Para los gases reales de interés para la contaminación del aire, a I atm de
presión ésta es una aproximación excelente. En la tabla anterior, se muestran los
valores correspondientes para una atmósfera.
Los pesos moleculares de los gases de interés para la contaminación del aire son los
siguientes: N 2 —28; O 2 —32; 03; C O — 2 8 ; C O 2 - 4 4 ; N O — 3 0 ; N O 2 - 4 6 ; SO 2 —64;
SO 3 —80; benceno (C 6 H 6 )—78; vapor de gasolina típica—alrededor de 100, si está toda
vaporizada, alrededor de 65 para el espacio superior de un tanque que contiene
gasolina líquida (véase el capítulo 10).
Los carbones minerales son enormemente variables. Los contenidos de azufre varían
desde alrededor de 0.4% hasta 4%. Para simplificar los cálculos y los ejemplos, a menos
que se exprese lo contrario, se supondrá que los carbones en los ejemplos y problemas
de este libro son un "carbón de veta típica de Pittsburgh", el cual tiene el último análisis
siguiente, en peso: carbono, 75.8%; hidrógeno, 5.0%; oxígeno, 7.4%; nitrógeno, 1.5%;
azufre, 1.6%; ceniza, 8.7%; valor calorífico, 13 600 Btu/lbm (seco). Véase el apéndice C en
relación con más detalles acerca de la amplia variedad de carbones minerales.
¿Está usted interesado o relacionado con la contaminación
del aire?

Este libro le dará respuestas a gran parte de sus problemas.


La mitad del libro describe los dispositivos de control; su
teoría y práctica. En la otra mitad se presentan algunas de las
bases de la selección de esos dispositivos; por ejemplo sus
efectos sobre la contaminación del aire, su relación con
reglamentos existentes, modelos atmosféricos, etcétera. Estos
temas influyen en la selección y diseño de los dispositivos de
control.

En muchas partes del libro el texto es sencillo y sus aspectos


más complejos se analizan en algunos de los problemas. A lo
largo del t e x t o encontrará profusión de ejemplos por
completo resueltos, con resúmenes de tablas y diversas
ilustraciones relativas, así como referencias de fuentes en las
que se pueden encontrar diversidad de datos relacionados
con el tema.

Sin duda, esta es una herramienta útil para ingenieros y


técnicos que de alguna manera se enfrentan cotidianamente a
problemas de contaminación del aire; ingenieros químicos,
ingenieros de plantas de producción y de generación de
electricidad, ingenieros y técnicos automotrices, funcionarios
de gobierno. Todos encontrarán algo que les será útil en el
trabajo.

McGraw-Hill Interamericana
ISBN: 970-10-1682-3 Editores, S.A. de C.V.
A Subsidiary of The McGraw-Hill Companies

También podría gustarte