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LA Cura Del Alcoholismo PDF
LA Cura Del Alcoholismo PDF
LA Cura
DEL Alcoholismo
Naltrexona, Nalmefene
(Selincro®)
Acaban con Su Ansia y
Consumo de Alcohol
Sin Fuerza de Voluntad,
Abstinencia, ni Malestar
con el Método Sinclair
Dr Roy Eskapa
PRÓLOGO DE
Dr David Sinclair
INTRODUCCIÓN DE
Claudia Christian
TRADUCIDO POR MARÍA JOSÉ LAGO EIZAGUIRRE
Copyright c 2013 del Dr. Roy Eskapa
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser
utilizada ni reproducida de ninguna forma sin el permiso por escrito del
autor, a excepción de la inclusión de citas breves en una reseña o en
artículos de opinión.
DEDICATORIA ....................................................................................... I
AGRADECIMIENTOS ............................................................................. III
PRÓLOGO DEL DR. DAVID SINCLAIR ........................................................ VII
INTRODUCCIÓN DE CLAUDIA CHRISTIAN ................................................... XV
SECCIÓN UNA
ALCOHOLISMO: ¿QUIÉN DICE QUE ES INCURABLE?
INÍCIESE USTED MISMO EN LA CURA .......................................................... 1
LA GÉNESIS DE LA CURA DEL ALCOHOLISMO .............................................. 11
LA CONTUNDENTE EVIDENCIA QUE AVALA LA CURA .................................... 47
¿POR QUÉ NO HE OÍDO HABLAR YA DEL MÉTODO SINCLAIR? ......................... 61
SECCIÓN DOS
CINCO PASOS PARA CURAR EL ALCOHOLISMO
INTRODUCCIÓN A LOS CINCO PASOS ....................................................... 83
PASO UNO – COMPRENDER LA CURA ...................................................... 87
PASO DOS – AUTOEVALUACIÓN, ¿NECESITO AYUDA? ............................... 103
La Cura del Alcoholismo
SECCIÓN TRES
HISTORIAS REALES DE CURAS REALES
LA HISTORIA DE JULIA: TRATAMIENTO SINCLAIR “DE LUJO”........................ 143
LA HISTORIA DE RICHARD: TRATAMIENTO SINCLAIR “LIGERO” .................... 155
LA HISTORIA DE DAVID: UN PACIENTE REINCIDENTE TIENE ÉXITO ................ 163
LA HISTORIA DE PETE: PACIENTE REINCIDENTE Y CON PROBLEMAS ADICTO AL
ALCOHOL Y LA COCAÍNA ..................................................................... 167
SECCIÓN CUATRO
UN FUTURO SOBRIO, MÁS FELIZ
EL MÉTODO SINCLAIR COMO MODELO PARA EL TRATAMIENTO DE OTRAS ADIC-
CIONES .......................................................................................... 179
i
Dedicatoria
E
STE LIBRO ESTÁ DEDICADO A todos aquellos que han su-
frido, directa o indirectamente, los efectos del alcohol.
También está dedicado a David Sinclair, sin el cual no
se hubiera obtenido el primer tratamiento verdaderamente
efectivo contra esta terrible aflicción – un tratamiento basado
en descubrimientos altamente originales llevados a cabo a lo
largo de cuarenta años de meticulosa investigación. Ya se han
salvado vidas como resultado del descubrimiento de Sinclair,
un tratamiento que resuelve el enigma que subyace a la adic-
ción justo donde ésta comienza -en el interior de la fisiología y
bioquímica del cerebro. Con el Método Sinclair (o extinción
farmacológica, como también se conoce), ahora se puede aca-
bar con la ansiedad y el sufrimiento.
i
Agradecimientos
M
ucha gente ha contribuido a la ciencia que avala
este libro. Uno de los más destacados fue Iván Pav-
lov, fisiólogo ruso y Premio Nobel, que describió
cómo se producen el aprendizaje y la extinción. Jack Fishman
y Harold Blumberg aislaron los primeros medicamentos anta-
gonistas de opioides.
David Sinclair fue el primero en demostrar cómo estos com-
puestos revierten la adicción al alcohol en el cerebro. El des-
cubrimiento de Sinclair del Efecto de Privación de Alcohol y la
extinción farmacológica condujo a una cura del alcoholismo
probada, rentable y digna, libre de los desagradables y peligro-
sos síntomas del síndrome de abstinencia.
Me gustaría agradecer al Instituto Nacional Finlandés de Sa-
lud Pública (KTL, antes Labs Alko) por su visión en la finan-
ciación masiva durante más de cuarenta años de la investiga-
ción sobre el alcoholismo.
iii
La Cura del Alcoholismo
Todos aquellos entregados investigadores que estudiaron el
uso de antagonistas de opiáceos (naltrexona, nalmefene, na-
loxona) en la investigación de la adicción también merecen
reconocimiento. El proyecto COMBINE en los Estados Unidos
destaca de forma especial como el mayor ensayo clínico jamás
realizado en la investigación de la adicción.
Aunque el proyecto COMBINE es sólo uno de los más de se-
tenta ensayos clínicos que confirman la eficacia del tratamien-
to con naltrexona en el alcoholismo, su equipo -dirigido por
Raymond Anton y Stephanie O'Malley- merece una mención
especial.
También merece nuestro reconocimiento el trabajo pionero
llevado a cabo por el grupo de la Universidad de Pennsylvania,
dirigido por Charles O'Brien y Joseph Volpicelli, y por Pekka
Heinala y el equipo de Finlandia.
Mención especial se debe al Dr. Kshama Metro y a Pankaj Do-
gra, de la Organización Chinmaya para el Desarrollo Rural,
que tuvieron la visión y el coraje de poner el Método Sinclair
en práctica mediante el uso de naltrexona del modo correcto -
en combinación con el consumo de alcohol- en áreas deprava-
das de zonas rurales de Himachal Pradesh, en la India. Gracias
a sus esfuerzos, ahora sabemos que el tratamiento puede fun-
cionar tan bien en regiones en desarrollo como en Helsinki,
Nueva York o Londres.
Quisiera expresar mi más especial agradecimiento a mi madre,
Shirley Eskapa, y a Claire Cazier, por sus valiosos comentarios.
Tara Foss ha demostrado ser un editor profesional con talento.
Aprecio enormemente la firme buena voluntad de mi padre,
Raymond Eskapa; y a mi tío, Graham Beck, por su convicción
plena en que este era un libro que tenía que ser escrito.
El enorme entusiasmo de mi difunto tío, Rodney Barnett, me
inspiró a seguir adelante, y estoy profundamente en deuda con
él. Mi tía, Rhona Beck, amable e inspiradora, creyó desde el
principio que el Método Sinclair es el avance que todos hemos
estado esperando desde hace demasiado tiempo ya en la
iv
Agradecimientos
búsqueda de una cura para el alcoholismo. También me ayudó
a mantener la fe cuando me enfrenté a varios obstáculos des-
alentadores, y le estoy enormemente agradecido.
Me gustaría expresar mi agradecimiento a Kevin Mitnick por
presentarme a David Fugate de Launch Books, que ha resulta-
do ser un agente exigente, profesional y tenaz. Asimismo me
gustaría dar las gracias a Glenn Yeffeth, Jennifer Canzoneri,
Yara Abuata, y Laura Watkins de BenBella Books por su profe-
sionalismo y por su compromiso inquebrantable con este tra-
bajo.
Akiko Takahashi, Linda y Richard Grosse, y Anil Metre me
ofrecieron un apoyo insuperable y me ayudaron más de lo que
se imaginan. También quisiera dar las gracias a muchos de mis
profesores más destacados: mi mentor, el catedrático Arnold
Lazarus; los catedráticos Allen Neuringer y Les Squier; Dr.
Raymond E. Anderson; y el gran médico, el catedrático Mosie
Suzman.
Me gustaría reconocer el apoyo que he recibido durante todos
esos años de mi hermano, Robert Eskapa; mi joven colega,
Max Cazier; sus abuelos, Edward and Yvonne Cazier. Gracias
también a Isaac Kaye por presentarme a David Sinclair; e
igualmente por su amistad a lo largo de los años a: Julian y Jo
Spector, Lisa Kaye, Tony y Michal Leon, Lisa Chiat, Mark y
Sandy Cohen, Jean Fleming, Jill, Sandra y Geoffry Wolf, Ami-
kam y Miriam Levanon, Shlomo, Doron y Miriam Angel, John
y Lucy Richards, Abe Mahlangu, Betty Brown, Sheleen
O‘Meara, Olga Faure, Pinky, Georgina Jaffee, Harold Nakin,
Dr. Steve Herman, Dr. Kenneth Jacobson, Dr. Marios Panos,
Dr. Rama Murphy, Dres. Roy y Kathy Aaronson, Nawang Dor-
je, Prasado Munch, Stephanie y Paul Cohen, Helen Burton,
Hassan Granmayeh, Vivek Narang, Munu Kasliwal, Kirsti Sin-
clair, Lorette Scheiner, Jill Samuels, el catedrático John Laza-
rus, Reena, Kartik, y Tanwi Metre, Ren Yaar Takahashi-Or,
Bupa Patel, Dr. Ming Pang, Pat Barnett, Dr. Frank Ferrise,
Philip Gillamond, los difuntos Harvey Martin y Philippa Pu-
v
La Cura del Alcoholismo
llar, Dr. Josh Berkowitz, Athar y Cornelia Sultan-Khan, y cómo
no mis maravillosos sobrina y sobrino Antonia y Nicholas
Grosse, y primos Anthony Beck, Oliver, y Leah Barnett, y Terri
Kramer.
Por último, me gustaría dar las gracias a mis abuelos, Masha
and Pepo Eskapa y Lea y Harry Barnett, que tanto me enseña-
ron.
vi
Prefacio
Dr. David Sinclair
E
l día en que se cumplía el plazo de entrega del primer
borrador de este libro en la editorial en Texas, el Dr.
Roy Eskapa estaba en las estribaciones del Himalaya,
presentando el método para tratar el alcoholismo a CORD,
una organización no gubernamental que trabaja en la zona
rural del norte de la India.
Yo estaba en Finlandia y había estado revisando los datos
científicos del manuscrito. Naturalmente, me había llevado el
doble de lo previsto, y Roy tuvo acceso a mis comentarios poco
antes de la fecha de entrega. El retraso creó un problema. Él
podía, con cierta dificultad, leer mis simples mensajes de co-
rreo electrónico a través de su teléfono móvil, incluso en el
pequeño pueblo cerca de Dharamsala. Sin embargo, para
transmitir todo el manuscrito a la editorial hacía falta una
buena conexión a Internet de banda ancha, y no había ningu-
na.
El único acceso cercano a Internet estaba más arriba en la
montaña, en McLeod Ganj, el pueblo donde el Dalai Lama vive
con sus seguidores. Yo ni siquiera podía encontrar el camino
hasta McLeod Ganj en Google Earth, pero aparentemente exis-
te. Simplemente es pequeño, sinuoso, lleno de baches, monjes
tibetanos, cabras y vacas. Y motocicletas. Así que Roy encontró
vii
La Cura del Alcoholismo
un compañero en Dharamsala que le alquiló una vieja motoci-
cleta Royal Enfield.
Con el libro almacenado en un lápiz de memoria USB en su
bolsillo, Roy se montó en el Enfield y empezó a subir la mon-
taña. Más allá de las cabras y las vacas. Pero a medida que se
acercaba a McLeod Ganj, el motor chisporroteó y murió.
La moto no podía seguir subiendo la carretera, pero podría ir
cuesta abajo.
Así que Roy se dio la vuelta y se deslizó cuesta abajo, más allá
de donde había iniciado el camino en Dharamsala, hasta que
por fin encontró a un mecánico.
En cinco segundos, arreglaron la bujía, y Roy se puso de nuevo
en camino carretera arriba.
A medio camino de McLeod Ganj, la Enfield se paró de nuevo.
Esta vez, se había salido la cadena. Roy la deslizó colina abajo
una vez más. La reparación esta vez llevó una hora, pero a su
debido tiempo Roy volvía al camino montaña arriba, pasó
Dharamsala y al hombre que le había alquilado la moto en
primer lugar. Y esta vez, en el que era su tercer intento, Roy
logró llegar a su destino, el Green Cyber Cafe en McLeod Ganj.
Enviar el manuscrito seguía siendo difícil: los ordenadores en
el Cyber Café estaban todos ocupados, pero el dueño permitió
a Roy usar su propio terminal. La conexión era lenta y desigual
y justo momentos antes de que el manuscrito acabara de car-
garse, hubo un apagón. Roy lo volvió a intentar y la luz se vol-
vió a cortar. Al tercer intento (¡cómo no!) el libro completo
voló desde el café Internet en el techo del mundo, atravesó el
globo en un abrir y cerrar de ojos, y llegó sano y a salvo a Ben-
Bella Books en Dallas.
El Dr. Eskapa se ha enfrentado a muchos obstáculos al escribir
este libro, y los relacionados con motos rotas son los menos; y
su tenacidad, energía y dedicación (no sólo al libro, sino tam-
bién a la promoción de su nuevo y eficaz tratamiento para el
alcoholismo) son la razón de que usted esté sosteniendo hoy
en sus manos La Cura del Alcoholismo: Bebe hasta la sobrie-
dad Sin Fuerza de Voluntad, Abstinencia, o Malestar.
He sido muy afortunado al haber estado involucrado en el de-
sarrollo de este nuevo método de tratamiento desde el princi-
pio.
viii
Prefacio
Es muy raro que un científico llegue a ver cómo su trabajo re-
corre todas las etapas del camino, pasando de la teoría a la
experimentación en el laboratorio y los ensayos clínicos, hasta
convertirse en una aplicación segura y aprobada. Pero aún hay
un paso más del que espero ser testigo, y es el paso que espero
que este libro ayude a lograr. Si este método para tratar el al-
coholismo ha de alcanzar todo su potencial, los médicos y los
pacientes deben conocerlo y entenderlo.
La cura del Alcoholismo también debería solucionar el pro-
blema de que, en la actualidad, sólo una pequeña fracción de
las personas que necesitan ayuda busca tratamiento. Esto es
comprensible, dado el método tradicional de tratamiento, al
que yo llamo ―El Método D‖. Considere los pasos implicados
en la mayoría de los tratamientos actuales e imagine que usted
quiere seguir uno:
Detección. Antes de que se le permita comenzar un tratamien-
to, usted debe admitir que es alcohólico, con todo el estigma
que por desgracia (y erróneamente) se asocia a dicha etiqueta.
Demora. Una vez usted haya accedido por fin a decir: ―Soy
alcohólico‖, y se haya armado del suficiente valor y motivación
para comenzar el tratamiento, es posible que se le diga que el
acceso más próximo al programa tendrá lugar tres meses más
tarde, si no más. Este problema es más frecuente en determi-
nados países, pero donde ocurre, desalienta a quienquiera que
busque ayuda.
Desintoxicación. Usted comienza con la horrible experiencia
de la abstinencia del alcohol. Si no se utilizan medicamentos,
la desintoxicación es dolorosa y turbulenta; incluso puede ser
fatal. También destruye neuronas. Si se utilizan medicamen-
tos, por lo general son drogas adictivas: benzodiazepinas, co-
mo diazepam (Valium) o clordiazepóxido (Librium) o barbitú-
ricos como fenobarbital (Luminal) y pentobarbital (Nembu-
tal); estos medicamentos le ayudarán en su abstinencia del
alcohol, pero usted puede acabar -como muchos lo hacen- con
dos adicciones en lugar de una.
Detención. A continuación, se le manda durante semanas a un
lugar –rehabilitación -donde se supone que es imposible be-
ber. El hacerlo afecta a su ritmo de vida, obligándole a elegir
entre mentir a los amigos y compañeros de trabajo o, de lo
contrario, decirles que es alcohólico y arriesgarse a sus reac-
ix
La Cura del Alcoholismo
ciones. Si tiene suerte, su trabajo le estará esperando cuando
regrese. Pero sólo si tiene suerte.
Déjalo, no bebas. Durante todo este tiempo, su mayor deseo es
beber. Nada ha debilitado esa ansia y ahora, después de sema-
nas de privación del alcohol, esta es aún mayor. Sin embargo,
lo primero que todo el mundo le dice es: ―¡Déjalo, no bebas!‖
Denigración. Como parte del tratamiento, algunos intentarán
doblegar su espíritu y resistencia con insultos, por ejemplo, o
despertándole a horas intempestivas, haciéndole realizar tra-
bajos humillantes, y obligándole a confesar todos sus pecados
pasados en público.
Disulfiram. Usted está en tratamiento porque no puede evitar
beber. Ahora, sin hacer nada para mejorar su capacidad de
resistencia al consumo de alcohol ni para reducir sus ansias,
los médicos de la instalación puede que le receten disulfiram
(AntabuseR), con lo que, si hace lo que cada fibra de su cuerpo
insiste en que debe hacer -beber alcohol- va a sufrir una tortu-
ra agonizante e incluso puede morir. Debe enfrentarte a esta
experiencia todos los días por el resto de su vida. Disulfiram
no hará nada para disminuir su deseo, y si alguna vez deja de
tomar disulfiram, su deseo será probablemente mayor de lo
que era antes de empezar a tomarlo.
Dinero. El tratamiento, sobre todo debido al carácter impa-
ciente de los pasos de desintoxicación y detención, es carísimo.
Usted tiene que ser capaz de pagar esto, aunque, durante su
detención, no estará en condiciones de cobrar su nómina e
incluso puede perder su puesto de trabajo.
Poco después de empezar a escribir esto, un viejo amigo, Pat, me pre-
guntó acerca de las cápsulas Antabuse porque al marido alcohólico de
una amiga suya le habían recetado una. Le dije que en mi opinión su uso
era similar al tratamiento de los prisioneros de Abu Ghraib a los que se
les decía que debían mantener los brazos en alto o sufrir una tortura
agónica e incluso la muerte. Me encontré con Pat de nuevo reciente-
mente y me dijo: "¿Te acuerdas del alcohólico al que se le recetó la
cápsula Antabuse y se le dijo que si bebía, se iba a morir? Bueno, acabo
de enterarme de que bebió, y murió‖. Siguió contándome que se había
abstenido durante aproximadamente un mes, pero finalmente no
aguantó más y empezó a beber unos sorbitos de alcohol. Los problemas
personales se amontonaron. Finalmente, compró y se bebió una gran
cantidad de alcohol. Y murió. Sospecho que su acción es similar a la de
un preso que finalmente elige la muerte a nuevas torturas.
x
Prefacio
Y por último: ¡De vuelta a empezar! Las probabilidades de que
dentro de un año o dos esté de vuelta en el punto de partida
son muy altas, volviendo a plantearse si pasar por el trata-
miento otra vez, y otra, y otra más...
El nuevo método detallado en La Cura del Alcoholismo cam-
bia todos los pasos D. No hay Detección. Nuestro método es
para cualquier persona que quiera controlar su manera de be-
ber. No hay Demora. El tratamiento es completamente ambu-
latorio y puede comenzar inmediatamente. No hay Desintoxi-
cación. Usted bebe como lo hace normalmente, pero debido a
este método, su ansia decrece lentamente, por lo que su con-
sumo de alcohol también disminuye de forma gradual y segu-
ra. No hay Detención. Ni Disulfiram. Ni drogas adictivas o
peligrosas. Ni Denigración. Su dignidad se realza. Los costes
se reducen. Y no hay camino De vuelta: el método funciona la
primera vez, y en lugar de recaer, los pacientes mejoran de
forma progresiva cuanto más tiempo están en tratamiento.
No debemos culpar a los médicos y personal sanitario del
Método D. Hasta ahora, era el mejor que podían ofrecer.
Déjeme darle un ejemplo. Yo acababa de dar una charla al per-
sonal de un hospital en Massachusetts explicando la extinción
farmacológica, el concepto clave de este nuevo método, y cómo
usarlo para ayudar a sus pacientes. Al médico jefe, el doctor
Michael Pearlman, le gustaron nuestros resultados y estaba
emocionado por el método de extinción. A la salida, me pre-
sentó a una paciente, Kathy, y le dije que yo había desarrollado
un nuevo medicamento para tratar el alcoholismo.
Kathy me miró con suspicacia. ―¿Es uno de esos medicamen-
tos con los que no se puede beber nada?‖
Le respondí que el nuestro era casi lo contrario. Tenías que
beber alcohol para que el medicamento surtiera efecto. A ella
le pareció una idea interesante.
Le describí cómo se aprendía a beber alcohol. Estaba de
acuerdo: lo había experimentado en carne propia.
Entonces le expliqué cómo los comportamientos aprendidos
pueden ser eliminados por extinción. Ella había oído hablar de
Pavlov y de cómo había utilizado la extinción con sus perros
para eliminar sus respuestas condicionadas.
xi
La Cura del Alcoholismo
Le pareció que el nuevo tratamiento tenía sentido. ―Creo que
me gustaría probar eso. . . pero no quiero que mi médico aquí
me lo dé. Él me lo echa en cara porque soy madre y todo eso‖.
Le aseguré que degradar a los pacientes no era parte del pro-
cedimiento. ―De hecho, una de las reglas en las que insisto es
en que los pacientes deben ser tratados con dignidad‖.
Ella me miró con un viso de sorpresa. La idea de ser tratada
con dignidad no se le había ocurrido en mucho tiempo.
Más importante, sin embargo, fue lo que el Dr. Pearlman le
dijo: ―Mira, Kathy, antes no teníamos la naltrexona y la extin-
ción. Así que usamos cualquier arma a nuestro alcance para
intentar que dejases de beber, incluso decirte que eras una
mala madre si bebías. Pero ahora tenemos una manera mejor‖.
El objetivo de este libro, al menos inicialmente, era informar a
la gente en los Estados Unidos acerca de este nuevo método.
Los países desarrollados, como Estados Unidos y Finlandia,
ciertamente se beneficiarían de ello. A la mayoría de los pa-
cientes, como el título del libro dice, les proporciona la cura
del alcoholismo. Es más seguro, más barato, más humano y
más eficaz que otros tratamientos.
Donde el método supone un mayor beneficio potencial, sin
embargo, es en los países en desarrollo.
La situación es similar a la de los teléfonos móviles. Aunque
son útiles en países como Estados Unidos y Finlandia, donde
ya existe una infraestructura de líneas fijas, lo cierto es que en
cierto modo los teléfonos fijos compiten con los móviles y
pueden obstaculizar su desarrollo. Ahora bien, donde los telé-
fonos móviles brillan de verdad es en lugares donde no hay
infraestructura, como es el caso de gran parte de África.
Los teléfonos móviles en estos lugares ofrecen la capacidad de
un ―salto tecnológico‖, conectando a las personas entre sí y con
el mundo sin tener que gastar una fortuna tendiendo cables
sobre el terreno. Permiten a los países en desarrollo saltar este
paso intermedio por completo.
Esto mismo se aplica a nuestro tratamiento. No requiere una
desintoxicación o hospitalización previas. El primer ensayo
clínico en el tratamiento de alcohólicos a nivel mundial sin
desintoxicación previa fue la que se llevó a cabo aquí en Fin-
landia: a los pacientes que ayer estaban bebiendo simplemente
xii
Prefacio
se les dice que hoy tomen naltrexona o nalmefene antes de
beber alcohol.
En una ocasión hice una presentación en un hospital de trata-
miento del alcoholismo en Virginia. El personal entendió
cómo la extinción farmacológica funciona y aceptó los resulta-
dos que les mostré, pero mencionaron un problema: ―¿Cómo
se supone que vamos a ganarnos la vida?‖ El hospital recibía
una cierta cantidad de dinero por cada alcohólico que era des-
intoxicado. ¿De dónde saldría el dinero con un tratamiento
que no requería internar a los pacientes para desintoxicarlos?
Esto puede haber sido un obstáculo para la difusión del trata-
miento en Estados Unidos y otros países desarrollados, pero es
una ventaja importante en los países en desarrollo. No han
invertido millones en construir instalaciones en donde desin-
toxicar e internar a los alcohólicos. No tienen un gran número
de personas ya capacitadas para trabajar en esas instalaciones.
Nuestro método, por lo tanto, podría proporcionar a los países
en desarrollo otro tipo de ―salto tecnológico‖ que les permitie-
se ayudar a su gente con problemas con el alcohol sin tener
que gastar una fortuna construyendo una infraestructura para
su tratamiento.
Usar el nuevo método, allí donde no se han establecido los
tratamientos tradicionales suena bien en teoría pero ¿funcio-
naría en la práctica? El Dr. Eskapa ha demostrado que es muy
probable que así fuera. Él presentó el tratamiento a los médi-
cos que trabajan con CORD en el norte de la India. El director
nacional de CORD, el Dr. Kshama Metre, me ha enviado hace
poco los resultados de sus primeros veintiocho pacientes. El
porcentaje de éxito ha sido del 75 por ciento. Esta es práctica-
mente la misma tasa de éxito que la que encontramos en nues-
tras clínicas en Finlandia y muy parecida a la de las clínicas
que utilizan el método en Florida. Por supuesto, la de la India
no deja de ser una muestra pequeña, pero no hay razón para
sospechar que el método funcione de manera diferente en
otros países. A diferencia de muchos de los tratamientos para
el alcoholismo, la extinción con naltrexona o nalmefene deber-
ía ser relativamente independiente de factores culturales.
Recientemente, describí el nuevo método desde el punto de
vista científico a un joven investigador de visita en nuestro
laboratorio en Helsinki. Fue gratificante descubrir que él
xiii
La Cura del Alcoholismo
aceptó sin dudarlo cada uno de los grandes descubrimientos y
conclusiones que conducen a la extinción farmacológica, pero
lo cierto es que no me sorprendió. Hoy en día, estos temas son
aceptados de forma general por la mayoría de los líderes en el
campo. Después de mis conferencias, a menudo me cuentan
que los médicos de élite en el tratamiento del alcoholismo sab-
ían todo esto desde el principio. El consenso durante décadas
ha sido que el alcoholismo es un trastorno de comportamiento
aprendido y que el sistema de endorfinas o sistema opioide
por lo menos jugaban un papel en el refuerzo del consumo de
alcohol. Desde hace más de un siglo se sabe que la extinción es
un mecanismo para eliminar comportamientos aprendidos. La
conclusión obvia para cualquiera que sume dos y dos es que la
naltrexona y el nalmefene podrían utilizarse para extinguir el
consumo de alcohol. No estoy seguro de por qué otros, con la
notable excepción de Abram Wikler en el campo de la adicción
a la heroína, no han informado antes del uso de la extinción en
el tratamiento de desintoxicación, pero lo más importante es
que la mayoría de los expertos hoy en día están de acuerdo con
nuestras conclusiones. Dicha aprobación en el campo puede
significar que ya ha llegado la hora de que médicos y pacientes
en general acepten, de una vez por todas, este método. La cura
del alcoholismo quizás juegue un papel fundamental en el es-
tablecimiento de esta aceptación. Y espero que, con esta acep-
tación, venga una era más ilustrada en la que verdaderamente
se curen las adicciones.
xiv
Introducción
Claudia Christian
Autora de Babylon Confidential
D
e 2003 a 2009 probé todos los tratamientos disponi-
bles para el alcoholismo en el planeta. Probé rehabili-
tación, desintoxicación, hipnosis, psicoterapia, trata-
mientos vitamínicos, retiros de yoga, intervención espiritual,
AA, oración, iglesia, acupuntura, regresión a vidas pasadas,
dietas, cortar el azúcar, nutricionistas, tratamiento eléctrico de
corriente continua... en fin, se hacen a la idea.
Nada me funcionó. Me mantenía sobria por períodos que iban
de un mes a 11 meses y medio (nunca alcancé la marca del
año), y luego volvía a las andadas después de convencerme a
mí misma de que en realidad no era una alcohólica ni muchí-
simo menos, sino tan sólo una bebedora emocional. Eso es lo
traicionero de la enfermedad, que te hace pensar que si puedes
permanecer sobria durante un período de tiempo, entonces,
no eres alcohólica. Así que tomas una copa, y te sientes bien
con una, por lo que tomas dos la próxima vez, luego tres. En-
tonces, he aquí que te ves tomando un trago por la mañana
para deshacerte de la resaca, y lo siguiente que sabes, estás
tumbada en la cama desintoxicándote con alucinaciones,
xv
La Cura del Alcoholismo
echando las tripas, y llorando como un niño de 2 años. Bueno,
al menos eso es lo que yo hacía.
No me avergüenza admitir que fui alcohólica. De hecho, me
siento feliz de poder decir exactamente eso: ―Yo fui alcohólica‖
Fui alcohólica y ya no lo soy. El alcohol no dicta mi vida.
¿No sería maravilloso levantarse en una reunión de AA y gri-
tar: ―Hola, soy Bob, y yo solía ser un alcohólico‖
Usted puede decir eso ahora. El Método Sinclair cura el alco-
holismo, y yo soy la prueba viviente. Lo he seguido desde aquel
trascendental día de marzo de 2009, cuando me topé con el
libro del Dr. Roy Eskapa La cura del alcoholismo, mientras
buscaba los ingredientes de la vacuna inyectable de acción
prolongada, Vivitrol, que estaba pensando en probar. La vacu-
na cuesta 750 euros al mes, y se suponía que era para inhibir
las ansias de alcohol. Estaba deseando esa inyección, pero el
centro de desintoxicación al que insistía en llamar, por fortuna
–o el destino- nunca me devolvió las llamadas.
Compré el libro y lo leí. Entonces, copié algunos capítulos y se
lo lleve a un médico. El médico tuvo que buscar la naltrexona
en su pequeño libro negro de drogas, y se mostraba muy pre-
ocupado, por decirlo suavemente. Nunca había oído hablar del
Método Sinclair, ni había tenido ninguna experiencia con los
bloqueadores de opiáceos. Pero de mala gana me dio una rece-
ta de 15 pastillas, y el resto es historia.
Ahora puedo beber sin peligro, y todavía disfruto de una copa
de vino y socializo con amigos. No me mantengo sobria al
100%, aunque hay momentos en los que, literalmente, ―olvido‖
beber alcohol, en otras ocasiones, sin embargo, bebo más de
una copa de vino-al igual que un bebedor normal. El Método
Sinclair me ha hecho la persona que era antes de que la en-
fermedad apareciese a hurtadillas. Ya no pienso en el alcohol,
y, como no estoy obligada a seguir un programa estricto de
abstinencia, ya no me molesta estar sobria. El Método Sinclair
ha logrado lo imposible. Puedo beber, o puedo optar por no
beber. La palabra clave aquí es ―elegir‖. Tengo una elección
ahora. Yo soy libre de las cadenas de la adicción y de las cade-
nas de la abstinencia forzada.
Tengo muchos amigos que, como yo, han encontrado que a
medida que fueron creciendo, empezaron a abusar del alco-
hol. No es de extrañar que mis dos abuelos abusasen del
xvi
Introducción
alcohol en los 40; mi adicción comenzó a los treinta y mu-
chos, pero antes de eso, yo era una persona normal. No beb-
ía alcohol durante el día ni todas las noches, ni tampoco
perdía el conocimiento ni vomitaba o me envenenaba a mí
misma. Era una bebedora social moderada. Muchos de mis
amigos que notan que están en camino de convertirse en
adictos o que están seriamente abusando del alcohol, han
seguido el Método Sinclair. Todos los que han tomado la
medicación correctamente han reducido en gran medida su
consumo de alcohol: funciona.
Simplemente tienes que seguir las instrucciones, sencillas
pero fundamentales; tomar la naltrexona o nalmefene 1
hora antes de beber la primera copa en un período de 24
horas. Esta es la Regla de Oro. Puede tomar 50 mg, como
yo, o es posible que, al igual que algunas personas (un pe-
queño porcentaje), necesite 75mg. Eso lo deberían decidir
usted y su médico.
Es una excelente idea llevar un diario de consumo de alco-
hol. De hecho, creo que es imprescindible para su proceso
de recuperación, ya que realmente muestra los hechos en
blanco y negro. Para mí, la gráfica mostró un descenso radi-
cal al principio. Entonces yo permanecía sobria. Entonces,
unos meses más tarde, comencé a beber alcohol como lo
hacía a los veinte años: un poco de vino un par de veces a la
semana y sin excesos. Yo soy lo que el Dr. Eskapa llama un
―respondedor rápido‖, y me siento dichosa de que el Método
Sinclair me funcionase, literalmente, de la noche a la maña-
na. Sin embargo, para algunos de ustedes, podría llevar va-
rios meses.
Uno de mis amigos sólo vio una diferencia después de 9 me-
ses (el tiempo medio desde el inicio hasta la cura es de 3 a 4
meses), mientras que otro tuvo que subir la dosis a 75 mg y
entonces vio grandes resultados después de 6 meses de frus-
tración. Por eso debe mantener el diario para ver cómo le fun-
ciona a usted personalmente y luego ajustar las cosas si es ne-
cesario. Por favor, no cometa el error (sorprendentemente
común) de pensar, ―Oh, voy a tomar la medicación con mi
primera copa‖ o ―Oh, voy a pasar esta vez‖. Debe tomarlo una
hora antes de su primera copa durante el resto de su vida si
xvii
La Cura del Alcoholismo
continúa bebiendo alcohol. No puedo enfatizar esto lo sufi-
ciente. Siga las instrucciones ¡por favor!
No es tan difícil si se prepara un poco. Los diabéticos consi-
guen controlar su enfermedad, así que usted puede controlar
el alcoholismo. Simplemente lleve la medicación en todas par-
tes: en el coche, en su cartera, en uno de esos pastilleros tipo
llavero, en su despacho, en casa y en la casa de su mejor ami-
go. En serio. . . necesita acceder a su medicación si sabe que va
a encontrarse en una situación donde tomará una copa. Co-
nozco a un tipo que tiene un collar con una pequeña bala de
plata en el extremo que tiene dos cápsulas de naltrexona, y él
ni siquiera bebe alcohol ya. Así que, ahí lo tiene: vaya a un
médico, consiga una receta, y tome una pastilla una hora antes
de la primera copa. En pocos meses estará curado. Es así de
simple.
Si yo hubiera conocido el Método Sinclair en el año 2002,
cuando se mostraron los primeros signos de alcoholismo, me
habría ahorrado años de agonía, relaciones arruinadas, pérdi-
da de confianza, dolor físico, discordia familiar, ruina financie-
ra por los tratamientos, aumento de peso, sentimiento de cul-
pa agotador y miseria -por citar sólo algunos de los horrores
que soporté.
No podemos recuperar los años perdidos, pero podemos se-
guir adelante. Yo lo hice, y lo mismo puede hacerlo usted o
uno de sus seres queridos que sufre de alcoholismo.
En la primavera de 2009, después de curarme del alcoholis-
mo, contacté con el Dr. Eskapa a través de su editor, BenBella,
y me llevé una enorme sorpresa cuando me respondió no sólo
con celeridad, sino con el corazón y la mente abiertos y una
enorme cantidad de bondad, integridad, y pasión. Hablamos
acerca de por qué no es más conocido el Método Sinclair y lo
que podía hacer yo para ayudar. Le conté que planeaba escri-
bir un libro sobre mi viaje a través de la adicción y le pregunté
si le importaría que utilizara parte sus investigaciones en mi
libro. Él ofreció generosamente un apéndice completo, acceso
al Dr. David Sinclair (otro santo que merece el Premio Nobel
por sus incansables esfuerzos y años de trabajo duro), y co-
menzamos una amistad y una relación laboral que me ha
acompañado a través de algunos de los momentos más inspi-
radores de mi vida. Estos dos hombres están completamente
xviii
Introducción
dedicados a salvar vidas con este tratamiento milagroso, y ten-
go la intención de hacer todo lo que esté a mi alcance para
ayudar a difundir la noticia.
Mi sueño es que, algún día no muy lejano, usted oiga a alguien
en un bar o restaurante preguntar, ―¿Tomaste la pastilla?‖ O
vea a un chico joven dirigirse a un nuevo amigo en un club y
decir: ―¡Oh! ¿Sigues el Método Sinclair? ¡Yo también!‖
Ese es mi sueño: un mundo donde la gente ya no sufra esta
terrible enfermedad. Un mundo donde las familias se reúnan
con sus seres queridos, donde los niños ya no sufran abusos a
manos de un alcohólico, y donde la juventud y la belleza y el
talento y la inteligencia no se desperdicien en el abuso y la
adicción. Un mundo donde los accidentes de tráfico se reduz-
can a la mitad, las facturas médicas se rompan en pedazos, y el
coste social del alcoholismo se limite a una cantidad irrisoria.
Ese es mi sueño, y deseo que usted, querido lector, ayude a
lograr ese sueño.
Les deseo salud y felicidad y liberarse de la adicción. Yo lo
hice, y usted también puede.
Claudia Christian
5 de enero de 2012
Hollywood, California
xix
SECCIÓN Alcoholismo:
UNO ¿Quién dice
Que es Incurable?
1
Iníciese usted mismo
En la Cura
L
a Cura del Alcoholismo pretende ser una guía para en-
tender cómo funciona el Método Sinclair, así como sus
complejidades y sutilezas. Es un tratamiento científica-
mente demostrado que, por primera vez en la historia, cura
realmente la adicción al alcohol. Docenas de estudios clínicos
demuestran que el Método Sinclair cura la adicción al alcohol.
Las tasas de éxito en las clínicas son del 78 por ciento o más.
Por el contrario, los métodos actuales de rehabilitación pre-
sentan tasas de éxito de alrededor del 10-15 por ciento, según
el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo
(NIAAA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El título del libro, La Cura del Alcoholismo: Bebe hasta la so-
briedad Sin Fuerza de Voluntad, Abstinencia, o Malestar, va
en serio.
La adicción al alcohol ahora puede curarse, y no a través de la
abstinencia, sino tomando siempre un medicamento llamado
Esta cifra se basa en las tasas de éxito en clínicas de Finlandia y Flori-
da.
1
La Cura del Alcoholismo
naltrexona una hora antes de beber alcohol. La naltrexona no
es adictiva y rara vez produce efectos secundarios.
La reducción en la ansiedad y el consumo de alcohol es pro-
gresiva. Los beneficios se pueden ver en apenas diez días des-
pués de la primera toma, pero los efectos son tres veces más
potentes en tres o cuatro meses. Para entonces, sus ansias de
alcohol habrán disminuido tanto que ya no estará obsesionado
con el alcohol. Algunas personas optarán por dejar de beber
por completo, mientras que otros continuarán bebiendo de
forma segura y controlable. Los beneficios continúan aumen-
tando indefinidamente, siempre y cuando usted tome la nal-
trexona cada vez que beba alcohol, si es que lo hace.
Desde principios de la década de los 90, el Método Sinclair ha
curado a miles de pacientes, muchos de ellos considerados
casos perdidos. El tratamiento se apoya en más de setenta en-
sayos clínicos publicados, que se analizan más adelante en el
libro. Los primeros ensayos clínicos con naltrexona para el
alcoholismo, realizados en la Universidades de Pennsylvania y
Yale, incluían un asesoramiento extenso y, en consecuencia,
cuando la FDA aprobó el uso de la naltrexona en el año 1994,
se estipuló que el medicamento debía ser utilizado como parte
de un amplio programa de tratamiento del alcoholismo. En
mayo de 2006, el Journal of the American Medical Associa-
tion publicó los resultados del proyecto COMBINE con 1.383
pacientes, convirtiéndolo en el estudio más grande en la histo-
ria de la adicción al alcohol.1 Los resultados demostraron una
vez más que la naltrexona es segura y eficaz, pero mostraron
también que lun asesoramiento extenso no era necesario. Co-
mo resultado de este estudio, la naltrexona ya no es sólo para
grandes clínicas especializadas en problemas de alcohol, sino
que cualquier médico con licencia puede éticamente y de for-
ma segura recetar naltrexona para tratar problemas con el al-
cohol.
Uno de los objetivos de este libro es proporcionar a los médi-
cos y sus pacientes la información que necesitan para poder
utilizar correctamente la naltrexona. Los ensayos clínicos han
demostrado claramente que la naltrexona sólo funciona cuan-
do se usa de una manera particular, y no es la forma en la que
la mayoría de los médicos lo haría intuitivamente. Si quiere
que sus pacientes dejen de beber, les dice ―no beba‖, les da
2
Iníciese Usted Mismo en la Cura
tanto apoyo como sea posible para que mantengan la absti-
nencia, y luego les dice que tomen el medicamento. Esa es la
solución intuitiva.
Es más, esa es la manera en que los médicos han dado Anta-
buseR, el único medicamento previamente aprobado para el
tratamiento del alcoholismo. Los ensayos clínicos en Finlandia
y Estados Unidos han demostrado que la naltrexona no es efi-
caz cuando se usa de esta manera. Los ensayos demostraron
que la naltrexona sólo funcionaba cuando se tomaba al mismo
tiempo que se consumía alcohol.
Hasta ahora, la mayoría de médicos y expertos en adicciones
no eran conscientes de que para curar el alcoholismo, uno tie-
ne que beber alcohol mientras la naltrexona está en el torrente
sanguíneo. ¿Cómo, se preguntan, puede ser ético permitir a los
alcohólicos que sigan bebiendo? Incluso si el consumo se con-
trola y se combina con una medicación especial, ¿cómo puede
producir una cura?
En Estados Unidos, una nación con una tradición de templan-
za tan asentada que en una ocasión promulgó la Ley Seca, la
idea puede parecer una barbaridad. En particular, se opone a
las nociones culturales de que la única respuesta al alcoholis-
mo es la abstinencia de por vida.
La Cura requiere un conocimiento básico de tres conceptos
clave descubiertos por David Sinclair:
1. El Efecto de Privación de Alcohol- explica cómo la abs-
tinencia conduce a un aumento progresivo en el deseo y, fi-
nalmente, a una recaída en el consumo excesivo de alcohol y
por qué la adicción nunca antes había sido curable.
2. Extinción Farmacológica- El probado Método Sinclair
para la eliminación de la adicción.
3. Aprendizaje Potenciado Farmacológicamente- para
el fortalecimiento de conductas saludables alternativas.
5
La Cura del Alcoholismo
Como estudiante de postgrado en psicología clínica, se me exi-
gió asistir a reuniones de Alcohólicos, Narcóticos o Jugadores
Anónimos en calidad de observador. Me quedé impresionado
por los extraordinarios esfuerzos que los adictos hacen para
conseguir un chute, ya fuese de alcohol, de heroína, o de jue-
gos de azar. Tras numerosas sesiones en calidad de observador
en una clínica pionera en el tratamiento de adicciones, decidí
no trabajar profesionalmente con adictos. Sin embargo, varios
años después de doctorarme en psicología, me topé con la
adicción de mi amigo al alcohol. Empecé a buscar ayuda.
Después de varios intentos fallidos y largas búsquedas, en-
contré al Dr. Sinclair y su equipo de investigación en Finlan-
dia. Sinclair aseguraba que podía curar la adicción al alcohol.
Adicción es una conducta aprendida que se ha visto reforzada
con tanta frecuencia y con tanta fuerza que la persona adicta
no es capaz de controlarla. El consumo de alcohol ocasiona
refuerzo y es aprendido a través de ese refuerzo.2
Al principio, cuando Sinclair me dijo que el alcohol produce
refuerzo en el cerebro por el mismo sistema que la morfina (un
opiáceo), pensé que sus afirmaciones eran extraordinarias;
pero me mostró el fruto de su investigación, que había iniciado
años antes en su tesis doctoral y que luego acabaría publican-
do en la prestigiosa revista científica Nature3 -que la morfina
actúa como una droga sustitutiva del alcohol. Esto sucede por-
que el alcohol libera endorfinas que se unen a los mismos re-
ceptores de opioides en el cerebro a los que se unen la morfina
y otros opiáceos.
Durante mi visita al laboratorio de Sinclair en Helsinki, vi las
imágenes y los gráficos que muestran cómo se aprende el al-
coholismo mediante el fortalecimiento de rutas en el cerebro, y
cómo, una vez aprendido, estas rutas que causan ansiedad y
consumo siguen siendo poderosas y capaces de dominar otros
comportamientos para toda la vida. Esta es la base del precep-
to de AA de que una vez que uno se vuelve alcohólico, lo es
para siempre. La abstinencia del alcohol no eliminaba el alco-
holismo, sino que, como Sinclair me mostró, sensibilizaba más
las rutas, haciendo que la persona ansiara alcohol más que
nunca. ―La adicción no sucede de la noche a la mañana‖, ex-
plicó Sinclair. ―Se necesita tiempo y práctica para aprenderla.
Para cuando ha echado raíces, todos los métodos convenciona-
6
Iníciese Usted Mismo en la Cura
les únicamente pueden intentar superar la adicción, cada vez
más fuerte, como si intentasen parar el reflejo de levantar la
rodilla con la mera fuerza de voluntad, pero no pueden elimi-
nar la causa de la bebida y se revelan prácticamente inútiles
para combatir la adicción al alcohol‖.
Sólo hay una manera conocida, dijo Sinclair, de revertir los
cambios causados por el aprendizaje. El sistema nervioso tiene
un mecanismo llamado extinción para debilitar comporta-
mientos aprendidos previamente. ―La extinción es la goma de
borrar del cerebro para eliminar los comportamientos que ya
no producen el refuerzo esperado‖. La extinción comienza
cuando una persona hace algo que solía provocar refuerzo,
pero ahora, por alguna razón, el refuerzo está bloqueado. En el
caso de la bebida, el refuerzo puede ser prevenido por medi-
camentos, como la naltrexona, que bloquean los receptores de
endorfinas. ―La persona bebe, y las endorfinas se liberan, pero
las endorfinas sólo rebotan en los receptores que están blo-
queados con naltrexona‖. El sistema nervioso reacciona debili-
tando las conexiones neuronales que causan ansiedad y con-
sumo de alcohol.
Sinclair me mostró gráficos que demuestran cómo el ansia de
beber alcohol y el consumo disminuían gradualmente con el
paso de los meses en los pacientes que siempre tomaban la
naltrexona antes de beber.4 Los gráficos también mostraban
cómo la administración de naltrexona sin beber alcohol no
tenía efecto sobre la adicción.5
¡Los pacientes tenían que beber alcohol para obtener algún
beneficio de la medicación! Sinclair me dio varias de sus pu-
blicaciones y me explicó cómo el alcohol provoca la liberación
de endorfinas –los opiáceos producidos de forma natural por
el cuerpo- en el cerebro cada vez que bebemos alcohol. Las
endorfinas son ―hormonas locales‖ opiáceas o morfínicas que
proporcionan un acceso directo al aprendizaje. Por ejemplo,
los animales pueden aprender a conseguir comida por el lento
refuerzo proporcionado después de la digestión de la comida y
la supresión del hambre, pero las endorfinas proporcionan
una manera más rápida y precisa. Por ejemplo, tan pronto
como usted muerde una manzana madura, el sabor dulce pro-
voca una liberación de endorfinas, lo que proporciona un re-
fuerzo rápido. Nuestro cerebro utiliza este acceso directo para
7
La Cura del Alcoholismo
reforzar muchos comportamientos; las endorfinas se liberan
cuando hacemos ejercicio vigorosamente, tenemos relaciones
sexuales, degustamos alimentos dulces y picantes, cogemos en
brazos a bebés o a lindos animalitos, hacemos apuestas, vamos
de compras o probamos actividades de riesgo. Las endorfinas
también sirven como ―analgésicos naturales‖; por ejemplo, los
niveles de endorfinas de las mujeres aumentan cuando dan a
luz.
8
Iníciese Usted Mismo en la Cura
Su familia y sus amigos intentaron de muchas maneras dife-
rentes con la misma fuerza continuar ayudándole. Mucha gen-
te, incluyendo desconocidos, rezó por él. Él se suplicó a sí
mismo dejar de beber, llegando incluso a contratar un asisten-
te personal que le impedía físicamente conseguir alcohol.
Aunque ciertamente él no ―elegía‖ seguir bebiendo -como al-
gunos expertos en adicciones dirían- el ansia acabó ganando
venciendo. En la plenitud de su vida y después de una magní-
fica lucha, perdió esta batalla agónica contra la botella. Murió
a la edad de treinta y cinco años. Nadie se imaginaba que esto
pasaría.
10
2
La Génesis de la
Cura del Alcoholismo
P
uedo dejar de fumar cuando quiera. No soy adicto; me
gusta beber. ¿Cuántas veces ha dicho estas palabras, ya
sea a usted mismo o a los que le rodean? Bueno, puede
que no sea adicto, pero tampoco puede dejar de beber alcohol.
Está en algún punto intermedio. Usted sabe que beber dema-
siado alcohol es peligroso para su salud, es consciente de que a
veces bebe demasiado y dice cosas que desearía no haber di-
cho, y sabe que las resacas empeoran.
Pero también sabe que dejarlo ―de golpe‖ y nunca beber de
nuevo sería demasiado difícil para usted; piensa que sería una
pesadilla. No cree que haya otro camino. Siga leyendo.
Sinclair Descubre Qué Impulsa al Alcoholismo
¿Quién iba a pensar que un niño pequeño del que se burlaban
en un autobús escolar en Virginia Occidental por tener un im-
pedimento del habla iba a descifrar un día el código responsa-
11
La Cura del Alcoholismo
ble de una adicción desconcertante que, según la Organización
Mundial de la Salud, mata a 1,8 millones de personas cada
año?
Cuando la mayoría de la gente no podía entender lo que decía,
las actividades del ―cerebro derecho‖ (―Right brain‖) de Sin-
clair estaban avanzadas. Sus dibujos eran similares a los crea-
dos por los estudiantes que le doblaban la edad. A los once
años, fue aceptado en las clases de arte de la universidad local.
El director de su escuela lo nombró el ―artista oficial de la Es-
cuela‖, sobre todo para animarlo a quedarse y por lo menos
aprender a leer y escribir. Con su especial aptitud para los
conceptos visuales y espaciales, comenzó a ponerse al día
académicamente y finalmente se graduó junto a los de su
promoción. También superó su problema del habla y en la ac-
tualidad es conocido por su capacidad de hablar con elocuen-
cia acerca de ideas abstractas.
Sinclair posteriormente obtuvo becas para estudiar física en el
Instituto Carnegie de Tecnología en Pennsylvania en 1961. En
ese momento, Carnegie tenía uno de los primeros ordenado-
res, el Bendix G-20, equipado con 32.000 tubos de vacío. Esa
es aproximadamente la mitad de la capacidad de mi teléfono
celular, pero era una maravilla para su época; la experiencia de
Sinclair con él tuvo una profunda influencia en su trabajo pos-
terior en neurociencia.
Cuando usted programa un ordenador, no basta con dibujar
en un recuadro negro etiquetado recompensa o castigo; tiene
que describir exactamente cómo funciona el proceso. Por otra
parte, observar el complejo ―comportamiento‖ que el G-20 era
capaz de producir con simples cables y tubos de vacío llevó a
Sinclair a sospechar que tal vez sería posible entender la base
física de nuestro propio comportamiento humano.
El interés de Sinclair por el comportamiento le llevó a la inves-
tigación del alcohol, primero en la Universidad de Cincinnati y
luego en la Universidad de Oregón.
12
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
Un factor importante, aunque esencialmente accidental, fue su
descubrimiento del Efecto de Privación de Alcohol (EPA).7 El
EPA resultó ser el primer paso para descifrar el código de la
adicción al alcohol. El Dr. R. J. Senter de la Universidad de
Cincinnati tenía una beca para investigar el alcohol y contrató
a Sinclair como un entusiasta estudiante de licenciatura en el
año 1964 para ayudar a cuidar las ratas de laboratorio. La cre-
encia generalizada en ese momento era que a las ratas y otros
animales no les gustaba el alcohol y, por lo tanto, no eran rele-
vantes para el estudio del alcoholismo humano. Y eso fue pre-
cisamente lo que estaban comprobando en Cincinnati. Las
ratas tenían la opción de dos botellas de las que poder beber,
una llena de agua y la otra con una solución de alcohol. Alre-
dedor del 70 por ciento del líquido que bebían las ratas estaba
en la botella de agua y sólo alrededor del 30 por ciento en la
botella de alcohol. Las ratas parecían preferir agua al alcohol.
Sinclair tenía una idea para un experimento y le preguntó a
Senter si podía utilizar algunas ratas. Senter aceptó, pero le
dijo que tendría que utilizar animales que hubieran sido utili-
zados como controles en un estudio anterior porque no había
fondos para más animales. En el experimento anterior, a las
ratas se les había estado dando a elegir entre agua y alcohol
durante varias semanas. Al final de ese experimento, se dejó a
las ratas en sus jaulas durante unas pocas semanas con acceso
libre a comida y agua pero no a alcohol. Fue entonces cuando
Sinclair hizo por primera vez una observación casual que
tendría consecuencias importantes en la investigación de las
causas y en la eventual solución del alcoholismo en los seres
humanos. Deliberar una forma completamente nueva de en-
tender los mecanismos que impulsan la adicción, debe haber
venido como una revelación tan audaz como la de Isaac New-
ton cuando vio una manzana caer de un árbol -una observa-
ción que se dice que ha impulsado la creación de la teoría de la
gravitación universal en la física newtoniana. Sinclair relata lo
que sucedió:
13
La Cura del Alcoholismo
Así, a media tarde, cuando las ratas normalmente dormían,
me fui a la sala de las ratas y empecé a poner de nuevo botellas
de alcohol en las jaulas. Para mi gran sorpresa, las ratas se
despertaron de inmediato, fueron a la parte delantera de la
jaula, y comenzaron a beber la solución de alcohol con ganas.
No prestaron atención a la botella de agua de al lado. Su prefe-
rencia por el alcohol poco a poco volvió a niveles normales
durante la semana siguiente, pero después de haber visto el
alto nivel de consumo cuando volvieron a acceder al alcohol,
yo no podía dudar de que esas ratas hubieran mostrado una
alta motivación por el alcohol. (Sinclair, 1997)8
El Efecto de Privación de Alcohol (EPA) resultó ser uno de los
factores más sólidos y poderosos que controlan el consumo de
alcohol.
Hoy, cuarenta años después, sigue siendo uno de los efectos
más estudiados en la investigación del alcohol. Los datos de
estos experimentos demostraron de forma concluyente que la
abstinencia del alcohol en ratas que ya estaban acostumbradas
a beber aumenta su motivación para el alcohol. Esto ocurre no
sólo en ratas y otros animales, sino también en personas. La
implicación era que cuanto más se prive a un alcohólico de
alcohol, con más ansia lo anhelará.
Desde la publicación en 1968 del artículo que describe el Efec-
to de Privación de Alcohol , ha sido reconocido como funda-
mental para comprender por qué el alcoholismo y otras mu-
chas adicciones se convierten en patologías crónicas. Para es-
tablecer el deseo de alcohol, es necesario primero beber alco-
hol repetidamente durante un tiempo prolongado -en el caso
de las ratas, durante varias semanas. Después de eso, como T-
K Li, el director del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alco-
hol y Alcoholismo (INAAA), ha dicho, la motivación por el al-
cohol es una simple cuestión de programación. Es similar a la
motivación por la comida y el agua. Si quieres estudiar el
hambre, no lo buscas inmediatamente después de la comida
de Acción de Gracias. Observas a personas que han pasado
14
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
muchas horas o días sin comer. Del mismo modo, si usted
quiere ver una alta motivación por el alcohol, tiene que estu-
diar a las ratas o las personas que han sido privadas de él du-
rante semanas.
La motivación por el alcohol se ve con mayor claridad nada
más devolverlo. No puedo decir que las ratas se estén murien-
do por una bebida, pero en cuanto se vuelve a abrir el bar al
reponer las botellas de alcohol en sus jaulas, empiezan a beber
de nuevo inmediatamente y con ansia La tasa de consumo de
alcohol durante los primeros minutos después del final de la
privación es quince veces superior a la tasa diaria observada
sin privaciones.
Una vez que el consumo excesivo de alcohol inicial en ratas
alcohólicas que han sido previamente privadas de éste ha se-
guido su curso, vuelven a sus niveles de consumo anteriores.
El Efecto de Privación de Alcohol (Figura 1) se ve no sólo en
animales sino también en humanos alcohólicos. Las curvas
muestran cómo el deseo aumenta con el tiempo si los alcohóli-
cos -ratas o humanos- se ven privados de alcohol; y cómo se
dan un atracón cuando recuperan el acceso al mismo.
15
La Cura del Alcoholismo
19
La Cura del Alcoholismo
Alcohol, cuestionó la hipótesis de que las ratas no podían ser
utilizadas para estudiar el alcoholismo porque simplemente no
les gustaba beber alcohol.
El Dr. Kalervo Eriksson comenzó la línea de ratas AA en Fin-
landia a principios de los 60. El alto nivel de consumo de alco-
hol de las ratas AA llevó a Eriksson a la misma conclusión que
Sinclair había alcanzado en Estados Unidos: las ratas pueden
desarrollar un ansia primitiva de alcohol que es muy similar al
alcoholismo humano. Eriksson y Sinclair intercambiaron se-
paratas de sus publicaciones a finales de los 60. Luego, en
1972, cuando Sinclair completó su tesis doctoral sobre la in-
vestigación del alcohol, no se lo pensó dos veces ante la opor-
tunidad de estudiar estas peculiares ratas en Finlandia. Les
debemos mucho a estos animales, ya que facilitaron el éxito de
la investigación que, como veremos, condujo a la cura de esta
terrible adicción.
Eriksson desarrolló dos líneas de ratas. La línea AA fue criada
para beber grandes cantidades de alcohol cuando tuviera liber-
tad de elección. Con el tiempo y el paso de varias generaciones,
llegaron a obtener la práctica totalidad de su bebida de la bote-
lla de alcohol. La otra línea, la de las ratas ANA, fue desarro-
llada seleccionando ratas que bebieran muy poco alcohol;
eventualmente, prácticamente lo evitaban por completo. La
investigación de Eriksson le llevó a la conclusión de que los
factores genéticos juegan un papel importante en el consumo
de alcohol. Una concienzuda investigación, primero en ratas y
luego en seres humanos, ha demostrado que la herencia y la
experiencia son prácticamente igual de potentes en la deter-
minación de la cantidad de alcohol que se consume y en quién
se vuelve alcohólico.
Ahora, Sinclair disponía de las ratas AA para su investigación,
y Alko le había dado un presupuesto prácticamente ilimitado y
vía libre para proceder de forma independiente –el sueño de
cualquier investigador.
20
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
Sabía por sus investigaciones sobre el Efecto de Privación de
Alcohol que el alcoholismo no estaba causado por la depen-
dencia fisiológica ni la tolerancia.
Nunca había considerado la vieja idea de que el alcoholismo
era una debilidad moral, diciendo en tono de broma que él no
tenía ninguna ―rata mala‖. De su tesis doctoral tenía evidencia
de que había una conexión con la adicción a los opiáceos y
también algún tipo de interacción con zinc. No obstante, no
conocía la causa subyacente de beber alcohol. En retrospecti-
va, la respuesta era simple y bastante obvia –la retrospectiva
siempre ve así los descubrimientos- pero en aquel momento
nadie la veía.
La respuesta fue resultado de un poco de suerte, seguido de un
montón de trabajo duro. Kalervo Eriksson había tenido la im-
presión en sus lecturas de que los psicólogos norteamericanos
trabajaban todos con cámaras de condicionamiento operante,
también conocidas como cajas de Skinner. En consecuencia,
Eriksson tenía un regalo para Sinclair -una hermosa caja de
Skinner nuevecita importada desde Lafayette, Indiana. A pesar
de la idea preconcebida de Eriksson, Sinclair nunca había tra-
bajado por su cuenta con una caja de Skinner. Afortunada-
mente, sin embargo, una de las subvenciones Senter, mientras
Sinclair trabajaba para él, implicaba cámaras operantes. La
gran ventaja que Sinclair tenía era su convicción de que a las
ratas les gusta el alcohol, por lo que no hizo nada para obligar
a los animales a beber, sino que simplemente dejaba las ratas
en la caja de Skinner donde podrían presionar una palanca
para el alcohol o el agua y donde también tenían una botella de
agua y comida disponibles, por lo que no pasaban hambre o
sed.
En un día, todas las ratas AA habían aprendido a levantar la
palanca del alcohol.12 En poco tiempo estaban presionando la
palanca cientos de veces al día para obtener alcohol, e igno-
rando casi por completo el agua a la que tenían libre acceso y
también la palanca que les daba acceso al agua. Más tarde,
21
La Cura del Alcoholismo
probó a poner pesas en la parte posterior de las palancas. La
forma habitual de dificultar una respuesta es utilizar el casti-
go; por ejemplo, un investigador podría estudiar cuántas des-
cargas eléctricas sería capaz de soportar una rata con el fin de
obtener el alcohol. Sinclair nunca intentó eso, en parte porque
a él le gustaban las ratas, pero también porque el estrés habría
confundido los resultados. Las palancas pesadas mostraron
que las ratas AA tenían una gran cantidad de motivación para
el alcohol; continuaban presionando hasta que un tercio de su
peso corporal estaba sobre la parte trasera de la palanca y la
única forma en que el animal podía alcanzarlo para poder ba-
jar era colocar su nariz y patas delanteras sobre la palanca y
luego saltar.
Estos estudios, al igual que estudios posteriores realizados por
su estudiante Petri Hyytiä, mostraron que el alcohol produce
refuerzo. Las ratas habían aprendido una nueva respuesta pa-
ra poder obtener el alcohol, así que por definición, el consumo
de alcohol estaba produciendo refuerzo. Una extensión simple
de esta conclusión es un trastorno aprendido de la conducta.
Algunas personas que tenían suficiente experiencia en el con-
sumo de alcohol y que, al igual que las ratas AA, tenían carac-
terísticas genéticas que las conducían a obtener grandes canti-
dades de refuerzo del alcohol, aprendieron tan bien la conduc-
ta del consumo de alcohol que no la podían controlar.
Esta noción de que beber alcohol es algo aprendido está a solo
un paso del descubrimiento, por parte de Sinclair, de la extin-
ción farmacológica y de la cura de la adicción. Se sabe desde la
época de Pavlov que si una respuesta se aprende, la forma de
debilitar y eliminar la respuesta es la extinción. El Método
Sinclair utiliza una medicación, naltrexona o nalmefene, para
desencadenar, farmacológicamente, el propio mecanismo de
extinción del cuerpo. El resultado fue que, por primera vez en
la historia, fue posible eliminar las respuestas que causan el
alcoholismo.
22
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
Aprendizaje y refuerzo
Sinclair se inspiró en los primeros experimentos de Ivan Pav-
lov, el fisiólogo ruso galardonado con el Premio Nobel en 1904
por su trabajo acerca de cómo los comportamientos se apren-
den y se extinguen. Los famosos experimentos de Pavlov mos-
traron de qué manera los perros aprendieron a salivar cuando
sonaba una campana porque la campana había sonado pre-
viamente antes de que a los perros se les diera comida (refuer-
zo). El aprendizaje está condicionado a que al perro se le re-
compense con comida cada vez que suena la campana. Una vez
que el comportamiento hubo sido condicionado y el perro sali-
vaba al oír el sonido de la campana, Pavlov hacía sonar la
campana, pero no le daba comida. En poco tiempo, el perro
salivaba cada vez menos cuando oía la campana. Al no darle
comida al perro cuando sonaba la campana, Pavlov evitaba
que su cerebro recibiese un refuerzo positivo. Cada vez que
esto ocurría, el sistema nervioso del perro reaccionaba debili-
tando el comportamiento aprendido previamente. Se producía
menos y menos saliva, y a la larga no se secretaba ninguna
cuando sonaba la campana. Este mecanismo se denominó ex-
tinción, un mecanismo biológico aparentemente simple, aun-
que especialmente poderoso para invertir el comportamiento
aprendido.
La extinción no es simplemente aprender que la campana ya
no significa alimento. La extinción es un mecanismo separado
del aprendizaje, y obedece a reglas diferentes.13 Por ejemplo, el
aprendizaje funciona mejor cuando el intervalo entre experi-
mentos es muy amplio, pero la extinción requiere de ―pruebas
masivas‖. Si Pavlov hubiese hecho sonar la campana solo una
vez por semana sin dar alimento, habría habido poca o ningu-
na reducción en la cantidad de salivación. En lugar de eso, tu-
vo que hacerla sonar una y otra vez en un periodo de tiempo
corto.
Los experimentos con las ratas AA con predisposición genética
a convertirse en alcohólicas condujeron a Sinclair a la conclu-
23
La Cura del Alcoholismo
sión de que la adicción al alcohol era algo aprendido y que
podía eliminarse mediante la extinción. Él sabía que la extin-
ción ocurre cuando se produce una respuesta, pero el resulta-
do esperado se bloquea. Entonces, la pregunta es ¿cómo puede
uno bloquear el refuerzo? ¿Cómo puede uno hacer que una
rata o una persona beba alcohol, lo pruebe, sienta la embria-
guez, y aun así no obtenga el refuerzo? Si Sinclair pudiera con-
cebir una forma de hacer esto, podría extinguir la adicción a la
bebida y curar el problema.
Para responder a esta pregunta, era necesario saber de qué
manera el alcohol produce refuerzo. La respuesta fue sugerida
por la investigación que Sinclair ya había iniciado en Oregón
acerca del efecto de la morfina sobre el consumo de alcohol.14
Si la morfina satisface el deseo de alcohol (y el alcohol satisfa-
ce el deseo de opiáceos), entonces es probable que ambas dro-
gas produzcan refuerzo de la misma manera. La evidencia
científica mostró que la morfina y otras substancias opiáceas
(como la heroína, por ejemplo) producían sus efectos de re-
compensa o refuerzo uniéndose a receptores especiales, cono-
cidos como receptores de opioides, en el cerebro. Por supues-
to, el cerebro no desarrollaba receptores de opioides con el fin
de unirse a extractos de adormidera. Como se descubrió pron-
to, el cuerpo tiene sus opioides endógenos, llamados endorfi-
nas, que son la sustancia natural de unión a los receptores de
opioides. La razón de que el opio, la heroína, la morfina y
otros opiáceos sean capaces de afectar al cerebro es que todos
estos productos químicos tienen formas moleculares similares
a las endorfinas y, en consecuencia, pueden, como las endorfi-
nas, unirse y activar los receptores de opioides.
Para la fascinante historia del descubrimiento de los receptores de
opioides, véase el libro de Candice Pert Las Moléculas de la Emoción:
La Ciencia tras la Medicina de la Mente y el Cuerpo, New York:
Touchstone, 1997.
Las neuronas realizan descargas eléctricas; los receptores se activan.
Si se activan suficientes receptores de glutamato, provocan que la neu-
24
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
Parecía probable, por lo tanto, que el alcohol estuviera produ-
ciendo refuerzo al liberar endorfinas. La solución a la adicción
era simplemente un caso de bloquear el refuerzo de las endor-
finas cada vez que se consumiera alcohol. Sinclair supuso que
la manera de hacer esto sería bloquear los receptores de opioi-
des en el cerebro evitando que se uniesen a las endorfinas libe-
radas cada vez que se consumiera alcohol.
El siguiente paso fue encontrar una manera de hacer esto.
Afortunadamente para Sinclair, las herramientas para aden-
trarse en el cerebro y bloquear las endorfinas ya existían, en
forma de compuestos llamados antagonistas de opioides. Son
medicamentos que literalmente bloquean opiáceos, como la
morfina o la heroína y opioides, como las endorfinas, evitando
que se unan a los receptores de opioides en el cerebro. Estos
medicamentos han existido desde principios de los 60.
En una ocasión viví la experiencia aleccionadora de observar los pode-
rosos efectos de la naloxona en un adicto a la heroína con sobredosis
que habían traído al servicio de emergencias de un hospital del centro
de Londres a primera hora de la mañana de una frío día de enero. El
26
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
Extinción Farmacológica: Desintoxicación y Cura
Con anterioridad a la ejecución de los ensayos clínicos en per-
sonas, Sinclair llevó primero a cabo docenas de experimentos
probando naltrexona, nalmefene, y naloxona con la línea de
ratas AA que consumían grandes cantidades de alcohol y con
otras ratas ya adictas al alcohol. Los experimentos de Sinclair
demostraron que cuando las ratas adictas recibían el antago-
nista para bloquear los receptores de opioides (endorfinas) en
el cerebro, los animales reducían su consumo de alcohol. Ese
fue un hallazgo importante porque sugería que los medica-
mentos también podrían ayudar a los alcohólicos.
Igual de importante, sin embargo, era el patrón que seguían
para disminuir su consumo porque mostraba el mecanismo
mediante el cual trabajan los antagonistas, y por consiguiente,
la forma en que los medicamentos debían ser utilizados por los
seres humanos.
La Figura 2 ilustra los resultados de un experimento típico.
Las ratas habían estado bebiendo la solución de alcohol duran-
te muchas semanas y ahora se les daba sólo una hora al día -
una especie de ―hora feliz‖. Tenían agua y comida disponible
todo el tiempo, pero todos los días, cuando las botellas de al-
cohol se ponían en las jaulas, las ratas corrían a ellas y bebían
con ansia, debido al Efecto de Privación de Alcohol. La prime-
ra barra muestra la cantidad media de alcohol que bebían en la
hora feliz durante la semana antes del tratamiento.
Después, a las ratas se les administró un medicamento anta-
gonista (nalmefene en este caso), administrado poco antes de
cada uno de las cinco sesiones diarias siguientes.
Figura 2.
Figura 2. Extinción del consumo de alcohol en ratas
Media de la Semana Previa: A las ratas se les da alcohol una hora al día,
pero sin antagonista de opioides = alto consumo
Sesiones de extinción: A las ratas se les da alcohol después de la medi-
cación antagonista de opioides = El consumo eventualmente disminuyó,
pero no en la primera sesión.
Sesiones siguientes: a las ratas se les da alcohol, pero sin medicación
antagonista de opioides = consumo todavía significativamente reducido
pero que empieza a aumentar
* Menos del 5% de probabilidad de que la disminución con respecto a la
semana anterior sea fruto de la casualidad.
** Probabilidad de <1%.
(Sinclair, JD. PowerPoint Presentations, Finnish National Public Health
Institute, Department of Alcohol Research, 1997–2008). Una versión
anterior se publicó en 1998.15
29
La Cura del Alcoholismo
medicina se había eliminado, pero el consumo seguía siendo
reducido. En su lugar, la combinación de consumo de alcohol
bajo medicación -Naltrexona + Consumo de Alcohol- había
debilitado el circuito en el cerebro de las ratas que causa el
consumo de alcohol y el ansia por el mismo.
Nótese, sin embargo, que el consumo en los días posteriores
está volviendo a incrementarse. En estos días en los que no se
administró ningún antagonista y consumían alcohol, este pro-
dujo refuerzo de nuevo y la conducta de consumo estaba sien-
do nuevamente reaprendida. Esto no fue una sorpresa ya que
se sabe que los comportamientos extinguidos pueden ser
fácilmente reaprendidos.
Los animales adictos dejaron de beber alcohol, porque el anta-
gonista previno el refuerzo de endorfinas después de que lo
hicieran. Sinclair llamó a esta desintoxicación proceso de ex-
tinción de la adicción farmacológica, lo que ahora se conoce
como el Método Sinclair.
Sinclair demostró claramente que la extinción era responsable
de la reducción en el consumo adictivo. Luego repitió estos
experimentos con todas las variantes imaginables. Siempre se
observó el mismo patrón de consumo reducido de alcohol y de
sacarina, dos sustancias que liberan endorfinas en el cerebro.
Además, cuando se usan correctamente, los medicamentos
antagonistas de opioides eliminan el consumo de otras sustan-
cias, como la metadona, sustancia opiácea similar a la morfi-
na. Las curvas de aprendizaje y de extinción son idénticas en
ratas y seres humanos –con la única diferencia de que la extin-
ción es más rápida en las ratas que han aprendido a beber al-
cohol en un único ambiente de laboratorio (Figura 2) que en
los seres humanos (Figuras 3 y 4), que han estado aprendien-
do a beber durante años en una amplia variedad de situacio-
nes.
La morfina y otras sustancias opiáceas, como la oxicodona sintética,
pueden ser consideradas también como substancias ―externas‖ o exóge-
nas semejantes a la endorfina.
30
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
El Consumo de Alcohol se Reduce Drásticamente
en Ratas Alcohólicas—Extinción
La curva de la Figura 3 muestra el patrón descendente en 115
pacientes con alcoholismo. El consumo de alcohol se redujo de
un promedio de treinta y siete unidades a nueve unidades por
semana (véase el capítulo 9 para una descripción de las medi-
das de alcohol). El mismo patrón a la baja, llamado curva de
extinción, se observó en las ratas tratadas con naloxona, nal-
mefene o naltrexona antes de beber (Figura 2).
31
La Cura del Alcoholismo
34
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
35
La Cura del Alcoholismo
El consumo de alcohol conduce a la adicción mucho más
fácilmente si existe una predisposición genética al alcoholis-
mo. Sin la ―correcta‖ predisposición genética, es posible, pero
poco probable, que alguien desarrolle un problema de alco-
holismo. Incluso las personas que tienen la constitución gené-
tica ―correcta‖ para el alcoholismo no se volverán adictas si no
beben alcohol en primer lugar.
En aquellos que han heredado el potencial de convertirse en
adictos y beben alcohol, las rutas en el cerebro crecerán even-
tualmente hasta hacerse ―súper-autopistas‖. Construidas a lo
largo de años de consumo, estas súper-autopistas permanecen
abiertas toda la vida, sin desaparecer ni inactivarse. Permane-
cen con uno para siempre, que es por lo que es tan difícil para
los alcohólicos mantenerse sobrios. No importa qué trata-
miento secular o espiritual abracen, la mayoría de los alcohóli-
cos recaen a los pocos meses de comenzar el tratamiento. Al-
cohólicos Anónimos afirma: ―Una vez alcohólico, siempre al-
cohólico‖. El alcoholismo es una condición permanente -a me-
nos que y hasta que las adictivas rutas neuronales que lo con-
trolan puedan ser eliminadas.
Afortunadamente, ahora es posible eliminar estas adictivas
rutas neuronales conectadas por todo el cerebro. Si estas
súper-autopistas se cierran poco a poco, la adicción se revierte.
Sinclair ha logrado demostrar que este proceso de desintoxica-
ción podría lograrse mediante el proceso de extinción farma-
cológica, que se hace posible mediante el uso de naltrexona
para bloquear el refuerzo de las endorfinas liberadas en el ce-
rebro cada vez que alguien consume alcohol.
El tratamiento de extinción farmacológica requiere la combi-
nación de Naltrexona + Consumo de Alcohol para invertir el
sistema reforzado de consumo de alcohol, restaurándolo gra-
dualmente a su estado anterior, pre-adicto. El proceso de ex-
tinción farmacológica ocurre gradualmente y de forma incre-
mental cada vez que se bebe alcohol mientras la naltrexona
está dentro del sistema bloqueando la acción de las endorfinas
36
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
sobre los receptores de opioides en el cerebro. Las súper-
autopistas se vuelven a cerrar, convirtiéndose nuevamente en
caminos de tercera.
En el esquema de la Figura 5, la naltrexona actúa en el Paso 6,
impidiendo que las endorfinas se unan a los receptores de
opioides. Por consiguiente, los receptores no se activan y no
hay refuerzo; por lo tanto, el Paso 7 no se produce. En su lu-
gar, el mecanismo de extinción se activa, debilitando la ruta
que no ha conseguido proporcionar refuerzo. En este caso,
debilita las neuronas productoras del ansia de alcohol y su
consumo.
La naltrexona no tiene prácticamente ningún efecto si se toma
por si sola, sin consumir alcohol. Si no se bebe alcohol, no se
liberan endorfinas en el cerebro. Si se toma la naltrexona sin
beber alcohol, simplemente se asienta en los receptores de
opioides sin tener nada que bloquear.
En realidad, eso es una simplificación excesiva porque hay
otras cosas que también liberan endorfinas. Tomando nal-
trexona sin beber alcohol puede reducir un poco el interés por
los dulces o por el sexo, pero no va a reducir el deseo de con-
sumir alcohol. La extinción sólo afecta a los comportamientos
en los que hay endorfinas presentes que se producen mientras
se está bajo medicación.
Incluso si la naltrexona se toma con alcohol, los efectos que
reduzcan la ansiedad ocurrirán de manera gradual y progresi-
va. En alcohólicos humanos, los resultados no se ven inmedia-
tamente.
La Figura 6 muestra la similitud de los resultados obtenidos
con ratas de laboratorio a los que se obtienen con los alcohóli-
cos humanos. En ambos casos, la medicación producía benefi-
cios significativamente mayores que los placebos cuando se
combinaba con la bebida –haciendo posible la extinción- pero
no cuando se administra durante un periodo de abstinencia -
evitando así la extinción.
37
La Cura del Alcoholismo
La parte inferior de la Figura 6 ilustra la eficacia del Método
Sinclair (Naltrexona + Consumo de alcohol = Cura) com-
parándola a su ineficacia cuando la naltrexona se administra
sin beber alcohol.17 El equipo de Finlandia llevó a cabo de for-
ma simultánea dos ensayos clínicos controlados con placebo.
En uno, a los pacientes se les permitió beber alcohol, con el
objetivo de un consumo controlado. En el otro, a los pacientes
se les dijo que tenían que abstenerse mientras estuviesen me-
dicados. Los resultados muestran que la naltrexona, tomada
junto con un consumo controlado de alcohol, produce resulta-
dos significativamente mejores que tanto la naltrexona con
instrucciones de abstenerse como con los que toman un place-
bo (por ejemplo, una pastilla inactiva de azúcar), junto con un
consumo de alcohol controlado. Los que tienen como objetivo
controlar su consumo de alcohol y están tomando un placebo
son los que más en riesgo están de recaer en consumo excesi-
vo.
Por lo tanto, al igual que AA afirma, el consumo social de alco-
hol no es un objetivo alcanzable y realista para los alcohólicos,
si no están siendo tratados con naltrexona. Pero el tomar la
naltrexona mientras se consume alcohol cambia las reglas.
Entonces el consumo controlable del alcohol sí es un objetivo
apropiado; Naltrexona + Consumo de Alcohol es la fórmula
para obtener beneficios de la medicación.
En el caso de la extinción farmacológica o Naltrexona + Con-
sumo de Alcohol, los pacientes permanecen en control de su
consumo de alcohol por tiempo indefinido, siempre y cuando
sigan los Cinco Pasos (Sección Dos) -el ―Paso de Oro‖- y nunca
beban sin la medicación. De hecho, muchos pacientes indican
que después de uno o dos meses de tratamiento, son capaces
de abstenerse por completo, y los que beben mientras toman
la medicación lo hacen con moderación. En el estudio de se-
guimiento finlandés, unos tres años después del inicio del tra-
tamiento, los pacientes que seguían tomando naltrexona antes
de beber consumían alcohol un promedio de sólo 1,5 ocasiones
38
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
por semana como máximo, y en dichas ocasiones tomaban de
media un máximo de cuatro copas.
39
La Cura del Alcoholismo
41
La Cura del Alcoholismo
―Me di cuenta de que todos parecíais estar prestando más
atención esta mañana, pero pensaba que estaba haciendo un
buen trabajo en clase‖.
Entonces, ¿qué mostró el experimento?
• Que el Refuerzo tiene un poderoso efecto en el comporta-
miento de una persona en un nivel no consciente; Schumsky
no decidió ir a la izquierda conscientemente. No estaba tra-
tando conscientemente de obtener más placer. Sin embargo,
aprendió la conducta muy bien.
• Que la Extinción, producida al prevenir el refuerzo previo,
tiene un efecto aún más potente -elimina el comportamiento
aprendido. La extinción también trabaja en un nivel subcons-
ciente; Schumsky no era consciente de que estaba pasando por
la extinción, y él no tomó ninguna decisión consciente para
dejar de ir a la izquierda. Sin embargo, el comportamiento
aprendido se extinguió.
Al igual que el alcoholismo se aprende a través del refuerzo
mediante la liberación de endorfinas en el cerebro cuando be-
bemos alcohol, también puede ser extinguido mediante el blo-
queo del refuerzo tomando naltrexona al beber alcohol. Esto es
el proceso de extinción. No es una elección consciente, y mu-
cha gente puede incluso no ser consciente de que esté ocu-
rriendo.
Por último, muchos años después de que Sinclair comenzase
sus experimentos, su Naltrexona + Consumo de Alcohol está
ayudando a miles de personas a romper su adicción al alcohol.
Es raro que un investigador de laboratorio pueda ver los frutos
de su trabajo en acción. Sinclair ha sido testigo de la salvación
de mucha gente y ha tenido contacto personal con muchos
pacientes agradecidos y con sus familias. La utilidad de la nal-
trexona en el tratamiento de problemas de alcohol fue ratifica-
da en 2006, cuando la revista Journal of the American Medi-
cal Association publicó los resultados del mayor ensayo clínico
en la historia de la investigación de la adicción.
42
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
El Método Sinclair ha sido adoptado por varias clínicas fuera
de Finlandia, incluyendo algunas en los Estados Unidos. Pero,
lamentablemente, para muchos pacientes y sus familias, el
tratamiento todavía no está tan extendido como debiera. Aun-
que es relativamente nuevo, el tratamiento se basa en métodos
científicos ortodoxos y debería estar disponible como una op-
ción segura para el tratamiento de la adicción al alcohol.
En vista de la evidencia actual que apoya la extinción farmacológica
del alcoholismo (ver Anexo 1), en mi opinión no es ético recetar nal-
trexona oral con instrucciones de abstenerse -porque hacerlo es una
fórmula para el fracaso y no hay evidencia científica que pruebe que este
enfoque es eficaz.
44
La Génesis de la Cura del Alcoholismo
otra vez, porque esto supone la peor combinación de conse-
cuencias posible. Empiezan los ensayos con una motivación
alta, obedeciendo las dos instrucciones: evitar todo alcohol y
tomar naltrexona todos los días. El deseo no disminuye y fi-
nalmente se dan por vencidos, deteniendo la naltrexona y be-
biendo al mismo tiempo. Esto también puede deberse a que
algunos de ellos confunden naltrexona con Antabuse. Con An-
tabuse, es cierto que usted tiene que dejar de tomarla cuando
empieza a beber, de lo contrario, la combinación de consumo
de alcohol y Antabuse produce efectos muy desagradables y a
veces incluso fatales. En el caso de la naltrexona, sin embargo,
la suspensión del medicamento cuando se empieza a beber
evita que los pacientes se beneficien de la extinción.
Además, su primer regreso a la bebida produce cantidades
extraordinariamente altas de refuerzo, por lo que la conducta
de consumo y el ansia son peores que nunca. Este es el resul-
tado del Aprendizaje Potenciado Farmacológicamente men-
cionado anteriormente como uno de los tres descubrimientos
que Sinclair había hecho que contribuyen al éxito de su méto-
do. Usados correctamente, el Aprendizaje Potenciado Farma-
cológicamente puede ser muy beneficioso para ayudar a los
alcohólicos a aprender comportamientos alternativos. Junto
con Naltrexona + No Se Puede Beber, sin embargo, podría ser
perjudicial. Es por eso por lo que, en los resultados del ensayo
clínico finlandés ilustrado en la Figura 6, por ejemplo, al grupo
de Naltrexona + Abstinencia les fue peor que al grupo Placebo
+ Abstinencia.
Una investigación mal dirigida como ésta sólo sirve para re-
trasar la obtención de ayuda real para los pacientes. Se cobra
vidas y no disminuye el trauma asociado con la adicción al
alcohol. De hecho, sería muy parecida a la realización de un
ensayo clínico en el que se administrase la vacuna contra la
poliomielitis después de que los pacientes hubiesen contraído
la poliomielitis. Las vacunas no funcionan de esta manera; si
se administra de esta manera, uno podría concluir errónea-
45
La Cura del Alcoholismo
mente que la vacuna contra la polio es inútil, que nunca ha
sido aprobada por la FDA, y miles de personas seguirían con-
trayendo la enfermedad, a pesar de que la vacuna sea eficaz si
se administra correctamente.
El mismo razonamiento se aplica al uso de Naltrexona + Con-
sumo de Alcohol = Cura. Los ensayos que requirieron absti-
nencia mientras se tomaba la medicación estaban condenados
al fracaso, y los investigadores concluyeron que la naltrexona
no curaba la adicción. Aún peor, los médicos y clínicos que
están en la calle tratando alcohólicos leen los resultados nega-
tivos y concluyen que la naltrexona no funciona. Esta es pro-
bablemente una de las razones de que tan pocos alcohólicos en
Estados Unidos estén siendo tratados con este medicamento.
Una característica importante distingue al paciente de Sinclair
de los tratados con los métodos tradicionales. Un grupo de
pacientes tratados con cualquier otro método se encontrará
mejor al inicio del tratamiento, pero irá empeorando cada vez
más. La gráfica típica de los resultados de los tratamientos
tradicionales se denomina ―curva de supervivencia‖. Muestra
el número cada vez menor de pacientes que, con el tiempo,
aún se encuentran en el programa -que no se han retirado y
vuelto a abusar del alcohol.
Estos gráficos no son de utilidad a los pacientes de Sinclair
porque van en la dirección opuesta, están mejorando progresi-
vamente con el tiempo. Durante la primera semana, todos be-
ben. Después de eso, los niveles de ansiedad y consumo de
alcohol disminuyen.
Los datos científicos demuestran que es posible recuperarse de
la adicción al alcohol completamente a través de la extinción
farmacológica. Su sencilla fórmula, Naltrexona + Consumo de
Alcohol = Cura, requiere beber al mismo tiempo que se toma
naltrexona para bloquear el refuerzo en el cerebro de las en-
dorfinas liberadas por el alcohol.
Las razones de que el Método Sinclair sea un tratamiento efi-
caz y viable para el alcoholismo ya deberían
46
3
La Contundente Eviden-
cia Que Avala la Cura
L
a evidencia de los ensayos clínicos en todo el mundo
confirma las conclusiones de la investigación con anima-
les alcohólicos completada hace más de dos décadas. La
conclusión es que la combinación de consumo activo de alco-
hol con naltrexona es el ingrediente más importante del éxito.
Hay varias otras características esenciales:
• No se requiere ni desintoxicación ni abstinencia previa antes
de tomar naltrexona.
• La naltrexona se toma solamente cuando se bebe alcohol.
• Mientras se toma naltrexona se evitan otras conductas refor-
zadas por el sistema opioide, pero se llevan a cabo en días en
que no se consume alcohol.
• La naltrexona se toma antes de beber alcohol durante el resto
de la vida del paciente. El paciente no toma naltrexona si él o
ella no va a beber alcohol.
47
La Cura del Alcoholismo
Este enfoque de tratamiento se ha demostrado en ensayos
clínicos que es seguro y eficaz. Estos procedimientos funcio-
nan sin necesidad de castigar o desmoralizar al paciente.
Con anterioridad a la realización de ensayos clínicos con
humanos, los experimentos de laboratorio demostraron que
cuando las ratas alcohólicas bebían alcohol después de haber
consumido antagonistas de opiáceos como naltrexona, nalme-
fene, o naloxona, su consumo de alcohol disminuyó de manera
constante. Estos medicamentos bloquearon los efectos de las
endorfinas y opiáceos tales como la morfina en el cerebro. Al
hacer esto, impedían que las endorfinas liberadas cada vez que
se consume alcohol reforzasen el sistema en el cerebro que
lleva al consumo de alcohol.
Siempre y cuando los animales alcohólicos tomaron la medi-
cación antes de beber alcohol, sus niveles de consumo dismi-
nuyeron y luego se mantuvieron bajos de forma indefinida.
Pero si se detuvo la toma del medicamento y se les dio acceso
al alcohol, poco a poco volvieron a consumir grandes cantida-
des de alcohol. Todo esto fue exactamente como lo había pre-
dicho el modelo de aprendizaje de la adicción de Sinclair y su
método de extinción farmacológica para el tratamiento del
mismo. También como se esperaba, la naltrexona, naloxona o
nalmefene no aportaban ningún beneficio si se tomaban du-
rante la abstinencia -si a las ratas adictas se les daba la medi-
cación, pero no se les permitía beber alcohol. De hecho, admi-
nistrar estos medicamentos antagonistas de opioides sin beber
alcohol tendía a aumentar ligeramente los niveles de consumo
en animales de laboratorio ya adictos a causa del aprendizaje
potenciado farmacológicamente
El aprendizaje potenciado farmacológicamente se produce a
partir del refuerzo aumentado debido a un fenómeno llamado
regulación al alza del receptor. El cuerpo responde al bloqueo
de cualquier variedad particular de receptor produciendo una
mayor cantidad de ese tipo de receptor. Por consiguiente, la
administración de naltrexona provoca un aumento en el
número de receptores de opioides (―regulación al alza‖) y el
cerebro se vuelve súper-sensible a las endorfinas u opiáceos.
Las implicaciones clínicas son que los antagonistas de opiá-
ceos como la naltrexona, por tanto, generalmente no se pres-
criben junto con abstinencia.
48
La Contundente Evidencia que Avala la Cura
El fracaso de la naltrexona con abstinencia se observó en el
primer ensayo clínico sobre su uso para tratar la adicción a la
heroína, según lo informado por Renault en 1980.27 La nal-
trexona se recetó a adictos a la heroína junto con instrucciones
de que se abstuvieran de tomar heroína, mientras estuvieran
bajo tratamiento.
Los resultados globales mostraron que la naltrexona no produ-
jo beneficios significativos con respecto al placebo. Funcionó
muy bien, sin embargo, en aquellos pacientes que desobede-
cieron las órdenes del médico y tomaron heroína (o metado-
na), ¡mientras estaban bajo tratamiento!
El primer ensayo clínico de la naltrexona para el alcoholismo,
publicado en 1992 por Volpicelli y sus colegas de la Universi-
dad de Pensilvania, prescribió naltrexona a los alcohólicos que
se habían abstenido previamente de tomar alcohol.28 Como era
previsible a partir de experimentos de laboratorio de Sinclair,
la naltrexona no resultó beneficiosa mientras los pacientes
tomaron el medicamento sin consumir alcohol. En otras pala-
bras, la naltrexona no era más efectiva que el placebo para
evitar la recaída en la bebida. Sin embargo, la naltrexona fun-
cionaba bien una vez los pacientes comenzaron a beber alcohol
junto con la medicación. El tratamiento fue especialmente efi-
caz a la hora de prevenir que los pacientes que habían probado
alcohol recayeran en un consumo excesivo de alcohol. El artí-
culo concluía: ―el principal efecto de la naltrexona se observó
en pacientes que bebieron alcohol mientras recibían trata-
miento ambulatorio‖. El estudio también descubrió que ―la
naltrexona no estaba asociada a cambios del estado de ánimo
u otros síntomas psiquiátricos‖.
El segundo ensayo clínico, publicado en 1992 por O'Malley y
colaboradores fue, por casualidad, un ensayo directo del tra-
tamiento de extinción de Sinclair.29 Dos grupos de pacientes
fueron tratados con naltrexona o con un placebo y recibieron
instrucciones estrictas de abstenerse de beber alcohol.
Otros dos grupos fueron tratados con naltrexona o con un pla-
cebo, pero con instrucciones que disimuladamente les alenta-
ban a beber, mientras estuviesen bajo tratamiento. (A estos
pacientes se les dijo que un desliz no era grave –que era de
esperar- sino que lo importante era aprender a hacer frente
para que el tomar una copa no llevara a una borrachera).
49
La Cura del Alcoholismo
Los resultados fueron los mismos que los que el equipo de Sin-
clair había encontrado con ratas alcohólicas (mostrados en la
Figura 6). La naltrexona tuvo ventajas significativas sobre el
placebo sólo en el grupo al que se estimuló casualmente a be-
ber; pero resultó ineficaz si lo acompañaban instrucciones de
abstenerse. Los resultados más significativos en el artículo
eran los que comparaban los dos tratamientos con naltrexona
y muestran que funcionaba mejor con el consumo de alcohol
que con el apoyo de la abstinencia.
Además, en algunos parámetros, como el ansia y el número de
copas por sesión, la naltrexona con abstinencia tendían a ser
aún peores que el placebo, como lo fueron en los resultados
del ensayo clínico finlandés mostrado anteriormente en la Fi-
gura 6, y como Sinclair había mostrado en ratas, porque la
naltrexona más abstinencia produce un aprendizaje mejorado
de consumo de alcohol.
Un ensayo abierto con personas que no eran alcohólicas, pero
sí grandes bebedores, los trató con naltrexona sin desintoxica-
ción previa y los resultados obtenidos son casi idénticos a los
que Sinclair había obtenido en ratas (ver Figura 2): el consu-
mo de alcohol se redujo progresivamente a lo largo de lo que
parece ser una curva de extinción, y permaneció bajo un mes
después del final del tratamiento con naltrexona.30
Un estudio sueco posterior también comparó grupos tratados
con naltrexona junto con abstinencia y naltrexona junto con
consumo de alcohol.31 De nuevo, los resultados fueron los
mismos: la naltrexona funcionó cuando los pacientes fueron
disimuladamente alentados a beber mientras tomaban la me-
dicación, pero era ineficaz cuando iba acompañada de instruc-
ciones de abstenerse.
El ensayo clínico finlandés de Heinala (2001) fue el primero
basado en la comprensión de la extinción y por lo tanto en el
uso controlado del consumo controlado de alcohol de forma
deliberada como objetivo para la mitad de los sujetos. El resul-
tado, mostrado previamente en la Figura 6, muestra que la
naltrexona fue beneficiosa cuando se combinó con la bebida,
pero no cuando se administró junto con instrucciones de abs-
tenerse.
Del mismo modo, un ensayo en Chicago de Maxwell y Shin-
derman no encontró beneficios cuando la naltrexona fue pres-
50
La Contundente Evidencia que Avala la Cura
crita a los alcohólicos con instrucciones de abstenerse, pero
obtuvo resultados positivos cuando los alcohólicos, que tam-
bién sufrían una enfermedad mental y eran por lo general difí-
ciles de tratar, fueron tratados con naltrexona, pero no se les
exigió que se abstuvieran.32
En otra confirmación del Método Sinclair, Henry Kranzler del
Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Connecticut
y sus colegas confirmaron que el tratamiento fue muy eficaz
cuando la naltrexona se tomaba ―cuando hacía falta‖ en situa-
ciones de alto riesgo de consumo de alcohol, siempre antes de
que el impulso de beber se hiciera irresistible. El estudio cum-
ple con el modelo de Sinclair Naltrexona + Consumo de Alco-
hol de la desintoxicación y se publicó en la revista Addictive
Behaviors en 1997.33 Los efectos beneficiosos eran aún eviden-
tes tres meses después del tratamiento –los pacientes o bien
no bebían alcohol o bebían mucho menos que antes de comen-
zar el tratamiento con naltrexona en combinación con el con-
sumo de alcohol.
Otro equipo de investigadores dirigido por José Guardia en
España, publicó hallazgos similares en 2002.34 El ensayo mul-
ticéntrico, a doble ciego, controlado con placebo -el estándar
de oro en los ensayos clínicos, donde ni los médicos ni los pa-
cientes saben si están tomando un ingrediente activo- mostra-
ron beneficios duraderos de la naltrexona en 202 alcohólicos.
Sin embargo, los únicos pacientes que mostraron un beneficio
significativo fueron los que bebieron mientras estaban to-
mando el medicamento. El estudio concluyó que la naltrexona
era bien tolerada y reducía la recaída en el consumo excesivo
de alcohol. ―El descubrimiento más significativo de nuestro
estudio‖, dijo Guardia, ―fue que los sujetos adictos al alcohol
tratados con naltrexona mostraron una reducción de la tasa de
recaída en el consumo excesivo de alcohol en comparación con
los pacientes tratados con un placebo. Sabemos que el alco-
holismo es una enfermedad recuperable‖.
Un estudio publicado en el American Journal of Psychiatry en
1997 por Lifrak encontró que la naltrexona es segura y eficaz
en alcohólicos adolescentes.35 Oslin informó de que la nal-
trexona fue eficaz en alcohólicos de más edad a los que se les
permitió tomar la medicación, pero como con los sujetos más
51
La Cura del Alcoholismo
jóvenes, durante la abstinencia no sirvió de nada para retrasar
la primera copa.36
En conjunto, se han obtenido resultados exitosos en setenta y
dos de los setenta y cuatro ensayos clínicos con naltrexona o
nalmefene hasta la fecha que tenían condiciones que permit-
ían la extinción.
Por el contrario, treinta y cinco de los treinta y seis ensayos
que tuvieron condiciones que prevenían la extinción (por
ejemplo, el tratamiento de los pacientes hospitalizados, ins-
trucciones de abstenerse, o durante un período, como el previo
a tomar una primera copa, en que la extinción no podía ocu-
rrir) no encontraron ningún beneficio de la naltrexona o nal-
mefene. La mayor parte de los ensayos exitosos - cincuenta y
ocho de ellos- trataban el alcoholismo; los otros trataban la
adicción a la heroína, la cocaína, las anfetaminas o la ludopatía
(ver Apéndice A). Se trata de un conjunto increíblemente con-
sistente de hallazgos. La teoría, los resultados en animales, los
ensayos clínicos con la adicción a la heroína y otras drogas, y
los ensayos clínicos con el alcoholismo muestran que la nal-
trexona funciona cuando se usa de acuerdo con el Método Sin-
clair. Y muestran que la naltrexona no es útil cuando se utiliza
con la abstinencia.
Desafortunadamente, muchos médicos han prescrito nal-
trexona junto con instrucciones de abstenerse. Esto se debe en
parte a que el fabricante no dio instrucciones a los médicos de
utilizar la naltrexona en combinación con un consumo activo
de alcohol; y también por la presunción de que la naltrexona
debe funcionar con la abstinencia. Incluso muchos médicos en
Nalmefene es la droga "hermana". Todavía no está completamente
aprobada por la FDA, pero se han aprobado ensayos en seres humanos
en los Estados Unidos y se espera que llegue pronto a Europa. Nalmefe-
ne, a diferencia de la naltrexona, no se metaboliza en el hígado y por lo
tanto no presiona el hígado.
Además, nalmefene tiene una afinidad de unión a los receptores de
opioides más fuerte que la naltrexona. La naltrexona es ahora un gené-
rico (las patentes han expirado), por lo que no ha sido elaborada por las
grandes compañías farmacéuticas porque el derecho a fabricarla no es
exclusivo. En otras palabras, cualquier empresa farmacéutica legítima
podría preparar naltrexona, lo que ha abaratado el precio de la medicina
debido a la libre competencia.
52
La Contundente Evidencia que Avala la Cura
los Estados Unidos que trabajaron en los ensayos clínicos que
demuestran que la naltrexona no produce efectos significati-
vos durante la abstinencia todavía dicen que prefieren que la
naltrexona se recete junto con instrucciones de abstenerse.
Reconociendo el papel de la extinción como la razón de que la
naltrexona funciona, un investigador del alcohol fue categóri-
co: ―puede ser cierto que la naltrexona sólo funciona con el
consumo de alcohol‖, dijo, ―pero esto es sólo de ―interés
académico‖ porque no se puede decir a un alcohólico que em-
piece a beber de nuevo y no se puede predecir cuándo el pa-
ciente volverá a recaer‖. Afortunadamente, la mayoría de los
investigadores hoy en día entienden que la naltrexona funcio-
na a través de la extinción farmacológica.
A menudo, los protocolos de tratamiento se han basado en la
suposición de que los medicamentos sólo se pueden dar a los
pacientes que ya han pasado por un periodo de abstinencia y
desintoxicación y que son en la actualidad alcohólicos abste-
mios. Esta es la forma en que disulfiram o Antabuse (el fárma-
co en gran medida ineficaz que provoca náuseas o incluso la
muerte si el paciente bebe mientras lo toma) se administran.
La Naltrexona se receta a menudo como sustituto de Antabu-
se, y no lo es. También es la forma en que la naltrexona se de-
be dar a los adictos a opiáceos.
La naltrexona se puede dar de otro manera, más eficaz y ética,
a los alcohólicos. Esta manera ofrece una solución práctica
para que el paciente beba alcohol mientras está tomando nal-
trexona, y también se beneficia de tomar naltrexona y al mis-
mo tiempo recibir instrucciones de abstenerse.
La naltrexona se puede dar a los alcohólicos que aún están
bebiendo alcohol activamente. Estos pacientes estaban be-
biendo ayer y con toda probabilidad volverán a beber mañana.
No necesitan que se les diga que beban. Pero se les puede decir
que controlen su ingesta, y, lo más importante, se les debe de-
cir siempre que tomen la naltrexona antes de beber: ―Si usted
siente la necesidad de beber, tome su naltrexona antes de
hacerlo‖.
Así es como la naltrexona se ha utilizado desde 1995 en Fin-
landia. También es la forma en que la naltrexona se admi-
nistró en el ensayo clínico finlandés de Heinala y otros. Todos
los ensayos controlados previos con alcohólicos habían hecho
53
La Cura del Alcoholismo
pasar primero a los pacientes por un tratamiento de desintoxi-
cación, lo que significa que los pacientes tenían que dejar de
beber durante un período (tres semanas) antes de ser admiti-
dos en el ensayo clínico. A estos pacientes alcohólicos solo se
les animó a beber de forma disimulada, porque éticamente no
se le puede decir a un alcohólico abstemio que beba. El estudio
finlandés, sin embargo, trasladó el inicio del tratamiento con
naltrexona a un punto anterior en el tiempo, antes de la desin-
toxicación, cuando los alcohólicos aún estaban bebiendo.
La seguridad de empezar el tratamiento con naltrexona sin
deshacerse primero de la dependencia fisiológica había sido
puesta a prueba, por supuesto, en ratas. Los ensayos clínicos
no sólo confirmaron que se trataba de un procedimiento segu-
ro, sino que dieron el sorprendente resultado de que la nal-
trexona provocaba menos efectos secundarios en los pacientes
que bebían alcohol que en los pacientes a los que se dijo que se
abstuvieran.24
Los pacientes tratados con el Método Sinclair, de hecho, se
desintoxican lentamente durante el curso del tratamiento.
Empiezan el tratamiento con una dependencia fisiológica del
alcohol, pero después de varios meses de reducir gradualmen-
te su consumo de alcohol, lo consumen tan poco que ya no
muestran síntomas de abstinencia. Por lo tanto, dar naltrexo-
na a alcohólicos que consumen alcohol puede ser visto como
una forma nueva y mejorada de desintoxicación gradual.
La abstinencia alcohólica es una enfermedad grave, que a ve-
ces causa alucinaciones, temblores, ansiedad, depresión y con-
vulsiones. Incluso puede ser fatal. La manera habitual de hacer
frente a los síntomas de abstinencia graves es prescribir ben-
zodiazepinas como LibriumR o ValiumR.
Aunque estos fármacos ayudan con los síntomas de abstinen-
cia, existe el riesgo muy real de que el paciente se vuelva adicto
a estos fármacos. La desintoxicación hospitalizada también es
muy cara. Un estudio publicado en 1997 mostró que el costo
entonces era de entre $6.336 sin medicación y $9.630 cuando
se tomaban lorazepam y fenobarbital.37
Siempre se ha sabido que la forma más segura de abstenerse
del alcohol sería reducir gradualmente la cantidad de alcohol
que se toma cada día. Entonces el cuerpo tendría tiempo para
adaptarse. No habría reacciones de abstinencia graves, y no
54
La Contundente Evidencia que Avala la Cura
sería necesario exponer a los alcohólicos a otros medicamen-
tos adictivos. El problema era que los alcohólicos no eran ca-
paces de disminuir su consumo de alcohol por su propia cuen-
ta. Después de todo, el núcleo del problema es que no pueden
controlar su ingesta de alcohol.
La extinción con naltrexona, sin embargo, ofrece automática-
mente una forma de desintoxicación segura. Por lo tanto, la
cantidad real de alcohol consumida diariamente mientras esté
tomando naltrexona se reduce automáticamente, poco a poco,
y sin esfuerzo. La naltrexona, a diferencia de las benzodiazepi-
nas y los barbitúricos, no es en absoluto adictiva. Nadie se co-
loca con ni desarrolla ansia por naltrexona.
El Método Sinclair -tomar naltrexona antes de beber alcohol-
desintoxica al paciente de forma segura y efectiva. Poco a poco
se elimina la dependencia fisiológica del alcohol con menos
riesgo que la hospitalización tradicional o los programas am-
bulatorios de desintoxicación.
El Método Sinclair es un procedimiento de desintoxicación
seguro y eficaz con una ventaja adicional: el paciente también
está curado del alcoholismo.
El ansia por el alcohol y su consumo obsesivo –la base para el
alcoholismo- también se eliminan.
Setenta y dos ensayos clínicos muestran consistentemente que
la naltrexona y el nalmefene, cuando se utiliza de acuerdo con
el Método de Sinclair, son eficaces en el tratamiento de las
adicciones.
Esto se considera generalmente como la forma más eficaz de
tratar el alcoholismo. Una vez más, los estudios muestran con-
sistentemente que la naltrexona se debe utilizar junto con el
consumo de alcohol, y el ensayo clínico finlandés lo ratifica.
Por último, los resultados del Proyecto COMBINE, el mayor
ensayo clínico en la historia de la investigación del alcoholis-
mo, que consta de 1.383 alcohólicos diagnosticados y ha sido
llevado a cabo por una asamblea de los investigadores esta-
La prueba de fuego para una "sustancia adictiva" es si las ratas o los
seres humanos "trabajarán" para conseguirla. ¿Van a trabajar para reci-
bir el refuerzo del alcohol, la cocaína, la nicotina o la heroína? Sí. Pero
no van a trabajar para conseguir naltrexona o nalmefene.
Véase Apéndice A.
55
La Cura del Alcoholismo
dounidenses líderes en el campo, se publicaron en el Journal
of the American Medical Association (3 de mayo, 2006).38
Este ensayo confirmó que la naltrexona es eficaz, pero no en-
contró beneficios significativos para otro medicamento llama-
do acamprosato. Lo que es más importante, el Proyecto COM-
BINE encontró que la naltrexona es eficaz para el consumo
compulsivo con solo una orientación médica básica -no se re-
quiere una psicoterapia intensiva. La naltrexona originalmente
había sido probada sólo en los programas integrales de trata-
miento del alcoholismo, como el asesoramiento y la terapia
intensivos y, en consecuencia, la FDA aprobó su uso como co-
adyuvante en tales programas.
El Proyecto COMBINE muestra claramente que esta restric-
ción no es correcta. La naltrexona funciona sin asesoramiento.
Esto también se ha visto en un pequeño estudio australiano39
con naltrexona y en un ensayo finlandés40 con nalmefene. Por
lo tanto, se ha eliminado la restricción original de prescribir el
medicamento sólo en el contexto de un tratamiento altamente
especializado o de rehabilitación. Ahora, su médico de cabece-
ra puede prescribir naltrexona de forma segura.
Las clínicas finlandesas que utilizan el Método Sinclair han
encontrado que es eficaz en el 78 por ciento de los pacientes.
Clínicas que lo utilizan en Florida informan de una eficacia del
85 por ciento. Los primeros resultados de CORD, una organi-
zación no gubernamental (ONG), que utiliza el método Sin-
clair en la India, indican una tasa de éxito del 75 por ciento.
Alrededor de la mitad de los casos en los que la naltrexona no
fue efectiva implicaba un fallo a la hora de tomar la medica-
ción o un paciente abandonando el tratamiento. Se trata de
una tasa de incumplimiento muy baja para el tratamiento del
alcoholismo. Hay, sin embargo, una pequeña minoría de pa-
cientes -tal vez un 10 por ciento- que, de acuerdo con sus ―dia-
rios de consumo de alcohol‖, están usando naltrexona correc-
tamente, pero no se benefician de ella. Una de las áreas de in-
vestigación candente hoy está tratando de encontrar ―marca-
dores‖ para identificar a estos individuos que no responden a
la naltrexona. Hay evidencia de que tienden a ser personas que
Chinmaya Organization for Rural Development, Sidbari, Himachal
Pradesh, India.
56
La Contundente Evidencia que Avala la Cura
no tienen parientes cercanos alcohólicos, a quienes no les gus-
tan las soluciones dulces muy fuertes, y -de acuerdo con el
Proyecto COMBINE- que tienen una forma particular de re-
ceptores de opioides.
Los ensayos clínicos positivos, los resultados del Proyecto
COMBINE, y la reputación del Journal of the American Medi-
cal Association muestran que el uso de naltrexona -y con el
tiempo, de su medicamento hermano, nalmefene- debería au-
mentar considerablemente en los próximos meses y en los
años venideros. En otras palabras, una vez que la noticia de
que la Naltrexona + Consumo de Alcohol = Cura se haga
pública, los días del alcoholismo están contados.
La American Medical Association generalmente restringe el
acceso a los estudios publicados en su sitio Web, pero en el
momento de la publicación consideró que los resultados del
proyecto COMBINE eran tan importantes que hizo el estudio
disponible gratuitamente para su descarga.
El estudio del proyecto COMBINE se inició en 2001. Cuando
sus resultados fueron publicados en mayo de 2006, fue inme-
diatamente reconocido -incluso recogido por los medios de
comunicación- como un hito en la investigación del alcohol.
Raymond Anton, de la Universidad Médica de Carolina del Sur
y Stephanie O'Malley de la Universidad de Yale dirigieron el
estudio en colaboración con una veintena de otros investiga-
dores del alcohol líderes en su campo.
Aunque el proyecto COMBINE no pretendía probar específi-
camente el Método Sinclair de un modo formal, concluyó que
la naltrexona es muy valiosa en el tratamiento del alcoholismo
y recomendó que la medicación debería ahora ser recetada
para el alcoholismo por los médicos de cabecera, incluso sin la
necesidad de un asesoramiento intensivo o reuniones de AA.
Aunque menos del 2 por ciento de los alcohólicos en los Esta-
dos Unidos han tenido la oportunidad de ser tratados con nal-
trexona, hay indicios de que podría convertirse en el nuevo
tratamiento estándar de oro para llegar a los millones de al-
cohólicos en América, Europa y más allá de que, de otro modo,
quedarían sin tratamiento y sin protección ante los estragos de
esta enfermedad progresiva.
Incluso en el Reino Unido, donde la naltrexona únicamente
puede -escandalosamente- recetarse para el abuso del alcohol
57
La Cura del Alcoholismo
por lo privado (es decir, no está subvencionada por el Servicio
Nacional de Salud del gobierno), el tratamiento ofrece ahora
un futuro más prometedor para los alcohólicos, los grandes
bebedores, y aquellos que simplemente necesitan un mayor
control sobre su consumo de alcohol.
David Sinclair informó sobre los beneficios duraderos de la
naltrexona tres años después del inicio del tratamiento, duran-
te los cuales los pacientes continuaron tomando naltrexona
una hora antes de consumir alcohol.41 Los pacientes no toma-
ban la medicación en los días en que no bebían alcohol. Las
ansias de los pacientes, los niveles de consumo de alcohol, y
los marcadores de daño hepático fueron todo el tiempo hacia
abajo. De hecho, después de tres años estos pacientes bebían y
ansiaban beber alcohol menos de lo que lo habían hecho des-
pués de los primeros cinco meses de tratamiento. Los trata-
mientos de alcoholismo tradicionales basados en la abstinen-
cia siempre habían encontrado que los resultados eran mejo-
res en el inicio del tratamiento, y poco a poco, semana tras
semana, los pacientes recaían y consumían tanto alcohol como
solían hacerlo antes del tratamiento. La extinción farmacológi-
ca produce exactamente el patrón opuesto, como lo demuestra
este estudio de seguimiento de tres años. El consumo de alco-
hol y las ansias por él son mayores en las primeras semanas de
tratamiento, pero se vuelven progresivamente menores a me-
dida que las semanas de tratamiento progresan, ya que cada
episodio intermedio de consumo de alcohol, bajo tratamiento
de naltrexona, es un ensayo de extinción más. En otras pala-
bras, cuanto más a menudo beba la gente mientras tome nal-
trexona, menos querrá beber.
Continúan publicándose ensayos clínicos que demuestran la
eficacia de la naltrexona. Por ejemplo, Morley y sus colabora-
dores publicaron un estudio australiano, a doble ciego, contro-
lado con placebo, realizado a 169 alcohólicos en 2006.42 Al
igual que los estudios anteriores, mostró que la naltrexona era
eficaz en prevenir que los alcohólicos que bebían alcohol mien-
tras estaban bajo tratamiento volvieran a consumir de manera
excesiva, pero tomar naltrexona durante el período inicial de
abstinencia no retrasaba el momento de tomar una vez más
esa primera copa.
58
La Contundente Evidencia que Avala la Cura
Los Estados Unidos tienen ahora 1.630 tribunales de drogas;
están empezando a utilizar naltrexona para los acusados al-
cohólicos que, en lugar de servir penas privativas de libertad,
pueden ser supervisados para asegurarse de que toman el me-
dicamento. El Juez Stevens del Tribunal Superior de California
fue uno de los primeros en instituir el tratamiento mandatorio
con naltrexona. Estaba tan impresionado con los resultados
que dijo: ―Hemos tenido demasiado éxito para no usarlo‖.
Describiéndose a sí mismo como conservador, el Juez Stevens
está convencido de que las terapias estándar y la pena de pri-
sión dejan la adicción intacta. En su opinión, básicamente no
funcionan porque no pueden evitar que el alcohol y los opiáce-
os ―iluminen el cerebro‖, por lo que él cree que la mayoría de
los delincuentes recaen y se encuentran de nuevo ante los tri-
bunales. Una entrevista al Juez Stevens se puede leer en Inter-
net.
El Método Sinclair cumple los requisitos de rentabilidad como
―medicina basada en la evidencia‖; se pueden encontrar refe-
rencias científicas y académicas más detalladas de los artículos
de revistas publicados sobre los ensayos clínicos en el Apéndi-
ce A, la bibliografía comentada de los ensayos clínicos publi-
cados antes de marzo de 2008.
El gráfico de la Figura 7 representa los resultados de un artícu-
lo de Agosti (1995) que compara la eficacia de las diferentes
formas de tratamiento del alcoholismo para reducir el número
de bebidas, según se mide en varios ensayos clínicos. Los datos
de la naltrexona son del estudio de O'Malley et al. de 1992.
El artículo es bastante antiguo -1995- por lo que no se incluyen
datos sobre los nuevos tratamientos, tales como el uso de la
medicación acamprosato. Sin embargo, no se han realizado
análisis tan amplios entonces, y la conclusión de Agosti de que
la naltrexona usada apropiadamente es el tratamiento más
eficaz, sigue siendo válida hoy en día.
Naltrexona y la ley. Véase
http://youtube.com/watch?v=a88oFbHZS4E.
59
La Cura del Alcoholismo
60
4 ¿Por Qué No He Oído
Hablar Ya Del Método
Sinclair?
S
i hay una cura para el alcoholismo, ¿por qué no se ha
publicado en las primeras página del New York Times?
Porque, sin duda, si hubiera una cura para el alco-
holismo y la adicción a la cocaína, las anfetaminas, y los jue-
gos de azar, querríamos saberlo. Si suena demasiado bueno
para ser verdad, entonces probablemente es demasiado bue-
no para ser verdad.
Este estribillo fue planteado por mi agente, David Fugate, por
mi mentor, el catedrático Arnold Lazarus, por la gente normal
allá donde viajaba, y por expertos como mi amigo, el famoso
médico Dr. Marios Panos, que sabe mucho acerca de la cirrosis
hepática. Él ha dirigido trasplantes de hígado necesarios como
resultado del consumo excesivo de alcohol y recientemente
dijo: ―Es simplemente demasiado bueno para ser verdad, es
demasiado simple. Es difícil de creer. ¿Cómo es que no he oído
hablar de él? Me mantengo al día con las revistas científicas‖.
A pesar de que la naltrexona fue presentada recientemente en
un artículo de Newsweek43 que mostraba drogas como posi-
bles curas para la adicción, el Método Sinclair todavía no ha
61
La Cura del Alcoholismo
llegado a los 50 millones de personas en América del Norte y
Europa atrapados en las redes del alcohol y otras adicciones
por una serie de razones.
Historia
El problema se remonta a mucho antes del Método Sinclair y
del uso de la naltrexona en el tratamiento del alcoholismo. Un
importante ensayo clínico, patrocinado por el National Institu-
te on Drug Abuse (NIDA), sobre el uso de la naltrexona en el
tratamiento de la adicción a opiáceos se llevó a cabo en la
década de 1970. Los resultados fueron publicados por Renault
en 197844 y de nuevo por el propio NIDA en 1980.45
Los médicos que diseñaron el experimento no estaban pen-
sando en la extinción, sino más bien imaginaban que el abuso
de drogas es un comportamiento racional (más sobre esto más
adelante) elegido para producir la felicidad y evitar el dolor.
En consecuencia, los pacientes recibieron una tarjeta dicién-
doles que no consumiesen heroína o cualquier otro opiáceo
mientras estuviesen en tratamiento.
La tarjeta decía que si tomaban una dosis pequeña, no sentiría
placer; si tomaban una dosis grande, morirían.
Si la naltrexona tenía alguna capacidad por sí misma de redu-
cir el ansia, los pacientes deberían haber mostrado mejores
resultados que los que tomaban un placebo.
De hecho, en toda la población estudiada, no hubo un benefi-
cio significativo de la naltrexona sobre el placebo. La naltrexo-
na no funciona de esa manera.
Hubo, sin embargo, un pequeño subgrupo de diecisiete pa-
cientes tratados con naltrexona y de dieciocho pacientes que
recibieron placebo que desobedecieron estas instrucciones y
tomaron heroína o metadona, mientras estaban bajo trata-
miento.
Renault informó:
• En esta sub-muestra, los pacientes de naltrexona tuvieron
significativamente menos muestras de orina que dieron positi-
vo a la metadona o la morfina.
• El patrón en el grupo de naltrexona fue probar una o dos ve-
ces la heroína o la metadona y luego dejar de hacerlo.
62
¿Por qué no He Oído Hablar Ya del Método Sinclair?
• Los pacientes de naltrexona informaron de un ansia signifi-
cativamente menor hacia el final de su evaluación de la que
sintieron los pacientes tratados con placebo.
Renault llegó a la conclusión de que la naltrexona funciona por
extinción, como Wikler46 había teorizado antes. La extinción
requiere que la respuesta -el consumo de drogas- realmente
tenga lugar en presencia de la naltrexona. Por lo tanto, era
bastante razonable que sólo los pacientes que respondieron
consumiendo opiáceos mientras tomaban naltrexona se bene-
ficiasen del medicamento. Del mismo modo, un estudio clínico
reciente confirmó que la naltrexona es eficaz, pero sólo en pa-
cientes que toman opiáceos (morfina o heroína) mientras la
naltrexona está en el torrente sanguíneo, bloqueándolos e im-
pidiendo que refuercen el sistema opioide en el cerebro.47
Nadie, sin embargo, ha dicho a los médicos o los pacientes que
ésta es la manera de utilizar naltrexona. Al contrario, treinta
años más tarde, en el prospecto de la naltrexona todavía se
puede leer:
―Si intenta auto-administrarse heroína o cualquier otra droga
opiácea en pequeñas dosis, mientras toma naltrexona, no no-
tará ningún efecto. Lo más importante, sin embargo, es que si
se intenta auto-administrar grandes dosis de heroína o cual-
quier otro opiáceo (incluyendo la metadona o LAAM), mien-
tras toma naltrexona, usted puede morir o sufrir una lesión
grave, incluso el coma‖.
¡El prospecto no menciona que la evidencia científica muestra
que sólo los adictos a opiáceos que desobedecen estas instruc-
ciones se benefician de la naltrexona!
Mientras tanto, debido a esta falta de información, una gene-
ración de adictos, a la que se podría haber ayudado, se ha per-
dido.
El Prozac era el medicamento estrella de los 2200 millones de euros
cuando Eli Lilly lo introdujo en los Estados Unidos. Ahora está fuera de
patente, es un medicamento genérico, y las compañías farmacéuticas se
han visto obligadas a introducir nuevos antidepresivos ISRS con paten-
tes más longevas para conservar la exclusividad de mercado.
65
La Cura del Alcoholismo
beneficio para el fabricante. ¿Qué ejecutivo de una compañía
farmacéutica en su sano juicio desperdiciaría cientos de millo-
nes de euros en la promoción de una medicación cuyos benefi-
cios fueran tan bajos que pronto se verían cercenados en los
mercados internacionales por la competencia? Ni uno solo.
En febrero de 2013, Lundbeck recibió la autorización de comercializa-
ción europea para Selincro como la primera terapia aprobada para la
reducción del consumo de alcohol. Esta es una noticia positiva en
términos de dar a conocer que un tratamiento médico efectivo para el
alcoholismo existe. Los estudios confirman que nalmefene es equivalen-
te a la naltrexona en términos de eficacia y seguridad. Dado que Lund-
beck cuenta con 10 años de exclusividad en la UE, y 5 años en los EEUU
se promoverá el uso del nalmefene de la manera correcta - debe tomar-
se junto con el consumo de alcohol, esto es, la extinción farmacológica o
el Método Sinclair. Véase http://www.globenewswire.com/news-
release/2013/02/28/526998/0/en/Lundbeck-receives-European-marketing-
authorization-for-Selincro-as-the-first-therapy-approved-for-the-reduction-of-
alcohol-consumption.html
Mis adiciones editoriales aparecen entre paréntesis.
66
¿Por qué no He Oído Hablar Ya del Método Sinclair?
Cuando la naltrexona se hizo genérica, el representante de
Wallinckrodt (que fabrica el genérico de la naltrexona) me dijo
que estaba de acuerdo con la extinción (Naltrexona + Consu-
mo de Alcohol), pero que no podía cambiar nada de lo que
DuPont tenía en su prospecto de prescripción (es decir, Nal-
trexona + No Se Permite Beber). Pregunté, pero él ni siquiera
podía dar copias del artículo del ensayo clínico de Heinala
(2001) a los médicos –aunque eso haya cambiado ya con las
nuevas regulaciones de la FDA.
Qué agradable coincidencia. Mi primera patente americana
expira el 13 de junio de 2008. Así que este libro (La cura para
el alcoholismo) coincide con el final de la cobertura de la pa-
tente. Así que al menos ahora todo el mundo es libre de usar el
Método.
Las patentes no son responsables, sin embargo, de la falta de
información sobre la forma correcta de usar naltrexona en el
tratamiento de adicciones a opiáceos. Esa falta de información
se inició más de una década antes de que Sinclair recibiera su
patente relacionada con el alcoholismo, y no había ninguna
patente similar relacionada con la adicción a los opiáceos alen-
tando engaño alguno a médicos y pacientes sobre la evidencia
científica que muestra cómo se tenía que utilizar la naltrexona
para que fuera eficaz.
La FDA está modificando sus reglamentos para permitir que las com-
pañías farmacéuticas puedan presentar la investigación sobre las aplica-
ciones de sus productos que no sean las aprobadas específicamente para
una condición particular.
En su primera edición en inglés.
67
La Cura del Alcoholismo
to del alcoholismo y que se utilizaría como complemento de un
programa integral de tratamiento del alcoholismo. Esto frenó
el esfuerzo de comercialización debido a que la naltrexona sólo
podía publicitarse a especialistas, y no a los médicos de cabe-
cera o médicos de atención primaria. Este dejó fuera de juego
de un plumazo a la mayoría de los médicos y los pacientes. En
segundo lugar, los temores que rodean la negligencia médica
hicieron que los médicos evitasen el riesgo de recetar nal-
trexona para evitar demandas. Esta restricción fue levantada
en mayo de 2006 con la publicación de los resultados del pro-
yecto COMBINE en el Journal of the American Medical Asso-
ciation.
En tercer lugar, los añadidos que acompañan a la medicación
indicaron que podría causar daños en el hígado. Se observó un
aumento de las enzimas hepáticas a dosis superiores a 300 mg
-¡seis veces la dosis recomendada libre de riesgo de 50 mg!. La
idea de que la naltrexona podría dañar el hígado dificultó aún
más que la medicación llegara a los pacientes. Los médicos de
cabecera tenía más razones para mantenerse al margen de la
prescripción de naltrexona, a pesar de que la dosis recomen-
dada estaba dentro de los límites de seguridad.
A pesar de una revisión de la literatura y de los ―efectos adver-
sos‖ indicados por DuPont de que la dosis recomendada no
representa ningún riesgo para la salud, la advertencia todavía
se incluye en el envase junto con el medicamento. ¿Quién
quiere prescribir o tomar un medicamento que pueda dañar el
hígado aunque curase el alcoholismo? Por otra parte, la adver-
tencia llevó a exigir análisis de sangre para daño hepático an-
tes de iniciar el tratamiento con naltrexona, lo que aumentaba
los gastos y dificultó su aceptación.
De hecho, uno de los beneficios de tratar alcohólicos con nal-
trexona es la mejora observada (utilizando esos mismos análi-
sis de sangre) en sus hígados.
DuPont comercializó la naltrexona bajo el nombre de ReVia™,
pero se enfrentó a obstáculos adicionales de marketing. La
empresa podía o no haber sabido que la naltrexona era eficaz
sólo cuando se combina con el consumo activo de alcohol. Pe-
ro incluso si la empresa lo sabía, no tenía permiso de la FDA
para decirlo. Por lo tanto, cuando los pacientes recibieron nal-
trexona, se les dijo que no bebieran alcohol. Si acataban estas
68
¿Por qué no He Oído Hablar Ya del Método Sinclair?
instrucciones, no experimentaban ningún beneficio -nula re-
ducción en sus ansias de beber o niveles de consumo de alco-
hol-, buen motivo para que abandonasen el tratamiento. Tam-
bién demostró ser un círculo vicioso para los médicos. Los
médicos sólo podían recetar naltrexona en un entorno alta-
mente especializado, como una clínica que requiriese hospita-
lización para tratar adicciones. Además, no se les permitía dar
indicaciones que permitiesen a sus pacientes beneficiarse del
modo en que el medicamento trabaja- ―si bebe alcohol, tome
siempre este medicamento una hora antes de hacerlo‖. Clara-
mente, DuPont tenía las manos muy bien atadas al intentar
comercializar la naltrexona.
Otro obstáculo importante estaba relacionado con los seguros
médicos, que a menudo cubrían una costosa rehabilitación
hospitalaria, pero no así el no tan costoso tratamiento ambula-
torio con naltrexona. Tania Graves, portavoz de la Asociación
Médica de Arizona, dijo lo siguiente: ―Las compañías de segu-
ros a menudo no permiten que un médico de cabecera recete
naltrexona. Su parecer es que los problemas de drogas o de
adicción deben ser tratados por un especialista‖.48 Otras com-
pañías de seguros lo rechazan por completo. Por ejemplo, una
cadena de centros de tratamiento de California que utilizan
naltrexona como tratamiento primario para el alcoholismo
tuvo que suspender sus procedimientos después de sólo seis
meses porque el seguro médico no cubría el tratamiento.
La extinción farmacológica no es atractiva para la industria de
rehabilitación de 4600 millones de euros, que se apresura a
citar razones ideológicas contra el uso de naltrexona: ―la absti-
nencia es la única forma‖ y ―nosotros no creemos en el uso de
medicamentos para tratar a los adictos‖. El Método Sinclair no
atrae ni de lejos la clase de beneficios que la industria farmac-
éutica y la industria de la rehabilitación se han acostumbrado
a esperar. La rentabilidad sobre el capital de la industria far-
macéutica del 39,4 por ciento significa que es cinco veces y
media más rentable que la típica empresa Forbes 500. Instala-
ciones privadas tales como las basadas en el Modelo Minneso-
ta (Hazelden, Betty Ford, Cottonwood de Tucson) se basan en
los ingresos generados por los nuevos pacientes y por los rein-
cidentes. Una tasa de fracaso desafortunadamente alta signifi-
69
La Cura del Alcoholismo
ca que hay un montón de pacientes con necesidad de repetir el
mismo tratamiento.
La industria de la rehabilitación normalmente cobra de
22.000 a 31.000 euros por una rehabilitación de veintiocho
días en los Estados Unidos (por ejemplo, Hazelden, Betty
Ford, Cottonwood de Tucson) y 20.000 euros en el Reino
Unido (por ejemplo, el Priory Group). Las previsiones empre-
sariales eran tan atractivas que el banco holandés ABN Amro
compró el Priory Group en el Reino Unido por el equivalente
de 1100 millones de euros en 2005. Una clínica de rehabilita-
ción que trate 400 pacientes al año puede llegar a generar in-
gresos del orden de por lo menos 7,5 millones de euros al año.
La Clínica Betty Ford tiene capacidad para 800 pacientes, lo
que supone un ingreso bruto de ¡15millones de euros al año!
Estas instalaciones tienen todas las de perder si un tratamien-
to ambulatorio simple, no intensivo, y rentable como el Méto-
do Sinclair, que sólo requiere una visita ambulatoria con un
médico (y si es posible, algunas visitas con un consejero capa-
citado) reemplazase el tratamiento estándar de veintiocho días
de desintoxicación basado en el modelo de la abstinencia. Esto
no es de ninguna manera un ataque a los dedicados profesio-
nales que realmente quieren lo mejor para sus pacientes al-
cohólicos. Es simplemente la forma en que la actual infraes-
tructura del tratamiento funciona.
Dado que los pacientes reducen gradualmente su consumo de
alcohol, el Método Sinclair elimina la necesidad del conven-
cional internamiento de desintoxicación que supone un
―shock-para-el-sistema‖, y que causa daño cerebral en sí mis-
mo.
El Método Sinclair es eficaz para los pacientes, pero no es una
máquina de hacer dinero para las clínicas de adicción centra-
das en una tasa de ocupación elevada. Si se adoptara univer-
salmente como el tratamiento por defecto para la adicción al
alcohol, el Método Sinclair y su 80 por ciento de tasa de éxito a
la primera transformarían la industria de la adicción. Esto sig-
nificaría que millones de adictos podrían ser curados de forma
efectiva sin dejar de beber alcohol, sufrir síndrome de absti-
nencia, ni necesitar fuerza de voluntad. Pero también signifi-
caría que, además del dinero que se perdería con el cierre de
los centros privados de rehabilitación para pacientes hospitali-
70
¿Por qué no He Oído Hablar Ya del Método Sinclair?
zados, miles de profesionales de la adicción y clínicas para pa-
cientes hospitalizados estarían fuera del negocio. ¿Podría ex-
plicar esto en parte por qué el Método Sinclair aún no ha sido
adoptado por los gobiernos (con la excepción de Finlandia) a
mayor escala? Solo porque el Método Sinclair no sea atractivo
para las grandes empresas, no significa que se deba impedir
ayudar a todos los que lo necesitan.
La pérdida del negocio de desintoxicación no explica, sin em-
bargo, por qué el tratamiento de la adicción a opiáceos -la ex-
tinción- también se ha suprimido. Una diferencia importante
entre el tratamiento de la adicción al alcohol y a los opiáceos
es que la desintoxicación previa es sin duda necesaria en el
tratamiento de las personas que son fisiológicamente depen-
dientes de opiáceos. En cualquier caso, el uso de la extinción
farmacológica con naltrexona tampoco ha sido ampliamente
aceptado para tratar la adicción a los opiáceos. Cuando la nal-
trexona fue aprobada por la FDA, muy poco se conocía sobre
su mecanismo de acción y eficacia para merecer una gran pu-
blicidad. El fabricante, DuPont, llevó a cabo una promoción
mínima en forma de comunicados de prensa.
Hay datos de que niños de tan sólo once años atienden grupos para niños de
AA. Véase ―11-year olds treated for alcoholism‖, 9 de marzo de 2008, por Sarah
Manners, Wales On Sunday:
http://icwales.icnetwork.co.uk/news/wales-news/2008/03/09/11-year-olds-
treated-for-alcoholism-91466-20585094/
72
¿Por qué no He Oído Hablar Ya del Método Sinclair?
es un medicamento genérico, la inversión requerida en los en-
sayos clínicos necesarios para su aprobación en un mercado
abierto a la competencia sencillamente no resultaba rentable a
ninguna compañía farmacéutica.
Es un misterio por qué, en 2005, el gobierno gastó 300 millo-
nes de euros en el tratamiento de sesenta y tres mil pacientes
alcohólicos en atención especializada -a razón de más de 4500
euros por paciente- y aun así ignora todos los datos positivos
sobre la naltrexona.
Igual de desconcertante es el hecho de que el Servicio Nacional
de Salud Británico (NHS) no permita a los médicos de cabece-
ra recetar naltrexona para el alcoholismo en un país que dice
estar ―perdiendo la batalla con la botella‖. Después de todo,
con la avanzada tecnología del Reino Unido, sería particular-
mente sencillo implementar un programa así.
Incluso si usted supiera cómo usarla para tratar un problema
con la bebida, la naltrexona sólo está disponible en el Reino
Unido si se lo puede permitir. La naltrexona está aprobada en
el Reino Unido para la adicción a los narcóticos (heroína, mor-
fina), pero sólo puede ser prescrita para otros fines, tales como
el alcoholismo, por prescripción de pago. Esto significa que
cualquier médico certificado en el Reino Unido puede recetar
naltrexona, pero el paciente tendría que pagar por el medica-
mento. De acuerdo con Alcohol Concern, una organización
benéfica del Reino Unido, una de cada tres camas de los hospi-
tales públicos del NHS está ocupada como resultado de beber
en exceso. Es irónico, cuando menos, que el NHS no costee la
naltrexona en el tratamiento del alcohol.
Recientemente me reuní con una investigadora estadouniden-
se del alcohol que ha trabajado con el Servicio Nacional de
Salud Británico durante más de veinte años. A pesar de que
sabía mucho acerca de la literatura sobre el alcoholismo, ape-
nas había oído hablar de la naltrexona, y nunca había oído
hablar del Método Sinclair o de la extinción farmacológica.
―Llamé a dos de mis colegas en los Estados Unidos, dos inves-
tigadores punteros en el campo. Me dijeron que no había nin-
guna evidencia de lo que usted y Sinclair están diciendo‖, me
retó.
Cuando les preguntó, ella no tenía idea de por qué sus compa-
ñeros no sabían nada acerca de los setenta ensayos clínicos, ni
73
La Cura del Alcoholismo
siquiera del Proyecto COMBINE (1.383 alcohólicos -un estudio
importante estudio bajo cualquier parámetro). Ella tenía a sus
amigos en tal alta estima que se negaba a aceptar que pudieran
estar equivocados, y me dijo: ―¿Dónde están los datos? Tengo
que ver las referencias. Si lo que usted y Sinclair están dicien-
do es verdad, esto es una revolución total en la adicción. Va a
cambiar el mundo‖.
Como vimos en el capítulo 3, muchos de los mejores investiga-
dores en Estados Unidos están ahora estudiando y recetando
naltrexona en una manera que permite que se produzca la ex-
tinción. La naltrexona está siendo vista como el tratamiento
preferido para los pacientes que están consumiendo alcohol
activamente, especialmente para los que no tienen como obje-
tivo la abstinencia total. La técnica de comenzar el tratamiento
de naltrexona sin desintoxicación previa se estudió primero
entre los alcohólicos en el ensayo clínico finlandés (Heinala et
al., 2001), y fue puesto a disposición del público por primera
vez en clínicas que utilizan el Método Sinclair en Finlandia.
Ahora está siendo adoptado por más clínicas y por médicos en
centros hospitalarios. La arraigada creencia de que los alcohó-
licos deben dejar de beber al instante y de que la abstinencia es
la única forma de tratamiento ha sido un gran obstáculo en la
aplicación del Método de Sinclair. Esta desinformación está
apenas comenzando a disiparse.
Sin embargo, es escandaloso que menos del 2 por ciento de los
bebedores con problemas en los Estados Unidos y aún menos
en el Reino Unido hayan tenido oportunidad de utilizar nal-
trexona para su adicción. ¿Es ético paralizar un tratamiento
efectivo para la adicción al alcohol, aunque sea por ignoran-
cia? ¿Ilegal?
Tal vez.
Pero el objetivo principal debe ser corregir la situación. La
cura del alcoholismo podría irrumpir en la adicción infor-
mando al mundo de que una cura muy eficaz de la adicción al
alcohol ya está aquí.
77
La Cura del Alcoholismo
seado. Todo lo que tienen que hacer es tomar la naltrexona
antes de consumir alcohol. Una elección simple.
Y una elección racional. No reduce su placer porque estaban
recibiendo poco o ningún placer al beber. Pero a la larga, la
elección les libera de una gran cantidad de dolor. Que un al-
cohólico beba en exceso no es racional, pero tomar naltrexona
lo es. Por lo tanto, no es de extrañar que en la práctica el 90
por ciento de los pacientes alcohólicos que utilizan el Método
Sinclair tomen naltrexona antes de beber alcohol.
El primer paso para curar el alcoholismo es reconocer que al-
gunas de las respuestas, como la respiración y el consumo de
alcohol de un alcohólico, ocasionalmente están fuera del con-
trol racional. El alcohólico no puede dejar de beber no importa
cuál sea la recompensa o castigo prometido. El no aceptar este
hecho-que el deseo de beber alcohol y el abuso en su consumo
son reflejos aprendidos inconscientes - ha provocado que la
mayoría de los alcohólicos reciban tratamientos dolorosos e
ineficaces basados en la falsa premisa de que realmente pue-
den controlar su manera de beber. El tratamiento de los al-
cohólicos se ha basado en la creencia de que en realidad no
son alcohólicos, sino gente que elige beber de manera cons-
ciente. Mientras tanto, la alternativa humana de utilizar el
Método Sinclair ha sido ampliamente ignorada en los Estados
Unidos.
―Se Abre El Caso De Negligencia Del Estado Contra Un Especialista En
Adicciones‖, 4 de enero de 2001, Iver Peterson, New York Times. Véase
http://query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9C01EEDC1E3BF937
A35752C0A9679C8B63&scp=22&sq=naltrexone&st=nyt.
"Los fiscales han comenzado hoy su caso de negligencia aquí en las
afueras de Trenton contra el Dr. Lance L. Gooberman, el especialista en
tratamientos de adicción de South Jersey cuyo poco ortodoxo método
de tratamiento de la adicción a opiáceos basado en la abstinencia se ha
cobrado la vida de al menos siete pacientes, de acuerdo con la denuncia
del Estado ". 27 de abril de 2008.
79
SECCIÓN Cinco Pasos
DOS
para Curar
el Alcoholismo
81
5
Introducción a
los Cinco Pasos –
Cómo Beber hasta la
Sobriedad
L
os Cinco Pasos que se presentan en este capítulo le do-
tan de un plan para liberarse de la bebida compulsiva.
Curar su adicción y recuperar el control sobre el alcohol
no es complicado. No requiere abstinencia. Pero sí requiere
una preparación minuciosa antes, durante y después del tra-
tamiento. Los cinco pasos no requieren una compleja terapia
psicosocial ni un examen de su pasado para averiguar por qué
perdió el control sobre el alcohol.
A diferencia de los tratamientos de rehabilitación estándar, no
hay insistencia en psicoterapia intensiva, el trauma de impa-
cientes programas de desintoxicación, síndrome de abstinen-
83
La Cura del Alcoholismo
cia, o una abstinencia espantosa para el resto de su vida. Los
Cinco Pasos le guiarán a través del proceso de la adicción:
Paso Uno: Comprender y reflexionar acerca de la adic-
ción de una manera completamente nueva.
Paso Dos: Comprobar la gravedad del problema y averi-
guar si usted necesita ayuda.
Paso Tres: Trabajar con su médico para obtener una re-
ceta de naltrexona.
Paso Cuatro: Aprender acerca de las medidas de bebidas
alcohólicas y mantener un registro de su consumo de alco-
hol y de su ansia por consumirlo a medida que comienza su
viaje a través de la adicción. Ahora usted está tomando nal-
trexona antes de beber alcohol. Está dejando de ser adicto
–su ansia y niveles de consumo disminuyen gradualmente.
Paso Cinco: Después de tres o cuatro meses-en algunos
casos hasta seis meses- estará curado. Ahora su objetivo es
mantenerse curado una vez que haya completado el pro-
grama.
(Por favor tenga en cuenta que en toda esta sección habrá nu-
merosas referencias al hecho, probado médicamente, de que
sin el consumo continuado de alcohol junto con naltrexona, no
puede eliminarse la adicción. Esto es por lo que el uso de alco-
hol para combatir el alcoholismo es tan revolucionario. Con-
sulte www.TheCureForAlcoholism.com para las actualizacio-
nes, consultas y asistencia en línea).
El primer paso hacia el éxito del tratamiento implica profun-
dos cambios en las ideas sobre el consumo excesivo y el alco-
holismo. El Método Sinclair se basa en una comprensión com-
pletamente nueva de cómo la adicción al alcohol se desarrolla
y cómo se puede curar extirpando la adicción de forma per-
manente de su cerebro y sistema nervioso.
La comprensión de cómo funciona el tratamiento asegurará
que usted solucione su problema con la bebida sin problemas y
de forma eficiente. También mostrará a aquellos de ustedes
que están comenzando a desarrollar un problema cómo preve-
nir o inocularse a uno mismo contra el problema en el primer
lugar.
Mucha gente va a pensar que es una locura que, si usted tiene
un problema con el alcohol, el alcohol realmente sea necesario
84
Paso Uno: Comprender la Cura
para su recuperación. La investigación, sin embargo, demues-
tra que el consumo de alcohol es necesario, pero sólo si se to-
ma naltrexona cada vez que bebe alcohol.
Véase :
http://www.globenewswire.com/news-
release/2013/02/28/526998/0/en/Lundbeck-receives-European-
marketing-authorization-for-Selincro-as-the-first-therapy-approved-
for-the-reduction-of-alcohol-consumption.html
O nalmefene cuando esté disponible.
85
6 Paso Uno – Compren-
der la Cura
Pensamiento Revolucionario
L
a mayoría de nosotros pensamos en la adicción como un
problema de gran calado, prácticamente imposible de
conquistar. Pero ahora los ensayos clínicos basados en el
Método Sinclair han demostrado lo contrario. Mientras que
beber en exceso y la adicción al alcohol en toda regla deben ser
tratados como una condición muy seria, la investigación más
reciente demuestra que no es tan difícil de prevenir o curar
como solía ser. Ahora, millones de vidas pueden ser liberadas
del consumo compulsivo y adictivo sin recurrir a tratamientos
tortuosos y anticuados.
No se Permite la Abstinencia
A diferencia de otros tratamientos del alcohol, el Método Sin-
clair no exige que deje de consumirlo. Tal vez usted ha evitado
iniciar el tratamiento, no sólo por el estigma asociado con ser
etiquetado de alcohólico, sino porque asume de forma au-
tomática que el tratamiento significa que usted tendrá que
dejar de beber por completo.
Es perfectamente comprensible que mucha gente no pueda
imaginar su vida sin alcohol, teman un futuro de privación,
87
La Cura del Alcoholismo
ansias y abstinencia total. El Método Sinclair es una buena
noticia para aquellos que desean seguir bebiendo moderada-
mente -les permite bien dejar el alcohol por completo o con-
sumirlo de forma segura.
Posiblemente muchos de ustedes ya han tratado de controlar
su consumo de alcohol utilizando algún tipo de poder supe-
rior, con fuerza de voluntad, mediante la religión, por su
cuenta, con asesoramiento profesional, o a través de un grupo
de apoyo tradicional como AA. Algunos de ustedes puede que
hayan atendido costosos programas de tratamiento privados,
sólo para encontrarse a sí mismos recayendo en la bebida.
Los estudios demuestran que muchos alcohólicos logran abs-
tenerse durante semanas-incluso meses. Esto es especialmente
cierto si usted acaba de comenzar la rehabilitación tradicional
y se siente optimista acerca de dejar la bebida. Pero a medida
que pasa el tiempo sin tomar una copa, los sentimientos de
privación se hacen más presentes y el ansia de alcohol se in-
tensifica.
Usted puede ser capaz de resistir el impulso de beber la prime-
ra vez, la segunda, y la tercera. Pero muy pronto, le resulta
imposible resistirse al ansia de alcohol, y nuevamente recae en
la bebida.
Es posible que usted se prometiese a sí mismo beber modera-
damente, pero después de una o dos copas, acaba embo-
rrachándose, deprimido y con resaca.
Como hemos mostrado, cuando las ratas adictas al alcohol ya
han sido privadas de alcohol durante unos días, semanas o
incluso meses, en cuanto se les da acceso libre al alcohol vuel-
ven a beber, incluso cantidades muy superiores a las que sol-
ían consumir antes del período de abstinencia. Los monos
también muestran este Efecto de la Privación de Alcohol.49 El
mismo patrón se aplica a los alcohólicos humanos.
El Método Sinclair no podría alejarse más de la rehabilitación
tradicional; para vencer su adicción, usted debe seguir bebien-
do. Ahora bien, con una salvedad importante: sólo se debe
La fuerza de voluntad se refiere a cualquier método en el que su volun-
tad -sus actitudes, valores, creencias- cambia activamente. Los ejemplos
incluyen un "Poder Superior", la psicoterapia, la terapia cognitiva, o
varias terapias de grupo.
88
Paso Uno: Comprender la Cura
beber mientras se encuentre bajo los efectos de la medicación
antagonista de opioides que bloquea las endorfinas, naltrexo-
na. Como se muestra en el capítulo 3 en La Dura Evidencia de
la Cura, si se abstiene de beber alcohol mientras está tomando
naltrexona, no tendrá éxito porque no se activará el mecanis-
mo fisiológico que acaba con la adicción. A medida que vaya
avanzando en el tratamiento, usted notará una reducción gra-
dual en los niveles de ansiedad y de consumo de alcohol du-
rante las primeras semanas. Si bien esto le animará a seguir,
los ensayos clínicos demuestran que hay que seguir bebiendo
mientras está tomando naltrexona durante al menos tres o
cuatro meses hasta que obtener verdadero éxito.
O nalmefene cuando esté disponible.
89
La Cura del Alcoholismo
93
La Cura del Alcoholismo
No Necesita Ser ―Alcohólico‖ para Beneficiarse de
la Cura
Una de las principales ventajas del Método Sinclair es que us-
ted no necesita tener un serio problema de alcoholismo o ser
un alcohólico para beneficiarse del tratamiento de extinción.
Si tiene tendencia a beber demasiado en ciertas ocasiones y
simplemente quiere reducir su consumo, comience a tomar
naltrexona antes de beber alcohol.
La investigación demuestra que usted se encontrará más en
control, y comenzará a beber menos. Todavía puede beber
moderadamente y de forma segura, si decide hacerlo. El
Método Sinclair es más fácil que hacer dieta porque usted no
tiene que evitar la tentación de beber. La Naltrexona + Con-
sumo de Alcohol funciona de forma automática -es su fórmula
para una exitosa eliminación de la adicción.
Manejar el Conflicto
También es importante que usted sea consciente de que puede
encontrar una cierta dosis de controversia en torno al Método
Sinclair.
El tratamiento podría no tener sentido para todo el mundo,
sobre todo si no están familiarizados con la ciencia que lo ava-
la. Después de todo, ¿cómo puede ser ventajoso instruir a los
bebedores compulsivos a que sigan bebiendo, incluso si se les
ha dado la naltrexona? Es probable que encuentre gente
escéptica, sobre todo si saben que usted ya tiene un problema
y lo ven bebiendo, incluso si usted les habla de la medicación y
la forma en que funciona. Usted debe, sobre todo, tener fe en
los datos de la investigación.
También puede encontrarse con profesionales de la salud y
consejeros laicos que anuncian agresivamente que ―no se pue-
de curar una adicción a las drogas con otra droga‖. Rehabilita-
ción, un mes de abstinencia, los Doce Pasos de AA, y la absti-
nencia total son la única manera. Usted puede oír opiniones
negativas de algunos profesionales de la salud cuando les
habla del tratamiento porque el conocimiento de la extinción
Por supuesto con receta médica.
Por favor, consulte el capítulo 3 - La Contundente Evidencia Que
Avala la Cura, y la bibliografía anotada en el Apéndice A.
94
Paso Uno: Comprender la Cura
farmacológica aún no se ha difundido ampliamente en todo el
mundo. Si le dicen que no debe ser un ―conejillo de indias‖
para este tipo de tratamiento, con seguridad puede responder
que la etapa de conejillo de indias de la investigación ha pasa-
do hace tiempo; decenas de miles ya han superado su adicción
con éxito a través de la fórmula de Sinclair Naltrexona + Con-
sumo de Alcohol. Los datos científicos apoyan abrumadora-
mente la posición de que la extinción farmacológica es la for-
ma más eficaz de tratamiento de extinción de la adicción nun-
ca puesto en práctica.
Otros métodos de tratamiento han ayudado a algunas perso-
nas a hacer frente al ansia. Han empleado las herramientas
más poderosas que conoce la psicología para que un individuo
supere impulsos y deseos.
Sin embargo, una vez que la adicción se instala por completo
en el cerebro, ninguno de los métodos anteriores ha sido capaz
de eliminar el cableado del circuito neuronal que produce el
deseo y ansia de alcohol. A excepción del Método Sinclair, to-
dos los tratamientos actuales dejan el cerebro en un estado de
adicción permanente. Antes del tratamiento de la extinción, su
adicción significaba una batalla permanente por la abstinen-
cia, que era la base de la perogrullada ―una vez alcohólico,
siempre alcohólico‖.
Por eso, para un alcohólico abstemio, incluso una pequeña
cantidad de alcohol es extremadamente peligrosa.
A diferencia de la extinción farmacológica, los tratamientos
tradicionales nunca han sido capaces de reducir el mecanismo
adictivo del sistema nervioso. De hecho, el NIAAA, la OMS y
otros organismos gubernamentales confirman que los trata-
mientos estándar solo previenen la recaída en el alcohol del 10
al 15 por ciento de alcohólicos. Debido a que el alcoholismo no
ha sido curable, la mayoría de los alcohólicos recaen –del 85 al
90 por ciento recaen durante el primer año de tratamiento.
La extinción farmacológica literalmente "corta los cables" en el circui-
to de conducción de la adicción; por lo tanto, puede ser visto como una
especie de "nano cirugía cerebral" para corregir el exceso de fortaleci-
miento de las súper-autopistas neuronales convirtiéndolas de nuevo en
rutas más normales, el estado en que estaban antes de que el consumo
adictivo de alcohol fuese aprendido.
95
La Cura del Alcoholismo
Recaen cuando el Efecto de Privación de Alcohol y los estímu-
los medioambientales aumentan el ansia a niveles particular-
mente altos, causando peligrosas borracheras de alcohol. Es
entonces cuando los alcohólicos están en mayor riesgo de
hacerse daño a sí mismos y a los demás.
Esté preparado para hacer frente a la perplejidad inicial al ex-
plicar cómo funciona el Método Sinclair. Curiosamente, mu-
chas personas que están en el fragor de la batalla con el alco-
hol parecen comprender la lógica detrás del tratamiento de
extinción más rápidamente que los que no tienen experiencia
de primera mano de lo que se siente al ceder al ansia, las bo-
rracheras, y la adicción.
Esto es una simplificación. El riesgo del alcoholismo depende de mu-
chos genes, por lo que no existe una división clara entre los que se en-
cuentran en riesgo y los que no. En su lugar, hay un continuo. En un
extremo están las personas que, una vez que empiezan a beber, progre-
san hacia el alcoholismo en sólo unos pocos años. En el otro extremo se
encuentran algunas personas que están protegidas de desarrollar alco-
holismo por factores genéticos. En medio están la mayoría de las perso-
nas, que se convierten en adictos sólo cuando el ambiente les facilita y
anima a consumir grandes cantidades de alcohol.
97
La Cura del Alcoholismo
A estas alturas, usted ha perdido el control sobre el alcohol y la
bebida se ha convertido en un poderoso reflejo biológico in-
consciente. Es como si, además del ansia normal por comida y
agua, una nueva ansia haya sido instalada en su cuerpo, en
este caso por alcohol. Una vez que esto ha ocurrido, el ansia
por alcohol se afianza permanentemente como una adicción
fisiológica, y se comienza a ―necesitar‖ alcohol como si fuese
agua.
Ya no bebe por elección. Al igual que su cerebro está conectado
para enseñarle a beber agua cuando tiene sed, bebe porque su
cerebro se ha cableado para desear y beber alcohol -la elección
ya no es suya. En cambio, su cerebro adicto elige por usted.
Está atrapado y esclavizado porque el consumo se ha converti-
do en un ―reflejo aprendido‖ inconsciente, incontrolable y au-
tomático.
Probablemente usted no era consciente de que llevaba el po-
tencial genético para beber compulsivamente cuando tomó
una copa por primera vez. Sin embargo, años más tarde, para
cuando ya había perdido el control, tomar una copa era una
experiencia muy diferente para usted de lo que había sido al
comenzar su viaje. Usted se ve incapaz de parar en su segunda
o tercera copa, que se han convertido en algo como arrojar
gasolina al fuego. Su consumo crece sin control, y una sola
copa es suficiente para provocar una borrachera. En el capítu-
lo 13 veremos cómo David, un programador de telecomunica-
ciones y alcohólico recuperado, explicaba cómo él razonaba su
propio alcoholismo en términos de programación informática.
El hardware es como el cableado adictivo -el circuito neuronal
en el cerebro que causa el ansia por el alcohol y su consumo- y
el software de programación es el aprendizaje repetido para
beber con el refuerzo de las endorfinas procedentes del alcohol
durante muchas sesiones.
A medida que avance a través del Método Sinclair, recuerde no
ser duro consigo mismo -como tantos alcohólicos tienden a
ser- por su adicción. Usted no es una persona débil, inmoral.
Ninguna cantidad de auto-recriminación puede eliminar su
adicción. Al igual que millones de personas, no es más respon-
sable por el consumo compulsivo de lo que es para cualquier
otra enfermedad hereditaria. Pero, al igual que un diabético es
responsable de regular el tratamiento con insulina o el uso de
98
Paso Uno: Comprender la Cura
un condón es absolutamente necesario para practicar el sexo
seguro, usted es responsable de su propia curación. Siempre
tome su medicamento antes de beber alcohol.
A estas alturas, usted debería apreciar que el Método Sinclair
actúa bloqueando el refuerzo (que no es lo mismo que el pla-
cer) de las endorfinas liberadas por el alcohol en el cerebro.
Usted estaba programado para desear alcohol a través del re-
fuerzo repetido de endorfinas durante muchas borracheras.
Para ser más exactos, las rutas neuronales que le hacen pensar
en alcohol, quererlo, y beberlo, se hace cada vez más fuerte
cada vez que se utilizaban y luego se bañaba en endorfinas.
Sistema Opioidérgico
Ciertas neuronas en el cerebro liberan sustancias similares a la
morfina y otros opiáceos. Estas sustancias se llaman endorfi-
nas y encefalinas. Se adaptan a los mismos receptores que la
morfina y la heroína. La liberación de estas sustancias también
se produce en los organismos más primitivos. Incluso algunas
bacterias liberan una sustancia similar al opio, al parecer como
una señal a otras bacterias de que algo ha perturbado la inte-
gridad de la comunidad. En organismos superiores, los opiá-
ceos naturales juegan un papel en la contracción intestinal.
También pueden bloquear la transmisión del dolor, como por
ejemplo de una lesión o un parto.
Esta es la razón por la que la morfina es eficaz como analgési-
co.
En el cerebro, las endorfinas se liberan generalmente en el
espacio abierto entre las neuronas, en lugar de limitarse a un
espacio pequeño dentro de una sinapsis. Así, una neurona que
libera endorfinas es capaz de afectar a cientos o miles de neu-
ronas en sus proximidades. Las endorfinas, por lo tanto, no
actúan como transmisores sinápticos como el glutamato, la
serotonina, o la acetilcolina y, en su lugar, podrían llamarse
hormonas locales. Tanto los opiáceos externos como las en-
dorfinas naturales proporcionan refuerzo.
Es decir, refuerzan las conexiones dentro de la ruta neuronal
que ha sido utilizada recientemente; por lo tanto, cualquiera
que sea el comportamiento justo antes de que los opiáceos o
las endorfinas apareciesen, es probable que vuelva a producir-
se de nuevo en el futuro. (Algunos investigadores han especu-
99
La Cura del Alcoholismo
lado que las endorfinas producen refuerzo liberando dopami-
na, pero ahora parece más probable que las endorfinas tengan
una capacidad directa de reforzarse a sí mismas). En otras pa-
labras, cada vez que se utiliza una ruta que produce un com-
portamiento que, a su vez, libera endorfinas, las endorfinas
fortalecen la ruta reforzándola. Como resultado, se necesitará
menos estimulación para reactivarla en el futuro, y será más
difícil para alguna otra ruta inhibirla y evitar que se produzca
el comportamiento (ilustrado en el Apéndice B).
El sistema opioide ha desarrollado la función de reforzar las
conductas sobre la base de la información sensorial. Por ejem-
plo, colocar una gota de azúcar o sacarina en la lengua hace
que las neuronas sensoriales se activen y, finalmente liberen
endorfinas en el cerebro. Esto proporciona una función de su-
pervivencia muy útil desde el punto de vista evolutivo. En lu-
gar de tener que esperar hasta después de que una comida
haya sido digerida para reforzar el comportamiento que pro-
duce la comida, hemos desarrollado una varilla química ins-
tantánea -nuestra lengua. La pegamos a un alimento. Analiza
la cantidad de azúcar presente. Si hay una gran cantidad, las
endorfinas se liberan, y de forma rápida y eficiente aprende-
mos a comer fruta madura con los nutrientes que necesitamos
en lugar de fruta verde, no saludable. El refuerzo de endorfi-
nas sólo requiere información sensorial, en lugar de la inges-
tión real de las sustancias nutritivas. En consecuencia, a pesar
de que es un atajo útil para el aprendizaje, puede ser engaña-
do, por ejemplo, con sacarina que produce la sensación dulce y
la liberación de endorfinas, pero no la nutrición.
Véase :
http://www.globenewswire.com/news-
release/2013/02/28/526998/0/en/Lundbeck-receives-European-
marketing-authorization-for-Selincro-as-the-first-therapy-approved-
for-the-reduction-of-alcohol-consumption.html
101
7 Paso Dos:
Autoevaluación –
¿Necesito ayuda?
E
n su normativa sobre el Alcoholismo como Enfermedad,
la American Medical Association (AMA) señala que ―so-
licita cambios en las leyes y regulaciones federales para
exigir que la Administración de Veteranos determine la elegi-
bilidad de beneficios sobre la base de que el alcoholismo es
una enfermedad‖.50 La cuestión de si ―el alcoholismo es una
enfermedad‖ o no es más importante en términos de financia-
ción. Si los pacientes tienen una ―enfermedad‖, entonces es
más fácil obtener acceso pagado al tratamiento a través de los
programas de seguros médicos privados y públicos. La Asocia-
ción Médica Americana considera el alcoholismo como una
enfermedad ―que se caracteriza por un deterioro significativo
directamente relacionado con el uso persistente y excesivo del
alcohol. El deterioro puede implicar una disfunción fisiológica,
psicológica o social‖. La cantidad que usted bebe no es la cues-
tión fundamental: es una cuestión de lo que sucede cuando lo
hace y por eso se dice: ―Si usted tiene problemas a la hora de
beber, tiene un problema con la bebida‖. Uno de los problemas
es simplemente el deterioro producido por la intoxicación.
Otros problemas son causados por el hecho de que el alcohol
tiende a acentuar lo que estamos sintiendo en el momento en
103
La Cura del Alcoholismo
que lo beba. Si nos sentimos contentos y locuaces, nos pode-
mos sentir más intensamente eufóricos y charlatanes. Pero
también puede acentuar los sentimientos de depresión y de-
sesperación. Y si estamos enojados y agresivos, el alcohol pue-
de exagerar los sentimientos e interferir con el buen juicio ne-
cesario para impedir iniciar una pelea. Por otro lado, gran par-
te de lo que distingue a los alcohólicos es lo que sucede cuando
no beben. ¿Cómo de severa puede llegar a ser el ansia? Algu-
nos de los alcohólicos de estilo mediterráneo no saben que son
alcohólicos hasta que intentan dejarlo y lo encuentran imposi-
ble.
El alcoholismo es una ―enfermedad progresiva‖ que se ha des-
crito en etapas.51 ¿Alguna de estas etapas se aplican a usted?
¿Está usted en las primeras etapas o en las intermedias? ¿Tie-
ne un ser querido o amigo en alguna de estas situaciones? Co-
mience a pensar acerca de su consumo de alcohol en términos
de las siguientes etapas:
Etapa temprana:
1. Está empezando a tener problemas con su manera de be-
ber. Le preocupa su consumo de alcohol, comienza a beber
a escondidas, y siente algo de culpa por su conducta.
2. A veces se intoxica, y puede haber tenido pérdidas de me-
moria, no recordando lo que dijo o hizo en estado de ebrie-
dad.
3. Espera con impaciencia su consumo de alcohol, se relacio-
na con otros grandes consumidores de alcohol y tiene me-
nos interés en actividades que no impliquen beber alcohol.
4. Amigos y familiares están preocupados por su forma de
beber, y la bebida interfiere con su trabajo -por ejemplo,
comienza a ausentarse del trabajo a causa de la resaca.
5. Experimenta síntomas de abstinencia, como temblores,
depresión y ansiedad cuando deja de beber.
Etapa media:
1. Usted puede o no reconocerlo abiertamente, pero su con-
sumo se ha convertido en un problema para usted.
2. Es incapaz de gestionar su consumo de alcohol. A pesar de
que desea poder beber menos, se encuentra bebiendo
compulsivamente.
104
Paso Dos: Autoevaluación, ¿necesito la Cura?
3. Comienza a consumir alcohol como un antidepresivo, pero
descubre que los resultados del consumo de alcohol son la
resaca, lo que lo deprime aún más.
4. Comienza a tener problemas de salud, y su médico puede
recomendarle beber menos o dejarlo por completo.
5. Puede perder días de trabajo y perder su trabajo, ser con-
denado por conducir ebrio, o entrar en conflictos relacio-
nados con el alcohol con sus seres queridos y amigos. Em-
pieza a tener problemas médicos relacionados con el alco-
hol tales como la inflamación del hígado, enfermedades del
corazón o diabetes.
6. Síntomas del Síndrome de Abstinencia: temblores, depre-
sión y ansiedad -cuando el alcohol desaparece ahora son
una parte normal de su vida.
Etapa Tardía:
1. Su vida es ahora totalmente inmanejable.
2. Usted puede tener hepatitis, cirrosis, pancreatitis, hiperten-
sión arterial y hemorragias internas.
3. La depresión profunda, trastornos del sueño y problemas de
memoria son prominentes. Si ha estado bebiendo durante mu-
chos años, su memoria puede llegar a estar afectada por el
síndrome de Wernicke-Korsakoff, una condición que resulta
en daño cerebral permanente. En El hombre que confundió a
su mujer con un sombrero, Oliver Sacks describe cómo uno de
sus pacientes pensaban que estaba viviendo décadas antes,
porque los años de consumo de alcohol habían borrado por-
ciones enteras de su memoria.
4. Usted puede experimentar alucinaciones, convulsiones y
tener ataques cerebrales conocidos como delirium tremens
(DT) cuando deja de beber. Esto puede ser fatal y que necesita
atención médica urgente.
Su Salud Mental
Usted puede beneficiarse del Método Sinclair, incluso si tiene
una condición psicológica o psiquiátrica aparte del alcoholis-
mo. Por ejemplo, si usted sufre de depresión clínica indepen-
dientemente de su problema con la bebida, el tratamiento
puede ayudar con el consumo compulsivo. Sin embargo, si
usted ha sido diagnosticado con una condición psiquiátrica,
siempre debe consultar con un médico de confianza antes de
comenzar el Método Sinclair.
Una de las conclusiones de Sinclair de un análisis de los al-
cohólicos finlandeses fue que el tratamiento producía una
disminución muy grande en la depresión. Los pacientes hicie-
ron un test para la depresión (Inventario de Depresión de
Beck) antes del tratamiento y otro más después de unos tres
meses de tratamiento con naltrexona. La naltrexona en sí
misma no tiene efectos antidepresivos, pero la depresión se
disipa porque la bebida ha disminuido. Esto ayuda a respon-
der a un viejo rompecabezas en el campo del alcoholismo: ¿la
depresión hace que la gente beba en exceso o el beber en exce-
so hace que la gente se sienta deprimida?
106
Paso Dos: Autoevaluación, ¿necesito la Cura?
El hecho de que fuera posible reducir la depresión a niveles
normales en la gran mayoría de pacientes con naltrexona
muestra que por lo general es la bebida la causante de la de-
presión. Hubo, sin embargo, excepciones: pacientes con un
problema primario de depresión siguieron deprimidos, incluso
después de que la bebida ya estuviese bajo control.
La Cura No Te Juzga
El Método Sinclair defiende una posición no crítica con res-
pecto a la adicción. Desde un punto de vista filosófico y prácti-
co, es imprescindible que usted trate de evitar el estigma, tabú
y vergüenza tan a menudo asociadas con la etiqueta de adicto,
alcohólico o borracho. No se debe considerar a sí mismo mo-
ralmente degenerado, débil o inferior porque tenga un pro-
blema con la bebida.
Desde una perspectiva Sinclairiana, usted no sería etiquetado
de una manera negativa. En cualquier caso, el etiquetado no
ayuda con el tratamiento. Sin embargo, es útil hacerse pregun-
tas importantes acerca de sus patrones de consumo de alcohol.
Los cuestionarios y herramientas de este capítulo puede ayu-
dar con eso.
En el pasado, gran parte del esfuerzo se ha invertido tratando
de trazar una línea de demarcación entre los alcohólicos y las
personas que no son alcohólicas. De hecho, el alcoholismo
existe en un continuum, algunos están más gravemente afec-
tados que otros, y no hay división entre los dos. Es como tratar
de definir un límite entre el rojo y el amarillo: es imposible
decir en qué tono de color naranja deja de ser rojo y comienza
a ser amarillo.
El esfuerzo valdría la pena si el tratamiento que se da a los
alcohólicos fuera diferente del que debería darse a los grandes
bebedores, o si el tratamiento fuera tan peligroso, doloroso o
costoso que sólo se debiera dar a los alcohólicos. Pero ninguna
de estas condiciones se dan en el Método Sinclair. Curará al
alcohólico, pero también es útil para el bebedor como un pre-
ventivo contra el desarrollo del alcoholismo. Es seguro, indo-
loro y económico.
En el lado positivo, diagnosticar a alguien como alcohólico
puede ser útil para ayudar a la persona a recibir tratamiento.
107
La Cura del Alcoholismo
Las herramientas de auto-diagnóstico aquí presentes pueden
ser útiles para ponerse bajo tratamiento.
Si se ha percatado de que usted se ajusta a los siguientes crite-
rios, entonces debe conseguir ayuda por todos los medios. El
Método Sinclair, sin embargo, es también para las personas
que simplemente quieren un mayor control sobre su consumo
de alcohol o quieren prevenir futuros problemas con el alco-
hol. No es necesario contar con la letra escarlata ―A de Alco-
holismo‖ marcado a fuego en la frente.
CAGE
El cuestionario CAGE que fue desarrollado en 1970 por el Dr.
John Ewing, director fundador del Centro Bowles para Estu-
dios de Alcohol para médicos de familia y profesionales del
tratamiento del alcoholismo, se compone de cuatro potentes
preguntas:
108
Paso Dos: Autoevaluación, ¿necesito la Cura?
1. ¿Ha sentido alguna vez que debe Cortar su consumo de
alcohol reduciéndolo a niveles seguros?
2. ¿Se ha sentido Airado alguna vez por las críticas a su forma
de beber?
3. ¿Alguna vez ha sentido Ganas de dejar el alcohol porque se
siente culpable?
4. ¿Alguna vez ha necesitado beber por la mañana para Em-
pezar el día sin nervios o molestias?
109
8
Paso Tres:
Su receta
de Naltrexona
E
l capítulo 1 describía cómo la naltrexona fue aprobada
por la FDA en 1994 para el tratamiento de problemas
con el consumo de alcohol en Estados Unidos y poste-
riormente por las autoridades médicas en muchos otros paí-
ses. En aquel entonces, la Organización Mundial de la Salud
aprobó la naltrexona y el NIAAA confirmó que se trataba del
primer medicamento realmente eficaz para ayudar en la bata-
lla contra la adicción al alcohol.
Pero tuvieron que pasar otros doce años para que la Asocia-
ción Médica Americana (AMA) reconociese que la naltrexona
debería utilizarse ampliamente en el tratamiento del alco-
holismo en entornos médicos ordinarios con su publicación en
mayo de 2006 de los resultados del Proyecto COMBINE, el
mayor ensayo clínico multicéntrico en la historia de la investi-
gación de la adicción.
Consulte el Apéndice D para la carta de Enoch Gordis, MD, ex director
del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo, "Carta a
los compañeros", fechada el 6 de febrero de 1995 -esto es, ¡hace diecio-
cho años que la escribió!
111
La Cura del Alcoholismo
Desafortunadamente, el hecho de que la naltrexona no es un
ingrediente suficiente en sí mismo sigue sin ser mencionado.
En otras palabras, no va a funcionar por sí sola junto con la
abstinencia. La mayoría de los médicos y los pacientes asumen
que los medicamentos se toman para tratar ciertas enferme-
dades o condiciones. Por lo tanto, la aspirina ayuda a reducir
el dolor, los antibióticos curan las infecciones bacterianas, y la
insulina controla la diabetes. Los médicos recetan medicamen-
tos. Los pacientes siguen las indicaciones del médico y toman
los medicamentos, que se supone que tienen propiedades cu-
rativas inherentes. Dado que la mayoría de los medicamentos -
antibióticos, antihipertensivos o antidepresivos- funcionan
como por arte de magia, el paciente necesita hacer muy poco
aparte de tomar el medicamento.
No ocurre lo mismo con la naltrexona para la adicción al alco-
hol. El medicamento es sólo una parte del tratamiento. Un
consumo activo debe combinarse con el medicamento para
producir resultados. Como hemos visto, la evidencia científica
de más de setenta ensayos clínicos publicados confirman que
el medicamento sólo funciona con un consumo concurrente de
alcohol conforme a la fórmula de la Naltrexona + Consumo de
Alcohol = Cura.
Aunque las compañías farmacéuticas enumeran todos los po-
tenciales efectos secundarios de los medicamentos por razones
legales, describen la naltrexona como un medicamento bien
tolerado, seguro y que no produce adicción. La naltrexona (50
mg) fue catalogada por primera vez como ReVia™ en los Esta-
dos Unidos y en varios otros países. En el Reino Unido, se co-
mercializa como NalorexR. También se vende con el nombre
de DepadeR en los Estados Unidos. Otros nombres de marcas
de naltrexona incluyen Naltima y Nodict (India), Narpan (Ma-
lasia), y Antaxone Celupan (España), y Narcoral (Italia). El
inyectable mensual de acción de naltrexona se califica como
VivitrolR en los Estados Unidos.
Véase la bibliografía comentada sobre los ensayos clínicos en el Apén-
dice A.
Más información disponible en el fabricante, Alkermes, en
www.alkermes.com.
112
Paso Tres: Su receta de Naltrexona
La naltrexona está disponible en formulaciones de liberación
retardada que aseguran que se libera lentamente y de forma
continua en el torrente sanguíneo, y siempre está en el cuerpo.
Cuando esto sucede, los receptores de opioides están bloquea-
dos continuamente durante un mes o más. Este procedimiento
ofrece algunas ventajas sobre tomar píldoras por vía oral, y se
han obtenido unos buenos resultados con la inyección men-
sual de liberación sostenida VivitrolR. Sin embargo, los efectos
a largo plazo de las preparaciones de liberación retardada no
han sido plenamente examined.52 La administración continua
también evita que la naltrexona debilite selectivamente el con-
sumo de alcohol y no otros comportamientos (como discuti-
mos en el capítulo 9), así como la prevención farmacológica-
mente potenciada de comportamientos saludables alternati-
vos.
Durante el Paso Tres, usted comenzará a pensar en el consumo
de alcohol, mientras está tomando naltrexona como algo
―bueno para mí‖ o al menos ―necesario para ponerme mejor‖.
Al principio, puede parecer extraño, pero pronto se acostum-
brará a ello. Recuerde, la combinación de los dos -Naltrexona
+ Consumo de Alcohol- es su medicina, su cura definitiva y la
liberación de la adicción. Pero hacer únicamente una de las
dos cosas -bien beber solo, sin tomar naltrexona; o tomar nal-
trexona sin beber alcohol- no hará nada para ayudar a reducir
la ansiedad y romper su adicción.
Aquí están algunos recordatorios. La naltrexona + Consumo
de Alcohol durante tres a cuatro meses produce:
Disminución del deseo de consumir alcohol sin tener que
parar en seco.
Menor interés en pensamientos obsesivos sobre la bebida.
Consumo de alcohol reducido a límites normales, no más
de veinte y cuatro copas por semana para los hombres y no
más de cinco copas en una velada o no más de dieciséis co-
pas por semana para las mujeres o cuatro en una sola oca-
sión. (Los límites máximos son establecidos por diferentes
organismos, estos límites se derivan de la Organización
Mundial de la Salud.)
La habilidad de optar por la abstinencia total -pero sólo
después de un promedio de tres a cuatro meses en el
Método Sinclair.
113
La Cura del Alcoholismo
Para apreciar la magnitud del sistema de cableado y rutas neuronales
en el cerebro humano, considere esto: el cerebro humano contiene
aproximadamente 1 billón de células nerviosas o neuronas, que confor-
man rutas conectadas en cruces llamados sinapsis. Cada neurona tiene,
de promedio, 7.000 conexiones sinápticas con otras neuronas -7, 000
billones de conexiones. Los receptores son aún más pequeños, y cada
conexión contiene un gran número de ellos.
Sinclair insiste: "Queremos dejar claro que no estamos alentando a los
pacientes a beber grandes cantidades de una sola vez. Los grandes
volúmenes de alcohol no ayudan (no aceleran el proceso de la adicción)
y pueden ser peligrosos. Sin embargo, beber con frecuencia, mientras se
esté tomando naltrexona es beneficioso, ya que cada vez que se toma
alcohol supone una sesión de extinción más". N.B. Mis paréntesis.
117
La Cura del Alcoholismo
Trabaje con su Doctor Por Su Cura
Recuperar el control sobre su consumo de alcohol significa
tomar la iniciativa lo antes posible. Es necesario contar con el
apoyo de un médico para que le recete naltrexona. Su princi-
pal objetivo del Paso Tres es obtener su receta para la nal-
trexona para que pueda seguir la simple pero poderosa fórmu-
la de Naltrexona + Consumo de Alcohol durante tres o cuatro
meses= Cura en el Paso Cuatro.
Su médico no tiene que darle instrucciones para continuar
bebiendo mientras tome la medicación. Él o ella simplemente
le indicará que, si va a beber, tome siempre su medicamento
antes de hacerlo. Una instrucción adicional sería ―No tome su
medicamento en días en los que no bebe‖ porque la naltrexona
no elimina la adicción por sí sola.
La cuestión de si es inmoral que los médicos le instruyan for-
malmente a que beba, sobre todo si usted es adicto al alcohol,
se resuelve fácilmente. Si usted ya tiene un problema de adic-
ción con la bebida, va a beber de todos modos, no importa lo
que nadie, incluyéndose a sí mismo, le diga que haga. De esta
manera, el médico puede decir con tranquilidad: ―Yo no le
aconsejo que beba alcohol, pero, siempre y cuando lo haga,
asegúrese de tomar la naltrexona de antemano‖.
El objetivo del Método Sinclair es reducir el ansia de alcohol y
su consumo a niveles seguros. Debido a que paralizar un tra-
tamiento eficaz no es lo mejor para el paciente, en vista de la
investigación que apoya el tratamiento de extinción, también
puede argumentarse que es inmoral indicar a los pacientes a
tomar el medicamento de manera incorrecta -acompañado de
la abstinencia. El éxito se logra bebiendo alcohol mientras esté
tomando el medicamento con el fin de restablecer el cableado
de su cerebro, conduciendo el ansia por el alcohol y la adicción
de nuevo a cero. Recuerde que, como vimos en el capítulo 3, la
Debido a que son tan seguros, la naltrexona y el nalmefene, al igual
que muchos otros medicamentos sujetos a receta, podrían convertirse
en medicamentos de venta libre (OTC, del inglés over-the-counter). Tal
como muchos países hicieron los medicamentos contra el colesterol
conocidos como estatinas medicamentos de venta libre, es una cuestión
de regulación y de demanda.
Por favor, consulte el capítulo 9 y la sección titulada Extinción selecti-
va: Cómo maximizar sus resultados.
118
Paso Tres: Su receta de Naltrexona
investigación sobre los fármacos antagonistas de opiáceos
(naltrexona, nalmefene, naloxona) demuestra que el cableado
adictivo, adquirido a lo largo de muchos años de consumo de
alcohol, se vuelve a restaurar funcionalmente al estado en que
se encontraba antes de que la adicción se enraizara.
Si usted tiene una relación de confianza con su médico, puede
indicarle que lea el capítulo 17 (―Para los Profesionales Médi-
cos‖) y los artículos de investigación que figuran en este libro,
sobre todo si su médico no está familiarizado con la forma en
que la naltrexona funciona con el Método Sinclair. También
podría informar a su médico de que la extinción farmacológica
es parte de la medicina convencional y que ha sido comproba-
da científicamente en los últimos treinta años. Ahora se cuenta
con el respaldo de más de setenta ensayos clínicos publicados
(que figuran en la bibliografía comentada). También podrían
informar a su médico de que la naltrexona fue aprobada por la
FDA en 1994, y aprobada para su uso en el alcoholismo por la
OMS (1994) y en más de una veintena de investigadores del
alcohol líderes en Estados Unidos, que publicaron sus hallaz-
gos del Proyecto COMBINE en el Journal of the American
Medical Association en 2006 (Anton, O'Malley et al., 2006).
Debido a que la naltrexona es un antagonista de opiáceos, no
puede ser objeto de abuso. Usted no puede colocarse con ellos
como lo puede hacer con tranquilizantes u otros muchos me-
dicamentos con receta. La naltrexona no presenta ningún ries-
go de adicción.
Por lo tanto, su médico de cabecera puede estar tranquilo al
recetarla. La dosis normal es de 50 mg, que deben tomarse
una hora antes de beber alcohol. Algunos médicos recomien-
dan que usted comience el tratamiento con la mitad de la dosis
normal (25 mg) partiendo la pastilla por la mitad. Esto se re-
comienda para ayudarle a acostumbrarse a tomar el medica-
mento y se puede realizar las dos o tres primeras veces que
beba alcohol.
Su médico le exigirá una prueba de sangre antes de recetar
naltrexona para comprobar si sufre daño hepático. La razón de
esto es que un estudio utilizando dosis masivas de naltrexona
(300 mg diarios) encontró que era estresante para el hígado.
No hay evidencia de que dosis más bajas de naltrexona estre-
sen el hígado. Además, una de las medidas comunes que
119
La Cura del Alcoholismo
muestran la efectividad de la naltrexona es que las mismas
medidas de daño hepático mejoran como resultado del trata-
miento. Sin embargo, se consideró que la naltrexona no deber-
ía administrarse a personas que ya tenían graves daños en el
hígado, por lo que usted necesitará una prueba de la función
hepática, y un pequeño porcentaje de los pacientes no podrán
ser tratados con naltrexona. Aunque dosis de 100-150 mg se
prescriben ocasionalmente en casos especiales, usted debe
permanecer dentro de la dosis recomendada y no tomar más
de la dosis habitual de 50 mg de naltrexona sin consultar a su
médico -tomar una dosis más alta no acelerará su proceso de
eliminación de la adicción de tres o cuatro meses. Una dosis de
50 mg debe bloquear el 100 por ciento de los receptores de
opioides en la mayoría de las personas; dosis de 100 o 150 mg
seguirán bloqueando el 100 por ciento de los receptores, y por
lo tanto no acelerarán el tratamiento.
Una de las ventajas de nalmefene, el compuesto hermano de la
naltrexona, es que no se metaboliza en el hígado, por lo que los
médicos no requieren pruebas de función hepática antes de
recetarlo.57 Si usted es un bebedor de fin de semana, sólo tome
sus medicamentos los fines de semana. No lo tome durante la
semana, a menos que por supuesto usted beba alcohol durante
la semana. Si usted bebe cada día, tome sus medicamentos
todos los días. Si usted bebe seis días a la semana, tómelo seis
veces por semana, una hora antes de tomar una copa.
Si usted encuentra que tiene ganas de beber alcohol y acciden-
talmente toma una copa sin tomar la medicación, tome el
comprimido inmediatamente. Tenga siempre el medicamento
a mano. Algunas personas lo llevan encima durante años, in-
cluso después de elegir abstenerse completamente -por si aca-
so.
121
9 Paso Cuatro:
Registrar la Reduc-
ción del Ansia y Con-
sumo
A
hora que usted tiene su receta para el medicamento,
puede comenzar activamente y con entusiasmo su tra-
tamiento de eliminación de la adicción.
La ciencia que avala el tratamiento demuestra que usted tiene
todas las razones para ser optimista. Sigue bebiendo como lo
hace normalmente, excepto que ahora se asegura de tomar la
naltrexona una hora antes de beber alcohol.
Usted debe decidir por sí mismo si se siente cómodo diciendo
a los demás que está bajo tratamiento. Esta es una cuestión de
elección y juicio personal. Por ejemplo, usted podría sentirse
cómodo contando a la gente de su entorno –sus seres queridos
o amigos cercanos- que está siguiendo el Método Sinclair.
No deberían preocuparse si ven que bebe alcohol porque ahora
está tomando naltrexona, y la Naltrexona + Consumo de Alco-
hol romperá su adicción en unos tres o cuatro meses. Al mis-
mo tiempo, es posible que se sienta mejor guardándose lo de
su tratamiento para sí mismo con las personas a las que no
123
La Cura del Alcoholismo
está tan unido –jefes, colegas o conocidos. Las diferencias cul-
turales también debe ser tenidas en cuenta. En algunas cultu-
ras, la salud es un asunto completamente personal. En otras,
es la preocupación de la familia o la comunidad en su conjun-
to.
Los estilos y hábitos de consumo de alcohol varían enorme-
mente de persona a persona. Algunos de ustedes pueden estar
bebiendo grandes cantidades de alcohol todos los días, comen-
zando el día con una bebida alcohólica a primera hora de la
mañana o con una al mediodía. Otros puede que empiecen a
las 6 de la tarde y beban de forma constante durante el resto
de la tarde. Algunos de ustedes pueden emborracharse sólo los
fines de semana o sólo después de un período de días o sema-
nas, cuando no puede contener el ansia por beber alcohol. Los
problemas con el alcohol se presentan de muchas maneras, y
probablemente hay tantos factores desencadenantes para con-
sumir alcohol como variedades de bebidas alcohólicas.
124
Paso Cuatro: Registrar la Reducción del Ansia y Consumo
primera de muchas sesiones de Naltrexona + Consumo de Al-
cohol que le liberarán de su adicción.
Recuerde, la curación se produce de forma incremental –copa
a copa- conforme el sistema microscópico todavía densamente
cableado que conduce la adicción en el cerebro se desmonta,
se debilita y, finalmente, se rompe a través de la extinción.
125
La Cura del Alcoholismo
Número de la Alcohol –
Dosis de
Sesión de Día Fecha Número de
Naltrexona
Consumo Unidades
L
M
X.
J
V
S
D
Total
Semanal
L
M
X.
J
V
S
D
Total
Semanal
Drinking
Comentarios:_____________________________________________
126
Paso Cuatro: Registrar la Reducción del Ansia y Consumo
1 chupito (4 cl) de espíritus (40% alcohol) = 1 copa
1 botellín (50 cl) de espíritus (40% alcohol) = 12 copas
1 botella (70 cl) de espíritus (40% alcohol) = 17.5 copas
Los vinos incluyen champán.
Los vinos fortificados incluyen jerez, oporto y vermut.
Los espíritus incluyen vodka, ginebra, whisky, ron, coñac, y
licores.
127
La Cura del Alcoholismo
Algunos pacientes se benefician de un periodo breve de asesoramiento
o entrenamiento mientras se adaptan a las situaciones sociales en las
que erróneamente creen que necesitan el alcohol como un "lubricante
social".
131
La Cura del Alcoholismo
Figura 8. Tomado de Sinclair, JD (2001) La evidencia sobre el uso de
naltrexona y de diferentes formas de utilización en el tratamiento del
alcoholismo.. Alcohol and Alcoholism, 36: 2–10, 2001.62
133
La Cura del Alcoholismo
Usted encontrará que su interés y disfrute de actividades salu-
dables aumentarán progresivamente, ayudando a llenar el vac-
ío a medida que disminuye el consumo de alcohol.
La naltrexona ofrece una ventana de oportunidad para el
aprendizaje potenciado farmacológicamente de comporta-
mientos saludables. Si la última vez que tomó naltrexona fue el
viernes por la tarde, el sábado es un día de limpieza, en que el
medicamento está siendo expulsado del cuerpo. Desde la tarde
del domingo, alrededor de dos días de la última dosis de nal-
trexona, se encuentra en un estado en que los pacientes dicen
que realizar conductas alternativas aporta un refuerzo espe-
cial. Una comida muy sazonada sabe genial. Incluso el primer
bocado de chocolate es fantástico. El sexo es más gratificante.
El ejercicio resulta maravilloso. La hipersensibilidad desapa-
rece gradualmente durante los próximos días, por lo que es
conveniente hacer un esfuerzo para participar en las activida-
des saludables durante este periodo de tiempo en los que se
obtiene un refuerzo mayor.
En cualquier momento, puede volver a beber, sólo asegúrese
de tomar la naltrexona una hora antes de tomar el primer sor-
bo de alcohol. Por lo general, los pacientes empiezan por tener
sólo un fin de semana sin naltrexona ni alcohol -y con la
práctica de una conducta saludable el domingo por la tarde y
noche- vuelven a la Naltrexona + Consumo de Alcohol evitan-
do los otros comportamientos opioidérgicos. Períodos poste-
riores sin alcohol ni naltrexona se vuelven progresivamente
más extensos.
Con el tiempo, el consumo de alcohol mientras toma naltrexo-
na se produce sólo una vez a la semana o incluso con menos
frecuencia y los períodos sin alcohol ni naltrexona son de seis
días o más.
Para más información sobre la extinción selectiva, vea la histo-
ria de Richard en el capítulo 12.
135
10
Paso Cinco:
El Paso Dorado:
Seguir Curado
U
sted sabrá que está curado cuando sus ansias por beber
alcohol se reduzcan notablemente. Debido a que la
eliminación de la adicción es automática e integral a la
fórmula Naltrexona + Consumo de Alcohol, usted será cada
vez más consciente de que está menos ansioso por beber alco-
hol y de que está bebiendo menos a medida que avanza el tra-
tamiento.
Su interés en el alcohol disminuirá. Ya no lo necesita. Usted
puede tomarlo o dejarlo.
En resumen, estos son los principales indicadores de éxito:
Está bebiendo dentro de los límites de seguridad o no bebe
en absoluto.
Sus niveles de ansiedad son muy bajos o inexistentes.
Su estado de ánimo ha mejorado y se siente mejor física y
emocionalmente.
Las resacas son historia.
Otros notan que usted está bebiendo menos.
El alcohol ya no domina sus pensamientos ni regula su vi-
da, y usted ha dejado de obsesionarse con la siguiente co-
pa.
137
La Cura del Alcoholismo
Por favor, consulte el capítulo 15: El Método Sinclair como Modelo para el tratamiento
de otras adicciones (Heroína, Cocaína, Anfetaminas, Sexo, Juego, Chocolates, Tabaco,
Piratería Informática, y Búsqueda Patológica de Emociones).
138
Paso Cinco: El Paso Dorado – Seguir Curado
que se encontraba antes de tomar su primera copa, antes de
que aprendiera el ansia y la adicción. Esa vocecilla en su cabe-
za pidiendo una copa bien está adormecida o simplemente ha
desaparecido.
140
SECCIÓN Historias Re-
TRES
ales de
Curas Reales
Si este libro le ha tocado la fibra sensi-
ble, espero que los testimonios si-
guientes le ayuden a darse cuenta de
que no está solo, y de que usted tam-
bién puede curar su dependencia al al-
cohol.
11
La Historia de Julia:
Tratamiento Sinclair
“De lujo”
A
unque la psicoterapia intensiva no es un requisito para
el éxito del tratamiento, se ha incluido la historia de
Julia ya que proporciona una visión teórica y práctica
del Método Sinclair y, al mismo tiempo, ilustra cómo el trata-
miento puede ser mejorado mediante un contacto cercano e
individualizado con profesionales competentes y cariñosos.
Julia, una mujer de treinta y ocho años de edad, y su devoto
esposo, James, llevan dieciocho años casados. Viven en una
hermosa casa junto a un lago en el noroeste del Pacífico, con
sus dos hijas adolescentes. Hace poco más de dos años, Julia
perdió la capacidad de controlar su consumo de alcohol. Aun-
que podía pasar temporadas sin beber alcohol, con frecuencia
sentía ansia por beber, sobre todo los fines de semana. La fa-
milia se acostumbró a que Julia se emborrachase en las fiestas
y también los viernes y sábado por la noche. Pero cuando los
episodios de intoxicación grave también se sucedieron durante
la semana, sus rasgos se embotaron y su tez delicada y lumino-
sa se volvió áspera y pálida. Ella comenzó a tomarse una copa
La Cura del Alcoholismo
el lunes por la mañana para combatir la resaca cuando todos
se habían ido de la casa.
Una alfarera brillante, tiempo atrás Julia dirigía con éxito un
pequeño negocio de cerámica desde un estudio en su casa.
Pero su estudio era ahora un desastre, y ya no lo usaba. James,
un abogado muy respetado y un conservacionista apasionado a
quien todo el mundo consideraba un alma gentil, no podía
evitar discutir con ella por su manera de beber. Él siempre la
había adorado, pero su vida otrora casi idílica había llegado a
parecerse a una zona de guerra. Horrorizado de encontrarse a
sí mismo contemplando el divorcio, le imploró buscar ayuda
profesional, pero ella se negó airadamente. ―Simplemente ten-
go que beber‖, le dijo. ―No sé por qué. Podéis abandonarme si
queréis; pero yo sencillamente no puedo parar‖.
Unos días más tarde, James leyó un artículo de prensa sobre el
Método Sinclair. Él, nervioso, se puso en contacto con una
clínica de Florida que ofrecía este nuevo tratamiento. Explicó
que su esposa estaba aterrorizada porque había oído que los
adictos eran hospitalizados, obligados a dejar de beber y a
asistir a las reuniones de grupo, y pasar por la tortura de la
desintoxicación. También había oído que muchas personas
que habían ido a rehabilitación a menudo la encontraban no
sólo ineficaz, una montaña rusa de abstinencia y recaídas, sino
que solían acabar aún más desesperados después del trata-
miento de lo que estaban antes de empezar. La competente
recepcionista explicó que el Método Sinclair era diferente, un
enfoque completamente nuevo que no exigía la abstinencia
total, y envió a James un paquete de información que describía
el tratamiento.
El paquete hábilmente redactado consiguió persuadir a Julia
de que fuera a ver a un médico en la clínica. ―Nadie nace al-
cohólico‖, explicaba uno de los folletos en el paquete. ―Beber
alcohol se aprende poco a poco. Cada vez que usted bebe, el
alcohol provoca la liberación de endorfinas o sustancias simi-
lares a la morfina en el cerebro‖. ―Las endorfinas son las molé-
culas de la emoción del cuerpo‖ y pueden suprimir el dolor.
Las endorfinas fortalecer o refuerzan el consumo de alcohol y
Este tratamiento se llevó a cabo en una clínica privada en Finlandia.
144
La Historia de Julia: Tratamiento Sinclair de Lujo
todo lo que le acompaña, como pensar en el alcohol, ir al bar,
tener ganas de tomar una copa, pedirla, esperar a que la sirvan
y, finalmente, beberla.
Esto le pasa a todo el mundo, pero algunas personas, debido a
su constitución genética, reciben de las endorfinas sacudidas
de refuerzo más poderosas. Con el tiempo, el alcohol comienza
a dominar sus vidas y terminan fuera de control -totalmente
adictos al alcohol. Sin embargo, el folleto explica, el círculo
vicioso puede romperse o debilitarse a través del ―proceso na-
tural de extinción mediante el medicamento naltrexona para
bloquear las endorfinas y el refuerzo que producen en el cere-
bro‖.
La familia entera leyó el paquete de información. Se enteraron
de que el tratamiento no requiere hospitalización. Esto fue
especialmente alentador para Julia, que odiaba todo lo que
tuviera que ver con los hospitales. Leyó que sus objetivos ser-
ían ―la reducción, el control o la abstinencia‖ y que ella no ne-
cesita abstenerse antes de comenzar el tratamiento. El trata-
miento podría reducir su deseo de consumir alcohol ¡mientras
continuaba bebiendo! El folleto de la clínica explicó que el
consumo disminuiría, no por exigencias externas o amenazas,
sino porque el paciente simplemente perdería interés en él. Su
enfoque totalmente compatible con el de Alcohólicos Anóni-
mos, hace que el Método Sinclair ―funcione bien para las per-
sonas que son adictos severos, y para aquellos que se limitan a
beber más de lo que quisieran‖.
Esto a Julia le parecía demasiado bueno para ser verdad, pero
se sentía alentada por el hecho de que no iba a recibir medi-
camentos fuertes, como los barbitúricos o benzodiacepinas,
que puede ser adictivas.
Julia también se enteró de que la Organización Mundial de la
Salud y la FDA ya habían informado de que la naltrexona es
segura y no tenía efectos secundarios duraderos o graves
cuando se utiliza junto con el alcohol.
El tratamiento, que normalmente tarda entre tres y cuatro
meses, no se podía llevar a cabo sin la prescripción de un doc-
tor.
La terapia individual no se exigía en todos los casos, pero
podría ser útil como parte de un programa de tratamiento in-
145
La Cura del Alcoholismo
tegral. Julia y su familia estuvieron de acuerdo en que ella de-
bería pedir cita en la clínica.
Su primera cita no fue lo que ella esperaba. El personal de la
clínica trató a Julia con dignidad y no la etiquetó como ―al-
cohólica sin fuerza de voluntad‖. A Julia se le dijo que iba a ser
atendida por un equipo formado por un médico, el Dr. Ander-
son, y un psicólogo consejero, el Dr. Simon. Tener dos cuida-
dores primarios, se le informó, no era necesario, pero podría
ser útil.
En la primera sesión de cribado de Julia, el Dr. Anderson le
explicó cómo se había convertido en adicta al alcohol. Decidió
aceptarla para el tratamiento, diciendo: ―El Método Sinclair no
es para aquellos que están actualmente en periodo de absti-
nencia‖.
―¿Quiere decir que si yo llevara meses asistiendo a AA ya por y
sin beber en absoluto, no podría tener acceso a este tratamien-
to?‖, se preguntó Julia, asombrada.
―Así es‖, sonrió el doctor Anderson, ―El tratamiento es sólo
para aquellos que están bebiendo. Sólo funciona si usted toma
la medicina una hora antes de tener su primera copa. No re-
cetamos este tratamiento a aquellos que no consumen alco-
hol‖.
―Bueno, pues menos mal que estoy bebiendo alcohol, ¿no?‖
―Hasta que vi los datos de la investigación del Dr. Sinclair,
nunca habría pensado que esto fuese posible‖, el Dr. Anderson
contestó. ―Hemos tratado unos pocos cientos de casos, ¡y los
resultados son excelentes!‖.
Además del enfoque psicoterapéutico estándar de ―esperanza
inspiradora‖, el Dr. Anderson se aseguró de que Julia no esta-
ba embarazada, no tenía una condición médica que le hiciera
no apta para el tratamiento, y no consumía otros opiáceos,
como la heroína. Como medida de precaución final, se analizó
en el laboratorio muestras de Julia para detectar cualquier
problema de salud no diagnosticado.
Desde el principio, Julia quedó impresionada por el enfoque
sin prejuicios de su médico. Sintió un leve aleteo de esperanza.
―Estas personas realmente se preocupan‖, pensó. ―Realmente
están tratando de ayudarme‖. También quedó impresionada
por las ayudas visuales que el Dr. Anderson le mostró, deta-
llando las conexiones y rutas en su cerebro que se habían for-
146
La Historia de Julia: Tratamiento Sinclair de Lujo
talecido a lo largo de años de consumo de alcohol. Julia dijo
más tarde que se sintió mejor al saber que había ―algo física-
mente mal en mi cerebro y en mis neuronas y no en mí como
persona. La forma en que mi forma de beber había empeorado
en los últimos años de repente tuvo sentido para mí. Después
de todo, no empecé con esta ansia. Ciertamente nunca bebía
por las mañanas ni me emborrachaba. Antes de convertirme
en adicta, yo solía beber con bastante moderación‖.
Julia se llevó a James a su próxima cita con el Dr. Anderson.
El comprobó el Diario de Consumo de Alcohol que le había
dado en su primera cita y llevó a cabo un examen médico. Ju-
lia no había estado consumiendo alcohol todos los días desde
la visita de selección inicial, pero su diario registraba borra-
cheras: más de sesenta copas por semana, la mayoría en el fin
de semana. ―Simplemente no puedo dejarlo después de la pri-
mera copa. ¿Por qué, doctor? ¿Por qué?‖ Luego vio unos dibu-
jos biológicos que muestran cómo la adicción había sido ―gra-
bada‖ en su cerebro durante años de consumo de alcohol a
través del mecanismo del aprendizaje reforzado.
(Consulte las imágenes y explicaciones en el Apéndice B.)
Los dibujos biológicos o de ―Lluvia Púrpura‖ -como el doctor
David Sinclair los llama- mostraron cómo el alcohol hace que
las endorfinas refuercen el consumo de alcohol, por lo que las
rutas nerviosas se vuelven más fuertes. El siguiente conjunto
de dibujos mostraba cómo tomar naltrexona antes de beber
alcohol acabaría por extinguir su adicción. Para Julia, estos
dibujos pusieron las cosas en perspectiva, y ella se sintió ali-
viada y agradecida de que la causa de su problema no era debi-
lidad personal, sino ―la biología del cerebro‖. Su predisposi-
ción genética para el alcoholismo y muchas tardes de copas en
los últimos años se habían combinado para hacer de ella una
alcohólica.
El aprendizaje estaba conectado a estímulos. Aprendió a beber
en respuesta a diversos estímulos externos o internos. De esta
forma, dichos estímulos ganaron la capacidad de hacerle an-
siar y beber alcohol. Un conjunto de estímulos siempre pre-
senten en cada bebida, excepto en la primera del día, son las
sensaciones producidas por el alcohol ya consumido, como el
sabor, el olor, y la sensación, y el efecto estimulador producido
por bajas dosis de alcohol. Julia aprendió que esa era la razón
147
La Cura del Alcoholismo
por la que la primera copa era casi imposible de resistir. Su
consumo de alcohol era aprendido, y la mayor parte lo había
aprendido como respuesta a los estímulos producidos por la
bebida anterior.
―Yo era mejor que otros aprendiendo a beber alcohol‖, ex-
clamó Julia.
El Dr. Anderson dijo que la situación podría corregirse en
cuestión de meses -sin fuerza de voluntad, ni siquiera tratando
de dejar de beber.
―Todo lo que tenía que hacer para vencer a esta cosa era tomar
una de esas pastillas blancas antes de tomar algo‖, pensó para
sí misma más adelante. Para James, parecía una contradicción
peligrosa alentar a un alcohólico a seguir bebiendo, incluso
después de tomar la naltrexona.
Emocionalmente, él todavía reaccionaba odiando el hecho de
que su esposa se había convertido en alcohólica, que el alcohol
estaba destruyendo sus vidas. ¿Sin duda Julia debería dejar de
beber inmediatamente? Pero James finalmente comprendió la
teoría. Incluso fue más optimista cuando le mostraron la re-
ducción en el ansia por beber alcohol y los resultados recopi-
lados de otros pacientes exitosos.
El Dr. Anderson dio a Julia su receta de naltrexona, y le in-
formó de que no era una medicación ―para permanecer sobria‖
-no debía operar maquinaria o conducir si consumía alcohol.
Mirando las pastillas en su mano, Julia todavía se preguntaba
si realmente podrían ayudarla. Siguiendo las instrucciones,
Julia comenzó a tomar su primera dosis (25 mg) una hora an-
tes de tomar la primera copa. Dos días más tarde, una hora
antes de tomar una copa, tomó la dosis completa (50 mg).
―Yo realmente no noté mucho‖, le dijo a su psicólogo, el Dr.
Simon, en su siguiente cita. ―Tal vez hubo un poco menos de
embriaguez, pero no puedo estar segura‖.
El Dr. Simon fue comprensivo. ―No hay reacciones correctas o
incorrectas‖, dijo.
Ella le entregó su Diario de Consumo de Alcohol y la Escala
Visual Analógica (VAS), que registraba su ansia en una escala
de 0 (ausencia de deseo) a 10 (ansia insoportable). El consumo
había disminuido ligeramente a cuarenta y seis copas por se-
mana y su ansia estaba en la franja alta –la naltrexona no era
una ―píldora mágica‖ y no funcionó de la noche a la mañana.
148
La Historia de Julia: Tratamiento Sinclair de Lujo
Julia seguía siendo adicta al alcohol.
―La Regla de Oro‖, repitió su psicólogo, ―es que siempre tome
la medicación una hora antes de consumir alcohol. El hecho de
que usted haya reducido su consumo de alcohol en unas copas
esta semana se debe a que, mediante el bloqueo de los efectos
de las endorfinas, la naltrexona ha reducido los efectos estimu-
lantes de la primera copa del día del alcohol. La extinción ha
comenzado, pero todavía tiene mucho camino por recorrer.
Acaba de empezar un tratamiento. Siga adelante‖.
Julia estaba emocionada de haber bebido menos porque le
daba más que un simple aleteo de esperanza. La sesión incluyó
una explicación de los estímulos o desencadenantes que pro-
vocan la ansiedad por el alcohol y su consumo.
Cuando se le preguntó acerca de su historia de consumo y las
situaciones que la hicieron beber alcohol, Julia explicó: ―Me he
dado cuenta de que comenzó como una manera de pasarlo
bien y relajarme los fines de semana. Me encantaba cuando los
niños eran pequeños, arropados en la cama, y James y yo pod-
íamos estar solos. Era tan romántico estar frente a la chimenea
con una botella de vino tinto. El vino tinto, ese es mi favorito.
El alcohol parecía mejorar nuestra vida sexual y me desinhib-
ía. Y fue entonces cuando empecé a beber socialmente, lo cual
es interesante porque yo no bebía cuando era adolescente.
Ahora ni siquiera necesito una excusa, bebo por costumbre‖.
Julia contó al doctor Simon que cuando ella comenzó a beber
alcohol, las fiestas eran los desencadenantes principales para
emborracharse. James las temía.
Él pensaba que Julia estaba siendo egoísta cuando bebía de-
masiado. No sabía que la biología de su cerebro no le permitir-
ía cumplir su promesa de no beber. Fue durante esta sesión
cuando Julia aprendió sobre los desencadenantes específicos
que la hicieron beber. Durante varios años, había llegado a
asociar el beber alcohol con muchas situaciones.
La terapia requeriría que Julia siguiese consumiendo alcohol
mientras estuviese bajo tratamiento en todas las situaciones
en las que normalmente bebía –a solas en casa, en eventos
sociales, a lo largo del año, mañana, tarde y noche –en todas
las situaciones en que estaba acostumbrada a beber alcohol.
Tenía que usar la naltrexona para extinguir su adicción en ca-
da escenario posible donde solía consumir alcohol.
149
La Cura del Alcoholismo
―Espera a que le diga a la familia todo esto‖, le dijo al doctor
Simon.
―Mi consumo de alcohol se había convertido en un asunto re-
servado, privado. Era como una historia de amor, que preva-
lecía sobre las cosas que más quería. Estoy empezando a en-
tender por qué mi forma de beber era más importante para mí
que mi maravillosa familia. Porque mi cerebro se hizo cargo y
dirigió el espectáculo‖.
―Una vez que tengamos su consumo de alcohol bajo control o
que haya alcanzado su objetivo en unos pocos meses, todavía
querremos que usted siga llevando el medicamento con usted
en todo momento -por si acaso su ansia de alcohol vuelve y
siente la necesidad de beber alcohol. Pero, por el momento,
centrémonos en que tome su medicación y beba. Váyase a ca-
sa, tome su medicación, y beba alcohol como de costumbre.
Recuerde que debe mantener al día su Diario. Podemos discu-
tir las opciones de dónde y cuándo beber en su próxima sesión.
Aunque antes de que nos veamos, tendrá una breve reunión
con el Dr. Anderson‖.
La siguiente reunión con el Dr. Anderson duró sólo diez minu-
tos. Le preguntó a Julia si el medicamento tenía efectos secun-
darios, pero no había ninguno del que informar. Ella entregó
su Diario de Consumo de Alcohol y evaluaron su nivel de ansia
de alcohol subjetiva. El número de copas por semana y sus
niveles de ansiedad seguían siendo elevados. También recibió
cuestionarios estándar de investigación. El Inventario de De-
presión de Beck evaluó la depresión. La Escala de Consumo
Obsesivo Compulsivo de Alcohol evaluó sus patrones de pen-
samiento relacionados con el consumo de alcohol.
Su sesión de orientación dos semanas más tarde con el Dr.
Simon fue diseñada para ayudar a prepararse para el futuro.
Los hábitos de consumo de alcohol de Julia fueron examina-
dos. ―Todo el mundo tiene sus impulsores únicos‖, dijo el doc-
tor Simon. ―Veo en su diario que su consumo de alcohol se ha
reducido un poco, de cuarenta y seis a treinta y ocho copas
esta semana. Progreso normal‖.
Julia aún sentía que quería beber alcohol por su cuenta, así
como en eventos sociales. ―Estoy muy agradecida de que mi
familia entienda que tengo que beber alcohol para curarme‖,
dijo al doctor Simon. ―Fue algo difícil de entender para mis
150
La Historia de Julia: Tratamiento Sinclair de Lujo
hijas. ¡Ahora incluso se alegran cuando me ven con un vaso en
la mano! Saben cómo funciona la medicación y el tratamien-
to‖.
―Esté alerta durante la temporada festiva, ante los desencade-
nantes emocionales, ante cualquier situación en la que nor-
malmente bebería alcohol‖, le recordó el Dr. Simon. ―Y sobre
todo, recuerde nuestra Regla de Oro, nunca beba alcohol sin
antes tomar naltrexona!‖.
La sesión terminó con el Dr. Simon diciendo que un grupo de
apoyo para pacientes había iniciado y que Julia era bienvenida
a unirse a él. Julia no consideró que era para ella.
Al final de la octava semana, el consumo de alcohol de Julia
había bajado a veinte y tres copas por semana. Era un buen
progreso, pero todavía un poco por encima del límite de segu-
ridad para las mujeres. Ella le dijo al Dr. Anderson lo que hab-
ía estado sucediendo en su vida: ―James y yo ya nos llevamos
mejor. De hecho ¡hicimos el amor por primera vez en años! Ya
no tropiezo con las cosas. Por un lado, mis rodillas están mejor
porque no voy chocándome con la mesa de centro de cristal.
Mis resacas han disminuido. De hecho, estoy disfrutando de
mis días sin alcohol. La semana pasada nos fuimos a un picnic.
Tenía mi naltrexona y una botella de buen vino tinto de Cali-
fornia conmigo. Pero no la abrí. Las chicas se quedaron asom-
bradas, y James dijo que estaba siendo fuerte. Lo increíble, lo
maravilloso es que yo no estaba siendo fuerte. Simplemente,
mi necesidad de beber no estaba allí. Me pregunto si realmen-
te es posible detener dejarlo por completo. Veo cómo sería‖.
El Dr. Anderson señaló que Julia en tres ocasiones en las últi-
mas dos semanas había consumido más de cinco copas en una
sola sesión. Le explicó que lo estaba haciendo bien, pero que
aun así, a juzgar por sus borracheras, aún conservaba gran
parte del cableado neuronal que causa el ansia por el alcohol y
su consumo. ―Céntrese en actividades agradables en los días
en que no consuma alcohol ni tome medicación‖, le aconsejó el
Dr. Anderson. ―Su consumo social ha disminuido ya, pero veo
que sigue bebiendo a solas -bebe menos, pero todavía tomó
más de cinco copas, una tras otra, estando a solas‖.
Julia se sentía positiva. Había empezado a sentir que el control
sobre el alcohol estaba dentro de su alcance. Su estado de
151
La Cura del Alcoholismo
ánimo mejoró. Se mostraba optimista y, por primera vez en
años, tenía una motivación.
Cuando llegó a su casa, lo primero que hizo fue ir a su taller de
cerámica en desuso al final de su jardín. Se puso de pie en el
lago bajo un cielo azul brillante. El aire era fresco y los colores
ardientes del otoño se reflejaban en el agua. Julia se sentía
feliz y con esa sensación le sobrecogió un repentino impulso
por beber una copa porque, a pesar de que era feliz, ella tam-
bién estaba triste. Estaba triste por los más de seis años que
había pasado sin hacer mucha cerámica. Triste por lo que la
bebida le había hecho a su matrimonio y a su familia. Miró las
bandejas en desuso, los objetos polvorientos que con tanto
amor había hecho a mano, pintado, y horneado. Entonces re-
accionó como lo hacía automáticamente bajo estrés. Corrió a
la cocina y se sirvió un vodka a palo seco. Se lo tomó de un
trago, sin haber tomado su medicación.
Presa del pánico, llamó al Dr. Anderson.
―¿Estoy recayendo?‖, preguntó ella con angustia.
―¿Cuándo ha tomado la copa?‖
―Hace unos quince minutos‖.
―Tome su medicamento tan pronto como cuelgue el teléfono.
Todavía podrá hacer algo bueno. No se preocupe, Julia. Lo
peor que puede hacer es castigarse a sí misma. Acabará consi-
guiéndolo‖. Julia siguió su consejo y tomó el medicamento.
Volvió a su estudio con la botella de vodka en la mano y su
reproductor de música portátil.
―¡Qué diablos!‖, pensó. ―¿Por qué no? Me he tomado mi medi-
cación‖. Se pasó las siguientes tres horas escuchando música
mientras limpiaba el estudio y tiraba los fragmentos rotos de
cerámica.
Julia se sorprendió cuando su hija mayor, Sonia entró:
―¿Qué estás haciendo aquí, mamá?‖, preguntó Sonia con an-
siedad.
―Oh, no mucho. Pensé que podría limpiar el estudio. Supongo
que ya va siendo hora de dejarlo y preparar algo de comer‖.
Fue entonces cuando se dio cuenta de la botella de vodka. No
la había tocado ni una sola vez –ni una desde la primera copa.
La idea de beber no se le había pasado por la cabeza. Sorpren-
dida y encantada, se lo contó a Sonia.
152
La Historia de Julia: Tratamiento Sinclair de Lujo
―¡Estás volviendo a nosotros, mamá, estás volviendo!‖, dijo
Sonia, ―Vamos a decírselo a papá‖.
La próxima cita de Julia era con el doctor Simon, que había
solicitado que James asistiese a parte de dicha sesión. La idea
era repasar el tratamiento con James dado que él estaba tan
íntimamente ligado a Julia.
―No lo puedo creer, doctor, estoy recuperando a mi esposa‖,
dijo James. ―Bebe, pero no tanto. No pierde los papeles. Está
de mejor humor, ¿verdad, Julia?‖
Julia sonrió y dijo: ―Estoy segura de que está funcionando.
Pero de alguna manera sigo creyendo que necesito tiempo. No
siento tanta ansiedad. No estoy obsesionada con conseguir mi
siguiente copa‖.
Después de cuatro meses, el Diario de Consumo de Alcohol
mostró que Julia estaba bebiendo dentro de los límites de se-
guridad -menos de dieciocho copas por semana y no más de
cuatro en una única ocasión. El Dr. Simon se mostró cautelo-
samente optimista. ―Ha recorrido un largo camino, Julia‖, di-
jo. ―Lo esperábamos. Lo mejor es que usted quería mantener-
se en el buen camino. Lo más conveniente para usted es que
continuase con nuestras sesiones de terapia. Podemos explo-
rar si desea continuar bebiendo alcohol con naltrexona o abs-
tenerse por completo‖.
Seis meses más tarde, Julia se dio cuenta de que su vida ya no
estaba controlada por el alcohol. ―¿Entonces, por qué debería
seguir bebiendo?‖, se preguntó. Llegó a la conclusión de que el
consumo de alcohol no era para ella. Era capaz de asistir a
fiestas sin beber ni una gota de alcohol.
Estaba encantada de decirle a la gente que, después de su tra-
tamiento con el Método Sinclair, pensaba que lo mejor para
ella era evitar el alcohol. ―Sin problemas, vosotros bebed‖, dijo
a los demás en una fiesta. ―La mayoría de las personas pueden
controlar el alcohol. Yo no puedo‖.
Julia lleva consigo sus pastillas de naltrexona en todo momen-
to, por si acaso el ansia de alcohol la vence. Incluso ahora,
después de cinco años de abstinencia completa, nunca ha de-
jado de llevar su naltrexona.
153
12
La Historia de Richard:
Tratamiento Sinclair
“Ligero” – Mismo Gran
Éxito, Menos Intensivo
E
l caso de Richard demuestra que la Cura es exitosa con
una intervención mínima de doctores y terapeutas.
Mientras disfrutaba de mi año sabático en Sudáfrica, fui
a un pueblo oasis precioso situado entre calles bordeadas de
robles en un valle rodeado de montañas. El pueblo sudafricano
era particularmente agradable y hospitalario, y no pasó mucho
tiempo desde que nos registramos en nuestra casa de huéspe-
des hasta que nos invitaron a una fiesta organizada por una
familia local que había conocido en uno de los bares de la ciu-
dad.
Era una perfecta noche de verano. En la fiesta, conversamos
sobre los brillantes logros de Nelson Mandela, otros lugares
hermosos para visitar, y por supuesto los maravillosos vinos
de Sudáfrica.
La conversación giró hacia los altos niveles de intoxicación que
había observado en todo el país. El alcoholismo es también un
problema en Sudáfrica. En la fiesta, conocí a Margaret, una
155
La Cura del Alcoholismo
mujer atractiva, agradable, con una mirada audaz y directa.
Tan pronto como se enteró de que yo era un psicólogo que ten-
ía interés en las adicciones, me dijo que su marido, Richard,
era un alcohólico grave. ―No sabía que lo era cuando me casé
con él. Probablemente nunca me habría casado con él si lo
hubiera sabido‖, suspiró ella. ―Pensé que simplemente le gus-
taba tomar una copa‖.
―¿Lleva casada mucho tiempo?‖, le pregunté.
―Cinco años y tres meses‖, respondió ella. ―Este es mi segundo
matrimonio, pero su primero. Yo ya tenía dos hijos cuando nos
casamos. Mi difunto marido era un gran padre. Murió repen-
tinamente de cáncer. Decidí abandonar la ciudad y trasladar-
me a un pueblo pequeño. La escuela aquí es buena, y yo quería
que mis hijos se criaran en un ambiente limpio y saludable.
Entonces conocí a Richard y nos enamoramos. Ha sido fantás-
tico para mis hijos‖. Se tocó el collar. ―No sabía que era alcohó-
lico‖, repitió.
―¿Qué quieres decir con alcohólico?‖, le pregunté.
―Se despierta a las 3 de la mañana para empezar a beber‖, res-
pondió ella. ―Es físicamente impresionante. Yo no lo habría
creído si no lo hubiera visto por mí misma. Simplemente no
puede parar. Una verdadera adicción‖.
Vi a su hija Alice, de doce años de edad, asintiendo con la ca-
beza.
―Sí, bebe todo el tiempo‖, dijo Alice. ―Es terrible‖.
―Es un gran tipo‖, dijo Margaret. ―Todos lo queremos. No es
como los otros alcohólicos que conozco. Su personalidad ape-
nas cambia cuando bebe. No se vuelve violento o desagrada-
ble, como tantos otros que he conocido‖.
Poco tiempo más tarde, cuando Alice se había ido, Margaret
habló más abiertamente. ―Richard simplemente se pasa el día
bebiendo. Estoy preocupada por su salud. Nuestra vida sexual
es nula. No hay nada que podamos hacer al respecto. Me gus-
taría que lo hubiera. Ha tenido convulsiones, y he tenido que
correr al hospital. Hace unos años, se las arregló para mante-
nerse limpio durante seis meses. Ha estado en el local de AA y
asistido a reuniones en otros lugares. Pero él siempre vuelve a
beber. Nuestro médico es un gran tipo, pero dice que no le
puede ayudar‖.
156
La Historia de Richard: Tratamiento Sinclair “Ligero”
En este punto, le mencioné el trabajo de Sinclair: ―Miles de
alcohólicos ya han sido tratados con éxito por esta adicción‖, le
dije.
―Le ruego, le suplico, por favor, díganos si hay algo como esto
aquí. Personalmente, me resulta difícil creer que algo pueda
ayudarle, pero estoy dispuesta a intentar cualquier cosa. Verá,
creo que Richard está muriendo‖.
Su voz se convirtió en un susurro. ―Estoy segura de que si si-
gue así, morirá‖.
Rápidamente le expliqué cómo funciona el Método Sinclair,
cómo el paciente debe ser evaluado médicamente antes de ser
tratado con naltrexona. Le dejé claro que el Método sólo fun-
ciona mediante la combinación de la medicina con el consumo
de alcohol, y que había docenas de estudios clínicos publicados
en apoyo del tratamiento. Le dije que Richard tendría que lle-
var un registro de su ansia de alcohol, así como un Diario de
Consumo de Alcohol. Terminé asegurándole que había razones
para tener esperanzas.
―Por favor, ¿quiere conocer a mi marido?‖, preguntó.
Richard tenía cuarenta y cinco años, pero parecía mucho ma-
yor. Tenía una tez rubicunda, estaba un poco flaco, pero por lo
demás parecía saludable. Parecía tener una gran cantidad de
energía y era muy amable. Sin duda creía que era muy capaz
de manejar su bebida.
―Una botella de vino no es nada para mí‖, dijo. ―Un montón de
chicos pierden su juicio después de sólo unas copas. Recuerdo
prácticamente todo lo que sucede, excepto si he tenido un
apagón. Soy alcohólico. No hay duda sobre ello. No lo niego. Si
trato de parar, me pongo a temblar. Margaret dice que usted
tiene algo que podría ayudar. Tengo curiosidad. Como he di-
cho un millón de veces, intentaré cualquier cosa. Me levanto a
las 2 o 3 de la mañana para tomar mi primera copa. Apenas
como ni duermo. Mi trabajo es estupendo porque trabajo en
un bar y puede beber todo lo que quiero, y no tengo que pre-
ocuparme de ser despedido‖.
Richard y yo quedamos en encontrarnos al día siguiente en su
pub para que pudiéramos hablar de su situación en privado.
Me reuní con Richard, y Margaret se nos unió después de
aproximadamente una hora.
157
La Cura del Alcoholismo
Richard había sido capaz de mantenerse sobrio durante perio-
dos de aproximadamente tres meses antes de recaer. ―He esta-
do en AA. He asistido a los 90 días de reuniones diarias. Es
una gran idea y funciona para algunos tipos. Pero siempre
termino recayendo. Son esas una o dos copas. El diablo se me-
te en mí y ya vuelvo a las andadas. Por supuesto que no me
gusta‖. Una mirada de preocupación se posó en su cara. ―Me
encanta ir de excursión en las montañas de por aquí. Solía
montar a caballo, llevar a los turistas a rutas de tres días. Ya
hace años que salí por última vez. Me muero de ganas de ver la
vida salvaje. Hay leopardos y otros gatos increíbles por aquí‖.
Se quedó mirando su bebida pensativamente. ―Pero estoy en
las garras de esto. Luego, por supuesto, está Margaret. Quiero
a sus hijos como si fueran míos. Sé que les estoy haciendo da-
ño, también‖.
Empecé con la explicación estándar de cómo el Método Sin-
clair se está utilizando con gran éxito en los Estados Unidos,
Europa y Australia. Es bien sabido que inspirar una esperanza
realista es una poderosa herramienta terapéutica. Así que les
di una explicación básica de la ciencia que avala el funciona-
miento del tratamiento. ―Hay un 80 por ciento de probabilidad
de éxito, pero hay que ser consciente de mantener registros
puntuales, así como asegurarse siempre de tomar naltrexona
antes de consumir alcohol‖, le dije. ―Además de todo eso, el
hecho de que usted realmente quiere le ayudará mucho en su
camino hacia el éxito‖.
Pasé a explicar que la naltrexona está disponible en muchos
países, y que ahora estaba disponible en Sudáfrica como una
importación bajo el nombre ReVia™. Richard estaba dispuesto
a intentarlo en serio, y me sugirió que hablara con su médico
acerca del tratamiento.
El médico de Richard, el Dr. Gordon, era muy amable y abier-
to. Entendió los fundamentos del Método Sinclair en pocos
minutos.
Incluso se burló de mí por repetirme tanto acerca de cómo el
medicamento sólo debe tomarse si el paciente bebe alcohol,
que no se debe tomarse durante períodos en los que el pacien-
te no esté bebiendo.
―Me parece raro, pero si dice que los estudios demuestran que
así es como funciona, intentémoslo‖, dijo. Me pidió que le en-
158
La Historia de Richard: Tratamiento Sinclair “Ligero”
viara por correo electrónico algunas publicaciones médicas
sobre la extinción y él se comprometió a examinar a Richard,
solicitar análisis de sangre, y proporcionar una receta.
Me ofrecí a apoyar a Richard por teléfono y volver a verlo des-
pués de aproximadamente un mes. En el pasado, le habían
recetado diazepam (Valium) para calmar sus síntomas de abs-
tinencia, y su doctor estaba al tanto de esto. Tanto Richard
como su médico sabían que este tratamiento requiere por lo
menos tres o cuatro meses, tal vez incluso más tiempo.
Margaret fue especialmente comprensiva y se involucró en el
proceso, pero le daba miedo esperar demasiado. ―Si usted nos
puede ayudar, no sé cómo voy a ser capaz de darle las gracias‖,
dijo en varias ocasiones. ―Vamos a hacer exactamente lo que
dice. Yo sólo espero y rezo para que funcione‖.
Le informé que correspondía a Richard ser proactivo, pero que
su participación sería crucial. Ella era la más comprensiva de
las compañeras. Su amor por Richard era evidente.
Antes de ver al Dr. Gordon para comenzar el tratamiento, Ri-
chard escribió un Diario de Consumo de Alcohol. Su nivel de
consumo era claramente exagerado; bebía el equivalente a más
de quince copas al día, eso es más de 100 copas por semana, el
equivalente a tres botellas de vino de 12,5 por ciento todos los
días. Pero a pesar de esto, sus pruebas hepáticas mostraron
niveles relativamente poco elevados. El Dr. Gordon descubrió
que su presión arterial era lo suficientemente alta como para
prescribir un medicamento antihipertensivo.
Richard comenzó en la mitad de la dosis de naltrexona-25 mg
durante los primeros dos días. Luego pasó a la dosis recomen-
dada de 50 mg por día y experimentó ligeras náuseas durante
los próximos días. Después de una semana, Richard dijo: ―Es-
toy haciendo exactamente lo que usted dice. Estoy tomando el
medicamento una hora antes de tener mi primer trago a las 3
de la mañana. Estoy bebiendo la misma cantidad, tal vez unas
copas menos por día. Tengo menos náuseas, sin embargo.
¿Puedo llamarle la semana que viene?‖
Al final de la segunda semana, Richard informó: ―Estoy be-
biendo menos. De hecho, el miércoles y el jueves no bebí na-
da‖. Se echó a reír de repente. ―No, no tomé mi medicación,
como indicó, que no la tomase a menos que bebiera alcohol‖.
159
La Cura del Alcoholismo
―Así es exactamente como funciona la extinción. Esto no suce-
de de la noche a la mañana‖, le contesté.
Sin embargo, el viaje de Richard no fue un camino de rosas.
Recibí una llamada desesperada de Margaret entrada la noche
un mes después de comenzar el tratamiento, ―Las manos de
Richard están temblando, y todo su cuerpo sufre temblores. ¿Y
si tiene otro ataque?‖
―Llame al Dr. Gordon y expliqué que los síntomas pueden es-
tar relacionados con su desintoxicación‖, le dije. ―Sabe, se está
desintoxicando poco a poco. A pesar de que su consumo se ha
reducido a casi la mitad de su número habitual de copas, debi-
do a la gran cantidad que ha estado bebiendo, puede estar ex-
perimentando algunos de los síntomas de abstinencia. Si deja-
se de beber de golpe, probablemente tendría que hospitalizar-
lo. Pero el Método Sinclair permite una reducción gradual en
el consumo de alcohol‖.
El Dr. Gordon llegó a la conclusión de que los síntomas esta-
ban relacionados con la abstinencia, y dijo que podría ofrecer
medicamentos para eso, pero preferiría no hacerlo. Richard
fue poco a poco pasando por el síndrome de abstinencia. De-
bido a que sus niveles de consumo de alcohol habían sido tan
elevados, era normal y previsible que experimentara algunos
síntomas de abstinencia cuando comenzó la reducción de la
cantidad de alcohol que consumía. Pero debido a que el méto-
do Sinclair permitía una abstinencia gradual al poder seguir
bebiendo alcohol mientras se toma naltrexona, los síntomas de
Richard fueron mucho menos graves de lo que hubieran sido
si hubiera dejado el alcohol de golpe. Esta es una ventaja im-
portante del Método Sinclair. Para el final de la séptima sema-
na, Richard estaba bebiendo menos de treinta copas por se-
mana y había pasado varios días sin beber alcohol en absoluto.
―Ni por un minuto se permita pensar que está usted curado‖,
le dije por teléfono. Richard entendió la idea detrás de la Ex-
tinción Selectiva -que debía evitar caminar en las montañas,
mientras tomaba naltrexona. Debido a que las endorfinas
también se liberan durante el ejercicio vigoroso, no debería ir
de excursión o montar a caballo en los mismos días en que
tomaba su naltrexona. Debía guardar sus días libres de con-
sumo de alcohol y de medicamento para el senderismo y otras
actividades positivas.
160
La Historia de Richard: Tratamiento Sinclair “Ligero”
Al final de la duodécima semana, Richard estaba bebiendo
dentro de los límites de seguridad aceptados -menos de veinte
y cuatro copas a la semana y no más de cuatro copas en una
sola sesión.
―Simplemente no me da la gana‖, dijo. ―Estoy durmiendo mu-
cho mejor. Mi apetito ha regresado, sólo pregunta a Margaret.
Estoy comiendo como un caballo. Me siento como si hubiera
comenzado una nueva vida. Lo más importante es que mi an-
sia de alcohol es mucho menor de lo que ha sido jamás‖.
Después de cinco meses Richard sintió que el alcohol no era
algo fundamental en su vida.
―Puedo servir a los clientes en mi pub sin tener el menor deseo
de beber‖, dijo, ―Pensé que a lo mejor me volvía menos diver-
tido y entretenido, pero eso no ha sido un problema. Los niños
están contentos, y lo mismo mi fantástica Margaret‖.
A los siete meses, Richard apenas bebía. Sin embargo, sentía
que era el tipo de persona que podría ocasionalmente querer
tomar una copa en el futuro. ―Sí, ya sé lo que vas a decir que
nunca, nunca, tome otra copa sin antes tomar mi medicación‖.
La siguiente vez que lo vi, sobre un año más tarde, Richard me
mostró un colgante cilíndrico de oro hecho por un joyero local.
Lo llevaba en el cuello. Abrió el cilindro para mostrar dos
comprimidos de naltrexona. Se echó a reír. ―Sé lo que vas a
decir‖.
―¿Qué?‖, le dije.
―Nunca salgas de casa sin ella‖, respondió.
Uno de los puntos principales sobre el caso de Richard es que
su tratamiento tuvo éxito con un número limitado de sesiones
individuales. Richard tampoco recibió ningún tipo de psicote-
rapia convencional.
En ese momento, los resultados del Proyecto COMBINE, pu-
blicado en Journal of the American Medical Association en mayo
de 2006, aún no se habían publicado. Confirmaban que los
pacientes podrían ser tratados con naltrexona en centros de
atención primaria sin psicoterapia intensiva.
No obstante, hay que señalar que esta versión ―ligera‖ no
siempre es adecuada para pacientes que tienen problemas psi-
cológicos, además del alcoholismo. Estos pacientes pueden
necesitar un apoyo psicoterapéutico adicional. Sin embargo, si
Richard no hubiera sido tratado de esta manera, se hubiera
161
La Cura del Alcoholismo
quedado sin tratamiento en si idílica ciudad. Aún estaría lu-
chando con su consumo de alcohol.
Todavía se despertaría de forma automáticamente a las 3 de la
mañana para tomar una copa, su familia seguiría siendo infe-
liz, y su salud se habría deteriorado aún más. En cambio, está
sano y disfruta de largas caminatas por el campo.
162
13
La Historia de David:
Un Paciente Reinci-
dente tiene Éxito
L
a historia de David demuestra que el Método Sinclair
puede ser un efectivo tratamiento de auto-ayuda siem-
pre y cuando el paciente reciba un cuidado médico bási-
co y entienda la comprobada fórmula básica: Naltrexona +
Consumo de Alcohol = Cura.
David, de treinta años de edad, experto en informática en Sili-
con Valley, parecía tener todo a su favor como asesor bien re-
munerado de una empresa de telefonía móvil internacional.
Sin embargo, su consumo excesivo de alcohol gradualmente
empeoró y empezó a faltar al trabajo los lunes. Luego, debido a
su mayor consumo, con el tiempo perdió su contrato con la
empresa de telefonía móvil.
Las borracheras de David estaban fuera de control. Sin embar-
go, sostenía que, como no bebía durante la semana, ―no era
alcohólico‖. Según lo predicho por el Efecto de Privación de
Alcohol (Capítulo 2-La Génesis de la Cura del Alcoholismo) y,
163
La Cura del Alcoholismo
de acuerdo con toda la investigación, David lograba pasar se-
manas sin beber, al igual que muchos alcohólicos.
Sólo después de un accidente de barco estando borracho du-
rante el cual estuvo a punto de ahogarse reconoció que tenía
un problema serio. Su novia lo amenazó con dejarlo si conti-
nuaba por ese camino suicida. David entonces entró en un
programa ambulatorio a lo largo de las líneas de AA. Sin em-
bargo, el ansia de alcohol siempre le ganaba la batalla, y recaía
tras uno o dos meses de abstinencia.
Por último, su novia lo dejó. David estaba absolutamente des-
trozado. Se comprometió a encontrar una solución y empezó a
buscar en Internet, donde comenzó a aprender acerca de nal-
trexona.
David encontró un psiquiatra comprensivo dispuesto a escu-
charlo.
―Me sorprendió lo poco que el médico parecía saber sobre el
aprendizaje y la extinción‖, me dijo. ―Pero fue estupendo –es
decir, fue muy amable, no le importa escuchar mi opinión.
Leyó los artículos científicos que le di y parecía feliz de inten-
tarlo. No tuvo ningún problema en recetarme naltrexona y fue
un médico exhaustivo. En primer lugar, él mismo me tomó
muestras de sangre, y me hizo ver un internista para un exa-
men físico general‖. Llevó cerca de dos meses para que David
notara una reducción significativa de su consumo y ansia de
alcohol. Pero perseveró con el tratamiento.
La pasión innata de David por el hardware de un ordenador y
del software que lo hace funcionar estaba ligada a su trata-
miento. Él observó: ―El cerebro es como el hardware. Cuando
nacemos, es como el disco duro medio lleno o medio vacío de
un ordenador. Tiene menos software en él. La instalación del
software es como el aprendizaje en el cerebro. Pero en el mo-
mento de empezar a añadir nuevos programas al hardware se
corre el riesgo de que los virus se instalen. El consumo de al-
cohol para mí fue como si hubiera un fallo en mi cerebro, un
programa preinstalado, lo que me permitió aprender un nuevo
programa -ansiar alcohol. Tal vez lo heredé. Mi tío era un al-
cohólico y un jugador compulsivo. ¿Quién sabe?
Lo que sí sé es que yo no tenía un 'antivirus' en mi cerebro. La
naltrexona actúa como una especie de herramienta lenta de
eliminación de virus. Cada vez que consumía alcohol con nal-
164
La Historia de David: Un Paciente Reincidente Tiene Éxito
trexona en mi sistema, era como si estuviese removiendo el
virus de la ansiedad y la adicción -bit a bit. Sin duda me di
cuenta de mi ansia de alcohol se estaba reduciendo. Consumir
alcohol mientras tomaba naltrexona era, extrañamente, bueno
para mí”.
―Empecé a dejar las copas y a no acabarlas. Después de un
tiempo, me di cuenta de que incluso había dejado de pensar y
planificar mis sesiones de copas. Dejé de ver beber alcohol
como una recompensa después de trabajar duro. Voy a decir
esto, ¡no beber era muy nuevo para mí! Yo solía esperar con
impaciencia pasar una velada bebiendo unas copas, sobre todo
los fines de semana. El alcohol estaba apuntalado en mi vida
social primitiva. Me daba un ilusorio valor con mis citas inspi-
rado por el alcohol. Me cambió la personalidad. Me convertí
en un payaso y me encantaba la sensación. Me pregunté cómo
podía vivir sin él. ¿Me agriaría el carácter? Pero esto no ha
sido un problema. He descubierto que tengo más tiempo para
mi trabajo. La gente dice que soy una compañía más cómoda,
más agradable, que en cierto modo fue una sorpresa porque
pensaba que tenía que estar un poco achispado para triunfar
socialmente. En todo caso, soy quizá demasiado obsesivo con
mi trabajo ahora. Pero bien vale la pena‖.
Después de seis meses completos de consumir alcohol intermi-
tentemente y de emborracharse de forma ocasional incluso
tomando naltrexona, David optó por la abstinencia.
Bebe de vez en cuando, pero cuenta que el concepto global de
la bebida ha adquirido una dimensión diferente. Ya no signifi-
ca mucho para él. Compara el consumo de alcohol sin nal-
trexona con encender su ordenador sin un software antivirus
como protección en el fondo –se expondría a que el virus vol-
viese a instalar el ansia de alcohol y la adicción.
165
La historia de Pete:
Paciente Reincidente
y con Problemas
14
Adicto al Alcohol y la
Cocaína hasta que le
recetaron Naltrexona
E
l siguiente caso está basado en las experiencias de Pete,
un conocido mío que sufría de alcoholismo severo. A
medida que su problema con la bebida creció aún más
fuera de control, también comenzó a abusar de la cocaína. En-
tonces Pete tocó fondo.
Pete es un peluquero de treinta y ocho años de edad, con sen-
tido del humor, amable, muy querido, exuberante, de origen
irlandés que vive en Londres. ―Mis padres siempre han tenido
miedo al alcohol porque mi abuelo era un alcohólico empeder-
nido‖, me dijo. ―Se ahogó antes de que yo naciera. La gente
dijo que estaba borracho en ese momento. ¿Y qué hice yo?
Bueno, fui y seguí los pasos del abuelo. Decepcioné a todos con
mi cocaína y mis borracheras. Era un completo inútil y un lío-
167
La Cura del Alcoholismo
nada que ver con mi hermano que tiene una hipoteca y ha
ayudado a mis padres desde que mi padre tuvo un infarto‖.
Pete empezó a beber cuando tenía dieciséis años. ―Era lo que
suele pasar. Iba a los pubs de la ciudad con un grupo de chicos,
y pasaba las tardes de verano, sobre todo los sábados y domin-
gos, bebiendo cerveza. Me encantaba la sensación de cerveza.
Yo era tímido hablando con las chicas, pero cuando tenía un
par de cervezas en mí, mis inhibiciones salían volando por la
ventana. Podía hablar con cualquiera y no me importaba lo
que pensara la gente‖.
Cuando Pete volvió a casa después de una noche y vomitaba, y
al día siguiente tenía resaca y estaba deprimido, su familia lo
atribuía a problemas de crecimiento y al típico comportamien-
to adolescente. El tiempo pasó, y Pete se emborrachaba como
una cuba regularmente los fines de semana. Dejó la escuela
antes de tiempo porque era un poco disléxico y los profesores
decían que no podía concentrarse en clase, y para compensar,
se había convertido en el payaso de la clase. ―Una cosa que
creo que el alcohol hizo por mí fue que me ayudaba a relajar-
me, a no estar tan tenso. Y me di cuenta de que tenía confian-
za, incluso cuando no estaba borracho‖. Dejó la escuela cuan-
do tenía diecisiete años y tuvo la buena fortuna de encontrar
un trabajo de aprendiz con un estilista de celebridades en un
famoso salón de peluquería en el West End de Londres. Le fue
bien porque sus clientes descubrieron que él no era solo un
peluquero con talento, sino que conseguía que se rieran de sí
mismos. ―Me convertí en una especie de terapeuta para mis
clientes y obtuve enormes cantidades de dinero por peinarlos a
domicilio. Fui a rodajes en el Caribe, y conocí montones de
modelos y estrellas. Incluso tenía un cliente que era una gran
estrella, y viajaba al set con ella‖.
―Pasarlo bien‖ para Pete significaba fiestas, sexo y, sobre todo,
beber alcohol. Debido a que muchos de sus clientes eran las
esposas y novias de banqueros y abogados, así como gente de
negocios exitosos, Pete vivía una vida de lujo. Frecuentaba
muchas de las discotecas, restaurantes, y bares más exclusivos
de Londres. A sus treinta y pocos, Pete se dio cuenta de que
podía ―despertar un domingo por la mañana sin saber dónde
estaba ni con quién me había acostado. A veces no podía re-
cordar dónde había estado o qué había hecho la noche ante-
168
La Historia de Pete: Un Paciente Reincidente Con Problemas
rior. Fue entonces cuando empecé a tener apagones graves.
Tal vez los apagones comenzaron antes. Yo no lo sé. Fue por
esa época que comencé a usar -pero no regularmente- sólo los
fines de semana‖.
Pete se dio cuenta de que la cocaína le llevaba a nuevos niveles
de confianza. Parecía que mantenía bajo control su depresión
temporalmente, que en parte se vio agravada por su consumo
excesivo de alcohol. Empezó a faltar al trabajo los lunes por la
mañana y se percató que la mejor solución era tomar una copa
y volver a la cama. Aunque Pete estaba ganando lo suficiente
para alquilar su propio lugar, todavía vivía con sus padres. En
los días en que era incapaz de ir al trabajo, hacía que sus pa-
dres o su novia llamasen en su nombre para decir que estaba
enfermo. En el lenguaje del tratamiento tradicional de la adic-
ción, se les conoce como ―co-dependientes‖ -personas que
ayudan al adicto a seguir bebiendo. Inevitablemente, Pete per-
dió su trabajo en el famoso salón de peluquería. Tenía treinta y
dos años. A continuación, fue a la deriva de un salón al si-
guiente. Sus clientes privados comenzaron a abandonarlo, ex-
plicaba, ―a causa de mi consumo de alcohol y cocaína, mi estilo
empeoró. Además, a veces me olvidaba de ir a las citas o las
cancelaba a causa de la resaca‖. Un año más tarde, Pete se
enamoró de Moriko, un diseñadora de moda de éxito.
―Estábamos tan enamorados. Podía hacerla reír y sentirse bien
consigo misma. Ella sabía que tenía un problema con la bebi-
da, pero le oculté mi consumo de cocaína. No puedo creer lo
tonto que fui. Ella me apoyó al darme 38000€ para abrir mi
propio salón de belleza. ¿Qué hice yo? Me dejé estafar por un
hombre que dijo que iba a ser mi socio, y derroché el resto en
viajes a Tailandia y los Estados Unidos‖.
Gran parte del dinero también ―se fue por la nariz y en amiga-
chos de juergas‖. Con el corazón roto, Moriko lo abandonó
como una causa totalmente perdida.
Pete hizo entonces un esfuerzo decidido para enderezarse. Se
las arregló para conseguir un trabajo a tiempo completo traba-
jando para una compañía grande como peluquero residente.
Consiguió mantener el empleo durante varios meses, pero fi-
nalmente recayó gravemente. En un impulso, le confesó su
situación al gerente del salón. ―Vine un lunes por la mañana y
delante de todo el mundo, incluyendo clientes, solté que esta-
169
La Cura del Alcoholismo
ba deprimido y que tenía un problema con el alcohol y las dro-
gas‖. Después de esto, dejó de beber por un tiempo.
Al igual que muchos adictos, fue capaz de soportar un par de
semanas sin beber alcohol o tomar drogas. Pero a medida que
el Efecto de Privación de Alcohol (ver capítulo 2-El Génesis de
la Cura del Alcoholismo) aumentaba constantemente, y el an-
sia de beber alcohol lo atormentaba, perdió su determinación.
―Bastó un trago y ya estaba perdido. Mi personalidad cambió
totalmente. Me volví imprudente y también ansiaba cocaína.
No podía parar. Hace unos dos años, frecuenté malas compañ-
ías, y el resto es historia‖.
Pete se encontraba visitando sórdidos locales de cocaína y
crack. Le robaron el coche, junto con todo su equipo de pelu-
quería. Para entonces, ya había acumulado deudas en sus tar-
jetas de crédito por más de 22500€. Su jefe perdió la paciencia
y no hizo ningún intento de ocultar sus sentimientos de des-
precio. Afortunadamente, la política de la empresa obligaba al
gerente a referirle al médico de la empresa. ―Tuve mucha suer-
te‖, dijo Pete después ―porque este doctor estaba en la empresa
únicamente para dos semanas. Era un buen hombre. Si él
hubiera dejado la empresa antes de que yo lo conociera, yo no
sé si hubiera entrado en el tratamiento porque lo vi molestarse
por hacer todo tipo de llamadas, contactar con todos sus cono-
cidos y mover tantos hilos como le fue posible para que mi
tratamiento fuese cubierto por el seguro médico de la compañ-
ía‖.
Pete entonces comenzó como paciente interno el tratamiento
de veintiocho días de 22500 euros de veintiocho días, que se
llevaba a cabo al estilo del modelo Minnesota, donde se utili-
zan Alcohólicos Anónimos (AA) y los Doce Pasos. A Pete se le
recetaron medicamentos para ayudarle con el síndrome de
abstinencia, junto con un nuevo antidepresivo. Participó en las
sesiones de terapia de grupo y vio tanto a un psiquiatra como a
un asesor experto en adicciones. Además, sus padres y su
hermano asistieron a sesiones de terapia familiar.
Pete aprendió que ―mi droga de elección es el alcohol, no la
cocaína‖. Se le dijo que tenía una ―enfermedad incurable‖, lo
que significaba que tendría que lidiar con la ansiedad y la
adicción por el resto de su vida. También se enteró de que él
podía recaer, pero que las reuniones de AA le ayudarían. ―Tuve
170
La Historia de Pete: Un Paciente Reincidente Con Problemas
que conseguir un nuevo número de teléfono móvil, porque los
camellos y la antigua pandilla seguían llamando. Pasé por un
infierno en la clínica‖.
Cuando Pete me llamó para decir: ―Adivina dónde estoy‖, no
me sorprendió en absoluto. Cuando lo vi durante las horas de
visita del domingo un par de semanas más tarde, me mostró
su habitación, que no podía cerrar con llave. Conocí a varios
pacientes desde adolescentes hasta ancianos.
Algunos me dijeron que habían seguido el tratamiento más de
una vez. Como estaba escribiendo este libro sobre el Método
Sinclair, estaba interesado en el seguimiento de los progresos
de Pete. La terapia de Pete le había proporcionado una com-
prensión de cómo y por qué se había convertido en adicto.
Había aprendido también que su adicción no sólo era peligro-
sa, sino también mucho más fuerte que su voluntad conscien-
te. Él tendría que rendirse a un Poder Superior.
Tal como vimos en el capítulo 2, como consecuencia del Efecto
de Privación de Alcohol, Pete descubrió que, a pesar de asistir
al tratamiento hospitalario veintiocho días, su persistente an-
sia de alcohol no había disminuido. Pero estaban esos raros
momentos preciosos, esos breves momentos, en que se sentía
libre del ansia por el alcohol. Asistió a sus reuniones de AA y
todo lo que le indicaba su equipo de asesoramiento.
Tres meses después de su alta del programa de rehabilitación,
llamé a Pete para ver cómo iba. ―Estoy bien‖, dijo, ―Pero es
duro cada vez que paso por delante de una tienda de vinos.
Anhelo el vino tinto, sobre todo cuando paso por delante de un
buen restaurante francés. Así que yo no salgo más. Me quedo
en casa los sábados por la noche y veo películas en DVD o na-
vego por Internet. Mi novia dice que si toco una sola gota de
vino me dejará para siempre‖.
Pete consiguió un trabajo a tiempo parcial en un salón en
Londres, pero apenas llegaba a fin de mes. Sus días como un
peluquero de celebridades estaban olvidados. Se declaró en
bancarrota. Seis meses después, aún no había tocado una gota
de alcohol.
Siete meses después de su alta, lo volví a llamar para pregun-
tarle cómo iban las cosas. Él me dijo: ―Por lo que respecta al
alcohol, bien. Pero estoy totalmente deprimido. A menudo
tengo ganas de llorar. Todavía quiero un trago. No sé cómo
171
La Cura del Alcoholismo
voy a apañármelas en Navidad con la familia de mi novia‖. El
tratamiento había ayudado a Pete a aguantar a duras penas el
ansia de alcohol hasta el momento, pero aún estaba en las ga-
rras de un caso severo del Efecto de la Privación de Alcohol.
Se supo que de los veintisiete pacientes en el grupo que inicia-
ron el tratamiento con él, diecisiete habían recaído ya. Uno de
su grupo había muerto de una sobredosis (alcohol combinado
con otras drogas). Tenía sólo treinta y cinco años de edad. Pete
ansiaba desesperadamente un trago, pero se mantuvo limpio.
La siguiente vez que supe de Pete, aproximadamente un año
después de haber comenzado su tratamiento hospitalario, dijo,
―He recaído cinco veces y me han retirado el carnet de condu-
cir. Me encontraba en un pub cerca de casa. Mi ansia de alco-
hol estaba descontrolada. No me pude resistir. Los policías
fueron sibilinos. Iban vestidos de civil y estaban en el pub
conmigo. Me siguieron hasta mi coche y me dejaron marchar
hasta que me hicieron un control de alcoholemia. Solicité un
análisis de sangre. Acabé pasando la noche en una celda con
un tipo enorme. Culpa mía. Pero no pude evitarlo. Fue débil y
estúpido‖.
Entusiasmado con los resultados del Método Sinclair y los en-
sayos clínicos sobre la naltrexona y el nalmefene combinados
con el consumo de alcohol, le expliqué cómo pensaba que Pete
podría beneficiarse -si, y sólo si, el ansia de alcohol lo conducía
continuamente a beber en exceso y la recaída. De conformidad
con el Método de Sinclair, nunca podría sugerir que un alcohó-
lico que se abstenía de beber alcohol con éxito volviese a beber
alcohol con la única finalidad de que comenzasen el Método de
Sinclair. Sin embargo, me di cuenta de que Pete se encamina-
ba a más episodios graves de consumo de alcohol, auto-
recriminación, culpa y depresión. Y yo sabía que el deseo
siempre estaría con él.
Le describí brevemente cómo funcionaba el Método Sinclair, y
expliqué que eso significaba tomar la naltrexona antes de con-
sumir alcohol y que el tratamiento tenía que ser llevado a cabo
bajo una supervisión médica adecuada. ―Muy bien, ¡eso signi-
fica que puedo volver a beber!‖, bromeó Pete.
―Oye, Pete, todos sabemos que el abuso de alcohol no es cosa
de risa, especialmente cuando se llega a los niveles a los que
has llegado tú‖, le respondí indignado.
172
La Historia de Pete: Un Paciente Reincidente Con Problemas
―Sólo estoy bromeando‖, respondió. ―No sé cómo se lo tomar-
ían mis padres. Mi novia, te puedo decir, me dirá un no rotun-
do. Pero si les digo que la naltrexona bloquea el placer del al-
cohol puede que sean más receptivos. Además, si tengo prue-
bas, como artículos científicos, de que realmente funciona…‖.
Le expliqué que la naltrexona ciertamente no bloqueaba la
intoxicación por alcohol. No se trata de una ―pastilla para la
sobriedad‖. Le dije: ―Seguirás emborrachándote y sintiendo los
efectos del alcohol. A lo mejor consigue evitar la sensación
inicial de euforia que algunas personas, especialmente aque-
llas que no han tomado una copa por un tiempo, tienden a
experimentar. Y, para empezar, seguirá produciendo embria-
guez. De hecho, puedes sentirte ―más borracho‖ cuando la to-
mes junto con alcohol. Y ciertamente no puedes conducir un
vehículo cuando consumas alcohol porque habrás tomado la
medicación. ¿Lo que pasará es que con el tiempo -por lo gene-
ral de cuatro a seis semanas- notarás que el ansia por el alco-
hol disminuirá y la cantidad que bebas se reducirá, que es por
lo que debes ser meticuloso acerca de anotar exactamente
cuánto bebes y ansías. Por eso lo mejor es trabajar con gente
que sabe cómo funciona el Método Sinclair. El darte una
píldora sin entender cómo funciona, no te ayudará. No es tan
complicado, pero se necesita ayuda profesional para saber
cómo utilizarla correctamente‖.
A pesar de que Pete estaba asistiendo reuniones de AA, seguía
recayendo. Conseguía abstenerse por unos días, pero pronto se
emborrachaba a lo grande. Era un círculo vicioso. Pete me
llamó para pedirme comenzar el tratamiento con naltrexona.
Me suplicó: ―Déjame intentarlo de todos modos. ¿Podrías con-
tactar a mi médico y hablarle al respecto? Él me ha recetado
dado antidepresivos en el pasado. ¿Por qué no naltrexona?
Dices que no es posible abusar de ella, ¿verdad?‖
Escribí al médico de Pete, adjuntando artículos científicos adi-
cionales de apoyo que presentaban varios ensayos clínicos,
artículos de prensa y otros documentos describiendo cómo la
naltrexona había sido aprobada en 1994 por la FDA en los Es-
tados Unidos específicamente para el abuso de alcohol, y que
también había sido aprobada para este uso en muchos países
de Europa.
173
La Cura del Alcoholismo
También adjunté una copia de una carta abierta a los colegas
del Dr. Enoc Gordis (1995, véase el Apéndice D), ex director
del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo
de Estados Unidos, que describía cómo la naltrexona es un
medicamento seguro que podría ayudar a los alcohólicos fren-
te a su ansia. El Dr. Gordis escribió: ―Un millón de estadouni-
denses buscan tratamiento del alcoholismo cada año, muchos
más de una vez. De los pacientes tratados, aproximadamente
el 50 por ciento recaen en los primeros meses de tratamiento.
Aunque no es una ―varita mágica‖, aun así la naltrexona se
compromete a ayudar a muchos de estos pacientes en su lucha
por superar una enfermedad reincidente crónica‖. El médico
de cabecera de Pete se negó a recetarle naltrexona para la
adicción al alcohol, ya que sólo se había aprobado en el Reino
Unido como un tratamiento para la adicción a narcóticos
(heroína, morfina, otros opiáceos).
En el Reino Unido, los médicos no pueden recetar un medica-
mento para su uso fuera del ámbito de aplicación de dicho
medicamento, tal como lo aprueba el Servicio Público Nacio-
nal de Salud del Reino Unido (NHS). El NHS proporciona a
todos los ciudadanos británicos una atención médica gratuita,
pero es muy cauteloso acerca de la prescripción de medica-
mentos, debido a los altos costos de la mayoría de las drogas.
No había ningún programa subvencionado por el gobierno al
que Pete pudiera recurrir en busca de tratamiento con nal-
trexona. Desde luego, no podía permitirse un psiquiatra priva-
do fuera del Servicio Nacional de Salud (las tarifas de los psi-
quiatras privados de Londres ascienden a entre 225€ y 450€
por consulta).
A diferencia del médico receptivo de Richard en los Estados
Unidos, que recetó fácilmente la naltrexona, el médico de Pete
habría tenido que cumplir con las normas y reglamentos del
Servicio Nacional de Salud. Por lo tanto, a menos que pudiera
entrar en un programa especial -una perspectiva poco proba-
ble- no habría naltrexona para Pete.
Gracias a Dios, un regalo de un amigo de la familia permitió a
Pete consultar a un médico privado. Mientras que la naltrexo-
na está aprobada para el tratamiento de la adicción a opiáceos
en el Reino Unido, y está disponible con receta médica en
cualquier farmacia, no está en la lista aprobada del gobierno
174
La Historia de Pete: Un Paciente Reincidente Con Problemas
de los medicamentos para el alcoholismo. Aunque el gobierno
no va a pagar por ello, cualquier médico puede legal y ética-
mente recetarla para el alcoholismo. Referí a Pete a un médico
privado que trabajaba con adicciones y que estaba bien versa-
do en el uso de naltrexona en línea con el método de Sinclair.
Cuatro meses después, Pete dijo: ―Soy un hombre nuevo con
este tratamiento. Estoy bebiendo menos y cuando paso junto a
un restaurante la copa de vino tinto en la mesa no me hace
perder los papeles como antes. Estoy tan agradecido por haber
recibir este último tratamiento. Es exactamente como usted
dijo que sería. Mi plan es dejar el alcohol por completo. Mi
deseo está bajo mínimos y apenas bebo‖.
175
SECCIÓN Un Futuro
CUATRO Sobrio,
Más Feliz
El Método Sinclair
como modelo
15
para el tratamiento de
Otras Adicciones
(Heroína, Cocaína, Anfetaminas, Sexo,
Juego, Chocolates, Tabaco, Piratería
Informática, y Búsqueda Patológica de
Emociones Fuertes)
E
ste capítulo explora las importantes implicaciones del
Método Sinclair para otras adicciones. El concepto de
Sinclair de la extinción farmacológica del alcoholismo es
similar a la primera vacunación de Jenner contra la viruela.
Ambos sirven de modelo para extender descubrimientos
científicos básicos.
Al igual que la vacuna de Jenner contra la viruela finalmente
condujo a las vacunas contra muchas otras enfermedades in-
fecciosas como la rabia, la poliomielitis y la tuberculosis,
igualmente la extinción farmacológica de Sinclair de la adic-
ción al alcohol puede llevar a la cura de muchas otras adiccio-
nes. Sinclair demostró que la fórmula de Naltrexona + Con-
sumo de Alcohol tenía un porcentaje de éxito del 100 por cien-
to de éxito en animales de laboratorio alcohólicos. Tasas de
éxito similares se obtuvieron para los animales adictos a los
dulces (sacarina) y la metadona, que está estrechamente rela-
cionada a la morfina y la heroína.
Clínicas de tratamiento de alcohólicos humanos mediante la
extinción farmacológica tienen tasas de éxito de alrededor del
80 por ciento, es decir, los pacientes bien habían dejado de
beber completamente o bien, si todavía estaban bebiendo, su
consumo se había reducido a menos de la mitad de su nivel
La Cura del Alcoholismo
previo al tratamiento o menos de la cantidad que resulta dañi-
na para los tejidos.
La investigación preliminar indica que la naltrexona es prome-
tedora en el tratamiento de la adicción a los opiáceos, cocaína,
anfetaminas, y algunas otras drogas. Utilizada con extinción
selectiva, los antagonistas de opioides pueden ser útiles en el
tratamiento de ciertos trastornos de la alimentación. Adiccio-
nes no a substancias, como el juego compulsivo, la cleptoman-
ía, la automutilación, la piratería informática, los deportes
extremos, y las compulsiones sexuales, donde ningunas sus-
tancias reales se introducen en el cuerpo, también se pueden
beneficiar de la extinción farmacológica. Todos ellos proba-
blemente implican sacudidas de endorfinas como reforzando
el cerebro. Sin embargo, no todas las adicciones son mediadas
a través del sistema de endorfinas u opioides. La adicción al
tabaco, por ejemplo, es probablemente mediada por el sistema
receptor nicotínico. Sin embargo, la posibilidad de utilizar nal-
trexona o nalmefene para la extinción farmacológica de diver-
sas adicciones es a la vez prometedora y muy accesible.
180
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
nalmente en un estudio a doble ciego, controlado con placebo
con adictos a la heroína (opiáceos).69
Los resultados mostraron que la naltrexona ofrecía excelentes
beneficios en comparación con el placebo. También ha habido
informes de varios grupos que están dando implantes de libe-
ración lenta o inyecciones de naltrexona a adictos a los opiáce-
os desintoxicados. Claramente, existe potencial para el trata-
miento y la prevención. Sin embargo, el tratamiento de la
adicción a la heroína y la morfina es más complejo y peligroso
que tratar el alcoholismo. La razón principal es que la nal-
trexona y otros antagonistas de opioides causan síndrome de
abstinencia inmediato en pacientes dependientes de opiáceos,
que puede llegar a ser fatal. Por consiguiente, la desintoxica-
ción es un primer paso necesario en el tratamiento de adictos a
opiáceos con naltrexona, a pesar de que no es necesario en el
caso del alcohol. Además, los opiáceos potentes pueden matar
más rápida y fácilmente que el alcohol. En otras palabras, es
más fácil tomar una sobredosis de un opiáceo que una de alco-
hol. Por lo tanto, se debe tener un cuidado extremo cuando se
trabaje con antagonistas de opiáceos y los opiáceos. Problemas
legales también surgen cuando se trabaja con la adicción a la
heroína u otros opiáceos ilegales.
En la mayoría de los países, un médico no puede aconsejar a
un paciente que tome heroína mientras esté en tratamiento de
naltrexona porque tomar heroína es ilegal. Una forma de evi-
tar esto es que el médico diga al paciente: ―No tome opiáceos,
pero si alguna vez decide tomar uno, primero tome la nal-
trexona‖.
Otra posible solución a este problema es cambiar a los pacien-
tes a un opiáceo legal, como la metadona o buprenorfina, y
luego extinguir el uso del opiáceo legal con naltrexona o nal-
mefene. El procedimiento es eficaz en modelos animales y
también debería funcionar en humanos adictos a los opiáceos.
No hay que confundir los tratamientos de extinción de opiáce-
os con los métodos de ―desintoxicación rápida‖ que se pro-
Las inyecciones VivitrolR han sido aprobadas en los Estados Unidos y,
recientemente, en Rusia. Los implantes aún necesitan ser investigados
en profundidad.
181
La Cura del Alcoholismo
mueven comercialmente en muchos países, donde los adictos
a la heroína son anestesiados y luego tratados con naltrexona.
Este método concentra todos los efectos de la abstinencia de
opiáceos en una sesión corta pero muy intensa. A las clínicas
que utilizan la desintoxicación rápida se les recomienda tener
a mano un equipo de reanimación de emergencia. La seguri-
dad de estos procedimientos es discutible y se recomienda
mucha prudencia antes de solicitar este tratamiento. El trata-
miento elimina la dependencia fisiológica, tal y como lo harían
unos pocos días sin opiáceos, pero no elimina el comporta-
miento aprendido de autoadministración de opiáceos y el an-
sia por la droga.
Cocaína
La cocaína en polvo y el crack, la versión sólida de la misma
droga que se puede fumar, se pensaba que trabajaba princi-
palmente a través del sistema neuroquímico dopamina. Sin
embargo, la evidencia acumulada sugiere ya que también de-
bería ser posible tratar la adicción a la cocaína con naltrexona.
Los primeros experimentos indicaron que la autoadministra-
ción de cocaína en ratas se aprendía a través del refuerzo del
sistema opioidérgico.70 Se vio que la naltrexona suprimía la
autoadministración de cocaína en ratas adictas a la cocaína.71
Después un ensayo clínico en Texas obtuvieron resultados si-
milares a los de la Figura 6 del ensayo finlandés sobre la adic-
ción al alcohol. Los pacientes que utilizaron naltrexona con un
protocolo que permitía la extinción no consumieron cocaína
en absoluto durante el último tercio del ensayo.72 Por el con-
trario, los resultados de los pacientes que utilizaron naltrexona
con los procedimientos tradicionales que demandan abstinen-
cia tendían a ser peores que los resultados de los pacientes que
recibieron un placebo.
Xenova, la compañía de biotecnología, está en las primeras
fases de las pruebas de una vacuna llamada TA-CD 82 mg para
la adicción a la cocaína. La vacuna puede ser que funcione me-
diante la producción de anticuerpos contra la cocaína, acti-
vando de este modo una forma de extinción farmacológica
mediante el bloqueo de refuerzo en el cerebro de la cocaína
cada vez que el adicto la consume. Más ensayos clínicos son
necesarios.
182
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
Enhorabuena a Nitya Jayaram-Lindstrom por su tesis superlativa. Descargue la tesis en
http://diss.kib.ki.se/2007/978-91-7357-449-5/thesis.pdf.
Las anfetaminas son baratas de fabricar en laboratorios clandestinos en todo el mundo
– es más económico que la cocaína o la heroína en la calle.
183
La Cura del Alcoholismo
ción de la frecuencia y cantidad del consumo de drogas. En gene-
ral, los resultados mostraron que la naltrexona era bien tolerada
con efectos secundarios mínimos.
Por último, investigamos la naltrexona para el tratamiento de la
dependencia de anfetaminas en un ensayo aleatorizado y contro-
lado con placebo. Los pacientes recibieron 12 semanas de trata-
miento ya sea con naltrexona o con placebo. Dos veces por sema-
na, se llevaron a cabo pruebas toxicológicas de orina y además los
pacientes recibieron semanalmente terapia de prevención de re-
caídas.
Los resultados indicaron que el tratamiento con naltrexona re-
ducía el porcentaje de muestras de orina positivas de anfetaminas
en pacientes con dependencia crónica a las anfetaminas. El tra-
tamiento continuado con naltrexona también condujo a una re-
ducción en la ansiedad, en comparación con el placebo. Además,
la seguridad médica de la naltrexona fue confirmada aún más en
esta población.
En conclusión, la farmacoterapia con naltrexona reduce significa-
tivamente los efectos reforzantes de la anfetamina en modelos de
administración aguda y crónica. En su conjunto, esta tesis pro-
porciona soporte para el posible uso de la naltrexona como tra-
tamiento para la dependencia de las anfetaminas... Los resultados
del ensayo clínico consolidan aún más el hallazgo de que el tra-
tamiento crónico con naltrexona produce un efecto sostenido so-
bre los correlatos subjetivos y de comportamiento de la recom-
pensa, es decir, una reducción sostenida en el consumo de anfe-
taminas y el ansia por ellas.
184
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
ministración de antagonistas de opiáceos: 1) Un spray nasal de
acción corta que contiene naloxona. En este caso, el adicto a
las anfetaminas ―corta‖ gradualmente la adicción mediante la
inhalación de naloxona rociada en la nariz antes de inhalar,
ingerir, fumar o inyectarse anfetaminas. El medicamento
rápidamente bloquearía los receptores de opioides en el cere-
bro para producir la extinción de la adicción a las anfetaminas;
2) la naltrexona o el nalmefene, de acción más prolongada y
más potente (su capacidad de unión a los receptores de opioi-
des o de bloquear los efectos es la mayor de los tres antagonis-
tas de opioides actualmente disponibles) sería consumido me-
diante una píldora al menos treinta minutos antes del consu-
mo de drogas para producir la extinción, y 3) inyecciones
mensuales de naltrexona de liberación sostenida (por ejemplo,
VivitrolR)74 o nalmefene (por ejemplo, REVEXR)75 o implan-
tes. Es necesaria más investigación para validar este trata-
miento para la adicción a la cocaína y las anfetaminas, sobre
todo en poblaciones indigentes, difíciles de alcanzar, y que no
cumplen las normas.
Esta línea de investigación podría llegar a ser más eficaz, por
ejemplo, iniciando un curso de uno a tres meses de naltrexona
de acción prolongada o inyecciones de nalmefene de depósito,
seguido de comprimidos de naltrexona o nalmefene después
del tratamiento de extinción de la adicción -por si acaso el pa-
ciente siente que está a punto de recaer.
Incluso después de la desintoxicación, los pacientes pueden
encontrar estímulos que asocian con el alcohol o el consumo
de drogas y dichos estímulos o asociaciones son tan poderosos
que pueden desencadenar una recaída incluso después de años
de abstinencia. Por lo tanto, todos los pacientes del Método
Sinclair -ya sea que abusaban del alcohol o (en el futuro) de la
cocaína o las anfetaminas- con o sin adicción transversal al
alcohol, deben llevar pastillas de naltrexona o nalmefene en-
cima en todo momento. Como ya hemos dicho, se debe tener
especial cuidado con los adictos a opiáceos –especialmente
con los adictos a la heroína- cuando se administran antagonis-
tas de opiáceos como la naloxona, naltrexona o nalmefene
porque el síndrome de abstinencia de esta clase de drogas en
particular puede ser potencialmente mortal; una cuidadosa
gestión clínica es fundamental en estos casos.
185
La Cura del Alcoholismo
El nalmefene tiene la ventaja sobre la naltrexona de que no es
estresante para el hígado. En dosis seis veces más altas que las
que normalmente se prescribe para el alcoholismo, la nal-
trexona daña al hígado.
Por lo tanto, existe una contraindicación contra el uso de nal-
trexona en pacientes que ya sufren daño hepático severo. El
nalmefene no tiene este problema, por lo que puede ser pres-
crito sin antes hacer una prueba de sangre para el daño hepá-
tico. Por lo tanto, puede ser el tratamiento de elección para
una variedad de adicciones. Una gran cantidad de investiga-
ción preliminar apunta a un futuro prometedor en el trata-
miento de la adicción a anfetaminas, cocaína, y -con gran pre-
caución médica- incluso heroína. Ahora bien, tal como se des-
cribe en el capítulo 4, lo único que hay que hacer es lograr que
la sociedad haga virar al superpetrolero y comience a utilizar
la extinción farmacológica.
Compulsiones Sexuales
El auge de Internet a través de la década de 1990 ha visto un
incremento en la ―adicción al sexo en Internet‖. ―La naltrexona
en el Tratamiento de Delincuentes Sexuales Adolescentes‖,
publicado en el Journal of Clinical Psychiatry, informó de los
resultados de un pequeño ensayo de 2004 que concluyó que la
naltrexona fue beneficiosa en el tratamiento de las compulsio-
nes sexuales, pero en dosis más altas de lo que normalmente
se utilizan en el tratamiento del alcohol: ―Se consideró que
quince de veintiún pacientes tuvieron un resultado positivo y
siguieron respondiendo durante al menos cuatro meses a una
dosis media de 160 mg por día con una disminución de las
fantasías sexuales y la masturbación... La naltrexona en dosis
de 100 a 200 mg por día proporciona un primer paso seguro
en el tratamiento de adolescentes delincuentes sexuales‖.76
Es posible que los beneficios observados aquí trasciendan a
una población mayor de pacientes hipersexuales no desviados
socialmente o ―adictos sexuales‖.
El hecho de que se observaron beneficios en estos pequeños
puntos apunta al papel del sistema opioidérgico en la adicción
sexual. En otras palabras, varias compulsiones sexuales pue-
den estar mediadas por la liberación de endorfinas. Si es así,
las ramificaciones sociales tienen consecuencias de largo al-
186
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
cance en términos de costo (perseguir y encarcelar a los delin-
cuentes) y en la prevención de la reincidencia.
Por ejemplo, es bien sabido que los violadores y los pedófilos
por lo general reinciden cuando salen de prisión. El patrón es
similar al de los alcohólicos o adictos a la heroína que, aunque
severamente castigados (a través del encarcelamiento, conge-
lación, o accidentes) o tratados (a través de diversos grupos,
comprensión y métodos de autoayuda) simplemente no logran
mantenerse abstinentes después de su paso por prisión o tra-
tamiento.
Adictos sexuales compulsivos podrían ser capaces de imponer
el autocontrol o auto-privación a través de una férrea fuerza de
voluntad temporalmente, pero al final, la mayoría recaen inva-
riablemente. La sociedad a menudo insiste en que son indivi-
duos depravados y de voluntad débil que merecen ser encerra-
dos. Sin embargo, al final de una pena de prisión, la mayoría
de los delincuentes reinciden una vez en libertad. Los periódi-
cos abundan en historias que muestran personas puestas en
libertad sólo para reincidir. ¿Cómo podría utilizarse la extin-
ción farmacológica para tratar a delincuentes sexuales?
Recuerdo una reunión del comité de ética al que asistí en 1982
en un centro psiquiátrico penitenciario del estado de Califor-
nia llamado Atascadero State Hospital. El comité estaba con-
siderando las opciones de castración frente a un ensayo con un
medicamento hormonal ―antisexo‖ de acción prolongada (De-
po-ProveraR) en el tratamiento de los violadores. El investiga-
dor a favor del tratamiento contó cómo un violador realmente
quería ser castrado. El violador dijo que si salía libre sabía que
volvería a delinquir. Dijo: ―Estoy atormentado por pensamien-
tos sexuales de violaciones de mujeres. Intento no tenerlos.
Cuanto más lo intento, más difícil resulta. Puedo aguantar
unos días sin aliviarme (imaginar la fantasía de la violación),
pero no siempre. Quiero la castración. Prefiero no tener pelo-
tas y ser libre, que tener pelotas grandes y estar en San
Quintín‖. Se refería, lógicamente, a la conocida prisión califor-
niana de San Quintín, y estaba seguro de que, si lo sacaban de
Atascadero, lo cogerían violando de nuevo y sería condenado a
San Quintín de por vida. El comité de ética, atrapado en la co-
rriente políticamente correcta de la época, se negó incluso a
escuchar la propuesta hasta el final. Cortaron al investigador.
187
La Cura del Alcoholismo
No iba a haber castraciones ordenadas por el estado de Cali-
fornia - ―los políticos no querrían saber nada‖. En cualquier
caso, la castración puede no ser efectiva porque las hormonas
sexuales las producen no sólo los testículos, sino también las
glándulas suprarrenales. También se demostró que los hom-
bres a los que habían removido los testículos debido a razones
médicas todavía podían tener impulso sexual. En ese momen-
to, nadie parecía darse cuenta de que los componentes de la
sexualidad compulsiva podrían estar mediados por el sistema
opioidérgico. Entonces, ¿cómo podría un delincuente sexual
tratarse con la extinción?
El tratamiento no sería mucho más complejo que la extinción
del alcoholismo. Al paciente se le daría naltrexona o nalmefene
para bloquear los receptores de opioides en el cerebro. A con-
tinuación, se le indicaría que se excitase con una fantasía des-
viada. Esto se llevaría a cabo en condiciones controladas, en
una cabina privada especial donde se presentarían os estímu-
los (video) de fantasía elegida por el violador.
El paciente podría pasar un período de varios meses atendien-
do estas sesiones de tratamiento. Su deseo y su comporta-
miento se extinguirían activamente. El tratamiento se centrar-
ía entonces en la extinción selectiva, donde se le indicaría que
se masturbase con una fantasía y estímulos socialmente acep-
tables sin tomar la medicación.
El tratamiento, por supuesto, se llevaría a cabo bajo una cui-
dadosa supervisión, y el paciente sería monitorizado después
de su salida de prisión. Todo esto es una cuestión de legisla-
ción y financiación para una mayor investigación. Vale la pena,
teniendo en cuenta que muchos delincuentes sexuales van a
salir de la cárcel de todos modos. Si no se trata la adicción
sexual -como es habitual cuando salen de prisión, se encuen-
tran en alto riesgo de reincidir.77 El gobierno pretende prote-
ger a la sociedad. Ofrecer o incluso ordenar la extinción far-
macológica de los delincuentes sexuales por lo menos un año
antes de su fecha de liberación podría ayudar a reducir las ta-
sas de reincidencia.
188
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
Juegos
Alrededor del 2 al 3 por ciento de los estadounidenses se dice
que tienen un problema con el juego, y el 1 por ciento tiene
una adicción patológica al juego.
Un informe sugiere que el 86 por ciento de los estadouniden-
ses han jugado al menos una vez en su vida y el 60 por ciento
juega durante un año determinado. La prevalencia de los jue-
gos de azar se ha incrementado en los Estados Unidos, en par-
te por los juegos de azar en línea y en parte por la expansión
de los casinos.
Los juegos de azar en forma de loterías, nuevos casinos, apues-
tas en línea, y las carreras en muchos países emergentes se
cree que ejercen una profunda fuga económica en estas socie-
dades, también.
―Se culpa a la adicción al juego de que una madre de tres se
pegue un balazo después de las acusaciones de que había ro-
bado grandes sumas de dinero de su empresa para financiar su
hábito‖, Sunday Times (Sudáfrica), 28 de octubre de 2001.78
Este título se refiere a Ronell Poverello, que sufría de una gra-
ve adicción al juego y, finalmente, se suicidó a causa de su
adicción. Ronell tenía un trabajo muy bien pagado en Euro-
copter, del que finalmente robó más de 3,7 millones de euros
para financiar su hábito.
Se convirtió en adicta al juego y todos sus intentos de evitarlo
fueron en vano. Por supuesto, es trágico que se quitase la vida
para evitar su propia vergüenza, el estigma y la cárcel -porque
a todas luces era una buena madre y en todos los sentidos sa-
ludable. Sus tres hijos ya no tienen madre. El resultado podría
no haber sido tan trágico si Ronell hubiera tenido acceso al
tratamiento con naltrexona como Beth Irvin, cuya historia
contaremos a continuación, lo hizo. Puede ser sorprendente,
pero es muy probable que las endorfinas, las hormonas natu-
rales del cuerpo similares a la morfina, produzcan un poderoso
refuerzo en el cerebro de las personas con predisposición
genética a la adicción al juego. Si este no fuera el caso, es poco
probable que los bloqueadores de opioides, tales como nal-
trexona o nalmefene, fueran eficaces en el control de los juegos
de azar.
En los Estados Unidos, el Centro Nacional de Juegos de Azar
Responsable subvenciona estudios y cita lo siguiente: 79
189
La Cura del Alcoholismo
Se ha comprobado que el fármaco naltrexona reduce significativa-
mente las ansias por practicar juegos de azar y dichos comporta-
mientos entre los jugadores patológicos, según un estudio de la Uni-
versidad de Minnesota publicado en la revista Biological Psychiatry
el 1 de junio de 2001.
El ensayo clínico, financiado por una beca de 40000 euros en el
Centro Nacional para el Juego Responsable (NCRG), descubrió que
el 75 por ciento de los pacientes tratados con naltrexona mejora en
términos de sus ansias por apostar. Debido a la acción de la nal-
trexona en las áreas del cerebro que procesar el placer y las ansias, el
investigador principal del estudio, Dr. Suck Won Kim, había teoriza-
do que este fármaco podría ser útil para el tratamiento del juego
patológico. La naltrexona ha sido eficaz en el tratamiento del alco-
holismo y la bulimia.
―El juego ha tomado el control de mi vida‖, dijo Beth Irvin, quien
ahora está en tratamiento con naltrexona. ―He tratado de controlar
esta adicción de mil maneras y creo que lo que estoy viviendo hoy en
día es un milagro de la ciencia‖.
La publicación del ensayo de la naltrexona sigue los pasos del lan-
zamiento de otro estudio financiado por la NCRG del circuito de
recompensas del cerebro. Una donación de 130000€ de la NCRG al
Massachusetts General Hospital (MGH) ayudó a financiar el estudio,
publicado en la edición de la semana pasada de Neuron, examinan-
do cómo el cerebro humano responde a la anticipación y la recom-
pensa del dinero.
Los investigadores, dirigidos por el Dr. Hans Breiter, codirector del
Centro de Neurociencia de la Motivación y la Emoción en el MGH,
utilizó el proceso de imágenes neuronales llamado resonancia
magnética funcional de imágenes para monitorear la actividad cere-
bral de los voluntarios que participaban en un juego de azar. ―Esta es
la primera demostración de que una recompensa monetaria en un
experimento que recrea un juego de azar produce una activación
cerebral muy similar a la observada en un adicto a la cocaína reci-
biendo una dosis de cocaína‖, dijo Breiter. ―Estamos muy orgullosos
de haber apoyado la investigación de vanguardia que nos ayudará a
entender y tratar trastornos del juego‖, dijo el general de división
Paul A. Harvey (retirado), presidente de la NCRG. ―Además, nos
complace que dos de las revistas académicas más prestigiosas han
confirmado el riguroso proceso de revisión que se utilizó para selec-
cionar los proyectos para su financiación‖.
El NCRG ha otorgado 3.7 millones de euros en becas de investiga-
ción desde 1996 y 2.75 millones de euros más para establecer el Ins-
tituto de Investigación sobre el Juego Patológico y Desordenes Rela-
cionados en el Departamento de Adicciones de Harvard Medical
190
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
School. Un estudio de referencia de 1997 realizado en Harvard, fi-
nanciado por el NCRG, estimó que aproximadamente el 1 por ciento
de la población adulta puede ser clasificado como jugadores patoló-
gicos. Esta estimación es ahora ampliamente aceptada como la es-
tadística más fiable sobre la prevalencia de los trastornos de juego.
Las máquinas tragaperras son un ejemplo clásico de "refuerzo de pro-
porción variable": nunca se sabe cuándo ni cuánto refuerzo recibirás.
Los intervalos de tiempo pueden ser largos o cortos y variar las cantida-
des. Esta forma de aprendizaje es más resistente a la extinción, lo que
presagiaría problemas en un tratamiento de extinción si el refuerzo para
el juego patológico en realidad procede de las ganancias de dinero. De
hecho, los jugadores compulsivos parece conseguir refuerzos indepen-
dientemente de que ganen.
191
La Cura del Alcoholismo
el tratamiento de juegos de azar provengan de la extinción
farmacológica -tal como lo hacen para tratar el alcoholismo y
la drogadicción. Hasta ahora, sin embargo, no se han llevado a
cabo pruebas clínicas de los mecanismos implicados.
Investigación adicional en la aplicación de la extinción farma-
cológica es necesaria en los juegos de azar y otros desórdenes
no relacionados con sustancias como las adicciones sexuales y
la cleptomanía. En este último caso, puede resultar que el alto
riesgo asociado con la cleptomanía y la emoción de robar cau-
se un refuerzo poderoso de las descargas internas de endorfi-
nas en una manera similar a la producida por el juego.
El mismo mecanismo puede aplicarse también a la automuti-
lación o compulsiones como la piratería informática y la adic-
ción a Internet. Todo esto puede ser reforzado de manera si-
milar a través del sistema opioidérgico.
La historia del inversor tramposo Nick Leeson llamó la aten-
ción de los medios de comunicación a principios de 1990. Tra-
bajando en Singapur para Barings Bank como encargado de
divisas, Leeson provocó un colapso sin precedentes cuando
ilegalmente contrajo una deuda de más de 75000 millones de
euros. Cebado por la emoción de alto riesgo, Leeson siguió
apostando en fondos en los mercados asiáticos, con la espe-
ranza de que su juego fuera rentable. Nunca lo hizo. Después
de huir, ser capturado y sentenciado a seis años en una prisión
de Singapur, Leeson fue puesto en libertad.
Escribió un relato directo de lo que sucedió en su emocionante
y a la vez triste libro, Rogue Trader: Cómo hundí el Banco
Barings y sacudí el mundo financiero (Leeson, 1997). El rela-
to introduce al lector a la vida de alto vuelo de los comercian-
tes en el Singapur de principios de 1990, donde la oferta de los
negocios compulsivos provocaba euforia y emociones. Coloca-
ba a los comerciantes –de manera similar a los colocones de
endorfinas que Kevin Mitnick describía en su relato de piratas
informáticos expertos en el arte del engaño de El Arte del En-
gaño.
Uno se pregunta si la naltrexona o nalmefene, que se utiliza
con la extinción farmacológica, podría desempeñar un papel
potente en el tratamiento de otros jugadores compulsivos.
¿Cómo podríamos poner esto a prueba? ¿Dándoles naltrexona
o nalmefene y diciendo: ―¡Adelante, jugad mientras estáis bajo
192
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
los efectos de la medicación!‖? Obviamente, esto tiene algunas
limitaciones prácticas.
193
La Cura del Alcoholismo
Veremos más adelante cómo una Prueba Dulce especial se ha
utilizado en Finlandia para predecir si los pacientes respon-
derán bien al Método Sinclair antes de que comiencen. Final-
mente, los alcohólicos que intentan abstenerse utilizan a me-
nudo dulces como una forma de sustituto de alcohol, con cier-
to éxito.
La relación entre el alcohol y los dulces se debe a que ambos
provocan una liberación de endorfinas. Esto lleva a preguntar-
se una cuestión bastante interesante: ¿se puede utilizar la ex-
tinción farmacológica para una ―adicción al dulce‖? La res-
puesta es probablemente sí, al menos en cierta medida. Una
vez más, más ensayos clínicos son necesarios.
Aunque los ensayos individuales no pueden considerarse como
una prueba científica, una anécdota interesante es digna de
mención. Al empezar a escribir este libro, le conté la idea de la
naltrexona y la extinción farmacológica a una amiga mía, Do-
minique, una escritora estadounidense que vive en Londres.
Me dijo que ella era una adicta secreta al chocolate.
Nadie sabía de su adicción. Cada noche, después de poner a su
hijo en cama, ella, sin falta, se sentaba ceremoniosamente y
comía dos chocolatinas grandes. Si Dominique no tenía choco-
late durante más de dos días, su ansia se disparaba.
Iba regularmente al gimnasio del barrio y controlaba su peso.
―preferiría no comer otra cosa si eso significaba que podía te-
ner mi chocolate‖, declaró Dominique categóricamente. ―Quie-
ro la naltrexona. ¡Ya!‖ ―Necesitas receta, y dudo que tu médico
te la recetara – ¡al menos para combatir la adicción al choco-
late! Si lees la información oficial para su prescripción en In-
glaterra, verías que la naltrexona está aprobada sólo para adic-
ción a narcóticos como la heroína o la morfina- para nada
más‖, le informé. Sin embargo, se las arregló para obtener una
receta de un médico amigo de dos paquetes (o el equivalente a
dos meses) de comprimidos de 50 mg de naltrexona y me
llamó, diciendo: ―¡Ya lo tengo y voy a intentarlo – digas lo que
digas!‖.
Le expliqué que en teoría podría continuar, pero le advertí que
no se había llevado a cabo ningún ensayo específicamente para
el antojo y la adicción al chocolate o al dulce. ―Hipotéticamen-
te, así es cómo alguien debería probarlo. Deberías tomar nal-
trexona una hora antes de atiborrarte de chocolate.
194
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
Esto garantizaría el bloqueo de opiáceos de la liberación de
endorfinas cuando comieses el chocolate. Registrarían la can-
tidad consumida todos los días y verías qué pasa‖. También le
advertí sobre la extinción de otras conductas, que en teoría
podría extinguir su amor por el ejercicio si el medicamento se
encontraba en su sistema al día siguiente cuando se fuera
a su entrenamiento diario.
―Comeré a las 5 de la tarde. Debería estar fuera de mi sistema
por la tarde del día siguiente si lo he entendido bien‖. Res-
pondí que tal vez sería mejor extinguir selectivamente la adic-
ción al chocolate, comiendo chocolate con naltrexona un día,
haciendo ejercicio al siguiente pero sin naltrexona. Dominique
pesó cuidadosamente su chocolate todos los días. Después de
seis semanas, Dominique dijo: ―Definitivamente funciona.
Estoy comiendo menos. En lugar de dos chocolatinas, como la
mitad. Parece pasar de forma automática. ¡No cabe duda de
que esto funciona para mí!‖. Aunque hace falta una investiga-
ción científica apropiada para confirmar nuestra intuición de
que la extinción farmacológica puede ayudar con los atracones
de dulces, esta pequeña historia nos informa cómo los antago-
nistas opiáceos podrían llegar más allá del tratamiento de al-
cohol.
De hecho, se han realizado varias pruebas de la naltrexona en
el tratamiento de trastornos de la alimentación. Por ejemplo,
se hizo un experimento sobre los efectos combinados de nal-
trexona con un medicamento antidepresivo tricíclico. En un
estudio de ocho semanas de duración a doble ciego, controlado
con placebo, de treinta y tres consumidores compulsivos obe-
sos, Argel (1991) y sus colaboradores vieron que la naltrexona
(100-150 mg al día) produjo una reducción significativa en la
duración y la frecuencia de los atracones en pacientes bulími-
cos.82 El estudio fue publicado en la revista American Journal
of Clinical Nutrition y concluyó ―que la naltrexona y la imi-
pramina pueden ser agentes útiles en el tratamiento del tras-
torno de apetito descontrolado‖.
A pesar de este hallazgo, los antagonistas de opiáceos no se
han aplicado en general para el tratamiento de ningún trastor-
no alimentario. Es cierto que los mecanismos responsables de
comer en exceso y de los atracones de hidratos de carbono, las
grasas y los dulces son muy complejos e implican mucho más
195
La Cura del Alcoholismo
que el sistema opioidérgico. Si el sistema opioidérgico -las en-
dorfinas- fuera el principal mecanismo implicado en el impul-
so de comer estos alimentos, es probable que hubiéramos visto
una notable reducción de peso entre las decenas de miles de
personas que utilizan con éxito la naltrexona para frenar su
consumo de alcohol en Finlandia.
Había individuos que recibían tratamiento para el alcoholismo
allí con naltrexona que perdieron mucho peso, pero la mayoría
de la gente no lo hizo. Una posible explicación, sugirió Sin-
clair, es que las endorfinas refuerzan muchas acciones diferen-
tes relacionadas con la alimentación. En el laboratorio, se
pueden aislar estas acciones y mostrar en un estudio que la
naltrexona reduce la cantidad de comida ingerida y en otro
que la aumenta. Estos efectos opuestos se anulan entre sí en
un entorno real. Él ha sugerido usar extinción selectiva con el
fin de separar las distintas acciones. Esta idea, sin embargo,
aún no se ha probado clínicamente.
Nicotina y Tabaco
―¿Es bueno para dejar de fumar?‖ Mucha gente se hace con
ansiedad esta pregunta. Basándose en los datos, parece proba-
ble que la extinción con antagonistas de opioides no funcio-
nará con el fumar tabaco. Por ejemplo, un ensayo clínico en
Texas dio naltrexona a los pacientes que eran bebían y fuma-
ban en exceso. El consumo de alcohol disminuyó con una cur-
va de extinción clásica, pero el hábito de fumar se mantuvo en
los mismos altos niveles. Del mismo modo, los ensayos clíni-
cos no aportan pruebas de que la naltrexona recetada a los
alcohólicos les hiciera fumar menos. Como se mencionó ante-
riormente, la razón de este fracaso es probable que sea que el
refuerzo de la nicotina no tiene relación con el sistema de
opioides. Los datos aún no están claros sobre el sistema es-
pecífico que proporciona el refuerzo, pero el primer paso en el
proceso debe ser la activación de los receptores nicotínicos de
la acetilcolina del neurotransmisor.
Abordo el controvertido problema de la adicción a la nicotina
ya que es muy probable que la extinción farmacológica se con-
vierta en una ruta eficaz para la eliminación de las vías de con-
trol de la adicción a la nicotina en el cerebro, pero probable-
mente no a través del sistema opioide y la naltrexona. Fumar
196
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
es muy complejo en términos de los efectos que la nicotina
tiene sobre las hormonas y la neurotransmisión en el cerebro.
La discusión a favor del uso de la naltrexona o nalmefene en la
adicción a la nicotina sigue abierta, pero hasta el momento no
existen datos convincentes de que los medicamentos sean úti-
les para esta aplicación.83
Sin embargo, el Método Sinclair puede responder al desafío de
la adicción a la nicotina. En lugar de utilizar la naltrexona o
nalmefene, el tratamiento tendrá que utilizar fármacos especí-
ficos para bloquear la nicotina, como mecamilamina, vareni-
clina, y/o erisodina. Esto se ha demostrado en estudios de la-
boratorio por Liu Xiu y sus colaboradores (2006).84 El princi-
pio de eliminación de la adicción es el mismo: dar al fumador
el agente de bloqueo antes de que él o ella fume, lo que debería
producir una reducción del anhelo por fumar y en el consumo
real.
En este sentido, el doctor Jed Rose, Jefe del Programa de In-
vestigación de la Nicotina en el VA Medical Center, Durham,
Carolina del Norte, dice esto sobre la mecamilamina y la extin-
ción de la adicción al tabaco:
Así que lo que hemos encontrado en varios estudios es que cuan-
do ponemos a los fumadores en tratamiento con mecamilamina
antes de que dejen de fumar, luego experimentan el acto de fu-
mar cigarrillo tras cigarrillo durante, digamos, dos semanas sin
disfrutar el efecto habitual de la nicotina. Y mantener un compor-
tamiento sin disfrutar de la recompensa química posterior extin-
gue, si se me permite el juego de palabras, pero en la jerga psi-
cológica se hablaría de extinguir un comportamiento cuando se
quita la recompensa por ello.
Y lo que encontramos, es que los fumadores empiezan a perder su
ansia de tabaco y que sus tasas de éxito se duplican. Sin embargo,
en nuestros estudios vemos que ahora se está duplicando el éxito
respecto al del parche de nicotina, porque en realidad damos un
parche de nicotina después de que se haya dejado de fumar y ve-
mos que todavía obtienen los beneficios del alivio de los síntomas
de abstinencia de los parches de nicotina, pero que el fumar ciga-
rrillos es menos agradable debido a que la mecamilamina está
bloqueando su efecto, por lo que los usamos combinados para así
obtener lo mejor de ambos mundos.
La mecamilamina bloquea muchos de los efectos gratificantes del
fumar. El parche de nicotina todavía puede producir algo de ali-
vio de los síntomas de abstinencia. Y entre los dos medicamentos
197
La Cura del Alcoholismo
en esta combinación, el fumador se mantiene cómodo y sin em-
bargo los cigarrillos no son tan tentadores.
Las implicaciones son asombrosas. Si la mecamilamina es el
bloqueador eficaz de nicotina que se dice que es, entonces,
millones de fumadores pueden ser capaces de invertir su adic-
ción de una forma muy similar a la de los alcohólicos con nal-
trexona. La fórmula sería: Mecamilamina + Fumar = Cura.
Esto sería un gran impulso para todo el mundo porque se sabe
que fumar es la causa más evitable de muerte. Jed Rose co-
rrectamente sugiere que los adictos a la nicotina sigan un pro-
grama de extinción que utilice mecamilamina como agente
bloqueante. Desafortunadamente, él sugiere que, después del
tratamiento de extinción, los fumadores se traten con parches
de nicotina – sin el bloqueo continuado de nicotina de la me-
camilamina. Esto haría que los pacientes aprendieran un nue-
vo comportamiento reforzado por nicotina -el uso del parche
de nicotina.
Usar parches de nicotina o mascar chicle de nicotina no es lo
mismo que dejar de fumar. De hecho, es lo mismo que fumar,
aunque el método de administración de la droga -chicle o par-
che en lugar de inhalar la nicotina a través de humo de tabaco-
es diferente.
En lugar de tomar la nicotina en el cuerpo a través de los pul-
mones, el fármaco pasa simplemente a través de la piel o la
boca. Estas vías de administración alternativas son probable-
mente de alguna utilidad para dejar de fumar, pero sólo satis-
facen el anhelo subyacente y la adicción y no acaban con ella.
Años más tarde, los ex fumadores que dejan de fumar con es-
tos sustitutos todavía pueden sentir el deseo de un cigarrillo.
Para hacerlo de acuerdo con el Método Sinclair, los fumadores
tendrían que fumar, mientras tomaran la medicación si quisie-
ran extinguir el deseo y la conducta. Si se abstuvieran, como
muchos fumadores pueden hacer por largos períodos entre
recaída y recaída, y tomasen la medicación durante la absti-
nencia, no habría ningún efecto, no habría extinción.
Agentes bloqueadores de la nicotina más eficaces podrían ser desarro-
llados pronto. Por supuesto, una hierba fumable que tenga una acción
de bloqueo nicotínico, si se mezcla con tabaco y se fuma, también puede
resultar eficaz.
198
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
De hecho, esto lo demostró en 1987 Pomerleau, que demostró
que la administración aguda de mecamilamina en realidad
hace que se fume más si los fumadores fueron pre-tratados
con mecamilamina (en lugar de con placebo) y no fumaban
mientras tomaban el medicamento.85
Pomerleau atribuyó ―los aumentos observados en el consumo
de nicotina a un comportamiento compensatorio diseñado
para superar los efectos de bloqueo mecamilamina‖. Sin em-
bargo, si esto fuera cierto –el que la mecamilamina todavía
estaba activa cuando los sujetos fumaban- entonces las condi-
ciones son idénticas a las de los experimentos que muestran
disminuciones en el número de cigarrillos que se fuman mien-
tras toman mecamilamina. Parece más probable que este re-
sultado sea similar a los resultados tanto con alcohol (ver Fi-
gura 6) como con cocaína -que los sujetos que tomaron nal-
trexona durante la abstinencia tendían a estar peor que los
pacientes tratados con placebo porque habían reforzado el
aprendizaje del uso de alcohol o cocaína justo después de dejar
la naltrexona en el momento en que hay una refuerzo poten-
ciado farmacológicamente por las endorfinas.
Por último, como Alcohólicos Anónimos advierte, ―una vez
alcohólico, siempre alcohólico‖, Fumadores Anónimos podría
decir: ―Una vez fumador, siempre fumador‖. Los alcohólicos y
los fumadores que logran dejar de fumar siempre corren el
riesgo de recaída, sobre todo si tienen ―una copa‖ o ―sólo una
calada‖.
La razón de esto es que las rutas neuronales asociadas con la
adicción particular, con el tiempo y la práctica, se transforman
en súper-autopistas neuronales. Estas redes neuronales en el
cerebro están preparadas y listas para activarse si el adicto
tiene ―sólo una‖.
La clave de la extinción es que una vez que el tratamiento una
se cumple plenamente, el fumador estaría casi de nuevo en la
condición biológica en que él o ella se encontraba antes de to-
mar la primera calada y de fumar los primeros cientos de ciga-
rrillos que poco a poco crearon la adicción.
La cantidad de investigación sobre la extinción del fumar es
minúsculo -ni mucho menos tan extenso como es sobre el al-
coholismo. Aún queda muchísimo por hacer antes de que se-
pamos con seguridad si funcionará. La investigación se debe
199
La Cura del Alcoholismo
hacer correctamente, sin volver adictivos otra vez a los fuma-
dores mediante el uso de parches de nicotina o goma de mas-
car después de que hayan pasado por un tratamiento de extin-
ción de la adicción. Además, existen diferencias cualitativas
entre el tabaquismo y alcoholismo porque operan en diferen-
tes sistemas neuronales en el cerebro.
A pesar de esto, los pacientes aún pueden encontrar médicos
dispuestos a recetar mecamilamina para la adicción al tabaco a
pesar de que el medicamento no ha recibido aprobación de la
FDA para la adicción a la nicotina.
Por ejemplo, el Dr. Gabe Mirkin explica la razón por la que las
compañías farmacéuticas no han invertido ―los 7 a 14 millones
de euros necesarios para probar que la mecamilamina cura la
adicción a la nicotina es que la droga se había quedado sin su
patente. Incluso si un investigador demostrase que la mecami-
lamina cura la adicción al tabaco, cualquiera podría aprove-
charse de la comercialización de la droga. Han pasado cuatro
años desde que Merck dejó de hacer mecamilamina, pero me
alegro de que otra empresa llamada Bioscience Layton comer-
cialice la mecamilamina bajo el nombre comercial Inversine
para tratar el síndrome de Tourette, una condición en la que
una persona tiembla o se mueve sin control. Nadie ha hecho
las investigaciones necesarias para demostrar que la mecami-
lamina ayuda a curar la adicción a la nicotina, pero voy a estar
recetando 2,5 mg dos o tres veces al día para ayudar a mis pa-
cientes a dejar de fumar‖.86
200
Método Sinclair Como Modelo Para Otras Adicciones
Kevin Mitnick pasó casi cinco años en la década de 1990 encerrado en un centro de
detención federal en Los Angeles –a la espera de juicio- durante cinco años y uno de los
cinco años lo pasó en confinamiento solitario. Ahora las grandes corporaciones le pagan
por sus servicios -por fin ha obtenido el triunfo personal sobre la acusación y el juez que
llevaron su caso (ver www.mitnicksecurity.com).
201
La Cura del Alcoholismo
personalmente en peligro. La emoción era embriagadora, incluso
mejor que el snowboard o el paracaidismo.
Danny se emborrachó esa noche, no con whisky, ginebra, cerveza
o sake, sino con su sensación de poder y de éxito mientras miraba
los archivos que había robado, acercándose al software de radio
extremadamente secreto y elusivo.
205
El Coste Humano
16 Del Alcoholismo
L
a mayoría de las personas que beben alcohol no van a
convertirse en alcohólicos. Esto es muy bueno porque la
Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que 2
millones de personas -un tercio de la humanidad-
habitualmente consume bebidas alcohólicas. De esta cifra,
76,3 millones o un 3,8 por ciento se pueden diagnosticar como
alcohólicos severos.90 La OMS también informa de una pérdi-
da mundial de 1,8 millones de vidas cada año como resultado
directo del consumo excesivo de alcohol.
207
La Cura del Alcoholismo
Para poner esta cifra en perspectiva, la OMS afirma que el
VIH-SIDA se lleva 3 millones de vidas en todo el mundo cada
año. Desafortunadamente, el alcoholismo es responsable de
algo más que la muerte. Las lesiones no intencionadas sólo
representan alrededor de un tercio de las 1,8 millones de
muertes en todo el mundo. El alcoholismo propaga enferme-
dades paralizantes, enfermedades del corazón, diabetes y
cáncer. No por elección propia, padres alcohólicos abandonan
a sus hijos en favor de la botella. A menudo pierden la capaci-
dad de ser proveedores, lo que lleva a la ruptura familiar. Todo
esto apenas puede sugerir el indescriptible dolor y sufrimiento
experimentado por millones de personas -especialmente los
niños.
El aumento de la impulsividad y falta de juicio causados por el
consumo excesivo de alcohol también contribuyen a los suici-
dios, depresión, violencia, delincuencia, accidentes de tráfico,
ahogamientos, uso de otras drogas (como la cocaína, las anfe-
taminas y los opiáceos), y adicciones no relacionadas con sus-
tancias tales como la ludopatía.
Dada la opción, la mayoría de los alcohólicos preferirían no ser
alcohólicos. Tal vez esta es una de las razones por las que 5
millones de personas asisten a las reuniones de los Doce Pasos
de AA en todo el mundo. Pero AA no es el único tratamiento.
En 1995, por medio de una ―Carta a los colegas‖ , Enoch Gor-
dis, ex director del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alco-
hol y Alcoholismo (NIAAA) escribió que ―Aproximadamente 1
millón de estadounidenses buscan un tratamiento del alco-
holismo cada año, muchos más de una vez‖. Según el NIAAA,
sin embargo , hay de 17 a 18 millones de estadounidenses con
serios problemas con el alcohol, 8 millones de ellos sufriendo
alcoholismo en toda regla.91
Una Encuesta Nacional de Hogares apunta a un número
asombroso de bebedores compulsivos –que beben más de cin-
co copas en una sola sesión- menores de edad en los EEUU: 46
millones. Los problemas con el alcohol son globales. La Aso-
ciación Médica Británica (BMA) estima que uno de cada veinte
y cinco adultos en el Reino Unido es ―dependiente del alco-
hol‖. El Centro de Salud Pública de la Universidad John Moo-
res de Liverpool en Inglaterra encontró que el 18,2 por ciento
de los adultos británicos se emborrachan bebiendo más del
208
Para Profesionales Médicos
doble del límite diario recomendado por lo menos una vez a la
semana. La oficina del Reino Unido para los censos de pobla-
ción y encuestas afirma que el 7,5 por ciento de los hombres y
el 2,1 por ciento de las mujeres son ―dependientes del alcohol‖.
El coste para la sociedad en el Reino Unido es de 3500 millo-
nes de euros al año, con unas perdidas empresariales de 2100
millones de euros por absentismo laboral relacionado con el
alcohol y de 413 millones de euros de costo anual para el Sis-
tema Nacional de Salud.92 Aunque las cifras varían entre los
informes, la tendencia general muestra tasas de consumo de
alcohol inaceptablemente elevadas, tanto en Estados Unidos
como en el Reino Unido.
En los países de la Unión Europea, el consumo excesivo expo-
ne más de 20 millones de casos y casi el 10 por ciento de los
―problemas de salud y muertes‖.93 El Proyecto Europeo de En-
cuesta Escolar sobre el Alcohol y otras Drogas de 2006 descu-
brió que la Unión Europea tiene ―la más alta proporción de
bebedores y el mayor nivel de consumo de alcohol en el mun-
do‖.
En los Estados Unidos, el NIAAA también encontró que el al-
coholismo es la enfermedad más costosa, drenando la socie-
dad estadounidense de 142000 millones de euros al año, es
decir, casi la mitad de todo el presupuesto del Pentágono para
el año 2003. El abuso del alcohol es responsable del 9 por
ciento de la ―carga de enfermedad‖ en los países desarrollados,
causando accidentes y enfermedades agravantes como hepati-
tis, cirrosis, cáncer, enfermedades del corazón y derrame cere-
bral. Según la Asociación Médica Estadounidense, el alco-
holismo es responsable del 3,5 por ciento de todas las muertes
anuales -105000- en los Estados Unidos.94 El alcoholismo es
claramente un problema mundial. Aparte de la pérdida de vi-
das y pérdidas económicas, el alcoholismo contribuye a la de-
lincuencia violenta y la más alta tasa de encarcelamiento per
cápita en el mundo.
Debido a que la adicción al alcohol es el resultado de tener la
predisposición genética apropiada y de aprender a beber a
través de la práctica, muchos adolescentes ahora son estudian-
tes aventajados en su aprendizaje del alcoholismo, con el lan-
zamiento de ―refrescos‖ alcohólicos dulces y sabrosos, conoci-
dos como alcopops.
209
La Cura del Alcoholismo
El número total de alcohólicos está aumentando, y podemos
esperar más accidentes, pérdida de días de trabajo, enferme-
dades, vidas rotas, delincuencia y muertes prematuras.
Desgraciadamente, la investigación muestra que las tasas
estándar de fracaso de los tratamientos de alcohol como la
psicoterapia, los Doce Pasos de AA, y diversos regímenes de
desintoxicación hospitalaria son superiores al 85 por ciento.
Hasta ahora, hasta la llegada del Método Sinclair, la perspecti-
va ha sido particularmente sombría. Pregunte a cualquier
médico de familia con experiencia lo que él o ella piensa, y oirá
un pronóstico sombrío sobre la adicción al alcohol.
Datos y Cifras
Los datos y cifras registrados por las distintas agencias no
siempre coinciden exactamente. Sin embargo, reflejan un
patrón general similar. Las cifras de los Centros de EEUU para
el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el Instituto
Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA), el
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), la Ofici-
na de Abuso de Sustancias y Salud Mental de la Administra-
ción de Servicios de Estudios Aplicados (SAMHSA-OEA) y
otros resumen el problema de la siguiente manera:95
• Aproximadamente el 7 por ciento de los estadounidenses
mayores de dieciocho años -17,8 millones-tienen un problema
con la bebida. De ellos, 8,1 millones son alcohólicos.
• A pesar de tasas de fracaso extraordinariamente altas, cada
año más de 3 millones de personas (aproximadamente el 1,4
por ciento de la población mayor de doce años o más) recibe
algún tipo de tratamiento para el alcoholismo.
• Estudios de suicidios en la población general muestran que el
20 por ciento eran alcohólicos.
Es incluso peor que las perspectivas para la adicción a la cocaína y la
heroína. Por ejemplo, un estudio ordenado por el Congreso de los
EEUU reveló que más del 50 por ciento de los adictos a la cocaína y más
del 66 por ciento de los adictos a la cocaína y a la heroína consumían
antes de un año. ("Mantenerse limpio‖, 10 de febrero, 2002, Peggy
Orenstein, New York Times).
210
Para Profesionales Médicos
• Dos tercios de la población consume alcohol, pero el 10 por
ciento de los bebedores toman la mitad de todo el alcohol con-
sumido.
• El alcohol es responsable de 105.000 muertes al año, por lo
que es la tercera causa principal de muerte evitable en los Es-
tados Unidos.
• En 2004, 22,5 millones de estadounidenses mayores de doce
años se clasificaron como dependientes de sustancias o con
problemas de abuso (9,4 por ciento de la población), casi el
mismo número que en 2002 y 2003. De ellos, 3,4 millones
eran dependientes o abusaban tanto del alcohol como de dro-
gas ilícitas; 3,9 millones eran dependientes o abusaban de las
drogas ilícitas, pero no alcohol; y 15.2 millones eran depen-
dientes o abusaban del alcohol, pero no de las drogas ilícitas.
• En 2004, el 19,9 por ciento de los adultos desempleados ma-
yores de dieciocho años se clasificaron con dependencia o abu-
so, mientras que el 10,5 por ciento de los adultos con un traba-
jo a tiempo completo y el 11,9 por ciento de los adultos con un
trabajo a tiempo parcial fueron clasificados como tales. Sin
embargo, la mayoría de los adultos con dependencia o abuso
de sustancias tenían un empleo a tiempo completo o parcial.
De los 20,3 millones de adultos clasificados con dependencia o
abuso, 15,7 millones (77,6 por ciento) tenían empleo.
• En 2004, 3,8 millones de personas mayores de doce años (1,6
por ciento de la población) recibieron tratamiento en los últi-
mos doce meses por un problema de drogas o alcohol. De
ellos, 2,3 millones recibieron tratamiento en un centro espe-
cializado en el tratamiento por consumo de sustancias, inclu-
yendo 1.7 millones en centros de rehabilitación como pacientes
ambulatorios, 947.000 en centros de rehabilitación como pa-
cientes hospitalizados, 775.000 en hospitales como pacientes
internos, y 982.000 en centros de salud mental como pacien-
tes ambulatorios. Centros de tratamiento no especializados
eran los grupos de autoayuda (2,1 millones de personas), con-
sultas de médicos privados (490.000 personas), salas de
emergencia (453.000 personas), y las prisiones o cárceles
(310.000 personas). (Tenga en cuenta que las estimaciones de
tratamiento según la ubicación incluyen personas que infor-
maron de más de una ubicación.)
211
La Cura del Alcoholismo
• El número de personas mayores de once años que dependían
o abusaban de una sustancia en los últimos doce meses o que
recibieron tratamiento especializado por un problema de con-
sumo de drogas en los últimos doce meses (es decir, las perso-
nas clasificadas como personas que necesitan tratamiento por
el consumo de alcohol de drogas ilícitas) fue 23,48 millones
(9,8 por ciento) en 2004. De éstos, 2,33 millones recibieron
tratamiento en un centro especializado en el último año. Así,
21.15 millones de personas necesitaban pero no recibieron tra-
tamiento en un centro de especialidad en 2004. El número que
necesitaban pero no recibieron tratamiento no cambió signifi-
cativamente entre 2002 y 2004.
• De los 21,15 millones de personas que necesitaban pero que
no recibieron tratamiento en 2004, se estima que 1,2 millones
(5,8 por ciento) informaron que sintieron que necesitaban tra-
tamiento para su problema de alcoholismo o consumo de dro-
gas. De éstos, 441.000 (35,8 por ciento) informaron que se
esforzaron, pero no pudieron recibir tratamiento; y 792.000
(64,2 por ciento) dijeron que no hicieron ningún esfuerzo para
recibir tratamiento.
• Entre las personas que necesitaban pero que no recibieron
tratamiento y sentían que necesitaba tratamiento para un pro-
blema de uso de sustancias, las razones más frecuentemente
señaladas para no recibir tratamiento fueron no estar dispues-
tos a dejar de consumir (40,0 por ciento) y las barreras de co-
sto o de seguros (34,5 por ciento). Sin embargo, entre las per-
sonas que hicieron un esfuerzo, pero no pudieron recibir tra-
tamiento, el 42,5 por ciento destacaron las barreras de costo o
de seguros, y sólo el 25,3 por ciento dijeron que no estaban
dispuestos a dejar de consumir. Estos resultados se basan en
datos combinados de 2003 y 2004.
• El número de personas que necesitan tratamiento para un
problema de consumo de drogas ilícitas en 2004 (8,1 millones)
fue mayor que el número que necesitaban tratamiento en
2003 (7,3 millones); de manera similar, el número de perso-
nas que recibieron tratamiento por consumo de drogas en un
centro de especialidad fue mayor en 2004 (1,4 millones) que
en 2003 (1,1 millones). Estas previsiones para 2004 son simi-
lares a las estimaciones en 2002 (7,7 millones de personas
necesitan tratamiento, 1,4 millones reciben tratamiento).
212
Para Profesionales Médicos
• En 2004, 6,6 millones de personas necesitaban, pero no re-
cibieron tratamiento para un problema de consumo de drogas
ilícitas. De éstos, 598.000 (9,0 por ciento) consideraban que
necesitaban tratamiento. Este número aumentó de 362.000 en
2002 y 426.000 en el 2003. De las 598.000 personas que
sentían que necesitaban tratamiento en 2004, 194.000 (32,4
por ciento) informaron que se esforzaron, pero no pudieron
recibir tratamiento; y 404.000 (67,6 por ciento) dijeron que
no hicieron ningún esfuerzo para recibir tratamiento.
Conducir bajo la influencia del alcohol es muy representativo
del abuso de alcohol en los países desarrollados. Las cifras de
los Estados Unidos están representadas gráficamente en la
Figura 10: Resultados obtenidos por la Oficina de Estudios
Aplicados de la Administración de Servicios de Abuso de Sus-
tancias Salud Mental (SAMHSA-OEA) en la Encuesta llevada a
cabo en 2004 a nivel nacional sobre el Uso de Drogas y la Sa-
lud: Resultados Nacionales sobre la Conducción Bajo la In-
fluencia del Alcohol en el último año, por edad, 2003.
Figura 10. Los varones tenían casi el doble de probabilidades que las
mujeres (18,2 frente a 9,3 por ciento, respectivamente) de conducir bajo
la influencia del alcohol.
213
La Cura del Alcoholismo
El Centro de Comercialización del Alcohol y la Juventud en la
Universidad de Georgetown informa de lo siguiente:96
• El uso de alcohol entre los jóvenes menores de veintiuno es el
principal problema de drogas en los Estados Unidos.
• El consumo de alcohol entre menores de edad costó a los
Estados Unidos 40000 millones de euros en 1996 y 47000
millones de euros en 2001, el año más reciente del que se dis-
pone de estimaciones.
• Más jóvenes en los Estados Unidos beben alcohol de los que
fuman tabaco o marihuana, por lo que es la droga más consu-
mida por los jóvenes estadounidenses.
• Cada día, 5.400 jóvenes menores de dieciséis toman su pri-
mer trago de alcohol.
• En 2005, uno de cada seis estudiantes de 13 años, uno de
cada tres estudiantes de 15 años, y casi uno de cada dos alum-
nos de 17 años consumen alcohol.
• Más de 7 millones de jóvenes menores de edad, de edades
comprendidas entre doce y veinte años, dijeron que habían
bebido en exceso –que habían bebido cinco o más copas en al
menos una ocasión en los últimos treinta días- en 2004, según
datos dados a conocer en septiembre de 2005.
Las niñas se están bebiendo alcohol en exceso y emborrachán-
dose con más frecuencia, de acuerdo con las encuestas federa-
les de la Oficina de Estadística Aplicada (OAS) de la Adminis-
tración de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMSHSA)
(véase www.samhsa.gov y www.oas.samhsa.gov):
• Las niñas están abusando más del alcohol, mientras que los
niños lo hacen menos o bien están aumentando su abuso del a
un ritmo menor que sus compañeras femeninas.
• Al mismo tiempo, las consumidoras de alcohol y consumido-
ras compulsivas de 17 años son más propensas a beber licores
destilados que a beber cerveza.
• Los nuevos ―alcopops‖ son particularmente atractivos para
las chicas y más populares entre los consumidores más jóve-
nes.
• Los estudios realizados hasta 2006 por SAMHSA y la OAS
sugieren que los niños y niñas que consumen alcohol en exce-
http://www.oas.samhsa.gov/nsduh/2k6nsduh/2k6results.cfm.
214
Para Profesionales Médicos
so es cada vez mayor, pero que la tasa de las niñas está aumen-
tando más rápidamente que la de los niños.
• Al mismo tiempo, las preferencias de las niñas en cuanto a
bebidas parecen haber cambiado: la bebida favorita de las
consumidoras de alcohol y consumidoras compulsivas de 17
años (la única edad para la que hay datos disponibles) ha
cambiado de cerveza a los licores destilados en los últimos diez
años.
El consumo de alcohol tiene consecuencias graves:
• Cada día, tres adolescentes mueren por beber y conducir.
• Al menos seis jóvenes más menores de veintiún años mueren
cada día por causas relacionadas con el alcohol que no impli-
can la conducción, como el homicidio, el suicidio y el ahoga-
miento.
• Más de setenta mil estudiantes universitarios cada año son
víctimas de asaltos sexuales o citas que acaban en violaciones
por causa del alcohol.
• Estudios recientes han encontrado que la fuerte exposición
del cerebro de los adolescentes al alcohol puede interferir con
el desarrollo del cerebro, causando pérdida de memoria y de
otras habilidades.
Jóvenes menores de edad continúan accediendo al alcohol con
facilidad:
• Según un estudio nacional publicado en 2005, más del 60
por ciento de los estudiantes de 13 años y más del 80 por cien-
to de los estudiantes de 15 años dijeron que era bastante fácil o
muy fácil obtener alcohol.
• Un estudio realizado en 2005 por la Asociación Médica Esta-
dounidense encontró que casi la mitad de los adolescentes
encuestados dijeron que de hecho habían bebido alcohol.
La exposición de los jóvenes a la publicidad del alcohol es sus-
tancial:
• Por ejemplo, en televisión de 2001 a 2004, el número medio
de anuncios de alcohol vistos por los jóvenes de edades com-
prendidas entre doce y veinte años pasó de 209 a 276, un au-
mento del 32 por ciento.
• Los quince programas televisivos en 2004 con las mayores
audiencias de adolescentes de edades comprendidas entre los
Véase http://www.oas.samhsa.gov/p0000016.htm#Standard.
215
La Cura del Alcoholismo
doce a los diecisiete años todos tenían anuncios de bebidas
alcohólicas.
Estudios a largo plazo han demostrado que los jóvenes que
ven, oyen y leen más anuncios de alcohol son más propensos a
beber y beben más que sus pares:
• El primer estudio nacional a largo plazo de la juventud en los
Estados Unidos, financiado por el Instituto Nacional sobre el
Abuso de Alcohol y Alcoholismo, encontró que para los meno-
res de edad, la exposición a un anuncio adicional de alcohol se
relacionaba con un aumento del 1 por ciento en el consumo; y
que los jóvenes bebían un 3 por ciento más de por cada dólar
adicional gastado per cápita en anuncios de bebidas alcohóli-
cas en un mercado local.
• Este estudio viene de la mano de otros dos estudios a largo
plazo con fondos federales, así como una variedad de estudios
de otros países, que en conjunto presentan un panorama cada
vez más convincente de que la publicidad de alcohol tiene un
efecto sobre el consumo de los jóvenes.
• Casi 11 millones de jóvenes menores de edad, de entre doce y
veinte años, afirmaron haber consumido alcohol en los últimos
treinta días en 2004, según la Encuesta Nacional sobre el Uso
de Drogas y la Salud (NSDUH) que se dio a conocer en sep-
tiembre de 2005.
• En 2005, el estudio a nivel nacional de Vigilancia del Futuro
(MTF, siglas de Monitoring The Future) encontró que uno de
cada seis estudiantes de trece años (17 por ciento), uno de cada
tres estudiantes de quince años (33 por ciento), y casi uno de
cada dos alumnos de diecisiete años (47 por ciento) consum-
ían alcohol (en los últimos treinta días).
• El seis por ciento de los estudiantes de trece años, casi el 18
por ciento de los estudiantes de quince años, y más del 30 por
ciento de los alumnos de diecisiete se habían emborrachado al
menos una vez en el último mes.
• Más de 7 millones de jóvenes menores de edad, de entre doce
y veinte años, dijo haberse emborrachado en los últimos trein-
ta días en 2004, lo que se define como cinco o más copas en
una sola ocasión (es decir, dos horas).
• Aunque los datos disponibles sugieren que el porcentaje de
adolescentes que habían tomado cinco o más copas en una
ocasión en las últimas dos semanas se había reducido drásti-
216
Para Profesionales Médicos
camente de 1983 a 1992, sólo los estudiantes de trece años
están actualmente muy por debajo de los niveles de 1992,
según el estudio realizado en 2005 por MTF.
• Los datos de la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y la
Salud (NSDUH) encontró que las tasas globales de consumo
excesivo de alcohol de jóvenes entre doce y veinte años de
edad aumentaron entre 1991 y 2003, del 15,2 por ciento al 18,9
por ciento.
• A la edad de catorce años, más de la mitad de los niños que
afirmaron consumir cualquier cantidad de alcohol en el último
mes también afirmaron haber bebido en exceso en ese mismo
mes.
• El noventa y dos por ciento del alcohol consumido por jóve-
nes doce a catorce años de edad se consume durante las borra-
cheras.
Los jóvenes beben más en ocasiones puntuales que los adultos:
• En comparación con los adultos de veintiséis años de edad en
adelante, los jóvenes beben con menos frecuencia pero con-
sumen más cuando beben, según un análisis de 2005 del Insti-
tuto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIA-
AA). Mientras que los adultos beben alcohol un promedio de
nueve días al mes, las personas jóvenes de doce a diecisiete
años lo hacen unos cinco días al mes. Sin embargo, mientras
que los adultos promedian menos de tres copas en cada oca-
sión, los jóvenes consumen alrededor de cinco copas cada vez.
El Método Sinclair ofrece una solución económica, práctica y
positiva al problema del alcohol y a su consumo adictivo. Los
descubrimientos de Sinclair producen más que una simple
atención paliativa - ofrecen una verdadera cura del alcoholis-
mo.
217
17
Para Profesionales
Médicos
E
ste capítulo está dirigido a los médicos que recetarán
naltrexona. La naltrexona fue aprobada inicialmente
por la FDA como un complemento para programas in-
tegrales de tratamiento del alcoholismo. Esta situación ha
cambiado ahora. El estudio COMBINE97 -el mayor ensayo
clínico controlado en el campo de la dependencia del alcohol-
encontró que la naltrexona es eficaz incluso sin asesoramiento
intensivo. Funcionaba bajo una mínima supervisión médica,
similar a lo que puede ser proporcionada por los médicos de
cabecera. Esto confirmó resultados similares en Australia98 y
Finlandia99. Como resultado, la naltrexona ahora se puede
Cuando estos resultados fueron presentados en la reunión de la RSA
(Sociedad de Investigación sobre el Alcoholismo) que tuvo lugar en
Chicago, en 2007, el Dr. Sinclair comentó que no estaba sorprendido de
que la naltrexona funcionase sin asesoramiento ya que había funciona-
do bien con sus ratas y estas nunca habían prestado atención a lo que se
les decía.
219
La Cura del Alcoholismo
prescribir no sólo por las grandes clínicas de alcoholismo y los
hospitales con programas completos sino también por médi-
cos que quieran hacerlo por su cuenta.
La información sobre el uso de naltrexona se puede obtener
leyendo las decenas de ensayos clínicos, pero, desafortunada-
mente, no leyendo los prospectos. Por lo general son precisos
acerca de las contraindicaciones y precauciones, pero en diver-
sos grados en diferentes países, los prospectos no han especifi-
cado los requisitos necesarios para obtener resultados positi-
vos.100 Asimismo, no reflejan lo que se ha aprendido desde que
la naltrexona fue aprobada por primera vez. Una copia del
prospecto utilizado por la marca DepadeR de la naltrexona se
incluye al final de este capítulo, con notas agregadas para co-
rregir tal omisión.
Primero, sin embargo, el capítulo resume lo que un médico
necesita saber para un uso seguro y eficaz de la naltrexona.
220
Para Profesionales Médicos
co subyacente. Nalmefene, si se aprueba, probablemente
eliminaría esta limitación.
Los pacientes que consumen alcohol activamente son me-
jores candidatos para la naltrexona que los que han estado
abstinentes durante más de una semana.
Pacientes cuyo objetivo no es la abstinencia sino el consu-
mo reducido de alcohol y/o un mayor control sobre su con-
sumo son particularmente buenos candidatos para la nal-
trexona. El tratamiento con naltrexona es el único método
en el que el consumo controlado de alcohol es una meta
aceptable. Los grupos que tomaban placebo en los ensayos
clínicos demuestran, sin embargo, que los procedimientos
de consumo controlado producen resultados especialmente
pobres cuando la naltrexona no se está administrando.
Los estudios preliminares indican que los pacientes con
antecedentes familiares positivos para el alcoholismo, y tal
vez también los que tienen una alta preferencia por solu-
ciones dulces muy fuertes, responden particularmente bien
a la naltrexona. Muchas investigaciones se están llevando a
cabo para encontrar marcadores genéticos para una mejor
respuesta a la naltrexona, pero todavía no se puede llegar a
conclusiones sólidas.
Posología
La dosis estándar de naltrexona ha sido de 50 mg al día, co-
menzando por lo general con 25 mg durante uno o dos días. El
tratamiento con naltrexona puede comenzar tan pronto como
se conozcan los resultados de las pruebas de función hepática.
A los pacientes no se les debería requerir un periodo de desin-
toxicación y/o abstinencia.
La naltrexona se debe tomar en los días en que se consuma
alcohol o por lo menos se espera que se vaya a consumir. La
píldora de naltrexona debería ser tomada aproximadamente
una hora antes de la primera copa del día. Se puede tomar por
la mañana (todavía bloqueará los receptores de opioides por la
tarde), pero a esa hora los pacientes no pueden tener una per-
cepción exacta de si es probable que beban ese día o no. Por lo
tanto se recomienda generalmente posponer la toma de nal-
trexona hasta una hora antes de la hora a que se espera beber-
la primera copa.
221
La Cura del Alcoholismo
Aunque es mejor no tomar naltrexona en los días en que no se
consume alcohol, no importa si de vez en cuando los pacientes
toman naltrexona sin consumir alcohol. Por contra, es muy
importante que los pacientes nunca beban alcohol sin tomar
naltrexona.
Los pacientes deberían ser informados de que la Regla de Oro
del tratamiento es Nunca Beba Alcohol Sin Tomar Nal-
trexona Antes. Esto es especialmente importante durante la
primera semana después de una interrupción de la adminis-
tración a largo plazo de la naltrexona a causa del Refuerzo y
Aprendizaje Potenciados Farmacológicamente en este mo-
mento (como veremos más adelante). El tratamiento con nal-
trexona continúa indefinidamente, pero la frecuencia con que
se toma naltrexona se reduce automáticamente mes a mes
conforme disminuye el número de días a la semana en que
consume alcohol. Los resultados muestran que después de tres
meses, el uso de la naltrexona se redujo a 2,1 pastillas a la se-
mana, y que en tres años se trataba de una pastilla por sema-
na. Incluso si los pacientes han dejado de beber por completo
con el tiempo, deberían seguir llevando consigo una píldora de
naltrexona con ellos sólo en caso de que se presente una oca-
sión en que quieran volver a beber. Tales ocasiones son más
probables en días festivos y ocasiones en el que el alcohol está
presente en la tradición cultural.
222
Para Profesionales Médicos
A los pacientes generalmente se les ha dicho que registren su
consumo de alcohol y el uso de naltrexona todos los días en un
diario. Aunque esta práctica ha tenido como finalidad en parte
con el fin de documentar los efectos del tratamiento, se cree
(aunque no está probado) que el mantenimiento de un Diario
de Consumo de Alcohol también es útil y beneficioso para los
pacientes.
Los ensayos clínicos han demostrado que la naltrexona es efi-
caz sin asesoramiento intensivo y que la forma particular de
asesoramiento que solo reduce el consumo de alcohol no me-
jora los resultados con naltrexona. Debería mantenerse una
supervisión médica mínima. Asesoramiento dirigido a mejorar
el cumplimiento (siempre tomar la naltrexona antes de beber
alcohol) es probablemente beneficiosa, como lo es ayudar a
adaptarse a una nueva vida en la que beber alcohol no es el
principal objetivo. La eficacia de las dos formas de asesora-
miento, sin embargo, aún no ha sido establecida científica-
mente.
Varios médicos han considerado que era beneficioso que el
paciente entendiese la base fisiológica del alcoholismo y la ex-
tinción producida por la naltrexona. Por lo tanto, podría ser
útil para el médico examinar las ilustraciones que aparecen en
el Apéndice B, por ejemplo, que muestran el aprendizaje del
alcoholismo y cómo se produce la extinción. A continuación, si
es necesario, el médico puede ayudar a los pacientes a enten-
der estos conceptos.
Prospecto de la Naltrexona
[Las NOTAS en cursiva son un añadido al prospecto]
DESCRIPCIÓN
DepadeR (comprimidos de clorhidrato de naltrexona,
USP), un antagonista de opioides, es un congénere sintético de
la oximorfona sin propiedades agonistas de opioides. La nal-
trexona difiere en estructura de la oximorfona en que el grupo
metilo en el átomo de nitrógeno está sustituido por un grupo
ciclopropilmetilo. El clorhidrato de naltrexona también está
relacionada con el potente antagonista de opioides, naloxona,
o n-allylnoroxymorfona. El clorhidrato de naltrexona tiene el
nombre químico de 17-(ciclopropilmetil)-4,5α-epoxi- 3,14-
dihidroximorfinan-6-ona clorhidrato.
CLORHIDRATO DE NALTREXONA
C20H23NO4∙HCl MW=377.86
225
La Cura del Alcoholismo
El clorhidrato de naltrexona es un compuesto blanco, cristali-
no. La sal de hidrocloruro es soluble en agua a la extensión de
aproximadamente 100 mg/ml. Comprimidos de clorhidrato de
naltrexona, USP para administración oral están disponibles en
forma de comprimidos recubiertos, que contienen 25 mg, 50
mg o 100 mg de clorhidrato de naltrexona.
Además, cada comprimido contiene los siguientes ingredientes
inactivos: crospovidona, hidroxipropil metilcelulosa, mono-
hidrato de lactosa, estearato de magnesio, celulosa microcris-
talina, polietilenglicol, polisorbato 80, dióxido de silicio, di-
óxido de titanio, óxido de hierro amarillo y óxido de hierro
rojo.
FARMACOLOGÍA CLÍNICA
Acciones farmacodinámicas: La naltrexona es un antagonista
de opioides puros. Atenúa marcadamente o bloquea comple-
tamente, de forma reversible, los efectos subjetivos de los
opioides administrados por vía intravenosa. Cuando se admi-
nistra conjuntamente con morfina, de forma crónica, la nal-
trexona bloquea la dependencia física a la morfina, la heroína
y otros opioides. La naltrexona tiene pocas, si alguna, acciones
intrínsecas aparte de sus propiedades intrínsecas de bloquea-
dores de opioides. Sin embargo, sí produce cierta constricción
pupilar, por un mecanismo desconocido.
La administración de naltrexona no está asociada con el desa-
rrollo de la tolerancia o dependencia. En individuos físicamen-
te dependientes de los opiáceos, la naltrexona precipitará
síntomas de abstinencia.
Los estudios clínicos indican que 50 mg de clorhidrato de nal-
trexona bloquean los efectos farmacológicos de 25 mg de
heroína administrada por vía intravenosa por períodos tan
largos como 24 horas. Otros datos sugieren que la duplicación
de la dosis de clorhidrato de naltrexona proporciona bloqueo
durante 48 horas, y la triplicación de la dosis de clorhidrato de
naltrexona proporciona bloqueo durante aproximadamente 72
horas.
La naltrexona bloquea los efectos de los opioides por unión
competitiva (es decir, análogo a la inhibición competitiva de
enzimas) en los receptores de opioides.
226
Para Profesionales Médicos
Esto hace el bloqueo producido potencialmente superable,
pero la superación del bloqueo total de la naltrexona mediante
la administración de dosis muy altas de opiáceos ha dado lugar
a excesivos síntomas de liberación de histaminas en los sujetos
experimentales.
El mecanismo de acción de la naltrexona en el alcoholismo no
se entiende: sin embargo, la implicación del sistema opioide
endógeno se sugiere en los datos preclínicos. La naltrexona, un
antagonista de los receptores de opioides, se une competiti-
vamente a estos receptores y puede bloquear los efectos de los
opioides endógenos. Se ha demostrado que los antagonistas de
opioides reducen el consumo de alcohol en animales, y que la
naltrexona reduce el consumo de alcohol en los estudios clíni-
cos. [NOTA: El mecanismo de acción de la naltrexona
en la dependencia de opiáceos se ha demostrado que
es la extinción (Renault, 1980). Los resultados pre-
clínicos y clínicos apoyan la conclusión de que la ac-
ción principal de la naltrexona para el alcoholismo
es también la extinción de las conductas drogode-
pendientes que tiene lugar mientras la medicación
bloquea el refuerzo (Sinclair, 2001).]
La naltrexona no es una terapia de aversión y no causa una
reacción de tipo disulfiram ya sea como resultado del consumo
de opiáceos o la ingestión de etanol.
Farmacocinética: La naltrexona es un antagonista puro de
receptores de opioides. Aunque se absorbe bien por vía oral, la
naltrexona está sujeta a un importante metabolismo de primer
paso con biodisponibilidad oral -estimaciones que van del 5%
al 40%. Se piensa que la actividad de la naltrexona es debida
no solamente a la molécula tal cual, sino también al metabolito
6-β-naltrexol.
Tanto el fármaco original como sus metabolitos se excretan
principalmente por los riñones (53% a 79% de la dosis), sin
embargo, la excreción urinaria de la naltrexona inalterada re-
presenta menos del 2% de una dosis oral y la excreción fecal es
una vía de eliminación menor. Las vidas medias (T-1/2) de
eliminación de la naltrexona y 6-β-naltrexol son de 4 horas y
13 horas, respectivamente. La naltrexona y 6-β-naltrexol son
proporcionales a las dosis en términos de AUC y Cmax en el
227
La Cura del Alcoholismo
rango de 50 a 200 mg y no se acumulan después de dosis dia-
rias de 100 mg.
Absorción: Después de la administración oral, la naltrexona
se absorbe rápidamente y casi por completo con aproximada-
mente un 96% de la dosis absorbida en el tracto gastrointesti-
nal. El pico plasmático de la naltrexona y su metabolito 6-β-
naltrexol se encuentra aproximadamente a la hora de la admi-
nistración del medicamento.
Distribución: El volumen de distribución de la naltrexona
después de su administración intravenosa se estima en 1.350
litros. En pruebas in vitro con plasma humano se muestra que
la naltrexona se une en un 21% a las proteínas plasmáticas en
el rango de dosis terapéuticas.
Metabolismo: La depuración sistémica (intravenosa después
de administración) de la naltrexona es de ~3,5 l/min, lo que
excede el flujo sanguíneo hepático (~1,2 l/min). Esto sugiere
tanto que la naltrexona es un fármaco metabolizado en un
porcentaje superior al 98% como que existen lugares de meta-
bolismo extra-hepáticos de los fármacos. El mayor metabolito
de naltrexona es 6-β-naltrexol. Otros dos metabolitos menores
son 2-hidroxi-3-metoxi-6-β-naltrexol y 2-hidroxi-3-metil-
naltrexona. Naltrexona y sus metabolitos también se conjugan
para formar más productos metabólicos.
Eliminación: a depuración renal de la naltrexona tiene nive-
les de 30 a 127 ml/minuto y sugiere que la eliminación renal es
principalmente por filtración glomerular. En comparación, la
depuración renal de 6-beta naltrexol va de niveles de 230 a
369 ml/minuto, lo que sugiere que un mecanismo secretor
renal tubular está implícito. La excreción urinaria de naltrexo-
na inalterada es menos de 2% de una dosis oral; la excreción
urinaria de 6-beta naltrexol inalterado y conjugado sucede al
43% de una dosis oral. El perfil farmacocinético de la nal-
trexona sugiere que ésta y sus metabolitos pueden tener una
recirculación enterohepática.
Insuficiencia Hepática y Renal: La naltrexona parece te-
ner lugares de metabolismo extra-hepáticos del fármaco y su
principal metabolito sufre secreción tubular activa (véase Me-
tabolismo arriba). No se han llevado a cabo estudios adecua-
dos de la naltrexona en pacientes con insuficiencia hepática o
228
Para Profesionales Médicos
renal severa (ver PRECAUCIONES: Pacientes de Espe-
cial Riesgo).
Ensayos Clínicos:
Alcoholismo: La eficacia de la naltrexona como una ayuda
para el tratamiento del alcoholismo se probó en ensayos a do-
ble ciego controlados con placebo a pacientes ambulatorios.
Estos estudios utilizaron una dosis de clorhidrato de naltrexo-
na 50 mg una vez al día durante 12 semanas como un com-
plemento a los métodos psicoterapéuticos y sociales cuando se
administran en las condiciones que optimizan el cumplimiento
del paciente. Los pacientes con psicosis, demencia y diagnósti-
cos psiquiátricos secundarios fueron excluidos de estos estu-
dios.
En uno de estos estudios, 104 pacientes dependientes del al-
cohol fueron aleatorizados para recibir bien clorhidrato de
naltrexona 50 mg una vez al día, bien un placebo. En este es-
tudio, la naltrexona demostró ser superior al placebo en las
medidas del consumo de alcohol, incluyendo las tasas de abs-
tención (51% vs 23%), el número de días de consumo, y recaí-
da (31% vs 60%). En un segundo estudio con 82 pacientes de-
pendientes del alcohol, el grupo de pacientes tratados con nal-
trexona mostró menores tasas de recaída (21% vs 41%), menos
ansia de alcohol, y menos días de consumo en comparación
con los pacientes que recibieron placebo, pero estos resultados
de-dependía de los análisis específicos usados. [NOTA: La
inserción no menciona los resultados más altamente
significativos de este ensayo clínico (O'Malley et al,
1992.): el efecto del protocolo clínico. El ensayo
probó dos protocolos: HACER FRENTE, en el que los
pacientes por lo general bebían mientras tomaban
naltrexona; y APOYO, en el que los pacientes recibie-
ron un fuerte apoyo para respetar la abstinencia,
mientras tomaban naltrexona. La eficacia de la nal-
trexona resultó fuertemente dependiente del proto-
colo. Todos los beneficios significativos de la nal-
trexona sobre el placebo estaban en el primer grupo.
No se observaron beneficios significativos de la nal-
trexona sobre el placebo en el grupo de apoyo. Por lo
tanto, no se debe administrar la naltrexona junto
229
La Cura del Alcoholismo
con las instrucciones que exigen abstinencia comple-
ta. En su lugar, utilice un protocolo que permita be-
ber alcohol a mientras la naltrexona está en el cuer-
po.]
El uso clínico de la naltrexona como farmacoterapia adyuvante
para el tratamiento del alcoholismo también se evaluó en un
estudio de seguridad multicéntrico. Este estudio de 865 indi-
viduos con alcoholismo incluyó pacientes con condiciones de
comorbilidad psiquiátrica, medicación concomitante, varias
sustancias de abuso y la enfermedad del VIH. Los resultados
de este estudio demostraron que el perfil de efectos secunda-
rios de la naltrexona parece ser similar en poblaciones depen-
dientes del alcohol y de opioides, y que los efectos secundarios
graves son muy raros.
En los estudios clínicos, el tratamiento con naltrexona apoya-
ba la abstinencia, prevenía las recaídas y disminuía el consu-
mo de alcohol. En el estudio no controlado, los patrones de
abstinencia y recaída fueron similares a los observados en los
estudios controlados. La naltrexona no era uniformemente útil
para todos los pacientes, y el efecto esperado de la droga es
una modesta mejoría en el resultado del tratamiento conven-
cional.
La individualización de la dosificación:
NO INTENTE EL TRATAMIENTO CON NALTREXONA A
MENOS QUE, EN EL JUICIO MÉDICO DEL MÉDICO PRES-
CRIPTOR, NO HAYA POSIBILIDAD RAZONABLE DE CON-
SUMO DE OPIÁCEOS EN LOS ÚLTIMOS 7 A 10 DÍAS. SI
EXISTIERA ALGUNA DUDA DE UNA DEPENDENCIA
OCULTA A OPIOIDES, PONGA A PRUEBA LA NALOXONA.
232
Para Profesionales Médicos
semana de dosificación han sido bien toleradas en la población
adicta y en los ensayos clínicos iniciales en el alcoholismo.
Clínicas que utilizan este enfoque deberían equilibrar los posi-
bles riesgos frente a los beneficios probables y tal vez deseen
mantener un mayor índice de sospecha de hepatitis asociada a
la droga y asegurar que los pacientes son informados de la ne-
cesidad de informar de molestias abdominales no específicas
(ver PRECAUCIONES: Información para los pacien-
tes).
INDICACIONES Y DOSIFICACIÓN
Comprimidos de clorhidrato de naltrexona están indicados:
para el tratamiento de la dependencia del alcohol y para el
bloqueo de los efectos de los opioides administrados exóge-
namente. Los comprimidos de clorhidrato de naltrexona no se
ha demostrado que proporcionen un beneficio terapéutico,
excepto como parte de un plan adecuado de manejo para las
adicciones.
CONTRAINDICACIONES
La naltrexona está contraindicada en:
1) Los pacientes tratados con analgésicos opioides.
2) Los pacientes que actualmente son dependientes de opiáce-
os, incluidos los que actualmente están bajo tratamiento de
agonistas de opiáceos [por ejemplo, la metadona o LAAM (le-
vo-alfa-acetil-metadol)].
3) Los pacientes con síndrome de abstinencia de opioides agu-
da (véase ADVERTENCIAS).
4) Cualquier individuo que no ha pasado la prueba de naloxo-
na o que tiene una pantalla de orina positiva para opiáceos.
5) Cualquier persona con una historia de sensibilidad a nal-
trexona o cualquier otro componente de este producto. No se
sabe si hay alguna sensibilidad cruzada con naloxona o con el
fenantreno con opioides.
6) Cualquier persona con hepatitis aguda o insuficiencia hepá-
tica.
ADVERTENCIAS
Hepatotoxicidad:
233
La Cura del Alcoholismo
Evidencia de la potencial hepatotoxicidad de la naltrexona
procede principalmente de un estudio controlado con placebo
en el que se administró clorhidrato de naltrexona a los sujetos
obesos con una dosis aproximadamente cinco veces mayor de
la recomendada para el bloqueo de los receptores de opiáceos
(300 mg por día).
En ese estudio, 5 de 26 destinatarios de naltrexona desarrolla-
ron aumento de las transaminasas séricas (es decir, los valores
máximos de ALT que van desde un mínimo de 121 a un máxi-
mo de 532, o 3 a 19 veces sus valores basales) después de tres a
ocho semanas de tratamiento.
Aunque los pacientes implicados eran generalmente clínica-
mente asintomáticos y los niveles de transaminasas de todos
los pacientes en los que el seguimiento se obtuvo volvió a (o
hacia) los valores de referencia en cuestión de semanas, la fal-
ta de cualquier elevación de las transaminasas de magnitud
similar en cualquiera de los 24 pacientes tratados con placebo
en el mismo estudio evidencia de forma persuasiva que la nal-
trexona es una hepatotoxina directa (es decir, no idiosincrási-
ca).
Esta conclusión también es apoyada por la evidencia de estu-
dios controlados con placebo en los que la exposición a clor-
hidrato de naltrexona a dosis superiores a la recomendada
para el tratamiento del alcoholismo o el bloqueo de los opiáce-
os (50 m/día), consistentemente provocó elevaciones más
numerosas y más significativas de transaminasas séricas que
el placebo. Se informó de elevaciones de transaminasas en 3
de los 9 pacientes con enfermedad de Alzheimer que recibie-
ron clorhidrato de naltrexona (con dosis de hasta 300 mg/día)
durante 5 a 8 semanas en un ensayo clínico abierto.
Aunque nunca se ha informado de casos de insuficiencia hepá-
tica debido a la administración de naltrexona, los médicos de-
ben considerar esto como un posible riesgo de tratamiento y
utilizar el mismo cuidado en la prescripción de naltrexona co-
mo lo harían con otros fármacos con el potencial para causar
daño hepático.
235
La Cura del Alcoholismo
que pueden ser más sensibles a las dosis bajas de opioides
después de la interrupción del tratamiento con naltrexona.
Generales:
240
Para Profesionales Médicos
veces la dosis terapéutica recomendada, respectivamente, ba-
sados en el área de superficie corporal).
Las ratas no forman cantidades apreciables del más importan-
te metabolito humano, 6-β-naltrexol; por lo tanto, no se cono-
ce la potencial toxicidad reproductiva del metabolito en ratas.
No hay estudios adecuados y bien controlados en mujeres em-
barazadas. La naltrexona debe utilizarse durante el embarazo
sólo si el beneficio potencial justifica el riesgo potencial para el
feto.
REACCIONES ADVERSAS
En dos ensayos clínicos aleatorizados, a doble ciego y contro-
lados con placebo de doce semanas para evaluar la eficacia de
la naltrexona como tratamiento adyuvante de la dependencia
del alcohol, la mayoría de los pacientes toleraron bien la nal-
trexona. En estos estudios, un total de 93 pacientes recibieron
clorhidrato de naltrexona en dosis de 50 mg una vez al día.
Cinco de estos pacientes abandonaron la naltrexona debido a
las náuseas. No se registraron eventos adversos graves durante
estos dos ensayos.
Aunque extensos estudios clínicos que evalúan el uso de nal-
trexona en individuos desintoxicados, anteriormente depen-
dientes de opiáceos, no identificaron ningún riesgo serio del
uso de naltrexona, los estudios controlados con placebo que
utilizaban clorhidrato de naltrexona en dosis cinco veces ma-
yores (hasta 300 mg por día) de la recomendada para su uso
241
La Cura del Alcoholismo
en el bloqueo del receptor opiáceo han demostrado que la nal-
trexona causa daño hepatocelular en una proporción sustan-
cial a pacientes expuestos a dosis más altas (véase ADVER-
TENCIAS y PRECAUCIONES: Pruebas de laborato-
rio).
Además de este hallazgo, y del riesgo del síndrome precipitado
de abstinencia de opiáceos, la evidencia disponible no incrimi-
na a la naltrexona, sea cual sea la dosis, como causante de nin-
guna otra reacción adversa grave para el paciente que está ―li-
bre de opioides‖. Es fundamental reconocer que la naltrexona
puede precipitar o exacerbar los signos y los síntomas de abs-
tinencia de cualquier persona que no está completamente libre
de opioides exógenos.
Los pacientes con trastornos de adicción, especialmente la
adicción a los opiáceos, están en riesgo de múltiples eventos
adversos numerosas manifestaciones anormales de laborato-
rio, incluyendo anormalidades de la función hepática. Los da-
tos de estudios controlados sugieren que estas anomalías, al
margen de la hepatotoxicidad relacionada con la dosis descrita
anteriormente, no están relacionadas con el uso de la nal-
trexona.
Entre los individuos libres de opioides, la administración de
naltrexona a la dosis recomendada no se ha asociado con un
perfil previsible de eventos adversos graves. Sin embargo, co-
mo se mencionó anteriormente, entre las personas que utili-
zan los opioides, la naltrexona puede causar reacciones graves
de abstinencia (ver CONTRAINDICACIONES, ADVER-
TENCIAS, DOSIS Y ADMINISTRACIÓN).
Alcoholismo:
En un estudio de seguridad abierto con aproximadamente 570
individuos con alcoholismo tratados con naltrexona, las si-
guientes reacciones adversas de nueva aparición ocurrieron en
el 2% o más de los pacientes: náuseas (10%), cefalea (7%), ma-
reo (4% ), desasosiego (4%), fatiga (4%), insomnio (3%), vómi-
tos (3%), ansiedad (2%) y somnolencia (2%). Depresión, ideas
suicidas e intentos de suicidio se han obtenido en todos los
grupos al comparar la naltrexona, placebo, o los controles que
reciben tratamiento para el alcoholismo.
Naltrexona Placebo
Depresión 0 to 15% 0 to 17%
Ideas suicidas/ 0 to 1% 0 to 3%
Intento de Suicidio
243
La Cura del Alcoholismo
Adicción a los opiáceos:
Las siguientes reacciones adversas han sido mencionadas, tan-
to al inicio del estudio como durante los ensayos clínicos de la
naltrexona en la adicción a opiáceos con una tasa de incidencia
de más del 10%:
Dificultad para dormir, ansiedad, nerviosismo, dolor abdomi-
nal/calambres, náuseas y/o vómitos, falta de energía, dolor
articular y muscular, y dolor de cabeza.
La incidencia fue de menos del 10% para: pérdida del apetito,
estreñimiento, diarrea, aumento de sed, aumento de energía,
malestar, irritabilidad, mareos, erupciones en la piel, retraso
en la eyaculación, disminución de la potencia y escalofríos.
Los siguientes eventos ocurrieron en menos del 1% de los suje-
tos:
Respiratorios: congestión nasal, picazón, rinorrea, estornu-
dos, dolor de garganta, exceso de moco o flema, problemas de
sinusitis, dificultad respiratoria, ronquera, tos, falta de aliento.
Cardiovasculares: hemorragias nasales, flebitis, edema,
aumento de la presión arterial, cambios no específicos del
ECG, palpitaciones, taquicardia.
Gastrointestinales: exceso de gases, hemorroides, diarrea,
úlcera.
Trastornos musculo-esqueléticos: Dolor de hombros,
piernas o rodillas; temblores, espasmos.
Genitourinarias: aumento de la frecuencia de, o molestias
durante la micción, aumento o disminución del interés sexual.
Dermatológicas: piel grasa, prurito, pie de atleta, acné, her-
pes labial, alopecia.
Trastornos psiquiátricos: depresión, paranoia, fatiga, in-
quietud, confusión, desorientación, alucinaciones, pesadillas,
malos sueños.
Sentidos especiales: ojos: visión borrosa, irritados, sensi-
bles a la luz, hinchados, doloridos y tensos; oídos: ―tapados‖,
doloridos, con tinnitus.
Generales: aumento del apetito, pérdida de peso, aumento
de peso, bostezos, somnolencia, fiebre, sequedad de boca, ―la-
tidos‖ en la cabeza, dolor inguinal, glándulas inflamadas, dolo-
res ―secundarios‖, pies fríos, sofocos.
Experiencia post-comercialización: Los datos recogidos
en el uso de la naltrexona tras su comercialización muestran
244
Para Profesionales Médicos
que la mayoría de los eventos suelen ocurrir temprano en el
curso de la terapia con el medicamento y son transitorios. No
siempre es posible distinguir estas ocurrencias de los signos y
síntomas que pueden resultar de un síndrome de abstinencia.
Los eventos que se han comunicado incluyen anorexia, aste-
nia, dolor de pecho, fatiga, dolor de cabeza, sofocos, malestar
general, cambios en la presión arterial, agitación, mareo,
hipercinesia, náuseas, vómitos, temblores, dolor abdominal,
diarrea, elevaciones de las enzimas hepáticas o bilirrubina,
alteraciones de función hepática o hepatitis, palpitaciones,
mialgia, ansiedad, confusión, euforia, alucinaciones, insomnio,
nerviosismo, somnolencia, pensamientos anormales, disnea,
erupción cutánea, aumento de la sudoración y alteraciones
visuales.
Se ha informado de depresión, suicidio, intento de suicidio e
ideas suicidas en la experiencia post-comercialización con nal-
trexona utilizada en el tratamiento de la dependencia de opiá-
ceos. No se ha demostrado una relación causal. En la literatu-
ra, los opioides endógenos se han especulado que contribuyen
a una variedad de condiciones. En algunos individuos, el uso
de antagonistas de opiáceos se ha asociado con un cambio en
los niveles basales de algunas hormonas hipotalámicas, pitui-
tarias, adrenales, o gonadales. La importancia clínica de estos
cambios no se entiende completamente. Se han mencionado
eventos adversos, incluyendo síntomas de abstinencia y muer-
te, con el uso de naltrexona en los programas de desintoxica-
ción de opiáceos ultra rápidos. La causa de muerte en estos
casos no se conoce (véase ADVERTENCIAS).
246
Para Profesionales Médicos
ABUSO DE DROGAS Y DEPENDENCIA
La naltrexona es un antagonista de opioides puro. No conduce
a una dependencia física o psicológica. Se desconoce si hay
tolerancia al efecto antagonista de opioides.
SOBREDOSIS
Existe una experiencia clínica limitada con sobredosis de nal-
trexona en humanos. En un estudio, los sujetos que recibieron
800 mg de clorhidrato de naltrexona al día durante un máxi-
mo de una semana no mostraron evidencia de toxicidad.
En cerdos, ratones, y cobayas, las LD50 orales eran 1100 a
1550 mg/kg; 1.450 mg/kg y 1.490 mg/kg; respectivamente.
Altas dosis de clorhidrato de naltrexona (generalmente 1.000
mg/kg) produjeron salivación, depresión/actividad reducida,
temblores, y convulsiones.
La mortalidad en los animales debido a la administración de
una alta dosis de naltrexona por lo general se debe a convul-
siones clónico-tónicas y/o insuficiencia respiratoria.
Tratamiento de la Sobredosis: En vista de la falta de ex-
periencia real en el tratamiento de la sobredosis de clorhidrato
de naltrexona, los pacientes deben ser tratados sintomática-
mente en un ambiente de estrechamente supervisado. Los
médicos deberían ponerse en contacto con un centro toxicoló-
gico para una información más actualizada.
DOSIS Y ADMINISTRACION
248
Para Profesionales Médicos
2. Si hay alguna cuestión de la dependencia oculta de opiáceos,
realice una prueba de naloxona. Si se observan signos de abs-
tinencia de opiáceos todavía se observan después de la prueba
de naloxona, el tratamiento con naltrexona no debe intentarse.
La prueba de naloxona se puede repetir en 24 horas.
3. El tratamiento debe iniciarse con cuidado, con una dosis
inicial de 25 mg de clorhidrato de naltrexona. Si no se detectan
signos de abstinencia se, el paciente puede iniciar el trata-
miento con 50 mg un día a partir de entonces.
Prueba de naloxona: La prueba de naloxona no se debería
realizar en un paciente que muestra signos clínicos o síntomas
de abstinencia de opioides, o en un paciente cuya orina con-
tiene opioides.
La prueba de naloxona puede ser administrada ya sea por vía
intravenosa o subcutánea.
Intravenosa:
Inyecte 0,2 mg de naloxona.
Observe durante 30 segundos en busca de signos o síntomas
de abstinencia.
Si no hay evidencia de abstinencia, inyecte 0,6 mg de naloxo-
na.
Observe durante otros 20 minutos.
Subcutánea:
Administre 0,8 mg de naloxona.
Observe durante 20 minutos en busca de signos o síntomas de
abstinencia.
Nota: los pacientes individuales, especialmente aquellos con
dependencia de opiáceos, pueden responder a dosis más bajas
de naloxona. En algunos casos, 0,1 mg de naloxona IV ha pro-
ducido una respuesta de diagnóstico.
Interpretación de la prueba: Controle los signos vitales y
observe al paciente para detectar signos y síntomas de absti-
nencia de opiáceos. Estos pueden incluir, pero no están limi-
tados a: náuseas, vómitos, disforia, bostezos, sudoración, la-
grimeo, rinorrea, congestión nasal, ansia de opiáceos, falta de
apetito, calambres abdominales, sensación de miedo, eritema
cutáneo, patrones rotos del sueño, inquietud, desasosiego,
poca capacidad de concentración, lapsus mentales, dolores
musculares o calambres, dilatación pupilar, piloerección, fie-
bre, cambios en la presión arterial, el pulso o la temperatura,
249
La Cura del Alcoholismo
ansiedad, depresión, irritabilidad, dolor de espalda, huesos o
dolores en las articulaciones, temblores, sensación de piel ti-
rante, o fasciculaciones.
Si aparecen signos o síntomas de abstinencia, la prueba es po-
sitiva y no debe administrarse ninguna naloxona adicional.
Advertencia: Si la prueba es positiva, no inicie la terapia con
naltrexona. Repita la prueba en 24 horas. Si la prueba es nega-
tiva, se puede iniciar el tratamiento con naltrexona si no hay
otras contraindicaciones presentes. Si hay alguna duda sobre
el resultado de la prueba, repita la prueba en 24 horas.
250
Para Profesionales Médicos
PRESENTACIÓN
DepadeR (comprimidos de clorhidrato de naltrexona, USP) 25
mg están disponibles como una cápsula de color rosa con una
superficie convexa, marcada con un número ―25‖ en una cara y
―Depade‖ en el otro lado.
Botellas de 30. . . . . . . . . NDC 0406-0089-03
DepadeR (comprimidos de clorhidrato de naltrexona, USP) 50
mg están disponibles como una cápsula de color amarillo con
una superficie convexa, marcada con un número ―50‖, con una
división entre el 5 y el 0 en una cara, y ―DEPADE‖ en el otro
lado
Botellas de 30. . . . . . . . . NDC 0406-0092-03
Botellas de 100. . . . . . . . . NDC 0406-0092-01
DepadeR (comprimidos de clorhidrato de naltrexona, USP)
100 mg están
disponibles como una cápsula de color beige con una superfi-
cie convexa, marcada con un número ―100‖ y una puntuación
parcial por encima y por debajo del 0 del medio en una cara y
―DEPADE‖ con una puntuación parcial en el otro lado.
Botellas de 30. . . . . . . . . NDC 0406-0119-03
Botellas de 100. . . . . . . . . NDC 0406-0119-01
Almacenamiento: Almacenar de 20 ° C a 25 ° C (68oF a
77oF) [véase USP Temperatura Ambiente Controlada].
DepadeR es una marca registrada de Mallinckrodt Inc.
Mallinckrodt Inc. St. Louis, MO 63134, EEUU
251
Apéndices
Bibliografía Anotada:
APÉNDICE Resultados con
Naltrexona y Nalmefene
A Ensayos Clínicos
Y Revisiones,
28 de Febrero de 2008
N
otas que están subrayadas representan evidencia de que la
naltrexona y el nalmefene son seguras y producen benefi-
cios significativos cuando la extinción es posible (n = 72;
58 con alcoholismo). Las notas se muestran en orden cronológico
con los ensayos más recientes al final de la lista. Notas en cursiva
indican evidencia de que la naltrexona y el nalmefene no son efi-
caces cuando la extinción no es posible (por ejemplo, durante la
abstinencia) (n = 37; 35 con alcohol). Las notas en negrita son
de revisiones o metaanálisis, todos los cuales concluyen que la
naltrexona es eficaz (n = 17).
Hay cinco estudios que son contrarias a la extinción o que no eran
claros en cuanto a metodología. (Uno encontró que la naltrexona
retrasaba la primera toma de alcohol; uno no pudo conseguir be-
neficios significativos, uno no encontró beneficios en el tratamien-
to de los juegos de azar, y dos no tenían claro el protocolo utiliza-
do). (Estudios de implantes o inyecciones de larga se evalúan sólo
254
Apéndice B
255
La Cura del Alcoholismo
256
Apéndice B
257
La Cura del Alcoholismo
16. Croop, R. S., Faukner, E. B., Labriola, D. F. (1997) The Naltrexone Usage
Study Group. The safety profile of naltrexone in the treatment of alcoholism:
Results from a multicenter usage study. Archives General Psychiatry
54:1130–1135. El gran estudio de seguridad DuPont que muestra que la nal-
trexona es segura y eficaz.
17. Maxwell, S., and Shinderman, M. S. (1997) Naltrexone in the treatment
of dually-diagnosed patients. Journal of Addictive Diseases 16: A27, 125. ¶
Maxwell, S., and Shinderman M. S. (2000) Use of Naltrexone in the treat-
ment of alcohol use disorders in patients with concomitant severe mental
illness. Journal of Addictive Diseases, 19: 61–69. La naltrexona fue segura y
eficaz en los alcohólicos con diagnóstico dual a los que se les permitió beber
mientras tomaban la medicación pero no fue efectiva en los alcohólicos
habituales a los que se dijo que se abstuvieran mientras tomaban la medi-
cación. La discusión concluye que los resultados apoyan la hipóte-
sis de Sinclair de que la naltrexona funciona mediante la extin-
ción.
18. Volpicelli, J. R., Rhines, K. C., Rhines, J. S., Volpicelli, L. A., Alterman,
A. I., and O‘Brien, C. P. (1997) Naltrexone and alcohol dependence: Role of
subject compliance. Archives of General Psychiatry 54: 737–742. La nal-
trexona fue segura y efectiva, pero un cumplimiento inapropiado limitó los
resultados. No hay beneficios significativos antes de tomar la primera copa
en la población total, pero cuando se examinó solo a los pacientes que
cumplían el de forma correcta, hubo un beneficio significativo antes de la
primera copa.
19. Oslin, D., Liberto, J., O‘Brien, C. P., Krois, S., and Norbeck, J. (1997)
Naltrexone as an adjunct treatment for older patients with alcohol depen-
dence. American Journal of Geriatric Psychiatry 5: 324–332. La naltrexona
fue segura y efectiva en pacientes mayores que bebían alcohol, pero no fue
provechosa hasta que tomaron la primera copa con la medicación.
20. Lifrak, P. D., Alterman, A. I., O‘Brien, C. P., and Volpicelli, J. R. (1997).
Naltrexone for alcoholic adolescents. American Journal of Psychiatry 154
(3): 439–440. La naltrexona fue segura y efectiva con alcohólicos adolescen-
tes.
21. K ranzler, H. R., Tennen, H., Penta, C., and Bohn, M. J. (1997). Targeted
naltrexone treatment of early problem drinkers. Addictive Behaviors 22:
431–436. ¶ Kranzler, H. R., Tennen, H., Blomqvist et al. (2001) Targeted
naltrexone treatment for early problem drinkers. Alcohol: Clinical and Ex-
perimental Research 25 (Supplement 5): 144A. Primer ensayo que dio nal-
trexona sólo cuando los pacientes consumían alcohol, de acuerdo con el
Método Sinclair; la naltrexona fue segura y produjo beneficios significativos,
pero no antes de tomar la primera copa, mientras tomaban la medicación.
22. O‘Connor, P. G., Farren, C. K., Rounsaville, B. J., and O‘Malley, S. S.
(1997) A preliminary investigation of the management of alcohol depen-
dence with naltrexone by primary care providers. American Journal of Me-
258
Apéndice B
dicine 103 (6): 477–482. Estudio abierto que concluye: ―La naltrexona y el
asesoramiento por proveedores de atención primaria pareció ser factible y
eficaz‖.
23. McCaul, M. E., Wand, G. S., Sullivan, J., Mummford, G., and Quigley, J.
(1997) Beta-naltrexol level predicts alcohol relapse. Alcoholism: Clinical
and Experimental Research 21: 32A. La naltrexona fue segura y eficaz en
pacientes con mayores niveles del metabolito beta-naltrexol y con una dosis
más alta (100 mg). Los beneficios dejaron de ser significativos a los seis
meses.
24. Balldin, J., Berglund, M., Borg, S., Mansson, M., Berndtsen, P., Franck,
J., Gustafsson, L., Halldin, J., Hollstedt, C., Nilsson, L.-H., and Stolt, G..
(1997) A randomized 6 month double-blind placebo-controlled study of
naltrexone and coping skills education programme. Alcohol and Alcoholism
32: 325. ¶ Mansson, M., Balldin, J., Berglund, M., and Borg, S. (1999) Six-
month follow-up of interaction effect between naltrexone and coping skills
therapy in outpatient alcoholism treatment. Alcohol and Alcoholism 34:
454. ¶ Mansson, M., Balldin, J., Berglund, M., and Borg, S. (1999) Interac-
tion effect between naltrexone and coping skills. Treatment and follow-up
data. Abstract to ―Evidence Based Medicine of Naltrexone in Alcoholism‖,
satellite symposium to the 7th Congress of the European Society for Bio-
medical Research on Alcoholism. Barcelona, Spain, June 16–19, 1999. Ensa-
yo clínico dual sueco a doble ciego controlado con placebo con naltrexona
que demuestra que la naltrexona era segura y eficaz con instrucciones de
――hacer frente‖‖ pero no efectiva con la abstinencia.
25. Sinclair, D. (1997) Development in Finland of the extinction treatment
for alcoholism with naltrexone. Psychiatrica Fennica 28: 76–97. ¶ Sinclair,
J. D. (1998) Pharmacological extinction of alcohol drinking with opioid an-
tagonists. Arqivos de Medicina 12 (Supplement 1): 95–98. ¶ Sinclair, J. D.,
Kymalainen, O., Hernesniemi, M., Shinderman, M. S., and Maxwell S.
(1998). Treatment of alcohol dependence with naltrexone utilizing an ex-
tinction protocol. Abstracts: 38th Annual Meeting, National Institute of
Mental Health (NIMH)–sponsored New Clinical Drug Evaluation Unit
(NCDEU) Program, Boca Raton, Florida, June 10–13, 1998. ¶ Sinclair, J. D.
(1998) New treatment options for substance abuse from a public health
viewpoint. Annals of Medicine 30: 406–411. Publicación de reducciones
altamente significativas en la ansiedad y consumo de alcohol encontradas en
las primeras clínicas finlandesas utilizando el Método Sinclair.
26. Rybakowski, J. K., Ziolkowski, M., and Volpicelli, J. R. (1997) A study of
lithium, carbamazepine and naltrexone in male patients with alcohol de-
pendence—results of four months of treatment. Abstract from the annual
meeting of the European Society for Biomedical Research on Alcoholism. La
naltrexona con el apoyo de la abstinencia no fue efectiva.
27. Sinclair, j. D., Kymalainen, O., and Jakobson, B. (1998) Extinction of the
association between stimuli and drinking in the clinical treatment of alco-
259
La Cura del Alcoholismo
260
Apéndice B
May 15–20, 1999. ¶ Alho, H., Heinala, P., Kiianmaa, K., and Sinclair, J. D.
(1999) Naltrexone for alcohol dependence: double-blind placebo-controlled
Finnish trial. Alcoholism: Clinical and Experimental Research 23: 46A (ab-
stract 246) ¶ Heinala, P., Alho, H., Kuoppasalmi, K., Lonnqvist, J., Kiian-
maa, K., and Sinclair, J. D. (2000) Targeted naltrexone with coping therapy
for controlled drinking, without prior detoxification, is effective and particu-
larly well tolerated: An 8-month controlled trial. Abstract to 10th Congress
of the International Society for Biomedical Research on Alcoholism (ISBRA
2000), Yokohama, Japan, July 2l–July 8, 2000. ¶ Heinala, P., Alho, H.,
Kiianmaa, K., Lonnqvist, J., Kuoppasalmi, K., and Sinclair, J.D. (2001).
Targeted use of naltrexone without prior detoxification in the treatment of
alcohol dependence: A factorial double-blind placebo-controlled trial. Jour-
nal of Clinical Psychopharmacology, 21 (3): 287–292. Ensayo clínico dual
finlandés a doble ciego controlado con placebo. El Método Sinclair fue pues-
to a prueba (no desintoxicación previa, instrucciones destinadas a consumo
controlado, naltrexona dada sólo cuando se bebe, y naltrexona continuada
[aquí por 8 meses]) y probada como particularmente segura y eficaz que
produce beneficios significativos sobre el placebo. La naltrexona también
fue probada con la abstinencia y resultó ser ligeramente peor que el placebo
y producir significativamente más efectos secundarios que cuando se utiliza
con un consumo controlado del alcohol.
33. Garbutt, J. C., West, S. L., Carey, T. S., Lohr, K. N., and Crews, F. T.
(Agency for Health Care Policy and Research, AHCPR) (1999) Evidence
Report/Technology Assessment: Number 3: Pharmacotherapy for Alcohol
Dependence. Pharmacological Treatment of Alcohol Dependence: A Review
of the Evidence. Journal of the American Medical Association 281:1318–
1325. Revisión de todos los tratamientos farmacéuticos para al-
cohólicos, concluyendo que la naltrexona es segura y eficaz y con
mejor evidencia que cualquier otro medicamento.
34. Mason, B. J., Salvato, F. R., Williams, L. D., Ritvo, E. C., and Cutler, R.
B. (1999) A double-blind, placebo-controlled study of oral Nalmefene for
alcohol dependence. Archives of General Psychiatry 56: 719–725. Segundo
estudio de Nalmefene, ensayo a doble ciego controlado con placebo efectivo,
pero no beneficioso hasta la primera copa tomando la medicación.
35. Rubio, G. (1999) How to use naltrexone in different alcoholic patient
groups. Abstract to ―Evidence Based Medicine of Naltrexone in Alcoholism‖,
satellite symposium to the 7th Congress of the European Society for Bio-
medical Research on Alcoholism. Barcelona, Spain, June 16–19, 1999. Estu-
dio abierto pero controlado con placebo que muestra que la naltrexona era
segura y efectiva. No beneficioso hasta la primera copa tomando la medi-
cación.
36. Swift, R.M. (1999) Drug therapy for alcohol dependence. New England
Journal of Medicine 340: 1482–1490. Revisión que concluye ―de todas
las drogas estudiadas para tratamiento de la dependencia del
261
La Cura del Alcoholismo
262
Apéndice B
44. K ranzler, H., Modesto-Lowe, V., and Van Kirk, J. (2000) Naltrexone vs.
nefazadone for treatment of alcohol dependence. Neuropsychopharmacolo-
gy 22: 493–503. Ensayo a doble ciego controlado con placebo que no en-
contró beneficios significativos de la naltrexona con la Terapia Cognitiva de
Comportamiento, pero los mismos sujetos contribuyeron a un efecto signifi-
cativo de la naltrexona en Oslin et al., 2003.
45. Auriacombe, M., Robinson, M., Grabot, D., and Tignol, J. (2000) Nal-
trexone is ineffective to prevent relapse to alcohol in a realistic out-patient
setting. A double-blind one-year controlled study. Abstract to the 62nd
Meeting of the College on Problems of Drug Dependence, Bal Harbor, Flori-
da. La naltrexona con una Terapia de Apoyo no fue efectiva.
46. O‘Malley, S. S. (2001) Getting beyond the research clinic studies: com-
ments on Morris et al. (2001). Addiction 96 (12): 1859–1860. Destaca los
principales efectos en pacientes que prueban el alcohol mientras
toman la medicación.
47. Ceccanti, M., Nocente, R., Calducci, G., Deiana, L., Attilia, M. L., Sasso,
G. F., Sebastiani, G., Ulanio, F., and Goriale, G. (2001) Naltrexone ed alcol:
esperienze cliniche in Italia. Medicina delle Tossicodipendenze–Italian
Journal of the Addictions 30: 47–50. Ensayo ciego, aleatorizado en pacien-
tes ambulatorios mayores de 60 años que mostró que la naltrexona no fue
más eficaz que el placebo en el tratamiento de alcohólicos. Probablemente se
llevó a cabo con instrucciones para abstenerse, pero el artículo no dice qué
instrucciones se dieron, por lo que se clasifica como incierto.
48. K ranzler, H. R., and Van Kirk, J. (2001) Efficacy of naltrexone and
acamprosate for alcoholism treatment: A meta-analysis. Alcoholism: Clini-
cal & Experimental Research 25 (9): 1335–1341, 2001. Revisión que con-
cluye que la naltrexona es segura y por lo general efectiva.
49. Anton, R. F., Moak, D. H., Latham, P. K., Waid, L. R., Malcolm, R. J.,
Dias, J. K., and Roberts, J. S. (2001) Post-treatment results of combining
naltrexone with cognitive-behavior therapy for the treatment of alcoholism.
Journal of Clinical Psychopharmacology 21 (1): 72–77. La naltrexona fue
segura y efectiva. Los beneficios continúan después de la terminación del
tratamiento, pero desaparecen con el tiempo, de acuerdo con la extinción.
50. Monti, P. M., Rohsenow, D. J., Swift, R. M., Gulliver, S. B., Colby, S. M.,
Mueller, T. I., Brown, R. A., Gordon, A., Abrams, D. B., Niaura, R. S., and
Asher, M. K. (2001) Naltrexone and cue exposure with coping and commu-
nication skills training for alcoholics: Treatment process and 1-year out-
comes. Alcoholism: Clinical & Experimental Research 25 (11): 1634–1647.
La naltrexona más una terapia de ―hacer frente‖ al consumo de alcohol fue
simple y efectiva. Ningún beneficio hasta la primera copa con la medica-
ción.
51. Rubio, G., Jimenez-Arriero, A., Ponce, G., and Palomo, T. (2001) Nal-
trexone versus acamprosate: one year follow-up of alcohol dependence tre-
atment. Alcohol and Alcoholism 36: 419–425. La naltrexona fue simple y
263
La Cura del Alcoholismo
264
Apéndice B
60. Makela, R., Kallio, A., and Karhuvaara, S. (2001) Nalmefene in the
treatment of heavy drinking. Programme & Abstracts of the 2001 ISAM
Meeting, Trieste, Italy, September 12–14. ¶ Makela, R. (2002) Multisite
study of Nalmefene for the treatment of heavy alcohol drinkers with im-
paired control. Presented at the 25th Annual Scientific Meeting of the Re-
search Society on Alcoholism, June 28–July 3, 2002, San Francisco, CA.
Nalmefene fue segura y efectiva, especialmente en alcohólicos con una his-
torial clínico familiar positive, sin asesoramiento extensivo.
61. Anton, R. (2002) Multisite study of Nalmefene combined with modified
motivational enhancement therapy in the treatment of outpatient alcoholics
Presented at the 25th Annual Scientific Meeting of the Research Society on
Alcoholism, June 28–July 3, 2002, San Francisco, CA. El nalmefene fue
seguro, pero con una “Terapia de Incremento de la Motivación” (MET) no
fue significativamente eficaz, probablemente porque este tratamiento en
general incrementa la motivación para la abstinencia (véase # 70 más
abajo).
62. Guardia, J. (2002) A double-blind placebo-controlled study of naltrex-
one in the treatment of alcohol-dependence. Results from a multicenter
clinical trial. Proceedings of the 25th Annual Scientific Meeting of the Re-
search Society on Alcoholism, June 28–July 3, 2002, San Francisco, CA. ¶
Guardia, J., Caso, C., Arias, F., Gual, A., Sanahuja, J., Ramirez, M., Mengual,
I., Gonzalvo, B., Segura, L., Trujols, J., and Casas, M. (2002) A double-blind,
placebo- controlled study of naltrexone in the treatment of alcohol-
dependence disorder: results from a multicenter clinical trial Alcoholism:
Clinical and Experimental Research 26 (9): 1381–1387 La naltrexona fue
segura y efectiva en 202 pacientes que recayeron menos en el consumo ex-
cesivo de alcohol. Ningún beneficio hasta la primera copa con la medica-
ción.
63. K iefer, F. (2002) Randomized controlled trial of naltrexone, acampro-
sate, and the combination in the treatment of alcoholism. Proceedings of the
25th Annual Scientific Meeting of the Research Society on Alcoholism, June
28–July 3, 2002, San Francisco, CA. Kiefer, F., Jahn, H., Tarnaske, T., Hel-
wig, H., Briken, P., Holzbach, R., Kampf, P. Stracke, R., Baehr, M., Naber,
D., and Wiedemann, K. (2003) Comparing and combining naltrexone and
acamprosate in relapse prevention of alcoholism: A double- lind, placebo
controlled study. Archives of General Psychiatry 60 (1): 92–99. ¶ Lesch, O.
M. Diagnostic categories. European College of Neuropsychopharmacology
Consensus Meeting, Nice, France, March 12–14, 2003. Ensayo a doble ciego
controlado con placebo que muestra que la naltrexona fue segura y eficaz
por sí sola y en combinación con acamprosato, con naltrexona sola o en
combinación con acamprosato mejor que el acamprosato solo. Un análisis
de los resultados de Lesch mostró que la naltrexona beneficiaba a aquellos
que bebieron mientras tomaban la medicación, pero no a los que seguían
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nical and Experimental Research 31 (No 7): 1–9. En el ensayo a doble ciego
controlado con placebo en 403 sujetos durante 7 meses sin asesoramiento
intensivo, el nalmefeno disminuyó el consumo de alcohol más que el place-
bo (p = 0,0065), redujo el riesgo de consumo excesivo de alcohol en un
32,4% (95% CI: 14.2-46.8%, p = 0,003) con respecto al placebo, y obtuvo
marcadores progresivamente reducidos que aumentaron en el grupo del
placebo (p = 0,009 GGT y ALT p = 0,002).
100. Toneatto, T., Brands, B., Selby, P. and Sinclair, D. (2007) A Rando-
mized, Double-Blind, Placebo-Controlled Trial of Naltrexone in the Treat-
ment of Concurrent Alcohol Dependence and Pathological Gambling. Pre-
liminary report at
http://clinicaltrials.gov/ct/show/NCT00326807;jsessionid=5057BD239D3
C012928C684806432A673?order=20. La naltrexona no proporcionó bene-
ficios significativos ni en pacientes con alcoholismo ni en ludopatas.
101. Pallesen, S., Molde, H., Arnestad, H. M., Laberg, J. C., Skutle, A., Iver-
sen, E., Stoylen, I. J., Kvale, G., and Holsten, F. (2007) Outcome of pharma-
cological treatments of pathological gambling: A review and meta-analysis.
Journal of Clinical Psychopharmacology 27: 357–364.
La intervención farmacológica (incluidos los estudios con anta-
gonistas de opiáceos, antidepresivos y estabilizadores del estado
de ánimo) produjo una capacidad del efecto significativa (0,78,
95% intervalo de confianza 0.62-0.92) en comparación con la au-
sencia de tratamiento / placebo. ―La intervención farmacológica
puede ser una alternativa de tratamiento adecuada en el juego
patológico‖.
102. Tidey, J. W., Monti, P. M., Rohsenow, D. J., Gwaltney, C.J., Miranda,
R. Jr., McGeary, J. E., MacKillop, J., Swift, R. M., Abrams, D. B., Shiffman,
S., and Paty, J. A. (2008) Moderators of naltrexone‘s effects on drinking,
urge, and alcohol effects in non-treatment-seeking heavy drinkers in the
natural environment. Alcoholism: Clinical and Experimental Research 32:
58–66. doi:10.1111/j.1530–0277.2007.00545.x Un ensayo a doble ciego
controlado con placebo en 180 grandes bebedores (63% dependientes del
alcohol) durante tres semanas, descubrió que la naltrexona reducía los días
de consumo y los días de consumo excesivo de alcohol, además del ansia en
los bebedores de aparición temprana y el tiempo entre copa y copa en los
pacientes con más parientes alcohólicos.
274
APÉNDICE Cómo se desarrolla
B la Adicción al Alcohol
(Todas las imágenes biológicas son cortesía
del Dr. David Sinclair)
L
AS ILUSTRACIONES de este apéndice muestran el cableado del
sistema nervioso que hace que el beber pase de ser una
ducta débil que ocurre sólo de vez en cuando a una respues-
ta tan poderosa que es casi automática, fácil de estimular, y casi
imposible de interrumpir o de controlar. Muestran el desarrollo de
una adicción.
275
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Apéndice B
Crick, F. (1994) The Astonishing Hypothesis, London: Simon & Schuster,
p. 258 and p. 33.
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El escenario de la acción
El circuito que provoca adicción se produce en la conexión donde
una neurona transmite a otra un impulso nervioso. La conexión
que se muestra en el círculo inferior, entre una neurona estimula-
da por la visión de alcohol y una que impulsa el beber al estimu-
larse es inicialmente débil. La neurona superior puede tener que
emitir cien descargas eléctricas para estimular la inferior y así
empezar a beber. Antes de que se desarrolle una adicción, la mera
visión del alcohol rara vez conlleva beber.
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Apéndice B
Refuerzo
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Apéndice B
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El Método Sinclair Recibe una
Patente En los EEUU –
APÉNDICE Es el Primero
en Sugerir y Usar
C la Extinción Farmacológica
para tratar el Alcoholismo
Resumen
Se facilita un método terapéutico para su uso como coadyuvante
en el tratamiento del alcoholismo. El método consiste en extin-
guir la respuesta del consumo de alcohol en los alcohólicos du-
rante un período relativamente corto de tiempo haciendo que
beban una bebida alcohólica repetidamente mientras un antago-
nista de opiáceo bloquea los efectos del refuerzo positivo de eta-
nol en el cerebro.
Nota: Figuras no incluídas aquí. Descargue la patente de:
http://patft.uspto.gov/netacgi/nphParser?Sect1=PTO1&Sect2=HITOFF&d=PALL
&p=1&u=%2Fnetahtml%2FPTO%2Fsrchnum.htm&r=1&f=G&l=50&s1=4,882,335.
PN.&OS=PN/4,882,335&RS=PN/4,882,335.
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La Cura del Alcoholismo
Nº de Solicitud: 205758
Archivado: 13 de junio de 1988
Otras Referencias
Reivindicaciones
1. Un método para el tratamiento del alcoholismo por extinción
de la respuesta de consumo de alcohol, que comprende las eta-
pas de: administración repetida a un sujeto que padece alco-
holismo; selección de un antagonista de opiáceos del grupo com-
puesto de naloxona, naltrexona, cyclazocina, diprenorfina, etazo-
cina, levalorfano, metazocina, nalorfina y sales de los mismos en
una dosis diaria suficiente para bloquear el efecto estimulante
del alcohol; mientras que la cantidad de antagonista en el cuerpo
del sujeto sea suficiente para bloquear el efecto estimulante del
alcohol, se anima al sujeto a beber una bebida alcohólica; y se-
guir las etapas de administración del antagonista de opiáceos y el
consumo de una bebida alcohólica hasta que la respuesta de be-
ber alcohol se extinga.
2. El método de la reivindicación 1 comprende además el paso de
castigar al paciente después de consumir una bebida alcohólica;
dicha etapa de castigo se selecciona del grupo que consiste en la
administración de una descarga eléctrica, la administración de
eméticos, y la administración de un compuesto sensibilizante de
alcohol.
286
Apéndice C
Descripción
CAMPO DE LA INVENCIÓN
La invención es un tratamiento para el abuso de alcohol en el que se
extingue la respuesta de beber alcohol durante un número limitado
de sesiones al ser emitida mientras que el refuerzo de alcohol es
bloqueado con un antagonista de opiáceos, tal como la naloxona o
naltrexona.
ANTECEDENTES DE LA INVENCIÓN
El alcoholismo es el problema de salud más costoso en muchos paí-
ses.
El costo, por ejemplo, en Estados Unidos se estima en alrededor
88000 millones de euros al año. Los métodos de tratamiento ac-
tualmente utilizados no son muy eficaces. La mayoría de los alcohó-
licos abandonan el tratamiento en un mes o dos. Pocos alcohólicos,
independientemente del tipo de tratamiento, son capaces de evitar
recaídas y de volver a abusar del alcohol.
Nadie nace alcohólico. El consumo de alcohol (etanol o alcohol etíli-
co) es una respuesta aprendida, reforzada en gran medida por los
efectos gratificantes del alcohol en el sistema nervioso central, la
euforia provocada por dosis más bajas de estimulación, de etanol.
Un alcohólico es una persona que, a través de una interacción de
factores genéticos y ambientales, ha tenido la respuesta de beber
alcohol reforzada con tanta frecuencia y tan bien que se hace dema-
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Apéndice C
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RESUMEN DE LA INVENCIÓN
La presente invención contempla un método terapéutico, utilizando
la capacidad de los antagonistas de opiáceos para bloquear el re-
fuerzo positivo del alcohol para extinguir la respuesta de beber al-
cohol en alcohólicos. El programa de extinción consiste en numero-
sas sesiones en las que al alcohólico se le administra un antagonista
de opiáceos y luego bebe alcohol.
El procedimiento de extinción suprime la fuerte respuesta del al-
cohólico de beber alcohol. De manera óptima, el impulso del pa-
ciente por el alcohol revierte al nivel en que estaba antes de que él o
ella hubiesen probado alcohol. Por lo tanto, por definición, el pa-
ciente ya no es un alcohólico.
Ciertamente, el paciente puede volver a aprender la respuesta de
beber alcohol y convertirse en un alcohólico de nuevo, y volver a
aprender una respuesta que se ha extinguido ocurre más rápida-
mente que la adquisición inicial.
Pero con el conocimiento de primera mano de las consecuencias de
la primera adquisición de alcoholismo, e incluso con un nivel mode-
rado de fuerza de voluntad y apoyo externo, la mayoría de los al-
cohólicos no cometen el mismo error dos veces.
Este procedimiento de extinción es un complemento útil para otros
métodos de tratamiento de alcohólicos, incluido el castigo del con-
sumo de alcohol, los procedimientos para mejorar la fuerza de vo-
luntad y la rehabilitación social, y los procedimientos de manteni-
miento para prevenir el uso renovado de alcohol. Estos otros méto-
dos han sido previamente muy limitados debido al ansia continua-
damente alto de alcohol, pero deberían ser mucho más eficaces una
vez que la respuesta de beber alcohol ha sido extinguida.
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Apéndice C
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EJEMPLO
La extinción del consumo de alcohol en 3 cepas de ratas.
Métodos
Los efectos del consumo de alcohol después de haber sido inyec-
tados con Naloxona se estudiaron en ratas macho de la cepa AA
desarrollada para niveles muy altos de consumo de alcohol me-
diante cría selectiva, en ratas Long Evans macho, y en ratas Wis-
tar macho. En cada caso, los animales primero tenían varias se-
manas de acceso continuo al 10% (v/v) de etanol, además de co-
mida y agua, tiempo durante el cual su consumo de alcohol au-
mentó rápidamente al principio; y al final, después de 3 a 4 se-
manas, se acercó a un nivel asintótico estable. Ellos se cambiaron
a tener acceso a 10% de alcohol por solo 1 hora cada día. Después
de que el consumo de alcohol se estabilizase, las ratas de cada
cepa fueron divididas en grupos que habían consumido cantida-
des semejantes de alcohol durante la hora diaria de acceso de la
última semana. Un grupo en cada cepa fue inyectado con 10
mg/kg de hidrocloruro de naloxona 5 minutos antes de su hora
de acceso al alcohol durante los próximos 4 días; y un grupo de
control se inyectó con un volumen similar de solución salina.
Hubo un tercer grupo (―naloxona desapareada‖) de ratas Wistar
que fue inyectado con 10 mg/kg de naloxona 3 horas después del
final de su hora de acceso al alcohol.
El consumo de alcohol durante 1 hora al día después de la última
inyección también fue registrado. Las ratas Long Evans volvieron
entonces de nuevo a tener acceso continuo al alcohol y su con-
sumo fue medido durante los próximos 13 días.
Resultados
La administración de naloxona antes de proporcionar acceso al
alcohol disminuyó progresivamente el consumo alcohol en todas
las 3 cepas (Figs. 1 y 2). El cuarto día estaba casi abolido en cada
cepa, y la ingesta de alcohol fue significativamente (p <0,05) más
baja que tanto la previa (durante la semana anterior) como la
ingesta posterior a la primera inyección de naloxona. Los contro-
les que tomaban una solución salina tendían a aumentar su con-
sumo de alcohol a través de los días, quizás debido al estrés de la
296
Apéndice C
297
Declaración de la
Organización Mundial de
la Salud (WHO)
APÉNDICE sobre la Seguridad y
D Eficacia de la Naltrexona
y carta abierta de
Enoch Gordis, Director,
NIAAA (1995)
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La Cura del Alcoholismo
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Apéndice D
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REFERENCIAS
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La Cura del Alcoholismo
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Referencias
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La Cura del Alcoholismo
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La Cura del Alcoholismo
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La Cura del Alcoholismo
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La Cura del Alcoholismo
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La Cura del Alcoholismo
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Referencias
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La Cura del Alcoholismo
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Referencias
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La Cura del Alcoholismo
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Referencias
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Notas al final
1. R. F. Anton, S. S. O‘Malley, D. C. Ciraulo, R. A. Cisler, D.
Couper, D. M. Donovan, D. R. Gastfriend, J. D. Hosking,
B. A. Johnson, J. S. LoCastro, R. Longabaugh, B. J. Ma-
son, M. E. Mattson, W. R. Miller, H. M. Pettinati, C. L.
Randall, R. Swift, R. D. Weiss, L. D. Williams, and A. Z.
Zweben, ―Combined Pharmacotherapies and Behavioral
Interventions for Alcohol Dependence: The COMBINE
Study: A Randomized Controlled Trial‖, Journal of the
American Medical Association 295 (2006): 2003–2017.
2. J. D. Sinclair, ―Rats Learning to Work for Alcohol‖, Na-
ture 249 (1974): 590–592.
3. J. D. Sinclair, J. Adkins, and S. Walker, ―Morphine In-
duced Suppression of Voluntary Alcohol Drinking in
Rats‖, Nature 246 (1973): 425–427.
4. J. D. Sinclair, ―From Optimal Complexity to the Naltrex-
one Extinction of Alcoholism‖, in Viewing Psychology as a
Whole: The Integrative Science of William N. Dember, ed.
R. Hoffman, M. F. Sherrick, and J. S. Warm (Washington,
D.C.: American Psychological Association, 1998), 491–
508.
J. D. Sinclair, ―Pharmacological Extinction of Alcohol
Drinking with Opioid Antagonists‖, Arqivos de Medicina
12 (1998): 95–98.
J. D. Sinclair, ―New Treatment Options for Substance
Abuse from a Public Health Viewpoint‖, Annals of Medi-
cine 30 (1998): 406–411.
J. D. Sinclair, ―Evidence About the Use of Naltrexone and
for Different Ways of Using It in the Treatment of Alco-
holism‖, Alcohol and Alcoholism 36 (2001): 2–10.
5. P. Heinala, H. Alho, K. Kiianmaa, J. Lonnqvist, K. Kuop-
pasalmi, and J. D. Sinclair, ―Targeted Use of Naltrexone
without Prior Detoxification in the Treatment of Alcohol
Dependence: A Factorial Double-Blind Placebo-
Controlled Trial‖, Journal of Clinical Psychopharmacolo-
gy 21 (2001): 287–292.
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La Cura del Alcoholismo
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La Cura del Alcoholismo
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Notas al Final
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Notas al Final
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Sobre el Autor
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