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Evangelismo y Discipulado
Evangelismo y Discipulado
EVANGELISMO Y DISCIPULADO
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INFORMACIÓN GENERAL DEL CURSO
2. JUSTIFICACIÓN
_a asignatura busca guiar al pastor-estudiante en el estudio de los Métodos de Evangelización, :ara que
guíe a la iglesia hacia el cumplimiento de su más alta vocación en la formación y desarrollo -regral del
cristiano. Y, para que alcancen este noble ideal, tienen que estar capacitados en éstos snncipios bíblicos.
Así mismo, la necesidad de tomar en serio la consolidación del trabajo evangelístico, el discipulado
permanente y continuo, exigen el dictado de la presente asignatura.
4. OBJETIVOS
Con la ayuda de este cuadernillo, el pastor-estudiante podrá:
4.1. Conocer las bases escritúrales de la evangelización.
4.2. Emplear adecuadamente los métodos de evangelización para asumir el
compromiso, pastor e iglesia en trabajos prácticos.
4.3. Asumir responsablemente la tarea evangelística como la obra prioritaria de la iglesia en nuestro
contexto.
5. METODOLOGÍA
5.1. Lea sin interrupción todo el cuadernillo, antes de iniciar el estudio. Aquí usaremos la Biblia Reina-
Valera, también recomendamos la versión popular, Dios Habla Hoy.
5.2. Estudie detenidamente las bases escritúrales para la evangelización (Unidad I) y relaciónelo con las
demás unidades. Y además, tome en cuenta las anotaciones que usted realiza durante el estudio de
este cuadernillo.
5.3. Haga las tareas de cada unidad para que las entregue en las fechas correspondientes. Si tuviera
dudas, consulte con el profesor del curso.
5.4. Participe (con preguntas y/o aportes) en las horas de clase.
5.5. Comparta en clase los resultados de sus trabajos individuales, según el método de estudio
correspondiente.
6. EVALUACIÓN
6.1. Asistencia y participación creativa en clase:
6.2. Desarrollo de los cuestionarios de preguntas, según cada unidad.
6.3. Trabajo por escrito sobre el planteamiento de la evangelización en una iglesia determinada, para
entregarse en la fecha establecida por el profesor.
7. BIBLIOGRAFÍA
7.1. Básica
CHftPANDILLA, P.; ESCOBAR, Samuel. Líderes Cristianos o Ejecutivos Paganos. Lima: Publicación
C.I.E.E., s.f. 34 pp.
7.2. General
KENNEDY, James D. Evangelismo explosivo. Buenos Aires: Editorial Evangelismo Explosivo, 1984.
UNIDAD II BASESGENERAL
INFORMACIÓN ESCRITURALES PARA LA EVANGELIZACIÓN
DEL CURSO 2 ............................. 6
1. La persona y obra de Jesucristo .......................................... 6
1.1. El mandato de Cristo .................................................. 6
1.2. El ejemplo de los apóstoles .......................................... 6
1. El denominacionalismo ....................................................... 14
2. El menosprecio .................................................................. 14
3. Los razonamientos superfluos .............................................. 14
4. La despersonalización ........................................................ 14
5. La inflexibilidad ................................................................. 15
6. La improvisación ................................................................ 15
7. La charlatanería ................................................................ 15
4. Cultivar ............................................................................. 16
5. Fomentar ......................................................................... 16
6. Instruir ............................................................................ 17
El evangelio es pues las buenas nuevas de salvación que el hombre debe no sólo proclamar sino también
defender (Fil. 1:7, 17). Defenderlo por medio de su vida, sus palabras, su conducta y sus acciones. Porque
de otro modo puede convertirse en un obstáculo, en un mal ejemplo que lleve a las personas a desconfiar
del poder transformador del evangelio (1 Co. 9:12).
Las buenas nuevas de salvación es algo que el hombre puede aprovechar, aceptar o como también
rechazar. No obstante, es deber de todo cristiano anunciar el evangelio, mostrar al mundo el gran amor de
Dios, ofreciéndole la oportunidad de que por medio de Cristo logre la salvación; en última instancia, la
voluntad de un hombre es libre. Por eso, el evangelio es algo que el hombre puede también distorsionar o
pervertir (2 Co. 11:4; Gá. 1:6, 7). Es decir, cuando el hombre decide predicar el evangelio según sus
criterios humanos, y no según lo que Dios ha determinado en su Palabra, lo único que consigue es predicar
"otro evangelio", en consecuencia, cae en condenación y sujeto al justo juicio de Dios.
En segundo lugar, la iglesia que pretenda estar movida por Jesucristo, debe tomar en serio la Gran
Comisión en su totalidad: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, Id, y haced
discípulos a todas las naciones..." (Mt.28:18-20). El imperativo "Id", es para hacer discípulos, por medio del
bautismo y la enseñanza. Es decir, la tarea evangelizadora no se termina con el ir por los distintos lugares,
regiones, países o culturas como si el Señor nos hubiera mandado a hacer "turismo evangélico". La forma de
los verbos dan énfasis al discipular y, la manera como hay que hacerlo. No existe evangelización sin
discipulado y no hay discipulado sin una correcta evangelización. Asimismo, en esta tarea no nos ha dejado
solos. Él está siempre con los que le siguen en el discipulado.
En tercer lugar, el poder de Cristo para cumplir la misión está también a disposición de aquellos que
él envía: "como el Padre me envió, así yo os envío". Antes de iniciar su ministerio público, el Padre envió el
Espíritu Santo que capacitó al Hijo para llevar a cabo la tarea mesiánica. La tarea será difícil e incluso más
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allá de las capacidades naturales de los discípulos, pero la garantía de éxito no reside en ellos sino en Cristo
que respalda con su poder para hacernos más eficaces en nuestra evangelización y testimonio (cf. Hch.l:8).
1.2. El ejemplo de los apóstoles. Las palabras de Jesús son el poder de su fuerza y en ellas
revitalizan los apóstoles su testimonio. De allí, Pedro y Juan dijeron: "no podemos dejar de decir lo que
hemos visto y oído" (Hch.4:20).
Para los apóstoles, el amor, la obediencia y el servicio era la práctica cotidiana. Dones ministeriales
y dones del Espíritu Santo operaban continuamente, dentro de la comunidad de la iglesia. Y cada día no
cesaban de evangelizar con denuedo por las casas y las calles; y el Señor añadía cada día nuevos discípulos
(Hch.2:43 ss.; 4:31ss.). La acción de evangelizar no está al margen del anuncio del reino de Dios, y por
consiguiente para el apóstol Pablo no había confusión que el evangelio de salvación era el anuncio del reino
y no sólo con palabras sino también con poder (Ro.l:16; 14:17; 15:19; 1 Co.2:4; 4:20; 1 Ts.l:5).
2. RAÍCES HISTÓRICO-TEOLÓGICAS
La redención es un acto soberano de Yahvé, que su rescate es por puro amor y no por
merecimientos propios del pueblo (Dt.7:6ss.). Para Mlqueas es un acto de pura misericordia de Dios; para
Amos es por justicia que saca a Israel del cautiverio; en Isaías la redención es para todas las naciones y en
Jeremías se condensa en la nueva alianza (Am.9; Is.11:49; Mi.7; Jer.29:31).
Dios por su gracia está levantando un pueblo; se espera una comunión íntima con el hombre al
estilo del primer paraíso.
2.2. Su acción redentora en el Nuevo Testamento. La redención por medio de Jesús cumple las
expectativas pasadas y futuras (Mr.l:15). Así sitúa al pecador de cara a la realidad salvadora del reino. El da
su vida en rescate (Mr.l0:45; 14:21-24) y su persona inaugura los tiempos mesiánicos portando el Espíritu
(Le.4:16-30).
La obra de Cristo en la cruz tuvo un efecto salvador del pecado. V su aplicación es para cada
persona que es salva mediante la fe y el arrepentimiento. Asimismo, para Pablo, la redención se concreta en
el perdón de los pecados (Ef.l:6; Col.1:14). Es decir, todo pecado ha sido borrado por la obra de Cristo.
La redención hay que vivirla como experiencia de amor, de fe, de compromiso como hombres libres
(Gá.5:l; 2 Co.3:16-18). Vivimos libremente porque hemos sido justificados y porque nos hemos desprendido
de toda autojustificación y autosuficiencia personales. Un estilo de vida evangélico es un método claro e
inconfundible de testimonio evangelizador que resulta en salvación y redención para otros.
La iglesia desde siempre, vio en la Comisión que Jesús le dejó la responsabilidad de testificar el
Evangelio (Hch.5:29-32). Para los primeros cristianos estuvo muy claro que el anuncio del evangelio del
reino de Dios exigía dos formas: palabras y señales, proclamación y poder, dichos y hechos en vidas
transformadas que mostrarán la irrupción del poder de Dios en el reino de las tinieblas del príncipe de este
siglo (Mr.8:35, Hch.8:12).
Una vez que uno es creyente, el evangelio le exige compromiso; fidelidad, seguimiento, dedicación
en la comunidad de los fieles. Esto es lo que le da consistencia a la evangelización de esclavo a discípulo
(Mr. 10:29; Jn. 8:12,31,32; 1 Jn. l:3ss.).
3.2. Es un deber imperativo de todo creyente. En primer lugar, todo creyente debe ganar a los no
creyentes para Cristo (Jn.l:45). Con la esperanza de una genuina conversión y del "cambio de conducta" del
pecador. En segundo lugar, todo creyente debe discipular en las siguientes tareas:
• En el conocimiento de la Palabra
• A descubrir sus dones y usarlos para el Señor
• A prepararse con audacia, valor y fe para testificar
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• Equiparlos para una vida plena en Cristo.
En tercer lugar, todo cristiano debe ponerse al servicio de Jesucristo. Por ejemplo, en la iglesia
como miembro responsable, en el mundo "debe ser una lámpara" (Mt.5:13-16). Asimismo, debe reconocer
que su "trabajo" contribuye a la extensión del reino de Dios (Mt.l3:23). Y el hacerlo con "voluntad" trae
recompensa aquí y ahora (Jn.12:26).
Si lo que acabamos de ver es cierto, como lo creemos; entonces el mandato de ir, para anunciar a
Jesús, es exigencia e imperativo para todos los cristianos. No es tarea de unos cuantos "técnicos" de
evangelización. Tampoco es enseñanza para un grupo privilegiado que en la iglesia llamamos "misioneros".
Esto es un deber imperativo para todos los que creen en Jesús.
3.3. Es un deber moral y espiritual. Si bien es cierto que Dios otorga dones a la iglesia y uno de ellos
es el de evangelista, no es menos cierto que esta tarea es deber moral y espiritual directa de todos los
creyentes.
El cristiano es un pecador salvado por grada, y sabe que ha pasado de muerte a vida. Aún más,
reconoce que la fuente de limpieza sigue abierta para otras personas, incluso para él mismo (1 Jn.l:8ss.).
Cada cristiano debe ser un agente multiplicador de su iglesia (Mt.13:31-32). Y esto implica
discernir e ir donde hay necesidad. Jesús mismo lo hizo yendo a las ciudades y aldeas (Mt.9:35ss.).
El amor de Dios y a su prójimo será la fuerza que lo inducirá (obligará) al creyente a entregarse de
todo corazón a evangelizar. El que no evangeliza, es como la higuera estéril, sin frutos; es decir, sin hijos
espirituales. No es bendición ni tampoco es bendecido (Mt.ll: 12-14).
El cristiano que ha experimentado el señorío de Dios reconoce que sin esta realidad no existe
evangelización alguna (1 Co.l2:3). Por tanto, es deber moral y espiritual de todo creyente mostrar el señorío
de Cristo siendo evangelizador como siervo de otras personas (Mr.l0:35ss.; 2 Co.5:14ss.), de tal manera
que Cristo llegue a ser Señor y Salvador de otras vidas.
2. VIVIR EN SANTIDAD
El evangelizador tiene que vivir en santidad (frutos del Espíritu), tanto en su hogar (relación esposa/ o
hijos(as)), en su iglesia (relación pastor o líderes de su organización), en su trabajo (relación jefe o
compañeros) y en su comunidad (relación vecinos y autoridades civiles).
De allí que es necesario la dependencia del Espíritu Santo porque estamos trabajando bajo su autoridad
(Mt.3:16; 4:1; Le.4:18), con una misión de vida.
Para evangelizar debemos vivir en "novedad de vida" y guiados por el Espíritu Santo (Hch.8:26- 29).
Sólo desde esta perspectiva dinámica y en el poder de su Espíritu se comprende la vida en santidad
como respuesta fiel y confiada a la iniciativa de Dios que nos llama para ser "instrumentos vivos", y que
nuestros pensamientos y palabras procedan del Espíritu Santo. Porque en fin, toda la capacidad y destreza
que podamos tener, será inútil a los oyentes, si no nos viene de Dios.
Para evangelizar, necesariamente, tiene que conocer la Biblia, porque evangelizar es comunicar y
enseñar las verdades divinas (Is.55:3). Si es posible, que el evangelizador aprenda de memoria versículos y
capítulos enteros, porque necesitará citar las Escrituras continuamente y sin tomarse la molestia y el tiempo
para buscar los pasajes.
La Palabra de Dios es un arma poderosa para evangelizar aún a los más "endurecidos" corazones, pues,
es como fuego y martillo (Jer.29). Y penetra a las profundidades del corazón humano (Heb.4:12). Por tanto,
es necesario estudiar la Biblia metódica y persistentemente, así:
Cuando leemos la Biblia, encontramos que el éxito de la evangelización de la iglesia primitiva en Hechos
2:43-47 (donde el "Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos"), se debía a la comunión
que existía en ella
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• Comían todos juntos con alegría y sencillez de corazón
• Todos alababan a Dios y tenían el favor del pueblo.
Hoy tenemos en muchos lugares templos muy bien construidos, magníficos grupos de alabanza y
adoración, ministros muy bien capacitados; sin embargo, los resultados cualitativos y cuantitativos de las
congregaciones locales son escasos. Por ejemplo, iglesias con reducida visión evangelizadora, poca
membresía y líderes con un carácter cristiano que dejan mucho que desear, etc.
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• Que se entreguen a él (Jn.l: 12)
• Que le confiesen delante de los hombres (Mt.10:32; Ro.l0:9)
• Que se bauticen en agua (Mr.16:16)
• Que sean fieles y obedientes (Mt.24:13; Jn.l4:15)
Asimismo, el evangelizador debe considerar otros aspectos como:
5.3.1. Usar bien el sentido común
• Tomando en cuenta su apariencia personal: la ropa, limpieza personal, etc.
• Su comportamiento, como: ser íntegro (Hch.4:20), ser cortés (Col.4:6; Pr.l5:l). Tener buen tacto, no
imponer ni abusar del tiempo de la gente, etc.
1.1. Las campañas evangelísticas. Este método es muy conocido en todas las iglesias. Desde
hace décadas ha sido el método más usado por las iglesias y en especial por los pentecostales. Para su
realización requiere que se cumpla los siguientes requisitos:
2 La cooperación mutua de todos los miembros de la congregación local y la identificación del pastor de la
iglesia para el éxito de la misma.
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• Conocer el propósito o saber por qué se va a realizar la campaña.
• En este método, hay que tener cuidado de no dejarle la responsabilidad de la iglesia al predicador; es
decir, la iglesia ni el pastor o líder deben justificar la ausencia de evangelización durante el año para
responsabilizar todo al predicador.
1.2. Los Aires libres. Este método consiste en el acuerdo de un grupo de miembros de la congregación
local para compartir la Palabra en la calle principal, la plaza o parque central, etc.
En este método es frecuente usar la literatura (p.ej., distribución de folletos, etc.) y el testimonio
personal.
• Todo pastor debería enseñar el valor de la literatura bíblica. Es tan útil y nosotros debemos usarlo para
vida, porque tenemos el glorioso Evangelio como respuesta a las necesidades humanas. Por tanto, tenemos
el deber de usar la página impresa.
• El testimonio personal es tan efectivo que la iglesia puede usar como muestra clara lo que Dios ha hecho
en cada persona. A continuación consideramos algunas pautas que deben tomarse en cuenta al dar un
testimonio:
=> Presentar a Cristo en forma clara, atractiva y sencilla; de tal manera que otros le conozcan y sepan cómo
poder conocerle.
=» Presentarlo cuidadosa e inteligentemente redactado de 3 a 5 minutos, donde el evangelizador pueda
comunicar su experiencia personal con Cristo.
1.3. El evangelismo persona!. Es un método usado eficazmente por los hermanos de la iglesia primitiva
e incluso por Jesús (Jn.1:45-50; 3:1-15; 4:7-29; Mr.l0:17-23; Le.19:2-10).
Una enseñanza muy clara de nuestro Señor para nosotros es que él formó muchos amigos con
pecadores y publícanos (Lc.7:34; 15:2), estuvo cerca del pecado pero lejos del pecar, estuvo siempre junto
al pecador, porque tenía amor y compasión, pero no amaba su pecado.
2.1. Usando los medios de comunicación masiva. Recordemos que la comunicación es un arte y una
técnica y tiende a perfeccionarse. Asimismo, transmite ideas por medio de imágenes y sonidos por radio,
televisión, videos, radios locales en la comunidad o en los mercados masivos. No hay comunicación sin
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interrelación.
• El trabajo de estos medios de comunicación son más para la pre-evangelización y/o complemento. De allí
que es un instrumento para edificar y alcanzar personas fuera de la iglesia.
• El programa ha de elaborarse de acuerdo al entorno al que se dirige. Debe definirse a quien se quiere
alcanzar. De esta manera se va creando una audiencia. Las preguntas básicas que hay que hacerse son: ¿A
quién?, ¿Cómo?, ¿Cuánto?.
• Presente el mensaje de manera que las personas comprendan que da respuesta a sus interrogantes como
a su necesidad espiritual.
• Su programación debe ser dinámica y variada, y el tiempo de duración se recomienda sea entre 15 a 30
minutos. Asimismo, tenga en cuenta el momento y la hora del programa.
• Si tiene la oportunidad en los mercados, tenga cuidado de no usar el lenguaje evangélico como "aleluya",
"gloria", "amén", etc. (Para no parametrar a los que huyen de todo aspecto religioso).
2.2. Mediante las Células de Crecimiento Familiar. En los tres primeros siglos, la iglesia creció sin la
ayuda de dos de nuestros más preciados instrumentos: la evangelización en masa y la evangelización en la
iglesia. Ellos en cambio, utilizaban el hogar (Hch.5:42).
• El hogar es un buen ambiente (no hay rigidez) donde cualquiera puede participar: testimonios,
preguntas, etc. Algunos estudiosos de la evangelización lo llaman células familiares evangelísticas.
• Cada célula familiar o grupo debe trabajar y orar juntos con el propósito de realizar por lo menos una o
dos reuniones de evangelización en las casas todos los años.
• Cada célula debe tener su propio líder o responsable, el cual ejercerá la tarea pastoral. Y estará sujeto al
pastor de la iglesia local.
• El sermón o charla puede tener una duración de 10 minutos, y después dialogarán sobre el corazón de la
fe cristiana.
• Después de la reunión principal, podemos ocupar el tiempo en la evangelización personal, sin imponer
nuestra persona o el Evangelio a aquellos que aún no están listos.
• Se debe comenzar la tarea dentro de las iglesias. Motivar y dar a conocer las razones bíblicas e históricas.
• Partir de las necesidades de cada grupo a evangelizar.
• Elaborar planes de acción, que puede ser a través de diversos encuentros y proyectos de integración y
desarrollo socio-pastoral.
1.1. Determinar los problemas existentes. Estos pueden ser espirituales-(sociales) más importantes
de la comunidad (Mt.35-38, 10:1-15), y priorizarlos para establecer las estrategias de evangelización. Por
ejemplo, desintegración familiar, delincuencia, carencia de valores morales, etc.
1.2. Proponer los objetivos y metas. Para alcanzarlos durante un período de tiempo que nos
hayamos fijado. Es decir, ¿qué queremos lograr y para qué? ¿Cuánto queremos lograr? Por ejemplo: que el
40% de la comunidad evangelizada conozca y acepte a Cristo, etc.
1.3. Proponer las actividades pertinentes. Así como la secuencia entre actividad y actividad, por
ejemplo: capacitación de los líderes para la evangelización, programación... hasta la conservación de
resultados.
1.4. Elegir los recursos. ¿Con qué podemos contar para realizar la evangelización?: Pastor, equipo
evangelístico, predicador, recursos económicos, equipo de sonido, folletos, etc.
1.5. Proponer el método o métodos más adecuados. Hay varios métodos de evangelización, cuál se
va a utilizar? (Ver Unidad III)
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2. ORGANIZACIÓN DEL PLAN DE EVANGELIZACIÓN
Para realizar este aspecto es necesario que tengamos presente los siguientes propósitos:
• Tener claras todas las acciones que realizaremos para la evangelización
• Establecer la responsabilidad y función de cada miembro del equipo evangelístico para la realización de
las actividades.
• Elegir los grupos del trabajo evangelístico que dirigirán y los que ejecutarán las labores, y decidir cómo
se relacionarán entre sí. Por ejemplo: el grupo de oración, el de publicidad, el del programa cultural, el de
financiamiento, el de música, los ujieres, etc.
3.2. Orden y disciplina. Las acciones programadas deben ejecutarse ordenadamente; según los
objetivos y metas trazadas en el planeamiento: desde los aspectos previos a la evangelización en sí misma,
como la publicidad; hasta la post-evangelización como la conservación de resultados, discipulado, etc.
• Debemos evaluar la forma en que realizamos las actividades. Incluso lo que se ha aprendido del trabajo
realizado.
5.1. Iglesia sana. La iglesia local donde los nuevos convertidos van a integrarse o incorporarse debe
ser una iglesia sana. Es decir, una iglesia donde haya madurez cristiana (1 Co.13). Asimismo, es importante
el equilibrio entre la Palabra y el Espíritu.
5.2. Amor especial. Se requiere una clase de amor especial para que los padres cuiden
adecuadamente de sus hijos indefensos. De la misma manera, para llevar a los niños espirituales a una
madurez se necesita un amor especial como el amor de Dios (1 Jn.4:19). Es imposible discipular sin el amor
de Dios.
5.3. Visión. Para discipular adecuadamente a otra persona se requiere una visión de aquello que la
gracia de Dios pueda hacer con un pecador (cf.3 Jn.4:). Si a los que se ha evangelizado y discipulado
producen buenos discípulos, entonces hemos hecho un trabajo evangelístico efectivo.
5.4. Inversión. Preparar discípulos demanda inversión pero vale la pena hacerlo (1 Co.15:58). Y debe
hacerse:
• Por medio de la oración (1 Ts.3:10), en la cual Dios obrará contestando nuestras peticiones.
• Por medio de las relaciones interpersonales, por ejemplo: un saludo, la conversación, la invitación a la
iglesia local, etc.
• Ayudar a los nuevos creyentes a entender la enseñanza bíblica en lo concerniente a su compromiso de fe
en Dios (1 Jn. 5:13).
• El equipo de evangelización debe hacer conocer al nuevo creyente los medios de crecimiento, que son los
siguientes: la lectura de la Biblia, la práctica de la oración constante, el amor a su hermano o prójimo, y
el testimonio.
• El equipo de evangelismo debe presentar al nuevo creyente a la iglesia local, esto se puede hacer, por
ejemplo: invitando al nuevo creyente a que se una al grupo de adoración o a otras áreas de la
congregación local.
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5.5. Responsabilidad. La iglesia local tiene tres responsabilidades básicas para la conservación de los
nuevos creyentes:
• Tomar a los nuevos creyentes tal como el equipo de evangelismo los acogió. De allí que la Iglesia local
debe buscar el medio de crecimiento del nuevo creyente.
• La iglesia local debe proveer un lugar para el amor cristiano y la adoración del nuevo creyente. Es decir,
que el nuevo creyente sea parte de la familia cristiana.
• La iglesia local debe proveer un contexto, en el cual el nuevo creyente sirva a Cristo.
En segundo lugar, la evangelización presupone que el Dios quien ha hablado al mundo en Jesucristo,
interpela a cada mujer y hombre en momentos concretos y en sus circunstancias vivenciales. De allí que
exija una comunicación dirigida a personas y comunidades en situaciones socio-culturales específicas. Es
decir, Dios siempre se contextualiza histórica, cultural y socialmente en cada ser humano (Jn.l:14; Lc.4:18-
20; 2 Co.8:9).
En Cristo Jesús, Dios se hizo parte de la historia identificándose con lo más humilde de ella (Fil.2:5-8) y
sufriendo su más profundo dolor. Asimismo, su Espíritu hace posible que la humanidad oiga personal y
colectivamente la voz de Dios y responda a su llamado en la creación, la historia y la conciencia. El Espíritu
rompe barreras y facilita la comunicación de la Palabra de Dios.
En síntesis, la evangelización no se puede comprender separada de las realidades sociales que emanan
de la Palabra o texto bíblico, del sujeto que evangeliza y de los oyentes en su propio contexto socio-cultural.
2. CONTENIDO DEL MENSAJE A PROCLAMAR
Dios ha dado su Palabra a su pueblo; por tanto, nuestro mensaje debe ser bíblico y personal. En el
mensaje bíblico tenemos dos puntos centrales dentro de éste marco: Dios es creador y redentor.
A continuación planteamos unas preguntas de reflexión: ¿Qué clase de Dios proclamamos a través de
nuestra cultura y estilo de vida? ¿Cómo Dios se interesa en problemas de pobreza y soledad que destruyen
literalmente la vida de millones de personas? ¿Cómo actúa Dios frente al pecado y sus manifestaciones?
¿Cómo podemos decir que el ser humano está hecho a la imagen de Dios, y qué significado tiene proclamar
que todos somos uno en Cristo Jesús, a pesar de barreras sociales, económicas y culturales?
La importancia de Dios como redentor es contundente en la perspectiva de Pablo. Para él, Cristo
crucificado era la esencia de su mensaje. Además, estaba inseparablemente unido al poder de Dios, y
contenía la más sublime sabiduría que no habría podido ser descubierta por ningún hombre sin el Espíritu de
Dios (1 Co.1:17-24; 2:5-16; 15:1-4). Por tanto, nuestra fe es histórica y la cruz no es sólo un verdadero
acontecimiento histórico y el tema central de las Escrituras; es también el de mayor valor teológico.
No es suficiente hablar de la crucifixión de Cristo diciendo que, es la más grande demostración de Dios
que jamás hayamos podido tener. La cruz está irreversiblemente unida al pecado del hombre, y el trabajo
logrado por Cristo está ahora terminado. Ninguna palabra puede explicar adecuadamente el significado de la
cruz; sin embargo, la justificación, la reconciliación y la redención abren nuevas relaciones de Dios con el
evangelizado.
En el mensaje personal, Dios tiene, para nosotros, significaciones personales (Hch.17:21,30). Y tiene dos
formas: primero, se relaciona con una experiencia personal. Cuando Pablo destacó que la esencia del
Evangelio se encontraba en la muerte y resurrección de Jesucristo, inmediatamente continuó con el
propósito de enfatizar la realidad de Cristo en términos de experiencia personal (1 Co.l5:8; 2 P.1:16-18).
Segundo, exige una respuesta. En cierta ocasión Jesús dijo a sus oyentes que él había venido a "buscar y
salvar lo que se había perdido" (Le. 19:10). Y su Palabra penetra a los más recónditos pensamientos y
deseos de nuestros corazones. De una forma u otra, es inevitable una respuesta: "¿Qué haremos?
"preguntaron en el día de Pentecostés, la respuesta podría resumirse en tres palabras precisas: arrepentios,
creed y recibid (Hch. 2:37ss.). La vida ofrecida en el Evangelio demanda respuesta: arrepentirse, creer o
aceptar a Jesucristo. No existe otra alternativa. Se cree y se pasa de muerte a vida, o no se cree y se
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continúa en condenación. A los que creen les da autoridad y el derecho de hijos (Jn.1:11-12; 3:15ss.).
2. EL MENOSPRECIO
No menosprecie ~a los que le escuchan. Por ejemplo, si ha hecho preguntas que revelan sus necesidades
espirituales, sabremos en qué radica su esperanza del cielo. No hay que inducir a la persona a que nos de
respuestas erróneas. Veremos que hay personas que tienen una genuina sed espiritual, pero que dejarán de
escucharnos si menospreciamos ideas que ellas mismas pueden haber sostenido anteriormente.
3. L
QátaBA5ító¿AMÍ}yYTOS^
Hagamo^jnT^r???Wacíorr,l3erEvSf?5Ílio que tenga lógica. Presentemos en forma ordenada los puntos
principales de la salvación. Lo que debe interesarnos es que la persona llegue a decir: "¡la verdad es que
todo lo que me ha dicho, tiene sentido!".
No hablemos acerca de Cristo mientras las personas no comprendan lo que es pecado. No hablemos
sobre la fe mientras las personas no comprendan lo que es la sustitución. No hablemos sobre una vida
transformada mientras las personas no comprendas que son salvas por la fe, solamente.
-
4
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1 A nF
No use estereotipos, i-recuentemente las personas que han trabajado juntos por períodos de tiempo,
tienden a copiarse (intencionalmente) el uno del otro. Esto hace que se despersonalice el evangelizador.
Incluso, esta tendencia repercute en su testimonio; de tal manera, que su testimonio sea aburrido,
exactamente como el testimonio de otros en modo y forma.
Por otro lado, cuando presentemos el Evangelio no insistamos en una decisión mientras no estemos
seguros de que la persona lo ha comprendido. No obstante, existen indicaciones observables,
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positivas. Las preguntas que hace, las respuestas que da a las preguntas que le hacemos, sus expresiones,
incluso sus lágrimas, constituyen indicios claros. Si comprende, sentirá el deseo de obrar en consecuencia.
Una de las formas en que sabremos que ha comprendido. Una de las formas en que sabremos que ha
comprendido, es si el deseo de definir concretamente la cuestión de la salvación, surge de la persona misma,
y no de otros.
5. LA INFLEXIBIUDAD,
No seamos inflexibles, es decir, no utilicemos tacticas de alta presión si la persona esta titubeando en
cuanto a hacer la decisión. Aquí hay emoción de la vida. Podemos tratar de persuadir, como lo hacía Pablo,
pero no podemos forzar la situación. Cada persona tiene la responsabilidad de elegir su propio destino. Sí,
esto es lo que hace emocionante la vida. Hace que la tarea de testificar resulte emocionante también. No
podemos intimidar a la persona a fin de que elija a Cristo. No podemos valernos de las técnicas del
vendedor. Si insistimos hasta la inflexibilidad, podemos obligar a alguien a hacer una decisión aparente, nada
más que para librarse de nosotros.
6- LA IMPROVISACIÓN
No esperemos compartir el Evangelio a las personas a la puerta de sus casas. No pensemos que todo
depende de lo que ocurra en los primeros minutos. Las personas suelen dudar y sospechar de la
presentación de personas extrañas. En pocos minutos, tenemos que presentarnos de tal modo que seamos
recibidos en la casa gustosamente, aún cuando en general no lo hagan con los extraños.
No dejemos de tomar conciencia de la situación en la que hemos irrumpido. Esa persona no nos
esperaba. Minutos antes, estaba dedicado a otra cosa. Debemos disculparnos por la interrupción, no dejemos
de hacerlo. De este modo, evidenciaremos el hecho de que queremos ser corteses y no molestar.
7- LA CHARLATANERÍA
Jamas nos dirijamos con palabras sin sentido a las personas si no nos hemos ordenado mentalmente. Por
ejemplo, no repita los mismos términos: triste, deprimido, falta de significado, fantástico, emocionante,
grandioso, maravilloso, cambio, paz, propósito, felicidad, significado, etc. Asimismo, evite las palabras sin
significado para los que no son cristianos como: salvación, nacido de nuevo y conversión necesitan ser
explicados si se usan.
En efecto, la tarea evangelizadora no debe ser descuidada en ninguno de sus aspectos, ya que el Evangelio
nos ha sido "confiado"; por lo tanto, somos ahora llamados para activar en su proclamación.
La meta del pastor debe ser evangelizar a la totalidad de su comunidad. Para esto, necesita activar en su
iglesia local mediante un programa de evangelización. Si quiere que la iglesia también active, el pastor debe
darle una base sólida y permanente mediante capacitaciones con cursos de evangelización y trabajos
prácticos. En algunas iglesias, los pastores han empleado uno o dos meses seguidos dando estudios al
respecto, orando y ayunando. Y así, han ido llamando a los hermanos que deseen activar
comprometidamente en este programa.
Cuando el pastor active, debe buscar la unidad corporal de su iglesia, como dice el libro de los Hechos
4:32: "un corazón y un alma". Es decir, todos se identificaban como "una familia de Dios". La fuerza de
unidad corporal se apoderó de ellos. Se proclamaban un movimiento irresistible (Hch.5:24). Y nadie podía
detenerlos (Hch.4:31.
2. MOTIVAR
□ffiioTivacion es tan importante como la causa misma que se busca. Es lo que hace activar.
Una manera de motivar es asegurarse de que la congregación comprenda qué proyecto o programa de
evangelización se quiere realizar (Ex.3:7-8). Obviamente la verdadera motivación comienza con la
oración. Esta motivación se alcanza con nuestra oración por la iglesia para esta tarea evangelizadora (cf.2
Ts.l:ll).
Asimismo, no se puede motivar si el pastor mismo carece de entusiasmo. Tendrá que presentar sus
propósitos con extraordinaria emoción y realismo.
El pastor motiva a su congregación local, expresándole que tiene gran confianza en ellos. Nad e quiere
trabajar con una persona que no es de confianza. En cambio, el que se convence de que e pastor ha
depositado toda confianza en él o ella, hará todo lo posible por cumplir con su tarea evangelizadora. Se
esforzará hasta lo máximo para no defraudarlo.
3. INFORMAR
Elpasto^aebe Informar correcta, dinámica y objetivamente. Es necesario informar sobre el proyecto de
evangelización a realizarse; por ejemplo: necesidades, objetivos y metas, actividades, recursos financieros,
personas que participarán, resultados que se esperan o alcances logrados. Para esto, es necesario que se
tenga en cuenta las siguientes cualidades:
3.1. Información correcta. Las necesidades, las actividades, fechas y horarios, participantes, etc., son
los elementos de comunicación que deben ser dados con exactitud. Debemos proporcionar los datos más
esenciales en un lenguaje claro para comprensión de todos.
3.2. Información objetiva. La información debe darse desde el punto de vista de quien la recibe.
Coloqúese en el lugar de la persona a quien la recibe. Coloqúese en el lugar de la persona a quién se quiere
informar, y hágase la pregunta: ¿Cuál sería la mejor forma de informarle? No hay mejor manera de informar
a la iglesia en los anuncios, personalmente, etc. (2 Ti.2:2).
3.3. Información dinámica. La información sobre necesidades y planes ha de tener como propósito
mover voluntades de los hermanos y hermanas de la congregación y del equipo evangelístico. Es preciso que
cada pastor y creyente sienta el deseo de participar con un profundo sentido de responsabilidad.
La comunicación dinámica es aquella impulsada por el Espíritu Santo. Si se quiere saber lo que
puede hacer una comunidad unida, bien informada y bajo el poder del Espíritu Santo, lea el libro de los
Hechos. Asimismo, se puede hacerlo presentando una visión de las necesidades de la congregación-
comunidad, orar con los líderes de nuestra congregación local y de otras iglesias, y bajo la dirección del
Espíritu Santo.
4. CULTIVAR
Elpasto^ulbe cultivar un espíritu de obediencia a la gran comisión (Mt.28:18-20; Mr.l6:15). Debemos
estar dispuestos a obedecer a Dios con todas sus exigencias. Cuando el Espíritu descendió sobre los
discípulos en Pentecostés, no fue para ellos el comienzo de la gloria, con la desaparición de todos sus
problemas de un día para otro. Sus problemas recién comenzaban. Muy pronto fueron encarcelados,
azotados... Esto es lo que significó para ellos el ser llenos del Espíritu, pero como estaban dispuestos a
obedecer a Dios, cualquiera fuese el precio que debía pagar su poder se manifestó poderosamente en ellos.
Para la evangelización se debe cultivar la oración. Los apóstoles aprendieron la lección. Por eso, se
desprendieron de actividades secundarias para poder dedicarse a la oración y la ministración de la Palabra
(Hch.6:4).
La oración será el vehículo para llevar a Dios nuestras necesidades, nuestras estrategias, nuestros
métodos y nuestras aspiraciones que queremos lograr en conseguir resultados excelentes en la
evangelización. Y el pastor lo pondrá todo en las manos de Dios. Y él responderá haciendo todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos (cf. Ef.3:20).
El pastor debe cultivar el servicio. Aunque fatiga, cierto; pero también estimula. Los setenta discípulos
que habían recibido en su contacto con Jesús la inspiración necesaria para emprender su gira evangelística,
encontraron en ésta su fuente de gozo (Le. 10:17).
El ser humano es un ser sociable por naturaleza y el pastor no es una excepción. Por tanto, el pastor
debe cultivar la comunión de los santos. Necesita el calor de sus hermanos. En la comunión con ellos, sufrirá
a veces decepciones, pero también recibirá aliento. Pablo conoció el dolor de las deslealtades y de los golpes
bajos (2 Tí.1:15; 4:10) pero tuvo una abundante compensación en la fidelidad ejemplar de otros
colaboradores (Ro.l6:lss.; Fil.2:19-30; 2 Ti.1:16-18).
5. FOMENTAR
El pastor aebe fomentar la visión evangelística en su iglesia. De lo cual dependerá el avance
evangelístico. Hoy en día hay congregaciones que han crecido mucho en esta última década, y obedece
fundamentalmente a la visión misionera del pastor.
Asimismo, el pastor debe fomentar el liderazgo evangelístico, ya que la iglesia necesita formar sus
propios líderes.
Algunos piensan que el pastor ha cumplido su ministerio cuando evangeliza y gana nuevas vidas para
Cristo. Un cierto número de pastores va más lejos y ha creído necesario no solamente evangelizar sino
también lograr la consagración y madurez de los nuevos conversos en el carácter cristiano para que sean
útiles para la expansión del reino de Dios. Y sólo unos pocos pastores, comparativamente hablando, parecen
darse cuenta que una parte importante del ministerio es preparar futuros evangelistas para la obra de Dios.
Cada iglesia local debería ser considerada un semillero que produzca obreros cristianos. Para que esto sea
posible, el pastor debe estar embudo de un profundo deseo de fomentar el liderazgo evangelístico en su
iglesia; por ejemplo mediante un programa de intensa actividad en la iglesia local, unido a un entrenamiento
18
especializado y sistemático de enseñanza bíblica (incluyendo cursos programados). En todo esto influye
poderosamente la actitud y la madurez espiritual.
6. TN^Tf^jTP
Nunc^s^debe pasar por alto esta importante parte de la obra de la evangelización. Tenemos el ejemplo
de Jesús: él, durante tres años, estaba instruyendo a sus discípulos para que llegasen a ser obreros dignos.
El apóstol Pablo tenía constantemente a varios jóvenes que le acompañaban, a los cuales estaba dando
instrucciones preparándoles de esta manera para la obra.
De manera que hay necesidad de instruir en dos fases: a la iglesia local y a los líderes locales que tienen
el llamado de dedicarse a la tarea evangelística.
• La instrucción debe ser desde la Palabra como contenido.
• La instrucción debe comprender los diferentes métodos de evangelización y su aplicación a las necesidades
más pertinentes.
• La instrucción debe considerar el entrenamiento respectivo.
LA PARTICIPACIÓN DE LA IGLESIA EN LA
EVANGELIZACIÓN
1.1. Con sus oraciones y ruegos. A través de la oración y ruegos, la iglesia manifiesta su dependencia
de la persona y obra del Espíritu Santo. En la oración la iglesia confiesa su debilidad e insuficiencia para
cumplir efectivamente su tarea evangelizadora. En su debilidad pide la ayuda del Espíritu, el que intercede
por ella con gemidos indecibles (Ro.8:26) y hace posible la manifestación del poder de Dios en su
proclamación.
La iglesia necesita perseverar en la oración y con ruegos porque necesita hacer que su tarea sea
bajo la obra del Espíritu Santo. La obra evangelizadora del Espíritu es la preparación y el cultivo del terreno,
la convicción de pecado, el reconocimiento de Cristo como la solución del problema del pecado y la
persuasión a confesarlo como Salvador y Señor.
La iglesia necesita predicar con entusiasmo y vigor; El problema está en que la iglesia no posee ese
entusiasmo y ese vigor en sí misma. Por lo tanto, tiene que acudir, constantemente al Espíritu, quien en su
gracia le da ánimo, fortaleza y poder. Es así, que la actividad de la iglesia se armoniza con la del Espíritu a
través de la oración. Finalmente, por medio de la oración y los ruegos podemos:
• Interceder por los no creyentes y familiares (Ef.6:18; 2 Ti. 1:13).
• Agradecer a Dios por su misericordia (1 Ts.5:18).
• Llegar a conocer la voluntad de Dios (1 Jn.5:14-15).
• Ver las maravillas de Dios (Hch.4:31).
1.2. Con sus aportes económicos. Al leer el Nuevo Testamento, en especial los escritos de San Pablo
a las iglesias, observamos la importancia del aporte económico en aquel tiempo, por lo cual es importante
para la iglesia de hoy.
San Pablo evangelizó Filipos, quienes a su vez en varias oportunidades dieron su aporte económico
al apóstol para continuar la tarea evangelizadora en otros lugares (Fil.4:14-17). En ese sentido, el aporte
económico permitirá ayudar la proclamación del Evangelio en otros lugares.
Cada iglesia debería considerar en su presupuesto anual el aporte mensual para la tarea
evangelizadora de su comunidad.
Asimismo, las iglesias deberían levantar una ofrenda especial para la evangelización cada cierto
tiempo. Aunque cada congregación está en libertad de escoger el plan que prefiera en este aspecto. Pero
tiene que ser un esfuerzo permanente y generoso. Tiene que hacerse carne en el Espíritu de todos los
cristianos, y de todas las iglesias, de que está contribuyendo a la obra de Dios más allá de su propio ámbito
local. De esta manera la comunión espiritual de la evangelización de la iglesia es compartida por todos los
miembros.
1.3. Con su vida en comunidad. Jesús reunió a sus discípulos para que le ayudaran en su tarea
evangelística. Los unió en comunidad y los unos con los otros. Esta fue la Koinonía. Fue creación suya y él les
daba poder y realidad histórica. El día de Pentecostés, estando juntos en un lugar, fueron llenos del Espíritu
Santo. Esta "Koinonía" continuada es la evidencia y señal de su presencia en el mundo.
La ventaja de estos grupos está en que permitan a cada integrante la oportunidad de conocer de forma
más íntima el resto del mismo. Este conocimiento mutuo produce una solidaridad tan grande que permite
que el Espíritu Santo obre con toda plenitud y libertad (Hch.2:44-47).
1.4. Con las obras de bien social. Como hemos dicho, la iglesia no puede limitarse a dar un
testimonio verbal, ni comunal, sino que tiene que batallar contra el vicio, la corrupción, las injusticias, las
enfermedades; es decir, el pecado en todas sus manifestaciones. Es por ello, que la iglesia local tiene la
responsabilidad de desarrollar programas de bien social, tales como clases de alfabetización, proyectos
agrónomos, si se encuentra ubicada en una zona rural, o centros estudiantiles, colegios, comedores de niños
y ancianos, si se encuentran en zonas urbanas.
Es interesante destacar que en cierta oportunidad una iglesia local realizó una campaña
evangelística donde incluía la atención de médicos, dentistas, agrónomos, profesores y enfermeras. Esto
ofrece oportunidades a los profesionales evangélicos de servir al Señor, y les ensancha su visión
evangelística.
1.5. Con su dinamismo, pasión y visión misionera. Cada una de las iglesias debe tener la enorme
satisfacción de ser un participante dinámico de la evangelización. Y cada uno de los cristianos tiene que
tener pasión por llegar a los no creyentes.
La tarea evangelística es demasiado grande para limitarlo a un grupo evangelístico local o iglesia.
Si pretendemos cosechar bastante, tenemos que hacerlo con una visión de cooperación y esfuerzo de todas
iglesias grandes o pequeñas, y con la participación de cada uno de los cristianos en el desafío de evangelizar
más allá de los límites de nuestra comunidad.
Se puede compartir esa visión misionera, estimulando a la iglesia a orar por otros lugares propicios
para la evangelización (Mt.9:37-38). Y no podemos orar intensamente por una necesidad sin sentir pasión
en lo que deseamos emprender (Jn.4:35). En este punto y otros aspectos, sigamos a Jesucristo, paradigma
(ejemplo, modelo) para nuestra excelencia y, logremos resultados que honren al Señor de la Iglesia.
1.15. Cuando uno se encuentra con un borracho. En muchas ocasiones es difícil tratar con estas
personas que están bajo la influencia del alcohol; pero en otros casos ellos son más sensibles que estando
sanos. Por ello, necesitamos depender del Espíritu Santo en estas situaciones para actuar. Por lo general, se
debe entregar un folleto. En esta caso también es necesario disponer de una literatura apropiada, para que el
ebrio cuando le haya pasado los efectos del alcohol, pueda leerlo.
1.16. Cuando le invitan a comer en casa. Se debe aceptar cortésmente. Pero no olvidar que nuestra
verdadera comida, es hacer la voluntad del que nos envía. El verdadero alimento de nuestra parte, tenemos
que compartir; es la Palabra de Dios que da vida (Jn. 4:24).
El heraldo y paradigma por excelencia del evangelismo y el discipulado es sin lugar a dudas: Jesucristo.
Los cuatro evangelios lo demuestran y nos describen el programa de discipulado llevado a cabo por Jesús.
El programa de Cristo fue tan efectivo como ejemplar. Es un programa probado, fue aplicado hasta en
las circunstancias más comunes de la vida. Tiene en sí los elementos de atemporalldad y universalidad; fue
dirigido por el mismo Hijo de Dios. Es un programa que se puede aplicar en cualquier parte del mundo y en
cualquier momento de la historia cristiana. Creo que es imprescindible para nosotros la aplicación de este
programa, si queremos desarrollar el liderazgo cristiano.
A continuación desarrollamos el discipulado cristiano, aplicando los ocho principios que Jesús aplica en el
trabajo con sus discípulos a quienes después se les conoció cómo apóstoles.
22
1. JESUCRISTO SELECCIONÓ A LOS QUE IBAN A SER SUS DISCÍPULOS (Le. 6:12-13)
Casi desde el principio de su ministerio, Jesús fue seguido por multitudes. Pero él no se comprometía con
las muchedumbres; buscaba individuos. Aunque encontró individuos que le eran fieles, continuó la selección.
En una oportunidad envió a predicar a setenta discípulos, pero aún entre ellos continuó seleccionando hasta
elegir a los Doce, a quienes ordenó para ser sus apóstoles.
En este proceso de selección, el Señor siguió una serie de pautas. Primero: los hombres que £jigió
tenían un oficio, relativamente próspero, ya que se ganaban la vida con él. Segundo: los doce eran hombres
especialmente sensibles a la verdad espiritual, a pesar de todos sus defectos y faltas; servían a Jesús no por
sus atractivos externos, sino por sus virtudes. Tercero: el Señor pasó mucho tiempo es oración^ buscando
Intencionalmente mantuvo conversaciones con ellos sobre quien era Él, como ocurrió en el camino a
Cesarea de Filipo. Cuando alimentó a los cinco mil, o cuando resucitó a Lázaro, les demostró que el origen de
su habilidad y poder era el contacto directo con el Padre. Les dio clara evidencia de que el propósito de su
vida era agradar constantemente al Padre, al sufrir en Jerusalén al dar su vida en rescate por otros, y al
ganar a los perdidos. En una ocasión especial que Jesús preparó para tres de los Doce, les descubrió su
gloria, en el monte de la transfiguración. En Getsemaní les permitió ver su intensa angustia, agonía y
soledad, aceptando voluntariamente someterse al Padre y entregarse por amor a sus enemigos. Incluso
después de la resurrección, comió con los once y les desafió a palparlo. Todas éstas fueron facetas
incomparables en el desarrollo del liderazgo; son acciones que descubren Su persona y su verdadero ser.
REFERENCIAS: Jn. 1:39; 6:11; 11:17-44; Le. 19:10; Jn. 4:34; Mt. 17:1-8; 26:36-46; Le. 24:38-43.
CUARTA APLICACIÓN: El líder debe descubrir y manifestar su ser al grupo encomendado a su cuidado.
Debe llevar una vida transparente, para que su vida interior (espiritual) no quede fuera del alcance de los
novicios. De este modo, los novicios son invitados a la dinámica interior de su persona, conducta y
experiencias. Así podrán descubrir qué lo hace ser lo que es, es decir, el secreto interior de su vida. Esto
significa que los conflictos, problemas, sentimientos, pensamientos y decisiones deben ser conocidos por los
que están a su cargo, para que ellos puedan saber quien es en verdad él como hombre, y que soluciones
encuentra a estas crisis en su trabajo y vida personal, a través de su dependencia de Dios. Un líder que se
encierra en sí mismo no podrá entrenar a otros para el liderazgo. Esta parte del entrenamiento es la más
exigente, ya que significa que el líder debe entregarse a los demás en una forma progresiva y profunda.
La confianza que Cristo depositó en los Doce creó constante confianza de ellos hacia él. Cuando
confundidos y no comprendían algo, le llevaban el problema. Voluntariamente le pidieron que les aumentara
la fe y que les enseñara sobre la oración. Le informaban sobre lo que decían los curiosos o sobre el
pensamiento de las multitudes, y lo que experimentaban en sus viajes. Lo llamaron cuando necesitaban su
ayuda, en el momento en que el bote estaba a punto de hundirse en el lago. Traían a Jesús personas que
necesitaban de El. Estaban dispuestos a cumplir sus órdenes. Todo esto demuestra la gran confianza que los
Doce tenían en Jesús; en esto, la iniciativa y la responsabilidad descansaron en Jesús.
REFERENCIAS: Mt. 12:1-8; 10:16-23; Le. 22:31, 32; Mt. 10:1, 5; Mr. 4:10; Jn. 9:1- ; Le. 11:1; 5:4-5.
QUINTA APLICACIÓN: El líder debe ganar y atesorar la confianza de los que están a su cargo. Esto debe
hacerse y mantenerse en niveles individual y colectivo. Es necesario hacer todo lo que mantenga y desarrolle
la confianza que los novicios depositan en el líder. Esto debe probar que es un verdadero compañero y está
siempre dispuesto a ayudar, particularmente en las situaciones de la vida en que los novicios se encuentran
débiles y necesitados. Inspirar y mantener una confianza que se acrecienta constantemente es una
necesidad absoluta para el desarrollo del liderazgo.
REFERENCIAS: Mt. 14:16, 22-25; 17:14-16; Jn. 13:1-15; Le. 19:29-30; 22:8-10.
SEXTA APLICACIÓN: El líder debe buscar oportunidades para que los novicios expresen la acción de su fe y
liderazgo. Si se tiene esta meta en perspectiva, son necesarias las asignaciones prácticas en situaciones
cotidianas. Deberían incluir tanto tareas seculares como prácticas en el ministerio y al liderazgo. El espíritu
académico de las asignaciones prácticas debe ser aportado por el líder, quien debe participar personalmente
de esas experiencias. El líder no puede pedir a los novicios que hagan lo que él no ha hecho o hará. En otras
palabras, el líder es ejemplo y modelo, y no solamente preceptor.
7. JESUCRISTO DISCIPLINÓ A SUS DISCÍPULOS (Mt. 16:17-23)
La disciplina que el Señor empleó con los Doce incluye varios elementos. Evaluaba junto con ellos su
trabajo, ya fuera un viaje misionero o una situación difícil con la cual se enfrentaba. En la evaluación les
señalaba las razones del fracaso o las actitudes correctas que debían mantener. Su disciplina implicaba
estímulo cuando ellos respondían correctamente, como cuando Pedro confesó que Él era "el Cristo, el Hijo del
24
Dios viviente".
Pero también era parte de su disciplina reprenderlos cuando mostraban incredulidad, temor, orgullo e
impotencia espiritual. Evaluación, corrección, estímulo y reproche constituyeron el programa de
disciplina ejercido sobre los Doce, como individuos y como grupo, según fuera necesario. Tal es la
responsabilidad de un líder que está involucrado en el desarrollo del liderazgo.
REFERENCIAS: Le. 10:17-20; Mt. 16:5ss; 17:19-21; 14:31; Le. 9:52-55.
SÉPTIMA APLICACIÓN: El líder debe ejercer disciplina sobre los novicios. Incluirá en su programa
oportunidades de evaluación de vida y actividades de los que están a su cargo, tanto individualmente como
colectivamente. Cuando la ocasión lo exija, habrá estímulo, corrección, reproche y desafío. La
evaluación contendrá tanto casos inmediatos como el análisis de situaciones más amplias. La habilidad del
líder en este aspecto determinará el desarrollo de líderes del cual es responsable. La adulación, por un lado, y
por el otro la crítica negativa y destructiva son contrarias a la aplicación de este principio. La disciplina se
ejercerá fructíferamente cuando hay una firme confianza entre el líder y los novicios.
8. JESUCRISTO PERMANECIÓ CON SUS DISCÍPULOS HASTA EL FINAL (Jn. 13:1)
Ésta, creo, es la gran virtud del Señor Jesús como líder. Es la virtud de la lealtad continua e inmutable.
Jesús mostró evidencias de esto en todas las áreas de su vida, pero muy en especial en su trato con los
Doce. Tenía motivos como para abandonarlos a todos, pero no abandonó ni siquiera a uno. En su última
oración, dijo que los guardaba a todos para que no se perdieran, con la excepción del "hijo de perdición".
No abandonó a Pedro, quien repetidas veces le falló y finalmente le negó. Más aún, después de la
resurrección Jesús dedicó mucho tiempo a Pedro y se esforzó por demostrarle que lo amaba y contaba con él.
No se desanimó con Juan y Jacobo, "los hijos del trueno", a pesar de su temperamento violento y egoísta; en
cambio, los incluyó en su círculo íntimo. No se desesperó con personas como Judas, a quien hasta el final
estuvo haciendo advertencias y dando oportunidades para cambiar el curso de su acción. De esta manera, el
Señor puso su confianza en el imperfecto y variado grupo de apóstoles, en toda clase de circunstancias
fáciles, difíciles, correctas e incorrectas. Constantemente mostró que ellos iban a seguir el programa que Él
iniciara. Al final, antes de su ascensión, se despidió de ellos y les dio la gran comisión, ratificando que
contaba con ellos para la evangelización del mundo a cualquier precio. Esta es la verdadera grandeza del
Maestro al entrenar a los apóstoles para ser líderes. Pudo permanecer hasta el final con el grupo de los Doce,
a pesar de que le habían desilusionado, le habían fallado, le había desanimado porque los aceptó como
entregados por el Padre a Él. Esto los impulsó como líderes de la causa de Cristo a través de todo el Imperio
Romano, en el primer siglo. Y también entrenaron a otros para ser líderes después de ellos, para alcanzar el
mundo entero, y así hasta nuestros días.
REFERENCIAS: Jn. 18:25-27; 21:15-18; Mt. 20:20-24; 26:37; Mt. 26:21, 25; 28:16-20.
OCTAVA APLICACIÓN: El líder debe permanecer hasta el final con el grupo que le ha sido
encomendado sobreponiéndose a su desaliento y sin tener en cuenta las fallas de los novicios, debe
depositar su confianza en ellos. Debe entregarse a ellos de tal modo que sepan que no tiene otro recurso ni
alternativa que ellos. Nunca se apartará de ninguno de los que le han sido encomendados por la voluntad de
Dios. Éste es un factor básico en el entrenamiento de líderes. Esta lealtad es muy difícil de obtener, pero es
una cualidad absolutamente necesaria para aquellos que esperan formar personas que le sucedan como
líderes.
CONCLUSIÓN
Necesitamos aplicar los principios del programa del Señor Jesús en nuestros programas de entrenamiento
de líderes. Estos principios son absolutamente necesarios, van siendo aplicados de un modo u otro en
nuestra vocación, individualmente o como un grupo de personas llamadas para el desarrollo de líderes. Tal
vez no logremos aplicarlos en su plenitud, a causa de las limitaciones de nuestra vida; sin embargo, todos
deben de ser aplicados. Cuanto más completa sea la medida en que así lo hagamos, más seguro será el
desarrollo de un buen liderazgo.
• Cristo buscó a los perdidos
• Manifestó su amor por los pecadores
• Sus entrevistas comienzan con la preocupación por el individuo y sus intereses.