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El Abacá (Musa textilis), la planta del

papel moneda
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El Abacá es una planta de la familia de las musáceas, y su
fibra es la segunda en importancia entre el grupo de fibras
vegetales. Su nombre latino (Musa textilis), evidencia claramente
esa finalidad textil. Es conocida como cáñamo de Manila (aunque
es una planta que no está relacionada con el cáñamo). Está
estrechamente relacionada con la planta del plátano (Musa
sapientum), y de hecho se asemeja mucho a ella.

Originaria de las Filipinas, alcanzó importancia como materia prima


para la fabricación de cuerdas en el siglo XIX. En 1925 los
holandeses comenzaron a cultivarla en Sumatra, y el
Departamento de Agricultura de EE.UU. estableció plantaciones en
América Central. Durante la Segunda Guerra Mundial la
producción estadounidense aumentó considerablemente. Filipinas
sigue siendo el mayor productor mundial de abacá.

Las plantas de abacá crecen mejor en suelos sueltos, ricos en


materia orgánica, y arcillosos para obtener un buen drenaje. La
propagación de la especie se realiza principalmente
mediante patrones maduros, generalmente plantados en el inicio
de la temporada de lluvias. Dentro de 18 a 24 meses después de
la siembra, dos o tres de los tallos están listos para la cosecha, y
de dos a cuatro tallos pueden ser cosechadas a intervalos de
cuatro a seis meses a partir de entonces. El tallo, con sus pecíolos,
se cortan próximos al suelo, por lo general en el momento de
florecimiento. Las plantas se sustituyen generalmente a los 10
años.

Los filamentos de abacá pueden ser de 1 a 3 m de longitud


dependiendo del tamaño del pecíolo y el método utilizados. La fibra
es valorada por su excepcional resistencia, flexibilidad, dinamismo,
y su resistencia a los daños en agua salada. Estas cualidades
hacen de ella una fibra excepcionalmente adecuada para la
fabricación de cuerdas marinas. Por ello, el abacá se emplea
principalmente para fabricar estachas y cabos para el amarre de
los barcos, y también para las redes de pesca, entre otros variados
usos como bolsitas de té y filtros de café. Algunos abacás se
utilizan en la elaboración de alfombras, manteles y papel.

Pero uno de los usos más interesantes del abacá, es el de la


fabricación del papel moneda. Este tipo de papel requiere de una
extraordinaria resistencia, ya que debe soportar su paso por
múltiples manos, contínuas dobleces, rozaduras y desgastes. Por
ello, se utilizan determinadas fibras vegetales en la fabricación de
los billetes, como el algodón, y especialmente el abacá. El yen
japonés, por ejemplo, contiene una alta proporción de fibra de
abacá, de hasta un 30%. La misma Filipinas, de donde es originaria
la planta, mantiene en su papel moneda la fibra de abacá, como un
símbolo del origen de este excelente vegetal.

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