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1 Consolidación de Fracturas
1 Consolidación de Fracturas
1.1. Concepto………………………....…………………….. 3
3. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Los huesos realizan funciones de soporte a los músculos y tendones, protegen
órganos vitales, desarrollan una función hematopoyética y actúan como almacén de
grasa, calcio y fósforo.
El hueso, externamente, está recubierto por el periostio que se sujeta en la cortical
por medio de las fibras de Sharpey. Se compone de dos capas: la más externa es
una envoltura fibrosa, y bajo ésta se encuentra la capa cambial que contiene células
mesenquimales primitivas (células osteoprogenitoras). Este tipo de células también
se encuentran en los canales haversianos y en el endostio, que es la capa que se
encuentra entre la cortical interna y la cavidad medular.
Son de suma importancia en la consolidación de las fracturas ya que se diferencian
en osteoblastos, fibroblastos o condroblastos, formando respectivamente tejido
óseo, fibroso o cartilaginoso. Una vez diferenciados son incapaces de multiplicarse.
El papel de la capa cambial durante el crecimiento es permitir el desarrollo del
diámetro del hueso.
Existen dos tipos de hueso maduro en función de su porosidad: el esponjoso o
trabecular y el cortical o compacto. El primero de ellos se compone de espículas o
trabéculas y se encuentra en las epífisis y metáfisis de los huesos largos, cuya
misión consiste en transmitir las fuerzas multidireccionales a la diáfisis, el
alineamiento de las trabéculas sigue las líneas principales de estrés que sufre cada
hueso en particular. El hueso cortical está formado por el hueso lamelar y los
sistemas haversianos.
Existen tres tipos de disposición de hueso lamelar. El primero adopta una forma
concéntrica alrededor de los sistemas haversianos formando anillos. El segundo
tiene forma y tamaño irregular, se encuentra entre los sistemas haversianos y forma
el sistema intersticiaI. El tercero se encuentra junto al periostio y endostio formando
el sistema circunferencial externo e interno. La estructura central del hueso
haversiano es la osteona.
Ésta empieza como un grupo de osteoclastos que avanzan creando una cavidad en
la cortical, que se denomina laguna de Howship. Le siguen asas vasculares y
células osteoprogenitoras, que se diferencian en osteoblastos. Estos van quedando
en las paredes de la cavidad formada, depositando osteoide, en el que quedan
atrapados en unas lagunas conectadas entre sí por los canículos, transformándose
en osteocito. De esta forma se crean unos canales longitudinales o haversianos y
otros transversos o de Volkmann.
En cuanto a la vascularización, el sistema aferente se compone de tres partes: la
arteria nutricia que penetra en el hueso aproximadamente por la porción media de
la diáfisis, quedando protegida por las inserciones de las fascias. Al llegar a la
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cavidad medular se divide en la arteria medular ascendente y descendente,
irrigando éstas los dos tercios internos de la cortical. Las arterias metafisarias
penetran en el hueso en dicha región y se anastomosan con las arterias medulares
ascendente y descendente.
El tercer flujo aferente lo constituyen las arterias periostales que irrigan sólo el tercio
externo de la cortical. Los vasos penetran la cortical en sentido perpendicular y la
circulación desde la cavidad medular fluye en sentido centrífugo.
El sistema vascular intermedio es el punto de encuentro entre el sistema aferente y
eferente, y son los vasos que ocupan los canales haversianos y los de Volkmann.
El sistema eferente o de drenaje venoso en las metáfisis se realiza por medio de
múltiples venas metafisarias, mientras que en la cortical varía según la zona del
hueso. La cortical irrigada por las arterias medulares drena prácticamente en su
totalidad por vasos de la superficie periostal. La cortical irrigada por las arterias
periostales también lo hacen por vía periostal de forma similar al drenaje metafisario.
La cortical adyacente a la cavidad medular drena independientemente de la cortical
vía vena nutriente.
Cuando se rompe un hueso, suele desarrollarse callo externo e interno. Las células
óseas, en especial las del periostio y las de la cavidad médular, son el punto de
origen de le cicatrización proceso que siempre requiere proliferación vascular. La
reparación ósea resume el proceso del crecimiento en la formación de la estructura
ósea. Primero se forma el hueso fibrilar tosco o hueso reticular, característico de la
vida prenatal y postnatal inicial y luego se elimina cuando se deposita el hueso
laminar adulto con sistemas haversianos.
2. Tipos de consolidación:
o Directa o per primam: Se produce cuando existe contacto directo entre los
fragmentos de la fracturas y estabilidad absoluta del foco. En este caso se
produce formación de hueso directamente en los extremos de la fractura
hasta la consolidación. Este es el tipo de consolidación que se obtiene
cuando se usan elementos de osteosíntesis rígidos, por ejemplo, en los
casos de fijación interna con placas y tornillos.
Inicialmente se estimula la actividad osteoclástica, reabsorbiendo los
extremos fracturados, seguidos por los osteoblastos y los vasos sanguíneos,
formando nuevo hueso hasta consolidad la fractura.
Esta consolidación depende de la vascularización intramedular, no produce
callo y el tiempo de consolidación es mayor. Además, tiene una resistencia
mecánica mucho menor a la lograda mediante la consolidación secundaria.
1. RETARDOS DE CONSOLIDACIÓN
Es un enlentecimiento en la evolución del callo, es un callo perezoso pero la fractura
termina por consolidar sin modificación del tratamiento, aunque lo hace más tarde.
Puede tardar hasta el doble de tiempo de lo normal. Siempre es muy difícil de
diferenciar de la pseudoartrosis. Los huesos más vascularizados pegan mejor que
los menos vascularizados.
El hueso esponjoso pega antes que el laminar. El tratamiento consiste en mantener
la inmovilización hasta la consolidación.
2. PSEUDOARTROSIS:
Se le llama así porque clásicamente una fractura que no consolida lleva a la
aparición de una pseudoarticulación, con un neocápsula y líquido sinovial
interpuesto entre los fragmentos, por lo tanto, consiste en una interrupción completa
de la consolidación que puede llevar a la aparición de una falsa articulación a nivel
del trazo de fractura y presenta movilidad anormal.
Esta llega a hacerse indolora y puede sustituir al movimiento de la articulación
vecina en las fracturas metafisarias. Se forma una cavidad con una membrana
pseudosinovial y liquido en su interior.
Son más frecuentes a nivel diafisario y su incidencia está entre el 3-4,5% de las
fracturas de esa localización. Se considera un diagnóstico probable de
pseudoartrosis si a partir del 6 mes de fractura y/o si en los 3 meses consecutivos
los controles radiográficos no muestran evolución positiva de la consolidación, el
diagnóstico seguro seria si vemos que la fractura tarda más de 9 meses en
consolidar. Aunque se ha dicho que llega a hacerse indolora en sus comienzos
suele estar acompañada de dolor.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
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CONSOLIDACION DE LAS FRACTURAS
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