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CÓMO DEBERÍA ORGANIZARSE UN CENTRO (0-3) PARA APLICAR LAS ACTIVIDADES SKOLAE DE

FORMA SISTEMÁTICA EN LAS AULAS Y DESARROLLAR SU PLAN DE IDENTIDAD COEDUCADORA


DE CENTRO. (Reflexión)

Incluir las actividades realizadas durante el año de pilotaje en la programación una vez
revisadas en equipo, eligiendo las de mayor éxito para trabajarlas ya de forma sistemática, no
ha sido tarea fácil. Una vez programadas, desde luego, resulta más sencillo llevarlas a cabo de
manera sistemática puesto que si o sí, tenemos un tiempo para dedicar a ello, al margen de los
numerosos imprevistos que surgen en el día a día en el (0-3).

Una vez programadas la pregunta sería ¿cómo nos organizamos para llevarlas a cabo?

Realizarlas, efectivamente, es cuestión de organización, mis dos opciones organizativas son:

Realizar dos actividades semanales, una realizada con grupos reducidos durante un mes (4
sesiones) y otra actividad más general para todo el grupo.

1. Actividad semanal por aula y con grupos reducidos, de tal manera que supondría
trabajar la misma actividad concreta en 4 sesiones, una por semana durante un mes y cada
sesión semanal con un grupo reducido diferente, de tal manera que todos los niños y niñas la
trabajarían o pasarían por ella.

2. Actividad semanal por aula de forma más global, con todo el grupo, sería algo más
general no tan individualizado, del tipo trabajar con cuentos, canciones, materiales
coeducativos.

De todas formas, cabe destacar que las actividades realizadas así sin más, sin un marco que las
contextualice, o personal educador que las enmarque, no serían para nada fructíferas, más
bien quedarían como compartimentos estancos que de nada servirían. Son importantes las
actividades, pero más lo es el día a día en la escuela, en la que cada palabra cuenta, cada
oportunidad de reforzar vale, cada comentario que hacemos debería suscitar curiosidad por
este tema en el alumnado. Tratar la igualdad de género como un tema transversal es
importante para avanzar en materia de coeducación y para conseguirlo, no hay otra, que
formar y que se forme el personal educador para poder ir todos y todas a una.

La clave de todo este proceso es el personal educador, que tiene que adquirir las herramientas
necesarias para identificar aspectos sexistas, cuestionar la propia práctica y promover la
transformación de las relaciones de género, utilizando materiales didácticos con enfoque
coeducativo, revisando las canciones y libros, promoviendo situaciones en las que se rompan
estereotipos y sobretodo utilizando un lenguaje inclusivo durante toda la jornada.

Dentro de los aspectos positivos destacaría que el profesorado que decide formarse en esto,
implicarse, enseguida se pondrá las pilas y empezará a cuestionar su práctica constantemente,
compartiéndola con el resto del equipo. Trabajará conscientemente con lenguaje inclusivo
provocando situaciones que rompan estereotipos y realizará las actividades programadas que
refuercen de buena gana.

En cuanto los aspectos negativos, puede pasar que no todo el profesorado esté por la labor de
formarse tan conscientemente, siendo menos sensible a estos temas. Es posible que las
actividades que se propongan en este caso, aun estando programadas y de obligado
cumplimiento, queden aisladas y no dentro de un contexto coeducador.

Para finalizar comentar que durante el año anterior en el que éramos centro piloto, las
actividades propuestas que había que entregar con fecha determinada se realizaban en el aula
con calzador, en momentos que podíamos e incluso solapándolas con otras actividades y a
toda prisa, puesto que no estaban programadas y no había un tiempo destinado para ello. Este
año, disponemos de tiempo al estar incluidas en la programación, pero como digo, las
actividades en el 0-3 son una forma muy pequeña de reforzar aquello que trabaja el personal
educador día a día y durante toda la jornada llevando la voz cantante en materia coeducación.

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