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Clark llamaba, forjando unneologismo desgraciado a partir de sus raíces griegas,

maquinas téléchiriques, para «tecnología de manipulación a distancia».

29El artefacto téléchirique, escribía el autor, «puede ser considerado como un


alter ego del hombre que lo dirige. Su conciencia seencuentra efectivamente
transferida a un organismo mecánico invulnerable, gracias al cual puede manipular
las herramientas o los equipos prácticamente como si los tuviese entre sus propias
manos».30La única cosa que le falta a ese segundo cuerpo es la carne vivientedel
primero. Pero precisamente allí radica la ventaja: retirar el cuerpo vulnerable del
medioambiente hostil.2627Crégníre Chamayouleona del dronEl espacio se divide
en dos: zona hostil y zona segura. Es la imagende un poder protegido, que
interviene en una exterioridad riesgosadesde un espacio santuarizado. Ese poder,
al que podemos llamartéléarchique,32 implica una frontera que, sin embargo, es
asimétrica: la frontera debe a la vez bloquear las intromisiones exterioresy
poderlas entreabrir para dejar el campo libre a los seudópodosmecánicos
encargados de intervenir en el medioambiente hostil. 33La zona hostil queda como
un espacio desamparado que, ciertamente, se trata de controlar en tanto fuente de
amenazas potenciales, se intenta explotar en tanto proveedor de recursos, pero
es·trictamente hablando, no ocupar. Se interviene, se patrulla, pero deninguna
manera se irá allí para habitar el territorio -—excepto pararecortar nuevas zonas,
bases o plataformas securitizadas, construidas según el mismo esquema
topográfico-—oPara los apóstoles del telecomando, esta invención aparecíacomo
el remedio al fin encontrado para el calvario de los trabajadores de riesgo. Es
como si se previera, en la edad del átomo y de laconquista espacial, «una
necesidad creciente de efectuar tareas enmedios hostiles»; por otra parte, se
anunciaba con alegría la buenanueva: «Con los progresos actuales de la
tecnología, ya no es necesario que los humanos expongan su persona al peligro
físico paraganarse la vida [... ] no hay ninguna tarea peligrosa realizada hoy endía
por los hombres que no pueda ser, en principio, realizada pormaquinas
controladas a distancia».34El telecomando, instrumento filantrópico, podría liberar
al serhumano de todas las ocupaciones peligrosas. Mineros de extracción,
bomberos, trabajadores del átomo, del espacio o de los océanos, todos podrían
reconvertirse en teleoperadores. El sacrificio delos cuerpos viles ya no es
necesario. El cuerpo vital y el cuerpo operatorio fueron disociados, sólo el
segundo, integralmente mecanizado y sacrificable, sería de ahora en adelante
dejado en contacto conel peligro: «Ya no hay nadie para ser herido. Un
hundimiento o unaexplosión serían meramente acogidos por esta reacción: «y
bien, esmuy triste. Hemos perdido seis robots»)5En su lista entusiasta de
aplicaciones posibles para el téléchirique, Clark olvidó una, sin embargo evidente,
que un lector no dejaráde señalarle:Los téléchiristes se desloman para poner a
punto las maquinas telecomandadas capaces de cumplir las tareas pacíficas de
loshombres expuestos a los peligros del calor, de las radiaciones y delos grandes
fondos oceánicos. ¿Es correcto el sentido de las prioridades? En primer lugar, ¿no
deberían preocuparse, en materia deseguridad, del oficio más peligroso del
mundo?, me refiero a la industria de guerra. [ ... ] ¿Por qué los hombres del siglo
XX deberíancontinuar siendo arrasados por las balas y por los estallidos de
losobuses, cuando un soldado téléchirique podría ocupar su lugar? [ ... ]Todas las
guerras convencionales podrían ser conducidas, con el2829Este dispositivo
supone una topografía específica, cierta manera de pensar y organizar el espacio.
Clark pergeñaba su esquemafundamental a partir del ejemplo del batiscafo:SAFE
AREAHOSTlLE AREAImagen 1. La topografía del téléchiríque. El ejemplo del
batiscafo según J. Clark(1964)31
Grégoire ChamayouLeoría deL dronmodo téléchirique, por armas de robots
militares que se enfrentanen batallas telecomandadas. Las victorias y las derrotas
serían calculadas y definidas por una computadora claramente neutra, mientraslos
humanos permanecerían tranquilamente en sus casas mirandopor televisión cómo
es el aceite el que salpica y riega el polvo enlugar de su propia sangre. 36Era la
utopía de una guerra convertida en un torneo de máquinas-—batallas sin soldados
y conflictos sin víctimas-—o Pero el lector,que no era ingenuo, concluía en un
escenario totalmente distinto,desgraciadamente mucho más verosímil:Nuestras
grandes conquistas imperiales, que alcanzaron losconfines de la tierra, pudieron
realizarse porque teníamos la metralleta Maxim y enfrente había solamente
lanzas; retengamos enla memoria estos hechos a la luz de las nuevas proezas, en
dondela sangre no correrá más, o al menos ya no correrá de nuestro lado,porque
nosotros tendremos tropas téléchiriques, mientras ellos, lospobres, sólo tendrán
napalm y gas mostaza para oponerseYCuando el artefacto telecomandado
deviene máquina de guerra,entonces es el enemigo el que es tratado como un
material peligroso. Se lo elimina de lejos, mientras se lo ve morir en una
pantalla,desde un sofá mullido en una «zona salvaguardada», climatizada.La
guerra asimétrica se radicaliza para transformarse en unilateral.Porque,
seguramente, todavía hay muertes, pero de un solo lado.Imagen 2. Una obrera de
la Radioplane Company (1944).3D31
leona del tironG regoi re Chamayuu2. Genealogía del PredatorLa humanidad tenía
necesidad de ella y pronto ella estuvo allí.Hegel"La mujer joven que posaba allí, en
1944, con una hélice de dron enla mano, se llamaba Norma Jean Dougherty. Fue
inmortalizada porun fotógrafo que llegó para hacer un reportaje sobre la
RadioplaneCompany, fundada en Los Ángeles por Reginald Denny, un actor
delcine mudo reconvertido al aeromodelismo. Así fue descubierta quienhasta
entonces era una obrera y que posteriormente se transformaríaen Marilyn Monroe.
El dron nace, parcialmente, en Hollywood. Forzosamente, entonces, bajo el signo
del falso-—semblante.Originalmente, en inglés, el término significaba «zángano»-
—a la vez el insecto y su zumbido-—o A comienzos de la SegundaGuerra
Mundial, el término empieza a cobrar otro sentido. Losaprendices de artilleros
norteamericanos utilizaban la expresión target drones, «drones-—blanco», para
designar a los pequeños avionestelecomandados que apuntaban en sus
entrenamientos. La metáfora no se refería solamente al tamaño de los aparatos o
al ronroneode su motor. Los zánganos son machos sin aguijón, que las
abejasacaban por matar. La tradición clásica los transformó en emblemasde lo
artificial y prescindible. 39 Eso era el target drone: una maquetahecha para ser
abatida.Todavía habrá que esperar mucho tiempo para ver a los drones planear
sobre los campos de batalla. Sin embargo, la ideaera antigua: la habían tenido el
Curtiss-—Sperry aerial torpedo yel Kettering Bug al final de la Primera Guerra
Mundial. Y luego,obviamente, los V-—l y V-—2 nazis lanzados sobre Londres en
1944.Pero esos antiguos torpedos voladores pueden considerarse comolos
ancestros del misil crucero antes que del dron actual. La diferencia esencial reside
en lo siguiente: mientras que el primero sir32ve una vez, el segundo es
reutilizable. 40 El dron no es un proyectil,es un artefacto que lleva proyectiles.En
Vietnam, el Air Force, para contrarrestar las pérdidas causadas por los misiles
tierra-—aire soviéticos, invirtió en el programa dedrones para reconocimiento: los
Lightning Bugs de la firma Ryan. 41Esos «vehículos pilotados a distancia»,
explicaba entonces un oficial norteamericano, «evitan que las tripulaciones sean
asesinadaso hechas prisioneras [... ], gracias a ello, la supervivencia ya no es
unfactor determinante a tener en cuenta».42Una vez que terminó la guerra, estos
artefactos fueron dejadosde lado. 43 A finales de los años 1970

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