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DOMINGO 1º DE ADVIENTO

28 de noviembre 2010

MONICIÓN DE ENTRADA

Hermanos: comenzamos un nuevo Año


Litúrgico y, con él, un nuevo Adviento: es un
tiempo de gracia y esperanza; un tiempo
para estar vigilantes, para descubrir la
presencia de Dios y su fuerza salvadora.
Hemos de estar, así, dispuestos a reconocerle
el día de su última venida.

Hermanos: tenemos que despertar. Dios nos “La salvación está cerca”
vuelve a dirigir su Palabra entrañable de (Rom 13, 11)
Padre. Esa Palabra nos invita a hacer la experiencia de la esperanza en
medio de la duda que nos envuelve y el miedo que nos acosa. Por eso, el
evangelio nos anima a permanecer despiertos y a leer con atención los
signos de su venida, pues no conocemos el día ni la hora.

Iniciamos esta celebración y esta nueva OPORTUNIDAD que Dios nos


brinda, una vez más.

PREGÓN DE ADVIENTO

Nota: Conviene darle una significación especial; de hecho, la tiene. Cada


Comunidad verá el momento para realizarlo, si al comienzo de la
celebración, o después de la escucha de la Palabra y de la homilía.
Escoger UNA de ellas o utilizar otra similar.

PREGON DE ADVIENTO - 1
Hombre de hoy,
¿dónde has puesto tus ojos,
dónde tienes tu esperanza?

Hombre de hoy,
¿dónde tienes la meta de tu caminar?
Tienes hambre de todo y nada te sacia.
Tienes, tienes, tienes...
y tu tener no te da felicidad.
Te prometen y sigues decepcionado.

Hombre de hoy,
¡abre los ojos a lo que no esperas!
Mira, por los montes llega un hombre frágil,
sin apariencia especial.
Mezclado con los pecadores
se bautiza como uno de tantos
y nadie reconoce su don.
Sólo el Bautista confiesa:
“Soy yo el que tiene que ser bautizado,
no tú, autor del bautismo”.
Este hombre frágil es el brote
que Dios ha sembrado entre los hombres
para que germine el Reino prometido.

Hombre de hoy,
escucha tu sed y tu hambre siempre insaciables
y abre tu corazón a lo nuevo.
Todo lo nuevo está dentro de Él.
No lo busques en tener,
ni lo busques en palabras que sabes que nunca se cumplen.

Hombre de hoy,
escucha tu soledad
y déjate encontrar por Aquel que viene a buscarte
en la fragilidad del silencio,
en la promesa que anuncia:
“Dios quiere al hombre. Hoy se acuerda de él”.

Ulibarri, Fl.

PREGON DE ADVIENTO - 2
Os anuncio que comienza el Adviento.
Alzad la vista, restregaos los ojos, otead el horizonte.
Daos cuenta del momento. Aguzad el oído.
Captad los gritos y susurros, el viento, la vida...

Empezamos el Adviento,
y una vez más renace la esperanza en el horizonte.
Al fondo, clareando ya, la Navidad.
Una Navidad sosegada, íntima, pacífica,
fraternal, solidaria, encarnada,
también superficial, desgarrada, violenta...;
mas siempre esposada con la esperanza.

Es Adviento esa niña esperanza


que todos llevamos, sin saber cómo, en las entrañas;
una llama temblorosa, imposible de apagar,
que atraviesa el espesor de los tiempos;
un camino de solidaridad bien recorrido;
la alegría contenida en cada trayecto;
unas huellas que no engañan;
una gestación llena de vida;
anuncio contenido de buena nueva;
una ternura que se desborda...

Estad alerta y escuchad.


Lleno de esperanza grita Isaías:
«Caminemos a la luz del Señor».
Con esperanza pregona Juan Bautista:
«Convertíos, porque ya llega el Reino de Dios».
Con la esperanza de todos los pobres de Israel,
de todos los pobres del mundo,
susurra María su palabra de acogida:
«Hágase en mí según tu palabra».

Alegraos, saltad de júbilo.


Poneos vuestro mejor traje.
Perfumaos con perfumes caros. ¡Que se note!
Viene Dios. Avivad alegría, paz y esperanza.
Preparad el camino. Ya llega nuestro Salvador.
Viene Dios... y está a la puerta.
¡Despertad a la vida!

Ulibarri, Fl.
MONICIONES A LAS LECTURAS
1ª Lectura: Isaías 2, 1-5
El profeta Isaías, en un momento de crisis política-religiosa, revela la
actuación de Dios en la historia de Israel. Contempla también a Jerusalén
como la ciudad de la verdadera sabiduría, de la justicia y de la paz. Allí las
armas de guerra se convierten en instrumentos de paz. El profeta no espera
la salvación proveniente de los hombres, sino únicamente de Dios. Por eso
invita al pueblo a caminar en la luz del Señor. Escuchamos.

2ª Lectura: Romanos 13, 11-14


El apóstol Pablo recuerda a los romanos el día en que comenzaron a creer.
Desde ahí, les exhorta a vivir el momento presente en el que Dios salva y
les amonesta a comportarse con dignidad según las obras de la luz. Porque
la fe no es una adquisición de una vez para siempre, sino que implica un
proceso de crecimiento constante. Acogemos esta hermosa reflexión.

Evangelio: Mateo 24, 37-44


Desde hoy, con el comienzo del Adviento, comenzamos un nuevo ciclo de
lecturas. El ciclo es el del evangelista San Mateo. El mensaje de la lectura
de hoy es claro: el Señor vendrá y lo hará de improviso. De ahí que Jesús
recomienda a sus oyentes estar preparados y vigilantes para que cuando
llegue el Señor los encuentre en vela. Acogemos su invitación.

ORACIÓN DE FIELES
Como respuesta a la Palabra que Dios nos ha dirigido hoy,
presentemos al Señor nuestras necesidades llenos de confianza.

1.- Por la Iglesia, para que, llena de gozo por este tiempo de espera, sepa
estar despierta y descubrir en cada persona el rostro de Dios. OREMOS
AL SEÑOR.

2.- Por el Papa, Obispos, sacerdotes y laicos comprometidos, para que


manifiesten, con sus obras, la fe y la esperanza en la venida de Cristo.
OREMOS AL SEÑOR.

3.- Por los responsables de todos los pueblos, para que trabajen por un
mundo más justo y más libre, y promuevan los movimientos que luchan a
favor de la justicia, la paz y la solidaridad entre los pueblos. OREMOS AL
SEÑOR.
4.- Por los hombres y mujeres que caminan desorientados y sin ilusión en
la vida, para que encuentren personas que les ayuden a orientar su vida de
nuevo. OREMOS AL SEÑOR.

5.- Por nuestra Comunidad y los que estamos reunidos en esta celebración,
para que en este Adviento vivamos con el corazón bien despierto y abiertos
a los hermanos. OREMOS AL SEÑOR.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS


Nota: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y
que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana.

Por favor: que nadie piense que hay que hacer todos ellos. Que cada
Comunidad o Grupo de Liturgia los escoja y los adapte a su realidad.

 PRESENTACIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO

(Seguimos con esta bella tradición de la Corona de Adviento. Puede


haber sido confeccionada en la propia comunidad o haberse encargado a
una floristería. Debe hacer la ofrenda el Presidente del Consejo
Parroquial. Dice:)

ORACIÓN-EXPLICACIÓN: Señor, con este símbolo del Adviento y en


nombre de toda la comunidad, te quiero hacer presente que todos y cada
uno de nosotros nos comprometemos a vivir este tiempo fuerte de
preparación a la Navidad de tu Hijo y a su venida definitiva. Danos fuerza
y luz, Señor, para vivirlas, de acuerdo a tus deseos, santos e irreprochables
en el amor.

 SE ENCIENDE LA PRIMERA VELA DE LA CORONA DE


ADVIENTO

(Una vez todos sentados, se acerca quien preside hasta la corona, situada
delante del altar o sitio bien visible, y enciende el primero de los velones,
que corresponde a este primer domingo de Adviento. Tras ello, dice la
siguiente monición-oración)

ORACIÓN - EXPLICACIÓN: Padre nuestro, en el inicio del Adviento,


queremos hoy encender la primera vela de esta corona, como signo de la
luz que alumbra nuestra esperanza. A la vez, queremos hacer de ella la
señal de nuestro permanecer despiertos y con los ojos del corazón abiertos
para leer todos los signos y rastros de tu venida y de tu presencia entre
nosotros. Que no se nos escape, Señor, nada de lo que nos habla de Ti. Que
no se embote nuestra sensibilidad para sintonizar contigo allá donde Tú
estés.

 PRESENTACIÓN DE LOS NIÑOS DE LA COMUNIDAD

(Concluido el rito de encender la primera de las velas de la corona de


Adviento, quien preside la celebración pide a los niños de la comunidad,
presentes en la misma, que se adelanten y se pongan junto al altar. Si
hubiera niños suficientes, podrían hacer un corro en torno al altar,
dándose las manos. Una vez situados, se dice la monición-oración)

ORACIÓN - EXPLICACIÓN: Con la corona de Adviento, en la que


hemos prendido la primera vela, queremos hoy, Señor, presentarte,
también, lo que tenemos más prendido de esperanza: nuestros niños. Su
presente es su futuro. Y, por eso, en sus juegos, lo adelantan cada día. Pero
queremos en ellos, Señor, mirarnos en sus mismos ojos y, si nos vemos ya
adultos, sin embargo conservamos el corazón lleno de esperanza.

 PRESENTACIÓN DE UN PERIÓDICO

(Lleva el periódico uno de los miembros de la comunidad, mientras otro


hace la ofrenda:)

ORACION - EXPLICACIÓN: Señor, nosotros te traemos hoy un


periódico. Es el resumen de la vida de una jornada a nivel local, provincial,
regional, nacional e internacional. Son pocas las noticias buenas que nos
ofrece. Es más numerosa la información de signo negativo. Hay guerras,
injusticias, corrupción, sucesos. Son un resumen de cómo somos los
hombres. Pero son también un signo de tu presencia entre nosotros, si
somos capaces de agudizar nuestra vista y ver bajo la pesada realidad cómo
Tú nos hablas. Señor, no permitas que se embote la sensibilidad de nuestra
fe para reconocer tu presencia entre nosotros.

 PRESENTACIÓN DE UN SUEÑO, UN DESEO, UNA


ESPERANZA Y UNA ORACIÓN

(Hacen la ofrenda un niño, un joven, un matrimonio y un anciano).

ORACIÓN - EXPLICACIÓN:
El NIÑO: Señor, yo te traigo un sueño infantil: Que el mundo sea como
nuestros juegos, un ámbito de fraternidad e igualdad.

El JOVEN: Por mi parte, te traigo, Señor, un deseo: Que el hombre y la


sociedad sólo se muevan desde la verdad.

El MATRIMONIO: Nosotros, que vivimos mirándonos en nuestros hijos,


te ofrecemos una esperanza: Que el clima de las relaciones entre los
hombres sea la paz.

El ANCIANO: Yo vivo, Señor, marcado por el pasado y tocando con las


yemas de los dedos el futuro. Por eso, te traigo mi oración: Perdona cuanto
retarda tu venida definitiva y haz que el sueño del niño, el deseo del joven
y la esperanza de nuestro matrimonio, por la fuerza de tu gracia, lleguen a
ser una realidad.

ACCIÓN DE GRACIAS – PREFACIO


(Todos, en pie, participan en la oración de Acción de Gracias, diciendo:
«Enciende, Señor, en nosotros la esperanza»).

Señor misericordioso,
Tú prendiste la esperanza en tu antiguo pueblo.
Estaba desterrado de su tierra
y era víctima de déspotas amos.
Le mostraste en la lejanía tu ciudad santa,
construida sobre un monte
y fortificada con murallas,
para que fuera bálsamo en su amargura,
dirección y meta de sus temblorosos pasos.
Y, tan fuerte, que nunca más fuera profanada.
R/. Enciende, Señor, en nosotros la esperanza.

Señor, Padre bueno,


en tu Hijo Jesucristo, nacido niño en Belén,
nos abriste aún más la puerta de la esperanza.
Tras rescatarlo de las garras y la oscuridad de la muerte
cuando hiciste brillar la luz del alba de su Resurrección,
nos permitiste reconocer en Él
a qué dignidad nos llamas,
cuando se consuma el día de tu gloria,
y todos seamos uno con Él.
R/. Enciende, Señor, en nosotros la esperanza.

Mientras recorremos el camino en tierra extranjera,


divididos y enfrentados entre nosotros,
manipulados y engañados unos por otros
y ofendidos en nuestra dignidad,
haz, Dios misericordioso, que nuestra esperanza
nos comprometa en la lucha por un mundo más justo.
Que los hombres y las mujeres, todos,
nos demos las manos, y juguemos,
y hagamos de nuestra meta una realidad.
Que la justicia, la libertad, el amor y la paz
sean el clima de nuestra convivencia cotidiana.
R/. Enciende, Señor, en nosotros la esperanza.

Señor, Padre nuestro,


que el Cuerpo de tu Hijo que ahora comulgaremos,
recibido de tu inmensa generosidad
y por el que estallamos de júbilo
y en acción de gracias,
sea la fortaleza que necesitamos para nuestro arduo camino.
Que él sea también para nosotros la exigencia
que, día tras día, nos mantenga en vela.
Y que nunca la invitación a tu Reino
y la talla de tu Hijo Jesucristo, a la que nos llamas,
deje de avivar nuestra esperanza
y de exigirnos nuestros compromisos.
R/. Enciende, Señor, en nosotros la esperanza.

MONICIÓN DE DESPEDIDA
Hermanos: hemos concluido esta celebración, en este camino del Adviento,
en el que nos preparamos para acoger el nacimiento de Alguien
esperado y deseado, Alguien que dé esperanza a este hombre en tensión,
en búsqueda, deseoso de encontrar un sentido a su vida y necesitado,
también, de descubrir en cada rostro humano a un hermano. Para eso
debemos estar despiertos, vigilantes, para hacerle un hueco en nuestra
vida y en nuestro corazón. ¡Feliz comienzo del nuevo Año Litúrgico!
¡Feliz semana de ESPERA!
REFLEXIÓN PARA ESTE DÍA
“Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación”

Hoy iniciamos el NUEVO AÑO LITÚRGICO. Y esto supone algo muy


especial para un grupo de creyentes: nos disponemos a vivir, celebrar y
alimentarnos -a lo largo de los próximos meses- de esa HISTORIA de
AMOR de DIOS, de su “historia de salvación” para con nosotros. Esto es
lo que la Comunidad Cristiana celebra en la liturgia. ¡Cuántas veces
podemos olvidar este punto de partida y… entonces, son aburridas todas
nuestras celebraciones! ¡Qué pena y qué oportunidad perdida!

El primer momento clave de esa historia de Amor de Dios es la


PRESENCIA de ALGUIEN; es el nacimiento de Alguien esperado y
deseado; Alguien que dé esperanza a ese hombre en tensión, en búsqueda,
deseando encontrar un sentido a su vida, a la historia e, incluso, a la muerte.
Por eso, el ADVIENTO es el tiempo de la espera, un tiempo a disponernos
a preparar los CAMINOS del SEÑOR: sólo desde esa apertura-
disponibilidad será posible RECONOCERLE. Así será Navidad: vivir su
presencia como salvación.

De ahí que la invitación de este primer domingo sea “estad en vela”, porque
a mi vida puede llegar en cualquier momento. Es necesario: sólo así tendrá
sentido este Adviento, y nuestra fe y esperanza en el “Señor que viene”.
JESÚS es NUESTRA ESPERANZA.

¡Dichosos nosotros:
TODO EMPIEZA A SER NUEVO!

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