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A. EL FACTOR DE ATRIBUCIÓN
1. CONCEPTO E IMPORTANCIA
Defecto de la norma:
2. CLASIFICACIÓN
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existencia de discernimiento, intención y libertad. El discernimiento no resulta
necesario en la culpa, podría hablarse de culpa de un menor de diez años o de
una persona privada de sus facultades mentales.
Bajo este prisma, las diferencias entre responsabilidad subjetiva por culpa y
responsabilidad objetiva transitan por otro plano: en tanto la primera se edifica
y modula objetivamente en base a un estándar de diligencia debida, la segunda
hace abstracción de ella e imputa sobre otros parámetros igualmente objetivos
distintos (riesgo creado, garantía, equidad).
b) Objetivos: el juicio de reproche de la conducta prescinde, de manera absoluta
del querer del agente, y se posa en otras valoraciones axiológicas, atendiendo a
la acción en sí misma, que el ordenamiento repudia al considerarla “reprobable
o anormal”.
3. EVOLUCIÓN HISTORICA
LEY DE TALION
LEY DE LAS Xll TABLAS
Resp. Subjetiva LEX AQUILA (responsabilidad por ilícitos)
CRISTIANISMO (morigera la crueldad respecto a la lesión por el deudor)
CORPUS IURIS (nace en Estambul)
CÓDIGO CIVIL FRANCÉS comienzo de la responsabilidad objetiva, el sujeto
no participa pero es responsable, debe responder por sus máquinas
Responsabilidad objetiva surge con identidad propia, a fines del siglo XIX en razón de
las inquietudes que generaban los sistemas de responsabilidad basados exclusivamente
en la culpabilidad, los que no brindaban respuestas satisfactorias en ciertas soluciones,
ante el avance de la ciencia, las tecnologías y la masificación social. Ellos son el riesgo o
vicio de las cosas, el riesgo de las actividades, la garantía, la seguridad, la equidad, la
igualdad ante las cargas públicas, etc.
Las tendencias más modernas aceptan que los factores subjetivos de atribución
coexistan con los de naturaleza objetiva, como criterios axiológicos de imputación aptos
para justificar la atribución de la responsabilidad por daños.
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La sanción del nuevo CCyC, sin duda alguna, consolidará definitivamente esta realidad,
dado que coexisten en su seno, con similar jerarquía, supuestos de responsabilidad
subjetiva y objetiva.
1. CONCEPTO
Los factores subjetivos de atribución son el dolo y la culpa. Cuando rigen factores
subjetivos de atribución la responsabilidad es subjetiva. Se la denomina así porque
supone un estudio de la conducta del individuo al que se atribuye el daño.
En nuestro sistema, ambos presuponen que el agente sea autor material del ilícito
extracontractual o del incumplimiento obligacional, y la causa inteligente y libre de ese
comportamiento. De allí la necesidad de una imputabilidad de primer grado que se
estructura sobre la voluntariedad del acto, y que requiere determinar previamente si el
agente ha actuado con intención, discernimiento y libertad (arts. 260, 261 y
concordantes).
- Los menores que no han cumplido diez años de edad en materia de actos ilícitos
y los que no han cumplido 13 años tratándose de actos lícitos.
- Las personas privadas de razón.
El error o la ignorancia excusable del hecho que recae sobre el hecho principal que
constituye acto ilícito (art. 267, inc. A, in fine) y el error provocado (dolo, art. 271),
impiden que se configure la intención del agente y obstan, también, a la imputabilidad
de primer grado. La fuerza irresistible y las amenazas que generan el temor de sufrir un
mal grave e inminente, que no se pueda contrarrestar o evitar en la persona o bienes de
la parte o de un tercero, impiden que el agente actúe con libertad, configurando el vicio
de violencia (art. 276).
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Una vez confirmada dicha imputabilidad de primer grado, recién es posible formular el
de segundo grado es la reprochabilidad que merece dicha conducta y que puede
presentarse, según su gravedad, bajo la forma de dolo o culpa (art. 1750 in fine).
Por todo ello, el acto debe haber sido voluntario, ya que debió generar responsabilidad:
este requisito significa que salvo la circunstancia de que el hecho es involuntario, deben
darse, en general, los demás presupuestos para que el hecho (si hubiere sido voluntario)
genere obligación de reparar. El recaudo encuentra justificación en que sería ilógico que
el inimputable responda por hechos de los que no respondería si fuese imputable.
LA IMPUTABILIDAD
La regla es que, para arrastrar consecuencias a su autor, los actos deben ser voluntarios,
los actos ejecutados sin discernimiento, intención y libertad no producen obligación
alguna. “El elemento fundamental de todo acto es la voluntad del que lo ejecuta”. Es por
eso que el hecho de un insensato o de una persona que no tiene discernimiento y
libertad en sus actos, no es considerado en el derecho como un acto, sino como un
acontecimiento fortuito.
A los fines de la responsabilidad civil, no basta con que una persona sea autora material
de un daño, sino que asimismo debe ser tenida como “imputable” del mismo. Es
necesario que la autoría material del hecho se cumpla por una persona que, con
discernimiento, intención y libertad (DIL) al tiempo de su ejecución, hubiese estado en
condiciones de prever y evitar sus resultados.
Cabe citar:
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- El tutor es responsable del daño causado al tutelado por su culpa, por acción u
omisión, en el ejercicio o en ocasión de sus funciones (art. 118).
C.LA CULPA
CONCEPTO
a) Negligencia: es la omisión de cierta actividad por parte del agente, que hubiera
permitido evitar el daño. Es no prever lo previsible o aún habiéndolo previsto,
no adoptar las medidas necesarias para evitar el daño. El sujeto hace menos de
lo debido.
b) Imprudencia: es un accionar excesivo, precipitado, irreflexivo sin prever las
consecuencias que de ello se pueden seguir razonablemente. El sujeto hace más
de lo que debía hacer.
c) Impericia en el arte o profesión: el sujeto carece de la capacidad técnica o
conocimientos necesarios para el ejercicio de una profesión, actividad o arte.
Apreciación de la culpa
Al implicar la culpa un juicio de reproche a la conducta del sujeto actuante, el juez debe
realizar una valoración de la misma en lo referido a dichos aspectos. Es decir, el juez
deberá valorar y analizar la diligencia, la prudencia y la pericia puesta de manifiesto por
el deudor en la conducta positiva o negativa llevada a cabo a los efectos de determinar
si el sujeto fue diligente, o si fue imprudente, o si carece de pericia en el arte o
profesión; y en virtud de ello será o no considerado culpable.
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Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial, o
la facultad intelectual de una persona determinada, a no ser en los
contratos que suponen una confianza especial entre las partes. En estos
casos, se estima el grado de responsabilidad, por la condición especial
del agente.
Las reglas vertebrales que sienta el anterior artículo son las siguientes:
1) Debe obrarse con prudencia y pleno conocimiento de las cosas evitando causar
un daño injustificado (art. 1710), de acuerdo al comportamiento medio y
abstracto, lo que era previsible para un hombre normal, es decir “según el curso
natural y ordinario de las cosas” (art. 1726).
2) Cuando mayor es el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las
cosas, también es mayor la diligencia exigible al agente y la rigurosidad en la
valoración de la previsibilidad de las consecuencias (art. 1725, 1° párr.).
3) Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial o la facultad
intelectual de una persona determinada (art. 1725, 3°párrafo, primera parte),
sino la regla general de diligencia y previsibilidad ordinaria.
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El CCyC no recoge la clasificación de la culpa en grados. No obstante hace referencia a la
culpa grave en el art. 1771 1referido a la acusación calumniosa, en cuyo caso sólo se
responde por dolo o culpa grave.
Por lo que, no puede hablarse en nuestro derecho en abstracto de culpa grave o leve,
pero nada impide que en concreto, en el caso particular pueda proclamarse la
existencia de diversos grados o intensidades de culpa. Hay culpas que por razón de las
circunstancias o de la posición de las partes son más graves o más ligeras, la gravedad
de la culpa está siempre en relación con las circunstancias en las cuales ella se produce.
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Artículo 1771. Acusación calumniosa
En los daños causados por una acusación calumniosa sólo se responde por dolo o culpa grave.
El denunciante o querellante responde por los daños derivados de la falsedad de la denuncia o de la
querella si se prueba que no tenía razones justificables para creer que el damnificado estaba implicado.
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El deudor responde por la culpa de los dependientes y auxiliares que introduzca para
ejecutar la prestación por él debida. Por ende, se incluye la culpa del representante, la
cual será asimilable a la del mismo deudor.
Art. 1734 CCC: “Prueba de los factores de atribución y de las eximentes. Excepto
disposición legal, la carga de la prueba de los factores de atribución y de las
circunstancias eximentes corresponde a quien los alega”.
Como regla, la culpa no se presume y debe ser probada por quien alega su existencia.
En otros casos, es la propia ley la que dispone dicha inversión, estableciendo una
presunción normativa iuris tantum de culpabilidad y la consiguiente inversión de carga
probatoria. Se procura con ello favorecer la posición del damnificado, poniendo en
cabeza del sindicado como responsable la prueba del obrar diligente.
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independiente de la fuente de la obligación y que su carga debía pesar sobre el
acreedor o deudor, según la naturaleza de la prestación.
8) PRESUNCIONES DE CULPABILIDAD.
Dentro del esquema del código civil rige el principio general de la culpa probada,
“QUIEN ALEGA LA EXISTENCIA DE CULPA EN LA CONDUCTA DEL SINDICADO COMO
RESPONSABLE DEBE PROBARLA.”
En todos los casos la presunción de culpabilidad tiene carácter iuris tantum y admite su
desvirtuación por parte del demandado, mediante la demostración de una eximente
apta para enervarla.
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A) A las causas de inculpabilidad debidamente invocadas y probadas: Error de
hecho esencial (arts. 265 y 266), dolo (art. 271) y violencia o intimidación (art.
276). Cuando esto sucede, el acto deviene sin intención y libertad,
respectivamente, desvaneciéndose el presupuesto de la voluntariedad sobre el
que se asienta el juicio de culpabilidad.
B) La prueba de un obrar diligente, esto es, apropiado al objeto de la obligación en
función de las circunstancias de persona, tiempo y lugar.
D.EL DOLO
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deudor se sirve para la ejecución de la obligación, se equipara al derivado del
propio hecho del obligado". Quedan dentro de esa estimación el dolo del
representante, auxiliares, colaboradores, dependientes y sustituto, cuyo hecho
debe ser asimilado al del propio representado frente al acreedor.
4. EFECTOS DEL DOLO
Responsabilidad civil: quien causa dolosamente el daño debe responder por las
consecuencias inmediatas y mediatas (art. 1726 y 1727).
Absorción causal: el dolo absorbe la incidencia causal o concausal del hecho de
la víctima.
Improcedencia de la atenuación de responsabilidad: El art. 1742 permite al juez
atenuar la indemnización que fije si es equitativo en función del patrimonio del
deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del hecho. Esa
facultad “no es aplicable en caso de dolo”.
Invalidez de las cláusulas de dispensa anticipada de responsabilidad por dolo
Responsabilidad Solidaria Pasiva: todos los deudores responden por los daños,
sean consecuencia inmediata o mediata previsible de aquello que las partes
previeron o pudieron prever al momento de celebrar el contrato
Quid de la acción de regreso entre los coautores de un hecho ilícito: dispone el
art 1751 que si varias personas participan en la producción del daño que tiene
una causa única, se aplican la regla de las obligaciones solidarias. en cambio sí
tienen causas distintas se aplica el régimen previsto para las obligaciones
concurrentes.
Si alguno de los obligados indemniza al damnificado, tiene acción de
contribución contra los restantes obligados
Impide invocar efectos del consentimiento informado: quien obra dolosamente
no puede prevalerse de la virtualidad eximitoria del consentimiento informado
que prevé el art.1720
Configura un supuesto de incumplimiento esencial del contrato: es un elemento
relevante para configurar un incumplimiento esencial del contrato, a fines de su
resolución (art.1084 inc.)
Abre las puertas a la posible aplicación de daños punitivos: el dolo y la culpa
grave son requisitos indispensables para la procedencia de los daños punitivos
que prevé el art 52 bis de la ley de defensa del consumidor 24. 240.
Obsta a la tarifación de la responsabilidad por daños o a otros mecanismos de
limitación indemnizatorio: en los sistemas de reparación tarifada del daño ( por
el art 39 de la ley 24.557 de accidentes del trabajo) o que contienen limitaciones
indemnizatorias de otro tipo ( código de navegación, código aeronáutico), el
dolo del responsable lleva a la reparación plena.
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En el art. 1734 del CCyC se dispone que la prueba de los factores de atribución pesa
sobre quien los alega, salvo disposición en contrario. Si bien existen presunciones
legales de culpa, no hay presunciones legales de dolo, el ordenamiento jurídico no
puede presumir que una persona actúa de esa manera.
Salvo la confesión del autor de la conducta dolosa, o la prueba acabada de que se
manifestó en ese sentido, la prueba de dicho factor de atribución surgirá de las
circunstancias que rodeen al acto, cuya acreditación estará a cargo de quien invoque el
dolo. No es necesario ingresar psicológicamente en la voluntad del sujeto, ni recurrir al
juicio de peritos, sino que las presunciones hominis constituirán el elemento
determinante. No se trata de un enfoque exclusivamente psicológico (es imposible
penetrar en la psiquis de las personas), sino que lo que interesa es cómo se revela ese
querer mediante los hechos que exteriores que se obran.
*Las presunciones "hominis" se elaboran racionalmente a partir de hechos indiciarios
que por su número, gravedad y concordancia permitan formar convicción suficiente
acerca del suceso controvertido, según las reglas de la sana crítica.
7. DOLO CONCURRENTE
Me guíe con lo que decía Mosset Iturraspe sobre el artículo del Cód. viejo que es igual al
nuevo:
El artículo 272 del CCyC excluye la acción de nulidad de los actos jurídicos cuando hubo
dolo por ambas partes. Parece razonable extender esta regla a la responsabilidad por
daños
Ejemplo contractual: Si el turista que contrató los servicios del taxista había citado con
anterioridad a otro que le cobrara más barato y de todos modos no iba a viajar con
quien había contratado originariamente, no podrá responsabilizar al primer taxista que
incumplió deliberadamente.
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En la órbita extracontractual corresponde la misma solución cuando se trata de un
hecho único que dio como resultado daños para ambas partes. Por ej., si dos personas
participan en una riña, no podrán reclamarse recíprocamente los daños sufridos,
porque implicaría pretender un derecho derivado de la participación en un delito, lo
que supone alegar la propia torpeza. En cambio, si los daños derivan de hechos
distintos, pudiendo existir uno sin el otro, el autor de cada uno de los hechos responde
por los daños que sufra el otro y recíprocamente.
Esta norma establece límites a la posibilidad de pactar cláusulas por las cuales las partes
pactan anticipadamente una limitación o exoneración de responsabilidad.
El ámbito de esta disposición se circunscribe a las obligaciones, pues solo puede
concebirse la dispensa sobre el incumplimiento de prestaciones determinadas. En el
terreno de los hechos ilícitos deben considerarse nulas las cláusulas por las cuales una
persona renuncie anticipadamente su derecho a ser indemnizada frente a cualquier
daño que le cause la otra.
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E. FACTORES OBJETIVOS DE ATRIBUCIÓN
1.CARACTERÍSTICAS. IMPORTANCIA
Los factores objetivos de atribución de caracterizan por fundar la atribución del
incumplimiento obligacional y responsabilidad que de él deriva o la responsabilidad que
emerge del deber jurídico de no dañar a otros.
El CCyC hace referencia a este factor de atribución en el art. 1722: "El factor de
atribución es objetivo cuando la culpa del agente es irrelevante a los efectos de atribuir
responsabilidad. En tales casos, el responsable de liberará demostrando la causa ajena,
excepto disposición legal en contrario (por ej: la responsabilidad de los propietarios de
establecimientos educativos).
Este texto implica un avance significativo ya que define las circunstancias que
configuran la responsabilidad objetiva y precisa como opera la eximición de
responsabilidad, total o parcial, en el terreno de la causalidad.
Tuvo su origen para dar solución al problema de los daños producidos con motivos de
accidentes del trabajo particularmente en el ámbito industrial, en donde la culpa se
mostraba insuficiente, y representó un valiosísimo esfuerzo del pensamiento jurídico
para el logro de una solución justa, segura y equitativa, principalmente en los daños
provocados por el hecho de una cosa.
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Quien es dueño o guardián de cosas riesgosas, o realizar actividades que, por su
naturaleza o circunstancias, generan riesgos a terceros, debe como contrapartida
responder por los daños que ellas originan. Esta teoría pone atención en el hecho de
que alguien cree un riesgo, lo conozca o lo domine.
Esta construcción representa una gran mejora para el damnificado, quien en tales
circunstancias no debe buscar la existencia de una culpa, ni mucho menos probarla.
DISTINTAS VERTIENTES:
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existencia de normas generales de carácter abierto que consagren esquemas de
responsabilidad objetiva.
4. LA GARANTIA.
CONCEPTO
GARANTIA EXTRACONTRACTUAL
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En este ámbito, el factor de atribución es responsabilidad por el hecho ajeno que
siempre debe reposar en la existencia de la responsabilidad del autor material del
suceso dañoso.
5. LA EQUIDAD
Cierta doctrina entiende que el abuso del derecho constituye un factor objetivo de
atribución, además de causal de ilicitud del acto. Se señala que quien obra
abusivamente debe ser evaluado no en orden a su intención en el obrar, sino con una
perspectiva finalista, con prescindencia de algún reproche en su conducta, y que es
posible que se causen daños abusivamente sin dolo ni culpa, bastando el desborde de
los límites a la razonabilidad del actuar.
Opinión de Ossola: el abuso del derecho y todas sus manifestaciones (entre ellas, el
exceso en la normal tolerancia entre vecinos), transitan por los carriles de la
antijuridicidad y no constituyen un factor objetivo de atribución autónomo. Por ende,
habrá que determinar, existiendo el abuso, si ello se ha debido a una actividad riesgosa,
o si el factor de atribución es subjetivo. Sin embargo, entendemos que la conducta
abusiva generalmente constituirá una actividad riesgosa, ya que lleva ínsita la
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generación de un peligro de daño que excede la normalidad. Ello es la razón, por la cual
por lo general las conductas abusivas generan responsabilidad objetiva.
Las mismas razones son válidas para el supuesto factor objetivo de atribución “exceso
en la normal tolerancia entre vecinos”, que conforme a cierta doctrina consagraría el
artículo 1973 del CCyC.
Esta norma dispone: ”Las molestias que ocasionan el humo, calor, olores, luminosidad,
ruidos, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en inmuebles
vecinos, no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones del
lugar y aunque medie autorización administrativa para aquéllas. Según las
circunstancias del caso, los jueces pueden disponer la remoción de la causa de la
molestia o su cesación y la indemnización de los daños. Para disponer el cese de la
inmisión, el juez debe ponderar especialmente el respeto debido al uso regular de la
propiedad, la prioridad en el uso, el interés general y las exigencias de la producción.”
2. Como regla, la responsabilidad que emerge de esta norma será objetiva, por
aplicación de la doctrina del riesgo creado que obliga a responder por el daño
causado por el riesgo o vicio de la cosa. Sin embargo, no debe descartarse la
posible configuración de una responsabilidad subjetiva, basada en la culpa
probada o presumida.
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