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Tus nuevas experiencias las ves basadas en el contexto de tus experiencias

pasadas. Te toca a ti repensar las cosas para poder experimentar la


realidad de tus nuevas experiencias. Todo lo que tú experimentas en tu
vida requiere de una segunda mirada. El filtro con el que tú miras tus
nuevas experiencias determina lo que estás viviendo; por eso hace falta
una segunda mirada.
Si tú quieres tener una vida inamovible, tienes que aprender a mirar las
cosas por segunda vez. Puede que lo que estás viviendo no sea la realidad;
que las cosas sean de una manera, pero tu percepción sea la incorrecta por
tus experiencias pasadas. Y si no puedes verlo de otra manera, no importa
lo que pase, no podrás tener la victoria que Dios te ha prometido. Pero, si
eres capaz de mirar las cosas por segunda vez, vivirás confiado, seguro, y
serás testigo de la grandeza del poder de Dios.
En 2 Reyes 6, Eliseo se encuentra en un grande problema, rodeado de un
ejército por haber tratado de hacer algo bueno, pero que la gente tomó
como algo malo. El rey de Israel tenía que proteger a Eliseo y no lo hizo, y
ahora Eliseo se encontraba rodeado. El siervo de Eliseo le pregunta: ¿Qué
haremos?
“16 Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros
que los que están con ellos. 17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová,
que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado,
y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de
carros de fuego alrededor de Eliseo. 18 Y luego que los sirios descendieron
a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta
gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.” 2 Reyes
6:16-18
Eliseo pide para que su siervo pueda ver, y para que el ejército quede ciego.
Están rodeados, el siervo se desespera, se pone ansioso, y el profeta pide
que se le abran los ojos. Aquel hombre necesitaba mirar una segunda vez.
Cuando ahora él miró, se dio cuenta que eran más los que estaban con
ellos, que la realidad era otra. Ahora el profeta pide que el enemigo que
le rodeaba quedara ciego, que quedaran confundidos, maravillados. De
esta manera, Eliseo pudo dirigir a aquel ejército hacia donde él quería
llevarlos. Entonces los ojos les fueron abiertos y aquellos que estuvieron
a punto de derrotar a Eliseo, ahora estaban en medio de una batalla que
iban a perder. Porque Dios es experto en invertir las cosas. Aquellos que
creen tener ventaja sobre tu vida, algún día quedarán atónitos ante lo que
Dios hará contigo porque tú tienes una ventaja que ellos no han visto, y es
que más son los que están contigo. Cuando abran sus ojos se van a dar
cuenta que tú tenías un respaldo más grande del que jamás ellos habían
tenido.
Eliseo guió al ejército enemigo ante el rey de Israel, quien preguntó, ¿los
matamos? Y Eliseo le responde que aquellos no eran esclavos del rey; si el
rey hubiera peleado con ellos, habría tenido derecho a matarlos, pero
aquellos los llevó Eliseo, y él decidió darles de comer. Hay un día en que
tus enemigos van a quedar a tu merced, y tú tendrás la opción de usar la
espada, o darles comida. Dales de comer para que siempre recuerden,
mientras vivan, que pudiste hacer otra cosa y no lo hiciste porque el Dios
al que tú le sirves es más grande. Dale de comer a tu enemigo cuando lo
tengas contra la espada y la pared.
Este hombre tenía la oportunidad de acabar con aquel ejército, pero le dio
pan para que siempre recordara que Dios estaba con ellos. Cuando tú
tengas oportunidad de hacerle daño a tu enemigo, en vez de sacar la
espada, dale pan, porque siempre recordarán lo que pudiste hacer y no
hiciste, y lo van a pensar dos veces para atacarte. Tendrán que reconocer
que el Dios al que tú le sirves es más grande y que tú tienes una ventaja
que ellos nunca se habían dado cuenta.
Más son los que están contigo que los que están en el mundo, y tú debes
permanecer firme, en medio de lo que el mundo quiere hacer en contra
tuya.

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