Resumen: Modelos de calidad de agua.

Lectura # 4
Rachel L.Carson

Por Juan Esteban Torres Agudelo

Estudiante Ingeniería Ambiental
Facultad de Ingeniería
Universidad de Antioquia

Es muy evidente que el agua es el recurso natural más valioso que tiene el ser humano, tanto
la composición de la superficie terrestre como la composición del cuerpo humano lo
demuestran. Sin embargo, la mayor parte del agua de la Tierra no puede ser usada en la
agricultura, la industria o el consumo humano debido a las altas concentraciones de solutos
marinos; esta situación genera que poblaciones alrededor del mundo experimenten amenazas
críticas en el acceso a agua dulce. A partir de 1940 se comienza la fabricación de productos
químicos a gran escala, esto da inicio a un complejo problema de purificación de agua y
aumenta el peligro al que están expuestos las personas que consuman o estén en contacto con
aguas que tienen altas cargas de productos químicos.
Teniendo conocimiento algunas particularidades de la geología de la corteza terrestre
(diaclasas y fracturas) y las características del suelo como la porosidad, es innegable que la
contaminación del agua superficial termina afectando el recurso hídrico subterráneo, esto
deja muy claro que a excepción del agua que entra directamente a la hidrosfera como
precipitación y las corrientes superficiales, toda el agua que fluye en la capa terrestre en algún
momento fue subterránea. Y por esta razón, la contaminación del agua subterránea implica
la contaminación de cualquier otra.
Por otro lado, es importante mencionar la estrecha relación que hay entre determinados
ecosistemas acuáticos y la conservación de vida salvaje y el abastecimiento de agua para
consumo humano; teniendo esto claro, es innegable que, si estos ecosistemas reciben
exageradas cargas contaminantes con altas concentraciones de productos químicos como
insecticidas, rodenticidas y plaguicidas se presentarán impactos negativos tanto en la
biodiversidad como en la salud pública.
En la naturaleza nada existe de forma aislada, la cadena trófica es muestra de ello. Por lo
tanto, el agua debe ser considerada por la inmensa cadena de vida que sustenta, que va desde
el microscópico plancton, pasando por las muy pequeñas pulgas de agua, los peces que se
comen el plancton y que a su vez son presas de otros peces, pájaros o incluso mamíferos. En
el caso que productos químicos entren en contacto con el recurso hídrico, sin importar la
mínima concentración de estos, se terminara incrementando considerablemente dicha
concentración a medida que los compuestos químicos pasan de un organismo a otro por
efectos de bioacumulación. También la salud de las personas que consuman peces con altas
concentraciones de productos químicos se vería seriamente afectada.