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Todos conocemos o, al menos nos suena, la teoría de las técnicas de estudio: cómo
nos debemos sentar ante una mesa para estudiar (rectos, cómodos), rodeados del
ambiente adecuado (luz, temperatura y silencio), el control del tiempo, cómo hacer
resúmenes, esquemas, etc.
Cuando se llega a casa por las tardes, hay tiempo para merendar, para hablar de
cómo ha ido el colegio, con los amigos, con los profesores, para comentar las
anécdotas nuevas... y a las seis de la tarde nos ponemos a trabajar. Para esto no
hay discusión. Todos tenemos responsabilidades y debemos cumplir con ellas. Si al
principio cuesta, se puede poner un sistema de premios por acuerdos
conseguidos. Se debe empezar con los niños pequeños dedicando una hora todos
los días para leer un cuento, hacer un dibujo, aprender a hacer puzzles, a recortar o
a hacer los nudos de los zapatos.
Al principio, significará tener que ponernos todos los días con ellos sin
excepción. Con el tiempo, veremos cómo podemos ir dejándolos a ellos solos
porque habrán adoptado esa costumbre de ponerse todos los días a trabajar. Si nos
ha sobrado tiempo, podremos jugar, ver un poco de televisión o jugar con el
ordenador (siempre controlando el tiempo) y en este orden: primero trabajo y luego
distracción. Hay padres que se quejan porque para merendar se ponen la televisión
y luego no hay forma de que la apaguen y se pongan a estudiar. En este
entrenamiento, para conseguir el hábito de estudio, hay que ponerse serios desde el
principio y hacerlo bien (para comer no necesitamos la televisión).
¿Cuanto tiempo deben dedicar los niños al estudio?
Cuando los niños tienen entre 7 y 8 años, podemos introducirles en el concepto del
tiempo de estudio. Para evitar el ejemplo anterior, el niño que se pasa la tarde
delante de los libros y no ha terminado los deberes, hay que practicar con el reloj
y los horarios. Una idea es empezar a hacer un crucigrama al día. El primer día
controlamos lo que tarda (pongamos diez minutos) y, a partir de ese día, le
proponemos intentar ganarse a sí mismo y superar su propio record (9-8-7 minutos).
Leer todos los días, al menos quince minutos, y también con buen ritmo es otro
buen ejercicio. Cuando ya van siendo mayores, el crucigrama se puede sustituir por
algún ejercicio sencillo o alguna asignatura fácil y breve, para luego pasar a la
asignatura que más les cueste o que tenga más trabajo para el día siguiente. No
podemos dejarlo para el final, ya que siempre habrá alguna excusa para no hacerlo
(ya estoy cansado, no me apetece, mejor que me lo expliques mañana....).
Los niños se acostumbren a hacer los deberes (solo los ejercicios que les ponen en
clase) todos los días y creen que con eso ya han cumplido. Esto no vale. Primero,
se debe estudiar la pregunta y, luego, se hacen los ejercicios. Si un niño está atento
en clase a la explicación (1º), lo estudia en casa (2º), lo aprende (3º), hace ejercicios
(4º), los corrige en clase (5º), hace resumen o esquema (6º) y repasa las preguntas
cada cierto tiempo (7º) hasta el día del control. ¿Cómo no se va a saber la lección
para el día del examen después de, al menos, repasar 7 veces la misma pregunta?
Claro que si no está atento en clase, no hace los deberes ni estudia el día antes del
examen, ya sabemos lo que saldrá.
Cuando empezamos a educar a los hijos, debemos tener claro que buscamos lo
mejor para ellos y, en esta vida, las cosas se consiguen con esfuerzo. Esta es la
disciplina que queremos enseñarles y tenemos que razonar con ellos: todos
estamos cansados, pero ellos tienen su trabajo por la tarde, igual que nosotros con
cenas, plancha, ayudar con sus deberes... y lo hacemos con gusto. Al final del día,
una vez hemos realizado nuestras tareas, podremos descansar. Así, nos
acostaremos con la satisfacción del deber cumplido.
Monitorea tu tiempo
Establece tiempos específicos en los cuales dedicas enfoque para realizar tus
actividades. De esta forma estás forzando a realizar tus actividades en un periodo de
tiempo determinado, lo cual te ayuda a enfocarte mejor.
Monitorear tu tiempo te ayuda a identificar cuando estás perdiendo el tiempo en
actividades que no te benefician. Puedes utilizar el cronómetro de tu celular para medir
el tiempo que utilizas en cada actividad.
Utilizando esta estrategia, lograras saber cuanto tiempo te toma en realizar cada tarea y
sabrás si estás siendo poco productivo.
Establece tus prioridades
Este tip te puede ayudar mucho a lograr realizar lo importante primero. Comienza por
anotar tus actividades o tareas del día e identificar su importancia. Lo más importante
siempre se hace primero.
Realiza múltiples actividades similares
Este método es efectivo para realizar varias actividades que toman poco tiempo de tu
dia. Comienza por clasificar tus actividades, después realiza las actividades que
requieran una cantidad similar de tiempo y esfuerzo.
Aprende a decir no
Esta es una habilidad esencial en cuanto al manejo de tiempo y organización en los
estudios. Debes de aprender a decir que no a algunas cosas para lograr enfocarte en tus
prioridades y darles el tiempo requerido.
¿Como decir no?
A Veces es difícil decir que no a ofertas como salir con alguien, ayudar a un familiar o
asistir a un lugar, de prepararte mentalmente para decir que no a ciertas cosas.
La realidad es que a veces es necesario ser firme y asertivo cuando tienes otras cosas
más importantes que hacer. Si no quieres causar una mala experiencia o hacer que la
otra persona se sienta mal por que dijiste no, intenta mencionar una solución.
Algunos ejemplos podrían ser:
No puedo ir al cine hoy, pero podría la próxima semana.
No puedo ayudarte con la tarea, pero conozco a alguien que sí puede ayudarte.
De esta forma estás rechazando la oferta pero provees una segunda opción, así tu
relación con la otra persona no será afectada negativamente.
Cómo organizar notas, papeles, tareas y archivos
Utiliza un sistema de almacenamiento en la nube
Puedes utilizar plataformas como Drop Box. Te permite almacenar hasta 2GB gratis, lo
cual es suficiente para almacenar archivos. Ofrece aplicaciones para distintos
dispositivos, así podrás acceder a tus archivos desde cualquier lugar.
Si olvidaste tu memoria USB en donde tenias tu tarea, puedes ir a el centro de cómputo
de tu escuela, entrar a la nube e imprimir tu tarea.
También existe otra opción de almacenamiento en la nube llamada Google Drive. Esta
plataforma te permite almacenar hasta 15 GB, es mucho espacio que podrás tener
disponible gratuitamente.
También se integra con otros producto de google como gmail o google calendar.
Organiza tus archivos utilizando la estructura de árbol
Evita distracciones
Si te encuentras estudiando en tu casa, puede que tengas algunas visitas de amigos
persuasivos que quieran hacer otras cosas, también tienes fácil acceso a otras
distracciones como tu celular o navegar por internet.
Para evitar este tipo de complicaciones que interrumpen tus hábitos de estudio, crea
una rutina de estudio en la cual te encuentres en un lugar donde no tengas
distracciones, este lugar puede ser un café internet o una biblioteca.
Tip: Si te encuentras en un lugar donde otras personas están trabajando o estudiando
es más fácil que te enfoques en hacer lo mismo.
Analiza qué es lo que te distrae en tus sesiones de estudio y apuntalo para evitarlo en
sesiones futuras, si es tu celular, guardarlo, si es alguna red social puedes bloquearla
utilizando alguna aplicación, stay focused es una extensión de google chrome que
puedes utilizar.
Construye una mentalidad a futuro
Muchos estudiantes universitarios fracasan en sus estudios debido debido a que no
prestan atención a sus responsabilidades y dejan todo para el último momento.
"Un buen estudiante nunca deja las cosas para el último momento".
Si construyes una mentalidad a futuro, podrás tener ventaja en tu organización, podrás
visualizarte tomando acción y tendrás más control para lograr tus objetivos.
¿Cómo construir una mentalidad a futuro?
Para desarrollar este tipo de mentalidad futura, debes de recordar constantemente que
es lo que tienes que hacer.
Establece recordatorios
Pega tus listas en un lugar donde las puedas ver.
Deja objetos relacionados a tus actividades a la vista. (Por ejemplo: dejar mi libro en
la sala para recordar que tengo que leer 20 minutos.)
Hazte adulto
Cuando eres un joven estudiante la vida es más sencilla, mientras vas creciendo tu
situación cambia y poco a poco obtienes más responsabilidades. Dichas
responsabilidades son un reto para cualquiera, este es el proceso de convertirte en
adulto.
Suena algo retador para cualquier joven (para mi lo fue) pero la realidad es que ser
adulto es divertido si eres una persona organizada y responsable.
No tengas miedo en convertirte en un adulto y acepta que dicho cambio viene con
responsabilidades.
Crea el hábito de buscar una solución
Muchos estudiantes se dan por vencidos demasiado rápido. Si se te presenta un reto, no
te des por vencido, intenta buscar una solución a dicho reto. Una persona que no busca
soluciones nunca podrá avanzar.
Si no comprendes algún tema en tus estudios o no sabes como hacer la tarea, busca una
solución, solo debes de invertir tiempo y ser paciente.
Hábitos para solucionar retos en los estudios
Soluciona tu reto solo
Es bueno estudiar con compañeros, sin embargo; si dos o más personas se están
enfocando en resolver algún problema, es probable que una persona sea la que logre
comprender el problema primero y resolverlo.
Si aun no pudiste realizar dicho problema, simplemente le preguntaras a tu compañero
como lo resolvió, hacer esto no te permitirá resolverlo por tu cuenta debido a que ya se
te explico la solucion y como resultado no habrás aprendido totalmente.
Cuando estás estancado en tu sesión de estudio por no comprender algo realiza lo
siguiente.
Pregúntate:
¿Qué es lo que realmente no entiendo?
Divide tu problema en segmentos y determina cuál segmento es el que entiendes y cual
es el que no entiendes. De esta forma podrás tener una mejor visión de tu problema y
sabrás que es lo que debe ser solucionado.
Comprométete a resolver tus retos en los estudios, a veces no salen las cosas a la
primera pero si te comprometes, eventualmente lograrás resolver tus retos.
Las matemáticas, pese a ser una única asignatura dentro de la etapa escolar, es la base de
muchas otras ciencias (física, química, etc.) y es esencial en nuestro día a día cotidiano.
Por ello, es importante que estas habilidades puedan ser correctamente reforzadas, sobre
todo, en aquellos niños que presentan ciertas dificultades. ¿Cuáles son esos indicadores que
nos alertarán de que existe una cierta complejidad a la hora de aprender matemáticas?
Se puede ir, poco a poco, añadiendo mayor dificultad si comenzamos a trabajar numeración
de dos cifras, tres, cuatro o, incluso, más.
Sigue estas técnicas de estudio en casa con tu hijo y verás cómo irá cogiendo una mayor
destreza en el campo de las matemáticas.
El fantástico método Robinson para que los niños aprendan a estudiar
Cómo ayudar y motivar a los niños a estudiar solos con una técnica infalible
Hay que decir que es un método que necesita su tiempo para dominarlo, pero que
una vez que se tiene práctica, se convierte en el mejor medio para conseguir las
metas deseadas: estudiar sin memorizar y comprendiendo todo.
1. Explorar
En esta primera parte del método, el niño deberá hacer una lectura rápida del
capítulo que tiene que estudiar, fijándose bien en los titulares principales de cada
apartado. Es una manera de que se haga una idea de lo que tiene que estudiar.
2. Preguntar
Ahora llega el momento de hacer una segunda lectura, pero esta vez más en
detalle, para intentar comprender el mayor número de conceptos. Probablemente,
en esta ocasión haya cosas que no queden del todo claras, pero no pasa nada
porque es el verdadero objetivo de esta segunda lectura: anotar los conceptos o
términos que no se entienden bien para preguntar a los profesores dudas sobre ello.
3. Leer
Volvemos a ponernos delante del libro, pero esta vez con lápiz, subrayador o
bolígrafo en mano, para realizar una tercera lectura del tema en cuestión. Es el
preferido de muchos niños, porque tocar resaltar aquellos conceptos más
importantes del tema para comenzar a tener una idea más clara.
4. Recitar
Después de tres lecturas, ¡toca el momento de ver qué conceptos hemos sido
capaces de retener! Para ello toca recitar en voz alta lo aprendido. Puede hacerlo el
niño solo en su habitación, colocarse frente al espejo, realizarlo delante de papá o
mamá o, para que al principio sea más divertido, grabarlo en una nota de voz en el
móvil o a través de un vídeo para que, posteriormente, se vea y corrija posibles
errores.
Cuidado porque aquí el objetivo no es que el niño recite palabra por palabra lo que
pone en el libro (esto solo es válido para aprenderse fechas, fórmulas o nombres
concretos), sino que cuente con sus propias palabras lo que ha aprendido hasta la
fecha, y es que de nada sirve memorizar algo si no se entiende su significado.
5. Repasar
Y llegamos a la última parte del método Robinson: el repaso, una práctica que se
hará antes del examen y al término de cada tema para ver si el resto de fases se
han trabajo bien. No por ser la última fase es la menos importante, y es que
el hecho de repasar aumenta la capacidad de recordar lo visto hasta el
momento y garantiza una mejor asimilación tanto del contenido repasado, como de
nuevos contenidos que se pueden ver en esta quinta fase.
- Método Loci
Más que un método, los especialistas lo catalogan como una estrategia infalible
para que los niños adquieran la capacidad de recordar la mayor cantidad de
información de una manera ágil. El método Loci se basa en que las cosas se
recuerdan mejor si están integradas dentro de una narración de cosas, para así
conseguir una mayor asimilación de conceptos.
1. El niño (o adulto) debe relacionar los conceptos o nombres que quiere recordar
mediante la creación o invención de una historia, que no tiene por qué ser ni real
ni creíble. De hecho, cuanto más divertida, absurda o surrealista que sea, mejor.
2. Una vez que el niño (o adulto) crea esa historia, sólo tendrá que volver a ella para
recuperar los nombres o datos que quería memorizar.
3. ¿Quieres un ejemplo? Imagina que el niño tiene que memorizar las partes de
una flor: corola, estambres, pistilo y cáliz. Palabras complicadas para ellos... Bien.
Enséñales que si crean una historia, podrán recordarlo con más facilidad el día del
examen. Por ejemplo, podrían inventar esta historia:
'Margarita es una reina y en su cabeza tiene una corona a la que pusieron de
nombre corola. A Margarita le encanta jugar con las ramas de los árboles, y ella las
llama estambres, y de vez en cuando les pinta el extremo de amarillo. El otro día
Margarita fue con una botella a la que llama pistilo llenita de pintura amarilla y luego
la vertió en una copa a la que ella llama cáliz, que es parecido a su corona llamada
corola pero en verde' .
El método Loci para memorizar de forma más sencilla, aunque en principio no nos
suene de nada, es muy antiguo. De hecho, se piensa que viene del poeta
griego Simónides de Ceos. El término 'Loci', por cierto, viene del latín y significa
'lugar'. Este método o más bien esta estrategia, se fundamenta en lo siguiente:
1. Este método establece que se recuerdan mucho mejor las cosas cuándo se
integran en una narración que como elementos independientes.
2. Frente a las creencias que insisten en que se recuerdan mejor las cosas que se
escriben, este método de fundamenta en la tradición oral, y afirma que todo lo que
se escucha y el cerebro es capaz de 'visualizar', queda grabado de forma más
fiable en la memoria.
- Palacio de la memoria
Es una técnica que recuerda bastante al método Loci, pero en este caso en lugar de
utilizar un recorrido, aquí lo que se pide a la persona es que cree dentro de su
cabeza un palacio con distintas estancias y a cada una de ella se le asignará una
lección a aprender.
Este método lo que propone es que cada persona cree en su cabeza una casa o un
palacio - cuánto más grande mejor- para dividirlo en habitaciones y cada una de las
estancias (deberá de contener muchos elementos) se va a asociar con la
información que la persona necesita memorizar y aprender.
Y después de esta breve explicación, nada mejor que un ejemplo para saber cómo
poner en práctica con nuestros hijos la técnica del Palacio de la Memoria. Te
pondremos un ejercicio muy sencillo y, después, otro más complicado que te puede
ayudar a ti, por ejemplo, a hora de ir a hacer la compra al supermercado.
A continuación, pídele al pequeño que cierre los ojos y que se imagine que está
situado en la puerta del comedor de su casa y allí están colocados los siguiente
animales y/o objetos. En la entrada está la Estatua de la Libertad, que representa a
América; en el pasillo principal está la Torre Eiffel, que es Europa; sentado en el
sofá, hay una cebra, que es África; en la mesa se topa con un dragón chino, que
pertenece a Asia, y, por último, en un silla hay un canguro, que es Oceanía.
Imagina que esta semana tienes que comprar lentejas, leche, pan, toallitas
húmedas, agua y galletas. Piensa en todos los elementos que tengas en el baño:
espejo, bañera, váter, escobilla, champú, toalla... A continuación empezarás a
asociar cada producto con uno de los elementos del aseo; así que cuando veas el
espejo, en él se reflejará un paquete de lentejas; en la bañera, solo verás leche (y
no agua), en el váter no te podrás sentar porque estará lleno de barras de pan; y
cuando quieras coger la escobilla, te darás cuenta de que a su lado hay toallitas
húmedas... y así sucesivamente.
Si la primera vez que creas tu Palacio de la Memoria notas que te cuesta recordar
todos los objetos o conceptos, quizás tengas que practicar un poco más las
visualizaciones y asociaciones, estas las debes de llenar de más detalles o implicar
más a otros sentidos.
- Cada habitación tiene que contener muchos elementos. Por ejemplo, nuestra
habitación estará compuesta por una cama, una silla, un armario, una estantería, un
perchero... Cuantos más elementos, más conceptos podremos aprender, ya que
tendremos más "anclas" a las que asignar un objeto.
¿Te has fijado que constantemente te refuerzan que es fundamental hacer un método de
estudio? Tú, como padre, constantemente te las ingenias y te esfuerzas en hacerle todo un
esquema que le permita a tu hijo fortalecer sus herramientas para que pueda aprender los
contenidos. Sin embargo, el trabajo de descubrir cuál de todas las herramientas es la mejor es
una constante búsqueda que a veces es demasiado larga. Y es que, cada niño es diferente y,
como tal, necesita un método de estudio que se ajuste a su forma de ser.
Pues bien, mi objetivo con este artículo es ayudarte a ti, como padre, a encontrar el mejor
método de estudio para tu hijo teniendo en cuenta su personalidad. Para eso, la intención
es presentar una serie de reflexiones sobre los temperamentos o estructuras de nuestra forma
de ser e indicar aquellas estrategias de estudio que se puedan adaptar mejor según el
temperamento de cada uno.
Me gustaría, para empezar, realizar una pequeña introducción de los temperamentos. Desde
hace mucho tiempo se clasificaba a las personas por estos rasgos. Hipócrates hizo la
primera clasificación, según la cual los humanos teníamos dentro del cuerpo ciertos líquidos
(llamados humores) como lo son la bilis, la bilis negra, la flema y la sangre, cuyo equilibrio
determinaba el temperamento de las personas. Por ejemplo, si la flema predominaba, se decía
que una persona era flemática, o si bien predominaba la sangre, que era colérica.
A pesar de los avances de la ciencia, esta teoría todavía es útil para estos efectos. No lo es
tanto en cuanto a la clasificación desarrollada por este griego en lo relacionado al sistema
nervioso e influencia endocrina.
Los cuatro temperamentos del ser humano son: Sanguíneo, Colérico, Melancólico y
Flemático. Vamos a señalar una breve descripción de cada uno.
1. Temperamento Sanguíneo
Los sanguíneos son gente muy activa, alegre, de esos que les encanta ser el centro de la fiesta.
Tienen un sistema nervioso rápido, casi instantáneo, y se caracterizan por ser muy sensibles.
Por lo mismo, una persona sanguínea es extrovertida, casi un libro abierto. De esta forma, el
método de estudio que más se ajusta al temperamento sanguíneo es aquel que basado en
hacerse preguntas y dialogar con otros para aprender.
2. Temperamento Colérico
La persona con este temperamento tiene un sistema nervioso rápido, conciso y muy irascible.
Es tremendamente ordenado y con una estructura de pensamiento tan alta que es posible que
tenga muchas habilidades de liderazgo. Un elemento importante es que es perfeccionista. En
este caso, por tanto, el método de estudio para el temperamento colérico se basa en la
elaboración de mapas conceptuales o resúmenes planificados.
3. Temperamento Melancólico
Es muy sensible emocionalmente y con una tremenda vida en su interioridad. Se dice que es
el temperamento más rico de todos dado que es el único que tiene una capacidad de
reflexión muy potente que le permite analizar y descubrirse mucho más profundo que otras
personas. Partiendo de esta forma de ser, aquel con un temperamento melancólico necesita un
método de estudio que busque la comprensión de los contenidos y la relación de estos con la
experiencia personal.
4. Temperamento Flemático
El flemático tiene un sistema nervioso equilibrado. Es tan normalizado que es muy difícil
identificar si se encuentra enojado, triste o alegre. Nunca pierde la compostura y nunca se le
nota enfadado, por lo cual suele ser el temperamento más agradable de todos, pero a la vez el
más misterioso. Es por ello que el mejor método de estudio para aquel con un temperamento
flemático es aquel que es muy organizado y planificado.
'Creo que de una manera u otra aprendemos quienes somos realmente y luego vivimos con
esa decisión', dijo una vez Eleanor Roosevelt. Hagamos realmente ese ejercicio para que en
nuestro intento de aprender mejor sea una puerta para aprender mejor de uno mismo.