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Por Qué Escribí Este Libro

Esto sucede por doquiera que voy.


He hablado en el transcurso de 46 años en más de 100 países a los que
he viajado como maestro. Cuando termino de hablar sobre los principios de
prosperidad y la posibilidad de vivir un estilo de vida conforme a la Semilla
de fe, siempre alguien me cuestiona.
“He estado dando y dando y dando desde hace años. Jamás recibo mis
Cosechas. Estas cosas maravillosas que escucho, nunca me suceden a mí en
realidad. ¿Por qué? Tal parece que esto no funciona para mí”. Sus rostros
muestran sinceridad. Obviamente, les podría dar una respuesta inmediata que
fuera escritural, precisa y revolucionaria. Pero el tiempo nunca lo permite en
la premura de un itinerario vertiginoso. También, veo a menudo tanto dolor y
agonía en sus rostros, que siento que una respuesta breve o concisa de mi
parte podría ser mal interpretada o simplista. Podría parecerles despreocupada
e incompleta. Nada podría estar más lejos de la realidad.
Me importa. Profundamente.
Como ves, la pobreza ha sido la trágica hebra entretejida en el lienzo de
mi propio trasfondo. Yo sé lo que es y desprecio por completo todo tipo de
carencia.
La pobreza no le ayuda a nadie. Millones de personas se mueren de
hambre a diario en este increíble y bendito planeta.
Los padres están enojados consigo mismos a causa de sus vidas
improductivas. Las madres están frustradas, aferradas desesperadamente a los
hijos por quienes padecieron el proceso del parto para traerlos a este mundo.
Sueños que son abortados a cada momento.
La tragedia es que la pobreza es innecesaria.
Como ves, Dios es un Dios de milagros. Él es un proveedor
magnificente. Él es un Padre celestial a Quien le importamos en verdad.
Dios es el espléndido Dador de todo don perfecto. “Pues si vosotros,
siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre que está en los Cielos dará buenas cosas a los que Le pidan?”, (Mateo
7:11).
Dios ha prometido ser Tu Proveedor. “Y si la hierba del campo que hoy
es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a
vosotros, hombres de poca fe?”, (Mateo 6:30).
La prosperidad es el tema más controvertido hoy en día en el mundo
cristiano. ¿Por qué es esto? Por ignorancia. Existe una ignorancia increíble
acerca del propósito de ésta en la Tierra. Como ves, su propósito es ayudarte
a realizar tu Asignación en la Tierra.
Muchos ignoran los principios que producen prosperidad. Eso también
es fácil de responder. El dinero es una mera recompensa por resolver un
problema. Cuando resuelves problemas para los demás generas dinero.
Muchas personas ignoran sobre la Fuente de bendición financiera—tu
Padre celestial. Muchos ignoran sobre la Llave Maestra de la Prosperidad
Financiera—la Llave Maestra de la Sabiduría. “Las riquezas y la gloria están
conmigo; riquezas duraderas y justicia…Para hacer que los que me aman
tengan su heredad, y que Yo le llene sus tesoros”, (Proverbios 8:18, 21).
Cuando aumentes tu Sabiduría aumentarás tu riqueza. “Largura de días
está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra”, (Proverbios
3:16). La Sabiduría produce bendición financiera.
“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, bienes y riquezas hay en
su casa, y su justicia permanece para siempre”, (Salmos 112:1, 3). La
confusión es innecesaria.
La única cura para la confusión es la Sabiduría de Dios. Tú puedes
simplemente pedirla y Él ha prometido que te la dará. “Y si alguno de
vosotros tiene falta de Sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada”, (Santiago 1:5).
Todo padre o madre necesita dinero. “Porque si alguno no provee para
los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que
un incrédulo”, (1 Timoteo 5:8). “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en
losCcielos dará buenas cosas a los que Le pidan?”, (Mateo 7:11).
Todo ministro es digno de tener medios financieros abundantes. “Los
ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor,
mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice:
No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario”, (1
Timoteo 5:17-18).
La hipocresía abunda. Pareciera que es muy aceptable el ser rico, sin
embargo es inaceptable que los cristianos hablen de ello. Este tipo de
hipocresía es cancerosa. Los fariseos siguen estando entre nosotros.
Lanzando acusaciones y gritando: “materialista”, se pasean de un lado a otro
del escenario de un discipulado fingido, dando una apariencia de sacrificio.
Muchos otros que han ido a la quiebra y han sido hechos pedazos por las
pérdidas financieras, miran confundidos con ojos de envidia y corazones
celosos a quienes están sentados a la Mesa de la Abundancia. No obstante,
hay otros que tratando de justificar sus carencias y pérdidas, insisten en que
la prosperidad es asunto de la soberanía de Dios—algo que sólo Él decide sin
la participación del hombre. Si la prosperidad es por soberanía de Dios
entonces no hay recompensa por la Sabiduría ni penalización por la
ignorancia.
Esto tiene que cambiar.
La controversia es hija de la ignorancia. Ese es el por qué La Palabra de
Dios es tan importante en tu vida diaria como una influencia continua y
poderosa.
Tú puedes ser libre de deudas.
Tú puedes hacer retroceder la oscuridad de la pobreza financiera. Tú
puedes destrabar las Ventanas Doradas del Cielo para que el Río de la
Abundancia pueda fluir río abajo en tu hogar, en tus hijos, a través de la
iglesia donde te congregas, a través de misioneros y ministros que están
sanando a los quebrantados en esta generación.
Todo ministerio necesita la bendición financiera. El arma faltante entre
la iglesia y la evangelización del mundo es el dinero.
Sin embargo casi nadie se da cuenta de ello.
Cuando oyes hablar a los ministros, culpan a los que están sentados en
las bancas de la iglesia por su fracaso de no poder evangelizar. Los
misioneros culpan a las iglesias desobligadas. Otros culpan a satanás, a los
demonios o a los cristianos flojos.
Sin embargo, un solo predicador puede alcanzar a diez millones de
almas en una sola noche a través de la televisión. Entonces, ¿por qué no todos
están escuchando el evangelio continuamente?Necesidades financieras.
Conforme Dios bendiga, será posible comprar más estaciones de televisión,
de radio e imprimir miles de millones de piezas de literatura que sacudirán
este mundo para Dios. El dinero compra estaciones de televisión. El dinero
compra estaciones de radio. El dinero pone vehículos, provisiones y libros en
las manos de los misioneros alrededor del mundo.
La única arma ante la que satanás parece no poder contender es el
arma de la Cosecha financiera. Esa es la razón por la que ha asignado a cada
demonio para callar la lengua de quienes enseñan prosperidad financiera al
Cuerpo de Cristo.
Él fracasará. Satanás no puede triunfar. Sólo es cuestión de tiempo antes
de que la revelación de Dios acerca de la bendición financiera se levante
victoriosa entre el pueblo de Dios en esta generación.
Tu fuente de Sabiduría ya está fluyendo. ¿Cómo lo sé? Has elegido leer
este libro. Esto revela tu búsqueda, hambre y reconocimiento de la Sabiduría
de Dios.
Nunca volverás a ser el mismo después de leer este libro. Este es tu
Manual de la Prosperidad para tu familia. “Treintaiún Razones” se puede
leer diariamente. Elige un capítulo diferente cada mañana. Léelo en voz alta
en la mesa del desayuno. Ten tu Biblia a la mano para confirmar cualquier
escritura que el Espíritu Santo pueda traerte a memoria.
Mucha gente está sufriendo.
Mucha gente está hambrienta.
Mucha gente está en la ignorancia.
Mucha gente está en la pobreza.
Trágicamente, eso es totalmente innecesario. Prosperidad significa tener
la suficiente Provisión Divina para llevar a cabo tu Asignación Divina.
Tú puedes prosperar.
Tú tienes que prosperar.
Tú prosperarás.
Por eso escribí este libro.
-MIKE MURDOCK
Contenido

1 Muchas Personas No Creen Realmente Que Dios Quiere Que Prosperen


Financieramente
2 Muchas Personas Nunca Sueñan Lo Suficientemente Grande Como Para
Necesitar Un Milagro Financiero
3 Algunas Personas Creen Que Sus Ingresos Financieros Dependen de Su
Jefe O de Sus Seres Queridos
4 Muchas Personas No Respetan Realmente Al Dinero Y No Lo Reconocen
Como Un Arma Y Herramienta Para Bien
5 Algunas Personas Nunca Consideran Siquiera Pedir Una Cosecha
Financiera Específica Y Significativa
6 Algunas Personas No Creen Realmente Que Merecen Recibir Una
Cosecha Financiera.
7 Muchas Personas Dependen de Su Propia Capacidad En Vez de Confiar
En El Poder Sobrenatural de Dios
8 Muchas Personas Nunca Llegan A Comprender Plenamente El Impacto,
La Influencia Y Los Milagros Que Una Cosecha Fuera de Lo Común Puede
Producir En Los Demás
9 Muchas Personas No Reconocen La Semilla O El Suelo Cuando Lo Ven
10 Muchas Personas No Reconocen Una Cosecha Cuando Finalmente Llega
11 Algunas Personas Sólo Dan Cuando Se Sienten Movidos A Dar En Vez de
Dar Cuando Un Hombre de Dios Los Inspira
12 Muchas Personas No Están Trabajando En El Lugar de Su Asignación
13 La Mayoría de Las Personas No Han Aprendido Jamás El Secreto de
Darle Una Asignación Específica A Sus Semillas
14 Muchas Personas Olvidan O Se Rehúsan Pagar Sus Votos Ofrecidos A
Dios
15 Muchas Personas No Tienen La Voluntad de Sentarse Pacientemente A
Los Pies De Un Mentor Financiero
16 Muchas Personas Jamás Han Sido Enseñadas A Sembrar Con La
Expectación de Recibir Algo de Regreso
17 Muchas Personas No Buscan Una Cosecha Porque Aún No Han Probado
El Dolor de La Pobreza
18 Millones de Personas Se Roban El Diezmo: La Porción Santa Que Dios
Reservó Para Sí Mismo
19 Muchas Personas Se Rehúsan A Sembrar En Tiempos de Crisis
20 Algunas Personas Se Rehúsan A Esperar Por Su Cosecha El Tiempo
Suficiente
21 Millones de Personas Se Rehúsan A Obedecer Las Leyes de Dios Más
Simples Y Básicas
22 Miles de Personas Están Renuentes A Iniciar Sus Cosechas Con Una
Semilla Pequeña
23 Algunas Personas No Conocen La Diferencia Entre Un Buen Suelo Y Un
Mal Suelo
24 Algunas Personas Se Rehúsan A Sembrar Consistentemente
25 Millones de Personas Son Ingratas Y No Aprecian Lo Que Dios Ya Les
Ha Dado
26 La Mayoría de La Gente No Es Capaz de Reconocer A Los Enemigos de
Su Cosecha Y de Su Prosperidad
27 Millones de Personas No Están Experimentando Aumento Aún, Porque
Nadie Les Ha Enseñado El Principio de La Semilla de Fe
28 Muchas Personas Son Demasiado Orgullosas Para Siquiera Admitir Que
Necesitan Una Cosecha
29 Algunas Personas Se Rebelan Contra La Instrucción de Un Libertador
Financiero Que Dios Ha Ungido Para Desatar Su Fe En Su Tiempo de Crisis
30 Muchas Personas Se Rehúsan A Sembrar Proporcionalmente A La
Cosecha Deseada
31 Millones de Personas No Obedecen de Inmediato Al Espíritu Santo Sin
Negociación
Todas las citas de las Escrituras fueron tomadas de la Biblia versión Reina-Valera 1960, con excepción
de las que indican alguna otra. RVC – Reina Valera Contemporánea. NBLH – Nueva Biblia
Latinoamericana de Hoy. NTV – Nueva Traducción Viviente.
31 Razones Por Las Que La Gente No Recibe Su Cosecha Financiera / ISBN 978-1-56394-921-0/eSB-
82
Copyright © 2013 por MIKE MURDOCK
Todos los derechos editoriales pertenecen exclusivamente a Wisdom Internacional.
Editora / Editorial: Deborah Murdock Johnson
Publicado por The Wisdom Center • 4051 Denton Hwy. • Fort Worth, TX 76117 • 1-817-759-0300
¡Te Enamorarás de Nuestro Website! www.WisdomOnline.com
Traducido y Editado por: Martha Sierra, Maritza Sierra
Impreso en los Estados Unidos. Todos los derechos reservados conforme a la Ley Internacional de
Copyright. Ni el contenido ni la portada pueden ser reproducidos total o parcialmente sin el expreso
consentimiento escrito del autor.
Muchas Personas No Creen Realmente Que
Dios Quiere Que Prosperen
Financieramente

Nadie Es Más Malentendido Que Dios.


Muchos creen que Dios es simplemente una fuerza espiritual, un ser
supremo: “el Hombre que está hasta arriba de las escaleras”.
Ellos no han entendido plenamente que Él es capaz de…“Compadecerse
de nuestras debilidades”, (Hebreos 4:15).
Sin embargo, Él nos invitó a que nos acerquemos confiadamente a Él
para cada necesidad de nuestra vida. “Acerquémonos, pues, confiadamente
al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro”, (Hebreos 4:16). Obviamente, debes tener sensibilidad
para saber cuándo necesitas de Él; humildad para buscar Su misericordia y la
desesperación para acercarte a Él confiadamente.
Alguien dijo en una ocasión que el veinte por ciento de lo que Jesús
habló involucraba a las finanzas. Para Él eran importantes.
Dios quiere que tengas los suficientes recursos financieros para proveer
todas las cosas que tus seres queridos necesitan para su éxito. “Porque si
alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha
negado la fe, y es peor que un incrédulo”, (1 Timoteo 5:8).
Dios quiere que tengas suficientes recursos financieros para proveer un
ingreso maravilloso y fuera de lo común para tus líderes espirituales y
pastores. “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble
honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura
dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Y, Digno es el obrero de su
salario”, (1 Timoteo 5:17-18).
Dios quiere que tengas los suficientes recursos financieros para enviar
ministros alrededor del mundo a predicar el evangelio. “¿Y cómo predicarán
si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los
que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”, (Romanos 10:15).
Dios quiere que proveas suficientes recursos financieros para pagar tus
impuestos y obligaciones. “Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo
que es de Dios”, (Mateo 22:21).
Dios quiere que tengas suficiente dinero para que regreses el diezmo a
Su casa, ya que pertenece a la obra de Dios. “Y el diezmo de la tierra, así de
la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa
dedicada a Jehová”, (Levítico 27:30).
Dios quiere que tengas suficientes recursos financieros para que des
regalos buenos y fuera de lo común a tus hijos y a quienes amas. “Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto
más vuestro Padre que está en los Cielos dará buenas cosas a los que Le
pidan?”, (Mateo 7:11).
Dios quiere que tengas suficiente dinero para ayudar a los pobres. “A
Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a
pagar”, (Proverbios 19:17).
Dios quiere que tengas dinero suficiente para solventar cualquier
emergencia, problema o crisis que surja. “Y el dinero sirve para todo”,
(Eclesiastés 10:19).
Dios quiere revelarte dónde se encuentra ubicada tu provisión
financiera. Él probó esto a Elías. “Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y
escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán…Yo he mandado
a los cuervos que te den allí de comer”, (1 Reyes 17:3-4).
A Dios Le importa cada vez que enfrentas una crisis financiera y Él te
dará instrucciones para revertir tu situación. Él lo hizo para Elías. “Pasados
algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra. Vino
luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y
mora allí”, (1 Reyes 17:7-9).
Dios les dará instrucciones a las personas para que te ayuden en tu
crisis financiera. Otra vez, Él lo hizo para el profeta Elías, ¡y lo hará también
para ti! “Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí Yo he dado
orden allí a una mujer viuda que te sustente”, (1 Reyes 17:9).
Dios siempre recompensa la conducta y el comportamiento santo con
provisión financiera. “Tú, Señor, otorgas bondad y gloria a los que siguen el
camino recto, y no les niegas ningún bien”, (Salmos 84:11 RVC).
Dios le dio el mandato a toda Su creación que se multiplicara y se
hiciera más numerosa. “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde,
hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su
semilla esté en él, sobre la tierra…Produzcan las aguas seres vivientes, y aves
que vuelen sobre la tierra…Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en
los mares, y multiplíquense las aves en la tierra”, (Génesis 1:11, 20, 22).
Dios le dio el mandato a la gente que se multiplicara y aumentaran en
número. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos,
y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”, (Génesis 1:28).
Dios también recompensa la productividad con creces. Lee la
asombrosa historia de los talentos en Mateo 25. “Su señor le dijo: Bien, buen
siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el
gozo de tu señor”, (Mateo 25:23).
Dios castiga a quienes se rehúsan a usar sus dones y talentos para
generar incrementos. “Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez
talentos. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro
y el crujir de dientes”, (Mateo 25:28, 30).
Dios promete siempre bendición financiera a quienes obedecen Sus
instrucciones, leyes y principios. “…si oyeres atentamente la voz de Jehová
tu Dios, para guardar y poner por obra todos Sus mandamientos que yo te
prescribo hoy…vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán…
Jehová te enviará Su bendición sobre tus graneros…Y te hará Jehová
sobreabundar en bienes…Te abrirá Jehová Su buen tesoro, el Cielo, para
enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus
manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado”,
(Deuteronomio 28:1-2, 8, 11-12).
Dios te enseñará provechosamente a través de mentores, del Espíritu
Santo y de Su Palabra. “Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de
Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te
encamina por el camino que debes seguir”, (Isaías 48:17).
Así que entusiásmate sobre tu futuro financiero. A Dios Le importa. Él
ha creado un Magnífico Plan Financiero que no puede fallar cuando
entiendes Su corazón.
Tú Le importas a Dios.
Tus necesidades son importantes para Él.
Cada deseo que palpita en tu corazón en este momento es vital e
importante a Su corazón. Tu prosperidad total está en Su mente todo el
tiempo.
Dios experimenta gran placer cuando prosperas financieramente.
“¡Grande es el Señor, pues Se deleita en el bienestar de Su siervo!”, (Salmos
35:27 RVC).
Ahora bien, ¿qué es prosperidad? La definición va más allá de
automóviles lujosos, hermosos diamantes y dinero en el banco. Es mucho
más grande que plasmar tu firma en un préstamo cuantioso que drena
financieramente a tu familia.
La prosperidad es tener la suficiente Provisión Divina para completar
una Asignación Divina.
Dios quiere que tu viaje a través de la vida posea la suficiente energía,
salud y provisión para el trayecto completo. “Amado, Yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma”, (3 Juan 1:2).
Dios quiere que tú dependas de Él como tu Fuente absoluta para cada
necesidad de tu vida. “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque Él te da el
poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar Su pacto que juró a tus
padres, como en este día”, (Deuteronomio 8:18).
Dios no es pobre. “Mía es la plata, y Mío es el oro, dice Jehová de los
ejércitos”, (Hageo 2:8). “Porque Mía es toda bestia del bosque, y los millares
de animales en los collados”, (Salmos 50:10).
Cuando Dios vio una nación confundida, Él proveyó a Moisés.
Cuando Jesús vio el miedo en el rostro de Sus discípulos, reprendió al
viento.
Cuando Jesús vio el hambre de las multitudes, multiplicó el pescado y
los panes.
Jesús mismo maldijo la vida de una higuera improductiva. “Entonces
Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti…y pasando por la
mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces”, (Marcos
11:14, 20).
Jesús vino a desatar un nuevo nivel de provisión y abundancia en
nuestra vida. “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”,
(Juan10:10).
Jesús quería que tú supieras que el Padre entendía cada una de las
necesidades que estás experimentando. “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué
comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan
todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de
todas estas cosas”, (Mateo 6:31-32).
Jesús enseñó que la búsqueda de la justicia, la paz y el gozo en el
Espíritu Santo podrían ser recompensados con bendición financiera. “Mas
buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas”, (Mateo 6:33). “Porque el reino de Dios no es comida ni
bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”, (Romanos 14:17).
Jesús le dio a Pedro instrucciones para que consiguiera recursos
financieros para pagar los impuestos. “Ve al mar, y echa el anzuelo, y el
primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero;
tómalo, y dáselo por Mí y por ti”, (Mateo 17:27).
Jesús enseñó que poner atención a los detalles podría acrecentar y
multiplicar tus recompensas. “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido
fiel, sobre mucho te pondré”, (Mateo 25:23).
Millones de personas no aprendieron nunca a leer, sin embargo millones
de personas más, están leyendo y triunfando en la vida.
Muchas personas jamás han viajado y conocido a personas de otras
naciones, pero las naciones siguen adelante triunfando y haciendo negocios.
Así que, quizá anteriormente no habías entendido esta característica en
el corazón de Dios, pero, ahora la comprendes. Tú no te puedes quejar,
renegar y culpar a otros de tu ignorancia sobre los Principios de la
Prosperidad del corazón de Dios. La Palabra de Dios está llena de ejemplos
de líderes financieros tales como Abraham, David y Salomón. Su búsqueda
de Dios fue recompensada en cada momento de su vida.
Ahora es tu turno para un punto de cambio y liberación en tus finanzas.
Nadie más puede hacerlo por ti.
Nadie más es responsable de esto, sino tú.
Tú no estás sirviendo a un Dios despreocupado e insensible.
A Dios verdaderamente Le importa cada cosa que necesitas,
especialmente la carga financiera que estás cargando hoy. Si tú no estás
recibiendo una Cosecha financiera, evalúa nuevamente el entendimiento que
tienes de tu Padre celestial. ¿Estás discutiendo verdaderamente acerca de tus
finanzas con Él? ¿Consultaste con Él sobre la compra de tu casa? ¿Sentiste la
confirmación interior del Espíritu Santo de que era el tiempo oportuno?
Si nunca discutiste tus compras mayores, los problemas que enfrentaste
en tu trabajo, y nunca trajiste la santa Semilla de regreso a Él para que la
multiplicara, dudo que realmente creas que Él está interesado en las finanzas
de tu vida.
Tú puedes cambiar esto hoy. Empieza ahora. ¿Puedo hacer esta oración
especial por ti?

Oremos Juntos…
“Padre celestial, perdónanos por no entender Tu corazón cuando lo has
expuesto tan simple y claro en Tu Palabra. Conforme leemos las Escrituras,
es muy evidente que Tu corazón está plenamente interesado en mí. Tú deseas
impartirnos Sabiduría. Ahora, en el nombre de Jesús, nosotros recibimos Tu
verdad que nos hace libres para siempre. Muéstranos dónde está nuestra
Asignación, porque ese es el único lugar donde está garantizada la provisión
para nosotros. Conéctanos con las personas que nos pueden ministrar y
bendecir financieramente. Ellos son los conductos elegidos que Tú has
ungido para nuestra vida. Llévanos de nuevo al lugar de la provisión, al lugar
de la obediencia. En el nombre de Jesús, Amen”.
Tú comenzarás a prosperar cuando empieces a creer que ese es el deseo
y la voluntad de Dios para tu vida.
Muchas Personas Nunca Sueñan Lo
Suficientemente En Grande Para Necesitar
Un Milagro Financiero

Algunas Personas Consideran La Mera Supervivencia Como Un Éxito.


El salario mínimo de cinco dólares por la hora es suficiente para ellos.
No tienen grandes sueños. Sus planes a largo plazo es asistir al cine el fin de
semana. Carecen de visión. No sueñan en crear un orfanato para 1,000 niños;
imprimir un millón de Biblias para enviar a China o construir una estación de
televisión en toda gran ciudad. A mucha gente ni siquiera le importa si sus
hijos asisten a la universidad o no. Simplemente quieren dinero para ir a
Denny’s y comprar tres panqueques y dos huevos. Esa es la idea que tienen
de un campeonato múltiple en el juego de la vida.
Su meta es terminar el día. La mayoría de la gente jamás prueba la
electrizante, poderosa y revolucionaria vida en el Espíritu. Eso me recuerda
del cantante que está dibujando su último aliento de vida: “¡Un día a la vez,
dulce Jesús! Eso es todo lo que te pido”. Tristemente, esa es la situación de
muchos hoy en día.
La gente común establece metas comunes.
Los triunfadores fuera de lo común establecen metas fuera de lo común.
Este cáncer de la indiferencia es contagioso. Destruirá cada gramo de
pasión que fluye por tus venas. Quizá esto ya te ha pasado. No hay una sola
cosa grande que estés intentando hacer en tu vida. No estás tratando de
alimentar a los hambrientos. No estás intentando alcanzar a un millón de
personas en China con Biblias. No sientes nada cuando el pastor te habla de
la visión que él ve para la iglesia y la participación que tienes en ella. Nada te
motiva. Nada te fuerza a salir de tu situación actual. Tú te has adaptado a la
vida común… mientras, el triunfador fuera de lo común dentro de ti está
pidiendo atención a gritos.
Uno de los triunfadores más extraordinarios en mi generación ha sido
Oral Roberts. Jamás olvidaré una declaración que hizo en una ocasión. “El
tiempo más peligroso en tu vida es cuando no tienes una necesidad. Es ahí
cuando la autosuficiencia, cual tumor canceroso, se empieza a formar en tu
vida”. La arrogancia se infiltra en tu sistema. Tu fe se queda en desuso.
¡Oh, mi amigo, escúchame ahora! Si esto te está ocurriendo a ti, corre
para salvar tu vida.
Obtén Un Futuro Tan Grande Que Tu Hoy Se Vea Pequeño. Como ves,
cuando Dios te da un sueño, este será más grande que tu actual cheque de
nómina. Requerirá de un milagro.
Si tu sueño no requiere de Dios, no es realmente un sueño que Dios te
haya dado. Si Dios se involucra en tu sueño, Él se convierte en el único
medio para lograrlo.
Tú has recibido el mandato de acrecentar. Se espera un incremento en
ti. Lee la asombrosa historia del siervo malo y negligente a quien Jesús
menciona en Mateo 25. Cuando se rehusó a usar su talento y sus dones, cayó
una maldición sobre él porque no lo multiplicó. “Quitadle, pues, el talento, y
dadlo al que tiene diez talentos”, (Mateo 25:28). Fue castigado severamente:
“Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes”, (Mateo 25:30).
Escucha el maravilloso capítulo primero de las santas antiguas
escrituras: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad
la tierra, y sojuzgadla”, (Génesis 1:28).
Cuando te hablo acerca de una Cosecha financiera, estoy viendo algo
más grande que salir a comer a un restaurante dos veces a la semana. Estoy
hablando de una vida abundante y sobrenatural…estoy hablando acerca de
vivir en el centro de tu fe, no en las orillas.
Hace muchos años tuve una experiencia en el aeropuerto de Dallas Fort
Worth. Mientras le hablaba a la mesera acerca de sus finanzas, ella se
acomodó el cabello y dijo: “No me gustan en lo absoluto esas predicaciones
sobre el dinero”.
“¿No le gustaría tener más dinero?”, le pregunté.
“¡No!”, contestó airadamente, “Eso es lo que está mal en el mundo
actualmente. Todo mundo quiere más y más y más. Yo tengo lo suficiente
para mí y para mi hijo. Eso es todo lo que necesito, ¡y estoy contenta!”.
Hice una pausa. Entonces, la miré directamente a los ojos y le dije: “¿Ha
visto alguna vez en la televisión a los niños muriéndose de hambre debido a
la escasez en su país?”.
“Sí”, dijo.
“¿Ha deseado realmente alguna vez poderlos ayudar en forma
significativa?”.
Rápida e impulsivamente dijo: “Oh, tantas veces lo he deseado…”, y
entonces su voz se apagó. Se detuvo. Captó la idea.
De eso se trata la Cosecha financiera. No solamente para ser
bendecidos, sino para convertirse en un instrumento de bendición para la
gente que sufre a tu alrededor.
La Cosecha Financiera abarca mucho más que el simple hecho de poder
elaborar un cheque para hacer el pago de tu automóvil a tiempo. Es mucho
más poderoso que poder comprar una orden adicional de papas a la francesa
para tu hijo en McDonald’s.
Dios está buscando Conexiones de Oro sobre la Tierra. Él quiere
alguien dispuesto a usar su fe para que ocurran hechos sobrenaturales en este
planeta.
Busca un sueño lo suficientemente grande que requiera la intervención
sobrenatural de Dios.
Busca un sueño lo suficientemente grande que requiera cada gramo de
fe existente en tu ser.
Si fracasas en dar a luz el sueño que Dios ha plantado en ti como
Semilla, te enojarás y te amargarás. Arremeterás contra otros que están dando
pasos agigantados en un mundo pequeño. Empezarás a hablar como víctima
en vez de hablar como vencedor.
Fe es confianza en Dios. Requiere de una instrucción. La fe es activada
por las necesidades. Cuando no tienes realmente una gran necesidad en tu
vida, estás en una situación peligrosa. Serás tentado para vivir una vida sin
conocer a Dios. Cuando dejas de buscar a Dios, tienes que ser cortado de la
corriente, de la Fuente.
“Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que Él existe, y que sabe recompensar a quienes Lo
buscan”, (Hebreos 11:6 RVC).
Recuerda siempre esto: el día que tú digas, “ya tengo suficiente”, la ola
adicional de bendición se irá a algún otro lugar hacia alguien que está de pie
con los brazos extendidos hacia el Cielo gritando: “Estoy esperando una ola
sobrenatural de bendición”.
Esa es una de las razones por la que miles no están recibiendo una
Cosecha financiera sobrenatural y significativa en su vida diaria.
¡Duplica El Sueño Que Has Estado Alimentando Y Tu Cosecha
Financiera Se Duplicará!
Salmos 20:7
“Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del
nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria”.
Algunas Personas Creen Que Sus Ingresos
Financieros Dependen de Su Jefe O de Sus
Seres Queridos

Tu Cosecha Viene A Través de La Gente, No de La Gente.


¿Cómo saber cuándo estás dependiendo del hombre en lugar de Dios?
Cuando te enojas con el jefe porque no te otorgó el aumento que esperabas.
Lo culpas a él, no a Dios. Cuando te pones furioso porque un ser querido se
niega a darte un préstamo, esa es la prueba de que en tu corazón crees que la
fuente financiera son ellos realmente en vez de Dios.
Esa es la razón por la que millones de personas nunca recibirán una
Cosecha financiera. Ellos están sentados en la puerta equivocada esperando
su bendición.
Sí, es doloroso en tu interior cuando tu carácter, tus esfuerzos y tu
diligencia no son reconocidos por los demás. Pero, debes recordar que toda
promoción viene de Dios: “Porque ni de oriente ni de occidente, ni del
desierto viene el enaltecimiento. Mas Dios es el juez; a éste humilla, y a aquél
enaltece”, (Salmos 75:6-7).
Tienes que creer en esto, de lo contrario jamás experimentarás un
incremento sobrenatural. Dios quiere que Le creas. Él no le dará Su gloria a
nadie más. Él es la Fuente que puso favor en el corazón de Potifar hacia José.
Él es quien le recordó al copero que le dijera al faraón sobre de los dones de
interpretación en José. Y José pasó de la prisión al Palacio en 24 horas. ¿Por
qué? Él confiaba en Dios como la Fuente de su promoción. Él no veía al
hombre. Él dependía de Dios.
David, quien también experimentó una promoción increíblemente
rápida, comprendía esto: “Estos confían en carros, y aquéllos en caballos;
mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria”,
(Salmos 20:7).
Recientemente, tuve una experiencia desafortunada al sentarme a la
mesa en un restaurante con un círculo de quejumbrosos. Cada uno de ellos
comenzó a explicar por qué sus circunstancias financieras eran tan pésimas.
“Mi jefe es un tacaño”, comentó uno. “No le ha aumentado el salario a
nadie en nuestra compañía en más de tres años”. Por dentro yo estaba
meneando la cabeza. Fue una conversación sin fin. He escuchado miles de
conversaciones a lo largo de mi vida—la gente dando una explicación del por
qué no han recibido su Cosecha financiera. El hecho es que ellos ignoraron a
Dios como su única Fuente verdadera. Tú deberás alimentar únicamente una
relación que prometa una recompensa. Si reconocieras verdaderamente a
Dios como tu Fuente, estarías alimentando tu relación con Él continuamente.
Me ocurrió en Filadelfia. Después de caminar de regreso hacia el
estudio, la secretaria del pastor dijo: “Dr. Mike, apartamos la mitad de su
ofrenda de esta noche para la iglesia”.
“¿Por qué?”.
“Bueno, no sabíamos que pudiera llegar a ser una ofrenda tan grande”.
Le contesté: “Ustedes recibieron una carta de mi oficina. Las políticas de
nuestro ministerio son que la ofrenda de amor que se reciba a la conclusión
de cada servicio en el que yo predique es para nuestro ministerio de alcance y
evangelismo. Es obvio que usted tiene un problema. Por favor quédese con
toda la ofrenda para usted. Me rehúso a entrar en controversia por dinero. Yo
no lo tocaré. No me llevaré ni un solo centavo. Yo tengo a Jehová Yiré en mi
vida quien suple todo para mí”.
Yo no estaba tratando de quedar bien o ser arrogante.
Si yo hubiera pensado por un momento que mis ingresos financieros
dependen de la gente en vez de Dios, me hubiera puesto muy enojado. Pero
me recuerdo continuamente a mí mismo que mi Fuente verdadera es Dios. Él
elige quien será el canal para bendecir mi vida.
Tu propia Semilla controla tu Cosecha. No es lo que otros den lo que
determina tus ingresos. Es lo que tú das a otros lo que determinará tus
ingresos.
Hace varios años tuve una experiencia poderosísima en una de mis
conferencias de Sabiduría. Sentí que El Espíritu Santo me había dicho de
cuarenta personas que quisieran sembrar una Semilla de $10,000 dólares cada
uno. Tan pronto lo hablé, cuarenta personas saltaron de su lugar y se
formaron en línea. Cada uno de ellos representaba una Semilla de $10,000
dólares. Después de que oramos, El Espíritu Santo me dio una segunda
instrucción. “Diles que esto es sólo una ofrenda como la de Isaac. Yo sólo
quería ver si eran obedientes y si estarían dispuestos a responder al recibir Mi
mandato. No aceptes su ofrenda. Considérala como dada. Diles que se
queden con ella y que esperen 99 Cosechas más que ya están en camino
conforme a Mi Palabra en Marcos 10:28-30”.
Las cuarenta personas se regresaron a su asiento, y yo me quedé “sin
ofrenda” para mi ministerio.
Varios ministros se reunieron en mi habitación del hotel después del
servicio. “Mike: ¿qué sentiste al ver salir $400,000 dólares de ese salón?”.
Y bien, fui honesto con ellos. Dentro de mi corazón, yo había gastado ya
los $400,000 dólares en programas de televisión. Yo estaba alabando a Dios
en mi interior, dándole gracias por la ofrenda más grande que jamás había
recibido en mi ministerio. Pero, Dios había elegido convertir esa ofrenda en
mi Semilla para darme una Cosecha futura.
¿Qué quería decir esto? Dios me acababa de dar la habilidad de sembrar
una Semilla de $400,000 dólares en un solo día. Si yo me hubiera quedado
con la ofrenda, esa habría sido mi Cosecha. El sembrarla la convirtió en mi
Semilla, que era el tamaño más pequeño que tendría jamás.
Aquello Que Puedes Dejar Atrás, Lo Has Dominado. Cuando te alejas
del dinero, lo has dominado.
De lo que te alejas determina lo que Dios te traerá.
Deja de ver a los hombres como tu Cosecha financiera. Sé agradecido.
Da las gracias cuando recibas de la gente. Pero, recuérdate constantemente a
ti mismo a cada hora de tu vida que la Fuente de toda cosa buena es Aquel
que te creó. “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque Él te da el poder para
hacer las riquezas, a fin de confirmar Su pacto que juró a tus padres, como en
este día”, (Deuteronomio 8:18).
Cuando enfoques tu dependencia absoluta en Dios, verás el fluir más
increíble de Cosechas que hayas experimentado jamás en toda tu vida.
Muchas Personas No Respetan Realmente
Al Dinero Y No Lo Reconocen Como Un
Arma Y Herramienta Para Bien

Lo Que Respetas Vendrá Hacia Ti.


Lo que no respetas se alejará de ti.
Ya sea un milagro o un perro: lo que dejes de respetar se hará incómodo
en tu presencia. Piensa en un mal restaurante que hayas visitado. ¿Te
acuerdas cuando no te sirvieron bien y te hicieron esperar cuarenta minutos?
Cuando pediste la salsa kétchup te miraron con enojo. Fuiste tratado como
una interrupción en su día, en vez de una contestación a sus oraciones. ¿Qué
hiciste? No regresar jamás. ¿Por qué? Porque no te respetaron.
Respeto significa simplemente encontrar a alguien importante y digno
de protección y de ser buscado.
Recientemente hice una encuesta de opinión en varias de mis
conferencias.
“¿Cuántos de ustedes han estado en un seminario sobre finanzas o han
consultado a un consultor de finanzas certificado en los tres últimos años?”.
Me sorprendí. Sólo tres de cien personas se habían sentado alguna vez
con un consultor de finanzas.
“¿No son acaso muy caros los consultores de finanzas?”, me preguntó
un asistente alto y desgarbado después del seminario una noche.
“Bueno, el mío cuesta $200 dólares la hora”, le contesté. “Pero, ¿no
estás de acuerdo que vale la pena gastar $200 dólares para que te asesore
sobre cómo hacer que tus ingresos de $30,000 dólares se multipliquen?”.
Tu biblioteca revela la profundidad de tu respeto hacia el dinero. Te
gastaste $300 dólares el mes pasado en el pago de tu automóvil, $130 dólares
fueron de gasolina y gastaste $800 dólares en los gastos de tu departamento.
Ahora bien, veamos tu chequera. Dime cuánto gastaste en total en libros y
CD’s. ¿Se compara con el pago de tu automóvil? Probablemente no.
Algunos creen en su carro más de lo que creen en su futuro.
Tu renuencia a invertir dinero en libros sobre finanzas podría revelar
poco respeto hacia el dinero. Por ejemplo: si tienes 40 años, deberías tener en
tu librero cuando menos 40 buenos libros sobre la riqueza, un libro por año.
Eso no es mucho pedir. ¿Tienes 30? Entonces, deberías tener 30 buenos
libros sobre cómo construir tu capital financiero.
Tu enojo hacia los ministros que hablan acerca del dinero revela una
falta de un verdadero respeto.
“Dr. Mike: Yo pienso que los predicadores hablan mucho acerca del
dinero”, vociferaba y rabiaba una dama al final de un seminario. “¿Por qué?
El domingo pasado por la mañana, mi pastor habló durante 15 o 20 minutos
sobre dinero antes de la ofrenda. Eso sencillamente mató algo dentro de mí.
Muchos de nosotros estamos tan enojados, pero no sabemos qué hacer. Es
algo que está lastimando a la iglesia”. ¡Qué trágico, desafortunado y triste!
Esta dama seguramente se pasa dos horas al día sentada en un automóvil
caliente y sudoroso, en el tráfico de las calles…para ganar dinero. Después,
trabajó arduamente 40 horas esa semana en un ambiente infestado de humo y
de malhablados…para ganar dinero. Después se queja y llora porque su jefe
no le quiso pagar más dinero, después de que ella le habló sobre un aumento.
Ahora, ella está furiosa de que un hombre de Dios haya hablado de eso
durante 15 minutos. Eso es estar dañado del cerebro.
“¡Pero, es que hay cosas más importantes que el dinero sobre las que
podría hablar un predicador!”, dirían algunos.
Analicémoslo un instante. ¿Estás enojado con el dentista que se rehúsa
hablar sobre tus dientes? Claro que no. Pero, yo podría fácilmente argüir que
hay otras cosas más sobre la Tierra que son más importantes que tu diente
roto.
¿Estarías enojado con un abogado que se niegue a llevar tu caso? Desde
luego. Pero, yo podría argüir contigo que hay muchas cosas más importantes
que tu demanda legal.
Entonces, ¿por qué no respetas al hombre de Dios que se interesa lo
suficiente en tu estatus financiero como para ayudarte a que te contactes con
el Proveedor maestro, tu Jehová Yiré? Desafortunadamente, la sociedad
secular respeta más al dinero que los cristianos. Casi todos los artículos en
revistas cristianas que hablan sobre el dinero, advierten del riesgo de
buscarlo. Casi todo ministro en los Estados Unidos, apunta hacia las trampas
del materialismo. Entretanto, alguien dijo que el 40 por ciento de las
bancarrotas declaradas involucran a cristianos nacidos de nuevo. Hay
millones que no pueden pagar sus cuentas. Miles de sueños son saboteados y
naufragan en las rocas de la bancarrota y la pobreza, ¡mientras nos
preocupamos sobre el peligro que el dinero representa!
La falta de respeto es evidente cuando ridiculizas y te ríes de los
mentores financieros.
“Dr. Mike: Yo pienso que algunos predicadores están obsesionados con
el dinero. Sólo hablan de eso. Hay un predicador en la televisión que no habla
de ninguna otra cosa. Nunca habla de sanidad, o de la venida de Cristo, o de
problemas familiares. Todo su enfoque está en el dinero”.
Entonces, responde estas sencillas preguntas. ¿Estás enojado con tu
dentista porque se rehúsa a cortarte el cabello? Claro que no. Ese no es su
enfoque.
¿Despides a tu abogado porque se niega a cortar tu césped? Obviamente
no. Las leyes son su llamado.
Como ves, a cada ministro le fue dada una Asignación diferente.
Usualmente, ellos contienen una unción única y fuera de lo común (una
capacitación Divina) para esa revelación de Sabiduría en particular. Si tú
verdaderamente respetaras el dinero, saltarías de gozo al descubrir a cualquier
hombre de Dios que te pudiera ayudar a moverte de la pobreza a la Tierra de
la Abundancia.
La falta de respeto hacia el dinero es obvia. Cuando haces declaraciones
despreciativas, simplistas y socarronas tales como: “El dinero no te hará
feliz”. Bueno, la pobreza tampoco te hará feliz. No existe siquiera una
relación entre los dos.
El dinero no es necesario porque te hace feliz.
El dinero es necesario porque resuelve problemas. “…Y el dinero sirve
para todo”, (Eclesiastés 10:19).
Si tratas mal a alguien, ellos se apartarán de ti.
Cuando no respetas a alguien, ellos nunca volverán a cruzar tu puerta de
nuevo.
Cuando no respetas al dinero tu habilidad para atraerlo se
desvanecerá.
Tú tienes que reconocer que el dinero es una herramienta. Tu Cosecha
Financiera te permitirá ayudar a tu familia, a tus seres queridos y en participar
en los grandes proyectos cívicos tales como un hospital, la Cruz Roja, la
Marcha de los Diez Centavos o cualquier institución caritativa cercana a tu
corazón. El dinero es una herramienta porque te permite comprar las cosas
para la educación de tus hijos, que los emociona y fortalece sus vidas.
El dinero es un arma contra la ignorancia. El dinero te permite ir al
colegio, asegurar una educación maravillosa, viajar alrededor del mundo y ser
un proveedor en vez de un parásito para la sociedad.
El dinero te convierte en un Llevador de Cargas en vez de una carga.
A menudo he preguntado a quienes menosprecian la prosperidad
financiera: “Dime cuántas cosas maravillosas puedes hacer sin el dinero.
Después, dame una lista de las cosas que podrías realizar si tuvieras mucho
dinero”.
Ellos se rehúsan a contestar.
Respeta el dinero y saltará como un ciervo a tu vida.
No respetes al dinero y se retirará de ti más pronto que un rayo.
Esta es una de las principales razones por lo que la gente no recibe su
Cosecha financiera. “Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero”,
(Eclesiastés 7:12).
¿Por qué no es respetado el dinero? Usualmente, cuando llega
demasiado fácil a alguien, no lo respetan. A menudo ves esto con tus hijos.
Tú le das una moneda de 25 centavos o un dólar. Una hora después no saben
qué le pasó. Lo perdieron o se lo dieron a alguien. ¿Por qué? Porque no les
costó ningún esfuerzo. Les llegó demasiado fácil.
Solamente protegerás aquello en lo que has invertido algo.
Los adolescentes raramente respetan el dinero. A esta temprana edad,
aún no han desarrollado una obsesión o pasión por una meta grande que lo
requiera. Su casa está provista por papi. Su comida es provista por su mamá.
Sus amigos le dan transportación gratuita. Un padre que siente culpabilidad
por su negligencia le suelta un billete de veinte dólares a su hijo para que se
vaya a la ciudad. Si un adolescente no ha trabajado para ganar su dinero, no
desarrollará un respeto hacia este.
Tú difícilmente lucharás por alguna cosa que te llegue fácil.
A menudo el dinero no es respetado cuando los mentores financieros no
han sido parte de tu vida. Todo debe ser aprendido. Pocas cosas son
verdaderamente instintivas en estas áreas. Si tu madre o tu padre vivieron
durante la “Gran Depresión”, probablemente enfatizan la importancia de
hacer “que cada centavo cuente”.
A menudo los niños ricos son descuidados con su dinero. Especialmente
si les es dado sin hacer ninguna labor o sin trabajar por ello.
Recientemente leí que uno de los hombres más prósperos de los Estados
Unidos le da a su hijo $5 dólares a la semana. Él decía: “Yo quiero que
aprenda a respetar al dinero. Si yo le hiciera las cosas demasiado fáciles, él no
entendería lo difícil que es generarlo”.
“Yo nunca pienso acerca del dinero”, fue el comentario insolente de un
joven. Lo miré. Sus ropas se las había comprado su padre. Su carro lo había
recibido de regalo de cumpleaños. Su educación universitaria había sido
pagada por sus padres. Era un parásito. Nunca había hecho nada significativo
con su vida. Por lo tanto, no era una sorpresa para mí el que no tuviera
respeto por el dinero. Nunca lo había ganado.
Cuando reconoces verdaderamente lo importante que es el don del
dinero, tu Cosecha vendrá hacia ti en formas maravillosas.
Mateo 7:7-8
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá”.
Algunas Personas Nunca Consideran
Siquiera Pedir Una Cosecha Financiera
Específica Y Significativa

Pedir Es La Llave Para Recibir.


Jesús dejó esto claro. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y
se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al
que llama, se le abrirá”, (Mateo 7:7-8).
Muchas personas desean más dinero.
Muchas personas anhelan más dinero.
Muchas personas sueñan sobre más dinero.
Pero, ellos no han entendido el poder de pedir.
“Realmente necesito dinero”, dijo una señora mayor después de una
conferencia, ya entrada la noche.
“¿Cuánto es lo que necesita?”, le pregunté.
“¡Oh, sólo necesito más!”.
“¿Cuánto más?”.
Y fue todavía más persistente: “¡Yo solo necesito más, eso es todo!”.
Finalmente, saqué una moneda de cinco centavos de mi bolsillo y se la
di diciéndole: “Tus oraciones acaban de ser contestadas”. Como ves, ella
quería más y yo le di más.
Ella estaba queriendo más, pero ella no estaba realmente pidiendo más.
Nunca especificó una cantidad.
1. Mucha Gente Se Rebela En Contra de Pedir. Pedir es algo que los
irrita. Como ves, pedir es realmente una imagen de humildad. Cuando tú le
pides algo a alguien, estás reconociendo falta y limitación. Eso no es
valorado en nuestra sociedad actualmente.
La autosuficiencia es algo que nuestra cultura atesora.
Pedir aparenta ser una debilidad.
Sin embargo, pedir es la Llave de Oro para recibir.
2. Muchos Se Rehúsan A Pedirle A Dios Una Cosecha Financiera.
¿Por qué? Porque han desobedecido una instrucción que Él les ha dado y
ellos lo sabían. Eso destruye su valentía y su arrojo.
Tú sólo puedes ser valeroso cuando crees que estás en lo correcto.
Cuando has ignorado asistir fielmente a tu iglesia, diezmar y poner a
Dios primero que todo, careces del arrojo para acercarte a Él para algo. Es
muy difícil pasar los domingos en tu lancha en el lago y después sentirte
cómodo pidiéndole a Dios una bendición financiera el lunes por la mañana.
3. Muchos Se Rehúsan A Pedirle A Dios Cantidades de Ingresos
Específicas. ¿Por qué? ¡Porque no saben siquiera cuánto le deben a sus
acreedores!
Hace muchos años un hombre joven se acercó a mí en su desesperación.
Dijo: “Estoy yéndome a la bancarrota. Voy a perder todo lo que tengo.
¿Podría ayudarme?”.
“Dime exactamente cuánto debes a tus acreedores”, repliqué.
Él me miró desconcertado y confundido: “No tengo idea de cuánto
dinero debo”.
“Bueno, siéntate y haz una lista de cada persona a quienes les debes, la
cantidad que les debes, y cuánto puedes destinar cada mes para liquidar tu
adeudo”.
Él desvió la conversación. Y yo lo traje de regreso. “Déjate ya de
rodeos. Siéntate y házme una lista de lo que debes actualmente. Tú no puedes
usar tu fe sin un blanco. La fe requiere una instrucción. Si la fe tuviera
opciones no funcionaría. Le tienes que dar una Asignación específica”. (En
los escritos antiguos lo llaman indecisión o doble ánimo). “El hombre de
doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”, (Santiago 1:8).
4. Muchos Se Rehúsan A Pedirle A Dios En Fe. Ellos sollozan,
lagrimean y hasta lloran amargamente en los servicios de la iglesia. Pero se
rehúsan a envolver su petición con las vestiduras de la fe y la expectación.
“Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca
a Dios crea que Él existe, y que sabe recompensar a quienes Lo buscan”,
(Hebreos 11:6 RVC).
Dios quiere que se Le crea. Su único dolor es ser dudado. Su único
placer es ser creído. Cada esfuerzo de Dios tiene un enfoque— encontrar a
una persona que crea lo que Él dice.
Dios tiene una obsesión de ser creído.
Él Se aparta de los que dudan (Hebreos 11:6).
Él recompensa a quienes creen (Deuteronomio 28:1-14).
Las lágrimas por sí solas no mueven a Dios.
La desesperación no intimida a Dios.
La manipulación no controla a Dios.
La educación no influye en Dios.
La fe es la única voz que Dios respeta.
La fe es el único método que impresiona a Dios para activar los
milagros. Tú debes pedir con fe. La fe viene cuando escuchas a Dios hablar.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios”, (Romanos
10:17).
5. Algunas Personas No Piden Porque Creen Que La Provisión Es
Soberana, Basada En El Capricho O Los Impulsos de Dios.
“Mike, si Dios quiere darme dinero, me lo va a dar”, dijo un hombre.
Entonces, le contesté a este hermano: “Eso significa que si Él quisiera
que tú te peinaras el cabello esta mañana, ¿Él lo habría hecho por ti? Si Él
quisiera que usaras ropa, ¿no habrías nacido desnudo?”. ¡Qué absurdo! Dios
quiere que todo mundo sea salvo, ¿O no? Pero muchos se están yendo al
infierno. La voluntad del hombre está involucrada. La provisión es elección
tuya.
6. Algunas Personas No Piden Una Cosecha Financiera Porque
Creen Que El Dinero Es Una Trampa.
“¿No crees que satanás le da mucho dinero a la gente para que la gente
le vuelva la espalda a Dios?”.
Repliqué a esta dama, “Si el dinero te puede hacer resbalar, ¿por qué
satanás no te ha dado una sobredosis de dinero?”. Si el dinero pudiera hacer
que te alejes de Dios, satanás estaría metiendo de reversa un semirremolque
cargado de billetes de $100 dólares al patio de tu casa.
7. Muchas Personas No Piden Nunca A Dios Sabiduría Para Sus
Finanzas. Nunca entran al Lugar Secreto cuando hacen compras mayores así
como una casa o un automóvil. Nunca considerarían ayunar tres días antes de
aceptar un nuevo trabajo o lugar de empleo. Ellos dependen de su propia
mente y percepción. Ellos ignoran al Espíritu Santo quien les aconseja en
todas las cosas. En los escritos antiguos, los primeros discípulos consultaban
al Espíritu Santo acerca de todo, aún sobre los lugares donde deberían
ministrar. Lee estas palabras fascinantes: “Ministrando éstos al Señor, y
ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra
a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las
manos y los despidieron. Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo,
descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre”, (Hechos 13:2-4).
Ellos no eran movidos por las necesidades de la gente.
Ellos eran movidos por la voz del Espíritu Santo.
Ellos no iban a donde eran necesitados.
Ellos iban a donde les era ordenado.
8. Muchos Se Rehúsan A Pedir Por Un Milagro Específico.
“En verdad necesito una casa”, dijo un hombre joven una noche.
“Describe la casa que le estás pidiendo a Dios que te provea”, fue mi
respuesta.
“Oh, la que sea. Sólo necesito una casa”.
Ya sabes, Dios podría haberle dado una casa para perros y no se hubiera
podido quejar. Si Le estás pidiendo una casa a Dios examina atentamente
algunas revistas hasta que encuentres la foto exacta de la casa que Le has
estado pidiendo a Dios que te provea. Enfoca tu fe en ello. Si Le estás
pidiendo un automóvil específico a Dios, encuentra el color, el modelo y el
auto específico en alguna revista y presenta esa página a Dios diariamente en
intercesión y cree por tu futuro.
Si Le estás pidiendo a Dios por una remuneración económica, escribe la
cantidad en tu tablón de anuncios. Infórmale a tu círculo de intercesores.
Levanta esa hoja de papel alto en oración en tus tiempos de intercesión y
pídele al Señor que te muestre cómo ganar ese salario específico.
Sé claro. Sé específico. Enfoca tu fe con precisión. La fe no responderá a
un sonido incierto. Dios responde a la franqueza. A la persistencia. A la
tenacidad.
9. Pocos Saben Realmente Lo Que Quieren de La Vida
Financieramente Hablando. La precisión es rara en las conversaciones. He
estado sentado a la mesa en algún restaurante, mientras los amigos ven a la
cara a un mesero que no han conocido jamás en su vida y le preguntan:
“¿Qué me sugiere que deba comer hoy?”. Eso me deja perplejo.
¡He visto a amigos comprar la ropa que le gustaba al vendedor! De
hecho, un vendedor que era un perfecto desconocido en su vida. ¡Piensa en
esto! ¡Alguien quien en su vida han visto jamás, está decidiendo la ropa que
ellos deben usar!
Cuando Le pidas algo a Dios:
Pide específicamente.
Pide persistentemente.
Pide expectantemente.
Pide a lo grande.
Pide honestamente.
10. Muchos Se Rehúsan A Pedirle Nada A Su Jefe. Prefieren quejarse
con un compañero del trabajo, lloriquearle a su cónyuge y condolerse de sí
mismos. Ellos rehúsan pedirle a su jefe problemas nuevos qué resolver,
seminarios a los que pudieran asistir, y formas en las que pudieran mejorar.
Ellos se rehúsan a pedirle a su jefe que reconsidere su salario y mostrarle
una propuesta de aumento.
11. Muchos No Están Dispuestos A Ganar Lo Que Quieren.
También, se rehúsan a pedir en el momento oportuno alguna petición
especial. Hace varios años me ocurrió esto. Yo estaba agotado y cansado.
Había volado más de 3,000 kilómetros. A mi llegada mi contadora me dijo:
“Necesito hablar con usted”. Me llevó a la sala de juntas y procedió a
decirme que necesitaba un aumento de $1,000 dólares a su salario mensual,
porque ella y su esposo iban a cambiarse a una casa más grande y quería más
dinero. La inoportunidad jugó un papel importante.
12. Muchos Se Rehúsan A Preguntar A La Gente Correcta Las
Preguntas Correctas. Nunca le preguntes a tu cuñado en bancarrota sobre
inversiones. Nunca consultes a un pobre sobre prosperidad financiera. No le
puedes preguntar a un hombre que pesa 200 Kg. La forma más rápida para
perder peso, ¿te atreverías?

Muchas personas se rehúsan a pedirle a un consultor en


finanzas que critique su presupuesto y les haga sugerencias.
Algunos se rehúsan a preguntarle a sus acreedores si hay
alguna nueva consideración y reducción para su deuda.
Algunos se rehúsan a negociar y pedir un descuento en el
precio de un artículo.

Hace varios años visité una tienda de equipaje aquí en Dallas.


“Quisiera tener el descuento corporativo”, requerí.
“¿Qué es un descuento corporativo?”, fue la respuesta desconcertada.
“Cuarenta por ciento de descuento del precio al público”, le solicité.
“Está bien”, fue el acuerdo inmediato.
Negocia todo.
TODO.
No tienes derecho a recibir algo que no has pedido. Nos sorprendería ver
cuántas cosas estamos dejando de experimentar o de poseer…porque nos
rehusamos a pedir.
Yo tenía la imagen mental de una enorme bodega invisible. Esta
contiene una colección increíble de bendiciones, pared tras pared, repisa tras
repisa. Cuando lleguemos al Cielo, quizá haya una gran “Noche de Llanto”.
Será una noche donde las lágrimas correrán como ríos. Esto ocurrirá después
de que Dios te lleve a la Bodega. “Yo quiero mostrarte lo que pudiste haber
tenido si tan sólo Me lo hubieras pedido”.
“No tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque
pedís mal, para gastar en vuestros deleites”, (Santiago 4:2, 3).
Recuerda—Dios quiere que te acerques a Él cuando tienes una
necesidad. Él quiere ser creído. Quiere ser tu Fuente. Él quiere ser la persona
con quien discutes cada problema.
Pedir es el reconocimiento de Su Sabiduría.
Pedir es un reconocimiento de tu humildad.
Pedir es una de las Llaves más poderosas y maravillosas para abrir la
cerradura del Tesoro de la Provisión.
Millones se rehúsan. Esa es la razón por lo que han fracasado en recibir
todo lo que Dios quiere que ellos posean: su Cosecha milagrosa.
Pide, pide apropiadamente. Pide sabiamente. Pide humildemente. Pide
Expectantemente…y tu Cosecha de Oro emergerá más rica de lo que hayas
soñado jamás.
Algunas Personas No Creen Realmente Que
Merecen Recibir Una Cosecha Financiera

Las Raíces de La Inferioridad Crecen Profundamente.


Yo nací y crecí en Luisiana. Una de las excusas más comunes a la
carencia y a la pobreza que he escuchado miles de veces a través de los años
es: “Yo no tengo educación. Mi papá y mi mamá no tienen educación. Solo
somos personas pobres del campo”.
Supongo que esas declaraciones han sido habladas a mis oídos miles de
veces, explicando la pobreza y la falta de provisión financiera.
Como ves, muchas personas están bien conscientes de sus debilidades y
limitaciones, que no pueden siquiera imaginarse a sí mismos en un hermoso
automóvil, en una casa lujosa o haciendo un cheque para cubrir cualquier
necesidad. La pobreza se puede convertir en parte de tu estilo de vida tan
fácilmente. Muchos se adaptan a la carencia.
Yo no estoy hablando acerca de una falsa humildad que muchos se
ponen encima como disfraz. Estoy hablando de la tan profundamente
arraigada filosofía o sensación de que el éxito está demasiado lejos como para
buscarlo.
“Bueno Mike, yo no merezco nada”.
“Entonces, ¿por qué estás tratando de asegurar un lugar en el Cielo?”.
¿Crees que te mereces eso? ¿Crees que tienes derecho a caminar en calles de
oro, pero no tener un aumento de $50 dólares al mes? Eso es absurdo. Algo
está fuera de balance.
¿Qué le hace a un hombre atreverse a pedirle a Dios una residencia
eterna junto a la del apóstol Pablo, pero pensar que es orgullo pedirle un auto
nuevo? Ahora, la gratitud es una cualidad hermosa y maravillosa. La
ingratitud es venenosa. La humildad es preciosa y debe ser atesorada. No hay
nada de malo sentir que Dios te ha bendecido más allá de lo que mereces.
Toda persona que ha estado en la presencia de Dios durante cualquier lapso
de tiempo se siente de esta manera. Su gloria es suficiente. Su perdón es
suficiente. Es cierto: si Él nunca nos diera nada en esta Tierra, Su presencia
satisface cada parte de nuestro ser. Esa es una actitud maravillosa que Dios
atesora.
Pero, yo estoy enfocado en el venenoso y devastador Cáncer de la
Inferioridad y de la pérdida de confianza en sí mismo que ocasiona que el
hombre se aleje a rastras de Dios en vez acercarse confiadamente a Dios.
Una dama me dijo: “Tengo temor de que el dinero me pueda dañar
espiritualmente”. “Si usted siente que el aumento en sus recursos financieros
hará que se aleje de Dios, ¿por qué no Le pide al Señor que la despoje de la
mitad de su salario?, y eso aumentará su espiritualidad”, le hice la broma.
Una noche ya tarde después de un servicio, se acercó a mí un hombre
sintiéndose según sus palabras, “indigno”. Él estaba de pie, con lágrimas que
parecían ser muy reales, diciéndome lo indigno que era de ser bendecido
financieramente. Yo tenía varios pensamientos. Y me preguntaba si él le diría
eso a su jefe cuando este le ofrecía un aumento. ¿Bajará su precio al precio de
costo cuando un cliente quiere hacerle una compra? ¿O negocia ferozmente
en la mesa de las negociaciones? Mi conjetura es que él era un maestro en
negociación que peleaba cada centavo al que pudiera ponerle la mano
encima. Era sólo cuando la enseñanza sobre su prosperidad se enfocaba en su
responsabilidad que se sentía intimidado.
Ahora bien, es cierto que tienes que calificar para recibir las
bendiciones. Lee el capítulo 28 de Deuteronomio. El requerimiento es
obedecer cada principio de la Palabra de Dios.
Isaías lo vio: “Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no
quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de
Jehová lo ha dicho”, (Isaías 1:19-20).
Algunos no califican para recibir las bendiciones de Dios. Eso es
porque se sienten indignos, no deseados y rechazados.
Algunos se rehúsan a recibir mentoría financiera. “Pobreza y vergüenza
tendrá el que menosprecia el consejo; mas el que guarda la corrección
recibirá honra”, (Proverbios 13:18).
Muchos son descalificados para una Cosecha financiera porque se
rehúsan a trabajar. “Porque también cuando estábamos con vosotros, os
ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”, (2
Tesalonicenses 3:10).
Pablo vio esto. Él recomendó que toda persona se alejara de los que son
demasiado flojos para producir. “Si alguno no obedece a lo que decimos por
medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se
avergüence”, (2 Tesalonicenses 3:14).
Deja de usar el vocabulario de víctima. Tus conversaciones podrían estar
destruyéndote. Cuando publicas tus heridas, atraes a los buitres y a los
zopilotes. Estos comenzarán a sobrevolar tu vida en círculos esperando una
oportunidad para atacarte y destruirte. “La muerte y la vida están en poder de
la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”, (Proverbios 18:21).
Puedes sentirte indigno, pero no publiques tus debilidades y
vulnerabilidades. Dios le habló a Jeremías acerca de no discutir sus
limitaciones públicamente y con todo mundo. “Y me dijo Jehová: No digas:
Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te
mande”, (Jeremías 1:7).
Tú has recibido el mandato de ser valiente y despreciar el miedo. “No
temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová”,
(Jeremías 1:8).
Dios no te ha dado espíritu de miedo. “Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”, (2
Timoteo 1:7).
Tu lengua está decidiendo las corrientes de tu vida. “He aquí nosotros
ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y
dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y
llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón
por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro
pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque
enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad.
La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e
inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del
mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún
hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado,
llena de veneno mortal”, (Santiago 3:3-8).
Cuando el Espíritu Santo controla las palabras que estás diciendo tu
vida entera se perfecciona. “Si alguno no ofende en palabra, éste es varón
perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo”, (Santiago 3:2).
Haz un estudio breve sobre los perdedores en las Escrituras que no
entraron a Canaán. Fue su incredulidad, inferioridad y palabras de duda lo
que los destruyó. Diez espías habían regresado llenos de duda e incredulidad.
Ellos habían visto las uvas, pero les temían a los gigantes. “No podremos
subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal
entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La
tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus
moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de
grande estatura… y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así
les parecíamos a ellos.”, (Números 13:31-33).
Yo llamo a esto el “Complejo del Chapulín”.
Su enemigo les parecía más grande que su Dios.
Dios estaba enfocándose en las uvas de la bendición.
Los israelitas se enfocaron en los gigantes de Canaán.
Ellos cedieron su derecho a la tierra de Canaán debido a su sentido de
incapacidad, de poca valía, a su limitación.
Los gigantes nunca derrotaron a los israelitas.
El miedo en su interior los conquistó.
¿Por qué algunas personas se sienten indignas? Porque han escuchado a
alguien más que se sentía indigno e incapaz. “Entonces toda la congregación
gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche”, (Números 14:1).

Alguien te ha influenciado en tu pasado.


Alguien te está influenciando hoy.
Alguien te educó en tus debilidades y limitaciones.
Alguien ha destruido las Semillas de fe que podrían producir
cualquier futuro que desees.

¿Quiénes son los que han sembrado Semillas de esclavitud en tu


corazón? ¿Quiénes son los que te han hecho sentir indigno, inferior y carente
de toda capacidad de lograr grandes cosas para Dios?
Alguien que no creyó en la Palabra de Dios.
Levántate. Tú puedes salir de Egipto. Tú puedes sacudirte las cadenas
del miedo. No tienes que permanecer donde estás. Algo más grande que tú se
está levantando hoy dentro de ti. Algo más grande de lo que has conocido
jamás en toda tu vida.
El mañana está nada más a un momento de distancia. Actívalo.
Muévete hacia él. Aléjate de la incredulidad. Aléjate de los que dudan, de los
que menosprecian y de la gente derrotada.
Conforme avanzas hacia la fe, las montañas caerán a tus pies
lloriqueando pidiendo instrucciones. “Porque de cierto os digo que
cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en
su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y
os vendrá”, (Marcos 11:23-24).
Tal vez tu padre abusó de ti.
Tu madre pudo haberte acusado.
Tu jefe pudo haberte maltratado.
Pero, sigues vivo y estás bien ahora. Eres un sobreviviente, un éxito, un
vencedor. Mira todo lo que has pasado, por donde has cruzado y corrido
alrededor.
Tú eres un ganador y eso es obvio. Así que, pon tu cabeza bien erguida,
los hombros hacia atrás y marcha confiado y valientemente hacia la
extraordinaria tierra de las uvas, de la miel y la provisión sobrenatural a la
que has llegado. Fueron hechas para alguien. ¿Por qué tú no?

Tú fuiste creado para probar las uvas.


Tú eres un Exterminador de Gigantes.
Tú eres un Movedor de Montañas.
Tú puedes caminar a través del fuego y no quemarte.
Las aguas de la vida no te han anegado.

Tú eres digno de recibir lo que necesitas porque eres la descendencia, el


hijo del Dios Altísimo que hizo los cielos y la tierra. “Caerán a tu lado mil, y
diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará”, (Salmos 91:7).
Tú puedes derrotar las dolencias y las enfermedades. “No te
sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada”, (Salmos 91:10).
Tú estás rodeado de ángeles que te guardan cuidadosamente. “Pues a
sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las
manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra”, (Salmos 91:11-12).
Tú no tienes temor de nada. “No temerás el terror nocturno, ni saeta que
vuele de día”, (Salmos 91:5).
No morirás prematuramente, sino vivirás para glorificar a Dios. “Lo
saciaré de larga vida, y le mostraré Mi salvación”, (Salmos 91:16).
Nunca estarás sin acceso a Dios. “¿A dónde me iré de Tu Espíritu? ¿Y a
dónde huiré de Tu presencia? Si subiere a los Cielos, allí estás Tú; y si en el
Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí Tú estás”, (Salmos 139:7-8).
Tú serás constante y continuamente guiado por el Mentor de tu vida, El
Espíritu Santo. “Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar,
aun allí me guiará Tu mano, y me asirá Tu diestra”, (Salmos 139:9-10).
Tú eres una joya rara, meticulosamente esculpida en la corona de Dios.
“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son Tus obras; estoy
maravillado, y mi alma lo sabe muy bien”, (Salmos 139:14).
Dios está pensando constantemente cosas extraordinarias y
maravillosas sobre ti. “¡Cuán preciosos me son, oh Dios, Tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la
arena; despierto, y aún estoy contigo”, (Salmos 139:17-18).
Tú serás reavivado en medio de cualquier problema. “Si anduviere yo
en medio de la angustia, Tú me vivificarás”, (Salmos 138:7).
Tus enemigos se convertirán en enemigos de Dios. “Contra la ira de mis
enemigos extenderás Tu mano, y me salvará Tu diestra”, (Salmos 138:7).
Tú verás finalizado cada milagro que Dios haya comenzado en tu vida.
“Jehová cumplirá Su propósito en mí”, (Salmos 138:8).
El pecado te hace sentir indigno. Así que, arrepiéntete. Aléjate. “Que si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo”, (Romanos 10:9).
Los recuerdos de desengaños pueden debilitarte y restarte confianza.
Así que, sigue las instrucciones del Profeta Isaías. “No os acordéis de las
cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que Yo hago
cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en
el desierto, y ríos en la soledad”, (Isaías 43:18-19).
Recuerda: es la grandeza de Dios lo que trae bendición, no nuestra
grandeza personal. Es tu necesidad lo que atrae Su intervención. “Porque Yo
derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; Mi Espíritu
derramaré sobre tu generación, y Mi bendición sobre tus renuevos”, (Isaías
44:3).
Algunas personas no están experimentando una Cosecha financiera
porque se están enfocando en sí mismos, en su falta de mérito e
incapacidades.
Así que cambia tu enfoque hoy. Deja de analizar lo que te hace sentir
indigno. Enfócate de nuevo en el Autor y en el Terminador, en el Alfa y el
Omega, el Principio y el Fin de tu fe. Sólo Él es digno de tu enfoque total. Él
es digno de tu atención. Él es la Fuente de toda cosa buena. “No que seamos
suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de
nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios”, (2 Corintios 3:5 NBLH).
Muchos no se sienten dignos ni merecedores de ninguna cosa buena. Esa
es la razón por lo que su fe no los ha llevado a Su presencia para recibir la
Cosecha milagrosa que se merecen.
Acércate confiadamente hoy a Su trono. ¿Podemos orar una breve
oración? “Padre, Tú respondes a la determinación. Las necesidades no te
mueven. La desesperación no te cambia. La fe influye en Ti. Así que hoy te
doy gracias por recibirnos al acercarnos confiadamente a Tu trono en tiempo
de necesidad. Nosotros no venimos a Ti con base en nuestra suficiencia
propia porque nuestra justicia es como trapos de inmundicia. El hombre en su
mejor estado es vanidad. Tú respondes al hambre, así que nosotros venimos
hoy ante Ti. Tú no nos defraudarás. En el nombre de Jesús, Amén”.
Muchas Personas Dependen de Su Propia
Capacidad En Vez de Confiar En El Poder
Sobrenatural de Dios

El Espíritu de Autosuficiencia Es Una Trampa Mortal.


Millones de personas no buscan los principios de Dios ni invierten
tiempo a solas en El Lugar Secreto. Ellos se sienten confiados, engreídos y
arrogantes. Ellos “no necesitan de nadie”. El principio es: “Lo que tenga que
ser, depende de mí”.
Ahora, a primera vista, esto parece una filosofía maravillosa. Muestra
disposición para asumir responsabilidad. Revela valentía y fortaleza.
Pero, Dios no te dejará que triunfes solo.
En Su sistema, fracasarás sin una dependencia total en Él. Él verá que
así sea.
Dios recompensa la humildad “Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en
tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha
ungido por rey sobre Israel?”, (1 Samuel 15:17).
El profeta Samuel le mostró al rey Saúl cómo se había deteriorado la
actitud de humildad exhibida al principio de su reinado. La vieja naturaleza
de Adán sigue estando en nuestro interior. Requiere autosuficiencia, una
separación de Dios. Podría parecer maravilloso y humilde que no necesites
buscar la participación de Dios en tu Cosecha financiera, pero es una locura,
es tonto y trágico.
Se necesitará algo más que trabajo duro para obtener una Cosecha Fuera
de lo Común.
Requerirá algo más que laborar horas extras en el trabajo.
Requerirá algo más que seminarios adicionales y libros.
Una Cosecha Fuera de Lo Común Requiere Un Proveedor Fuera de Lo
Común. Dios sabe esto. Dios no cesará de generar crisis hasta que tú
descubras esto. “Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda Tus
estatutos”, (Salmos 119:71).
Tu trabajo duro y tus grandes esfuerzos son Semillas maravillosas.
Tu disposición a sentarte y recibir mentoría universitaria e invertir horas
en investigación es muy encomiable. Esto es siempre reconocido y será
siempre recompensado.
Pero nunca seas tan tonto como para buscar una Cosecha que no
requiera la intervención sobrenatural de un Proveedor Sobrenatural: tu Jehová
Yiré. Nada que puedas llegar a producir por ti mismo va a satisfacer esa parte
de eternidad en tu interior.
Tu ser invisible requiere a un Dios invisible.
La parte impura de ti requiere a un Dios puro.
La parte no instruida en ti requiere un Mentor y Maestro: El Espíritu
Santo.
Millones pierden su derecho a lograr una Cosecha financiera porque se
ven a sí mismos como su propia fuente de toda bendición.
El orgullo de Nabucodonosor casi lo destruyó. Él también confió
demasiado en sí mismo y dijo de su persona: “¿No es ésta la gran Babilonia
que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi
majestad?”, (Daniel 4:30).
Dios respondió rápidamente. “En la misma hora se cumplió la palabra
sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba
como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su
pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves”, (Daniel
4:33).
Es algo trágico y peligroso convertirte en tu propio dios. Tú no eres la
única persona involucrada en el ciclo milagroso de una Cosecha financiera.
Dios es tu verdadera Fuente.
La autosuficiencia enfurece a Dios. Él nunca te permitirá que lo olvides.
“Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa
tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre,
ciego y desnudo. Por tanto, Yo te aconsejo que de Mí compres oro refinado
en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se
descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que
veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y
arrepiéntete”, (Apocalipsis 3:17-19).
Dios monitorea cada conversación que revela auto exaltación. “Esto
haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos
mis frutos y mis bienes…Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a
pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?”, (Lucas 12:18, 20).
Jesús advirtió: “Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios”,
(Lucas 12:21).
Cuando veo a los incrédulos ignorar la iglesia, y remolcar su lancha en
la carretera para ir a la playa el domingo, veo a alguien que ha hecho un dios
de sí mismo. Él ignora la casa de Dios, a su pastor, y piensa que es permisible
ser negligente al dejar de congregarse con otros creyentes. Él cree
verdaderamente que Dios no tiene nada que ver con su Cosecha financiera.
Está confiado en sus habilidades y en su capacidad para abrirse camino en un
mundo acelerado. Él no se da cuenta que está a un latido de distancia de su
lecho de muerte a cada momento.
Su falta de oración es la prueba de su ignorancia. (Ver Proverbios 3:5-
6). Él confía en sus propias habilidades.
Él ha excluido a Dios.
Esta es una de las razones por lo que millones de personas nunca reciben
su Cosecha financiera. “Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu
Dios por la buena tierra que te habrá dado. Cuídate de no olvidarte de Jehová
tu Dios, para cumplir Sus mandamientos, Sus decretos y Sus estatutos que yo
te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en
que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te
multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón,
y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de
servidumbre”, (Deuteronomio 8:10-14).
Reconoce la importancia de Dios. Hazte adicto a Su presencia, depende
de Su consejo y descubrirás un éxito financiero como jamás lo habías
imaginado.
Muchas Personas Jamás Llegan A
Comprender Plenamente El Impacto, La
Influencia Y Los Milagros Que Una
Cosecha Fuera de Lo Común Puede
Producir En Los Demás

Mira al joven pianista practicando el piano. Él tiene un pequeño don.


Esa es una Semilla. Se convertirá en su Cosecha. Él se hace de renombre en
todo el mundo cuando millones de personas compran sus álbumes. Él vale
millones por el impacto de su música. Algo que él tenía en su presente se hizo
mucho mayor en su futuro.
Piensa acerca de la mente brillante de Alberto Einstein. Él tenía una
Semilla de curiosidad. Se convirtió en un Puente de resplandor. Él entendió
los principios científicos como ningún ser humano que vivió antes que él lo
entendió. Algo en su presente se hizo más grande en su futuro.
David caminó en un campo de batalla con una honda en su bolsillo
trasero. Era algo en su presente que se hizo mucho más grande en su futuro.
Lo introdujo en la monarquía de Israel mientras miles de mujeres danzaban
por las calles honrándolo después de la muerte de Goliat.
Un niño pequeño puso cinco panes y dos pescados en las manos de
Jesús. Esa fue su Semilla. Esta contenía algo mucho más grande cuando las
manos de Jesús la tocaron.
La mayoría de la gente nunca capta esto. Eso que actualmente posees
que parece pequeño e insignificante es increíblemente grande, poderoso y
avasallador cuando llega a tu futuro.
¡La mayoría no comprende nunca el poder de su Semilla! Así pues,
¿cómo podrían ellos entender el poder de su Cosecha?
Yo estaba en la Ciudad de Kansas. Compartí el testimonio acerca de mi
Semilla de $58 dólares y los resultados que hubo en la vida de muchos a
causa de esta. Después de mi mensaje, un niño pequeño caminó hacia mí. Yo
no tenía idea de cuál fuera su nombre ni nada por el estilo. El Espíritu Santo
dio un codazo a mi corazón. “Dale un billete de $100 dólares”. Yo estaba un
poco impactado. “Es muy pequeño. Le podría dar un dólar y no sabría cuál es
la diferencia”, respondí. El Espíritu Santo insistió. Así que metí la mano a mi
bolsillo un poco renuente, y le di el billete de $100 dólares. Unos minutos
después, una niñita se acercó. Resultó que ella era su hermana. El Espíritu
Santo dijo: “Dale $100 dólares también”. Yo no sabía su nombre. Pero
entendí la voz del Espíritu Santo. Saqué un billete de mi billetera y se lo di.
Entonces una mujer se acercó. Resultaba que ella era su mamá. Ella
estaba conmocionada cuando vio a los dos niños sosteniendo billetes de $100
dólares en sus manos. “¿Para qué es esto?”. Barboteó ella de manera abrupta.
“El Espíritu Santo me dijo nada más que se los diera”, le expliqué.
Ella empezó a llorar. Ella explicó: “Hoy usted dijo que cada uno
plantara una Semilla de $58 dólares representando las 58 clases de
bendiciones de la Biblia. Cuando busqué en mi bolsa con lágrimas en los
ojos, estaba tan descorazonada. Ha de saber: mi esposo me dejo hace tres
semanas. Él se ha rehusado a apoyarnos financieramente en lo absoluto.
Cuando los niños y yo vinimos hoy a la iglesia esta noche, no teníamos una
ni una lata de comida en nuestra despensa. No hay leche en el refrigerador.
No había comida en lo absoluto Estamos en quiebra. Cuando vacié mi bolsa
durante la ofrenda, junté cada centavo que encontré para tratar de reunir los
$58 dólares. No los tenía. Pero la cantidad total que encontré en mi bolsa
fueron 58 centavos. Así que dije: Señor, estoy sembrando estos 58 centavos
como un memorial, te pido que te acuerdes de nosotros. Yo confío en que me
vas a bendecir con todas las 58 bendiciones”. Ella seguía llorando. “Ahora
mis hijos y yo vamos a ir a una tienda de abarrotes abierta las 24 horas y
compraremos $200 dólares de comida para nuestra familia”, dijo ella. No
tengo forma cómo expresarle lo mucho que levantó y bendijo mi corazón.
Como ves, mis $200 dólares eran la Cosecha que Dios había provisto
para mí. Yo no tenía idea que ésta pudiera crear un recuerdo para siempre en
una pequeña familia que no tenía comida y que necesitaba desesperadamente
una demostración de parte de Dios en su vida. No puedes creer lo poderosa
que puede ser tu Cosecha hasta que te concentras en el bien que ésta puede
hacer.
Alguien se quejó: “Yo no creo en todo eso de la enseñanza de la
prosperidad”. ¡Qué triste! ¿Estás encogiendo tus metas para justificar tu
carencia financiera? ¿Estás dispuesto a renunciar a tus sueños para acomodar
tu pequeña Cosecha?
¿O estás determinado a ser usado por Dios para hacer de tu Cosecha una
herramienta increíble para bien?
No todo mundo está buscando una Cosecha para poder permanecer en el
centro comercial un poco más de tiempo. A millones de cristianos les duele
ayudar a un ministro en la India, edificar un centro familiar para su pastor,
entrar a una librería cristiana y comprar $500 dólares en libros para la
biblioteca de sus hijos.
Sí, es cierto. Miles se burlan, ridiculizan y hacen escarnio de los
ministros del evangelio que están intentando desatar el fluir de su fe para
obrar un cambio diametral en sus finanzas. Ellos se burlan: “Dinero, dinero,
dinero. De lo único que habla es acerca de más dinero”. Ellos han perdido el
punto. Satanás le tiene pavor a tu Cosecha. Él conoce su futuro. ¿Lo conoces
tú? ¿Puedes comprender la cantidad increíble de cosas que puedes hacer que
ocurran para otras personas…después de que llegue tu Cosecha?
Muchos no piensan más allá del momento en que Siembran su Semilla.
Ellos no pueden imaginar o comprender el impacto increíble que ellos
podrían producir para bien…después que llegue su Cosecha. Por lo tanto,
ellos nunca plantan Semillas grandes. Nunca hacen grandes planes. Nunca
usan gran fe.
Ellos no pueden comprender plenamente el impacto potencial que su
Cosecha de cien tantos producirá en la Tierra, por eso jamás la buscan.
Eso explica una de las principales razones por lo que la gente no recibe
una Cosecha financiera.
Su nombre era hermana Maxwell. Ella era una dama de edad avanzada
que asistía a la iglesia de mi padre. Cada par de semanas ponía un billete de
$5 dólares y uno de $10 dólares en la mano de mi madre diciendo: “Quiero
ayudar a enviar al pequeño Michael Dean al Instituto Bíblico”. Yo tenía 17
años. Mi familia no tenía dinero para enviarme. Yo no tenía dinero para
comprar un boleto de avión para ir. Pero ella tomó de su provisión, de su
Cosecha financiera personal y empezó a sembrar en mi vida para enviarme al
Instituto Bíblico.
Y fui.
Cuando estaba en el Instituto Bíblico, un misionero de edad madura
predicó un día en la capilla un sermón que cambió mi vida para siempre. Él
tituló su mensaje: “Quema tu arado”. Nos instruyó a los estudiantes que le
hiciéramos como hizo Eliseo y que quemáramos el arado de la
autosuficiencia y diéramos nuestras vidas para seguir nuestros ministerios.
Yo me tendí en el suelo del auditorio por el resto del día. Falté a clases. Lloré
como un bebé. Decidí que Dios podría tener cada parte de mí sin reservas.
Yo estaba dispuesto a renunciar a lo que fuera para predicar este evangelio
para Él durante el resto de mi vida.
Eso ocurrió hace más de 17,000 servicios, hace 47 años y hace 100
países.
Miles han aceptado a Cristo. Varios miles han aceptado el llamado al
ministerio. No podría comenzar a contar los muchos milagros que han
ocurrido…debido que una pequeña mujer llamada hermana Maxwell, tomó
una parte de su Cosecha y ayudó a inspirarme para ir al Instituto Bíblico.
Su Cosecha fue el puente hacia mi ministerio.
Es posible que no hubiera ido al Instituto Bíblico y que tampoco hubiera
escuchado ese sermón si ella no hubiera usado parte de su Cosecha como una
salida de mi presente hacia mi futuro.
Cada dólar en tu mano se puede convertir en una puerta para alguien
en prisión en algún lugar.
Alguien será liberado a causa de tu Cosecha.
Compréndelo. Velo. Grítalo y llénate de gozo.
Cuando te das cuenta realmente del increíble Impacto Potencial que
puedes producir cuando tu Cosecha financiera llegue, tu FE saltará. Esa fe es
el imán que atrae la Cosecha Financiera Sobrenatural que anhelas
experimentar.
Muchas Personas No Reconocen La Semilla
O El Suelo Cuando Lo Ven

Una Semilla Es Un Pequeño Comienzo Con Un Gran Futuro.


Es cualquier cosa que puede llegar a ser más. Es el Principio. Es
cualquier cosa que tú puedes hacer, conocer o poseer que puede bendecir a
alguien más.
Tus Pensamientos son Semillas para un comportamiento, conducta y
creatividad deseados.
Tu Amor es una Semilla para las relaciones.
Tu Tiempo es una Semilla.
Tu Paciencia es una Semilla.
Tu Dinero es una Semilla.
Tu Bondad es una Semilla.
Tus Oraciones son Semillas.
Impedir una calumnia es una Semilla.
El Perdón es una Semilla.
El Agradecimiento es una Semilla.
Tu Semilla es cualquier cosa que has recibido de Dios que puede ser
cambiada por algo más.
Tú eres un almacén caminante de Semillas. Mucha gente ni siquiera
sabe esto. Ellos no tienen idea cómo las Semillas que ellos contienen puedan
ser plantadas en la vida de otros.

Cualquier cosa que mejora a otro es una Semilla.


Cualquier cosa que hace sonreír a otro es una Semilla.
Cualquier cosa que hace más fácil la vida de alguien es una
Semilla.
Millones están tan ocupados estudiando lo que no tienen que pasan por
alto algo que ya han recibido.
Ciertamente debes tener un inventario de tus necesidades. Pero un
inventario de tus Semillas es más importante. Deja de enfocarte en lo que tú
no tienes, y mira más de cerca algo que ya se te haya dado.
Moisés lo hizo. Él se quejó de que no podía hablar. Dios le instruyó que
se callara y levantara la vara en sus manos. Esa fue su Semilla. Su
herramienta para crear su futuro.
David se quejó de que no podía usar la armadura de Saúl. Dios le dio
instrucciones que volteara a ver la honda que él poseía. Dios siempre te da
algo con lo que puedes empezar tu futuro.
Algo Que Tú Has Dado Creará Algo Más Que Te Ha Sido Prometido.
Las cosas pequeñas dan nacimiento a cosas grandes. Las bellotas se
convierten en robles.
Uno de mis evangelistas asociados tiene algunas cualidades notables que
lo harán tener éxito en su vida. Él tiene la disposición a ser corregido. Él
nunca hace pucheros, nunca se emberrincha, nunca se distancia. Cuando
comete algún error, él está presto para admitirlo. Él no tiene ningún hueso
flojo dentro de él.
Su actitud de oro es una Semilla de oro.
Así, cuando Dios proveyó algunas finanzas extra para mi ministerio, la
primera cosa que yo quería hacer era comprarle un traje. ¿Por qué? Sus
Semillas de amabilidad, fidelidad y amor estaban trabajando. Su Cosecha era
inevitable.
La mayoría de la gente no tiene idea de lo que una Semilla es en
realidad.
Llegar al trabajo a tiempo…es una Semilla.
Llegar antes de tiempo es otra Semilla. Como ves, cualquier cosa que
puedas hacer para hacerle la vida más fácil a tu jefe o a alguien más…es una
Semilla.
Millones de personas jamás han usado el diez por ciento de una Semilla
almacenada dentro de ellos. También, podar el césped para tu iglesia es una
Semilla. Cuidar los niños de una madre o un padre soltero que está batallando
mucho es una Semilla.
Tú eres una colección viviente de Semillas, un museo de poderosos,
pequeños y apasionados comienzos de oro.
Tú tienes que reconocer las Semillas que Dios almacenó ya dentro de ti.
Tu Semilla es cualquier don, habilidad o talento que Dios ha provisto para
que tú lo siembres en la vida de otros alrededor tuyo. No lo escondas. Usa tu
Semilla. Celebra la existencia de Semillas en tu vida…mismas que están
esculpiendo el camino hacia tu futuro. Hasta José reconoció su habilidad para
interpretar sueños. Él quería ayudar a los demás. Cuando el faraón estaba en
problemas, José tenía una Semilla para sembrar en su vida. “La dádiva del
hombre le ensancha el camino y le lleva delante de los grandes”, (Proverbios
18:16).
Una de las historias más grandiosas en los escritos de la antigüedad está
en 1 Reyes 17. Elías estaba siendo alimentado por los cuervos en el arroyo de
Querit. Cuando el arroyo se secó y los cuervos dejaron de venir, Dios le dio
una nueva instrucción para que fuera a Sarepta, un poblado pequeño cerca de
Sidón. Ahí una viuda recibiría la instrucción de proveer alimento para Elías.
Cuando él llegó con la viuda, la escena era desoladora y trágica. Estaba
recogiendo leña. Su único hijo estaba recostado, consumiéndose sobre su
lecho de muerte, en una pequeña casita.
Sin embargo, el hombre de Dios le habló osadamente para que ella
sembrara una Semilla y le diera algo de su comida.
Sus provisiones se habían agotado. Ella no tenía fe para sobrevivir. Ella
no tenía fe para recibir una provisión. Ella está viendo el último alimento en
la Tierra para ella y para su hijo.
Ahora imagina las instrucciones del hombre de Dios: “Toma una de esas
tortas cocidas (de aquí en adelante le llamaremos panqué) y dámelo a mí”.
Ella pudo fácilmente haber dicho: “Cada uno de ustedes los predicadores ha
tratado de obtener mi panqué. Yo tengo diez cartas ésta semana, de
predicadores de la televisión queriendo que comparta con ellos mi panqué”.
Pero Elías empezó a darle instrucciones de las Escrituras. Sus
instrucciones eran Semillas. Él estaba sembrándolas a favor de la viuda.
“¿Podrías ir a conseguir un poco de agua para mí? Mientras tú vas por eso,
¿podrías traerme un bocado de pan?”.
“Yo no puedo hacer eso. No tengo suficiente para todos, sólo lo
suficiente para mi hijo y para mí”.
Elías le explicó pacientemente: “Yo entiendo eso. Tú eres sabia en el
cuidado de tu hijo. Yo quiero que tú lo procures. Pero primero tráeme un
poco a mí como hombre de Dios. Siémbralo como un inicio, una Semilla”.
Entonces, de pronto le da una razón milagrosa para sembrar. No, él no
sacó su boletín para mostrarle la fotografía de un cuervo que no regresó
nunca para alimentarlo. Él no hizo referencia al arroyo seco. Él nunca le dijo
que su ministerio estaba acabado y que él se moriría si ella no le preparaba un
alimento.
Más bien le mostró la imagen de un futuro. Algo que ella no había
notado. Él le reveló que algo que ella ya poseía era la llave de oro para
posicionarla en su futuro. Él le dio la imagen de la provisión potencial, de la
Cosecha. (Ver 1 Reyes 17:14).
Tú necesitas a alguien que te ayude a sembrar la Semilla que posees ya.
Tú necesitas a alguien que te muestre una fotografía de tu futuro.
Desarrolla el agradecimiento para el hombre de Dios que te ayuda a
descubrir tu Semilla, y te provee una fotografía de la Cosecha que puedes
esperar.
Elías lo hizo. El convirtió a una mujer pobre en una mujer milagro. De
la pobreza a la abundancia. De la hambruna a la provisión.
Ya ves, la mayoría de las personas ni siquiera se han dado cuenta de
algo que ya tienen que puede crear su futuro.
Tu Tiempo es una Semilla.
Producirá lo que el dinero no puede. Un amigo mío estaba con el
corazón quebrantado. Su hijo adolescente había recibido un auto, boletos para
viajar por el mundo y aun así seguía odiando a su padre.
“Cambia la Semilla si no quieres recibir la Cosecha que está
produciendo”, le dije. “Detén el flujo de dinero. Proporciónale dos horas al
día durante 14 días, tiempo en el que evitarás todo juicio. Dale lo que no
puede encontrar en ningún otro lugar y él regresará a ti”. Crea un clima de
no crítica. Permítele hablar, discutir cualquier cosa contigo por dos horas
durante el día. Documenta lo que suceda”. Dos semanas después se hicieron
los mejores amigos, yendo a pescar en la mañana. La crisis se había
terminado. Él encontró una Semilla que produciría el resultado deseado.
El tiempo es algo precioso. Doquier lo siembres, algo increíble crecerá.
Piensa en ese enorme espacio llamado eternidad. Dios tomó de esta un
pedazo, lo puso en la Tierra y lo llamó Tiempo. Imagina a Dios diciendo:
“Aquí está el Tiempo. Tú lo puedes intercambiar por cualquier cosa que
quieras sobre la tierra”. En cierta forma, Él no te dio amigos—Él te dio
Tiempo. Tú sembraste Tiempo y creaste amistades sólidas. Dios nunca te ha
“puesto en la mano” ningún dinero. Él te dio Tiempo. Tú acudiste a alguien
con dinero y cambiaste tu Tiempo por dinero. Tu jefe tiene dinero, y tú tienes
Tiempo en forma de trabajo para negociarlo con él.
El Tiempo es la divisa en la Tierra.
Israel tiene el shekel. Japón el yen. Inglaterra tiene la libra esterlina.
México tiene el peso mexicano. Guatemala el quetzal. Estados Unidos tiene
el dólar estadounidense. La Unión Europea el euro.
Tu divisa en la Tierra es el Tiempo. Dios te dio el Tiempo para que lo
intercambies por cualquier cosa que sea importante para ti.
Yo jamás he visto a una persona pobre que tenga conciencia de la
importancia del Tiempo. Como ves, tu Tiempo es un don precioso de parte de
Dios.
Tu Tiempo es una Semilla que puede producir lo que el dinero no puede
comprar.
Imagina este escenario conmigo por un momento. Te encuentras en la
oficina de tu jefe en el preciso momento en el que se recarga hacia atrás en su
silla y comenta suspirando: “Cuánto se me antoja un buen vaso de jugo de
zanahoria”. Deja que te muestre unas cuantas respuestas de lo que ocurre
usualmente:
1. Un empleado que gana $5.00 por hora: “¡A mí también me gustaría
tomarme un jugo de zanahoria!”.
2. Un empleado que gana $6.00 por hora: “¡Tú quieres un jugo de
zanahoria! ¡A mí me gusta la coca cola!”.
3. Un empleado que gana $7.00 por hora: “Si tuviera zanahorias, te
prepararía uno”.
4. Un empleado que gana $8.00 por hora: “¿Le gustaría que fuera a
comprarle un jugo o que se lo haga?”.
5. Un empleado que puede eventualmente decidir su propio salario: “En
un momento regreso, señor, en 20 minutos”. Él regresa con un vaso de jugo
de zanahoria, solicitando información: “¿Le gustaría tomar su jugo cada
mañana a una hora determinada? Esto es posible, señor”.
Eso es siembra de Semilla.
Cada vez que tu jefe esté disgustado, tú tienes una oportunidad de probar
tu singularidad e importancia. Cada vez que tú lo ves infeliz, es una puerta
para la promoción. Busca, busca, busca y busca, una y otra vez,
oportunidades de plantar una Semilla. Éstas están a tu alrededor todo el día.
Cientos de ellas.
Cada Semilla es una Puerta de Oro de tu presente hacia tu futuro.
Si tú no reconoces una Semilla, ¿cómo podrías reconocer entre la
Cosecha y la Semilla?
Si un granjero no ha visto nunca cómo es un grano de elote, ¿crees acaso
que él podría reconocer un maizal al lado del camino? Claro que no. Tú no
puedes empezar a reconocer la Cosecha hasta que no reconozcas la Semilla
—algo precioso dentro de ti que Dios te ha dado, te permite saber, hacer o
poseer para sembrar.
Tú eres una Bodega Caminante de Semillas. Invierte Tiempo en el Lugar
Secreto, tu lugar personal de oración. Pídele al Espíritu Santo que te muestre
qué es aquello que Él te ha dado: sobrenaturalmente y naturalmente, para
plantarlo en la vida de otros. Tu futuro empieza en tus propias manos.

Tú puedes ver algo que nadie más puede ver.


Tú sabes algo que otros no saben.
Tú ves problemas que otros no ven.

Resolver problemas para ellos es la Semilla que trae cualquier clase de


Cosecha que desees.
Millones de personas no tienen la más mínima idea de lo que una
Semilla es en realidad. Así, ellos no recibirán nunca la Cosecha de esa
Semilla porque se quedó sin ser plantada y sin sembrarse.
Descubre las Semillas que ya has recibido de parte de Dios y tu futuro
puede ser como tú lo desees.
Muchas Personas No Reconocen Una
Cosecha Cuando Finalmente Llega

Las Cosechas Acontecen A Diario En Tu Vida.


¿Qué es una Cosecha? Una Cosecha es cualquier cosa buena que Dios
envía a tu vida.
Es cualquier persona que te bendice, que te anima, te corrige, te
fortalece y te ayuda a mejorar.
Es cualquier idea plantada en ti por tu Creador que tiene el potencial de
ayudar a otros.
Es cualquier oportunidad de aumentar tus finanzas, de maximizar tu
estándar de excelencia o desatar un don o habilidad dentro de ti. Es cualquier
oportunidad que tienes para resolver un problema.
Casi nadie reconoce una Cosecha cuando ocurre.
Mi madre era una cosecha para mí. No puedo creer que pudiera criar a 7
hijos y seguir conservando su gozo. Ella insistió en que se realizaran dos
altares familiares al día. Cada mañana y cada noche. Ella nos forzaba a
memorizar un versículo cada día de nuestra vida. Ella insistía en que yo
asistiera a campamentos y me sentara a escuchar La Palabra de Dios
diariamente. Ella se rehusaba a permitirme asistir a eventos “pecaminosos”.
Ella era siempre quien continuamente hablaba a mis oídos diciendo:
“Hijo: recuerda siempre que a quien mucho se le ha dado mucho le será
requerido”. Ella era quien escuchaba cuando las batallas estaban en plena
furia. Ella era quien me decía cuando estaba equivocado.
Ella era la Cosecha más grande y maravillosa en mi vida. ¿Lo reconocía
como muchacho adolescente? En lo absoluto. Yo odiaba lavar los platos. Yo
pensaba que las madres tenían hijos para tener “criados gratis” que les
hicieran todo el trabajo de la casa. ¡En verdad creía eso! (¡Si tú escucharas a
los jóvenes adolescentes alrededor del comedor en la cocina después de una
comida, raramente los verías reconocer a sus padres como una Cosecha de
parte de Dios!)
Mi padre es una poderosa Cosecha de Oro en mi vida. Él ha orado entre
seis y diez horas de cada día desde que tengo memoria. Tiene 96 años de
edad actualmente y sigue lleno de pasión por Dios. Está obsesionado con las
Escrituras. Jamás lo he oído decir una mentira, maldecir o decir una frase que
no pueda ponerse en la primera plana de un periódico donde sea. Él camina
con Dios. Mi recuerdo más grande y el más común es el verlo de rodillas, con
sus manos levantadas y orando en su idioma celestial.
Él disciplinaba con firmeza. Sus castigos perduran en mi memoria de
una forma inolvidable. Sin embargo, jamás lo oí levantar su voz una sola vez
en toda mi vida. Jamás gritó. Mamá jamás nos gritó a ninguno de nosotros
tampoco. Todavía sigo diciendo “Sí señor” y “No señor”. ¿Lo ves? Él es una
Cosecha de Dios porque me advirtió, me disciplinó y me guardó en la
presencia de Dios.
Tus Cosechas Llegan A Ti A Cada Rato. Es responsabilidad tuya el
reconocerlas.
Yo he dado conferencias varias veces en una de las principales empresas
transportistas de EE. UU. Cada Navidad ha sido mi privilegio hablar allí. En
mi última visita a Ohio, se me acercó un camionero y me dijo: “Mike, tú nos
hablaste acerca de plantar una Semilla de $58 dólares la última vez que
viniste aquí. Pero no sucedió nada. No funcionó para mí”.
“¿No recibiste ninguna Cosecha en lo absoluto?”, pregunté.
“No. Nada”.
Él continuó hablando brevemente mientras mi mente corría buscando
una respuesta apropiada. Verás, yo pienso que un hombre que puede mirar a
Dios en la cara y decirle que nunca ha recibido nada de su mano, tiene un
problema serio. (La Sabiduría no siempre te hará valiente, pero estoy seguro
que la ignorancia siempre te hace audaz). Hablamos por un rato. En pocos
minutos él declaró: “¿Sabes? Algo raro me pasó algunas semanas atrás. Yo
estaba manejando aquí por esta carretera y mi semirremolque se descontroló.
Prácticamente me salí de la carretera. Me pude haber matado. Por suerte, salí
sin un rasguño. Es raro, ¿verdad?”.
Este era el mismo hombre que cinco minutos antes me había dicho: “No
funcionó para mí. Jamás he recibido una Cosecha de mi Semilla”.
Te lo digo otra vez: Casi nadie reconoce una Cosecha cuando ésta
llega. Él pudo haber quedado paralizado desde el cuello hacia abajo. Se pudo
haber cortado una pierna. Pudo haber muerto, dejando a su familia sin un
proveedor. Su seguridad fue una Cosecha Milagrosa, pero él nunca la
reconoció.
Cada noche se te permite el privilegio de regresar a tu casa, mirar la
hermosa luna y decir: “Gracias por otra hermosa Cosecha el día de hoy
Padre”.
Verás, Él mantuvo a Sus ángeles alrededor de ti todo el día. No te
despertaste en un hospital con tubos insertados en tu cuerpo. Señor: esa es
una Cosecha.
Hay miles que no lograron regresar a casa hoy, pero tú sí.
Cuando despiertas en la mañana respirando, sano y con vida, mira por tu
ventana. Si puedes ver un sol que se levanta en la mañana, hermoso y
resplandeciente, has recibido otra Cosecha. Miles jamás han visto un
amanecer en toda su vida.
Cuando te sientes esta noche a cenar, mira cuidadosamente los platos
llenos de comida. Puedes comer hasta que estés lleno y más que satisfecho.
Esa es una Cosecha. Puedo llevarte a lugares del mundo, tales como Calcuta,
India, donde los niños mueren cada noche porque no pudieron encontrar
suficientes migajas en la basura para sobrevivir otro día.
Cuando ingieres tu alimento y lo digieres, has recibido otra Cosecha.
Hay miles en los hospitales en este mismo momento que no pueden
alimentarse a sí mismos.
Cuando manejaste en el tráfico esta mañana, camino a un día entero de
trabajo, recibiste otra Cosech a. Hay millones que darían lo que fuese hoy
día, por saber la razón por la que se despertaron. Pero están desempleados.
Están buscando un lugar donde poder sobresalir.
Acabas de recibir otra Cosecha.
¿Puedes oír la música increíble que viene a través del viento, o de tu
estéreo? Miles no pueden oír un solo sonido. Pero tú has recibido otra
Cosecha. Al colocar tu cabeza sobre tu almohada esta noche, mira el techo
unos momentos. Puede llover sin que esto te implique ninguna molestia.
Quizá los vientos soplen fuerte, pero tú no lo sentirás. Tal vez relampaguee,
pero tú estarás seguro. Tienes un refugio sobre tu cabeza. Estás cómodo.
Dios te acaba de dar otra Cosecha.
Cuando tu niño viene corriendo a ti diciendo: “Papi, Papi”, tú extiendes
tus brazos y le das la bienvenida a tu hijo, mientras que miles de padres han
perdido a sus hijos. Enfermedades, accidentes, y situaciones irreversibles han
creado un gran vacío dentro de ellos. Sus casas están en silencio, gritando con
la soledad. Muchas madres darían cualquier cosa en el mundo con tal de oír a
sus hijos llorar en medio de la noche. El padre cambiaría cada centavo de sus
ahorros con tal de ver a su pequeño niño correr en el patio, sólo una vez más.
Sin embargo, tus niños están a tu alrededor.
Tú acabas de recibir otra Cosecha del Padre quien te ama.
Mientras despertaba esta mañana, columpié mis piernas a un costado de
mi cama. Me senté allí, luego me fui hacia el baño, donde pulsé “play” en mi
reproductora de audio. Comencé a escuchar la profunda y resonante voz que
hablaba las Escrituras. Mi corazón comenzó a palpitar. Algo dentro de mí
empieza a sentir la energía del Dios sobrenatural a quien sirvo.
Como ves, acabo de recibir otra Cosecha.
He encontrado el increíble aceite sanador: La Palabra de Dios sana las
heridas de mi vida. Sin embargo, millones de personas no son salvas,
continúan sin ningún cambio y sin ser enseñadas. Yo he aprendido. He
descubierto. Tengo a Jesús. Él ha cambiado mi vida.
He recibido otra Cosecha.
Mientras te sientas en tu hermoso auto hoy, con aire acondicionado y
seguridad, repasa en tu mente los miles de refugiados que están arrastrándose
a través del desierto esta noche buscando una tienda, donde puedan llevar a
su familia y beber un vaso de agua. Una rebanada de pan es festejada por
ellos. Ellos han perdido sus hogares debido a la guerra y conflictos en su país.
Tú probablemente lo verás en las noticias cada noche de tu vida. Sin
embargo, manejarás hacia un restaurante en algunas horas, comprarás una
hamburguesa y te quejarás porque algún ingrediente no fue colocado en el
sándwich. Quizá sean los pepinillos, o te dieron mostaza en lugar de
mayonesa. Tú encontrarás algo por lo cual quejarte. Oh, mi amigo, la
ingratitud fue el primer pecado, y Dios no lo ha olvidado.
Tu vida ha sido un desfile de Cosechas.
Como ves, debes aprender a reconocer tu Cosecha. Tu Cosecha es
cualquier persona o cualquier cosa que pueda bendecirte o beneficiarte.
Quizá sea alguien que pueda contribuir con algo que tú necesites—
información, favor, finanzas, una idea explosiva o ánimo cuando más lo
necesitas. Una cosecha es cuando alguien te recomienda a otra persona. Esto
crea un fluir de favor y aceptación hacia tu vida. El acceso a alguien que cree
en ti es una Cosecha.
Tu Cosecha ya existe.
¡Está caminando a tu alrededor! Así como tus ojos debieron estar
abiertos para reconocer a Jesús, tus ojos también deben estar abiertos para
reconocer tus Cosechas cuando lleguen. El mundo entero se perdió la
Cosecha en Jesús. “En el mundo estaba, y el mundo por Él fue hecho; pero el
mundo no Le conoció. “A lo Suyo vino, y los Suyos no Le recibieron”, (Juan
1:10-11). ¡Qué trágico! Los líderes espirituales, tal como los Fariseos,
¡fallaron en reconocerle! Los políticos de Su día fallaron al no verlo como su
Cosecha.
Por eso es que estoy perplejo, desconcertado y airado por el vicioso,
malévolo e inexplicable ataque contra el mensaje de sembrar Semillas de fe
para obtener una Cosecha. Recientemente lloré delante de un gran grupo de
ministros y clamé: “¿Puede alguien explicarme por qué es tan doloroso para
ustedes el Momento de la Ofrenda? Por favor, díganme: ¿Cómo es que
pueden pasar dos horas un viernes por la noche patrocinando un juego de
básquetbol para los jóvenes, pero piensan que quince minutos para hablar de
La Semilla y La Cosecha es demasiado tiempo? ¡Por favor explíquenme esto!
Que alguien me diga. ¿Por qué es permisible sentarse 90 minutos en un
restaurante de 24 horas a comer panqueques después del servicio en la
iglesia, pero en cambio un mensaje de 90 minutos sobre la prosperidad de la
mano del Multiplicador y Proveedor nos agravia, agita y enfurece? Por favor
explíquenmelo. ¡Díganme por qué una ofrenda los desconecta!”.
“Que alguien me diga por favor por qué está bien que Jesús muriera
como perro en el Calvario; espinas de ocho pulgadas incrustadas en Su
frente; una lanza en Su costado, y clavos en Sus manos; 400 soldados
escupiendo Su cuerpo; 39 azotes que desgarraron Su espalda; Su barba fue
arrancada de Su rostro. Y aún hablar acerca de traer diez centavos de cada
dólar a la Casa de Dios enfurece a aquellos que claman estar enamorados de
Él. ¿Puede alguien explicarme esto?”.
¿Qué tienes que Dios no te haya dado?
Él es quien sigue soplando aliento dentro de ti.
Tú no podrías respirar otro minuto si Dios no soplara aliento dentro de
ti. Tú no podrías caminar otro paso si Dios no estuviera ahí.
No podrías vivir otro día si Su Presencia fuera retirada de ti.
Todo lo que posees vino de Él.
Todo lo que poseerás en tu futuro debe venir de Él.
Miré a cientos de pastores en Washington, D.C. y exclamé: “Por favor,
explíquenme: ¿Por qué están ustedes tan avergonzados de celebrar el sembrar
una Semilla en la obra de Jesucristo? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por
qué es tan humillante para ustedes? ¿Por qué son tan valientes y audaces,
suficientemente imprudentes para pedir a Dios una corriente continua de
milagros para todos en su iglesia, y aún no tienen suficiente coraje para mirar
a su pueblo en la cara e instruirles a traer la ofrenda al frente y colocarla
abierta y gozosamente en Su mano? ¿Por qué? ¿Es una recompensa para un
boxeador recibir 14 millones de dólares por 90 segundos de boxeo? Otro
atleta recibe 40 millones de dólares por rebotar con una pelota de baloncesto.
Sin embargo, ¿por qué traer 10 centavos a Dios es tanta carga para
nosotros?”.
¿Por qué es tan doloroso para nosotros pedir a alguien que siembre una
Semilla de $20 para exaltar el nombre de Jesús, el nombre más grandioso
sobre la Tierra, que salva a hombres del infierno y los conduce al Cielo?
¡Oh, escúchenme! ¡Oigan mi corazón hoy! Cuando tu pastor recibe una
ofrenda, él ha abierto la puerta para que tú cambies las temporadas de tu
vida. Puedes gemir al respecto. Puedes quejarte por ello. Puedes burlarte y
ridiculizarlo. Quizá hasta digas cosas estúpidas, tales como: “Estoy tan feliz
porque mi pastor nunca habla de dinero”. Francamente, yo nunca iría a una
iglesia que no hablara de dinero con frecuencia. Verás– yo pienso acerca de
las provisiones cada día de mi vida. Lo último que necesito, ¡es alguien que
ignore las más grandes necesidades de mi vida!
Algunos miembros del consejo hablaron recientemente conmigo acerca
del salario de su pastor. Estaban preocupados. Sentían que su ingreso pudiera
ser un poco más alto de lo necesario.
Les pregunté: “¿Están sus familias preparadas para el Cielo si
fallecieran?”. “¿La enseñanza de quién los ha sostenido y guardado cerca de
Dios?”.
Al hablarles, sus ojos se agrandaron. Entendieron. Estaban considerando
disminuir su salario, aunque su pastor fuera la Cobertura de Oración sobre
sus vidas, que echaba fuera las tinieblas del error, rompiendo las cerraduras
de sus prisiones mentales y trayéndoles a la presencia de Dios, cuya paz y
gozo eran multiplicados en sus vidas. Su pastor los había cambiado para
siempre. Pero, ellos no lo reconocían como su Cosecha.
Es probable que tu cosecha milagrosa haya pasado de largo frente a ti
cada día.
Estás fallando al no verla. Fallando al no apropiártela. Fallando al no
agradecerla.
Debes detenerte el tiempo suficiente entre lo que estás haciendo para
que veas lo que está sucediendo a tu alrededor.
Estás moviéndote hacia algo maravilloso. Algo maravilloso se está
moviendo hacia ti. ¿Puedes desacelerar lo suficiente para poder discernirlo?
Nadie más puede hacerlo por ti. Nadie.
Nadie más debe hacerlo por ti.
Tú eres responsable por tu vida, por tu Semilla y por tus Cosechas.
“Oh, desearía poder intentarlo una vez más”, exclamó una mujer.
“Cometí un grave error con mi esposo. Fue mi culpa. Él era el hombre más
grandioso que jamás conocí, pero me concentré en sus fallas y en las cosas
que no me gustaban de él. Yo quiero regresar a casa, pero no puedo”.
Era demasiado tarde. Su Cosecha se le había ido por entre los dedos. Se
había terminado.
Oigo a menudo lo siguiente: “Dr. Mike, yo doy y doy y doy, pero Dios
nunca me devuelve nada. Yo nunca recibo la Cosecha. ¿Qué debo hacer?”.
Esa pregunta me enoja. ¿Cómo puede cualquier persona que tenga algo
de discernimiento de todas las bendiciones de Dios, pararse valientemente y
decir sin vergüenza: “¡Dios nunca me bendice!” Es inexplicable. Ese
individuo no tiene siquiera idea de cómo es una Cosecha.
¿La tienes tú?
Oh, amigo reconoce cualquier ingratitud de tu parte y arrepiéntete
inmediatamente.

Oremos Juntos…
“Padre, perdónanos por nuestra ingratitud, por nuestra falta de
agradecimiento y por cualquier ceguera hacia Las Cosechas que Tú has
provisto. Es verdad que nuestro espíritu de queja nos ha robado milagros y ha
abortado muchos más que Tú tenías programados para nosotros. En el
nombre de Jesús, yo me entrego a Ti. Me doy todo a Ti, sabiendo que Tú me
revelarás cosas gloriosas y maravillosas. Gracias por mi salud, mi vista y mi
habilidad de caminar hoy. Gracias por la mente que Tú me has dado y por las
puertas de favor que has abierto para mi vida. Tú eres un Dios maravilloso,
poderoso y dador. Estoy agradecido. Te lo agradezco. No olvidaré Tu
bendición en mi vida. Muéstrame qué hacer. Te obedeceré. Escucharé Tu voz
y seré pronto en darte a Ti la gloria y la alabanza por cada cosa buena que
haces por mí. Tú recibirás el diez por ciento de todo con lo que Tú me
bendigas, y aún más cuando me proveas. Te doy gracias por cada bendición.
En el Nombre de Jesús. Amen”.
Algunas Personas Sólo Dan Cuando Se
Sienten Movidos A Dar En Vez de Dar
Cuando Un Hombre de Dios Los Inspira

Los Momentos de Fe Son Momentos de Milagros.


Observa a Elías. Él vio el rostro angustiado de la viuda atormentada de
Sarepta. ¿Te es posible imaginar la profundidad del dolor en el que su alma
estaba inmersa? Ella había visto cómo se demacraba su hijo. Ella había
emprendido una larga y lenta marcha a la tragedia. Su problema no era el que
su auto se le hubiera descompuesto. Su problema no era no haber podido
pagar el abono de su casa a tiempo. Su sueño financiero no era el adquirir
unas pocas “prendas de ropa nueva”.
Ella estaba a un alimento de la muerte.
¿Es esta la clase de crisis que te inspira para dar? Difícilmente. Ese es el
tipo de momento que inspira a acaparar. Estás enojado. Estás triste. Sientes
dolor. No quieres escuchar a ningún predicador hablar de “sembrar una
Semilla”. De hecho cualquier plática acerca de las ofrendas enfurecería y
encolerizaría a una persona en este tipo de crisis. Sería normal que ella le
dijera a Elías: “Si tuvieras el corazón de Dios, tú deberías estar dando a los
pobres en vez de estar pidiéndome dinero. Si realmente conocieras a Dios, tú
deberías estar trayéndome algún alimento, en vez de un sobre para la
ofrenda”.
Ella tenía toda la razón para cuestionar su calidad como hombre de Dios.
¿Dónde estaba su sensibilidad? ¿Dónde estaba su compasión como prueba de
que le importaba?
La prueba de que a él le importaba, fue el rehusarse a empantanarse y
regodearse simpatizando con ella en autocompasión y lástima. Él alimentó
su fe, no su auto-compasión. Ella tenía toda la razón para cuestionarlo, pero,
no lo hizo. Ella tenía algo que pocos tienen—la capacidad de reconocer a un
hombre de Dios cuando se le presentó. Ella tuvo la habilidad de escuchar un
reto en vez de criticarlo.
Cuando Dios Te Ama Lo Suficiente Para Asignarte A Un Hombre de
Dios Para Desatar Tu Fe, Tú Debes Reconocerlo Como El Momento Para Tu
Milagro.
Yo tuve una experiencia misteriosa y problemática hace algunos años.
Ocurrió en una de mis Conferencias Mundiales de Sabiduría. Jamás lo
olvidaré mientras viva. Alguien me pasó una nota que decía: “Un ministro
aquí se siente guiado para levantar una ofrenda para tu ministerio”.
“No, yo recién había recibido una. Este no es el momento”, repliqué.
Una de mis amigas más cercanas, Nancy Harmon, vino y se paró a mi lado y
susurró:
“Mike, este hombre realmente quiere levantar una ofrenda. Él siente que
Dios le ha hablado a él específicamente en este preciso momento para
levantar una ofrenda”.
“No, Nancy. Yo soy aquí el anfitrión, y yo en realidad no siento a Dios
en esto en lo absoluto”.
En cuestión de minutos, nuestro amigo evangelista se acercó a mí. Había
lágrimas en sus ojos y en su rostro. Él está agitando su cabeza. “Hermano, yo
debo levantar una ofrenda para tu ministerio”.
Eso me molestó. Casi me alteró y me encolerizó. Nadie quiere ser
guiado por el Espíritu Santo más que Mike Murdock. Yo soy más sensible de
lo que nadie pudiera imaginar. (¡Cualquiera que ha escrito 5,000 canciones es
sensible!) Yo sencillamente jamás sentí el “viento de Dios” soplando en ese
servicio para las fianzas. Yo tenía un plan diferente para recibir una ofrenda
después por la noche. Yo acababa de recibir una ofrenda momentos antes.
Pero, yo no podía dudar que él era un hombre de Dios.
Su vida era la prueba de ello. Hombres probados por Dios, lo
respaldaban como un evangelista con credibilidad. Miles de personas habían
recibido a Jesucristo por medio de él. Él era dinámico. Buen orador. Era
verdaderamente obvio que él llevaba sobre su vida el Manto de bendición
financiera.
Entonces, le di el micrófono. Sentí tanto frío como en Alaska, pero
estuve discretamente cerca. Él lloró. Todo mundo lloró. La ofrenda se
recibió. Mucha gente se apresuró hacia el frente. Ellos llevaban cheques por
$1,000.00 dólares y muchos otros venían con promesas de fe. Yo jamás sentí
a Dios en esto. Aún hasta ahora, cuando recuerdo esos momentos, yo jamás
“sentí” a Dios en ningún momento durante la ofrenda. Sin embargo, todo
mundo recibió bendiciones increíbles y felicidad. Llegaron testimonios con
relación a ese servicio. Se recibieron más de $100,000.00 dólares en ofrendas
y promesas para nuestro ministerio para comprar tiempo aire en televisión.
Sin embargo, estuve en la presencia del hombre de Dios y no sentí
absolutamente nada.
Pero, Dios me requirió que confiara en Su hombre, independientemente
de que lo sintiera o no. Si yo me hubiera rehusado a confiar en el reto de un
hombre de Dios, mis socios hubieran perdido sus Cosechas. Mi ministerio
hubiera perdido $100,000.00 dólares para comprar tiempo aire en televisión.
Las facturas se hubieran quedado sin pagar. Oh, a veces me pregunto ¿cuánto
se habrá perdido a través de nuestra falta de disposición para aceptar al
hombre que Dios nos manda?
Si tú pudieras ver cuánta bendición financiera ha sido perdida a causa de
los momentos que decidiste dejar ir por tus sentimientos, se enfermaría tu
corazón. Si Dios te repasara la voz de cada hombre de Dios que Él te ha
enviado, y te mostrara tu respuesta, no podrías dormir esta noche.
Tu corazón estaría roto.
Yo estaba en Tulsa en el mes de junio de 1994. Después de una junta de
consejo, fui al servicio general. Un maravilloso ministro amigo mío, tomó el
micrófono y procedió a recibir la ofrenda. Yo había dado anteriormente a este
ministerio varios miles de dólares. Así que me senté tranquilamente mientras
los demás preparaban sus ofrendas. Mi chequera estaba en casa (no me gusta
dar efectivo). De cualquier forma yo no tenía intención de ofrendar nada.
Repentinamente, él dijo: “Yo quiero que todo ministro aquí presente,
siembre una semilla de $200.00 dólares”. Si bien recuerdo, él nos dijo que lo
enfocáramos en nuestra Semilla para recibir una doble porción de la
presencia de Dios, y una visitación real del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Desde luego, nada sugería de ninguna manera el que tú pudieras comprar un
milagro de Dios. Ciertamente tú no puedes comprar al Espíritu Santo.
De pronto, mi amigo ministro anunció: “Mientras el Espíritu Santo está
sobre este lugar, mientras la tierra está húmeda, planta tu Semilla. Hazlo
ahora”.
Yo no tenía intención en sembrar otra Semilla. Ninguna. Yo había dado
y dado y dado. En ocasiones, simplemente estoy cansado de dar.
Especialmente a un ministro que ya ha recibido tanto de mí.
Ahora, tengo un sano temor de Dios en mi vida. Está operando
fuertemente. El pensamiento de “perder la voluntad de Dios” me está
aterrando.
Algo tocó mi espíritu. Yo sabía que era importante para mí el plantar esa
Semilla de $200 dólares. Resistiéndome, pero en obediencia, metí la mano a
mi cartera y jalé dos billetes de $100 dólares. Sembré la Semilla. Entonces,
salí de la conferencia y no volví a pensar de nuevo acerca de mi Semilla.
Pero, El Espíritu Santo sí se acordó.
¡Oh, estoy tan agradecido por el precioso Espíritu Santo en mi vida! ¡Él
me ha rescatado de tantas crisis! ¡Él ha abierto muchas Puertas de Oro de
Oportunidad! ¡Él ha creado la Conexión de Oro con muchos de mis preciosos
amigos! ¡Él es tu Fuente preciosa de Bendición también!
Mi Cosecha vino en menos de 30 días.
Me fui a dormir a las 5:00 a.m. un miércoles por la mañana del 13 de
Julio de 1994. Dos horas más tarde, fui despertado por el Espíritu Santo. Ese
fue el día más grandioso que recuerdo de toda mi vida. Yo tuve un encuentro
indescriptible e inolvidable con el Espíritu Santo ese 13 de Julio. Yo
cambiaría cualquier otro descubrimiento de mi vida entera por lo que
descubrí ese día acerca del Espíritu Santo. Menos de 30 días después de
haber sembrado mi Semilla de $200 dólares…en obediencia a un hombre de
Dios. Desde entonces, he escrito cientos de canciones al Espíritu Santo, he
tenido innumerables Escuelas del Espíritu Santo y he visto a miles de
personas entrar a la mejor época de su vida espiritual. La respuesta fue
simple.
Yo obedecí una instrucción de un hombre de Dios.
En un punto determinado de tu vida, Dios pondrá a Su siervo enfrente de
ti. Su siervo, te verá a los ojos y te desafiará a sembrar una Semilla de
obediencia.
Será una Semilla ilógica. Será una Semilla de desafío.
Esta requerirá cada gramo de tu fe.
Si eliges rechazar este reto, abortarás la Temporada de Cosecha más
gloriosa que hayas probado alguna vez.
Si eliges obedecer al hombre de Dios, la Puerta de Oro de la Bendición
se abrirá de par en par para que salgas de la hambruna y entres a una
Temporada de Prosperidad que has deseado toda tu vida.

Oremos Juntos…
“Oh, Padre, perdónanos por estar en el ámbito de la justicia propia, de la
lógica y de la capacidad humana. Cuando Tú traigas a Tu siervo a nuestra
vida es para bendecirnos y para darnos poder. Tú eres un Dios bueno, un
Dios maravilloso. Un Dios dador. Una de las cosas más grandiosas que haces
es inspirarnos a soltar algo de nuestra mano para que Tú sueltes lo que está en
Tu mano para nosotros. En el nombre de Jesús. Amén”.
Muchas Personas No Están Trabajando En
El Lugar de Su Asignación

Tú Asignación Es Siempre A Un Lugar.


Los primeros discípulos sabían esto muy bien. “Ministrando éstos al
Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo
para la obra a que los he llamado”, (Hechos 13:2).
El Espíritu Santo es el único que conoce donde florecerán tus dones.
“Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y
de allí navegaron a Chipre”, (Hechos 13:4).
Felipe también conocía la importancia de obedecer la voz del Espíritu
Santo para ir a un determinado lugar. “Un ángel del Señor habló a Felipe,
diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de
Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió
que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes…volvía
sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe:
Acércate y júntate a ese carro”, (Hechos 8:26-29).
Jesús entendió la importancia de estar en el lugar correcto en el tiempo
correcto. “Salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar
por Samaria”, (Juan 4:3-4). Fue aquí donde Jesús cambio la vida de una
mujer de Samaria para siempre.

La gente correcta está esperándote en el lugar correcto de tu


Asignación. (Ver Rut 1-4).
Los Milagros correctos siempre ocurren cuando estás en el
lugar correcto. (Ver Juan 6:19-21).
La prosperidad y la provisión están siempre disponibles
cuando estás en el lugar correcto. (Ver Juan 6:12-13).
El favor fluye siempre hacia ti cuando estás trabajando en el
lugar correcto. (Ver Rut 2:3-18).

Le sucedió a Rut cuando Booz, el próspero terrateniente la observó


trabajando en sus campos.
Aquellos a quienes más amas podrían no discernir a donde perteneces
realmente. Rut experimentó esto cuando su amargada suegra le insistió en
que se regresara a Moab con su cuñada en vez de seguirla. “Y Noemí dijo:
He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras
ella”, (Rut 1:15).
Trabajar y decir NO en el lugar correcto de tu Asignación podría
requerir una tenacidad y persistencia fuera de lo común. Noemí vio esto en
el corazón de Rut cuando trató de desanimarla para que no la acompañara a
Belén. “Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más”,
(Rut 1:18).
Podrías Tener Que Salir de Un Lugar de Comodidad Para Entrar A Un
Lugar de Promoción. “Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me
aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que
vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú
murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me
añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos”, (Rut 1:16-17).
El lugar que a menudo parece ser el lugar equivocado podría ser el
lugar correcto. Este podría ser el lugar donde hagas la Conexión de Oro de tu
vida. “Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos
del rey, y estuvo allí en la cárcel. Pero Jehová estaba con José y le extendió
Su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel”, (Génesis
39:20-21).
Fue en esta misma prisión donde la acusación falsa lo puso para que
José conociera al copero quien lo contactaría con el faraón. Ahí, él se
convirtió en el primer ministro de todo Egipto. No te desanimes hoy porque
pareciera que tus sueños y metas nunca se realizarán.
Las amistades más grandes nacen a menudo en lugares sumamente
terribles y en circunstancias difíciles.
Los Lugares Difíciles Frecuentemente Llegan A Ser Grandes Lugares.
“No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al
cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo
prosperaba”, (Génesis 39:23).
La geografía importa en gran manera para tu éxito. Es muy importante
ser guiado por El Espíritu Santo. “Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”, (Romanos 8:14). Dios promete que
tú oirás una voz a tus espaldas diciendo: “Este es el camino, andad por él”,
(Isaías 30:21).
El lugar correcto a menudo parece ser el lugar equivocado a primera
instancia. José descubrió esto. La prisión no podía parecer atractiva. Él no
exclamó: “¡Sí, exactamente como lo vi en mi sueño!”. Difícilmente. Pero ese
era el lugar a donde Dios estaba dirigiendo sus pasos. Esto es confianza. Esto
revela la confianza en el Dios de su vida. “Fíate de Jehová de todo tu
corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus
caminos, y Él enderezará tus veredas”, (Proverbios 3:5-6).
Cuando estás en donde realmente perteneces, te descubrirás a ti mismo
emocionado con tu trabajo. Incluso llegando temprano y trabajando tiempo
extra. ¿Por qué? Porque estás en el centro de tu Asignación— el lugar donde
eres celebrado en vez de dónde eres tolerado. Buscarás cambios que puedan
mejorar el ambiente, soluciones que resuelvan problemas y continuamente
encontrarás algo para mejorar.
Cuando estás trabajando en el lugar equivocado, puedes empezar a
llegar habitualmente tarde. Inconscientemente, estás temiendo llegar ahí.
Esperas 15 minutos antes de la hora de salida junto al reloj checador ansioso
de llegar a casa. Tu trabajo es más lento que el de nadie más. Tus errores se
incrementan debido a tu incapacidad de poder enfocarte. Estar atento se
convierte en una tarea imposible.
Simplemente estás en el lugar equivocado o tienes la actitud equivocada
hacia este.
Es fácil entender por qué mucha gente nunca recibe promociones, o
bonos de compensación o un aumento. Ellos no están donde deberían estar.
La falta de deseo por la excelencia es la evidencia.
¿Qué debes hacer cuando te das cuenta que estás fuera de lugar? ¿En el
trabajo equivocado? ¿O que no te estás desempeñando en el centro de tu
Asignación?
Primero, reconoce que El Espíritu Santo te podría tener ahí por razones
que no entiendes. Las cosas podrán ser difíciles pero podrías ser el
catalizador para el cambio. Tito recibió esta palabra especialmente única del
apóstol Pablo. Pablo reconoció que: “Los cretenses, siempre mentirosos,
malas bestias, glotones ociosos”, (Tito 1:12). El reconoció que el testimonio
era cierto. Pero le explicó lo siguiente a Tito: “Por esta causa te dejé en Creta,
para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así
como yo te mandé…por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en
la fe, no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se
apartan de la verdad”, (Tito 1:5, 13-14).
Tu Asignación no será nunca hacia alguien que sea perfecto o no
tendrías lugar a dónde ir.
Tu Asignación no siempre será en un ambiente perfecto; podrías ser la
persona asignada para llevarlos a un nuevo nivel de excelencia.
Doquier estés asignado hoy, determínate a sobresalir. Al hacerlo
recibirás la atención especial de Dios. “Siervos, obedeced a vuestros amos
terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a
Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino
como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios”, (Efesios
6:5-6).
Tu objetivo debería ser el nivel de excelencia más alto porque lo estás
haciendo para Dios y no simplemente para tu jefe. “Sirviendo de buena
voluntad, como al Señor y no a los hombres”, (Efesios 6:7).
Todo lo que hagas para dar lo mejor de ti (aun en tu posición actual)
será honrado, premiado y completamente recompensado por Dios quien te
observa continuamente. “Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése
recibirá del Señor, sea siervo o sea libre”, (Efesios 6:8). Esa es una poderosa
Llave de Oro que he usado incontables cientos de veces en mi vida: Lo Que
Haces Que Suceda Para Otros Dios Hará Que Suceda Para Ti. Haz tu
trabajo con tal grado de excelencia que tu estándar sobresalga y sobrepase a
la de tus compañeros de trabajo.
Sobrepasa las expectativas de tu supervisor para que seas elegido para
reemplazarlo. “Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de
todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo
hacía”, (Génesis 39:22).
Explora continuamente las oportunidades para resolver problemas
fuera de lo común. José lo hizo. “Vino a ellos José por la mañana, y los miró,
y he aquí que estaban tristes”, (Génesis 40:6). Fue esta aguda observación y
el estar atento a los problemas de otros lo que llevó a José a la Puerta de Oro
del palacio. Cuando interpretó de forma tan precisa los sueños del copero y
del panadero, él creó un corredor hacia el corazón del faraón.
Interpretar los sueños no estaba incluido en su currículum vítae. Nadie
más había discernido ese don en él. Sólo él conocía su don y su llamado. Él
buscaba continuamente una oportunidad para ser usado por Dios. En 24
meses él fue el primer ministro de la nación más poderosa sobre la tierra:
Egipto.
La diligencia fuera de lo común siempre atrae la atención.
Haz tu trabajo con tal diligencia que te conviertas en el tema de
conversación de los demás. Esto sucedió con Rut. Booz le preguntó a sus
sirvientes: “¿De quién es esta joven?”. Ella era tan diligente que hablaban de
su increíble horario de trabajo. “Entró, pues, y está desde por la mañana hasta
ahora, sin descansar ni aun por un momento”, (Rut 2:7).
Las crisis financieras te pueden hacer vulnerable. Tal vez aceptaste la
oportunidad de trabajo más conveniente o accesible que estaba disponible.
Pero en lo profundo de tu corazón ha venido frustración y descontento. Tus
dones más grandes siguen dormidos. Sin ser descubiertos. Sin ser
discernidos. Sin ser recompensados.
¡Oh, yo quiero animarte hoy! Los tiempos cambiarán. No estarás donde
te encuentras por mucho tiempo. Al usar la Llave de Oro de la Diligencia
(atención expedita a una tarea asignada) y de la Integridad (haciendo
exactamente lo que le prometiste a tu jefe que harías en el tiempo
programado), te levantarás por encima de todo.
Hace muchos años, leí que siete de cada diez empleados en los Estados
Unidos estaban trabajando en los empleos equivocados, desempeñando
labores que les intimidaban y por las que nunca serían promovidos.
Esa es una de las principales causas por la que quizá no estés recibiendo
la Cosecha financiera que Dios quiere que disfrutes.
Nunca olvidaré la conversación. Después de haber dado una conferencia
una tarde, un hombre mayor se me acercó y se quejó: “Dr. Mike este asunto
de la prosperidad nunca ha funcionado para mí”.
“Bien, hábleme al respecto”, repliqué.
“He trabajado en mi empleo durante 27 años”.
“Usted debe amar su trabajo”, exclamé.
“Odio mi trabajo”, fue la sorpresiva respuesta.
“Bueno, ¿entonces por qué está trabajando ahí?”, pregunté.
Su respuesta debió ser grabada en concreto. Nunca la olvidaré mientras
viva.
“Está a sólo diez minutos de mi casa”.
Lo miré con incredulidad. La comodidad ha hecho esclavo a un
campeón con un potencial increíble.
Entonces, agregó otra tremenda declaración que explicaba la razón por
la que estuvo en el mismo empleo 27 lúgubres años.
“Dentro de tres años recibiré un reloj de oro”. Imagínate el cambiar la
mitad de tu vida laboral por un diminuto reloj de oro. ¡Qué tragedia!
¿Estás trabajando en tu empleo porque está cerca de tu casa? ¿Estás
trabajando en tu empleo porque los requerimientos son mínimos? ¿Has
pasado tiempo de verdad en El Lugar Secreto, inquiriendo del Espíritu Santo
por ese lugar donde deberías verter tu vida? ¿Estás trabajando en un empleo
porque parece que ganas más dinero que en donde realmente perteneces?
¿Acaso esto indica que puedes ser “comprado” si te llegan al precio?
“Bueno, usted sabe, un hombre tiene que comer, Dr. Mike”. ¿Es esa tu
meta más grande en la vida, el tener dinero suficiente para sobrevivir?
La Provisión Sólo Está Garantizada En El Lugar de La Obediencia. Rut
tuvo que estar en el lugar donde Booz pudiera verla. José tenía que ser visto
por el faraón antes de ser promovido.
Si nunca quieres ir temprano a trabajar, yo comenzaría por cuestionarte
si realmente estás en el lugar correcto.
Si nunca tienes una pasión por quedarte un poco más tarde a terminar un
proyecto, te pediría que te preguntaras si estás seguro de estar en el lugar de
tu Asignación.
Si estás actualmente en el lugar donde Dios te asignó, da lo mejor de ti.
Deja de estar volteando al otro lado de la cerca mirando el “césped más
verde”. Haz de tus responsabilidades presentes tu enfoque total. Obsesiónate
en conseguir el nivel más alto de excelencia que nadie haya alcanzado nunca
en tu posición.
Si no estás donde Dios te ha asignado, comienza a moverte. Habla con
tu mentor, con tu jefe y con tu familia. Busca el lugar donde puedas
sobresalir y haz tu mejor esfuerzo.
Cuando estás en el lugar correcto la gente correcta se acerca hacia ti.
Un Día de Favor Vale Toda Una Vida de Labor. No puedes trabajar lo
suficientemente duro para conseguir lo que mereces o deseas. No puedes
trabajar los suficientes empleos para generar todo lo que quieres. Debes
navegar en las corrientes de favor fuera de lo común.
El favor fuera de lo común ocurre solamente cuando estás en donde
Dios te ha asignado.
Cuando estás en donde perteneces amarás lo que haces. No requerirás
del aliento y la motivación constante de otros.
Una historia intrigante ocurre en 1 Reyes 17. El profeta Elías recibe el
mandato de ir al arroyo de Querit. Allí, él encuentra su provisión milagrosa
durante la hambruna. Un cuervo lo alimenta diariamente y el arroyo le provee
de agua. Él estaba en donde pertenecía.
De pronto, surge una crisis. El arroyo se seca. Los cuervos no regresan
con alimento. ¿Por qué? Porque su lugar de Asignación había cambiado.
La Carencia Puede Ser Una Pista de Que Es Tiempo de Hacer Un
Cambio Geográfico En Tu Asignación.
Jesús instruyó a Pedro que fuera a pescar. Cuando capturó al pez, había
una moneda para los impuestos en la boca de este. ¿Por qué? Él estaba en
donde había sido asignado.
Cuando estás en el lugar de tu Asignación, verás cosas que los demás
pasan por alto. Un sastre se da cuenta de un botón faltante. El estilista del
cabello ve las raíces crecidas que necesitan ser teñidas de nuevo. El mecánico
escucha un sonido en el motor de tu automóvil que nadie más puede oír.
Tu Asignación determina los problemas que capturan tu atención. Esto
ocurrió en la vida de José. Él observó el rostro triste de dos prisioneros: el
copero y el panadero. José respondió y ese fue el eslabón vital para su
promoción.
Cuando estás en el lugar equivocado, podrías frecuentemente pasar por
alto los problemas que deberías resolver.
Cuando estás en el lugar correcto puedes tener un mayor discernimiento
e intuición que nadie más a tu alrededor. ¿Por qué? Estás en el lugar de tu
Asignación. Nadie ve lo que tú ves, nadie sabe lo que tú sabes, ni le importa
tanto como a ti te importa.
Alguien me preguntó en una ocasión: “¿Cuáles son las diferencias
principales que observa entre los ricos y los pobres?”.
Respondí: “Cuando hablo con los pobres, ellos siempre están haciendo
algo que odian. Pero cuando hablo con los adinerados, ellos siempre están
haciendo los proyectos y las cosas que verdaderamente aman. Cuando hablo
con los pobres, están ansiosos por llegar a casa de trabajar. Cuando hablo con
los adinerados, su pasión es como un imán que los mantiene en su negocio”.
Alguien lo dijo bien: “Si tú amas tu trabajo, nunca trabajarás realmente
un solo día de tu vida”. ¡Oh, cuán cierto!
Detente y evalúa tu vida hoy. No sigas apresurándote hacia un futuro
que no has vislumbrado. No deambules y te sorprendas sin propósito por la
vida. La vida es demasiado preciosa para desperdiciarla.
¿Sobre qué tema prefieres hablar más que sobre ningún otro tema sobre
la tierra? ¿Qué libros te gusta leer? Si pudieras escribir un libro sobre
cualquier tema, ¿de qué trataría? Estas son pistas para la Asignación de tu
vida.
Muchos nunca sabrán adónde pertenecen y en consecuencia nunca
recibirán las Cosechas financieras que su Padre celestial está deseando
darles.
2 Samuel 24:25
“Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y
ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la
plaga en Israel”.
La Mayoría de Las Personas No Han
Aprendido Jamás El Secreto de Darle Una
Asignación Específica A Sus Semillas

Toda Semilla Contiene Una Instrucción Invisible.


Permíteme explicar. Tú no lo puedes ver. Es demasiado pequeño e
invisible para el ojo natural. Pero obviamente está ahí. Si pudieras ver
profundamente en el interior de la Semilla de sandía, verías una instrucción
invisible que contiene: “produce sandía”. Las Semillas de Tomate contienen
la instrucción invisible: “produce tomates”.
No hay incertidumbre ni variación. La Semilla contiene una Asignación
increíble. Es precisa, exacta y específica. El Creador había decidido la
Cosecha cuando Él creo la Semilla.
Cuando Dios quiso una familia, Él sembró a Su Hijo. Él dio a Su Hijo
una Asignación para “buscar y salvar a los que estaban perdidos”. Jesús fue
la mejor Semilla que Dios jamás haya plantado en la Tierra. Pero, Él contenía
una Asignación, una instrucción, un propósito. Todo lo que Él hizo estuvo
conectado a esa Asignación.
David debe haber aprendido este increíble secreto de darle una
Asignación específica a su Semilla. Cuando miles yacían muertos por toda la
ciudad, él clamaba a Dios y le traía una ofrenda específica por un propósito
específico. “Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y
ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en
Israel”, (2 Samuel 24:25).
Elías enseñó este increíble Principio de la Asignación a la viuda de
Sarepta. Cuando ella iba a traer agua, él le dio una instrucción específica…
“Tráeme, te ruego, un bocado de pan en tu mano”.
Entonces, Elías hizo algo que pocos ministros rara vez hacen. Él le dio
una fotografía de lo que su Semilla debía producir. “Porque Jehová Dios de
Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija
disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra”, (1
Reyes 17:14).
Cuando Tú le das Una Asignación a tu Semilla, energía y fe son
derramadas en ti. Tú puedes ver más allá del sacrificio del momento. La
viuda lo hizo. “Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella,
y su casa, muchos días”, (1 Reyes 17.15).
¿Realmente funciona? Si tú siembras por una razón específica, hacia una
Cosecha, ¿funciona? Funciona si estás en obediencia total a las instrucciones
de Dios. “Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó,
conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”, (1 Reyes 17:16).
Esas instrucciones pueden ser a través de un siervo de Dios, de La Palabra de
Dios o a través de la voz interna del Espíritu Santo.
Tus Oraciones también son Semillas.
Job sembró una oración de liberación por sus tres amigos. ¿Qué pasó?
Dios liberó a Job de su cautividad. Así como David había detenido una
tragedia al traer una ofrenda especial al Señor.
Hace muchos años, yo experimenté un ataque personal. Fue
emocionalmente devastador para mí. Mi mente estaba fragmentada. Dentro
de mí, mi corazón estaba quebrantado y yo quería morir. Fue una situación
que se pudo haber complicado por cualquier represalia o al intentar
explicarla. Yo volé a Los Ángeles para otra campaña el mismo día. La
mañana siguiente, un Domingo, el Espíritu Santo me dio una instrucción
extraña. “Planta una Semilla de batalla”.
Yo nunca había escuchado tal cosa.
Entonces, yo recordé cuando David había apuntado su Semilla como
una flecha. Él le dio una Asignación. Él la enfocó por un resultado deseado.
Y la plaga cesó. (Ve 2 Samuel 24:25).
Yo planté todo lo que tenía aquel día—$3,000 dólares.
Sobrenaturalmente el ataque terminó tan de repente como había empezado.
¿No es maravilloso? Tú siempre tienes una Semilla que se convierte en una
salida de tus circunstancias presentes.
Tu Semilla es siempre la puerta de salida del problema. Es cualquier
cosa que hagas para ayudar a la otra persona. Tu Semilla es cualquier cosa
que mejora la vida de alguien que está cerca de ti. Quizá sea la Semilla de
información, Semilla de ánimo o inclusive la Semilla de finanzas. Cualquier
cosa que plantes, debes acordarte de darle una Asignación específica a tu
Semilla para que tu fe no fluctúe. “Pero pida con fe, no dudando nada; porque
el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y
echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa
alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus
caminos”, (Santiago 1:6-8).
Tu fe debe tener una instrucción específica. No dos. No tres. Una. “Esto
hago”, fueron las palabras del gran hombre de Dios. David clamó, “Pronto
está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; Cantaré, y trovaré
salmos”, (Salmos 57:7).
No dudes. Apunta tu Semilla. “Solamente esfuérzate y sé muy valiente,
para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó;
no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en
todas las cosas que emprendas”, (Josué 1:7).
El dar a tu Semilla una Asignación específica impacta fuertemente tu
enfoque. Y el enfoque importa. El secreto del éxito es concentración. La
Única Razón Por La Que Un Hombre Fracasa Es Por Un Enfoque Roto.
Es una trágica situación la que he observado muchos domingos por la
mañana en las iglesias. Se recibe la ofrenda. El pastor explica el uso que se le
dará a la ofrenda: “Realmente necesitamos un techo. El techo que tenemos
necesita reparación. ¿Nos vas a ayudar hoy?”.
La gente responde. Pero su Semilla realmente no ha recibido una
instrucción. Desde luego, paga las facturas. Pero no se multiplica de regreso a
sus vidas. ¿Por qué? No se le ha apuntado a crear una Cosecha específica. Si
el único deseo involucrado es pagarle al señor que reparó el techo, eso se
logra fácilmente…pero los sembradores de Semilla nunca reciben su Cosecha
personal de retorno. Siembra tu Semilla constantemente. Generosamente. Y
siempre en obediencia a la voz de Dios. Entonces, envuelve tu fe alrededor
de tu Semilla y apúntala como una flecha. Entra en un pacto por un resultado
específico y deseado en tu vida.
Miles fallan en hacer esto y nunca reciben la Cosecha financiera que
Dios prometió. “no tenéis lo que deseáis, porque no pedís”, (Santiago 4:2).

Oremos Juntos…
“Padre, Tú diste a Jesús –Tu mejor Semilla– una Asignación. Tú querías una
Familia. Ahora, millones son nacidos de nuevo—cambiados por siempre. Tú
estás produciendo la Cosecha deseada. Enséñanos el Principio de la
Asignación—darle a toda Semilla que sembremos una Asignación específica.
Recuérdanos de regar y nutrir esta Semilla con expectación y no dudando. En
el nombre de Jesús. Amén”.
Eclesiastés 5:4-5
“Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque Él
no se complace en los insensatos. Mejor es que no prometas, y no
que prometas y no cumplas. Cumple lo que prometes”.
Muchas Personas Olvidan O Se Rehúsan
Pagar Sus Votos Ofrecidos A Dios

Los Votos No Son Cosas Frívolas Para Dios.


Dios no toma las cosas a juego, frívola o trivial-mente.
Dios toma tus promesas hacia Él muy en serio. “Cuando a Dios haces
promesa, no tardes en cumplirla; porque Él no se complace en los insensatos.
Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no
cumplas”, (Eclesiastés 5:4-5).
Dios llama necios a quienes rompen sus promesas. Esa es la razón por lo
que es tan importante no posicionarte a ti mismo como un necio. Los tontos
son finalmente destruidos.
Dios humilla a los necios.
Dios se aleja de los necios.
Dios usa a los necios como ilustraciones para destrucción.
Guarda siempre tus promesas. A tu familia. A tu esposa o esposo. Al
Señor que te prometió lo mejor de Sí. Es muy importante que desarrolles una
integridad impecable e inquebrantable cuando des tu palabra en una
transacción de negocios o a tus hijos.
Dios es un Dios de pactos. Él ve los votos que has hecho ante Él y ante
los hombres.
Oh, detente y reexamina tu vida en este preciso momento. ¿Has hecho
votos financieros a tu iglesia o a un hombre de Dios en tu vida? Págalos.
Cueste lo que cueste, paga tus votos.
Pagar tus votos puede romper “la maldición”. Cuando cumplas tu voto,
lo mejor de Dios está en camino. Lee Deuteronomio 28 y Levítico 26 para
ver las bendiciones increíbles que vienen a ti si “cumples fielmente todos
estos mandamientos”, (Deuteronomio 28:1).
Una noche, al final de un ungido banquete, se aproximó a mí una dama
bien vestida y elocuente al hablar.
“Sé que Dios me habló esta noche para que sembrara una Semilla de
$1,000 dólares en su ministerio. Lo recibirá en unos días”, dijo ella con
lágrimas de gozo que brotaban de sus ojos.
Pocos días después, llegó su carta. Era una disculpa. “Después de hablar
con mi marido sentí que debería romper mi promesa con usted. No creo que
podamos hacer frente a esa Semilla especial en este momento”, escribió ella.
Trágico. Como ves, mientras ella se encontraba en la presencia de Dios
y la unción del Espíritu Santo estaba moviéndose sobre la congregación, las
Semillas de su fe explotaron dentro de su corazón. Dios habló. Ella oyó. Ella
se movió velozmente para declarar su pacto con Dios. Cuando se alejó de Su
presencia y comentó este paso gigante de fe con un incrédulo esposo, ella se
retractó del pacto que ella había hecho con Dios. ¡Sólo el tiempo podrá
revelar la maldición que tal actitud de frivolidad y ligereza de corazón
producirá en nuestras vidas!
Dios me trajo convicción de un pacto olvidado. Yo estaba sentado en mi
cama viendo un programa religioso de televisión. De pronto, un evangelista
famoso miró a la cámara y dijo categóricamente: “Si tú has hecho un voto a
Dios en algún momento y no lo has pagado, has lanzado un desfile de
tragedias. Por favor siéntate hoy y paga tus votos”.
La convicción estremeció mi corazón.
Dos años atrás, le prometí a un misionero en África que le ayudaría a
patrocinar algunos de sus estudiantes mediante becas en su Instituto Bíblico.
Yo le pedí que me enviara información sobre esto. Como no recibí la
información, ya no hice nada. No lo llamé ni busqué una razón. Simplemente
lo usé como excusa para “escapar al voto”, que le había hecho.
Sentí cómo empezó a latir mi corazón, y le pedí a Dios: “Por favor
perdóname. Dame otra oportunidad. No retengas Tu Cosecha de mí”. Era ya
media noche, pero de cualquier manera le llamé a mi secretaria. “Antes de
hacer otra cosa, cuando llegues a la oficina mañana por la mañana, toma por
favor la chequera y elabora un cheque a favor de este Instituto Bíblico, al este
de África. Envíalo por correo aéreo. No puedo vivir otro día sin la bendición
de Dios fluyendo sobre mi vida. No puedo permitir una maldición sobre mi
vida y ministerio”, le expliqué a ella.
Miles y miles de personas, levantan sus manos y hacen promesas de fe:
“Sí, yo sembraré una Semilla especial para ayudar a esparcir la Sabiduría de
Dios”. Sin embargo, más del 50 por ciento nunca se sentará a sembrar esa
Semilla que prometieron públicamente.
“¡Tal vez no tienen dinero para hacerlo!”, es una explicación común.
He visto a mucha gente hacer esta afirmación, sin embargo siguen
obteniendo aumento a sus salarios, comprando nuevos televisores, ropa nueva
y enviando a sus hijos a la universidad. A pesar de todos estos gastos ellos
siguen afirmando: “No me es posible realmente cumplir mi promesa de fe”.
“¿Te gustaría que Le pidiera a Dios que te haga tan pobre como dices a
todo mundo que eres?”, preguntó el ministro a un feligrés disgustado un
domingo en la mañana.
Cuando hagas promesas de fe, es un pacto entre tú y Dios. No lo trates a
la ligera. Haz el esfuerzo necesario para pagarlo.
Si no tienes el suficiente dinero para pagar tu voto en alguna ocasión,
siembra Semillas pequeñas tan seguido como te sea posible y aumentará tu
Cosecha. Así, te será posible completar tu promesa de fe y voto, conforme Él
te bendiga.
Si realmente sientes que has tomado una decisión precipitada, pídele
entonces al Señor que te dé un milagro extra para que puedas completar tu
voto de fe hacia Él de una manera sobrenatural.
El hombre de Dios no está realmente autorizado a “condonarte el pago”.
Esta promesa de fe es entre tú y Dios, y debe ser establecida por ambos.
Los votos no pagados son una poderosa razón por la que miles de
personas no han probado jamás la recompensa de su paso de fe.
Paga tus votos y el favor fluirá.
Este Es Uno de Los Secretos Del Éxito Profesional.

Oremos Juntos…
“Padre, perdóname por cualquier voto hecho no pagado. Tú serás lo primero
de hoy en adelante. Yo guardaré mi pacto contigo porque necesito la Cosecha
más de lo que necesito la Semilla. Provéeme y haz que sea posible para mí el
tener las finanzas necesarias para guardar mi palabra. Tú conoces mi corazón
de fe y no me defraudarás. Creo en Tu Palabra hoy. En el nombre de Jesús.
Amén”.
Proverbios 11:14
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud
de consejeros hay seguridad”.
Muchas Personas No Tienen La Voluntad
de Sentarse Pacientemente A Los Pies de Un
Mentor Financiero

Lo Que Escuchas Continuamente Terminarás Creyéndolo.


Debes atesorar cada momento en el que tienes acceso a un Mentor
calificado.
Lo que no respetas se apartará de ti.
Podría ser un milagro, un perro o dinero. Pero hay corrientes en la vida
así como las corrientes del aire y del agua. Estas corrientes te mueven hacia
tus sueños o te alejan de ellos; te mueven hacia el éxito o el fracaso, hacia la
prosperidad o hacia la pobreza.
Lo que respetas se moverá hacia ti. Podría ser gente o dinero.
Cuando Dios quiere bendecirte, Él pone a una persona en tu vida.
Moisés fue asignado para ser el Libertador que guió a los israelitas fuera
de su cautividad en Egipto. Aquellos que respetaron su liderazgo encontraron
rotas sus cadenas y se dirigieron hacia Canaán, la tierra de la promesa.
Elías fue un Libertador. Dios se lo llevó de la privacidad del arroyo de
Querit y lo llevó a la casa de una viuda a punto de morir de hambre. El
pueblo era Sarepta. Su hijo estaba a un alimento de la muerte. Pero Dios le
envió a un hombre que no estaba intimidado por su pobreza. Este profeta
llevaba un manto para desatar su fe para una Cosecha financiera.

Si tú estuvieras perdido espiritualmente, empezarías a buscar a


hombres de Dios que han enfocado su vida para llevar el
mensaje de salvación a quien no cree en Dios.
Si estás enfermo, debes buscar y respetar al hombre de Dios
que lleva el manto de unción para salud y sanidad divina.
Si estás enfrentando problemas financieros y la bancarrota,
empieza a buscar al hombre o a la mujer de Dios que lleve el
manto de unción para Libertad Financiera.

Como ves, lo que respetas se moverá hacia ti. Cuando respetas y


celebras el manto financiero de quienes Dios envía a tu vida, la prosperidad
estallará como Cataratas del Niágara en tu vida.
Nadie fracasa solo.
Si tú fracasas o experimentas una desviación financiera, podría ser tal
vez porque elegiste ignorar a un hombre de Dios asignado para ayudarte a
abrir los tesoros y desatar tu fe para las finanzas.
Tus Mentores deben ser reconocidos y perseguidos.
Jesús trató de ayudar y fue ignorado. Tú casi puedes sentir las lágrimas
rodando sobre Sus mejillas mientras lloraba: “¡Jerusalén, Jerusalén, que
matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces
quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas,
y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta”, (Mateo 26:37-38).
Tus Mentores pueden mejorar tus decisiones financieras. Si tomas las
decisiones que crean tu pobreza, también puedes tomar las decisiones que
pueden crear tu prosperidad. Si puedes hacer algo que traiga pérdida, también
puedes aprender a hacer las cosas que generan ganancia.

Debes aprender a discernir a los Mentores Financieros más


cercanos a ti.
Debes aprender a celebrar a los Libertadores Financieros que
Dios ha puesto cerca de ti.

Buscar es un requisito.
Buscar Sabiduría Financiera y ayuda, no es un signo de debilidad. Sólo
un tonto ignora un chaleco salvavidas cuando se está ahogando. Quienes
derrotan a la devastación financiera nunca lo hacen solos. Ellos conquistan su
orgullo. Rechazan la trampa del aislamiento. Ellos conocen la recompensa
inevitable que hay en buscar.
Ellos persiguen.
Ellos piden.
Tú debes voltear hacia Dios en primer lugar. Sé agradecido por lo que
Él te ha dado ya en tu vida.
Primero, agradece la provisión anterior y por suplirte
sobrenaturalmente.
Expresa gratitud por aquellos que te han ayudado para alcanzar tu
sueño, que te han dado oportunidades de trabajo y que te han animado.
Tu Padre celestial se interesa en tus dificultades financieras ahora.
Realmente le importas. Jesús lo dijo claramente: “Porque los gentiles buscan
todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de
todas estas cosas”, (Mateo 6:32).
Él está esperando que lo busques. En el Lugar Secreto de oración. En
los servicios de la iglesia a la que asistes. En tu investigación diligente de las
Escrituras. “Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas,
si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres Su voz; porque
Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se
olvidará del pacto que les juró a tus padres”, (Deuteronomio 4:30-31).
Nadie más puede hacerlo por ti. Nadie más siente tu dolor. Nadie más
está viendo la pila de facturas a las que enfrentas cada noche.
Busca el consejo valioso y probado. Alguien sabe algo que necesitas
saber. Alguien sabe algo que te puede ayudar a sobrevivir y aun triunfar en
medio del capítulo más doloroso de tu vida. La ignorancia es demasiado
costosa. Es mortal.
Sólo los tontos se arriesgan a padecer las consecuencias de la
ignorancia.
Tu pastor o tu jefe o alguien a quien amas podrían recomendarte un
asesor financiero certificado o a otros en tu área. Cualquier cosa que hagas
hoy, toma el tiempo para escuchar el sabio consejo. Los verdaderos
campeones lo hacen. Como lo enseñan los escritos antiguos: “Donde no hay
dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay
seguridad”, (Proverbios 11:14).
Dios espera que clames a Él por ayuda en tiempos difíciles. “Este pobre
clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias”, (Salmos 34:6).
Tu humildad y desesperación atraerá a Dios. Especialmente tu fe. Tú
debes confiar en Dios para detener el ataque financiero en tu contra. Tú sirves
a un Dios sumamente capaz y cuidadoso. Él puede inclinar los corazones de
reyes a favor tuyo.
Tú estás en Su mente en este momento. Tus lágrimas, tu dolor, y tus
temores le afectan e influyen en Sus respuestas para ti. Él se está alistando
para moverse a tu favor. Confía en Él. Independientemente de las tormentas a
tu alrededor, recuerda la gran promesa: “Que hace cesar las guerras”, (Salmos
46:9).
Reconoce a los mensajeros que llevan el mensaje de soluciones
financieras. Estas podrían estar envueltas como Juan el Bautista en pieles de
pelo de camello o en las túnicas de seda del rey Salomón. No permitas que la
envoltura te distraiga del mensaje. Ellos podrían parecer arrogantes,
engreídos y autosuficientes. O quizá podrían parecer humildes, tímidos e
incluso renuentes a compartir su conocimiento sobre las finanzas. Es tu
responsabilidad discernir a los mensajeros que Dios envía a tu vida. Echa el
balde en su pozo.
Tu respuesta a un hombre de Dios es cuidadosamente documentada por
Dios.
Cuando Dios te habla, es con frecuencia a través de los líderes
espirituales en tu vida. No los ignores. Recuerda: “El que recibe a un profeta
por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un
justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá”, (Mateo 10.41).
Reconoce a Mentores de Fe extraordinarios y fuera de lo común. Como
ves, tu fe determina el fluir de los milagros hacia ti. “Sin fe es imposible
agradar a Dios”, (Hebreos 11:6 RVC). “Porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que Él existe, y que sabe recompensar a quienes Lo
buscan”, (Hebreos 11:6 RVC).
Moisés dio mentoría a Josué.
Pablo dio mentoría a Timoteo.
Elías dio mentoría a Eliseo.
Noemí dio mentoría a Rut.
Mardoqueo dio mentoría a Ester.
Los campeones fuera de lo común tienen Mentores fuera de lo común.
Observa minuciosamente la vida de quienes han triunfado a tu alrededor. Sus
secretos comenzarán a aflorar. La razón de su éxito inusual se verá muy
claramente. Estudia las biografías de los campeones financieros. Gente
extraordinaria ha hecho conexión con la fuente de su fe. Conforme vayas
leyendo su jornada del pozo al palacio, serás animado y fortalecido. “Por
tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos
con paciencia la carrera que tenemos por delante”, (Hebreos 12:1).
Aliméntate constantemente con nutrimento de fe. Lo que lees afectará lo
que crees.
Lo que lees influye las conversaciones en las que participas.
Cuando alimentas a tu hombre espiritual con la Palabra de Dios, tu fe
(confianza en Dios) cobra vida y se convierte en una fuerza viva dentro de ti.
Aparta un tiempo específico durante el día para leer tres capítulos en la
Biblia. Nutre y alimenta las Semillas explosivas de fe dentro de ti. Las
bellotas se convierten en robles. “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la
palabra de Dios”, (Romanos 10:17).
Elige un mentor probado. Aquellos a quienes admiras afectarán tu
futuro eternamente. Elige mentores financieros que aumenten tu fe en la
Fuente verdadera que es Dios. Aprende de sus cicatrices así como de sus
sermones. “Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre
vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en
mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros”, (1
Tesalonicenses 5:12-13).
Los Mentores Financieros son diferentes de los Libertadores
Financieros. Los mentores imparten su experiencia. Los libertadores crean
experiencias. Tú necesitas de ambos.
Tu mentor te lleva en un viaje continuo del lugar donde estás al lugar
donde puedes estar. Esto involucra una colección de instrucciones, una serie
de crisis y una revisión constante de tu situación financiera.
Un libertador financiero lleva un manto y una unción que rompe el
espíritu de pobreza sobre tu vida y desata una fe para las finanzas como
nunca antes la has experimentado.

Alguien te dio las instrucciones para que crearas tus


circunstancias presentes.
Alguien tiene que darte distintas instrucciones para crear las
circunstancias que deseas. “Pobreza y vergüenza tendrá el que
menosprecia el consejo”, (Proverbios 13:18).
Muchos se rebelan contra cualquier corrección o consejo que se les dé.
Esta es la razón por lo que nunca prueban la increíble Cosecha que Dios
quiere que ellos tengan.
Hace muchos años, tenía un amigo cercano a quien amaba y admiraba
mucho. Algo lo agitó y dejó de asistir a un estudio Bíblico especial que yo
daba. Su casa estaba a minutos de la mía. Un día, me encontré con su esposa
en la tienda.
“Tienes que orar por mi esposo. Está casi en bancarrota”. Su rostro se
veía perturbado y estresado.
“Bien, debe estar en muy mal estado”. Le dije con un poco de humor
pero realmente en serio. “Él se ha rehusado manejar diez minutos para
sentarse bajo el manto financiero de un libertador financiero donde Dios está
derramando bendiciones financieras. Él ha ignorado y menospreciado el
acceso que ha tenido a esta unción”.
En ocasiones aquello que se hace familiar se hace oculto para nosotros.
Alguien a quien amo estaba muy preocupado por un familiar cercano.
“A menos que ocurra un milagro, se van a ir a la quiebra”.
“Tú sabes”, repliqué. “Cada jueves por la noche enseño lo que dice la
Palabra de Dios sobre la Provisión Financiera. Ellos se pudieron haber
sentado bajo este manto a minutos de distancia si hubieran estado dispuestos
a manejar. Ellos se rehusaron a sentarse bajo esta unción”. Su crisis
financiera no era un misterio para mí.
Lo que decides ignorar se alejará de ti.
Yo tengo familiares que difícilmente pueden ganar lo suficiente para
vivir. Ellos constantemente piden dinero prestado de los familiares. Algunos
los llamaban parásitos, porque no podían sostenerse a sí mismos. Sin
embargo ellos se rehusaron a sentarse tres días en una conferencia que los
pudiera conectar a la corriente de oro de la provisión y de un caminar fuera
de lo común en la fe.
No, para mí no es una conmoción ni una sorpresa el que mucha gente no
experimente nunca una Cosecha. Algunos se sentarán una hora en un carro en
la autopista con el tránsito congestionado todos los días de su vida, pero se
enojan con su pastor si habla sobre la Cosecha financiera durante la ofrenda
por más de 15 minutos.
Piensa acerca de esto. Cada semana tiene 168 horas o 672
compartimientos de 15 minutos. Si solamente te sentaras a recibir enseñanza
de fe en una cápsula de 15 minutos de esos 672 compartimientos… ¿es acaso
de extrañarse que tu fe no esté avivada y vibrante?
“Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo”,
(Proverbios 1:5).
Debes comenzar a moverte hacia personas extraordinarias. Hazte el
hábito de perseguir la grandeza. Paga cualquier precio. Compra cualquier
libro o serie de enseñanzas en audio que contenga el camino a la provisión
fuera de lo común.
Eliseo recibió una porción doble del poder de Dios porque estuvo
dispuesto a pagar el precio para permanecer en la presencia de Elías, el gran
profeta. Josué observó a Moisés. Rut buscó a Booz.
Nunca poseerás lo que no estás dispuesto a perseguir. Tú realmente no
tienes el derecho a nada que no hayas tratado de alcanzar. “El que anda con
sabios, sabio será; mas el que se junta con necios será quebrantado”,
(Proverbios 13:20).
Yo estaba en Carolina del Sur dando mi testimonio sobre la Semilla de
$58 dólares, el Pacto de Bendición. Esto fue lo que compartí: Estaba en
Washington D.C. sentado en la plataforma. El pastor estaba recibiendo el
diezmo y las ofrendas de su gente. De pronto, el Espíritu Santo habló y me
impresionó a plantar una Semilla de $58 dólares para representar cada una de
las 58 diferentes bendiciones en la Biblia. Eso me pareció un poco loco, pero
conocía la voz del Espíritu Santo. Entonces saqué mi chequera y elaboré un
cheque por $58 dólares. Después, me sentí movido a sembrar otro igual por
mi hijo de 12 años en ese tiempo. Mi divorcio había sido muy amargo. Era
muy difícil obtener permiso para visitarlo y así por el estilo.
En cuestión de semanas después de haber dado mi Semilla, ¡su madre
decidió que él podría venir a pasar el resto de su vida conmigo! El fluir de los
milagros comenzó. Después de que compartí esto en Carolina del Sur, fueron
interesantes los caminos que tomaron dos personas en ese servicio.
Un hombre llamó al pastor muy enojado. Él insistía que yo era un
fraude, que trataba de estafar a la gente con $58 dólares. Ahí estaba un
hombre que no pudo discernir la unción financiera… a un libertador
financiero que Dios había enviado a su vida para desatar su fe. Quizá él había
pasado por experiencias terribles o había escuchado fuertes críticas hacia los
ministros en su juventud. También existía la posibilidad de que hubiera caído
y estuviera apartado de Dios, y que debido a su condición, oír hablar de
dinero le causara enojo. Pese a todo, él reaccionó y se rehusó a participar en
la siembra de la Semilla de $58 dólares.
Del otro lado del edificio estaba una preciosa dama, una ministra del
evangelio. Su corazón estaba conmovido. Ella discernió la atmósfera del
Cielo en el servicio. Ella sacó su chequera y sembró una Semilla especial de
$58 dólares. (En el lado izquierdo de su cheque, ella anotó: “Pacto de
Bendición”). Pocos meses después, un anciano a quien ella había estado
cuidando falleció. Pensando que él estaba en quiebra, ella le compró sus
medicamentos. Ella pensó que había muerto en la pobreza. Sin embargo,
después de su muerte le dejó: ¡Una iglesia pagada, dos casas y 11 hectáreas
de terreno completamente pagado! En dos años, recibieron los resultados de
un estudio geológico que decía ¡que habían encontrado oro en las 11
hectáreas de terreno!
Mismo servicio. Dos personas.
Uno se mofó y rehusó reconocer la unción de Dios.
La segunda probó la provisión sobrenatural.
Un hombre me dijo después de un servicio una noche: “Yo no entiendo
realmente eso de la Semilla de $58 dólares”.
“Es muy sencillo. La Semilla que sale de tu mano nunca sale realmente
de tu vida—simplemente sale de tu mano y va hacia tu futuro donde se
multiplica”.
Los que dudan están forzados a vivir con las consecuencias de su
incredulidad. Quienes creen pueden esperar enfrentar las recompensas de
haber creído.
La duda es un cáncer trágico y desafortunado en el cuerpo de Cristo. Oh
precioso amigo, no le permitas que destruya tu vida.
Algunos se sienten intimidados por la confianza en sí mismo que ve en
el libertador financiero. Para ellos, la bendición financiera es una jornada
difícil, dura y ardua en la prolongada montaña cuesta arriba de la vida.
Pareciera imposible de alcanzar. Cuando ven que la audacia y la luz se
aproximan, se desmoralizan.
Algunos piensan sobre las limitaciones de su salario en vez de escuchar
acerca del potencial de su fe.
Otros simplemente sienten que el riesgo de una vida de fe es demasiado
grande. Ellos se agarran hasta al último centavo. Codician. Ellos se sienten
personalmente responsables de cada dólar que llega a su vida y no son
capaces de captar la grandeza de un Proveedor: Dios, quien se interesa
profundamente en ellos.
Miles se rehúsan a abrazar el reto de la fe propuesto por un libertador y
mentor que Dios les envía. Ellos pasarán el resto de su vida juntando
centavitos, deseando que su vida pudiera tener un cambio radical.
Lucas 6:38
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando
darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que
medís, os volverán a medir”.
Muchas Personas Jamás Han Sido
Enseñadas A Sembrar Con La Expectación
de Recibir Algo de Regreso

Tú Solamente Puedes Hacer Lo Que Sabes.


A miles de personas se les ha enseñado que es erróneo esperar algo en
retorno cuando le das algo a Dios.
Ellos sienten que esto es prueba de codicia. “Cuando Le doy a Dios, yo
no espero nada de regreso”. Es el clamor orgulloso de muchos que han sido
atrapados por una enseñanza trágicamente errónea. ¿Esperas un salario de tu
jefe al final de una semana de trabajo? Por supuesto que sí. ¿Esto es codicia?
Difícilmente.
¿Esperaste el perdón cuando confesaste tus pecados a Cristo? Por
supuesto que sí. ¿Esto es codicia? Difícilmente.
Despojar de Expectación A Tu Semilla Es Robo Del Único Placer Que
Dios Conoce.
Recuerda, Su mayor placer es que se Le crea. Su mayor dolor es que se
dude de Él. “Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el
que se acerca a Dios crea que Él existe, y que sabe recompensar…que sabe
recompensar…a quienes Lo buscan”, (Hebreos 11:6 RVC).
Motivo significa tu razón para hacer algo.
Cuando alguien enfrenta un juicio, acusado de asesinato, la fiscalía trata
de encontrar el motivo o la razón por lo que una persona haría algo tan
horrible.
Dios esperó que tú fueras motivado por la provisión, la promesa de la
provisión. “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando
darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os
volverán a medir”, (Lucas 6:38). (Esto es mucho más que un principio de
misericordia y perdón. Este es un Principio de Provisión).
Dios ofrece sobreabundancia como una razón para sembrar Semilla.
Semillas de perdón o lo que sea que necesites.
“Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos;
y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de
mosto”, (Proverbios 3:9-10). Date cuenta que Él pinta la imagen de la
provisión de graneros que sobreabundan, derramando abundancia para
motivarnos (darnos una razón) para honrarlo a Él.
Él prometió beneficios a aquellos que fueran temerosos sobre el diezmo.
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en Mi casa; y probadme
ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los
Cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”,
(Malaquías 3:10).
Lee Deuteronomio 28:1-14. Aquí en la Escritura Dios crea una lista de
las bendiciones específicas que ocurrirán si Lo obedeces. ¿Por qué nos da Él
estos retratos de la prosperidad? Para inspirarte y darte una razón para que
obedezcas.
Pedro necesitaba esta clase de motivación así como tú y yo la
necesitamos hoy. Él sintió tal vacío cuando le contó a Cristo que él y los
otros “habían renunciado a todo por Él”.
Jesús prometió cien tantos más de retorno. “Entonces Pedro comenzó a
decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y Te hemos seguido.
Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya
dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o
tierras, por causa de Mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora
en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con
persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna”, (Marcos 10:28-30).
Mucha gente piensa que es malo Sembrar esperando una Cosecha. ¡Esa
es la razón para Sembrar!
El dar es la cura para la codicia, no el atesorar.
Cuando siembras para conseguir una Cosecha, acabas de dominar la
codicia.
La codicia acapara.
El hombre retiene.
Satanás roba.
La naturaleza propia de Dios es la naturaleza dadora. Cuando das,
justo has revelado la naturaleza de Dios dentro de ti.
El único placer que Dios recibe es a través de hechos de fe. Su única
necesidad es que se Le crea. Su mayor necesidad es que se Le crea. “Dios no
es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que Se arrepienta”,
(Números 23:19).
Si un incrédulo corre hacia el pastor después de la iglesia y dice
—“Quiero entregar mi corazón a Cristo, pastor”. El pastor ora. Supongamos
que el incrédulo dice entonces—“¿Puede orar para que Dios me dé paz y
perdón por mi confesión?”.
Imagina a un pastor que respondiera con indignación—“¡Por supuesto
que no! Eso es codicia. ¿Tú quieres algo de regreso por dar tu corazón a
Cristo?”. Te impactaría si tu pastor te dijera esto.
Tu Padre ofrece Provisión por Semilla; perdón por confesión; orden por
caos.
Cuando Jesús habló con la mujer del pozo en Samaria, Él le prometió
agua para que nunca volviera a tener sed. ¿Estuvo mal que Él le haya
ofrecido algo si ella lo seguía? Ese era el propósito del retrato del agua—
para motivarla y darle una razón para obedecerlo.
Un día, mi querido amigo Dwight Thompson, el poderoso evangelista,
me dijo una historia sobre la papaya. Alguien contó 470 Semillas de papaya
en una sola papaya. También se me ha dicho que una Semilla de papaya
produciría una planta conteniendo diez papayas. Ahora, si cada una de las
diez papayas contuviera 470 Semillas habría 4,700 Semillas de papaya en una
planta.
Solamente supongamos que tú vuelves a Plantar esas 4,700 Semillas
para crear 4,700 plantas más. ¿Sabes cuántas Semillas más contendrían 5,000
plantas conteniendo 5,000 Semillas cada planta? Serían Veinticinco millones
de Semillas…tan solo en la segunda Siembra.
Y estamos teniendo problema realmente creyendo en los 100 tantos más
de retorno. ¿Por qué?
Millones deben desaprender la venenosa y traidora enseñanza que
presenta como erróneo el esperar cualquier cosa en retorno.

6 Hechos Que Debes Saber Acerca de La Ley de La


Expectación
1. Expectación Es La Poderosa Corriente Que Hace Que La Semilla
Trabaje Para Ti. “Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario
que el que se acerca a Dios crea que Él existe, y que sabe recompensar a
quienes Lo buscan”, (Hebreos 11:6 RVC).
2. Espera Protección Como Él Lo Prometió. “Reprenderé también por
vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en
el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos”, (Malaquías 3:11).
3. Espera Favor de Un Booz Cercano A Ti. “Dad, y se os dará;
medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo;
porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”, (Lucas
6:38).
4. Espera Ideas Financieras y Sabiduría de Dios Como Una
Cosecha. “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque Él te da el poder para
hacer las riquezas, a fin de confirmar Su pacto que juró a tus padres, como en
este día”, (Deuteronomio 8:18).
5. Espera Que Tus Enemigos Se Fragmenten Y Se Confundan Y
Huyan de Ti. “Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti;
por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti”,
(Deuteronomio 28:7).
6. Espera Que Dios Te Bendiga Por Todo Acto de Obediencia.
“Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar
y poner por obra todos Sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también
Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán
sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu
Dios”, (Deuteronomio 28:1-2).
Un hombre de negocios se acercó a mí. “Yo realmente no creo que Jesús
haya dicho literalmente lo que dijo acerca de los cien tantos más. Nosotros
hemos malentendido eso”.
“Así que, ¿intentas enseñarle a Jesús como hablar cuando llegues al
cielo?”. Me reí.
Si Él lo hace por una papaya…Él lo hará por ti y por mí. Nosotros
somos Sus hijos, ¡no meramente el fruto de un árbol!
Yo creo que una de las razones más importantes por lo que la gente no
experimenta una Cosecha abundante, sobrenatural en finanzas es porque ellos
realmente no esperan que Jesús haga lo que Él dijo que haría.
Las bajas expectativas afectan a Dios.
Cuando Siembras con expectación, tu “Semilla” estará delante de Dios
como un testimonio de tu fe y confianza.

Siembra esperando que Dios responda favorablemente a cada


acto de confianza en Él.
Siembra de cada salario que recibas.
Siembra expectantemente, generosamente y fielmente.

Cuando empiezas a buscar y esperar que Dios cumpla Su promesa, la


Cosecha que has necesitado por tanto tiempo vendrá más rápida y
abundantemente que lo que jamás has soñado.

Oremos Juntos…
“Padre, enséñanos las maravillas de la Expectación. Muéstranos cómo Te
complace que se Te crea. Apresura la Cosecha en la medida que dependamos
de tu increíble integridad. En el nombre de Jesús. Amén”.
Muchas Personas No Buscan Una Cosecha
Porque Aún No Han Probado El Dolor de
La Pobreza

La Pobreza Es Atormentadora.
La pobreza es angustiadora, atormentadora, devastadora y parte el
corazón.
La pobreza es el clima donde las Semillas de suicidio crecen y florecen.
Despoja al hombre de su confianza en sí mismo y de su sentido de valor.
Empaña las visiones de sus sueños y metas. Rompe el enfoque.
La pobreza es donde la hierba mala del enojo y del cinismo crece más
rápido. No puedo pensar en nada bueno sobre la pobreza.
Sin embargo, muchos no han aprendido a despreciar las cadenas de la
bancarrota y la pobreza.
La pobreza no es un amigo con quien negociar.
La pobreza es un enemigo que debe ser destruido.
La pobreza es cautividad. Es esclavitud. Tú debes reconocer que la
cautividad financiera es antinatural. Debes desarrollar un odio que destroce
las cadenas que han detenido la posibilidad de la abundancia financiera.
Quizá nunca pruebes el éxito financiero que mereces hasta que veas la
tragedia de la pérdida, la bancarrota y la pobreza. Yo he caminado las calles
de Calcuta, en la India, y he mirado niños con sus dedos adentro de latas de
comida tratando de encontrar la humedad de una sopa o el residuo de comida
en una lata que les permita sobrevivir. He mirado carretones rodar en las
calles de Calcuta recogiendo cuerpos de personas que murieron durante la
noche a lo largo de las banquetas. Sí, los he visto quemar esos cuerpos y
gente que llora y se lamenta…a causa de la pobreza.
La pobreza nos impide construir mejores iglesias, ministerios de
televisivos fuera de lo común, y evangelismo por radio. Impide que un
misionero tenga lo suficiente para empezar otras diez mil iglesias para Dios.
La pobreza es un espíritu. Se dá dentro de ti antes de que suceda
alrededor. El hombre se deteriora internamente antes de que su negocio se
deteriore.
Jesús sabía que existía un enemigo. “El ladrón no viene sino para hurtar
y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan
en abundancia”, (Juan 10:10).
La pobreza produce temor. Temor al fracaso. Temor a que otros no nos
respetarán ni nos tratarán apropiadamente.
La pobreza produce inseguridad y suspicacia hacia casi toda la gente
que te rodea.
¿Cómo sé que la pobreza es un “espíritu”? Porque humilla y destruye el
espíritu del hombre que debería estar vivo, vibrante y victorioso. La pobreza
te hace querer desistir en vez de triunfar.
El espíritu de pobreza te hará crítico de aquellos que están tratando de
liberarte de ella.
Nunca olvidaré el servicio en Houston, Texas, mientras viva. Cuando
terminé de enseñar, compartí por algunos momentos acerca de apuntar tu
Semilla como si fuera una flecha. Una unción vino sobre mí de una manera
poderosa e inusual. Le pedí a la gente que preparara una Semilla especial para
sembrar en la obra de Dios.
De repente, como un volcán, un hombre que estaba sentado en la
segunda fila se levantó gritando. Él se apresuró al pasillo y corrió hacia atrás
de la iglesia gritando. Tan pronto llegó a la puerta principal de la iglesia para
salir, le hablé pidiéndole que se detuviera. Le pedí que expresara claramente
qué le estaba molestando.
Él estaba casi llorando con una mezcla de ira, vergüenza y duda. “¿Qué
le dices a tu hija de 13 años cuando te pide un dólar y no tienes lo suficiente
para darle?”, él gritó. “No he tenido trabajo en dos años. No tengo dinero.
Cuando mi hija adolescente me pidió para dar una ofrenda hace unos
momentos, ¡no tenía nada!”.
“Ésa es la razón por la que te estoy enseñando estos principios, mi
precioso hermano”. Le expliqué gentilmente. Mi corazón estaba con él.
Oh, la pobreza es capataz cruel.
La pobreza te hará dudar de todo lo bueno que hay en ti.
La pobreza te hará cuestionar la verdad acerca de Dios, tu verdadera
Fuente y Proveedor. Hará que odies a cada ministro que enseña prosperidad.
Esto pone en evidencia que la pobreza es un espíritu—y este reacciona más
fuertemente a la persona que lo puede echar fuera.
La pobreza no es meramente una circunstancia financiera en tu vida. La
pobreza es una condición de tu corazón y alma.
La pobreza destruye la normalidad. Sacas conclusiones ridículas e
insensatas. Tomas decisiones erróneas. La pobreza generalmente multiplica a
quienes viven en pobreza. Se requiere de un asombroso impacto y revelación
para destruir el espíritu de pobreza en tu vida.
Permíteme explicarme. Mi enseñanza sobre la provisión sobrenatural de
Dios debió haber emocionado a este hermano. ¡Él debió haber saltado y
brincado con gozo! Él debió haber gritado: “¡Sí! Yo desprecio la pobreza.
Gracias por venir y liberarme”.
Esto no sucedió. Él estaba enojado. Él estaba avergonzado. El mensaje
fue intimidatorio para él. ¿Por qué? El espíritu de pobreza tenía sus garras
tan profundamente clavadas en él, que necesitó una experiencia sobrenatural
con un Libertador Divino, El Espíritu Santo.
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová;
me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los
quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos
apertura de la cárcel”, (Isaías 61:1).
Jesús es nuestro Libertador. “Así que, si el Hijo os libertare, seréis
verdaderamente libres”, (Juan 8:36).
Miré con gran compasión a mi pobre hermano quebrantado.
“Vuelve acá, mi hermano”. Él no quería realmente regresar a su asiento,
pero la unción estaba tan fuerte sobre mí, que tuvo que obedecer.
“Mi hermano, esta es la razón misma por la que estamos sembrando una
Semilla hoy—para romper el espíritu de pobreza del cuerpo de Cristo y de la
gente que ha estado quebrantada y herida”.
Normalmente, yo habría llevado la ofrenda a nuestras oficinas en Dallas
donde se depositaría en la cuenta del ministerio. Luego, compraríamos
tiempo aire de radio y televisión, pagaríamos a nuestros empleados, y
compraríamos libros y demás con esos recursos financieros. Pero, una unción
sobrenatural me cubrió como un manto majestuoso. Yo anuncié ante toda la
iglesia una nueva instrucción.
“Yo quiero Sembrar toda esta ofrenda en mi hermano y su familia que
ha estado sin trabajo por dos años. Esta Semilla crecerá para cada persona
que la siembre. Porque la Biblia dice: “A Jehová presta el que da al pobre, y
el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar”, (Proverbios 19:17). La gente
aplaudió con gozo. El hombre se avergonzó en un principio. Le aseguré que
era bajo la guía del Espíritu Santo. Dios estaba usando esta ofrenda para
recordarle de Su profundo amor y compromiso con él y su familia.
Su pobreza había dado nacimiento al temor. El Temor Te Hace
Acaparar. El Acaparar Imposibilita El Fluir Del Aumento.
Consecuentemente, aquellos que son pobres generalmente entran en un ciclo
de deudas que nunca se rompe.
La pobreza trae temor. El temor les hace acaparar y detiene el fluir de
recursos financieros. Acaparar es lo contrario de dar. De esta manera el
acaparar corta cualquier conexión con la provisión. El ciclo de muerte del
pobre parece que nunca se detiene.
Se requiere una unción, una unción fuera de lo común para bendición
financiera. “Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu
hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción”,
(Isaías 10:27).
La unción sobre un siervo de Dios puede romperle la columna vertebral
a la pobreza en la vida de una persona. Dado que Dios es el Proveedor, el
Multiplicador y la Fuente de provisión, Él quiere que Su gente sea próspera
financieramente. Quizá, ésta sea una de las razones por la que Él nos alerta a
quitar las manos de Sus líderes. “No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis
mal a mis profetas”, (Salmos 105:15).
Un hombre de negocios deseaba entrar en un pequeño debate sobre el
asunto. Yo estaba de visita en su casa. Él era anti-prosperidad, anti-
predicadores y anti-todo.
Lo interrogué levemente. Su padre le había dado de su dinero para su
negocio. Su padre era dueño de su casa. Él era el hijo de un padre rico. Él
tenía poco aprecio por el trabajo arduo, por los trabajadores y el tiempo que
se requiere para generar una vida financiera de éxito.
Él era un parásito que nunca había enfrentado a la pobreza como un
enemigo. Por esa razón él no buscaba una Cosecha. Él estaba viviendo de los
demás en vez de buscar una Cosecha.
Hace muchos años, miles de hippies por todas nuestras universidades se
burlaban del dinero, el logro y la productividad. ¿Dónde encontraron el
tiempo y la energía para criticar? Sus padres les estuvieron pagando las
colegiaturas de su universidad, enviándoles cheques para que tuvieran dinero
que gastar y pagando las mensualidades de sus automóviles. Ellos no estaban
probando el dolor de la pobreza.
Cuando te quedes como de una pieza mirando un altero de facturas que
es imposible de pagar, solamente entonces la gratitud y el agradecimiento
empezarán a fluir en tu vida por la Cosecha sobrenatural.
Cuando tus hijos están enfermos y las deficientes finanzas te impiden
pagar el cuidado médico adecuado, probarás el dolor de la pobreza.
Cuando veas que llegan a sacar los muebles de tu casa y los suben al
camión que los devolverá a la tienda donde los compraste, probarás el dolor
de la pobreza.
Cuando te encuentres amenazado por un una demanda legal y no tengas
en centavo en tu cuenta para defenderte, comprenderás el dolor de la
pobreza.
Cuando busques por todo el cajón de tu cómoda tratando de encontrar
monedas que compren una pieza de pan porque ya llevas tres meses sin
trabajo, entenderás el dolor de la pobreza.
Cuando verdaderamente entiendas la aflicción de la pobreza y la
tragedia de la carencia, tu fe se empezará a enfocar en las leyes de la
provisión, en la Cosecha financiera que Dios garantizó.
Miles aún no han tocado fondo. Alguien continúa amortiguando su
caída. Una madre le pasa algo de dinero a su hijo flojo.
Un padre culpable por no pasar más tiempo con su hijo le compra un
automóvil nuevo. Consecuentemente, ellos nunca prueban realmente el vacío
de la pobreza.
Esta es una de las razones por la que algunos jamás caminarán en una
provisión sobrenatural. Sus necesidades nunca son los suficientemente
grandes para forzarlos a buscar una Cosecha.
Oremos Juntos…
“Padre, no permitas que tenga que probar el dolor de la pobreza antes de que
yo aprecie Tu bendición. Yo necesito Tu unción para romper el espíritu de
pobreza en mi vida. Tú eres mi Libertador y yo celebro la Promesa de
Abundancia que Me has hecho. En el nombre de Jesús. Amén”.
Levítico 27:30
“Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del
fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová”.
Millones de Personas Se Roban El Diezmo:
La Porción Santa Que Dios Reservó Para Sí
Mismo

Cuando Te Quedas Con El Diezmo, Cometes Robo.


Cuando tomas algo que le pertenece a otro, eres un ladrón. Los
ladrones no entrarán al Cielo. “Sino haceos tesoros en el Cielo, donde ni la
polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan”, (Mateo
6:20).
Diezmo significa “una décima”. El gran patriarca, y ejemplo
maravilloso, Abraham, dio el diez por ciento de su ingreso, de regreso como
prueba y evidencia que honró a Dios como su Proveedor y fue bendecido
increíblemente por esto. “Y Abraham fue muy rico en ganado, en plata, y en
oro”, (Génesis 13:2).
Isaac, su hijo, continuó Cosechando de la vida de obediencia. “Y sembró
Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo
Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta
hacerse muy poderoso. Y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha
labranza; y los Filisteos le tuvieron envidia”, (Génesis 26:12-14).
Sucedió para los hijos de Abraham. “Y se le apareció Jehová aquella
noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque Yo
estoy contigo, y Yo bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de
Abraham Mi siervo”, (Génesis 26:24).
El diezmo es santo para el Señor. “Y el diezmo de la tierra, así de la
simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa
dedicada a Jehová”, (Levítico 27:30).
Tu diezmo es el Puente de Oro a la provisión financiera. “Traed todos
los diezmos al alfolí y haya alimento en Mi casa; y probadme ahora en esto,
dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los Cielos, y
derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”, (Malaquías
3:10).
El arrogante no diezmará. Como ves, hay tres clases de ateos: 1)
Aquellos que creen que Dios no existe; 2) Aquellos que creen que son
capaces de hacer cualquier cosa que Dios haría; y 3) Aquellos que se
consideran a sí mismos el propio dios de su vida. Esa es la máxima prueba de
arrogancia y orgullo.
Honra el diezmo. El diezmo es la práctica Bíblica de regresar el diez por
ciento de tu ingreso a Dios después de haberlo ganado. En el Antiguo
Testamento, Abraham y otros diezmaron. En el Nuevo Testamento, aún los
Fariseos, la gente religiosa e hipócrita, recordaron diezmar. “Esto se tenía que
hacer”.
“Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el
diezmo será consagrado a Jehová”, (Levítico 27:32).
El diezmo puede romper la maldición financiera de tu vida y la de tu
familia. Como ves, aquellos que roban a Dios el diezmo y las ofrendas que
Le pertenecen están viviendo bajo una maldición.
Oh mi amigo, tú puedes cambiar esto. Tú puedes ser el miembro de tu
familia que “rompa la maldición”. Tu Semilla es la prueba de tu fe. Es la
prueba de que has conquistado la codicia. Obviamente, Dios siempre penaliza
al ladrón. Pero, Él siempre promueve y prospera al diezmador y a quienes
Siembran Semilla. “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis
robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y
ofrendas”, (Malaquías 3.8).
Diezma consistentemente. Cada diezmo es un acto de fe, una Semilla de
obediencia que crea un impulso. Cuando diezmes consistentemente, crearás
una Cosecha consistente. Establece un ritmo. Permanece en obediencia el
tiempo suficiente para probar las recompensas del ímpetu.
Hay cuatro estaciones básicas cada año. La regularidad y la rutina son
fuerzas muy importantes en nuestras vidas, especialmente en un estilo de vida
de Semilla de fe. Trabaja con la ley de la Siembra y la Cosecha. No te
vuelvas errático e impredecible. La naturaleza misma tiene un patrón, un
ritmo y rutina. Cuando lo honras, los beneficios sobrepasarán cualquier costo
y riesgo involucrados. “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la
sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la
noche”, (Génesis 8:22).
El diezmo es la prueba de que has conquistado la codicia. Satanás roba.
El hombre acapara. Dios da. Tu dádiva es la única prueba de que Dios vive
dentro de ti. Es la única evidencia de que la naturaleza de Dios está
floreciendo dentro de tu corazón. Sea dinero, misericordia o amor, el dar es
la única evidencia del amor. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado”, (Juan 3:16).
Cuando tú diezmas, creas una memoria en la mente de Dios para
siempre. Él ve Su naturaleza en ti.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de
amor y de dominio propio”, (2 Timoteo 1:7). El temor atormenta. Te hace
acaparar en lugar de soltar. Te vuelves temeroso de nunca poder reemplazar
el dinero que tú le estás “dando a Dios”. ¿La verdad? El diezmo es de hecho
Suyo. Él te permite el privilegio de devolvérselo como prueba de tu confianza
en Él.
El diezmo es la prueba de que tú crees la Palabra de Dios para ti. La
Palabra de Dios es una colección de instrucciones. Dios quiere en gran
manera que se Le crea. Él prometió que aquellos que diezmaran y Le trajeran
sus ofrendas verían como resultado una Cosecha financiera. “Recibirá cien
veces más ahora en este tiempo (casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y
terrenos, aunque con persecuciones); y en la edad venidera, la vida eterna”,
(Marcos 10:30).
El Antiguo Testamento lo confirma. “Honra a Jehová con tus bienes, y
con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con
abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto”, (Proverbios 3:9-10).
Cuando expides un cheque por el diez por ciento de tu ingreso cada
semana y lo devuelves a Dios, documenta tu fe en Dios. Es prueba de tu
confianza. Realmente crees que Su Palabra funciona. Tú has abrazado
plenamente la maravillosa verdad de que “Dios no es hombre, para que
mienta, ni hijo de hombre para que Se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? habló,
¿y no lo ejecutará?”, (Números 23:19).
Sin embargo, millones asisten a la iglesia cada domingo y salen con el
diezmo santo en sus bolsas. Algunas veces, ellos depositan unos cuantos
dólares en la ofrenda como un sustituto del diezmo.
Imagina algo conmigo por unos momentos.
Supón que un hombre de negocios tomó un vuelo a casa después de una
transacción de negocios. Su hijo va por él al aeropuerto. El padre
emocionado, lo abraza y le dice: “realmente te amo hijo. Estoy orgulloso de
ti. Toma un billete de $10 dólares para que te compres un pequeño presente.
Recién gané $100 dólares extra que no tenía planeados en esta transacción”.
“¡Gracias papá!”.
“Bien hijo… toma además varios de estos billetes de $10 dólares. De
hecho, te puedes quedar con nueve de estos billetes. Yo guardaré uno
solamente para tener algo de cambio”, el padre comenta con naturalidad.
Pensemos un poquito más allá. Ambos llegan a casa. El hijo se va a
dormir a su recámara esa noche. El padre saca todo lo que trae en sus
bolsillos, dejando el diezmo, el billete de $10 dólares adentro del cajón de su
cómoda. Se va a dormir.
Durante la noche, el hijo no puede conciliar el sueño. Está vuelta y
vuelta en su cama. Está agradecido por los nueve billetes de $10 dólares que
le dio su papá. Pero, algo dentro de él que no se explica, hace que siga
pensando en el billete de $10 dólares que está en el cajón de la cómoda de su
papá. ¿Qué pasaría si el hijo se metiera a la media noche, abriera el cajón y
tomara y robara el décimo billete de $10 dólares? ¿Qué sientes respecto a
esto? Me imagino que te encendería y enfurecería. Exclamarías enojado: “ese
hijo es un idiota, un tonto y un ladrón. Él fue tan malagradecido por los $90
dólares que le dio su papá, que todavía le robó el diezmo”.
Sin embargo, esto sucede cada domingo en la Tierra. De alguna manera,
nuestra ingratitud y mal agradecimiento empieza a sofocar cada palabra de
alabanza que pudiera fluir de nuestros labios. En vez de gratitud y
agradecimiento por nuestra salud, nuestra energía, favor, y amistades—el
último billete de $10 dólares es robado…de la mano de Aquel que nos dio los
otros $90 dólares.
Otro escenario. Solamente supón que yo te dijera que el hijo dejó un
billete de $1 dólar en lugar del de $10 dólares en el cajón de su papá—
pensando que su papá no se va a dar cuenta entre un billete de $1 dólar y uno
de $10 dólares. ¡Quizá, él sienta que su papá no va a ver que falta un cero!
Esto sería una sustitución.
Él roba los $10 dólares al reemplazarlos con un billete de $1 dólar.
Sí, te enojaste de nuevo. Sin embargo, esto sucede en cada iglesia en los
Estados Unidos cada domingo. Miles sustituyen el diezmo con una pequeña
ofrenda. ¿Acaso creemos que Dios es tonto?
Tuve un seminario durante seis viernes consecutivos por la noche en
Austin, Texas. El joven que dio lustre a mis zapatos en el aeropuerto de
Austin era impresionante. Lo quería mucho a él, a su esposa y su hijo. Un día
me habló: “Mike, amo a mi pastor. La música en nuestra iglesia es
simplemente fantástica. Sin embargo hay una cosa que me molesta y me hace
enojar cada domingo. Cada vez que yo voy a mi iglesia, mi pastor quiere
hablar sobre las ofrendas. Me parece que eso es de lo único que habla—
diezmos y ofrendas, diezmos y ofrendas, diezmos y ofrendas”.
“¿Alguien te ha explicado del diezmo alguna vez?”. Le pregunté.
Él no pudo recordar que alguien se lo hubiera explicado. Así, yo procedí
a explicarle que todo lo que tenemos viene de Dios.
Dios estableció un sistema que destruiría la posibilidad de la codicia-–
el diezmo. Dios no es pobre. Los ángeles no están a ración. Las mansiones en
el Cielo no están a medio terminar. Dios dijo que todo, de hecho, Le
pertenecía a Él. Pero, Él estableció un sistema que le permitiría al hombre
destruir a su mayor enemigo de la prosperidad, la codicia. Fue así de simple.
Devuelve el diez por ciento a Dios, y Él promete bendecirte una y otra vez
por tal obediencia.
Entonces, le expliqué que Dios garantiza una maldición sobre cualquiera
que robe esa parte que es santa. (Ver Malaquías 3:9-11). Las palabras de
Jesús también fueron explicadas cuidadosamente. Cuando Pedro sintió que él
había perdido todo para poder seguir a Jesús, Jesús le recordó de un
maravilloso resultado… el de los cien tantos más. (Ver Marcos 10:28-30).
Mi joven amigo que me lustra los zapatos estaba impresionado. Él jamás
había entendido la Ley del Retorno de Los Cien Tantos Más.
No es un misterio. Sucede cada día en todos lados alrededor nuestro. Un
granjero me habló en una ocasión sobre la Ley del Retorno de Los Cien
Tantos Más, en un grano de maíz.
“Mike, un grano de maíz puede producir una planta de maíz. Cada
planta de maíz produce cuatro mazorcas. Algunos han contado hasta 700
granos de maíz en un solo tallo, esto significa que un solo grano de maíz
puede producir 2,800 granos más en cuatro diferentes tallos combinados. Así,
cien tantos más de retorno no es un milagro en absoluto. Es un hecho normal
de la vida en la Ley del Retorno de Los Cien Tantos Más”.
El joven estuvo de acuerdo en hacer algo que le pedí.
“Yo quiero que tú diezmes cada domingo en la mañana en tu iglesia”.
La Biblia dice: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga
aparte algo, según haya prosperado”, (1 Corintios 16:2).
Continué. “Diezma de manera habitual, sin interrupción, por cuatro
estaciones en los próximos 12 meses. Puedes ver que si has estado sembrando
Semillas de Nada, has programado “Estaciones de Nada” en tu futuro. Una
Semilla se reproduce conforme a su especie. De modo que, si no Le has
estado trayendo nada a Dios, has estado programando Estaciones de Nada en
tu futuro. Dale a Dios una oportunidad de llevarte por las Estaciones de Nada
hasta que empieces a ver una Cosecha en tu vida”, Le expliqué.
Él estuvo de acuerdo.
Dios lo hizo más rápidamente de lo que pude haber imaginado. En
menos de 30 días, él fue a un pequeño desayuno de oración que tuve en el
Hotel Hilton de Austin, Texas, gritando, “¡Funciona!”.
El dinero de los primeros siete días que sacó de sus propinas después de
haberse comprometido a diezmar fue de más de $800 dólares. Él jamás había
experimentado un ingreso de este nivel en su vida. Hoy, alguien me dijo que
había iniciado una pequeña cadena de lugares para lustrar calzado, ¡y que
tenía gente trabajando para él!
Millones de personas jamás probarán la Cosecha financiera que está a
su alcance porque han robado el diezmo santo y lo han guardado para sí
mismos. El máximo acto de arrogancia.
Muchas Personas Se Rehúsan A Sembrar
En Tiempos de Crisis

La Crisis Crea Temor.


Me sucedió hace varios años. Durante un desfile de tragedias, personales
y en mi ministerio, de repente enfrenté la bancarrota. Debía varios tantos más
de lo que podía respaldar con bienes. No sabía qué hacer. Oré, ayuné y usé
todo principio de negocios que conocía. El muro se rehusaba a moverse. Era
como una montaña de deudas que nada la podía sacudir.
Llegué a intimidarme. Me sentía como un fracaso. Otros ministerios
estaban floreciendo y estaban construyendo enormes instalaciones. ¡Ni
siquiera podía pagarle a mi contador $1,500 dólares por la elaboración de un
estado financiero para presentar al banco y poder obtener un préstamo! Me
reuní con hombres de negocios de éxito que ofrecieron prestarme $250,000
dólares…si yo les pagaba 50,000 de inmediato. (¡Yo no tenía ni 5,000 dólares
a mi nombre!).
Durante esos tiempos, satanás realmente parecía avasallador. Algunas
veces es difícil creer verdaderamente que tu dolor pasará jamás.
Yo no podía pensar claramente. Me sentaba como adormecido en varias
juntas que sostuve en la mesa de negociación. Mi mente estaba en choque. Mi
corazón perdió su lucha. Yo no podía mover el muro de la deuda. (A veces,
durante las batallas de la vida, tú estarás tentado a alejarte, a volverte tímido y
pasivo). Como ves, satanás es un abusivo. Los abusivos se deleitan en atacar
a gente pacífica, tímida y reservada.
Es importante que desarrolles un espíritu de lucha. Muy importante.
“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”, (Santiago
4:7).
Debes correr hacia tu Goliat. David lo hizo.
Pero, él no fue en su propia fuerza en contra de su enemigo. Él vino “en
el nombre del Señor”.
La crisis es el lugar de los milagros. No es el lugar para replegarse,
renunciar y acaparar tu Siembra. Yo estuve muy inclinado a dejar de dar.
Sentí que el ministerio necesitaba “guardar el diezmo para sí mismo”. La
crisis distorsiona toda imagen de prosperidad.
¿Por qué es la crisis una temporada importante para Sembrar?
1) Tu Siembra Dará Nacimiento A La Expectación Y A La
Esperanza.
2) La Expectación Es El Único Imán Que Atrae El Milagro de La
Provisión Que Dios Prometió. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que Le hay, y que es
galardonador de los que Le buscan”, (Hebreos 11:6).
3) Si Te Rehúsas A Sembrar, Justo Has Destruido Tu Propia
Habilidad Para Esperar Un Milagro. Un granjero solamente puede esperar
una Cosecha después de que ha sembrado Semilla.
Por lo tanto, es tu Siembra lo que da nacimiento a tu expectación.
Tu expectación es la corriente que trae los cien tantos más de retorno
que Jesús prometió.
4) Nada Va A Cambiar Financieramente Para Ti Hasta Que Puedas
Desatar La Expectación Que Hay Dentro de Ti.
5) Tu Crisis Actualmente Magnifica La Medida de Tu Semilla Ante
Los Ojos de Dios. Tu Semilla aumentará en su influencia con Dios…por tu
situación de crisis. Jesús estaba mirando la ofrenda un día. “Estando Jesús
sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero
en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó
dos blancas, o sea un cuadrante”, (Marcos 12:41–42).
Esto llevaba en sí un entendimiento poderoso. Luego, llamando a Sus
discípulos, les dijo: “Esta viuda pobre echó más que todos los que han echado
en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su
pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento”, (Marcos 12:43-44). Ella no
tenía mucho dinero. Era pobre. Pero, su crisis financiera agrandó su Semilla
ante los ojos de Dios. Ella dio más que todos los demás, en Su opinión, por
causa de su crisis.
Esta es la razón por la que es importante sembrar una Semilla cuando tu
espalda está contra la pared, y tú tienes muy poquito. Tu Semilla llevará más
peso, influencia y potencial para aumentar, de lo que una Semilla mucho más
grande tendrá después cuando te esté yendo mejor.
Miles acaparan durante la crisis.
Es lo más falto de Sabiduría que ellos podrían hacer.
Si Siembras en tiempos de hambruna, tu Semilla moverá los Cielos y
abrirá las ventanas. Dios derramará sobre ti una bendición que difícilmente
podrás contener.
Lamentaciones 3:25
“Es bueno el Señor con quienes Le buscan, con quienes en Él
esperan”. –RVC
Algunas Personas Se Rehúsan A Esperar
Por Su Cosecha El Tiempo Suficiente

El Tiempo Es El Misterioso Y Escondido Ingrediente En Una Cosecha


Fuera de Lo Común.
Como ves, la paciencia es también una Semilla. “Es bueno el Señor con
quienes Le buscan, con quienes en Él esperan”, (Lamentaciones 3:25 RVC).
Tu espera revela confianza. “Es bueno esperar en silencio que el Señor
venga a salvarnos”, (Lamentaciones 3:26 RVC).
Tu espera puede ser dolorosa. Pero, es la estación entre la Siembra y la
Cosecha. Es por esto que la Biblia lo llama—Tiempo de Siembra y Cosecha.
El Tiempo es la estación entre la Semilla y la Cosecha.
“Porque un momento será Su ira, pero Su favor dura toda la vida. Por la
noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría”, (Salmos 30:5).
Algunos de ustedes han perdido su Cosecha por el dolor de la espera. La
espera es cansada. Genera agravio, un espíritu crítico y te deja frustrado.
Mientras se espera, se hablan palabras de duda e incredulidad. Esto
frecuentemente aborta el ciclo de la bendición. La ingratitud trae una
maldición, no una recompensa.
La ingratitud no inspira a Dios a apresurar la Cosecha.
La ingratitud detiene la Cosecha.
Debes estar dispuesto a confiar en Dios a lo largo de las estaciones de
espera. Él ha prometido un cambio.
Tu enojo no intimida a Dios.
Tu programación no obliga a Dios.
Él es Dios. Él decidirá cuándo mereces y calificas para la Cosecha.
“Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos Mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los Cielos que la
tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos, y Mis
pensamientos más que vuestros pensamientos”, (Isaías 55:8-9).
Él ya te ha prometido una Cosecha en la estación debida. “Porque como
desciende de los Cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la
tierra, y la hace germinar y producir, y da Semilla al que Siembra, y pan al
que come, así será Mi palabra que sale de Mi boca; no volverá a Mí vacía,
sino que hará lo que Yo quiero, y será prosperada en aquello para que la
envié”, (Isaías 55:10-11).
Emociónate por tu Cosecha. “Porque con alegría saldréis, y con paz
seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de
vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso”, (Isaías
55:12).
Dios reemplazará todo desastre financiero con un milagro financiero.
“En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y
será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída”, (Isaías
55:13).
Debes rehusarte a permitir palabras de desánimo en tu boca. “No
temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi
justicia”, (Isaías 41:10).
Aquellos que se oponen y combaten en contra de tu progreso, serán
confrontados por Dios Mismo. “He aquí que todos los que se enojan contra ti
serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que
contienden contigo”, (Isaías 41:11).
Tus enemigos no tendrán éxito contra ti. “Buscarás a los que tienen
contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es,
aquellos que te hacen la guerra. Porque Yo Jehová soy tu Dios, quien te
sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, Yo te ayudo”, (Isaías
41:12-13).
El Espíritu Santo está involucrado en contra de tu enemigo. “Y temerán
desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol Su
gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová
levantará bandera contra él”, (Isaías 59:19).
Todo esquema, estrategia y trampa en contra tuya, finalmente fallará si
eres paciente en la espera. “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y
condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia
de los siervos de Jehová, y su salvación de Mí vendrá, dijo Jehová”, (Isaías
54:17).
Mantén los ojos en las recompensas que seguirán a tu espera. Los
hombres luchan por una razón—para ganar algo que ellos quieren. Cuando
David enfrentó a Goliat, él estaba plenamente consciente de los fantásticos
beneficios ofrecidos a la persona que pudiera derrotar a Goliat. Le sería
otorgada la mano de la hija del rey. No tendría que pagar más impuestos. Así
que, armado con la imagen interna de su éxito y sus recompensas, él corrió
hacia Goliat a conquistarlo.
Jesús fue al Calvario, plenamente consciente de la resurrección—“por el
gozo que fue puesto delante de Él”. Conserva tu enfoque. Los despojos de
guerra valen la batalla y la tormentosa estación llamada espera.
Rehúsate a pecar con tu boca. Tu enemigo reacciona a tus palabras. Si
tú lo alimentas con duda e incredulidad, esto lo motivará y le dará energía
para levantarse en contra tuya.
Nunca hables palabras que motiven a tu enemigo. Tu enemigo creerá
cualquier cosa que tú le digas. Si alimentas con palabras de fe su oído, él se
desmoralizará, se desilusionará y desanimará. Si tú hablas como una víctima,
él será movido a ir en contra tuya una y otra y otra vez. “La muerte y la vida
están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”,
(Proverbios 18:21).
Tus palabras de fe siempre influirán el corazón de Dios. “Porque por tus
palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”, (Mateo
12:37).
Mientras estás esperando, crea un clima de gratitud y agradecimiento.
“Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en
Cristo Jesús”, (1 Tesalonicenses 5:18).
Continuamente ora en el Espíritu durante el día. “Orad sin cesar”, (1
Tesalonicenses 5:17).
“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando
en el Espíritu Santo”, (Judas 20).
Evita la tentación de crear un plan de respaldo. “Y no den lugar al
diablo”, (Efesios 4:27 RVC).
Cuando el conquistador, Hernán Cortés, vino a América, quemó los
barcos detrás de él y de los soldados. Hizo que el escape fuera imposible.
Esto hizo de la exploración una necesidad y requerimiento. Sus hombres no
pudieron retroceder. Tú no puedes planear tu éxito y tu fracaso al mismo
tiempo. Tu éxito requerirá tu enfoque y atención total.
No hagas planes para retroceder.
Alimenta, energiza y fortalece las imágenes de tu futuro. Esto desarrolla
tu fe. Habla del milagro que viene en camino hacia ti, con todo mundo.
Trabaja con tu expectación. La obediencia es siempre recompensada. Todo lo
que Dios te ha prometido se realizará. “Y vendrán sobre ti todas estas
bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”,
(Deuteronomio 28:2). Tu vida vivida en santidad produce resultados. “Porque
sol y escudo es el SEÑOR Dios; Gracia y gloria da el SEÑOR; Nada bueno
niega a los que andan en integridad.”, (Salmos 84:11 NBLH).
Tú no estás luchando tu batalla solo. “Seré enemigo de tus enemigos, y
afligiré a los que te afligieren”, (Éxodo 23:22).
Rehúsa darle acceso a tu vida a cualquiera que no esté en acuerdo con
la Palabra de Dios. Cuando satanás quiere destruirte, él manda una persona a
tu vida. “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres”, (1 Corintios 15:33).
Evita el enfoque roto. Cuando la gente errónea te habla, tomas las
decisiones equivocadas.
Cuando cometes un error, considérate un tanto más cercano a tu
Cosecha. “Sostiene Jehová a todos los que caen, y levanta a todos los
oprimidos”, (Salmos 145:14). No seas demasiado duro contigo mismo. Las
recompensas del cambio están por venir. La paciencia funciona.
Vencer involucra más que una batalla. El individuo que se rehúsa a
darse por vencido es quien gana. Siempre.
Nunca consideres darte por vencido. Nunca. Levántate y trata otra vez.
Y, otra vez. Y, otra vez. El infierno teme a un luchador. “Bienaventurado el
varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”,
(Santiago 1:12).
Mis bendiciones más grandes vienen frecuentemente después de mi más
larga espera.
Hace muchos años, yo estaba predicando para Rod Parsley, un amigo
mío en Columbus, Ohio. Al final del servicio, El Espíritu Santo me dijo que
recibiera una ofrenda para el pastor en vez de hacerlo para mi propio
ministerio. Bien, yo necesito un milagro desesperadamente. Yo necesitaba
finanzas de manera especial para un proyecto que estaba enfrentando. De tal
forma que, cualquier Semilla que sembrara sería una Semilla de Crisis.
(Recuerda que una Semilla de Crisis aumenta su influencia con Dios). Es
posible que una pequeña Semilla sembrada durante una crisis produzca una
mayor Cosecha que una generosa Semilla sembrada en buenos tiempos.
Así que estuve de acuerdo en dársela al pastor en su totalidad. Entonces
El Espíritu Santo hizo una sugerencia que no es usual. Realmente no sentía
que fuera una orden sino una invitación a una inversión. Recién había
recibido un cheque de mis regalías por $8,500 dólares. (De hecho, era todo lo
que tenía a mi nombre). Yo no recuerdo haber tenido cantidad alguna en mi
cuenta de ahorros además del cheque que traía en mi portafolio.
“¿Qué tanto te gustaría explorar y experimentar, saber qué puedo hacer
con tus $8,500?”. El Espíritu Santo habló.
Esto trajo un momento de tormento y tortura. Entonces, calladamente Le
respondí en mi espíritu: “Está bien ¡Realmente aprecio estos maravillosos
$8,500 dólares! Es suficiente Cosecha para mí”.
Él habló una segunda vez. Oh, cuán agradecido estoy por las segundas
oportunidades que Él nos da para tratar una vez más, alcanzar otra vez y
sembrar otra vez.
“¿Qué te parecería explorar y experimentar, saber qué puedo hacer con
tus $8,500?”.
Algo dentro de mí hizo una cuidadosa evaluación. ¿Qué podría
realmente hacer con $8,500? Ciertamente no era suficiente para liquidar mi
casa. ¿Qué podría hacer? ¿Comprar un auto pequeño, o pagar un anticipo en
la renta de una casa, o volar a Europa de vacaciones por todo un mes?
Yo decidí creer Su Palabra.
Esa decisión cambió los ingresos de mi vida para siempre.
Seis semanas después, Dios me dio una idea que me trajo cientos de
miles de dólares de retorno. De hecho, cada 90 días todavía recibo un cheque
de regalías por esa idea.
Ahora, aquí está el poderoso principio que debes entender acerca de la
espera.
No fue sino hasta después de más de dos años que sembré los $8,500
que recibí mi primer centavo de utilidad. Atravesé varias batallas y
dificultades. Yo pensé que la idea nunca despegaría del suelo. Pero, despegó.
Mi disposición a esperar durante esas ocho estaciones de Cosecha valió cada
una de esas horas de espera.
Hay quienes quieren Sembrar el domingo en la mañana en la iglesia y
Cosechar el lunes en la mañana en su trabajo. Esto ni siquiera es lógico,
Escritural o prometido por Dios. “Mas el que persevere hasta el fin, éste será
salvo”, (Mateo 10:22).
Continúa alimentando tu fe durante la dolorosa estación de la espera.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios”, (Romanos
10:17).
Tus estaciones de espera no son estaciones de inactividad. Suceden
muchas cosas. Los ángeles se están posicionando para ministrar. Los
demonios están siendo confrontados. Las estrategias están siendo
desarrolladas. Dios está llevando gente a tu vida así como llevó a Booz a la
vida de Rut. Nunca creas que una estación de espera es una estación de no
hacer nada. La verdad es todo lo contrario.
Las estaciones de espera son las estaciones más activas que puede haber
en el mundo espiritual.
Recuérdate a ti mismo que el gozo fluye aún en medio del calor de la
batalla. “Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor,
recibiendo la Palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu
Santo”, (1 Tesalonicenses 1:6).
No permitas que tu barco de la bendición financiera encalle
violentamente en la Roca de la Impaciencia. Miles no han recibido su
Cosecha financiera porque se apresuraron, sin tener la voluntad de confiar en
el Señor de la Cosecha. “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas
fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán”, (Isaías 40:31).

Oremos Juntos…
“Padre, Tú haces todas las cosas bien. Tú entiendes las Estaciones. Yo no.
Dame la habilidad de esperar. Tu tiempo es perfecto. Tu itinerario es mejor
que el mío. Yo confiaré en Ti, y Tú me recompensarás abundantemente. En el
nombre de Jesús, Amén”.
Millones de Personas Se Rehúsan A
Obedecer Las Leyes de Dios Más Simples Y
Básicas

La Desobediencia Produce Pérdidas.


La Biblia nos lo advierte. “Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la
tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque
la boca de Jehová lo ha dicho”, (Isaías 1:19-20).
Puedes discutir al respecto.
Puedes rebelarte en contra de eso.
Puedes quejarte al respecto.
Pero, no puedes leer la Biblia sin comprender claramente que la
obediencia produce el río de la bendición mientras la desobediencia trae
hambruna y desolación.
“Oh, yo conozco varias personas ricas que no sirven a Dios en lo
absoluto. No asisten a la iglesia, y no leen las Escrituras. Entonces, ¿por qué
están prosperando? Buena pregunta. Y muy fácil de responder también”.
Probablemente ellos están obedeciendo los principios básicos de la
prosperidad establecidos en la Biblia.
Veamos algunos de estos principios y leyes que están claramente
establecidos en la Biblia. Dios dijo: “Acontecerá que si oyeres atentamente la
voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos Sus
mandamientos que Yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará
sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas
bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”,
(Deuteronomio 28:1-2).
1. El Principio Del Trabajo. Dios sólo prometió bendecir el trabajo de
tus manos. “Te abrirá Jehová Su buen tesoro, el Cielo, para enviar la lluvia a
tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a
muchas naciones, y tú no pedirás prestado”, (Deuteronomio 28:12). Eso no es
una opción. No es meramente una buena idea para trabajar cada día. El
apóstol Pablo escribió que quienes se rehúsan a ser productivos se les debe
negar la comida. “Porque también cuando estábamos con vosotros, os
ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”, (2
Tesalonicenses 3:10).
Quienes se rehúsan a trabajar son llamados desordenados y
entrometidos en los asuntos de otras personas. “Porque oímos que algunos
de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino
entremetiéndose en lo ajeno”, (2 Tesalonicenses 3:11).
Debes alejarte y retirar cualquier amistad y tiempo de compañerismo
con esas personas que se rebelan a trabajar. “Si alguno no obedece a lo que
decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para
que se avergüence”, (2 Tesalonicenses 3:14). Fíjate en ese hombre. En Otras
palabras, llama la atención hacia ese hombre. Todos deberían señalar a la
persona que es perezosa.
“Pero es que perdí mi trabajo. Estoy esperando a que llegue una mejor
oportunidad”, se quejó una joven. El principio del trabajo solo revela la
necesidad de ser productivo. José era productivo. Él no estaba en el lugar
perfecto, la prisión, cuando recibió su promoción. Pero, él fue productivo y
resolvió problemas a donde sea que Dios lo llevó. Como le dije a un joven
que trabajaba conmigo una ocasión: “Hijo, tal vez no disfrutes lo que estás
haciendo ahora en este ministerio. Pero, si no mejoras tu productividad y
terminas las instrucciones que yo te doy, la próxima ocasión no habrá otra
oportunidad. Dios te hará dar vuelta a la montaña una y otra vez hasta que
aprendas este principio”.
2. El Principio de La Diligencia. Diligencia significa atención expedita
a una tarea asignada. “La mano negligente empobrece; Mas la mano de los
diligentes enriquece”, (Proverbios 10:4). La Pereza es una de las muchas
razones por las que la gente no recibe su cosecha financiera. “El que recoge
en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es
hijo que avergüenza”, (Proverbios 10:5).
Las personas diligentes se convierten en supervisores y líderes. “La
mano de los diligentes señoreará; Mas la negligencia será tributaria”,
(Proverbios 12:24).
El diligente siempre tendrá abundancia. “El alma del perezoso desea, y
nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada”, (Proverbios
13:4).
Los que son diligentes desarrollan su creatividad al descubrir nuevas
formas para resolver problemas. “Los pensamientos del diligente ciertamente
tienden a la abundancia”, (Proverbios 21:5).
Los líderes buscan la compañía y la presencia de trabajadores
diligentes. “¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes
estará”, (Proverbios 22:29).
El diligente evalúa constantemente los resultados de sus esfuerzos. “Sé
diligente en conocer el estado de tus ovejas, Y mira con cuidado por tus
rebaños”, (Proverbios 27:23).
Busca el problema más cercano para resolverlo.
Le pregunta a otros como llevar las cargas que está llevando en ese
momento. Escuchan cuidadosamente las cosas que ocasionan disensión con
su jefe. Y las resuelve.
Revisa tu lista maestra de tareas y termínalas una por una día tras día.
Labora para lograr terminar proyectos en vez de dejarlos a medias
indefinidamente.
Busca la corrección de la persona que firma los cheques de tu salario.
Acepta la reprensión con gratitud en vez de abrigar resentimiento y
venganza.
Florece en tu lugar actual de trabajo y las noticias correrán.
3. El Principio de La Sabiduría. Cuando aumentas tu Sabiduría,
aumentarás tu riqueza. “Conmigo está el consejo y el buen juicio…Las
riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia…Para hacer
que los que me aman tengan su heredad, Y que yo llene sus tesoros”,
(Proverbios 8:14, 18, 21).
Debes hacerte muy bueno en lo que haces.
Estudia, asiste seminarios, y necesitas un mentor. “Los sabios guardan la
sabiduría”, (Proverbios 10:14).
La gente rica es por lo general gente conocedora e informada.
“Bienaventurado el hombre que halla la Sabiduría, y que obtiene la
inteligencia…Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda,
riquezas y honra”, (Proverbios 3:13, 16). Tal vez no sepan todo acerca de
todo–– pero son habilidosos y se especializan cuando menos en un tema de su
elección. Tú debes descubrir los dones y habilidades que ya se encuentran
depositados dentro de ti.
Aquello que amas es una pista a la Sabiduría que contienes. Si amas las
computadoras, esa es una pista de que tendrás especial Sabiduría en esa área.
Si amas a los niños, tendrás Sabiduría hacia los niños.
Cuando encuentras lo que amas, encontrarás tu Sabiduría.
Cuando encuentras tu Sabiduría, recibirás el pago para resolver
problemas con esta.
4. El Principio de La Espera. Nadie quiere esperar por nada. Sam
Walton, el fallecido multimillonario, dijo en una ocasión que él nunca
invertiría en una empresa cuyo plan de negocios estuviera programado a 18
meses. Él analizaba cuidadosamente cuál sería la proyección de dicha
empresa en un término de diez o más años. Algunos hombres japoneses de
negocios tienen metas a 100 años. En una ocasión, un amigo mío me dijo que
si mi padre hubiera depositado $100 dólares al mes en una cuenta especial del
mercado de valores, yo hubiera podido ser multimillonario a los 20 años.
“Entonces, ¿por qué no todo mundo es millonario si apartando $100
dólares al mes se puede crear tal riqueza?”, le pregunté.
“Nadie quiere esperarse 20 años para gastar sus $100 dólares”, fue su
respuesta.
¿Cuál es la prueba de que la gente no se esperará? Que cuando reciben
un aumento en su trabajo, inmediatamente realizan alguna compra que
comprometerá dicho aumento en vez de ajustarse a vivir dentro de los límites
del presupuesto anterior y depositar el dinero adicional en una cuenta especial
de inversión. Pero por el contrario, se apresuran a realizar una compra que les
producirá placer en vez de un futuro.
5. El Principio de La Mentoría. Debes ser enseñable. Debes tener un
mentor. Tu mentor debe ser alguien calificado para impartir conocimiento a
tu vida en el área de las finanzas. Puedes tener un mentor espiritual que sea
maravilloso en oración pero que desconozca todo sobre el tema de finanzas.
Puedes tener alguien que quiera enseñarte sobre sus opiniones, pero que no
tiene ningún éxito financiero que confirme su dicho ni respalde sus
enseñanzas.
¿A quién estás siguiendo? ¿Cuáles son las tres últimas preguntas que has
hecho? ¿A quién le hiciste estas preguntas? ¿Qué has hecho con las
respuestas que te dio? ¿Qué oportunidades de inversión estás ignorando?
¿Persiguiendo? ¿Considerando? Recientemente sentí que debía involucrarme
en una pequeña oportunidad financiera. Una que prácticamente no requiere
tiempo. Pero, tenía confianza en la cabeza de esa empresa. Lo comenté con
varias personas cercanas a mí. Incluso les ofrecí ayudarles a hacer la
inversión. Algunos lo abrazaron de inmediato. ¿Por qué? Confiaban en sus
instintos, en mi juicio y en el plan presentado. Otros ni siquiera regresaron
para la segunda reunión. Sin embargo, años después se quejaban de lo arduo
y estresante, lo difícil y casi intolerable que ha sido la situación financiera en
su vida. Pero ellos rehusaron por completo mi mentoría en relación a sus
finanzas.
“Pero, si le pregunté a todo mundo que me ayudaran cómo manejar mis
finanzas”, se lamentaba una joven dama.
“¿Qué quieres que te enseñen ellos?”, le pregunté.
Así que, le dediqué unas dos o tres horas en las que la enseñé a manejar
su chequera. Le enfaticé sobre la importancia de mantener una conciencia de
su saldo–– que tuviera presente en todo momento cuánto dinero tenía en su
cuenta. Le enfaticé sobre la importancia de llevar siempre consigo una
pequeña cantidad de efectivo.
Ella no hizo nada de lo que le enseñé. Si te rehúsas a seguir las dos
primeras instrucciones de un mentor, ¿crees que calificas para repetir la
visita?
“¿Cuántos han consultado un planificador financiero en los últimos tres
años?”, le pregunté a una numerosa audiencia un día. Sólo tres levantaron la
mano.
Todo mundo quiere un milagro en vez de mentoría.
La calidad de la mentoría es por lo general el mayor milagro que
necesitas.
Nadie puede forzarte a que persigas el conocimiento. Usualmente, se
necesita que ocurra una tragedia para producir el deseo de recibir mentoría.
6. El Principio de La Integridad. Integridad es simplemente hacer lo
que dijiste que harías para alguien. Integridad es ser auténticamente lo que le
dices a todo mundo que eres.
Integridad es veracidad.
“Si me da $40 dólares, le proceso estas 4 piezas de exceso de equipaje
en la aerolínea”, me dijo el maletero un día que estaba en el aeropuerto. El
exceso me iba a costar más de $200 dólares. Él quería una propina generosa
para hacerlo. Yo acostumbro dar propinas generosamente, pero Dios había
estado tratando conmigo fuertemente entorno a la integridad, honestidad y en
hacer las cosas al momento. Como ves, si nadie en la Tierra te estuviera
viendo, el Jefe del universo siempre está viendo–– “Porque los ojos de
Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que
tienen corazón perfecto para con él”, (2 Crónicas 16.9).
“¿Por qué no solo hacemos que es correcto? Le respondí.
“Señor, le costará más de $200 dólares”, ya estaba exasperado conmigo.
“Lo sé. Pero, yo prefiero pagar el exceso ahora y sentir mi conciencia
tranquila y en paz que simplemente darte una propina para ahorrarme el
exceso de equipaje”.
Miles inflan sus reportes de gastos cada semana. Algunos añaden
propinas de más a su reporte de gastos. Otros se tomarán un tiempo extra para
el almuerzo y le pedirán de favor a otra persona que pase su tarjeta por el
reloj checador por ellos. Otros empleados se llevan a su casa los lápices, las
plumas, los blocs legales de notas, cuadernos y otros artículos de oficina para
sus hijos y su familia.
Dios todo lo ve. El Principio de Integridad permanecerá cuando todas
las excusas sean expuestas.
La calidad es parte de la integridad. Muéstrame a cualquier persona que
desempeña un trabajo mediocre, y yo te mostraré a una persona sin
integridad. Si tú haces un trabajo mal hecho al pintar la casa de alguien, si
pones una refacción automotriz usada en el automóvil de un cliente y le
cobras una nueva, terminarás perdiendo tus clientes. Los clientes hablan. La
verdad sale a la luz. La Integridad pasará la prueba del tiempo, las críticas y
aún los errores.
Aquéllos que mienten también robarán.
Como ves, mentir es simplemente hurtar la verdad. La verdad es tan
importante. Es el único ingrediente que nos permite tomar decisiones de
calidad. Así que, si alguien esconde de ti verdades importantes, te han robado
el único ingrediente del que dispones para tomar una buena decisión. Si
alguien te miente, echas llave a los gabinetes, a tus puertas y los mantienes
fuera de tu vida. Incluso si se tratara de familiares. Las Leyes de Dios son
muy importantes para ser ignoradas.
Miles de personas jamás caminarán por el camino de la abundancia
porque han deshonrado completamente la integridad y la infalibilidad de las
Santas Escrituras así como los Principios Básicos de la Prosperidad.
Miles de Personas Están Renuentes A
Iniciar Sus Cosechas Con Una Semilla
Pequeña

Las Bellotas Pueden Llegar A Ser Robles.


Pero, la mayoría de la gente continúa esperando a “que llegue su barco”
antes de que comiencen el ciclo de la Siembra. Tú debes empezar con lo que
tienes.
Este Principio para Comenzar es poderoso. Toda larga travesía comienza
con un primer pequeño paso. Millonarios empezaron con su primer centavo.
Grandes compañías tienen comienzos humildes. Tú puedes ir a donde quieras
ir…si estás dispuesto a tomar los suficientes pequeños pasos.
Mira a Mary Kay Ash, quien ya falleció. Ella tenía solamente unos
cuantos miles de dólares y un par de anaqueles de productos. Pero, ella
empezó su negocio. Ella se enfocó en su futuro. Al momento de su muerte,
ella valía más de $300 millones de dólares, y su negocio valía dos mil
millones de dólares.
Mira la cadena de hamburguesas McDonald’s: de un humilde comienzo,
se ha convertido en la cadena de hamburguesas más poderosa sobre la Tierra.
Comenzó con una pequeña hamburguesa que se hizo popular en un pequeño
pueblo.
Si te sigues apegando a la Semilla que tienes hoy, nunca llegará a ser
una Cosecha. Tú debes estar dispuesto a empezar tu Cosecha con cualquier
cosa que Dios ha puesto ya en tu mano. Me senté en un banquete hace
muchos años, frustrado. El conferencista me sacudió. Yo desesperadamente
quería Plantar una Semilla de $1,000 dólares en su ministerio. Pero yo sólo
tenía $10 dólares en mi bolsillo. “Señor, yo realmente quisiera poder
bendecirlo con un cheque de $1,000 dólares”, le dije suavemente al Señor.
“Tienes $10 en tu bolsa. Siémbralos”.
“Oh, yo necesito mis $10 dólares esta noche. Pero, si Tú me das $1,000
dólares, te prometo Sembrarlos”— fue mi respuesta.
Mi mente empezó a dar vueltas. “¿Cómo puedo conseguir más dinero
para Sembrar?”. Yo pensé en mi pequeña oficina. En ese entonces era mi
pequeño estacionamiento en Houston, Texas. Es ahí donde yo estudiaba,
oraba, y también donde yo tenía una fila de anaqueles que contenían el único
producto que había en mi ministerio—un álbum en disco de acetato de larga
duración. Quinientos de esos álbumes estaban en esos anaqueles. Eso
representaba de seis a ocho meses de ventas. Entonces me di cuenta.
“Empieza con lo que ya tienes”.
Pequeñas bisagras abren y cierran puertas enormes. Yo le podía dar esos
500 álbumes. Si los vendiera a $6.00 dólares cada uno, él ganaría $3,000
dólares para su ministerio. Yo tomé la decisión. “Hermano, yo quisiera tener
mucho para darte. Yo hubiera querido darte un cheque de $1,000 dólares,
pero mi ministerio apenas está empezando. Yo tengo 500 álbumes
discográficos. Si tú los recibes, puedes ponerlos a la venta en tus campañas.
Si los vendes a $1 dólar cada uno, sería una Semilla de $500 dólares. Si los
vendes en $6 dólares, tendrás $3,000 para tu ministerio”. (¡Pensé que le tenía
que explicar!).
Pasaron doce meses. Un día mientras estaba sentado en Nairobi, Kenia,
en la casa de un misionero, llegó el correo. Era una nota escrita a mano de un
ministro prominente de la televisión: “Mike, escuché tu álbum. Yo quiero
comprar 40,000 piezas y venderlos a través de mi programa de televisión. Por
favor envíame rápidamente 40,000 álbumes. Te voy a mandar el cheque la
próxima semana”. Yo grité por todo el cuarto.
¡Las utilidades me permitieron comprar un hermoso Lincoln Town Car
en efectivo! Esto lanzó una estación diferente en mi ministerio. Yo estaba al
aire cada vez que iba de camino a una campaña. ¿Por qué? Yo empecé con lo
que tenía en mi mano.
La semana pasada, una mujer me mandó un cheque de $5 dólares. Ella
estaba avergonzada. Y dijo: “Estoy tan avergonzada por enviar un cheque tan
pequeño, pero es todo lo que tengo”. Estaba leyendo su carta como a las 2 de
la mañana después de haber llegado de una conferencia. Mi corazón se avivó,
fue sacudido. Como ves, lo que ella estaba plantando era suficiente para
impresionar a Dios.
Él sabe qué tanto tienes.
Él sabe qué tan poquito tienes.
Tu obediencia siempre asegura Su atención.
No tienes que expedir un enorme cheque para Dios por $100,000 dólares
para que mueva Su mano hacia ti. Tú simplemente tienes que obedecer la voz
interior de El Espíritu Santo con cualquier cosa que poseas actualmente.
¿Recuerdas la imagen increíble de la viuda? “Estando Jesús sentado
delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el
arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre, y echó dos
blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a Sus discípulos, les dijo: De
cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en
el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza
echó todo lo que tenía, todo su sustento”, (Marcos 12:41-44).
Ella empezó su Cosecha con lo que tenía.
Yo he sembrado joyería, autos, prendas de vestir en la vida de otros. He
plantado cientos de miles de libros y CD’s como Semillas especiales. Como
ves, todo lo que tienes es una Semilla.
Si la conservas hoy, esa es tu Cosecha.
Pero si la sueltas, se convierte en una Semilla.
Lo que posees actualmente es una Semilla solamente si la Siembras en
la tierra. Cuando la mantienes en tu mano, se convierte en la única Cosecha
que tendrás jamás. Mira alrededor de ti. ¿Hay una pieza de tu mobiliario que
la viuda necesite en su casa? ¿Podrías servir como voluntario en tu iglesia
local? Esa es una Semilla.
Empieza con lo que tienes.
¿Eres bueno reparando automóviles? Habla con tu pastor sobre tu deseo
de reparar el automóvil de cualquier viuda en tu congregación, como una
Semilla de Amor.
Tú eres un Almacén Caminante de Semillas. Tienes más dentro de ti de
lo que te podrías imaginar jamás. Pero, debes tomar el tiempo para hacer un
inventario de todo lo que Dios te ha dado.
No permitas que tu orgullo te robe una oportunidad de Sembrar una
Semilla. Cuando se pase el cubo de la ofrenda, aún si solamente tienes $2
dólares en tu bolsa— siémbralos.
Echa a andar tu Cosecha.
Como padre, enseña a tu hijo la importancia de Sembrar algo
consistentemente en la obra de Dios. Así sean diez o veinticinco centavos.
Pero tú crearás un fluir y un río de Cosecha que sobrepasará todo ataque en
contra de tu vida.
Millones están esperando más. Ellos se rehúsan a empezar su Cosecha
con una Semilla pequeña. Esta es una de las razones por las que nunca
recibirán todo lo que Dios quiere enviarles. “Y aunque tu principio haya sido
pequeño, tu postrer estado será muy grande”, (Job 8:7).
Lo que tienes creará cualquier otra cosa que tú quieras—si lo Siembras.

Oremos Juntos…
“Padre, muéstrame las Semillas que Tú me has dado. Yo tomaré la decisión
de Sembrar cualquier Semilla que Tú desees sin importar cuán pequeña
parezca. Tú la multiplicarás de regreso cuando más la necesite hoy. En el
nombre de Jesús. Amén”.
Marcos 4:3-8
“Oíd: He aquí, el sembrador salió a Sembrar; y al Sembrar,
aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves
del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no
tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de
tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la
ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio
fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento
por uno”.
Algunas Personas No Conocen La
Diferencia Entre Un Buen Suelo Y Un Mal
Suelo

La Calidad Del Suelo Afecta El Crecimiento de La Semilla.


Por eso Jesús nunca invirtió tiempo en persuadir a los Fariseos. Él era el
Hijo de Dios. Él lo sabía. Era responsabilidad de ellos el discernirla. Él sabía
que ellos eran, “¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el
templo que santifica al oro?”, (Mateo 23:17).
Si, Él tomó tiempo para ir a casa con el recolector de impuestos,
Zaqueo. Como ves, Él discernió suelo digno de Su atención y Su tiempo.
Dos ladrones fueron crucificados además de Cristo. Uno recibió
misericordia. Uno no la recibió. ¿Por qué? El ladrón que creyó en la
Divinidad de Jesús Lo buscó. Jesús respondió. Ambos ladrones tenían
necesidades. Ambos necesitaban el milagro de la salvación. Pero, Jesús tomó
el tiempo de responder al que Lo buscó…él era buena tierra.
Jesús enseñó la importancia de observar la calidad de la tierra. “Oíd: He
aquí, el sembrador salió a Sembrar; y al Sembrar, aconteció que una parte
cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte
cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no
tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía
raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la
ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto,
pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno”,
(Marcos 4:3-8).
Rehúsate a Sembrar Semilla en la vida de un nodador. Supongamos que
tienes un yerno que necesita apoyo financiero. ¿Qué haces? ¿Le das el
dinero? O, ¿le ayudas proveyéndole la oportunidad para que lo gane? Hay
una gran diferencia. Una dama se acercó a mí una noche después de una
reunión y me habló de una mala situación que tenía. Su yerno y su hija se
habían estado quedando con ella por varias semanas. “Me siento tan mal por
ellos. No tienen trabajo. Necesitan dinero. Realmente están atravesando una
gran prueba financiera esta vez”—me dijo en lágrimas.
“Pero, ¿qué hace él todos los días en su casa?”.
“Bueno, pues, ellos generalmente duermen hasta las 10 de la mañana
más o menos. Entonces, ven la televisión. Ellos están esperando que se abran
las puertas”—ella explicó.
“¿Su hija prepara su comida mientras usted se va a trabajar todo el
día?”—le pregunté.
“Oh no. ¡A ella no le gusta cocinar!”.
“¿Su yerno le lava los platos, limpia su casa o le ha encerado su auto,
podado el pasto mientras usted se ha ido a trabajar estos días?”.
“Bueno, él está un poco deprimido por ahora. Él no se siente como con
ganas de ir a trabajar. Y, de cualquier manera odio tener que pedirle”—fue su
respuesta.
Le mostré en la Escritura los mandamientos que Pablo escribió a la
iglesia en Tesalónica. “Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen
del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”, (2
Tesalonicenses 3:10). Él le llamó a quienes no trabajaban “desordenados”, (2
Tesalonicenses 3:11).
El Apóstol Pablo nos instruyó que evitáramos tener que convivir o tener
amistad con aquellos que se rehúsan a ser productivos. “Y sobre todas estas
cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”, (2 Tesalonicenses 3:14).
Ahora, una persona floja no es necesariamente tu enemigo. Pero, su
improductividad tiene que evidenciarse, confrontarla, señalarla y penalizarla.
(Ver 2 Tesalonicenses 3:15).
Ellos son tierra improductiva.
Rehúsate a Sembrar Semilla en una iglesia que está en contra de la
bendición financiera. ¿Por qué apoyaría a cualquier ministerio que está en
rebelión directa con las Leyes de la Provisión conforme a la Escritura?
“Bueno, Mike, yo no tengo trabajo”.
“Bueno, quizá quieras definir eso un poquito diferente, ya que Dios ha
prometido solamente “bendecir toda la obra de tu mano”. “Te abrirá Jehová
su buen tesoro, el Cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para
bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no
pedirás prestado”, (Deuteronomio 28:12). Como ves, tú puedes encontrar
trabajo. Cualquier persona puede encontrar algún tipo de trabajo. Quizá no
pague $40 dólares por hora al principio. Quizá no sea la cosa más fácil que
hayas hecho. Pero, trabajo hay dondequiera que mires en la vida.
Rehúsate a Sembrar Semilla en alguien que no es enseñable.
“Realmente necesito ayuda. No podemos pagar nuestras cuentas. ¿Nos
puede ayudar esta vez?”, uno de mis parientes me preguntó con
determinación un día.
“Sentémonos. Quiero revisar tus finanzas contigo”—repliqué. “Dame
una lista de lo que debes. Muéstrame qué estás haciendo para ganar dinero.
Te voy a dar algún consejo, y si lo sigues, consideraré invertir en ti”.
¡Él dijo que no tenía tiempo! Piensa en eso. Él dijo que no tenía
suficientes deseos de progresar para ni siquiera facilitarme una lista de sus
pagos pendientes y tener una sesión de consejería conmigo. Él no estaba
calificado para recibir ninguna Semilla. Esa es mala tierra. “Pobreza y
vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la
corrección recibirá honra”, (Proverbios 13:18).
Busca la buena tierra continuamente. Ahora, hay mucha gente cerca de
ti que es buena tierra. Cientos de ministerios merecen nuestra mejor Siembra-
de-Semilla. Mira alrededor de ti. Evalúa. Observa a aquellos que son
productivos alrededor de ti. Booz así lo hizo cuando vio a Rut. Él instruyó a
sus siervos que le facilitaran el asegurar una Cosecha, “acercaban manojos a
propósito”.
Yo amo Sembrar Semilla en ministros jóvenes. Como ves, ellos están
vaciando sus vidas en el evangelio. Algunos han dejado buenos trabajos y
promesa de fortuna para ayudar a que vidas quebrantadas sean sanadas. No
tienen las recompensas del impulso, ni grandes reputaciones establecidas
todavía. Yo creo que esto produce gran fruto.
Yo amo enviar dinero a ministros que están extendiendo este evangelio
de provisión. Yo conozco su guerra espiritual. Ellos son despreciados por el
mundo, malentendidos por la iglesia, y combatidos por aquellos que no
entienden el mensaje de prosperidad. Así que, yo quiero proveerles Semilla
para que sigan llevando este mensaje de Cosecha sobrenatural a quienes
sufren.
Amo Sembrar Semilla en ministerios probados. Ellos han luchado la
buena batalla. Ellos han guardado la fe. Ellos han perdurado. La persistencia
debe ser honrada.
“Mike, cada vez que yo planto una Semilla en tu ministerio algo
maravilloso pasa en mi ministerio”—me explicaba un ministro
recientemente. Bien, yo aprecio realmente esta declaración, pero me sentí un
poco apenado. Él continuó. Mike, realmente hay una diferencia cuando yo
siembro Semilla en buena tierra. Parece que mi Cosecha viene rápidamente,
con gran excelencia y yo me siento en paz respecto a mi Siembrade-Semilla”.
Siembra Semilla en quienes te han ayudado.
Siembra Semilla en aquellos que te han dado consejo sabio y
corrección.
Siembra Semilla en la vida de aquellos que han permanecido leales y
fieles.
Siembra Semilla en aquellos que están dispuestos a trabajar, a trabajar
duro y a vaciar sus vidas por causa del evangelio. “No nos cansemos, pues,
de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”, (Gálatas
6.9).
Muchas personas no eligen cuidadosamente el suelo donde Siembran su
Semilla. Esa es una de las razones por las que ellos no Cosechan los cien
tantos más de retorno que Dios quiere que experimenten.

Oremos Juntos…
“Padre, ¿dónde debería estar sembrando? Revela la tierra que producirá.
Muéstrame…Yo no desperdiciaré ninguna Semilla en tierra improductiva. En
el nombre de Jesús. Amén”.
Eclesiastés 11:6
“Por la mañana Siembra tu Semilla, y a la tarde no dejes reposar tu
mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo
uno y lo otro es igualmente bueno”.
Algunas Personas Se Rehúsan A Sembrar
Consistentemente

Cuando Siembras Consistentemente, Tu Cosecha Se Volverá Continua.


Cuando Siembras inconsistentemente, Tu Cosecha se volverá errática.
Hace muchos años yo hablaba con una pareja joven después del servicio.
Ellos estaban profundamente agitados. Desilusionados. Culpando a Dios de
todo lo que sucedía en su vida. Cuando toqué el tema del diezmo y la
Siembra ambos brincaron con indignación.
“Ya hemos tratado eso. No funcionó para nosotros”.
Es algo peligroso llamarle a Dios mentiroso.
Esto demuestra una falta del temor de Dios.
Esto revela orgullo y arrogancia. Cuando le dices deliberadamente a
otros que has obedecido la Escritura y que la Palabra de Dios no funcionó
para ti, es algo peligroso y que provoca temor.
“Me gustaría ver el talonario de sus cheques en algún momento”—yo
repliqué. “Me gustaría ver la consistencia de su diezmar. Esto es sumamente
importante. Si han diezmado y han sembrado Semilla continuamente durante
varios meses, a través de varias estaciones, esto necesita ser validado. Porque
el Dios al que yo sirvo no es un mentiroso. Él dijo que abriría las ventanas de
los Cielos sobre ti. Así que si se te han pasado algunas semanas sin diezmar,
tu Cosecha vendrá errática e impredecible”.
Ellos tartamudearon. Entonces, ellos admitieron que solamente habían
“tratado de diezmar” unas cuantas veces. No era una rutina y un esquema de
su vida. No era su estilo de vida.
El diezmar no es un experimento para ser explorado.
El diezmar es un estilo de vida de obediencia.
Observa las estaciones. Son totalmente predecibles: el invierno, la
primavera, el verano y el otoño crean tal regularidad que nosotros
construimos nuestras vidas alrededor de las leyes de esta Tierra.
Me senté en un seminario asombroso hace muchos años en Madrid,
España. El científico estaba explicando la distancia y las complicaciones
involucradas en el aterrizaje de un cohete en la luna. Él declaró que el
aterrizar un cohete en la luna requería tal precisión que era el equivalente a un
hombre que dispara un mosquito a diez kilómetros de distancia con un rifle.
Alguien preguntó ¿cómo sería posible hacer tal cosa?
“Las leyes. El universo entero tiene leyes específicas que pueden ser
descubiertas cuando cooperas con las Leyes del Universo. Tú puedes predecir
a dónde exactamente se puede enviar un cohete”— explicó.
El escritor milenario lo dijo muy claro: “Todo tiene su tiempo, y todo lo
que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de
morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar,
y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar,
y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir
piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse
de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y
tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y
tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y
tiempo de paz”, (Eclesiastés 3:1-8).
Debes aprender el poder del ritmo, la rutina y la consistencia. Es
importante establecer esto en tu Siembra y Cosecha. Reconoce que tu vida es
un ciclo continuo e interminable de Siembra y Cosecha, de dar y recibir.
Trabaja con este ritmo. No vayas en contra de él. La naturaleza tiene un
patrón. Tú te puedes oponer a él, odiarlo y despreciarlo. Pero, la única
manera de Cosechar los beneficios y las recompensas es observar y cooperar
con él.
Crea un horario personal para Sembrar Semillas en la obra de Dios. El
apóstol Pablo entendió este principio. “En cuanto a la ofrenda para los santos,
haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según
haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan
entonces ofrendas”, (1 Corintios 16:1-2).
La Cosecha no sigue a la Siembra.
La espera sigue a la Siembra.
Tú Siembras.
Tú esperas.
Tú Cosechas.
Así que, para que experimentes el ingreso de una Cosecha continua,
debe de haber una continua Siembra de Semilla para conformar las estaciones
de la espera. Mientras la tierra exista, las estaciones existirán. “Mientras la
tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el
verano y el invierno, y el día y la noche”, (Génesis 8:22).
Ahora, hay varias razones por las que la gente se rehúsa a sembrar
consistentemente.
Su fe y su confianza en Dios fluctúan. Cuando ellos escuchan a un
hombre de Dios con una unción específica, ellos son movidos a responder.
Mientras ellos se sientan bajo la unción, la fe se aviva dentro de ellos. Ellos
se emocionan. Su fe es vibrante. Su confianza en Dios es renovada. La fe
requiere acción. Es Casi Imposible Sentarse Bajo Un Hombre de Dios Que
Desata El Fluir de La Fe Y No Sembrar Una Semilla. De hecho, es una
condición peligrosa y trágica si alguna vez llegas al punto donde te puedes
sentar bajo esa clase de unción y cierras tu corazón a esta. Así que, en este
caso la respuesta natural es poder responder al llamado de fe dentro de ti.
Algunos se burlan de esto. Ven con desdén y menosprecian esto.
Ellos le llaman: “dar por emoción”.
Casi no los entiendo. Si Dios pone una fe en tu corazón para Plantar una
Semilla, es Su naturaleza levantarse fuerte dentro de ti.
Ese deseo de dar no puede ser satánico.
Ese deseo de dar no puede ser humano.
El deseo de dar es la naturaleza de Dios Mismo.
Algunas personas, unos cuantos días después de que han estado en la
presencia de Dios y Su unción, participan en conversaciones con aquellos que
carecen de fe. Críticos. Burlones. Los temerosos.
“Estás loco si le diste una ofrenda a ese predicador. ¿No te das cuenta
que él solamente se va a comprar un auto hermoso y ropa lujosa con tu
diezmo y ofrenda?” se burlan las personas impías del creyente lleno-de-fe.
Esta clase de declaraciones envenenan su mente. Su corazón se empieza
a confundir. La frustración espiritual se establece. Dejarás la Arena de la Fe
para bajar a la cañería del debate humano.
Es la manera más rápida de perder tu Cosecha. Como ves, tu Cosecha
requiere fe, no meramente una Semilla.
Tu Semilla es lo que Siembras.
Tu fe es el factor multiplicador.
Dios responde a tu Semilla porque está envuelta con fe. Él quiere que Le
creas. Él responde a la fe dondequiera que la encuentra. Inclusive un pecador
conseguirá un milagro cuando cree. Esto pasó continuamente en las
reuniones de Katherine Kuhlman. Ella preguntaba: “¿Eres Cristiano?”.
“No”, respondían dudosos.
¿Por qué sanaría Dios a un pecador? La Fe. “Porque decimos que a
Abraham le fue contada la fe por justicia”, (Romanos 4:9). “Mas ¿qué dice?
Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe
que predicamos”, (Romanos 10:8).
Por lo tanto, no esperes que un ser querido tuyo que no es salvo, que es
rebelde e impío se emocione cuando Siembras una Semilla en la obra de
Dios. Ellos ni siquiera aprecian el Calvario todavía. Jesús no es importante
para ellos. Se burlan de las Escrituras. Están enredados en los tentáculos del
infierno, como un pulpo. Ellos pueden comprar su licor, cigarros y jugar en
los casinos. Pero, cuando ellos descubran que su madre, viuda le dio dinero a
un predicador, su furia hará erupción como un volcán.
Rechaza su intimidación y burla.
Las opiniones de tus amigos influirán en ti, por lo tanto ten cuidado. Es
importante. Esto es normal. Sin embargo no esperes que alguien que no
responde a El Espíritu Santo, alguien que es rebelde hacia los principios de la
Palabra de Dios entienda tu Siembra de Semillas para extender este glorioso
evangelio.
La duda no es la única razón por la que nos rehusamos a Sembrar con
regularidad. He sabido de mucha gente que se enoja con el predicador y
retiene su diezmo. “Cuando mi pastor hace algo que me molesta, yo
simplemente retengo mi diezmo”—dijo una señora con fervor y enojo. “¡Dios
entiende!”.
Debes saber que Él entiende. Tu desdén, ingratitud e inmadurez. Tú no
lastimas a tu pastor cuando retienes el diezmo. Tú no has parado la marcha
militante y victoriosa de la iglesia hacia la victoria reteniendo tu diezmo.
Tú has destruido la línea de provisión para tu propia familia.
Tú has creado estaciones de devastación en tu futuro. Te has
comportado como un tonto. Satanás alimentó una mentira en ti. Puso la
carnada y como pez ignorante, mordiste el anzuelo.
Algunos detienen la Siembra consistentemente porque ellos quieren usar
el dinero para algo especial que ellos quieren comprar. Se proponen pagarlo.
Llega el pago del auto. Ellos ven un refrigerador que quieren comprar. De
esta manera, ellos se convencen a sí mismos de utilizar el diezmo esa semana
para uso personal. Es el camino más rápido para un suicidio financiero.
No puedes permitirte tocar lo que Le pertenece a Dios.
No puedes permitirte quedarte lo que Le pertenece a Dios.
Es una mentira de satanás diseñada para manipularte al punto de llevarte
a la devastación y eliminación financiera. Satanás te odia y te desprecia. El
desprecia el fluir de la bendición en tu vida. Ese es el por qué él estaba tan
enojado por las bendiciones de Job.
Cualquier cosa que Dios ama es algo que satanás odia.
Cualquier cosa que Dios bendice es algo que satanás maldice.
Otros no Siembran con regularidad simplemente porque ellos dan
conforme sienten hacerlo. Si yo diera solo cuando siento hacerlo, no daría
muy frecuentemente. Como ves, mis propias necesidades frecuentemente me
abruman. Cuando yo miro un montón de recibos de radio y televisión, puedo
fácilmente perder el “sentir” de ir y bendecir la obra de Dios. De hecho, justo
vi un presupuesto para reparar mi techo. Mi casa ha tenido unas goteras desde
hace varias semanas, y he estado muy ocupado para mandar repararlas. (¡O
quizá yo no quiero pagar por eso!). De todos modos, cuando vi el costo
increíble de un nuevo techo en mi casa de techo plano, yo perdí todo sentir y
deseo de expedir un cheque para la obra de Dios. Es lo último que yo “sentía
hacer”. No puedes permitirte Sembrar conforme te sientas.
Debes enfocarte en la regularidad. “Por la mañana Siembra tu Semilla,
y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si
esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno”, (Eclesiastés 11:6).
Aprende a Sembrar en muchos ministerios, no solamente uno. “Envía tu
grano por los mares, y a su tiempo recibirás ganancias. Coloca tus
inversiones en varios lugares, porque no sabes qué riesgos podría haber más
adelante”, (Eclesiastés 11:1–2 NTV).
Me gusta esta misma cita en la versión Reina Valera 1960 también.
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás.
Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la
tierra”, (Eclesiastés 11:1-2).
Algunos no Siembran con regularidad porque viven en crisis continuas.
Cuando la crisis viene, ellos dejan de dar. Cuando la bendición llega,
entonces Siembran. Si Siembras de acuerdo a tus circunstancias solamente,
Sembrarás inconsistentemente. “El que al viento observa, no Sembrará; y el
que mira a las nubes, no segará”, (Eclesiastés 11:4).
Millones seguirán en pobreza porque se rehúsan a entrar al Milagro de la
Siembra Consistente.
Deuteronomio 28:47-48
“Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de
corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a
tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y
con desnudez, y con falta de todas las cosas; y Él pondrá yugo de
hierro sobre tu cuello, hasta destruirte”.
Millones de Personas Son Ingratas Y No
Aprecian Lo Que Dios Ya Les Ha Dado

La Gratitud Es Una Fuerza.


Esto es más que una actitud. Es un estilo de vida, una forma de vida. Es
una manera de ver las cosas. Es imposible ser demasiado agradecido a lo
largo de la vida.
La gratitud es una actitud aprendida. No es algo que nace de ti
necesariamente. Yo he visto a gente malagradecida tener cambios drásticos
después de una crisis. Repentinamente, sus palabras de agradecimiento son
evasivas y muchas debido a que tienen recuerdo de la carencia, del dolor y las
pérdidas. A quien Dios ha perdonado mucho, tiene mucho que agradecer, fue
la implicación de Jesús respecto a María Magdalena. (Ver Lucas 7:36-50).
La gratitud es magnética. Cuando trabajas alrededor de alguien
agradecido, ellos están felices.
La gente agradecida es gente siempre alegre. Eso no significa que su
vida esté libre de estrés, pesares o dificultades. Sino mejor aún: ellos han
elegido enfocarse en la maravilla y el milagro de la bendición.
La gratitud es generada por el enfoque. (Ver Deuteronomio 8:10-14).
La gratitud es necesaria para entrar a la presencia de Dios. “Entrad por
Sus puertas con acción de gracias, por Sus atrios con alabanza; alabadle,
bendecid Su nombre”, (Salmos 100:4).
La gratitud debe brotar por la bondad de Dios, no porque las
circunstancias sean perfectas. “Entrad por Sus puertas con acción de gracias,
por Sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid Su nombre. Porque Jehová es
bueno; para siempre es Su misericordia, y Su verdad por todas las
generaciones”, (Salmos 100:4-5).
Tú tienes el mandato de ser agradecido. “Dad gracias en todo, porque
esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”, (1
Tesalonicenses 5:18).
La gratitud brota cuando empiezas a recordar las cosas buenas que
Dios ha hecho para ti. “Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros,
haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar
delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de
vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor
Jesucristo”, (1 Tesalonicenses 1:2-3).
La gratitud brota cuando repasas las bendiciones de Dios en tu vida. Él
es un Dios bueno. Él es un Dios poderoso. Él es un Dios amoroso.
Él te ha guardado a través del fuego.
Él te ha guardado a través de las muchas aguas.
Él te ha preservado al pasar por acusaciones falsas.
Él ha entrado cuando otros han salido.
Tú estás sirviendo a un Dios amoroso, poderoso y milagroso. Si ninguna
otra cosa buena ha ocurrido alguna vez en tu vida, Su presencia es suficiente
para inspirarte gratitud, aprecio y agradecimiento.
Canta tu gratitud y agradecimiento a Dios. Compón canciones. No
tienen que tener palabras sofisticadas, elocuentes y profundas. Él sólo quiere
oír que le cantes alabanza y adoración a Él.
Escribe notas de agradecimiento y gratitud a Dios y a quienes amas.
Cinco minutos con una nota escrita a mano, soltará un río dentro de ti. De
pronto, recordarás todas las cosas maravillosas que Dios ha hecho para ti.
La gente ingrata no está repasando los recuerdos correctos. “No os
acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He
aquí que Yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra
vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”, (Isaías 43:18-19).
La gratitud es un regalo para tus seres queridos. “No te niegues a hacer
el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo”, (Proverbios
3:27).
Aquello por lo que estás más agradecido comenzará a multiplicarse en
tu vida. Cuando eres agradecido por los amigos, multiplicarás tus amistades.
Cuando eres agradecido por la oportunidad que tu jefe te da, el dinero
empezará a aumentar en tu vida.
La evidencia de la gratitud es el gozo y el deseo de proteger. Tú
protegerás y pelearás por las cosas por las que estás más agradecido. ¿Has
visto alguna vez a una madre cruzar el jardín corriendo cuando un perro se
aproxima a su hijo? Ese sentido de protección provino de su aprecio y
gratitud por su hijo. Su bebé es su vida. Tú siempre lucharás para conservar
lo que verdaderamente amas. Cuando un empleado es agradecido, luchará
por conservar su trabajo. Jamás los verás llegar tarde al trabajo ni tomarse
tiempo adicional a la hora del almuerzo. ¿Por qué? Ellos son agradecidos.
Agradecidos.
La ingratitud es un cáncer peligroso que puede entrar muy rápidamente.
Llega cuando una persona amada que es contenciosa y un amigo avivan el
fuego de un malentendido. Ellos alimentan tu enojo. Algo te altera. Tu
enfoque se rompe. Los esposos y las esposas pueden hacer que una molestia
aumente entre ambos. La esposa está enojada porque su jefe le pidió que se
quedara tiempo extra. El esposo evalúa, recibe y medita en la ofensa. En
cuestión de semanas ellos no pueden ver al jefe a los ojos. Cuando un
compañero de trabajo comparte su queja, ellos comparten su ofensa.
La Ingratitud Es Contagiosa. Me bajé del avión recientemente con gran
gozo. Mi vida estaba yendo de maravilla. El toque de Dios estaba sobre mi
ministerio. Las finanzas iban hacia arriba. Simplemente me sentía bien. Dos
ministros amigos míos estaban esperando. Ellos sugirieron que fuéramos a
comer y yo accedí. En pocos momentos empezaron a compartir algunas de
las pruebas por las que estaban pasando. Mi corazón se llenó de compasión.
Escuché. Ellos continuaron y de repente casi sin advertirlo, yo me encontraba
en un terreno completamente distinto. Me escuché de pronto hablando cosas
de las que jamás había hablado. Compartí mis pruebas, mis quejas y sobre
aquéllos que me habían fallado. A dos horas de mi llegada, mi corazón estaba
con tal agitación y frustración que no sabría cómo explicarlo.
¿Qué sucedió? Yo había permitido que mi enfoque fuera roto. Había
entrado a mi presencia gente malagradecida. Yo lo permití, lo acepté e
incluso lo alimenté. Mi gozo se fue, mi entusiasmo decayó.
De hecho, nada había cambiado en mi vida a excepción de mi actitud.
Como ves, alguien está hablando a tu vida constantemente. Una persona
malagradecida puede arruinar el fluir de milagros en tu vida en forma
increíble.
Aquí hay algunas Llaves que te ayudarán a permanecer agradecido y
enseñable durante las estaciones de crisis financieras.
1. Reconoce La Ingratitud Como Un Pecado Y Un Dolor Para El
Espíritu Santo. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el Cual
fuisteis sellados para el día de la redención”, (Efesios 4:30).
2. Deja de Discutir Cualquier Cosa Que No Edifique A Otro.
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena
para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”, (Efesios
4:29).
3. Enfócate En Las Bendiciones Maravillosas Tan Obvias Y
Evidentes En Tu Vida. “Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios
el Dios de nuestra salvación”, (Salmos 68:19).
4. Clama A Dios Cuando Sientas Un Espíritu de Ingratitud
Creciendo. “Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus
angustias”, (Salmos 34:17).
5. Confiesa Tu Pecado de Ingratitud Con Un Corazón Contrito y
Quebrantado. “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a
los contritos de espíritu”, (Salmos 34:18).
6. Cree Que Tu Prueba Cesará Y Que Dios Te Dará La Completa
Liberación. “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le
librará Jehová. Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado”,
(Salmos 34:19-20).
7. Conserva Una Imagen Del Milagro Que Estás Persiguiendo
Enfrente de Ti En Todo Momento. “Olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”, (Filipenses 3:13-14).
8. Aléjate de La Gente Ingrata Y Pleitista.
“Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”, (1
Corintios 15:33). “El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre
rencilloso para encender contienda”, (Proverbios 26:21).
La ingratitud te ciega a todo regalo de Dios. Te haces crítico, escéptico
y te dedicas a buscar la paja en el ojo ajeno. Te rehúsas a estar agradecido por
tu auto porque ves entrar al vecino en uno nuevo.
La ingratitud puede ser curada. Yo he encontrado dos métodos con los
que Dios trata la ingratitud.
Su primera elección es que entres al Lugar Secreto, viendo Su bondad y
te conviertas en una persona agradecida en Su presencia. Es imposible que
entrando habitualmente a tu lugar privado de oración, adorando y alabando a
Dios sigas con una actitud ingrata al salir de él.
El segundo método para tratar con la ingratitud es devastador. La
pérdida es la mejor cura para la ingratitud. Dios simplemente retira aquello
por lo que no estás agradecido. “Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con
alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás,
por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed
y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y Él pondrá yugo de hierro
sobre tu cuello, hasta destruirte”, (Deuteronomio 28:47-48).
La gente malagradecida es a menudo una influencia militante hacia
otros con su ingratitud. Ellos no están satisfechos de sentarse solos en casa.
Ellos no quieren comer a solas en los restaurantes. Ellos no pueden estar bien
a solas. Su ingratitud requiere combustible. Ellos buscan a otros para
Sembrar sus Semillas de contención, de discordia y de pleito. Si no les alejas
de tu vida entrarás en pacto con ellos y destruirás así, cada bendición que
Dios está tratando de poner cerca de ti.
La gente malagradecida crea una atmósfera de desánimo. La
motivación se drena cuando estás con ellos. Pierdes energía. Los proyectos
que antes te emocionaban, de pronto parecen inalcanzables. Empiezas a ver
las barreras en vez de ver las bendiciones potenciales. Ellos son cargas, no
llevadores de cargas.
La gente ingrata te desmotiva. Ellos te desmoralizan y destruyen todo
sueño que Dios ha puesto dentro de ti.
Tú no puedes permitirte la tragedia de una persona ingrata en tu vida.
La Ingratitud y la falta de agradecimiento por lo que Dios ha hecho ya,
es una de las razones más importantes por lo cual la gente no experimentará
en su vida una Cosecha al ciento por uno.

Oremos Juntos…
“Jesús, perdona mi ingratitud. Yo veo lo mortífera que puede ser la
ingratitud. Me hago el propósito de recordar Tu bondad, Tu gracia y Tus
milagros. Límpiame. Yo cantaré un nuevo canto de gratitud y los que se
acerquen a mí oirán acerca de Tu grandeza y de Tu bondad. Yo prosperaré y
experimentaré Tu Cosecha. En el nombre de Jesús. Amén”.
Proverbios 22:24-25
“No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre
de enojos, no sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu
alma”.
La Mayoría de La Gente No Es Capaz de
Reconocer A Los Enemigos de Su Cosecha
Y de Su Prosperidad

Todas Las Cosas Buenas Tienen Un Enemigo.


Jesús tuvo un enemigo. Así que, tú tendrás un enemigo a lo largo de
toda tu vida. “El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su
señor”, (Mateo 10:24).
Tu enemigo es cualquier persona o influencia que se propone impedirte
que logres un sueño digno asignado por Dios. Tu enemigo usará palabras,
retrasará y atacará para acabar con tu energía y cambiar tu enfoque. Ahora,
satanás es tu verdadero enemigo. Él usa gente como Instrumentos de
Distracción. Su meta no termina con tu devastación.
Su meta es robarle a Dios el placer que tú generas. Los ojos del Señor
están siempre sobre ti. Él se deleita en tu progreso, paz y compañía. ¿Cuál fue
la meta de satanás en el Jardín del Edén? Impedir que Dios experimentara el
placer de la compañía de Adán y Eva.
Tu enemigo te teme. Satanás está muy atento a los planes de Dios. Él
reconoce por completo tu potencial y lo que Dios está planeando para tu vida.
Él ataca por miedo a tu éxito. Tú tienes la relación que él había disfrutado
anteriormente con Dios. David vio cómo sucedió esto en su propia vida.
“Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se
había apartado de Saúl”, (1 Samuel 18:12).
Tu Enemigo Es Para Ser Destruido, No Entendido. Dios ha numerado
los días de satanás. Aún David partió cuando él vio la envidia y celos de los
ataques de Saúl. (Ver 1 Samuel 18:12).
Nunca negocies con un enemigo. “No te entremetas con el iracundo, ni
te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus maneras, y
tomes lazo para tu alma”, (Proverbios 22:24-25).
Aléjate de un clima de conflicto cuando te sea posible. Este fue uno de
los Secretos Maestros de Liderazgo de David. Él entendió la importancia de
proteger su propio enfoque en sus tratos con el rey Saúl. “Pero David lo
evadió dos veces”, (1 Samuel 18:11).
No alimentes ni energices a tu enemigo. Tu sola presencia y palabras
frecuentemente dan energía y fortaleza a tu enemigo, a menos que sean las
palabras correctas. “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera
hace subir el furor”, (Proverbios 15:1).
Tú no puedes resolver un problema para tu enemigo. Su meta es
destruirte. Tú eres el objetivo de su atención.
Tu sueño es tu meta.
Tu destrucción es su meta.
Lograr tu Asignación y cumplir con las instrucciones de Dios es tu meta.
Destruirte es su enfoque. “Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién
podrá sostenerse delante de la envidia?”. (Proverbios 27:4).
Tu enemigo no invertirá ningún tiempo, dinero ni esfuerzo para
entender y abrazar tu Asignación en la Tierra. Los Fariseos trataron de usar
las mismas explicaciones de Jesús para hacerlo caer en una trampa. Jesús
sabía esto. Sus preguntas fueron “ganchos” para hacer que Se desviara y
romper Su enfoque. Esa es la razón por la que Él respondía sus preguntas con
otra pregunta.
Los motivos de los demás deben ayudarte a dar la clase de respuestas
que les debas dar.
Tu enemigo debe ser discernido a tiempo. “Ni deis lugar al diablo”,
(Efesios 4:27).
El conflicto continuo revela la presencia de un enemigo que estás
permitiendo. “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y
toda obra perversa”, (Santiago 3:16).
Tu enemigo busca el diálogo, intercambio y comunicación en vez de una
solución. “Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al
conocimiento de la verdad”, (2 Timoteo 3:7).
Tu enemigo no mostrará misericordia. Esta es la prueba de que la
Sabiduría no está presente. “Pero la Sabiduría que es de lo alto es
primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia
y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”, (Santiago 3:17).
Tu Cosecha financiera tiene un enemigo. “El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir”, (Juan 10:10). Job pasó por esto cuando satanás
apareció en la presencia de Dios y deseó destruir su vida.
Enfrenta a tu enemigo inmediatamente. Nombra las cosas como lo que
realmente son. Lo que no estás dispuesto a confrontar, te vuelves incapaz de
conquistar. Los campeones enfrentan la batalla. Son serios respecto a ganar
contra la pobreza y la carestía. Lo he dicho muchas veces: “La Cosecha
financiera no es ninguna frivolidad ni trivialidad. Es el temor más grande que
tiene el infierno de la iglesia en esta generación”.
Miremos tres enemigos que destruyen tu Cosecha financiera.
1. Relaciones Erróneas.
Tus amigos están alimentando tu sueño o tus dudas.
Tus amigos te están llenando de energía o te están atacando. Tú debes
decidir y discernir a quienes está usando satanás para destruir tu Cosecha
financiera. “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con
necios será quebrantado”, (Proverbios 13:20).
Algunos amigos son parásitos, vaciándote en toda manera concebible.
Algunos amigos te animan, te imparten una energía notable y
entusiasmo por la Cosecha que viene.
Algunos te envidian, te criticarán y te calificarán de materialista y
amante del dinero.
Algunos competirán contra ti. Ellos serán miserables y se enojarán
cuando explote tu creatividad.
Algunos amigos dudarán de ti. Ellos señalarán cada razón por la que
esperan que falles.
El Apóstol Pablo advirtió, “Y no participéis en las obras infructuosas de
las tinieblas, sino más bien reprendedlas”, (Efesios 5:11).
Pero si tú fallas, fallarás por permitir que la gente equivocada se
acerque demasiado. Lee biografías de grandes hombres que experimentaron
terribles fracasos.
Ellos confiaron en la gente equivocada.
2. Enseñanzas Erróneas.
Alguien siempre está impartiendo información equivocada. Te afectará e
influirá más de lo que te puedas dar cuenta. El Apóstol Pablo reconoció que
aquellos a quienes él amó estaban escuchando a alguien más. “¡Oh gálatas
insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad?”. (Gálatas 3:1).
El error es mortal. Es venenoso. Está siempre mezclado con las tramas
de la media-verdad. Esto lo mantiene engañoso.
Uno de los grandes errores que se están enseñando hoy es respecto a la
Soberanía de Dios. Se ha malentendido tanto. Permítame explicarlo.
“¿No siente usted que satanás le da mucho dinero para que caiga y se
aleje de Dios?”, preguntó un joven después de una cátedra.
“Permíteme hacerte una pregunta”, respondí. “Si la riqueza financiera
pudiera romper tu relación con Dios, ¿no crees que satanás te daría una
sobredosis cada día de tu vida?”. Él vio el punto.
Continué: “Cuando satanás quería destruir a Job, él no aumentó su
ingreso sino que obstaculizó el flujo del dinero en su vida”.
Otra joven dijo un día, “Si Dios quisiera que tuviéramos dinero, Él nos
lo daría”.
Respondí, “Quiere decir que si Dios quisiera que te peinaras, ¿Él te
habría peinado esta mañana? Si Dios quisiera que usaras ropa, ¿no habrías
nacido desnudo?”.
Otro hombre de negocios brillante y articulado habló en una
conferencia. “Bien, yo creo que Dios te dará dinero si Él puede confiártelo”.
“Entonces explíqueme ¿por qué muchos hombres impíos, ateos tienen
millones, y por qué hay misioneros que no pueden siquiera para comprar
vehículos para su ministerio si esto es un factor de confianza con Dios?”.
Respondí.
Oh, ¡es tan trágico! Cuando escucho las respuestas de la gente respecto a
la bendición financiera y la riqueza, millones de personas que no hacen
ningún esfuerzo para aprender y aplicarse a su vida el Principio del Aumento.
Luego, se quedan perplejos cuando su dinero nunca crece y quedan en
despreciable pobreza.
3. Palabras Erróneas.
Tus palabras son creativas. Son poderosas. Son corrientes que te
apresuran hacia tu sueño o que te alejan de tu sueño. “La muerte y la vida
están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”,
(Proverbios 18:21).
Tus palabras pueden sabotear amistades productivas y valiosas. “El que
guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias”, (Proverbios
21:23).
Tus palabras deciden lo que crece dentro de ti. “Manantial de vida es la
boca del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos”, (Proverbios
10:11).
Tus palabras pueden crear enojo destructivo e innecesario en otros. “La
blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor”,
(Proverbios 15:1).
Tus palabras pueden poner trampas que te destruyan. “La boca del
necio es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma”,
(Proverbios 18:7).
Tus palabras deben hablar en el momento y lugar adecuados. “El necio
da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega”, (Proverbios
29:11).
Tus palabras pueden ser el vehículo para tu liberación de un dilema.
“Mas la boca de los rectos los librará”, (Proverbios 12:6).
Tus palabras merecen mucha cautela antes de soltarlas. “El corazón del
justo piensa para responder”, (Proverbios 15:28).
Debes tener cuidado al calificar a quien recibe tu consejo y opinión
hablada. “No hables a oídos del necio, porque menospreciará la prudencia de
tus razones”, (Proverbios 23:9).
Tus palabras están decidiendo tus estaciones. Tus palabras están
decidiendo tu alegría y entusiasmo. Las palabras que salen de tu boca están
creando un camino a tu futuro o una corriente a tu pasado.
Deja de discutir tus defectos con todo mundo. Deja de publicar los
errores que has cometido. Deja de discutir tus dudas y publicar tus temores.
Tú eres el terror de los gigantes, un campeón, un reparador y restaurador
de sueños. Habla de esa manera. Actúa de esa manera.
Miles envenenan continuamente su propio ambiente con palabras
negativas, de duda y temor. Esta es una de las razones por lo que ellos jamás
probarán su Cosecha financiera.
Nadie quiere invertir en alguien que planea perder. Tu boca es:
Tu Libertador.
Tu Arma.
Tu Motivador.
Úsala sabiamente.
Millones se rehúsan a reconocer a los enemigos de la prosperidad. Ellos
jamás probarán la dulzura de la provisión financiera.

Oremos Juntos…
“Padre, llévate de mi vida a la gente improductiva, impía y malagradecida.
Desarraiga cualquier error que yo haya abrazado por ignorancia. Derrama
Tus Palabra de fe y victoria a través de mí. En el nombre de Jesús. Amén”.
Millones de Personas No Están
Experimentando Incremento Aún, Porque
Nadie Les Ha Enseñado El Principio de La
Semilla de Fe

Los Ignorantes Simplemente Carecen de Enseñanza.


Los maestros son necesarios. Tú no tendrías siquiera la capacidad de
leer este libro, pero un maestro entró a tu vida. Te sentaste a sus pies.
Aprendiste el alfabeto. Hora tras hora persististe en momentos aburridos,
agitados y en ocasiones hasta frustrantes. Pero, abrieron la Puerta de Oro a la
Vida.
Solamente puedes saber algo que has escuchado. Algo que has sido
enseñado. Esta es la razón por la que Dios asigna mentores, ministros del
evangelio, y padres para que impartan conocimiento. “Y Él mismo constituyó
a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo… Para que ya no seamos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina”, (Efesios 4:11-12, 14).
Todo mundo entiende la siembra. Sembrar es soltar en la tierra una
Semilla para obtener una Cosecha y un retorno deseados.
La Semilla-de-Fe es sembrar una semilla específica en fe para que
produzca una Cosecha a lo largo de tu vida. Esto requiere que decidas qué
clase de Cosecha quieres producir y sembrar la Semilla para que esto suceda.
Semilla de fe es soltar algo que te ha sido dado para crear algo que te
ha sido prometido.
Semilla de fe es usar algo que tú tienes para crear algo más que tú
deseas. Cuando sueltas algo que está en tu mano, Dios soltará lo que está en
Su mano.
Tu Semilla es aquello que bendice a alguien más.
Tu Cosecha es cualquier cosa que te bendice.
Por lo tanto, Semilla de fe es sembrar algo que posees en fe, que Dios
honrará dándote una Cosecha donde más la necesitas.
Pero, la mayoría de la gente nunca ha entendido la parte maravillosa y
gloriosa del principio de la siembra y la cosecha. De hecho, se usa por lo
general como una amenaza. Oirás a un padre decirle a un adolescente
rebelde: “¡Algún día vas a cosechar lo que estás sembrando!”. Sin embargo,
¡rara vez alguien le dice esto al adolescente cuando es obediente y está
haciendo algo maravilloso! Ellos sólo enfatizan eso cuando se enfocan en
algo malo que su hijo hizo.
Cada ministro ha usado Gálatas 6:7 para motivar a su congregación para
que tengan un sano temor de Dios. “No os engañéis; Dios no puede ser
burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Pero si
lees los siguientes versículos, es una maravillosa y poderosa promesa que
concluye: “…Mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida
eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos,
si no desmayamos”, (Gálatas 6:7-9).
El apóstol Pablo continúa enfatizando este maravilloso y milagroso
principio de la Semilla de fe. Él anima personalmente el uso de este principio
para ayudar a la gente ¡a que haga algo maravilloso por los demás! “Así que,
según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la
familia de la fe”, (Gálatas 6:10).
El principio de la siembra y la cosecha en la Biblia es una advertencia.
También es una maravillosa y gloriosa promesa a los creyentes, que indica
que la paciencia al sembrar Semilla producirá una Cosecha digna de ser
buscada.
El principio: Tú puedes decidir cualquier Cosecha que desees producir,
sembrando una Semilla Especial envuelta en tu fe por un resultado deseado.
Esta es la Semilla-de-fe.
Dios trabaja continuamente con este principio. Aquí hay un ejemplo:
Dios tuvo un Hijo– Jesús. Pero, Él quería una familia. Por lo tanto, Él sembró
Su mejor Semilla en un lugar llamado Calvario para producir una gloriosa
familia: el cuerpo de Cristo. ¡Y aquí estamos!
Elías, el extraordinario profeta entendió este principio tanto como
ninguna otra persona en la Biblia. Él vio al rostro a una mujer campesina en
extrema pobreza que está a punto de tener su último alimento. Su hijo está
demacrado y desfallecido, famélico, tendido en su lecho. Ella está
desamparada. No es simplemente una viuda que necesita dinero para pagar la
mensualidad del auto o de la casa. Su última pieza de pan es lo único entre
ella y la inanición.
Pero, Dios le ha sonreído. ¡Y no le envió una bolsa con víveres! (Como
ves, aún la bolsa de víveres pronto se acabará.) Elías no le dio un billete de
$20 dólares. Pues sólo hubiera demorado su muerte por inanición unas
cuantas horas.
Dios le envió un hombre que entendía cómo seguir creando Cosecha
tras cosecha con una sola Semilla. Oh, ¡es un día maravilloso en tu vida
cuando Dios te manda alguien que puede ver el futuro de tu Semilla! ¡Has
hallado favor con los ángeles! ¡Has encontrado el favor que te hará sobrevivir
durante la prueba actual! Quizá veas tu presente con total desánimo, pero un
hombre de Dios tiene una imagen de tu futuro.
Elías no dijo: “Le diré a la iglesia acerca de tu problema para ver si
alguien puede ayudarte”. No la criticó. No le preguntó si ella había estado
dando su diezmo. Él apuntó hacia algo que ella ya tenía y le dijo como usarlo
como un puente para salir de su problema.
Como ves, tu Semilla es la única salida de tu presente. Tu Semilla es la
única puerta a tu futuro.
Tu Semilla es el puente de bendición al mundo que has soñado toda tu
vida.
Elías hizo algo glorioso y maravilloso. Algo que desearía que todo
hombre de Dios hiciera cada vez que se para detrás del púlpito para hablar a
la gente sobre la ofrenda para la obra de Dios. Él le explicó que lo que ella
tenía en su mano contenía la solución para su vida.
La Semilla de fe está llevando a la gente más allá de la antesala de su
problema. Los está llevando a la Casa de la Sabiduría, ¡y les está mostrando
que cada solución para su vida la tienen justo en su propia mano!
Los inconversos tal vez sientan vacío y desesperanza. Pero, Dios enseña
que la Semilla para su salvación está justo en su boca. “Cerca de ti está la
palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree
para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”, (Romanos 10:8–
10).
¡Piensa en esto! Tal vez te hayas apartado del Señor, y te encuentras
quebrantado, atormentado y abatido. Quizá tus pecados se cuenten por
cientos. Sin embargo, ahí mismo donde te encuentras sentado en este
momento puedes sembrar una Semilla. ¿Qué es la Semilla? Tu Confesión de
Cristo. En un solo segundo, millones se han trasladado de una vida de
vaciedad y desesperanza a la luz y al gozo. Una sola Semilla de confesión
puede sacar a un hombre del problema por el resto de su vida.
Esa es la Semilla de fe. El glorioso principio de la Semilla de fe. Todo
mundo cree en sembrar. ¡Pocos han abrazado la promesa de la Cosecha!
Algunos no lo enseñan porque temen a la crítica. Cómo ves, cuando
empiezas a hablar acerca del dinero, estás apuntando al núcleo de la vida de
las personas. El dinero es el dios de este mundo. Todo gira en torno a este.
Ministerios poderosos evitan este tema como si fuera plaga. Sin embargo en
la privacidad de sus sesiones de liderazgo, ellos lloran e interceden para que
Dios les provea más recursos financieros para que puedan alcanzar a esta
generación.
Algunos de los que se rehúsan a hablar del principio de la siembra y la
cosecha, a menudo se acercan a los ricos en la privacidad de su hogar. Ahí,
les piden fuertes donativos para su ministerio. Al hacer esto, ellos evitan
cualquier crítica que pudiera venir de parte del escrutinio de la gente.
Algunos sienten que está fuera de todo balance hablar de dinero en un
servicio en la iglesia. Sin embargo, nadie considera fuera de balance a un
dentista porque trabaja solo con los dientes. Nadie considera fuera de balance
a un abogado porque habla solamente de asuntos legales.
Nadie se enoja con un evangelista por predicar salvación. Pocos se
enfurecen cuando un pastor enseña sobre los principios para tener relaciones
plenas en amor. Todo mundo se llena de gozo cuando alguien recibe su
sanidad durante un servicio de sanidades y milagros.
Pero, al momento en que se toca el tema del dinero, otro espíritu es el
que entra en escena. La atmósfera cambia. El clima se torna diferente.
Hay quienes no enseñan sobre los principios de la prosperidad porque
su propia provisión es suficiente. Recientemente, entré a una casa de un
millón de dólares. Era la residencia de un ministro amigo mío. Él nunca
enseña sobre la prosperidad financiera. Las almas son su enfoque. Él es
brillante en el negocio de construcción de residencias. Él tiene amigos que
construyen una casa. Se muda a dicha casa. Luego, cuando la vende obtiene
una jugosa ganancia. A través de los años, él se ha hecho de una enorme
fortuna. Él no tiene problemas financieros de ninguna especie gracias a su
talento como constructor. Él entiende bien el negocio del contratista y todo lo
que esto conlleva.
Muchos no tienen este conocimiento y experiencia. Así que, mientras él
disfruta el hermoso lujo de una residencia de un millón de dólares, miles de
personas que se sientan bajo su ministerio, difícilmente pueden realizar el
pago de su automóvil. Sus casas son pequeñas e incómodas. Como ves, la
provisión ya no es más su enfoque. Por esto mismo, él no comprende que
otros puedan tener problemas que él no tiene.
Algunos no enseñan acerca de sembrar por una Cosecha debido al
encono, las represalias y duros ataques que ello atrae a su ministerio. Nadie
que quiere ser productivo tiene tiempo para luchar. Hace muchos años un
ministro poderoso, ministró a millones de personas por televisión. Los
diversos medios comenzaron a tenderle trampas urdiendo estrategias para
destruirlo, lo cual le costó millones de dólares en honorarios para sus
abogados. Su equipo de colaboradores se fragmentó. Su enfoque se rompió.
En vez de escribir libros que ayudaran a la gente, tuvo que estar reuniéndose
con sus abogados cientos de horas. Sus declaraciones de impuestos y su
contabilidad fueron auditadas por la autoridad hacendaria. Hubo
investigadores que buscaron hasta en los contenedores de basura tratando de
encontrar documentos financieros y cartas de sus socios.
Un impío invertirá millones de dólares para callar la boca de un
hombre de Dios. Por lo tanto, muchos hombres de Dios evitarán esta
enseñanza para poder mantener su enfoque en la gente en vez de tener que
defender su ministerio. Es costoso. Es devastador, física y espiritualmente.
Como resultado, su gente está sumida en la pobreza y la pérdida porque
permanecen en la inopia por falta de enseñanza.
Hay algo que me intriga. Cuando surge la discusión sobre el dinero y el
dar para la obra de Dios, los impíos encuentran intereses comunes con
muchos líderes religiosos. Se alían–– como lo hizo Poncio Pilatos con los
fariseos de su tiempo, para lograr la meta común de crucificar a Jesús de
Nazaret.
¿Por qué se levanta ira en torno al mensaje de sembrar Semilla para
crear una Cosecha financiera en tu vida personal?
¿Acaso estas personas desaprueban el dar? No lo creo. Como ves, toda
la Tierra es una Tierra dadora. Miles de personas dan para la marcha de los
10 centavos, el teletón para la distrofia muscular, la cruz roja, y el ejército se
salvación. Nadie se enoja porque des… a otras personas. Su enojo se
involucra si lo que das es para la obra de Dios.
¿Les enoja que enseñar sobre prosperidad sea innecesario y por tanto,
tiempo perdido? Claro que no. La mayoría de la gente no tiene dinero
suficiente para pagar todos sus pagos y servicios. La mayoría no tienen
siquiera el auto totalmente pagado. Alguien dijo que el sesenta por ciento de
los estadounidenses quedarían en la bancarrota en 90 días si los despidieran
del trabajo o perdieran su trabajo. No, el enojo no es porque todo mundo
tenga mucho dinero. Todos están necesitados.
¿El enojo está dirigido a todos los ministros del evangelio por recibir
ofrendas? No lo creo. En la televisión veo a muchos ministros que no son
criticados cuando anuncian que hay una necesidad de recibir una ofrenda para
construir una catedral. El más grande evangelista de nuestra generación
recibe ofrendas en cada una de sus campañas. Él nunca ha sido criticado
porque sus ofrendas se caractericen por guardar un bajo perfil.
No, el enojo no es por recibir ofrendas. Esto viene de siglos y siglos
atrás. El enojo no va sobre una iglesia que pide ayuda para viudas que
necesitan asistencia.
¿Acaso quienes combaten el mensaje de la Semilla de fe de prosperidad
desprecian el dinero y odian el tema del dinero? En lo absoluto. Yo veía al
anfitrión de un programa de entrevistas despotricar en ira contra todos los que
hablan acerca de sembrar para ser prosperado. Sin embargo ofreció su propio
video al final del programa por $40 dólares. Definitivamente él no odia el
dinero. Él quiere más para sí mismo. Él no está en contra del dinero. Ni está
en contra de obtener ganancias.
Aquellos que se enfurecen por quienes siembran para ser prosperados,
se enojan ante el hecho de que un ministro prometa que Dios les dará un
retorno de cien tantos por su Semilla. Ellos odian la enseñanza de que puedes
“dar algo que tienes para obtener algo de parte de Dios en retorno”.
La batalla es por la Expectación de recibir una Cosecha.
Analicemos esto. ¿Acaso están enojados porque creen que Dios no
puede dar una Cosecha? La mayoría de la gente cree que Dios puede hacer
cualquier cosa.
¿Acaso esta gente cree que Dios no debería producir una Cosecha por
nuestra Semilla? No lo creo. Cada reportero de televisión busca áreas de
pobreza extrema para despertar la conciencia de los estadounidenses hacia los
pobres. Miles de personas incluso se enojan con Dios por no hacer algo por
ellos. Casi todo ser humano cree que Dios debe prosperarle.
¿Acaso creen que Dios no prosperará realmente a la gente que siembra
en Su obra?
Ahora, hay mucha controversia sobre esto.
Aquí tienes uno de los más grandes descubrimientos de mi vida. El
enojo entorno a sembrar una Semilla para la obra de Dios con la promesa de
obtener una Cosecha, se levanta porque muchos creen que está mal esperar
algo de Dios en retorno.
La palabra odiada es expectación.
“Cuando yo le doy algo a Dios, ¡no espero nada de vuelta!”. Se jactaba
un líder religioso recientemente. “Yo le doy a Dios porque lo amo. Yo doy en
obediencia. Es codicioso esperar recibir algo en retorno”. Sin embargo este
mismo líder religioso espera recibir el cheque de su salario cada semana de su
vida–– en retorno por su liderazgo espiritual.
Es solamente el esperar dinero en retorno de parte de Dios lo que
produce el punto de contención.
¿Está mal entregar tu corazón a Dios y esperar recibir perdón,
misericordia y una casa en el Cielo? ¡Oh no! Está bien esperar una casa
eterna en retorno.
¿Está mal traer tu cuerpo enfermo a Dios y esperar a cambio sanidad
Divina? Pocos están en desacuerdo con eso.
¿Es únicamente el dinero lo que les molesta? Es el dinero destinado
para Dios y Su obra.
¿Por qué está mal esperar que Dios te dé un retorno de cien tantos
más? Esto no es siquiera lógico. Piensa de los miles de doctrinas enseñadas
en las Escrituras. La doctrina de la sangre de Cristo, El Espíritu Santo,
ángeles y demonios. Piensa en las terroríficas consecuencias del pecado, la
rebelión y la hechicería. Si hubiera algo entre lo que enseñan las Escrituras
contra lo que debiéramos rebelarnos, ¿por qué hemos elegido odiar el
Principio de la Prosperidad? Es en contra de toda lógica odiar algo que trae
bendición, provisión y la habilidad para bendecir a otros.
Esto es algo satánico. Oh, amigo mío, si tú pudieras ver a satanás tal
como es, lo aborrecerías con cada gramo de tu ser. Él es viscoso, escurridizo
y engañador. Es verdaderamente una serpiente.
¿Por qué no se levanta gran ira y odio acerca de predicar sobre el
infierno? Si yo tuviera que rehusar alguna verdad, sería sobre creer en el
infierno. Como ves, no es siquiera natural ser anti dinero.
Supón que tú y yo fuéramos de compras. Al caminar por el centro
comercial, veo a un hombre hecho ovillo en una esquina.
“Oh, ahí hay un hombre que necesita ayuda. Se ve hambriento. Su ropa
se ve raída. Vamos a hacer algo bueno por él”. Tú y yo nos acercamos a él.
“Señor, ¿está usted bien?”.
“No”, balbucea. “No he comido en cuatro días. No tengo trabajo, estoy
desempleado. Soy indigente. ¿Podría ayudarme de algún modo?”.
Tú y yo no gozamos. Aquí está nuestra oportunidad de bendecir a este
hombre. Tenga. Aquí tiene $20 dólares. Por favor cómprese un buen alimento
en la cafetería”.
Ahora, supón que esto sucedió. Él recibe el billete de $20 dólares. Lo
rompe en pedazos. Nos voltea a ver airadamente y dice: “¿Por qué está
tratando de darme un billete de $20 dólares?”.
Dirías que es una locura. Estoy de acuerdo. Yo diría: “Este hombre está
muy enfermo. Acaba de tirar algo que podría cambiar su dolor en placer. Yo
le di una respuesta, una solución, algo de dinero. Y el actúa como si se tratara
de una trampa, un truco o veneno”.
Sin embargo el gran Proveedor de este universo nos está entregando el
Principio de la Prosperidad que reescribirá nuestro futuro financiero, ¡y
reaccionamos en un arranque de ira al sólo pensar que podemos sembrar una
Semilla para obtener una Cosecha!
¡Esto es locura!
No es locura de la mente, es locura de la voluntad, el camino de rebelión
elegido.
¿Estamos en contra del dinero? Claro que no. Cuando encontramos una
moneda en la calle, le llamamos a todos nuestros amigos por teléfono ese día.
Cuando descubrimos un billete de $20 dólares olvidado en el bolsillo de
alguna ropa vieja en el rincón de nuestro clóset, ¡gritamos! Nos brinda
motivación fresca. Quizá no se requiera de mucho para entusiasmarnos en
estos días–– sólo lo inesperado.
Toda la guerra sobre el mensaje de la Semilla de fe y sobre los
principios de la prosperidad se resume en esto–– La Expectación de Recibir
Una Cosecha Financiera de Dios A Cambio de Nuestra Semilla.
Ahora, esta es la más asombrosa verdad: la Expectación es el único
placer que el hombre puede generar en el corazón de Dios.
Como ves, fe es confiar en Dios.
La Expectación es la evidencia de tu fe.
Dios dijo que es imposible agradarlo a menos que esperes algo de Él.
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se
acerca a Dios crea que Le hay, y que es galardonador de los que Le buscan”,
(Hebreos 11:6).
Tú no puedes ser salvo a menos que esperes que Él te reciba.
Tú no puedes ser sano a menos que esperes que Él te sane.
Tú no puedes ser cambiado a menos que esperes que Él te cambie.
Su único placer es que Le creas.
Su único dolor es que dudes de Él
Lo diré de nuevo: la esencia de toda la Biblia es Números 23:19: “Dios
no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que Se arrepienta. Él
dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”.
Dios no es hombre.
El hombre miente. Dios no.
¡Piensa en esto! A Dios no le causa placer las calles de oro ni las nubes
de ángeles. A Él le da felicidad cuando alguien está esperando que haga lo
que Él dijo.
¿Qué significa creer? Esperar que Dios haga algo que Él prometió.
Esta gran controversia no es siquiera acerca de ti o de tu casa. Tu
pobreza no es la meta de satanás. Tú no eres su verdadero enemigo.
Dios es el enemigo de satanás.
Satanás sabe lo que a Dios le agrada––que un humano confíe en Él, Le
crea, dependa de Él. Satanás recuerda la presencia de Dios. Él es un
exempleado.
Él es un ángel que se rehusó a creerle a Dios y está probando las
consecuencias eternas.
La meta de satanás es robarle a Dios cada momento de placer recibido
de los humanos.
¿Cómo puede él robar a Dios? Cuando satanás detiene tu expectación
para recibir un milagro, él ha paralizado y detenido el único placer que Dios
experimenta. Cada vez que tú esperas un milagro, creas un río de placer en el
corazón de Dios. Cada vez que dudas, creas olas de dolor. Dios tiene también
sentimientos.
Esto es lo que está detrás de la secta anti prosperidad en la Tierra.
Ellos no son anti dinero.
Ellos están en contra de que tú esperes recibir cualquier dinero de Dios.
Oh, mi querido amigo. Escucha hoy a mi corazón. ¿Por qué ciertos
hombres han de desperdiciar tiempo, precioso y costoso tiempo en televisión
calumniando, despreciando y destruyendo a otros hombres de Dios que están
orando para que la gente salga de su pobreza? Este mundo está empobrecido.
Alguien dijo que el cuarenta por ciento de las quiebras involucran a cristianos
nacidos de nuevo. Este mundo está viviendo una crisis financiera cada día.
Deberías pensar que todo mundo debe alabar admirar a cualquier hombre de
Dios que quiera verlos bendecidos, con recursos para pagar sus gastos y
enviar a sus hijos a la Universidad. ¿Por qué no estamos dándole gracias a
Dios con voz de júbilo en repetidas veces por la maravillosa enseñanza de
que nuestro Jehová es un milagroso Dios de provisión?
No es la enseñanza de que puedes tener dinero lo que les molesta.
Es la enseñanza de que Dios te suplirá una Cosecha cuando Le sueltas a
Él tu Semilla. Cuando involucras “la expectación por un retorno” con una
ofrenda, levantas a todos los diablos en el infierno que desprecian a su
antiguo Jefe, Quien se complace con tu expectación.
Ellos odian al Dios que tú amas.
Ellos están obsesionados con privarlo de todo posible momento de
placer que estés creando en el corazón de Dios.
Tu Padre simplemente quiere que le creas. Eso es todo. Él sólo quiere
que le creas. De hecho, Él prometió que si Lo pones por encima de cualquier
otra cosa en tu vida, Él seguirá proveyéndote cualquier cosa que necesites por
el resto de tu vida. (Ver Mateo 6:33.) Él quiere que le creas. Él te invita a
que pruebes Su Palabra hacia ti. (Ver Malaquías 3:9-11).
Este es el argumento que usa la secta de la anti prosperidad. “¿Qué pasa
con la codicia? Eso es materialismo. Cuando ofreces dinero de retorno por
dar para Dios, eso es satánico. ¡Eso es impío! Es venenoso y engañoso
ofrecer algo en retorno por dar para Dios”.
Entonces, ¿por qué Dios nos ofreció algo en retorno por Semilla, si eso
es codicia? ¿Sientes que es codicioso trabajar por un salario? ¡Estás
recibiendo algo en retorno!
Dios previó la codicia. Él sabía que nuestra necesidad y nuestro deseo
por el aumento podría ser engañoso, distorsionado y que podría ser usado por
satanás para manipularnos. Así que, lo diseñó con un “correctivo” integrado.
Él puso algo en el sistema del aumento que pudiera curar y remediar
por completo cualquier problema con la codicia– EL DAR.
Es imposible dar a Dios y seguir teniendo codicia.
Por eso, Él estableció el sistema de diezmo que consiste en regresar a
Dios el diez por ciento.
Por eso, Él le prometió a Pedro cien tantos más de retorno por renunciar
a todo y seguir a Cristo. (Ver Marcos 10:28-30.)
Toda persona que Siembra su Semilla acaba de conquistar la avaricia.
La avaricia acapara.
Dios da.
Es imposible dar y ceder a la avaricia.
Ahora, dentro de cada uno de nosotros hay una orden invisible de
crecimiento, multiplicación y aumento. El primer mandamiento jamás dado
por Dios en el libro de Génesis fue multiplicar, llenar y llegar a ser más.
Dios es un Dios de Aumento. Es normal crecer y ser más, desear más y
producir más. ¿Recuerdas la historia del hombre que tenía un talento? Fue
castigado eternamente. ¿Por qué? No hizo nada con sus dones y habilidades
para incrementar su vida. De hecho, lo que Él tenía le fue dado a otra persona
que había multiplicado, usado sus dones y que había sido productivo.
Dios no es cruel. Él no es mentiroso ni engañador. Si Él te da el deseo
por el aumento y la prosperidad, Él pondrá algo dentro de ti que pueda
corregir el problema que produce. Dar.
Toda la predicación en contra de la codicia y el materialismo sólo es
necesaria para los que no son diezmadores ni dadores.
Cualquier discusión sobre la codicia o la avaricia con una persona que
da liberalmente es totalmente innecesaria. Su Semilla es prueba de que la has
conquistado. Su Semilla es el corrector de una codicia en potencia.
Lo Que Puedes Dejar Lo Has Dominado. Lo Que No Puedes Dejar Se
Ha Convertido En Tu Amo.
Llorar no corregirá la avaricia.
Gritar no la corregirá.
Confesarlo no detendrá la codicia.
Sembrar Es La Única Cura Conocida Para La Avaricia.
Obediencia. Sólo regresar el diezmo. Sólo volver a sembrar la Semilla
que Él puso en tu mano.
Toda la guerra y controversia sobre la prosperidad es para impedir que
Dios sienta el placer y Se sienta bien por haber creado al ser humano. Tú no
eres el único objetivo. Toda esta batalla no gira alrededor de ti y de tu
familia. La controversia es entre satanás y Dios. Tú sólo estás atrapado en
medio del fuego cruzado.
Tu Semilla es la única prueba de que estás esperando algo en retorno.
La única evidencia de que un granjero está esperando una Cosecha es cuando
lo ves sembrando su Semilla. Tu Semilla es la prueba de que estás
expectante.
Tus palabras no son la prueba. Tú puedes hablar de muchas cosas y aun
así no estar esperando una Cosecha realmente.
Ahora, la expectación sólo es posible cuando una Semilla ha sido
sembrada.
Cuando eres renuente con Dios, es imposible que tu fe obre y que la
expectación surja. Así que, cuando Dios hable a tu corazón que siembres una
Semilla, no puedes siquiera empezar a esperar una Cosecha sino hasta que
hayas obedecido Su instrucción. Tu obediencia al sembrar te posiciona
inmediatamente para que puedas esperar.
Ahora, tu Siembra no crea expectación.
Sólo hace posible que estés expectante.
Lo ves, mucha gente Siembra pero no se les ha enseñado el Principio de
la Semilla de la fe—que debes esperar algo en retorno. Por lo que, millones
de personas dan a las iglesias y nunca ven un enorme retorno por su Semilla.
Ellos dan para que se puedan cubrir los gastos de la iglesia. Ellos dan porque
sienten culpa por haber retenido su dádiva después de todas las bendiciones
que han experimentado. Ellos dan porque un pastor se reúne con ellos en
privado e insiste que hagan “una donación para la causa”. Ellos dan por
muchas razones.
Pocas personas realmente siembran su Semilla para producir una
Cosecha. Pocas personas siembran con la expectativa de recibir un retorno
real de parte de Dios.
¿Cómo sabes que muchos no esperan un retorno? Ellos se enojan por
sembrar. Si creíste que algo iba a regresar a ti cien tantos más—deberías
estar más entusiasmado en ese momento que en cualquier otra etapa de tu
vida.
Ejemplo: ¿Alguna vez has recibido la carta de una rifa por correo
diciendo que: “Ganaste un millón de dólares”? Por supuesto que sí. Ahora,
cuando eres joven e inexperto, te entusiasmas mucho, rompes el sobre para
abrirlo. Ya te puedes imaginar como propietario de un Yate, un hermoso
Rolls Royce y unas vacaciones en España. ¿Qué está pasando? La
expectación te entusiasma, te energiza, y crea una oleada de entusiasmo a tu
alrededor.
Expectación.
Después de que abriste el sobre, de repente te das cuenta que había una
parte de la carta que no podías ver cuando estaba cerrada. Esa pare que dice:
“Tú podrías ser uno de los ganadores de un millón de dólares”. Después de
abrir la carta, te das cuenta que ellos realmente no prometieron que habías
ganado. Sino que podrías haber sido uno de los ganadores. Tu expectativa se
desvanece y muere. Y se seca. Haces una llamada telefónica y te das cuenta
que realmente no eras uno de los ganadores. La expectación muere. La
desilusión comienza.
Cualquier desilusión por la que estés pasando hoy revela tu falta de
expectativa de una Cosecha.
Así que, ve y percibe la atmósfera que llena una iglesia cuando se está
recibiendo la ofrenda. Si hay expectación por la Cosecha, el gozo llenará esa
casa.
Si la expectación está presente, el gozo está presente.
El gozo es la prueba de la expectación.
La depresión y la desilusión son evidencia de la presencia del temor. El
temor a la pérdida. El temor a tener menos.
La expectación es una imposibilidad hasta que siembres una Semilla.
Tú puedes tener una necesidad y aun así no esperar una respuesta.
Tú puedes tener un gran sueño y aun así no esperar que se realice.
La expectación es producida por la obediencia.
La obediencia es la prueba de la fe.
Fe es confianza en Dios.
Pedro declaró que él había renunciado a todo para seguir a Cristo. ¿Cuál
fue la reacción de Jesús? Bien, Él no lo elogió por ser Su discípulo. Él no lo
elogió por su voluntad para sufrir. Él no hizo alarde de él por ser un mártir.
Jesús lo vio y prometió que le devolvería todo aquello a lo que renunció. Cien
tantos más. (Ver Marcos 10:28-30).
Jesús promovió la expectación constantemente. Cuando la mujer en el
pozo de Samaria Lo escuchó, Él le prometió agua con la que nunca le
volvería a dar sed. Cuando los cansados se acercaron a Él, Él dijo: “Te daré
descanso”. Cuando el pecador se acercó a Él con humildad y en confesión, Él
les prometió que estaban perdonados.
Jesús siempre le respondió a quienes tenían gran expectación. Cuando
el ciego clamó y la multitud le instruyó que guardara silencio, Jesús
reaccionó. Muchos estaban ciegos. Pero uno tuvo gran expectación en Jesús.
Jesús lo sanó.
Cosas imposibles le suceden a quienes esperan que sucedan. “Porque de
cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el
mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo
que diga le será hecho”, (Marcos 11:23).
Todo lo bueno te va a encontrar.
Todo lo que viene de Dios te va a buscar.
Todo lo excelente se hará obvio para ti.
Ese es el principio de la Semilla de fe.
Dios te ha dado algo de que contiene un futuro. Cuando descubras tu
Semilla, envuelve tu fe alrededor de esta con gran expectación. Esto te dará el
poder para producir la Cosecha financiera que has deseado toda tu vida.
Muchas Personas Son Demasiado
Orgullosas Para Siquiera Admitir Que
Necesitan Una Cosecha

La Humildad Es La Llave de Oro Para Recibir.


Tus necesidades no atraen a Dios. Que reconozcas tus necesidades atrae
a Dios. No todos los ciegos recibieron la atención de Dios. Los ciegos que
quisieron ver atrajeron a Jesús.
No todas las viudas que vivían en pobreza recibieron los milagros. Una
viuda que vivía con gran escasez que admitió que necesitaba un milagro lo
recibió. (Ver 1 Reyes 17.)
El orgullo es un ladrón.
La arrogancia le cerrará la puerta a tu Cosecha.
Muchos se vuelven pobres tratando de aparentar ser ricos. He conocido
gente que debía 3 meses del pago de su casa, perdieron su automóvil, pero le
siguen diciendo a todos los que están cerca de ellos: “Todo va muy bien”.
Tu milagro no empezará sino hasta que reconozcas que necesitas uno.
Nos esforzamos mucho en tratar de impresionarnos los unos a los otros.
Al punto que se vuelve ridículo. Hace unas cuantas semanas, miré alrededor
en la cabina de primera clase donde que viajaba. Un hombre estaba sentado
ahí con una gran sonrisa en su rostro. Llevaba un portafolio de $40 dólares
que se veía muy maltratado. Hoyos en su ropa y en sus zapatos. Pero, él
estaba viajando “en primera clase”. Algo en mí quería decir: “¡Si te sentaras 2
metros más atrás, con la diferencia de tarifas, podrías comprarte ropa nueva y
un portafolios!”.
El orgullo nos desconecta de la gente correcta. El orgullo es algo
venenoso, horrible y trágico. Es engañoso. Una joven pareja que compra una
casa que no pueden pagar demuestra orgullo. Oh, he tenido el veneno del
orgullo en mi propia vida tantas veces. Ha habido ocasiones que necesité un
milagro financiero, pero me daba pena hablar de ello. Me rehusé decirle a un
pastor e incluso a mis socios, porque creía en “la prosperidad”. Si yo hubiera
admitido que necesitaba una Cosecha milagrosa, ellos se habrían preguntado:
“¿Dónde está tu prosperidad de la que tanto has estado enseñando todo este
tiempo?”.
¿Recuerdas al Fariseo que Le dijo a Dios que estaba contento porque él
no era como el otro hombre? Pero, ¿al otro lado de la sinagoga había un
publicano arrodillado ante Él, golpeándose el pecho y clamando
misericordia? Los Fariseos eran demasiado orgullosos para admitir que
necesitaban un salvador.
Zaqueo no fue demasiado orgulloso. Él se subió a un árbol para ver a
Jesús. Oh, ¡admite cuando necesites una Cosecha! Enfrenta tus dificultades
financieras hoy. No tienes que quejarte, ni pedir, ni actuar como una
“víctima” para recibir un milagro. Pero, debes admitir delante de Dios, ante ti
mismo, y ante los intercesores asignados a respaldarte, que verdaderamente
necesitas un milagro financiero.
Admite que necesitas un consultor financiero.
Admite que has retenido el diezmo y las ofrendas, cuando hayas
cometido este error.
Hace varios años, experimenté la peor crisis financiera de toda mi vida.
Sucedió de repente. Por un buen rato, mis canciones se cantaban por todos
lados. Mis cheques de regalías eran increíbles. Varios cientos de miles de
dólares llegaron a mis manos rápidamente. Le di regalos caros a mi familia, a
mis amigos y a mi personal. Llevé a todos mis amigos de vacaciones, tenía
más dinero de lo que jamás había tenido en toda mi vida.
De repente, llegó una crisis. No te voy a dar los detalles, pero
simplemente te diré que de un momento a otro ya estaba endeudado por
varios cientos de miles de dólares. Como te dije antes, yo ni siguiera le podía
pagar $1,500 dólares a un amigo cercano, mi contador, para que me hiciera
mi estado financiero. (Iba a usar este estado financiero para conseguir un
préstamo en el banco). Ahora, él había sido un amigo por muchos años, pero,
¡él se negó a ayudarme a preparar mi estado financiero para que pudiera
conseguir un préstamo!
Me sentí como un hipócrita. Aquí estaba yo, viajando y ministrando las
Leyes de la Bendición. Había estado nadando en el Río de la Abundancia. De
repente, se secó. Estaba varado en la Costa de la Nada.
Mi milagro comenzó cuando fui a la presencia de Dios y admití que
necesitaba intervención sobrenatural. No tenía el conocimiento financiero
para darle la vuelta a esa situación. No tenía una junta de consejo acaudalada
que me respaldara. Mi familia no tenía dinero. Mis socios estaban sembrando
todo lo que podían.
En el momento que clamé a Dios que me mostrara un plan que me
sacara de problemas, el Espíritu Santo empezó a guiarme a mi milagro. No
sucedió sino hasta que confesé mi necesidad.
La falta de oración es prueba de que realmente no crees que Dios te
puede ayudar.
Ve al Lugar Secreto. Quédate a solas con Él hoy. Confiesa todo lo que
crees que deberías exponer ante Él. No tengas miedo. No seas tímido. No te
protejas de ti mismo. Confiésalo todo.
Hasta entonces habrás tomado el paso de oro hacia la provisión
sobrenatural.
Algunas Personas Se Rebelan Contra La
Instrucción de Un Libertador Financiero
Que Dios Ha Ungido Para Desatar Su Fe En
Su Tiempo de Crisis

No Has Sido Olvidado Por Dios. Nunca


Nadie te ama más que la Persona que te creó. Él conoce tus temores. Tus
lágrimas son importantes para Él. Cuando sufres, Él trae respuestas hacia ti.
En cada momento de tu vida Dios programa milagros como corrientes de
bendición en tu vida.
Toda prisión tendrá una puerta.
Todo río tendrá un puente.
Toda montaña tendrá un túnel.
Pero, tú debes encontrarlo. Búscalo. Escúchalo.
Encuéntralo. Cree que existe. “No os ha sobrevenido ninguna tentación
que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo
que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis soportar”, (1 Corintios 10:13).
Debes perseguir a quienes Dios está usando para propulsar tu fe. Hay
hombres y mujeres de Dios maravillosos, portadores de la unción financiera.
Ellos pueden desatar tu fe. Quizá esto represente un viaje de cuatro horas para
ir a su campaña. Es importante que tú honres, atesores y persigas ese manto.
Escucha sus enseñanzas en audio. Lee sus libros. Escucha su corazón.
Ellos han probado el fracaso. Ellos saben cómo salir de problemas.
Ellos conocen las noches de insomnio. Ellos han derrotado a los demonios
del temor e incertidumbre.
Esta es la razón por la que califican para ser tu mentor.
Algunos nunca probarán su Cosecha financiera porque están sentados
bajo líderes que nutren sus dudas e incredulidad. Escuchan a familiares que
continuamente discuten los problemas económicos del mundo, lo duro de los
tiempos y lo difícil que es la vida.
Las voces que escuchas continuamente son las voces que terminarás
creyendo.
Diez espías infectaron a millones de israelitas con su duda e
incredulidad. Cuando ellos hablaron acerca de los gigantes, la gente se olvidó
de las uvas de la bendición.
Aquello de lo que hables aumentará.
Aquello de lo que pienses se hará más grande.
Tu mente y tu boca son amplificadores de cualquier cosa que quieras
que crezca.
Dos espías regresaron de Canaán con fe, victoria y la habilidad de
vencer gigantes. Sus nombres fueron Josué y Caleb. Ellos habían estado con
Dios. Habían visto a los gigantes pero no tuvieron miedo. Ellos habían visto
las uvas y decidieron convertirse en campeones. Ellos habían vivido
demasiados días en el desierto como para quedarse satisfechos con el fracaso.
Ellos se convirtieron en Campeones de Fe. Josué llegó a ser el líder de
Israel después de la muerte de Moisés. Caleb llegó a ser conocido por “tomar
su montaña”. ¡Oh, las recompensas de la fe son tan dulces! ¡El sabor de la
victoria se queda en tu boca por mucho tiempo!
Tú debes discernir a los Josués y Calebs alrededor de ti. Encuentra
alimento de fe. Escucha las pláticas de fe. Deja que la fe te enseñe. Escucha y
absorbe. Algo dentro de ti crecerá.
Yo recibo mucha inspiración de la historia de Elías y de la viuda en 1
Reyes 17. Nunca me canso de este Pozo de Sabiduría asombroso.
Ella estaba sufriendo. Devastada. Muriendo de hambre. Estaba a una
comida de la muerte.
Ahí fue cuando un Libertador Financiero fue enviado a su vida.
Él no la criticó, no la consintió, ni sintió lástima por ella. Él sabía cómo
sacarla del problema.
Ella tuvo que escucharlo. Ella tuvo que discernir que él era un hombre
de Dios.
Ella tuvo que estar dispuesta a seguir sus instrucciones, sin importar lo
ridículo e ilógicas que pudieran parecer a su mente natural.
Un hombre de Dios frecuentemente tiene la Llave de Oro de tu
liberación financiera. Si tú respetas su unción, las cadenas caerán. La
ceguera desaparecerá. Tus ojos verán el Camino Dorado a la bendición. Si te
vuelves crítico, resentido y rebelde, perderás la Estación de Milagros más
extraordinaria que Dios haya programado jamás en tu vida.
Nadie más puede discernir a este hombre de Dios por ti. Tú debes
hacerlo por ti mismo.
Nadie más te puede forzar a obedecer a este hombre de Dios. Tu
corazón debe estar lo suficientemente suavizado y quebrantado ante Dios
para seguir.
Quizá solamente recibas una oportunidad para obedecer la instrucción
que trae tu liberación. (Nabal solamente recibió una oportunidad para
alimentar y bendecir al ejército de David.)
Debes reconocer la grandeza cuando estás en su presencia. No siempre
demandará atención. Jesús estuvo en muchos lugares donde no fue
discernido, no fue detectado y no fue reconocido. Su propia familia no
percibió Su manto, Su Asignación, y que era el Hijo de Dios. “Porque ni aun
Sus hermanos creían en Él”, (Juan 7:5). “A lo Suyo vino, y los Suyos no le
recibieron)”, (Juan 1:11).
Quizá tengas que buscar al hombre de Dios antes de que te bendiga.
Como ves, él realmente no te necesita. Eres tú quien lo necesita.
Lee la increíble historia de Saúl y su siervo, quienes habían perdido sus
burros. Ellos estaban muy perturbados hasta que el siervo recordó que un
hombre de Dios vivía en esa área. El siervo conocía el poder de dar una
ofrenda. Ellos tomaron la decisión de encontrar al Profeta Samuel. El resto de
la historia es absolutamente asombrosa. Cuando ellos llegaron ante la
presencia de Samuel, la unción del profeta empezó a fluir sobre Saúl. (Ver 1
Samuel 9:3 – 10:10)
Ellos habían traído su Semilla.
Ellos trajeron una ofrenda.
Ellos creyeron a un hombre de Dios.
El encuentro con Samuel catapultó a Saúl al reinado de Israel.
En algún lugar hay un hombre de Dios con la llave de oro de tu arca del
tesoro. Tu responsabilidad es encontrarlo, discernirlo y obedecer su
instrucción.
Hace muchos años mi asistente me escuchó compartir sobre el milagro
del “Pacto de la Bendición”, la Siembra de una Semilla de $58 dólares. (Mi
primer encuentro fue en Washington, DC, cuando el Espíritu Santo me
instruyó a que Plantara una Semilla de $58 dólares para representar las 58
clases de bendiciones que yo había encontrado en las Escrituras. Mi
obediencia creó un desfile extraordinario de milagros en mi vida personal y
ministerio. Ya había hablado de esto en todos lados.).
Mi asistente era un hombre joven que amaba a Dios. La fe cobró vida
mientras me escuchaba contar mi experiencia. Pero, algo pasó al escucharme
contar la historia. Le di la instrucción a él y a otros presentes en el servicio
que le dieran “una Asignación” a su Semilla.
“Escribe en tu cheque dónde necesitas la Cosecha en tu vida personal”.
Fue mi instrucción.
Él hizo el cheque por su Semilla de $58 dólares, y anotó “mejores
relaciones familiares” en su cheque. Aquí está lo que pasó después de la
Semilla:
1. Su madre recibió a Cristo en 14 días.
2. Sus dos hermanas aceptaron a Cristo en 14 días.
3. Su hija aceptó a Cristo en 14 días.
4. Él pudo pasar un fin de semana con dos de sus hijas que no había
visto en cinco años.
5. Él pudo tener una comida con toda su familia– esto no había pasado
en 15 años.
6. Su padre de 86 años aceptó a Cristo en noventa días.
7. Su hermana mayor, quien se había ido de su casa hacía 48 años, ¡fue
encontrada! Ella volvió a casa para una reunión familiar. (Nadie la había
visto ni sabido de ella durante esos 48 largos años. Se pensaba que estaba
muerta.)
Cada uno de estos milagros sucedió dentro de los 90 días siguientes a la
Siembra de su Semilla de $58 dólares.
¿Por qué? Él siguió la instrucción de un hombre de Dios.
Casi adondequiera que yo voy, le pido a quienes necesitan un milagro
que siembren una Semilla. Una Semilla específica. Usualmente, les pido que
siembren una Semilla de $58 dólares. (Algunas veces es más, dependiendo de
las instrucciones del Espíritu Santo.) Los milagros son sorprendentes. Recibo
cartas de todos lados relatando la intervención sobrenatural de Dios que sigue
sus actos de obediencia.
Una mujer en Knoxville, Tennessee, se acercó a mí con un esposo alto a
su lado. “¿Recuerda aquella Semilla de $58 dólares?”, ella preguntó.
“Sí”.
“¡Pues aquí lo tiene!”. Él se había alejado de Cristo. Después de unos
cuantos días después de su Semilla, él vino a la iglesia con ella ¡y entregó su
corazón a Dios!
Aquellos que Dios envíe quizá no estén envueltos como tú te imaginas.
Juan el Bautista tenía una apariencia que muchos no toleraban. Sin embargo
Dios estaba con él. Los dones más grandes de Dios no siempre llegan en
seda. Dios muchas veces usa costales para empacar Sus mejores premios. El
hombre ve la apariencia externa, mientras Dios ve el corazón.
Aquellos que Dios envíe a tu vida quizá tengan una personalidad brusca
o incómoda. Si tú pudieras escuchar a Isaías o a Ezequiel, quizá te
impresionarías por el fuerte lenguaje que salía de sus labios.
Aquellos que Dios envíe con un desafío especial a tu fe quizá no
parezcan aceptables ante la sociedad. Dios a veces usa las cosas tontas para
confundir a los sabios. No los discernirás a través de escuchar con el oído,
tampoco por ver con los ojos.
Los discernirás por el Espíritu de Dios dentro de ti.
“Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a Sus profetas,
y seréis prosperados”, (2 Crónicas 20:20).
Cuando empiezas a reconocer La Palabra del Señor que viene de siervos
de Dios probados y establecidos, el fluir de milagros se multiplicará y
aumentará hacia ti.
2 Corintios 9:6
“El que Siembra escasamente, también segará escasamente; y el
que Siembra generosamente, generosamente también segará”.
Muchas Personas Se Rehúsan A Sembrar
Proporcionalmente A La Cosecha Deseada

El Tamaño de Tu Siembra Determina El Tamaño de Tu Cosecha.


El Apóstol Pablo estableció esto claramente: “El que Siembra
escasamente, también segará escasamente; y el que Siembra generosamente,
generosamente también segará”, (2 Corintios 9:6).
Nunca olvidaré una experiencia en el Noreste. Una señorita de
complexión gruesa fue hacia mí después del servicio.
“Yo creo que Dios me va a hacer millonaria. Y, yo creo que será dentro
de 12 meses. Aquí está mi Semilla para que eso suceda”. Ella puso algo en mi
mano. Yo la mire y dije: “Yo creo que Dios está contigo”.
Después que se fue, abrí mi mano. Yo tenía un billete arrugado de un
dólar. Un billete de un dólar.
Ahora, allí no había nada equivocado con Sembrar una Semilla pequeña.
Todas las cosas deben tener un punto de partida. Jesús elogió a la mujer que
dio una ofrenda pequeña – porque era todo lo que ella tenía. Él dijo que ella
dio más que cualquiera presente en ese día.
Pero, Jesús no dijo que su pequeña ofrenda fuera necesaria para hacerla
millonaria. Como puedes ver, tu Semilla debe ser comparable a la Cosecha
hacia la que estás sembrando.
Tú no puedes sembrar una Semilla de Chevrolet y que la Cosecha
produzca un Rolls Royce. Esto es lo que Pablo estuvo enseñando. Si
Siembras poco, cosecharás poco. Pero, no será una gran Cosecha. Será
proporcional a tu Semilla.
Millones no han comprendido esto. Ellos continúan enrollando billetes
de a dólar, ofrendándolos a gotas y esperando que nadie los observe. Sin
embargo, ellos escriben sus peticiones de oración esperando Cadillacs, yates
y casas de un millón de dólares.
Tú puedes empezar con una Semilla pequeña. Cuando Dios empieza a
bendecir esa pequeña Semilla, debes incrementar el tamaño de la Semilla si
quieres que la Cosecha aumente.
Permíteme darte un ejemplo. Si tu vienes y me dices: “Mike, realmente
necesito una casa. Mi familia está creciendo. Tengo tres niños. Justo ahora,
mi esposa y los tres niños están viviendo en un pequeño apartamento de dos
recámaras. Esto es insoportable. Nosotros ni siquiera tenemos un
refrigerador, ni un auto. ¿Qué debería hacer?”.
Primero, yo no te diré que plantes una Semilla de $5 para Cosechar una
casa de $100,000. Yo debería animarte a trabajar con varios niveles de fe
delante de ti. Un paso a la vez.
Obviamente, tú no has estado operando con gran fe o no estarías en esta
clase de situación.
Tu fe ha sido escasa.
Tus Semillas no han sido sembradas.
O, la paciencia es un ingrediente necesario para esta temporada.
Yo pregunto: “¿Cuál es la mejor Semilla que puedes Sembrar para este
tiempo? ¿Qué clase de fe está operando ahora en ti?”.
Tú contestas “¡Oh, yo tengo $50 dólares que quiero sembrar!”. Y yo te
contestaría: “Maravilloso. Ahora, vamos a enfocar la Semilla en un automóvil
comparable a esta Semilla. No pidas un automóvil de $20,000 dólares con
una Semilla de $50 dólares. Esto es cuatro veces superior al porcentaje
prometido de Marcos 10:28-30. Obviamente, tú no estás acostumbrado a
sembrar Semillas, usando tu fe, ni siquiera trabajando con las leyes de la
paciencia y la expectación”.
“Pídele a Dios algo de lo que no puedas dudar. Luego, planta una
Semilla comparable a la Cosecha en la que tienes fe pura. Tú debes separar
tus deseos de tu fe. Tú debes separar tu fantasía de tu fe”.
Ahora, muchos no entienden el Principio del Progreso. Línea sobre
línea. Precepto sobre precepto. Un poco aquí y un poco allá. Es una estación
de “crecimiento” en tu vida cristiana.
Ese es el mismo principio en el ámbito financiero de tu vida. ¿Por qué es
esto tan importante? Cuando Siembras una Semilla de $2 dólares hacia algo
que está fuera de balance, estarás decepcionado, desalentado y desilusionado.
Tú estarás enojado con Dios. Tú dirás: “¡Yo sembré una Semilla y no se
multiplicó!”.
Quizá se esté multiplicando. Quizá, el billete de $100 dólares que tú
tienes en tu cartera fue producido por la Semilla de $2 dólares. Pero, no te das
cuenta porque tú querías una Cosecha de $20,000 dólares.
Debes aprender a moverte de gloria en gloria.
Yo hablé una noche acerca de un milagro sorprendente en mi vida. Yo
estaba sentado en un hermoso Mustang convertible. Verde azulado y toldo
blanco. Estupendo. Tenía escrito– “diversión”. ¡En todo el auto!
“Justamente compré ese auto en esa semana”, mi amigo explicó. “Sin
embargo, yo decidí que quería un Jeep en su lugar. ¿Te gustaría comprarme
este auto?”.
“¡Muy probablemente!”, fue mi respuesta.
Al siguiente día, fuimos a ponerle gasolina. Después de llenar el tanque,
se fue a pagar la cuenta. Mientras, yo empecé a orar en el espíritu. De
repente, empecé a sentir que la fe aumentaba en mí para que él Sembrara esto
como una Semilla en mi vida. Ahora, eso suena un poquito loco. Pero, yo
empecé a orar intensamente. Cuando regresó al auto, me miró, movió su
cabeza hacia ambos lados y dijo, “¿Realmente te gusta este auto?”.
“Amo este auto”, dije efusivamente.
“Tu ministerio me ha impactado y bendecido. De hecho, me he estado
preguntando cómo podría bendecirte”. Él me dio las llaves con una sonrisa.
El auto era mío. Gratis. Un regalo maravilloso que permanecería en mi
corazón para siempre.
Así que, en la siguiente campaña donde estuve, compartí esta historia.
Les dije a todos y cada uno que iba a orar para que el manto de favor viniera
sobre sus vidas. Expliqué que un día de favor valía más que mil días de
labor. Cuando Dios quiere bendecirte, Él pone a alguien cerca de ti que cuide
de ti y de tus necesidades.
Un joven se acercó a mí después de la iglesia un poquito disgustado.
Agitado. Frustrado.
“Yo ya hice esto y no funcionó”, explicó. “Sembré una Semilla hace
varios meses y nunca me han dado un auto. Yo necesito transportarme. “¿Por
qué no funcionó para mí?”.
Le pregunté. “¿Has sembrado un auto en la vida de alguien más?”.
“No, no lo he hecho”, respondió indeciso y renuente.
Le expliqué “Yo sí. Es por eso que mi fe trabajó para mí. Yo había
sembrado un auto y tenía el derecho y capacidad de esperar que regresara a
mí”.
No puedes esperar que la fe traiga a tu vida algo que tu vida no ha
enviado por fe.
Tú solo tendrás la fe de llamar hacia tu vida algo que tú has sembrado.
Ahora, hay hermosos momentos de misericordia y gracia donde Dios te
permite tener alguna cosa que tú has dado – dinero o cualquier cosa, una
pieza de joyería– y Él usará eso como una imagen de tu fe para una diferente
clase de Cosecha. Yo he visto que pasa muchas, muchas veces. Pero, tu fe
trabaja más y mucho más fuerte cuando tú has sembrado una Semilla
comparable a la Cosecha que tú deseas.
Cuando estás dispuesto a trabajar con los diferentes niveles de tu fe y
Sembrar Semillas proporcionalmente, te sorprenderán los cambios que
sucederán en tu prosperidad financiera.
Efesios 4:30
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el Cual fuisteis
sellados para el día de la redención”.
Millones de Personas No Obedecen de
Inmediato Al Espíritu Santo Sin
Negociación

El Espíritu Santo No Discutirá Contigo.


Él es el Regalo del Padre para aquellos que Lo obedecen. Él también te
cortejará. Él trabajará en tu corazón. Él es gentil, bondadoso y paciente.
Pero, Él no entrará en debate contigo. Él desprecia la contención, la
confusión y la lucha. “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso,
sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido”, (2 Timoteo 2:24).
Él Se alejará de tus ataques y espíritu conflictivo. “Pero desecha las
cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas”, (2
Timoteo 2:23).
No discutas con la Fuente de tu provisión. Deja de buscar razones para
evitar Sembrar. Honra Su integridad. Él no es injusto. Él no es desleal.
Cuando Él te dice suavemente a tu corazón que tomes un paso de fe, salta
hacia el frente. Corre hacia tu Cosecha.
“¡Bueno, yo no quiero simplemente Sembrar movido por el impulso de
un sentimiento emocional!”, un ministro amigo mío explicó.
“Todo lo que tú haces es emocional”—Respondí. “Cuando tú arrastras
un momento de fe a través del drenaje de la lógica, destruyes su impacto y su
influencia. Sé presto para obedecer Su Voz”.
Yo experimenté un milagro inusual en mi vida cuando tenía cerca de 23
años. Yo había estado en el campo evangelístico dos o tres años. Mi primer
año como evangelista me trajo $2,263 dólares en ingresos. (Un mes todo mi
ingreso fue de $35 dólares. Otro mes fue de $90 dólares. Yo vivía en una casa
que mi padre había comprado por $150 dólares. ¡Toda la casa!)
Al término de un tiempo, tuve suficiente dinero ahorrado para
comprarme un traje y algo de ropa. Me había llevado un buen tiempo, pero
finalmente había ahorrado $200. Tenía dos billetes de $100 en mi cartera.
Estaba muy orgulloso y agradecido por eso. Me sentía seguro. Estaba ansioso
de llegar a la tienda y comprarme algo de ropa.
Un joven evangelista amigo mío estaba predicando en una iglesia local.
Por lo que, decidí escucharlo. Mientras él estaba hablando, sentí el jaloncito
interior del Espíritu Santo para Sembrar los $200 dólares en su ministerio. Le
expliqué al Señor que había planeado comprarme ropa y así verme bien para
Su obra. Mientras más ministraba él, más miserable me sentía. Había una
pesadez en mí. Pensé en todas las razones para quedarme con los $200
dólares. En mi interior, empecé a negociar con el Espíritu Santo. Realmente
no tenía ningún deseo de Sembrar ninguna Semilla en absoluto. Pero yo
conocía Su voz.
En algún momento, durante el servicio de un hombre de Dios El Espíritu
Santo va a levantar el nivel de tu deseo por complacerlo. Quizá no sientas
mucho gozo durante la Siembra. Quizá inclusive experimentes conflicto
interior y confusión en tu mente, pero algo en ti se convertirá en algo tan
fuerte e intenso que tu deseo de complacerlo arrollará tu lógica, tus temores y
tu codicia. Es en ese momento milagroso cuando tu deseo de obedecerlo se
vuelve tan poderoso que abres las ventanas de los Cielos hacia tu vida.
Después del servicio fui y le di los $200 dólares. Él estaba emocionado.
Yo estaba un poco triste pero traté de ocultarlo. Era el dinero de mi ropa.
Siete días después, estaba recostado en mi cama a la medianoche. Sonó
el teléfono.
“¿Hermano Mike Murdock?”.
“¿Si?”.
“Usted realmente no me conoce. Mi esposo y yo estábamos en sus
servicios hace un año aquí en Memphis. Mi hijo murió hace cuatro semanas,
y Dios nos dijo a mi esposo y a mí que lo empezáramos a tratar como nuestro
hijo. Dios nos dijo que le compráramos algo de ropa. “¿Va a pasar por
Memphis en algún momento pronto?”. ¡Qué cree usted! No me importaba si
tenía que ir a través de Australia y Rusia para llegar a Memphis, yo iba a
llegar a Memphis…¡muy pronto!
Cuando me bajé del avión, ellos me llevaron a la tienda más fina para
caballeros en Memphis, Tennessee. Ellos me compraron cuatro trajes,
camisas y zapatos. Seis meses después, ellos lo hicieron otra vez. Seis meses
después, ellos lo hicieron otra vez, Seis meses después ellos lo hicieron otra
vez. Y otra vez. Otra vez. Y otra vez.
Yo fui a escuchar a un amigo mío en Houston a su iglesia un Domingo
por la noche. A mitad de su sermón, él se detuvo. Me señaló en la última fila
y dijo: “Qué bueno es tener a Mike Murdock aquí esta noche. El Espíritu
Santo justo me pidió que detuviera el servicio y que recibiera una ofrenda
para comprarle ropa”. Yo estaba sorprendidísimo.
Un miércoles en la noche, manejé al otro lado de la ciudad para ir a otra
iglesia. Nunca antes había conocido a este pastor. A la mitad de su estudio
Bíblico, él mira hacia atrás y me ve en el asiento de la última fila.
“Veo a Mike Murdock aquí esta noche. Hermano, tú y yo no nos hemos
conocido antes, pero te he visto en varias conferencias. Es maravilloso
tenerte. El Espíritu Santo recién habló a mi corazón que detuviera el servicio
y recibiera una ofrenda para comprarte algo de ropa”.
Meses después estaba en Louisville, Kentucky, y mi amigo pastor dice:
“¿Qué vas a hacer mañana en la mañana?”.
“¿Qué quieres hacer?”—respondí.
“El Espíritu Santo habló a mi corazón que te comprara algo de ropa”—
respondió.
Estoy sentado junto a un ministro amigo mío en Illinois. Él se inclina
hacia mí y me dice suavemente en la iglesia:
“¿A qué hora sales mañana?”.
“¿Por qué?”—pregunté.
“Siento que el Señor quiere que te compre un traje Brioni mañana”. (Lo
compró para mí al día siguiente. Aunque lo compró a precio de mayoreo, ¡el
precio era de $3,220!)
Una de mis amigas más cercanas, Nancy Harmon, me pidió que fuera a
su casa. Pasé y había prendas de un lado a otro del cuarto. “El Señor me pidió
que te comprara algo de ropa”—ella dijo.
Como ves, yo dejé ir el dinero de mi ropa. Ahora, Dios estaba
hablándole a la gente acerca de cambiar mi guardarropa.
Por favor, nunca discutas con la Fuente de cada milagro que estés
deseando. Cuando Él Te Habla Acerca de Una Semilla, Él Tiene Una
Cosecha En Su Mente.
Como ves, Él conocía el futuro que Él estaba planeando. Así que, Él me
dio fe para Sembrar la Semilla que crearía mi futuro deseado. Él me dio el
deseo, la Semilla y la tierra donde crecería lo más rápidamente.
Tú puedes contristar al Espíritu Santo al debatir.
Tú puedes hacer que Él se aleje de ti cuando tú negocias y te alejas de la
fe.
La fe Lo atrae. La fe Lo emociona. La expectación es Su placer. No Lo
robes de ese momento de obediencia.
Obediencia retrasada puede llegar a ser desobediencia.
Millones han perdido miles de Cosechas porque ellos se volvieron
intelectuales, negociadores y argumentativos cuando el Espíritu Santo
empezó a susurrar una instrucción a su corazón.
Estaba en Jacksonville, Florida, hace unos días. La secretaria del pastor
vino hacia mí llorando. Su esposo estaba a su lado.
“Aquí está la mejor Semilla que Dios nos ha dicho que sembremos. Por
favor tómela”. Eran sus anillos de boda, el más preciado tesoro que ella tenía.
(Cuando tú plantas una Semilla, eso que tú puedes sentir, Dios también lo
sentirá. Tú debes Sembrar algo que sea significativo para ti antes de que sea
significativo para Dios).
Eso fue un lunes por la noche.
Cinco días después, viernes por la noche, ella estuvo en una especial
Escuela del Espíritu Santo con un gozo increíble en su rostro y dio su
testimonio. Alguien que no sabía nada de su Semilla de sacrificio, al sembrar
sus anillos, había decidido bendecirla; ellos se convirtieron en su Booz. Le
dieron un anillo que valía 100 tantos el costo de sus propios anillos.
“Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya
dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o
tierras, por causa de Mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora
en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con
persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna”, (Marcos 10:29-30).
Dios no es un hombre para que Él mienta.
Él quiere que se Le crea.
Nadie puede usar tu fe por ti.
Nadie puede soñar más por ti.
Nadie puede Sembrar la Semilla por ti.
Nadie. Ni tu madre, ni tu padre, ni tu jefe, ni tu hijo.
Todo hombre dará cuentas de sí mismo a Dios.
Algunas veces, imagino este escenario. Todo mundo está acercándose al
Trono de la Rendición de Cuentas. Quieren respuestas a algunas preguntas.
Ellos quieren que Dios les explique por qué fueron pobres. Y Él les hará la
misma pregunta.
“¿Por qué fuiste pobre cuando Yo te prometí cien tantos más de retorno
por cualquier cosa que sembraras en Mi obra?”. Te dije que si obedecieras
Mis principios, fueras diligente y esperaras que Yo hiciera lo que prometí, Yo
abriría las ventanas de los Cielos y derramaría sobre ti una bendición que no
podrías contener. Yo también quiero saber, ¿por qué decidiste ignorar Mis
instrucciones y quedarte sin tu Cosecha Financiera?”.
Esa puede ser la Noche Del Lloro de La Eternidad cuando todo mundo
reconozca que los principios estaban accesibles, disponibles y listos para
activarlos—pero ignorados.
Ahora, tú puedes empezar tu propia jornada a la prosperidad. Ten la
disposición de dar un paso a la vez. No lo apresures. Ten cuidado de
obedecer Su voz. Revisa este libro cuidadosamente. Llévalo contigo al Lugar
Secreto de oración. Habla con El Espíritu Santo y pregúntale cada uno de los
pasos que debes dar en este momento. Lleva todo tu paquete de cuentas
pendientes y tarjetas de crédito y ponlas sobre este libro. Úngelas, e invita a
la intervención sobrenatural de Dios a romper la pobreza financiera y el
espíritu de carestía que ha afectado e influido en tu vida.
Pídele a Dios que te dé un odio por la pobreza y un amor y deseo por la
provisión sobrenatural. Habla con Él de tus sueños y metas financieras en
detalle. Cree que Él enviará un Booz a tu vida para bendecirte en muchas
maneras.
Cuando Él hable a tu corazón sobre Sembrar una Semilla en Su obra, no
dudes. No negocies. Y, no manipules. El Espíritu Santo honra la integridad
donde Él la encuentra.
Confiesa cualquier pecado. Reconoce si has retenido los diezmos y las
ofrendas que Él pidió. Arrepiéntete con humildad, integridad y expectación
de un cambio en tu vida.
Tú verás los cambios venir más pronto de lo que soñaste.
HOY ES EL DÍA MÁS POBRE QUE JAMÁS SERÁS EL RESTO DE
TU VIDA.
Oremos Juntos…
“Padre, he abierto mi corazón, y sembrado la revelación que cambió mi vida
por siempre. Ahora, usa esta Semilla para cultivar una Cosecha Fuera de Lo
Común. Oh, bendice al obediente, al dispuesto y al hambriento. En el nombre
de Jesús. Amén”.
Decisión
¿Aceptarás A Jesús Como Salvador de Tu Vida
Hoy?
La Biblia dice, “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”,
(Romanos 10:9).
¡Por favor haz esta oración con todo tu corazón ahora mismo!
“Querido Jesús, yo creo que Tú moriste por mí y que resucitaste al tercer
día. Confieso que soy un pecador…Yo necesito Tu amor y Tu perdón. Entra
a mi corazón. Perdona mis pecados. Yo recibo Tu vida eterna. Confirma Tu
amor dándome paz, gozo y amor sobrenatural por los demás. Amén”.

¡Sí, Mike! Hoy tomé la decisión de aceptar a Cristo como mi Salvador personal. Por favor envíame
tu libro de obsequio: 31 Llaves Para Un Nuevo Comíenzo para ayudarme con mi nueva vida en Cristo.

Envíalo por correo a:


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